Se coincide con Fernando González Rey en su obra
"La personalidad, su educación y desarrollo ",
cuando plantea: "Es cierto que la moral, como sistema
supraindividual de valores, normas y principios, se
determina por la necesidad social a la que este sistema sirve ".
– Y agrega posteriormente que – "… el conjunto de expectativas,
normas, valores y principios de la sociedad son individualizadas
por el sujeto y encuentran su lugar en la regulación del
comportamiento
de la personalidad de quien los asume ".(3)
De aquí se deriva que en el análisis del desarrollo
moral se tenga en cuenta, además de las relaciones del
hombre con su medio, las formas en que cada uno interiorice
dichas normas, principios y valores, cómo los instrumente
en sus acciones tanto
externas como internas y podemos agregar, en su lenguaje o
proceso
comunicativo.
Es a partir de lo apuntado que la asimilación de
los valores
morales por los estudiantes en
general adquiere una importancia capital, pues
los mismos forman parte de su ética
profesional.
K. D. Radina (4) destaca que la educación moral
ocupa un lugar esencial en el desarrollo multifacético de
la personalidad, por constituir una guía en sus acciones
valorativas. El desarrollo de las formaciones morales debe ser
dirigido a través del proceso educativo, pues no se forma
espontáneamente, sino mediante un sistema organizado de
influencias. En el centro de este proceso se encuentra "el propio
hombre como sujeto y objeto de la actividad y jugando el rol de
eje fundamental de dicha transformación".
Con el perfeccionamiento de los procesos
educativos y el esclarecimiento de cómo se desarrollan en
el hombre sus particularidades psicológicas es como la
personalidad asimila las influencias de la sociedad.
Al respecto el Dr. Juan Mari Lois señala: "El
proceso educativo es correlacionar la ideología con las necesidades y
expectativas de los ciudadanos y a partir de esta
correspondencia, trazar las finalidades esenciales que deben
atravesar. Permear todo el sistema educativo." (5)
En la Cuba de hoy
donde la actividad fundamental está encaminada a preservar
las conquistas de la Revolución, en los marcos del llamado
Período Especial, el fortalecimiento de valores en el
estudiante resulta ser una tarea que no se encuentra en la
periferia de la labor educativa, sino en su línea
principal.
Se hace necesario el tratamiento de este tema
especialmente por dos razones:
Primero, si consideramos como un principio ético
lo que sabiamente expresara José Martí:
"La educación, empieza con la vida y no acaba
sino con la muerte"(6),
segundo, porque la educación de valores no escapa a las
exigencias del progreso tecnológico, al bienestar y al
desarrollo ético de los estudiantes, por la constante
elevación de la calidad de
vida realmente humana.
Para formar un estudiante que sea capaz de reflexionar
racional y consistentemente ante el reclamo de los demás,
de emitir juicios, de sensibilizarse con el compañero, de
tomar decisiones justas y acertadas hay que educarlo en una
cultura de
valores, para que pueda poner en claro el sentido de su vida,
para que construya su marco referencial, más allá
de lo puramente material o inmediato, y configure la naturaleza misma
de su ser. En fin, para educar un estudiante con la capacidad de
situarse en una posición digna en el mundo
contemporáneo.
Debe ser propósito social, en los momentos
actuales, dar marcada prioridad a los aspectos educativos,
especialmente a la formación de valores, riqueza legada
por los pueblo, por sus mejor de sus tradiciones
patrióticas, culturales y familiares.
El carácter
de los valores
morales como orientadores y reguladores internos, hace que
estos ocupen un lugar especial dentro del sistema, formando parte
del contenido movilizativo de los restantes valores al estar
presentes en la premisa, el fundamento y la finalidad del acto de
conducta humana
en cualquier esfera de la vida aspecto muy importante en la
actividad del estudiante
El valor moral
expresa la significación social positiva de un
fenómeno – hecho, acto de conducta, en
forma de principio, norma o representación del bien, lo
justo, el deber, con un carácter
valorativo y normativo a nivel de la conciencia que regula y
orienta la actitud del individuo hacia la reafirmación del
progreso moral, el crecimiento del humanismo y el
perfeccionamiento humano.
La novedad científica de esta
argumentación está dada en el estudio de
cómo se puede trabajar los valores a través de la
clase, mediante la combinación de un sistema de
influencias educativas debidamente organizadas, es factible
continuar fortaleciendo los valores morales en el estudiante de
hoy.
La significación teórico- práctica
está determinada por la necesidad de continuar
profundizando en aspectos complejos, como la regulación
inductora de la personalidad, básicamente en lo
relacionado con el fortalecimiento de valores morales para
valorar la conducta y el comportamiento del
estudiante.
Objetivo: Proponer un sistema de acciones encaminadas al
tratamiento de las valores
Humanos desde la clase.
1.1- Bases teórico- metodológicas acerca
de la formación de valores.
En los umbrales del siglo XXI se torna absolutamente
necesario retomar con toda la fortaleza posible las posiciones
que fundamentan el carácter eminentemente humano de los
procesos
educativos como exigencia para la vida social
contemporánea.
Para la consideración del enfoque humanista como
comprensión del proceso de formación del hombre se
precisa analizar de forma breve la significación del
término humanismo al cual
en la literatura se
trata con una interpretación teológica,
filosófica, literaria, psicológica,
sociológica y pedagógica esencialmente.
Frecuentemente el humanismo, se asocia con la etapa
renacentista. La Filosofía de esta época fue
humanista porque encontró en el resurgimiento del pensamiento
filosófico clásico un medio de justificar el
interés
de ascenso por los fenómenos naturales y
humanos.
De este modo, es común encontrar denominado al
humanismo como: "El movimiento
literario de retorno a los valores clásicos y de
exaltación de lo humano, producido con el
renacimiento"(7). En este caso se circunscribe la
definición a una esfera específica de la actividad
humana, la literaria.
