Definiciones e implicancias. Crítica al concepto en el contexto del capitalismo
Autoestima:
- Definiciones
conceptuales - Autoestima en el desarrollo
evolutivo - Desarrollar la autoestima de los
demás - Autoestima y función
social de los individuos - Conclusiones y consideraciones
generales - Bibliografía
Se ha intentado, a través de
lo largo del devenir científico, otorgar categorías
a una variable psicológica aún no esclarecida del
todo. Incluso más, esta cuestión parece haberse
infiltrado en nuestras discusiones cotidianas, desde mucho antes
que se sistematizara una cierta cantidad de conocimientos en
relación a definirnos como individuos en una sociedad
compleja y acelerada, y al instinto de superación humana,
presentado aquí en forma crítica, en tanto sostendremos, como
estudiantes de Historia, que esta
visión o "autoimagen" perfectible en el tiempo, no es
inherente ni azarosa al ser humano.
El hombre
moderno, el que forjó las sociedades, o
mejor dicho, "la cultura" en la
que nos desenvolvemos actualmente, es un resultado de ciertas
tendencias ideológicas nacidas al alero de procesos de
cambio
histórico, cuyo tópico quizás encuentre
asidero en la
Ilustración, donde el hombre se
concibe asi mismo ya no como un individuo
supeditado a la voluntad divina, sino que como un ente activo y
capaz de crear y ordenar su propia realidad. Este es el alma mater de
lo que hasta aquí hemos considerado como el
antropocentrismo moderno. A partir de esto, entendemos la
idea del progreso humano como fundamento edípico de su
existencia, y sumado a lo dicho, se genera una inconsciente
competencia en
todo ámbito del desarrollo del
hombre. Importante es señalar que la autoestima es
propia de la existencia humana, pero con diferentes matices y
relevancia en el tiempo.
La autoestima, como concepto ontológico,
encuentra recién realce en este contexto, pues la sociedad
en la que se enclava, y la realidad que lo sostiene, determina,
en cierta medida, el comportamiento
del individuo en función de
sus posibilidades productivas y sociales en cada etapa del
desarrollo
humano. Dicho en otras palabras, el hombre debe sentirse
adecuado en relación a sus pares, la sociedad, y de
antemano, consigo mismo.
El propósito de este trabajo es, a
partir de definiciones conceptuales del tema que nos
atañe, vislumbrar cuál es la importancia de la
autoestima humana en el contexto que hemos dado, conocer la labor
de la
educación en la formación de actores sociales
activos, y
desarrollar una reflexión crítica en torno a
esto.
La metodología utilizada para la
realización de esta investigación es la recopilación de
material bibliográfico, la revisión crítica
de éstos, y la redacción en conjunto del informe
aquí presentado.
En el diccionario de
la Real Academia Española (RAE) encontramos la siguiente
definición de autoestima: 1. f.
Valoración generalmente positiva de sí mismo.
En función de diversas fuentes, se
infiere de un cierto marco general en relación a los
distintos planteamientos.
El modo en que nos sentimos con respecto a nosotros
mismos afecta virtualmente en forma decisiva todos los aspectos
de nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en
el trabajo,
el amor o el
sexo, hasta el
proceder como padres y las posibilidades que tiene un individuo
de progresar en la vida. Las respuestas ante los acontecimientos
dependen de quién y qué se piensa que se es. Los
problemas y
vicisitudes de la vida son los reflejos de la visión
íntima que posee el hombre de si mismo. En función
de esto, ¿es la autoestima es la clave del éxito o
del fracaso?
Se ha dicho que es, además, la clave para
comprendernos y comprender a los demás. Aparte de los
problemas de origen biológico, no se conoce una sola
dificultad psicológica – desde la angustia y la
depresión, el miedo a la intimidad o al
éxito, el abuso del alcohol o de
las drogas, el
bajo rendimiento en el estudio o en el trabajo, hasta los malos
tratos a las mujeres o la violación de menores, las
disfunciones sexuales o la inmadurez emocional, pasando por el
suicidio o los
crímenes violentos- que no sea atribuible a una estima
deficiente. De todos los juicios a que se somete, ninguno es tan
importante como el propio.
