3. Semiótica y semiología :
diferencias y congruencias
4. Comunicación y/o
significación
5. Campo de desarrollo de la
semiótica
Aunque no resulta fácil hallar una definición
clara de la semiótica, tratemos de ahondar un poco en los
orígenes de la palabra para sacar algunas conclusiones.
Mucho antes de que el término “semiótica”
fuera utilizado ya se encuentran investigaciones al respecto del
los signos. Estos orígenes se confunden con el de la
propia filosofía, ya Platón definía el signo en
sus diálogos sobre el lenguaje, en el dialogo de Sócrates con
Cratilo, discute sobre el origen de las palabras y, en
particular, sobre la relación que existe entre ellas y las
cosas que designan. Semiología fue utilizada en una de sus
acepciones más antiguas en la medicina, era el
término empleado para designar el estudio e
interpretación de los síntomas de las enfermedades. Pero si analizamos la
etimología de la palabra, ésta deriva de la raíz
griega semeîon (signo) y sema (señal), entonces
diremos que en términos muy generales la semiótica se
ocupa del estudio de los signos. Como es evidente bajo esta
perspectiva se unifican toda una serie de orientaciones y
acercamientos al análisis de la cultura. Su dominio es demasiado amplio y
en él confluyen diversas perspectivas y por tanto,
aún no se ha consolidado como una disciplina con modelos teóricos
unitarios. Es decir, por más que se afirme que la
semiótica es una ciencia, nada más
alejado de la realidad. Esta preocupación etimológica
además de tratar de aclarar el proceso diacrónico
sufrido por el término, abre espacio para discutir las dos
grandes corrientes del siglo XX en el campo del estudio de los
signos; la semiología y la semiótica. Semiología
es una deformación moderna y, a veces, se utiliza
semeiología, sematologia, semeiotica, tanto como
"semiotics" que en inglés le da a la palabra una forma
plural y sirve para denominar como ya dijimos una
“ciencia”. Aunque en el
primer congreso de la Asociación Internacional de
Semiótica se adopto la palabra
“semiótica” como el término para abarcar
el estudio de las tradiciones de la semiología y la
semiótica general.
La Semiotica
La semiótica o semiología es la ciencia que trata de los
sistemas de comunicación
dentro de las sociedades humanas.
Saussure fue el primero que hablo de la semiología y la
define como: "Una ciencia que estudia la vida de los signos en
el seno de la vida social"; añade inmediatamente: "Ella
nos enseñará en que con los signos y cuales son las
leyes que lo gobiernan…".
El americano Peirce (considerado el creador de la
semiótica) concibe igualmente una teoría general de
los signos que llama semiótica. Ambos nombres basados en
el griego "Semenion" (significa signo) se emplean hoy como
prácticamente sinónimos.
En la semiótica se dan corrientes muy diversas y a veces
muy dispares por lo que más que una ciencia puede
considerarse un conjunto de aportaciones por la ausencia del
signo y el análisis del funcionamiento de códigos
completos.
De semiótica se ha ocupado entre otros, Prieto, Barthes,
Umberto Eco,… A estos últimos se debe la aplicación
del concepto de signos a todos los
hechos significativos de la sociedad humana.
Ej: La moda, las costumbres, los
espectáculos, los ritos y ceremonias,
los objetos de uso cotidiano,…
El concepto de signo y sus
implicaciones filosóficas, la naturaleza y clases de signos,
el análisis de códigos completos… Son objetos de
estudio de la semiótica o semiología.
Hoy la investigación llamada la semiología, por
quienes prefieren lo europeo o semiótica, por quienes
prefieren lo americano, se centra en el estudio de la naturaleza de los sistemas autónomos de
comunicación, y en el lugar de la misma semiología
ocupa en el saber humano.
Saussure insiste en que la lingüística es una parte
de la semiología, ya que esta abarca también el
estudio de los sistemas de signos no lingüísticos. Se
cae a menudo en el error de considerar equivalentes lenguaje y semiología,
y nada más alejado de la realidad; El lenguaje es
semiología, pero no toda la semiología es lenguaje.
Si Saussure opina esto, ahora bien según Barthes no es en
absoluto cierto que en la vida social de nuestro tiempo existan, fuera del
lenguaje humano, sistemas de signos de cierta amplitud.
Objetos, imágenes, comportamientos, pueden en efecto
significar pero nunca de un modo autónomo. Todo sistema semiológico tiene
que ver con el lenguaje. Parece cada vez más difícil
concebir un sistema de imágenes o
objetos cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje:
Para percibir lo que una sustancia significa necesariamente hay
que recurrir al trabajo de articulación llevado a cabo por
la lengua. Así el
semiólogo, aunque en un principio trabaje sobre sustancias
no lingüísticas, encontrará antes o después
el lenguaje en su camino. No solo a guisa de modelo sino también a
título de componente de elemento mediador o de
significado. Hay pues que admitir la posibilidad de invertir la
afirmación de Saussure: La lingüística no es una
parte, aunque sea privilegiada, de la semiología, sino,
por el contrario, la semiología es una parte de la
lingüística
Otras
Definiciones Y Conceptos
Es
difícil dar una definición unánime de lo que es
la semiótica.Sin embargo puede haber acuerdo acerca de
"doctrina de los signos" o "teoría de los signos".
Esta definición presenta el inconveniente de transferir al
término "signo" la mayor parte de los interrogantes.
Además observamos que los problemas ligados a la
definición implican la definición misma, hecho que
marca fehacientemente las
dificultades de la empresa al tiempo que subraya su
interés.
Este interrogante remite inevitablemente al objeto de la
semiótica, en consecuencia, a la unificación de las
problemáticas de la significación y,
correlativamente, a la constitución de una comunidad científica capaz
de instituir y de garantizar la validez de estas
problemáticas. Esto muestra que el acceso a la
semiótica es, en principio, complejo pues se sitúa
necesariamente en la interfaz de un gran número de campos
del saber (filosofía, fenomenología, psicología,
etnología, antropología, sociología,
epistemología, lingüística, teorías de la
percepción, neurociencias,…). La tarea histórica de
la semiótica podría ser la de hacer cooperar esos
saberes, institucionalmente separados, para producir un saber
nuevo, un saber, en cierto modo, de segundo grado.
Encontraremos pues tantas doctrinas de los signos como
conceptualizaciones de esta cooperación de saberes; dicho
de otra manera, las doctrinas difieren según el contenido
primitivo atribuído al término "signo". Sin embargo,
en su acepción corriente, este término es lo
suficientemente preciso como para que podamos contentarnos con
las expresiones "doctrina de los signos" o "teoría de los
signos", en virtud de la mayor o menor pretensión de
formalización científica ostentada por las diferentes
corrientes que se registrarán más adelante. Tendremos
que tomar en cuenta también el amplio lugar ocupado por el
signo lingüístico, tanto en la ocupación del
campo como en una perspectiva histórica, puesto que para
algunos la semiótica se confunde con la
semio-lingüística, inclusive con una filosofía
del lenguaje. Es dable considerar entonces, desde el comienzo,
el carácter necesariamente polémico de toda tentativa
de organización del campo semiótico y limitar
nuestras ambiciones a mostrar que la semiótica es el
ámbito privilegiado donde se organiza el debate acerca de la
significación; queda claro que nosotros seremos parte
interesada en ese debate.
La
Semiotica Es Una Ciencia O Una Filosofia
Al producir
un objeto teórico bien definido y claramente delimitado
podremos hablar si no de ciencia, al menos, de actitud científica e
introducir las aclaraciones necesarias.
Umberto Eco identifica semiótica general y filosofía
del lenguaje, dudando de que puedan tratarse fenómenos de
significación y/o representación como se trata a los
objetos de la física o de la electrónica.
Sin embargo la cuestión está constantemente
tergiversada al tomar en consideración a priori de
"sistemas de signos" cuya constitución daría cuenta
de la evidencia. La semiótica se vuelve entonces una
especie de tipología de los sistemas significantes
realizada a partir de la formalización más o menos
acabada de estructuras formales
extraídas empíricamente de cada sistema. Queda claro
que la vaguedad que domina en la noción de sistema y la
imprecisión que reina, no bien salimos de los sistemas
explícitamente construídos para un uso determinado
(código de la ruta por ejemplo), no permiten la
construcción de una teoría hipotético-deductiva,
por falta de términos primitivos formalizables y con mayor
razón y con mayor motivo de reglas de la deducción
que le conciernen.
De esta manera puede explicarse que, bajo pretexto de
reintroducir el tema excluído por el estructuralismo, se haya
recurrido al psicoanálisis (lo que produjo la
"semanálisis" de J. Kristeva por ejemplo). En efecto,
recurriendo al inconciente que, por construcción, es y
será siempre una virtualidad (si no una comodidad) como un
lugar oculto en el que se elabora el sentido, se disuelve todo
objeto posible en una "psicología de las profundidades"
menos accesible aún a la crítica científica ya
que pretende situarse más allá, en la particularidad
de la experiencia de un sujeto individual. No es éste el
ámbito para argumentar y debatir acerca de esas cuestiones
que necesitarían importantes desarrollos. Sin embargo,
independientemente de la validez de los juicios que preceden,
pensamos que al exhibir un objeto para la semiótica,
definido como se define todo objeto en las ciencias empíricas,
podrá ofrecerse una alternativa al vértigo de los
sistemas informes y de los procesos misteriosos que
evolucionarían a nuestro pesar en las profundidades de
nuestros inconcientes. Asumimos nuestras responsabilidades en
la pregunta 3; en verdad, para nosotros se trata de producir a
tiempo un corte epistemológico de la semiótica entre
la ciencia y la
filosofía.
Diferencias entre linguistica y semiotica
La
concordancia en considerar a los signos lingüísticos
como una categoría de signos, es casi general, lo que hace
de la lingüística una parte de la
semiótica.
La importancia de los signos lingüísticos es tal que
la semiología de inspiración saussureana, que se
desarrolla a partir de la lingüística, ha mantenido
la confusión entre semiótica y semiolinguística
). Roland Barthes llegó a invertir la propuesta de
Ferdinand de Saussure según el cual la
lingüística es una parte de la semiología.
Pensamos que es conveniente ignorar y hasta luchar contra esta
relación de dependencia establecida históricamente
entre la lingüística y la semiótica para
ocuparse de los signos en general antes de tratar signos
lingüísticos. En efecto, parece que la dependencia
teórica es a la inversa de la relación
históricamente establecida.
Semiotica General
Si puede
mostrarse que más allá de la diversidad y de las
diferencias aparentemente irreductibles (sobre las cuales se
funda la noción de sistemas de signos) hay una perspectiva
teórica unificante que da a cada signo, cualquiera que sea
el campo de las prácticas humanas al cual se vincula, el
mismo estatus teórico, entonces podemos hablar de
semiótica general.
Es necesario superar las diferencias observables en el campo de
los fenómenos de representación y de
significación, que los compartimentan en clases que no
tienen aparentemente ningún punto en común, para
estar en condiciones de fundar una semiótica general.
Desprenderse de la clase de los fenómenos
lingüísticos no será la menor dificultad. En
efecto, su importancia en las relaciones humanas es tal
que han dado lugar a modelizaciones profundas. Su conocimiento ha progresado
mucho, creando un importante "defasaje espistemológico"
con los fenómenos no lingüísticos. Esta
atención prioritaria dada por la comunidad científica a los
signos lingüísticos explica el ocultamiento
provisorio de la cuestión de una semiótica general a
causa de una especia de imperialismo de la
semiolingüística. El debate es tanto más
difícil ya que la modelización general producida por
una semiótica general, cuando se la aplica en el campo
lingüístico, aparece necesariamente como en retroceso
desde el punto de vista del poder explicativo y plantea
problemas de
retraducción muy complejos. El enfoque peirceano muestra que es posible definir
el signo independientemente de toda especificidad y abre el
camino hacia una semiótica general.
