Para Jean Piaget,
durante la adolescencia
se desarrolla el pensamiento
formal, esto trae consigo un cambio en las
estructuras
cognitivas, cambio que le
permite al adolescente ejercer un pensamiento
hipotético-deductivo, producir pensamiento abstracto,
emplear símbolos para representar otros símbolos y
visualizar la diferencia entre el yo real y el yo ideal; esta
ultima capacidad, lleva al adolescente a buscar una identidad, que
lo defina como persona
única e irrepetible.
Para Erikson el formar una identidad es
la principal tarea del adolescente, y cuando se hace
adecuadamente lo llevara a desarrollar la virtud de la intimidad.
Según Marcia para encontrar una identidad el adolescente
se ve obligado a pasar por una etapa de crisis, en la
cuál como señala Ana Freud los
adolescentes
se encuentran en un estado de
duelo y en el cual añoran la niñez en la cual
existían situaciones "simples". Es durante esta crisis de la
adolescencia
donde, como señala Abraham, es posible que se presenten
reacciones neurótico depresivas.
Por otro lado muchos autores como Beck, y como esta
señalado en el Disorders Stadistics Manual IV (DSM
IV) la depresión
esta relacionada con apatía general, baja en la actividad
general, perdida de la energía, una disminución
acusada del interés,
sentimientos de inutilidad y perdida de la capacidad para pensar
y concentrarse, entre otros; todos estos síntomas
según la hipótesis que se sostiene en el presente
trabajo puede tener una impacto importante sobre el desempeño escolar
Según Aranda los modelos de
depresión se han clasificado tradicionalmente según
cinco escuelas principales: la conductal, la sociológica,
la existencial y la medico-biológica; y aunque en general
todas estas escuelas están de acuerdo con los diferentes
síntomas que presupone el estado
depresivo, existen discrepancias entre los modelos
explicativos que describen las causas de dicho estado; en el
presente trabajo se retomaran principalmente los modelos que
están dirigidos a explicar la depresión desde la
teoría
psicoanalítica
La depresión es uno de los conceptos
dinámicos que tiene su origen en la obra original de
Freud de duelo
y melancolía, pero que ha crecido a lo largo del tiempo y que
todavía hoy está en proceso de
desarrollo, es
importante definir el concepto de duelo
como la reacción normal ante una pérdida real en
donde se retira la energía del objeto perdido, regresando
hacia el propio individuo, siendo el sentimiento predominante el
de abatimiento y tristeza; la perdida del objeto provoca en el
individuo estados depresivos conscientes o inconscientes, tales
como la tristeza, llanto, nostalgia, amargura, sensación
de vació, sentimiento de culpa y pensamientos
suicidas.
El enfoque psicoanalítico ofrece una serie de
explicaciones a través de varios modelos, entre ellos el
de cólera restringida, que manifiesta una
desviación hacia el interior de la persona
deprimida; el del instinto agresivo causado por la perdida de un
objeto amado, convirtiéndose el instinto agresivo en
afecto depresivo; y el modelo de
perdida del objeto, que entraña la separación y la
alteración de los vínculos
básicos.
La escuela
psicoanalítica propone que el individuo deprimido se
encuentra inmerso en sentimientos de culpa y de baja autoestima, el
sujeto interioriza la perdida de un objeto como rechazo de
sí mismo, y la confunde o la relaciona inconscientemente
con sus propias experiencias tempranas.
Abrahan ha sido uno de los autores que ha puesto
más importancia en el papel que
desempeña la oralidad en la depresión, hecho que
fue posteriormente estudiado por Radó y Fenichel, el
primero analizó la influencia de la situación de
lactancia sobre el yo infantil y de esta manera amplió el
concepto de
oralidad para abarcar todas las sensaciones placenteras que
experimenta el lactante junto al pecho de su madre tales como los
sentimientos de calor,
seguridad y
nutrición.
Edward Bibring propuso un modelo de
depresión, basado en el conflicto que
implica la expresión emocional de un estado de
desvalidamiento e impotencia del yo, siendo característica de las personas que padecen
de depresión: el deseo de ser valioso, amado y apreciado,
el deseo de ser fuerte y tener seguridad, y el
deseo de ser bueno y amable. Este autor creía que lo que
llevaba a la depresión es la tensión entre las
aproximaciones propias y la conciencia que el
yo tiene de su desvalidamiento.
En el análisis histórico de la
depresión hay conceptos e ideas que parecen asomar una y
otra vez como es: la persistente conexión de la fase oral
del desarrollo y
la unidad madre / hijo, la regulación de la autoestima y
finalmente una asociación normal entre agresión,
hostilidad, superyo y culpa resultante.
Thederese Benedeck demostró que la naturaleza de la
constelación depresiva descansa en la psicología de la
función
procreadora y en los propios cuidados maternales
"Constelación" que se entiende de acuerdo a las propias
interacciones recíprocas entre la madre y el
hijo.
Para Cameron la depresión neurótica es
ante todo una perturbación del humor, una reacción
ante la perdida o la amenaza de perdida, al fracaso, a la
desaprobación o la desilusión, los síntomas
básicos de la reacción neurótico depresiva
para este mismo autor son, la subestimación de sí
mismo, el desaliento y la búsqueda del apoyo; la persona
neuróticamente deprimida no logra interesarse por la
gente, por las cosas o por las actividades; renuncia a tener
iniciativa, expresa constantemente sus sentimientos de
inferioridad, de desprecio y de desesperación, sin embargo
no llega a apartarse del todo de una interacción eficaz
con el medio circundante.
La persona neuróticamente deprimida, sufre una
profunda regresión parcial, "regresión limitada en
amplitud del yo a un patrón anterior de conducta,
generalmente a uno que ha tenido éxito
en una etapa anterior del desarrollo, o por el contrario, uno que
ha proporcionado satisfacción inadecuada evitando
así su integración con niveles más maduros
de conducta" (Cofer
y Appley; 1971), esta regresión parcial permite que parte
de la integración del yo permanezca intacta, por
lo cual mantiene gran parte de su capacidad para mantener
relaciones de objeto.
Como Cameron menciona en su libro
"Desarrollo y Psicopatología de la
Personalidad", si una perdida es grande e irreparable, la
reacción depresiva puede ser profunda y durar largo
tiempo sin
incapacitar a la persona, en tal caso se habla de un dolor
normal; es cuando la persona termina preocupándose
crónicamente de no valer nada, de ser un fracaso y de no
tener futuro cuando se puede hablar de una reacción
neurótico depresiva. Este autor definió la
reacción neurótica depresiva como: "un desorden del
humor en el que se expresa la tensión y la ansiedad en
forma de abatimiento y subestimación de sí mismo,
alteraciones somáticas y quejas repetidas de sentirse
inferior, desesperado y despreciable". El neurótico
depresivo expresa su culpa disfrazándola minimamente como
inferioridad, desesperanza y desprecio, esas quejas insistentes
coinciden con su humor, pero también son adaptativas en el
sentido de que a través de ellas encuentran reforzamiento
y aceptación de otras personas.