¿Qué es la autoestima?. Para contestar
esta pregunta, es preciso contemplar dos variables:
- un sentimiento de capacidad personal
- un sentimiento de valía personal.
La autoestima es la suma de la confianza y el
respeto por
uno mismo. Refleja el juicio implícito que cada uno
hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la
vida y de su derecho a ser feliz.
Lo que se ha conceptualizado, en definitiva del hecho de
"tener una alta autoestima" significa el sentirse confiadamente
apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Al contrario,
"tener una autoestima baja" es sentirse inútil para la
vida: equivocado, no con respecto a tal o cual asunto, sino
equivocado como persona. Tener un término medio de
autoestima es fluctuar entre sentirse apto e inútil,
acertado y equivocado como persona, y
manifestar estas incoherencias en la conducta– actuar
a veces con sensatez, a veces tontamente-, reforzando,
así, la inseguridad.
La capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables
por si mismo parece inherente a la naturaleza
humana, ya que la capacidad de pensar es la fuente
básica de la "idoneidad", y el hecho de que estemos vivos
es el fundamento del "derecho a esforzarnos para conseguir
felicidad".
El desarrollo de la autoestima es generar la
convicción de que se es "competente para vivir y merece la
felicidad", y por lo tanto enfrentar a la vida con mayor
confianza, benevolencia y optimismo, lo cual nos ayuda a alcanzar
nuestras metas y experimentar la plenitud.
Se ha querido hacer ver qué, cuanto más
alta sea nuestra autoestima, mejor preparados estaremos para
afrontar las adversidades: cuanto más flexibles seamos,
más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la
desesperación o a la derrota.
La mayoría de las personas buscan la
autoconfianza y el autorrespeto en todas partes menos dentro de
sí mismas. La autoestima positiva se comprende mejor como
una serie de logro espiritual, es decir, como una victoria en la
evolución de la conciencia.
El estado de
una persona que no está en guerra ni consigo misma
con los demás, en nuestra sociedad, se ve caracterizado
como una autoestima sana. La importancia de esta autoestima sana
reside en el hecho de que es la base de la capacidad para
responder de manera "activa y positiva" a las oportunidades que
se nos presentan en el trabajo, en el amor y en la
diversión.
El concepto del Yo y de la Autoestima se desarrollan
gradualmente durante toda la vida, empezando en la infancia y
pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada
etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados
razonamientos sobre el Yo.Para desarrollar la autoestima en todos los niveles
de la actividad desde un estudiante, pasando por el escritor,
el profesional, el obrero, el ejecutivo, etc. Se necesita
tener una actitud de
confianza frente a sí mismo y actuar con seguridad
frente a terceros, ser abiertos y flexible, valorar a los
demás y aceptarlos como son; ser capaz de ser
autónomo en sus decisiones, tener comunicación clara y directa, tener una
actitud empática, es decir, capaz de conectarse con
las necesidades de sus congéneres, asumir actitudes
de compromiso, ser optimista en sus actividades.Otra estrategia
para desarrollar la Autoestima es cuando una persona se
equivoca y es capaz de reconocer y enmendar sus errores, no
limitarse a autoculparse, ni culpar a los otros. Tener
actitud creativa y ser capaz de asumir los riesgos
que implica una nueva tarea , evitar la critica.También tenemos que evitar la frecuencia muy
alta del mensaje, encontrar los datos
positivos de otras personas, conectarse con emociones
positivas del pasado, ampliar el
conocimiento de si mismo con mayor sinceridad, tener
tabla de valores y
respetarla, desarrollar el sentido del humor e
infundirlo.La autoestima se construye diariamente con el
espíritu alerta y la interacción con las personas que nos
rodean, con las que tratamos o tenemos que dirigir. La
autoestima es muy útil para enfrentar la vida con
seguridad y confianza.Un aspecto central para el desarrollo de la
Autoestima , es el conocimiento de nosotros mismos. Cuanto mas
conocemos, es mas posible querer y aceptar nuestros valores.
