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Hölderlin. Diótima y el cinturón de la diosa Venus




Enviado por phassanie



     

    "¿No es verdad?; es una
    griega"

    Hölderlin(1)

    El hombre y su
    visión de la realidad, el hombre y su
    inserción en el tiempo y la
    historia,
    el hombre y su
    intención transformadora de realidades. Éstos son
    sin duda los principales ejes que a través de sus
    intersecciones van constituyendo el Hiperión de
    Hölderlin. En todos, como elemento vital y constitutivo, el
    hombre.

    Como punto central del texto, el
    sujeto transformará y será transformado.
    Poseerá una interesante relación de ida y vuelta
    con lo que lo rodea, ya se trate de objetos, ya de otros
    sujetos.

    Los puntos sobre los que me centraré en este
    trabajo serán los sujetos (eje en el cual tomaré
    principalmente a Diótima e Hiperión para, a partir
    de ellos, llegar al concepto de "alma
    bella") y su relación con el mundo (eje que
    incluirá temas tales como la política y la
    naturaleza).

    Es curioso, y por eso mismo un buen punto de partida,
    que la visión del mundo se plantee desde un hombre
    "descolocado", "descentrado". Veamos a qué me refiero con
    esto:

    "Lo incurable de este siglo (…) se me había
    hecho evidente"(2)

    Hiperión es un hombre de otro siglo, de
    allí su constante choque con una realidad que no reconoce
    como propia (el paralelismo con la época posterior a la
    Revolución
    Francesa y sus consecuencias en la intelectualidad del
    momento, es más que elocuente). Es la conciencia de
    este desfasaje la que lo llevará a la acción como
    modo de reencontrar, de reunir, tiempos distantes.

    Se trata fundamentalmente del tiempo de la
    antigua Grecia. En
    él, como bien explica Schiller, la cultura no
    había desplazado a la naturaleza. En la
    modernidad que
    vive Hiperión, en cambio, la
    naturaleza ha desaparecido. "Nuestra niñez es la
    única naturaleza no mutilada que encontramos
    todavía en la humanidad culta: no es de extrañar,
    pues, que toda huella de la naturaleza fuera de nosotros nos
    retrotraiga a nuestra infancia." (3)
    Creo que el paralelismo con las ideas desarrolladas por
    Hiperión es más que obvio.

    Pero Hiperión parece no contentarse con encontrar
    esa naturaleza deseada sólo en la infancia. Como
    vemos en el epígrafe que utilicé para empezar este
    trabajo, lo destacable de Diótima es su semejanza a una
    griega. Porque ella es la posibilidad del cruce de los tiempos,
    porque ella es el presente constituido por el pasado de esa
    naturaleza griega. Su presencia no es independiente de una
    visión ideológica del mundo. Ella adelanta en el
    presente, por su capacidad evocadora del pasado, la sociedad futura
    por la que Hiperión desarrollará su actividad
    política.
    Por eso, cuando ésta última fracasa, se destruye la
    síntesis temporal y con ella también
    Diótima. Sólo es ahora una imagen
    nostálgica de lo que podría haber sido y no
    fue.

    Diótima es, no cabe duda, la evocación de
    la diosa griega de la belleza, con la que Schiller comienza su
    ensayo "Sobre
    la gracia y la dignidad"(4).

    Y ya desde aquí podemos analizar la
    relación entre los sujetos. Porque la misma se
    definirá justamente a partir de una de las cualidades de
    la diosa Venus: ella puede desprenderse de su cinturón y
    conceder "gracia" a otros sujetos que no la posean(5). Se trata
    de una posibilidad de transferencia que caracterizará
    todos los procesos entre
    Diótima e Hiperión.

    Veamos por qué. Para eso analizaremos las
    posiciones en las que se ubican cada uno de ellos. La primera
    diferencia importante, las acciones que
    cumplen. Observémoslo a él:

    "Yo me transformaba en lo que veía, y lo que
    veía era divino."(6)

    "Yo no tenía nada que darle más que un
    ánimo lleno de feroces contradicciones(…);no
    tenía nada que darle más que mi amor(…);
    ella en cambio estaba
    ante mí con su belleza inmutable sin
    esfuerzo(…)"(7)

    Lo que quiero destacar de ambas citas es el carácter
    que se está construyendo y reforzando en Hiperión:
    se trata de la carencia y la mutabilidad. Él, ya desde la
    primera cita, se presenta con su capacidad de "captación":
    puede modificarse a partir de un segundo sujeto. La segunda cita
    lo confirma y aclara; puede hacerlo porque no tiene nada. Lo
    curioso es que este vacío, esta desposesión, se
    contraponga (a través del "en cambio") con la idea de
    "belleza inmutable". De alguna manera se están separando
    dos campos: la carencia presupone mutabilidad, la belleza
    inmutable sugiere posesión. La contraposición
    está implicando también la posibilidad de
    transferencia. Si debe hacerse hincapié en la idea de
    inmutabilidad es justamente para permitir el traspaso. Porque
    Diótima, al igual que Venus "sigue siendo quien es aunque
    le falte el cinturón" (8). Ella posee la belleza y puede
    transferirla a los otros. Su esencia no variará por eso
    (de ahí la importancia del adjetivo
    "inmutable").