El citado término puede encontrarse con
diferentes interpretaciones que encierran la esencia del ser
humano y otros elementos relacionados directamente con sus
posibilidades de manifestación, de esta forma se define
como: "movimiento
moral e intelectual tendiente a desarrollar en el hombre las
facultades propiamente humanas y a multiplicar las instituciones
culturales"(8).
En otras determinaciones aparece el concepto con otra
dimensión pero en la propia esfera literaria apuntada, en
este caso aparece como: " La convicción de que los valores
espirituales e ideales son de categoría suprema en la
constitución de la realidad, y que estos
valores se expresan más adecuadamente en las grandes
creaciones clásicas de la humanidad en la literatura"(9).
Algunos estudiosos sobre el humanismo prefieren
clasificar al mismo de acuerdo a su significación,
así se conceptualiza, el humanismo actual como : "actitud
práctica o concepto teórico de quienes luchan por
el desarrollo de las funciones
propiamente humanas del hombre, e incluso consideramos al hombre
como valor supremo
"(10).
En una comprensión amplia del término se
expresa como humanismo científico la "doctrina o
práctica consistente en pedir también,
principalmente, al estudio de las ciencias, la
formación humana que antiguamente se pedía casi
exclusivamente al estudio de las letras" (11).
Se registran también referencias al humanismo,
cristiano, socialista, burgués, trágico,
alemán, etc., todos ellos al igual que los mencionados
constituyen expresión de la intención del hombre de
comprenderse de una u otra forma en los límites de
lo que él es y debe ser ( Relación del SER y el
DEBER SER ).
Queda totalmente claro que las diferentes
interpretaciones del humanismo ya sea como movimiento,
convicción, teoría,
doctrina, actitud, incluso como filosofía revelan un
enfoque progresista y renovador en las diferentes épocas
del desarrollo
humano.
Tomando como base las consideraciones anteriores es
comprensible que la pedagogía como ciencia de la
formación del hombre tenga dentro de sus propósitos
esenciales: La humanización de cada generación en
correspondencia con las condiciones y necesidades de su
época.
Es precisamente por esta razón que al aludir en
este trabajo a la necesidad del enfoque humanista en los
estudiantes, no estamos entendiendo el humanismo como una
tendencia, teoría,
doctrina, etc., sino como un sustrato, un fundamento, una
comprensión del proceso de expresión y
comportamiento del hombre.
Hacemos referencia al enfoque humanista en un plano de
reflexión donde consideramos al humanismo como: La
comprensión del proceso de formación del hombre en
el que el desarrollo
humano individual en todas sus dimensiones adquiera un
verdadero sentido al ponerse en función de
toda la humanidad (12).
Esta comprensión del humanismo, expresa una
significación ilimitada de este concepto, incluso nos
permite compartir con el gran humanista Erasmo de Rotterdam, "de
que el mundo es una patria común". Tal concepción
presenta una contemporaneidad indiscutible.
El problema del carácter humanista del desarrollo social
implica el reconocimiento de las condiciones histórico –
concretas en que tiene lugar ese desarrollo. Algunos autores
hacen precisiones al respecto como es el caso del
sociólogo español
Rafael Zomata Cotanda quien señala que:
"… el discurrir del ser humano es una consecuencia
histórica"(13). Esta advertencia puede orientar un
pensamiento
más inclinado a ver al ser humano de forma más
correcta y específica y alejar las tendencias
tradicionalistas de verlo como algo abstracto general.
El encuentro de un pensamiento acerca del hombre
concreto que
vive en un tiempo y un lugar
permite describir el entorno de su humanismo. La esencia humana
se registra en la forma en que se despliegan las relaciones
sociales como justa interacción entre un momento objetivo
determinado por las condiciones que circundan al hombre y un
momento subjetivo determinado por los intereses que lo mueven a
actuar de una u otra forma. Es en este escenario donde se debe
definir el perfil del ser humano, que necesariamente,
deberá responder a las condiciones de la época y
del lugar en que éste se desarrolla.
El cuestionamiento del ser humano implica tomar en
consideración ciertas bases conceptuales que precisen su
verdadero contenido. El sociólogo Juan Francisco Gallo,
define al ser humano como "conjunto de energías
físicas y espirituales que se conjugan para impulsarlo a
la acción y realización de las metas y objetivos de
la vida"(14).
De este concepto se desprende la idea de que la
concepción del ser humano no depende esencialmente de su
existencia ontológica sino del tipo de relaciones que se
establecen a partir de sus fuerzas motrices, a través de
las cuales da solución a los problemas que
se le presentan en dichas relaciones. El propio autor a que hemos
hecho referencia establece una clasificación de los
problemas humanos principales a los que el hombre se tiene que
enfrentar y para los cuales tiene que prepararse adecuadamente.
Al respecto hace la siguiente propuesta:
Problemas personales: Los relacionados con la salud, su conducta, las
preocupaciones, experiencias sentimentales.
Problemas de relación: Son los fracasos y
conflictos en
nuestras relaciones familiares, de trabajo, de estudio, de las
amistades, etc.
Problemas familiares: los relacionados con el
funcionamiento del hogar y el matrimonio.
Problemas de trabajo: los relacionados con la vida
laboral.
Problemas económicos: se refieren a las
dificultades de recursos
financieros.
Problemas culturales: se refieren a la educación
y a la capacitación.
Problemas ambientales: se relacionan con el medio
circundante al hombre(15).
Resulta evidente que para poder dar
solución a estos y otros problemas, el hombre necesita
adquirir una preparación correcta y precisa, que le
permita responder al medio social en que se desenvuelve, a
través de la asimilación de ese medio social en
términos de valores
humanos.