Para Melanie Klein, la depresión es en un
momento, una fase normal en el desarrollo del niño,
según esta autora, durante el segundo periodo de la fase
oral, el niño adopta una posición depresiva, en la
cual el bebé reconoce un objeto total y se relaciona con
este; cuando el niño comienza a reconocer a su madre
quiere decir que ahora la percibe como un objeto total, que puede
ser a veces malo y a veces bueno, que puede estar presente o
ausente, o a la que puede amar y odiar al mismo tiempo, comienza
a percatarse que esta madre es a la vez fuente de lo bueno y lo
malo; reconocer a la madre como un objeto total, también
significa reconocerla como individuo con una propia vida, el
bebé, entonces descubre cuán desamparado
está, cómo depende totalmente de ella, y cuantos
celos le provocan los demás; al reconocer a la madre como
un objeto total, se enfrenta entonces a los conflictos
vinculados con su propia ambivalencia, de la cual comienzan a
brotar ansiedades, que se derivan del pensamiento de que sus
propias pulsiones agresivas hayan destruido o lleguen a destruir
al objeto amado, de quien depende totalmente. Durante esta etapa
aumentan los procesos de
introyección, que obedecen a la necesidad de poseer al
objeto amado, de guardarlo dentro de sí y de protegerlo
contra su propia destructividad, pero las poderosas pulsiones
agresivas del niño hacen surgir la ansiedad de que estas
pulsiones no destruyan solo al objeto externo, sino
también al recién introyectado. El bebé bien
integrado, puede evocar y conservar su amor hacia el
objeto bueno, incluso mientras lo odia, exponiéndose
así a nuevos sentimientos: el duelo y la nostalgia por el
objeto bueno al que siente perdido y destruido, y la culpa, una
experiencia depresiva típica provocada por el sentimiento
de que perdió al objeto bueno por causa de su propia
destructividad, en la cúspide de esta ambivalencia puede
sobrevenir la desesperación depresiva.
Freud en su trabajo "El Duelo y la Melancolía",
hace una distinción entre estos des estados emocionales,
para él, la melancolía se caracteriza
psíquicamente por un estado de ánimo profundamente
doloroso, una cesación del interés
por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar,
la inhibición de todas las funciones, y la
disminución del amor propio;
esta última se traduce en reproches y acusaciones de que
el paciente se hace objeto a sí mismo y puede llegar
incluso a una delirante espera de castigo; por otra parte, el
duelo muestra
también estas características, a excepción de la
perturbación del amor propio, el duelo intenso, es la
reacción a la pérdida de un ser amado, integra un
doloroso estado de ánimo, la cesación del
interés por el mundo exterior, la pérdida de la
capacidad de elegir un nuevo objeto amoroso, y el apartamiento de
toda función no
relacionada con la memoria del
ser querido; el mecanismo psíquico natural del duelo,
consiste en un examen que se hace de la realidad, en la cual, el
objeto amado no existe ya, y demanda que la
libido abandone todas sus relaciones con el mismo, contra esta
demanda surge
una resistencia de
modificar la libido convertida en catexia, aun cuando le haya
encontrado ya una sustitución, lo normal es que aunque con
gran gasto de tiempo y de energía psíquica, se
realice la sustracción casi total de la libido.
El mecanismo psíquico de la melancolía,
puede tener distintas causas, una reacción a la
pérdida de un objeto amado, que el objeto ha quedado
perdido como objeto erótico y finalmente la perdida de un
objeto que no se sabe cuál es, de este modo Freud vincula
a la melancolía con una pérdida de objeto a nivel
inconsciente diferenciándose así del duelo, en el
cual, nada de lo que respecta a la pérdida es
inconsciente; esta perdida desconocida del objeto, produce todos
los síntomas del duelo pero además, el
melancólico muestra otro
carácter, que no hallamos en el duelo, una
extraordinaria disminución de su amor propio, o sea un
considerable empobrecimiento de su yo, el cual es percibido como
indigno de toda estimación, incapaz de rendimiento valioso
alguno, y moralmente condenable, se dirige amargos reproches, se
insulta y espera la desaprobación y el castigo; este
empobrecimiento del yo según Freud se debe principalmente
a que el objeto amado, en el cual se deposito la libido, fue
elegido en forma narcisista a través de una
identificación, y cuando el objeto o parte del objeto se
pierde o existe un desencanto por él, existe una
regresión de la carga del objeto a la fase oral de la
libido, perteneciente aún al narcisismo, esto da como
resultado que todos los reproches orientados hacia el objeto
amado que ha sido introyectado después de la perdida, se
regresan al yo, y exista la necesidad de que sean expresados
abiertamente.
Así, pues, la melancolía toma una parte de
sus caracteres, del duelo, y otra, del proceso de la
regresión de la elección de objeto narcisista, al
narcisismo de la fase oral. La pérdida del objeto o el
desencanto por este, constituye una excelente ocasión para
hacer surgir la ambivalencia de las relaciones, esta ambivalencia
presta al duelo una estructura
patológica, y la obliga a exteriorizarse en el reproche de
haber deseado la pérdida del objeto amado o incluso ser
culpable de ella; El tormento, que el melancólico se
inflige a sí mismo, significa la satisfacción de
tendencias sádicas y de odio, orientadas hacia un objeto,
pero retrotraídas al yo.
Los autores hasta ahora revisado, concuerdan en que los
factores que precipitan a las reacciones neurótico
depresivas son las privaciones o frustraciones que exceden los
limites de la tolerancia del
yo, las personas depresivas son vulnerables a cualquier cosa que
destruya o amenace la satisfacción de sus necesidades de
dependencia profunda y a aquello que empequeñezca su
sentido de autoestima, entre los factores precipitantes
más comunes tenemos, la perdida de amor o incluso verse
amenazado por la perdida de este, también puede serlo la
desilusión respecto al ser amado, estas perdidas perturban
el equilibrio
interno de la persona y le producen abatimiento (que se
experimenta a nivel consciente), hostilidad y culpa (que aparecen
a nivel inconsciente o preconsciente); otro factor concomitante
es el fracaso personal o
económico, ya que la perdida de poder,
prestigio, propiedad o
dinero, y el
bajo rendimiento en el trabajo o
escolar, golpean al núcleo de los sistemas de
seguridad, separando a la persona de fuentes
importantes de apoyo moral y
material, otro de los factores más comunes
señalados por estos autores, es la adquisición de
nuevas responsabilidades, debido a que la adquisición de
estas les hace sentirse inconscientemente culpables, ya que
representan para la persona algún triunfo prohibido
relacionado con la primera niñez.
Según Cameron, lo usual es que las reacciones
neurótico depresivas a menudo son provocadas por algo que
perturbaría a cualquier persona, la diferencia esta en que
el paciente depresivo no logra recuperar el equilibrio
perdido; durante el periodo de incubación, la persona
experimenta periodos de tensión y ansiedad, este se queja
de dolores de cabeza, de espalada y de punzadas en las piernas,
de fatiga crónica y de un mal dormir, a menudo la
función gastrointestinal y el apetito sufren cambios, y se
presentan alteraciones sexuales, a menudo hay explosiones de
enojo, periodos de amargo y mal humor, oscuras meditaciones y
pesadillas durante las noches, casi siempre se presentan ideas de
suicido.
De acuerdo con el mismo autor, durante el desarrollo del
cuadro depresivo, la persona se queja de haber perdido el placer
que anteriormente obtenía de su trabajo y de sus
diversiones, con su familia, en su
hogar y con sus amigos, se refugia en si misma, se vuelve
irritable, prefiere la soledad y pierde fácilmente el
control, muy a
menudo junto con estos síntomas se presentan las quejas de
que es imposible concentrarse, que se esta perdiendo la memoria, que no
entiende lo que otros le dicen y que no puede pensar con
claridad. Cuando aparecen estos síntomas, la persona
deprimida suele transformar sus sentimientos de inferioridad en
una creencia de que su cuerpo es inferior, las personas que
cursan una reacción neurótico depresiva, se quejan
de haber perdido todo interés, placer e iniciativa, se
sienten pesaros, preocupados y descontentos.
