Temperamentos
- Algunos conceptos y referencias
históricas sobre la teoría de los
temperamentos - ¿Qué es el
temperamento? - Los cuatro temperamentos
básicos - El temperamento y la vida
cotidiana - Las doce combinaciones de
temperamentos - Conclusiones
- Bibliografía
Es muy probable que la mayoría de las
personas, en algún momento de su vida, se hayan preguntado
porqué en determinadas circunstancias actuaron como lo
hicieron, cuando otras personas, en circunstancias similares, lo
hicieron de manera distinta. Quizás cuestionen o admiren
la conducta
desenvuelta o las actitudes de
sus padres, hermanos, profesores, amigos o personalidades
célebres de la historia o de la pantalla de
cine y
televisión. Reconocen en los demás
actitudes
naturales que ellos quisieran alcanzar pero que, por más
que se esfuerzan no lo pueden lograr, o por lo menos no al mismo
nivel. Así mismo, ven como ciertas cosas, para ellos
fáciles de hacer, se les dificulta a otros de una manera
inusitada. En ocasiones las personas quisieran ser distintas a
como son, sienten que el trabajo que
desempeñan no los motiva o que las actividades que para
los demás son fabulosas, para ellos son aburridas o sin
sentido. ¿A qué se debe esto?. ¿Pueden estas
situaciones ser cambiadas?.
Desde los inicios de la humanidad estas cuestiones
han tratado de ser explicadas y estudiadas. Para muchos la
influencia de los astros en la forma de ser de las personas ha
sido, y es, un factor decisivo en el comportamiento
de los seres humanos. Otros, a través de han buscado
explicaciones con mayores fundamentos lógicos y precisos.
Tales son los casos de Hipócrates y
Kretschmer.
Hoy por hoy, aún cuando se crea que el
problema ya ha sido ampliamente estudiado y resuelto, existen
muchos puntos de vista no muy claros e incluso antagónicos
al respecto. Para algunos sectores de la psicología, los
factores externos que afectan al individuo durante su
formación son decisivos. Para otros, en cambio, la
carga genética
de la persona es la que
marca en
definitiva la conducta del
individuo durante su vida.
En este trabajo se pretende mostrar en forma
condensada una de las teorías
que trata de explicar muchas de las tendencias humanas y de
clasificar a los individuos por medio de sus características conductivas predominantes.
Tal es el caso de la "Teoría
de los cuatro temperamentos básicos", promulgada y
publicada por el Doctor Tim Lahaye desde la década de los
sesenta del recién pasado siglo.
CAPÍTULO I
ALGUNOS
CONCEPTOS Y REFERENCIAS HISTÓRICAS SOBRE LA TEORÍA
DE LOS TEMPERAMENTOS
REFERENCIAS HISTÓRICAS
Desde los Pitagóricos el número cuatro gozaba
de gran prestigio místico. Empédocles, Aristóteles y otros filósofos enseñaron que los
elementos de la tierra eran
cuatro. En seguimiento de esta doctrina descubrieron los
médicos hipocráticos (500 a 400 años antes
de Cristo) cuatro líquidos orgánicos fundamentales
a los cuales atribuían la génesis y el mantenimiento
de la vida: sangre, bilis,
flema o linfa, bilis negra o atrabilis. Estaban convencidos de
que la vida bullía en estos líquidos o humores del
cuerpo y sobre la base de esos humores los hombres podían
ser distribuidos en cuatro grupos o tipos,
según que en ellos predominara uno u otro de esos
líquidos. Estos tipos eran:
Sanguíneo: Corresponde al predominio de la
sangre:
físicamente son individuos de estatura inferior a la
media, buena musculatura, figura proporcionada. En sus
manifestaciones de carácter
presenta tendencia a la irreflexión, es sociable, poco
tenaz y persistente.
Melancólico: Predomina en él lo que
Hipócrates llamaba la "bilis negra", se conoce
también como tipo nervioso. Físicamente es
delgado, de estatura normal o superior a la media, con
tendencia a la palidez.
Colérico: Predomina en su organismo la "bilis
amarilla". De estatura normal o superior a la media; la
piel
presenta un tono amarillento.
Flemático: Físicamente tienen tendencia a
la obesidad,
aunque pueden existir tipos delgados. En él predomina la
flema.
Esta teoría sobre los temperamentos fue aceptada
prácticamente sin discusión ni modificación
durante siglos. No es sino hasta finales del siglo IXX y principios del XX
cuando aparecen nuevas clasificaciones en las cuales se
relacionaba básicamente la constitución física del individuo
con su temperamento. Una de ellas viene de la Escuela
constitucionalista Italiana donde el psiquiatra De Giovanni
estableció los conceptos de normotipo y ectipo. El
normotipo determina ciertas proporciones que el organismo debe
presentar para corresponder a un tipo definido; el ectipo se
observa cuando el sujeto presenta dimensiones corporales en mayor
o menor proporción que las fijadas para un tipo
somático. El normotipo debía presentar ciertas
proporciones somáticas, como la longitud abarcada por los
brazos abiertos debe ser igual a la estatura y circunferencia
torácica igual a la mitad de la estatura, además de
otras medidas complejas.
En forma simultánea a las aportaciones de la
escuela
italiana, en Alemania
Kretshmer desarrollaba una clasificación de tipos
somáticos con la que intentó relacionar una
estructura
corporal determinada y las tendencias psicológicas
correspondientes. Los tipos de propuestos por Kretshmer son el
pícnico, el atlético y el
leptosomático.
Cuando Kretshmer establece a clasificación de tipos
psíquicos se basa en algunos rasgos de enfermedades mentales. En el
desarrollo
embrionario, el sistema digestivo
se origina del endodermo; el sistema nervioso
y los órganos sensoriales del ectodermo y el sistema
muscular y óseo del mesodermo. Basándose en
esos principios,
Sheldon y su colaborador Stevens, establecen la siguiente
clasificación:
- El endomorfo
- El ectomorfo
- El mesomorfo
A partir de entonces, la doctrina hipocrática de los
cuatro temperamentos quedó al margen de la psicología
científica siendo sustituida por las de Kretschmer y
Sheldom que son verdaderas teorías
del temperamento. Los términos de la vieja doctrina quedan
relegados al lenguaje
coloquial. Para la gran mayoría de los especialistas de la
psicología ya no tienen cabida.
Sin embargo, y a partir de 1966 un psicólogo
cristiano de nombre Tim La Haye retoma la teoría
hipocrática de los cuatro temperamentos básicos, ya
no bajo una óptica
"humoral", sino bajo una óptica
genética o
hereditaria, y le adiciona a la vieja teoría la premisa de
que en una persona pueden
estar contenidos por lo menos dos temperamentos
simultáneamente y, en la mayoría de los casos, uno
de esos temperamentos será el preponderante.
Si bien esta teoría tiene muchos retractores que la
acusan de ocultista, retrógrada y falta de bases
científicas, también es cierto que tiene un sin
número de seguidores que la apoyan particularmente por ser
sencilla y a la vez práctica y eficaz para entender la
conducta de las personas y ayudarlas en su mejoramiento personal.
