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La delincuencia en la era de la globalización




Enviado por Emilio Velazco Gamboa



    1. Tipos de
      delincuencia
    2. Modelos de legitimación de
      la delincuencia organizada
    3. Recursos tecnológicos de
      la delincuencia organizada

    El crimen organizado

    surge históricamente

    bajo las formas de
    acumulación

    de capital
    originario,

    para la génesis y
    desarrollo

    de la gran industria
    moderna.

    CECILIA LOZANO MERAZ

    1.
    Tipos de delincuencia

    Si el delincuente es el "sujeto que delinque", o lo que
    es igual, "sujeto activo o agente del delito", entonces
    la delincuencia
    es la "calidad de
    delincuente", la "comisión de un delito" o un
    "conjunto de delitos en
    general, o referidos a un país o época".

    A su vez, un diccionario
    puede decir que delito es la "culpa, crimen o quebrantamiento de
    la ley". Dicho de
    manera más precisa, es la "acción u omisión
    voluntaria, imputable a una persona que
    infringe el Derecho, y que es penada por la ley".

    El Maestro Eduardo García Maynez señala
    que "se da el nombre de delitos a ciertas
    acciones
    antisociales prohibidas por la ley, cuya comisión hace
    acreedor al delincuente a determinadas sanciones conocidas con el
    nombre específico de penas".

    En cuanto a la delincuencia, una definición
    elemental señala que "delincuencia es la conducta
    resultante del fracaso del individuo en adaptarse a las demandas
    de la sociedad en que
    vive". A su vez, Herrero Herrero define la delincuencia como "el
    fenómeno social constituido por el conjunto de las
    infracciones, contra las normas
    fundamentales de convivencia, producidas en un tiempo y lugar
    determinados".

    En un comunicado de prensa emitido
    por el Consejo Europeo de Tampere, realizado en octubre de 1999,
    y luego de la Conferencia de
    alto nivel celebrada en Praia da Falésia el 4 y 5 de mayo
    del 2000, la Comisión Europea llegó a la
    conclusión de que se "define la delincuencia como todo
    acto punible cometido por individuos o asociaciones
    espontáneas de personas. No obstante", indica el mismo
    documento, "esta definición engloba distintas realidades
    como:

    • La delincuencia en sentido propio.
    • La delincuencia con un nivel de infracción
      penal menos grave pero más frecuente.
    • La violencia
      que afecta a los medios
      más diversos.
    • La falta de civismo, que incluye comportamientos
      asociales –o antisociales, como sería más
      apropiado decir– que no constituyen una infracción
      penal".

    Ahora bien, el delito cometido por el delincuente no es
    del todo espontáneo, sino que puede ser premeditado y
    programado. Sin embargo, dependiendo del número de
    personas que lo cometa y ejecute, de los procedimientos
    que siga, de los recursos que
    utilice y de los objetivos que
    persiga, podrá haber, esencialmente, dos tipos de
    delincuencia:

    1. Delincuencia menor, y
    2. Delincuencia organizada.

    En las próximas secciones de este capítulo
    se hablará de ellas, definiéndolas y explicando sus
    características particulares y
    ámbito de acción e influencia. Sin embargo, antes
    se hace obligado explicar que, por su escala de
    acción, también se puede hablar de una delincuencia
    estratificada: menor, intermedia y mayor, como la clasifica
    Leticia Salomón, del Foro Ciudadano de
    Honduras.

    Como ya se verá, la delincuencia menor o
    delincuencia común es la más visible y temida, pero
    constituye la punta del iceberg. Al hablar de delincuencia
    intermedia y mayor se está hablando, de facto, de
    delincuencia organizada, y aunque todas ellas requieren de una
    mayor preparación de las fuerzas de seguridad
    pública, la organizada requiere, además, recursos
    tecnológicos e intelectuales muy avanzados.

    1.1 Características y ámbito de
    acción de la delincuencia menor

    El Maestro Eduardo García Maynez, y citando a
    Afallón y García Olano, señala que "el
    delito representa, generalmente, un ataque directo a los derechos del individuo
    (integridad física, honor,
    propiedad,
    etc.), pero atenta siempre, en forma mediata o inmediata, contra
    los derechos del
    cuerpo social".

    Ello atañe a cualquier delincuente y a cualquier
    tipo de delincuencia, pues el sólo hecho de contravenir la
    ley –que por antonomasia busca la protección y
    salvaguarda de la integridad y tranquilidad del individuo–
    ya implica un atentado contra el orden social regulado por la
    ley.

    La delincuencia menor es la cometida por un individuo, y
    cuando mucho, por dos, y que tiene por objetivo la
    comisión de un delito que podría ser ir desde una
    falta menor hasta una grave y calificada, pero que no trascienden
    su escala y
    proporciones, es decir, no son cometidos por bandas, no hay una
    gran planeación
    en los hechos delictivos, o no se pretende operar permanentemente
    a gran escala.

