- Resumen
- Relación empresa- medio
ambiente. - La gestión ambiental en
el ambiento en el ámbito empresarial - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
Hoy en día, se entiende que la gestión
ambiental en el ámbito de la gestión
empresarial, es un factor crucial que influye decisivamente
tanto en la imagen
corporativa de la empresa como
en la calidad del
producto, en
el costo de la
comercialización y a lo sumo en la competitividad.
La empresa juega un
papel
protagonista en la búsqueda y aporte de soluciones
tecnológicas a los problemas
medioambientales y para la empresa el
medio ambiente
constituye un mercado en
rápida expansión y una oportunidad de negocio y de
creación de empleo ,
constituyendo además, una parte importante en la imagen,
obtención de beneficios, calidad de la
interacción empresa-entorno
con el objetivo de
integrar progresivamente los criterios de preservación del
entorno en los procesos de
decisión económica de las empresas.
El trabajo que se muestra a
continuación titulado desafíos y oportunidades de
la gestión
ambiental en el ámbito empresarial consta de dos
capítulos donde mostramos un análisis exhaustivo de los indicadores
necesarios para cumplir con lo establecido en materia de
gestión
ambiental, se estudia un fenómeno de total vigencia,
importancia e interés
para la realidad que se vive, la gestión ambiental ha
pasado de ser un sueño a un hecho, las empresas cada vez
más enfocan su gestión a la satisfacción de
los clientes pero la
situación internacional exige que deben insertarse en la
gran oleada verde que esta tomando vigor en los últimos
años. Finalmente se arriban a conclusiones y
recomendaciones a tener presentes para mantener las empresas una
posición ventajosa en los mercados abiertos
y competitivos dependiendo , en gran medida, del éxito
en la integración entre las exigencias de la
competitividad
y las que refieren a la protección del medio ambiente.
El crecimiento
económico, la innovación de las actividades industriales
y la innovación técnica no controlada
contribuyen al deterioro medioambiental progresivo puesto de
manifiesto desde la década de los sesenta. Esta
situación ha llevado a un replanteamiento del tema, a un
cambio de
actitud, que
considera los temas medioambientales como de gran relevancia
social, hasta tal punto que hoy resulta común identificar,
al menos parcialmente, calidad de
vida con el disfrute de un medio ambiente
lo más integro y lo menos deteriorado posible.
La empresa, como agente determinante del proceso
productivo, adquiere un activo protagonismo a la hora de hablar
de las actuaciones ambientales, en este marco es que los gestores
empresariales cuenten con una serie de técnicas
precisas que les permitan determinar tanto el valor de los
impactos derivados de su actividad productiva, como los costes
que habría de internalizarce para eludir tales impactos o,
al menos, reducirlos a la expresión mínima que la
tecnología
existente permita.
No hay que olvidar que, al hablar de medio ambiente, es
importante señalar que existe una gran incertidumbre que
gira desde la propia definición y delimitación del
concepto hasta
saber cuál es o será el efecto de la actividad
humana sobre el mismo, como se estiman y distribuyen los
beneficios y costes medioambientales en el tiempo, en el
espacio y entre los agentes económicos. Asimismo, las
distorsiones que se manifiestan en el área ambiental
obedecen a errores de planificación o la ausencia de la
misma.
La empresa cubana no ha sido ajena a la corriente
internacional, ha intensificado sus esfuerzos por estrechar sus
lazos con el medio ambiente, ha empezado a considerar el factor
medioambiental como un elemento más de competitividad en
la empresa y es indudable que se están modificando los
esquemas actuales para explorar y explotar las ventajas
potenciales del medio ambiente como respuesta lógica
a las exigencias por incrementar su eficiencia
económica.
Esto ha provocado su inclusión en el duro bregar
para contribuir al logro del desarrollo
sostenible dadas las restricciones legales ante algunos
ministerios como el de Ciencia
Tecnología
y Medio Ambiente (CITMA) al diagnosticarse como problema
fundamental que la estrategia de
registro,
control y
gestión de la actividad ambiental en algunas entidades
poseen escasos análisis de los indicadores
necesarios para cumplir con los reglamentos establecidos en
materia de
gestión ambiental.
DESARROLLO
Capítulo I
Relación Empresa-Medio Ambiente.
La consideración del medio ambiente en el marco
de la gestión
empresarial requiere de adecuaciones en las distintas esferas
de decisión de las empresas. La internalización de
costes que introduce la extensión de las restricciones
ambientales, así como la utilización y
aplicación de los instrumentos económicos y
fiscales al respecto, conlleva no sólo su
consideración en el área financiera, sino
también, y particularmente, en el área de producción e incluso de recursos
humanos.
La ecología puede
ofrecer al arte de la
gestión empresarial la toma, en consideración, de
una manera de enfocar los procesos de
producción y consumo
más completa que tiene en cuenta ciclos y procesos
más amplios que los puramente
económicos.
La ecología es la
más sólida base científica con que cuentan
las técnicas
de gestión empresarial, es en buena parte un conjunto de
procesos de gestión ambiental.Los conceptos básicos
de la ecología aportan ideas prácticas para la
gestión empresarial ya que constituyen una mezcla de
viejos modelos de
gestión de los ecosistemas
con avanzados procedimientos
basados en la tecnología de punta para contribuir a la
creación de las empresas insertadas suavemente en la
biosfera.
- Elementos de complementariedad entre empresa y
medio ambiente.
Tradicionalmente la empresa y el medio ambiente han
sido, y en ciertos aspectos siguen siendo, elementos enfrentados,
incapaces de mirarse entre sí con guiños de
complicidad: la empresa como amenaza para el medio ambiente y la
preocupación como freno industrial de dicha empresa y a la
creación de empleo.
En los últimos años, sin embargo, esta
contraposición básica ha ido superando
conceptualmente al tiempo que se
imponía el concepto del
desarrollo
sostenible, ampliamente compartido por los distintos
países y grupos
sociales, aceptándose de forma casi universal que en
el crecimiento industrial puede y debe hacerse compatible con la
preservación del medio.
La empresa y el medio ambiente están condenados a
entenderse: la empresa juega un papel
protagonista en la búsqueda y aporte de soluciones
tecnológicas a los problemas
medioambientales y para la empresa el medio ambiente constituye
un mercado en
rápida expansión y una oportunidad de negocio y de
creación de empleo , constituyendo además, una
parte importante en la imagen,
obtención de beneficios, calidad de la interacción
empresa-entorno con el objetivo de
integrar progresivamente los criterios de preservación del
entorno en los procesos de decisión económica de
las empresas.
Por otra parte, es necesario tener presente que la
empresa para mantener su posición en los mercados abiertos
y competitivos dependerá, en gran medida, del éxito
en la integración entre las exigencias de la
competitividad y las que refieren a la protección del
medio ambiente.
Los elementos de esta relación de
complementariedad son numerosos, pero, se podrían
sintetizar en los dos que a continuación
mencionamos:
El respeto a las
exigencias elevadas en materia de protección medio
ambiental ha pasado a ser progresivamente considerado, en lugar
de un coste adicional, a una fuente de ventajas competitivas, por
sus consecuencias para comerciar libremente, el impulso al
desarrollo
tecnológico y a la modernización y
racionalización de los procesos productivos y la mejora de
la imagen de marca de la
empresa y del producto, no
solo frente a los consumidores sino también frente la
parte social de la empresa.
Desde el punto de vista de la oferta de
bienes y
servicios
medioambientales, se abren unas enormes posibilidades al crearse
un mercado en rápida expansión y con unas
perspectivas para de crecimiento muy superior a la media de los
restantes sectores.
Los límites
precisos de ese mercado, la consiguiente generación de
empleo que se derivaría, así como sus perspectivas
de crecimiento son difíciles de evaluar, sin embargo se ha
estimado que el mercado de ecoindustria (comprendido el de
servicio)
representaba, en 1998, 200.000 millones de dólares a nivel
mundial, contribuyendo la Unión
Europea con la cuarta parte del total. Otros estudios
prevén un crecimiento del mercado medio ambiental situado
entre el 50% el 100% de1990 a 2002.
1.2 Tendencia o Visiones actuales de los sistemas de
gestión ambiental.
En la actualidad las empresas a nivel internacional han
asumido una responsabilidad ambiental al contribuir a un menor
deterioro del medio ambiente a través del reconocimiento y
ejecución de las diferentes acciones que
se enuncian a continuación.
Etiqueta ecológica: Logotipo que se
muestra en un
producto y que significa que se ha fabricado con el menor
perjuicio posible para el medio ambiente, tiene como objetivo
principal promover que los productos se
fabriquen con el menor daño ambiental posible e informar a
los consumidores sobre las repercusiones medioambientales de los
productos que
consuman. Esta etiqueta ecológica se le otorga a aquellos
productos que tengan una menor incidencia sobre el medio ambiente
a partir del establecimiento de unos criterios ecológicos,
que permiten evaluar las repercusiones ambientales del producto
durante todo su ciclo de vida,
esto es, fabricación (incluyendo el empleo de recursos
naturales), distribución, utilización y
eliminación. Cualquier producto puede estar sujeto a este
etiquetado excepto alimentos,
bebidas y fármacos.
A escala global,
las etiquetas ambientales se originaron independientemente en
muchas industrias. Este
sistema favorece
que el consumidor escoja
el producto basándose en una información exacta y sincera de los
daños que su fabricación ha ocasionado sobre el
medio ambiente. La
Organización Internacional de Normalización (ISO) ha
establecido unos criterios a los que deben ajustarse las
etiquetas.
Ecocondicionamiento: En virtud de que un gran
porciento de los desechos que se generan consisten en envases y
embalajes, se han adoptado regulaciones y otros tipos de medidas
tendentes a reducir la generación de este tipo de
desechos. Para ello alientan procesos de depósitos –
reembolso de envases, la aplicación de un cargo adicional
al precio de
envases y embalajes que cubra su manejo, disposición final
y su reciclado. Estas medidas afectan también el comercio
internacional de productos, ya que los productos importados
deben ajustarse a los requerimientos normativos en la materia y
las compañías exportadoras deben contar con los
mecanismos para recolectar y reutilizar o reciclar sus envases y
embalajes.