Pero antes de entrar en los detalles de los temperamentos
básicos y sus combinaciones promulgados por Tim LaHaye, es
pertinente tratar, en lo posible, de tener claro el concepto de
temperamento, el cual, como en la mayoría de los conceptos
psicológicos no es fácil de determinar con
exactitud.
Para el psicólogo venezolano P. L. Díaz
García el temperamento es la constitución somática en
acción. Es el aspecto emotivo-relaccional de la
personalidad. La emotividad motivante está enclavada
en lo orgánico. El temperamento es la contribución
directa de la química tisular en la
vida mental.
Otro concepto un poco
más enciclopédico indica que se define al
temperamento como "la suma total de efectos producidos en la vida
psicológica de un individuo por los cambios
químicos o metabólicos que constantemente se
están verificando en todos los tejidos del
cuerpo humano"
(McDougall). El temperamento es el clima o medio
interno, orgánico, y está en relación
estrecha con nuestra vida afectiva.
Para el mismo LaHaye "el temperamento es la
combinación de rasgos que hemos heredado de nuestros
padres. Nadie sabe donde reside. Es el temperamento de la persona
el que hace que sea abierta y extrovertida o tímida e
introvertida.
Como se puede apreciar los diferentes conceptos pueden ser
simples o complejos, pero todos concuerdan que el temperamento
proviene y reside en el interior del individuo. El otro punto
álgido es qué tanto influye en la vida de las
personas, ¿es la influencia del temperamento superior a la
influencia de la educación y el
medio
ambiente?.
Para el profesor soviético A. Petrovski, la
actividad psíquica del hombre es una
formación muy compleja. Sus peculiaridades están
condicionadas ante todo por la vida y la educación del
niño. La memoria
lógicoverbal, el pensamiento
conceptual, la percepción
objetal y otras funciones
psíquicas superiores, específicamente humanas, no
se fijan ni se transmiten biológicamente por vía
hereditaria. Esto crea la posibilidad de reestructurarlas y
perfeccionarlas en el proceso del
desarrollo
histórico.
Según el mismo autor, es preciso diferenciar la
actividad Psíquica compleja que se forma durante la vida
del hombre
(pensamiento,
lenguaje) y
las funciones
naturales más elevadas (por ejemplo, la velocidad de
formación de los vínculos condicionados y otros) La
actividad psíquica incluye entre muchos otros componentes
también estas funciones elementales. Así se conoce
el vínculo que existe entre la capacidad musical del
hombre y la agudeza auditiva, entre el pensamiento
matemático y la función de
análisis y síntesis
espacial. Las propiedades elementales, innatas que suelen
denominarse dotes pasan a integrar las funciones psíquicas
más complejas que se forman bajo la influencia de las
condiciones externas.
Si la evolución es normal, determinados dotes son
sólo una de las condiciones del desarrollo de
la actividad psíquica, la que en ningún modo se
reduce a dichas funciones elementales y por eso puede no depender
directamente de ellas.
Por ende, las funciones fisiológicas más
simples, transmitidas por herencia pueden
ejercer influencia sobre algunos aspectos del proceso de
desarrollo psíquico. Pero su significación no es
decisiva. Es un conjunto de muchas condiciones lo que determina
el contenido fundamental y los mecanismos de dicho proceso. Entre
ellas las principales son las condiciones de enseñanza y educación de los
niños.
Como se puede observar, una corriente psicológica
magnifica la importancia de la educación y los
factores exógenos sobre la herencia
temperamental. Otras, sin embargo, le atribuyen un factor
decisivo Tal es el caso del Doctor Díaz
García:
"La morfología
constitucional está anclada al genotipo: nada de
particular tiene que también lo sea la dinámica temperamental. Fundamentalmente
nace, no se hace. Sin embargo, factores peristáticos
pueden modificarla notablemente. No perdamos de vista que
el hombre es
un represor de instintos. Es muy capaz de reprimir su afectividad
innata, para cubrirse de la superficial costra temperamental que
le exige su ambiente.
Recordemos que la extroversión y la introversión
son características temperamentales
básicas; y que una u otra pueden ser endógenas o
exógenas. Psicológicamente, el temperamento es de
una enorme importancia nuestra vida común y corriente no
está hecha de razón y pensamiento racional, mucho
menos de ciencia y
técnica científica. Son los afectos, las
corazonadas los temores, esperanzas y creencias saturadas de
emoción los que nos inducen a decidir y a actuar. El
temperamento domina en el individuo; y al mismo tiempo
caracteriza el ámbito de las relaciones
humanas. No todos somos igualmente sociables; no todos
estamos igualmente dispuestos para la acción; hay quienes
están proclives al pesimismo; y hay quienes son
incorregibles optimistas".
Para Tim LaHaye, la carga hereditaria que se trasluce a
través del temperamento son de una trascendencia mayor de
lo anteriormente expresado: "Humanamente hablando, no hay nada
que tenga una influencia más profunda sobre el comportamiento
que el temperamento que heredamos. La combinación de los
genes de los padres en el momento de la concepción que
determinó nuestro temperamento básico nueve meses
antes de que respirásemos por nuestra cuenta, es el
responsable en buena medida, de nuestras acciones, de
nuestras respuestas emocionales y, en mayor o menor grado, de
casi todo lo que hacemos.
Hoy en día la mayoría de las personas no
tienen conciencia alguna
de la existencia de esta influencia extremadamente poderosa sobre
el comportamiento. En consecuencia, en lugar de cooperar con ella
y de valerse de ella, entran en conflicto con
este poder interior
y con frecuencia intentan hacer de sí mismos algo para lo
cual no estaban destinados o dotados en absoluto. Esto no
solamente lo limita personalmente sino que afecta a la familia que
lo rodea y a menudo arruina otras relaciones
interpersonales. Esta es una de las razones que hace que
muchas personas se detesten a sí mismas o no puedan
"hallarse" a sí mismas".
Definitivamente, el hecho de que el temperamento de las
personas resida en los genes es algo que todavía
está por probarse y, por supuesto, su discusión es
algo que está fuera del alcance de este trabajo.
Quizás con la nueva información que paulatinamente se vaya
obteniendo de la lectura del
código
genético humano, se pueda en algún momento
localizar los genes encargados de transportar dicha información, en caso de ser cierta esta
teoría. Pero mientras tanto, se puede poner a
disposición de la gente la información sobre esta
teoría y servirse de ella como herramienta para un mayor
conocimiento
personal y una
mejor relación interpersonal y familiar. Por tanto, en los
siguientes capítulos se resumirán las
características de los cuatro temperamentos básicos
repromulgados por el Doctor LaHaye, a fin de que el lector juzgue
su exactitud y posiblemente se identifique con alguno o varios de
ellos.