La devaluación de sí mismo es el
síntoma más notable de la persona
neuróticamente deprimida, la fuente original de esta
devaluación es un estado de tensión
yo-superyo, al que se le llama culpa inconsciente; esta culpa es
lo que origina que la persona que cruza por una reacción
neurótico depresiva se odie sin saberlo; cuando afirma que
se desprecia esta expresando una verdad dinámica, en la cual parte de ella
desprecia a otra, el proceso subyacente de este desprecio es que
un superyo arcaico, desprecia, rechaza y ataca a un yo infantil y
en regresión.
El cuadro de la persona neuróticamente depresiva
suele incluir un comportamiento
cruel con aquellos a quienes desearían amar y continuar
amando, este es un proceso adaptativo, mediante el cual se logra
que el remordimiento sufrido por una causa inconsciente, se
justifique conscientemente, el problema con este mecanismo
defensivo del yo es que cada incremento de la culpa consciente,
aumenta la hostilidad del superyo arcaico.
Como ya mencionamos, las reacciones depresivas son
neurosis de culpa
que consisten en la regresión a niveles
pre-edípicos en los que existe un enfrentamiento entre un
yo infantil y un superyo arcaico y las personas neuróticas
depresivas se vuelvan hacia el exterior en busca de apoyo
emocional del otro, buscando que se les cuide como bebés,
su orientación esta en volverse más dependientes
aunque les atemorizan las consecuencias de esa dependencia
infantil, lo que constituye parte del conflicto
central; aunque las personas depresivas expresan su culpa lo
más común es que no tengan conciencia de
ella.
La regresión a las fases pre-edípicas de
la etapa oral, presupone una reactivación de las
fantasías y los conflictos
pertenecientes a esta fase, cuando sus necesidades de dependencia
eran más poderosas que las de autoafirmación, lo
que lleva a una lucha infantil por el poder; la
persona que cae en una depresión a revive el conflicto
básico del periodo del destete, el cual consiste en las
aun existentes necesidades de dependencia y el miedo a volverse
irremediablemente dependiente que según Erikson se
resuelve desarrollando la confianza básica, es por esto
que cuando se da una regresión parcial a esta etapa a
través de la depresión, la persona no se siente
segura de si misma y expresa la culpa en la infantil forma de
sentirse sin amor o difícil de amar, inferior, indigno e
indeseado.
Las quejas de la persona neurótico depresiva, por
un lado constituyen procesos de
descarga que permiten una salida a las actitudes
hostiles del superyo hacia el yo, y por otro son pedidos de
auxilio hechos a otras personas para que ayuden al yo en contra
de los ataques del superyo, por ello las quejas representan
intentos por restaurar el equilibrio interno, estimulando en
otros apoyo narcisista. El empleo
sistemático de que quejas tiene cuatro funciones
básicas:
1. Mantenimiento
de buenas relaciones de objeto: las quejas ayudan a la persona
deprimida a actuar de modo realista en un campo real de relaciones
interpersonales.
2. Aseguramiento de apoyo narcisista: las quejas del
depresivo, son equivalentes al llanto de un bebé
hambriento estas expresan una necesidad urgente y son un medio de
estimular que alguien las satisfaga, el apoyo narcisista tiene un
efecto temporal y pronto hay la necesidad de obtener
más.
3. Descarga de agresión del superyo: las
repetidas acusaciones contra sí mismo, son equivalentes
simbólicos de una ofensiva continua del superyo, alivian
el estrés
interno y satisfacen temporalmente la necesidad de aceptar un
pequeño castigo a cambio de perdón.
4. Descarga de agresión del ello y del yo: las
personas oralmente dependientes se sienten constantemente
frustradas por quienes las rodean, estas experiencias frustrantes
generan una hostilidad arcaica y violenta, que es descargada con
las personas a las que ama, esta descarga de agresividad genera
culpa, la cual estimula las contrapresiones del superyo. Por otro
lado estas descargas de agresión, disminuyen la
tensión general de la culpa depresiva.
En resumen, en las depresiones neuróticas, la
regresión reaviva una lucha infantil entre un yo
enormemente dependiente y un superyo anormalmente critico, este
ultimo compuesto de objetos hostiles introyectados y de
identificaciones infantiles con imágenes
paternas pre-edípicas agresivas. La persona conserva
reprimido lo que puede de su superyo critico, el resto lo
proyecta sobre otras personas, en especial sobre las que ama, a
quienes da inconscientemente el papel de
padres. Se queja de ellas de tal manera que las hace darle
confianza, alabanzas y amor exagerados. Ese apoyo narcisista
refuerza al yo infantil y lo utiliza en sus combates internos
contra el superyo arcaico. Mientras este proceso continué,
la persona mantiene el equilibrio neurótico depresivo, sin
embargo con el tiempo con el tiempo, las personas de las que
depende el depresivo para mantener su apoyo narcisista,
rehúsan seguir dándole apoyo, cuando esto sucede la
frustración adicional puede provocar: el incremento
notable de la hostilidad del superyo arcaico o el incremento de
la agresión del yo para contraatacar y salir de la
depresión.
Para todos los modelos psicoanalíticos revisados
hasta el momento existe un factor común: que la
depresión comienza con la creencia que posee un sujeto de
que la perdida del objeto amado equivale al retiro de su
cariño, echando de esta manera a andar todos los procesos
inconscientes de los que hemos hablado hasta ahora; por su parte
en la teoría
cognitivo conductal de Beck se plantea que la depresión
también depende de las creencias y de los pensamientos que
tiene el sujeto acerca de las perdidas o de las suposiciones de
perdidas, y que estas creencias y pensamientos causan los estados
emocionales, por ello Cofer y Appley (1971), nos dicen que la
teoría Cognitivo-Conductual de Beck, y los diferentes
modelos psicoanalíticos no difieren en cuanto a las causas
de la depresión, sino a la naturaleza de
dichas causas por otro lado Beck también hace referencia a
todos los síntomas citados con anterioridad, y los acomoda
en cuatro grandes grupos:
síntomas cognitivos (baja autoestima, autocrítica,
indecisión, ideas suicidas, falta de concentración,
ensoñación), aspectos emocionales (periodos de
llanto, perdida de la alegría, autocrítica
exteriorizada, sentimientos de inutilidad exteriorizados),
síntomas motivacionales (deseos de evitación,
desinterés sentimientos de culpa, apatía, perdida
de la energía), estos síntomas pueden ser la causa
del ausentismo escolar y neurovegetativos (perdida del apetito,
insomnio, fatiga).
Para Burton "la depresión es la más
universal de las aflicciones humanas" y duda que exista
algún individuo que deje de experimentarla a lo largo de
su existencia, pare él este es un fenómeno muy
frecuente en los jóvenes, ya que la angustia los afecta
tanto como al adulto, pero no poseen una organización adecuada del yo para
elaborarla.
La adolescencia es una etapa, periodo o estado que se
presenta con características bien definidas en el gradual
desarrollo del hombre,
aparece como un salto importante entre la infancia y la
adultez; para algunos autores, la adolescencia se considera como
el segundo nacimiento, ya que el joven necesita resolver los
problemas de
ser en función de sí mismos y en relación
hacia grupo
familiar. La mayoría de las investigaciones
hechas en relación a las emociones en la
adolescencia concluyen, que en este periodo existe un aumento de
la emotividad, la cual es provocada por la necesidad que
experimenta el ser humano de abandonar viejos hábitos de
acción y de pensamiento y de establecer otros nuevos,
así también desde el punto de vista de la conducta
observada se considera que el adolescente vive en una
desubicación en el tiempo, convirtiendo el tiempo en un
presente y en un activo en un intento de manejarlo. Durante esta
apoca el desarrollo de las facultades cognoscitivas del
adolescente le permiten constituir un sistema de
pensamiento que incluye la responsabilidad ante los demás, la
internalización de valores y
normas y un
incipiente sentido de sí mismo. A esta edad se encuentra
mas preocupado por la opinión de sus iguales o de la
sociedad que
por lo que opinan sus padres.
