- Hipótesis
- Los pueblos americanos antes de
la invasión - La colonización
ibérica - La creación del
indio - Pensamiento político de
los aborígenes en América
latina - La desaparición del
indio - Las bases de la
indianización americana - La opinión aborigen sobre
la conquista - Conclusión
- Bibliografía
"Si a las tribus que invadieron Europa desde el
este se los llamó "bárbaros y vándalos",
términos que quedaron en el habla como signos de
destrucción, qué es lo que tendría que
decirse de los Pizarro, los Almagro, los Pedro de Alvarado,
capaces de todas las traiciones, mendacidades, felonías,
crímenes signados por la deslealtad, el faltar a la
palabra empeñada, el abuso de confianza, la
perfidia.
El militar, el cura, el proletariado y el funcionario
fueron el cuadriunvirato que exterminó a las
civilizaciones y los modus vivendis del continente conquistado y
dejó una herencia
permanente que significó autoritarismo, atraso, miedo y
pecado. Todo lo demás fue rebasado por el mismo continente
hollado, como los increíbles vegetales de sus selvas que
eran capaces antes, hasta que los gases letales
del consumismo de la postrera civilización de los
países centrales la redujera y esclavizada, de cubrir
ciudades y cultura."
(1)
A través de esta investigación, se tratará por medio
de la hipótesis, de demostrar cómo con la
invasión del continente, por parte del conquistador
europeo, el aborigen se transformó en indio, y hoy es
él mismo quien creará al nuevo indígena
americano.
La importancia de este problema reside en la
comprensión de las luchas que llevan a cabo los
movimientos indígenas para lograr mantener su cultura y
costumbres sin que el sistema
imperialista disfrazado de globalización se lo impida. Para esto,
recurren a los valores y
virtudes de las antiguas grandes civilizaciones, de las cuales
descienden y son legítimos herederos de su legado
cultural.
Al llegar el invasor europeo a un continente casi virgen
y tomar contacto con los aborígenes que lo habitaban, se
inició el proceso de
estructuración del indio, primero como ser infrahumano,
casi animal, como inferior después (dogma que persiste en
la actualidad en la cultura occidental, no así entre los
pueblos indígenas).
Ese mismo etnocentrismo llevó al conquistador a
negar y esconder el desarrollo,
los pensamientos y virtudes de los pueblos y civilizaciones
americanas.
En la creación del indio influyó en gran
medida la matanza, la esclavitud, la
infamia en la que el aborigen vivió en los primeros siglos
de la conquista, sumado al colonialismo, al hambre y a la miseria
que se sumó después, justificada por la
hipocresía y el exacerbado etnocentrismo del capitalismo
occidental.
Pero es en la actualidad, cuando el antiguo indio
subordinado del imperio mercantil salvacionista primero, y del
capitalismo
después, está de pie luchando por su dignidad,
elevando la figura de sus ancestros, desistiendo de vivir la
historia de
Europa para
reconstruir en forma continua la propia, luchando por demostrar
que no son "una raza débil que va extinguiéndose"
(2) como opinaba Hegel, sino que
sigue existiendo orgullosa y soberbia.
Es así como se construirá al nuevo indio
americano, unido a las diferentes etnias a través del
panindianismo.
- Bayer, Osvaldo. "LA SOMBRA DEL INACAYAL"(fragmento)
Artículo diario Clarín, abril 1999. - Colombres, Adolfo. La colonización cultural de
la América indígena. Serie
antropológica-Ediciones del Sol. Buenos Aires
(S.F.)
Hace quinientos años el europeo crea,
dialécticamente, al indio. Hoy es el indio el que se crea
a sí mismo, negando a la cultura occidental y reafirmando
la propia previa a la invasión de América.
LOS PUEBLOS
AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN
Los pueblos que habitaban América antes de la
conquista habían alcanzado a desarrollar sociedades
urbanas, mientras que otros sólo practicaban una agricultura
simple o se dedicaban a la caza y la
recolección.
Los mayas, aztecas e
incas
construyeron complejas obras de riego, aplicaron técnicas
agrícolas y organizaron estados teocráticos.
