Una novela de suspenso en donde los lazos de amistad
conforman una trama más fuerte que las diferencias
sociales y el desarraigo de la inmigración en la Argentina
del siglo XIX.
En las últimas décadas del 1800, el puerto
de Buenos Aires bulle de pasajeros que llegan a la Argentina en
busca de un mejor destino. La mayoría de los hombres va a
trabajar en el campo y las mujeres en casas de familia, como
mucamas, a la par de las indias -"las chinas"- que ya
servían en las casas importantes de la ciudad.
Así llegan una mañana de noviembre Felisa
y su novio Joaquín. Dejan atrás su familia y sus
recuerdos pero encuentran la esperanza de formar un hogar.
Joaquín atiende un almacén y, a pocas cuadras,
Felisa trabaja en la casa de una familia acomodada. Todo parece
ir bien, pero a Felisa, "la gallega", le cuesta adaptarse a las
nuevas normas sociales. La curiosidad y el instinto de ayudar a
su amiga Juana, "la chinita", la sumergen en el oscuro misterio
que esconde la Casa de la Serpiente (50).
Notas
1. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.2. Lòpez, Lucio V.: La gran aldea.
Costumbres bonaerenses. Buenos Aires, CEAL, 1980.3. Prieto, Adolfo: "La generaciòn del
80. La imaginaciòn", en Historia de la Literatura
Argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.4. Figueira, Ricardo: "Pròlogo" a
Lòpez, Lucio V.: La gran aldea. Costumbres
bonaerenses. Buenos Aires, CEAL, 1980.5. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.6. Cambaceres, Eugenio: En la sangre. Buenos
Aires, Plus Ultra, 1968.7. Avellaneda, Andrès: "El naturalismo y
Eugenio Cambaceres", en Historia de la Literatura Argentina.
Buenos Aires, CEAL, 1980.8. Frugoni de Fritzsche, Teresita:
Pròlogo a En la sangre. Buenos Aires, Plus Ultra,
1968.9. Pagès Larraya, Antonio: "El
naturalismo y el tema del inmigrante", en La Naciòn,
1945.10. Ortega, Exequiel Cèsar: Còmo
fue la Argentina (1516-1972). Buenos Aires, PlusUltra,
1972.11. Avellaneda, Andrès: "El naturalismo
y E. Cambaceres", en Historia de la Literatura Argentina.
Buenos Aires, CEAL, 1980.12. Ferrari, Irene: en La Prensa
13. Guerrero, Diana: Pròlogo a La Bolsa.
Buenos Aires, Huemul.14. Martel, Juliàn: La Bolsa. Buenos
Aires, Kraft, 1956.15. Jitrik, Noè: "El ciclo de la Bolsa",
en Historia de la Literatura Argentina. Buenos Aires, CEAL,
1980.16. Onega, Gladys: La inmigración en la
literatura argentina (1880-1910). Rosario, Facultad de
Filosofía y Letras, 1965.17. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.18. Arias, Abelardo: Alamos talados. Buenos
Aires, Sudamericana, 1990.19. Grosso, Marcela y Baldoni, Marta:
"Guía de trabajo para el profesor", adjunta a Arias,
Abelardo: Alamos talados. Buenos Aires, Sudamericana,
1990.20. Arias, Abelardo: op. cit.
21. Grosso, Marcela y Baldoni, Marta: op.
cit.22. Arias, Abelardo: op. cit.
23. Querejazu, Fernando de: El pequeño
obispo. Buenos Aires, Lumen, 1986.24. Prebble, Carlos: en El Tiempo,
Azul.25. Gòmez-Santos, Marino: Vida de
Gregorio Marañòn. Plaza &
Janès.26. Isaac, Jorge E.: Una ciudad junto al
rìo. Buenos Aires, Marymar, 1986.27. S/F: en La Capital, Rosario, 24 de julio de
1988.28. ibídem
29. S/F: "Para todos los hombres del mundo que
quieran habitar suelo argentino". Buenos Aires,
Clarín.30. S/F: "Viaje a la tierra de uno", en
Clarín, Buenos Aires, 27 de septiembre de
1998.31. Gonzàlez Rouco; Marìa: "Jorge
Isaac: novelista de la inmigraciòn àrabe", en
La Capital, Rosario, 24 de julio de 1988.32. http://es.wikipedia.org/wiki/Perla_Suez
33. Suez, Perla: Memorias de Vladimir. Buenos
Aires, Editorial Colihue, 1993. (Libros del
malabarista)34. Suez, Perla: en
www.perlasuez.com.ar.35. http://www.lecturalia.com/autor/3113/marcelo-birmajer
36. El alma al diablo, 1994
37. Suez, Perla: Dimitri en la tormenta. Buenos
Aires, Editorial Sudamericana, 1997. (Primera
Sudamericana)38. S/F: en www.perlasuez.com.ar
39. S/F: "La autora", en Andruetto,
Marìa Teresa: Benjamino. Buenos Aires, Sudamericana,
2003.40. Andruetto, Marìa Teresa:
Stèfano. Buenos Aires, Sudamericana, 2001.41. Gonzàlez Rouco, Marìa: e-mail
recibido en 200242. Pisos, Cecilia: Como si no hubiera que
cruzar el mar. Ilustraciones: Eugenia Nobati. Buenos Aires,
Alfaguara, 2004. 216 pp. (Serie azul).43. S/F: "Datos biográficos", en
Imaginaria, 28 de septiembre de 2005.44. S/F: en Pisos, Cecilia: Como si no hubiera
que cruzar el mar. Ilustraciones: Eugenia Nobati. Buenos
Aires, Alfaguara, 2004. 216 pp. (Serie azul).45. http://www.clubdellector.com/fichaautor.php?clave=3879
46. Carreras de Sosa, Lydia: El juramento de
los Centenera. 2007.47. Presagio de Carnaval
48. http://www.buenosaires.gob.ar/areas/com_social/audiovideoteca/literatura/bodoc_bio_es.php
49. http://norma-lij.blogspot.com/2010/05/el-pan-de-la-serpiente.html
50. Huidobro, Norma: El pan de la serpiente.
Buenos Aires, Norma, 2010.
5. Cuentos
Fray Mocho nació en Gualeguaychú, Entre
Ríos, en 1858; falleció en Buenos Aires en 1903.
"Contemporáneo de la generación del 80, su obra
mantuvo un perfil independiente. Fray Mocho fue considerado uno
de los máximos representantes del relato costumbrista. En
1882 publicó su primer libro, Esmeraldas. Fruto de su
trabajo como policía, comisario y cronista policial, en
1887 ganó popularidad con Vida de los ladrones
célebres de Buenos Aires y sus maneras de robar y con
Galería de ladrones de la capital (1880-1887),
colección de fotografías y datos sobre delincuentes
famosos. En 1897 escribió Memorias de un vigilante, con el
seudónimo de Fabio Carrizo. Ese mismo año, como
Fray Mocho, publicó Un viaje al país de los
matreros, libro que recrea el lenguaje regionalista en la
descripción del paisaje y los habitantes rurales. En 1898
dirigió Caras y Caretas, revista de gran influencia en el
periodismo argentino. Entre sus obras sobresale En el mar
austral. Con motivo del tercer aniversario de su muerte, Caras y
Caretas publicó una selección de sus colaboraciones
periodísticas con el título de Cuentos de Fray
Mocho. En 1920, apareció Salero criollo,
recopilación de su obra periodística"
(1).