Sin embargo, lleva dentro de sí mismo y trasmite
a la comunidad los
sistemas
internalizados de creencias familiares que aprendió en el
hogar, de acuerdo a estas enfrenta la frustración de
diferentes maneras y recurre a diversos mecanismos de defensa,
pudiendo mostrar una reacción afectiva inicial ante las
frustraciones o a la pérdida de bienestar. Se produce
entonces la consolidación de los procesos adaptativos, de
modo que el niño reacciona a la tensión de una
manera característica y reiterativa.
El crecimiento cognoscitivo de la pubertad permite que
el adolescente se evalúe desde el punto de vista moral. En
vista de las demandas impuestas por la vida puede sentirse
indigno o falto de valores,
siendo frecuente la disminución de la autoestima. El estado
afectivo deja de ser una evaluación
lógica
y personal, solo
hacia el final de la niñez es posible observar en la
práctica clínica episodios depresivos comparados
con el adulto. las depresiones de la adolescencia igualan a las
de la edad adulta en severidad, la sobrepasan en auto
destructividad y muestran todavía el sello
característico de su concomitante con el proceso de
desarrollo. El adolescente piensa constantemente en el futuro, la
idea del tiempo sobresale en el pensamiento, para él todas
las acciones o
experiencias son irrevocables y eternas, al igual que la
vergüenza y la desesperación que la provocan, este
exagerado énfasis entre el hoy y el mañana escapa a
la seguridad del niño y esta mitigado por la mayor
experiencia del adulto; él adolescente siente que todo se
ha perdido y que nada puede redimirse en consecuencia se
deprime.
Otro factor que influye en la depresión es la
falta de moderación del pensamiento, ya que el joven
parece vivir en un mundo del "todo o nada" dando a hechos
triviales una trascendencia desmedida reaccionando de una manera
dramática y terminable. Todos estos factores expuestos
llevaron a Anna Freud a plantear de que todos los adolescentes se
encontraban en un estado de duelo y que en realidad
añoraban los períodos de la niñez en donde
las soluciones
eran relativamente simples.
La reacción depresiva se caracteriza por una
ausencia notable de conducta adecuada para esta fase del
desarrollo y por una pronunciada inmadurez de la capacidad de
duelo, en donde la hostilidad dirigida hacia los padres, se
desvía hacia sí mismo y las tendencias de
auto-desprecio se relacionan en ultima instancia con el deseo de
destruir la imagen idealizada
de los padres, por quienes el niño se siente traicionado.
Entonces la hostilidad puede dirigirse hacia la imagen que ha
perdurado del padre o hacia él mismo, lo que origina una
conducta provocativa, contradictoria o intentos masoquistas y
suicidas de enfrentarse a los afectos depresivos.
Desde el punto de vista clínico, la
depresión en la adolescencia en la cual predominan los
rasgos pre-edípicos se manifiesta en fluctuaciones muy
inestables del estado de ánimo y de dependencia, mostrando
un grado notable de dependencia no resuelta que plantean a sus
padres o a sus sustitutos. Con frecuencia existe una
relación ambivalente intensa con la madre que a veces
produce un vinculo de tipo dependiente y simbiótico; en
otras ocasiones se plantea como una relación
sadomasoquista llena de ataques hostiles a la familia y a
las autoridades externas. Malmquist describe a estos
jóvenes como seres conscientes de sus necesidades de
emancipación al mismo tiempo que luchan contra su
incapacidad. Frecuentemente son hipocondríacos o
manifiestan perturbaciones somáticas. Se observa
así mismo una actuación de la conducta,
acompañado de violencia
física y
verbal, que se altera con una necesidad de apego para obtener
seguridad y protección.
Para Blos, durante la adolescencia, muchos de los deseos
y pulsiones pre-edípicas, comienzan a resurgir y
manifestarse de manera inconsciente, y si hay un factor
precipitante, es posible que estos deseos y pulsiones, se vuelvan
cada vez más fuertes, y que hagan renacer los sentimientos
de ambivalencia de los que habla Klein, haciendo que el yo sufra
una regresión parcial hacia las fase depresiva de la etapa
oral, creando así una reacción depresiva, la cual
es definida por esta autora como: "el estado de animo en que se
viven parcial o totalmente los dolorosos sentimientos de la
posición depresiva. Puede ser una reacción normal a
experiencias de perdida o una reacción patológica
de carácter
neurótico".
Al respecto de la adolescencia, Freud señala en
su libro "Tres
ensayos sobre
una Teoría Sexual", que la tarea primordial del
adolescente es el logro de la primacía genital, y la
consumación definitiva del proceso de la búsqueda
no incestuosa del objeto, según Freud durante la
adolescencia, la persona se encuentra en la etapa genital, en la
cual los impulsos sexuales afloran.
Según Erikson, cuando el niño entra a la
adolescencia, su grupo social
espera que éste reemplace sus actitudes y
conductas infantiles por las más adecuadas a su nuevo
status evolutivo; esto es lo que promueve la crisis en la
adolescencia, que es denominada por este autor identidad vs.
confusión de roles, en la cual el adolescente intenta
encontrar un rol de acuerdo a sus cualidades, busca adversarios e
ídolos como guardianes de una identidad final, inicia el
enamoramiento, lo cual constituye un intento por llegar a la
propia identidad (incluyendo la identidad sexual), los grupos de pares
ayudan a desarrollar y poner a prueba el autoconcepto, pero
también pueden ejercer una influencia antisocial; la
resolución de este conflicto presupone el desarrollo de la
virtud de fidelidad. La identidad se forma a medida que los
jóvenes resuelven tres aspectos importantes en su vida: la
elección de una ocupación, la adopción
de valores en que creer y por que vivir, y el desarrollo de una
identidad sexual satisfactoria. Erickson considera que hay dos
aspectos cruciales en la formación de la identidad: la
presencia o ausencia de crisis y compromisos, por su parte, James
E. Marcia definió cuatro tipos de estado de identidad,
siguiendo esta misma línea de pensamiento:
Logro de identidad: caracterizado por el compromiso con
elecciones hechas después de una crisis, un periodo
dedicado a explorar alternativas.
Aceptación sin raciocinio: la persona no dedica
tiempo a considerar alternativas (es decir, no ha estado en
crisis) se compromete con planes de otra persona para su
vida.
Moratoria: la persona normalmente considera alternativas
(en crisis) y parece guiado por el compromiso.
Difusión de identidad: caracterizado por la
ausencia de compromiso y la falta de un serio examen de sus
alternativas.
Según Erikson y Marcia, estas crisis de
identidad, a menudo causan en el adolescente ansiedad, ya que el
adolescente se encuentra en el conflicto de integrar diversas
identificaciones de su primera infancia, con
nuevas identificaciones, que le permitan adaptarse al contexto
social en el que se desenvuelve, esta ansiedad puede traer
consigo periodos depresivos, sobre todo si hay factores
precipitantes como la perdida de un ser querido (lo cuál
no implica forzosamente su muerte) o la
desaprobación de personas significativas.
