La biografía como
sección permanente de las Revistas de letras destaco
los valores de
los hombres que avanzan en la Historia. No me remito a
evocar esas biografías y trasplantarlas en este trabajo,
doy muestra de
aquellos hombres que fueron considerados figuras importantes,
situadas en un espacio social, y darles el lugar que les
correspondió en su tiempo.
Quizás muchos hombres fueron reconocidos después de
su muerte, como
suele pasar en el medio intelectual, pero así mismo hubo
otros que en sus vidas alcanzaron merecidos logros en las
páginas de estas revistas.
Entre las figuras locales se destaca innumerables veces
al poeta Aurelio Martínez Mutis por su reconocida carrera
literaria y reconocimientos en el extranjero. Este hombre
logró que "todos los liberales y conservadores se unieran
en un solo haz para honrar con la corona simbólica a uno
de sus mas altos cantores. Un sentimiento de justicia, y a
la vez de orgullo regional unificó las conciencias de los
hijos de aquella tierra noble y
brava, a pesar de la profunda división partidista",
extensas biografías se hacen en torno a tan
grande figura que no puede tener comparación con otras en
tierra Santandereana.
Existieron secciones apartadas para las
biografías como "HOMBRES E IDEAS" en la Revista de
Santander, en donde en un pequeño párrafo
introductorio a los contenidos de la revistas, se expone en breve
la biografía de los autores que en ellas participan.
Así mismo lo hace la revista Cordillera, transpone en sus
páginas esta misma sección sin realizar
ningún cambio,
titulada "FIGURAS INTELECTUALES DE SANTANDER Y LA
PATRIA".
Otras secciones apartadas para la biografía
llevan por nombre "MIS OPINIONES SOBRE LITERATOS SANTANDEREANOS"o
"GRANDES SANTANDEREANOS" y "GRANDES AUTORES AMERICANOS". Y LOS
MAESTROS, esta última es acompañada por un aparte
de una obra del escritor al que se refieren y un retrato del
mismo, realizado por el artista Luis Alfonso Afanador, quien
colabora para la revista Intenciones a lo largo de su existencia.
En ellas se nombran repetidas veces escritores como Ismael
Enrique Arciniegas, Francisco Paillie, Emilio Pradilla,
José Camacho Carreño y Manuel Serrano Blanco que
hacen que su figura marque un hito en la historia
regional.
Así la biografía fue considerada como una
de las atracciones de las revistas de letras, ya que la
definición de una figura pública concentra las
ideas y el medio de certificación de esos hombres de
letras, como forjadores de una cultura, sea
en el papel de
literato o de hombre político.
La biografía se usó también como un
acercamiento a esos hombres de la literatura clásica o
contemporánea, de los que por su difícil acceso a
sus obras, hacian que sus nombres fueran parte de la charla en
esas tertulias literarias que se practicaban en los Clubes,
Cafés y las mesas de redacción de las propias
revistas.
Para los estudios históricos, la biografía
fue sin lugar a dudas una lección académica de
figuras patrióticas como Simón Bolívar,
Francisco de Paula Santander, Rafael Núñez, Miguel
Antonio Caro, José Antonio Galán, y Marco Fidel
Suárez, siendo ellos las figuras más estudiadas por
los historiadores de este tiempo.
Figura 13: Figuras Intelectuales de Santander y la
Patria. Revista De Santander y Revista Cordillera .1.Bayona
Posada Nicolás 2.De Greiff León 3.Dow Alberto 4.
Echeverri Mejía Oscar 5. Estrada Monsalve Jesús
6.Guillen Martínez Fernando 7. Lizarazo José
Antonio 8.Llanos Antonio 9.López de Mesa 10.Martín
Carlos 11.Martínez Collazos David 12. Martínez Juan
Cristóbal 13. Nieto Caballero Luis E. 14. Ortiz
González Rafael 15. Pradilla Emilio 16. Reyes Rojas Luis
17.Sanin Cano Baldomero 18. Serrano Blanco Manuel 19. Serrano
Uribe Henry. 20. Téllez Hernando 21. Zarate Moreno
Jesús
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"Los Estudios Científicos" no tienen un aspecto
exclusivo y sería ingenuo clasificarlos en este estudio.
En muchas revistas los estudios científicos, se mostraban
como un aporte a la labor investigativa teniendo en cuenta ese
ambiente
intelectual, los trabajos vienen desde la observación de la naturaleza, hasta
la filosofía, como ejercicio de estos hombres de letras
santandereanos.
Trabajos sobre la obesidad,
ideas saludables, vitaminas,
el
cáncer, la sífilis,
eran temas médicos planteados en las revistas por Luis
Ardila Gómez, Martín Carvajal y Gonzalo Buenahora,
quienes fueron los que, interesados de alguna forma por la
investigación médica, expusieron
pequeños ensayos sobre
estos temas, igualmente como la mortalidad infantil, la escasa
prevención para las epidemias y los problemas de
higiene fueron
artículos noticiosos dedicados en las editoriales para
establecer conciencia de
ellos y proponer jornadas preventivas dentro de los anuncios
comerciales de las droguerías de la ciudad, como la
Droguería Cadena, Astrid, Santander y Villar.
Como aproximación científica se puede
rescatar la labor de las droguerías, laboratorios y
farmacias, ya que en las páginas de las revistas se
resalta en sus anuncios comerciales el lanzamiento de productos,
remedios y tratamientos, como droga blanca,
lociones blanqueadoras, en medio donde los progresos de la ciencia
eran desconocidos.
Se dan ejemplos como el uso de la Fosforina, que es de
gran aceptación, enunciando así sus resultados con
conceptos como el emitido por Emilio Garnica, un deportista y
entrenador de boxeo muy reconocido en Bucaramanga, que dice a
Rodolfo Rodríguez, propietario de Laboratorios Rodril: "he
podido comprobar que con el uso de su maravilloso preparado
Fosforina, reconstituyente cerebral y muscular es mucha la
energía y el vigor que siente el deportista, pues desde
que estoy tomando su preparado doy mayor rendimiento en mis
entrenamientos y se acaban por completa las sensaciones de fatiga
y decaimiento que con frecuencia sentimos los que hacemos grandes
pruebas de
resistencia y
esfuerzos sostenidos en la practica del box, la lucha y el
levantamiento de pesas" Para la ciencia
médica en Bucaramanga, su lugar estaba en los
laboratorios, farmacias bajo la dirección de médicos o boticarios
que prestaban soluciones a
los problemas de la vida cotidiana; más que largas
investigaciones, era la invitación y
exhibición de estos productos en los anuncios
comerciales.
Mientras que en la instrucción pedagógica
las investigaciones científicas demostraban más su
interés
por la astronomía, el tiempo, la energía,
entre otras, era expuesto en revistas de corte más
académico como Lecturas, Juventud
claveriana y horizontes, los temas científicos como un
estímulo para la labor pedagógica en el
departamento.
Mientras que por ser la filosofía un aspecto de
estudio en las letras, sus aportes en estas revistas fueron muy
pocos, se encuentran traducciones enciclopedicas, debates
neokantianos que se resaltan en 1920 vinculando a estos hombres a
los problemas del conocimiento,
en medio de una crísis de anteriores concepciones como las
del optimismo mecanicista, desatada por el surgimiento de la
física
cuántica y la teoría
de la relatividad.
El interés por actualizarse en el panorama
universal de las letras trajo para estos hombres, lecturas de
Enmanuel Kant, Sigmund Freud,
Gabriel D´Anuncio entre unos pocos y perfiló en
ellos una tendencia existencialistas, mezcladas con el género
romántico en la literatura y es de allí donde se
desprende su macada tendencia al despego por la vida, lo que para
muchos es señalado como tendencias suicidas.
Sin embargo los estudios científicos y problemas
filosóficos se repasan en estas revistas de una manera muy
tímida sin poder afirmar
su exclusión en el ambiente intelectual de
Bucaramanga.
El ensayo como
género literario hace permanente la actividad intelectual
en un ambiente inquieto para los aconteceres culturales.
Éste permite recrear las ideas, puntualizar episodios
históricos, hacer revelaciones de la crítica
literaria, inducirse en matices sociales, políticos y
económicos y es por este género que pueden
comprenderse las manifestaciones culturales como lo anota Otto
Morales en "Perfiles literarios en Antioquia", que en el ensayo
se descubre la fabulación de nuestro
territorio.
De manera que el exponer los ensayos encontrados en la
revistas de letras sería extenso, pero el tener en esta
páginas a ensayistas de la talla de Sanin Cano, Luis
López de Mesa y Rafael Uribe Uribe, nos demuestra el alto
reconocimiento del ensayo como contenido fundamental de estas
revistas.