    La presentación de Diótima puede continuar
    la idea:

    "aparecía(…), entonces exhalaba un como
    mandamiento de los dioses…"(9)

    "Vete, me dijo(…)

    Obedecí." (10)

    La idea de mandamiento que encontramos en la primera
    cita es coherente con la de una persona que
    está ubicada en un plano de mayor poder o al
    menos que posee un saber que le permite manejar la
    situación a tal punto de dar órdenes. En el segundo
    ejemplo es-to se observa con más claridad. Ella ordena y
    él obedece. Podría resultar una actitud un
    tanto extraña, pero no hay que olvidar que en la
    relación de transferencia que planteábamos, la
    dirección iba desde ella hacia él.
    Esto se prolonga, de la fábula griega a la relación
    entre los sujetos: Venus es quien "da" el cinturón y Juno
    la que lo recibe. Diótima se equiparará a Venus. Su
    función
    permanente en el texto es dar
    (en el caso concreto de
    recién, órdenes) y la de Hiperión,
    captar.

    Observemos cómo él siempre se construye a
    partir del "mandato" ajeno: al principio se recalca la
    importancia de los consejos de sus padres (11). Luego, de sus
    "maestros" y finalmente de Diótima. Si tuviéramos
    que sintetizar el mecanismo podríamos decir: ella da,
    él toma. Ella transfiere, él recibe. En esa
    transferencia ella permanece inmutable, él varía y
    se autoconstituye a partir de ella.

    Decíamos que sus posiciones son distintas. El
    lugar que ocu-pen con respecto a la divinidad también lo
    será.

    A través de un nuevo mandato, Adamas nos da la
    clave de dicho posicionamiento:

    " «Sé como él», me dijo
    Adamas, cogiéndome de la mano y extendiédola hacia
    el dios,(…)" (12)

    En la relación de identidad con
    la divinidad, Hiperión nuevamente es quien tiene que
    "tomar", que captar la esencia del otro. Curiosamente distinta es
    la situación de posicionamiento
    de ella:

    "…Pero, buen Dios, nunca te
    olvidaré,

    Dios eterno, imagen de mi bien
    amada…" (13)

    La imagen se revierte. Ya no es Dios el modelo, sino
    que ella se transforma en modelo
    otorgado a Dios. Nuevamente, entonces, Diótima es quien
    da. Ella es quien transfiere, incluso al mismo Dios.

    Sintetizando esto, y esquematizando las ubicaciones,
    encontramos a Diótima como figura ubicada en una
    posición más alta, a Dios como figura intermedia y
    a Hiperión en un lugar inferior. De allí que
    él deba copiar a Dios y éste tome su imagen de
    ella. Lo interesante es que de esta manera, "ser como Dios"
    (mandato de Adamas) se transforma también en ser como
    Diótima (en tanto Dios es como ella). Dios es el mediador
    entre estas "almas bellas". La transferencia de la gracia que
    la mujer vaya
    realizando se producirá a través de
    él.

    Por si aún tuviésemos alguna duda con
    respecto a las ubicaciones planteadas, quisiera proponer que
    observemos la dirección de la mirada que cada uno de
    ellos efectúa en forma constante. Hiperión ,
    confirmando su ubicación inferior, plantea siempre un
    movimiento de
    elevación. Diótima, en cambio, suele observar todo
    con una mirada que parte de lo alto. Esto no sólo se
    reduce a la forma de mirar sino que se extiende incluso a sus
    acciones y
    movimientos. Él busca siempre los lugares más
    elevados, ella desde allí se proyecta hacia los más
    bajos. Los ejemplos en el texto realmente son muchos; sólo
    citaré uno correspondiente a cada sujeto para que pueda
    compararse el efecto:

    "Entonces buscaba los montes más altos y sus
    vientos, y como un águila (…) mi espíritu se
    remontaba hacia lo libre y se desplegaba (…) sobre el mundo
    visible…"(14)

    Esta cita se refiere a Hiperión. Veamos
    qué ocurre con Diótima:

    "Se complacía en medir la horrorosa profundidad y
    en perderse allá abajo, en la noche de los
    bosques…"(15)

    Como sujetos pertenecientes a planos distintos, desean
    tam-bién regiones diferentes. De allí que
    él quiera compararse con un águila y ella quiera
    observar la vida terrestre.

