- Tipos de
delincuencia - Modelos de legitimación de
la delincuencia organizada - Recursos tecnológicos de
la delincuencia organizada
El crimen organizado
surge históricamente
bajo las formas de
acumulación
de capital
originario,
para la génesis y
desarrollo
de la gran industria
moderna.
CECILIA LOZANO MERAZ
Si el delincuente es el "sujeto que delinque", o lo que
es igual, "sujeto activo o agente del delito", entonces
la delincuencia
es la "calidad de
delincuente", la "comisión de un delito" o un
"conjunto de delitos en
general, o referidos a un país o época".
A su vez, un diccionario
puede decir que delito es la "culpa, crimen o quebrantamiento de
la ley". Dicho de
manera más precisa, es la "acción u omisión
voluntaria, imputable a una persona que
infringe el Derecho, y que es penada por la ley".
El Maestro Eduardo García Maynez señala
que "se da el nombre de delitos a ciertas
acciones
antisociales prohibidas por la ley, cuya comisión hace
acreedor al delincuente a determinadas sanciones conocidas con el
nombre específico de penas".
En cuanto a la delincuencia, una definición
elemental señala que "delincuencia es la conducta
resultante del fracaso del individuo en adaptarse a las demandas
de la sociedad en que
vive". A su vez, Herrero Herrero define la delincuencia como "el
fenómeno social constituido por el conjunto de las
infracciones, contra las normas
fundamentales de convivencia, producidas en un tiempo y lugar
determinados".
En un comunicado de prensa emitido
por el Consejo Europeo de Tampere, realizado en octubre de 1999,
y luego de la Conferencia de
alto nivel celebrada en Praia da Falésia el 4 y 5 de mayo
del 2000, la Comisión Europea llegó a la
conclusión de que se "define la delincuencia como todo
acto punible cometido por individuos o asociaciones
espontáneas de personas. No obstante", indica el mismo
documento, "esta definición engloba distintas realidades
como:
- La delincuencia en sentido propio.
- La delincuencia con un nivel de infracción
penal menos grave pero más frecuente. - La violencia
que afecta a los medios
más diversos. - La falta de civismo, que incluye comportamientos
asociales –o antisociales, como sería más
apropiado decir– que no constituyen una infracción
penal".
Ahora bien, el delito cometido por el delincuente no es
del todo espontáneo, sino que puede ser premeditado y
programado. Sin embargo, dependiendo del número de
personas que lo cometa y ejecute, de los procedimientos
que siga, de los recursos que
utilice y de los objetivos que
persiga, podrá haber, esencialmente, dos tipos de
delincuencia:
- Delincuencia menor, y
- Delincuencia organizada.
En las próximas secciones de este capítulo
se hablará de ellas, definiéndolas y explicando sus
características particulares y
ámbito de acción e influencia. Sin embargo, antes
se hace obligado explicar que, por su escala de
acción, también se puede hablar de una delincuencia
estratificada: menor, intermedia y mayor, como la clasifica
Leticia Salomón, del Foro Ciudadano de
Honduras.
Como ya se verá, la delincuencia menor o
delincuencia común es la más visible y temida, pero
constituye la punta del iceberg. Al hablar de delincuencia
intermedia y mayor se está hablando, de facto, de
delincuencia organizada, y aunque todas ellas requieren de una
mayor preparación de las fuerzas de seguridad
pública, la organizada requiere, además, recursos
tecnológicos e intelectuales muy avanzados.
1.1 Características y ámbito de
acción de la delincuencia menor
El Maestro Eduardo García Maynez, y citando a
Afallón y García Olano, señala que "el
delito representa, generalmente, un ataque directo a los derechos del individuo
(integridad física, honor,
propiedad,
etc.), pero atenta siempre, en forma mediata o inmediata, contra
los derechos del
cuerpo social".
Ello atañe a cualquier delincuente y a cualquier
tipo de delincuencia, pues el sólo hecho de contravenir la
ley –que por antonomasia busca la protección y
salvaguarda de la integridad y tranquilidad del individuo–
ya implica un atentado contra el orden social regulado por la
ley.
La delincuencia menor es la cometida por un individuo, y
cuando mucho, por dos, y que tiene por objetivo la
comisión de un delito que podría ser ir desde una
falta menor hasta una grave y calificada, pero que no trascienden
su escala y
proporciones, es decir, no son cometidos por bandas, no hay una
gran planeación
en los hechos delictivos, o no se pretende operar permanentemente
a gran escala.