    Leticia Salomón señala que "en la
    delincuencia menor se puede incluir algunos carteristas,
    asaltantes de buses, estafadores. Esa es la delincuencia
    más común, más popular, la que vemos y a la
    que le tenemos miedo. Entonces los ciudadanos comunes piensan que
    es un problema cuando transitan por determinadas zonas en que
    pueden asaltados y la gente asocia inseguridad
    con esto". Esa es la delincuencia callejera, la más
    ordinaria:

    1. Asalto a transeúntes.
    2. Carterismo.
    3. Violación.
    4. Robo de bienes y
      artículos menores.
    5. Robo a casas habitación.
    6. Robo de vehículos.
    7. Vandalismo.
    8. Grafitis y pinta de muros y monumentos.

    Ahora bien, éstos y otros delitos pueden ser
    cometidos en grandes proporciones y por muchos individuos, con lo
    cual ya se convierte en una delincuencia organizada, tanto de
    nivel intermedio como mayor. Cuando se convierten en tales, se ha
    dado en decir que se convierten en la "industria del
    robo", "la industria del secuestro", la
    "industria del robo de vehículos", etc. Por supuesto, la
    delincuencia menor tiene las siguientes características,
    en términos generales:

      1. Una precisión técnico-manual
        elevada y precisa parea cometer el ilícito con
        rapidez, astucia y disimulo, y
      2. El uso de la fuerza
        con apoyo en ventajas físicas, e incluso, en el
        empleo
        de armas.
    1. El asaltante puede apelar o no a dos recursos para
      lograr sus objetivos:
    2. Normalmente existen compradores de bienes
      robados, que son quienes los adquieren de conformidad con
      tarifas ya existentes en el mercado
      negro, mismas que son fijadas por la oferta y la
      demanda
      así como por la situación del entorno local,
      nacional e internacional.
    3. Regularmente, los delincuentes operan con apoyo de
      una red de
      corrupción entre autoridades intermedias
      (jueces calificadores, agentes del ministerio público
      del fuero común) y corporaciones de seguridad
      pública desde sus mandos y efectivos elementales hasta
      –cuando mucho– sus mandos medios
      (agentes de policía, jefes de sector, etc.).

    1.2 Características y
    ámbito de acción

    de la delincuencia
    organizada

    En general, hoy –en palabras de Cecilia Lozano
    Meraz– el crimen organizado significa un mecanismo de
    acumulación, robo y redistribución de capital propio
    de la economía informal, que también llega
    a formar parte de la economía formal
    local, nacional y global.

    Evidentemente, en opinión personal, tiene
    serias implicaciones del orden económico, pues constituye
    una importante derrama de recursos, pues todo el capital generado
    y distribuido se cubre en efectivo. Un análisis estadístico y una investigación
    de campo precisarían mejor esta aseveración,
    aunque en este momento se toma como una premisa
    definitiva.

    El crimen organizado se puede definir como "la
    delincuencia colectiva que instrumentaliza racionalmente la
    violencia
    institucional de la vida privada y pública, al servicio de
    ganancias empresariales con rapidez. Necesariamente vincula
    jerarquías de la burocracia
    política y
    judicial mediante la corrupción
    y la impunidad".

    La investigadora jalisciense Cecilia Lozano Meraz
    señala algunas características concretas de la
    delincuencia organizada o crimen organizado, como también
    se le denomina, y que a continuación se describen en forma
    de lista junto con otras características observadas en
    otro análisis sobre el tema:

    1. "Opera bajo una disciplina y
      códigos de comportamiento mafioso;
    2. Actúa con la finalidad de obtener, en la forma
      de prácticas sociales recurrentes –enraizadas en
      la estructura
      del trabajo, a nivel local, nacional e internacional–
      ganancias rápidas sin inversión previa de capital, de origen
      ilegítimo e ilegal, mediante la apropiación de
      objetos de uso privado" y de propiedad
      ajena.
    3. En otras ocasiones, recurriendo a las mismas
      prácticas, se comercializa con bienes, productos y
      servicios de
      origen ilegítimo e ilegal, con poca o ninguna inversión de capital.
    4. La delincuencia organizada actúa de manera
      impune en la clandestinidad, protegida –y a veces
      también dirigida y operada– por autoridades
      corruptas, delincuentes de alto nivel, especialización y
      jerarquía, y posee capacidad para utilizar la fuerza en
      aras de lograr sus objetivos.
    5. Con respecto a los bienes, productos y
      servicios
      ofertados por la delincuencia organizada, una vez que estos se
      ponen en circulación, "quedan definidos sus precios por
      las condiciones del mercado
      regional o mundial" –denominado, coloquialmente, mercado
      negro–, "siendo el mercado, escenario de esta
      criminalidad organizada".