    Hasta aquí hemos puesto en relación a
    ambos sujetos para explicar por qué la gracia puede pasar
    desde ella hacia él a través de la mediación
    divina. Lo interesante es ver ahora cómo se produce dicho
    traspaso. Creo que la clave se da en la segunda parte del primer
    libro. La
    identidad,
    veremos, se produce justamente a través de la
    mediación:

    "…déjame olvidarme de
    mí(…)¡Sí! ¡Realmente no soy el que
    antes fui, Diótima! Me he convertido en igual a tí
    y lo divino juega ahora con lo divino como los niños
    juegan entre sí…"(16)

    Hay varias ideas interesantes que se combinan en esta
    frase. En primer lugar la necesidad del otro. Observemos que el
    cambio sólo se produce a través de ella.

    Reiterada ha sido en la crítica sobre
    Hölderlin, la mención sobre la posible influencia de
    Fichte. Si bien todos coinciden en destacar ciertos
    parámetros en los que el autor se aleja del
    filósofo, la influencia de su formación creo que
    puede ser planteada aquí. Me refiero a la idea del "yo
    fitcheano". Lo que de ella está funcionando es la
    presencia de un segundo miembro que constituye al primero en la
    relación yo=yo. Es decir, el yo necesita de un
    "obstáculo", de algo ante sí para conocerse.
    Dióti-ma sería en este caso el obstáculo que
    mediante su presencia permite la construcción del sujeto. Esta teoría
    recuerda la idea de objeto "descentrado" de la que
    hablábamos al principio. El objeto para Hiperión es
    un objeto perdido y reencontrado. A través de este
    reencuentro, planteado por Diótima, el sujeto puede
    recuperar su centro y su libertad.

    La cita anterior demuestra que el momento de identidad
    ("me he convertido en igual a tí") marca
    también la entrada al plano de la divinidad, que sigue
    siendo una dualidad (la presencia de los dos sujetos se mantiene)
    pero sintetizada en el reflejo. Se ha alcanzado esa síntesis
    Uno-Todo. Y a través de ella se han superado los
    individualismos. La relación es sin duda especular. El
    alma bella de Diótima ha sido transferida a
    Hiperión y él ahora permite que ella se reencuentre
    en su reflejo.

    "Podemos reconocer el recuerdo del mito de
    Aristófanes tal como es relatado en el Banquete de
    Platón;
    el mal se origina en la separación, (…) la suma de dos
    nadas equivale al infinito."(17)

    Este concepto de
    infinito con obvios rasgos positivos, se relaciona de manera
    fundamental con la filosofía que el Hiperión
    está desarrollando. Para eso debemos remitirnos a Hegel y la
    dialéctica entre lo finito y lo infinito. No hay que
    olvidar para esto que se ha llegado a creer que parte de la
    filosofía hegeliana pudo haber estado
    inspirada en Hölderlin (18). En El devenir en el parecer,
    Hölderlin lo clarifica mediante estos
    términos:

    "este recuerdo de lo (…)individual, ha sido, mediante
    el recuerdo de esta disolución , unificado con el infinito
    sentimiento de vida (…), entonces procede , de esta
    unificación(…) de lo singular pasado y lo infinito
    presente, el estado
    propiamente nuevo." (19)

    Esa es la unión planteada. Y ésa es
    también la unión que permite el traspaso de la
    Gracia. Diótima, como Venus, traspasa su cinturón y
    al igual que ella está acompañada por las diosas de
    la dulzura o las Gracias. Él puede verlas pero sólo
    si cumple con determinados requisitos; el fundamental, la
    mesura:

    "si no, no se me aparecerán las Gracias"
    (20)

    Creo que aquí se está planteando una
    diferencia entre ambos sujetos. Como habíamos visto antes
    (cita número 7), la belleza de Diótima responde a
    la verdadera definición de "alma bella" en tanto no
    sugiere esfuerzo. Hiperión en cambio debe luchar, para
    conseguirla, contra su propia desmesura. Sólo así
    logrará ver a las Gracias que acompañan a
    Diótima. Sólo la gracia desarrollada por ella es la
    que se corresponde al concepto de "alma bella" que Schiller
    propone. Creo que el concepto de moral de
    Hiperión, tendría más relación con la
    concepción de Kant. En el
    primer caso la verdadera armonía del alma surge de enlazar
    deber e inclinación. Me parece de vital importancia apelar
    a Schiller para comprender el concepto:

    "Un alma se llama bella cuando el sentido moral ha
    llegado a asegurarse a tal punto todos los sentimientos del
    hombre, que puede abandonar sin temor la dirección de la
    voluntad al afecto y no corre nunca peligro de estar en
    contradicción con sus decisio-nes."(21)

    Esto es lo que sucede cuando Diótima recibe y
    acepta la carta de
    Hiperión anunciándole el fin de su relación.
    Su gracia llega al punto previsto por Schiller: el enlace del
    movimiento
    moralmente expresivo (por encima del mundo sensible) y la belleza
    del mundo sensible. Diótima logra esta armonía ya
    que sus mismos gestos llegan a ser expresión de ese
    espíritu tan especial. De allí que al final del
    texto aparezca describiéndose a sí misma como a una
    "doncella griega". La calma interior se reproduce en sus gestos
    gracias a la total armonía.Su belleza
    arquitectónica ha sido favorecida por el acuerdo entre su
    necesidad natural y la libertad.