Condiciones De Una Semiotica General
Primeramente
es necesario objetivar los fenómenos de significación
y construir a continuación un modelo capaz de
"informarlos", es decir, de darles formas.
Como ya hemos observado, hay significación desde que
alguna cosa vale no para ella misma, sino para otra. Dicho con
más precisión, su fenomenología, es decir el
efecto que su percepción produce aquí y ahora en una
mente, introduce en esa misma mente la fenomenología de
otro objeto (la que, en cierto modo, está necesariamente
latente en esa mente). El criterio de delimitación del
campo de los fenómenos estudiados por una semiótica
general no puede ser más que éste: ¿hay una o
dos fenomenologías de objeto en la experiencia vivida por
un sujeto?. Entonces, una semiótica general aparecerá
en principio como el estudio de una relación entre dos
fenomenologías. De esto se desprende que necesitará
recurrir a una descripción de los fenómenos
"ordinarios" (es decir, en los que los objetos percibidos
sólo valen para ellos mismos). Esta descripción
deberá permitir explicitar el "acoplamiento" de esas dos
fenomenologías que se encuentran en todo fenómeno
semiótico. Queda por precisar el contenido del
término "mente" lleno de connotaciones diversas. Deberemos
considerarlo sólo en su probada capacidad para establecer,
en condiciones históricamente datadas, correspondencias
entre fenomenologías de objetos. Deberá ser a la vez
particular, puesto que deberemos describir correspondencias
efectivamente establecidas por un sujeto dado en un instante
dado, y universal, puesto que las significaciones son
"mundanas", es decir producidas "en el mundo". La mente, o al
menos su contribución al fenómeno de
significación, deberá modelizarse. Finalmente, si
enumeramos los campos del saber que deberán cooperar en
una semiótica general, encontraremos: una teoría de
la percepción, una fenomenología de los
fenómenos "ordinarios" y una modelización del
intérprete en función de su relación con el
mundo. .
Semiotica Especifica
Las
semióticas específicas se definen como
"gramáticas" (es decir, un conjunto de reglas
explícitas) de sistemas particulares de signos que
admitimos como datos de observación.
La autonomía de esos sistemas, su cohesión y su
independencia de los otros
signos se impondrían a todo observador. Así
sería de las lenguas, del lenguaje de sordo mudos, de las
señales camineras, de los escudos, etc… U. Eco cuando
trata los sistemas de signos, observa con justa razón que
pueden ser más o menos rígidos, más o menos
flexibles. Los sistemas "rígidos", como el de los
semáforos o la estructura del sistema
fonológico de una lengua, parecen más
objetivables -por tanto, más fácilmente descriptibles
en términos formales- que los sistemas "flexibles", como
por ejemplo la función narrativa en los cuentos de hadas rusos. La
hipótesis subyacente es que el conjunto de fenómenos
considerados y aislados por este acto fundador posee una
organización y articulaciones internas
autónomas. Un buen ejemplo de este enfoque es el "sistema
de la moda" de R. Barthes en el
que el campo estudiado está delimitado a priori a las
producciones de los semanarios de moda (el "discurso de la moda"). Para
Eco, una semiótica específica puede aspirar a un
estatus científico en la medida en que considere
fenómenos "razonablemente" independientes de su
observación y que concierna a objetos relativamente
estables. Habremos de observar que este criterio de independencia del
fenómeno frente a la observación no podría
constituir un criterio absoluto (puesto que, incluso, esto
tampoco se verifica en las llamadas ciencias exactas) y que,
además, puede verificarse, quizás, de manera
diferente pero siempre válida, en los casos de los
fenómenos de significación. El problema no es tanto
el de la constitución de un objeto de conocimiento independiente
de todo observador como el de la adjetivación de ciertas
clases de fenómenos. Consideramos, como René Thom,
que "toda ciencia es el estudio de una fenomenología".
Cuando la fenomenología estudiada es aquel fenómeno
que se produce cuando se sueltan ciertos objetos pesados (la
caída de los cuerpos) y caen hacia el suelo, queda claro que su
estudio científico queda concluído al anunciarse la
ley de gravedad universal.
Cuando la fenomenología estudiada es aquel fenómeno
que acontece cuando una cosa presente, percibida por un sujeto
humano, produce la presencia en la mente de ese mismo sujeto de
una cosa ausente del campo de su experiencia, el problema de la
actitud científica
frente a esta clase de fenómenos no es fundamentalmente
diferente. En efecto, en el primer caso se produjo un modelo
que se resume en la fórmula que liga a los cuerpos pesados
mediante la existencia de una fuerza que depende de sus
masas respectivas y de la inversa del cuadrado de su distancia.
La aplicación de esta fórmula confiere a todo
experimentador un poder de previsión que
le asegurará el dominio completo de esta clase
de fenómenos. En el segundo caso, puede adoptarse una
actitud semejante; sin embargo no podría plantearse a
priori que la cientificidad deba conducir, como en el caso
precedente, a un dominio completo. Simplemente, es necesario
considerar que un paso hacia el conocimiento y, en
consecuencia, hacia un cierto dominio de estos fenómenos,
se concreta desde que un modelo, que puede ser cualitativo,
permite reducir lo arbitrario de su descripción. .
Semiotica De La Produccion Y De La Interpretacion
Para algunos,
los dos procesos son totalmente
reversibles. Para otros, hay una disimetría fundamental.
Sin embargo, puede demostrarse que hay una cierta dualidad que
resulta de la anticipación de la interpretación en el
momento de la producción.
La mayor parte de los autores se interesaron casi
exclusivamente en el problema de la interpretación de los
signos, partiendo de la opinión ampliamente expandida de
que la producción y la interpretación son procesos
absolutamente reversibles. De esto se desprendería que
describir la interpretación es describir también,
como en un espejo, la producción. Umberto Eco hace
inclusive de esta reversibilidad una característica de los
procesos semióticos. Contra esta afirmación puede
observarse que, si el productor es dueño del objeto que
elige para comunicar su mensaje (elección de palabras, de
grafismos, de gestos …, de configuraciones múltiples de
unos y de otros), el intérprete está obligado a
efectuar un trabajo de reconstrucción de ese objeto (una
semiosis inferencial ) que no llega necesariamente a
reencontrar el mensaje original. En efecto, las relaciones
singulares que productor y emisor mantienen con las instituciones de la
significación son la que regulan su comunicación.
Hay, entonces, una disimetría a priori, puesto que el
primero pone en marcha algo ya presente en él, mientras
tanto que el segundo debe descubrir precisamente lo que el
primero actualizó.
Si no se puede conservar la noción de reversibilidad para
identificar producción e interpretación,
¿cómo tomar en cuenta formalmente las homologías
de los dos procesos?. Lo que hay que remarcar antes que nada es
que toda producción es, en alguna medida, una
interpretación a priori efectuada simultáneamente con
la producción. Esto es lo que quiere decir Jean Paul
Sartre cuando analiza su
manera de escribir:
"Modifico las palabras en función de la idea que tengo de
él (el público), es decir de mí, recibiendo lo
que quiero escribir" (Obliques 18/19, entrevista con M.
Sicard).
Dicho en otras palabras, la producción es un proceso de
incorporación de un pensamiento en una
configuración de existentes que se ubica bajo la
dependencia de una interpretación anticipada, respecto de
la que el productor se vuelve un intérprete más. En
este sentido participa en este proceso colectivo de
interpretación que describimos como una institución
social. Por parte del intérprete hay un proceso que va de
lo particular a lo universal, de lo individual a lo colectivo,
mientras que, de parte del productor, se va de lo universal a
lo particular y de lo colectivo a lo individual. Más que
de reversibilidad, que no diferencia los dos procesos, debemos
hablar de dualidad para poner el acento en la oposición
del "sentido de los recorridos" que diferencia producción
e interpretación según el esquema:
Semiolinguistica
Puede
aplicarse este término a toda teoría que hace de la
lingüística el "patrón" de todos los sistemas de
signos no-lingüísticos.
Si la lingüística, erigida en ciencia piloto de las
ciencias humanas, ocupa una posición preponderante, al
menos en Europa, ello es, en el campo
de la semiótica, fundamentalmente por razones
históricas. Así ha podido verse el desarrollo, por simple
"revestimiento" de conceptos surgidos de la
lingüística y de una de sus extensiones naturales (la
narratología), de lo que la Escuela de París llama
"mini-semióticas" no-lingüísticas. Por ende,
éstas últimas están subordinadas a la
lingüística en virtud de la afirmación
según la cual las lenguas naturales son los únicos
sistemas de signos a los que se traducirían todos los
otros sistemas de signos, considerando imposible la inversa. De
ahí a tomar sólo en cuenta objetos "convertidos en
lenguaje", explícitamente como R. Barthes o
implícitamente como la Escuela de París, hay
solo un paso que franquean alegremente los semiolingüistas
sin demasiados escrúpulos epistemológicos. Sin
embargo no podría extraerse de la génesis de una
disciplina relativa a una
clase particular de signos, un principio jerárquico que
permitiera legislar acerca de la clase de todos los signos.
Convendría entonces limitar las concepciones
semiolingüísticas de los campos a los campos en donde
es realmente operativa y buscar las articulaciones entre esos y
una semiótica general que propondría como principio
no privilegiar ningún sistema de signos, aún cuando
sean tan importantes como las lenguas naturales, de manera que
todos los signos, lingüísticos y no
lingüísticos, tengan el mismo estatuto
teórico.
El diagrama de pie de
página muestra las relaciones de subordinación entre
campos disciplinarios que resultan de las consideraciones
precedentes (el conjunto punteado representa los signos que
pueden describirse según el modelo de los signos
lingüísticos). El presupuesto
semiolingüístico consiste en pretender que el
conjunto punteado coincide con el conjunto de todos los
signos.
¿Debe formalizarse o, incluso, matematizarze una semiotica
cientifica?
La historia de las ciencias muestra que la
forma acabada de una teoría científica se alcanza
cuando está matematizada completamente en un modelo
hipótetico-deductivo. Las ciencias humanas podran alcanzar
ese grado de acabamiento con tal que las matemáticas
tengan la capacidad de informar (es decir, crear formas) sus
características particulares.
Kant escribía que: "en toda teoría particular de la
naturaleza, lo científico, en el sentido propio de la
palabra, no existe sino en la cantidad de matemáticas que
contiene". Leibniz sólo concebía a las formulaciones
matemáticas ligadas a su aplicación, siendo la
producción de formalismos inseparables de las diversas
manifestaciones del sentido; Matesis y Semiosis debían
aprehenderse simultáneamente. De hecho estos
filósofos representan una constante de la
epistemología de las ciencias humanas. Su estatus
científico está condicionado por la puesta en
práctica de un proceso de formalización cuya
articulación con el objeto estudiado debe explicitarse
totalmente y convalidarse mediante la práctica social. El
punto de vista enunciado precedentemente lleva a evaluar el
estado de desarrollo de las
teorías científicas a partir de su grado de
formalización: desde las doctrinas informes, es decir de
opiniones constitutivas de un sistema más o menos
coherente de conceptos y de relaciones entre conceptos, hasta
los sistemas hipotético-deductivos matematizados, hay un
abanico de estatus epistemologícos en el cual las ciencias
humanas están fundamentalmente del lado de las primeras y,
las ciencias exactas, del lado de los segundos.