    Cecilia Lozano Meraz indica que como resultado del
    histórico esfuerzo de la humanidad por su supervivencia
    surgió el capitalismo,
    el cual presenta una doble dimensión dialéctica en
    sus formas de acumulación de capital que no necesariamente
    se implican desde el punto de vista de las relaciones
    jurídicas, aunque sí desde el punto de vista
    económico, a saber:

    1. La acumulación de capital basada en el
      ahorro y
      el trabajo
      personal, de
      origen legítimo y legal, y
    2. La acumulación de capital basado en
      actividades que dotadas de legalidad (falsa), son
      ilegítimamente obtenidas para los efectos
      jurídicos de sus métodos
      de generación y concentración de riqueza
      históricamente empleados: formas de crimen
      organizado.

    Sin embargo, al constituir una actividad (o actividades)
    ilegales, aun cuando pudieran parecer licitas, caen de facto en
    el campo del derecho penal y,
    por ende, merecen especial estudio y análisis, a efecto de
    detectar, controlar, contrarrestar, disminuir y erradicar la
    acción y efectos de ésta o éstas, así
    como a los individuos y grupos que las
    llevan a cabo.

    El sitio web de la
    Procuraduría General de la República (PGR)
    señala que "el concepto
    "delincuencia organizada" fue empleado por primera vez por el
    criminólogo norteamericano John Ladesco en 1929, para
    designar a las operaciones
    delictivas provenientes de la mafia".

    En México, en
    1993 al reformarse el artículo 16 Constitucional, se
    introduce por primera vez el concepto de
    "delincuencia organizada"; el 1° de febrero de 1994 entran en
    vigor importantes reformas al Código
    Penal Federal y a los Códigos de Procedimientos
    Penales, Federal y del Distrito Federal, en los que
    también se hace referencia a este concepto.

    Este tipo de delincuencia –señala la
    PGR– fue designada con la palabra "organizada", ya que se
    refiere a la "asociación", a la "sociedad", a la
    "corporación", al "grupo", al
    "sindicato", a
    la "liga", al "gremio", a la "coalición", en sí a
    la "unión", como forma de conjuntar esfuerzos en grupo; y con
    el empleo de la
    violencia, soborno, intimidación y fuerza, los
    delincuentes llevaban a cabo sus actividades ilegales.

    Ahora bien, es bastante común referirse a la
    delincuencia organizada bajo el sinónimo de mafia (o mob,
    como se le llama en Estados Unidos y
    Asia), y a los
    delincuentes en gran escala se les llama entonces mafiosos o
    gángsters. Ya se habló de la voz mafia.

    A su vez, el término gángster deriva de la
    voz inglesa gang, que significa banda, siendo común
    llamarle gángster al miembro de cualquier banda en
    cualquier país de habla inglesa, independientemente de que
    sea criminal o no. Sin embargo, en México se
    ha tomado el término para connotar esa relación
    entre el gángster como miembro de una agrupación
    criminal.

    En cuanto al término mafia, otra fuente informa
    que éste apareció por vez primera en un texto
    siciliano de 1658, pero su uso se extendió y se hizo
    común en toda Italia hasta el
    siglo XIX y, posteriormente, para el resto del mundo,
    según se explicó, gracias a John
    Ladesco.

    De acuerdo con la definición etimológica
    de la palabra mafia, ésta proviene del idioma italiano, y
    significa "Red de asociaciones secretas
    sicilianas dispuestas a tomarse la justicia por
    su mano y a impedir el ejercicio de la justicia
    oficial por medio de un silencio concertado".

    Así, a la luz de los sentidos que
    poseen las palabras gang, gángster y mafia, se puede ver
    que la delincuencia organizada, efectivamente, consiste en
    redes de grupos criminales
    con fines comunes y bien definidos y acordados, ya sea con
    presencia local o internacional.

    Ahora bien, en relación con el tema que ha
    motivado el presente estudio, una de las mafias más
    famosas y, al mismo tiempo, de gran
    peligro, son las dedicadas al tráfico internacional de
    drogas. Si
    bien todas están armadas y no tienen contemplaciones hacia
    aquellos que amenazan su seguridad, las más conocidas
    actualmente son los llamados "cárteles", que son redes de traficantes de
    drogas
    principalmente de origen latinoamericano y, más
    específicamente, las colombianas y las
    mexicanas.

    Así, en lo que toca a la geografía de la
    delincuencia y, más específicamente en materia de
    drogas, la atención del mundo está fijada desde
    finales de la década de los 1980 y principios de los
    1990 en Colombia. Ello se
    debe esencialmente a las actividades ilegales de los
    cárteles colombianos en cuanto a:

    1. Producción y procesamiento de drogas (sobre
      todo, la cocaína).
    2. Distribución regional e internacional
      (especialmente hacia México como puente a los Estados Unidos,
      y a este país, como destino de consumo
      final).
    3. Las acciones
      delictivas derivadas
      del narcotráfico, entre las que se puede
      mencionar básicamente a las siguientes:
    • Tráfico de armas.
    • Asesinatos.
    • Lavado de dinero.