Leticia Salomón señala que "en la
delincuencia menor se puede incluir algunos carteristas,
asaltantes de buses, estafadores. Esa es la delincuencia
más común, más popular, la que vemos y a la
que le tenemos miedo. Entonces los ciudadanos comunes piensan que
es un problema cuando transitan por determinadas zonas en que
pueden asaltados y la gente asocia inseguridad
con esto". Esa es la delincuencia callejera, la más
ordinaria:
- Asalto a transeúntes.
- Carterismo.
- Violación.
- Robo de bienes y
artículos menores. - Robo a casas habitación.
- Robo de vehículos.
- Vandalismo.
- Grafitis y pinta de muros y monumentos.
Ahora bien, éstos y otros delitos pueden ser
cometidos en grandes proporciones y por muchos individuos, con lo
cual ya se convierte en una delincuencia organizada, tanto de
nivel intermedio como mayor. Cuando se convierten en tales, se ha
dado en decir que se convierten en la "industria del
robo", "la industria del secuestro", la
"industria del robo de vehículos", etc. Por supuesto, la
delincuencia menor tiene las siguientes características,
en términos generales:
- El asaltante puede apelar o no a dos recursos para
lograr sus objetivos: - Normalmente existen compradores de bienes
robados, que son quienes los adquieren de conformidad con
tarifas ya existentes en el mercado
negro, mismas que son fijadas por la oferta y la
demanda
así como por la situación del entorno local,
nacional e internacional. - Regularmente, los delincuentes operan con apoyo de
una red de
corrupción entre autoridades intermedias
(jueces calificadores, agentes del ministerio público
del fuero común) y corporaciones de seguridad
pública desde sus mandos y efectivos elementales hasta
–cuando mucho– sus mandos medios
(agentes de policía, jefes de sector, etc.).
1.2 Características y
ámbito de acción
de la delincuencia
organizada
En general, hoy –en palabras de Cecilia Lozano
Meraz– el crimen organizado significa un mecanismo de
acumulación, robo y redistribución de capital propio
de la economía informal, que también llega
a formar parte de la economía formal
local, nacional y global.
Evidentemente, en opinión personal, tiene
serias implicaciones del orden económico, pues constituye
una importante derrama de recursos, pues todo el capital generado
y distribuido se cubre en efectivo. Un análisis estadístico y una investigación
de campo precisarían mejor esta aseveración,
aunque en este momento se toma como una premisa
definitiva.
El crimen organizado se puede definir como "la
delincuencia colectiva que instrumentaliza racionalmente la
violencia
institucional de la vida privada y pública, al servicio de
ganancias empresariales con rapidez. Necesariamente vincula
jerarquías de la burocracia
política y
judicial mediante la corrupción
y la impunidad".
La investigadora jalisciense Cecilia Lozano Meraz
señala algunas características concretas de la
delincuencia organizada o crimen organizado, como también
se le denomina, y que a continuación se describen en forma
de lista junto con otras características observadas en
otro análisis sobre el tema:
- "Opera bajo una disciplina y
códigos de comportamiento mafioso; - Actúa con la finalidad de obtener, en la forma
de prácticas sociales recurrentes –enraizadas en
la estructura
del trabajo, a nivel local, nacional e internacional–
ganancias rápidas sin inversión previa de capital, de origen
ilegítimo e ilegal, mediante la apropiación de
objetos de uso privado" y de propiedad
ajena. - En otras ocasiones, recurriendo a las mismas
prácticas, se comercializa con bienes, productos y
servicios de
origen ilegítimo e ilegal, con poca o ninguna inversión de capital. - La delincuencia organizada actúa de manera
impune en la clandestinidad, protegida –y a veces
también dirigida y operada– por autoridades
corruptas, delincuentes de alto nivel, especialización y
jerarquía, y posee capacidad para utilizar la fuerza en
aras de lograr sus objetivos. - Con respecto a los bienes, productos y
servicios
ofertados por la delincuencia organizada, una vez que estos se
ponen en circulación, "quedan definidos sus precios por
las condiciones del mercado
regional o mundial" –denominado, coloquialmente, mercado
negro–, "siendo el mercado, escenario de esta
criminalidad organizada".