Dice Eduardo Romano en un estudio sobre el escritor:
"Heterogénea, polifacética, conflictiva, la
realidad político-social que abarca de 1880 a 1910
contenía los gérmenes propicios para la
aparición de una nueva literatura costumbrista". Sostiene
que la anterior "había coincidido con nuestra primera
generación romántica y se había expresado en
publicaciones como La Moda (1837-1838), cuyo principal animador
fue Juan B. Alberdi; El Iniciador, de Montevideo (con la base del
mismo elenco de la anterior); El Zonda sanjuanino, con que
Domingo F. Sarmiento buscara emular a la revista porteña".
Considera que aquella era una ola de costumbrismo reformista,
inspirada fundamentalmente en la prédica del
español Mariano José de Larra y se
manifestó, por lo menos, en "una página
clásica de las letras argentinas: El Matadero, de Esteban
Echeverría".
En el resurgimiento de este género, señala
la importancia de "una prensa periódica que aspiraba a
presentar, por encima de las polémicas partidarias que
hasta entonces la habían absorbido, otra clase de
colaboraciones". Menciona al respecto dos autores: "Ciertas notas
de Bartolito Mitre en La Nación o los sueltos de
actualidad insertados por Manuel Láinez en El Diario, al
que dirigía, señalaron un rumbo", pero fue –a
su criterio- más significativo Juan Piaggio, una "figura,
bastante desdibujada hoy día, cuyos artículos
prefiguran –por el título, por la temática-
lo que será el costumbrismo hacia 1900".
Fue importante, asimismo, una publicación que
comenzó a editarse casi al final del siglo: "fue con la
aparición de Caras y Caretas (1898-1939) que el
género costumbrista halló canal de
transmisión indicado, pues sus páginas estuvieron
casi enteramente dedicadas a la captación y procesamiento
de la actualidad porteña mediante fotografías,
acompañadas o no de comentarios; reportajes; cuadros de
costumbres; escenas callejeras; viñetas; aguafuertes,
etc., sin negar un espacio a las tradiciones y a los Tipos y
paisajes –así tituló sus colaboraciones al
semanario Godofredo Daireaux- camperos" (2). En esta revista se
publicaron los cuentos de Fray Mocho.
En sus cuentos (3), el escritor presenta escenas
cotidianas, que podían ser protagonizadas por cualquier
habitante de la ciudad. En ellas encontramos personajes
verosímiles, con los que sin duda habría trabado
relación, dada la fidelidad con que los describe y la
coherencia con que los vemos actuar. Si bien es importante la
habilidad para escribir, no lo es menos la capacidad de
observación, y Fray Mocho posee ambas. Sus cuentos lo
demuestran.
Muchos de estos personajes que retrata son inmigrantes.
Entre las diversas nacionalidades que evoca, se destacan los
italianos. Un comerciante de esa procedencia aparece en plena
labor, intentando convencer a una compradora de que el producto
que desea no es el adecuado, y le dice eso simplemente porque no
tiene lo que la mujer le solicita. La descripción del
inmigrante es elocuente: "Pascalino se siente arrebatado; las
venas del cuello se le inflan, los ojos se le inyectan; le
revuelve la bilis, evidentemente, la terquedad de una cliente que
quiere longanizas cuando él no tiene y se encamina
apresuradamente a su carro como para marcharse, pero vuelve con
la misma rapidez, se encara con ella, desocupa la boca de la
mascada que le dificulta la palabra, y dice con tono
despreciativo, aunque casi lloriqueando de puro meloso y
derretido: "-¡Ma!… Perqué non parlate guiaro
allora?… ¡Voi volete artigoli fate con gose di pero!…
¡Ebene!… ¡Andate al meregato sui volete!…
¡Pascalino non dimenticará de la sua fama!" ". La
reproducción del idioma del extranjero hace que su retrato
sea aún más logrado, y evidencia el esfuerzo por
adaptar su lengua nativa a la de la nueva tierra.
En "Instantánea", es una italiana la que dialoga
con un criollo, tratando en vano de convencerlo de que no le
conviene vivir con ella: "Ma… ¿dícame un poco?…
¿Cosa li parece inamuramientos tra ina lavandiera e in
bombiero? … E anque… tra ina gringa come me e ono criollo
come osté… que é propio in chino…". El criollo
no entiende razones, y lo expresa con estas palabras:
"-¿Pobre?… ¡La gran perra, que había sido
avarienta!… ¿Y tuavía querés ser
más rica de lo que sos, mi vida?… ¡Pucha!…
¡si al pensar que me vi"a juntar con vos, me parece que me
junto con el Banco e Londres!…". El mismo tema es abordado por
Fray Mocho en "Tirando al aire", cuandro en el que un italiano,
requerido de casamiento, afirma no poder hacerlo por estar ya
casado en su tierra.
En "Carnavalesca", el escritor desliza la crítica
social, al afirmar que a la doméstica gallega, la patrona
la explota. De la abusadora señora dice el personaje: "se
aprovecha de que sos d"España para sacarte el jugo por
unos cuantos centavos". El retrato que hace del temible gallego
hermano de la joven, es despectivo, ya que pone en boca de la
doméstica este concepto: "Yo lo conozco a mi hermano y
sé que a bruto y terco no le han de ganar muy
fácil…". Un italiano aporta su opinión,
completando la imagen que Fray Mocho quiere dar de los
peninsulares.
La conversación que se reproduce en "Nobleza del
pago" evidencia en qué medida se confundían los
orígenes de los habitantes de nuestro país. Una
mujer cree que su abuela es vasca. A esa convicción, le
responde una parienta: "Más bien tirab"a pampa o a
correntina por l"habla… ¡Si era bosalísima! El
viejo parece que se juntó con ella cuando andaba de
picador de carros, p"allá, pa la cost"el Salao, que fue de
an"de comenzó a internarse pa l"Azul…".
En ese mismo texto se hace referencia a un inmigrante
inglés que no era trigo limpio. Recordando la historia de
su familia, dice un personaje: "Yo no sé, che, si eran
nobles, pero sé que les caían y que con algunos
hasta tuvo que ver l"autoridá, como le pasó a tu
tío Ramón, que al fin se quedó en la calle,
y a tu tía Robustiana, mal casada con un inglés que
tenía el finao de mi padre de puestero y que lo
pilló cerdiándole las yeguas, a medias con el juez
de paz…".
"En familia" cuenta la historia de otra supuesta
inmigrante. En esta oportunidad, es un equívoco, pero de
otra clase. "Que Pepa es portuguesa, decís? ¿Pero
estás loco? –exclama una mujer. Si hemos ando juntas
en l" escuela "e Misia Pamela y nos conocemos desde chicas… El
padre"ra un chino gordo…". El hijo aclara el malentendido: "no
es portuguesa de nacionalidad sino de oficio… En los tiatros
les llaman así ¿sabés? A las familias que
sirven p"al relleno de la sala no más". La madre le
sugiere que vea si puede ser portugués en una
sastrería, para que le arreglen la ropa y no deba hacerlo
ella. La señora demuestra así haber incorporado el
término a su habla cotidiana.
Estos y muchos más son los inmigrantes
eternizados por Fray Mocho en sus colaboraciones escritas para
Caras y Caretas. En esas páginas aparece como el testigo
de un momento clave de la historia argentina, en el que supo ver
con nitidez al hombre, más allá del fenómeno
social. Simpáticos o no, sus personajes son esencialmente
creíbles y es por eso que debe recurrirse a ellos cuando
se trata de conocer nuestro pasado y la diversidad de
nacionalidades que forman nuestro presente.