CAPITULO II
LOS CUATRO
TEMPERAMENTOS BÁSICOS
LOS CUATRO TEMPERAMENTOS
BÁSICOS
A continuación se hace una breve descripción de los cuatro temperamentos
básicos, asomando en cada caso algunas de sus
posibilidades profesionales o laborales, así como sus
aspectos positivos o negativos.
SANGUÍNEO
.El sanguíneo es una persona cálida, vivaz,
alegre, que da gusto. Por naturaleza es
receptivo y las impresiones externas se abren camino
fácilmente en su corazón
donde prestamente provoca una respuesta atropellada. Para tomar
sus decisiones predominan más los sentimientos que los
pensamientos reflexivos. Es un superextrovertido. Tiene una
capacidad poco común para divertirse y generalmente
contagia su espíritu alegre y divertido. Fascina cuando
narra cuentos y su
naturaleza
cálida y entusiasta le hace revivir prácticamente
la experiencia que relata.
Nunca le faltan amigos. Su naturaleza ingenua,
espontánea, cordial le abre puertas y corazones. Puede
sentir genuinamente las alegrías y los pesares de las
personas con quien está y tiene la habilidad de hacerle
sentir importante como si se tratase de un amigo muy especial- y
lo es, mientras tenga sus ojos puestos en él, o mientras
sus ojos no se dirijan hacia otra persona con igual
intensidad.
El sanguíneo nunca se encuentra perdido por falta de
palabras, aun cuando con frecuencia habla sin pensar. Su franca
sinceridad, sin embargo, tiene un efecto desarmador sobre muchos
de sus interlocutores, de tal modo que los hace responder a su
humor. Su modo libre de desenvolverse hace que los de
temperamento más tímido lo envidien.
Al sanguíneo le gusta la gente y detesta la soledad.
Nunca se siente mejor que cuando está rodeado de amigos
donde él es el alma de la fiesta. Tiene un repertorio
interminable de cuentos que
relata en forma dramática.
Su modo ruidoso, afable, atropellado, lo hacen parecer
más seguro de lo que
él mismo se siente; pero su energía y su
disposición amable lo ayudan a superar sus problemas en
la vida. La gente suele disculpa sus debilidades diciendo
"Él es así".
Generalmente resultan excelentes vendedores,
sintiéndose muy atraídos hacia esa
profesión. Suelen además ser excelentes actores,
anfitriones, predicadores, locutores, animadores,
políticos, etc.
En cuanto a ayudar a otros se refiere, los sanguíneos
se destacan en tareas hospitalarias. Los doctores
sanguíneos están dotados de una aptitud especial
para acercarse al enfermo al cual lo deja siempre de buen
ánimo como consecuencia de su trato cautivante. La
enfermera sanguínea evidencia igual grado de entusiasmo
para ayudar a los enfermos, y su radiante sonrisa cuando entra en
la habitación siempre tiene el efecto de levantar el
espíritu.
Cualquiera sea la actividad a que se dedique el
sanguíneo, siempre conviene que sea una actividad que le
proporcione mucho contacto con otras personas.
DEBILIDADES DEL SANGUÍNEO
Indisciplinado y falto de voluntad. La tendencia a ser
indisciplinados y su voluntad débil puede llegar a
destruirlo a menos que sepa vencer estas debilidades. Como son
altamente emocionales tienden a ser "manoseadores".
La voluntad débil y falta de disciplina
hacen que les resulte fácil hacerse deshonestos, falsos y
poco dignos de confianza. Tienden a cometer excesos y a aumentar
de peso y les resulta sumamente difícil mantener una
dieta; en consecuencia es muy normal que un sanguíneo de
treinta años de edad pese quince kilos de más y que
siga aumentando rápidamente.
Inestabilidad emocional. El sanguíneo no
sólo es capaz de llorar por cualquier pretexto, sino que
la chispa de ira puede transformarse en furioso infierno
instantáneamente. Hay algo consolador en su enojo –
no guarda rencor. Una vez que ha desatado su furia se olvida de
la cuestión. Los demás no, pero él
sí. Por eso es que él no tiene úlceras; se
las pasa a los demás.
El egotismo. El sanguíneo lucha constantemente
por ser el centro de la atención. Para él todo el mundo es
un gran escenario y él es el actor principal. Normalmente
él mismo es su personaje favorito.
Un habito muy sutil del sanguíneo es hacer referencia a
personalidades (proyección), haciendo hincapié en
su relación con la persona.
Inquieto y desorganizado. Los sanguíneos son
tremendamente desorganizados y siempre están en movimiento.
Raras veces planifican por anticipado; generalmente aceptan las
cosas a medida que se le presentan. Son felices buena parte del
tiempo porque
raramente vuelven la mirada hacia atrás (y en consecuencia
no se benefician de los errores pasados), y raras veces miran
hacia delante. Donde quiera que viva o trabaje las cosas se
encuentran en un desastroso estado de
desarreglo. No consigue las herramientas,
y las llaves constituyen su ruina- invariablemte se le pierden.
Dado su ego, generalmente es exigente para vestirse, pero si sus
amigos vieran la habitación donde se vistió
pensarían que alguien ha sido víctima de una
explosión.
La inseguridad. Aún cuando su personalidad
extrovertida lo hace ver como una persona segura de sí
misma en realidad es una persona muy insegura.
Generalmente el sanguíneo no teme el daño
personal y a menudo se arriesga a realizar desmedidas
hazañas de osadía y heroísmo. Sus temores
giran en torno más
bien del fracaso personal, el rechazo o la desaprobación
de los demás.
Conciencia flexible. Ya que el sanguíneo tiene
la capacidad de convencer a los demás, con lo cual se
granjea la reputación de ser el timador más grande
del mundo, no le resulta difícil convencerse de que todo
lo que quiere hacer está perfectamente bien. Tiene la
tendencia a torcer la verdad o a exagerar. Para el
sanguíneo "el fin justifica los medios" y
normalmente el fin es el de él. Es por ello que
frecuentemente pisotea tranquilamente los derechos de los demás
y pocas veces titubea ante la posibilidad de servirse de
otros.
COLÉRICO
El colérico es de un temperamento ardiente, ágil
activo, práctico y de voluntad fuerte que se tiene por
autosuficiente y muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno
de opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su
cuenta, y por cuenta de otros también. Al igual que el
sanguíneo, el colérico también es
extrovertido, pero es mucho menos intenso.
El colérico se encuentra a gusto con la actividad. Para
él la vida es actividad. No necesita que el medio lo
estimule; antes bien él estimula al medio que lo rodea con
sus ideas, planes, metas y ambiciones inacabables. No se dedica a
actividades que no tengan un propósito concreto
porque tiene una mentalidad práctica y aguda, capaz de
tomar decisiones o de planificar actividades útiles en
forma instantánea y acertada. No vacila ante la presión de
la opinión ajena, sino que adopta posiciones definidas
frente a las cuestiones, y con frecuencia aparece organizando
cruzadas contra alguna injusticia social o alguna
situación subversiva.