Cecilia Lozano Meraz indica que como resultado del
histórico esfuerzo de la humanidad por su supervivencia
surgió el capitalismo,
el cual presenta una doble dimensión dialéctica en
sus formas de acumulación de capital que no necesariamente
se implican desde el punto de vista de las relaciones
jurídicas, aunque sí desde el punto de vista
económico, a saber:
- La acumulación de capital basada en el
ahorro y
el trabajo
personal, de
origen legítimo y legal, y - La acumulación de capital basado en
actividades que dotadas de legalidad (falsa), son
ilegítimamente obtenidas para los efectos
jurídicos de sus métodos
de generación y concentración de riqueza
históricamente empleados: formas de crimen
organizado.
Sin embargo, al constituir una actividad (o actividades)
ilegales, aun cuando pudieran parecer licitas, caen de facto en
el campo del derecho penal y,
por ende, merecen especial estudio y análisis, a efecto de
detectar, controlar, contrarrestar, disminuir y erradicar la
acción y efectos de ésta o éstas, así
como a los individuos y grupos que las
llevan a cabo.
El sitio web de la
Procuraduría General de la República (PGR)
señala que "el concepto
"delincuencia organizada" fue empleado por primera vez por el
criminólogo norteamericano John Ladesco en 1929, para
designar a las operaciones
delictivas provenientes de la mafia".
En México, en
1993 al reformarse el artículo 16 Constitucional, se
introduce por primera vez el concepto de
"delincuencia organizada"; el 1° de febrero de 1994 entran en
vigor importantes reformas al Código
Penal Federal y a los Códigos de Procedimientos
Penales, Federal y del Distrito Federal, en los que
también se hace referencia a este concepto.
Este tipo de delincuencia –señala la
PGR– fue designada con la palabra "organizada", ya que se
refiere a la "asociación", a la "sociedad", a la
"corporación", al "grupo", al
"sindicato", a
la "liga", al "gremio", a la "coalición", en sí a
la "unión", como forma de conjuntar esfuerzos en grupo; y con
el empleo de la
violencia, soborno, intimidación y fuerza, los
delincuentes llevaban a cabo sus actividades ilegales.
Ahora bien, es bastante común referirse a la
delincuencia organizada bajo el sinónimo de mafia (o mob,
como se le llama en Estados Unidos y
Asia), y a los
delincuentes en gran escala se les llama entonces mafiosos o
gángsters. Ya se habló de la voz mafia.
A su vez, el término gángster deriva de la
voz inglesa gang, que significa banda, siendo común
llamarle gángster al miembro de cualquier banda en
cualquier país de habla inglesa, independientemente de que
sea criminal o no. Sin embargo, en México se
ha tomado el término para connotar esa relación
entre el gángster como miembro de una agrupación
criminal.
En cuanto al término mafia, otra fuente informa
que éste apareció por vez primera en un texto
siciliano de 1658, pero su uso se extendió y se hizo
común en toda Italia hasta el
siglo XIX y, posteriormente, para el resto del mundo,
según se explicó, gracias a John
Ladesco.
De acuerdo con la definición etimológica
de la palabra mafia, ésta proviene del idioma italiano, y
significa "Red de asociaciones secretas
sicilianas dispuestas a tomarse la justicia por
su mano y a impedir el ejercicio de la justicia
oficial por medio de un silencio concertado".
Así, a la luz de los sentidos que
poseen las palabras gang, gángster y mafia, se puede ver
que la delincuencia organizada, efectivamente, consiste en
redes de grupos criminales
con fines comunes y bien definidos y acordados, ya sea con
presencia local o internacional.
Ahora bien, en relación con el tema que ha
motivado el presente estudio, una de las mafias más
famosas y, al mismo tiempo, de gran
peligro, son las dedicadas al tráfico internacional de
drogas. Si
bien todas están armadas y no tienen contemplaciones hacia
aquellos que amenazan su seguridad, las más conocidas
actualmente son los llamados "cárteles", que son redes de traficantes de
drogas
principalmente de origen latinoamericano y, más
específicamente, las colombianas y las
mexicanas.
Así, en lo que toca a la geografía de la
delincuencia y, más específicamente en materia de
drogas, la atención del mundo está fijada desde
finales de la década de los 1980 y principios de los
1990 en Colombia. Ello se
debe esencialmente a las actividades ilegales de los
cárteles colombianos en cuanto a:
- Producción y procesamiento de drogas (sobre
todo, la cocaína). - Distribución regional e internacional
(especialmente hacia México como puente a los Estados Unidos,
y a este país, como destino de consumo
final). - Las acciones
delictivas derivadas
del narcotráfico, entre las que se puede
mencionar básicamente a las siguientes:
- Tráfico de armas.
- Asesinatos.
- Lavado de dinero.