Entre los de talla internacional, participan Pedro
Henríquez Ureña, Gregorio Marañon Posadillo,
José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Paúl
Valery y Víctor Hugo, haciendo que la lectura de
sus trabajos sea buen ejercicio intelectual y una herramienta
para la riqueza cultural del pensamiento.
Tanto Ortega y Gasset, como Miguel de Unamuno, se colocaron en el
vértice de la modernidad
"edificando sus desdenes por el pasado clásico, sobre una
casta ignorancia de las humanidades y del clasismo". Esta
afinidad a ciertos autores resalta esa inquietud dentro de la
práctica cultural para universalizar sus
pensamientos.
El periodismo, la
crítica literaria, el hacer cultura enmarcan una
temática discutida por nuestros escritores en ese ambiente
donde la preocupación como productores culturales y la
significación que le han dado en Santander a algunas
revistas como "el hermano menor, enfermo, aislado, olvidado y
pobre" dentro de la decadencia literaria que se registra en
Colombia.
Es en el ensayo donde se representan los elementos que
nos rodean, en donde se retratan las problemáticas de una
época, la sinopsis, los conflictos que
sacuden una circunstancia histórica y es de estas
singularidades que retratan las manifestaciones del
pensamiento.
8.
Los que quisieron ser poetas
… "y lo fueron", es el título que
distingue la sección de poesía
en la revista Rumbos, y en ella la exposición
de los más adornados poemas de los
hombres de letras santandereanos, pero siendo de la misma manera
el título para una sección en la revista
Intenciones, con la diferencia que en esta era una sección
a cargo de Martín Cabrera, como contestación y
crítica a colaboraciones de escritores santandereanos a la
revista; es decir, una sección incitadora a la
polémica que quería plantear esta
revista.
La presentación de los versos y las poesías
se titulan en algunas revistas como: "Prosistas
Colombianos","Grandes Autores Americanos", "Pagina
Lírica", "Los poetas", "Página Literaria" que hacen
de la poesía una pausa para separar una sección de
otras.
El objetivo de
las revistas era el de estar "a disposición de todo el que
se sienta capaz de contribuir al florecimiento de las letras
santandereanas" y servir de vitrina de sus obras poéticas;
los sonetos, versos y prosas, adornan y enorgullecen la tierra
Santandereana, ya que por sus numerosos trabajos poéticos,
hacen distintiva la actividad de las letras en el
departamento.
Aparece una revista dirigida por Valentín
Núñez, Mundo Alegre, que recoge en ella el
álbum completo de sus poesías.
Innumerables son las obras poéticas encontradas
en estas revistas de un carácter
descriptivo, que se atrevía a describir el paisaje y las
bellezas femeninas que figuraban en las páginas sociales,
ese romanticismo y
clasicismo fueron la fuente de inspiración para los poetas
santandereanos. El predominió de la influencia francesa,
Víctor Hugo, Baudelaire y Verlaine, quienes comunicaron la
inquietud de nuevos ritmos y sonoridades para la expresión
poética, o dicho de otro modo que "el modernismo
americano proviene del romanticismo, simbolismo y parnasianismo
franceses."
Las tertulias, los concursos literarios, los recitales,
muestran la dinámica de esta actividad, ya que a
Bucaramanga la visitaron poetas, ensayistas como Carlos Arturo
Torres, el Uruguayo Ernesto O. Palacio, Francisco Vergara Barros,
poetizas como Teresa de la Parra, Alfonsina Storny y Porfirio
Barba Jacob, quien compartió tertulias en el café
Inglés,
con Manuel Serrano Blanco, Juan Cristóbal Martínez,
Jaime Barrera Parra y Víctor Paillie, entre
otros.
Esos espacios creados para la sociabilidad, como lo
fueron el Teatro Garnica,
el café Inglés, los Clubes de Santander y
García Rovira, en donde se comprometía a nuevos
escritores a aventurar en el campo de la
poesía.
Las poesías extranjeras sirvieron de influencia
en la inspiración para muchas de sus penas interiores, en
las que las transponían en esas hojas sueltas de las
revistas de letras.
La presencia española se dio por parte de Juan
Ramón
Jiménez, Antonio y Manuel Machado, Gustavo Bequer Gustavo
Adolfo, y Francisco Villaespesa.
Y Así de la influencia francesa, encontramos a
Anatole France, Andre Gide y los reconocidos poetas malditos:
Charles Baudelaire, con su Himno a la belleza, traducido por
Eduardo Castillo para la revista Intenciones
… A la más amada y
más bella
que irradia en mi su claridad,
al ídolo inmortal, al
ángel,
¡ Salud en la
inmortalidad!…
Y de Paul Verlaine, Sagesse, traducida por Enrique
Martínez González en la revista intenciones
Número 32 de Diciembre de 1936:
… OH Dios mío, me has
herido de amor
y la herida todavía
vibra,
o Dios mío, me has herido de
amor.
OH Dios mío, tu temor me ha
sacudido
Y la quemadura está aún
ahí y retumba,
OH Dios mío, tu temor me ha
sacudido."
Es esa nostalgia, de un más allá, de un
sufrimiento interno, la insatisfacción, el desborde de la
realidad que aparecen en las obras de estos geniales poetas,
lamentando su existencia. Es ese romanticismo que obliga al
escritor a lanzarse en contra de las convenciones de su tiempo, y
que sirvió para una generación de escritores
colombianos que se formulaban en movimientos literarios; y no
más claro lo expresó Sanín Cano en uno de
sus ensayos, El modernismo "en suma , el romanticismo
preconizó el dominio de la
fantasía que sus adeptos pretendieron haber libertado de
las cadenas impuestas por las antiguas normas del
clasismo; el realismo nuevo
y su derivado el naturalismo basaban sus actividades literarias
en la sumisión a la experiencia; los poetas del parnaso se
contentaban con la observación, imaginando que
podían representar la naturaleza impasible sin entregar al
mundo sus propias emociones; sin
renunciar al uso del conocimiento y la experiencia, los
modernistas, algunos de ellos inconscientemente, fundaron su obra
y sus principios
especialmente en el ejercicio de la bella facultad del alma
humana llamada intuición"
Pero, sin duda, la gran motivación
por la literatura latinoamericana fue la presencia, de los
grandes modernistas como Rubén
Darío, Salvador Díaz Mirón, Esteban
Echeverría, Manuel Gutiérrez Nájera (Duque
Job), Julio Herrera y Reisig, Amado Nervo, Carlos Martínez
Rivas, Andrés Mata, Pablo Neruda,
Jean Prevost, Leopoldo Lugones, Gabriela Mistral, Alfonsina
Storni, Teresa de la Parra, Edith Telica, Juana de Ibarborou y
Laura Victoria, para el reconocimiento de las letras femeninas en
Latinoamérica.
Muchos de ellos exploradores de nuevas fuentes de
juventud verbal, que generan el sentido de ingenio como culto a
la novedad, un abandono de la rima, excluyendo lo
anecdótico y lo narrativo para dar paso a una
generación vanguardista.
En la literatura colombiana se marcan tres grandes
generaciones, empezando por la del centenario, y en esta,
escritores contagiados de modernismo. Se recoge en principio el
romanticismo de Julio Arboleda, Miguel Antonio Caro, Julio
Florez, Epifanio Mejía, Rafael Núñez, Rafael
Pombo, y José María Samper.
Para introducirse en el modernismo aparece igualmente en
estas revistas obras de Guillermo Valencia, no siendo solamente
poeta sino magnífico orador, hombre político que
cultivó varias literaturas de muchos países y
tendencias de su tiempo.
Así mismo José Asunción Silva se
cita en estas revistas con sus nocturnos, Midnight dreams, y la
infancia,
además la revista intenciones publica el prólogo
preparado por Miguel de Unamuno para la edición de la obra
completa de Silva después de su muerte.
Una generación posterior desarrollada en
Colombia, Los Nuevos, compuesta por un lenguaje
surrealista que expresa sus ideas en metáforas y
pensamientos exageradamente sutiles; en este caso las revistas
Club campestre, Revista de Santander, Stadium, Intenciones y
Tierra Nativa plasman en sus páginas a los voceros de esta
tendencia literaria, una muestra de estas es Paralelas de
León de Greiff:
Hora que el día esté de
azul y sol
Sol dominguero, restallante
azul
Haré vibrar las cuerda de
rabel
Y retremer el parche de
timbal!…
Este nuevo lenguaje de la mano de Rafael Maya, llamado
por Sanín Cano "el escritor de genio universal que ha dado
Colombia", y además Gabriel Turbay, Carlos Lozano, no
sólo exponen sus obras , sino que son estudiados por
escritores Santandereanos en secciones especiales para la
crítica literaria en secciones como la de "Estudios
Críticos" y Poetas de América
.
