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Como agua para chocolate (L. Esquivel) (página 2)




Enviado por euge_mza



Partes: 1, 2

En 1911 en las elecciones presidenciales resultó
elegido Madero pero no logró alcanzar un acuerdo con
Zapata ni con otros líderes agrarios respecto de los
problemas
sociales planteados por el campesinado. El 25 de noviembre
Zapata proclamó el Plan de Ayala, en el que se
proponía el reparto de tierras y la continuación de
la lucha revolucionaria. El Ejército federal
reprimió con dureza los levantamientos, estableciendo
campos de concentración, quemando aldeas y ejecutando a
numerosos campesinos. En ciudad de México tuvo lugar en
febrero de 1913 la que se denominó 'Decena
Trágica'

4) Argumento

4.1) Brevísima síntesis
argumental

Tita, una apasionada cocinera está condenada a
permanecer soltera, cuidando de su autoritaria madre hasta que
ésta muera. Pero se enamora de Pedro quien, para estar
cerca de ella, se casa con su hermana Rosaura.

Las recetas que Tita elabora marcan el paso de las
estaciones de su vida, siempre coronados por la ausencia de
Pedro, la ausencia del amor y la
comprensión, encontrada únicamente en la cocinera
anterior del rancho, Nacha.

Luego de idas y vueltas en su amor con Pedro, y luego de
interminables peleas y abusos físicos y emocionales por
parte de su madre, Tita se libera espiritualmente y es mandada
por Mamá Elena a un asilo mental. En realidad va a parar a
la casa de John Brown, el médico, quien se enamora de ella
y le proporciona los cuidados necesarios para lograr esta
libertad
espiritual tan anhelada.

Luego de un violento ataque por unos rebeldes al rancho,
Mamá Elena se ve imposibilitada de caminar y Tita vuelve
al Rancho para cuidarla. Se reencuentra con los malos tratos,
pero esta vez no la dominan. Al morir su madre, Tita queda
viviendo en el Rancho con Pedro, Rosaura y la hija de ambos,
Esperanza, a quien cuida y alimenta. Recibió una propuesta
de matrimonio del
Doctor Brown, pero la rechaza luego de ser desvirgada por Pedro y
ante la sospecha de un embarazo
producto de la
consumación de su amor. Finalmente este embarazo era
sólo un desarreglo en el ciclo
menstrual de la protagonista de esta historia de
desencuentros y tragedias.

Luego de muchos años, cuando Esperanza ha
crecido, se produce la boda de ella con Alex, el hijo de John
Brown. Al irse lejos del hogar la "niña", Tita y Pedro
finalmente se encuentran solos en la casa, pues Rosaura
había fallecido un año atrás. Esa misma
noche, sin las presiones de ser escuchados o encontrados
realizando su preciado acto de amor, se disponen a hacer al fin
el amor
libremente. Fue tan grande esta emoción que Pedro muere en
el acto, y Tita, al perder al amor de su vida, decide ir a su
encuentro cometiendo el suicidio.

La historia es contada por la hija de Esperanza y Alex,
a través de la explicación de las recetas de cocina
de un libro que Tita comenzó a escribir para crear una
nueva historia, que le fueron heredadas por su madre al encontrar
el Rancho quemado hasta ser cenizas luego del fuego ocasionado
por nada menos que los cuerpos de Tita y Pedro aquella, su
última noche.

El libro se presenta de una forma muy original,
capitulado a través de la preparación de estas
recetas dejadas por Tita para la posteridad, y recordando los
días en los que habían sido preparados expresando
diferentes situaciones y estados.

5) La historia
contada a través de los Personajes

5.1) Tita De La Garza

Es una mujer espiritualmente independiente, aunque
sometida a las agresivas costumbres familiares de las que es
presa. Por haber nacido última, y además por ser
mujer, está condenada a permanecer soltera y casta para
cuidar a su madre y no caer en la desgracia de la vergüenza
social.

En una época de grandes represiones
ideológicas, Tita no escapa de los cuestionamientos sobre
la vida misma, sobre la libertad, las injusticias y sobre todo lo
que le está prohibido. No se cuestiona sobre la
Revolución por la que atraviesa su país, pues le
interesa hacer y no filosofar. Contrariamente a
esos héroes en las palabras que nos son mostrados a lo
largo de la historia, Tita es quien en efecto busca cambiar las
cosas. A su manera, busca la misma libertad que buscan los
revolucionarios, pero ella está comenzando desde su casa,
desde el Rancho, intentando cambiar las leyes represoras
que le han sido impuestas, y soportando para ello los constantes
abusos de su Mamá Elena.