Y precisamente una vez que se sabe lo que es una mafia,
una gang, etc., se puede concluir que la actividad exclusiva o
central de los cárteles, a diferencia de otras bandas
internacionales, es el tráfico de drogas, en cualquiera de
sus modalidades (heroicas, cannabis, etc.).
La fuerza de la delincuencia organizada radica en el
establecimiento de "alianzas y vínculos" que logra en
todos los niveles, incluyendo el político y el militar;
con la ayuda de actos de corrupción logran su impunidad.
Por ello, la delincuencia en su manifestación organizada
constituye uno de los más graves y vitales problemas que
dañan y perjudican a la humanidad.
Otro concepto sobre delincuencia organizada lo da la
Corporación Euroamericana de Seguridad –con sede en
España–, que indica que "se entiende
por delincuencia organizada cuando más de tres personas
acuerdan organizarse para realizar, en forma permanente o
reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen
como fin o resultado cometer alguno de los delitos penados por
las leyes nacionales
e internacionales".
Una variante de esta definición señala que
"se considera como delincuencia organizada la asociación
de tres o más personas para realizar, de forma permanente
o reiterada, conductas a fin de cometer algunos delitos". Esta
definición se encuentra contenida en el artículo
282 Bis de la Ley Orgánica 5/1999, de 13 de enero vigente
para España.
A su vez, la Comisión Europea señala que
"la delincuencia organizada se define, de acuerdo con la
acción común 98/733/JAI del 21 de diciembre de
1998, como una asociación estructurada, de más de
dos personas, establecida y que actúa de manera
concertada, con el fin de cometer infracciones punibles con penas
privativas de libertad o de
una pena más grave". Aquí, la pena de
prisión puede ir desde uno a cuatro años, como
mínimo, y la pena más grave puede llegar incluso al
castigo con la
muerte.
Siguiendo la clasificación de Leticia
Salomón, ya citada antes, se hablaba de delincuencia
intermedia y delincuencia mayor. Estas ya son formas de
delincuencia organizada. "La delincuencia intermedia que se
relaciona con asaltos a vivienda y con robos de
automóviles especialmente para repuestos que significa
cierto nivel de planificación, trabajo en
equipo, especialización, recursos, labores de inteligencia,
etc. La delincuencia mayor está vinculada a secuestros,
asaltos de bancos, bandas de
narcotraficantes. Esa delincuencia es la peor pero es la menos
visible para la ciudadanía".
1.3 Tipos de delincuencia
organizada
y delitos cometidos por
ésta
La delincuencia organizada, sin embargo, parece ser algo
más antigua que el capitalismo
como tal, y se inicia desde las formas y prácticas del
imperialismo
occidental y puede ser que en las formas imperialistas de la
cultura humana
en general.
"En un principio", señala Cecilia Lozano, "se
dieron las prácticas del saqueo y el tráfico de
aborígenes en América
y África, procesos de
despojo de medios de vida y de trabajo y la expropiación
de tierras que usufructuaba consuetudinariamente la población campesina-sierva; y el robo o
esclavización de niños
para los talleres manufactureros".
Por supuesto, el saqueo, el tráfico de personas,
el robo y otras formas de delincuencia ya existían desde
el origen de la civilización misma: recuérdense las
hordas de bárbaros que asolaban Europa Central y
Asia en
tiempos del Imperio Romano
–Atila y los Hunos es un ejemplo– y aun
antes.
Evidentemente, éstas ya constituían formas
de delincuencia organizada puesto que existían
jerarquías definidas –el jefe, su lugarteniente, sus
matones personales, etc.–, funciones y
atribuciones conforme a dichas jerarquías, reglas para sus
integrantes, derechos y obligaciones,
métodos de
acción y formas de operación, cuotas, modos de
impunidad, etc., aunque se hace más notoria en el
colonialismo occidental posterior a los siglos XVII y
XVIII.
Posteriormente, las formas de piratería dieron origen a nuevas formas de
delincuencia organizada, una de ellas incluso premiada por los
gobiernos de las naciones en pugna. Así, surgió el
pirata, que era un "ladrón de mar, cruel y despiadado",
que destruía barcos pero que trabajaba para sí
mismo y para sus propios fines, sin ley ni bandera.
Asimismo, había piratas que se hacían
llamar corsarios; otros, bucaneros, y otros más,
filibusteros. La palabra filibustero proviene del holandes
‘vrij bouiter’, ‘el que va a capturar
botin’, que en inglés
será ‘freebooter’ y en francés
‘filibustier’.