Ubicándonos resueltamente en esta perspectiva, abogaremos
en favor de una matematización cada vez más
pronunciada en las ciencias humanas sin perder de vista el
valor crítico de las
opiniones "informes" y teniendo conciencia permanente del
carácter necesariamente reductor de la formalización
matemática. El principal escollo en esta gestión
puede provenir de la tradicional acusación de imperialismo para con las
matemáticas. Es una actitud que objetivamente funciona
como un obstáculo epistemologíco que será
necesario superar en la medida en que se diferencien en el
orden del saber instituído los roles de formalización
y aplicación.
Relacion Entre Pragmatica Y Semiotica
A la
pragmática puede considerárasela como el momento del
análisis semiótico en el que se unen la
sintáctica y la semántica.
La pragmática confronta a las significaciones elaboradas
fuera de las realidades de las que surgen con esas mismas
realidades que pretenden configurar, es decir, a las cuales dan
sentido. Se expresa en forma de reglas o de hábitos
interpretativos admitidos como verdaderos en el seno de una
comunidad, en un período históricamente datado.
Constituye entonces el momento del análisis semiótico
en el que sintáctica y semántica se unen.
C.S. Peirce está en el origen del pragmatismo en cuanto
movimiento filosófico.
Fué él quien formuló la máxima del pragmatismo: "Considerar
cuáles son los efectos prácticos que creemos que
puede producir el objeto de nuestra concepción. La
concepción de todos esos efectos es la concepción
completa del objeto". La significación de un signo es pues
el efecto que el signo podría tener en cada circunstancia
previsible. Podría decirse que la semiótica de Peirce
es pragmática por construcción, mientras que en las
semióticas saussuro-hjelmslevianas estamos forzados a
aplicar las modalidades a las relaciones entre representante y
representado, concebidas en su origen como un ya-instalado
universalizado. Extendiendo el debate, vemos que la
concepción peirceana de la semiótica es triádica
(en el sentido en que la pragmática es el momento de "
tres en uno") mientras que las concepciones
saussuro-hjelmslevianas son didácticas o binarias. Esto
implica una gran dificultad para traducir de una a otra las
teorías semióticas elaboradas en las dos tradiciones.
El acento puesto hoy en la pragmática
lingüística debería permitir una revisión
crítica de las concepciones diádicas en materia de signos y de
sentido y hacer caso omiso de muchas dicotomías
reductoras.
Relacion Hay Entre Semiotica Y Comunicacion
Todo acto de
comunicación puede describirse como un par
constituído por un signo producido por un emisor,
interpretado luego por un receptor. Su estudio combinará
producción e interpretación de un mismo signo.
Queda claro que para avanzar en el conocimiento de los
signos es conveniente considerar aquello para lo que sirven
cuando son más o menos intencionales, es decir para
comunicar. Algo pasa de la mente del productor a la del
intérprete. Más formalmente, puede considerarse que
en todo fenómeno semiótico hay un traspaso a
través de un signo, de una cierta forma de relaciones que
está en la mente de un productor hacia la mente de un
intérprete. Esta forma de relaciones no habría
más que transitar por el signo, que se transforma,
según los términos de Peirce, en "un medium para la
comunicación de una forma (o figura)" (el caso de los
signos naturales, que no tienen productor humano, debe
estudiarse aparte).
Es de destacar que en el acto de comunicación definido
como un par (signo producido-signo interpretado), el productor
tanto como el intérprete hacen referencia a la misma
relación de naturaleza institucional que liga al signo con
su objeto. El productor lo utiliza como "ya-instalado" (un
"comens" dice Peirce; es decir un "ser común") que le
permite elegir una cosa (el signo) y presentarla como el
sustituto de otra cosa ausente (el objeto del signo), con la
garantía (en el interior de su comunidad) de que un
intérprete eventual que comparta su cultura tendrá la
posibilidad de poner en funcionamiento la relación
empleada en el otro sentido (dualidad), como lo muestra el
esquema :
Vemos cómo se logra la comunicación cuando el objeto
del productor y el objeto del intérprete coinciden (O =
O`).
Relacion Entre Semantica Y Semiotica
Al definir a
la semántica como la "ciencia de las significaciones"
puede considerársela como la ciencia de aquello a lo que
remiten los signos. Desde esta perspectiva constituye un
momento de la semiótica. Evitaremos identificar
semántica y semántica lingüística.
En la conceptualización saussureana del signo, la
significación es inherente al significante. La imagen harto conocida de la
hoja de papel que tiene sobre una
faz el significante y sobre la otra el significado, de manera
que todo corte de una implica un corte de la otra, da cuenta
adecuada de esta concepción biunívoca y vehicular de
lo que representa: cortando los significantes en el ámbito
fónico, cortaríamos al mismo tiempo los significados
en el ámbito conceptual y, en consecuencia, estudiar la
lengua sería estudiar simultáneamente las
significaciones vehiculadas por las palabras. De hecho se trata
de un solo gesto fundador que produciría sus efectos en
dos niveles. Inmediatamente percibimos el tipo de dificultades
que vamos a encontrar en esta perspectiva: los signos
no-lingüísticos que no se presenten como las palabras
de la lengua y que no obedezcan a las mismas combinatorias
quedarán, en principio, fuera del alcance de esta
conceptualización y será grande la tentación de
reconducirlos hacia los signos lingüísticos, de tal
manera que aseguren una apariencia de universalidad de la
metodología. L. Hjelmslev y sus continuadores han
intentado escapar a la presión histórica del modelo
lingüístico distinguiendo, en cierto modo, la cosa
que representa y su significación y, consecuentemente, la
relación que los une (ver pregunta 19).
Desde la perspectiva peirceana (anticipando la clásica
división formulada por CH.Morris) se distinguen tres
momentos constitutivos de la semiótica: la
sintáctica, que trata de aquello que representa, la
semántica, que trata de aquello que esta representado y la
pragmática, que extrae las reglas de uso que gobiernan, en
cada contexto de interpretación, las confluencias de esos
momentos. Puede pues asimilarse la semántica a un momento
de la semiótica, tomando el término "momento" en su
acepción filosófica.
Las
Principales Teorias Semioticas
A grandes
rasgos pueden distinguirse tres concepciones. Dos de ellas son
binarias, es decir fundadas sobre pares opuestos como
significante/significado. La una, débilmente formaliza,
más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende
ciencia de revelación, incluso iconoclasta (R. Barthes);
la otra está formalizada(A. J. Greimas, Escuela de
París) en una perspectiva generativista. Finalmente, la
semiótica triádica de C. S.Peirce incorpora a la
pragmática en su concepción del signo.
Las teorías de A. J. Greimas y de C.S. Peirce se presentan
respectivamente en las zonas roja y amarilla. El desarrollo
histórico de la primera fué más precoz.
Apoyándose en la lingüística que fue durante
largo tiempo y que quizás aún continúa siendo la
ciencia piloto en Ciencias Humanas, gozó de una
aceptación extremadamente amplia y el lector podrá
recurrir a una rica bibliografía. Por el contrario, los
trabajos de Peirce esperaron durante largo tiempo su
publicación en los cajones de la Universidad de Harvard; por
otra parte, se publicaron en forma fragmentaria y con cierto
desorden. Está en marcha una edición cronólogica
pero insumirá al menos 25 años, al ritmo actual de su
edición y pese a todo no agotará la masa considerable
de sus escritos. Surgidos de investigaciones lógicas,
se presentan con facilidad a la formalización e incluso a
una matematización muy rigurosa.
También es necesario señalar que, en un campo tan
vasto, con tantas aplicaciones específicas, la
tentación de teorizar en campos restringidos es grande.
Por eso asistimos a una abundancia considerable de pretensiones
teóricas fundadas sobre distinciones empíricas,
ciertamente pertinentes, que carecen de esa generalidad que
permite actuar científicamente reduciendo de manera
significativa la diversidad a la unidad.
Como curiosidad, citemos por ejemplo la clasificación de
Condillac (1746) que distinguía "los signos accidentales,
los signos naturales, los signos de institución o aquellos
que nosotros mismos hemos elegido y que sólo mantienen una
relación arbitraria con nuestras ideas" y la
definición de Elie Rabier (1886): "La idea del signo
implica tres términos: el objeto significado, el objeto
que lo significa y la inteligencia que interpreta
al signo pasando de la percepción del objeto significante
a la concepción del objeto significado", muy cercana a la
concepción peirceana.
Conviene señalar finalmente varias teorizaciones, algunas
de las cuales intentan imposibles síntesis entre
teorías binarias y triádicas como la de Umberto Eco y
algunos ensayos específicos
como los de la Escuela de Tartu (Yuri Lotman), la
semio-física de René Thom, la semiología del
cine de Christian Metz,
etc…
3. Semiótica y semiología :
diferencias y congruencias
La
Visión De Saussure De La Semiología
La semiología (también conocido como
semiótica, sobre todo en EE.UU.) en lugar de
lingüística, nosotros no trataremos
lingüística aquí, pero necesitamos mirar a las
ideas de Saussure puesto que fue él quién puso la
piedra de fundación de semiología. De hecho, fue
él quién acuñó el término (qué
desarrolló de la palabra griega para signo). Él
usó la palabra Semiología para describir una nueva
disciplina: 'una ciencia que estudia la vida de los signos en
el corazón de la vida social'[1][4]. Esta nueva ciencia, dijo, nos
enseñará 'de qué consisten los signos, qué
leyes los gobiernan'. Como
él lo vio, las lingüística serían una parte
de la abarcadora ciencia de la semiología que no se
limitaría sólo a los signos verbales.
Diferencias Entre Semiotica Y Semiologia
Oficialmente
no hay diferencia, aunque el uso vincule más
semiología a la tradición europea y semiótica a
la tradición anglo-sajona. Sin embargo, el uso de
"semiótica" tiende a generalizarse.
Semiótica se construye a partir de la raíz griega
"sem" y en principio significó el estudio de los
síntomas. Semiología es de formación moderna y,
a veces, se utiliza semeiología (tanto como "semiotics" en
inglés). El primer congreso de la Asociación
Internacional de Semiótica (1969) se decidió por
semiótica. Es de destacar que en inglés esta
asociación se llama "International Association for
Semiotic Studies" lo que, a su vez, traduce un deslizamiento
terminológico del francés al inglés y la gran
heterogeneidad de los enfoques de los miembros de la
asociación que casi tan sólo podían reunirse, al
menos ante los ojos de los anglosajones, bajo la bandera de
"estudios semióticos" muy vagos.
Ferdinand de Saussure (1857-1913), uno de los fundadores de la
tradición europea, define a la semiología, en el
curso de lingüística general, como la "ciencia
general de todos los sistemas de signos (o de símbolos)
gracias a los cuales los hombres se comunican entre ellos", lo
que hace de la semiología una ciencia social y presupone
que los signos se constituyen en sistemas (sobre el modelo de
la lengua).
Para Charles Sanders Peirce (1839-1914), fundador de la
tradición anglo-sajona, la semiótica es la "doctrina
casi necesaria o formal de los signos" y "la lógica, en su
sentido general, no es sino otro nombre de la semiótica".
Observaremos cómo Saussure pone el acento en el
carácter humano y social de la doctrina, mientras que
Peirce destaca su carácter lógico y formal. Estos dos
enfoques no son los únicos.
la fotografía.
Semiologia De La Comunicacion
Es una
corriente de la semiología que reconoce en la
intención de comunicar el criterio fundamental y exclusivo
que delimita el campo de la semiología.