Al nacer, Tita no pude recibir los alimentos
maternos debido a una depresión
de la que fue presa su madre tras enviudar. Así es como
fue criada en la cocina por Nacha, su única amiga fiel y
confidente, aprendiendo desde la cuna los secretos y sabores
culinarios que marcan esta historia. De muy joven, a sus 15
años, Tita conoce a Pedro y se enamora perdidamente de
él. El amor fue mutuo. Sin embargo, debido a la
tradición familiar, Mamá Elena arregló la
boda que marcaría definitivamente el odio que su hija Tita
le tendría toda la vida: la de Rosaura con Pedro. Tita
nunca comprendió realmente si fue cierto que Pedro se
casara con su hermana para estar cerca de ella pues,
víctima de los celos, Pedro habría sido en muchas
ocasiones motivo de pena para Tita. Mamá Elena nunca
dejó de vigilar a estos dos constantemente, ocasionando
disturbios familiares al por mayor.

Además de excelente cocinera, Tita era una
persona
extremadamente sensible y estaba en profundo contacto con su
espiritualidad. Ya que la cocina era para ella una actividad que
la desvinculaba del mundo represor y le permitía el acceso
a su propio y mágico, liberador mundo, era capaz de
reflejar en sus platos sus estados de ánimo y contagiarlos
a todos los comensales. La boda de Rosaura con Pedro fue motivo
de gran tristeza para ella, e incluso de repulsión. Fue
tal su sensación al preparar el pastel de bodas, que los
presentes en la ceremonia, al probarlo, sintieron gran tristeza
y, en busca de aliviar esta pena, se produjo una vomitona
colectiva en el Rancho. Como no podía ser de otra forma,
Mamá Elena culpó a Tita de haber intoxicado la
comida y la castigó fuertemente. El segundo hechizo del
que los comensales fueron presas se dio en el primer aniversario
de Tita como cocinera del Rancho, luego de la muerte de
Nacha. Pedro, tiernamente, regaló a Tita un ramo de
rosas que
Mamá Elena le prohibió conservar. Para no
desperdiciar este gesto, algo tan rara vez observado por Tita,
cocinó un platillo con los pétalos de esas rosas
que había sostenido contra su pecho con tal firmeza que
había salpicado con su propia y deseosa sangre, cargada
de necesidades, en especial la del amor. Al probar el platillo se
dio entre Pedro y Tita una relación sexual casi
platónica, que fue sólo manifestada en lo
físico en el cuerpo de Gertrudis, su otra hermana, el
día que abandonó el Rancho.

Cuando Rosaura dio a luz a su primer
hijo, Roberto, Tita se vio con gusto obligada a su alimentación, y le
tomó un afecto maternal que ansiaba experimentar con todo
su ser. Al verse imposibilitada de casarse y concebir, al haber
recibido al niño en este mundo y al acoger a Roberto como
su propio hijo su cuerpo reaccionó de una manera especial:
dio leche, con la
que alimentó al niño. Pero nuevamente su madre la
reprimió: al ver extrañas movidas ocasionadas por
los constantes roces de miradas y situaciones amorosas con Pedro,
envió a la familia de
su cuñado a vivir lejos. Esta separación fue
doblemente dolorosa para Tita: perdía a su hombre (que no
era su hombre) y a su hijo (que tampoco era su hijo). Siendo la
encargada de la cocina del Rancho desde la muerte de
Nacha, Tita por primera vez en su vida tenía tristeza tal
que se desentendía de sus labores. La partida de Pedro y
Roberto le había quitado todas sus fuerzas, a pesar de que
en estos momentos de profunda pena siempre encontraba la
compañía y consejos del alma de Nacha,
pues su relación en vida había sido tan fuerte que
incluso desde la muerte se acompañaban. Pero ni siquiera
los consejos de Nacha fueron capaces de atenuar el fuego rabioso
que nació de su entraña al saber que Roberto
había muerto estando lejos, pues no podía ser
alimentado con propiedad,
mucho menos con todo el amor que él necesitaba y que
sólo Tita podía brindarle. Culpó a
Mamá Elena en un desenfrenado ataque de rabia y gritos, y
corrió a esconderse en el palomar sobre la casa, desnuda,
reflejando su decisión de separarse de todo lo que
había conocido en este mundo, y quedándose rodeada
de las plumas de palomas que podían volar donde quisieran,
con un pichón que había quedado abandonado que
acogió como su hijo, aunque estuviese muerto.
Quizás, en alguna forma, se esté mostrando al
lector a una Tita que refleja a su madre: dando el alimento
(cuidado más básico) a un hijo diferente a ella,
que está muerto (como Tita, muerta por dentro, sin poder
comunicarse o su madre).