Si bien las metas son básicas para darle un sentido a
la vida, ellas tienen costos en
esfuerzo, fatiga, desgaste, frustración, pero
también en maduración, logros y
satisfacción personal.Cuando se tiene contacto con personas equilibradas,
constructivas, honestas y constantes, es mas probable que se
desarrolle una personalidad sana, de actitudes positivas que
permitan desarrollarse con mayores posibilidades de
éxito, aumentando la autoestima.- AUTOESTIMA EN
EL DESARROLLO EVOLUTIVO - DESARROLLAR LA
AUTOESTIMA DE LOS DEMAS
Aunque cada uno de nosotros es el
responsable último de su autoestima, tenemos la
oportunidad de apoyar o atacar la autoconfianza y el autorrespeto
de cualquier persona que tratemos, así como los
demás también tienen la misma opción en sus
relaciones con nosotros.
Probablemente todos recordemos ocasiones en que alguien
nos trató de un modo que reconocía tanto nuestra
dignidad como
la suya. Y también podemos recordar ocasiones en que
alguien nos trató como si el concepto de dignidad humana
no existiera. Sabemos bien qué diferente sensación
nos dejan estas dos clases de experiencia.
Cuando nuestras relaciones
humanas tienen dignidad, las gozamos más: y cuando
nosotros manifestamos dignidad, nos gustamos más a
nosotros mismos. Cuando nos comportamos de tal manera que
acabamos elevando la autoestima de los otros, también
estamos aumentando la nuestra.
Este ítem que acá desarrollamos
pretende dar cuenta de cómo ciertos aspectos de la
vida humano inciden en el grado de autoestima de los seres
humanos, y como éstos ven reflejada su función
dentro de la sociedad.- Aparatos:
- AUTOESTIMA Y FUNCIÓN SOCIAL DE LOS
INDIVIDUOS
La vida en la sociedad moderna, a partir del capitalismo,
ha generado una particular forma de plantear al ser humano en
relación al Estado, que se
define como el organismo encargado de velar por el bien
común de la nación
de la que es propio el individuo. Genera este aparato un sentido
de pertenencia inmediato ante los hombres, pues la
concepción de "nacionalidad"
es involuntaria, y se otorga al momento de nacer. El Estado es
benefactor en tanto un hombre se comporte en relación a
las leyes que le
impone (a partir de coerción), lo que se manifiesta
gradualmente en todos los ámbitos que ésta
involucre. Althusser ha definido la reproducción
social como la forma en que los aparatos reproducen las
estructuras
del sistema
capitalista, en el cual la función social del individuo
está, vista desde el análisis marxista, condicionada por la
clase social y
la conciencia de ésta. Es decir, el Estado tiene para cada
hombre un lugar y una proyección (perspectivas de vida).
Lo que nos interesa aquí es vislumbrar como la
contradicción hombre-aparato, incide en el desarrollo
(positivo o negativo) de la autoimagen humana. El Estado a
través de la profundización de sus formas
coercitivas, dispone del individuo en tanto que se asume como
inferior. Esta idea parece tener en el desarrollo moral de las
personas, la imposibilidad de asumir la libertad como una
capacidad propia, sino como un estado utópico. Kant lo ha
conceptualizado como el "deber ser". Creemos que los hombres, no
en su concepción ontológica, sino que sólo a
partir de la socialización y la generación de un
aparato regidor, generan una autoconcepción
específica para el caso social que les
corresponda.