    Y precisamente una vez que se sabe lo que es una mafia,
    una gang, etc., se puede concluir que la actividad exclusiva o
    central de los cárteles, a diferencia de otras bandas
    internacionales, es el tráfico de drogas, en cualquiera de
    sus modalidades (heroicas, cannabis, etc.).

    La fuerza de la delincuencia organizada radica en el
    establecimiento de "alianzas y vínculos" que logra en
    todos los niveles, incluyendo el político y el militar;
    con la ayuda de actos de corrupción logran su impunidad.
    Por ello, la delincuencia en su manifestación organizada
    constituye uno de los más graves y vitales problemas que
    dañan y perjudican a la humanidad.

    Otro concepto sobre delincuencia organizada lo da la
    Corporación Euroamericana de Seguridad –con sede en
    España–, que indica que "se entiende
    por delincuencia organizada cuando más de tres personas
    acuerdan organizarse para realizar, en forma permanente o
    reiterada, conductas que por sí o unidas a otras, tienen
    como fin o resultado cometer alguno de los delitos penados por
    las leyes nacionales
    e internacionales".

    Una variante de esta definición señala que
    "se considera como delincuencia organizada la asociación
    de tres o más personas para realizar, de forma permanente
    o reiterada, conductas a fin de cometer algunos delitos". Esta
    definición se encuentra contenida en el artículo
    282 Bis de la Ley Orgánica 5/1999, de 13 de enero vigente
    para España.

    A su vez, la Comisión Europea señala que
    "la delincuencia organizada se define, de acuerdo con la
    acción común 98/733/JAI del 21 de diciembre de
    1998, como una asociación estructurada, de más de
    dos personas, establecida y que actúa de manera
    concertada, con el fin de cometer infracciones punibles con penas
    privativas de libertad o de
    una pena más grave". Aquí, la pena de
    prisión puede ir desde uno a cuatro años, como
    mínimo, y la pena más grave puede llegar incluso al
    castigo con la
    muerte.

    Siguiendo la clasificación de Leticia
    Salomón, ya citada antes, se hablaba de delincuencia
    intermedia y delincuencia mayor. Estas ya son formas de
    delincuencia organizada. "La delincuencia intermedia que se
    relaciona con asaltos a vivienda y con robos de
    automóviles especialmente para repuestos que significa
    cierto nivel de planificación, trabajo en
    equipo, especialización, recursos, labores de inteligencia,
    etc. La delincuencia mayor está vinculada a secuestros,
    asaltos de bancos, bandas de
    narcotraficantes. Esa delincuencia es la peor pero es la menos
    visible para la ciudadanía".

    1.3 Tipos de delincuencia
    organizada

    y delitos cometidos por
    ésta

    La delincuencia organizada, sin embargo, parece ser algo
    más antigua que el capitalismo
    como tal, y se inicia desde las formas y prácticas del
    imperialismo
    occidental y puede ser que en las formas imperialistas de la
    cultura humana
    en general.

    "En un principio", señala Cecilia Lozano, "se
    dieron las prácticas del saqueo y el tráfico de
    aborígenes en América
    y África, procesos de
    despojo de medios de vida y de trabajo y la expropiación
    de tierras que usufructuaba consuetudinariamente la población campesina-sierva; y el robo o
    esclavización de niños
    para los talleres manufactureros".

    Por supuesto, el saqueo, el tráfico de personas,
    el robo y otras formas de delincuencia ya existían desde
    el origen de la civilización misma: recuérdense las
    hordas de bárbaros que asolaban Europa Central y
    Asia en
    tiempos del Imperio Romano
    –Atila y los Hunos es un ejemplo– y aun
    antes.

    Evidentemente, éstas ya constituían formas
    de delincuencia organizada puesto que existían
    jerarquías definidas –el jefe, su lugarteniente, sus
    matones personales, etc.–, funciones y
    atribuciones conforme a dichas jerarquías, reglas para sus
    integrantes, derechos y obligaciones,
    métodos de
    acción y formas de operación, cuotas, modos de
    impunidad, etc., aunque se hace más notoria en el
    colonialismo occidental posterior a los siglos XVII y
    XVIII.

    Posteriormente, las formas de piratería dieron origen a nuevas formas de
    delincuencia organizada, una de ellas incluso premiada por los
    gobiernos de las naciones en pugna. Así, surgió el
    pirata, que era un "ladrón de mar, cruel y despiadado",
    que destruía barcos pero que trabajaba para sí
    mismo y para sus propios fines, sin ley ni bandera.