Ante el abandono que muestra su madre,
la envía a vivir bajo la tutela del Doctor
Brown encomendándole aislarla en un asilo mental. John la
lleva, en cambio, a
vivir a su casa, donde está Alex, su pequeño hijo.
Tita, en su deseo de vivir en un mundo más que privado,
deja de hablar incluso al tener más de sus encuentros
supernaturales (aparece ante sus ojos en repetidas ocasiones la
abuela de John). Se nos muestra que Tita no necesitaba de otras
personas tan sólo porque sí, ya que su amor era tan
generoso que podía llegar hasta a los seres que ya no
estaban en este mundo. Pero sí sentía la necesidad
de liberarse, de rebelarse contra una autoridad
demagoga. En casa de John encuentra este aislamiento necesario
que, sin ser confinamiento, funciona perfectamente como ese otro
mundo que Tita buscaba: un sitio de amor y comprensión,
donde aprende cosas nuevas no sólo de ciencia, sino
de la relación amena de la que pueden gozar dos
personas.

Luego de un desafortunado incidente en el que su madre
queda paralizada de la cintura hacia abajo, Tita regresa a vivir
al Rancho para continuar con sus cuidados, a pesar de que
Mamá Elena la acusa sin descanso de querer envenenarla a
través de la comida. Justamente a Tita, incapaz de
violentarse de tal forma, y aún menos por medio de lo que
representaba su unión con el Universo
mismo: la cocina.

Víctima de esta sospecha, Mamá Elena
tomaba sustancias vomitivas luego de cada alimento que Tita
cocinaba, hasta que finalmente murió. Tita entonces se vio
tan desligada de sus presiones que no supo qué sentir. Por
primera vez era casi libre, por lo menos no tenía que
cuidar de nadie a quien no quisiera cuidar. Podía dar su
amor como a ella le placiera. La muerte de su madre tuvo muchas
repercusiones, la mayor de ellas fue que Tita se encontró
con una serie de testimonios del pasado de su madre que la
exponían ante sus ojos como una mujer apasionada (como
ella) a quien le habían negado el amor verdadero (como a
ella). Y aún sabiendo esto, fue tan cruel el destino que
madre había propiciado para ella que nunca podría
perdonarla ni siquiera quererla, pero de todas formas en su
funeral, lloró.

Quedó viviendo en el Rancho con la familia de
Rosaura, quien había regresado para asistir al funeral
luciendo un prominente embarazo. De allí nació
Esperanza, quien al abandonar el útero había
incapacitado a su madre de poder tener más hijos.
Nuevamente Rosaura no tenía leche y Tita se hizo cargo de
la labor de alimentarla, pero esta vez no desde su pecho, sino
por medio de alimentos preparados, como Nacha hubiera hecho con
ella hacía 17 años. Al ser la última
criatura que nacería de ese matrimonio, Rosaura desde su
llegada al mundo había pronosticado su destino: el de
continuar la tradición familiar de mantenerse soltera a
disposición de su madre. Fue tan grande el enojo y la
frustración de Tita (sumado al hecho de que Pedro se
negó a permitir el casamiento de Tita con John) que
logró un nuevo hechizo alimenticio: deseando que esas
palabras se pudrieran en el fondo de las entrañas de
Rosaura, Tita hizo que desde ese día su hermana sufriera
constantes y pestilentes contracciones digestivas.

Esa misma noche en la que John pidió (y
consiguió) la mano de Tita, Pedro la sorprendió
avanzada la noche y consumaron su amor en un cuarto al fondo de
la casa, en un espectáculo de chispas que se
desprendían de sus ardientes cuerpos que fueron
confundidos con el espíritu de Mamá Elena. Luego,
ante la sospecha de estar embarazada de Pedro, Tita
suspenderá la boda con John, pues sería injusto
entregarse en matrimonio sin ser casta (además de ser la
madre del hijo de su cuñado). La soledad invade cada vez
más el cuerpo de Tita, hasta que vuelve al Rancho
Gertrudis, felizmente casada, marcando una esperanza para Tita.
Gertrudis se encarga de propiciar el encuentro entre Tita y Pedro
para confesarle este embarazo, y se marca un nuevo
capítulo en la historia entre ambos. Esa noche Pedro,
embriagado de alegría y de alcohol, sufre
una serie de quemaduras que lo obligarían a recibir los
cuidados médicos de Tita. Pero no fue tan sólo un
accidente: Mamá Elena se había presentado en el
mundo mortal, maldiciendo a Tita quien, finalmente, logró
exteriorizar toda su furia contra Elena y hacerla finalmente
desaparecer, logrando también comenzar su ciclo menstrual
y entrando en razones que lo que le sucedía era un
embarazo psicológico producto de su profundo deseo de
poder algún día ser madre de un niño nacido
del verdadero amor.