Para España serán bandidos y piratas; para
las naciones adversarias del poder
peninsular son bandidos… o aliados. Nada de eso preocupa a los
filibusteros mismos, por esencia libertarios a quienes nada
importa como no sea su condición de hombres libres, en el
mar que es la libertad, y
agrupados".
En cuanto al concepto de bucanero, esta palabra tuvo su
origen hacia inicios del siglo XVII, en el norte de la isla de La
Española (hoy Santo Domingo), explorada y ocupada desde
los tiempos de Colón pero con poco valor e
interés
para los españoles.
Ahí se radicaron numerosos aventureros, esclavos
blancos y negros, fugitivos, prisioneros huidos, que aprendieron
de los indios arawacos a preparar el "bucan", la carne ahumada de
jabalí y otros animales que
cazaban en la boscosa región.
Su negocio era comerciar carne ahumada y frutos varios
con los barcos en travesía. Pero en 1620 los
españoles les atacaron para hacerse de ese comercio y
desarticular a ese núcleo extranjero y no católico.
La derrota es fácil, pero no su captura.
Un gran numero cruzó el canal que separa a la
isla La Española de la isla de La Tortuga (en Costa Rica) y se
refugiaron allí, donde la residencia fue permanente,
volviendo a la isla mayor a cazar, pero no a quedarse. El ataque
trajo otra consecuencia: la necesidad de defenderse en conjunto y
organizarse. Así, en la legendaria isla Tortuga
nació la Cofradía después de 1620 y
sobrevivió hasta 1700.
Estos, sin embargo, no eran delincuentes organizados en
flotas navales con fines de pillaje y saqueo, sino una gran
comunidad de
hombres libres organizados para defenderse y mantener su calidad de
vida en una época en la que ser diferente de los
cánones requeridos por la corona española era
sinónimo de ser su enemigo. Por tanto, no puede ni debe
confundirse con una forma de delincuencia.
Una primera definición señala que "un
corsario era aquel quien, al mando de una embarcación o
grupo de ellas, se dedicaba a la piratería en nombre de su rey". Sin
embargo, otras fuentes
atribuyen su surgimiento al fenómeno naval de la Isla
Tortuga de Costa Rica. Por
ejemplo, que la consolidación del capitalismo y de los
poderes imperiales europeos en el Caribe acabó con la
experiencia de los Hermanos de la Costa, radicados en la
Tortuga.
Entonces, "el filibustero se hizo ‘corsario’
–agente de potencias europeas con patente de corso para
asaltar enemigos del país al que servía–.
Otros cayeron en un mero bandidaje naval que perdió todo
matiz anarquizante". Uno de los corsarios más famosos fue
Sir Francis Drake, quien incluso fue nombrado Caballero de la
Reina por sus servicios a Inglaterra.
Existen, según se ha podido observar durante la
investigación, los siguientes tipos de
delincuencia organizada:
- Delincuencia organizada local.
- Delincuencia organizada nacional.
Delincuencia organizada local.- Por
deducción, se puede definir como la delincuencia
–consistente en una banda o varias bandas
vinculadas– que opera en una escala territorial
menor, ya sea una comunidad,
municipio o estado,
y que generalmente opera en esa demarcación y rara
vez fuera de ella.Delincuencia organizada nacional.- Como la
anterior, puede consistir en una sola banda de grandes
proporciones o varias bandas asociadas, que opera dentro de
una escala relativamente mayor, y ya se le reconoce como
una delincuencia mayor, pues actúa en varias
ciudades y provincias o estados y, potencialmente, puede
llegar a tener nexos con otras bandas nacionales e
internacionales.Delincuencia organizada transnacional.-
Cuando la delincuencia organizada construye conexiones con
organizaciones similares formando redes en
todo el mundo, la
Organización de las Naciones
Unidas la identifica como delincuencia organizada
transnacional. También se le denomina delincuencia
organizada transfronteriza, como le denomina la
Comisión Europea.Así, las organizaciones dedicadas a la delincuencia
organizada emprenden operaciones
ilegales de tipo financiero, mercantil, bancario,
bursátil o comercial; acciones de soborno,
extorsión; ofrecimiento de servicios de
protección, ocultación de servicios
fraudulentos y ganancias ilegales; adquisiciones
ilegítimas; control
de centros de juego
ilegales y centros de prostitución.La Corporación Euroamericana de Seguridad
señala que algunos delitos cometidos por las bandas
organizadas de criminales, tanto en el nivel local como en
el nacional e internacional, son los siguientes: - Delincuencia organizada transnacional.