Al colérico no le asustan las adversidades; más
aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz
determinación generalmente le hace tener éxito
donde otros fracasan porque él sigue empeñado en la
tarea cuando otros se desalientan. El colérico es un
líder
nato, lo que los expertos en administración empresarial llaman un
líder
natural fuerte.
La naturaleza emocional del colérico es la parte menos
desarrollada de su temperamento. No siente compasión por
otros fácilmente, ni lo demuestra ni lo expresa. Con
frecuencia se siente incómodo frente a las lágrimas
ajenas, o simplemente le disgustan, y en general es insensible a
sus necesidades. Demuestra poco aprecio por la música y el arte.
Preferentemente busca los valores
utilitarios y productivos de la vida.
El colérico reconoce rápidamente las
oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor forma de
sacarle provecho. Tiene una mente bien organizada, aunque suelen
aburrirlo los detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más bien a una
estimación rápida, casi intuitiva, tiende a poner
la mira en la meta que
quiere alcanzar sin tener en cuenta las posibles trampas y
escollos en el camino. Tiende a ser dominante y autoritario y usa
a la gente sin vacilación a fin de lograr sus fines. A
menudo se le considera oportunista.
Toda profesión que requiera liderazgo,
motivación
y productividad
es adecuada para el colérico, siempre que no le exija
demasiada atención en cuestiones de detalles y
planificación analítica.
Generalmente le gustan las tareas de construcción porque es una actividad muy
productiva y es frecuente que el colérico termine siendo
capataz o supervisor.
El colérico es desarrollista por naturaleza
sueña con construcciones y maquinarias abriendo
caminos.
La mayoría de los financistas son coléricos.
Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de aventura que
los lleva a lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco
a sus propias ideas; a veces oyen hablar de alguna idea
progresista y ellos la toman como bandera. Sin embargo, una vez
que el colérico ha iniciado un nuevo negocio, no es
difícil que se aburra muy pronto a pesar del éxito,
por dos razones: cuando el negocio crece bajo su dinámica dirección necesariamente surgen muchas
cuestiones de detalle. Pero como los coléricos son malos
delegando responsabilidad terminan haciéndolo todo
ellos mismos. Cuando descubre que está tan ocupado que le
faltan manos para hacerlo todo, opta por buscar a alguien que le
compre el negocio. Es pues común, que un colérico
inicie entre cuatro y diez negocios en el
curso de su vida.
El colérico no es un perfeccionista sino un productor.
Prefiere hacer veinte cosas con un setenta u ochenta por ciento
de perfección a hacer unas pocas con un cien por cien.
El colérico tiende a desenvolverse muy bien en el
comercio, en
la enseñanza de asignaturas prácticas,
en la política, en funciones militares, en los
deportes. Por
otra parte, raramente encontraremos un cirujano, un dentista, un
filósofo, un inventor, un matemático o un relojero
colérico. Normalmente es tan optimista que rara vez
fracasa- excepto en su propia casa.
DEBILIDADES DEL COLÉRICO.
El enojo y la hostilidad. El colérico es
extremadamente hostil. Algunos aprenden a controlar su ira, pero
una erupción de violencia es
siempre una posibilidad en ellos. No les lleva mucho tiempo
comprobar que los demás generalmente se asustan de sus
estallidos de enojo y de que por lo tanto pueden valerse de su
ira como un arma para conseguir lo que quieren- y generalmente lo
que quieren es salirse con la suya.
El enojo de los coléricos es enteramente diferente a la
de los sanguíneos. La explosión del colérico
no es tan fuerte como las del sanguíneo ya que es menos
extrovertido, pero puede ser mucho más peligrosa. El
colérico puede herir a los demás con toda
intención y gozarse de haberlo hecho. La esposa del
colérico generalmente le tiene miedo, y éste tiende
a aterrorizar a los hijos. El colérico da portazos, golpea
la mesa con el puño, usa la bocina del automóvil
sin discreción. Cualquier persona o cosa que se le cruce
en su camino, que retarde su progreso, o que deje de funcionar en
la medida de sus expectativas, no tardará en experimentar
la erupción de su cólera. Y a diferencia del
sanguíneo, al colérico no se le pasa el enojo
fácilmente, sino que por el contrario puede arrastrar su
encono durante un tiempo increíblemente largo. Tal vez sea
ésta la razón de que a los cuarenta años de
edad ande con úlceras estomacales.
Cruel cortante y sarcástico. Nadie pronuncia con
su boca comentarios más ácidos que
el colérico sarcástico, el cual está
preparado con un comentario cortante que es capaz de aniquilar a
los que se sienten inseguros y demoler a los menos combativos.
Raras veces titubea cuando quiere cantarle las cosas claras a
alguien o hacerlo papilla. En consecuencia, va dejando un reguero
de casos psíquicos y de personas heridas por donde
pasa.
Frío y sin afecto. De todos los temperamentos el
colérico es el que evidencia menos afecto y se neutraliza
ante la idea de hacer alguna demostración pública
de afecto; su rigidez emocional rara vez le permite derramar
lágrimas.
Insensible y desconsiderado. Similar a su natural falta
de amor es la
tendencia del colérico a ser insensible a las necesidades
de los demás y desconsiderado acerca de sus
sentimientos.
Porfiado y terco. La firmeza y la decisión
natural del colérico es una característica
temperamental que puede ayudarlo en el curso de su vida, pero
también puede convertirlo en un hombre porfiado y terco.
Como tiene un sentido intuitivo generalmente toma resoluciones
rápidamente (sin consideración y análisis
adecuados), y una vez que ha tomado una decisión es
prácticamente imposible que cambie de parecer. El
colérico se muestra neutral
en muy pocas cosas y terco en todo.
Astuto y dominador. Una de las características
del colérico es su inclinación a proceder con
astucia a fin de lograr lo que quiere. Raras veces acepta un no
como respuesta y con frecuencia recurre a cualquier medio
necesario para alcanzar su meta. Si tiene que adulterar las
cifras y torcer la verdad, raras veces vacila, porque para
él el fin justifica los medios. Cuando
necesita un favor, puede transformarse casi en un
sanguíneo en su capacidad persuasiva, pero en el momento
que se le da lo que busca, se olvida de que te
conoció.
MELANCÓLICO
El melancólico tiene el temperamento más rico de
todos. Es un tipo analítico, talentoso, perfeccionista,
abnegado, con una naturaleza emocional muy sensible. Nadie
disfruta más del arte que el
melancólico. Por naturaleza tiende a ser introvertido,
pero como predominan sus sentimientos, lo caracterizan una serie
de disposiciones de ánimo. A veces lo elevan a las alturas
del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más
extrovertida. Sin embargo, en otros momentos está triste y
deprimido, y en esos momentos se vuelve escurridizo y puede
incluso, volverse antagónico.