Para el desarrollo y perfeccionamiento del ser humano
hay que descubrir como éste se inserta adecuadamente en el
medio circundante, cómo asume la significación
social de la realidad exterior en cuyos marcos se desarrolla,
cómo satisface sus necesidades siempre
crecientes.
El proceso de formación de la personalidad
deberá sustentarse en determinados indicadores
que expresen la dimensión humana que requiere el individuo
para incorporarse plenamente a la vida social, esos indicadores lo
constituyen el sistema de valores humanos esenciales del hombre
en una época y en lugar.
Preparar al hombre para la vida significa, ante todo,
dotarlo de una formación cultural y científica que
le permita asumir la realidad en términos de
significación social del mundo, lo cual le
permitirá actuar consecuentemente como ser social, como
ente transformador y como productor y reproductor de la vida
social.
La escuela
latinoamericana, y en particular la cubana, poseen raíces
cargadas de profundo humanismo, el ideario pedagógico de
Félix Varela, José de la Luz y Caballero,
de José Martí, entre otros tantos, fundamentan el
sistema educativo a partir de las necesidades y motivaciones del
hombre como genuino ser humano. Sería muy difícil
definir mejor los postulados apuntados que de esta forma: "Educar
es depositar en cada hombre toda la obra humana que lo ha
antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,
hasta el día en que vive: Es ponerlo a nivel de su tiempo
para que flote sobre él, y no alejarlo de su tiempo, con
lo que no podría salir a flote: es preparar al hombre para
la vida" (16).
Pero lógicamente educar en tiempos de
escepticismo, en tiempos del post – modernismo,
descubrir valores del humanismo en tiempos de desarrollo
desigual, de destrucción del medio
ambiente, de la infranqueable distancia entre ricos y pobres
es un reto sin precedentes.
En los momentos actuales produce un gran interés el
dilema acerca de la concepción de los valores humanos. Con
frecuencia se discute, tanto en círculos
científicos, como populares, cuál es el estado en
que se encuentran, si están en crisis, si
están deteriorados, o si se han perdido, y no pocos
encuentran sus causas en los problemas económicos,
políticos, sociales, familiares, etc.
Pero resulta necesario revisar el problema sobre la
concepción de los valores pues pasa a un primer plano y es
de interés internacional. Cabe preguntarse,
¿Qué entender por valores humanos?,
¿Cuáles son los valores fundamentales del hombre
contemporáneo? ¿ Qué contenido tienen en
nuestros días? y ¿Cuáles son las vías
para su formación y desarrollo?.
Ante la complejización de las relaciones sociales
la vida espiritual necesita enriquecerse y fortalecerse. Aunque
la esfera espiritual del hombre tiene una correspondencia directa
con las condiciones materiales en
que vive el mismo, sería erróneo no considerar la
relativa independencia
que existe entre las mismas. De no ser así no se
reconocería la actualidad de la respuesta dada por el
patriota cubano Ignacio Agramonte a la pregunta ¿Con
qué cuenta Ud. para ganar la guerra?, a lo
que respondió; con la vergüenza ! y es verdad que esa
era la única verdadera arma ya que las condiciones
materiales del
ejército eran muy desfavorables.
Hay que reconocer que existen valores universales
propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las
características propias de una
generación; y de un lugar específico del mundo. Por
eso el estado de
los valores humanos se determinan por la relación que
existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos
específicos propios de una época y de una
situación social dada.
El mundo de hoy inmerso en profundas crisis
económicas, políticas,
financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los
valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y
determinar cuál es el contenido de ellos en la
generación de hoy, en correspondencia con las condiciones
en que se vive. Esa es la tarea que tenemos planteada en estos
momentos para poner en el lugar que le corresponde, para
perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su
papel.
Es importante aclarar que el valor humano depende en lo
fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre,
porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas
condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al
hombre para que responda al medio social en que vive y esto
está estrechamente relacionado con los valores
humanos.
Es importante remarcar la idea de que esta
asimilación de las condiciones histórico – sociales
se encuentra vinculada a las relaciones
interpersonales. El valor humano siempre tiene incidencias en
la actitud de una persona hacia
otra, derivada de las condiciones en que se producen esas
relaciones
interpersonales.
La personalidad se forma bajo el conjunto de las
relaciones sociales, por lo que el hombre es un producto bio-
psico-social y que responde a las condiciones del momento y del
lugar que le corresponde y se desenvuelve.
El proceso de formación de la personalidad tiene
lugar por diversas vías y cada una tiene su especificidad.
Podemos citar: la familia,
las instituciones
educacionales, las organizaciones
políticas y de masas, los medios de
difusión masiva, las Organizaciones
Empresariales, etc.
Ante todos estos argumentos cabe preguntarse:
¿Existe una crisis de los valores
humanos?
Si tomamos en consideración que constituye una
necesidad imperiosa de nuestro tiempo perfeccionar al ser humano,
para que pueda responder plenamente a los requerimientos que le
plantean las complejidades de la sociedad contemporánea y
que con ese perfeccionamiento si debe lograr una mayor
efectividad con los valores humanos fundamentales; la
aceptación de crisis de valores en nuestra sociedad debe
comprenderse por el hecho de que aún cuando en la sociedad
una parte de las personas son portadores de valores positivos, se
aprecia que en un número por encima de lo normal sus
actitudes no
se corresponden con los valores humanos que la esencia de nuestro
sistema social propugna.
Se trata de que en medio de las crisis
económicas, políticas y culturales de los pueblos
se van acumulando las necesidades humanas donde cada cual
irá resolviendo en la medida de sus posibilidades con
menor o mayor grado de honestidad, de
sensibilidad, de solidaridad, sus
problemas personales.
Conformar una tendencia a que las personas resuelvan sus
necesidades crecientes sobre la base de la interiorización
de un sistema estable de valores humanos producirá el
salto necesario que elimine la tendencia negativa que hoy podemos
aceptar como pérdida de algunos valores humanos en una
parte de la sociedad.