Y para esta nueva generación, la figura de Miguel
Ángel Arenales, más conocido por su
seudónimo de Porfirio Barba Jacob en su paso por
Bucaramanga marcó el estilo de poetas Santandereanos entre
grandes desánimos, dudas, rebeldías e
interrogaciones, Porfirio hizo parte de los recitales que se
presentaron en el Teatro Garnica, y entabló
vínculos amistosos con los escritores de este tiempo entre
ellos el ya muy nombrado Juancé.
Conceptos como el de "Figuras intelectuales" distinguen
a escritores nacionales y regionales entre los que se reconocen
a: Jesús Zárate Moreno, Luis López de Mesa,
Antonio Llanos, Hernando Téllez, Alberto Dow, Oscar
Echeverri Mejia y Nicolás Bayona Posada, este ultimo que
no sólo como poeta cumple la labor de hombre de letras
sino como conferencista "para la inmensa labor de proselitismo
artístico y de sólido prestigio en el campo de la
cultura nacional"
No escapan los piedracielistas dentro de estos primeros
cincuenta años del siglo XX en las páginas de estas
revistas. Eduardo Carranza encabeza en Colombia este movimiento
vanguardista de hispanoamerica. Para el
conocimiento de este nuevo género literario en
Colombia Club Campestre presenta como abrebocas, un concepto de
oposición, por el manizalita Arango Villegas, quien afirma
su extrañeza a este gusto poético como
"verdaderamente lamentable que mozos de tanto valer puedan
malograse para la literatura nacional si siguen por el atajo por
donde han echado". Este humorismo criollo como se anuncia en el
siguiente número al respecto del concepto de Arango
Villegas denuncia esa irrupción en las formas del leguaje
con esta nueva tendencia poética como la
"culminación de un proceso
revolucionario contra las formas anquilosadas de una
poesía, llena de greco latinismos parnasianos, pomposa y
exuberante como un monumento barroco, pero
trascendente en su contenido y falta de alma para remozarse en
nuevas tendencias poéticas".
Aquellos escritores santandereanos se empaparon de
poetas nacionales, extranjeros, y de cada cual extrajeron sus
ritmos para combinarlos con sus penas interiores y así
escribir sobre lo que pudieran hacer referencia, versos, romances
y sonetos, para ser publicados en estas revistas.
Es de reconocer la existencia de 19 revistas de
carácter literario, como ellas mismas lo afirmaban en sus
propósitos iniciales y gracias a un número
representativo de talleres tipográficos que hacían
mas fácil esta tarea de publicar, reconociendo de la misma
manera que en la prensa regional
había lugar para la página literaria y por
demás los claustros educativos reconocían el papel
de la literatura como un oficio del hombre culto en el medio de
las letras en Santander.
A pesar de que se tenían abiertos los espacios de
difusión cultural, el escritor que figuraba tanto en las
revistas como en la prensa, siempre fue el mismo, esto debido a
que el grado de sociabilidad para la cultura en Santander era muy
cerrado. Estos hombres fueron figuras políticas,
reconocidos comerciantes y hombres de apellidos muy reconocidos
en la región, ese grado de familiaturas al que
pertenecían fue el que de algún modo
diferenció a la clase culta santandereana de la que
hacían referencia las revistas de letras de la
época.
La exclusividad para ser miembro de clubes, centros
literarios y partidos
políticos fúeron las que definieron a ese
pequeño grupo de
hombres de letras en Santander. La difusión a la que
llegaban las revistas en muchos casos servía como una
certificación a aquellos hombres que allí figuraban
al ser reconocidos en el país como en el extranjero ya que
algunas revistas poseían agencias
internacionales.
Para tierras santandereanas, el sacar del olvido poetas
como lo fueron en su tiempo Emilio Pradilla, Luis Ernesto Puyana,
Rafael Ortiz González, Vicente Arenas Mantilla, Luis
Carrillo Penagos, Pedro Gómez Valderrama, Horacio
González Reyes, Alfredo Lamus Rodríguez, Carlos
Uribe y de plumas femeninas como Alicia Harker de Carreño
quien, al igual que Rosalina Barón Wilches, fue directora
de dos publicaciones periódicas: la primera de la Revista
Aurora una revista del hogar y Rosalina Barón, quien
dirigió Boletín Cultural en 1964.
Otra mujer reconocida
por sus dones literarios fue Carmen Ortiz de Gómez
Mejía, quien desde muy joven hizo parte de esos
cenáculos intelectuales, hermana del también poeta
Rafael Ortiz González y en su juventud recibió de
estas tantas poesías, dedicatorias como edecana y figura
literaria.
Para las poesías publicadas en estas revistas el
gran tema de inspiración fueron las mujeres ya que, no
sólo las portadas de las revistas eran dedicadas a ellas,
como una tarjeta de presentación en la sociedad es el
caso de Stadium, Paréntesis y Tierra Nativa, al igual que
secciones como Damas santandereanas, y la Página Social
que con sus fotografías, se acompañaba de una
dedicatoria poética. Es el caso de Carmen Ortiz de
Gómez Mejia:
Desgranan tus ojos un par de
tristezas,
destilan tus labios sonrisas de
nácar.
Sonrisas, tristezas de reina escapada de
trono…
Como este poema, otros tantos elogiaban a la belleza de
la mujer
santandereana. Para decoro de las páginas de estas
revistas muchos de sus autores, permanecían en el
anonimato y otros tantos poseían
seudónimos.
Dentro de los escritores santandereanos el uso del
seudónimo era muy frecuente para su distinción como
figura literaria. Tenemos firmando a Luis Arenas Serrano, como
Ratán para la prensa local, Juan de Dios Arias, se
distinguió con su firma de Mr. Pick en las revistas
locales como nacionales.
Igualmente aparece la firma de Juan Lamprea (José
Antonio Escandón), Gustavo Gómez Mejia utilizaba
para su revista Pipatón el seudónimo de
Lisímaco Centeno como el más frecuente ya que
solía apropiarse de varias firmas.
Blas Hernández quien colabora en muchas revistas,
usa el seudónimo de Paulo solo para las secciones de "Mis
opiniones" y la novela "De mi
Diario" en la revista Alma Latina.. Luis López
Rodríguez, firma como Fedor en su dirección en la
Revista Cordillera, Daimar (David Martínez Collazos)
conocido este seudónimo en sus colaboraciones para la
prensa santandereana, pero dentro de las revistas de letras en la
firma de sus novelas era hecho
bajo su nombre propio.
Juancé (Juan Cristóbal Martínez)
como firma distintiva que fue usada en la totalidad de sus
escritos, en las secciones de las revistas que llevaban por
nombre "Crónica de Juancé", al igual que en la
prensa. Este escritor tanto por su carácter literario y
político, y su personalidad,
marcó la vida pública local, se perfiló en
la historia periodística como "la encarnación del
cronista ágil y de sutilísima ironía, que
bien pudiera causar envidia a humoristas de la talla de
Campeamor, Larra y Anatole France, en algunos aspectos"
.
Entre otros seudónimos utilizados entre estos
hombres de letras es el de Ángel Ribot (Valentín
Núñez), quien más veces se hacía
llamar por su seudónimo que por su propio
nombre.
Antonio Sepúlveda, quien colabora para
Intenciones con la firma de D´antomarse. Otro escritor que
tardíamente utiliza el seudónimo es
Sebastián Antolinez bajo el nombre de Pablo Zogoibi. Entre
otros Caballero Andante(Luis Sanmiguel) quien sólo
colaboró para Intenciones y por último, la firma de
Lucio Duzán, que trajo controversia dentro de la
crítica literaria en Santander, quien se atrevió a
juzgar el perfil de los escritores santandereanos, esta era
atribuida al joven bogotano Jesús Maria González
Martínez.
Esta gran cantidad de poetas que se lanzaron a la
travesía del quehacer literario, lo fueron en la busqueda
de un posicionamiento y
un reconocimiento como figura dentro de las letras regionales
pues muy pocos son reconocidos a nivel nacional, pero su
constancia y empeño para este oficio de literato implica
un reconocimiento en la literatura colombiana, ya que como lo
anota nuestro gran cronista José Joaquín
García "el cultivo de la literatura y de las bellas letras
no ha ganado por desgracia entre los habitantes, todo el adelanto
que es de desearse pero los muy señalados, que trabajan en
ese sentido lo hacen con fe y perseverancia, a favor del cual, es
posible que no muy tarde logren despertar aspiraciones nobles en
el campo de los estudios".