Alberto Gerchunoff nació en Proskuroff en 1883, y
falleció en Buenos Aires en 1949. Fue escritor y
periodista. "A su llegada a la Argentina, se trasladó con
su familia a la colonia judía de Moisésville, en
Santa Fe, y posteriormente a la colonia Rajil, en Entre
Ríos. Allí transcurrió su infancia y
trabajó de agricultor y boyero. En 1895 viajó a
Buenos Aires, donde trabajó de obrero fabril, vendedor
ambulante y, finalmente, en periodismo. Fue redactor del diario
La Nación, donde publicó relatos sobre su
niñez en Entre Ríos. Amigo de Juan B. Justo y
Alfredo Palacios, se afilió al Partido Socialista. Entre
sus obras se destacan Cuentos de ayer; Entre Ríos, mi
país; Historias y proezas de amor; Pequeñas prosas,
La clínica del Dr. Mefistófeles; El problema
judío; Argentina, país de advenimiento; Buenos
Aires, metrópoli de mañana y El pino y la palmera,
entre otras" (4).
Escribió Los gauchos judíos
(5) para celebrar un momento culminante de nuestra historia.
Beatriz Sarlo señala que "la celebración del
Centenario no fue sólo oficio de poetas de origen
argentino o americano. La inmigración se hizo presente a
través de un libro de relatos y estampas: Los gauchos
judíos de Alberto Gerchunoff. (…) estos textos de
Gerchunoff participan de la naturaleza mixta del recuerdo
autobiográfico, el "cuadro" y la estampa; no son simples
testimonios" (6). En esta obra, publicada en La Nación
entre 1908 y 1910, el escritor "muestra –a criterio de
Estela Dos Santos- el grado de asimilación de la
colectividad hebraica a la vida argentina. Asimilación de
la que el mismo Gerchunoff fue el ejemplo" (7).
Décadas más tarde, el libro fue llevado al
cine. Al respecto, Jorge Miguel Couselo afirma que "La briosa
versión de Los gauchos judíos (Jusid, 1975), con la
originalidad de una interrelación folclórica nunca
tocada por el cine argentino, sufrió el torpe
tronchamiento de la censura, que no admitió en
imágenes pasajes que cuatro generaciones de estudiantes
leyeron en la prosa de Alberto Gerchunoff" (8). Sobre el film
escribe Ricardo Manetti: "La pantalla también devuelve
(…) el retrato nostálgico y épico de la gesta de
los inmigrantes" (9).
Horacio Quiroga nació en Salto, Uruguay;
falleció en Buenos Aires en 1937, "Es considerado uno de
los mayores autores de cuentos de la literatura en castellano. Su
vida estuvo marcada por ribetes trágicos: asistió
de pequeño a la muerte de su padre, mató
accidentalmente a su mejor amigo y su primera esposa se
suicidó. Dedicado a la química y la
fotografía, en 1900 emprendió un viaje a
París. De regreso, su vida transcurrió entre Buenos
Aires, Chaco y Misiones, donde llega en 1903 acompañando a
Leopoldo Lugones. Alternó la docencia y el oficio de juez
de paz y oficial del Registro Civil. Entre sus principales obras
cabe destacar Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917),
Cuentos de la selva (1918), Anaconda (1921), La galina degollada
y otros cuentos (1925) y El regreso de Anaconda (1926),
además de las novelas Historia de un amor turbio (1908) y
Pasado amor (1929)" (10).
En "Van-Houten", que toma su tìtulo del apellido
del protagonista, aparece un "belga, flamenco de origen", al que
"se le llamaba alguna vez Lo-que-queda-de-Van-Houten, en
razòn de que le faltaba un ojo, una oreja, y tres dedos de
la mano derecha. Tenìa la cuenca entera de su ojo
vacìo quemada en azul por la pòlvora. En el resto
era un hombre bajo y muy robusto, con barba roja e hirsuta. El
pelo, de fuego tambièn, caìale sobre una frente muy
estrecha en mechones constantemente sudados. Cedìa de
hombro a hombro al caminar y era sobre todo muy feo, a lo
Verlaine, de quien compartìa casi la patria, pues
Van-Houten habìa nacido en Charleroi" (11).
Acerca de ese texto, escribe Eduardo Romano: "Quiroga
trazó, en Los tipos, varios notables perfiles con relieve.
Entre ellos, y el lector emplazó una primera persona muy
autobiográfica, directamente vinculada con la
acción, según se aprecia ya en "Van Houten":
"-¡Ya vé! –me dijo, pasándose el
antebrazo mojado por la cara aún más mojada- que
hice mi canoa. Timbó estacionado, y puede cargar cien
arrobas. No es como esa suya, que apenas los aguanta a usted". O
que tiñe el relato con su propia subjetividad: "Yo siempre
había tenido curiosidad de conocer de primera fuente
qué había pasado con el ojo y los dedos de Van
Houten. Esa siesta, llevándolo insidiosamente a su terreno
con preguntas sobre barrenos, canteras y dinamitas, logré
lo que ansiaba". Que el personaje mismo le contara tres cruentos
accidentes de los que había salvado la vida –ya que
no la integridad- por milagro. La impersonal desaprensión
de Van Houten, quien se limita a comentar con un "¡Bah…!
¡Soy duro!" cada uno de esos relatos, da la pauta del poder
autodestructivo de esos tipos quiroguianos, producto en parte de
observar a ciertos habitantes de la zona,y en parte
remoción de sus propios fantasmas interiores"
(12).
Susana Goldemberg nació en 1935; en la ciudad de
Santa Fe, Argentina. En la actualidad vive en Paraná,
Entre Ríos. Tiene una larga trayectoria como escritora,
narradora y "cuentera" como ella misma se ha denominado. En
varios países y distintas editoriales han publicado sus
cuentos, poesías y novelas, teniendo en su haber
más de ochenta libros publicados.
Ha obtenido más de cien premios. El grupo de
Espectáctulos Infantil y Juvenil Caracachumba, de gran
prestigio, grabó en dos CD sus poesías y las
teatralizó en Metropolitan y complejo La Plaza de calle
Corrientes -Bs. As.-, ídem otros que los representan con
relevante éxito. Fue Invitada Especial Distinguida y
Huésped de Honor, por su labor literaria, en distintos
lugares del país y en países extranjeros
(13).
Acerca de Cuentos de la bobe (14), escribe: "El presente
libro es netamente histórico. No me he apartado un
ápice de la verdad. La totalidad de su contenido es
auténtico, real; ha ocurrido tal cual como se narra. Por
respeto a los niños. Por respeto a los protagonistas. Y
porque son tan bellas y profundas sus experiencias, que no cabe
ninguna modificación que las altere, ni en favor de la
poesía, ni en pro de la fantasía".
Uno de los cuentos incluidos en este volumen escrito
"Por y para" sus hijos, es "Papá". En él,
Goldemberg recrea una despedida: "Argentina. El nombre raro. Otro
país. Del otro lado del mar. Papá trató de
explicarme: -Es un país grande, rico, generoso.
Allí respetan a todos los hombres del mundo que quieran
trabajar sus tierras. No importa en qué templo o en
qué idioma le hablen a Dios. Enseguida papá me
alzó en sus brazos. Con torpes manos, recorrió mi
cara: los rulos sobre la frente, las cejas, el dibujo de mi
nariz, la línea de los labios. Y pellizcó mi
mentón, como siempre lo hacía cuando me daba el
beso de las buenas noches".