Hay determinados valores humanos, que por su lugar y
papel en la
sociedad tienden a fortalecerse y otros a debilitarse en
dependencia de las condiciones en que se despliega la actividad
humana. Y para demostrar esta tesis, la
necesidad de transformación del contenido de algunos
valores como la solidaridad
humana que en tiempos de necesidades e insatisfacciones tiene que
materializarse como resultado del sentido de desprendimiento de
lo propio, para contribuir con los demás. En esta misma
dirección se puede analizar la sensibilidad
humana que ante el hecho real de incrementar los mecanismos de
solución de problemas propios se puede debilitar el ser
insensible ante los problemas de los demás. Pero
también en período de crisis se pueden fortalecer
otros valores como la valentía ante las dificultades, la
capacidad de resistencia, la
disposición de vencer ante metas y objetivos sociales
determinados.
Los problemas analizados relacionados con el
debilitamiento de determinados valores influyen muy negativamente
en la esfera del comercio donde
las condiciones económicas han provocado una oferta muy
limitada acompañada de un servicio
ineficiente en muchos casos. Los trabajadores de esta rama
además de poseer una adecuada preparación
profesional deben caracterizarse por su condición
humana.
Los intentos de encontrar una definición del
concepto de valores humanos han tenido lugar desde tiempos
remotos.
En un primer estadio se definieron los valores humanos
absolutizando la esfera subjetiva del ser humano. Así, nos
encontramos con una etapa importante del nacimiento de este
concepto en el pensamiento de los estoicos quienes
definían a los valores humanos como toda
contribución a la vida sobre la base de la razón.
Se hablaba entonces de los valores de la virtud, la dignidad, la
honestidad, etc.,
siempre desde la subjetividad humana.
Otro momento importante lo aporta el pensamiento
filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se desarrolla
el concepto de valores humanos sobre la base de que el valor de
todos las cosas es su precio dado
por el propio hombre, lo cual presupone la persistencia de una
concepción subjetiva del término tal como lo
sustenta el filósofo materialista inglés
Thomas Hobbes
(Primera mitad del siglo XVII).
Otra etapa que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos
lo encontramos en el pensamiento clásico alemán de
finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde este concepto
se eleva sobre la noción del bien vinculándola con
significaciones económicas pero siempre determinados por
la posición del hombre como punto de partida, la cual le
da permanencia a un enfoque subjetivista del problema.
En la segunda mitad del siglo XIX con la
aparición del Marxismo, el
concepto de valores humanos se abunda sobre la base de la
relación del factor objetivo y el factor subjetivo en la
esencia humana, es decir, de la correlación entre la vida
material y la vida espiritual de la sociedad. Así el
pedagogo alemán Scholz sustenta la tesis de que
los valores son: "Una relación sujeto – objeto resultado
de las valoraciones de un proceso de reflejo específico en
la conciencia, que expresa la importancia y la
significación de la realidad para el hombre".
(17)
El tratamiento enciclopédico de la
filosofía contemporánea propone una
definición conceptual de los valores humanos que plantea:
"Valores humanos son las determinaciones sociales de los objetos
circundantes que ponen de manifiesto su significación
positiva o negativa para el hombre y la sociedad".
(18)
Algunos textos de la literatura filosófica
contemporánea profundizan en la esencia de los valores
humanos destacando el presupuesto de la
significación de la realidad objetiva para las necesidades
humanas y precisando el carácter positivo de esta
significación:
"Valores humanos son las propiedades funcionales de los
objetos consistentes en su capacidad o posibilidad de satisfacer
determinadas necesidades humanas y de servir a la práctica
del hombre, es la significación socialmente positiva que
adquieran los objetos al ser incluidos en la actividad
práctica humana ". (19)
Una precisión importante la hace el
filósofo cubano José Ramón
Fabelo Corso, quien señala:
"Valor humano es la significación esencialmente
positiva que poseen los fenómenos y objetos de la
realidad, no cualquier significación, sino aquella que
juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad ".
(20).
Si analizamos hasta aquí la evolución histórica del concepto de
valores humanos se destacan dos momentos importantes: Primero,
desde los Estoicos hasta la primera mitad del siglo XIX que
sostenían una interpretación subjetiva del concepto
y una segunda y profunda etapa a partir de la segunda mitad del
siglo XIX hasta nuestros días que sustenta la tesis de
analizar el concepto de los valores humanos desde la óptica
de la relación recíproca y dialéctica de lo
subjetivo y lo objetivo, es decir, lo ven con la unidad y
diversidad de la vida espiritual y material de toda la
sociedad.
Este nuevo enfoque ha contribuido al esclarecimiento del
problema y ha inspirado a importantes y prestigiosos pedagogos,
psicólogos, sociólogos al estudio de esta poderosa
esfera de la acción humana, a la cual nos sumamos en su
estudio y profundización.
El caso de José María García
Guzmán, Catedrático de Filosofía del
Instituto de Bachillerato Velázquez de Sevilla aporta el
siguiente concepto:
"A lo que más se parece el concepto de "valores"
es al de "fines", entendido éstos como la causalidad que
produce cualquier actividad esencial de los sujetos
dinámicos" (21).
Otra interesante interpretación la hace el Dr.
Antonio Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la
Junta de Andalucía define los valores humanos
como:
"Ideales que actúan al modo de causas finales,
esto es, son, por una parte, el motor que pone en
marcha nuestra acción y, a la vez, la meta que
queremos alcanzar una vez puestos los medios
adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios
y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a
alguna otra cosa". (22).
Al intentar definir la categoría Valor existe el
problema de que este término tiene múltiples
acepciones desde el punto de vista semántico, por lo que
se hace necesario determinar los límites en
los cuales se utilizará el concepto.