Pasados los años, Esperanza contraería
matrimonio con Alex Brown en una boda que sería el
desenlace de la historia de desencuentros, pues ahora quedaban
tan solo Tita y Pedro en la casa. Esa noche, al consumar su amor,
ambos encontrarían la muerte en lo que John
describiría (mitad en forma científica, mitad en
forma espiritual) como el estallido del fuego
interior.

5.2) John Brown

Este ameno doctor estadounidense se aparece en las vidas
de los De La Garza como la salvación, la liberación
y la promesa de nuevas eras. Criado con lo moderno de la ciencia, lo
normal de la familia, y lo especial de los conocimientos
sobrenaturales de su abuela kikapú Luz Del Amanecer, John
encarna la mezcla de todas las sensaciones de los personajes de
este libro, adaptándolas y explicándolas en formas
que Tita comprendía y aprehendía para poder
conseguir su liberación. Se muestra comprensivo y de suma
ayuda para Tita al cancelar la boda, sin rencores, sino
agradeciendo poder haber estado a su
lado.

Como meritorio de este personaje, cuento una
historia que luego sería el botón desencadenante de
la final emancipación espiritual de Tita: Al recibirla en
su casa, John se enamora profundamente de ella. Trata de
enseñarle, más allá de reglas y
condicionamientos, las curiosidades que él había
aprendido de su abuela, ya que conocía a Tita y
sabía que estos datos
serían de su agrado. Desde un principio vemos que John es
apacible, sereno y muy predispuesto a ayudar a Tita.
Podría haber sido su complemento ideal.

En el capítulo referido al mes de Junio, titulado
bajo el nombre de "Masa para hacer fósforos", John explica
a Tita que podemos encontrar estos componentes directamente en el
cuerpo humano,
y relata una historia que Luz Del Amanecer le habría
enseñado, que será luego de vital importancia para
comprender el desenlace del libro.

"Si bien todos nacemos con una caja de
cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos,
necesitamos […] oxígeno
y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el
oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la
persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento,
música
[…] que haga disparar el detonador y así encender uno de
los cerillos. […] Cada persona tiene que descubrir
cuáles son sus detonadores para poder vivir. […] Si uno
no descubre a tiempo
cuáles son sus detonadores, la caja de cerillos se
humedece y ya nunca podremos encender un solo
fósforo.

"-Claro que también hay que poner
mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno por uno. Porque
si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos
de un solo golpe […] ante nuestros ojos aparece un túnel
esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento
de nacer y que nos llama a reencontrarnos con nuestro origen
divino"1

1John Brown, pág.
85

5.3) Elena De La Garza

Habiendo sido criada en una familia de formación
rígida y autoritaria, Elena se nos muestra como una mujer
de similares características. Es dura, fuerte, de gran
carácter, con un desenfado fenomenal a
quien no cumple las reglas.

De joven había sentido el amor en los ojos de un
muchacho llamado José Treviño, a quien el padre de
Elena despreciaba por tener sangre negra en sus venas, y la
obligó a contraer matrimonio con Juan De La Garza.
Habiendo ya sido madre, Elena continuó con sus encuentros
amorosos con el mulato, siendo el fruto de éstos
Gertrudis. Juan ignoraba este hecho hasta que nació Tita.
Al tomar conocimiento
sufrió un fulminante infarto,
dejando a Elena viuda desde muy joven. Esta repentina viudez la
obligó a ser aún más rígida y fuerte,
pues tuvo que hacerse cargo del Rancho, de sus tres hijas y de
todos los quehaceres que le tocaban por el hecho de ser mujer.
Como su madre antes que ella, le enseñó a Rosaura,
Gertrudis y Tita los valores
que eran imprescindibles para ser agraciada en la sociedad, y
las tradiciones que corrían en la familia De La
Garza.

A pesar de haber sido víctima de una
frustración amorosa culpa de la represión paterna,
Elena no se mostró como una persona necesitada de dar
afecto, todo lo contrario: aparenta ser una persona renuente al
mismo, ya que antes le había provocado tales sufrimientos
y soledades. Quizás por eso, y en cumplimiento de las
normas
familiares, procuraba que sus hijas tuviesen mejor suerte, al
menos un futuro más sólido que el de ella,
apresurada por entregarlas a una nueva familia que pudiese dar la
estabilidad necesaria para su tranquilidad y Paz. De alguna forma
creo que Elena quería quedarse sola, y es por esto que
ella también se mostraba infeliz con la norma familiar que
imponía que Tita se quedara a su lado hasta la
muerte.