    Asimismo, había piratas que se hacían
    llamar corsarios; otros, bucaneros, y otros más,
    filibusteros. La palabra filibustero proviene del holandes
    ‘vrij bouiter’, ‘el que va a capturar
    botin’, que en inglés
    será ‘freebooter’ y en francés
    ‘filibustier’.

    Para España serán bandidos y piratas; para
    las naciones adversarias del poder
    peninsular son bandidos… o aliados. Nada de eso preocupa a los
    filibusteros mismos, por esencia libertarios a quienes nada
    importa como no sea su condición de hombres libres, en el
    mar que es la libertad, y
    agrupados".

    En cuanto al concepto de bucanero, esta palabra tuvo su
    origen hacia inicios del siglo XVII, en el norte de la isla de La
    Española (hoy Santo Domingo), explorada y ocupada desde
    los tiempos de Colón pero con poco valor e
    interés
    para los españoles.

    Ahí se radicaron numerosos aventureros, esclavos
    blancos y negros, fugitivos, prisioneros huidos, que aprendieron
    de los indios arawacos a preparar el "bucan", la carne ahumada de
    jabalí y otros animales que
    cazaban en la boscosa región.

    Su negocio era comerciar carne ahumada y frutos varios
    con los barcos en travesía. Pero en 1620 los
    españoles les atacaron para hacerse de ese comercio y
    desarticular a ese núcleo extranjero y no católico.
    La derrota es fácil, pero no su captura.

    Un gran numero cruzó el canal que separa a la
    isla La Española de la isla de La Tortuga (en Costa Rica) y se
    refugiaron allí, donde la residencia fue permanente,
    volviendo a la isla mayor a cazar, pero no a quedarse. El ataque
    trajo otra consecuencia: la necesidad de defenderse en conjunto y
    organizarse. Así, en la legendaria isla Tortuga
    nació la Cofradía después de 1620 y
    sobrevivió hasta 1700.

    Estos, sin embargo, no eran delincuentes organizados en
    flotas navales con fines de pillaje y saqueo, sino una gran
    comunidad de
    hombres libres organizados para defenderse y mantener su calidad de
    vida en una época en la que ser diferente de los
    cánones requeridos por la corona española era
    sinónimo de ser su enemigo. Por tanto, no puede ni debe
    confundirse con una forma de delincuencia.

    Una primera definición señala que "un
    corsario era aquel quien, al mando de una embarcación o
    grupo de ellas, se dedicaba a la piratería en nombre de su rey". Sin
    embargo, otras fuentes
    atribuyen su surgimiento al fenómeno naval de la Isla
    Tortuga de Costa Rica. Por
    ejemplo, que la consolidación del capitalismo y de los
    poderes imperiales europeos en el Caribe acabó con la
    experiencia de los Hermanos de la Costa, radicados en la
    Tortuga.

    Entonces, "el filibustero se hizo ‘corsario’
    –agente de potencias europeas con patente de corso para
    asaltar enemigos del país al que servía–.
    Otros cayeron en un mero bandidaje naval que perdió todo
    matiz anarquizante". Uno de los corsarios más famosos fue
    Sir Francis Drake, quien incluso fue nombrado Caballero de la
    Reina por sus servicios a Inglaterra.

    Existen, según se ha podido observar durante la
    investigación, los siguientes tipos de
    delincuencia organizada:

    1. Delincuencia organizada local.
    2. Delincuencia organizada nacional.

      Delincuencia organizada local.- Por
      deducción, se puede definir como la delincuencia
      –consistente en una banda o varias bandas
      vinculadas– que opera en una escala territorial
      menor, ya sea una comunidad,
      municipio o estado,
      y que generalmente opera en esa demarcación y rara
      vez fuera de ella.

      Delincuencia organizada nacional.- Como la
      anterior, puede consistir en una sola banda de grandes
      proporciones o varias bandas asociadas, que opera dentro de
      una escala relativamente mayor, y ya se le reconoce como
      una delincuencia mayor, pues actúa en varias
      ciudades y provincias o estados y, potencialmente, puede
      llegar a tener nexos con otras bandas nacionales e
      internacionales.

      Delincuencia organizada transnacional.-
      Cuando la delincuencia organizada construye conexiones con
      organizaciones similares formando redes en
      todo el mundo, la
      Organización de las Naciones
      Unidas la identifica como delincuencia organizada
      transnacional. También se le denomina delincuencia
      organizada transfronteriza, como le denomina la
      Comisión Europea.

      Así, las organizaciones dedicadas a la delincuencia
      organizada emprenden operaciones
      ilegales de tipo financiero, mercantil, bancario,
      bursátil o comercial; acciones de soborno,
      extorsión; ofrecimiento de servicios de
      protección, ocultación de servicios
      fraudulentos y ganancias ilegales; adquisiciones
      ilegítimas; control
      de centros de juego
      ilegales y centros de prostitución.