En
consecuencia es la señal, en la que la intención de
comunicar está claramente expresada, la que será
objeto de la semiología. De hecho esta concepción, a
la vez muy restrictiva en cuanto al campo y muy vaga en cuanto
a sus límites (¿cómo apreciar objetivamente una
intención?), merecería más bien el nombre de
"signalética", más aún, puede decirse que
corresponde a la parte institucionalizada de la semiótica,
la de los sistemas de signos explícitos y unívocos:
código de la ruta, banderas, escudos, etc. Los
representantes de esta corriente son esencialmente E. Buyssens,
G. Mounin y L. Prieto. Puede considerarse que,
prácticamente, la misma ha desaparecido, habiendo agotado
la descripción de los escasos sistemas de signos
totalmente explicables (en cuanto unívocamente ligados a
sus objetos) por las funciones que cumplen en la
sociedad y para la que
expresamente se construyen. Aunque Jeanne Martinet (1973) diga
la intención de comunicar no es un criterio observable en
el comportamiento de un emisor,
puesto que no se trata de otra cosa que de la decisión de
su voluntad tampoco es cuestión de invocar el
inconsciente, los actos fallidos, los lapsus, etc. para ver
hasta qué punto semejante concepción sólo puede
generar inútiles y ociosas polémicas que no
podrían desembocar en una acción científica. Si
podemos concluir sin esfuerzos acerca de las intenciones de
Pulgarcito, ¿qué puede decirse acerca de las
intenciones de un esquiador desaparecido en un alud y de quien
se ha encontrado su gorro?
Semiologia De La Significacion
Desde que nos
alejamos del campo de la señal (ver pregunta 24), estamos
en el campo de la significación que, según nuestro
entender, constituye el campo propiamente semiótico.
En términos fenomenológicos, nos preocuparemos,
sobre todo, de lo que se produce en la mente de un
intérprete cualquiera cuando percibe algo, siendo otra
cosa aquello que tiene presente en su mente respecto de ese
algo. Encontramos aquí la problemática del objeto de
la semiótica.. Esta pregunta exige una toma de
posición unívoca sobre las acepciones en las que se
toman términos como sentido y "significación" y
también sobre el hecho de emplearlas en singular o en
plural. En efecto, ¿debe hablarse de semiología de la
significación o de semiología de las
significaciones?. En el primer caso se postula la existencia de
una significación única y normativa que se
trataría de reencontrar en cada acto singular de
interpretación y que permitiría invalidar todas las
interpretaciones "desviantes". En el segundo caso, las
significaciones se constatan, constituyen el producto de actores sociales
particulares y no se remiten a una significación
única sino en la relación de lo individual a lo
colectivo, de lo psicológico a lo social. Esta
significación toma entonces valor de institución
social, es decir de un estado precario, contingente
e históricamente datado. Las significaciones particulares
observadas son los momentos, en el sentido filosófico, de
una dinámica social. Ya no se trata de un desvío, que
es una categoría complementaria de la norma, sino de una
articulación a captar. A nuestro entender, el peligro
está entonces en hacer de la semiología una ciencia
normativa que prescribe las significaciones en lugar de
describirlas.
4. Comunicación y/o
significación
El funcionamiento de las sociedades humanas es
posible gracias a la comunicación. Esta consiste en el
intercambio de mensajes entre los individuos.
Desde un punto de vista técnico se entiende por
comunicación el hecho que un determinado mensaje originado
en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del
anterior en el espacio o en el tiempo. La comunicación
implica la transmisión de una determinada
información. La información como la comunicación
supone un proceso; los elementos que aparecen en el mismo
son:
·
Código. El código es un sistema de signos y reglas
para combinarlos, que por un lado es arbitrario y por otra
parte debe de estar organizado de antemano.
·
El proceso de comunicación que emplea ese código
precisa de un canal para la transmisión de las
señales. El Canal sería el medio físico a
través del cual se transmite la comunicación.
Ej: El aire en el caso de la voz y las
ondas
Herzianas en el caso de la televisión.
·
En tercer lugar debemos considerar el Emisor. Es la persona que se encarga de
transmitir el mensaje. Esta persona elije y selecciona los
signos que le convienen, es decir, realiza un proceso de
codificación; codifica el mensaje.
·
El Receptor será aquella persona a quien va dirigida la
comunicación; realiza un proceso inverso al del emisor, ya
que descifra e interpreta los signos elegidos por el emisor; es
decir, descodifica el mensaje.
·
Naturalmente tiene que haber algo que comunicar, un contenido y
un proceso que con sus aspectos previos y sus consecuencias
motive el Mensaje.
·
Las circunstancias que rodean un hecho de comunicación se
denominan Contexto situacional (situación), es el contexto
en que se transmite el mensaje y que contribuye a su
significado.
Ej: Un semáforo en medio de una playa no
Emite ningún mensaje porque le falta contexto.
La consideración del contexto situacional del mensaje es
siempre necesario para su adecuada descodificación.
En el esquema clásico de Jakobson aparece el referente que
es la base de toda comunicación; aquello a lo que se
refiere el mensaje; la realidad objetiva.
Todos estos elementos que forman el esquema de la
comunicación tienden a conseguir la eficacia de la
información. Ésta se fundamenta en una relación
inversa entre la extensión de la unidad de
comunicación y la probabilidad de aparición
en el discurso.
+ Extensión de la unidad comunicativa à – Probabilidad de
aparición.
– Extensión de la unidad comunicativa à +
Probabilidad de aparición.
Este principio general de la teoría informativa se
manifiesta en el hecho empíricamente demostrado o
observado que las palabras o frases tienden a cortarse;
tendemos siempre a una economía del lenguaje. Así un
conferenciante que habla extensamente y nos va diciendo lo que
ya sabemos lo tintamos de "rollo", ya que en este caso la
relación no es inversa sino directa: mucha extensión,
mucha probabilidad.
– Ruido y redundancia.
Se denomina ruido a cualquier
perturbación experimentada por la señal en el proceso
de comunicación, es decir, a cualquier factor que le
dificulte o le impida el afectar a cualquiera de sus elementos.
Las distorsiones del sonido en la conversación,
en radio, televisión o por
teléfono son ruido, pero también es ruido la
distorsión de la imagen de la televisión,
la alteración de la escritura en un viaje, la
afonía del hablante, la sordera del oyente, la
ortografía defectuosa, la distracción del receptor,
el alumno que no atiende aunque este en silencio…
Para evitar o paliar la inevitable presencia del ruido en la
comunicación es habitual introducir cierta proporción
de redundancia en la codificación del mensaje.
La redundancia en el código del mensaje consiste en un
desequilibrio entre el contenido informativo y la cantidad de
distinciones requeridas para identificar.
+ Mensaje à – Información
La redundancia es la parte del mensaje que podría omitirse
sin que se produzca pérdida de información. Cualquier
sistema de comunicación introduce algún grado de
redundancia, para asegurar que no hay pérdida de
información esencial, o sea para asegurar la perfecta
recepción del mensaje.
Ej: Los niños altos.
Plural masculino
La redundancia libremente introducida por el emisor puede
revestir las más diversas formas.
Ej. de redundancia: Elevar la voz, el subrayado, el uso de
Mayúsculas,…
5. Campo de desarrollo de la
semiótica
Desde una óptica ahora más descriptiva se
podría decir que en España la intervención de la
semiótica en el campo de la comunicación ha sido
desigual, inestable y muchas veces superficial. Podemos decir
que se ha dado una semiótica blanda y una semiótica
dura. El primer caso correspondería a los estudios y
trabajos caracterizados por una doble actitud:
a)
de tipo "estacional", es decir, una relación dependiente
de oleadas de factores ambientales como el "estar a la
moda";
b) de tipo "analgésico", donde la semiótica sirve
en un determinado momento como alibi teórico y
científico allí donde se carece de una reflexión
o tradición seria sobre el propio objeto de conocimiento
(por ejemplo, el caso de la crítica literaria en las
facultades de Letras o el caso de nuevas disciplinas en el
marco de Ciencias de la Información (publicidad, historia de la comunicación, etc. El
caso de una semiótica "dura", en cambio, es más bien
escaso en España, entendiendo por tal una tradición
científica bien acuñada institucionalmente (como en
Francia) e independiente de
la lingüística o de los estudios de Hispanismo.
Pero en términos generales se puede decir que la
situación comienza a cambiar. A partir de los años
ochenta algunos estudiosos de semiótica llegan a la
conclusión de que, dadas una serie de circunstancias
concretas y determinantes en España, el papel de los investigadores
de semiótica en el campo de las comunicaciones de masas debe
ser el de mediar entre la teoría "dura- y las aplicaciones
empíricas. Este carácter instrumental de la
semiótica al mismo tiempo que asegura una base
epistemológica sólida y puesta al día,
permitirá moverse dentro de los campos disciplinarios o
tradiciones metodológicas distintas con cierta
flexibilidad y, en un cierto sentido, dialogar con todas las
escuelas. Queda por supuesto siempre la posibilidad y el
riesgo del eclecticismo,
pero esta toma de conciencia pragmática
se ha revelado productiva también desde el punto de vista
teórico. Ha permitido que la semiótica se consolide
académicamente, la creación de instrumentos
metodológicos para la investigación de campo e
incluso dialogar en un terreno específico con la
sociología, la pedagogía atenta a los fenómenos
de la comunicación y la filología deseosa de abrir
sus objetos de análisis a los lenguajes de los medios audiovisuales.
En mi opinión, en España se pueden distinguir dos
líneas importantes y originales de investigación en
el campo de la comunicación: una semiótica del
discurso social y una semiótica visual.
La semiótica del discurso social o sociosemiótica
pretende estudiar el proceso por el cual los mass media han
llegado a ser una parte integral de la sociedad y la cultura.
De allí la necesidad de construir un marco teórico
para la noción de discurso como una instancia productiva
de los textos massmediáticos y de las acciones comunicativas. La
teoría del discurso abre las puertas a las investigaciones
sobre tipologías de discursos
(Político, periodístico, publicitario) que
vinculan las formas y espacios sociales. El concepto de
discurso social se origina como una retórica de las formas
del discurso en algunas investigaciones sobre el discurso
electoral, por ejemplo, que analiza objetos precisos como
posters, panfletos, campañas de prensa en la transición
española. Estos trabajos permiten afrontar en forma
directa la ideología desde una aproximación formal
menos atenta a los contenidos que a las formas del discurso,
tendiendo un puente entre el análisis de contenido y la
semiótica influenciada por el análisis estructural de
la narración. Incluso allí donde el corpus no es
específicamente político (como en Imbert 1982, un
consultorio sentimental radiofónico, por ejemplo) el
método permite relevar al interior de la noción de
discurso social de la construcción de un sujeto de la
acción privada (el ama de casa). Estas perspectivas
permiten delinear con nitidez uno de los problemas claves de la
comunicación de masas: la categoría de lo
público y la categoría de lo privado dentro del
discurso social. Las referencias teóricas indirectas
eficazmente asimiladas de un Habermas, Freud, Greimas, y en un sentido
más concreto Baudrillard,
permiten consolidar investigaciones capaces de afrontar dos
problemas importantes de nuestra cultura: por una parte, el
hecho de que los mass media producen la realidad (y no a la
inversa como quería el ingenuo e interesado realismo ultraliberal) y que
en ellos se condensa tanto la realidad empírica como el
imaginario colectivo. Por otra parte, los nuevos objetos
sociales que aparecen con las nuevas tecnologías y el
profundo cambio socio-político
que se opera en las sociedades avanzadas obligan a replantearse
las estrategias de los sujetos
sociales (donde las acciones son cada vez menos
ideológicas y más administrativas) publicaciones en
las investigaciones y el área de la semiótica del
discurso social de los años 80 en España se
caracteriza consecuentemente por una atención
sistemática al trabajo empírico dentro de los
medios (televisión,
prensa, radio) al mismo tiempo que se
revisan las teorías de la comunicación y se siguen
con atención las sociologías críticas y las
teorías más avanzadas en el campo
periodístico.