También inventaron un calendario de 365 días
(mientras que Europa se guiaba por el gregoriano, menos exacto
que el maya) y un alfabeto. Pero quizás, lo que más
se destaca sea la ciudad de Teotihuacán que en el
año 500 d.C. era la ciudad más grande del mundo con
200.000 habitantes.
Hasta la invasión, los aborígenes se
aseguraban los alimentos y los
bienes
necesarios para vivir a través de relaciones de
reciprocidad y redistribución. La primera,
consistía en la práctica de la solidaridad y
ayuda mutua entre los miembros de la comunidad. Se
ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar. Mientras que la
redistribución, consistía en el cobro de fuertes
tributos en
productos y en
trabajo que eran contabilizados para determinar en que zonas
sobraban o faltaban alimentos para
luego distribuirlos en las poblaciones más necesitadas.
Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos
aborígenes americanos.
Al llegar el invasor ibérico con toda su
maquinaria bélica y su ideología despectiva de pseudosuperioridad,
comienza a construir al "indio" como ser inferior,
bárbaro.
Por lo general, antes de la conquista de América,
el conquistador hacía suya la cultura del conquistado, al
mismo tiempo que
enriquecía la de éste. Todo lo contrario
ocurrió en América, el conquistador y el
conquistado se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de
sintetizar. El conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco
asimilar. Busca imponerse manteniendo su propia identidad, no
quiere ser identificado con los hombres y pueblos que ha
sometido. Los conquistadores ibéricos trataron de imponer
su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como
"demoníaca".
Los europeos no pudieron desarraigar la cultura
aborigen, pese a que destruyeron templos, dioses y otras
expresiones culturales. Debido a este fracaso, se planteó
otra estrategia: la
cristianización.
Los ibéricos intentaron buscar una
justificación filosófica y moral para la
conquista. La encontraron en Aristóteles que decía: "Algunos
seres desde el momento en que nacen, están destinados, uno
a obedecer y otros a mandar". Según esta visión, no
todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza.
Aristóteles afirmaba: "La naturaleza…
hace distintos los cuerpos de los hombres libres y de los
esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras
penosas y haciendo a los primeros incapaces para los trabajos
duros". O sea, que los indios sabían hacer, estaban
capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo
debía decir era el europeo.
Ante todo esto, la iglesia
católica creía que los errores paganos
debían ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a
toda costa. Hubo numerosos teólogos, como Juan
Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de acuerdo con
la conversión forzada de los indios, mientras que otros
como Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la
persuasión como único medio para la
evangelización. Pero nadie reconoció en aquella
época el derecho de los indígenas a mantener su
propia religión.
Juan Guinés de Sepúlveda decía que
los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya
que viven fuera de la "ley natural",
debido a su comportamiento. Dicha ley establece que
lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta
superioridad de los españoles será el derecho a
dominar y a conquistar al indígena.
Sepúlveda también afirmaba que los
aborígenes estaban mucho más abajo que lo humano,
cercano a lo animal. Decía que eran débiles,
cobardes, tímidos y carecían de virtud.
Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas,
que creía que, si bien el indio era débil,
también era un hombre y como
tal, ante los ojos de Dios, era igual que un español,
por lo cual este último debía cuidarlo y
educarlo.
Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en
América fue un verdadero genocidio seguido de un fuerte
etnocidio, muy importante para la construcción del indio como ser
inferior.
Es relevante tener en cuenta que en 1.492, la cultura
ibérica no era necesariamente moderna y racionalista, ni
tampoco quienes manejaban el aparato colonizador; ni los
invasores, eran precisamente una luminaria, sino más bien,
estaban influenciados por la religión y la
intolerancia que se desprendía de ésta, debido a lo
cual sólo podían mirar a los indios a través
de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser
convertidos a la religión verdadera, pero a cambio de su
oro y sus tierras. En caso de la más mínima
resistencia se
recurría a la violencia.
Esto ocurría con vertiginosa frecuencia, ya que
los conquistadores justificaban a través de la
religión la explotación, la esclavitud y los
malos tratos.
Toda esta violencia y
esta masacre terminó por convertir a los aborígenes
en indios, ya que ellos mismo se convencieron de la
pseudosuperioridad del europeo. Las atrocidades realizadas por
estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y
el poder, sino
también por una construcción de los indios por los
españoles, como seres inferiores, a medio camino entre lo
humano y lo animal, como pregonaba Sepúlveda.
