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Ecología, estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente físico y biológico




Enviado por latino_and



    1. La
      biosfera
    2. Energía y
      nutrientes
    3. Desequilibrios
    4. Poblaciones y
      comunidades
    5. Interacciones en la
      comunidad
    6. La teoría general de
      sistemas
    7. Concepto &
      características de sistemas
    8. Atributos
      emergentes

    Ecología,
    estudio de la relación entre los organismos y su
    medio ambiente
    físico y biológico. El medio ambiente
    físico incluye la luz y el calor o
    radiación
    solar, la humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los
    nutrientes del suelo, el agua y la
    atmósfera.
    El medio ambiente
    biológico está formado por los organismos vivos,
    principalmente plantas y
    animales.
    Debido a los diferentes enfoques necesarios para estudiar a los
    organismos en su medio ambiente
    natural, la ecología se sirve de
    disciplinas como la climatología, la hidrología, la
    física, la
    química,
    la geología y
    el análisis de suelos. Para
    estudiar las relaciones entre organismos, la ecología recurre a
    ciencias tan
    dispares como el comportamiento
    animal, la taxonomía,
    la fisiología y las matemáticas.
    El creciente interés de
    la opinión
    pública respecto a los problemas del
    medio ambiente ha convertido la palabra ecología en un
    término a menudo mal utilizado. Se confunde con los
    programas
    ambientales y la ciencia
    medioambiental (véase Medio ambiente). Aunque se trata de
    una disciplina
    científica diferente, la ecología contribuye al
    estudio y la comprensión de los problemas del
    medio ambiente.
    El término ecología fue acuñado por
    el biólogo alemán Ernst Heinrich Haeckel en 1869;
    deriva del griego oikos (hogar) y comparte su raíz con
    economía.
    Es decir, ecología significa el estudio de la economía de la
    naturaleza. En
    parte, la ecología moderna empezó con Charles
    Darwin. Al
    desarrollar la teoría
    de la evolución, Darwin hizo
    hincapié en la adaptación de los organismos a su
    medio ambiente por medio de la selección
    natural. También hicieron grandes contribuciones
    geógrafos de
    plantas como
    Alexander von Humboldt, profundamente interesados en el
    cómo y el por qué de la distribución de los vegetales en el
    mundo.

    La
    biosfera

    El delgado manto de vida que cubre la Tierra
    recibe el nombre de biosfera. Para
    clasificar sus regiones se emplean diferentes enfoques.
    Biomas
    Las grandes unidades de vegetación son llamadas
    formaciones vegetales por los ecólogos europeos y biomas por los
    de América
    del Norte. La principal diferencia entre ambos términos es
    que los biomas
    incluyen la vida animal asociada. Los grandes biomas, no
    obstante, reciben el nombre de las formas dominantes de vida
    vegetal.
    Bajo la influencia de la latitud, la elevación y los
    regímenes asociados de humedad y temperatura,
    los biomas terrestres varían geográficamente de los
    trópicos al Ártico, e incluyen diversos tipos de
    bosques, praderas, monte bajo y desiertos. Estos biomas incluyen
    también las comunidades de agua dulce
    asociadas: corrientes, lagos, estanques y humedales. Los medios
    ambientes marinos, que algunos ecólogos también
    consideran biomas, comprenden el océano abierto, las
    regiones litorales (aguas poco profundas), las regiones
    bentónicas (del fondo oceánico), las costas
    rocosas, las playas, los estuarios y las llanuras mareales
    asociadas.
    Véase también Chaparral; Arrecife de coral;
    Estuario; Vida marina; Pantanal; Turbera; Sabana; Vida
    intermareal; Tundra.
    Ecosistemas
    Resulta más útil considerar
    a los entornos terrestres y acuáticos, ecosistemas,
    término acuñado en 1935 por el ecólogo
    vegetal sir Arthur George Tansley para realzar el concepto de que
    cada hábitat es un todo integrado. Un sistema es un
    conjunto de partes interdependientes que funcionan como una
    unidad y requiere entradas y salidas. Las partes fundamentales de
    un ecosistema son
    los productores (plantas verdes), los consumidores
    (herbívoros y carnívoros), los organismos
    responsables de la descomposición (hongos y bacterias), y
    el componente no viviente o abiótico, formado por materia
    orgánica muerta y nutrientes presentes en el suelo y el agua. Las
    entradas al ecosistema son
    energía
    solar, agua, oxígeno, dióxido de carbono,
    nitrógeno y otros elementos y compuestos. Las salidas del
    ecosistema incluyen el calor
    producido por la respiración, agua, oxígeno,
    dióxido de carbono y nutrientes. La fuerza
    impulsora fundamental es la energía
    solar.