De acuerdo a los puntos que hemos tocado, se deduce que
la adolescencia es un periodo especialmente frágil, en el
cual el adolescente corre el peligro de caer en reacciones
neurótico depresivas, que pueden ser desencadenadas por
diversos factores precipitantes, como la perdida de u ser
querido, el fracaso en un ámbito importante de su vida
(como por ejemplo el desempeño escolar o el fracaso en las
relaciones
interpersonales) o la necesidad de asumir nuevas
responsabilidades; al establecerse una reacción
neurótico depresiva, existen muchos proceso
psíquicos subyacente, y como lo señala Cameron es
posible que exista perdida de atención, perdida de memoria, y la
perdida de un raciocinio claro, factores que según autores
como Thurstone, Goddard, Piaget y
Gardner, están muy relacionadas con el desempeño
escolar, los procesos psíquicos subyacentes,
también crean síntomas, como bien lo menciona
Cameron, como apatía, desinterés, perdida de placer
por el trabajo
cotidiano y perdida de la iniciativa, los cuales también
guardan relación con el desempeño escolar, ya que
como el autor psicoanalísta Erich Fromm señala, la
perdida placer y de interés por el trabajo diario ocasiona
que se pierda la sensación de libertad por
realizar dicho trabajo, creando un conflicto en torno a este; por
otro lado como ya hemos mencionado, el fracaso académico
(sobre todo si él ámbito académico es
importante para el adolescente, o esta le representa a él
la perdida del amor por parte del objeto o la
desaprobación por parte de este objeto, como bien
podrían ser sus padres) o de cualquier otra índole
como lo menciona Cameron, puede ser un factor precipitante para
la aparición de reacciones neurótico depresivas;
por lo tanto, la hipótesis que se
plantea en el presente trabajo es que el índice de
depresión en la adolescencia, guarda una
correlación significativa con el desempeño
académico.
- OBJETIVO:
- Averiguar la correlación entre la
depresión y el desempeño académico en
adolescentes de tercer año de
preparatoria.
- HIPÓTESIS:
- Hipótesis General: El índice de
depresión guarda una correlación significativa
con el desempeño académico en adolescentes de
tercer año de preparatoria. - Hipótesis Operativa 1: El índice de
síntomas cognitivos guarda una correlación
significativa con el desempeño académico en
adolescentes de tercer año de
preparatoria. - Hipótesis Operativa 2: El índice de
síntomas motivacionales guarda una correlación
significativa con el desempeño académico en
adolescentes de tercer año de
preparatoria. - Hipótesis Operativa 3: El índice de
síntomas emocionales guarda una correlación
significativa con el desempeño académico en
adolescentes de tercer año de preparatoria - Hipótesis Alterna: El índice de
depresión guarda una correlación significativa
con el desempeño académico en adolescentes de
tercer año de preparatoria. - Hipótesis Nula: La correlación entre
la depresión y el desempeño académico en
adolescentes de tercer año de preparatoria es poco
significativa.
- Cognitivos: Baja autoestima,
indecisión, autocrítica e ideas
suicidas. - Emocionales: Periodos de llanto, perdida de
la alegría y desinterés. - Motivacionales: Deseos de evitación,
sentimientos de culpa y perdida de
energía. - Neurovegetativos: Perdida del apetito,
insomnio, fatiga.
- Cognitivos: Baja autoestima,
- Depresión: Se medirá de acuerdo a
los siguientes síntomas, de acuerdo con el Inventario de Depresión en la
Adolescencia (IDA): - Rendimiento Escolar: Para efectos de esta
investigación el rendimiento escolar
estará determinado por el promedio de calificaciones
de los sujetos evaluados.
- INDICADORES:
La prueba que se utilizara para medir la
depresión en los adolescentes de tercer año de
preparatoria, será el Inventario de
Depresión en la Adolescencia (IDA).El IDA es un inventario de 40 reactivos, de los
cuales cinco fueron adaptados del Inventario de
Depresión para Niños Kovacs, ocho reactivos se
adaptaron del Cuestionario de Depresión para Niños de Lang y Tisher y 27 reactivos
se construyeron tomando como base las respuestas emitidas por
una muestra de sujetos en un cuestionario de preguntas abiertas (Aranda,
1999).El inventario incluye las cuatro categorías
establecidas por Beck: cognitiva, emocional, motivacional y
neurovegetativa, como se muestra en la siguiente
tabla:SÍNTOMAS
REACTIVOS
NUMERO DE REACTIVOS
Cognitivos
12, 14, 15, 18, 2, 20, 21, 25, 28, 30, 31, 32,
33, 34, 36, 37, 38, 40, 7, 8.20
Emocionales
1, 10, 19, 27, 3, 35, 4,
5.8
Motivacionales
11, 16, 22, 23, 24, 26, 29, 6,
9.9
Neurovegetativos
13. 17. 39.
3
Las categorías de respuesta son de tipo
Licker cuya puntuación va del 1 al 5 donde:1 comprende a NUNCA.
2 comprende a RARAS VECES.
3 comprende a ALGUNAS VECES.
4 comprende a FRECUENTEMENTE.
5 comprende a SIEMPRE.
La puntuación fluctúa de 40 a 200;
donde 40 indica un grado nulo de depresión y 400
indica un índice de depresión
clínicamente significativa; las puntuaciones se pueden
situar en los siguientes rangos:40 – 71 Sin Depresión.
72 – 103 Depresión Leve
104 – 135 Depresión Moderada
163 – 167 Depresión Severa.
168 – 200 Depresión Clínicamente
Significativa.En el presente trabajo, los procedimientos estadísticos se
realizaran con base en la puntuación natural de la
prueba, con el fin de obtener datos
más específicos para su posterior
interpretación.Las características psicométricas del
instrumento son las siguientes: para determinar la
confiabilidad interna del inventario se aplico el método item-escala, y
se obtuvo que la mayoría de los reactivos están
por arriba del rango de r =.5: para determinar la
confiabilidad del inventario se aplico el estadístico
alfa de Cronbach con el método item–escala; y
se obtuvo un coeficiente global de .73, de lo cual se deduce
que el instrumento es sensible para evaluar rangos de niveles
depresivos en adolescentes; por lo tanto de acuerdo al
criterio de validez se puede decir que el instrumento mide lo
que quiere medir (Aranda, 1999).El Inventario de Depresión en la Adolescencia
(IDA), se muestra en el apéndice A. - INSTRUMENTOS
La muestra esta integrada por una población de 100 adolescentes
escolarizados de varios grupos, que pertenecen al sexto
año de preparatoria de una escuela
particular ubicada en el municipio de Tlalnepantla de
Baz. - MUESTRA.
- A cada sujeto de la muestra se le
repartirá una hoja de reactivos y una hoja de
respuestas.. - Posteriormente se le leerán las
instrucciones que se encuentran contenidas en la
"hoja de instrucciones" - Cualquier duda que se presente durante la
aplicación del inventario, no será
respondida.
- A cada sujeto de la muestra se le
- Aplicación del Inventario de
Depresión en la Adolescencia (IDA) a la muestra de
sujetos: - Obtención del promedio de calificaciones
de los sujetos de la muestra. - Calificación del Inventario de
Depresión en la Adolescencia. - Vaciar todos los resultados obtenidos, en una
base de
datos especialmente creada en Excel
y posteriormente en el programa de computadora SPSS. - Obtener las medidas de tendencia central, las
medidas de dispersión y las medidas de
posición del promedio general de los sujetos y del
índice general de depresión. - Saber si la muestra se distribuye normalmente
aplicando la prueba estadística de la Ji2
como prueba de bondad de ajuste para la distribución normal y la prueba de
Lilyfors. - Obtener el coeficiente de correlación
entre del promedio de calificaciones y la
puntuación total del IDA. - Realizar un Análisis Multifactorial para
conocer la correlación entre los 4
factores.