    Sería interesante ver qué adjetivos le va
    atribuyendo el texto a Diótima para llegar a constituirla
    como "alma bella". Haciendo un rastreo general, los que
    más aparecen mencionados para la palabra alma son: serena,
    grande, noble, piadosa, hermosa, fiel, bella y pura. La
    gradación sigue efectivamente este orden. Si lo observamos
    con detenimiento comprobaremos que los cambios que se van dando
    son principalmente en una dirección que va de las características más cotidianas (en
    tanto definiciones de una forma de ser, de una manera de
    comportarse frente a los demás),a las más
    abstractas, con un momento de dilación en el caso de
    "fiel" que reproduce una instancia puntual. Si volvemos a
    observar el listado, muchos de los tributos
    mencionados son justamente los más valorados por la
    antigüedad clásica: la pietas, la belleza, la
    nobleza, etc. Lo mismo ocurre a nivel general con la idea de
    hybris que en algunos momentos representa Hiperión. Esta
    es la característica más ajena al mundo
    griego. Evidentemente Diótima puede constituirse en "alma
    bella" porque también posee el atributo de alma serena.
    Aunque esto pueda parecer a primera vista una cualidad
    quizás menos importante entre todas las demás,
    veremos que no es así.

    Al principio de esta monografía
    planteé la hipótesis de que Diótima misma era
    una síntesis ideológica de la actividad
    política del protagonista. Llegó ahora el momento
    de ver por qué. Para eso voy a basarme tanto en el
    Hiperión como en las poesías
    de Hölderlin:

    "todos los sueños de la condición mortal,
    sí, todo lo que anuncia el genio en las horas matinales de
    las altas regiones, todo ello estaba realizado en esta
    única alma serena."(22)

    "¡Ven y construye tu mundo!(…), pues nuestro
    mundo también es el tuyo.

    También el tuyo, Diótima, pues está
    calcado de tí. ¡Si pudiéramos crear lo que
    tú eres, con tu paradisíaca
    serenidad!"(23)

    "Ven y apacíguame, tu que supiste calmar
    elementos

    luz de las musas
    celestes, del caos del siglo,

    guía la lucha feroz con celestial
    armonía,…" (24)

    La primera cita construye la idea de alma serena, pero
    lo interesante es que la incluye como la realización de
    los sueños mortales. Elemento que crece y se define
    más claramente en la segunda cita donde el mundo de
    Diótima aparece relacionado en forma directa con el mundo
    que Hiperión quiere construir junto a Alabanda y
    también junto a Adamas . Es sumamente sugestivo que el
    mundo que proponen esté calcado de ella. Ella es el modelo
    de su proyecto
    político, y, como muestra la
    poesía
    citada,es también la que guiará la lucha. Porque,
    insisto en esto, representa un mundo que existió (la
    antigua Grecia) y que
    ahora revive en el presente a partir de la presencia de
    Diótima, convirtiéndose en proyecto
    político hacia adelante. Lo que Diótima consigue
    con su sola presencia es la confluencia en el Uno-Todo de los
    tiempos y espacios.

    En el Hiperión se logra, a través del
    personaje de Diótima, la confluencia de los planos
    público y privado. Ambos comparten los mismos ideales.
    Diótima es un alma bella individual; la lucha de
    Hiperión intenta construir un alma bella colectiva. Este
    dato ya ha sido señalado por Lukacs a partir de la
    armonía trágica de los destinos privado y
    social.

    Zweig (quien no ve con demasiados buenos ojos al
    Hiperión ) habla de la nostalgia de un mundo
    alciónico y sintetiza el proyecto de Hiperión como
    el de crear junto a la Grecia histórica una nueva Grecia
    del espíritu. Personalmente propongo un cambio en esta
    idea. Creo que se trata de crear una nueva Grecia pero no
    sólo como patria espiritual. En este sentido -aunque
    quizás sólo en éste-, Hiperión
    plantea una política más concreta sin la
    intervención de superestructuras como los aparatos
    estatales que presionen al individuo coartándole su
    libertad. Una vez más Diótima es el modelo: se
    trata de construir un alma bella supraindividual, donde la
    legalidad compulsiva no sea necesaria.Ese alma bella colectiva
    está representada en Atenas y debe volver a cobrar
    materialidad. Para ello es casi fundamental que la figura de
    Hiperión sea la de un desterrado. Hablo de destierro
    constante ya que nunca (como decíamos al principio) logra
    encontrar su lugar. Es un errante al que además se le van
    cerrando las puertas (hecho que se confirma con el último
    mandato de su padre). Cada vez hay menos lugares a los que pueda
    acudir: Diótima confirma la idea de exiliado al no
    permitirle volver a verla. La cláusula condicional de la
    que hablábamos en la cita número 11 ("Si quieres,
    acudiré en seguida"), demuestra la negación. Al no
    querer, ella le impide el regreso.

