- Deforestación
- Desertificación.
- Agentes de la
deforestación - Agentes importantes de la
deforestación - Las causas de la
deforestación y la degradación de los
bosques - Política nacional de
lucha contra la desertificación - Anexos
- Conclusión
INTRODUCCION
El presente trabajo se ha elaborado para conocer lo
importante y delicado que debemos trabajar para seguir
subsistiendo en nuestro planeta, relacionado con el medio ambiente
que nos rodea como seres vivientes de la
tierra.
Alrededor del mundo se hace concientizaciòn de lo
peligroso que son las quemas y tala de bosques pero al parecer
debido a la gran sobrepoblación que hay, casi es imposible
evitarlo, en algunos lugares que aùn se conservan reservas
forestales que son las que contribuyen en gran parte a mantener
el clima un poco
estable.
Toda la información requerida en este trabajo fue
en su mayor parte adquirida a través de Internet, la otra parte es
de investigación que se hizo como grupo
escalando el cerro El Sartén de Apopa en el que pudimos
observar en realidad cuan relacionado esta en el escrito, por
medio de fotografías.
Esperamos que al final, todos tengamos la dicha de vivir
en este mundo disfrutando de la belleza natural y cuidar la
vegetación. Y así contribuir a una
prolongación de vida.
La deforestación es el proceso por el
cual la tierra pierde
sus bosques en manos de los hombres.
El hombre en su
búsqueda por satisfacer sus necesidades personales o
comunitarias utiliza la madera para
fabricar muchos productos. La
madera
también es usada como combustible o leña para
cocinar y calentar. Por otro lado, las actividades
económicas en el campo requieres de áreas para el
ganado o para cultivar diferentes productos.
Esto ha generado una gran presión
sobre los bosques.
Al tumbar un bosque, los organismos que allí
vivían quedan sin hogar. En muchos casos los animales,
plantas y
otros organismos mueren o les toca mudarse a otro bosque.
Destruir un bosque significa acabar con muchas de las especies
que viven en él. Algunas de estas especies no son
conocidas por el hombre. De
esta manera muchas especies se están perdiendo día
a día y desapareciendo para siempre del
planeta.
En Colombia se
deforestan entre 1.5 a 2.2 millones de acres al año. Esto
es igual a más o menos 4 millones de canchas de
fútbol al año o 456 canchas en una hora o 7.6
canchas por minuto!!! Si esto continua, Colombia no
tendrá bosques en 40 años !
Las selvas tropicales de nuestro planeta,
localizadas principalmente en América
del Sur y Central, África Central y el sudeste
asiático, sufren diariamente la tala indiscriminada de sus
árboles, muchos de ellos con cientos de
años de antigüedad; cada minuto que pasa queda
arrasada una superficie de selva equivalente a la de un campo de
fútbol.
Hay dos razones principales que ocasionan esto. Una es
la demanda de
madera por parte de ciertos países, que permite a las
naciones endeudadas del tercer mundo obtener dinero
fácil; la otra es la transformación de los bosques
en superficies dedicadas a la agricultura y
ganadería.
El primer motivo es rentable para quienes lo practican, pero el
segundo no; los suelos del
ecosistema
tropical contienen un alto porcentaje de hierro y
aluminio. Al
exponerse a la acción del sol y el aire se endurece,
y la poca tierra
fértil que le queda es arrasada por las
lluvias.
Aunque ocupan sólo el catorce porciento de la
superficie terrestre las selvas contienen el sesenta por ciento
de las especies animales y
vegetales vivas del planeta. En ellas hay muchos recursos que
podrían ser utilizados por el hombre sin
dañar el equilibrio
ecológico: desde vegetales comestibles hasta componentes
químicos usados en los más diversos campos de la
medicina y la
industria.
Hay otro tema relacionado con las selvas: el
dióxido de carbono. Los
países industrializados emiten 2200 millones de toneladas
anuales de este gas procedente de
la quema de combustibles fósiles, mientras que otras
naciones lanzan al aire otros 1300
millones de toneladas por año como subproducto de los
incendios
masivos de bosques. ¿Y esto qué tiene que ver? Muy
simple: además de reducir las emisiones debe llevarse a
cabo un plan de
reforestación masiva. Si tenemos en cuenta que una
hectárea de bosque tropical puede neutralizar unas diez
toneladas de dióxido de carbono al
año, habría que crear un bosque de tres millones de
kilómetros cuadrados, superficie equivalente a las dos
terceras partes del territorio de la República Argentina.