El melancólico es un amigo muy fiel, pero a diferencia
del sanguíneo no hace amistad con
facilidad. Pocas veces se esfuerza por conocer a la gente; mas
bien se limita a esperar que acudan a él. Quizás
sea el de temperamento más confiable, por cuanto sus
tendencias perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado o
abandonar a otros cuando cuentan con él. Su reticencia
natural a tomar la delantera no es indicación de que no le
guste la gente. Como a todos, no sólo le gusta la gente
sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por ellos. Las
experiencias desalentadoras lo llevan a rehusar a la gente por lo
que parecen; por ello tiende a sospechar cuando lo buscan o le
hacen atenciones.
Su excepcional capacidad analítica lo impulsa a
diagnosticar acertadamente los obstáculos y los peligros
de cualquier proyecto en el
que participa. Esto contrasta marcadamente con el
colérico, que pocas veces ve los problemas o
dificultades, pero que confía en que va a poder resolver
cualquier crisis que se
le presente. Estas características a menudo hacen que el
melancólico no quiera iniciar algún nuevo proyecto o que se
vea en conflicto con
los que quieran iniciarlo. Cuando una persona ve los
obstáculos en lugar de los recursos o metas,
es fácil que se descorazone antes de empezar. Dicho de
otra manera el melancólico es un pesimista nato.
El melancólico suele descubrir su mayor sentido de la
vida entregándose al sacrificio personal. Con frecuencia
elige una vocación difícil, que requiera mucho
sacrificio personal. Pero una vez que ha elegido, tiende a ser
sumamente metódico y persistente en el cumplimiento de la
misma, y es mas que probable que realice grandes cosas si su
tendencia natural a quejarse del sacrificio que significa no lo
deprime hasta el punto de hacerlo abandonar totalmente.
Toda vocación que requiera perfección,
abnegación y creatividad es
adecuada para el melancólico. La mayoría de los
grandes compositores, artistas, músicos, inventores,
filósofos, teóricos,
teólogos, científicos y dedicados educadores del
mundo han sido predominantemente melancólicos. La
capacidad analítica necesaria para proyectar edificios,
concebir proyectos
requiere el temperamento de un melancólico. Pero
también pueden ser artesanos de primera: carpinteros,
albañiles, plomeros, horticultores, científicos,
abogados, escritores, mecánicos, ingenieros. Pueden ser
miembros de toda profesión que proporciona un servicio con
sentido humanitario.
DEBILIDADES DEL MELANCÓLICO
Negativo, pesimista y crítico. Las admirables
cualidades del perfeccionismo y la escrupulosidad conllevan con
frecuencia la seria desventaja del negativismo, el pesimismo y de
un espíritu de crítica. Normalmente, la primera
reacción de un melancólico ante cualquier cosa va a
ser negativa o pesimista. Éste sólo rasgo limita la
actuación vocacional del melancólico más que
ningún otro. Apenas se le presenta una nueva idea o un
proyecto nuevo su habilidad analítica se enciende y
comienza a imaginar toda clase de problemas y dificultades que en
su opinión podrían surgir al poner el proyecto en
práctica. Para la industria esto
es una ventaja, porque mediante este rasgo el melancólico
puede anticipar los problemas y prepararse para ellos. Pero para
él mismo es una desventaja porque le impide largarse por
su cuenta y sacar ventaja de su creatividad.
Es raro que una persona predominantemente melancólica
inicie un nuevo negocio o proyecto por su cuenta; en cambio es
fácil que sea utilizado por personas menos dotadas pero de
temperamento más emprendedor. El melancólico es
capaz de experimentar el "arrepentimiento del comprador" antes de
comprar la mercancía, y no como los otros que la
experimentan tiempo después.
Los melancólicos deben luchar constantemente contra su
espíritu de crítica que proyectan hacia los que lo
rodean como hacia sí mismo, razón por la cual suele
sentirse sumamente disconforme consigo mismo.
Egocéntrico, susceptible, y quisquilloso. El
melancólico es más egocéntrico que cualquier
otro temperamento, pues todo lo interpreta en relación
consigo mismo. Si, por ejemplo, se anuncia en su trabajo alguna
nueva disposición, inmediatamente reacciona alarmado
pensando que es a él al que quieren agarrar. Tiende
además a compararse con los otros en apariencia exterior,
en talento, en intelecto, sintiéndose invariablemente
deficiente porque jamás se le ocurre que se compara con
los mejores rasgos del otro y hace a un lado sus puntos
débiles.
Este rasgo de egocentrismo, juntamente con su carácter
sensible, hace que el melancólico sea muy susceptible y
quisquilloso por momentos. Se puede ofender a un
melancólico con solo mirarlo.
Vengativo y propenso a sentirse perseguido. El
talentoso cerebro del
melancólico puede ser terreno fértil para conceptos
creativos y positivos, o la fuente de pensamientos perjudiciales.
Aun cuando no es tan expresivo como el sanguíneo o el
colérico en su enojo, es perfectamente capaz de alentar un
rencor de ebullición lenta y de larga duración que
se manifiesta en pensamientos vengativos y en meditaciones de
auto persecución. Si se alienta esto por un tiempo
suficiente el resultado puede ser el que se transforme en un
maniático depresivo o por lo menos que explote de ira, de
un modo que resulta enteramente distinto de su naturaleza
normalmente suave.
Las líneas negativas de pensamiento hacen que el
melancólico tome decisiones poco realistas. El noventa y
cinco por ciento de las veces su línea de pensamiento
vengativa y opresiva saca el problema fuera de toda
perspectiva.
Temperamental, depresivo, antisocial. Una de las
características más prominentes del
melancólico se refiere a los vaivenes de ánimo. En
algunas ocasiones se siente transportado a tales alturas que obra
como si fuese un sanguíneo y en otras, se siente tan
deprimido que quisiera deslizarse por debajo de las puertas. A
medida que aumenta en años aumentan los momentos de
insatisfacción, amargura y depresión,
a menos que halla a prendido a autocontrolarse.
Legalista y rígido. Ningún temperamento
es tan susceptible a ser rígido, implacable e
intransigente, hasta el punto de ser totalmente irrazonable, como
el melancólico.
Es el mártir natural de su causa. Es incapaz de falsear
la información en los formularios de
impuestos o
cualquier otro. Es intolerante e impaciente con los que no ven
las cosas como las ve él; en consecuencia le resulta
difícil formar parte de un equipo y con frecuencia se
desenvuelve sólo en el mundo comercial.
Impráctico y teórico. El
melancólico es un idealista por lo que a veces tiende a
ser impráctico y muy teórico por lo que le
convendría someter siempre sus proyectos a la
prueba de la viabilidad y le conviene asociarse con personas de
otro temperamento que se complementen.
FLEMÁTICO
El flemático es un individuo tranquilo, sereno, que
nunca se alarma y casi nunca se enoja. Sin duda alguna es la
persona con la cual es más fácil llevarse y es, por
naturaleza, el más simpático de los temperamentos.
Para él la vida es una alegre y agradable experiencia, sin
emoción, en la que evita comprometerse todo lo posible. Es
tan tranquilo y sereno que parece no agitarse nunca, cualesquiera
que sean las circunstancias que lo rodean. Es el único
tipo temperamental que es invariablemente consecuente. Bajo su
personalidad
tranquila el flemático experimenta más emociones de las
que aparecen en la superficie, y tiene capacidad para apreciar
las bellas artes y las cosas buenas de la vida.