Impuestos y cargos sobre emisiones
Estos se han aplicado con éxito para reducir los
afluentes en los casos en que las descargas son fácilmente
observables y medibles y en los que se puede determinar la
magnitud de los daños potenciales. Una limitación
es que a la fecha, los montos de los impuestos se han
mantenido relativamente bajos, lo que dificulta el logro de los
objetivos
ambientales.
Impuestos indirectos
Antes de introducir nuevos impuestos
ambientales es preciso eliminar los impuestos de otra
índole que tienen efectos en detrimento del ambiente. Al
mismo, puede optarse por cambios en la estructura de
los impuestos sobre bienes y
servicios que
incentiven el control de
la
contaminación o por la producción de impuestos
a productos potencialmente peligrosos, como plaguicidas, para
inducir su empleo racional. La introducción de impuestos a las materias
primas y a la energía es otra alternativa para estimular
su ahorro y uso
eficiente, aunque existen limitaciones a su empleo.
Impuesto al carbono
Como una de las medidas para reducir el calentamiento
global, se ha introducido este tipo de impuesto sobre
todo en relación con las fuentes de
energía, en cuyo caso se toma la contribución a la
generación de bióxido de carbono. Una
de sus limitaciones es que deben ser relativamente altos para
contribuir de manera significativa a reducir las emisiones. Por
lo general estos impuestos se equilibran con otras medidas
fiscales que eviten impactos negativos en sectores de bajos
ingresos.
También deben considerarse los cambios estructurales en la
economía
por la introducción de esos impuestos, que puedan
incidir en la distribución geográfica de los
ingresos y el
empleo en diferentes sectores, así como los patrones del
comercio
internacional en el sector energético.
1.3 El marketing
ecológico desde una perspectiva
empresarial.
Cuando se trata de buscar responsabilidades todas las
miradas apuntan hacia la empresa, en general, y hacia el marketing, en
particular. El marketing, como brazo visible de la empresa, se
convierte en el centro de todas las críticas por cuanto su
finalidad última es vender una mayor cantidad de producto.
En definitiva, generar un mayor consumo,
concepto que trata de aunar dos realidades contradictorias en un
principio: vender productos y proteger el medio
ambiente.
Desde una perspectiva empresarial, el marketing
ecológico es el marketing que aplican aquellas empresas
que adoptan un enfoque de marketing social para comercializar
productos ecológicos, es decir, aquellas empresas que
buscan satisfacer las necesidades sociales junto a las
necesidades presentes de los consumidores. En este sentido, se
puede definir como:
El proceso de
planificación, implantación y
control de una política de producto,
precio,
promoción y distribución que permita
conseguir los tres siguientes criterios:
- que las necesidades de los clientes sean
satisfechas, - que los objetivos de
la organización sean conseguidos
y, - que el proceso genere el mínimo impacto
negativo en el ecosistema.
1.3.1 Funciones del
marketing ecológico.
Bajo la perspectiva ecológica, el marketing debe
contribuir al desarrollo
sostenible, de forma que diseñe ofertas comerciales
que permitan satisfacer las necesidades presentes de los
consumidores sin comprometer la capacidad de satisfacer las
necesidades futuras de esta y de las próximas
generaciones. Para ello, el marketing ecológico debe
asumir como misión
tres funciones:
redirigir la elección de los consumidores, reorientar el
marketing mix de
la empresa y reorganizar el comportamiento
de la empresa.
1. Redirigir las elecciones del consumidor.
Puesto que la gran mayoría de la sociedad actual
no está dispuesta a reducir su nivel de consumo, el reto
del marketing es transformar la forma de consumo: consumir de
forma diferente. Para ello, el responsable de marketing debe
conseguir poner al consumidor de su parte mediante su educación, tanto en
los problemas como en las soluciones medioambientales. Se trata
de conseguir que la preocupación por las cuestiones
ecológicas se traslade al comportamiento
de compra y consumo. O lo que es lo mismo, se trata de
incrementar el tamaño del segmento de consumidores
ecológicos.
La educación del
consumidor se convierte en un paso necesario para superar lo que
se puede calificar como "el mayor problema ecológico
que sufre el planeta", la falta de información medioambiental.
2. Reorientar el marketing
mix.
Para conseguir que la calidad del medio ambiente no se
vea afectada negativamente por las decisiones de marketing es
necesario incorporar objetivos ecológicos a cada una de
las políticas
de marketing. En este sentido, es necesario quedar claro que no
se trata de enfrentar a los objetivos económicos de cada
variable de marketing con los objetivos ecológicos. Se
trata de buscar la consecución de ambos a la
vez.
1.3.2 Políticas
ligadas a las variables del
marketing.
Las empresas deben elaborar políticas
consecuentes con fines ecológicos donde se busque una
participación sistémica de todas las variables que
intervienen en el marketing.
1.Política de
producto
Las decisiones de producto deben ir encaminadas a
diseñar un producto de forma que se minimice el consumo de
recursos escasos
y la generación de residuos a lo largo de todo el ciclo de vida
del producto pero sin comprometer las características necesarias para satisfacer
las necesidades actuales del cliente. No debe
olvidarse que nadie compra un detergente para salvar el planeta,
sino para que su ropa quede limpia. A la hora de diseñar
un producto ecológico la empresa ha de tratar que la
función
ecológica no afecte de forma negativa ni a las funciones
técnicas y comerciales del producto y de su envase ni a la
rentabilidad
de la empresa.
En este sentido, un producto ecológico
debe ser definido como:
Aquel producto que cumpliendo las mismas funciones que
los productos equivalentes, su daño al medio ambiente es
inferior durante la totalidad de su ciclo de vida. Es decir, que
la suma de los impactos generados durante la fase de
extracción de la materia prima,
de producción, de distribución, de uso / consumo y
de eliminación es de menor cuantía que en el caso
del resto de productos que satisfacen la misma
necesidad.
La concepción de un producto ecológico,
por tanto, no implica únicamente la consideración
del producto en sí mismo, sino, también, de su
proceso de fabricación. No puede existir un producto
ecológico si se ignora el comportamiento medioambiental de
los medios de
producción e, incluso, del resto de áreas
funcionales de la compañía. Por esta razón
podemos clasificar los atributos ecológicos del producto
en dos tipos:
1.- Atributos específicos del producto, tales
como su duración, su facilidad para
reciclarse/reutilizarse o el tipo y cantidad de materiales
usados en el producto y su envase.
2.- Atributos específicos del proceso y del
fabricante, tales como el consumo de energía y agua o la
generación de residuos.
2.Política de precios.
Para el marketing ecológico se debe fijar un
precio que refleje la estructura de
costes de la empresa una vez que se han recogido todos los costes
ecológicos derivados de la fabricación del
producto.
Una de las decisiones de marketing ecológico
más complejas es la referente a la estrategia de
precio a seguir frente a la competencia. Por
una parte puede ser necesario utilizar una estrategia de precios
superiores a la competencia bien
porque la empresa soporta unos costes mayores derivados de la
internalización de los costes medioambientales o bien
porque unos precios inferiores o similares al de los competidores
pueden generar una imagen de producto de poca calidad. Hay que
tener presente que el precio puede representar una fuente de
información sobre la calidad de producto. En este sentido
hay consumidores que consideran que el atributo ecológico
es un valor
añadido al producto y que si no vale más es porque
su eficacia o
calidad técnica es inferior.
Por su contra, utilizar una estrategia de precios
superiores puede convertirse en el principal freno a la compra de
productos ecológicos. La observación del mercado parece demostrar
que el consumidor no está dispuesto a hacer un sacrificio
monetario para adquirir un producto ecológico, a pesar de
que algunos estudios de mercado suelen reflejar un porcentaje
considerable de individuos que pagarían un sobreprecio por
estos productos.
Por tanto, hay que considerar que existe un
límite superior del valor percibido por el consumidor como
techo a la posibilidad de precios altos. Por encima de este
nivel, el efecto inhibidor de la compra será efectivo y el
consumidor no comprará el producto a pesar de su
predisposición a la compra de productos
ecológicos.
3.Política de
distribución.
La distribución debe permitir poner el producto a
disposición del consumidor en el lugar y en el momento
oportuno, en la cantidad deseada, a un coste aceptable para la
empresa y de una forma atractiva para el consumidor. Pero,
además, debe tratar de:
a) Minimizar el consumo de recursos escaso y
la generación de residuos durante la distribución
física del
producto (transporte,
almacenamiento,
manipulación).
b) Incorporar el impacto medioambiental causado como una
variable más en el proceso de elección de los
distribuidores.
c) Crear, en su caso, un sistema eficiente
de distribución inversa para los residuos que se puedan
reincorporar al sistema productivo como materia prima
secundaria.
4.Política de comunicación.
Dentro de su objetivo último de estimular la
demanda del
producto, la
comunicación ecológica debe buscar un doble
objetivo:
A) Educar medioambientalmente a todas las partes
interesadas y
B) Contribuir a crear una imagen de responsabilidad medioambiental que permita,
directa o indirectamente, tener un reflejo positivo en las
ventas.
La comunicación ecológica no es
sólo comunicación comercial, puesto que los
destinatarios de los mensajes ecológicos no son solamente
el mercado sino todos los grupos de
interés
de la empresa: administraciones públicas, inversores,
entidades financieras y aseguradoras, asociaciones ecologistas,
asociaciones de consumidores, y, en definitiva, toda la sociedad en
general.
Los instrumentos de promoción a disposición de una
política ecológica de comunicación son los
mismos que se pueden aplicar en otro tipo de promoción
comercial, sin embargo, es necesario destacar algunas
diferencias:
1.- Las relaciones
públicas tienen mayor relevancia que la
comunicación en medios de
comunicación masivo, puesto que permite dotar de mayor
credibilidad al mensaje.