    Energía y
    nutrientes

    Los ecosistemas
    funcionan con energía procedente del Sol, que fluye en una
    dirección, y con nutrientes, que se
    reciclan continuamente. Las plantas usan la energía
    lumínica transformándola, por medio de un proceso
    llamado fotosíntesis, en energía química bajo la forma
    de hidratos de carbono y otros compuestos. Esta energía es
    transferida a todo el ecosistema a través de una serie de
    pasos basados en el comer o ser comido, la llamada red trófica. En la
    transferencia de la energía, cada paso se compone de
    varios niveles tróficos o de alimentación:
    plantas, herbívoros (que comen vegetales), dos o tres
    niveles de carnívoros (que comen carne), y organismos
    responsables de la descomposición. Sólo parte de la
    energía fijada por las plantas sigue este camino, llamado
    red alimentaria
    de producción. La materia
    vegetal y animal no utilizada en esta red, como hojas
    caídas, ramas, raíces, troncos de árbol y
    cuerpos muertos de animales, dan
    sustento a la red alimentaria de la descomposición. Las
    bacterias,
    hongos y
    animales que se alimentan de materia muerta se convierten en
    fuente de energía para niveles tróficos superiores
    vinculados a la red alimentaria de producción. De este modo la naturaleza
    aprovecha al máximo la energía inicialmente fijada
    por las plantas.
    En ambas redes
    alimentarias el número de niveles tróficos es
    limitado debido a que en cada transferencia se pierde gran
    cantidad de energía (como calor de respiración) que deja de ser utilizable o
    transferible al siguiente nivel trófico. Así pues,
    cada nivel trófico contiene menos energía que el
    que le sustenta. Debido a esto, por ejemplo, los ciervos o los
    alces (herbívoros) son más abundantes que los lobos
    (carnívoros).
    El flujo de energía alimenta el ciclo biogeoquímico
    o de los nutrientes. El ciclo de los nutrientes comienza con su
    liberación por desgaste y descomposición de la
    materia orgánica en una forma que puede ser empleada por
    las plantas. Éstas incorporan los nutrientes disponibles
    en el suelo y el agua y los almacenan en sus tejidos. Los
    nutrientes pasan de un nivel trófico al siguiente a lo
    largo de la red trófica. Dado que muchas plantas y
    animales no llegan a ser comidos, en última instancia los
    nutrientes que contienen sus tejidos, tras
    recorrer la red alimentaria de la descomposición, son
    liberados por la descomposición bacteriana y
    fúngica, proceso que
    reduce los compuestos
    orgánicos complejos a compuestos inorgánicos
    sencillos que quedan a disposición de las
    plantas.

    Desequilibrios

    Los nutrientes circulan en el interior de los ecosistemas. No
    obstante, existen pérdidas o salidas, y éstas deben
    equilibrarse por medio de nuevas entradas o el ecosistema
    dejará de funcionar. Las entradas de nutrientes al
    sistema
    proceden de la erosión y
    desgaste de las rocas, del polvo
    transportado por el aire, y de las
    precipitaciones, que pueden transportar materiales a
    grandes distancias. Los ecosistemas terrestres pierden cantidades
    variables de
    nutrientes, arrastrados por las aguas y depositados en
    ecosistemas acuáticos y en las tierras bajas asociadas. La
    erosión, la tala de bosques y las cosechas
    extraen del suelo una cantidad considerable de nutrientes que
    deben ser reemplazados. De no ser así, el ecosistema se
    empobrece. Es por esto por lo que las tierras de cultivo han de
    ser fertilizadas.
    Si la entrada de un nutriente excede en mucho a su salida, el
    ciclo de nutrientes del ecosistema afectado se sobrecarga, y se
    produce contaminación. La
    contaminación puede considerarse una entrada de
    nutrientes que supera la capacidad del ecosistema para
    procesarlos. Los nutrientes perdidos por erosión y
    lixiviación en las tierras de cultivo, junto con las aguas
    residuales urbanas y los residuos industriales, van a parar a los
    ríos, lagos y estuarios. Estos contaminantes destruyen las
    plantas y los animales que no pueden tolerar su presencia o el
    cambio
    medioambiental que producen; al mismo tiempo favorecen
    a algunos organismos con mayor tolerancia al
    cambio.
    Así, en las nubes llenas de dióxido de azufre y
    óxidos de nitrógeno procedentes de las áreas
    industriales, éstos se transforman en ácidos
    sulfúrico y nítrico diluidos y caen a tierra, en
    forma de lluvia
    ácida, sobre grandes extensiones de ecosistemas
    terrestres y acuáticos. Esto altera las relaciones
    ácido-base en algunos de ellos, mueren los peces y los
    invertebrados acuáticos y se incrementa la acidez del
    suelo, lo que reduce el crecimiento forestal en los ecosistemas
    septentrionales y en otros que carecen de calizas para
    neutralizar el ácido.
    Véase Ciclo del carbono; Ciclo del
    nitrógeno.