Al flemático no le faltan amigos porque le gustan las
personas y tiene un sentido del humor natural y satírico.
Es del tipo de persona que puede hacer que los demás se
desternille de la risa mientras él permanece
imperturbable. Posee una capacidad especial para descubrir el
lado humorístico de los demás, y de las cosas que
hacen los demás, y tiene una actitud
siempre positiva hacia la vida. Tiene buena retentiva y puede ser
un buen imitador. Una de sus grandes fuentes de
diversión consiste en provocar a los demás o en
burlarse de los otros tipos temperamentales.
El flemático tiende a ser más bien espectador, y
procura no comprometerse mucho con las actividades de los
demás. Más aún, cuesta mucho lograr que tome
parte en alguna actividad que no sea su rutina diaria. En general
el flemático es de buen corazón y
compasivo, pero raras veces deja traslucir sus verdaderos
sentimientos. Sin embargo, toda vez que su interés ha
sido despertado, y resuelve poner manos a la obra, sus
capacidades de cualidad y eficiencia se
ponen de manifiesto. No se ofrece voluntariamente para ocupar la
posición de líder, pero, cuando se ve obligado a
ocuparla, da muestras de ser un líder sumamente capaz.
Ejerce una influencia conciliadora sobre otros y es un
planificador nato.
El flemático es un maestro en todo aquello que requiera
de una paciencia meticulosa y la presencia de la rutina
diaria.
La mayoría de los maestros de la escuela primaria son
flemáticos. Esto se aplica también al nivel
secundario y superior, donde tienen preferencia por las matemáticas, la física, la gramática, la literatura, etc. Otro campo
que apela al flemático es la ingeniería. Le atraen los planos y los
cálculos, es bueno como ingeniero civil tanto en estructuras
como en sanitaria, ingeniero químico, ingeniero
mecánico, dibujante, estadística, etc. Tienen además
excelentes aptitudes artesanales, por lo que suelen ser buenos
mecánicos, torneros, carpinteros, electricistas,
relojeros, especialistas en cámaras fotográficas y
otros instrumentos de precisión. Suelen también ser
excelentes capataces, supervisores o dirigentes de personal pues
son diplomáticos y no provocan roces.
El flemático es organizado, jamás concurre a una
reunión desprevenido o tarde, tiende a trabajar bien bajo
presión
y es extremadamente confiable. Es frecuente que el
flemático conserve el mismo trabajo toda la vida.
Como tiende a luchar con el problema de la inseguridad
personal, el flemático puede preferir ocupaciones con
beneficios de jubilación u otras seguridades. Por ello lo
atraen los cargos en la administración
pública, en las fuerzas armadas, en funciones de
gobierno y otras
semejantes. Es raro que el flemático inicie alguna
actividad comercial por su cuenta, aún cuando está
capacitado para ello.
DEBILIDADES DEL FLEMÁTICO
Sin interés,
lento y ocioso. La debilidad más evidente del
flemático es su aparente falta de empuje o de
ambición. Si bien pareciera que siempre hace lo que se
espera de él, raras veces hace más de lo necesario.
Hace pensar en que tiene un metabolismo
bajo, o lento, y con frecuencia se queda dormido en el momento
que se sienta. Raramente propicia alguna actividad, y en cambio
busca excusas para evitar tener que comprometerse en las
actividades de los demás. Incluso su ritmo tiende a
disminuir con el paso de los años. El flemático
generalmente se levanta temprano, se va a su trabajo o actividad
diaria de buen humor, y habiendo cumplido un horario corrido,
regresa "completamente agotado". Con frecuencia duerme una larga
siesta, tras lo cual se sienta frente al televisor ( que maneja a
control remoto),
y en el curso de la tarde se duerme y se despierta según
los programas. Por
último, después de las noticias de la noche, su
mujer lo
despierta y lo ayuda a meterse en la cama, donde se duerme
profundamente hasta la mañana siguiente. Y esto todos los
días invariablemente.
Autoprotección. A nadie le gustan las heridas, y
esto resulta particularmente cierto en el caso del
flemático. Si bien no es tan sensible como el
melancólico, tiene piel bastante
delgada y, por lo tanto, aprende a protegerse a una edad muy
temprana. Es bastante frecuente que aprenda a vivir como una
tortuga, erigiendo un duro caparazón protector que lo
escude de todo dolor o afrenta externos.
Mezquino y avariento. Esta es una característica
de las que solo pueden dar fe las personas que viven con un
flemático, pues su actitud
siempre cortés y correcta para con los demás, hacen
que el resto de las personas no se percaten de ella. El
flemático cuida cada centavo y actúa como un avaro,
excepto cuando se trata de comprar algo para sí mismo.
Normalmente es el que da las propinas más
pequeñas.
Terco, terco y terco Nadie es más terco que el
flemático; pero es tan diplomático, hasta en eso,
que a la gente le puede pasar desapercibido. Casi nunca se
enfrenta con otra persona, ni se niega a hacer algo, pero de
algún modo se las arregla para eludir la responsabilidad. Ante una situación
familiar el flemático jamás grita o discute. Se
limita a arrastrar los pies o se planta y se niega a moverse.
Indeciso y temeroso. Debajo de la amable superficie del
flemático diplomático late un corazón
sumamente temeroso. Esta tendencia a temer le impide, con
frecuencia, aventurarse por su cuenta para sacar el mayor
provecho de sus potencialidades.
Habiendo hecho un recorrido por las características de
cada uno de los temperamentos, se pasará en el siguiente
capítulo a comentar, tomando algunos casos, cómo
influyen ellos en la conducta cotidiana de las personas.
CAPÍTULO III
EL
TEMPERAMENTO Y LA VIDA COTIDIANA
El TEMPERAMENTO
INFLUYE EN TODO LO QUE HACEMOS
Al examinarlos cuatro temperamentos básicos, se
está en una mejor condición para entender que no
hay influencia más significativa que impulse en forma
natural las acciones y
reacciones del ser humano, incluso las más cotidianas.
Pongamos de ejemplo algunas actividades comunes y cotidianas de
las personas.
El temperamento y la capacidad de manejo. Los
sanguíneos son conductores erráticos de
vehículos. A veces conducen a gran velocidad,
pero sin que exista razón aparente pierden interés
en la velocidad y reducen la marcha. Viajar en el asiento de
atrás de un sanguíneo puede resultar decididamente
peligroso. Le interesan tanto las personas, que cuando habla
quiere mirarlas a la cara, incluso mientras maneja. Dado que es
un súperconversador presta muy poca atención a la
ruta.
Los coléricos son osados demonios de la velocidad, que
avanzan adelantándose a los otros vehículos por
cualquier lado. Siempre de recorrer en un período de
tiempo más de lo que es humanamente posible, e intentan
ganar tiempo conduciendo furiosamente entre un compromiso y otro.