Por lo que se conoce, el valor se asocia al precio de las
cosas, a la importancia de algo, a la utilidad de un
objeto o fenómeno de la realidad, para definir este
concepto hay que partir de la relación entre lo objetivo y
lo subjetivo. Al tocar la esencia de esta relación, es
indispensable encontrar el nexo entre todo aquello que exista
independientemente de nuestra conciencia y todo aquello que
depende de nuestra conciencia. La teoría acerca de los
valores no escapa a esta relación.
Al tomar en cuenta estos elementos podemos entender por
valores humanos y sumarnos al criterio que ofrece el
filósofo cubano José Ramón
Fabelo Corso:
"Valor humano es la significación socialmente
positiva que poseen los fenómenos y objetos de la
realidad, no cualquier significación, sino aquella que
juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad".
(23)
Para contribuir al fortalecimiento de los valores en el
trabajador del comercio hay
que comprender la necesidad de tributar a conjuntos de
valores, es decir, no se debe trabajar hacia valores aislados
porque los componentes de los valores se complementan mutuamente
y al expresarse en acciones interactúan entre sí.
La apropiación de un sistema de valores que ponga al
individuo en condiciones de actuar adecuadamente en el entorno
social en que le toca vivir constituye la base fundamental de la
formación y perfeccionamiento de la
personalidad.
Es muy importante que en la estructuración del
sistema de valores se tengan en cuenta aquellos componentes que
más directamente reflejan las normas de la convivencia
social de una época, como base de toda actividad
humana.
Es obvio suponer que al querer establecer y determinar
cuáles son los valores que debe poseer el trabajador del
comercio, nos encontramos con el problema de que la
significación social del medio exterior puede ser tan
extensa y tan variada que haría infinita la lista de
valores que puede asimilar la formación del
comerciante.
Por lo tanto, la determinación de un sistema de
valores solo se podrá lograr a través de la
jerarquización que se haga de un grupo de ellos
tomados de esa infinitud que presupone la significación
social del medio exterior. Hay que tomar los que mayor
significación tienen por su comportamiento y
manifestación en el sector del comercio como una respuesta
a los problemas que afronta..
En la sociedad cubana, el pueblo es la principal
fuerza
productiva que determina, mediante el desarrollo de la producción toda la marcha y dirección de la sociedad.
Dentro de este pueblo trabajador el estudiante ocupa un
lugar importante pues son la continuidad histórica de la
sociedad y para responder a tan altas exigencias debe estar
preparado política, ideológica, moral y
culturalmente, lo que ayudaría a lograr una verdadera y
armoniosa relación con toda la sociedad.
Por tanto, le corresponde al estudiante participar en el
perfeccionamiento del modo de vida y nivel de la vida de la
población en general.
En nuestra sociedad se tienen grandes posibilidades de
influir altamente en la formación y educación de
gustos estéticos, normas éticas, costumbres y
valores culturales de nuestra sociedad: ¿Cómo
comportarnos?, ¿Cómo convivir, ¿Cómo
recrearnos?, ¿Cómo ser mas revolucionario?
Cómo ser más solidarios?.
Estamos conscientes de que el estudiante puede
participar de esta educación con su ejemplo vivo, con su
imagen, con su
talento, con su inteligencia,
ante cualquier circunstancia, enfrentar política y
profesionalmente la escasez de cualquier recurso, en fin, el
estudiante debe estar apto para responder a las exigencias
sociales y laborales, razón poderosa para educarlo y
encaminarlo hacia el alcance de una cultura en
valores.
Al fundamentar la necesidad del desarrollo de una
ética
humanista en la sociedad socialista, el investigador Fidel
Izquierdo señala:
" Debemos educar en un humanismo cuyo contenido
fundamental radique en el amor al ser
humano, en la sensibilidad, en la generosidad, en la
preocupación por el otro, en la ayuda mutua y en la
solidaridad. Educar en un humanismo que sea noble y abierto y a
la vez exigente e intransigente con las faltas y las debilidades,
donde el hombre es más preciado". (28) 1.2 – Acerca de la
Clasificación de los valores humanos.
La cuestión del lugar que ocupan los valores en
la estructura de
la Personalidad y en su desarrollo es un aspecto muy debatido por
pedagogos y fundamentalmente, por psicólogos, ya sea
porque se analice directamente su estructura
psicológica, el papel que juegan en la regulación
de la actividad en relación con otras categorías,
su rol en el desarrollo moral y/o como debe desarrollarse la
educación en valores ( Sherkovin, Yu. A,1985; Predvechni,
G.P, 1986; Schwartz, S,1987; González Rey, F, 1995;
Berkowitz, M, 1998; Payá Sánchez, M,1998;
Martínez, M,1998). Se analizarán solamente los
planteamientos de diferentes autores, que pueden servir de base
teórica para la toma de
decisiones en el diagnóstico, como punto de partida para el
desarrollo del Proyecto
Educativo.
Sherkovin definió valor, norma y actitud como
reguladores de la actividad humana. " a una serie de normas,
valores e ideas las asimilamos sin detenernos a pensarlo
(actitudes),
otras las desarrollamos conscientemente (ideales). El concepto
"valor" corresponde a necesidades intereses y objetivos de las
personas a quienes "favorece" (…) Se dividen en existentes y
específicos y estos últimos en valores ideales,
valores deseos y valores de deber muy semejantes a las normas
(…) Una de las variedades de orientaciones axiológicas
es la actitud psicológica.
Predvechni y Sherkovin en 1986 establecieron: "Valor es
un concepto que expresa la significación positiva o
negativa de un objeto o de un fenómeno". Señalan la
existencia de tres tipos de valores: valor- objeto, valor- medio
y valor condición.