La poesía, para el escritor santandereano, era la
voz de sus sentimientos, fuesen de amor a la mujer o amor a la
patria. Una muestra de ellos nos la da el gran poeta Ismael
Enrique Arcíniegas con su poesía titulada "A solas"
para la Revista Paréntesis N° 10 de 1938:
Quieres que hablemos? Esta bien,
empieza
Habla mi corazón
como en otros días..
Pero no… que diría?
Que podrías decir a mi
tristeza?
… No intentes disculparte:
Todo es vano!
Ya murieron las rosas en el
huerto;
El campo verde lo secó el
verano,
Y mi fe en tí, como mi amor, ha
muerto…
Carlos Uribe con su poema titulado "Trágico"
publicado en Alma latina N° 1 de enero de 1919:
Era una virgen: mi pasión
creciente
Halló en ella mis santas
alegrías
Que fueran una mística
corriente
En el revuelto mar de mis
orgías
El fuego de su amor muy
suavemente
Me hizo olvidar las noches tan
sombrías
De la taberna cruel, donde clemente
malgastaba mi honor, mis energías.
Pero una tarde con furioso
exceso
Volvió a nacer en mi la
férvida locura
Abrazando su talle dile un
beso
Que me hizo comprender que estaba
inerte
Era tan santa, virginal y pura
Que antes de un beso la mató
la
muerte.
Esta poesía santandereana con un aire
romántico muy francés que les sirvió como
inspiración.
Otro aporte poética de tendencia regional como la
voz del pueblo que reclama en "Canto a Barrancabermeja" por
José Ortega Moreno en la Revista Santander N° 18 de
Marzo de 1967:
…Podéis pisotear las
banderas del pueblo
levantar la mentira contra el rostro del
pueblo
enlodar con letras los periódicos
deshonestos
por una vileza de promesas,
pero nunca,
oídlo bien,
nunca arrodillar la esperanza del
pueblo.
Vosotros sólo sabéis de
engaños
De parcialidad y de discursos,
OH reverendos padres de la
patria!
Pero el Pueblo se está sacudiendo
de la ignorancia
Con que lo bautizaron sus
halagos
Y un día estará en pie, y
cuidaos
Porque ese día
Reclamarán sus derechos con las
manos.
Este es un poema dedicado a la ciudad natal del autor,
quien afirma, que es una ciudad sacrificada por un duelo de
tigres y amapolas, pero un pueblo lleno de esperanza.
Santander demuestra al igual que la poesía
colombiana una actitud
habitual, el reflejo de una "interioridad muy rica, con una
sensibilidad agudísima y una visón muy personal del
hombre y el mundo, nos entregan sus mejores instantes en una
poesía interna, subjetiva emotiva y sin duda
perdurable".
9.
Cuentos y
novela s por
entregas
Como otro género literario, la publicación
de las novelas por entregas era de gran significación para
complementar el carácter literario que diferenciaba a
estas revistas editadas en Bucaramanga.
El tema de la novela era ampliamente promovido por
editoriales como la imprenta departamental y la casa editora de
la Cabaña y otras privadas como la editorial Marco A.
Gómez, que contribuyeron a esa labor literaria de publicar
novelas de escritores santandereanos.
La invitación a participar en estas revistas con
sus cuentos, novelas y crónicas, era con el
propósito de descubrir esos talentos santandereanos,
así como lo fue Jaime Ardida Casamitjana quien,
además de periodista, con su novela BABEL obtuvo un
reconocimiento nacional e internacional, ya que "tanto se abusa
en el mundo literario, del encomio fácil, del elogio
complaciente pues ya no sabe uno como celebrar, olvidando los
tópicos habituales, la aparición de un libro como
este de profundo interés humano y de verdadero valor
artístico. A mi juicio, Babel es una de las mejores obras
de la literatura hispanoamericana" este es un concepto mitido por
Luis Zuleta en el diario nacional "El Tiempo".
Jaime Barrera Parra, en la primera revista dirigida por
él, Santandereana, publica gracias a su afición a
la literatura francesa la obra de Camille Lemontier "Un Male", en
su idioma original y así, entre otros novelistas franceses
encontramos a Paul Bourget, Anatole France, Andre Gide y Jorris
Karl Huysmans. En su mayoría, estos aparecen en la
sección de estudios críticos de la revista
Intenciones y un pequeño capítulo de alguna de sus
novelas.
Alma Latina nos presenta novelistas europeos con la
publicación de sus novelas por entregas, con obras como
"El crimen de la posada", "los intereses creados", publicadas en
Intenciones igualmente "En un país de encantos" todas
estas por Jacinto Benavente.
Así mismo encontramos a José
Martínez Ruiz Azorín, en Tierra Nativa, Rumbos y
Selección.
Como de este mismo grupo conocido como la
generación del 98 encontramos a Pio Baroja, y
Joaquín Dicenta. Entre otros tenemos también a
Gabriel Miro, Concha Espina y Maximo Gorki.
La literatura latinoamericana, con su tímida
participación en la creación de Novelas, cuentos y
dramas, se contagia por esa influencia europea, en razón
de que la vieja Europa "mandaba
aires de renovación y de tormenta, para la política y aires de
libertad y de
nuevos contenidos para las literaturas. Era que ya había
alboreado el romanticismo sobre los corazones de los hombres y
comenzaba a aparecer el rictus de la poción que
sembró de lágrimas y esperanzas, de cariños
y de amor los cantos, los escritos, las filosofías y las
doctrinas de los hombres pensantes. Porque eso fue lo que en
síntesis, el romanticismo un
desembocamiento de las pasiones de la sensibilidad y de la
quintaesencia del dolor y la esperanza" así comprende la
literatura Rafael Flórez Camacho en sus ensayo critico
para la Revista de Santander.
Teresa de la Parra, José Enrique Rodó,
Artemio Arzipe Valle y José Vasconcelos son algunos de los
pocos novelistas latinoamericanos que se conocen por medio de las
revistas de letras, ya que Santander fue más
atraída por la novela Europea y fue por "cierto snobismo
colectivo que ignoramos muchos de los valores de
América, leemos los europeos y los Norte Americanos y
está bien porque con ellos aprendemos a pensar con
más desenvoltura y más profundamente, lo que si no
está bien es que no nos preocupemos con la misma
intensidad por conocer lo de nuestro continente y los más
grave que tenemos, un complejo terrible de inferioridad que
debemos extirparlo de raíz sin que por eso dejemos de
aceptar la oligarquía de pensamiento universal y del cual
ejerce una verdadera dictadura el
viejo mundo" se era conciente entonces por esa ingratitud para la
literatura latinoamericana
Queriendo congraciarse entonces la revista Intenciones,
aparta en sus páginas una sección titulada "Grandes
Hombres de América" que aunque no nos presente sus obras
nos presenta los nombres de escritores que produjeron literatura
en nuestro continente como Francisco Bilbao, Rubén
Darío, José Manuel Arce, Carlos Soublete,
José Matias Delgado, Jesús Jiménez, Diego
Barros, Olavo Bilac, Cleto González y María
Félix del Monte.
De nuestra literatura nacional tenemos figuras con
importantes obras literarias, destacándose novelas
románticas, regionalistas y realistas. Aunque el nombre de
José Eustaquio Rivera no aparezca en las páginas de
estas revistas, su obra no puede decirse que es desconocida, ya
que, como es habitual en el oficio de los hombres de letras en
Santander, la apropiación de obras traducidas,
títulos y tendencias como propias hacen parte de este
quehacer literario. "Tierra de Promisión" como aparece en
revistas como Stadium, Club Campestre y Cordillera no nos hacen
referencia a este autor, sino que titula una sección de
monografías regionales, en la que nos presenta la
reseña histórica de municipios de
Santander.
En la publicación de obras nacionales es
más apreciado el género del cuento por
parte de autores como Antonio Álvarez Lleras, Octavio
Amortegui, Adolfo León Gómez, Luis Tejada, entre
otros.
En algunas revistas sus directores consideraron la
colaboración de escritores de nivel nacional importante
para la maduración como proyecto
literario. Entre los que colaboraron con sus novelas y cuentos
encontramos a J. A. Osorio Lizarazo, Hernando Téllez y
Fernando de la Vega.