2.- Existen algunos instrumentos de comunicación
específicos para los mensajes ecológicos, tales
como las etiquetas ecológicas (Aenor- Medio Ambiente,
Etiqueta Ecológica Europea, Distintivo de Calidad
Ambiental, Angel Azul, etc.), la certificación de Sistemas de
Gestión Medioambiental (ISO 14001,
EMAS), las memorias
medioambientales o las memorias de
sostenibilidad.
1.3.3 Reorganización del comportamiento de la
empresa con la aplicación del Marketing
Ecológico.
El marketing ecológico no es solamente un
conjunto de técnicas destinadas a diseñar y
comercializar productos menos perjudiciales para el entorno
natural; es, también, una forma de entender las relaciones
de intercambio, basada en buscar la satisfacción de las 3
partes que intervienen en ella: el consumidor, la empresa y el
medio ambiente.
Como sucede con la implantación de una
filosofía marketing, aplicar la filosofía que hay
detrás del marketing ecológico no se puede limitar
a implantar un departamento de marketing que aplique las
técnicas del marketing ecológico. Adoptar la
filosofía de marketing ecológico exige que el
respeto por el
medio ambiente impregne todo el comportamiento de la
organización, no solamente los aspectos
comerciales.
Un producto no debería ser comercializado como
ecológico centrándose únicamente en el
producto en sí, mientras ignora las implicaciones
ecológicas de la fabricación y de la
compañía en su conjunto. En este supuesto, la
empresa se encontrará sometida al continuo riesgo de recibir
críticas por parte de los distintos grupos de
presión
y a la pérdida de confianza del consumidor. Este fue el
error que cometió, por ejemplo, Proter&Gamble cuando
desarrolló Ariel Ultra, un detergente concentrado que
eliminaba de su fórmula los fosfatos. El detergente en si
suponía una gran mejora medioambiental pero recibió
innumerables críticas de ecologistas porque durante la
fase de I+D se había experimentado con animales.
Por tanto, el marketing ecológico tiene la
función
de desarrollar, a través de acciones de
marketing interno, una cultura
empresarial basada en la preocupación medioambiental.
Cultura que
debe ser aceptada por todos los trabajadores de la empresa,
independientemente de su nivel jerárquico (desde la alta
dirección hasta los operarios de
línea) e independientemente de su función (compras,
producción, comercialización, financiación,
etc.).
En definitiva, podemos considerar que el marketing no
será ecológico si no existe una gestión
medioambiental de la empresa.
1.3.4 El medio ambiente como fuente de ventaja
competitiva
El entorno empresarial ha experimentado importantes
cambios desde la aparición de un consumidor
ecológicamente responsable hasta el desarrollo de una
estricta legislación medioambiental, pasando por
trabajadores, inversores y vecinos que tienen en cuenta el
comportamiento social y ecológico de la empresa. En
definitiva, se trata de un entorno que exige a la empresa el
diseño
de sus objetivos teniendo en cuenta una dimensión social y
ecológica de la misma que complemente a su
dimensión económica.
1) Un nuevo entorno competitivo para las
empresas
Aunque la primera oleada verde surgió allá
por principios de los
70, ha sido a partir de la segunda mitad de los 80 cuando la
preocupación por el medio ambiente se ha generalizado en
la sociedad. Hoy en día, el 87% de los españoles
consideran que el deterioro del medio ambiente es un problema
grave o muy grave que requiere una actuación
urgente.
Los directivos no pueden cerrar los ojos ante esta
evolución del entorno si desean mantener la
capacidad competitiva de su empresa. No se trata de asumir la
responsabilidad
social de la empresa por razones éticas sino por mera
cuestión de supervivencia.
Para algunos autores el medio ambiente es un factor
más del entorno general (o macroentorno) que hay que
analizar junto a los cuatro factores tradicionalmente analizados
(entorno sociocultural, entorno político-legal, entorno
económico y entorno tecnológico). Para otros, no es
necesario hablar de un nuevo entorno sino que el factor
medioambiental se incorpora a los cuatro factores tradicionales.
Así, dentro del entorno tecnológico hay que
analizar la aparición de tecnologías más
limpias y la generalización de programas de
fomento de la I+D medioambiental. Dentro del entorno
político- legal hay que analizar, entre otros, las
diversas medidas legislativas de carácter
medioambiental. Dentro del entorno económico, las medidas
fiscales y financieras adoptadas por los gobiernos para
incentivar la mejora medioambiental. Y dentro del entorno
sociocultural, el nivel de información y formación
de la población sobre los distintos problemas
ecológicos y su comportamiento y reacción frente a
las distintas estrategias de
marketing ecológico que se pueden adoptar.
De un modo u otro, lo que debe quedar claro es que el
medio ambiente debe introducirse en el pensamiento
estratégico al constituirse como una parte fundamental del
entorno empresarial.
2) La valoración de los efectos del nuevo
entorno sobre la competitividad.
Ante la valoración de los efectos que sobre la
organización genera este nuevo entorno hay
quienes han adoptado un enfoque negativo. Esta postura, avalada
por las opiniones expresadas por los directivos en algunos
estudios, considera que la inclusión del medio ambiente en
la gestión empresarial conlleva una pérdida de
competitividad para esta. Medio ambiente y empresa no pueden
beneficiarse al mismo tiempo. El medio ambiente es un coste para
la empresa: impuestos, tasas y licencias, inversiones en
modificar los equipos productivos, control de las emisiones,
instalación de filtros anticontaminantes, seguros por
riesgos
medioambientales y así un largo
etcétera.
Sin embargo, este enfoque parece muy limitado desde una
óptica
estratégica. Efectivamente los cambios provocados por el
factor medioambiental van a modificar la actuación de la
empresa, desde su estrategia corporativa hasta las distintas
estrategias
funcionales. Pero su efecto es similar al de otros factores
característicos de la actual evolución del entorno empresarial (globalización de la economía, el
desarrollo de las tecnologías de la información, el
mayor nivel cultural de la población, la mayor disponibilidad de
tiempo libre, el acceso de la mujer al mundo
laboral, el
envejecimiento de la población, la disminución de
la unidad familiar.
La empresa compite en un entorno competitivo global
caracterizado por su incertidumbre, dinamicidad y complejidad. La
dirección estratégica que desarrolle
será la encargada de adaptar a la empresa a los cambios
que se produzcan, tratando de transformar un entorno dominador en
un entorno dominado. La estrategia empresarial será la
encargada de intentar transformar riesgos en
oportunidades para adaptarse con la mayor rapidez posible al
entorno. De este modo, el factor medioambiental afectará
negativamente a las empresas que reaccionen tarde o simplemente
no reaccionen; pero afectará positivamente a las empresas
que se adapten mejor. Este nuevo entorno supone la
aparición de nuevas ventajas competitivas susceptibles de
ser aprovechadas por aquellas empresas que comprendan la
importancia de aprovechar esta oportunidad.
En otras palabras, según un enfoque positivo la
búsqueda del beneficio para el medioambiente no supone
necesariamente perjudicar a la empresa. El solapamiento de los
objetivos ecológicos y económicos es mayor de lo
que se podría creer en un principio. Es posible conseguir
un beneficio común. Una mejor actuación
medioambiental de la empresa puede conllevar una mejora de su
competitividad. Son las denominadas situaciones win- win- win. A
la vez que la empresa consigue maximizar sus objetivos
financieros y el cliente consigue
satisfacer sus necesidades a través del producto de la
empresa, el medio ambiente sale beneficiado a través de
una minimización del impacto causado.
Esta mejora puede proceder, tanto desde el lado de la
oferta
(vía mejora de la productividad), como desde la
orientación hacia la demanda
(vía diferenciación del producto).
1- La mejora de la productividad como
consecuencia de un posible ahorro de
costes. De forma análoga a la gestión de la
calidad, las inversiones y
los incrementos de costes derivados de adaptar nuestro proceso y
nuestro producto a criterios medioambientalmente más
estrictos (costes de prevención) pueden ser amortizados a
través del ahorro de los siguientes costes:
a) Costes de despilfarro: provocados por el mal
uso de los recursos.
b) Costes legales: tanto los derivados de cumplir con la
legislación vigente como los costes derivados de su
incumplimiento (sanciones, indennizaciones,etc.)
c) Costes de pérdida de imagen: una imagen negativa
del comportamiento de la empresa ante el medio ambiente puede
llevar a un rechazo de sus productos por parte de los
clientes.
Por tanto, se puede decir que invertir en
prevención del impacto medioambiental (costes de calidad
medioambiental) puede compensar la existencia de unos costes de
no calidad medioambiental (multas y sanciones, impuestos, costes
de restauración del daño o de limpieza, seguros de
cobertura de riesgos medioambientales).
2.- La diferenciación del producto. De
igual forma que la calidad, la marca, el envase,
los servicios añadidos, etc. son medios de
diferenciación, los atributos ecológicos del
producto o del envase o la imagen de empresa preocupada por el
medio ambiente también pueden constituirse en elementos de
diferenciación para un segmento de consumidores, los
ecológicos, que poco a poco adquiere un mayor
tamaño. Estos consumidores están dispuestos a
preferir, a igualdad de
precios y calidad, una marca con atributos ecológicos
frente a las marcas
competidoras o, incluso, a pagar un sobreprecio por ella. Por
tanto, el medio ambiente puede ser beneficioso para la empresa
mediante la creación de una imagen de empresa/producto
verde creada a través de la aplicación de una
estrategia de marketing creíble que de a conocer al
mercado los esfuerzos realizados en la empresa en materia de
protección medioambiental.
La creación de esta imagen de empresa respetuosa
con el entorno natural es muy valiosa no sólo de cara a
nuestros consumidores potenciales sino también de cara a
otros stakeholders (1) de la empresa como:
a) los actuales y potenciales empleados, que comienzan
a preguntarse su responsabilidad en la contaminación generada por su
empresa.
b) los organismos públicos, que comienzan a incorporara
la variable medioambiental en los procesos de compra
pública y licitaciones de obra.
c) los potenciales inversores, puesto que cada vez más
personas buscan invertir su dinero de
forma coherente con sus valores
éticos.
d) las entidades financieras, que comienzan a incluir
consideraciones medioambientales en el proceso de
concesión de créditos.