A lo largo de 500 años de conjunción con
agentes culturales europeos, los pueblos americanos resultaron
profundamente afectados, sus sociedades
fueron remoldeadas desde la base, se vio alterada su
composición étnica y degradada su cultura. De esta
forma, se logró la transformación de una
multiplicidad de pueblos autónomos, poseedores de
tradiciones auténticas en unas pocas sociedades de cultura
alienada.
Los europeos al invadir América introdujeron una
carga de conceptos y preconceptos (algunos ya mencionados)
referidos a sí mismos y a los demás pueblos. Estos
últimos, además de perder su riqueza (acumulada por
siglos) y de convertirse en mano de obra esclava, sufrieron la
degradación de asumir como imagen propia la
visión despectiva de los europeos que los consideraban
racialmente inferiores. A través de esta visión, se
explicaba el atraso de los pueblos indígenas derivando de
sus características innatas como la pereza, la
falta de ambición, etc.
Estos son los motivos por los cuales los
aborígenes se acostumbraron a verse a sí mismos
como pueblos infrahumanos destinados a un papel
subalterno, debido, según los europeos, a la
pérdida de virtudes resultante del mestizaje, al clima tropical,
etc.
De esta forma, el invasor colonialista impone su
dominio y a la
vez se autodignifica degradando la imagen
étnica del aborigen.
La iglesia
católica del imperio salvacionista ibérico tuvo
gran relevancia en la construcción del indio como ente
cultural alienado, ya que la religión cristiana se mezcla
en él con creencias africanas y aborígenes,
formando cultos sincréticos. Estos llenaban
satisfactoriamente su cometido de dar a conocer al
indígena la gloria de la vida eterna ultraterrena, para
consolarlo ante la miseria de su destino terreno y a la vez
justificar el dominio europeo,
induciéndolos a una actitud pasiva
y resignada.
Todas estas justificaciones de la dominación
colonial y cultural constituyen la más pesada herencia dejada
por la civilización occidental y cristiana a los pueblos
conquistados. Actuaron en conjunto como cristales deformadores
que le han impedido a estos pueblos crear una imagen
auténtica del mundo y una visión genuina de
sí mismos.
PENSAMIENTO
POLÍTICO DE LOS ABORIGENES EN AMERICA
LATINA
En la actualidad, los aborígenes luchan por
rescatar su identidad y
darse a conocer al mundo. Para esto, forman organizaciones
políticas que se autodenominan indias o
indígenas, o bien adoptan el nombre del grupo
étnico al que representan. Todos estos grupos pregonan
una identificación pan-india opuesta
a occidente y a las políticas
indigenistas de los gobiernos latinoamericanos, ya que
éstos tienen como objetivo la
integración de los indios en un modelo de
estado
nacional napoleónico, que no refleja el carácter
pluriétnico de las sociedades englobadas en él. Por
lo tanto, estas tentativas integradoras responden a la necesidad
capitalista de consolidar y ampliar el mercado
interno.
El Movimiento
Indigenista Latinoamericano se crea en 1.940 con la
realización del primer Congreso Indigenista
Interamericano. En él, se reconoce la existencia del
pluralismo étnico y la necesidad consecuente de
políticas especiales para los pueblos indígenas.
Éstas deben tender a la incorporación integral de
los indígenas en la vida nacional y estimular el desarrollo de
las culturas indias.
Existe también otro indigenismo, el practicado
por las iglesias. Éste es rechazado por los
auténticos grupos
indigenistas, ya que la esencia misma del trabajo evangelizador
ha sido siempre etnocida. Esto sin considerar el papel que
históricamente han desempeñado las iglesias en
América
latina, como arma no siempre espiritual de la conquista, como
garante del sometimiento de los colonizados y como aliada de las
clases dominantes. Con esto, no se quiere decir que rechaza el
cristianismo,
todo lo contrario, sino que no acepta su autopostulación,
como portavoz de las culturas indígenas.
El indio surge ( como ya fue mencionado antes) con la
llegada del europeo a América, antes no había
indios, sino pueblos diversos con identidades propias. Al indio
lo crean los occidentales, como ser diferente e
inferior.