Existen algunos momentos que se podrían considerar como
definidores y programáticos de una política de
acercamiento teórico entre la semiótica y la
comunicación de masas. Aparte del estudio pionero de
Moragas
(1976) podríamos citar algunos textos hitos:
Abril Gonzalo y Lozano Jorge (1979): "Notas desde la
semiocracia para una teoría alternativa de los medios". Un
texto influenciado por J. L.
Baudrillard y P. Fabri en donde se recogen los puntos de vista
críticos hacia el paradigma de Lasweli.
Perez Tomero J. M. (1981): Por una sociosemiótica de
los discursos de la
comunicación de masas". Un artículo en cierto modo
programático en cuya propuesta principal se trata de
definir y formular una semiótica de la comunicación
de masas entregada a la tarea de definir la especificidad de
los fenómenos estudiados al mismo tiempo que trata de
construir una geografía de los posibles discursos sociales.
Imbert Gerard (1986): Métodos de análisis de la
prensa, una obra colectiva dirigida por este autor que recoge
los textos e intervenciones de diferentes semióticos y
sociólogos invitados para analizar la prensa de referencia
dominante desde diferentes perspectivas. Allí se examinan
algunos problemas comunes tales como la insuficiencia del
análisis institucional desvinculado del análisis del
discurso que no tenga en cuenta el funcionamiento
simbólico de la comunicación social, la necesidad de
abrir la semiótica al campo de lo social, la necesidad
también de volver operativo el análisis
lingüístico aplicado, el aporte de la
pragmática, etc.
Perez Tomero J. M. y Lorenzo Vilches (1983): Semiótica
de la comunicación de masas, un número especial de la
revista Analisi que publica
una encuesta y un balance de los
principales estudiosos de semiótica interesados en el
fenómeno de las comunicaciones y una serie
de artículos representativos de las diferentes tendencias
teóricas del momento. Coordinado y presentado por los
autores citados, esta publicación representa un hito
importante en el trabajo de
clarificación y definición epistemológica y
metodológica de campos diversos donde las fronteras entre
una disciplina o ciencia no siempre son fáciles de
discernir ni son necesariamente percibidas en forma
unánime por todos.
Las líneas de investigación que se van perfilando
van, en todo caso, más allá de declaraciones
programáticas y en los últimos años van
apareciendo tesis y publicaciones que
demuestran la efectividad de las decisiones teórico
prácticas asumidas en un cierto momento. Así, por
ejemplo, en "Análisis Moda”de los Discursos sobre el
terrorismo en la Prensa" (M.
Rodirgo 1986) se pueden encontrar los grandes trazos de la
investigación socio-semiótica que sintetizan a su vez
los logros de una tesis doctoral sobre el
tema. La investigación arranca de un análisis de
contenido de las noticias sobre actos terroristas en los
periódicos españoles, definiendo los conceptos de
grupo terrorista y acto
terrorista a través de los discursos militar,
político, jurídico y patológico, las etiquetas
de los discursos, las estrategias argumentativas y la
teoría de la enunciación y de las modalidades.
Los análisis sobre la prensa escrita han originado (en
general, mejora la conceptualización en este campo
más que en otros) interesantes ejemplos de
interdisciplinariedad. Uno de ellos, una serie de trabajos
sobre
El País coordinado por J. Vida] Beneyto y G. Imbert
(1986) en donde se afrontan con rigor e imaginación temas
como la prensa de referencia dominante y la producción de
la realidad, el análisis del espacio cultural, el estudio
del género "Opinión", el análisis formal de la
estructura del
periódico y las estrategias de producción de la
imagen y titulares, etc. En la misma línea se podrían
también inscribir los trabajos basados en análisis
comparado de noticias en diferentes periódicos (M.
Fontcuberta y T. Velazquez, 1984).
El campo de la semiótica visual y de la
comunicación audiovisual ha sido probablemente uno de los
más atractivos para analistas y aficionados, desde
aquél remoto análisis barthiano sobre las Pastas
Panzani.
Aunque el rigor, coherencia y especificidad, así como
continuidad en los trabajos han tenido desigual fortuna.
Si bien el cine, los comics, la
televisión, la fotografía, el diseño y la
publicidad aparecen a primera
vista como terrenos fecundos para la incursión de
métodos estructurales y semióticos en un primer
momento, en un segundo tiempo, una vez comprobada la exigencia
de prescindir de metodologías lingüísticas, se
ha tenido que hacer un trabajo más lento de
readecuación global de las bases teóricas de la
investigacion sobre la imagen. Tampoco se ha de desconocer el
impulso que ha significado también la aparición de
las nuevas tecnologías que están revolucionando los
campos perceptivos y cognoscitivos de los observadores. ,
La confluencia de la renovación en los estudios de la
semiótica de la imagen y de las teorías de la
comunicación ha contribuido a la formación de
metodologías y aplicaciones al campo de los audiovisuales
mucho más precisas en la definición de sus objetos,
mucho más acertadas en la consecución del
acercamiento entre los microanálisis y los contextos
socio-culturales, macro de producción y recepción,
programación y acceso de los destinatarios. Se ha
comenzado a trabajar en una síntesis originada a partir de
la competencia estética,
preguntándose por las estrategias de producción que
constituyen a los textos audiovisuales y a los sistemas de
interpretación y actualización de los receptores. Se
ha tratado así de conjugar dialécticamente la
individualidad de algunos productos
(cinematográficos, televisivos, fotográficos) y la
generalización de las reglas de las que forman parte. Esto
ha dado pie, por lo menos metodológicamente a una original
síntesis teórica entre una perspectiva
pragmática que conjuga el aspecto generativo y
jerárquico (relación entre micro y macro estructuras), y una
perspectiva más estructuralista. Además la
aproximación pragmática a los géneros
audiovisuales permite incluir al observador-receptor como
hipótesis interpretativa, como cooperador y elemento
activo de las estrategias perceptivo-narrativas.
La dimensión pragmática de la semiótica ha
permitido ampliar los estudios sobre objetos hasta ahora poco
explorados como el diseño, el video o el humor en la prensa
escrita (J. Ruiz Collantes, 1984) e incluso ha permitido a
estudiosos provenientes de la literatura aproximarse a la
imagen fílmica desde presupuestos
específicamente visuales como espacio de organización
del discurso textual (Talens J., 1986 y J. M.
Company, 1987), o afrontar el estudio de la imagen
electrónica como nuevo espacio del sentido (S.
Zunzunegui,
1984).
Pero uno de los sectores más abandonados no sólo
por la semiótica visual sino también por la
comunicación de masas ha sido el de la imagen informativa,
especialmente de la prensa y de la televisión. Por ello,
se ha iniciado un trabajo de síntesis entre los
tradicionales análisis de contenido y él
análisis de las estrategias discursivas en tomo a la
prensa y la televisión (Vilches, 1983, 1987, 1988). En
estos trabajos se ha podido plasmar en análisis
cuantitativos modalidades de análisis teórico para
analizar la influencia de los periódicos a lo largo de
algunos años sobre la imagen social de un acontecimiento.
Al mismo tiempo, se tratan de poner en juego, analizando las
estructuras de la manipulación de la información
televisiva, el análisis de las teorías actuales del
periodismo (agenda setting,
rutinas de producción, concepto de tematización)
influenciadas por la sociología del conocimiento con la
teoría semiótica a través de la aplicación
a diversos corpus de informativos. En estos trabajos se trata
de responder también a un doble empeño: por una
parte, preparar y analizar el material informativo en forma
cuantitativa para extraer resultados típicamente
semióticos tales como la identificación de las
estrategias de comunicación en los discursos de los mass
media. Por otro, construir elementos metodológicos
provenientes de la sociología, la psicología
experimenta¡, la retórica y la semiótica con el
fin de establecer nuevas categorías de
conceptualización de los mass media.
El interés por los efectos simbólicos de los
medios lleva también a algunos semióticos a afrontar
desde el psicoanálisis la recepción fílmica
así como de series televisivas (Requena J. 1985), el
análisis de la entrevista televisiva, la
serialidad y la repetición, etc. En el terreno de las
condiciones materiales de la
representación de las imágenes tales como la
historia, soportes y maquinarias, efectos sobre la
percepción, tecnologías de la visión, etc., se
evidencia también un nuevo interés por examinarlos
desde la significación semiótica (R. Gubem,
1987).
Finalmente, queda todavía un terreno de amplias
posibilidades de encuentro para la comunicación de masas y
la semiótica: el de las tecnologías avanzadas de la
imagen. La incorporación de la tecnología de punta en
el campo de los audiovisuales está provocando un
interés preciso de la reflexión semiótica sobre
la producción informática y la inteligencia artificial.
Aquí se abre un vasto territorio de investigaciones para
el futuro cuyas implicaciones para la semiótica se pueden
sintetizar en los siguientes puntos:
– El ordenador introduce la instantaneidad de la visión
al proponer virtualmente infinitos puntos de vista sobre un
objeto.
– La imagen deja de ser un objeto sometido a modificaciones
de posición relativa en un mundo físico y pasa a
expresar cambios absolutos.
– La posición del sujeto observador y receptor entra en
crisis. Al contrario de como
la concebía la convergencia renacimental de la
perspectiva, el centro de la mirada no está ocupada por un
sujeto (el ojo fijo del observador) sino por el lenguaje.
La interrelación de la semiótica, la
comunicación de masas y la inteligencia artificial
puede desembocar en estrategias comunes en las investigaciones,
capaces de afrontar los efectos culturales de la
introducción de las nuevas tecnologías en el campo
del conocimiento (educación, formación), de la
percepción social del entorno, de la apropiación
cultura] de las nuevas tecnologías, de la alternativa
entre viejos y nuevos medios de comunicación (correo
electrónico, video teléfono, teletexto,
pantallas interactivas, etc.). Esta perspectiva exigirá la
puesta en común de las investigaciones sobre los
lenguajes, sobre los sistemas de la visión y la
revolución de problemas (tarea principal de la inteligencia artificial) en
el campo de las decisiones políticas de macro
comunicación como en el de las programaciones para los
nuevos medios. regionales y española de semiótica. La
Asociación Española de Semiótica realiza cada
dos años un congreso nacional que suele reunir unos
doscientos participantes y donde la exposición de trabajos
sobre comunicación se puede considerar importante dado que
estos responden a trabajos de equipo con una cierta frecuencia,
Además existen en diversas regiones asociaciones de
carácter local entre las cuales las más activas son
las de Barcelona, Oviedo y Valencia. Actualmente se está
preparando el IV Congreso Internacional de Semiótica cuya
sede será conjuntamente en Barcelona y 9n la francesa
ciudad de Perpifian en 1989 y están previstas algunas
mesas redondas y sesiones de trabajo sobre la recíproca
colaboración entre semiótica y comunicación.
SAUSSURE (signo lingüístico)Unión de
significante y significado. Una entidad de dos caras formado
por la imagen acústica y el concepto. Aprotación:
Estudio básico estructuralista del signo dentro de un
sistema social PEIRCE Es un signo general, triádico y
pragmático.
El signo tiene su fundamento en un proceso: la semiosis que
es una relación real que subyace al signo. Un signo es
algo que está en lugar de otra cosa no como sustituto sino
como representación de. aportación: Visión
triádica del signo, que permite entender una dinámica
infinita, aplicable al conocimiento. Enfoque lógico
HJELMSLEV El signo es una expresión que señala hacia
un contenido que hay fuere del signo mismo.Tiene dos funciones: expresión y
contenido. Aportación: Perfeccionamiento de los conceptos
saussureanos, aporta el concepto de denotación y
connotación.Habla del plano de la expresión y del
plano del contenido.