3) ¿Cómo transformar el medio ambiente
en ventaja competitiva?
En el debate sobre
el medio ambiente como ventaja competitiva se puede establecer
una clara equivalencia con el debate habido
en los años 80 sobre los beneficios de la gestión
de la calidad. Si años antes surgió el concepto de
gestión de la calidad total
(TQM. Total Quality Management) ahora hay que hablar
también de la gestión medioambiental de la calidad total
(TQEM, Total Quality Environmental Management). En ambos casos,
aunque en el corto plazo la empresa tenga que hacer frente a
mayores inversiones y a un posible incremento de costes
operativo, en el medio y largo plazo se consigue una mayor
rentabilidad
Como se puede desprender de lo anterior, para beneficiarse de una
situación win-win-win es necesario que la empresa adopte
una actitud pro
activa y no defensiva frente al medio ambiente. La actitud
defensiva centra la actuación de la empresa en el corto
plazo y deriva en la adopción
de medidas correctoras del impacto medioambiental causado, en las
denominadas medidas al final de la tubería. Bajo este
enfoque, es indudable que el nuevo entorno supone un incremento
de los costes para la empresa y no una fuente de ventaja
competitiva. Además, desde el punto de vista
medioambiental, el problema no se suele eliminar, sino que se
transforma o se desplaza en el tiempo o en el espacio. Por su
contra, una actitud pro activa tiene una visión a largo
plazo y deriva en la adopción
de medidas preventivas. La premisa de la que parte es que suele
ser más rentable, a largo plazo, evitar la
generación del impacto medioambiental en su fuente a
través de la mejor tecnología económicamente
disponible que tratar de corregirlo o minimizarlo después
de generado. Así, es preferible rediseñar
productos, procesos y la estructura funcional de la empresa que
implantar filtros de gases,
depuradoras de aguas residuales o descontaminar suelos.
1.3.5 Normas para la
certificación de la actuación
medioambiental.
La International Organization for
Standardization) ha ido completando diversas
normas para la
certificación de las actuaciones medioambientales de las
entidades. La ISO 14001 se enmarca dentro de la serie de normas ISO
14000 relativas a la materia medioambiental.
Esta norma de certificación de los sistemas de
gestión medioambientales recoge las especificaciones y
directrices para su utilización, pero solamente aquellos
requisitos que pueden ser auditados objetivamente con el
propósito de su certificación o registro.
1.3.5.1 La ISO 14001: Aspectos
básicos.
El objetivo específico de las Normas
Internacionales sobre Gestión Medioambiental tienen como
finalidad ofrecer a las organizaciones
los elementos de un sistema de gestión medioambiental
efectivo, que pueda ser integrado dentro de la gestión
general de la entidad, para ayudarles a conseguir los objetivos
medioambientales y económicos.
La norma ISO 14001 recoge los requisitos y
especificaciones a seguir por las organizaciones
para poder obtener
la certificación ISO de su Sistema de Gestión
Medioambiental
El objetivo final de los SGMA es la mejora continua del
comportamiento medioambiental de las entidades siguiendo las
siguientes fases:
1. Política Medioambiental
2. Planificación
3. Implantación y Funcionamiento
4. Control y Acción Correctora
5. Revisión por la Dirección
Este modelo a
seguir debe utilizar la retroalimentación para conseguir la mejora
continua y recoger las siguientes partes y apartados:
1. Objeto y Campo de aplicación
2. Normas para consulta
3. Definiciones
4. Requisitos del Sistema de Gestión
Medioambiental
4.1. Requisitos Generales
4.2. Política medioambiental
4.3. Planificación
4.4. Implantación y funcionamiento
4.5. Comprobación y acción
correctora
4.6. Revisión por la Dirección
ANEXOS
A. Directrices para el empleo de la
especificación
B. Correspondencias entre la norma ISO 14001 y la norma
ISO 9001
C. Bibliografía
Capítulo
II: La gestión ambiental en el ambiento en el
ámbito empresarial
Hoy en día, se entiende que la gestión
medioambiental en el ámbito de la gestión
empresarial, es un factor crucial que incluye decisivamente tanto
en la imagen
corporativa de la empresa, como en la calidad del producto,
en el costo de
comercialización y, a lo sumo , la competitividad. Las
empresas punteras, a nivel internacional, están
demostrando que sus programas de
gestión medioambiental, más rigurosos y ambiciosos,
están incidiendo positivamente en la renovación
tecnológica, con ventajas indudables para los factores
coste-beneficio ya que, en realidad, son programas de ahorro y
racionalización de recursos
2.1 Importancia de la Gestión medioambiental
en la empresa.
Sin duda, contaminar resulta cada vez más caro,
transmitiendo, además, una imagen de la empresa nada
favorable en los criterios ecológicos con los que hoy en
día se guía el consumidor. Por eso, conceptos como
ecoproducto, tecnología limpia, marketing
ecológico, empresa ecológica, se están
imponiendo en la sociedad y en el mundo empresarial.
De ahí que la gestión medioambiental
integra hoy una concepción global, estratégica, de
la producción que, en la práctica, se traduce como
la revisión de la situación medioambiental de
una empresa
que le ha de permitir identificar, evaluar y controlar los
riesgos en cuestiones relacionadas con el medio ambiente,
determinar los errores o deficiencias presentes en el proceso
productivo, o en la gestión, y ofrecer alternativas
posibles a estos problemas.
La gestión de la función de
prevención de riesgos es algo más que control a las
instalaciones técnicas. Un departamento de
prevención de riesgos medioambientales no tiene monopolio
alguno en esta área, pues incide en todas las facetas de
un negocio, por lo que en un futuro los especialistas no
serán necesarios, sino que cada profesional, además
de conocer de su área, deberá saber de medio
ambiente.
Este tema preocupa a la sociedad actual (empresarios,
consumidores, etc.); la industria
empieza a tomar conciencia cada
día más de la imposibilidad de desarrollar una
óptima gestión empresarial sin llevar
simultáneamente una buena gestión en
prevención de riesgos (laborales y medioambientales) como
consecuencia de la interrelación existente entre
producción, calidad y seguridad. Los
problemas se derivan del incipiente grado de desarrollo de la
técnica, y de los trabajos que se están realizando
y normalizando. Aunque se presentan varios obstáculos la
valoración monetaria de los beneficios y costes
ambientales es una forma de expresarlo en términos
comprensibles para el público y un medio de hacer
explícitos los objetivos de los decisores. Puede haber un
mercado medioambiental, si bien el medio ambiente no es un
mercado en sí.
No existe un mercado específico para el medio
ambiente, pues son bienes públicos, sin precio asignado,
pero las acciones para mantenerlo sin contaminar si lo tienen; el
hecho es que la sociedad está, en la práctica,
concediendo un valor implícito a muchos de estos bienes
desde el mismo momento en que se adoptan decisiones con impacto
sobre el medio ambiente.
Los gestores en las empresas no poseen medios para
valorar el medio ambiente; lo que se hace es valorar los medios
necesarios para mantener el medio ambiente sin
contaminar.
El análisis económico medioambiental va a
la zaga de otras disciplinas científicas, al mismo tiempo
que tiene un sesgo hacia aspectos muy parciales del área
económica ambiental. Este sesgo es básicamente
hacia el análisis de los costes de prevención y/o
corrección de la
contaminación, siendo mucho menos estudiado la
incidencia del deterioro del medio ambiente como impacto negativo
en la actividad económica de la empresa. Estas dos partes
se enfocan de manera aislada, aunque sean dos partes totalmente
interrelacionados.
Entre las medidas que se requieren para determinar los
costes ambientales, con vistas a un mecanismo de fijación
de precios más eficaz desde el punto de vista ambiental,
figuran: la redefinición de los conceptos, las normas,
convenciones y metodologías relacionados con la contabilidad,
de tal modo que el consumo y uso de recursos ambientales
intervengan como parte de los costes totales de producción
y queden reflejados en los precios de mercado.
Estas medidas deben comprender una supervisión y unos controles apropiados
para garantizar la transparencia del mercado y una competencia
equitativa.
Actualmente el contexto es favorable para empezar a
normalizar la microeconomía ambiental con el objetivo de
evitar distorsiones en el mercado, se está trabajando en
la normalización de productos, de maquinarias,
etc. A nivel internacional en los comités de la ISO,
está adquiriendo gran importancia la certificación
de los productos con base en criterios medioambientales y de
seguridad
Dentro de un sistema de calidad total de la empresa, se
debe tener presente el grado de incumplimiento de las normas
medioambientales y que en la producción de un daño
pueden dar lugar a procesamiento entre el personal de la
empresa, pago de multas importantes, indemnizaciones muy elevadas
por la reparación del daño causado e incluso el
cierre de la actividad contaminante de la empresa, por ejemplo la
Comisión de la Unión
Europea encargada de los asuntos medioambientales
empresariales, recomienda que las empresas deberían
revelar en sus informes
anuales, los por menores de su política y sus actividades
de medio ambiente, así como los efectos de éstas;
reflejar en sus sistemas de contabilidad
los gastos en
programa de
medio ambiente (lo cual requiere una definición clara de
dichos gastos), y tener
en cuenta en su contabilidad los riesgos ambientales y los
futuros gastos relacionados con la protección del medio
ambiente.
2.1.2. Ventajas que nos proporcionan los
SGA
La gestión del medio ambiente en las empresas
puede representar una ventaja económica,
estratégica y de imagen, pero, generalmente a corto plazo,
implica la necesidad de realizar unas mayores inversiones e
incluso un aumento de los costes operacionales, al igual que
sucede con la adaptación de la nueva normativa. La mayor
importancia económica respecto a la viabilidad de la
propia empresa se debe a que un incumplimiento grave de las
normas medioambientales vigentes puede dar lugar incluso al
cierre de las instalaciones de la empresa que produzcan una
contaminación importante, además del
pago de una multa de cuantía elevada y, sobre todo, en
muchos casos, el coste que supone la reparación de los
daños originados al medio ambiente o, subsidiariamente, la
indemnización correspondiente.