    Poblaciones y
    comunidades

    Las unidades funcionales de un ecosistema
    son las poblaciones de organismos a través de las cuales
    circulan la energía y los nutrientes. Una población es un grupo de
    organismos de la misma especie que comparten el mismo espacio y
    tiempo
    (véase Especies y especiación). Los grupos de
    poblaciones de un ecosistema interactúan de varias formas.
    Estas poblaciones interdependientes forman una comunidad, que
    abarca la porción biótica del ecosistema.
    Diversidad
    La comunidad tiene
    ciertos atributos, entre ellos la dominancia y la diversidad de
    especies. La dominancia se produce cuando una o varias especies
    controlan las condiciones ambientales que influyen en las
    especies asociadas. En un bosque, por ejemplo, la especie
    dominante puede ser una o más especies de árboles, como el roble o el abeto; en una
    comunidad marina los organismos dominantes suelen ser animales,
    como los mejillones o las ostras. La dominancia puede influir en
    la diversidad de especies de una comunidad porque la diversidad
    no se refiere solamente al número de especies que la
    componen, sino también a la proporción que cada una
    de ellas representa.
    La naturaleza física de una
    comunidad queda en evidencia por las capas en las que se estructura, o
    su estratificación. En las comunidades terrestres, la
    estratificación está influida por la forma que
    adoptan las plantas al crecer. Las comunidades sencillas, como
    los pastos, con escasa estratificación vertical, suelen
    estar formadas por dos capas: suelo y capa herbácea. Un
    bosque puede tener varias capas: suelo, herbácea,
    arbustos, árboles
    de porte bajo, árboles de porte alto con copa inferior o
    superior, entre otras. Estos estratos influyen en el medio
    ambiente físico y en la diversidad de hábitats para
    la fauna. La
    estratificación vertical de las comunidades
    acuáticas, por contraste, recibe sobre todo la influencia
    de las condiciones físicas: profundidad, iluminación, temperatura,
    presión, salinidad, contenido en
    oxígeno y dióxido de carbono.
    Hábitat y nicho
    La comunidad aporta el hábitat, el lugar en el que viven
    las distintas plantas o animales. Dentro de cada hábitat,
    los organismos ocupan distintos nichos. Un nicho es el papel
    funcional que desempeña una especie en una comunidad, es
    decir, su ocupación o modo de ganarse la vida. Por
    ejemplo, el candelo oliváceo vive en un hábitat de
    bosque de hoja caduca. Su nicho, en parte, es alimentarse de
    insectos del follaje. Cuanto más estratificada esté
    una comunidad, en más nichos adicionales estará
    dividido su hábitat.
    Tasas de crecimiento de la población
    Las poblaciones tienen una tasa de nacimiento (número de
    crías producido por unidad de población y tiempo) una tasa de mortalidad
    (número de muertes por unidad de tiempo) y una tasa de
    crecimiento. El principal agente de crecimiento de la
    población son los nacimientos, y el principal agente de
    descenso de la población es la muerte.
    Cuando el número de nacimientos es superior al
    número de muertes la población crece y cuando
    ocurre lo contrario, decrece. Cuando el número de
    nacimientos es igual al de muertes en una población dada
    su tamaño no varía, y se dice que su tasa de
    crecimiento es cero.
    Al ser introducida en un medio ambiente favorable con abundantes
    recursos, una
    pequeña población puede experimentar un crecimiento
    geométrico o exponencial, algo similar al interés
    compuesto. Muchas poblaciones experimentan un crecimiento
    exponencial en las primeras etapas de la colonización de
    un hábitat, ya que se apoderan de un nicho infraexplotado
    o expulsan a otras poblaciones de uno rentable. Las poblaciones
    que siguen creciendo exponencialmente, no obstante, acaban
    llevando al límite los recursos, y
    entran con rapidez en declive debido a algún
    acontecimiento catastrófico como una hambruna, una
    epidemia o la competencia con
    otras especies. En términos generales, las poblaciones de
    plantas y animales que se caracterizan por experimentar ciclos de
    crecimiento exponencial son especies con abundante descendencia y
    se ocupan poco de sus crías o producen abundantes semillas
    con pocas reservas alimenticias. Estas especies, que acostumbran
    a tener una vida corta, se dispersan con rapidez y son capaces de
    colonizar medios
    ambientes hostiles o alterados. A menudo reciben el nombre de
    especies oportunistas.
    Otras poblaciones tienden a crecer de forma exponencial al
    comienzo y logísticamente a continuación, es decir,
    su crecimiento va disminuyendo al ir aumentando la
    población, y se estabiliza al alcanzar los límites de
    la capacidad de sustentación de su medio ambiente. A
    través de diversos mecanismos reguladores, tales
    poblaciones mantienen un cierto equilibrio
    entre su tamaño y los recursos disponibles. Los animales
    que muestran este tipo de crecimiento poblacional tienden a tener
    menos crías, pero les proporcionan atención familiar; las plantas producen
    grandes semillas con considerables reservas alimenticias. Estos
    organismos tienen una vida larga, tasas de dispersión
    bajas y son malos colonizadores de hábitats alterados.
    Suelen responder a los cambios en la densidad de
    población (número de organismos por unidad de
    superficie) con cambios en las tasas de natalidad y de mortalidad
    en lugar de con la dispersión. Cuando la población
    se aproxima al límite de los recursos disponibles, las
    tasas de natalidad disminuyen y las de mortalidad entre
    jóvenes y adultos aumentan.