Desconociendo otro modo de vida, Elena intenta todo el
día enseñar e imponer lo que le fue enseñado
e impuesto, no
por un acto de cobardía hacia el cambio (ella podía
enfrentarlo muy cómodamente), sino por un acto de su
propia liberación, que esta vez no es espiritual, sino de
una falsa sensación de satisfacción al verse
desligada de su obligación de madre. Aún así
el odio no la abandona, expresando quizás la furia contra
sus padres y su difunto esposo a través del mal trato con
sus hijas, en especial con la encargada de su
compañía, Tita.

5.4) Pedro Muzquiz

Pedro es un joven arrebatado y apasionado, que
quizás no es reflejo de su padre, un hombre paciente y
contemplativo. La misma noche en la que conoció a Tita en
una fiesta se decidió a proponerle matrimonio, aunque
esperó que arribara la oportunidad para hacerlo a solas.
Luego de paseos románticos por la plaza de Piedras Negras,
Pedro y Tita fijaron un lapso de un año para dar a conocer
la noticia al pedirle a Elena su mano. Pero la noche en que lo
hizo, Elena propuso al Señor Muzquiz que Pedro contrajera
matrimonio con Rosaura. Pedro, en un arrebatado intento por
permanecer cerca de Tita, aceptó la propuesta. Sin cumplir
su rol de marido, no consumó el matrimonio sino hasta
meses después, gracias a las insistencias y presiones que
recibía. Nunca tomó suficiente valor para
hacer las cosas, es quizás quien menos piensa en las
repercusiones de sus actos en toda la novela. Nunca
se atrevió a huir con Tita del Rancho, ni a gritar a viva
voz su amor incluso luego de la muerte de Mamá Elena.
Incluso se dejaba doblegar por Elena. Como en la obra no se
menciona la existencia de Señora Muzquiz alguna, presumo
que esta redención a la autoridad materna era producto de
haber perdido a su madre, o de la ausencia de ella.

Su inexperiencia ante el trato delicado hacia las
mujeres y su anatomía lo llevaba a
ser un tanto rústico en la forma de expresar su deseo
hacia Tita, delirando durante mucho tiempo por una parte de la
pantorrilla que le había visto alguna vez, o mirando
fijamente los senos de Tita en una ocasión en la cocina.
Sin el menor desdén, Pedro ayudaba a Tita a recorrer el
cuerpo de él con las manos de ella, e incluso el
día en que la desvirgó la tomó casi por la
fuerza, de no
haber sido porque Tita no puso resistencia
alguna.

Es también esta actitud de
niño que se hace pasar por hombre de la casa, Pedro
constantemente hacía berrinches frente a la posibilidad de
compartir a Tita con alguien más, representado en la
novela a través de John, pero también repudiaba la
falta de compañía de Tita cuando ella estaba junto
a otras compañías. Era tan desenfrenado su amor, y
tan tempestuosa la separación que les había sido
marcada, que Pedro nunca asumió a viva voz sus
sentimientos hacia Tita fuera del círculo privado que
ambos formaran, y no fue sino hasta la boda de Esperanza (en la
que bailó románticamente con Tita frente a todos)
que demostró su amor sin importarle lo demás… ni
los demás.

5.5) Gertrudis De La Garza

Gertrudis, la segunda hija de Elena (hija de
Treviño, el mulato), es una mujer totalmente desenfrenada,
muy pasional y muy curiosa respecto de su propio ser y de las
delicias que depararía la vida lejos de las
normas.

Siempre inclinada hacia el camino rebelde, Gertrudis fue
quien sucumbió ante la tentación que marcó
aquél plato de Codornices en Rosas que Tita había
elaborado marcando una intimidad con Pedro. Para quitarse el
ardor que esta sensación provocaba en su bajo vientre, fue
a darse un baño en el cuarto de patio trasero construido a
tal fin. Pero era su sensualidad tan remarcada, y su deseo tan
libidinoso, que el agua no
podía refrescarla, representado en la novela en forma
mágica: diciendo que las gotas de agua, ni bien tocaban su
piel, se
evaporaban. Casi explotando de pasión, fue tal el calor de su
cuerpo que incendió el cuarto de la ducha. Al salir para
resguardar su vida un rebelde, el capitán Juan Alejandrez
(quien meses después volvería al Rancho en busca de
provisiones) la subió a su caballo y se la llevó
lejos del hogar, haciendo el amor a galope.

Gertrudis fue a parar a un burdel, con ansias de calmar
el hambre y sed de su cuerpo. Tras pasar meses de lujuria, fue a
la búsqueda de Juan Alejandrez y contrajo matrimonio, no
sin antes enrolarse en el ejército rebelde y lograr, a
fuerza de batallas, ascender hasta el cargo de
Generala.

Siempre calculadora, pero abierta y franca a cualquier
costo, Gertrudis
es quien se encarga de propiciar la situación para que
Pedro se enterara que Tita estaba embarazada de él, y es
quien aconseja a su hermana sobre el tema antes de partir
nuevamente a batallar.