    Decía que la idea de desterrado es
    imprescindible. Como tal, lo único que él posee es
    una patria espiritual. Por lo tanto, lo que realmente necesita
    construir es una patria material que parte, lógicamente,
    de una idea de alma que no por eso lo condena a quedar en el
    terreno de la ideas.

    El concepto de "lucha" que aparece en la poesía
    no puede perderse. Sin duda, la lucha general que el texto
    plantea es un intento por recuperar la libertad perdida. Si
    Hiperión fracasa es, de alguna manera, porque los hombres
    que lo acompañan no son libres, sino que sólo se
    rigen por sus instintos.

    "El peligro proviene precisamente de la total
    suficiencia de la mujer amada, que
    nada espera de él y que, por lo tanto, puede alejarse en
    una forma absolutamente arbitraria. Si ella llega a faltarle, se
    precipita hacia la nada, ya que todo su ser es sólo (…)
    la sombra del objeto primordial."(25)

    Sí y no. Es verdad que ella puede alejarse y de
    hecho, lo hace. Pero también es cierto que todo el texto,
    e incluso la figura de alma bella en Diótima, se
    constituye a partir de la ausencia. Ausencia de patria, ausencia
    de palabras, ausencia de alma colectiva. Ninguno de estos
    elementos pueden ser considerados como rasgos "negativos" ya que
    son justamente los que propulsan la acción, y junto a
    ella, los proyectos y
    actividades políticas
    de Hiperión.

    Algo que realmente llamó mi atención en un primer momento fue la fuerte
    presencia que en el texto posee el silencio(26).
    Básicamente es un rasgo que se le atribuye a ella.
    Hiperión suele caracterizarse más bien por un
    exceso de palabras. Movimiento que no es para nada
    contradictorio. La ausencia produce acción. El silencio y
    la mesura del alma bella son necesarios como armonía
    presente, pero para que el individuo (Hiperión) pueda
    alcanzarla debe poner en juego el
    movimiento. Solamente cuando la armonía haya sido
    alcanzada y el alma bella supraindividual construida a
    través de la política, se puede volver a
    él:

    "en el país de los bienaventurados quien habita
    es el silen-cio"(27)

    Aunque los movimientos puedan parecer un tanto
    contradictorios, la contradicción y el oxímoron son
    la clave del Hiperión. Lo que se plantea es
    claro:

    "Ha sido necesario que un accidente nos
    uniera"(28)

    El mayor de los oxímoron: la necesidad del
    accidente. Es que en esto radica el alma bella que desea ser
    alcanzada: en la armonía incluso de los opuestos.
    Éste es el planteo de Schiller cuando une deber y placer.
    Y éste es el planteo del narrador cuando une necesidad y
    contingencia o cuando advierte la locuacidad del
    silen-cio.

    La imagen de Alemania es la
    de la dispersión, el aislamiento y la disolución.
    Lo que Alemania no
    logra representar es la armonía del Uno-Todo. De
    allí esa imagen tan eficaz que el Hiperión muestra al final.
    El ascenso que él había buscado durante todo su
    itinerario fracasa. Alemania es literalmente la caída.
    Ésta posee una representación textual que
    actúa como claro reflejo de los planos. Se trata de la
    poesía que Hiperión canta al principio del libro II,2. La
    espacialización en la página es más que
    expresiva: está planteando la caída. Los
    márgenes izquierdos con su gradación en diagonal
    sugieren el desplazamiento hacia lo inferior, y las mismas ideas
    y su posicionamiento así lo demuestran. Si sintetizamos el
    principio y el final el cambio es elocuente:

    "¡Andáis arriba, en la luz.

    por blando suelo, genios
    felices!

    (…)

    en roca arrojada

    durante años a la incertidumbre." (29)

    Arriba, los genios. Abajo, el hombre caído en la
    incertidumbre. El adjetivo "arrojada" simboliza el movimiento y
    actúa como mediación entre el adverbio "arriba" y
    el adjetivo abstracto "incertidumbre". Evidentemente no
    están ubicados el primero en lo más alto de la
    poesía y el segundo en lo más bajo, sólo por
    una mera casualidad.

    Ése es justamente el movimiento que lo lleva de
    regreso a Alemania. De allí que sólo encuentre al
    llegar fragmentos humanos pero ningún hombre. La
    caída produjo la fragmentación.