- Terrorismo.
- Acopio y tráfico de
armas. - Tráfico de
indocumentados. - Tráfico de
órganos. - Asalto.
- .Secuestro.
- Tráfico de menores.
1.4 Modus operandi de la
delincuencia organizadaLa Procuraduría General de la
República señala que la delincuencia
organizada funciona de la siguiente manera: - Robo de vehículos.
- "La delincuencia organizada tiene un eje
central de dirección y mando, y esta estructura
opera en forma celular y flexible, con rangos permanentes de
autoridad,
de acuerdo a la
célula que la integran; - Alberga una permanencia en el tiempo,
más allá de la vida de sus
miembros; - Tiene un grupo de sicarios a su servicio;
- Tiende a corromper a las autoridades; (en este punto
y el anterior hay dos de los recursos conocidos para el
cumplimiento de sus objetivos), y2. Modelos
de legitimación de la delincuencia
organizadaSegún el art. 1.2 de la Ley 19/1993
Española de fecha 28 de diciembre de 1993, se
entiende por blanqueo de capitales, "la adquisición,
utilización, conversión o transmisión
de bienes que procedan de alguna de las actividades
enumeradas en el apartado anterior o de
participación en las mismas, para ocultar o encubrir
su origen o ayudar a la persona
que haya participado en la actividad delictiva a eludir las
consecuencias jurídicas de sus actos, así
como la ocultación o encubrimiento de su verdadera
naturaleza,
origen, localización, disposición,
movimientos de la propiedad o de otros derechos sobre los
mismos, aun cuando las actividades que las generen se
desarrollen en territorio de otro Estado".Este es, actualmente, el medio más
utilizado de legitimación que la delincuencia
organizada utiliza para la legitimación de sus
bienes, y en México se le conoce como "lavado de
dinero".
Este medio, que a su vez es considerado también un
delito, encuentra sus principales hechos generadores en
otros tres delitos: - Opera bajo un principio desarrollado de
división del trabajo mediante células que sólo se relacionan
entre sí a través de los mandos
superiores". - El narcotráfico;
- La corrupción, y
Dichos delitos, desde hace varios años, han
encontrado en México el sitio ideal para florecer,
pues las condiciones económicas, políticas y sociales por las que este
país ha atravesado durante al menos los
últimos 25 años, han permitido su desarrollo.Así, el lavado de dinero no se desarrolla
en unos pocos países, sino en muchos, pues la
corrupción no se circunscribe a unas cuantas
naciones sino que la fomentan las naciones grandes al
oprimir de facto a otras –generando pobreza
y, por ende, encontrando los pueblos el delito como
única fuente de ingresos–, mientras que las naciones
pequeñas o pobres la cultivan bajo el supuesto de
que es una de sus pocas oportunidades de sobresalir y
paliar la miseria.El lavado de dinero, como delito, no es nuevo
dentro de los negocios
tanto ilegales como ilegítimos, pues los
antecedentes más cercanos sobre su comisión
se remontan a apenas la primera mitad del siglo XX y, a
manera de ironía, en el país que se ha
convertido en su principal perseguidor: los Estados Unidos
de América.Así, los primeros capitales lavados se
efectuaron, como ya se dijo, en la Unión Americana,
durante la década de los años 1930 y 1940, en
el período conocido como "La Ley Seca", ya que en
esos tiempos la venta y
distribución de alcohol
se consideró ilegal.De tal forma, legendarios criminales –como
Al Capone y Lucky Luciano– crearon
compañías con el fin de ocultar el
dinero obtenido de sus actividades delictivas y hacerlo
aparecer como el fruto del trabajo honrado. Para mayor
detalle, estas compañías fueron,
esencialmente, lavanderías.Asimismo, otras teorías indican que el lavado de
dinero se generó durante la Segunda
Guerra Mundial, pues se establecía que tanto
Italia
como Alemania
enviaban oro a diversos bancos
existentes en Suiza para generar divisas por concepto de
intereses.Dicho oro era obtenido básicamente a
través del saqueo realizado por las tropas de estas
naciones en los distintos países que eran dominados
por ellos. Asimismo, se obtenía de las incautaciones
que las tropas nazis realizaban sobre los bienes de los
judíos que eventualmente eran enviados a los campos
de exterminio. Posteriormente, el oro se fundía y se
vendía en lingotes a destinatarios desconocidos
contactados por los bancos suizos."Al concluir la Segunda
Guerra Mundial, Suiza se pobló de bancos, los
cuales, con el fin de obtener recursos para poder
operar, recibieron grandes sumas de capitales cuyos
orígenes eran inciertos y, siguiendo el sigilo
bancario, los inversionistas no encontraron impedimento
alguno para realizar sus depósitos. Sin embargo, es
preciso destacar que este problema cobró cada vez