Graciela Cabal, "Escritora argentina, nació en el
barrio de Barracas, ciudad de Buenos Aires, el 11 de noviembre de
1939. Fue autora de más de 60 libros para niños,
jóvenes y algunos pocos para adultos. Su trayectoria la
convierten en una de las más destacadas escritoras de LIJ
de Argentina del siglo XX.
Se graduó como Maestra Normal Nacional y como
Profesora en Letras Modernas por la Universidad Nacional de
Buenos Aires.
Su inmensa creatividad le permitió dedicarse a
múltiples actividades: fue docente, trabajó en el
periodismo, hizo títeres y guiones para televisión.
Y aún tuvo tiempo para ser madre de tres hijos y abuela de
seis nietos.
Desde el punto de vista profesional, todo comenzó
en el Centro Editorial de América Latina (CEAL), editorial
mítica que reunió a los intelectuales opositores a
los gobiernos militares, esto es casi todos de izquierdas,
radicales y otros de centro-izquierdas. Allí el Director
era Boris Spivacow, quien por entonces había pasado por la
Editorial Abril – entre otras cosas allí llevó
adelante la hoy colección de culto Bolsilllitos – y
había fundado Eudeba (Editorial de la Universidad de
Buenos Aires). Spivacow sostenía la necesidad de llevar
los libros a las capas medias y bajas de la población.
«Más libros para todos», fue uno de sus
eslóganes. Graciela Cabal sintió que ese era el
anillo justo para su dedo.
En el CEAL fue secretaria de redacción de varias
colecciones como la Nueva Enciclopedia del Mundo Joven;
Capítulo; Historia de la Literatura Argentina y Los
Grandes Poetas.
Simultáneamente realizó actividades
relacionadas con el teatro y la televisión; por ejemplo
realizó investigaciones periodísticas para el
programa La Argentina Secreta, un programa que logró
introducir cámaras de televisión en pequeños
pueblos, reportear a gente del común, recorrer los caminos
poco transitados de la Patria. También por entonces
comienza a impartir seminarios sobre televisión y guiones
en todo el país. Lo que la lleva a viajar, una de las
pasiones constantes a lo largo de su vida.
Son particularmente importantes sus trabajos y
reflexiones en torno de la formación de lectores. En esta
línea, trabajó como tallerista en el Plan Nacional
de Lectura de la Dirección Nacional del Libro; «Leer
es crecer», el Primer Plan de Lectura de un gobierno
argentino, coordinado por la historiadora Hebe Clementi, que no
casualmente nació con la recuperación de la
Democracia en 1983-4.
También participó de los ciclos «a
leer juntos. Las mujeres y la escritura»; «Buenos
Aires a libro abierto», «contemos la Navidad» y
otros organizados por la Dirección de Bibliotecas
Municipales de la ciudad de Buenos Aires.
Ya sea a través de invitaciones formuladas por la
Secretaría de Cultura de la Nación, de distintas
universidades argentinas y de la Secretarías de Cultura de
gobiernos provinciales o municipales de la Argentina, realiza
numerosos viajes donde dicta conferencias, coordina seminarios y
talleres y participa en mesas redondas con escritores,
bibliotecarios y docentes. Su participación en este tipo
de encuentros siempre fue brillante, los otros ponentes
preferían que Cabal fuera la última en exponer,
porque era imposible hacerlo después de su brillantez y
agudeza en los conceptos. Aunque, claro, un componente infaltable
en sus exposiciones fue la ironía mordaz, corrosiva,
desvelaba lo oculto de la cotidianidad con una naturalidad
incomparable.
Sus temas recurrentes: el sexismo en la literatura, los
cuentos de hadas y la lectura, los medios de comunicación,
la imagen de la mujer en los libros de lectura obligatoria, el
proceso creativo, el perfil del lector, la tarea de los
mediadores, la defensa de la vida en democracia y la
oposición a cualquier autoritarismo, etc. En
síntesis: hay un hilo conductor en sus temas que
podríamos resumir en la promoción de la lectura y
el rol de la mujer.
Como presidenta de ALIJA (Asociación de
Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina), entre 1993 y
1995, se dedicó a recorrer su país, trabajando con
maestros y bibliotecarios y fundando más de cuarenta
bibliotecas escolares. En realidad, ella gustaba denominarse
«Reina de ALIJA», en una ironía más
sobre los rótulos y cargos.
Fue jurado de distintos certámenes en Argentina y
en el exterior, entre ellos, del Premio Casa de las
Américas en 1994. Recibió distinciones y premios
nacionales e internacionales.
Narradora oral, participó en los Cuatro primeros
Encuentros Internacionales de Narración Oral organizados
por la Fundación El Libro, el Instituto Summa y ALIJA, en
la ciudad de Buenos Aires.
Fue Co-Directora de la revista La Mancha, papeles de
literatura infantil y juvenil y colaboró en u gran
número de publicaciones especializadas en Literatura
Infantil y Juvenil y Educación.
Graciela Cabal ha sido una autora prolífica como
pocas en la Argentina. También en la literatura para
niños su perspectiva crítica sobre las relaciones
sociales le permitió encarar la escritura paródica,
desnudando estereotipos, convenciones y rituales de toda
índole.
Se destacó en la narrativa, cuentos y novelas,
aunque ha desarrollado una importante labor ensayística,
abordando temas relacionados con la educación, la lectura,
la literatura infantil y juvenil y, especialmente, los
condicionantes culturales de género que marcan las
relaciones entre los seres humanos, en general, y en la escuela,
en particular. Su mirada crítica e incisiva, tal vez
apoyada en su conocimiento del espacio escolar porque se
desempeñó como maestra de escuela por un largo
tiempo, le permitió desnudar -con humor e ironía-
estereotipos y rituales sociales. Con idéntica perspectiva
ha escrito, para adultos y jóvenes" (15).
Carlitos Gardel protagoniza una historia de Graciela
Beatriz Cabal, quien relata que el pequeño "se
había ido por esas calles de Dios, colgado del pescante de
algún carro lechero. Cuando aparecía de vuelta en
el conventillo, la madre lo corría por el patio, con la
chancleta en lo alto, las peinetas a medio salir y los pelos
tapándole los ojos. -¿Dónde anduviste
metido, desgraciado?- parece que quería decirle. Pero como
estaba muy enojada se lo decía en francés (idioma
rarísimo pero que era el de ella). Y entonces los vecinos,
que habían sacado las sillitas a la puerta de las piezas
para observar todo con detalle (sin intervenir porque una madre
es una madre), se quedaban en ayunas" (16).
Fernando Sorrentino comenta:
"Nací en Buenos Aires el 8 de noviembre de
1942.La mayor parte de mi infancia y de mi adolescencia
transcurrió en el grisáceo cuadrilátero
comprendido por las avenidas Santa Fe, Juan B. Justo,
Córdoba y Dorrego.
En épocas muy juveniles, fui empleadillo de
oficina. En épocas no tan juveniles, y por
larguísimo tiempo, fui profesor de lengua y literatura en
diversos colegios secundarios; en general, he recibido el afecto
de mis alumnos y de mis colegas, lo que me indica que soy un buen
tipo.
En los intersticios laborales, he tratado de leer y he
tratado de escribir.
Tengo sensibilidad para gustar de la belleza
poética, pero carezco del mínimo talento para
escribir un poema meritorio. Destruí mis poesías
juveniles sin culpa, pues no me parecía sensato agregar
más fealdades al mundo.