Los pueblos aborígenes (atrasados), son elegidos
para ingresar al progreso quemando etapas, gracias a que otro
pueblo más avanzado logra enderezarles el
rumbo.
La categoría de indios es supraétnica, es
decir, no hace referencia de la diversidad de pueblos que quedan
englobados bajo esa expresión. La política india actual
es paniandianista, trata de estructurar a toda la población indígena. La base de esto
es el reconocimiento de su condición común de
colonizados, que comparten por encima de las diferencias
étnicas. Éste es el fundamento del proyecto de
indianidad, que, dialécticamente, se cumplirá con
la desaparición del indio. Esto último será
el resultado de la desaparición del estado
colonial y cuya consecuencia será el resurgimiento de
todas las etnias.
La perduración de los grupos étnicos se
basan sobre dos factores fundamentales: el lenguaje
común (que es el pensamiento
según el cual se organiza la comprensión del mundo)
y el modo de consumo
(prolongación de las características étnicas ancladas en
lo cotidiano).
La cotidianidad permite crear y reproducir un modo
distinto de vida en lo cotidiano. Existen hábitos sociales
en los que las relaciones, los contenidos y los significados
culturales resultan compartidos. La familia,
las actividades hogareñas, etc. encuentran entre las
instancias institucionalizadas que permiten una práctica
cotidiana diferenciada y hacen posible la permanencia de la
identidad étnica.
LAS BASES DE LA
INDIANIZACION AMERICANA
El pensamiento
político indio está en oposición a la
civilización occidental. Hace legítimo el
pensamiento propio y no el occidental. Por lo tanto, no hay hi
hubo conquista, sino invasión. El indio ha resistido y
luchado contra el europeo, y aún sigue en pie, lo cual
demuestra que no ha sido conquistado.
El mestizaje sufrido no conduce a una nueva cultura, ni
es fusión.
Las únicas auténticas son las que encarnan los
pueblos, lo demás es occidente.
La civilización occidental es colonialista e
imperialista. América tiene la suya, que es
legítima, y se opone globalmente a occidente debido a su
dominio neocolonial.
Todos los pueblos indios participan de ella. La
diversidad de culturas y lenguas no impide la unidad
civilizatoria.
Quienes afirman que las diferencias étnicas
dividen, lo hacen como estrategia de
dominio, a favor de la neocolonización occidental. Ante
esto, las políticas indigenistas tratan de demostrar la
existencia de una única y diferente civilización
india, logrando una unión panindígena.
Para alcanzar este objetivo, es
relevante la descolonización de la historia, ya que ésta
ha sido escrita y enseñada por el colonizador. Pero existe
otra, la del indio, que es al revés; los héroes de
la primera son los villanos de ésta, sus méritos
son su oprobio.
Si la historia oficial ha sido parte de la
justificación de la dominación, ésta
deberá colaborar con la liberación.
Se aprende a ser indio si se conoce la verdad de lo que
ocurrió en América. Aún los desindianizados
pueden encontrar su lado aborigen si se adentran en estos hechos
y rechazan los relatados por occidente, postulados como historia
oficial o universal, en la cual se menosprecia y distorsiona a la
civilización india.
Esto se debe a que el colonizador ha querido ocultar la
grandeza de las culturas indias pasadas y actuales, debido a que
la superioridad de éstas no se aprecia según las
escalas de los valores
occidentales, que privilegian lo material por sobre lo humano. La
inferioridad que se le atribuye a éstos se basa en lo
moral y
ético.
La vida india contemporánea se presenta, en su
mundo comunal, llena de valores
profundos como el amor, la
honradez, el respeto y la
solidaridad.
Según éstos, la
organización productiva y la tecnología aborigen
son superiores a las accidentales, si se compara su utilidad ética, y
no sólo su productividad.
Gracias a estas virtudes, las políticas
indígenas no hacen discriminación, sino que trata de
incorporar a la civilización india al mestizo y al blanco,
a través de un proyecto de
indianización opuesto al utilizado por el europeo 500
años atrás.