más relevancia a partir no sólo de la
globalización de los mercados
financieros, sino del incremento en el tráfico
de drogas, negocio en considerable crecimiento, pues en la
actualidad, después de la venta de
armas, el de las
drogas es la industria más rentable del
planeta".A partir de esto, la necesidad de sancionar las
conductas tendientes a legitimar el
dinero ilícitamente obtenido, como un intento de
neutralizar los beneficios económicos derivados del
tráfico de drogas, pues este negocio, al empezar a
producir ganancias exorbitantes, también
requirió de importantes contactos en el mundo
financiero legalmente operante para legitimar dichas
ganancias.Así, en México, la autoridad normalmente se ha dado en
perseguir los grandes cargamentos de droga a
través de carreteras, transportación
aérea o embarques navales, siendo que debería
haber sido de otra manera esa persecución desde el
principio, o bien, establecer estrategias alternas tendientes a dicha
labor.Por ejemplo, desde el principio se debieron haber
perseguido los capitales financieros reciclados a
través de las actividades de bancos y casas de
crédito y finanzas, por medio de una permanente e
intensa evaluación de la actividad de dichas
instituciones así como de la
procedencia de los fondos que obtenían.Por supuesto, los vacíos legales así
como otras cuestiones (el derecho al secreto bancario)
constituyeron fuertes impedimentos a tal labor. Sin
embargo, cada vez hay más naciones que han
establecido mecanismos legales y creado normas
en materia
de lavado de dinero. Asimismo, han establecido
líneas de comunicación numerosas y eficientes
en el ámbito internacional dentro del orden
económico y financiero para detectar este tipo de
actividades.El propósito de ello es reforzar y extender
los mecanismos de cooperación internacional
así como los acuerdos específicos con
respecto al estudio y persecución de las distintas
formas de actividad criminal, entre las que se pueden
contar el terrorismo y el lavado de dinero."A diferencia de lo ocurrido en la mayoría
de los países, el lavado de dinero había
carecido en nuestra nación de un ordenamiento
jurídico específico. Es hasta hace
relativamente poco que lo encontramos en México.
Podemos decir que el lavado de dinero se ha originado de
tres formas".La primera, considerada la más importante,
es el narcotráfico; la segunda se refiere al
traslado de dinero a Estados Unidos de Norteamérica
por maniobras de evasión fiscal o
fraudulentas, y la tercera, de magnitud considerable que
involucra prácticamente a componentes del sector
público, se encuentra representada por la
corrupción, actividad a través de la cual los
responsables obtienen grandes cantidades de dinero, mismas
que son canalizadas hacia negocios
con los que, de la noche a la mañana, surgen
prósperos empresarios, cuando sus ingresos
reales declarados no serían capaces de permitirles
desarrollar este tipo de vida o actividad
económica.Casos como los mencionados son los de Carlos Cabal
Peniche, Raúl Salinas de Gortari e Isidoro
Rodríguez, alias "El Divino" y otros tantos y tantos
personajes contenidos en las listas negras del Fobaproa y
otros expedientes fraudulentos como el llamado Pemexgate,
Los Amigos de Fox y otros de triste memoria.Ahora bien, el lavado de dinero no es sino
resultado de las ganancias obtenidas por la actividad
ilegal de los cárteles así como de su
complejidad como microsociedad, pues al operar a manera de
una
empresa transnacional, observa los principios
inherentes a éstas, tales como: - La evasión fiscal.
- La gestión administrativa, contable y
financiera. - El establecimiento y operación de canales y
sistemas
de comunicación e información interna.Ahora bien, la estructuración de los
especialistas de acuerdo con las necesidades del
cártel, no sigue un patrón específico,
pues recuérdese que es, ante todo, una organización criminal y, por tanto,
clandestina. No obstante, es posible, tras la observación, afirmar que tiene la
siguiente distribución, más o menos
aproximada:- Los gestores financieros, administrativos y
contables del cártel. Estos trabajan directamente
bajo la dirección de los jefes del
cártel, y manejan las cuestiones financieras, para
lo cual requieren de un consejero financiero, que es el
comisionista. - Los comisionistas son hombres que operan hacia
fuera del cártel, y cuya función, como ya se dijo, consiste
en asesorar a los jefes de esta organización sobre el empleo
más eficaz de las ganancias de acuerdo a la
circunstancia histórica del momento. - Los cambistas, que son quienes normalmente
fungen como prestanombres para legitimar la existencia de
las ganancias. - El lavador de dinero.