5.6) Rosaura De La Garza

La más recatada y acatadora de las reglas de las
tres hijas de Elena. Siendo la mayor, es la más preocupada
por contraer matrimonio para perpetuar las costumbres
familiares.

Rosaura, sabiendo siempre que su marido era el novio de
Tita, se muestra como una mujer enfadada y con actitudes de
desprecio, a pesar de haber sentido la mayor parte de su vida una
terrible sensación de angustia y culpa por haber robado a
Tita su amor. Sin embargo, reclamando lo que le pertenece por
decisión materna, constantemente tiene enfrentamientos con
Tita respecto de Pedro.

Si bien no es independiente ni luchadora, al sentirse
permanentemente en desventaja con Tita siempre la trató
con frialdad, indiferencia y hasta desprecio. Al temer fracasar
en las áreas donde Tita tenía éxito
rechazaba la ayuda de su hermana, siendo el mejor ejemplo de esto
una ocasión en la que intentó cocinar y se
negó a recibir ayuda o asesoramiento, produciendo una
indigesta comida que su madre intentaba halagar en presencia de
Pedro.

Al continuar ciegamente con la tradición familiar
anunciando que Esperanza iba a mantenerse soltera hasta su
muerte, Tita propició sin intención una terrible y
permanente indigestión a través de su comida, que
provocaba a Rosaura flatulencias y mal aliento, hasta terminar en
una gran inflamación en el vientre que le
provocó la muerte.

5.7) Chencha

La más joven de las empleadas del Rancho, Chencha
se mantuvo siempre por el bajo, sin intentar ser protagonista de
historias que no le eran suyas, pero permanentemente propagando
las noticias de
aquí para allá.

Exagerada y a veces mentirosa, esta meticulosa chica
siempre se mostró temerosa a los regaños de Elena,
lo que le hacia sentir la necesidad de inventar excusas por sus
actos y por los de los demás.

Este personaje recién toma importancia en el
capítulo correspondiente a Julio, cuando Tita está
viviendo en casa de los Brown. Chencha preparó uno de los
platos favoritos de Tita, Caldo de Colita de Res. Este plato
llevaba, además del sabor, los recuerdos buenos y
agradables que se necesitaron para que Tita volviera a hablar y a
llorar para desahoga sus penas pasadas.

Asimismo, luego de un violento ataque donde
resultó violada y a pesar de ser la única
compañía con la que contó Mamá Elena
durante meses, al volver Tita al Rancho Chencha fue despedida y
volvió a su pueblo, donde contrajo matrimonio con un
hombre honrado y bueno que la quería. Y un día,
así como se fue, volvió a ayudar a Tita en cuanto
podía, una vez que Mamá Elena había
fallecido, acompañada esta vez por su marido.

5.8) Nacha

Es quizás uno de los personajes más
importantes de la novela. Responsable por la adoración de
Tita por la cocina, Nacha fue más que la cocinera del
rancho: era lo que Tita reconoció como una madre, una
madre amorosa que le enseñaba con paciencia, que la
cubría en sus picardías, que la mimaba en sus
enfermedades y la
arropaba cada noche. Incluso luego de su muerte siguió
acompañando y aconsejando a Tita sobre cuanto
podía, y nunca la dejó a merced de las tristezas y
soledades que estaban siempre rondando a Tita.

Nacha trabajaba en el Rancho desde que tenía
memoria,
cuando la madre de Mamá Elena era la jefa del hogar. En
esos días, Nacha tenía un novio que la frecuentaba.
Ante el desagrado de la madre de Elena, corrió al novio y
no permitió su regreso al Rancho. Así Nacha
perdió la única oportunidad de amar que tuvo en su
vida, razón de más para comprender en todo sentido
a Tita en la penosa situación con Pedro y el infortunado
destino que había de tocarle.

La noche anterior a la boda de Rosaura y Pedro, Nacha y
Tita preparaban el pastel de bodas. Tita, angustiada,
lloró sobre la comida dejándole un imperceptible
sabor a tristeza que luego hubo de descomponer a los invitados a
la celebración. Nacha, para asegurarse del buen estado de
los alimentos, probó un poco, pero lo suficiente como para
irse a dormir esa noche convertida en un mar de lágrimas.
Tan triste se hallaba al otro día que no puedo asistir a
la boda, prefirió quedarse en cama. Tampoco se
molestó por ello, visto que nunca tuvo buena afinidad con
Rosaura por ser esta muy melindrosa con los alimentos desde
pequeña. Nacha, como Tita, prefería cumplir con sus
tareas aún siendo un espíritu libre, actuando con
sutileza para lograr cambios hacia una situación
mejor.