Para la literatura santandereana "Avanzamos
lentamente…. Pero avanzamos" ,"no porque nos falten plumas
y talento: quizás porque nos sobra pereza y escasea
estimulo y aún más porque nos es hostil el
ambiente. Se publica una obra? No se la lee. Se edita una
revista? No se le ayuda a sostenerse ni con el óbolo que
representa el precio de un
ejemplar, ni con colaboración, ni aún con
platónica simpatía".
Y es por ello que algunas revistas combaten contra ello,
la promoción de artistas y escritores, su
presentación en el campo de las letras fueron los
propósitos para la creación de estas revistas de
letras.
Y es quizás por esto que las poesías, los
cuentos y las novelas por entregas fueron indispensables como
contenidos, ya que en nuestra literatura nacional las influencias
persisten más que las creaciones propias a sabiendas de
que "todo lo debemos a Europa, raza, lengua,
Religión,
costumbres, pasiones, virtudes y hasta los Vicios…
así como a Francia , sus
modas, gustos, su comercio de
lujo y compendio de la elegancia y goce… de Italia la fiereza
y petulancia del fascismo odiosos
de Musolini… de Alemania a
Goethe, Shiller, Nietche asociada en la influencia musical de
Australia, exaltada en sus filósofos por Kant y como Hegel…"
En estas afirmaciones se enraizó el pueblo
santandereano viviendo de apologías, traducciones, y de
meras aproximaciones, que de una producción que represente el costumbrismo
que caracterizó la literatura nacional.
Para nuestras tierras Santandereanas, con el cuento y la
novela, hace la presentación de su obra completa Ernesto
Camargo Martínez con "La vida de Iván el mayor", en
11 Números publicados en Intenciones, y otras de sus obras
en Tierra Nativa y Revista de Santander.
De los hombres de letras en Santander también se
destacan Luis López Rodríguez, Mario Acevedo
Díaz, Vicente Arenas Mantilla, Aníbal Arias
Phillips, Cristian Clausen, Félix Consuegra, Camilo Forero
Reyes, Alfredo Lamus Rodríguez, Gustavo Cote Uribe,
Edmundo Harper Puyana, Felipe Serpa, Valderrama Benítez y
además de Jaime Barrera Parra, quien también
incursionó en el campo del cuento, Enrique Pardo Forero
conocido en las letras Santandereanas como "Luis Tablanca", Norte
santandereano que colaboró en Alma latina, Rumbos, Tierra
Nativa e Intenciones.
La poesía, el cuento, la crónica y la
novela, fueron el ejercicio intelectual y la carta de
presentación de estos hombres de letras en Santander, en
esta dinámica de sociabilidad en los cafés y
teatros, con los recitales, tertulias y las lecturas, que
hicieron que la literatura fuera parte del quehacer para
"preparar los espíritus, aislar el pensamiento y vigorizar
el brazo".
En esa necesidad de recoger las formas de
expresión de un pueblo, no sólo literaria y
artística, la economía hacía
parte de este interés dentro de los hombres de letras,
Santander como región agrícola y con influencia
altamente comercial prometía manejar una economía
próspera.
El tema económico tenía apartada su
sección en todas las revistas de letras sin
excepción, en unas existían secciones como "Notas
Agrícolas" para Tierra Nativa, "Pagina Agrícola"
para Sagitario, "Nuestra economía", "Noticulas", "Tierra
de Promisión", mientras que hacia parte de la Editorial
sin llegar a ser un tema ignorado.
En el aspecto agrícola, el cultivo de
café, la producción de tabaco, la
explotación del caucho y la ganadería
eran su mayor preocupación. Se conocieron en Bucaramanga
revistas exclusivamente agrícolas como lo fue el
agricultor y Canela Colombiana, que sirvieron más de
cartilla instructiva pues el problema era la educación
agrícola: visto que "nuestros agricultores son enemigos de
innovaciones por eso el atraso. En el país se compra
tabaco teniendo la capacidad de producción es decir no hay
educación
agrícola". Para el hombre
santandereano no había visión de la modernidad
"Santander sigue atado al pasado, mientras el resto se
industrializa con el pensamiento del siglo XX" se vivía de
cierto conformismo.
La obra del Ferrocarril de Puerto Wilches estuvo
presente desde la segunda década de los años XX
como una perspectiva del desarrollo de
la región santandereana; se anunciaban adelantos en las
obras viales, la construcción de puentes como mejoramiento a
los corredores comerciales de la región.
La presentación de una Bucaramanga elegante y
próspera era el retrato de estas páginas
seleccionadas de economía, la construcción de
edificios, avenidas y el estadio, fueron proyectos que se
mencionan como factores de progreso.
Para esta sección las colaboraciones fueron dadas
por: Alfredo García Cadena, Gustavo Gómez
Mejía, Cristian Clausen o en otros casos la preocupante
situación económica era citada en la editorial de
las revistas e igualmente se hicieron invitaciones al gobernador
de turno para presentar sus informes de
gestión.
Para la economía regional, "El centro", como era
llamado por muchos, fue la gran excepción de ese
conformismo social. Barrancabermeja tomó el lugar de las
proyecciones y esperanzas de un pueblo para su progreso y, muy
apresar de eso, el crecimiento de Barrancabermeja se dio a gran
velocidad, lo
que no ha podido fijar rumbo para su destino, siendo una ciudad
que "vive deprisa, y toma en sentido provisional la razón
misma de su existencia. Tal vez por eso ha sido protagonista de
inmensas vicisitudes en su corta existencia, y que la ha
caracterizado la irresponsabilidad del anonimato, orientado al
goce básico de la vida". Fue un progreso acelerado para la
industria y un
tropiezo para el desarrollo de una ciudad; sin embargo,
figuró como la esperanza orientadora para el hombre
santandereano.
En el Cargo de senador, Rafael Ortiz González
invita a tomar parte del progreso petrolero de la región:
"vinculando a las generaciones santandereanas a la empresa
colombiana de petróleos, es necesario que los hijos de
Santander confundan sus actividad e inteligencia
con la vida y suerte de las minas petroleras de su tierra natal,
nadie más autorizado para vigilar, controlar y buscar los
progresos de esta empresa
nacional". Es de ese regionalismo que se alimenta el pueblo
santandereano; el tema del centro petrolero significa poder
económico frente al país en vista de que "el
municipio de Barranca produce la mayor riqueza que cualquier otro
en Colombia…." su preocupación es que casi la
totalidad de sus riquezas son absorbidas por la entidades
nacionales y departamentales, hechos que se toman como
consideración en esta temática ya que no
corresponde al progreso y bienestar que merece el
municipio.
El desarrollo del centro Barranca ofrece más
"posibilidades de ciudad" a los ojos de un trabajador de la
planta, quienes ven de forma despectiva la estática
de Bucaramanga. Para la revista Pipaton, Gonzalo Buenahora hace
un retrato con el objetivo de encontrar diferencias entre
Bucaramanga – Barranca deduciendo que el progreso y la riqueza de
Santander dependen únicamente de Barranca y que
"Bucaramanga aunque progrese en lo social no dejará de ser
un pueblo grande" En Efecto: " hubo un tiempo en que el feudalismo
medieval y religioso constituyó en la ciudad de los
crepúsculos la clase dominante. Familias ilustres de
rancio abolengo sostenían en la ciudad, a costa del sudor
campesino, su casa solariega. En aquellas ricas mansiones nadie
trabaja. No se podía trabajar. Estaban hechas
exclusivamente para el regalo de la vida y el deleite de los sentidos. Del
campo llegaban las legumbres, las frutas, el carbón y la
leche. Las
hijas dedicaban las blancas horas de sus perpetuos ocios al
afeite de su propia belleza o mataban el tedio de las horas
inútiles ejecutando al piano algún clásico
trozo de Betini. Los hijos malgastaron su tiempo en el colegio de
los Jesuitas, quienes por ser hijos de tales, les soportaban su
tal aversión al estudio hasta el día en que
espontáneamente se fugaban de la casa paterna o los
metían al cuartel para ver si se amansaban. El hecho es
que el feudalismo bumangués en decadencia no aportó
un solo nombre al arte ni a la
ciencia nacional. Por aquel entonces, el floreciente comercio de
Bucaramanga estaba en manos de hombres oscuros y extraños,
pero trabajadores tenaces. Chedraui, Korgi, Barbour, Fallad, etc.