Además de la creación de su nueva
identidad, los pueblos indios americanos deben luchar contra
otras miserias como la pobreza, el
hambre y demás yugos que impone el imperialismo
globalizado de occidente. Quizás, una posible
solución sería plantearse su propia modernidad, que
como señala Adolfo Colombres estaría dada por
distinguirse de la clase dominante, y podría ser definida
como "periférica".
LA OPINIÓN
ABORIGEN SOBRE LA CONQUISTA
"El Consejo Internacional Independiente
Emancipación e Identidad DE América
Latina 1492-1992, reunido en sesión de trabajo en la
ciudad de México los
días 5 y 6 de enero de 1991 declara":
- Que el 12 de octubre de 1942, que según la
visión eurocentrista esta considerado como
descubrimiento y encuentro entre dos mundos, implico el
inicio de uno de los mayores genocidios, pillajes y saqueos
de la historia humana, y que la pretensión de celebrar
su V centenario constituye un acto de arrogancia y desprecio
frente a los pueblos del tercer mundo. - Que estos mecanismos persisten hoy en la
división de la humanidad conocida como primer mundo y
tercer mundo. En este ultimo, el 85 % de la especie humana
esta obligada a trabajar para el bienestar del 15% restante."
( 3 )
( 3 ) Rigoberta Menchu, Noam Chomsky, etc.
"DECLARACIÓN DE MÉXICO"
(fragmento) MÉXICO 1991.
"Hubo un tiempo en el que
todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestro dioses velaban
por nosotros.
No había enfermedades entonces, no
había pecado entonces, no había dolores de huesos. No
había fiebres, no había viruela, no había
ardor de pecho. No había enflaquecimientos. Sanos
vivíamos.
Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos.
Pero ese tiempo acabo, desde que ellos llegaron con su odio
pestilentes y su nuevo dios y sus horrorosos perros de caza,
sus sanguinarios perros de
guerra de ojos
extrañamente amarillos. Sus perros asesinos.
Bajaron de sus barcos de hierro: sus
cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y sus
cabellos amarillos y la ambición y el engaño y la
traición y nuestro dolor de siglos reflejados en sus ojos
inquietos, nada quedo en pie, todo lo quemaron, todo lo
arrasaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y
seis millones de los nuestros cincuenta y seis millones de
hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde
su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aun arde
como ejemplo de lo que fueron algunas de las mas grandes culturas
del mundo, que se propague y arda en una llama enorme y alumbre
por fin nuestra verdadera identidad, y de ser así que se
sepa la verdad, la terrible verdad de cómo mataron y
esclavizaron a un continente entero para saquear el oro, la plata
y la tierra. De
cómo nos quitaron hasta las lenguas, el idioma y cambiaron
nuestros dioses atemorizándonos con terribles castigos,
como si pudiera haber castigo mayor, que el de haberlos
confundido con nuestros propios dioses y dejarlos que entraran en
nuestras casas y templos y valles y montañas.
Pero no nos han vencido, hoy, al igual que ayer
todavía peleamos por nuestra propia identidad." ( 4
).
Antes de la invasión, el continente americano era
habitado por seres humanos iguales unos a otros a pesar de las
castas sociales. A estas personas que habitaron miles de
años estas tierras, sin tener ningún tipo de
contacto con el hombre
blanco en todo este tiempo (salvo tal vez algunas incursiones
vikingas en Norteamérica) se los conoce como
aborígenes.
Ahora bien, si previamente a la conquista existieron
seres humanos capaces de organizarse en ciudades-estados
teocráticos y crear calendarios y alfabetos, no se explica
la concepción del aborigen acuñada por los
europeos; sino a través de una óptica
religiosa intolerante, en conjunto con el verdadero móvil
de la invasión, que no fue otro que la ambición,
convirtiéndose el primero en justificación del
segundo.
Es así como el conquistador, al expandir por
América su verdadera y absoluta religión, junto con
sus sistemas
cuasifeudales y esclavizantes, impulsado por la codicia
desmoralizada de la cual está impregnada la
invasión de América, produce una
transmutación en el aborigen, cuyo resultado es el indio,
un ser inferior e infrahumano.