Al regresar Tita de la boda de su hermana
encontró a Nacha muerta sobre su cama, abrazada a una foto
de ese amor que le fue negado. Tal como ocurrió con Tita,
tal como ocurrió con Elena, Nacha señala lo que
puede ser considerado como una de las tres "generaciones" del
Rancho marcadas por la frustración amorosa, el desencanto
a la vida, y la lucha por mantener el equilibrio en
situaciones entristecedoras y desconcertantes.

6) Los Tiempos del
relato

La historia es relatada por la sobrina nieta de Tita, la
hija de Alex y Esperanza, en un tiempo contemporáneo al
nuestro. En un cálculo
aproximado, los sucesos relatados ocurren en un período
entre el último lustro del siglo XIX y la primer veintena
del siglo XX en la primera y segunda generación. Ya en la
boda de Esperanza y Alex comienzan a aparecer los modernismos,
simbolizados a través del arribo de los invitados en
automóviles Ford "T", fabricados aproximadamente en 1910,
arribados a México entren 1915 y 1920.

La forma del relato en acronológica, pues narra
historias sin seguir un orden temporal cronológico, sino
relacionado a los platos que la hija de Esperanza va preparando
con los sucesos ocurridos durante los tiempos de Tita en la
preparación de los mismos, incluyendo también
relatos de generaciones previas (Luz Del Amanecer, Nacha,
Elena).

7) El espacio

Los hechos se ubican geográficamente en un pueblo
llamado Piedras Negras, en el límite de México con
Estados Unidos
(el pueblo de Eagle Pass, en Texas). La gran mayoría de
los hechos toma lugar en el Rancho de los De La Garza, aunque
algunas acciones se
ubican en el centro del pueblo (como lugar de compras y las
constantes balaceras entre federales y rebeldes), en Eagle Pass
(como lugar de otras compras y la casa de John Brown) y hasta en
San Antonio,
donde vive el hermano de Elena con quien viven por un
período Rosaura, Pedro y el pequeño
Roberto.

8) El conflicto
principal

Como analizamos desde los personajes, el verdadero
conflicto se presenta en todos los personajes, y es la
frustración hacia el amor: la forzada separación de
Tita y Pedro, el asesinato (previa separación) de Elena
con Treviño, el impedimento de ejercer el acto de amor por
parte de Gertrudis, el matrimonio sólo por aspectos de
Rosaura y Pedro, la separación de Nacha y su novio, el
enamoramiento y abandono que sufre John Brown, la lucha por ganar
el amor de Luz Del Amanecer y, finalmente, la violación de
Chencha y su posterior encuentro con el verdadero amor. En cada
historia aparece la lucha, la desesperación por ganarse en
tiempos de represión, la libertad para ejercer lo
más íntimo y sagrado que puede tener un ser humano,
que es su derecho a amar a alguien, y a ser amado.

Cada personaje, desde su perspectiva, se relaciona con
este conflicto, siendo el principal exponente del mismo en la
novela la serie de desencuentros forzados de los que son
víctimas Pedro y Tita, en manos de Mamá
Elena.

9) Los temas y su
tratativa

9.1) La tratativa dada a los temas

Tratándose de cuestiones tan intrínsecas a
la propia naturaleza
humana, la tratativa dada a los temas es cruda pero sin caer
en la agresividad.

Con el respeto merecido,
la autora habla de la sensualidad, la sexualidad, le
lujuria y el más puro amor con el mismo tono
comunicacional. El mismo trato otorga a la libertad y a la
represión, a la pena y a la algarabía, y a todos
los pequeños subtemas tocados en esta novela.

Utilizando lenguaje
cotidiano y muy expresivo, Esquivel logra hacer sentir al lector
exactamente el conjunto de sensaciones que experimentan los
personajes. Con impecable sincronía entremezcla insultos,
maldiciones, sociolectos y lo que podría considerarse como
tecnolectos culinarios, con el lenguaje
cotidiano de manera de ser comprensible por cualquier persona de
habla castellana, de cualquier estrato social y condiciones psico
y sociológicas.

9.2) La tratativa íntima de la
autora

Tratándose de una amante de la cocina, Laura
Esquivel nos muestra que el arte culinario no
es simplemente una actividad cotidiana para cumplir una necesidad
básica sino, por el contrario, tiene miles de
características especiales, perfectamente representadas en
la obra. De este modo, la cocina es liberadora, pacificadora, y
hasta un vínculo de comunicación y amoroso entre los
personajes.

Según la autora, "UNO ES LO QUE COME,
con quién lo come y cómo lo come".
En una
entrevista,
confesó que defiende con el mismo ímpetu la
literatura y la
cocina. La primera, dice, es un acto de amor, y escribir le sana
de sus obsesiones y sus fantasmas. Los
fogones, por su parte, son su fuente de conocimiento. En su
novela Como agua para chocolate descubrió a los
lectores la efervescencia amorosa que surge tras degustar
codornices con pétalos de rosa o el poder de recobrar
la memoria que
puede tener un caldo de colita de res.