En1987, Schwartz y Bilsky (citados por Brinkmann,
H,1997), a partir de estudios previos (Kluckhohn, 1951;
Parsons,1957; Rokeach, 1973) propusieron una teoría acerca
de la estructura psicológica de los valores. Un valor es
"el concepto que tiene un individuo de un objetivo (terminal-
instrumental) transituacional, que expresa intereses
(individuales- colectivos o ambos) concernientes a un dominio o
área motivacional y que es evaluado en un rango de
importancia (muy importante-sin importancia) como principio
rector de su vida".
Brinkmann en 1997, plantea 5 facetas propias de los
valores:
- Son un concepto o creencia.
- Atañen a situaciones finales o comportamientos
deseables. - Trascienden situaciones
específicas. - Guían, seleccionan y evalúan
comportamientos y eventos. - Están ordenados entre sí por
importancia relativa.
Schwartz y Bilsky propusieron además once tipos
de motivaciones de valores: autodirección,
estímulo, hedonismo, logro, poder,
seguridad,
conformidad, tradición, espiritualidad, benevolencia y
universalismo. Otro aspecto digno de destacar en su teoría
es que los valores pueden clasificarse de la siguiente
forma:
Según el objetivo o tipo de meta que
persiguen:
– Valores terminales: Son aquellos que representan
objetivos, que expresan situaciones finales definidas por un
sustantivo. Ejemplo: Confianza. Son también llamados
valores de meta.
– Valores instrumentales: Representan modos de
comportamiento y se expresan a través de adjetivos.
Ejemplo: Confiable. Son también llamados conductuales o
comportamentales.
Según estén al servicio de
los intereses del individuo mismo o de alguna
colectividad.
– valores individualistas: poder, logro, hedonismo,
estímulo y autodirección.
– valores colectivistas: benevolencia, tradición
y conformidad.
De acuerdo a lo anterior se postula que existen valores
afines entre sí y otros cuyo choque puede originar
conflictos
psicológicos y sociales. Schwartz propuso una escala que ha
sido validada en 65 países, dedicando un taller a la
medición de valores en el último
Congreso Mundial de Sicología, celebrado en E.U.A. en
1998.
Según González Rey, "los valores son todos
los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de
socialización del hombre(…) Un valor se
instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores
formales, que regulan el comportamiento del hombre ante
situaciones de presión o
control externos,
y creo que no son los que debemos formar, y los valores
personalizados , expresión legítima y
auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi
opinión, los valores que debemos fomentar…
Berkowitz, M. W. señala que el trabajo
más valioso sobre valores fue desarrollado por Rokeach en
1973, el cual definió al valor " como una preferencia
permanente para una conducta en concreto o
para un estado final
de ser", lo cual incluye tanto un claro componente cognitivo (una
creencia) como un componente afectivo (la evaluación). Para Berkowitz, " los valores
y rasgos de carácter se encuentran estrechamente
relacionados con características de definición que se
solapan". Este propio autor destaca que se utilizan como
sinónimos los términos "valores",
"carácter", "valores morales", "educación moral",
"educación en valores" y que se ofrece una escasa
definición de los mismos.
El carácter está constituido por el
sistema de formaciones motivacionales que definen la
orientación estable y peculiar del sujeto hacia las
diferentes esferas de la actividad. Estas formaciones conforman
una estructura en la cual se organizan atendiendo a su
importancia para el sujeto, constituyendo lo que se ha denominado
una jerarquía motivacional. Las formaciones motivacionales
en su máxima expresión conducen a las tendencias
orientadoras de la personalidad (TOP), expresan la
orientación estable del hombre hacia las diferentes
áreas de la actividad, dando lugar al sistema de
cualidades del carácter, " que resume las orientaciones
del sujeto hacia el colectivo y las demás personas, hacia
el trabajo y hacia sí mismo." (29)
Esther Baxter Pérez en su libro: "La
formación de valores, una tarea pedagógica", ofrece
una comprensión general de los valores esenciales del
socialismo,
los cuales son: la paz, la justicia
social, la libertad, la
responsabilidad, el trabajo creador, el
colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el
internacionalismo, la solidaridad y la disciplina.
(30)
Como se observa se plantea una relación de
valores tomando como base el sistema social característico
de nuestro país.
En esta misma línea se encuentran otras
argumentaciones donde se destacan los valores fundamentales que a
través de la historia han caracterizado
al pueblo cubano.
En este sentido, en un artículo publicado en la
revista "Con
Luz Propia"",
"Un debate de los
maestros cubanos: La ética
pedagógica y la formación de valores morales,
1997", se refiere al sistema de valores funcionales de nuestra
nación
y de la moralidad histórica del pueblo cubano: se
relacionan la dignidad humana, la intransigencia e intolerancia
ante la dominación extranjera y la solidaridad humana.
(31).
Es importante destacar que el logro de la
formación de estos ideales sociales está en la
elevación de la profesionalidad, en la voluntad y deseo de
servir incondicionalmente a nuestra Revolución, en el comprometimiento
constante, con la tarea que debemos enfrentar los retos del
próximo siglo en términos o materia de
valores humanos. Esta en nuestra concepción
ideológica, en nuestra firmeza y consciencia
política y en nuestra manera de integración social.
El Ingeniero Miguel Angel López Vega y el Lic.
José Raúl Peña Sandoval , profesores de la
Escuela Superior
de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad
Culhuacán, UNAM, en el V Simposium "Los valores de la
educación", febrero de 1997, ofrecen la siguiente
clasificación de valores(32):
Valores de acción Valores de
contemplación
Intelectuales Espirituales
Económicos Estéticos
Morales Emocionales
Valores Biológicos Valores sociales
De salud De la
persona
Alimentación Familiares
Habitación Institucionales
Vestido Comunitarios
Valores de relación
Relaciones humanas
Pedagógicos
En este cuadro se muestran las 17 áreas de la
vida en que se fundamentan los valores del ser humano.