Por extraño que parezca rara vez lo multan, pues tiene la
habilidad para tener el ojo puesto en el retrovisor y estar
atento a los policías de tráfico.
Los melancólicos jamás salen de la casa sin
prepararse para el viaje con la antelación necesaria.
Estudian el mapa y conocen la mejor ruta de principio a fin. Los
melancólicos son los que están en mejores
condiciones para mantener un registro completo
de la historia del
vehículo, incluyendo el consumo de
gasolina, aceite y las reparaciones. Son legalistas por
naturaleza, y por lo tanto raras veces viajan a grandes
velocidades
El flemático por su parte es el conductor mas lento de
todos. Es el último en arrancar en una
intersección; raras veces cambia de carril, y constituye
un peligro por su indecisión cuando entra en la autopista
desde una rampa lateral. Conduce como si anduviera de paseo los
siete días de la semana. Pocas veces lo multan, casi nunca
tiene accidentes,
pero puede ser un peligroso obstáculo en la carretera.
El temperamento y el jardín. El sanguíneo
normalmente se levanta temprano el sábado para arreglar su
patio. Con gran entusiasmo prepara las herramientas
(posee todos los elementos que se conocen porque es incapaz de
resistirse a comprar lo que le ofrecen). Con todo, a la media
hora, lo más probable es que esté de lo más
feliz charlando con un vecino. Antes de completar la jornada le
pide al hijo que recoja las herramientas y resuelve arreglar el
jardín la próxima semana. El sanguíneo es
uno de los grandes postergadores del mundo.
El colérico detesta el trabajo del
jardín y por ello, cuando lo encara, lo hace como con
espíritu de venganza. Trabaja a una velocidad
increíble a fin de terminar cuanto antes. Si poda una
planta seguramente lo hará para todo el año.
El melancólico tiene una aptitud natural para hacer
crecer cosas y generalmente tiene el mejor jardín del
barrio. Es la persona que les habla a las plantas y las
trata como a seres humanos. Casi todos los fines de semana lo
encontraremos de rodillas haciéndole la "manicura" al
jardín.
El jardín del flemático ofrece el
espectáculo de un hombre que a media mañana
está degustando su tercera taza de café.
Es capaz de hacer el trabajo con calidad, y se
encarga escrupulosamente de él, sencillamente porque el
impulso de hacer lo que corresponde es superior a su deseo de
descansar.
temperamento y los hábitos gastronómicos.
Los sanguíneos comen todo lo que tienen a la vista De
paso, en un restaurante casi nunca consultan el menú antes
de que llegue el mesonero, pues seguramente estará
conversando. Los coléricos son comensales estereotipados,
pues su menú varía sólo excepcionalmente de
un día para otro, y cuando se lo sirven, se lo traga a
grandes bocados, a menudo hablando mientras comen o mastican. Los
melancólicos son comensales fastidiosos. Les lleva una
eternidad resolver lo que van a pedir, pero una vez que tienen la
comida delante saborean cada bocado. Los flemáticos comen
con gran deliberación e invariablemente son los
últimos en terminar. Es por eso que generalmente no
aumentan de peso.
El temperamento y la pareja. Así como hay una
ley
física que indica con toda certeza que los polos opuestos
se atraen y los polos semejantes se repelen. Así mismo
actúan los temperamentos en la relación de pareja.
Difícilmente dos personas con temperamentos similares
lleguen a casarse. Por ejemplo una pareja sanguínea,
siendo los dos extrovertidos por naturaleza vivirán
compitiendo por ocupar el mismo escenario toda la vida. Los
coléricos, por otra parte les exigen tanto a los
demás que no solamente no se casarán entre
sí, sino que probablemente ni siquiera lleguen a salir
juntos más de una vez. Se la pasarían discutiendo
por cada cosa y luchando por conseguir el dominio en la
relación. Podría ser que dos melancólicos se
casaran, pero es muy poco probable. Sus rasgos analíticos
les sirven para descubrir cualidades negativas en los
demás, y por ello ninguno de los os buscará al
otro. Sería raro que dos flemáticos se casasen, por
cuanto ambos se volverían seniles antes de que uno de los
dos lograra reunir las energías suficientes para
declarársele al otro.
CAPÍTULO IV
LAS DOCE
COMBINACIONES DE TEMPERAMENTOS
Una de las principales objeciones a la teoría de los
cuatro temperamentos, tal como fue propugnada por los antiguos,
es que ninguna persona puede representar en forma completa uno de
los temperamentos que se han caracterizado en los
capítulos anteriores. Pero en la realidad esto no es
así. Todos representamos una combinación de por lo
menos dos temperamentos; uno de ellos predomina y el otro ocupa
un lugar secundario. Además de esto, cuando se consideran
las combinaciones debe tenerse en cuenta un factor que se destaca
y es que no todas se manifiestan en igual grado. Por ejemplo, una
persona que tiene 60 por ciento de temperamento sanguíneo
y un cuarenta por ciento de colérico no será
exactamente igual al que tiene un 80 por ciento de
sanguíneo y un 20 por ciento de colérico. En
consecuencia existen muchas variables,
incluso dentro de las combinaciones que se mencionarán a
continuación.
Para esquematizar la situación y tratar de
clasificar el temperamento de alguien haciendo una
aproximación a las combinaciones subsiguientes, se pueden
resaltar los aspectos positivos predominantes y los aspectos
positivos secundarios del temperamento principal y secundario
respectivamente. Lo mismo se puede hacer con los aspectos
negativos. Como se puede intuir, algunos aspectos se
anularán entre sí y otros, por el contrario se
realzarán y acentuarán o se
complementarán.
Enseguida se mostrará en forma esquematizada las
doce posibles combinaciones de temperamento en donde el nombre
del temperamento principal será el primero con una
preponderancia aproximada del 60 por ciento, y el nombre del
temperamento secundario será el segundo, con una
preponderancia del 40 por ciento.