En cambio, estoy bastante conforme con mis invenciones
narrativas. Según dicen los hombres dignos de fe, en mi
literatura de ficción hay una curiosa mezcla de
fantasía y humor que discurre en un marco a veces grotesco
y razonablemente verosímil.
En general, me siento muy cómodo conmigo mismo.
Estoy por completo desprovisto de vocación para formar
parte de ningún grupo literario, de ningún
comité de ineptitudes afines, de ningún club de
elogios recíprocos. Confieso, eso sí, que milito en
las perseverantes huestes de la AKDé.
Me gusta más leer que escribir, y en verdad
escribo muy poco. A lo largo de casi cuarenta años no
tengo demasiada bibliografía para exhibir.
Como todo el mundo, en mayor o menor medida, he recibido
algunos premios literarios.
En suma, soy relativamente feliz" (17).
En Palermo, en las primeras décadas del siglo XX,
vive Fernando Da Salerno, protagonista de un cuento de Fernando
Sorrentino, con su madre. En la calle Costa Rica -relata el
narrador-, "en un cuartucho de un conventillo grisáceo,
nos arrinconábamos mi madre y yo. Mi madre, llamada
doña Ferdinanda, y siempre vestida de negro,
pertenecía, simultáneamente, a tres
categorías (no incompatibles), a saber: a) santa
viejecita; b) viuda; c) napolitana. A pesar de lo Rica que era la
Costa de nuestra calle, vivíamos en la peor de las
pobrezas y no teníamos ni dónde caernos muertos"
(18).
Susana Dillon "Es una de las voces más rebeldes y
polémicas de la escritura local. Como maestra rural
(actividad que la llevó a inventar historias para sus
alumnos) fundó la escuela de campo "Las Lonjas" de General
Baldissera. La desaparición de su hija durante la
última dictadura militar y las injusticias sociales le
fortalecieron la voz hasta alcanzar la potente denuncia que la
caracteriza. Luchadora incansable por los Derechos Humanos,
particularmente los de la mujer y de las comunidades
aborígenes.
En esta entrevista Dillon se refiere a "Las locas del
camino", su libro número veinte, además de hablar
de Literatura, Derechos Humanos, Historia, Religión,
Política (19).
En Los viejos cuentos de la tía Maggie (Una
irlandesa anida en las pampas) (20), Susana Dillon reúne
cuentos traidos desde otras tierras por la tía que,
afincada en la Argentina, formó un hogar con un vasco, y
fue madre de cinco varones. Es a ella, a quien la autora dedica
estas páginas: "Estos cuentos son un homenaje a tía
Maggie, aquella irlandesa prototípica que una vez fue
trasplantada a las pampas con toda la magia de sus artes
domésticas y el inefable encanto de las personas dulces y
simples cuyo recuerdo aroma mi infancia. (…) En su memoria
reconstruyo estas leyendas de la tierra de nuestros ancestros,
para que otros también tengan oportunidad de participar de
la oralidad de este pueblo nuestro, tan tocado por los
infortunios, pero también por la varita mágica de
la fantasía".
Elsa Isabel Bornemann (Buenos Aires, Argentina, 20 de
febrero de 1952) (…) Hija de Wilhelm Karl Henri Bornemann y
Blancanieves Fernández, nació en el barrio
porteño de Parque Patricios. Maestra nacional, se
recibió de Profesora en Letras en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos
Aires, se doctoró y obtuvo varios diplomas de estudio en
medicina y en idioma inglés, alemán, italiano,
latín, griego clásico y hebreo.
Durante la última dictadura militar que
gobernó Argentina, autodenominada Proceso de
Reorganización Nacional, su libro "Un elefante ocupa mucho
espacio" fue censurado y pasó a integrar la lista de
autores prohibidos. Ese mismo cuento fue galardonado con la Lista
de Honor del Premio Internacional Hans Christian Andersen
otorgado por IBBY (International Board on Books for Young People)
por primera vez para un escritor argentino, al
considerárselo un ejemplo de la literatura de importancia
internacional. Más tarde, sus libros "El último
Mago o Bilembambudín" y "Disparatario" fueron
seleccionados para integrar la lista The White Ravens,
distinción que otorga la Internationale Jugendbibliothek
de Múnich, Alemania.
Ha realizado numerosos cursos y talleres sobre
literatura tanto en Argentina como en otros países de
América, de Europa y Japón. Muchas de sus obras han
sido reproducidas en libros de lectura para la escuela primaria,
en manuales de Literatura para distintos niveles, y en
antologías argentinas y del exterior (21).
Había inmigrantes entre los personajes de "No
hagan olas", de Elsa Bornemann: "En aquel conventillo de Buenos
Aires, cercano al puerto y donde vivían hace muchos
años, los inquilinos argentinos tenían la costumbre
de poner apodos a los extranjeros que –también-
alquilaban alguna pieza allí. No eran nada originales los
motes, y errados la mayoría de las veces, ya que
–para inventarlos- se basaban en el supuesto país o
región de procedencia de cada uno. Tan supuesto que
–así, por ejemplo- don José era llamado "el
Ruso", aunque hubiera nacido en Ucrania… A Sabadell, Berenguer
y sus esposas les decían "los gallegos", si bien
habían llegado de Barcelona sin siquiera pisar Galicia…
Apodaban "los turcos" al matrimonio de sirilibaneses; "los
tanos", a la pareja de jóvenes italianos de Piamonte que
jamás habían conocido Nápoles e
–invariablemente- "el Chino", a cualquier japonés
que diera en fijar allí su transitorio domicilio. Sin
embargo, podríamos deducir un poco más de
conocimientos geográficos, de información y hasta
cierto trabajo imaginativo por parte de aquellos pensionistas
argentinos, de acuerdo con los sobrenombres que les habían
adjudicado a la dueña de la casona y a su hijo. Ambos eran
griegos. Por lo tanto "la Homera" y "el Homerito", en clara
alusión al autor de La Ilíada y La Odisea, el
genial Homero. Por supuesto, a todas las criaturas que habitaban
esa construcción tipo "chorizo" (cuartos en hilera, cocina
y bañitos ídem, abiertos a ambos lados de un
patio), los `rebautizaban" con los mismos motes que sus padres,
sólo que en diminutivo" (22).
"Elena Guimil nació en Pellegrini, provincia de
Buenos Aires, en un pueblito de ancho horizonte en el que a la
sombra de los árboles aprendió a amar la
naturaleza. A los trece años su familia se trasladó
a Buenos Aires. Se dedicó a la docencia. Fue maestra
durante treinta años y se especializó en el
área de Lengua. Siempre escribió sin dar a conocer
su producción. Esta es la primera vez que un texto suyo se
publica" (23).
"Mi búho" es uno de "los seis relatos del Premio
La Nación 1999 de Cuento Infantil. La tarea de
selección se llevó a cabo a partir de 1.267 cuentos
enviados por autores de habla española, argentinos y de
otros países. El jurado estuvo compuesto por Ema Wolf,
Oche Califa y Canela (Gigliola Zecchin de Duahalde). El
éxito de la convocatoria puso en evidencia la gran
cantidad y variedad de voces talentosas que se asoman hoy a la
literatura para chicos" (24).
En ese relato, la escritora recuerda la oportunidad en
que su padre, "un gallego fornido" le trajo un pichón.