En la clasificación anterior los valores morales
son incluidos dentro de los valores de acción porque son
los valores del mundo espiritual del hombre que están
relacionados de forma inmediata con su práctica
histórico – social, con su acción y su conducta
para con los demás, para con su entorno natural y para
consigo mismo.
José María García Guzmán, en
" Educación y Valores en España",
propone la siguiente clasificación:
Valores instrumentales: Son aquellos que sirven de medio
para alcanzar otros valores superiores.
Valores vitales: Se refieren a la instalación del
sujeto en el mundo y a su relación placentera con el
entorno.
Valores sociales: Son los que tienen que ver con las
normas de convivencia entre las personas y sus relaciones con
ellas.
Valores estéticos: Se refieren a la
creación de lo bello o su simple
contemplación.
Valores cognoscitivos: Tienen que ver fundamentalmente
con el
conocimiento de la realidad y de las leyes que
organizan esa realidad tanto externa como
internamente.
Valores morales: Son aquellos que presentan una bondad o
maldad intrínseca; son en el fondo, los que impregnan toda
la escala de valores
en un sentido, pues todas las preferencias se hacen sobre la base
de que se consideran "buenas" para el sujeto o la colectividad o
"justos" y aparecen como "derechos" o "deberes",
siendo la elección entre los polos axiológicos la
esencia de la "libertad".
(33)
Aunque en este trabajo se hace énfasis en los
valores humanos, se ha realizado el análisis de diferentes
clasificaciones porque los valores no se manifiestan de forma
aislada, ellos son asimilados en un sistema, es decir, en
combinación y dependencia unos con otros.
Los criterios para la clasificación en sistema de
valores son disímiles, por el lugar que ocupan en la
estructura de la personalidad, por sus objetivos, por su
contenido social y personal,
etc.
Se consideran los valores humanos, en cuanto a
precisión del concepto dado por los autores como:
significaciones socialmente positivas que mueven el mundo
espiritual del hombre, que se relacionan con su práctica
histórico- social, con su acción para con los
demás, para con su entorno natural y para consigo
mismo.
Ciertamente, a todo valor corresponde un antivalor, pues
sino carecería de sentido el propio término de
valor, sin embargo, atendiendo al principio del justo medio, todo
valor está en el centro de sus antípodas o por
exceso o por defecto. Ejemplo: La valentía tiene su
antivalor que es la cobardía pero su extremo sería
la osadía, y por supuesto, el libre albedrío o la
capacidad de elección del sujeto es lo que connota lo
específico de su naturaleza como
ser social, es decir, la libertad.
Es muy importante cuando se habla de valores precisar su
contenido, de lo contrario pueden surgir diversas
interpretaciones.
Se pretende contribuir a la formación de un
estudiante que sea capaz de realizar sus tareas, funciones con
rigor profesional y técnico de manera que el resultado de
su trabajo sea irrebatible, que pueda oír de manera atenta
y cuidadosa las opiniones de los demás, asegurando un
comportamiento cortés, respetuoso, esmerado y ejemplar,
asumiendo las dificultades con actitud resolutiva, procurando las
mejores soluciones y
con ello pueda contribuir al prestigio e imagen personal
.
Propuesta de Vías para el fortalecimiento de los
valores Humanos en el estudiante de administración . 1.3- Vías para el
fortalecimiento de los valores humanos. .
Es obvio que una condición básica para el
reforzamiento de los valores humanos es que no existe una
vía específica, ni un método, ni
un espacio particular con tales fines, pues es un proceso que
ocurre en todo tipo de actividad que realiza un profesional. No
obstante, consideramos necesario referir diferentes momentos que
son puntuales en la reflexión sobre este problema,
tendientes a mostrar acciones con determinado grado de
concreción.
De esta forma la vía esencial es mediante la
clase.
A continuación se exponen una serie de acciones
que permiten a los profesores contribuir a la
consolidación de los valores.
En este sentido la premisa esencial la legitima el
profesor, no porque él sea el principal actor, sino porque
la estructuración y realización de dicho proceso
depende en gran medida de él. Las acciones
señaladas deben formar parte de la estructura de la
clase.
Existen dos componentes del proceso que por sus
características brindan múltiples oportunidades
para desarrollar las potencialidades de los estudiantes como
seres humanos en general y en particular los valores en las
diferentes esferas. Nos referimos al uso de la metodología y la evaluación.
En cuanto a los métodos de
enseñanza – aprendizaje deben
potenciar como es conocido, lo educativo mediante lo instructivo.
En el plano de reflexión que hemos estado
expresándonos es imprescindible que los mismos:
Proporcionen a los alumnos los instrumentos
lógicos, psicológicos y humanos que le permitan
encontrar por sí mismos de modo crítico y
responsable la escala de valores.
Permitan el cultivo de la autonomía y la
prerrogativa del ser humano de crear.
Provoquen el autoperfeccionamiento del docente y su
consecuencia positiva en los estudiantes.
Promuevan la clarificación de los valores del
estudiante y sus dimensiones afectivas.
El método
seleccionado no debe:
Plantear soluciones, sino enseñar a buscar
vías de solución.
Provocar una sobrecarga y esfuerzo mental producto de la
reproducción lo que ocasiona angustia y
abatimiento en el estudiante.
Permitir las manifestaciones de: autoritarismo,
paternalismo, dogmatismo y esquematismo.
Como se señalaba otro componente del proceso
docente – educativo que permite el fortalecimiento de valores en
los estudiantes si se emplea adecuadamente es la
evaluación.
La evaluación sistemática e integrada a la
estructuración del proceso requiere de una
concepción bien diferente al que se posee en una
fábrica y una industria, un
centro que produce artículos materiales. Tampoco es un
instrumento privativo del profesor como se piensa frecuentemente,
pues constituye en sí misma un proceso insertado en otro
de carácter más general.