2.1.3 Los sistemas de gestión ambiental como
parte de la estrategia de negocio.
La importancia que se le conceda a la variable
medioambiental dentro de la estrategia de negocio puede variar
considerablemente de una empresa a
otra, del mismo modo que las empresas pueden adoptar diferentes
grados de preocupación por la gestión de la
calidad. Aunque el medio ambiente puede ser la fuente de una
ventaja competitiva, la incorporación del medio ambiente
en la gestión empresarial va a depender tanto de la
situación concreta del entorno de la
compañía (no todas las empresas y sectores se ven
afectadas de igual forma por el entorno medioambiental) como de
la propia organización de que se trate (sus recursos y
capacidades).
Aún cuando se desee, es posible que la empresa se
encuentre con dificultades para incorporar el factor
medioambiental en su gestión por razones muy diversas,
como la incapacidad para acceder al capital que
requieren las inversiones de mejora medioambiental, la falta de
información y conocimiento
técnico sobre la materia, las actitudes del
personal o la
falta de un verdadero compromiso de la alta
dirección.
Siguiendo la propuesta de Roome (1992), las estrategias
frente al medio ambiente pueden clasificarse en función
del grado de cumplimiento de la legislación vigente, como
se muestra a continuación, desde la más defensiva a
la más proactiva:
1.- Estrategia de no cumplimiento. Es la opción
tomada por empresas que no pueden reaccionar a los requerimientos
medioambientales por no disponer de recursos y capacidades
suficientes y por aquellas otras empresas que cuyos directivos
tienen una baja percepción
de la importancia del factor medioambiental (lo consideran una
moda o un lujo
al que su empresa no puede hacer frente). Esta estrategia es la
denominada por otros autores como la estrategia de avestruz,
basada en ignorar el problema y no hacer nada.
2.- Estrategia de cumplimiento. Consiste en limitarse al
estricto cumplimiento de la legislación vigente en cada
momento. Se trata de una actitud reactiva por lo que la empresa
no puede esperar que su actuación le proporcione una
ventaja competitiva frente a otras empresas.
Esta suele ser la estrategia más común.
Los diversos estudios empíricos realizados recogen que
sigue siendo la legislación el factor de mayor presión a
la hora de adoptar medidas de carácter
medioambiental. Este hecho nos viene a indicar que los directivos
de las empresas españolas siguen considerando las demandas
medioambientales más como una amenaza que como una
oportunidad para diferenciarse frente a los
competidores.
3.- Estrategia de plus de cumplimiento. Consiste en
fijar una política medioambiental que supere los
requisitos legales. Esta actitud proactiva en la gestión
medioambiental se centran en aquellos aspectos de los que se
puede obtener algún beneficio por parte de la empresa o
los que son más fáciles de asumir por la
organización. Las empresas con esta estrategia son las que
acceden a los instrumentos voluntarios de la política
medioambiental tales como el etiquetado ecológico de
productos o la certificación de los sistemas de
gestión medioambiental.
4.- Estrategia de excelencia medioambiental. Es propia
de aquellas empresas que buscan la excelencia empresarial. Bajo
esta estrategia se entiende que la gestión medioambiental
es un ejercicio más de una buena administración del negocio. La calidad
gestionada no será total si se dejan sin considerar los
medios necesarios para diseñar y desarrollar productos y
procesos limpios. Es decir que, desde este punto de vista, los
impactos negativos y las emisiones al medio ambiente son defectos
en la calidad similares a la desviación en las
especificaciones en los productos. Contaminación equivale
a ineficiencia.
5.- Estrategia de liderazgo
medioambiental. Propia de aquellas empresas que delimitan las
prácticas de gestión medioambiental más
avanzadas de su sector. Pretenden ser los primeros en acometer
una medida medioambiental.
Esta estrategia es complementaria con la estrategia de
plus de cumplimiento y la estrategia de excelencia
medioambiental. Por esta razón podríamos considerar
que las empresas que siguen una estrategia de plus de
cumplimiento pueden seguir dos estrategias diferentes: la
estrategia de liderazgo y la
estrategia defensiva. Esta última sería la que
adoptan las empresas que mejoran la calidad medioambiental de su
producto o de su proceso como respuesta a las medidas adoptadas
por la competencia. Muchas veces basta con que la competencia se
vuelva verde para que la empresa reaccione.
2.2 Parámetros valorativos para la
implantación de un SGA
Debido a la relevancia e importancia que va tomando la
utilización de SGA en la empresa es importante introducir
una serie de criterios a tener en cuenta en el contexto de la
organización empresarial.
Para ello se hace necesario valorar una serie de
principios o
criterios a tener en cuenta para el logro de una calidad
ambiental en la empresa con la aplicación de estos
sistemas.
2.2.1 Principios para la aplicación de un
SGA
Aquí se presentan algunos de los principios
necesarios para el establecimiento de un sistema de
gestión ambiental. El punto clave es el establecimiento de
una política medioambiental de empresa que debe
fundamentarse en una declaración pública y
formalmente documentada por parte de la alta dirección, en
la que se detallen las intenciones y principios de acción
de la organización acerca de su actuación
medioambiental, y destaquen sus objetivos generales, incluido el
cumplimiento de todos los requisitos correspondientes al medio
ambiente.
La política medioambiental debe ser iniciada,
desarrollada y apoyada por el más alto nivel de la
dirección, ser coherente con otras actuaciones y
comprometer en su cumplimiento a toda la organización.
Debe formular objetivos concretos, de modo escrito y a
disposición de las partes interesadas. Además, la
dirección debe asegurar que la política
medioambiental sea la adecuada para sus actividades, productos y
servicios y su efecto medioambiental; que sea conocida,
comprendida, desarrollada y mantenida al día por todos los
niveles de la organización; que esté dirigida a la
prevención y/o minimización de los efectos
medioambientales perjudiciales; que incluya un compromiso de
mejora continuo de la actuación medioambiental; que asuma
la adopción y publicación de objetivos e informes
medioambientales y que se actualice con una periodicidad
adecuada.
El sistema pone en práctica la política
medioambiental mediante un sistema específico de
gestión que debe aplicarse a toda organización. Los
puntos a considerar son: el efecto medioambiental, los objetivos
y metas medioambientales, el programa de
gestión medioambiental, el control operacional, los
registros de
la gestión medioambiental, las revisiones del sistema y la
comunicación externa.
La difusión externa o interna, de la
política medioambiental se relaciona con la
demostración y aseguramiento de conformidad con la empresa
y con la protección de su propia imagen,
realizándose a través de informes o memorias
anuales.
Para destacar el compromiso de mejora continua del
sistema se hace hincapié en la naturaleza
repetitiva del sistema en sí, revisando
periódicamente los objetivos para restablecerlos de
nuevo.
2.3 Instrumentos para la Gestión
medioambiental de la empresa.
Los instrumentos de la gestión ambiental son
herramientas
de actuación tanto del gobierno, como de
la sociedad en general. Cada uno de ellos tiene capacidades
propias para contribuir al logro de los objetivos propuestos,
pero su mayor eficiencia viene
dada por el equilibrio que
se logre en la aplicación del conjunto de
éstos.
Además de los instrumentos de nivel
macroeconómico impulsados desde la política
económico ambiental, que definen los contenidos de las
restricciones ambientales a las que ha de enfrentarse la empresa
y que, al mismo tiempo, introducen incentivos para
su internacionalización, se ha ido desarrollando un
conjunto de técnicas y mecanismos, con el fin de facilitar
la gestión empresarial de las referidas
restricciones.
En este terreno se contemplan:
- Las evaluaciones de impacto
ambiental y, - Las auditorías medioambientales.
2.3.1 Evaluación
de impacto
ambiental
Las expresiones relacionadas con los vocablos impacto y
ambiental han pasado, en muy poco tiempo –dos
décadas a lo sumo-, a formar parte de la jerga cotidiana
de gran número de profesionales de todo el
mundo.
En la década de los años sesenta las
inversiones económicas tan sólo tenían en
cuenta criterios de rentabilidad económica. Se analizaba
la viabilidad técnico-económica de distintos
proyectos, en
función de ello se tomaban decisiones. Ya en los setenta
se inicia una evolución tendente a considerara a los
factores ambiéntales como algo más a tener en
cuenta.
Se iniciaba un proceso en el que se considera el
desarrollo
económico bajo un prisma más complejo. Ya no
era tan sólo un objetivo en sí mismo, sino que
existían otros elementos que intervenían en este
desarrollo. Estos elementos( la salud y la
conservación de los recursos
naturales), no estrictamente económicos, pesaban
más y más a medida que se evolucionaba en el
conocimiento de los daños que determinadas actividades
conllevaban sobre el entorno. En consecuencia, estos factores
ambientales tomaban paso en la planificación de las
actividades económicas y sociales.
Es evidente que antes de proceder a otros
análisis es necesario definir que se considera
( impacto).
Impacto es cualquier alteración, positiva o
negativa, producida por la introducción en el territorio
de una determinada actividad la cual interviene sobre los
factores que definen al mismo en cuanto al medio físico,
biótico y abiótico, y sobre las relaciones sociales
y económicas del hombre en este
medio. Es claro que un proyecto o
actividad no produce siempre los mismos efectos y que ello
dependerá del medio que los reciba.
Otros tipos de definiciones asumen que impacto es la
alteración que se produce sobre la salud y el bienestar del
hombre como
consecuencia de la realización de un proyecto. Se
centra, pues, la incidencia muy directamente sobre el ser
humano.
En definitiva, la alteración que pude producirse
viene expresada por la diferencia entra la evolución del
medio sin la aplicación del proyecto y con la
ejecución del mismo.