Hemos definido la categoría como la forma
en que el hombre se proyecta en función de labores
sistémicas, en tanto responden a las necesidades de
una macroestructura. Es decir, la autoimágen de los
individuos en sus funciones
específicas dentro de la "gran máquina", sus
propias inquietudes en relación a sentirse
"engranajes correctos". Dentro del desarrollo evolutivo del
hombre, éste debe sentirse que encaja en un modelo
propiciado por la cultura en cada una de sus
fases.A partir de una breve reflexión, queremos
proponer un marco de análisis para entender este
tema. Creemos que los individuos generan y gradualizan su
autoimágen en función de dinámicas
sociales que se simbiotizan, y que cobran diversa fuerza
en el desarrollo evolutivo. Estas corresponden a : a) Una
dinámica impuesta en un nivel de la
cotidaneidad, que principalmente radica en el
grupo
familiar inmediato (el hogar); b) Una dinámica
impuesta en un segundo nivel de las relaciones
extrafamiliares inmediatas, visto esto como los pares y
el prójimo conocido; c) Una dinámica impuesta
en un tercer nivel de la sociedad general, como una
forma amplia, integral y variada que se manifiesta a partir
de focos, como los medios
de comunicación, educación formal, estratos sociales,
y la percepción propia.
Dentro de este marco de análisis, se puede
ejemplificar de la siguiente forma: tomaremos el caso de un
niño de 7 años llamado José. Vive con
sus padres y 1 hermano mayor. Va a una escuela
cercana a su hogar, cursa 2º básico, y tiene
varios amigos en la cuadra donde vive, además de sus
compañeros de colegio. Su padre sigue fervorosamente
los partidos de fútbol de su club favorito. El
hermano de José es hincha también del mismo
club. José ha preferido en la escuela, destacarse
entre sus compañeros, en este plano. Su interés radica en "jugar unas
pichangas" y ser el máximo goleador de su curso, y
de su barrio. Detenidos en este ámbito, José
fortalecerá su autoimágen en tanto desarrolle
esa capacidad tan venerada por los hombres de su familia, y
además, por sus compañeros y amigos, que de
sus casas cargan con el mismo lastre cultural. En esta
etapa, la dinámica impuesta por la sociedad, tiene
una menor relevancia. El éxito que José
desenvuelva en sus calificaciones académicas,
está condicionado por el comportamiento de su madre,
quien es la más preocupada en este sentido. Pretende
que José sea, proyectados en el tiempo, "más
que ellos" (sus padres), y esta preocupación,
José la ha asimilado de esta forma: la
familia se contenta cuando él obtiene buenas
notas, y ha sido castigado un par de veces por no tenerlas,
y esto le ha significado no poder
salir a la calle a jugar. Su autoimágen, impuesta
por ambas dinámicas se ha visto mermada, por la
potenciación de éstas.- Organización
- Individuos
Queremos justificar esta categoría a partir de
que tomaremos como punto axial el hecho de que la
autoimágen está supeditada a ciertos caracteres de
orden individual, pero que a su vez, responden a las
dinámicas anteriormente expuestas.
El género,
como condición característica, propicia una
perspectiva desde el punto de vista de la autoimagen, vista
además como una concretización de la
dinámica impuesta por una sociedad. Es decir, la
posibilidad del desarrollo humano de hombres y mujeres tiene
distintas aristas, lo que influirá directamente en la
autoestima generada.
Esta forma anterior encuentra asidero en tanto que una
formación cultural específica, desarrolla una
autoimagen prefijada para los individuos, en donde el
género puede ser visto como una de tantas variables al
respecto. Podríamos sumarle a esto, la percepción
de ingresos, y en
definitiva, al poder adquisitivo de las personas, que en la
cultura material desarrolla un cierto grado de "posibilidades y
limitantes" que inciden directamente en la autoestima e imagen proyectada
ante los pares y la sociedad.