    "De su figura esperamos además que nos revele
    hasta qué punto el hombre, en su libertad, ha colaborado
    con la finalidad natural; es decir que demuestre su carácter."
    (30)

    Sólo así puede el individuo constituirse
    en verdadero hombre. Y esto es sin duda lo que Hiperión no
    encuentra en Alemania. Creo que esas clasificaciones con las que
    define lo que ve (artesanos, pensadores, sacerdotes…) responden
    a uno de los prototipos planteados por Schiller: el del "hombre"
    que se conduce sólo a partir de las exigencias de lo
    racional, aniquilando su ser sensible. Pero se relacionan
    también con una concepción capitalista que lleva a
    un primer plano la división social del trabajo,
    evidentemente rechazada por Hölderlin.

    Quizás Hiperión no haya llegado a ser un
    alma bella más que por la transferencia que Diótima
    hace de su gracia. Pero lo que seguramente alcanza a ser es un
    hombre digno. Mientras la gracia se demuestra en la conducta, la
    dignidad se descubre en el padecer. El hombre se eleva hasta ese
    rango, diferenciándose del animal, por su capacidad de
    soportar el dolor. Capacidad que en su caso puede depender (y de
    aquí justamente su importancia) de su propia
    decisión. Así como el silencio y la armonía
    eran una de las características del alma bella de
    Diótima, el sufrimiento lo será de la dignidad de
    Hiperión.

    "Y está muy bien que necesitemos del sufrimiento
    para sentir la libertar del alma. ¡Libertad!"
    (31)

    Hiperión elige. En el camino de la dignidad opta
    por el sufrimiento que paradójicamente lo acerca a la
    política, aún cuando creamos que lo aparta de ella.
    Muchos críticos interpretan así el final del texto.
    Sin embargo esto significaría olvidar una de las ideas del
    mismo: cuando Hiperión decide actuar y seguir a Alabanda
    en su proyecto político, relaciona el mundo nuevo con la
    dignidad(32). La misma se convierte entonces también en
    una meta relacionada con la política. Elegir el camino del
    sufrimiento y con él el de la dignidad es una forma de
    elegir una acción que propulse el cambio.

    "Aquél que todo lo da por perdido nada puede
    perder, y el sufrimiento purifica su alma y aumenta su fuerza
    creadora: «Cuanto más sufre un hombre, tanto
    más profunda se hace su fuerza»."(33)

    Si recordamos la anécdota de Alabanda con el
    sevillano, sabremos inmediatamente que el sufrimiento conduce a
    la acción(34).

    Así como Octavio Paz
    plantea que la poesía es la mediación entre
    Diótima y la libertad, creo que el planteo puede
    extenderse: Diótima es a su vez la mediadora entre el
    sujeto y dicha libertad. De allí la importancia del
    concepto de "alma bella" para la política. Nuevamente
    Schiller puede servirnos de guía:

    "Como los objetos de estos sentimientos (amor a la
    libertad y a la patria) son siempre ideas y no aparecen en la
    experiencia externa (pues lo que mueve por ejemplo al hombre
    apasionado por la política no es lo que ve sino lo que
    siente)…" (35)

    Creo productivo para este trabajo, el análisis que a partir de este concepto
    realiza de las relaciones entre ciertos personajes literarios y
    sus mujeres.Lo que destaca entre Petrarca y Laura, Werther y
    Carlota, etc. es lo fingido del objeto (no del sentimiento). El
    verdadero objeto está fuera de la naturaleza humana. De
    allí que confirmemos entonces lo dicho al principio.
    Diótima es el puente con esa sociedad griega y
    su presencia propulsa a la acción: si está
    aquí materializada en un individuo, por qué no en
    la sociedad en su conjunto en un momento futuro.
    Paradójicamente, lo que Diótima representa es la
    utopía como móvil de la acción. Ella es un
    pensamiento
    por realizarse. ¿Qué otra cosa es la verdadera
    revolución
    sino la revolución
    permanente? Y por lo tanto, utópica en tanto siempre
    está puesta en una ausencia, en un futuro terrenal.
    Diótima y su "alma bella" existen paradójicamente
    como un ideal por realizar. De allí la importancia de que
    no se concrete.

    El libro de Laplanche me permitió un acercamiento
    a cierta terminología del original en alemán. Y de
    alguna manera esto confirmó lo dicho recién.
    Diótima es invocada en el Hiperión mediante
    adjetivos sustantivados designados a través del género
    neutro. Se trata de "lo divino", "lo único", "el bien y lo
    bello supremos", etc. Este curioso dato me llevó a
    plantearme el por qué de un distanciamiento de lo
    femenino, que sería quizás una de las cualidades a
    resaltar. Mi conclusión es que esto implica justamente un
    ir más allá de lo individual para apuntar al ideal,
    a "la belleza" como idea supraindividual. Diótima puede
    por eso representar "el" alma bella, ya que en ella sintetiza a
    la humanidad en su conjunto. No a la existente, desde ya, sino
    aquella por la que hay que luchar. Aquella que cumpliera con
    facilidad los más difíciles deberes de la
    humanidad.