El grado de la incidencia que éste tiene sobre
las condiciones iniciales(preoperacionales) que definen el
hábitat humano, es lo que se denomina <<Impacto
ambiental>>.
Por "impacto ambiental" se entiende el efecto que sobre
el medio ambiente produce una determinada actuación
humana. Efecto que puede ser positivo o negativo, que implica
todo una serie de categorías que pueden sintetizarse
sumariamente en:
-Efectos de la contaminación
-Efectos sociales
-Efectos económicos
-Efectos tecnológicos-culturales
-Efectos ecológicos, sobre los elementos
bióticos y abióticos de los ecosistemas, y
sobre sus sistemas funcionales y de relaciones.
La introducción de este concepto de impacto
ambiental, ha producido un giro significativo en el modo de
encarar los procesos de planificación, y el diseño
y ejecución de las actividades humanas. Si hasta este
momento anterior la evaluación
se basaba en criterios técnicos, económicos y
sociales ahora es necesario incluir los ambientales. Premisa de
gran significación si se asume en todo su sentido. No se
afirma que este logro este conseguido, sino que la noción
de impacto ambiental ha producido un giro hacia la
consecución de ese objetivo, y que si se han conquistado
parcelas importantes.
El impacto ambiental es algo que proviene de las
legislaciones y la razón de su existencia la constituye
necesidad de actuar en equilibrio con
el medio ambiente, la responsabilidad con las generaciones
futuras y de evitar situaciones de deterioro
irreversible.
La evaluación de impacto ambiental es una
herramienta de gestión ambiental para llevar a cabo un
control preventivo de las consecuencias ecológicas o
medioambientales de un determinado proyecto, actividad, etc a
realizar en un futuro.
Necesidad de la EIA como instrumento
preventivo
La idea fundamental en la realización de EIA es
que no se trata de una figura negativa ni obstruccionista, sino
de un instrumento muy operativo para impedir
sobreexplotación del entorno natural y social.
Es, pues, necesario indicar que no debe considerarse a
la EIA de manera recelosa pretendiendo que o es un
obstáculo que encarece o, de manera opuesta un truco para
buscar justificación ambiental a una explotación
excesiva.
En términos generales, la EIA es una herramienta
necesaria para paliar efectos forzados por situaciones que
globalmente se han caracterizado por: la contaminación y
mala gestión de los recursos Hidráulicos y
atmosféricos; la contaminación, degradación
y mala gestión de las tierras cultivables y del paisaje;
la defectuosa utilización y gestión de los recursos
mineros; la ruptura del equilibrio ecológico como
consecuencia de la destrucción de diversas especies
animales; las
perturbaciones imputables a desechos o residuos, tanto de origen
urbano como industrial, y, por último la negligencia y
afecciones al patrimonio
cultural.
Se hace precisa, por tanto, una ordenación
rigurosa de los comportamientos contemplando un doble objetivo:
primero, prevenir y detener el proceso
degenerativo(prevención y corrección); segundo,
lograr que conductas futuras no contribuyan a este proceso
(información, y educación).
La línea de actuación que se debe
establecer es aquella que permite conocer a priori la
alteración que va a conllevar sobre el medio ambienta una
actuación determinada. Estas alteraciones pueden ser
positivas o negativas y son las que se denominan impactos
ambientales.
Las consecuencias modificativas de la situación
que constituyen el impacto ambiental han de estimarse mediante un
proceso de análisis consistente en la realización
de estudios y utilización de sistemas de
información conocida por EIA, cuyo núcleo lo
constituye el estudio de impacto ambiental(EsIA).
Así pues, la EIA puede definirse según sus
diferentes dimensiones en:
– La EIA( Específicamente el estudio de impactos
ambientales que ella incorpora) es un procedimiento
analítico orientado a formar un juicio objetivo sobre las
consecuencias de los impactos derivados de la ejecución de
una determinada actividad.
– La EIA es un procedimiento
administrativo encaminado a la aceptación o rechazo de la
ejecución de una actividad. En este rechazo interviene
tanto la
administración competente como otros agentes
sociales.
– La EIA se puede dar en tres niveles, interactuantes si
se quiere, con objetivos como:
Primer nivel: detección de
alternativas.
Segundo nivel: comparación y selección.
Tercer Nivel: determinación de impactos y
acciones correctoras.
Desde un punto de vista administrativo, la
evaluación de impacto ambiental se convierte en una serie
de pasos o procedimientos a
seguir para obtener la autorización(o en su caso
modificación o rechazo) para el inicio de un proyecto, en
función de la valoración de su incidencia
ambiental.
La utilización de esta herramienta comporta, una
serie de ventajas para las organizaciones: identificar
cuáles son las áreas, que desde un punto de vista
ambiental son menos eficientes( despilfarro de recursos,
generación de residuos, etc.); transmite a todos los
miembros de la organización la seriedad y firmeza del
compromiso de la empresa para con el medio ambiente, reforzando
el comportamiento medioambiental de la empresa y el valor de
actuar socialmente responsable(ser ecológico) y, por
último, previene contra inversiones, que desde un punto de
vista ambiental, pueden llegar a convertirse en obsoletas.
Además, el importe o coste que su realización
supone o las implicaciones económicas que de su
aplicación pueden derivarse, puede llegar a convertir la
evaluación de impacto ambiental, en una importante barrera
de entrada a posibles nuevas incorporaciones en el sector de
actividad.
El proceso global de evaluación (EIA), incluye,
pues, aspectos muy diversos: estudios, procedimientos
administrativos, indispensablemente con procesos de
participación pública, toma de
decisiones de autoridades competentes sectoriales y
ambientales ( declaraciones de impacto ambiental DIA), programa
de vigilancia y control ambiental, etc.
El estudio del impacto ambiental ( EsIA).
El estudio del impacto ambientales por definición
uno de los casos típicos de informes técnicos donde
la multidisciplinariedad debe conllevar ineludiblemente la
interdisciplinariedad. Esto es así debido a la gran
cantidad de ámbitos conceptuales sometidos en él,
ámbitos que a su vez se integran entre si. El territorio
es, en si, un ente holístico cuya característica
esencial para entenderlo es precisamente las interrelaciones
entre los elementos que lo componen. Cualquier estudio del mismo
debe tener muy presente este hecho.
El EsIA es un documento técnico comprensivo de la
identificación, descripción y valoración
particularizada de los efectos previsibles que la
realización de una acción o la ejecución de
una actividad producirán sobre la salud y bienestar
humanos, los recursos naturales y el medio ambiente.
A la hora de redactar el EsIA es preciso considerar dos
hechos previos importantes en la labor propia de coordinación del equipo técnico: por
un lado, la gestión del EsIA en cuanto a la
interrelación del promotor del proyecto y la propia
administración(Gestión externa); por
otro, la gestión en cuanto de la interrelación del
equipo técnico multidisciplinario redactor del EsIA(
gestión interna).
Por otra parte, hay que indicar un hecho importante como
es que muchos métodos de
evaluación de impactos han tenido a la
cuantificación delos mismos.
Esto quizás se debido a la propia
deformación (o inclusa desconocimiento)de ciertos entes
decisorios en la propia administración, e incluso empresas
para las que algo no cuantificado carece de corrección
técnica e incluso es francamente desechable.
Es claro que un proyecto debe analizar todos los
factores y, por supuesto, cuantificarlos adecuadamente, si bien
un estudio (y mucho más si es un EsIA) no entra
necesariamente en esa dinámica. Es más, en algunos casos,
esta dinámica cuantificadora puede llevar pareja
un peligroso ejercicio de ocultación de las realidades que
puede traer consigo importantes disfunciones en el
EsIA.
En todo caso el EsIA debe perseguir como objetivo lo
siguiente:
1. Describir y analizar los contenidos y objetivos del
proyecto haciendo especial hincapié en los aspectos de
posible alternaciones medioambientales que, a priori, las
actuaciones incorporadas en el mismo pudieran
conllevar.
2. Definir y valorar el medio físico
biótico, abiótico, así social y
económico, en sus distintos aspectos afectados por la
obras planificadas.
3. Prevenir los efectos que originarían los
diferentes actuaciones del proyecto, así como evaluar la
magnitud de los mismos.
- Determinar las medidas correctoras, precautorias y
compensatorias que, desde una perspectiva de viabilidad
técnico-económica, sirvan para minimizar los
impactos que de la evaluación se hayan definido como de
mayor importancia, indicando, asimismo, los impactos residuales
que conllevaría su aplicación.
2.3.1.1 Estudios de Impacto Ambiental.
Los estudios de impacto ambiental EIS constituyen
mecanismos de evaluación
de proyectos en cualquiera de sus fases. Un proyecto es un
proceso que se inicia con la definición de los objetivos,
continua con la planificación de la actividad y
recorriendo una serie de etapas, distintas para cada tipo de
proyectos, se
llega a un proyecto constructivo a partir del cual se puede
ejecutar la obra. Con la realización de la obra no termina
conceptualmente el proyecto sino que sigue en las fases de
operación y gestión hasta que se llega, al final
del periodo de vida útil, a la clausura.
De la misma forma que cada fase del proceso proyectual
tiene unos objetivos propios, su evaluación ambiental
tendrá, en consecuencia unos contenidos específicos
asociados al nivel de detalle de esa fase del proyecto. En la
fase de planificación, el objetivo del proyecto es
seleccionar alternativas viables y elegir la mejor. El estudio de
impacto debe, en primer lugar, identificar las zonas
particularmente sensibles ante el desarrollo de la actividad, con
objeto de desechar alternativas que pudiera ocasionar
alteraciones que se consideran ambientalmente inadmisibles, o, en
todo caso, conocer el costo ecológico o socio
económico que el desarrollo de tal alternativa
supondría.
En segundo lugar, la información ambiental se
integrará como un condicionante más en el proceso
de evaluación que conduzca a la selección
de la mejor alternativa.