BARTHES Habla de la significación de los objetos, es
decir, percibe a los objetos como signos dentro de un
sistema estructurado (binario)«significar» es
transmitir informaciones, sistemas de diferencias, oposiciones
contrastes. Aportación: Una teoría informal
más bien da cuenta de la hermenéutica y se pretende
fundamentar una ciencia de revelaciónAporta el MITO (Los sistemas de signos
que utilizamos no son naturales sino resultado del desarrollo
cultural por lo que se asocian a valores culturales)Enfoque
social GREIMAS Se basa en la apreciación de signo como
entidad binaria (significante y significado) en la que se capta
su significación a partir de pares de opuestos. De
ahí se basa para crear su propuesta de
recorridos generativos a partir de cuadro semiótico
Aportación: Estudia EL SENTIDO de los signos Cuadrado
semiótico Recorridos generativos Aplicación en la
interpretación y producción de textos narrativos
principalmente IURI LOTMAN Enfoca la semiótica al
estudio de “textos” no de signos independientes.
Por lo que ve al signo como un elemento conformador del
texto Aportación:
Semiósfera, carácter cultural de los estudios
semióticos. Se preocupa por el estudio de
“textos” (no necesariamente escritos)
Si queremos explicar lo que es el significante, diremos que
es la parte física del signo. afirmaremos que en el caso
del lenguaje hablado está hecho de sonidos, y en el caso
del lenguaje escrito está hecho de color (tinta). También
afirmaremos que en el caso del lenguaje hablado el
significante es objeto de la percepción auditiva, y
en el caso del lenguaje escrito es objeto de la percepción
visual. Por último, afirmaremos que los significantes son
producidos por el aparato fonador. En suma, con respecto al
significante hay muchas cosas claras: sabemos de que material
está hecho, cual es su configuración, cual es su modo
de existencia, cómo se produce y que órganos de
los sentidos lo perciben.
Hablemos ahora del significado o concepto. ¿De qué
material está hecho? ¿Cuál es su modo de
existencia? ¿De qué sentidos es objeto de la
percepción? Aquí nos quedamos mudos. No sabemos que
responder. Se recurre entonces a los procedimientos
metalingüísticos, por medio de los cuales damos
cuenta de forma mediata de objetos de los que carecemos de
conocimiento inmediato. Establezcamos entonces las convenciones
metalingüísticas. Cuando hablemos de la palabra,
pondremos la expresión encerrada entre apóstrofos;
cuando hablemos del significante, pondremos la expresión
entre barras; y cuando hablemos del significado, pondremos la
expresión entre comillas. Así, por ejemplo, la
palabra 'silla' tiene como significante /silla/ y como
significado "asiento alargado".
Este procedimiento
metalingüístico sólo sirve para postergar la
explicación sobre la naturaleza del significado. Puesto
que cuando hablamos del significado lo que a fin de cuenta
proporcionamos son palabras, que a su vez serían unidades
de significante y significado.
Demos otro paso. Si preguntamos qué significa la
palabra 'silla', nos responderán: "asiento para una
persona". Y si preguntamos qué es una silla, nos
responderán: asiento alargado. Es obvio que preguntar por
el significado de la palabra equivale a preguntar por el
ser del objeto significado por la palabra. Pretendiendo hablar
del significado como un ser unido al significante en la
conciencia, en verdad hablamos de un ser separado del
significante y que existe fuera de la conciencia. De
todos modo tenemos una primera definición de
significado, aunque sea equívoca o errónea.
Significado: ser del objeto significado. Demos otro paso
más. En el diccionario podemos leer:
silla. Asiento alargado. Esto es una elipsis del juicio la
silla es un asiento alargado. Se partía de la premisa de
que la palabra es una unidad interna de significante y
significado, pero a la hora de la verdad, cuando recurrimos al
diccionario, se presenta
como una unidad externa. Lo que figura como significante
es el sujeto del juicio, y lo que figura como significado es el
predicado del juicio, unidos externamente mediante el operador
verbal "es".
Saussure acuña el término de 'semiología'
para referirse al estudio del signo, entidad completamente
psíquica, de dos caras, la imagen acústica y el
concepto. Esta concepción diádica es importante
porque marca la diferencia con la
concepción peirciana (triádica) no sólo en
cuanto al número de componentes del signo, sino en cuanto
a su naturaleza. Que el signo saussureano es una entidad
psíquica, es consecuencia de que el significado tiene
existencia sólo en nuestra mente y es independiente de
posibles referentes externos y materiales; pero
también es mental el significante, pues es el sucesor de
la imagen acústica, que, como su nombre lo indica, es
imagen. Imagen mental. No debe confundirse el significante
(mental) con la materialidad externa que se utiliza para el
intercambio de signos. De qué estan hechos estos
componentes del signo? Hjelmslev nos puede socorrer con su idea
de 'sustancia': palabras, iconos, gestos, etc., para el
significante; pensamientos, emociones, sentimientos,
conceptos, etc., para el significado. Otra cosa es la 'forma',
que nos permite moldear la sustancia y distinguir un signo de
otro. Distinto a lo de Peirce, quien pensaba que el signo (o
representamen) es algo (cualquier cosa, material o mental) que
representa a algo (material o mental) en alguna medida o
capacidad, y que crea en la mente del intérprete un nuevo
signo (más desarrollado) que llama interpretante (ahora
si, mental).
Diádico psíquico versus triádico físico
o mental.
El concepto de Peirce: un signo es algo que está en
lugar de otra cosa no como sustituto sino como
representación de. Para elaborar un concepto se emplean
otros conceptos que sirven de materia prima. Aquí, en
este caso, el concepto de representación ha sido usado
como materia prima para elaborar
el concepto de signo. De manera que para lograr una mejor
fundamentación del concepto de signo se hace necesario
elaborar el concepto de representación. Esta será la
tarea que me encomendado hoy. Hay dos conceptos de
representación: a uno lo identificaré como
representación en sentido general, y al otro lo
identificaré como representación en el sentido de la
teoría del conocimiento. El que elaboraré hoy
será el primero de los que aludí. Concepto de
representación en sentido general. En toda
representación cabe distinguir dos factores: el
representante y el representado. El ejemplo más elocuente
de representación lo encontramos en la esfera de la
política. Se dice que los partidos políticos
representan a los ciudadanos. ¿Pero qué aspectos de
los ciudadanos representan los partidos políticos? Su
voluntad y sus intereses. ¿Y bajo que procedimiento los ciudadanos
delegan en los partidos políticos su voluntad e intereses?
Mediante las urnas, acudiendo a votar cada cuatro años. De
aquí extraemos una primera conclusión: no basta con
decir que el signo representa al objeto significado, es
necesario además saber qué aspectos del objeto
significado son representados por el signo. También es
necesario saber bajo que procedimiento el objeto significado
delega su función en el signo. Y esto en la teoría de
Peirce, por lo que yo sé, no está definido. Es
necesario entender que los conceptos no pueden quedar como
fueron entregados por sus creadores, sino que el paso del
tiempo exige ciertos arreglos, reparaciones o cambios
sustanciales. -Siguiendo en el ámbito de la política,
y el caso de Argentina es más que
elocuente, sucede a veces que el representante en vez de
representar los intereses y voluntad de los representados,
representa sus propios intereses y voluntad. Aquí suele
decirse que los políticos ponen sus intereses particulares
por encima de los intereses generales de los ciudadanos. Pues
bien dos cuestiones cabe plantearse respecto al signo concebido
como representante. Uno: ¿Hay signos que sólo se
representan a sí mismos? dos:¿Representan los
signos la universalidad de los objetos significados?
El signo es todo lo que se puede interpretar, sea cosa,
hecho o persona. El signo está compuesto de un
Significado: "imagen mental" que varía según la
cultura, y un Significante: "no siempre es
lingüístico, puede ser una imagen". El símbolo
es un signo polivalente. Apunta a muchos significados.2do.
Paso: Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo
una relectura: la semiología forma parte de un sistema
más abarcativo que es la lingüística, ya que el
lenguaje verbal es el más rico, porque permite
abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no
permiten.
Posteriormente esta concepción de De Saussure tuvo una
relectura: la semiología forma parte de un sistema
más abarcativo que es la lingüística, ya que el
lenguaje verbal es el más rico, porque permite
abstracciones que otros lenguajes (por ejemplo el gestual) no
permiten.3er. Paso: Actualmente el debate está centrado en
el análisis del lenguaje visual, entendiéndose como
el más rico y abarcativo de todos…Actualmente el debate
está centrado en el análisis del lenguaje visual,
entendiéndose como el más rico y abarcativo de
todos…b) Semiología de la Comunicación y de la
Significación ahora bien, la idea de la semiología
como ciencia se estanca hasta que Eric Buyssens en 1943 la
desempolva y le dará forma orgánica. "Todos los
hechos de la lengua son hechos comunicativos", pero no siempre
los hechos comunicativos son hechos de lengua. Por lo tanto,
para Buyssens, la semiología es una especie de
lingüística ampliada. Con él se comienza a
hablar de la "Semiología de la Comunicación".En el
análisis del tema lo sucede Roland Barthes que en 1960
estudia otros códigos que no son el verbal, pero encuentra
que el verbal es el más rico. En esta época comienza
el auge de la imagen, pero para él será un siglo de
escritura por antonomasia
(cualquier imagen tiene un texto de anclaje, un significado, si
no está, el mismo espectador hace su traducción al
lenguaje verbal). Con R. Barthes se comienza a hablar de la
"Semiología de la Significación".Tenemos así dos
visiones, la primera designada como "Semiología de la
Comunicación" tiene a la semiología como ciencia
general y como subclase a la lingüística, mientras
que la segunda, según Roland Barthes se designa como
"Semiología de la Significación o Connotación" y
en ella tendremos a la lengua como ciencia general y como
subclase a la semiología. (Análisis realizado por
Luis Prieto en su obra Semiología). EL SIGNO Para De
Saussure el signo es la unión de significado y
significante, es decir, 2 componentes: el concepto y la imagen
acústica.Para Charles Peirce un signo es algo que
está para alguien en lugar de algo (el objeto) y crea en
la mente de ese alguien su interpretante. Está en lugar
del objeto no en cuanto a su totalidad sino como una especie de
idea. Tenemos 3 componentes: signo, objeto, significación.
Y nos dice que se pueden dividir por su naturaleza o por sus
relaciones con los objetos dinámicos:a) La división
de los signos por su naturaleza nos da: Tipo y Tono. Tipo:
tiene una identidad definida aunque
admite una gran variedad de apariencias.: tiene una identidad definida aunque
admite una gran variedad de apariencias. Tono: no tiene
identidad, es la mera cualidad de la apariencia.: no tiene
identidad, es la mera cualidad de la apariencia. La
división de los signos por sus relaciones con los objetos
dinámicos puede ser: Icono, Indice y
Símbolo.·
Icono: es un signo que está determinado por su objeto
dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una
pintura, ideograma, etc.).:
es un signo que está determinado por su objeto
dinámico en virtud de su propia naturaleza interna (una
pintura, ideograma,
etc.).
Indice: es un signo determinado por su objeto dinámico
en virtud de estar en relación real con él
(síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada,
etc.): es un signo determinado por su objeto dinámico en
virtud de estar en relación real con él
(síntomas de una enfermedad, golpes en una puerta cerrada,
etc.)
Símbolo: es un signo determinado por su objeto
dinámico, en el sentido que así será
interpretado. Por lo tanto depende de una convención o
hábito (cualquier palabra o signo convencional, etc.).: es
un signo determinado por su objeto dinámico, en el sentido
que así será interpretado. Por lo tanto depende de
una convención o hábito (cualquier palabra o signo
convencional, etc.).
el
signo natural
Los signos
naturales son signos que no tienen un productor humano. Su
reconocimiento está dependiente en forma directa del
estado de la ciencia en el momento en el que se lo considera.