También se propone se propone
la fiscalización de las actividades ilícitas de
explotación de los bosques por parte de comisiones
municipales y de gobierno, el
combate masivo a la corrupción
imperante en todos los estamentos oficiales y la
valoración de productos forestales no maderables
así como de los servicios
ambientales prestados por los bosques.
El proceso de
deforestación ocurrido en la Región
Oriental del Paraguay muestra que en 40
años, comprendidos entre 1.945 y 1.985, ha llegado a
eliminar 4.916.452 hectáreas, lo cual representa un
promedio aproximado de 123 mil hectáreas cada año.
En dicho periodo resalta el intervalo de 8 años, entre
1.968 y 1.976, en que la tasa de deforestación fue
aproximadamente 212 mil hectáreas cada año.
Estudios del año 1985, indican que en el año 1.985
existían 3.507.670 hectáreas de bosques continuos,
de los cuales el 32,8% estaban constituidas por pequeños
bosques residuales y el 68,8% restante por bosques de valor
comercial bajo, como consecuencia de la disminución de sus
especies más valiosas.
En el periodo comprendido entre 1.985 y 1.991, se
produjo una deforestación de 2 millones de
hectáreas aproximadamente, con una tasa media de
aproximada de 290 mil hectáreas cada
año.
En relación a la Región Occidental, dan
cuenta que las colonias establecidas en la zona central del Chaco
llegaron a un promedio de deforestación de 45 mil
hectáreas anuales.
Este proceso de deforestación, aunque
evidentemente menor comparado con la Región Oriental del
Paraguay, es
bastante significativo por la fragilidad de los ecosistemas
del Chaco, demostrados por la numerosas evidencias de erosión
eólica y la salinización de suelos que se
están verificando en diferentes zonas de la
Región.
Queda bien evidenciado que la destrucción de los
bosques ha resultado principalmente de las malas practicas
agrícolas y cría de ganado, asociados de problemas de
uso y tenencia de la tierra. De
hecho estos principales elementos causales de la
deforestación, demuestran que el problema forestal ha
estado
fuertemente ligado a la tenencia de la tierra y a los modelos de
reforma
agraria y de producción agropecuaria del
país.
La desertificación es otro gran problema para la
biodiversidad
y esta muy ligada a la deforestación. La
desertificación es el proceso por el cual tierras
fértiles y ricas en vida se convierten en desiertos. El
mejor ejemplo de esto lo vemos en el Amazonas. Después de
tumbar una área grande de selva (deforestar) y utilizar
inadecuadamente la tierra (ganadería
u otras prácticas económicas) esta se convierte en
un desierto en donde es casi imposible volver a ver el bosque
crecer. Esto sucede porque se pierde la capa vegetal que permite
la vida en el lugar.
Se entiende por deforestación a la
destrucción a gran escala del bosque
por la acción humana. Avanza a un ritmo de unos 17
millones de ha al año (superficie que supera a la de
Inglaterra, Gales
e Irlanda del Norte juntas). Entre 1980 y 1990, las tasas anuales
de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el
Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África.
La deforestación no es lo mismo que la degradación
forestal, que consiste en una reducción de la calidad del
bosque. Ambos procesos
están vinculados y producen diversos problemas.
Pueden producir erosión
del suelo y
desestabilización de las capas freáticas, lo que a
su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la
biodiversidad
(diversidad de hábitats, especies y tipos
genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los
bosques tropicales, que albergan buena parte de la biodiversidad
del mundo. Los bosques desempeñan un papel clave en
el almacenamiento
del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de
carbono en la atmósfera puede
llevar a un calentamiento
global de la Tierra, con multitud de efectos
secundarios problemáticos. En las regiones templadas la
agricultura se
basó en la eliminación de los bosques aprovechando
la fertilidad de sus suelos.