- PROCEDIMIENTO.
- ANÁLISIS ESTADÍSTICO
El primer estadístico que se realizo, tubo como
fin obtener las medidas de tendencia central, las medidas de
posición, así como las medidas de
dispersión de las distribuciones del promedio de
calificaciones y del índice total de depresión.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
- Promedio de Calificaciones:
Media = 8.0064 Moda =
7 Mediana = 7.9
Rango = 36 Varianza =
.9292 Desviación Estándar = .9640
1er Cuartil = 7.2 2do Cuartil = 7.9 3er
Cuartil = 8.75 4to Cuartil = 10
- Índice Total de Depresión:
Media = 8.33 Moda =
93 Mediana = 80
Rango = 91 Varianza =
329.29 Desviación Estándar = 18.14
1er Cuartil = 71 2do Cuartil
=80 3er Cuartil = 93 4to Cuartil = 140
Lo que se puede deducir de estos datos, es que
la aditividad de la varianza en el promedio de calificaciones
en menor a cuatro, por lo cual existe cierta dependencia del
promedio hacia el índice de depresión, pero
dado que la aditividad de la varianza es muy grande en el
índice de depresión, se puede deducir que la
dependencia no es inversa, es decir el índice de
depresión no depende del promedio de
calificaciones.
Otros datos importantes que podemos concluir con
base en este análisis, es que el 50 por ciento de la
muestra tiene un promedio general que esta por encima de 7.9,
y que así mismo el 50 por ciento de la muestra,
presenta un índice general de depresión de 80;
según las normas del
instrumento utilizado, esto entraría en el rango de
una depresión leve.
Subsecuentemente se empleo el
estadístico Ji 2 como prueba de bondad de
ajuste para a distribución normal; esta prueba se
utilizó para saber si los datos del promedio se
distribuyen normalmente. La prueba señala que si
X2 > x2 se rechaza la
hipótesis nula, hipótesis que
confirma que los datos se distribuyen normalmente, los
resultados fueron los siguientes:
Utilizando un nivel de significancia del 95%, y un
valor de k
= 10, se concluyó que X2 es
igual a 14.06, y que X2 da como resultado 11.2,
por lo tanto X2 <
x2, lo cual nos indica que
se acepta la hipótesis nula, es decir los datos se
distribuyen normalmente. En el siguiente esquema se muestra
el grafico de la distribución.
Posteriormente se empleo la prueba estadística de Lilyfors. Al igual que
la anterior, esta prueba se utilizó para saber si los
datos del promedio se distribuyen normalmente; en esta prueba
una n igual a 100, con un nivel de significancia de 95% da
como resultado una Wp igual a 0.0886. Según dicta el
procedimiento
de la prueba, si Vmax > Wp, se rechaza la hipótesis
nula, la cual confirma que los datos se distribuyen
normalmente. Los resultados fueron los siguientes:
El valor
máximo fue de .7589, y como se señaló
anteriormente Wp es igual a .0896, por lo tanto Vmax < Wp,
lo cual nos indica que se acepta la hipótesis
nula, es decir los datos se distribuyen normalmente. En el
siguiente
esquema se muestra el grafico de la
distribución:
Para ver el gráfico
seleccione la opción "Descargar" del menú
superior
El tercer análisis estadístico
que se realizo fue un coeficiente de correlación de
Pearson, con el que se correlaciono el promedio con el
índice general de depresión, dando como
resultado una r de –11 por ciento, esto quiere decir
que existe una correlación inversa del 11 por ciento
entre el promedio y el índice de general
depresión.
Finalmente se realizo un análisis
multifactorial entre los cuatro factores, es decir entre los
síntomas motivacionales, emocionales, cognitivos, el
índice general de depresión y el promedio; los
resultados de dicho análisis se presentan en la
siguiente tabla.
FACTORES | Cognitivos | Emocionales | Motivacionales | Promedio | Índice total de |
Cognitivos | 1.000 | ||||
Emocionales | .698 | 1.000 | |||
Motivacionales | .538 | .601 | 1.000 | ||
Promedio | -.10 | .00 | -.181 | 1.000 | |
Índice total De Depresión | .929 | .841 | .757 | –.11 | 1.000 |
En la tabla se muestran en negritas las
correlaciones importantes entre en el promedio y los
diferentes síntomas, como se puede ver existe una
correlación inversa de más del 15 por ciento
entre los síntomas motivacionales y el promedio, y del
10 por ciento entre este y los síntomas cognitivos y
por el contrario la correlación entre el promedio y
síntomas emocionales es nula. También se denota
la correlación inversa del 11 por ciento entre el
índice general de depresión y el
promedio.
Así mismo se muestran en cursiva las fuertes
correlaciones, todas mayores al 50%, entre todos los
síntomas, así como entre estos y el índice
general de depresión lo cual como nota adicional, puede
servir para reafirmar la consistencia interna del instrumento
utilizado.
En general, la depresión se caracteriza por ser
un trastorno del humor o estado de ánimo en el cual la
persona tiene una baja disposición afectiva relativamente
estable y persistente; primordialmente compuesta de tristeza,
disminución acusada del interés o de la capacidad
para el placer en todas o casi todas las actividades, así
como ansiedad que suele asociarse con síntomas
físicos como son: cansancio o agitación,
pérdida del apetito, insomnio, disminución del
deseo sexual, reducción de la actividad social y una
reducción de la actividad emocional que se manifiestan a
través de ideas suicidas y pensamientos de muerte. Todos
estos síntomas provocan deterioro social, laboral o de
otras áreas de la actividad del individuo especialmente en
la adolescencia.
El adolescente pasa parte de su tiempo en la escuela y
los éxitos o fracasos obtenidos en este medio determinan
en gran medida la imagen de competencia o
incompetencia que adquiera de sí mismo. Este aspecto
amerita discusión; la relación entre rendimiento
escolar y depresión de acuerdo al trabajo citado por
Albert & Beck planteaba que los adolescentes considerados
"muy buenos alumnos" -en acuerdo al juicio de su profesor–
presentaban bajos puntajes de depresión, en tanto que los
"malos alumnos" exhibían mayores puntajes de
depresión. El bajo académico bajo puede causar en
el estudiante depresión, y la depresión puede
repercutir directamente con el estado
académico.
Se suele entender que el adolescente fracasa en la
escuela cuando sus notas no llegan al nivel medio deseable,
desaprueba o incluso debe repetir algún curso; lo cual
causa problemas
dentro del hogar con los padres e incluso con las autoridades de
la escuela, aspectos que evidentemente influyen sobre el estado
emocional del individúo.
Las tasas de fracaso son demasiado elevadas como para
pensar que el problema reside exclusivamente en el alumno. Hay
que considerar el fracaso escolar tanto desde el punto de vista
del adolescente como de las exigencias a que se ve
sometido.
A la mayor densidad de
programas hay
que sumar los déficit en los objetivos
académicos. La
motivación por el aprendizaje se
mantiene si el adolescente ve valorados sus progresos y
prevé objetivos
fácilmente alcanzables.
La motivación
académica, los estilos de crianza, los factores
éticos, el status socioeconómico y la calidad de la
instrucción influyen en los logros educativos. Las
creencias en la autosuficiencia (sentimiento de ser capaz de
superar retos y logros objetivos) así como las actitudes
de los padres pueden influir en la
motivación para conseguirlos.
Las familias pobres cuyos hijos tienen buen
desempeño escolar tienden a tener mayor capital social
o recursos
comunitarios y familiares que la persona utiliza para
desempeñarse adecuadamente. El compromiso con el estudio
es un factor importante para mantener a los adolescentes en la
escuela.