Estos elementos permiten comprender que es necesario
enseñar al estudiante el propio proceso de
evaluación. Para el logro de este propósito es
imprescindible que esté consciente de qué se espera
de él tanto en el plano instructivo como en el formativo.
Generalmente la evaluación se circunscribe a "medir" los
objetivos del programa por lo
que el resto de las funciones de la misma se
desestiman.
Si se concibe el proceso de formación del
estudiante de forma adecuada el mencionado componente
debe:
Proveer a los alumnos de alternativas valorales para el
análisis propio, dotar de las herramientas
necesarias para la autovaloración que permita resolver las
contradicciones entre ¿Cómo soy como estudiante?
¿Cómo debo ser? ¿Cómo le
gustaría a mis compañeros que fuera?
¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo
lograrlo? etc.
Promover la clarificación de los valores y la
significación personal y social de los mismos.
Valorar con justeza el juicio y la conducta de los
demás.
. Las condiciones anteriores se deben conjugar y
fortalecer mediante la utilización de formas y métodos
que propicien la reflexión de los aspectos
señalados, las clases deben estructurarse de manera que
provoquen la autovaloración de los estudiantes.
A continuación se proponen algunas de las
alternativas que pueden adoptarse.
Talleres de autorreflexión con el
propósito de:
Determinar los problemas fundamentales que desde lo
subjetivo afectan:
- El estudio.
- La docencia.
- La relación profesor-alumno.
- El cumplimiento de las tareas de la
organización estudiantil.
Distinguir las cosas que desean transformar en
diferentes áreas (personal, laboral ,estudio,
del entorno, de dirección) desde la posición
de:
- Estudiante.
- Profesor.
- Directivo.
Estos talleres pueden desarrollarse mediante diferentes
modalidades: En el colectivo como futuros trabajadores, en el
aula como estudiante, en el colectivo de directivos o en
colectivos que integran estos elementos. En los mismos se
identifican los problemas, los objetivos que requieren de un
tratamiento tanto grupal como individual.
Registro de metas de transformación
Es muy importante la determinación clara de los
objetivos dirigidos a la resolución de problemas y
satisfacción de las necesidades e intereses del colectivo
de estudiantes y de cada miembro del mismo, así como los
métodos para el logro de las metas propuestas. Este
registro
permite la evaluación sistemática de los logros
obtenidos y las dificultades a subsanar.
2- Debates y análisis sobre:
Autoridad contra autoritarismo.
Comunicación y relaciones
interpersonales.
Relaciones interpersonales entre directivos,
estudiantes, profesores (D-E, D-P E-P) así como de otros
temas de interés colectivo.
Nomenclatura: D= Directivo, E= Estudiante P=
Profesor
3- Utilización de diferentes técnicas
con vistas al autoconocimiento.
Ej: ¿ Cómo me veo yo y cómo me ven
los demás?
¿Cómo soy en realidad?
¿Qué tipo de estudiante soy?
¿ Qué debo hacer para resultar un buen
estudiante, o profesional de la economía?
La comparación de los resultados de estos
técnicas posibilita una real
valoración de cada estudiante con respecto a los valores
característicos (su verdadero ser) y a partir de
aquí conformar su propio modelo para
llegar a lo que quisiera ser.
4- Simulaciones donde se intercambien los roles de
profesor , estudiante, directivos de las organizaciones
estudiantiles y asuman comportamientos adecuados que expresen
todo el potencial ético de un estudiante o se valoren
comportamientos inadecuados así como las vías de
solución.
5- Utilizar estudiantes fantasmas. Estos conocedores de
la actividad para valorar la calidad del
estudio.
6- Uso de estudiantes de contacto como ojos y
oídos de la organización. Entrenar los propios
estudiantes de forma tal que sean capaces de detectar las
principales dificultades en la docencia, los gustos y
requerimientos de los estudiantes.
7- Medios para la búsqueda de sugerencia. Colocar
registros de
quejas y sugerencias para recoger criterios de cómo
podemos mejorar la calidad del
estudio.
8- Que los alumnos se enfrenten a situaciones (casos o
incidentes) extraídos de la realidad para que realicen
valoraciones referentes al trabajo de la profesión y al
cumplimiento de los valores morales y que además propongan
soluciones.
9- Realizar discusiones, confrontaciones donde se
analice y defiendan posiciones o tesis contrapuestas a los
valores morales y la profesionalidad.
Ejemplo 1: El éxito
del trabajo se logra con una alta preparación profesional
y no con valores humanos.
Ejemplo 2: El éxito
del trabajo se logra con un alto cumplimiento de los valores
humanos y no con una alta preparación
profesional.
10- Aplicar técnicas para dar y obtener retroalimentación entre los propios
estudiantes respecto a su labor profesional y al cumplimiento de
normas éticas
Ejemplo: Cuando se apliquen métodos de
discusión, casos, juegos de
roles u otros, se pueden seleccionar observadores que a partir de
una guía diseñada observarán y
posteriormente expondrán lo observado con hechos concretos
que permitan dar valoraciones sobre el comportamiento de los
alumnos y proponer recomendaciones para perfeccionar su
labor.
El problema de la formación en valores humanos
ocupa un lugar esencial en las discusiones actuales en todos los
ámbitos, no sólo se valora la necesidad de trabajar
en esta dirección en los centros educacionales sino
también en los diferentes centros laborales de la producción y los servicios. A
partir de aquí se comprende la necesidad de trabajarlo
durante toda la carrera.
Es importante la utilización de diferentes
procedimientos, técnicas y métodos
para reconocer los valores humanos esenciales propios de su
esfera de actuación, tales como: Talleres de
autorreflexión, técnicas acerca de cómo soy
y cómo quiero que nos vean los demás
etc.
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