CONCLUSIONES Y
CONSIDERACIONES GENERALES.
Ante los resultados de esta pequeña
investigación y exposición
sobre el tema de la autoestima, nos permitimos en estas
conclusiones desarrollar la perspectiva crítica a la que
hacíamos alusión en un comienzo.
¿Es la autoestima, la clave del éxito o
del fracaso? Esta tentativa surge a partir de la
definición conceptual que hemos desarrollado en el inicio
de nuestro trabajo. La mirada crítica que nos hemos
propuesto esta sentada sobre la base de funcionalización
del concepto en sí. Es decir, que el autoestima, como
materia de
estudio pretende idealizar la figura de un hombre apto, ya
no sólo en función de sus perspectivas
ontológicas, sino que propiciada por la aceptación
en el "patrón correcto" de las dinámicas a las que
nos hemos referido. Dicho sea de paso, creemos que la
formalización de estereotipos idóneos no se ajusta
a la realidad concreta, propuesta por una gama de variables de
todo orden. Es decir, el éxito y el fracaso se concretan a
partir del autoestima como clave, sólo en la medida que
las condiciones externas así lo permitan. El autoestima
entonces es muy susceptible a la realidad concreta en que se
inserta el individuo.
Es propicio generar la mentalidad de que la idea de
quererse a si mismo, en función del
querer-ser, no aparece en la praxis y esta
visión choca contra la perspectiva de la
autoconvicción amparada en el deber-ser. En esta
perspectiva es que el desarrollo de algunas capacidades humanas,
a partir de la educación, están sesgadas en tanto
limitan al ser humano para llegar a un estado de plenitud en
función de perspectivas ontológicas, ya que hemos
visto que existe una profunda ligación a los
parámetros impuestos por una
sociedad ideologizada. Los niños
estan siendo educados a partir de la dinámica social,
quizás dejando de lado las dinámicas más
inmediatas a ellos mismos, pues se les provee del conocimiento
que les prepara para enfrentar un mercado laboral, una
perspectiva sumisa ante el poder, y el miramiento de la
libertad como una lejana isla imposible, "idea"en el
sentido platónico.
Como autores de este breve trabajo, nos parece propio
decir que llevamos toda nuestra vida intentando "ser seguros" en
relación a un mensaje social que desde nuestras casas se
ha desarrollado. Pero en realidad nunca habíamos querido
ver cuál era el motivo de nuestra obsesiva capacidad de
ser apto para la vida. La discusión y la reflexión
al respecto tiene que volver al hombre, y nosotros como tal
también hemos de construir sociedades en donde prime el
valor
intrínseco de las personas, y no en la funcionalidad de
éstas. "Debes mantenerte firme en tus
propósitos"…
· Foucault, Michel, 1926-1984 : Discurso,
poder y subjetividad ; comp. Oscar Terán. El
Cielo por Asalto, Buenos Aires,
1995.
· Slaiken, Karl A : "Intervención en
crisis ", México,
Ed. Manuel Moderno, 1988.
· Brandon, Nathaniel: " Cómo mejorar su
autoestima", Barcelona, Ed. Paidós, 1991.
· Daskal, Ana María: " Permiso para
quererme ". Reflexiones sobre la autoestima
femenina, Ed. Paidós., 1992
· Modernidad y
autoidentidad : [Apuntes de Taller de Desarrollo
Personal] / Anthony Giddens. Barcelona : Anthropos,
1996.
· Psicología del
desarrollo / Diane E. Papalia, Sally Wendkos Olds ;
traducción [de la 7a. ed. en inglés
por]Cecilia Avila De Baron. Santa Fe de Bogotá
: McGraw-Hill, c1998.
Francisco Gaete
Sebastián Garrido
Nicolás Girón
Psicología del Desarrollo
Universidad Metropolitana de Ciencias de
la Educación
Facultad de Historia, Geografía y Letras
Departamento de Historia y Geografía