El apellido Turbay aún era plebeyo, recuerdo que la
nobleza de aquel tiempo le hecho balotas negras al que es hoy
embajador de Washington, pero que en ese entonces no era
más que el hijo doctorado de un pequeño
comerciante. Al señor de la casa no le bastó
el trabajo de
diez o veinte arrendatarios para sostener el lujo que derrochaba
su numerosa familia de
parásitos y tuvo que ir hipotecando la finca palmo a
palmo. La Banca, como un
enorme pulpo imperialista, se fue tragando sin piedad las fincas
y fue dejando al pobre señor en la miseria, quien
terminaba generalmente, envenenándose o pegándose
un tiro en la cabeza. Entonces la familia se
disolvía. Los hijos después de buscar fortuna en
diferentes sitios, terminaban pidiéndole "chanfaina" al
señor Turbay que ya para ese tiempo era ministro. Las
hijas, por razones económicas que el corazón
respeta y calla, tuvieron que mezclar su sangre azul, con
sangre sacarrena. Pero ya también para ese entonces,
Levis, Chálelas se habían tornado ilustres. La
burguesía comercial bajo la fuerza de un
imperativo había cumplido su misión
histórica de desalojar definitivamente al feudalismo. Mas
la burguesía al ocupar el puesto de comando no pudo
desembarazarse de los vicios que le dejara como herencia un
feudalismo decadente, y se dedicó a imitar servilmente a
los señores. No hay cosa más artificial ni
más postiza que las costumbres de un nouveau riche. Pero
la clase media que es la más abundante, porque la
más burócrata fue la que llevó la peor parte
en las taras que el feudalismo nos legara. En contra de lo que
enseña Marx que en toda
sociedad la clase media- por inestable- tiende a unirse al
proletariado, esta es la clase media de la ciudad promesa le
huelen mal las clases explotadas. Cada pequeño-
burgués es un señor en potencia.
Aún más: se siente ya todo un señor.
Mantener relaciones sociales con los de arriba es su mayor
desvelo. Pero como le falta la base económica que es lo
primordial, su vida es falsa, difícil, estirada,
artificial, insoportable. El padre, por lo general gana 100 pesos
y el hijo es un gomoso que no falta a las fiestas del club
Campestre, aunque en la casa no tengan como almorzar. Es una vida
horriblemente bovarista. Por eso Bucaramanga aunque progrese en
lo social no dejará de ser un pueblo grande…Gonzalo
Buenahora. Barrancabermeja, Noviembre de 1940"
Como ejercicio intelectual, las tertulias y los
recitales, el deporte también hizo parte
de espacio de esparcimiento; en la página social los
encuentros deportivos daban un vistazo de sus aficiones, ya que
sus directores reconocieron que le deporte era indispensable para
la cultura del departamento.
Para las revistas de letras el deporte aparta su
sección desde 1927, anteriormente se hablaba de él
como un hecho curioso en la sección de "Variedades o
Momentáneas".
Creada la Unión Deportiva en 1927 como una
"Federación de entidades sociales organizadas en
Bucaramanga para fomentar la cultura física de la
Juventud", se inauguran los Juegos
Departamentales que serían realizados anualmente con una
fiesta de gala en el Teatro Garnica dirigidos desde aquel
entonces por Martín Carvajal, David Martínez
Collazos y Emilio Garnica, reconocidos igualmente por su
participación en las letras de Santander.
Los centro educativos promocionaron igualmente esta
práctica, el aporte de los Jesuitas para Santander se hizo
no sólo en las letras, sino en el deporte, así como
el colegio San José de Guanentá, quienes
participaron en las I Olimpiadas Regionales. La unión
deportiva, como el Club Deportivo Latino, invitaba a esta clase
de eventos
anunciándolos en los pies de página de estas
revistas.
Para estos hombres de letras, que pertenecían por
si mismos a una clase distintiva, haciendo parte de clubes y
asociaciones, seguían formulando entre ellas mismas
práctica de exclusión.
El deporte tomó su lugar y la importancia en las
páginas de las revistas adornando de la misma manera la
página social con la presentación de un desfile
deportivo, un campeonato o torneo de Tennis.
Así como muestra de esa actividad nació en
Bucaramanga Record, una revista gráfica dedicada
exclusivamente al deporte. Entre las revistas de letras, club
campestre demostró ser "el proyecto para que esas
páginas fueran consideradas como órgano nacional de
los clubes campestres del país.
Quizás por ese deseo de que nuestra cultura se
fuera vinculando aquí y allá, con las mentalidades
amigas de los intelectuales, puesto que ellos no conocen las
fronteras ni los lindes regionales, quizás olvidamos que
esta revista es del club y que es necesario hablar en confianza
con nuestros amigos de aquí; con los que diariamente
vienen a compartir nuestros ratos de ocio, pasados en las canchas
de los bolos, de Tennis y del Golf".
Los juegos
olímpicos, el día de la Raza – desfiles
inaugurales fueron los motivos de las galas deportivas,
así mismo los torneos de los clubes, como el Unión,
el Campestre, las salidas al lago en Florida y las luchas de
boxeo practicadas en el teatro Garnica.
Las presentaciones de todas estas actividades y la
participación de esos hombres de letras y de las damas de
la ciudad retrataban la cotidianidad y ese intercambio en la
sociedad bumanguesa, ya que ella apropiaba para sí las
últimas tendencias de la vida europea como lo hacía
con la literatura.
El Tennis, el Básquetbol
y la equitación, para las mujeres; el golf, el boxeo y el
fútbol para los hombres, como lo señalan las
revistas, son modelos que se
implantan en la sociedad. Con las fotografías, las
crónicas y notas informativas se demuestra que "Hay un
resurgimiento deportivo entre nosotros. Las canchas de bolos se
ven concurridas en las tardes tibias de Bucaramanga. Los verdes
campos de golf, cada mañana dominical se ven poblados por
la juventud deseosa de exhibir sus conocimientos en el
clásico juego
inglés y de mostrar sus indumentarias de informales
colorines. Los cuadriláteros impecables blancos del Tennis
son visitados de tarde en tarde por los aficionados".
De esta forma los titulares de "Crónica
deportiva, Noticiero Deportivo, "Noticias y Charlas sobre el
Golf", el "Club de Pesca",
"Nuestras deportistas", "Hípica" fueron las secciones que
apartaban las revistas para la promoción de los desfiles y
prácticas deportivas.
Para 1941 se realizaron en Bucaramanga los V Juegos
Atléticos Nacionales y en estos el Poeta Santandereano
Aurelio Martínez Mutis nos regaló el Himno
Olímpico, acompañado por la música del
también escritor Gabriel Carreño. Para esta fecha,
Bucaramanga estrena el Estadio Alfonso López como
escenario de las Olimpiadas.
A través de la historia deportiva de Santander,
la mujer ha sido un elemento esencial, animando y actuando en
estas practicas, y estableciendo conjuntamente el Reinado
Deportivo como símbolo de destreza y esfuerzo
muscular.
Los grandes desfiles, las marchas por las calles de la
ciudad, el encuentro en la plaza central, la fiesta de la raza y
el día olímpico, se imponían con un sentido
político; sus edecanes, los portadores de la antorcha
representaban más que un deporte una ideología política. En 1932 se
realizó un festival deportivo en el Teatro Covelli, actual
Coliseo Peralta, de cuyas entradas se recogería dinero para
"El Fondo de Defensa nacional" siendo declarada la guerra con el
Perú y proponiendo que el deporte participe con la
recolección de dineros para la adquisición de
armas y
municiones.
Anunciándolo en volantes "Como deber de nuestra
patria contribuir al Fondo de Defensa Nacional y resuelve:
dispóngase para el efecto la verificación de un
festival deportivo, cuyo fin es nobilísimo,
invítese a los equipos femeninos del Colegio santa
Teresita y el Oficial de las señoritas a dar en la misma
fecha y en asocio con los equipos masculinos, una partida de
basketball en el
Teatro Covelli.". Con estas insinuaciones las prácticas
deportivas representaban una ideología política y,
así mismo, en los desfiles, la
organización y formación de las marchas
tenían un alto parecido con los desfiles fascistas tal
como la Olimpiada de Berlín que se convirtió en un
verdadero acto de propaganda
para Hittler.
Dentro de esta sociedad definida por los hombres de
letras en Bucaramanga, el tener en la mano una obra
clásica de la literatura europea o el porte de un elegante
uniforme deportivo significaba la pertenencia a esa pretendida
aristocracia, ya que estos modismos que se imponen no son "sino
la incorporación de postulados, para el equilibrio de
una vida más social, más franca más sincera,
más interpretativa" como necesidad de encausar el cultivo
de las artes, ciencias y
letras para el "croquis de una nueva cultura" pretendida por
ellos.