    Interacciones en la
    comunidad
    Las principales influencias sobre el
    crecimiento de las poblaciones están relacionadas con
    diversas interacciones, que son las que mantienen unida a la
    comunidad. Estas incluyen la competencia,
    tanto en el seno de las especies como entre especies diferentes,
    la depredación, incluyendo el parasitismo, y la
    coevolución o adaptación.
    Competencia
    Cuando escasea un recurso
    compartido, los organismos compiten por él, y los que lo
    hacen con mayor éxito
    sobreviven. En algunas poblaciones vegetales y animales, los
    individuos pueden compartir los recursos de tal modo que ninguno
    de ellos obtenga la cantidad suficiente para sobrevivir como
    adulto o reproducirse. Entre otras poblaciones, vegetales y
    animales, los individuos dominantes se apoderan de la totalidad
    de los recursos y los demás quedan excluidos.
    Individualmente, las plantas tienden a aferrarse al lugar donde
    arraigan hasta que pierden vigor o mueren, e impiden que
    sobrevivan otros individuos controlando la luz, la humedad y
    los nutrientes del entorno.
    Muchos animales tienen una organización social muy desarrollada a
    través de la cual se distribuyen recursos como el espacio,
    los alimentos y la
    pareja entre los miembros dominantes de la población.
    Estas interacciones competitivas pueden manifestarse en forma de
    dominancia social, en la que los individuos dominantes excluyen a
    los subdominantes de un determinado recurso, o en forma de
    territorialidad, en la que los individuos dominantes dividen el
    espacio en áreas excluyentes, que ellos mismos se encargan
    de defender. Los individuos subdominantes o excluidos se ven
    obligados a vivir en hábitats más pobres, a
    sobrevivir sin el recurso en cuestión o a abandonar el
    área. Muchos de estos animales mueren de hambre, por
    exposición a los elementos y
    víctimas de los depredadores.
    La competencia entre los miembros de especies diferentes provoca
    el reparto de los recursos de la comunidad. Las plantas, por
    ejemplo, tienen raíces que penetran en el suelo hasta
    diferentes profundidades. Algunas tienen raíces
    superficiales que les permiten utilizar la humedad y los
    nutrientes próximos a la superficie. Otras que crecen en
    el mismo lugar tienen raíces profundas que les permiten
    explotar una humedad y unos nutrientes no disponibles para las
    primeras.
    Depredación
    Una de las
    interacciones fundamentales es la depredación, o consumo de un
    organismo viviente, vegetal o animal, por otro. Si bien sirve
    para hacer circular la energía y los nutrientes por el
    ecosistema, la depredación puede también controlar
    la población y favorecer la selección
    natural eliminando a los menos aptos. Así pues, un conejo
    es un depredador de la hierba, del mismo modo que el zorro es un
    depredador de conejos. La depredación de las plantas
    incluye la defoliación y el consumo de
    semillas y frutos. La abundancia de los depredadores de plantas,
    o herbívoros, influye directamente sobre el crecimiento y
    la supervivencia de los carnívoros. Es decir, las
    interacciones depredador-presa a un determinado nivel
    trófico influyen sobre las relaciones depredador-presa en
    el siguiente. En ciertas comunidades, los depredadores llegan a
    reducir hasta tal punto las poblaciones de sus presas que en la
    misma zona pueden coexistir varias especies en competencia porque
    ninguna de ellas abunda lo suficiente como para controlar un
    recurso. No obstante, cuando disminuye el número de
    depredadores, o estos desaparecen, la especie dominante tiende a
    excluir a las competidoras, reduciendo así la diversidad
    de especies.
    Parasitismo
    El parasitismo está
    estrechamente relacionado con la depredación. En
    él, dos organismos viven unidos, y uno de ellos obtiene su
    sustento a expensas del otro. Los parásitos, que son
    más pequeños que sus huéspedes, incluyen
    multitud de virus y
    bacterias. Debido a esta relación de dependencia, los
    parásitos no suelen acabar con sus huéspedes, como
    hacen los depredadores. Como resultado, huéspedes y
    parásitos suelen coevolucionar hasta un cierto grado de
    tolerancia
    mutua, aunque los parásitos pueden regular la
    población de algunas especies huéspedes, reducir su
    éxito
    reproductivo y modificar su comportamiento. Véase Parásito.
    Coevolución
    La
    coevolución es la evolución conjunta de dos especies no
    emparentadas que tienen una estrecha relación
    ecológica, es decir, que la evolución de una de las
    especies depende en parte de la evolución de la otra. La
    coevolución también desempeña un papel en las
    relaciones depredador-presa. Con el paso del tiempo, al ir
    desarrollando el depredador formas más eficaces de
    capturar a su presa, ésta desarrolla mecanismos para
    evitar su captura. Las plantas han desarrollado mecanismos
    defensivos como espinas, púas, vainas duras para las
    semillas y savia venenosa o de mal sabor para disuadir a sus
    consumidores potenciales. Algunos herbívoros son capaces
    de superar estas defensas y atacar a la planta. Ciertos insectos,
    como la mariposa monarca, pueden incorporar a sus propios tejidos
    sustancias venenosas tomadas de las plantas de las que se
    alimentan, y las usan como defensa contra sus depredadores. Otros
    organismos similares relacionados con ella (véase Mariposa
    virrey) pueden adquirir, a través de la selección
    natural, un patrón de colores o una
    forma que imita la de la especie no comestible. Dado que se
    asemejan al modelo
    desagradable, los imitadores consiguen evitar la
    depredación. Otros animales recurren a asumir una
    apariencia que hace que se confundan con su entorno o que
    parezcan formar parte de él. El camaleón es un
    ejemplo bien conocido de esta interacción. Algunos
    animales que emplean olores desagradables o venenos a modo de
    defensa suelen exhibir también coloraciones de
    advertencia, normalmente colores
    brillantes o dibujos
    llamativos, que actúan como aviso adicional para sus
    depredadores potenciales. Véase Adaptación;
    Mimetismo.
    Otra relación coevolutiva es el mutualismo, en el que dos
    o más especies dependen la una de la otra y no pueden
    vivir más que asociadas. Un ejemplo de mutualismo es el de
    las micorrizas, relación forzosa entre determinados hongos
    y las raíces de ciertas plantas. En uno de los grupos, el de las
    ectomicorrizas, los hongos forman una capa o manto en torno a las
    radicelas. Las hifas de los hongos invaden la radicela y crecen
    entre las paredes celulares, además de extenderse suelo
    adentro a partir de ella. Los hongos, que incluyen varias setas
    comunes de los bosques, dependen del árbol para obtener
    energía. A cambio, ayudan al árbol a obtener
    nutrientes del suelo y protegen sus raicillas de ciertas enfermedades. Sin las
    micorrizas, algunos grupos de árboles, como las
    coníferas y los robles, no pueden sobrevivir y
    desarrollarse. Por su parte, los hongos no pueden existir sin los
    árboles. Véase Simbiosis.
    Sucesión y comunidades clímax