Los procesos de
deforestación son, por lo general, más destructivos
en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales
tropicales son mucho menos fértiles que los de las
regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al
proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad
que impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No
obstante, las políticas
coloniales se basaban en el supuesto, equivocado, de que un
bosque exuberante significaba suelos fértiles.
Pretendían conquistar los bosques, sobre todo para
destinarlos a los cultivos comerciales y la agricultura, y han
dejado un legado de suelos exhaustos.
La deforestación tropical aumentó
rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria
pesada. Desde entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas
ha llevado también a la destrucción de zonas
forestales por la vía más difícil, a mano.
Las tasas anuales de deforestación en 52 países
tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y
1990.
¿Qué es el Calentamiento
Global?
Nuestro planeta se está calentando. Los
últimos 10 años han sido los más calurosos
desde que se llevan registros y los
científicos anuncian que en el futuro serán
aún más calientes. La mayoría de los
expertos están de acuerdo que los humanos ejercen un
impacto directo sobre este proceso de calentamiento, generalmente
conocido como el "efecto
invernadero".
El efecto
invernadero es una condición natural de la atmósfera de la
tierra. Algunos gases, tales
como los vapores de agua, el
dióxido de carbono (CO2) y el metano son
llamados gases
invernadero, pues ellos atrapan el calor del sol
en las capas inferiores de la atmósfera. Sin ellos,
nuestro planeta se congelaría y nada podría vivir
en él.
A medida que el planeta se calienta, los cascos
polares se derriten. Además el calor del sol
cuando llega a los polos, es reflejado de nuevo hacia el espacio.
Al derretirse los casquetes polares, menor será la
cantidad de calor que se refleje, lo que hará que la
tierra se caliente aún más. El calentamiento global
también ocasionará que se evapore más
agua de los
océanos. El vapor de agua actúa como un gas invernadero.
Así pues, habrá un mayor calentamiento. Esto
contribuye al llamado "efecto amplificador".
Entenderemos por agentes de
deforestación a las personas, corporaciones, organismos
gubernamentales o proyectos de
desarrollo que
talan los bosques.
En todas las áreas geográficas, los
agricultores que practican roza y quema se sitúan entre
los agentes de deforestación más importantes, ya
que ocupan tierra forestal que limpian para plantar cultivos
comestibles. Otros agentes importantes del sector agrícola
son los ganaderos que talan los bosques para sembrar nuevos
pastizales para alimentar el ganado y los agricultores
comerciales que establecen plantaciones agrícolas
comerciales como el caucho y el aceite de palma. Entre los
agentes secundarios de la deforestación se encuentran los
madereros, los dueños de plantaciones forestales, los
recolectores de leña, los industriales mineros y
petroleros y los planificadores de infraestructura.
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La deforestación: enemiga del
bosque
Como ya te contamos, los bosques constituyen uno
de los ecosistemas
más valiosos del mundo, al contener un alto porcentaje de
la biodiversidad del planeta. Lamentablemente, ellos se
encuentran muy vulnerables frente a la acción del hombre, y en
muchas partes del mundo incluso han desaparecido.
Durante la década de los ochenta, los
índices de deforestación mundial llegaron hasta 15
millones de hectáreas por año; y en la mayor parte
del mundo la deforestación se aceleró durante la
década del 90.
Entre las causas directas más importantes de la
deforestación se encuentra la pobreza del
tercer mundo (donde se hallan la mayoría de los más
grandes bosques y selvas), que necesitan explotar estos
ecosistemas para obtener recursos; la
necesidad de abrir espacios nuevos para la agricultura, para la
cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura
(carreteras, vías férreas, tendidos
eléctricos); la minería;
la inundación para generar energía
hidroeléctrica, y la explotación de petróleo.
Este fenómeno de deforestación se ve
agravado por la lluvia
ácida, la desertificación, y los incendios
forestales. En el caso de los pequeños agricultores,
considerados como pobres, al asentarse cerca de los bosques deben
talar una parcela de tierra y utilizarla para la
plantación de cultivos de subsistencia o comerciales. Sin
embargo, ese tipo de prácticas degrada rápidamente
el suelo, y el agricultor se ve forzado a talar otra
porción de bosque para transformarlo en tierras de
cultivos. Posteriormente, el área que ya no se puede
cultivar es utilizada para la cría de ganado, lo que
termina por degradar completamente el suelo, al eliminar la
escasa vegetación que podría haber
quedado.