De acuerdo con los objetivos señalados, el
estudio de impactos en la fase de planificación
exigirá la elaboración de estudios de fragilidad o
vulnerabilidad y de calidad. El análisis de fragilidad
permitirá prever como se ha comentado, la susceptibilidad
de cada elemento del medio a deteriorarse, o bien, dicho de
manera inversa, su capacidad para absorber alteraciones. El
conocimiento de la calidad permitirá evaluar la
importancia que tendrá la alteración del elemento
afectado.
Elegida la mejor alternativa en la fase de
planificación, en la fase de anteproyecto, y
de proyecto se diseñará la solución
definitiva a lo largo de sucesivas etapas que poseerán
sucesivamente un mayor nivel de detalle hasta alcanzar el
necesario para poder
plasmarlo en un documento (proyecto ejecutivo) a partir del cual
se puede realizar la obra. Los correspondientes estudios de
impacto de cada una de estas fases profundizarán en la
identificación y valoración de impactos y en el
desarrollo de medidas correctoras integrándose en el
proceso evaluatorio y decisorio con el que concluye cada fase del
proyecto.
Para la realización de estos estudios de impacto,
se inventariarán aquellos elementos y procesos que pueden
resultar afectados por el proyecto en cualquiera de sus fases.
Para cada elemento se analizarán todas aquellas
características, cualidades o índices que
actúan como indicadores de impactos.
Los indicadores e impactos no tienen que ser los mismos
en las distintas fases del proyecto, que existe una íntima
relación entre escala y nivel de
detalle. Por ello puede resultar que el nivel de detalle de la
información del proyecto con relación a un
determinado aspecto, obligue a utilizar indicadores diferentes
para cada etapa. Así, por ejemplo, si se trata de evaluar
el impacto paisajístico de una carretera, en la etapa de
proyecto un indicador puede ser la superficie de los taludes
resultantes. En cambio, en una
etapa previa, en un estudio informativo, este dato no será
conocido por lo que se utilizará como indicador las
características del relieve por
donde discurre el trazado.
Por otra parte, se inventariará otros aspectos
que actúan como modificadores de impactos. Así en
relación con el ruido
producido por el tráfico, un indicador puede ser sonoro
equivalente medido en la fachada de las viviendas. El relieve
actuará como modificador del impacto
acústico.
Metodología de valoración de
impactos.
En la actualidad se han desarrollado un buen
número de métodos y
técnicas encaminadas a resolver los problemas inherentes a
las dos fases esenciales en los estudios de evaluación de
impactos: identificación y evaluación. Aunque la
mayoría de estos métodos pueden ser de
aplicación en ambas fases, suele ser frecuente distinguir
entre técnicas identificación y técnicas de
evaluación.
Identificación de impactos.
Las técnicas más comúnmente
utilizadas son las siguientes:
· Listas de chequeo.
Son las listas en las que se recogen los posibles
impactos que de forma general pueden derivarse de una
actuación concreta. Su usuario extrae de entre ellos
aquellos impactos que realmente se produzcan en el caso que
estudia. La ventaja principal de estas listas de chequeo es que
ayudan a contemplar todo el conjunto de efectos de forma
sistemática. En cuanto a los problemas derivan
que:
Pueden ser muy generales o estar incompletos; no
muestran las interrelaciones entre los impactos; puede ocurrir
que en algunos de los casos el mismo impacto se recoja bajo
varios encabezamientos; la identificación de los efectos
es cualitativa (del estilo: << se producirá una
pérdida de suelo >>
ó << una alteración en los hábitos de
la fauna >>);
no recogen la probabilidad de
que ocurra el impacto señalado.
Matrices.
Matrices causa efecto: son las listas de posibles
impactos de una acción que se convirtieron en listas o
matrices de
doble entrada, en las que en el segundo de los ejes se descompone
el proyecto o actuación considerado en las acciones
parciales que su realización exige. Las matrices
pueden ser utilizadas, al igual que las listas de chequeo,
únicamente para identificar los impactos, o,
también para evaluar los impactos.
Las matrices de doble entrada presentan los mismos
problemas que las listas de chequeo, ya que en esencia son un
conjunto de listas para diferentes acciones.
Redes de interconexión: identifican los
impactos poniendo de manifiesto no solo los efectos directos sino
también los indirectos y las relaciones de unos efectos
con otros. Se suelen presentar estas relaciones de una forma
gráfica mediante líneas de interconexión
entre unos efectos y otros, componiendo de esta forma una red o malla de la que se
deriva su denominación genérica ( Sorensen 1971,
1972).
Métodos << ad hoc >>. Parten
del conocimiento y
experiencias del equipo realizador del estudio, que le permiten
identificar las distintas alteraciones analizando el efecto que
cada acción del proyecto ocasiona sobre cada elemento del
medio.
Cualquiera de las técnicas anteriores se puede
apoyar en:
· Análisis de casos similares cuando
existan, que informan acerca de las reacciones producidas en el
medio, cuando tanto las características del medio como las
de las actuaciones sean semejantes al caso en estudio.
· Uso de modelos
simbólicos, es decir de formulaciones abstractas que
representen la realidad. Son de utilidad los
modelos que tratan de poner de manifiesto la evaluación de
ciertos fenómenos, o el desarrollo en el tiempo el espacio
de ciertos procesos: por ejemplo, modelos de difusión
atmosférica de contaminantes, de propagación del
ruido, de
cuantificación de la erosión
potencial etcétera.
· Realización de experiencias de
laboratorios o de estudios experimentales de campo cuándo
no existan conocimientos suficientes sobre la respuesta a una
acción.
· Por último, la predicción puede
basarse en la teoría
científica aplicable a cada caso concreto.
La valoración de impactos puede expresarse bien
referida a cada elemento del medio, individualmente o bien
globalmente mediante un único valor que resuma la
totalidad del impacto producido. La valoración por
elementos al permitir conocer cuales son los impactos que se
producen sobre cada uno de ellos informa acerca de que acciones
del proyecto es necesario modificar si quiere atenuar o evitar
tal impacto, o en su defecto, si el impacto es inevitable, en que
dirección hay que encaminar las medidas correctoras. Como
inconveniente no informa sobre el impacto que sobre el medio, en
su conjunto, ocasiona el proyecto o la acción.
Los métodos basados en la determinación de
los impactos globales si expresan ese impacto conjunto, lo cual
es útil para la selección de alternativas, sobre en
niveles de planificación, ya que facilita la
elección de la alternativa mínimo
impacto.
La forma habitual para obtener la valoración
global del impacto es por medio de la suma de las ponderaciones
de las valoraciones de impacto parciales, es decir, de las
valoraciones sobre cada elemento del medio considerado. Por ello
hay que tener presente que al realizar la agregación, sea
cual sea la técnica empleada, se desdibujan los impactos
mas significativos, lo cual no resulta aconsejable cuando existen
impactos críticos, es decir, impactos que superan cierto
umbral considerado como no admisible desde el punto de vista
ambiental.
Los problemas que puede presentar este sistema son los
mismos que se indicaban para la identificación de impactos
por listas de chequeo ó matrices: no diferencian los
efectos secundarios, puede considerarse el mismo impacto dos
veces bajo epígrafes distintos… la ventaja en cuanto a
técnicas de evaluación es que muestra
explícitamente los criterios seguidos en la
transformación de las escalas cualitativas en
cuantitativas.
En cualquier caso, existen técnicas rigurosas,
con apoyo estadístico y de la teoría
de la decisión a las que puede recurrirse cuando se
precisa.
Los estudios de impacto ambiental(EIS) deben presentarse
de forma que sean fácilmente comprensibles y que puedan
ser utilizados por gentes de diversas formaciones. Son documentos
públicos destinados a autoridades administrativas
decisorias o intervinientes
(administración sectorial, administración
ambiental, central, autonómica o local) organizaciones
ambientales no gubernamentales, personas individuales interesadas
o afectadas, colectivos profesionales, parlamentarios u otros
entes de representación. Por ello el estudio y sobre todo,
su documento de síntesis,
debería redactarse en un lenguaje lo
más asequible posible a la comprensión
general.
De forma imprescindible el estudio de impacto ambiental
debería expresar y justificar con claridad:
- Los datos de
inventario y la
metodología utilizados. - Las conclusiones relativas a la viabilidad de las
actuaciones propuestas. - Las conclusiones relativas al examen y lección
de distintas alternativas. - La propuesta de medidas correctoras y el programa de
vigilancia, tanto en la fase de ejecución de la
actividad proyectada como en la de su
funcionamiento.
El estudio no deberá contener información
superflua, entendiendo como tal aquella que no sea necesaria ni
útil para aportar conocimiento en la toma de
decisiones acerca del diseño, construcción y operación de la
actividad contemplada. El nivel de detalle de la
información utilizada debe corresponder también con
el necesario para la toma de decisiones en cuestión. No
será útil ni la información exclusivamente
genérica, ni los parámetros excesivamente
detallados.
Así mismo es muy importante que el estudio de
impacto ambiental tenga un contenido gráfico expresable,
divulgativo, con esquemas, perspectivas, dibujos,
planos, mapas, etc. de
diseño atractivo, y que ayuden a la compresión de
forma amena.
Metodología, de la Evaluación de
Impacto Ambiental en Cuba.
La EIA es el proceso estatal dirigido a identificar,
predecir, evaluar e informar de los efectos sobre el medio
ambiente de los planes, programas, proyectos y obras y el uso que
se hace del recurso o recursos en cuestión, para la toma
de decisiones, que incluye una información detallada sobre
el sistema de monitoreo y control a fin de asegurar su
cumplimiento y las medidas de mitigación que deben ser
consideradas.
Tomando en cuenta los efectos significativos sobre el
medio ambiente de un proyecto de obra o actividad, podrá
exigirse que el mismo sea objeto de un estudio de impacto
ambiental(EsIA), cuya evaluación y aprobación, si
procediere, corresponde a la auditoría ambiental.
El proceso de evaluación de impacto ambiental,
comprende la solicitud de licencia ambiental; El EsIA) en los
casos en que proceda la evaluación propiamente dicha, a
cargo del ministerio de ciencia,
tecnología y medio ambiente; y el otorgamiento o no de la
licencia ambiental.