Varios factores influyen en las aspiraciones
profesionales y educativas, incluidos el estímulo de los
padres y el estereotipo de género. El
trabajo externo tiene efectos positivos y negativos en los
desarrollos social, ocupacional y educativo.
Durante la aplicación del Inventario de
Depresión en la Adolescencia, nos encontramos con algunos
problemas, que no son ajenas del trabajo con adolescentes, entre
estos se encuentran la predisposición, falta de
interés, desafió hacia la figura de autoridad (en
este caso los aplacadores), apatía y falta de
cooperación; consideramos que es posible que estos
factores hayan sesgado en cierta medida los resultados del
instrumento de medición, así que seria indicado que
el análisis de los datos se realice con
precaución.
Aunque en los procedimiento
estadísticos de Lilyfors y de Ji2 como prueba
de ajuste de bondad para la normal, se acepto la hipótesis
que afirma que la muestra se distribuye normalmente, los gráficos de ambas pruebas,
muestran un sesgo; esto se debe interpretar como el sesgo que se
presento al tomar la muestra, ya que esta solo estuvo constituida
por los adolescentes que se encontraban en ese momento en el
salón de clases, y es muy probable que los que no
estuvieran en ese momento, presentaran síntomas de
depresión alta o clínicamente signifactiva por un
lado, o por otro hubieran decidido no entrar a la clase, lo cual
es considerado como "ausentismo", que se encuentra muy
relacionado con el rendimiento escolar. Estos factores dan como
resultado que la muestra que la muestra se sesgue y la
distribución se presente como una curva normal
leptocurtica.
Parte de la finalidad de este trabajo es tomar en cuenta
la elevada prevalencia de síntomas depresivos en esta
muestra, y en general en la población adolescente; como se
señala en en análisis estadístico, el
cincuenta por ciento de la población se encuentra por
encima del rango de depresión leve, y tomando en cuenta
las limitaciones de la muestra (antes mencionadas), es probable
que la mayoría de los alumnos que se encuentran en los
rangos de "depresión alta" y "depresión
clínicamente significativa", no asistan a las clases o
estén en su casa debido a síntomas como falta de
energía o apatía, o aun mas grave hallan sido dados
de baja antes de llegar a sexto semestre; por lo tanto podemos
concluir que si la muestra hubiera incluido a los alumnos que se
han dado de baja y que se encuentran fuera de la escuela, el
percentil cincuenta caería en el rango de
"depresión moderada". Más allá de las
limitaciones propias del instrumento y de las limitaciones que
encontramos al momento de seleccionar la muestra, sería
pertinente prestar más atención a estos datos.
En cuanto a la hipótesis alternativa, esta
planteaba que "el rendimiento escolar guarda una
correlación significativa con el desempeño
académico en adolescentes de tercer año de
preparatoria."; con respecto a esto el análisis
estadístico arrojo datos interesantes que nos proponemos a
abordar y analizar con detalle.
De acuerdo con el estadístico de
correlación de Pearson, se obtuvo que los indicadores
guardan una correlación inversa del 11 por ciento, aunque
a primera vista, este nivel de correlación podría
parecer bajo, se debe tomar en cuenta que los dos
fenómenos estudiados son complejos y multifactoriales, y
que, por lo tanto las diferencias interindividuales son grandes;
mientras para algunos individuos una de las causas de la
depresión es el bajo rendimiento escolar, para otros puede
ser que la causa del bajo rendimiento escolar, sea un alto
índice de depresión; como se menciono en el
marco
teórico "la reacción neurótico depresiva
depende del significado que la perdida, la amenaza de perdida, el
fracaso, la desaprobación o la desilusión tenga
para el sujeto ", así para algunos individuos el tener un
bajo rendimiento escolar puede ser visto como algo normal, y para
otros individuos puede representar una perdida del amor materno,
una sentimiento de fracaso o una perdida de seguridad acerca de
la continuidad de su futuro.
Esta correlación inversa del 11 por ciento, puede
ser interpretada de varias formas por ejemplo: en el 11 por
ciento de los casos que se presenta bajo rendimiento escolar, hay
un nivel significativo de depresión; o en cada caso que en
el que existe bajo rendimiento escolar, este esta determinado en
un 11 por ciento por síntomas depresivos.
Como sea que se interprete, estos datos nos habla de que
la depresión se encuentra entre uno de los diez factores
más importantes que se correlacionan con el rendimiento
escolar, esto nos dice que las diferencias interindividuales en
cuanto a rendimiento escolar están determinadas en el 11
por ciento por los síntomas depresivos. Si se ve de esta
manera la correlación (que a primera vista pareciera ser
poco significativa) cobra importancia.
En el análisis multimodal o multifactorial, se
encontró que la correlación más alta se da
entre la depresión y los síntomas motivacionales.
Esto nos da un punto interesante para analizar, según Beck
algunos de los síntomas motivacionales que se presentan en
el periodo depresivo, son la apatía, perdida de
energía y desinterés; como ya hemos mencionado
estos síntomas se encuentran especialmente relacionados
con el desempeño académico, ya que pueden ser una
de las principales causas del ausentismo, y también pueden
determinar en buena medida la calidad con la
que el sujeto realiza las actividades escolares. Para los modelos
psicoanalistas, esta predominancia de síntomas
motivacionales, se debe principalmente a una perdida continua de
energía, empleada en mantener inconscientes, todos los
reproches del superyo, reproches que se agudizan mientras el
mundo de lo real le demuestra el sujeto que no esta haciendo las
cosas bien, por ejemplo cuando el mundo de lo real le dice al
sujeto que su accionar en búsqueda de un objeto
(rendimiento escolar) no es el adecuado, el superyo no vacila en
castigar al yo; mientras el superyo le reprocha constantemente al
yo su bajo accionar, este se conserva en un intento desesperado
por mantener todos estos reproches inconscientes, lo cual genera
una perdida acusada de la energía
psíquica.
La segunda correlación significativa en el
análisis multifactorial, fue la correlación inversa
del 10 por ciento entre los síntomas cognitivos y el
rendimiento escolar. De aquí también se pueden
obtener conclusiones interesantes. Según menciona Beck
dentro de los síntomas cognitivos están incluidos
la indecisión, falta de concentración,
autocrítica y ensoñación entre otros; estos
síntomas pueden determinar en buena medida la falta de
atención en clase o al momento de realizar un examen, las
dificultades al estudiar, o las dificultades para resolver
problemas. Todas estas habilidades que se pierden debido a los
síntomas cognitivos, dificultan el accionar de la persona
dentro del aula, y es por ello que determinan en buena medida el
bajo rendimiento escolar. Desde los modelos
psicoanalíticos, los síntomas cognitivos se
explican por la descarga de agresión del superyo, descarga
que realiza a través repetidas acusaciones contra
sí mismo y que son equivalentes simbólicos de una
ofensiva continua del superyo, alivian el estrés
interno y satisfacen temporalmente la necesidad de aceptar un
pequeño castigo a cambio de perdón.