Cuando el padre volvía de cazar –dice la hija- "yo
me sentaba en un banquito impaciente, mirando fijamente la bolsa
cerrada que descansaba olvidada junto a la puerta. Adentro
había algo que se movía, algo que era para
mí. Mi padre sólo la abriría después
de tomar su café caliente. Unicamente él
podía hacerlo. Pero no parecía tener ningún
apuro. Me miraba de hito en hito y sonreía detrás
de su taza. Creo que disfrutaba con mi impaciencia. El contenido
de la bolsa de arpillera era un misterio para mí, aquel
que esperaba ansiosa todas las semanas. ¿Qué
sería esta vez? ¿Un tero, un lechuzón o un
zorrito? La criatura asomó sus gigantescos ojos amarillos
y se posó en la mano de mi padre. Emitió una
especie de silbido cuando me acerqué" (25).
Acerca del texto premiado, afirma la autora: "Este
cuento nació en un momento muy especial de mi vida, donde
los recuerdos de la niñez se hacen vívidos,
provocados por un hecho sutil: encontrarme de frente con los
grandes ojos amarillos de un pichón de lechucita, parado
en un alambre de un camino de tierra rumbo a un campo"
(26).
"Oche Califa nació en Chivilcoy (en araucano,
todo agua), ciudad emplazada en el corazón de la pampa
húmeda, en 1955. Tiene esposa, tres hijos, y una
colección de mates. Ha trabajado como periodista en
diarios y revistas de Buenos Aires y dirigió "La
Nación de los chicos". Es autor de varios libros para
niños, entre ellos La vuelta de Mongorito Flores, Una
escuela para crear, Valseado del piojo enamorado, Rimas y
bailongos y Canciones sin corbata. Vive en Palermo, "barrio
arisco que tiene un cielo con pasto y estrellas mordidas por
caballos", según su opinión" (27).
Es el autor de "Un bandoneón vivo", cuento en el
que un hijode emigrantes rusos dice a su pequeño que los
abuelos, a los que no conoció, "llegaron en barco a Buenos
Aires y fueron a vivir a una pieza de conventillo donde
nací yo. Mi papá era alto y blanco, pero andaba
casi siempre con la cara sombría. Y hablaba poco. (…)
Esa vez que yo tiré el brasero, en lugar de enojarse se
rió. Mi vieja lo miró desconcertada. Pero él
se puso contento y yo no me voy a olvidar más de eso.
Después mi mamá dijo que desde el día que
había tomado el barco para escapar de Rusia, no lo
había visto reír". Escaparon "por el
ejército del zar. Cada vez que aparecía por la
aldea donde vivían era para llevarse a los jóvenes
a pelear en alguna guerra en la otra punta del país"
(28).
Sobre el origen de ese texto y del otro que lo
acompaña en el volumen, manifiesta: "Las historias que se
cuentan en estos dos relatos ocurrieron en la década de
1940, o sea unos diez años antes de que yo naciera. Me
disculpo: no debí decir "ocurrieron" sino "pudieron haber
ocurrido", ya que tanto los sucesos como los protagonistas han
sido inventados. Sin embargo, hay una parte de verdad en ellas,
debido a que el ambiente, las costumbres y las formas de pensar,
hablar y actuar de los personajes se ajustan a la realidad de
esos años. Doy fe de ello porque el pasado inmediato
sobrevive en el presente, y yo siempre le he prestado
atención. Debo agradecer a O"Kif haber escrito la primera,
ya que me insistió para que lo hiciera porque él
quería ilustrar un cuento con clima de tango y un patio
como el de su infancia" (29).
"Alejandro O"Keefe (de bisabuelos irlandeses)
nació en 1959 en Rosario, donde se crió con
lápices, pinceles, una camiseta de Rosario Central y
alguna pelota de fútbol. Su padre, dibujante
gráfico, le dio, casi sin querer, el estímulo
necesario para seguir esta profesión. Estudió en la
Facultad de Humanidades y Arte de Rosario y trabaja como
ilustrador en distintos medios y editoriales. Ha sido distinguido
por ALIJA y comparte con Luis María Pescetti el premio
White Ravens, otorgado por la Internationale Jugendbibliothek de
Alemania. Actualmente publica una tira en el diario
Clarín" (30). Ilustró los libros Viaje en globo,
Pahicaplapa y Un bandoneón vivo, editados por
Sudamericana.
En Un bandoneón vivo dibujó al nieto de
rusos que intenta aprender a tocar ese instrumento. Acerca de las
ilustraciones que dieron origen al libro de Oche Kalifa, escribe:
"Que uno guarde imágenes en su memoria, no es ninguna
causa de asombro. Lo que resulta asombroso es la forma en que
esas imágenes aparecen después de algún
tiempo. Así fue como, sin proponérmelo, un
día me encontré dibujando cosas de aquel patio de
la casa de mi abuela en Rosario. Eso me trajo bellísimos
recuerdos y cierta nostalgia. Me dije: ¿será esa
cosa tanguera que llevamos la mayoría de los rosarinos?
Sin dudarlo, lo ubiqué a mi amigo Oche (nadie mejor para
esto) y le propuse que escribiera un cuento para chicos con
espíritu de tango. El texto superó mis
expectativas. Lo ilustré con un placer especial, y
dibujando soñé que era Gardel" (31).
María Teresa Andruetto es la autora de Benjamino
(32). Dedica este libro, en el que reescribe dos cuentos
tradicionales, "a la nonna Felicitas". Sobre ella expresa: "Mi
abuela Felicitas, la mamà de mi mamà, fue
colchonera, en el tiempo en que los colchones eran de lana, se
apelmazaban y debìan desarmarse y rehacerse cada tanto. De
ella recuerdo casi todo, porque la tuve hasta que fui grande: su
casa de Arroyo Cabral, donde nacì, el piso fresco de
ladrillos de esa casa, las màquinas de tisar lana, sus
amigas hablando en una lengua desconocida para mì, sus
comidas deliciosas (¡el dulce de leche azucarado!), su cara
gordita, las mejillas coloradas, el pelo blanco que
prendìa con horquillas en un rodete… Horquillas,
rodetes, colchones apelmazados, màquinas de tizar lana…
nombres de cosas que ya no existen".
Comenta el origen de los dos cuentos incluidos en el
libro –"Benjamino" y "Zapatero pequeñito"-: "Ella
habìa nacido en un pequeño pueblo del Piamonte, al
norte de Italia, y de esa regiòn vinieron hasta mì
las aventuras de Gioaninn ca boija (Juancito, el que se las
ingenia) y Ciavtin cit (el zapatero pequeñito) que nos
contaba, tal vez para mostrarnos que, por màs
pequeño que uno sea, puede, con algo de astucia y un poco
de suerte, engañar a los lobos y a los ogros"
(33).
"María Cristina Alonso (* Bragado, 1955),
cuentista y novelista argentina.
Es autora de "Cattolica pero anaquisto, un artista
gráfico en París", Ediciones de los Cuatro Vientos,
2007,"Último foco", novela, Buenos Aires, Colihue, La
Movida, 2005, "Historias de inmigrantes", (en colaboración
con Marta Pasut), Rosario, Homo Sapiens, 2005, "Aventuras en
borrador", novela, Buenos Aires Colihue, La Movida, 1999, "Tierra
de lectores", artículos periodísticos sobre la
lectura, editado por la Municipalidad de Bragado y el Diario La
Voz de Bragado, 1998, "Tías de infancia", novela, Buenos
Aires, Club de Estudio, 1994.
Paralelamente a la tarea docente, coordina talleres de
escritura para jóvenes y adultos, ofrece conferencias
sobre temas relacionados con la literatura, el proceso de la
escritura, la historieta, la literatura contemporánea, y
publica artículos sobre su especialidad" (34).