En muchos países las prácticas forestales
de tala rasa han sido la causa principal de la pérdida
forestal. Ejemplos claros de ello es lo que ocurrió en
Irlanda y Escocia, que alguna vez estuvieron prácticamente
cubiertos de bosques, pero durante el Imperio Británico
fueron casi totalmente cortados para abastecer de madera a los
aserraderos ingleses.
En Chile
también existe pérdida de bosques nativos. De
hecho, se estima que nuestro país poseía 25
millones de hectáreas de bosques a la llegada de los
españoles; es decir, un 45 por ciento del territorio
estaba cubierto por bosque nativo. En la década de los
cuarenta se hizo una estimación de 16 millones de
hectáreas, y actualmente la cifra solo alcanza a poco
más de 13 millones.
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Los incendios forestales
Otra de las causas de la deforestación son los
incendios forestales, los que pueden definirse como la
propagación libre e ilimitada del fuego, cuya
acción consume pastos, matorrales, arbustos y árboles. Para que un incendio ocurra deben
existir tres factores: el oxígeno, el calor y el
combustible.
En nuestro país los incendios forestales son
producidos en su mayoría por el manejo descuidado del
fuego, y su repercusión en el medio ambiente es
enorme. Los efectos del fuego en los bosques son principalmente
los siguientes:
• Eliminación de las áreas
boscosas
• Pérdidas económicas
• Desaparición o disminución de los recursos
hídricos
• Erosión
• Desertificación
• Pérdida de biodiversidad
• Aumento de gases de efecto invernadero
• Aumento de la temperatura
ambiental
• Incremento de los efectos erosivos del viento
• Disminución de la humedad
• Alteración de los regímenes de vida de los
humanos
• Emigración de la fauna
local
Asimismo, la acción del fuego también
afecta al suelo mineral en tres formas, que son:
física, al destruirse la estructura y
compactación del suelo por falta de humedad;
química, al producirse una disminución de
los nutrientes de la vegetación, y finalmente
biológica, al destruirse los microorganismos del
suelo encargados de la descomposición de los restos
orgánicos.
AGENTES IMPORTANTES DE LA
DEFORESTACIÓN
Agente | Vínculo con la |
agricultores de roza y quema | – Descombran el bosque para sembrar cultivos |
Agricultores comerciales | – Talan los bosques para plantar cultivos |
Ganaderos | – Talan los bosques para sembrar pastos, a |
Pastores de ganado menor y | – La intensificación de las |
Madereros | – Cortan árboles maderables |
dueños de plantaciones | – Aclaran barbechos boscosos y bosques |
Recolectores de leña | – La intensificación en la |
Industriales mineros y | – Los caminos y las líneas |
Planificadores de programas de colonización | – Planifican la relocalización de |
Planificadores de | – Los caminos y carreteras construidos a |
Existe una diferencia considerable
entre regiones y entre países con respecto a qué
grupos
constituyen los agentes de deforestación más
importantes. En América
Latina, la agricultura de roza y quema y la ganadería
están a la vanguardia de
la deforestación. En el sudeste de Asia, por el
contrario, la agricultura comercial, la industria maderera y las
plantaciones de aceite de palma juegan un papel más
significativo. La situación en África es una mezcla
compleja de pastoreo excesivo en las zonas forestales secas,
agricultura de roza y quema y un alto grado de explotación
forestal en los bosques húmedos de África central y
del oeste.
Región | Principales agentes de |
África | Agricultores de roza y quema Agricultores comerciales Madereros Pastores de ganado menor y Refugiados de conflictos civiles |
Asia – Oceanía | Agricultores comerciales Agricultores de roza y quema Madereros Dueños de plantaciones Planificadores de |
América Latina | Agricultores de roza y quema Ganaderos Agricultores comerciales Madereros Planificadores de |
La Desaparición del Bosque
Tropical
El bosque tropical es una maravilla de la naturaleza. En
numerosos países constituye una parte viva de la cultura. Sin
embargo, muchos de esos bosques están actualmente en
peligro. Ya se han perdido más de la mitad y el
índice de deforestación casi se ha duplicado
durante la década de 1980. En otros pocos decenios podemos
asistir a la práctica eliminación del bosque
tropical. Pensemos en ello: esa franja de verde intenso a los dos
lados del ecuador, que
significa la vegetación más exuberante de la
Tierra, puede tener que ser coloreada de marrón para
detonar que el bosque tropical ha desaparecido para
siempre.