      La Corporación Euroamericana de Seguridad
      señala que algunos delitos cometidos por las bandas
      organizadas de criminales, tanto en el nivel local como en
      el nacional e internacional, son los siguientes:

    3. Delincuencia organizada transnacional.
    4. Terrorismo.
    5. Acopio y tráfico de
      armas.
    6. Tráfico de
      indocumentados.
    7. Tráfico de
      órganos.
    8. Asalto.
    9. .Secuestro.
    10. Tráfico de menores.

      1.4 Modus operandi de la
      delincuencia organizada

      La Procuraduría General de la
      República señala que la delincuencia
      organizada funciona de la siguiente manera:

    11. Robo de vehículos.
    12. "La delincuencia organizada tiene un eje
      central de dirección y mando, y esta estructura
      opera en forma celular y flexible, con rangos permanentes de
      autoridad,
      de acuerdo a la
      célula que la integran;
    13. Alberga una permanencia en el tiempo,
      más allá de la vida de sus
      miembros;
    14. Tiene un grupo de sicarios a su servicio;
    15. Tiende a corromper a las autoridades; (en este punto
      y el anterior hay dos de los recursos conocidos para el
      cumplimiento de sus objetivos), y

      2. Modelos
      de legitimación de la delincuencia
      organizada

      Según el art. 1.2 de la Ley 19/1993
      Española de fecha 28 de diciembre de 1993, se
      entiende por blanqueo de capitales, "la adquisición,
      utilización, conversión o transmisión
      de bienes que procedan de alguna de las actividades
      enumeradas en el apartado anterior o de
      participación en las mismas, para ocultar o encubrir
      su origen o ayudar a la persona
      que haya participado en la actividad delictiva a eludir las
      consecuencias jurídicas de sus actos, así
      como la ocultación o encubrimiento de su verdadera
      naturaleza,
      origen, localización, disposición,
      movimientos de la propiedad o de otros derechos sobre los
      mismos, aun cuando las actividades que las generen se
      desarrollen en territorio de otro Estado".

      Este es, actualmente, el medio más
      utilizado de legitimación que la delincuencia
      organizada utiliza para la legitimación de sus
      bienes, y en México se le conoce como "lavado de
      dinero".
      Este medio, que a su vez es considerado también un
      delito, encuentra sus principales hechos generadores en
      otros tres delitos:

    16. Opera bajo un principio desarrollado de
      división del trabajo mediante células que sólo se relacionan
      entre sí a través de los mandos
      superiores".
    17. El narcotráfico;
    18. La corrupción, y

      Dichos delitos, desde hace varios años, han
      encontrado en México el sitio ideal para florecer,
      pues las condiciones económicas, políticas y sociales por las que este
      país ha atravesado durante al menos los
      últimos 25 años, han permitido su desarrollo.

      Así, el lavado de dinero no se desarrolla
      en unos pocos países, sino en muchos, pues la
      corrupción no se circunscribe a unas cuantas
      naciones sino que la fomentan las naciones grandes al
      oprimir de facto a otras –generando pobreza
      y, por ende, encontrando los pueblos el delito como
      única fuente de ingresos–, mientras que las naciones
      pequeñas o pobres la cultivan bajo el supuesto de
      que es una de sus pocas oportunidades de sobresalir y
      paliar la miseria.

      El lavado de dinero, como delito, no es nuevo
      dentro de los negocios
      tanto ilegales como ilegítimos, pues los
      antecedentes más cercanos sobre su comisión
      se remontan a apenas la primera mitad del siglo XX y, a
      manera de ironía, en el país que se ha
      convertido en su principal perseguidor: los Estados Unidos
      de América.

      Así, los primeros capitales lavados se
      efectuaron, como ya se dijo, en la Unión Americana,
      durante la década de los años 1930 y 1940, en
      el período conocido como "La Ley Seca", ya que en
      esos tiempos la venta y
      distribución de alcohol
      se consideró ilegal.

      De tal forma, legendarios criminales –como
      Al Capone y Lucky Luciano– crearon
      compañías con el fin de ocultar el
      dinero obtenido de sus actividades delictivas y hacerlo
      aparecer como el fruto del trabajo honrado. Para mayor
      detalle, estas compañías fueron,
      esencialmente, lavanderías.

      Asimismo, otras teorías indican que el lavado de
      dinero se generó durante la Segunda
      Guerra Mundial, pues se establecía que tanto
      Italia
      como Alemania
      enviaban oro a diversos bancos
      existentes en Suiza para generar divisas por concepto de
      intereses.

      Dicho oro era obtenido básicamente a
      través del saqueo realizado por las tropas de estas
      naciones en los distintos países que eran dominados
      por ellos. Asimismo, se obtenía de las incautaciones
      que las tropas nazis realizaban sobre los bienes de los
      judíos que eventualmente eran enviados a los campos
      de exterminio. Posteriormente, el oro se fundía y se
      vendía en lingotes a destinatarios desconocidos
      contactados por los bancos suizos.