La página social es la muestra de las formas
privilegiadas de estos hombres de letras, su participación
en la política, en la economía y en las
letras.
Las fotografías y sus discursos en la
práctica social nos representan el modo de vida de esta
época, sus ideales y pensamiento que adquieren por medio
de las revistas con un cierto grado de dominación por la
posesión y reproducción de un lenguaje literario y por
las costumbres y modas implantadas del extranjero.
El vínculo y la pertenencia con la clase
dominante es exclusivo, de modo que el trabajo cultural se
practica en este pequeño cenáculo de letrados, la
mayoría de estas revistas tuvieran pocas ediciones y en
casos excepcionales, llegaran a instituciones
educativas o sectores populares, haciendo que ellas sirvieran
como elemento de prestigio de esta sociedad.
Los bailes, ceremonias inaugurales, carnavales y
reinados que se desarrollaron en los clubes, teatros y centros
literarios, o de otro modo la mención de los duelos, el
festejo de matrimonios, cumpleaños, graduaciones o la
llegada de un familiar del extranjero, hacen parte de esas
prácticas de sociabilidad que se adecuaron en esta
sociedad de prestigio y preferencias.
En la totalidad de la revistas, la presentación
de las damas de la sociedad santandereana adornaba
gráficamente la portada de las revistas, o como pausa de
secciones intermedias en las revistas, tituladas como: "GALERIA
DE BELLEZAS SANTANDEREANAS"y "NUESTRAS COLEGIALAS" para la
Revista Sagitario, "DAMAS DE SANTANDER" para Stadium, "BELLEZAS
FEMENINAS" en club campestre, "MUJERES DE HOY" para Intenciones,
"LA MUJER SANTANDEREANA" en Cordillera y "LA MUJER" titulada esta
sección para Tierra Nativa y en casos excepcionales,
Rumbos, Lecturas, Estudio, Motivos, las presentaciones
fotográficas no aparecieron para ser parte de la
página social.
La presentación de estas damas se adornaba con
una producción poética, la mayoría de los
casos firmada por un anónimo o su seudónimo
difícilmente reconocido. Igualmente con las
fotografías femeninas, se recrea con la
presentación de los hijos de esos hombres de letras de
Bucaramanga; estos pequeños son participes por medio de
las páginas de dichas revistas.
La sección de "LA GALERÍA INFANTIL" los
presenta como miembros de esta sociedad, sus nacimientos,
bautismos y en concursos de disfraces.
Dentro de esta iconografía, la página
social incluye matrimonios, cenas, bailes y carnavales como
representaciones colectivas que hacen reconocer una entidad
social, un Status como resultado de la representación
entre la representación impuesta por aquellos que son
parte del poder y que se clasifican y definen en la sociedad.
Esta división social es el resultado de la
representación en estas páginas sociales con sus
prácticas como reconocimiento de estos hombres de letras
como unidad.
Para Roger Chartier, la formación de monopolios
es precisamente lo que permite la puesta de marcha de un
mecanismo de acondicionamiento social, gracias al cual se educa
al individuo en el sentido de un riguroso autocontrol,
apareciendo en este medio una competencia
social; es lo que demuestra claramente estas secciones,
así los ecos sociales son la competencia de signos de
prestigio, son una lucha de atributos y ventajas del poder social
expresados en la prensa local y en las revistas de
letras.
"La creación de signos que circulan en este
intercambio social tienen como función
eternizar" los poderes locales y plasmar allí con sus
artículos y fotografías, hacen que estas
páginas adquieran como imagen, una
dimensión icónica dentro de la función de la
prensa.
El hacer parte de las celebraciones del club campestre,
el integrar los recitales en el teatro Garnica, el ser
edecán o reina de un desfile deportivo fueron aspiraciones
dentro de este grupo de los hombres de letras como el de plasmar
una obra literaria.
Un sin fin de títulos hacen mención a la
actividad social de Bucaramanga en la primera mitad del siglo XX,
"COMENTARIOS MARGINALES, CARRUSEL SOCIAL, EL ATARDECER Y EL CLUB,
DUELO LÍRICO, ECOS DE BAILES Y MÁSCARAS, ESPIGAS
SUELTAS, HOMENAJES, FIESTAS SOCIALES, MESA REVUELTA,
MOMENTÁNEAS, NOTAS SOCIALES, OTRAS LABORES CULTURALES,
SOCIALES DEL MES Y SOCIALES DEL CLUB", todas ellas nos evocan la
cotidianidad de la Bucaramanga de 1900-1950 y nos presenta sus
modas y su actividad cultural.
Este ambiente de la primera mitad del siglo XX, presenta
a Bucaramanga como un escenario artístico, por la
presencia de poetas como Porfirio Barba Jacob, Alfonsina Storni,
los hermanos Machado, artistas como Trinidad Gómez, Bertha
Singerman y espectáculos taurinos y deportivos. El
escenario de mayor reconocimiento en esta actividad cultural fue
el Teatro Garnica, inaugurado en 1923 con una capacidad para 1800
espectadores.
Para la pantalla gigante, Bucaramanga poseía el
teatro Rosedal para 1200 espectadores, fundado en 1931, teatro
Libertador con capacidad de 1600 espectadores, teatro Sotomayor,
construido en 1947, teatro Covelli actual teatro Peralta y el
teatro Santander, fundado desde 1932.
Para ellos las revistas de letras sirvieron de publicidad en la
presentación de películas como "7 Pecados
capitales" expuesta en el Teatro Covelli en 1921. Como otras que
figuran en la cartelera se presentaron "Tu hijo" de Mago Carlini
en 1936, "Monja casada, Virgen y mártir", la Cruz y la
espada" en el teatro Santander en 1936, "El Agua en el
suelo" en
1937, "estrictamente confidencial", "Cuerpo y Alma" presentadas
en el teatro Garnica en 1936.
Aun cuando el cine
recibía una gran acogida, los colaboradores de las
revistas recibieron la crítica denunciando, las
películas mexicanas argumentando que equivalen a un 90 %
de idiotización y que en nada ayuda en la intelectualidad
de nuestro pueblo.
Así como en los teatros, los planteles educativos
tuvieron la fortuna de proyectar películas como
complemento a su formación.
La difusión de las artes, en el teatro, el cine,
la pintura y la
música nos expone por medio de estas revistas esa
dinámica cultural como práctica social de los
hombres de letras.
Así como el oficio del escritor, el pintor y el
escultor también obtuvieron su reconocimiento. Para adorno
de las revistas de letras se exponían retratos, grabados,
entre los que colaboraron como Luis Alfonso Afanador, exclusivo
para la revistas Intenciones en la sección de los grandes
"Maestros", así mismo, Niño Botia, Oscar
Rodríguez Naranjo, Segundo Agelvis, Rafael Prada Ardila,
Carlos Gómez Castro y Humberto Delgado para otras
revistas.
Se publicita en las revistas dentro de ese fomento
artístico la Escuela de Bellas
Artes que fomentaba el estudio de compositores como Lizt, Bach,
Bethoben, Chopin y Wagner, que alimentaron ese ambiente bohemio
para los recitales poéticos de la época. Para los
desfiles la presentación de las bandas populares le daban
el toque folclórico que tímidamente era reconocido
en este espacio de pretendido prestigio y burocracia.
Así Tierra Nativa, Club Campestre y Revista de Santander
trajeron en sus páginas partituras de nuestro folclor
colombiano entre Bambucos, torbellinos, pasillos y
guabinas.
Las fotografías y la caricatura le dieron cierta
innovación en la presentación de las
revistas de letras. Tierra Nativa, subtitulada como revista
gráfica trajo en 1926 la innovación por este arte;
el fomento a la caricatura y al gravado como complemento de
elegancia y distinción de una revista de letras. Lo usual
era dejar las fotos en el
anonimato y se acostumbraba sobre todo "cuando un
fotógrafo trabajaba con exclusividad para un periódico
o revista y poner de lado el verdadero autor de la gráfica
para hacer figurar en su lugar el nombre de la
publicación", como en el caso Foto Cordillera y Foto
Intenciones. Sin embargo, cuando las fotografías se
recogían como complemento de las secciones de estas
revistas, aparecía el Taller fotográfico que las
produjo, o en el caso de la revista Selección, la
presentación de las damas de la sociedad fueron
fotografías tomadas del álbum fotográfico
del hotel Bucarica.
Para el caso de la caricatura, Tierra Nativa
impulsó con ella el arte cómico "el retrato
juguetón que llamaron caricato", representando en la
mayoría de los casos a esos hombres de letras de
Santander. En otras revistas los adornos gráficos hacían parte de esas
viñetas que separaban las secciones de las revistas
sirviendo de adorno a las poesías.