    Los ecosistemas son dinámicos en el sentido de
    que las especies que los componen no son siempre las mismas. Esto
    se ve reflejado en los cambios graduales de la comunidad vegetal
    con el paso del tiempo, fenómeno conocido como
    sucesión. Comienza por la colonización de un
    área alterada, como un campo de cultivo abandonado o un
    río de lava recientemente expuesto, por parte de especies
    capaces de tolerar sus condiciones ambientales. En su mayor parte
    se trata de especies oportunistas que se aferran al terreno
    durante un periodo de tiempo variable. Dado que viven poco tiempo
    y que son malas competidoras, acaban siendo reemplazadas por
    especies más competitivas y de vida más larga, como
    ocurre con ciertos arbustos que más tarde son reemplazados
    por árboles. En los hábitats acuáticos, los
    cambios de este tipo son en gran medida resultado de cambios en
    el medio ambiente físico, como la acumulación de
    sedimentos en el fondo de un estanque. Al ir haciéndose
    éste menos profundo, se favorece la invasión de
    plantas flotantes como los lirios de agua y de plantas emergentes
    como las espadañas. La velocidad de
    la sucesión depende de la competitividad
    de la especie implicada; de la tolerancia a las condiciones
    ambientales producidas por el cambio en la vegetación; de
    la interacción con los animales, sobre todo con los
    herbívoros rumiantes, y del fuego. Con el tiempo, el
    ecosistema llega a un estado llamado
    clímax (estado
    óptimo de una comunidad biológica, dadas las
    condiciones del medio), en el que todo cambio ulterior se produce
    muy lentamente, y el emplazamiento queda dominado por especies de
    larga vida y muy competitivas. Al ir avanzando la
    sucesión, no obstante, la comunidad se vuelve más
    estratificada, permitiendo que ocupen el área más
    especies de animales. Con el tiempo, los animales característicos de fases más
    avanzadas de la sucesión reemplazan a los propios de las
    primeras fases.