      "Al concluir la Segunda
      Guerra Mundial, Suiza se pobló de bancos, los
      cuales, con el fin de obtener recursos para poder
      operar, recibieron grandes sumas de capitales cuyos
      orígenes eran inciertos y, siguiendo el sigilo
      bancario, los inversionistas no encontraron impedimento
      alguno para realizar sus depósitos. Sin embargo, es
      preciso destacar que este problema cobró cada vez
      más relevancia a partir no sólo de la
      globalización de los mercados
      financieros, sino del incremento en el tráfico
      de drogas, negocio en considerable crecimiento, pues en la
      actualidad, después de la venta de
      armas, el de las
      drogas es la industria más rentable del
      planeta".

      A partir de esto, la necesidad de sancionar las
      conductas tendientes a legitimar el
      dinero ilícitamente obtenido, como un intento de
      neutralizar los beneficios económicos derivados del
      tráfico de drogas, pues este negocio, al empezar a
      producir ganancias exorbitantes, también
      requirió de importantes contactos en el mundo
      financiero legalmente operante para legitimar dichas
      ganancias.

      Así, en México, la autoridad normalmente se ha dado en
      perseguir los grandes cargamentos de droga a
      través de carreteras, transportación
      aérea o embarques navales, siendo que debería
      haber sido de otra manera esa persecución desde el
      principio, o bien, establecer estrategias alternas tendientes a dicha
      labor.

      Por ejemplo, desde el principio se debieron haber
      perseguido los capitales financieros reciclados a
      través de las actividades de bancos y casas de
      crédito y finanzas, por medio de una permanente e
      intensa evaluación de la actividad de dichas
      instituciones así como de la
      procedencia de los fondos que obtenían.

      Por supuesto, los vacíos legales así
      como otras cuestiones (el derecho al secreto bancario)
      constituyeron fuertes impedimentos a tal labor. Sin
      embargo, cada vez hay más naciones que han
      establecido mecanismos legales y creado normas
      en materia
      de lavado de dinero. Asimismo, han establecido
      líneas de comunicación numerosas y eficientes
      en el ámbito internacional dentro del orden
      económico y financiero para detectar este tipo de
      actividades.

      El propósito de ello es reforzar y extender
      los mecanismos de cooperación internacional
      así como los acuerdos específicos con
      respecto al estudio y persecución de las distintas
      formas de actividad criminal, entre las que se pueden
      contar el terrorismo y el lavado de dinero.

      "A diferencia de lo ocurrido en la mayoría
      de los países, el lavado de dinero había
      carecido en nuestra nación de un ordenamiento
      jurídico específico. Es hasta hace
      relativamente poco que lo encontramos en México.
      Podemos decir que el lavado de dinero se ha originado de
      tres formas".

      La primera, considerada la más importante,
      es el narcotráfico; la segunda se refiere al
      traslado de dinero a Estados Unidos de Norteamérica
      por maniobras de evasión fiscal o
      fraudulentas, y la tercera, de magnitud considerable que
      involucra prácticamente a componentes del sector
      público, se encuentra representada por la
      corrupción, actividad a través de la cual los
      responsables obtienen grandes cantidades de dinero, mismas
      que son canalizadas hacia negocios
      con los que, de la noche a la mañana, surgen
      prósperos empresarios, cuando sus ingresos
      reales declarados no serían capaces de permitirles
      desarrollar este tipo de vida o actividad
      económica.

      Casos como los mencionados son los de Carlos Cabal
      Peniche, Raúl Salinas de Gortari e Isidoro
      Rodríguez, alias "El Divino" y otros tantos y tantos
      personajes contenidos en las listas negras del Fobaproa y
      otros expedientes fraudulentos como el llamado Pemexgate,
      Los Amigos de Fox y otros de triste memoria.

      Ahora bien, el lavado de dinero no es sino
      resultado de las ganancias obtenidas por la actividad
      ilegal de los cárteles así como de su
      complejidad como microsociedad, pues al operar a manera de
      una
      empresa transnacional, observa los principios
      inherentes a éstas, tales como:

    19. La evasión fiscal.
    20. La gestión administrativa, contable y
      financiera.
    21. El establecimiento y operación de canales y
      sistemas
      de comunicación e información interna.