El bosque tropical es la más hermosa
celebración con que la naturaleza ha
embellecido la superficie del planeta. Su diversidad
biótica es legendaria. En 50 hectáreas de la
Malasia peninsular hay más especies de árboles que
en todo Norteamérica; solo un arbusto de Perú puede
albergar tantas especies de hormigas como las Islas
Británicas!!! Posiblemente los bosques tropicales son el
hogar hasta del 90% de todas las especies de la Tierra, por eso
es importante conservar estos hermosos bosques ya que si se
terminan solo quedaríamos con el 10% de las especies que
teníamos.
Cuando el bosque tropical desaparece, también lo
hacen las especies que viven en él, probablemente hoy a un
ritmo de varias docenas al día. Los bosques tropicales son
MUY indispensables para la vida del hombre; deberíamos
estar agradecidos a la riqueza del bosque tropical la
próxima vez que compremos un medicamento en la farmacia.
Hay una posibilidad de 1/4 de que ese medicamento se haya
extraído de alguna planta del bosque tropical.
La Estabilidad del Clima
Un beneficio aún más importante del bosque
tropical reside en el papel que desempeña en el control del
clima. La
deforestación esta creando 2 problemas principales a este
respecto. A medida que la franja verde entorno al ecuador se
transforma en terreno baldío, se produce un aumento en la
"brillantez" de la superficie terrestre. Este "efecto de reflejo"
acabará por alterar las corrientes de convección,
los sistemas de
vientos y los regímenes de lluvia en los trópicos y
posiblemente en otras regiones más alejadas.
Aún más significativa es la
alteración climática que se seguirá de la
acumulación del dióxido de carbono (CO2) en la
atmósfera global. A las emisiones de CO2 se debe la mitad
del efecto de invernadero, que amenaza con causar un
drástico cambio
climático y ecológico mediante el proceso del
calentamiento global. Cada año se acumulan en la
atmósfera 4,000 millones de toneladas adicionales de
carbono y aproximadamente el 30% de ese exceso se estima que
deriva directamente de la quema acelerada de los bosques
tropicales.
Bomba de Tiempo: El Bosque
Tropical
Casi la mitad de los bosques húmedos tropicales
del mundo han sido destruidos. Sabiendo lo que hacemos con su
incalculable diversidad, con sus enormes beneficios potenciales y
las consecuencias de su desaparición para el clima del
mundo, es una locura que esa destrucción continúe.
Sin embargo, un área de bosque húmedo del
tamaño de 6 campos de fútbol se destruye
aún cada minuto de cada día. En pocas
décadas, mas de tres cuartas partes (3/4) de los bosques
originales pueden haber desaparecido para siempre. Para disminuir
este ritmo de destrucción, la comunidad
internacional debe ayudar a los países que tienen bosque
húmedo a desarrollar políticas
de explotación viable y otras fuentes de
ingresos;
demasiados proyectos de ayuda simplemente aceleran la
propagación de la silvicultura comercial.
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Bosque prístino (10%): Una
décima parte de bosques originales puede permanecer
intacta; unas como áreas protegidas, el resto puede ser
inaccesible o de ningún valor
comercial.
Bosque degradado (10%): Finalmente una décima
parte puede sobrevivir en un estado
deteriorado o explotada comercialmente.
Pérdidas futuras (16%): A menos que se emprenda
una acción drástica, más de la sexta parte
habrá desaparecido entre el año 2000 y el
2030.
Amenaza inmediata (16%): A la velocidad
actual de deforestación, otra sexta parte habrá
desaparecido al final de este siglo.
Pérdida irreemplazable (48%): Casi la mitad
del bosque húmedo tropical ha sido destruida por las
actividades humanas.