Durante esta entrevista, ante la pregunta
"¿Qué es para usted cocinar?", ella
respondió:

Es una ceremonia de unión con el universo. Un
placer enorme. A veces, lo utilizo como contrapunto a mi
escritura; en otras ocasiones, como terapia. El amor siempre
está presente allí. El amor, que da sentido a todo,
es lo que hace de dos cosas una, y en la cocina uno hace
precisamente eso: utiliza todos los elementos que conforman el
mundo, juega con ellos y, en base al amor, hace una única
cosa que después va a ser ingerida por los
demás.

Y aún más relacionado a esta novela que
relata las desventuras de la búsqueda de la libertad y las
ansias de cambiar el mundo, Esquivel comentó:

"Llegué a pensar que era una pérdida de
tiempo estar cocinando cuando afuera las mujeres podíamos
cambiar el mundo… Fue maravilloso el día que
redescubrí la cocina y me di cuenta de que el verdadero
cambio está dentro de casa"

10) Las técnicas
narrativas

Con impecable delicadeza, la autora explota al
máximo su conocimiento sobre el lenguaje. En un mismo
párrafo
podemos encontrar sociolectos muy propios del pueblo o de la zona
de residencia de los personajes, así como sociolectos
mexicanos, junto al lenguaje cotidiano español.

La mejor representante es Chencha quien, dado su bajo
nivel de educación y cultura o
refinamiento, habla de corrido y en palabras sólo por ella
entendibles. La autora logra capturar estas frases,
escribiéndolas tal y como se oirían, de modo que el
lector puede decodificarlas perfectamente:

Al morir Roberto, Chancha llega a darle la noticia a
Mamá Elena que está trabajando junto a
Tita:

"-¡No llores niña! Me choca
verte llorar. ¿Qué es lo que te pasa?

Es q’el Felipe ya’stá
aquí y dice ¡que si petatió!

¿Qué dices?
¿Quién se murió?

¡Pos el niño!

¿Cuál
niño?

¡Pos cuál iba’ser!
Pos su nieto, todo lo que comía le caía mal
¡y pos si petatió!"

Chencha y Mamá Elena, pág
73

Y también encontramos en el relato tecnolectos
especiales, de la mano del Doctor John Brown:

"- En 1669, Brandt, químico de
Hamburgo, buscando la piedra filosofal descubrió el
fósforo. Él creía que al unir el extracto de
la orina con un metal conseguiría transmutarlo en oro. Lo
que obtuvo fue un cuerpo luminoso por sí mismo, que
ardía con una vivacidad desconocida hasta entonces. Por
mucho tiempo se obtuvo el fósforo calcinando fuertemente
el residuo de la evaporación de la orina en una retorta de
tierra cuyo
cuello se sumergía en agua. Hoy se extrae de los huesos de los
animales, que
contienen ácido fosfórico y cal."

Dr. John Brown, pág.
84

11) Conclusiones

Luego del análisis de esta novela, la
única conclusión a extraer de la misma es que la
libertad nunca ha de ser negada a un individuo cuyo
espíritu sea salvaje por dentro, aún siendo el
cuerpo portador del mismo un ente sujeto a reglas, pues este
espíritu no descansará hasta ver cumplido su
objetivo
aunque sea sólo por un momento. Tal es el caso de Tita,
nuestra protagonista y heroína, que luchó hasta ver
eliminada una absurda tradición familiar, como fuera su
propósito desde niña, presentado incluso al lector
en las primeras páginas de esta emocionante novela cargada
de valor y de sed de libertad.

12) Bibliografía
consultada

http://www.el-mundo.es/larevista/num160/textos/laura.html

http://www.e-libro.net/autores/autor.asp?id_autor=2153

http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/chocolate.html

http://www.littworld.com/spanish/2002/escritores/f1LauraEsquivel.htm

http://www.salon.com/oct96/interview961104.html

http://bluehawk.monmouth.edu/~pgacarti/E_Esquivel_Laura.htm

Http://www.lasmujeres.com/lauraesquivel/books.shtml

"Mexicana, Revolución", Enciclopedia Microsoft®
Encarta® 97
© 1993-1996 Microsoft
Corporation.

"Piedras Negras", "Eagle Pass", Atlas Mundial
Microsoft® Encarta® 97
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Corporation.

 

Autora de este
material

María Eugenia Soria

Estudiante de Publicidad en la
Fundación Fabián Calle, Mendoza,
Argentina

Partes: 1, 2
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