Marta Pasut es profesora en una institución
educativa.
"El mar es como una sábana grande, sin bordes",
decía la mamá de Catalina mientras guardaba cosas
en un baúl enorme. Del otro lado de esa sábana
hecha toda de agua, le contaba, estaba América.
¿Serían los campos de América como una
sábana grande toda llena de hierba? Catalina tenía
miedo de olvidarse de las cosas que amaba, entonces anotaba en
papelitos las palabras que nombraban su mundo. Le parecía
que si escribía sus nombres podría
llevárselas con ella. En "Historias de inmigrantes" (35)
encontramos historias realistas, como la de un campesino que se
convierte en cantante lírico, junto a otras
fantásticas en las que, por ejemplo, un chino desembarca
acompañado por dragones y tigres fosforescentes, y el
traje de un francés se escapa de la percha y se va en
tranvía a recorrer Buenos Aires" (36).
Nelvy Bustamante nació en Marcos Juárez,
provincia de Córdoba. Vivió en Buenos Aires y desde
hace años está radicada en Trelew, Chubut. Es
Profesora en Letras. Ejerció la docencia en los niveles
medio, superior y universitario. Coordinó talleres de
lectura y escritura y realizó diversos trabajos de
investigación, entre ellos sobre la Literatura infantil en
Patagonia. Actualmente dicta cátedras en Institutos de
Formación Docente y realiza la tesis de la Maestría
en Lengua y Literatura que cursó en la Universidad
Nacional de la Patagonia "San Juan Bosco". Sus textos literarios
fueron premiados en el "Primer Certamen Patagónico de
Cuento y Poesía para Niños" organizado por la
Asociación de Trabajadores de la Educación del
Chubut (ATECh) y publicados en Viento, Matas y Violines. Es
co-autora de Chiviricocó y sus trabajos fueron incluidos
en libros de texto de Ediciones Santillana y en diversas
antologías, entre ellas 13 de espanto (Sudamericana).
También escribió artículos
periodísticos en medios regionales y nacionales, y cuentos
para la revista Billiken. En narrativa publicó Cuentan en
la Patagonia (Sudamericana, 2005), obra Destacada del año
2005 por la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de
la Argentina (ALIJA), en la categoría "Recuperación
de relatos de tradición oral"; La leyenda del
pingüino (Sudamericana, 2006) y La leyenda del
ñandú (Sudamericana, 2008). En poesía
publicó Versos para sacar de un sombrero (Buenos Aires,
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la
Nación, Campaña Nacional de Lectura, 2006) y La
araña que vuela (Sudamericana, 2008). En los
últimos tiempos su producción literaria la lleva a
recorrer numerosas escuelas, donde realiza diálogos
abiertos y encuentros con sus pequeños lectores, ya que
sus obras tienen amplia circulación en los colegios
(37).
Cuentan en la Patagonia (38), de Nelvy Bustamante,
reúne siete relatos en los que se honra al indígena
y en los que se homenajea la gesta de los galeses que cruzaron el
mar para asentarse en Chubut. "Rachel" evoca las penurias de los
galeses en sus primeros tiempos en la nueva tierra. Cuando todo
parece perdido, una idea de la mujer hace que la situación
se revierta. "El trueque", narrado a partir del cuento "Kaliats",
de Huberto Cuevas Acevedo habla acerca de la bonhomía del
indio que cambia su caballo por un reloj y, al ser sospechado de
robar el animal, lo busca hasta restituírselo al
dueño. "Una nota para el Hen Wlad" se titula este cuento
basado en un relato que forma parte de las memorias de John
Daniel Evans; en él se denuncia la crueldad de algunos
hombres blancos para con los indígenas, y el inmenso dolor
de un galés que encuentra prisionero a su amigo tehuelche:
"John se arrimó a su amigo. Le dio el pan y los alimentos
que tenía, y apretando sus manos cuarteadas a
través del alambre, se despidió
prometiéndole que volvería a buscarlo". Cuando el
galés vuelve, el indio ha fallecido. "Malacara" relata la
historia del caballo que salvó al galés Evans,
caballo que vuelve como fantasma para salvar a un descendiente
del hombre.
Emilio Saad nació en Tucumán en 1950.
Actualmente vive en Buenos Aires. Es periodista, autor de comics,
dibujante, escritor, técnico en teoría teatral,
dramaturgo y operador social.
Como autor de comics ha escrito y dibujado, desde 1971
hasta la fecha, aproximadamente mil historietas. La
mayoría de ellas publicadas por diversas editoriales:
Columba, Cielosur, Skorpio, Makoki (Barcelona) etcétera.
Otras fueron realizadas en el marco de los distintos Programas,
estatales y privados (en los que se desempeña desde 1993)
o a pedido de revistas barriales y comunitarias.
Dentro del género, trabajó con Hector
Germán Oesterheld, Robin Wood, Horacio Altuna y Ernesto
García Seijas, entre otros.
Como dibujante ha realizado, además, posters y
folletos para la Sociedad Argentina de Pediatría y
diversas instituciones sociales; tanto como ilustraciones para
libros: ¡Todos al recreo! (Amauta, 2005) yJugar y jugarse
(Ediciones América libre, 2006).
En 1995 realizó un curso de Operador Social
dictado por la entonces Secretaría de Desarrollo Social de
la Municipalidad de Buenos Aires. Trabajó durante nueve
años en instituciones públicas y privadas que se
dedican a la atención de menores en situación de
riesgo.
Condujo los talleres de periodismo e historietas que
produjeron el material para la revista Chicos de la calle en
Buenos Aires (1997-2002). Esta publicación fue considerada
de Interés Nacional por la Cámara de Diputados de
la Nación.
Dirigió, también, más de siete
revistas juveniles, barriales y de interés comunitario:
entre otrasPichón de Carrillo (2003), Amanecer al margen
(2003-2007), Utopía juvenil en 2007 (Primer premio a
revista estudiantil, sección capital, otorgado por el
Ministerio de Educación de la Nación) yPiloteando,
(2008) referida al barrio Los Piletones.
Desde 1997 a 2001 condujo talleres de dramaturgia para
estudiantes secundarios dentro de un programa del Gobierno de la
ciudad de Buenos Aires. En ese marco, además,
escribió más de veinte piezas que fueron
representadas por jóvenes que participaban en el proyecto:
Detrás de la puerta, De bares y de pájaros, Plaza
abierta etc. En 1993 su obra Lo que le pasó a Juan,
ganó el Segundo premio en la Expoadolescente
'93.
También escribió obras para adultos
representadas en distintas salas de esta capital: Visita guiada a
Chejov, Las mujeres de Arlt, Vuelta entera, etc.
Como escritor para adultos escribió una saga de
cinco novelas (aún inéditas) y Cuentos de la
oscuridad , uno de cuyos cuentos recibió una
mención en el concurso de la Fundación Max Aub de
España.
Como escritor de Literatura Infantil y Juvenil, su
cuento La regadera que jugaba al carnaval ganó el Segundo
premio en un concurso realizado en 1990 por la Fundación
El Libro, ALIJA y Editorial Colihue.
A fines de 2006 publicó una novela
histórica para chicos: La casa de las ánimas
(Editorial Crecer Creando), que fue reimpresa en 2008.
También en 2008 realizó la columna Charlas
en el colectivo para el Suplemento Escolar del diario "La
Capital" de Rosario. Estas "Charlas" fueron reunidas en un libro
en abril de 2009 (Editorial Prohistoria, Rosario).