En esta metamorfosis sufrida por el ser autóctono
americano, tuvieron gran relevancia las masacres y las enfermedades que diezmaron
la población, además de las creencias
religiosas que los inducía a una vida pacífica y
resignada.
Pero el invasor no se conformó con degradar al
aborigen a un plano casi animal , sino que su exacerbado
etnocentrismo lo llevó también a envilecer la
cultural autóctona por medio del etnocidio y la
deculturación.
Hoy, 500 años después, el indio es
conciente de lo que le ocurre a sí mismo y a sus hermanos
en toda América; se da cuenta del lugar que ocupa en la
sociedad
occidental y del concepto de
sí mismo que esta cultura etnocéntrica le impone.
Él conoce de discriminación, violencia y miseria
más que nadie; sabe del peso de creerse
inferior.
Pero es en la actualidad cuando comienza a reencontrarse
con sus raíces, comienza a rechazar la universalidad de la
historia europea para creer en la propia, callada por varios
siglos. Es precisamente en ésta, junto con la cotidianidad
de sus costumbres y la repetición de sus ritos
ancestrales, en donde reside la base de la nueva identidad india.
Ésta, ya no será de pseudoinferioridad, sino que se
basará en una escala de valores
propia de su cultura, que es la continuación de la
aborigen previa a la invasión.
Finalmente, el europeo transforma al aborigen (un ser
humano pensante, racional, con un patrón cultural propio)
en un ente casi animal, sin capacidad de pensar y gobernado por
instintos viles, que no es otro que el indio. Esta
concepción, que tilda a los pueblos americanos
autóctonos de inferiores, perduró casi cinco siglos
en la mente de todos los pueblos, y es en la actualidad cuando el
indio se reconoce como igual, ve en su historia una continuidad
que no ha sido interrumpida por la invasión y gracias a
eso, es que puede rescatar parte de su antigua identidad cultural
para conformar la nueva.
( 4 ) Editorial "LA MORALEJA". Octubre 1997
* Bayer, Osvaldo "LA SOMBRA DEL INACAYAL" (fragmento)
articulo Diario "Clarín", Abril 1999.
- Bonfil Batalla, Guillermo "UTOPIA Y REVOLUCION"
(fotocopia de la catedra "Historia Americana" del profesor Hugo
Nalli) - Chomsky, Noam "NOAM CHOMSKY HABLA DE AMERICA"
Editorial 21, México 1998. - Colombres, Adolfo "AMERICA LATINA: EL DESAFIO DEL
TERCER MILENIO" Ediciones del sol, Buenos aires
1993. - Colombres, Adolfo "COLONIZACIÓN CULTURAL DE
AMERICA LATINA" Ediciones del Sol, Buenos Aires
1987. - Colombres, Adolfo "LA HORA DEL BARBARO" Ediciones del
Sol, Buenos Aires 1996. - Colombres, Adolfo "LA MODERNIDAD
PERIFERICA" Diario Clarín 12 de octubre
1991. - Ditmer, K. "ETNOLOGÍA GENERAL" Editorial
F.C.E, México 1985. - "EL DESAFIO AMERICANO" Edityorial del diario
Clarín 15 de octubre de 1992. - Galeano, Eduardo "Diario Pagina 12" 10 de octubre
1992 - Herskovits J., Melville "EL HOMBRE Y
LA CULTURA" Editorial F.C.E. Mexico1984. - Ibáñez larrain, Jorge "MODERNIDAD,
RAZON E IDENTIDAD AMERICANA" Editorial Andres Bello, Chile
1996. - "LA MORALEJA", Editorial La Moraleja Octubre
1997. - Menchu, Rigoberta ; Chomsky, Noam; etc.
"DECLARACIÓN DE MÉXICO" (fragmento),
México 1991. - Menchu, Rigoberta "QUIEN ESCUCHA A LOS
INDÍGENAS" Diario Clarín 23 de julio
2001. - Romero, Jose Luis "SITUACIONESD E IDEOLOGÍAS
EN AMERICA LATINA" editorial Sudamericana, Argentina
1986. - Zea, Leopoldo "FILOSOFIA DE
LA HISTORIA AMERICANA" Editorial F.C.E, México
1987.
Autor:
MARCELO GALAZ
AVELLANEDA-SANTA FE-ARGENTINA