    LA
    TEORÍA
    GENERAL DE SISTEMAS surgió con los trabajos del
    biólogo alemán Ludwig von Bertalanffy, publicados
    en 1950 y 1968. Esta teoría no busca soluciones
    prácticas, pero sí producir teorías
    y formulaciones que puedan crear condiciones de aplicación
    en la realidad empírica. La teoría de
    sistemas afirma que las propiedades de los que las
    propiedades de los sistemas no
    pueden ser descritos significativamente en términos de sus
    elementos separados. La comprensión de los sistemas
    solamente se presenta cuando se estudian los sistemas
    globalmente, involucrando todas las interdependencias de los
    subsistemas.

     La teoría general
    de sistemas se fundamenta en tres premisas básicas a
    saber:

    • Los sistemas existen dentro de sistemas.
    • Los sistemas son abiertos.
    • Las funciones de un
      sistema dependen de su estructura.

     Se verifica que las teorías
    tradicionales de la
    organización han propendido por ver la
    organización humana como un sistema cerrado. Esa
    tendencia ha llevado a no considerar los diferentes ambientes
    organizacionales y la naturaleza de la dependencia organizacional
    en cuanto al ambiente. El punto débil del enfoque pasado
    fue que trató con pocas de las variables
    significantes de la situación total por un lado, y muchas
    veces se ha sustentando con variables impropias por otro.

     La teoría de
    sistemas penetró rápidamente en la
    teoría administrativa por dos razones básicas:

     a)      por un lado, frente a
    la necesidad de una síntesis y
    de una integración mayor de las teorías que
    la procedieron, esfuerzo intentado con bastante éxito en
    la aplicación de las ciencias del
    comportamiento al estudio de la organización desarrollado por los
    behavioristas;

     b)      Por otro lado, la
    matemática, la cibernética, de un modo general, y la
    tecnología
    de la información, de un modo especial, trajeron
    inmensas posibilidades de desarrollo y
    operacionalización de las ideas que convergían
    hacia una teoría de sistemas aplicadas a la
    administración.