Por su parte, el lavado de dinero observa el
siguiente ciclo: - Los gestores financieros, administrativos y
- La especialización y
división del trabajo. - La célula encargada de vender la droga y
recabar el dinero, lo transfiere al cambista. En ese momento,
el dinero deja de estar bajo el control
del cártel, pero sólo formalmente, porque es
bien sabido que si alguien lo roba, lo puede pagar con la
vida. - El cambista transfiere el dinero a
la
organización dedicada al lavado de dinero, donde
los fondos, una vez procesados son finalmente devueltos al
representante cambista en el sitio donde resida el
cártel.
3.
Recursos tecnológicos de la delincuencia
organizada
En su obra "El Leviatán", el filósofo
inglés
Thomas Hobbes,
respecto a las causas que generan al Estado, expone que "la causa
final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la
libertad y el dominio sobre los
demás) al introducir esta restricción sobre
sí mismos (en la que los vemos vivir formando Estados) es
el cuidado de su propia conservación y, por
añadidura, el logro de una vida más
armónica".
Posteriormente, el mismo autor señala que "la
misión
del soberano (sea un monarca o una asamblea) consiste en el fin
para el cual fue investido con el soberano poder, que no es otro
sino el de procurar la seguridad del pueblo". Pero,
además, especifica que, "por seguridad no se entiende
aquí una simple conservación de la vida, sino
también de todas las excelencias que el hombre
pueda adquirir para sí mismo por medio de una actividad
legal, sin peligro ni daño para el
Estado".
Tal es el fin del gobierno como
parte de la ecuación del Estado moderno; sólo que,
en los últimos tiempos, la violencia y los crímenes
se han salido de los esquemas tradicionales: Dejó de ser
una delincuencia menor, una delincuencia doméstica, para
convertirse en una delincuencia organizada, en una delincuencia
transnacional, con influencias provenientes del extranjero,
incluyendo la tecnología.
Así, ciudadanía y autoridades se enfrentan a una
delincuencia más preparada tanto en lo técnico como
en lo intelectual. Podría decirse que ésta
también fue bañada por la globalización.
Para los Doctores Víctor F. Olea y Abelardo
Flores, "globalización es el nombre genérico
que las ideologías dominantes atribuyen al actual proceso de
mundialización capitalista, y que tales estrategias
responden a diversas estrategias para internacionalizar el
capital". Por tanto, "la
globalización –junto a la
regionalización– es una forma peculiar que asume la
internacionalización del capital en la actualidad",
según palabras de Víctor Manuel Rodríguez
Ramírez,
egresado de la Universidad
Madero.
Así, la delincuencia, junto con sus técnicas,
métodos, ideología –si es que se puede hablar
de que el crimen tenga una ideología o una filosofía reales y
en el sentido correcto de dichos términos–, etc.,
dijo, también fue alcanzada por los beneficios de la
globalización, al poder asociarse con bandas
internacionales y organizaciones dedicadas al terrorismo, el
secuestro, el narcotráfico, la trata de blancas, el robo
de autos y una
lista aún más larga y terrible.
De esta forma, los gobiernos contemporáneos, si
es que desean triunfar en el combate a la delincuencia, deben
emplear todos sus recursos –y disponer de muchos otros
nuevos– así como recurrir a nuevas técnicas
de investigación y análisis, o incluso,
crearlas. Para ello, deben estar en condiciones no sólo de
adquirir tecnología o nuevos
métodos, sino aplicar una nueva mentalidad en tal labor:
una visión más crítica, un pensamiento
más analítico, una mente más lógica
–que, por supuesto, no descarte incluso aquello que parezca
ilógico o descabellado–, mayor capacidad de juicio,
etc.
EMILIO VELAZCO GAMBOA
Mexicano. Licenciado en Ciencias
Políticas por la Universidad
del Desarrollo
del Estado de Puebla (UNIDES). Tiene los Diplomados en Derecho
Electoral y en Derecho
Constitucional, por la Universidad Cuauhtémoc.
Actualmente es consultor académico e investigador
independiente.