El tema de la caricatura para el aviso publicitario fue
el más utilizado y aparece por primera vez con Motivos. El
objetivo de recrear el anuncio publicitario fue una estrategia para
ese hombre de empresa, ya que la revista por sí misma era
un medio de propaganda y todo lo expresado en sus páginas
era apropiado por sus lectores.
Los anuncios publicitarios se apropiaban de
páginas enteras para impactar con el producto
ofrecido, o simplemente se ubicaba en un pie de página. El
lugar y el tamaño del anuncio equivalían a la
inversión sobre el financiamiento
de la revista, y hacia parte de negocios y el
ofrecimiento profesional de los hombres de letras que allí
mismo escribía.
Para el caso de Médicos, Abogados, sastres y
locales comerciales el publicitarse era "un abono para su propio
negocio" y una colaboración para el sostenimiento de la
revista.
Los mismos anuncios comerciales nos representan sus
gustos y modos de vida, sus lugares de encuentro como
Cafés, bares y clubes como centros de socialización, el más concurrido
entre los hombres de letras era el café Inglés, de
preferencia de Juan Cristóbal Martínez, Jaime
Barrera Parra y Manuel Serrano Blanco.
En el campo de las letras en Santander la actividad fue
permanente, y se demuestra en la formación de 19 revistas
de carácter literario y otras tantas que complementaban
las actividades culturales de aquel entonces. Con la ayuda de
numerosos talleres tipográficos entre los que promovieron
esa actividad intelectual, incentivando la publicación de
sus producciones, talleres privados como Taller
Núñez, Marco A Gómez, Hermanos Nigrinis,
Casa Editora La Cabaña y la Imprenta Departamental entre
otras.
Publicar fue el estimulo más poderoso para el
reconocimiento en este medio literario de la época, la
edición de una novela, un cuento y una obra poética
propiciaron los encuentros en los cafés, los clubes y las
academias para difundir la labor del escritor santandereano, y
allí en estas tertulias donde se propusieron muchas de las
que se presentan como las "Revistas de Letras" en
Santander.
En las primeras décadas del siglo XX, el
órgano de la sección de letras del club Santander,
el club García Rovira y en el medio académico, la
Sociedad pedagógica de Santander y la Academia de
Historia; fueron los espacios de sociabilidad para una clase
letrada que pretendía distinguirse entre otras.
Las Revistas de Letras en Bucaramanga sirvieron como una
herramienta de exclusividad de un círculo social con
inquietudes intelectuales. Figuras políticas, reconocidos
hombres de empresa, comerciantes, académicos, todos ellos
con un mismo ideal de formular un "culto a las letras". Los
propósitos de las revistas de letras iban desde un
proyecto educativo cultural modelador de un "patriotismo, hacia
un progreso verdadero, o de otra manera el de reconocer ese grupo
de hombres de letras y presentarlos en la sociedad por medio de
sus producciones literarias y exaltar su oficio de escritor como
productores culturales y elevarlos en un nivel de
distinción en la sociedad Bumanguesa.
Figurar como colaboradores en las páginas de
dichas revistas y ser miembros de los Clubes, Academias y
Asociaciones literarias son elementos que hacen parte de esos
procesos de
sociabilidad para la primera mitad del siglo XX, en
Bucaramanga.
Lo que podría demostrarnos la existencia de
numerosas publicaciones de carácter literario en
Bucaramanga, es un ejercicio dinámico de las
prácticas intelectuales que se desarrollaron bajo
políticas culturales, educativas o de un proyecto
modernizador a partir de 1930; en donde las letras como las artes
definían la distinción, y el nivel cultural para
quienes se desenvolvían en el medio
intelectual.
Entre las más de las 19 producciones literarias
que se descubren en ese ambiente en Bucaramanga, sus actores,
esos Hombres de Letras son un pequeño grupo de la
sociedad, que aparecen una y otra vez colaborando, dirigiendo
esta revistas de letras; Hombres políticos,
académicos, empresarios, pertenecientes a un exclusivo
grupo social definidos por sus apellidos y posición
económica.
Dichas revistas, fueron la carta de
presentación de estos hombres como novelistas, cuentistas,
oradores, cronistas y poetas, así mismo sus esposas e
hijos integraron este círculo exclusivo, como fuente de
inspiración en las poesías y adorno en las portadas
de dichas revistas para definir la elegancia y la
distinción de una Revista de Letras para la
época.
En la lectura de las
revistas de letras editadas en la primera mitad del siglo XX en
Bucaramanga, se muestra en sus contenidos, que aquellas
producciones allí publicadas fueron la reproducción
de los escritores de su tiempo, de aquellos novelistas y
ensayistas europeos que hacían parte de ese ambiente
intelectual de la época, como temas de crítica en
las tertulias. Ya fuese por que sus novelas, ensayos y obras
poéticas fueran la novedad del momento, o que aquella obra
fuera de moda para la
tendencia literaria que era criticada en el ambiente
intelectual.
Así la traducción de algunas obras
Europeas como norte americanas fueron llenando las páginas
de dichas revistas y presentadas cómo ediciones especiales
o inéditas dándoles un toque de exclusividad unas
de otras portadoras de una vanguardia
literaria. Definir una literatura santandereana por medio de
estas revistas sería inapropiado, ya que sus contenidos en
su mayoría reproducían obras de literatura europea
y ensayos biográficos de esos hombres de la literatura
clásica y la literatura romántica.
Pero no se puede negar que estas revistas son portadoras
de esa intención inquietante del quehacer literario; que
más allá de editar esos proyectos culturales
definidos como revistas de letras, procesaban un modelo de
sociabilidad para la época en sus actividades. En esa
dinámica intelectual, formularon un modelo social
exclusivo y adquirido por ese modernismo europeo que en muchos
casos fue trasplantado por aquellos hombres de letras
santandereanos que viajaron a Europa y aportaron para estas
tierras modas y costumbres, de una sociedad distintiva en su
nivel cultural.
Las Revistas Paréntesis, Selección,
Stadium, Intenciones, Rumbos, Sagitario, Oriente, Mundo Alegre,
Tierra Nativa, cómo proyectos privados fueron financiadas
por sus propios directores y en los casos en que en ellas se
incluyeran anuncios comerciales se hacía con el fin de
ayudar a su sostenimiento ya que las revistas "adolecían
de una enfermedad que denominan con aire compungido: agotado el
presupuesto";
esto explica por qué la vida efímera de muchas de
ellas. Con excepción de la Revista Estudio, Revista de
Santander que en sus trayectorias recibieron apoyo
gubernamental.
Las revistas de letras no podrían tomarse como un
modelo empresarial ya que su difícil sostenimiento, y la
vida efímera de muchas de ellas demostraban, que su
intención no era un fin económico, sino la
representación de un sector exclusivo de la sociedad, se
denunciaba en sus páginas la falta de apoyo por parte de
los miembros del Club que representaban, así lo mostraron
Alma Latina y Club Campestre la indiferencia y la falta de
compromiso para un proyecto cultural como lo proponían las
revistas.
Y del mismo modo los no muy significativos
números impresos, su escaso valor y su frecuente canje;
evidencia que la publicación de las revistas de letras se
alejaba de beneficios comerciales para sus propietarios y que por
el contrario el anunciar en ellas fue un estímulo poderoso
para la actividad comercial de Bucaramanga.
En sus Páginas los anuncios comerciales son su
fuente de sostenimiento y son la vitrina de las modas, de las
novedades científicas, son el directorio profesional de la
ciudad acompañado a estos la riqueza gráfica en la
presentación de sus productos siendo la caricatura una
innovación en la empresa editorial teniendo en cuenta lo
que significaba una descansada y amena lectura enriquecida con
sus contenidos gráficos.
El retrato de la Bucaramanga de la primera mitad del
siglo XX, es fácilmente descubierto en los contenidos que
hacían parte de estas revistas, ya que por ser de
literatura, sus productores presentaron para sus lectores,
nacionales como extranjeros la cotidianidad de un ambiente
literario, la exclusividad de su circulo literario ya que con la
repetición de las mismas figuras políticas,
literarias y hombres de empresa. No sólo en las
crónicas, las novelas y la poesía, la
región, las damas, motivaron a estos hombres, en ellas
hacía parte la sección noticiosa, de la
política, economía y la vida social que le da un
valor a las revistas de letras como fuente de la historia social
de Bucaramanga en la primera mitad del siglo XX.
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Autor:
Angélica María Díaz
Vásquez
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