¿Qué se quiere?
Que la evaluación de impacto ambiental cumpla un
papel armónico dentro de un sistema de gestión
fundado en la introducción de la dimensión
ambiental en los planes, programas y proyectos, y en un
ordenamiento ambiental adecuado.
¿Qué hacer?
1. Comprender en la evaluación de impactos
ambientales los planes directores las políticas publicas,
a manera de un instrumento estratégico para el desarrollo
sostenible y ordenamiento territorial; las nuevas inversiones
así como la expansión o modificación de
obras existentes en los casos de reanimación productiva de
actividades actualmente detenidas, y otras obras o actividades en
curso que puedan generar un impacto negativo
significativo.
2. Confeccionar e ir perfeccionando el listado de obras,
actividades o planes donde es obligatorio realizar la
evaluación de impactos ambientales.
3. Descentralizar el proceso de evaluación de
impactos ambientales y procurar, en la medida en que ello resulte
posible, conferir a los territorios un papel
primordial.
4. Instrumentar a plenitud la legislación vigente
del ministerio de ciencia, tecnología y medio ambiente,
relativa a la evaluación de impactos ambientales y valorar
en un periodo razonable sus efectos y los requerimientos de su
perfeccionamiento.
La Evaluación de Impactos Ambientales a nivel
Territorial
Meta: Lograr que la EIA se aplique a partir de la
concepción del ordenamiento territorial y el planeamiento de
las inversiones
Objetivos:
– Minimizar los impactos ambientales en las provincias
con la aplicación consecuente del proceso de
EIA.
– Incorporar la EIA como parte del sistema de
ordenamiento territorial, en la concepción de programas,
proyectos y planes de desarrollo.
Acciones:
– El CITMA y la DPPF organizarán un programa
territorial de evaluación del proceso inversionista
territorial que permite controlar el nivel de gestión para
mitigar los impactos ambientales de las mismas.
– Fortalecer la capacidad institucional de la
delegación territorial del CITMA para lograr un control
efectivo del proceso de EIA.
– El CITMA presentará sistemáticamente al
consejo de la
administración provincial, informes acerca del
estado de
cumplimiento de acciones para la mitigación de los
impactos ambientales y la situación del proceso
inversionista en tal sentido.
– El CITMA y la DPPF organizarán en el plazo de
seis meses, posteriores a la aprobación de la EIA, sistema
informativo sectorial sobre planes directores y políticas
de desarrollo, que posibilita la gestión de una base de datos
para el proceso de EIA en la provincia.
– Fortalecer con la cooperación territorial,
principalmente en las entidades: INRH, DPPF, MINAGRI, MINSAP,
Universidades, ISP, GEOCUBA, ENA, MINED, OTRM y la
dirección provincial de patrimonio, la
capacitación de un banco experto
para el proceso de EIA.
2.3.2 Auditorías medioambientales.
Podemos definir la auditoría ambiental como una
revisión objetiva y sistemática del impacto real o
potencial de una organización sobre el medio ambiente;
También la auditoría medioambiental se puede
definir como un instrumento de gestión que comprende una
evaluación sistemática, documentad,
periódica y objetiva de la eficacia de la
organización, el sistema de gestión y
procedimientos destinados a la protección del medio
ambiente y que tienen por objetivo facilitar el control, por
parte de la dirección, de las practicas que pueden tener
efectos sobre el medio ambiente y evaluar su adecuación a
las políticas medio ambientales de la empresa.
De las diversas herramientas
disponibles para la gestión medioambientales, la
auditoría ambiental proporciona a la dirección una
comprensión de las normas y regulaciones ambientales
aplicables a la industria
particular, una perspectiva objetiva de la condición de
cumplimiento actual de la compañía, y
recomendaciones para acciones correctoras y
preventivas.
El alcance de una auditoría ambiental puede
variar, desde una actividad específica a la
revisión de un sistema de gestión completo. En este
sentido, la auditoría de los sistemas de gestión es
un componente crucial para la mejora de la calidad ambiental, por
cuanto, subsanar las deficiencias de gestión pueden
mejorar, en última instancia, el cumplimiento ambiental de
la organización con respecto a los requerimiento externos
y políticas ambientales internas.
En relación con la utilización de esta
herramienta, podemos señalar que, las
compañías multinacionales, primariamente
norteamericanas y europeas, usualmente incorporan
auditorías de sus instalaciones internacionales como parte
de un programa global de auditoría corporativa. Algo menos
común, pero creciente en popularidad ha sido la
práctica, por parte de las multinacionales, de llevar a
cabo una auditoría ambiental previa a la decisión
de adquirir cualquier empresa extranjera( lo cual forma parte de
las exigencias normativas de la industria
norteamericana).
El resultado final del proceso de auditoría es el
informe, el cual
debe tender a señalar cuáles son las áreas y
puntos débiles en el sistema de gestión ambiental(
caso de tratarse de una auditoría de sistema), así
como señalar propuestas de correcciones a
anomalías. Por otro lado, el informe de
auditoría, debe contemplar, caso de la existencia de
anomalías, un plazo de tiempo para efectuar esas
correcciones y verificar la subsanación de las mismas. En
este sentido, el informe de auditoría debe tener en
consideración diez aspectos que mejorarán los
esfuerzos en calidad de una compañía: (1) Tenga al
cliente siempre presente; (2) organice para controlar; (3)
presente atención para repetir hallazgos; (4) sea
claro y preciso; (5) sea cuidadoso con las normas o buenas
prácticas en la misma; (6) establezca prioridades; (7)
haga hincapié cuantitativo; (8) no acepte equivocaciones;
( 9)quite barreras a la eficiencia y, por último, (10)
forme a los auditores.
El auditor no es más que, la persona o equipo,
perteneciente al personal de la empresa o exterior de ella, que
actúe en nombre de su alta dirección. Por otra
parte, el trabajo
primario de un auditor es obtener información de la
unidad, actividad, proceso a auditar, para lo que usan las
entrevistas e
inspecciones. Por ello, las habilidades más importantes de
los auditores ambientales necesitan son, entre otras, habilidades
comunicativas para saber como entrevistar y escuchar y como
escribir un informe para que la gente lo pueda
comprender.
Figura#1 Etapas en la elaboración de una
auditoría medioambiental.
Para ver el gráfico
seleccione la opción "Descargar" del menú
superior
De todo lo anterior, se deduce que la auditoría
medioambiental es una parte fundamental de los sistemas de
gestión de
calidad ambiental, por lo que todo esfuerzo formativo en esta
dirección será poco.
- Las empresas asumen hoy una alta responsabilidad en
el reconocimiento de su actuación ambiental. - La gestión empresarial en el ámbito
empresarial es un proceso dinámico de gran relevancia
para el logro de la eficiencia y eficacia empresarial al poseer
un efecto positivo en las ventajas competitivas de las
empresas. - Los instrumentos para la gestión ambiental en
la empresa dota a la empresa de información para el
desenvolvimiento de la empresa. - Los sistemas de gestión ambiental dotan a la
empresa de una imagen corporativa superior a la
competencia. - Con la implementación en las empresas de
sistemas de gestión ambiental las empresas se proveen de
un conjunto de elementos para mejorar su gestión y
actuación ambiental.
- Continuar fortaleciendo el trabajo
de sensibilización, capacitación y formación en
materia ambiental a las empresas. - Aprovechar los marcos institucionales existentes para
el desarrollo dse una cultura ambiental. - Priorizar aspectos en el sistema empresarial con
vistas a garantizar un entorno ambientalista para la eficiente
actividad empresarial y la minimización de los costos. - Aplicar sistemas de gestión ambiental en las
empresas.
- Calomarde, J.V (2000). Marketing ecológico.
Ediciones Pirámide y Esic Editorial. Madrid. - Castellanos Castro, Marlena (1996). Economía
y Medio Ambiente.Enfoques y reflexiones actuales. - CITMA.(1997). Guías para la
realización de una auditoría ambiental. Centro
de Inspección y control ambiental. - Chamorro, A (2001). Marketing ecológico;
sí, marketing ecológico. Publicado en Puertas a
la Lecturas. Universidad de Extremadura. - Coddington, W (1993). Environmental marketing:
positive strategies for reaching the green consumer. McGraw-
Hill, New
York. - Fuller, D.A (1999): Sustainable marketing:
managerial-ecological issues. SAGE Publications, Thousand
Oaks. - Hopfenbeck, W (1992). Dirección y marketing
ecológicos: conceptos, instrumentos y ejemplos
prácticos. Ediciones Deusto, Bilbao. - CITMA (1995). Ley de Medio
Ambiente. - McDonagh, P y Prothero, A (editores, 1997): Green
Management, a reader. The Dryden Press, Londres. - Ottman, J.A (1998). Green marketing: opportunity
for innovation. NTC Business Books, Lincolwood, Chicago
(EEUU). - Ruesga Santos M y Durán Genma (1992).
Empresa y Medio Ambiente.
Datos del autor
María Mercedes Machín
Hernández
Profesora Instructora
Departamento de Economía
Universidad de Pinar del Río. Cuba
Soy licenciada en Administración de Empresas y recién
culminé el Master en
Dirección de Empresas, donde he tomado clases de comportamiento
organizacional, dirección estratégica,
Marketing. Calidad, Administración, Contabilidad,
Gestión Económica Financiera, entre otras.
Actualmente me encuentro cursando un doctorado académico
con colaboración de la Universidad de
Alicante, España
sobre desarrollo forestal y manejo turítico sostenible
donde cursé Educación
ambiental, Nuevas
Tecnologías al servicio del
medio ambiente, Economía turística Internacional,
Desarrollo Sostenible, Economía Ecológica y
Ambiental, entre otros. El trabajo fue realizado como parte de
una investigación apoyada en uno de los
cursos del
doctorado a finales del año 2003.
Mayelín Vazquez Santisteban
UNIVERSIDAD DE PINAR DEL RÍO
Hermanos Saíz Montes de Oca.