Su cualificación se fijará según el grado de
información científica de su intérprete.
Los signos naturales, puesto que constituyen signos, presuponen
una conexión entre el signo que representa y un objeto
determinado que está representado. Sin embargo esta
conexión queda establecida por la naturaleza sin la menor
intervención humana; se sitúa en el mundo
físico, exclusivamente, y el intérprete no hace
más que constatar ese hecho. Ahora bien, en nuestra
concepción del signo, damos a esta conexión valor de
institución. Para justificar nuestra pretensión de
edificar una semiótica general, es necesario que los
signos naturales puedan incorporarse en la concepción
general enunciada y para esto hay que analizarlos de manera
más precisa.
Para comenzar, no hay que dejarse enceguecer por los ejemplos
de escuela (humo/fuego, nube/lluvia) cuyo carácter de
evidencia oculta la complejidad de las relaciones reales entre
los dos términos, ya que el saber empírico de cada
uno permite economizar el saber científico. Por ejemplo,
el problema es absolutamente distinto si se considera el par
marea/luna. En efecto, ver en la marea un signo de la luna
presupone un conocimiento de las leyes de gravedad que no
está dado por la experiencia común.
Sin embargo, la conexión entre la marea y la luna es
absolutamente equivalente a la que existe entre una nube negra
y la inminencia de la lluvia. Ahora bien, en cuanto a lo de las
mareas, es sabido que no siempre se las atribuye a la
influencia de la luna. Esto significa que la noción de
signo natural está estrechamente ligada al estado de la
ciencia en el momento de la interpretación y a la
relación que el intérprete mantenga con la ciencia de
su tiempo. Puede considerarse que, más allá de la
generalización espontánea efectuada por los actores
sociales en los campos más prosaicos de su experiencia es,
de hecho, la comunidad científica de una época
determinada la que garantiza la realidad de las conexiones que
caracterizan a los signos naturales. En ese sentido, esta
comunidad puede considerarse como productora de eses signos.Se
puede entonces insertar a los signos naturales en el derecho
común, considerando que su productor es la comunidad
científica en su conjunto en lugar de un individuo. Esto
lleva a considerar al saber científico como un haz de
instituciones que vincula
los fenómenos naturales a ciertos objetos. Estas
relaciones las establecen teóricos que tienen como
función describir las fenomenologías observadas. A
partir de esto, ya nada impide definir a los fenómenos
semióticos. entre ellos los signos naturales, en
términos de comunicación. En todos los casos debemos
de evaluar y formalizar la posición de un intérprete
respecto de una institución social ya existente, que
conecte representante y representado, signo y objeto. El caso
de los signos naturales se distinguirá sólo por el
hecho de que el productor virtual es la institución
misma.
El
Signo Peirceano
El signo
peirceano es un signo general, triádico y
pragmático.
En los manuscritos de Peirce hemos podido encontrar al menos 76
textos (disponibles en Inglés o en Francés) más
o menos definitorios del signo que pueden reagruparse en dos
conceptualizaciones sucesivas, la segunda de las cuales incluye
a la primera. Las características esenciales son las
siguientes:
– todo signo es triádico, es decir que necesita la
cooperación de tres instancias que son el signo S (lo que
representa), el objeto O (lo que se representa) y el
interpretante I que produce su relación;
– esta cooperación se obtiene mediante el juego de dos determinaciones
sucesivas del signo S por el objeto O y del interpretante I por
el signo S de manera que I está determinado por O a
través de S.
Esto puede resumirse en el siguiente esquema:
en el que las flechas representan determinaciones y el
signo
una relación triádica que vincula S, O e I. –
además observamos que, ya que I está determinado por
O, se vuelve en cierto modo en un signo de O por la misma
razón que S. Es factible entonces determinar un nuevo
interpretante y así sucesivamente. Se vuelve de modo
inevitable a un proceso de interpretación indefinido (en
el estado actual de la
conceptualización) que puede representarse mediante este
otro esquema:
Combinando esas definiciones con la fenomenología
peirceana podremos dar una explicación formal de la
definición de Peirce según la cual un signo es "un
medium para la comunicación de una forma".
El
signo saussureano
F. de
Saussure define al signo como "una entidad psíquica de dos
caras, la imagen acústica y el concepto, dos elementos
íntimamente ligados que se requieren mutuamente". La
imagen acústica tomará el nombre del significante y
el concepto el del significado. Esta unión es arbitraria,
es decir, no está por ninguna razón natural o
lógica.
La definición anterior está lejos de agotar la
concepción saussureana del signo. Es conveniente agregar
la noción de "valor" que se desprende del hecho de que la
lengua es antes que nada un sistema. En efecto, "por un lado,
el concepto se nos presenta como la contra-partida de la imagen
auditiva en el interior del signo y, por otro, ese mismo signo,
es decir la relación que vincula a esos dos elementos, es
también la contra-partida de los otros signos de la
lengua". El valor resulta entonces de la ubicación del
signo en una red de relaciones de tipo binario. El
significado de un signo sólo "se determina verdaderamente
mediante el concurso de lo que existe fuera de él" o,
más aún, "el valor de cualquier término
está determinado por lo que lo rodea". Todos los signos
son, por tanto, solidarios y el valor de cada signo, su
significado, constituye un punto de contacto con el conjunto
del sistema de la lengua organizado en red de oposiciones: "en la lengua
sólo hay diferencias"; "un sistema lingüístico
es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie
de diferencias de ideas; pero este enfrentamiento de un cierto
número de signos acústicos con otros tantos recortes
realizados en la masa del pensamiento engendra un
sistema de valores; y este sistema
constituye el vínculo efectivo entre los elementos
fónicos y psíquicos en el interior de cada signo".
Este sistema de valores evoluciona en el tiempo
(diacronía) bajo el efecto de una "fuerza social" ya que la
lengua, "parte social del lenguaje (…), sólo existe en
virtud de una especia de contrato concertado entre los
miembros de la comunidad" y ese contrato necesariamente debe
servir para expresar la evolución de las sociedades en
todos los aspectos de la actividad humana a través del
tiempo.
Con respecto a las relaciones entre lengua y sociedad,
simplemente habremos de observar que la conceptualización
saussureana de los hechos de lengua se hace de manera
absolutamente intrínseca; sólo hace intervenir a la
sociedad desde afuera del modelo con la forma de una fuerza que
la modifica sin alterar sus características formales. Cabe
preguntarse si esta elección metodológica no induce
una importante distorsión. En efecto, siendo la
dimensión social constitutiva de la lengua, puede pensarse
a priori que es necesario integrarla en toda tentativa
formalizada de descripción. Desde este punto de vista la
acción de una "fuerza" exterior aparece entonces como una
recuperación, como un artefacto epistemológico.
Los
Primeros Interrogantes Del Hombre Acerca Del Uso De Los
Signos
Todos los
grandes filósofos de la antigüedad se preocuparon en
mayor o menor medida por el lenguaje y los signos. En especial,
de los estoicos (IIIs a-J.C.) se preguntaron acerca de las
relaciones que podían establecerse entre la
configuración de los términos de los silogismos y la
configuración de las cosas del mundo que los términos
designan, así como sobre la transferencia de los valores de verdad de una
a otra. Este punto de vista inicial nunca dejó de
ampliarse y diversificarse.
Los hombres primitivos podían contentarse con un uso de
los signos aparentemente instrumental, en cuanto ligado
directamente con sus problemas de subsistencia (comunicar la
ubicación de la caza, situarse en su medio ambiente,…), lo que
no implicaba ninguna problemática particular que resolver.
Sin embargo, la organización cada vez más compleja de
las sociedades condujo a un uso de los signos que debía
reproducir de manera equivalente la situación del mundo
material, cuya transformación (con el simple objetivo de mantener la
integridad y la identidad de grupos humanos) necesitaba de
un conocimiento a priori que permitiese una cierta
previsibilidad de la evolución de ese mundo. El problema
de la validez de esta especie de fenomenología del
reemplazo llevó, probablemente, a consecuencia de
inadecuaciones flagrantes de las representaciones adoptadas
(reveladas por su uso), a los interrogantes como aquellos que
ocuparon a los estoicos. Sin embargo, en la medida en que todo
lo que acontece en el mundo material es la obra de Dioses o de
un Dios omnipresentes, el signo se transforma rápidamente,
en la teoría medieval, en un medio de acceso a la
trascendencia divina, la que finalmente se inscribe en las
formas que toma el signo y en sus combinatorias. De este modo,
la gramática puede llegar a ser "el último
eslabón de la cadena semiótica en cuyo orígen se
encuentra Dios, supremo detentador del sentido".
Con la Mathésis Universalis de Leibniz la red se amplía, mediante una
extensión considerable de las funciones matemáticas,
a nuevos campos significantes en el que las funciones
constituyen lo arquitectónico. Sin embargo la
multiplicación de las redes produce una especie de
explosión ligada a las polisemias que aparecen en tales
oportunidades, de modo que el regreso al estudio de la
especificidad del lenguaje humano se impone a partir de la
constatación de su carácter proteiforme: todos los
sistemas significantes pueden traducirse en el lenguaje humano
y no a la inversa. Locke y después de él los
semióticos del siglo XVIII, entre ellos Condillac, se
esforzarán por fundamentar la semiótica sobre la
gramática, actitud en la que puede observarse las premisas
de la semiolingüística moderna.
Funciones Del Signo:
Dispositivo de la Comunicación |
| ||||
| Referente |
| |||
Emisor | Mensaje | Receptor | |||
| Canal |
| |||
| Código |
| |||
Factores de la Comunicación | Función Lingüística |
|
| ||
Emisor | Emotiva |
| |||
Referente | Referencial |
| |||
Mensaje | Poética |
| |||
Canal | Fática |
| |||
Código | Metalingüística |
| |||
Receptor | Conativa |
| |||
|
| ||||
e)
Función Emotiva: (o expresiva) apunta hacia una
expresión directa de la actitud del emisor.
Terminología denotativa y connotativa. Predomina la
subjetividad del emisor, no tanto lo que dice o como lo dice,
sino quien lo dice. Tiende a dar la impresión de cierta
emoción. El factor de la comunicación es el Emisor.
Géneros periodísticos: opinión, editorial,
artículo.
f)
Función Referencial: (o informativa, o denotativa, o
cognitiva) está orientada hacia el "contexto" que ambienta
y rodea la comunicación. Tiene que ver con todo el tema
que provoca la comunicación y no sólo con el mensaje.
El discurso es objetivo y verosímil y
la terminología es denotativa. El factor de la
comunicación es el Referente. Géneros
periodísticos: noticia, crónica, periodismo científico,
de investigación.
g)
Función Poética: pone el acento sobre el mensaje en
si mismo, sea de cualquier género periodístico,
literario, político, etc. Por lo tanto busca producir un
hecho estético. Para esto se utilizan metáforas,
figuras retóricas. El factor de la comunicación es el
Mensaje. Géneros periodísticos: titulares, frases,
chistes, humor
h)
Función Fática: sirve esencialmente para verificar si
el circuito funciona; es decir, establecer, prolongar e
interrumpir la comunicación. Chequear si tengo la
atención del interlocutor. El factor de la
comunicación es el Canal. Géneros periodísticos:
ritos, frases, gestos. formato, escenografía.
i)
Función Metalingüística: apunta a verificar si
el emisor y el receptor utilizan el mismo código. De
allí que se hable de Metalenguaje. Se explican
términos cuyo significado se desconoce. El estudio del
lenguaje es el estudio del código, propiamente. El factor
de la comunicación es el Código. Géneros
periodísticos: suplementos científicos,
artísticos, temas específicos.f) Función
Conativa: (o apelativa) está orientada
específicamente al destinatario (receptor). Su
expresión gramatical más pura está en el
vocativo y el imperativo. El factor de la comunicación es
el Receptor. Géneros periodísticos: discurso
periodístico, publicitario, político (programas de TV.)