      Ahora bien, la estructuración de los
      especialistas de acuerdo con las necesidades del
      cártel, no sigue un patrón específico,
      pues recuérdese que es, ante todo, una organización criminal y, por tanto,
      clandestina. No obstante, es posible, tras la observación, afirmar que tiene la
      siguiente distribución, más o menos
      aproximada:

      1. Los gestores financieros, administrativos y
        contables del cártel. Estos trabajan directamente
        bajo la dirección de los jefes del
        cártel, y manejan las cuestiones financieras, para
        lo cual requieren de un consejero financiero, que es el
        comisionista.
      2. Los comisionistas son hombres que operan hacia
        fuera del cártel, y cuya función, como ya se dijo, consiste
        en asesorar a los jefes de esta organización sobre el empleo
        más eficaz de las ganancias de acuerdo a la
        circunstancia histórica del momento.
      3. Los cambistas, que son quienes normalmente
        fungen como prestanombres para legitimar la existencia de
        las ganancias.
      4. El lavador de dinero.

      Por su parte, el lavado de dinero observa el
      siguiente ciclo:

    22. La especialización y
      división del trabajo.
    23. La célula encargada de vender la droga y
      recabar el dinero, lo transfiere al cambista. En ese momento,
      el dinero deja de estar bajo el control
      del cártel, pero sólo formalmente, porque es
      bien sabido que si alguien lo roba, lo puede pagar con la
      vida.
    24. El cambista transfiere el dinero a
      la
      organización dedicada al lavado de dinero, donde
      los fondos, una vez procesados son finalmente devueltos al
      representante cambista en el sitio donde resida el
      cártel.

    3.
    Recursos tecnológicos de la delincuencia
    organizada

    En su obra "El Leviatán", el filósofo
    inglés
    Thomas Hobbes,
    respecto a las causas que generan al Estado, expone que "la causa
    final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la
    libertad y el dominio sobre los
    demás) al introducir esta restricción sobre
    sí mismos (en la que los vemos vivir formando Estados) es
    el cuidado de su propia conservación y, por
    añadidura, el logro de una vida más
    armónica".

    Posteriormente, el mismo autor señala que "la
    misión
    del soberano (sea un monarca o una asamblea) consiste en el fin
    para el cual fue investido con el soberano poder, que no es otro
    sino el de procurar la seguridad del pueblo". Pero,
    además, especifica que, "por seguridad no se entiende
    aquí una simple conservación de la vida, sino
    también de todas las excelencias que el hombre
    pueda adquirir para sí mismo por medio de una actividad
    legal, sin peligro ni daño para el
    Estado".

    Tal es el fin del gobierno como
    parte de la ecuación del Estado moderno; sólo que,
    en los últimos tiempos, la violencia y los crímenes
    se han salido de los esquemas tradicionales: Dejó de ser
    una delincuencia menor, una delincuencia doméstica, para
    convertirse en una delincuencia organizada, en una delincuencia
    transnacional, con influencias provenientes del extranjero,
    incluyendo la tecnología.
    Así, ciudadanía y autoridades se enfrentan a una
    delincuencia más preparada tanto en lo técnico como
    en lo intelectual. Podría decirse que ésta
    también fue bañada por la globalización.

    Para los Doctores Víctor F. Olea y Abelardo
    Flores, "globalización es el nombre genérico
    que las ideologías dominantes atribuyen al actual proceso de
    mundialización capitalista, y que tales estrategias
    responden a diversas estrategias para internacionalizar el
    capital". Por tanto, "la
    globalización –junto a la
    regionalización– es una forma peculiar que asume la
    internacionalización del capital en la actualidad",
    según palabras de Víctor Manuel Rodríguez
    Ramírez,
    egresado de la Universidad
    Madero.

    Así, la delincuencia, junto con sus técnicas,
    métodos, ideología –si es que se puede hablar
    de que el crimen tenga una ideología o una filosofía reales y
    en el sentido correcto de dichos términos–, etc.,
    dijo, también fue alcanzada por los beneficios de la
    globalización, al poder asociarse con bandas
    internacionales y organizaciones dedicadas al terrorismo, el
    secuestro, el narcotráfico, la trata de blancas, el robo
    de autos y una
    lista aún más larga y terrible.

    De esta forma, los gobiernos contemporáneos, si
    es que desean triunfar en el combate a la delincuencia, deben
    emplear todos sus recursos –y disponer de muchos otros
    nuevos– así como recurrir a nuevas técnicas
    de investigación y análisis, o incluso,
    crearlas. Para ello, deben estar en condiciones no sólo de
    adquirir tecnología o nuevos
    métodos, sino aplicar una nueva mentalidad en tal labor:
    una visión más crítica, un pensamiento
    más analítico, una mente más lógica
    –que, por supuesto, no descarte incluso aquello que parezca
    ilógico o descabellado–, mayor capacidad de juicio,
    etc.

    EMILIO VELAZCO GAMBOA

    Mexicano. Licenciado en Ciencias
    Políticas por la Universidad
    del Desarrollo
    del Estado de Puebla (UNIDES). Tiene los Diplomados en Derecho
    Electoral y en Derecho
    Constitucional, por la Universidad Cuauhtémoc.
    Actualmente es consultor académico e investigador
    independiente.

    http://www.galeon.com/emilio-velazco/

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