    Comenta Janicaud que Hiperión, al alejarse de
    Diótima, la ha aniquilado. Sin embargo me pregunto si en
    realidad eso no le ha servido para posponerla hacia el futuro y
    transformarla en ideal. Creo que su ausencia era
    necesaria.

    Ya ha sido señalada su desunión como una
    forma más de oponerse al Estado
    moderno. Se trata por una parte de la conciencia de no
    posesión (nueva remisión a cierta forma de
    ausencia)y por otra, de la ruptura del concepto de matrimonio
    burgués. Las estructuras
    del estado vuelven a ser rechazadas.

    El significado que quisiera incorporarle a esta
    desunión es entonces el de la utopía.

    Dicha idea se plantea en el texto a través de la
    voz de la propia Diótima, quien de alguna manera funciona
    como intérprete de Hiperión. Ella es quien le
    aclara que lo que busca es un tiempo mejor que se sintetice en un
    mundo más hermoso. Este es el primer paso para la idea de
    utopía, claramente anclada en el futuro. Ella lo entiende
    y por eso también entiende el cambio. De allí que
    le diga:"muestra al cielo tu transfiguración!".
    Hiperión ha abandonado la utopía para concretar el
    concepto de alma bella en un solo individuo y esto es justamente
    lo que lo lleva a la inacción. Deja la utopía por
    el presente y asume así una actitud
    conformista, de la que vendrá a extraerlo la carta de
    Alabanda. El ideal regresa y nuevamente se trata de un cruce de
    tiempos: es el pasado de la Revolución
    Francesa pero transformado en ideal absoluto (hecho que una
    vez más se posibilita justamente a partir de su ausencia,
    en este caso, de su fracaso). También es una utopía
    en tanto lo que toman de ella es lo que no fue (36). La lucha
    contra el invasor turco se convierte no sólo en una lucha
    antiimperialista sino en la posibilidad de ese nuevo mundo y de
    la nueva iglesia.

    La actividad fracasa, y paralelamente se destruye
    Diótima. Pero su destrucción confirma (en vez de
    destruir) la utopía(37). García Sánchez
    plantea claramente que ella es "quien genera la energía
    imprescindible para que todo mantenga su humano punto de
    unión en algo"(38). A partir de allí podemos
    entonces deducir nosotros, que su destrucción dilata
    nuevamente el punto de unión y vuelve a plantear el
    desencuentro. Reproyecta el Uno-Todo hacia el futuro al dejarlo
    liberado y disperso.

    Diótima también se proyecta hacia el
    futuro, pero se trata de un futuro mesiánico con tintes de
    supraterrenalidad (hecho que se percibe claramente en la
    última página del Hiperión). En la tierra
    queda otro futuro que se deseará reencontrar a
    través de la acción. No ha de extrañarnos,
    entonces, que el libro finalice prometiendo una "próxima
    vez" de reencuentro. Hay una disputa y está
    latente.

    Gracias al alma bella de Diótima, el ideal griego
    ha dejado de ser un punto congelado en el pasado para pasar a ser
    un ideal de futuro. De la Grecia histórica a la Grecia
    utópica, éste es el itinerario que recorre
    Hiperión de la mano de Diótima.

    Citas Bibliográficas

    (1) Frase pronunciada por el autor en un diálogo
    con Hegel. Citado por
    Zweig, Stefan; op. cit., p.72.

    (2) Hölderlin, Hiperión, op.cit.,p.43. Otros
    ejemplos donde la misma idea se repite se pueden hallar en las
    págs. 38, 51, 98,…

    (3) Schiller, "Sobre poesía ingenua y
    poesía sentimental", op.cit.,p.84.

    (4) Cabe señalar que él allí la
    nombra con su denominación romana, Venus, pero se refiere
    a la fábula griega.

    (5) Schiller, "Sobre la gracia y la dignidad",
    op.cit.,p. 10:"la gra-cia(…)puede ser transferida a lo menos
    bello (…) sólo de la mano de lo bello."

    (6) Hölderlin, op.cit.,p.31.

    (7) Ibid, p.87.

    (8) Schiller, "Sobre la gracia y la dignidad", op.
    cit.,p.9.

    (9) Hölderlin, op. cit., p. 84.

    (10) Ibid.,p.99.

    (11) Si bien hay que tener en cuenta que me estoy
    manejando con una traducción , me pareció
    interesante y destacable los verbos con los que los sujetos que
    lo rodean suelen dirigirse a Hiperión. Se trata
    principalmente de imperativos. En la pág.
    39:"ve","aprende"(padre de Hiperión); "aprende" (su
    madre); p.124: "tienes que bajar", "tienes que iluminar", "vuelve
    otra vez a Atenas y fíjate también en los hombres",
    "Dales lo que tienes en tí"(Diótima); p.
    125:"Irás a Italia,…"(Diótima).