De acuerdo con el análisis multimodal, la
correlación entre los síntomas emocionales y el
rendimiento escolar fue nula, esto puede tener varias
explicaciones; y para exponerlas regresaremos a la teoría
psicoanalítica, que nos dice que estos síntomas se
dan, con el fin de asegurar el apoyo narcisista, es decir todas
estas quejas exteriorizadas como el llanto y la
autocrítica, son equivalentes al llanto de un bebé
hambriento, estas expresan una necesidad urgente y son un medio
de estimular que alguien las satisfaga; el apoyo narcisista tiene
un efecto temporal y pronto hay la necesidad de obtener
más. El requerir este apoyo narcisista, lleva al individuo
a alejarse del lugar que le genera inseguridad, y
a buscar consuelo en los brazos de la o las personas amadas, por
lo cual es probable que las personas que muestran una acusada
presencia de síntomas emocionales, se encuentren buscando
este apoyo narcisista en casa, o con algún amigo, pero
seguramente no lo estarán haciendo en el salón de
clases. Esta es una de las causas de que la muestra se sesgue,
especialmente en las personas que presentan estos
síntomas. También es importante recalcar que a
diferencia de los los síntomas motivacionales y
cognitivos. Que muestran una relación evidente, hasta para
el lego, con el rendimiento escolar; es menos probable que los
síntomas emocionales que llevan al individuo a pedir apoyo
narcisista, se relacionen con el desempeño
escolar.
Existen posibles aplicaciones que se podrían
realizar con base en el presente trabajo, seria importante buscar
los otros nueve factores que se relacionan de manera importante
con el rendimiento escolar, y si los encontramos, podemos obtener
la ecuación de regresión múltiple que nos
ayude a determinar con base a estos diez factores el rendimiento
escolar actual de la persona y a estimar el rendimiento futuro si
se mejora la calidad de alguno de estos 10 factores.
Inventario de Depresión en la
Adolescencia (IDA)
INVENTARIO DE DEPRESIÓN PARA
ADOLESCENTES (IDA).
HOJA DE INSTRUCCIONES.
El presente inventario tiene como objetivo
detectar niveles de depresión en adolescentes.
A continuación se presentan una serie de 40
enunciados que de alguna forma expresan tus sentimientos. Lee con
mucho cuidado cada uno de estos enunciados, y en la hoja de
respuestas marca con una (X)
el número que mejor describa lo que piensas o sientes, de
acuerdo a la siguiente categoría de respuestas.
- Con el número 1 si lo que ahí se
expresa NUNCA lo has sentido o pensado. - Con el número 2 si lo que ahí se
expresa RARAS VECES lo has sentido o pensado. - Con el número 3 si lo que ahí se
expresa ALGUNAS VECES lo has sentido o pensado. - Con el número 4 si lo que ahí se
expresa FRECUENTEMENTE lo has sentido o pensado. - Con el número 5 si lo que ahí se
expresa SIEMPRE lo has sentido o pensado.
Ejemplo:
Creo que soy una persona muy infeliz (1) (2) (3) (4)
(5)
Nota: Por favor no escribir en este
inventario.
REACTIVOS.
- Me siento triste la mayor parte del
tiempo. - Cuando hay problemas en casa, pienso que son por mi
culpa. - Me gusta estar solo (a).
- No me dan ganas de comer.
- Me desespero fácilmente.
- No hago lo que me dicen.
- Siento que nadie me quiere.
- Pienso que lo mejor sería morirme.
- Durante las noches me despierto sin ningún
motivo. - Me enojo por cualquier cosa.
- Tengo problemas con los trabajos
escolares. - Pienso que lo mejor sería desaparecer para que
mis papás ya no tengan problemas. - Creo que estoy comiendo demasiado.
- Me siento solo (a).
- Siento que las cosas malas que suceden son por mi
culpa. - Me distraigo en mis clases escolares.
- Siento que últimamente he subido de
peso. - No tengo interés por nada.
- Me dan ganas de llorar.
- Pienso que soy muy feo (a).
- He pensado que la vida no vale la pena, porque sufro
mucho. - Cuando me enojo termino llorando.
- Me cuesta trabajo levantarme de la cama.
- Me disgusta ir a la escuela.
- Siento que nadie se preocupa por mi.
- Siento que últimamente he bajado de
peso. - Cuando alguien se enoja conmigo, me siento
triste. - Pienso que los demás no me comprenden y me
rechazan. - Siento que me aburro.
- No me llevo bien con la gente.
- Me disgusta mucho tener problemas con mis hermanos o
con mis papás. - Todo me sale mal.
- Imagino que estoy muerto (a).
- Me siento triste y desdichado (a).
- Me siento culpable por todo lo que les sucede a mis
amigos (as). - Siento que a los demás les caigo
mal. - Creo que no valgo nada.
- Siento que a la gente no le intereso.
- Me avergüenzo de mi mismo (a).
- Siento odio por mí mismo (a).
HOJA DE RESPUESTAS.
NOMBRE:_________________________________________________________
EDAD:____________SEXO:_______________OCUPACIÓN:________________
NACIONALIDAD:____________________________________________________
INSTRUCCIONES: Marca con una X
el número que más se acerque a lo que sientes o
piensas, siguiendo el orden de la presente escala.
- NUNCA.
- RARAS VECES.
- ALGUNAS VECES.
- FRECUENTEMENTE.
- SIEMPRE.
- (1) (2) (3) (4) (5). 21. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 22. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 23. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 24. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 25. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 26. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 27. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 28. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 29. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 30. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 31. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 32. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 33. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 34. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 35. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 36. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 37. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 38. (1) (2) (3) (4)
(5). - (1) (2) (3) (4) (5). 39. (1) (2) (3) (4) (5).
- Albert, B. y Beck, A. (1975); "Incidence of
Depresion in Early Adolescence: A primary study Journal of
Youth and Adolescence" - Aranda, M (1999); "Construcción de un
Inventario para Evaluar la Depresión en
Adolescentes" Tesis de Maestría: UNAM campus
Iztacala - Arieti, J. (1978); "Psicoterapia de la
Depresión" Ed Paidos: Buenos
Aires. - Barron, B (2002); "Los Estilos de Crianza y su
Vinculo con el Rendimiento Académico" , Reporte
de investigación para obtención
de titulo: UNAM campus Iztacala - Beck, A (1969) "Inventario de
Depresión". - Benitez, P (2002); "La Técnica
Cognitiva de Beck y Técnica de Solución de
Problemas como Alternativas de Intervención en
Personas Depresivas". Tesina para titulo: UNAM campus
Iztacala - Blaichmar, H. (1980); "La Depresión un
Estudio Psicoanalítico" Ed Nueva Visión:
Argentina - Blos, P (1991); "Psicoanálisis de la
Adolescencia", Ed Paidos: México. - Calderon, N. (1984); "Depresión" Ed
Trillas: México. - Cameron, (1994) "Desarrollo y
Psicopatología de la Personalidad", Ed Trillas:
México. - Cueli J., Redil L., Et Al (1990)
"Teorías de la Personalidad". Ed Trillas:
México. - Freud, A. (1976); "Psicoanálisis del
niño y del adolescente", Ed Paidos,
México. - Freud, S. "Duelo y Melancolía"
Obras Completas de Freud Versión 1.0. - Horrociris, J. (1993); "Psicología de
la adolescencia" Ed Trillas: México. - Hurlock, B Elizabeth "Psicología de la
adolescencia". Ed. Paidos: México - Muss, R. (1988); "Teorías de la
adolescencia" Ed Paidos: México. - Nissen, G. (1987); "Depresiones en la infancia
y adolescencia" Ed Trillas: México. - Papalia, D. Et Al (1985) "Desarrollo
Humano". Ed. Mc Graw Hill: México. - Powel, M.C. (1981); "La Psicología de la Adolescencia",
Ed. Fondo de Cultura
Económica: México.
- Albert, B. y Beck, A. (1975); "Incidence of
- (1) (2) (3) (4) (5). 40. (1) (2) (3) (4)
(5).
Víctor Enrique Solís
Sosa
Centro Universitario Indoamericano
Licenciatura en Psicología