    CONCEPTO &
    CARACTERISTICAS DE SISTEMAS

     La organización es un sistema que consta de un
    número de partes interactuantes y ninguna de ellas es
    más que las otras en sí. De la definición de
    Bertalanffy, según la cual el sistema es un conjunto de
    unidades recíprocamente relacionadas, se deducen dos
    conceptos: el de propósito y el globalismo.

    • Propósito: todo sistema tiene uno o algunos
      propósitos. Las unidades o elementos, como
      también las relaciones, definen una distribución que trata siempre de
      alcanzar un objetivo.
    • Globalismo: todo sistema tiene una naturaleza
      orgánica, por la cual una acción que produzca
      cambio en una de las unidades del sistema, con mucha probabilidad
      producirá cambios en todas las otras unidades de
      éste.

     El término sistema es empleado generalmente en el
    sentido de sistema total. Los componentes necesarios para la
    operación de un sistema total son llamados subsistemas,
    los que , a su vez, están formados por la reunión
    de nuevos subsistemas más detallados.

     En cuanto a su constitución, los sistemas pueden ser
    físicos o abstractos: sistema físicos o concretos,
    cuando están compuesto por equipos, por maquinarias y por
    objetos y cosas reales. Sistemas abstractos, cuando están
    compuestos por conceptos, planes, hipótesis e ideas. En ciertos casos, el
    sistema físico opera en consonancia con el sistema
    abstracto.

     En cuanto a su naturaleza, los sistemas pueden ser
    cerrados o abiertos: los sistemas cerrados son los que no
    presentan intercambio con el medio ambiente que los rodea, pues
    son herméticos a cualquier influencia ambiental. Los
    sistemas abiertos son los que presentan relaciones de intercambio
    con el ambiente, a través de entradas y salidas.

     El sistema se caracteriza por determinados
    parámetros. Los parámetros de los sistemas son:
    entrada, procesamiento, salida, retroacción y
    ambiente.

     La descripción del sistema abierto es
    exactamente aplicable a una organización empresarial.
    Una empresa es
    un sistema creado por el hombre y
    mantiene una dinámica interacción con su medio
    ambiente, ya sea con los clientes, los
    proveedores,
    los competidores, las entidades sindicales, etc. influye sobre el
    medio ambientes y recibe influencias de éste.

     La idea de tratar a la organización como un
    sistema abierto no es nueva. Herbert Spencerya lo afirmaba en el
    inicio de este siglo: "Un organismo social se asemeja a un
    organismos individual en los siguientes rasgos esenciales:

    • en el crecimiento
    • en el hecho de volverse más complejo a medida que
      crece;
    • en el hecho de que haciéndose más complejo,
      sus partes exigen una creciente interdependencia;
    • porque su vida tiene inmensa extensión comparada con
      la vida de sus unidades componentes
    • porque en ambos casos existe creciente integración acompañada por
      creciente heterogeneidad"

     Las organizaciones
    poseen todas las características de los sistemas abiertos,
    definidas en parte anteriormente.

     De todas las teorías presentadas hasta este
    momento, la teoría de sistemas es la menos criticada, tal
    vez por el hecho de que aún no ha transcurrido suficiente
    tiempo para su análisis más profundo. Por otra
    parte, puede ser además que la perspectiva
    sistemática parece estar de acuerdo con la
    preocupación estructural-funcionalista típica de
    las ciencias
    sociales de los países capitalistas de hoy en
    día.

     Las principales características de la moderna
    teoría de la administración basada en el análisis
    sistemático son las siguientes: punto de vista
    sistemático, enfoque dinámico, multidimensional y
    multinivelado, multimotivacional, probabilístico,
    multidisciplinaria, descriptivo, multivariable y adaptativa.

     Sin embargo, muchos autores consideran la teoría
    de sistemas demasiado abstracta y conceptual, y por lo tanto, de
    difícil aplicación a situaciones gerenciales
    prácticas. A pesar de que ha venido predominando
    fuertemente en la teoría administrativa y tiene una
    aplicabilidad general al comportamiento de diferentes tipos de
    organizaciones
    e individuos en diferentes medios culturales, el enfoque
    sistemático es básicamente una teoría
    general comprensible, que cubre ampliamente todos los
    fenómenos organizacionales. Es una teoría general
    de las organizaciones y de la
    administración, una síntesis
    integradora de los conceptos clásicos, neoclásicos,
    estructuralistas, neoestructuralistas y behavioristas.