    Aún cuando el original alemán no tuviese
    exactamente los mismos tiempos verbales, creo que la idea de
    mandato es fuerte y no es casual que se haya elegido esa
    modalidad para la traducción. En el discurso ella
    elige las expresiones más conativas y él las acepta
    y cumple.Es más, en algunos casos supedita sus propias
    decisiones a través de condiciones en donde la palabra
    final es de Diótima. En la pág.177 dice
    Hiperión:

    "Si quieres, acudiré en seguida"

    Ella es el sujeto de la cláusula condicional;
    él sólo es el sujeto que llevará a cabo la
    consecuencia.

    (12) Ibid, p. 34.

    (13) Hölderlin, "An Diotima", citado por
    García Sánchez, Javier, op. cit., p.
    101.

    (14) Hölderlin, Hiperión, op. cit., p.
    94.

    (15) Ibid, p. 83.

    Es interesante ver además que este mismo concepto
    se repite en forma constante incluso en las poesías
    de Hölderlin. En la titulada "Diótima"
    leemos:

    "Callas y sufres, no te comprenden

    oh noble espíritu! Miras abajo y
    callas."

    (En Eco, op. cit. p. 255)

    (16) Ibid, p. 105.

    (17) Laplanche, Jean; op. cit; p. 93.

    (18) Javier García Sánchez insiste en esto
    con respecto al Proyecto de Hegel que en realidad poseería
    la paternidad de Hölderlin.

    (19) Hölderlin, citado por García
    Sánchez, op. cit., p. 127.

    (20) Hölderlin, Hiperión, op. cit., p.
    106.

    (21) Schiller, "Sobre la gracia y la dignidad", op.
    cit., p. 45.

    (22) Hölderlin, Hiperión, op. cit., p.
    87.

    (23) Ibid., p. 154.

    (24) Hölderlin, "Diótima", en Eco, op. cit.,
    p. 251.

    (25) Laplanche, op. cit., p. 86.

    (26) Los números de págs. donde el
    silencio aparece en el Hiperión son: 78, 83, 85, 98, 104,
    108, 120, 139, 160, 161, 163, 194, 199, 200.

    (27) Ibid, p. 78.

    (28) Ibid, p. 46.

    (29) Ibid, p. 190.

    (30) Schiller, "Sobre la gracia y la dignidad", op.
    cit., p. 31.

    (31) Hölderlin, Hiperión, op. cit., p.
    161.

    (32) Ibid, p. 146: "una vida nueva,
    digna.(…)tú, libre naturaleza de los griegos,
    ¿cómo te has convertido en una sirvienta? (…)Pero
    escúchame (…) ¡no lo soportaré por
    más tiempo!"

    (33) Zweig, op. cit., p. 76.

    (34) Hölderlin, Hiperión, op. cit., p. 184:
    "Has aprendido a soportar, ahora podrás actuar cuando
    quieras."

    (35) Schiller, "Sobre poesía ingenua y
    poesía sentimental", op. cit., p. 138 y 139.

    (36) El texto de Lukacs explica claramente el choque que
    produce en Hölderlin el viejo ideal revolucionario de la
    democracia de
    la polis, al cual se mantiene fiel, y la realidad
    post-thermidoriana.

    (37) Quizás habría que tener en cuenta en
    este punto que justamente quien se destruye es quien "encarna la
    tendencia de la
    Ilustración pacífica, religiosa e
    ideológica" (Lukacs, op. cit., p. 220).

    (38) García Sánchez, op. cit., p.
    89.

    Bibliografía

    * García Sánchez,Javier; Conocer
    Hölderlin y su obra, España,
    Dopesa, 1979.

    * Hölderlin, Friedrich; Hiperión, España,
    Ediciones Hiperión, 1990.

    * Janicaud, Dominique; "Hölderlin y la
    filosofía en Hiperión" en Eco XXI/3-4, 123-124,
    julio-agosto de 1970.

    * Laplanche, Jean; Hölderlin y el problema del
    padre, Buenos Aires,
    Ediciones Corregidor, 1975.

    * Lukacs, G. "El Hiperión de Hölderlin" en
    Goethe y su época; México,
    Grijalbo, 1968.

    * Munárriz, Jesús; "Prólogo" en
    Hiperión, España, Ediciones Hiperión,
    1990.

    * Raurich, Héctor; "Epílogo" en
    Hiperión, Buenos Aires,
    Ediciones Marimar,1976.

    * Schiller, Friedrich; Sobre la gracia y la dignidad.
    Sobre poesía ingenua y poesía sentimental. Y una
    polémica Kant, Schiller,
    Goethe, Hegel, Barcelona, Icaria
    Editorial, 1985.

    * Zech, Paul; "Nota preliminar" en Hiperión,
    Buenos Aires, Ediciones Marimar, 1976.

    * Zweig, Stefan; Quién fue Hölderlin;
    Barcelona, Ediciones G.P., 1959.

     

    Autora:

    Paula Hassanie

    Categoría: literatura alemana –
    crítica literaria

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