A mediados del mismo año Editorial Estrada
publicó su novela juvenil El Familiar (una historia de
terror). Y en diciembre de 2009, su novela La venganza del Tren
Fantasma, fue publicada por Editorial Longseller.
Cabe señalar, junto a estas publicaciones, los
cuentos incluídos en distintos manuales de la Editorial
Puerto de Palos y en las antologías ¡Todos al
recreo! (2005) y La última rebelión (2006) de
Amauta. También participó en la antología
Nunca me gustó viajar y otros relatos para antes de partir
(2009) de Editorial Crecer Creando.
Actualmente conduce talleres de historietas, periodismo
y literatura dentro del Programa Club de Jóvenes del
Ministerio de Educación (GCBA); actividad ésta que
viene desarrollando desde 2002 en distintos lugares de capital,
desde el centro de la ciudad hasta algunos barrios considerados
"marginales".
Su última novela, El Furo (La Revolución
de Mayo pudo no ocurrir), ha sido publicada (en febrero de 2010)
por Ediciones Amauta (39).
En "El ovillo del destino", escribe Emilio Saad: "no
podía negarse que Buenos Aires progresaba. Ya tenía
ferrocarril, calles empedradas y alumbrado público. La
aduana proveía riquezas y al puerto llegaban cada vez
más inmigrantes. Algunos llamados por el propio gobierno,
como Monsieur Duclós, el otro habitante de la casa. Un
biólogo que tenía la misión de estudiar la
flora de la provincia. Era un caballero alto y distinguido y al
hablar, apenas se notaba su acento. A Lina lo que mas le
sorprendia era su sencillez" (40).
Notas
1. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.2. Romano, Eduardo: "Fray Mocho. Del
costumbrismo hacia 1900", en Historia de la literatura
argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.3. Alvarez, Sixto (Fray Mocho): Cuentos. Buenos
Aires, Huemul.4. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.5. Gerchunoff, Alberto: Los gauchos
judíos, en Alberto Gerchunoff, judío y
argentino. Selección y prólogo de Ricardo
Feierstein. Buenos Aires, Milá, 2001.6. Sarlo, Beatriz: en Historia de la literatura
argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.7. Dos Santos, Estela: en Historia de la
literatura argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.8. Couselo, Jorge Miguel: en Historia de la
literatura argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.9. Manetti, Ricardo: "El cine de la
digresión", en Cien años de cine. Buenos Aires,
La Nación Revista, Tomo II.10. Varios autores: Enciclopedia visual de la
Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.11. Quiroga, Horacio: "Van Houten", en Los
desterrados- El regreso de Anaconda. Buenos Aires, Losada,
1997.12. Romano, Eduardo: "Horacio Quiroga", en
Historia de la literatura argentina. Buenos Aires, CEAL,
1980.13. S/F en
http://www.cuentaconmigo.com.ar/susygoldemberg.htm14. Goldemberg, Susana: "Papá", en
Cuentos de la bobe. Santa Fe, Librería y Editorial
Colmegna, 1976 (Colección Entre Ríos).
Prólogo de César Tiempo. Foto de tapa: Pedro
Luis Raota (E. FIAP).15. Sylveira, Carlos, en
http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/gracielacabal/pcuartonivel.jsp?conten=autor.16. Cabal, Graciela Beatriz y Contarbio, Delia:
Carlitos Gardel. Buenos Aires, Libros del Quirquincho,
1991.17. http://www.fernandosorrentino.com.ar/biografia.html
18. Sorrentino, Fernando: "Hombre de recursos",
en La venganza del muerto y otros cuentos con astucias.
Ilustr. Jorge Sanzol. Buenos Aires, Alfaguara, 1997 –
2003.19. Cinco preguntas básicas para Susana
Dillon …del sufrimiento se aprende. Entrevista Diego
Formía Fotos Susana Menossi Secretaria del Foto Club
Río Cuarto
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/formia_diego/cinco_preguntas_susana_dillon.htm20. Dillon, Susana: Los viejos cuentos de la
Tía Maggie (Una irlandesa anida en las pampas).
Ilustración de tapa e interiores: Angel Vieyra.
Río Cuarto, Córdoba, Universidad Nacional de
Río Cuarto, 1997. 91 páginas.21. http://es.wikipedia.org/wiki/Elsa_Bornemann
22. Bornemann, Elsa: No hagan olas (Segundo
pavotario ilustrado. 12 cuentos). Ilustraciones: O´Kif.
Buenos Aires, Alfaguara, 1998.23. S/F: en Varios autores: El desafío.
Buenos Aires, Sudamericana, 2000.24. ibídem
25. Guimil, Elena: "Mi búho", en El
desafío. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.26. Guimil, Elena: "De la autora", en Varios
autores: El desafío. Buenos Aires, Sudamericana,
2000.27. S/F: "El autor", en Califa, Oche: Un
bandoneón vivo. Buenos Aires, Sudamericana,
2002.28. Califa, Oche: "Un bandoneón vivo",
en Un bandoneón vivo. Buenos Aires, Sudamericana,
2002.29. Califa, Oche: "Del autor", en Califa, Oche:
Un bandoneón vivo. Buenos Aires, Sudamericana,
2002.30. S/F: "El ilustrador", en Califa, Oche: Un
bandoneón vivo. Buenos Aires, Sudamericana,
2002.31. O"Kif: "Del ilustrador", en Califa, Oche:
Un bandoneón vivo. Buenos Aires, Sudamericana,
2002.32. Andruetto, Marìa Teresa: Benjamino.
Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
http://www.teresaandruetto.com.ar/la-escritora.asp33. Andruetto, María Teresa: "De la
autora", en Andruetto, Marìa Teresa: Benjamino. Buenos
Aires, Sudamericana, 2003.34. http://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Cristina_Alonso
35. María Cristina Alonso – Marta Pasut.
Ilustraciones: Mirella Musri Colección La Flor de la
Canela. Editorial Homo Sapiens ,
2005.http://www.homosapiens.com.ar/hscatalogo/articulo.do?artid=852336. Nueva colección infantil: La Flor de
la Canela Por Rubí Gamboa, 7 de julio de 2005, El
Litoral.com
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2005/07/07/arte/ARTE-04.html37. http://www.nelvybustamante.com.ar/
38. Bustamante, Nelvy: Cuentan en la Patagonia.
Ilustraciones: Lucas Nine. Buenos Aires, Sudamericana, 2005.
64 pp. (Cuentamérica).39. http://www.e-amauta.com.ar/emiliosaad.htm
40. Saad, Emilio: "El ovillo del destino", en
Varios autores: La ultima rebelion y otros cuentos de nuestra
historia. Ilustraciones: Graciela Sennes. Buenos Aires,
Amauta, 2006. 112 paginas. (Narrativa infantil
argentina).
*****
Obras literarias y de divulgación recuerdan a la
inmigración que llegó a la Argentina entre 1810 y
1960. Entre los autores figuran personalidades de nuestro pasado,
ganadores de Premios Nacionales y Municipales de Literatura e
integrantes del jurado de prestigiosos concursos, lo cual da una
idea de la relevancia de los creadores que abordaron esta
temática. La edición de estas obras -y la
utilización de algunas de ellas en la enseñanza–
nos habla de la voluntad de transmitir a las nuevas generaciones
testimonios valiosos acerca de este aspecto de la historia de
nuestro país.
Autor:
María González Rouco
inmigracionyliteratura[arroba]yahoo.com.ar
Licenciada en Letras UNBA/Periodista Profesional
Matriculada.
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