AFICHE (Relación entre texto verbal y texto visual)
Para A. Moles el "afiche" cumple seis (6) funciones:
Informativa, Publicidad y Propaganda, Educativa,
Ambiental, Estética y Creadora.
a)
Función Informativa: es el punto de partida, nos informa
el precio del producto y el lugar de
venta (afiche avisador).
b)
Función Publicidad y Propaganda: es el
instrumento para convencer o seducir, la argumentación.
Tiene dos partes interrelacionadas, la publicitaria cuya
finalidad es poner algo en conocimiento del público y la
propagandística cuya finalidad es convencer para conseguir
la adhesión.
c)
Función Educativa: porque en la sociedad urbana, poblada
de imágenes, es uno de los factores más poderosos de
autodidaxia; es decir, autoformación del individuo por la
contemplación. Colabora al conocimiento de los objetos, de
las funciones, de los servicios. etc. No confundir
con la Función Cultural que condiciona con determinados
valores y que por cierto también se da en el afiche.
d)
Función Ambiental: el afiche es un elemento que compone el
paisaje urbano. Este papel debería estar a cargo de los
urbanistas o de las empresas que pegan los afiches,
ya que por lo común está bastante descuidado. A
veces, producto del azar, el pegado y despegado de afiches da
lugar a una obra de arte abstracto.
e)
Función Estética: el afiche como la poesía
sugiere más de lo que dice. Una de las primeras reglas de
la comunicación es que para comunicar hay que agradar, y
agradar significa, entre otras cosas, tener un valor
estético. Y aquí serán importantes los colores, las formas, el juego
de las imágenes, de las palabras, los contrastes, etc.
Función Creadora: el afiche, como tal, es uno de los
creadores de deseos y de los transformadores de deseos en
necesidades, lo que contribuye a poner en funcionamiento el
mecanismo del consumo. En este aspecto
representa una función alienante para el ciudadano, contra
la cual han protestado muchos moralistas, sin embargo no se
puede olvidar el campo artístico que abre.
La Fotografia (o paradoja fotográfica)
Según Roland Barthes, en toda imagen, comúnmente
existen dos estructuras que se interrelacionan, a saber: la
Estructura Verbal (o lingüística) y la Estructura
Fotográfica (o imagen). Por lo tanto la totalidad de la
información se sostiene sobre estas dos estructuras
concurrentes. La primera -lingüística- está
compuesta por palabras (mensaje connotado), mientras que la
segunda -fotografía- está compuesta por líneas,
planos y tintes (mensaje denotado).
El mensaje verbal o texto es un mensaje parásito,
está destinado a "connotar" la imagen, a insuflarle uno o
más significados secundarios y al mismo tiempo acotarla en
su polisemia. Cuando la imagen ilustra el texto lo hace
más claro; cuando el texto connota la imagen la oscurece
(la carga) imponiéndole una cultura, una moral, una lógica,
etc.
Ontológicamente la fotografía reproduce "al
infinito" lo que ha tenido lugar una sola vez, es la
contingencia soberana, la "ocasión", el encuentro, lo
real.
Studium = ambientación
Punctum = lo que golpea la atención
La fotografía es un mensaje sin código, por lo
tanto es continuo; está constituida exclusivamente por un
mensaje "denotado", pero esto por lo común corre el
riesgo de convertirse en un
mensaje "connotado" por la producción fotográfica, y
de aquí la paradoja fotográfica.
En ambos casos, tanto en la connotación a través
del mensaje verbal como en la connotación a través de
la producción fotográfica (manipulación) el
"código de connotación" es histórico o
cultural.
Se supone que la fotografía es un retrato de lo real,
sin elaboración: "una instantánea técnica", un
mensaje denotado (sin código); sin embargo, en la
selección de la toma, la luz, las poses, el encuadre, la
compaginación, etc. se crea un mensaje connotado (con
código).
Los procedimientos básicos son
tres: Trucaje, Pose y Objetos, y en un segundo momento otros
tres: Fotogenia, Esteticismo y Sintaxis.
a)
Trucaje: componer una foto artificialmente. Armar una escena,
un plano, personas, objetos, que en el retrato real no
existieron; dar un mensaje.
b)
Pose: la pose del personaje (postura), del o de los
protagonistas ya es un mensaje; se encuadra en actitudes
estereotipadas.
c)
Objetos: la composición de los objetos en la
fotografía son un mensaje, porque los objetos son
inductores de asociaciones de ideas
d)
Fotogenia: el mensaje está en la misma imagen embellecida,
sublimada, ya sea por técnicas de iluminación,
impresión, reproducción, etc.
e)
Esteticismo: cuando la fotografía se convierte en pintura
(empaste de colores), significándose a
si misma como arte, intenta imponer un
significado mucho más sutil.
f)
Sintaxis : se da en la secuencia de varias fotos, en su
encadenamiento.
Fotografia Y
Prensa
El uso de la fotografía en los diarios responde a la
necesidad de "escenificar" una noticia y "certificar su
veracidad". Para el lector, la foto :
·
escenifica = ilustra el hecho
·
certifica su veracidad = es una prueba de la verdad/realidad
del hecho.
Relaciones entre Texto Fotográfico y Texto Verbal
(según Lorenzo Vilches):
1.
La estructura de la foto es tanto o más compleja que la
del texto (ambas son producto de transformaciones
discursivas).
2. La foto
de prensa no es ilustración del texto escrito, ni
sustitución del lenguaje escrito. Tiene autonomía y
puede considerarse un texto informativo.
3.
Es eficaz en procesos de reconocimiento e
identificación.
4.
El proceso discursivo desarrollado por una foto puede ser tan
abstracto como el texto porque ambos se basan en convenciones
sociales.
5. Tanto la
foto como el texto se basan en procesos cognitivos, como el
caso de las inferencias.
5.
Sirven para desarrollar procesos cognitivos a través de la
información periodística.
El diseño grafico:
El Diseño Gráfico es una disciplina que no
sólo se ocupa de los aspectos estéticos de sus
productos, sino que
también posee una función comunicativa y, aunque este
aspecto tuvo poca atención durante décadas, a
principio de siglo pasado comenzaron a observarse productos en
el mercado europeo que nos
remitían a ciertas ideas o sentimientos, es decir, nos
comunicaban algo.
Los primeros carteles:
A ciencia cierta no podemos precisar el origen del cartel,
sin embargo en función de su utilidad, podemos ubicar a sus
predecesores en la prehistoria, con los signos en
relieve de los mercaderes
mesopotámicos y las leyes grabadas con dibujos y tallas sobre
piedra en la antigua Grecia, y acercándose
un poco más a las características del cartel actual
(imagen-texto) debemos mencionar el emblema, precursor directo
del cartel, que era un tipo de anuncio empleado como
"propaganda" de los comercios griegos y por otro lado, los
carteles que anunciaban las representaciones teatrales en
Roma, pintados en rojo y
negro sobre muros blancos, conocidos como "álbum".
En 1482 aparece el primer cartel impreso e ilustrado que se
conoce. Su procedencia: Francia, y anunciaba "El
Gran Perdón de Nuestra Señora de París"(43). A
raíz de esto, se difundió el cartel tipográfico,
sin embargo, el empleo del color en el cartel tuvo que
esperar a la aparición de la litografía y la
cromolitografía, y aunque la litografía fue inventada
por Alois Senefelder en 1798 (Austria), no fue sino hasta el
siglo XIX que la perfección de este método
permitió a Jules Chéret (1836-1933) explotarlo al
máximo. Los anuncios públicos, tales como los de la
antigüedad eran meras publicaciones de dimensiones
pequeñas, y es hasta 1761 cuando Luis XV, en Francia,
permitió que se pegaran dichos anuncios con dimensiones
mayores en los muros de los comercios; surgiendo así otra
de las características más importantes de los
carteles, es decir, su clara visibilidad en lugares
públicos y a mayores distancias.
De esta manera se completa la lista de aspectos que
determinan la función de los carteles en sus
orígenes: anunciar productos, servicios o
espectáculos al público transeúnte.
En este sentido Chéret aprovechó todas esas nuevas
particularidades de la "publicidad", y haciendo uso del
lenguaje popular, sus carteles llegaron a ser magníficas
obras de arte en los que plasmaba la vida pública de las
personas vinculándola con el arte del pasado.
Posteriormente surge otro personaje representativo del
cartel: Henri Toulouse-Lautrec (1864-1901), quien acentuó
los logros de Chéret y que por medió de fuertes
trazos negros como contornos, frecuentes tonos vivos y suavidad
de expresión, plasma la vida interior consolidando al
cartel como una forma de expresión que posibilita la
evolución futura de la pintura.
Con la entrada del siglo, el cartel modernista se
apropió del mercado, éste se
caracteriza por la abundancia de detalles decorativos. El
movimiento modernista tuvo
varias acepciones, en Gran Bretaña y Estados Unidos se le
conoció como Art Nouveau; en Alemania como Jugendstil; en
Francia como Modern Style, en Austria como Secesión, en
Italia como Style Liberty y en
España como Modernismo. De estas
variantes podemos resaltar que la característica
específica del Jugendstil era la fantasía,
representada principalmente por formas orgánicas, mientras
que en Viena y en Munich, los secesionistas plasmaban las
historia populares, los escándalos y las caricaturas
políticas siendo identificables en el cartel, el orden y
el equilibrio, a diferencia de
la simetría del Art Nouveau. Por otro lado en Francia, los
carteles más representativos del Modern Style son los de
Toulouse-Lautrec.
El movimiento simbolista retoma los métodos y elementos
decorativos del Art Nouveau, pero su aportación al
diseño del cartel fue la introducción de la
iconografía como elemento pictórico. Así, la
información visual se ofrece ya no precisamente en forma
naturalista, es decir, "el uso de símbolos confiere al
diseño una realidad y una unidad propias"(44). Este
empleo iconográfico
permite a los simbolistas plasmar las facetas opuestas de una
sola idea en el mismo cartel.
Siguiendo esta misma línea y bajo las constantes del
Art Nouveau y el simbolismo, aparece el cartel Hippie
(Noviembre, 1975). En este movimiento, se acentúa la
yuxtaposición de los colores complementarios aturdiendo al
espectador, entonces, lo que el artista busca es la
aprehensión de los mensajes a través de los sentidos.
Primera : La semiótica puede ser entendida como la
teoría general de los signos, o de los lenguajes en cuanto
sistemas de signos. El dominio de la semiótica la
conforman los lenguajes, sean estos naturales o artificiales.
En este sentido es el estudio que se encarga de dar los
fundamentos de cualquier ciencia particular que trate de
signos, como la lógica, la lingüística o la
matemática
Segunda : Consideramos interesante una postura inclusiva en
la que el signo es el centro de los procesos semiósicos,
si pudiésemos graficarlo en una estructura de
radiación concéntrica. A partir de él se pueden
configurar los textos, entendidos no sólo como
construcciones linguísticas a partir de sintagmas sino
como Cadenas de significación que pueden moverse en el
ámbito verbal o no verbal, y que pueden ser representadas
por signos lingüísticos, icónicos,
fonéticos, gustativos, expresivos, estéticos,
etc. Y finalmente, los textos a su vez permiten
configurar el discurso. Que en este caso funcionan como una
totalidad significativa, llena de sentido que se construye a
partir de la propuesta Hjemsleviana de plano de la
expresión y plano del contenido. sin que estos dos puedan
separarse en la acción semiósica.
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Autor:
c y n t h ia !