COMBINACIÓN DE | ASPECTOS | ASPECTOS |
|
| |
| MUY EXTROVERTIDO | HABLA DEMASIADO |
SANGUÍNEO – | CARISMÁTICO | EMITE OPINIONES |
| ENTUSIASTA | ENOJADIZO PRESTO A LA |
| ORIENTADO A LOS | DÉSPOTA |
| DOTES DE VENDEDOR | JUSTIFICA SUS ACCIONES |
| RESOLUCIÓN |
|
| PRODUCTIVO |
|
| MEDIANAMENTE |
|
| DEPORTISTA |
|
|
| |
|
| |
| MUY EMOCIONAL | FLUCTUANTES |
SANGUÍNEO – | SIENTE LOS PESARES | MUY CRÍTICOS |
| FANTÁSTICOS | DEPRESIVOS |
| PERFECCIONISTAS | ENOJADIZO |
| DON DE GENTES | TEMEROSO |
|
| |
|
| |
| MUY CARISMÁTICO | FALTOS DE DISCIPLINA |
SANGUÍNEO | ALEGRE Y ENTRETENIDO | FALTOS DE |
| QUERIDOS POR LA | POCO SERIO |
| HACE REÍR |
|
|
| |
| EXTROVERTIDO | HOSTIL |
COLÉRICO – | MUY ACTIVO | IRACUNDO Y RESENTIDO |
| PROMOTOR Y VENDEDOR | IMPACIENTE |
| GRAN MOTIVADOR | SARCÁSTICO |
| SEGURO DE SÍ | ATROPELLA A LA GENTE |
|
| |
| MUY INDUSTRIOSO | AUTOCRÁTICO Y |
| CAPAZ | SARCÁSTICO |
COLÉRICO – | MINUCIOSO | HOSTIL |
| DE METAS DEFINIDAS | RESENTIDO |
| DECIDIDOS |
|
|
| |
|
| |
| MUY CAPAZ | TERCO |
COLÉRICO – | ORGANIZADO | NO RECONOCE SUS |
| OBJETIVOS CLAROS | PUEDE GUARDAR AMARGURA |
| BUEN TRATO PARA LOS |
|
| BUENOS ADMINISTRADORES |
|
|
|
|
COMBINACIÓN DE | ASPECTOS | ASPECTOS |
| INTROVERTIDO | HUMOR VARIABLE |
MELANCÓLICO – | SENSIBLE AL ARTE | MUY CRÍTICO |
| ANALISTA | IDEALISTA E |
| ESTUDIOSO | INSEGURO, TEMEROSO |
| SE LLEVA BIEN CON LA | AUTOIMAGEN POBRE |
|
| |
|
| |
| AMPLIA GAMA VOCACIONAL | DIFÍCILES DE |
MELANCÓLICO – | LIDERAZGO | NEGATIVO |
| INICIATIVA | SE DEPRIME CON |
| PERFECCIONISTA | EXCESIVAMENTE |
| ANALISTA | MUY CRÍTICO |
|
| |
| POCO HOSTIL | SE DESANIMA FACILMENTE |
MELANCÓLICO – | SE LLEVA BIEN CON LA | MUY NEGATIVO |
| TALENTOSO | RENCOROSO Y VENGATIVO |
| PERFECCIONISTA Y | ANSIOSO Y TEMEROSO |
| CAPAZ | TERCO Y RÍGIDO |
| COMPETENTE |
|
|
| |
| SIMPÁTICO | TIENDE A PERDER EL |
FLEMÁTICO – | DIPLOMÁTICO | FALTO DE DISCIPLINA |
| ALEGRE | TEMEROSO E INSEGURO |
| COLABORADOR | SOLITARIO |
| DE CONFIANZA |
|
|
| |
|
| |
| BUEN OIDOR | FALTO DE |
FLEMÁTICO – | BUEN TRATO CON LAS | TEMEROSO |
| PACIENTE | OBSTINADO E INFLEXIBLE |
| DE CONFIANZA | PASIVO |
|
| |
| REPOSADO | TEMOR |
FLEMÁTICO – | AGRADABLE, SUAVE | EGOÍSTA |
| CONFIABLE | NEGATIVÍSTA |
| SENCILLO | CRÍTICO |
| PACIENTE Y MINUCIOSO |
|
|
|
Después de mostrar estas 12 combinaciones
principales debe tenerse en cuenta que estos casos no
necesariamente deben coincidir a la perfección con todas
las personas. Recuérdese que no hay dos seres humanos
exactamente iguales. En consecuencia, existen otras variables que
pueden modificar el espectro lo suficiente como para que no
encaje exactamente en ninguno de los modelos.
Considérense los casos siguientes:
- Los porcentajes pueden no ser 60/40 establecidos como
parámetro. Solo mediante test y
pruebas
científicas detalladas puede hacerse un diagnóstico preciso de las cargas
temperamentales. - Trasfondos diferentes, y la educación recibida
en la infancia,
modifican sensiblemente combinaciones idénticas de
temperamento. - El coeficiente de inteligencia
y la preparación académica influyen en las
potencialidades temperamentales del individuo. - La salud y el metabolismo
del individuo influyen notablemente en su
comportamiento. - Con frecuencia están representados tres
temperamentos en un mismo individuo.
La teoría de los temperamentos no constituye
la respuesta definitiva a la cuestión del comportamiento
humano, y por ésta y otras razones puede no resultar
satisfactoria para todos. Pero de todas las teorías que se
han postulado sobre el comportamiento, la que se ha presentado
proporciona la explicación más útil. Se
podrían mencionar factores adicionales para explicar
algunas otras diferencias, pero las mencionadas tendrían
que bastar.
Otra conclusión a la que se puede llegar
después de analizar las características de cada uno
de los temperamentos y sus combinaciones, es que no existe un
"mejor temperamento", por cuanto todas las combinaciones de ellos
encarnan virtudes que hacen una contribución a la
humanidad. Lamentablemente, todas tienen debilidades
también, y cuando el individuo le da curso a estos
últimos, anula, o en el mejor de los casos, limita sus
potencialidades. Pareciera también que cuanto más
notables son los aspectos fuertes de la persona, tanto mayor
peligro revisten sus debilidades potenciales.
Para cada individuo el éxito parece depender
de dos factores: (1) encontrar el objetivo
apropiado para los puntos fuertes, a fin de poder adquirir la
mejor formación de que se dispone, dentro de los medios al
alcance, para orientar la vida hacia ese objetivo; y
(2) vencer las debilidades características del
temperamento antes de que tengan la oportunidad de entorpecer la
expresión de las virtudes.
Por tanto, de nada vale desear ser distinto a lo que
somos. Un introvertido podrá, con dedicación y
disciplina,
lograr ser menos introvertido, lográndose relacionar
satisfactoriamente con su entorno, pero jamás
logrará ser un extrovertido como el sanguíneo. Por
su parte, el desordenado sanguíneo, podrá, poniendo
una dosis extra de concentración, ser menos desordenado de
lo que era y así no perder las llaves o el celular con
tanta frecuencia, pero jamás podrá adquirir el
natural orden del melancólico.
BOBGAN HNOS, PsychoHeresy Awareness Letter,
Vol 7, N° 4, Julio 1997
<http://www.psychheresy-aware.org>
DÍAZ GARCÍA, P. L., BURK, IGNACIO,
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1972.
GAITÁN RIVERA, JORGE ROMERO,
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Francisco Marroquín, Facultad de Ingeniería, Guatemala,
2000
LA HAYE, TIM. Varón y su
Temperamento, Editorial Betania, Puerto Rico
1977.
LAROUSSE, El Pequeño Larousse
Ilustrado, Agrupación Editorial, S.A., Bogotá,
1999.
Petrovski, A, psicología Evolutiva y
Pedagógica, Primera edición, Editorial
Progreso, Moscú, 1980.
TRABAJO REALIZADO POR
ANTONIO SÁNCHEZ
MARTÍNEZ
Licenciado en Química, Graduado en
la Universidad de
Carabobo, Facultad de Ingeniería, Escuela de
Química