     No obstante, aunque el esquema más amplio de ese
    enfoque parece virtualmente completo en su todo, muchos detalles
    de la teoría todavía están por estudiar e
    investigar.

    Atributos
    emergentes

    Cuando nos referimos a los niveles de organización, se
    indicaban diferentes subgrupos diferenciables, como lo son
    individuo, población o comunidad, donde un determinado
    nivel de organización esta formado por subgrupos
    integrados por el nivel de complejidad anterior.

    Al convinarse subgrupos o componentes para producir entidades
    funcionales de dimensiones mayores, emergen nuevas propiedades no
    presentes en el subgrupo o componenete predecesor. Los atributos
    emergentes presentan principios no
    reductibles, es decir las propiedades del todo no son reductibles
    a la suma de las propiedades de las partes. Por otro lado los
    atributos, permiten se conserven las características
    colectivas, que son las características que son resultado
    de la suma de las partes.

    Dicho en otras palabras, entendemos como niveles emergentes a
    aquellas categorías de organización de la materia,
    en las cuales hay propiedades o características que no se
    expresan por la simple adición de las propiedades o
    características de los elementos que la constituyen, como
    una unidad natural de organización de la materia, la
    población representa algo más que la
    superposición de los individuos.

    Considerando lo anterior se puede decir que población
    biológica comparte atributos tales como tasa de natalidad,
    tasa de mortalidad, proporción de sexos,
    distribución de edades, etc.

    Los atributos emergentes, los podemos dividir en primarios
    y secundarios.
    Los primarios, son los que nos permiten
    describir de forma esencial al nivel de organización. Para
    el nivel de complejidad de población, los atributos
    primarios son derivados de la densidad de la
    población evaluada en forma absoluta o relativa, y
    consideramos a los siguientes:

    Natalidad. Incluyendo los conceptos de fertilidad
    (nacimientos reales) y fecundidad (nacimientos posibles).

    Mortalidad. Considerando la longevidad
    fisiológica (longevidad que por las características
    de los individuos se puede presentar) y longevidad
    ecológica (longevidad que por el medio ambiente los
    organismos pueden tener).

    Inmigración. Como tasa de entrada de organismos,
    provenientes de otras poblaciones.

    Emigración. Tasa de salida de organismos de la
    población no causada por muerte.

    Los atributos secundarios de mayor interés
    son:

    Cuantitativos

    • Patrón de distribución de los
      organismos.
    • Tasa de crecimiento de la población.

    Cualitativos

    • Estructura de edades
    • Composición genética
    • Tasa sexual
    • Estructura social.

    Como resultado de considerar los atributos emergentes, se
    puede entender a la población con el modelo
    demóstato:

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Figura 1. Modelo demostato, que busca explicar el
    comportamiento poblacional.

    Propiedades emergentes

    para cualquier sistema existen propiedades o atributos
    que surgen como resultado de la interacción de todos sus
    componentes y que no se reconocen a nivel de las propiedades de
    los componentes singulares.

    tamaño mínimo de un ecosistema: aquel que
    permite la permanencia de los elementos básicos que lo
    constituye. 
      
     Los ecosistemas

      Plantas verdes, fitófagos,
    zoófagos, humus, Sustancia, orgánica muerta,
    saprófagos, CO2, O2, agua, nutrientes, Energía
    solar.

    Componentes genéricos de un
    ecosistema

    Subsistema cultivos-Subsistema plagas-Subsistema
    enfermedades-Subsistema malezas-Subsistema
    atmosférico-Subsistema suelo-Energía humana,
    animal, fósil, fertilizantes, biocidas, semillas de
    cultivo, etc. Radiación
    solar, precipitaciones, Cosecha y otras

    Atributos

    Usos:

    Protección de hábitat-Calidad de
    hábitat

    Usos directos:

    Diversidad-Vida silvestre-Agricultura-Biomasa-PescaProductos-forestales-Intercambio de materia-
    Ganado-Acuacultura/Pesca-Orgánica-BiodiversidadTurismo/Recreación-Acumulación de
    nutrientes-Biomasa-Sedimentos-Productividad
    neta-Construcción-Cultivos/Investigación/Educación-Recarga de
    Acuíferos-Descarga de Agua
    Subterránea-Amortiguamiento de Tormentas-Acople (apoyo
    externo a otros sistemas)-Valo res no
    Comerciales-Existencia

    Mario Andres osorio

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