Quiénes
protegen y quiénes destruyen los
bosques
Durante años los "expertos" del enfoque forestal
dominante se equivocaron al identificar las principales causas de
la deforestación, al igual que al plantear soluciones
para salvar los bosques. Según ellos, una de las
principales causas de la deforestación era el uso de
leña por "los pobres". La solución que
proponían era por lo tanto establecer plantaciones de
eucalipto como fuente de leña para "los pobres".
Según ellos, quienes viven en los bosques eran los
responsables de la deforestación y por tanto era necesario
que fueran sacados de allí, a fin de que los bosques
quedaran protegidos de ellos. La gente fue entonces expulsada de
sus tierras, con el pretexto de que así se estaba
protegiendo los bosques. Este enfoque simplista de "culpabilizar
a los pobres" ni siquiera propuso como solución al
problema que, si los pobres eran la principal causa de la
deforestación, todos los esfuerzos deberían
dirigirse a la erradicación de la pobreza. Por el
contrario, sus principales esfuerzos se orientaron ¡a
erradicar a los pobres de los bosques!
Al tiempo que estos
expertos hacían su trabajo, también lo
hacían los verdaderos agentes de la destrucción.
Las empresas
madereras siguieron cortando, legal e ilegalmente. Los
constructores de represas siguieron represando los ríos e
inundando millones de hectáreas de bosques con el agua de los
embalses. Los cultivos de exportación y la ganadería
provocaron la corta de más y más áreas de
bosque. Las plantaciones industriales –para celulosa, madera,
palma aceitera y otras– fueron sustituyendo vastas superficies
de bosques ricos en biodiversidad por monocultivos de especies
exóticas. Las empresas mineras
y petroleras siguieron destruyendo y contaminando los
bosques.
Todos estos procesos han generado, y siguen generando,
graves impactos ambientales a nivel local y global, todos los
cuales resultan en sufrimiento humano. Millones de personas viven
en los bosques y/o obtienen sus medios de vida
de los mismos. Por ende, la deforestación ha generado
pobreza,
simplemente porque todos esos millones de personas se ven
privadas del acceso a sus medios de vida
una vez que los bosques han desaparecido o cuando son
"reasentados" en algún otro lugar. Es causa asimismo de
violaciones a los derechos humanos.
Muchas personas han sido asesinadas –y otras continúan
siendo asesinadas– por defender sus derechos y por proteger los
mismos bosques que los gobiernos del mundo aducen
proteger.
Sin embargo, resultaría incorrecto destacar
solamente causas directas de la deforestación tales como
el maderero, la industria camaronera, las plantaciones, las
represas, etc. Es necesario profundizar en el tema y
señalar que por detrás de estas causas hay otras
–subyacentes– que constituyen la raíz del problema.
Entre ellas está el tema del consumo
excesivo en el Norte, que genera una demanda
siempre creciente de materia prima
barata –madera, petróleo,
minerales,
etc.– y alimentos
también baratos, tales como soja, carne o
camarones. Hay además actores fundamentales que hacen
viable este suministro de productos a bajo precio, tales
como el FMI, el Banco Mundial,
los bancos regionales
de desarrollo,
las consultoras del Norte, las agencias de crédito
a la exportación, las agencias bilaterales de
"asistencia". Y en el medio se ubican funcionarios
gubernamentales corruptos e igualmente corruptos empresarios y
funcionarios del norte actuando como corruptores. El resultado
final es la deforestación y la violación de los
derechos de las
poblaciones locales.
Este número del Boletín del WRM incluye
–al igual que la mayoría de los anteriores– situaciones
típicas donde los bosques están amenazados debido a
la acción combinada de diferentes actores tales como los
gobiernos, las multinacionales, las agencias multi y bilaterales,
y a la vez están siendo protegidos por pueblos
indígenas y por otros pobladores locales. La realidad nos
muestra
entonces que no son "los pobres" quienes destruyen los bosques,
sino intereses muy poderosos a nivel local e internacional. La
protección de los bosques implica por lo tanto apoyar las
luchas de las poblaciones locales por sus derechos, y
simultáneamente trabajar para generar condiciones para que
se haga posible abordar las causas de fondo de la
deforestación a nivel nacional e internacional. Tan
sólo cuando eso suceda los bosques estarán a salvo
y los pueblos que habitan los bosques o que de ellos dependen
podrán vivir en paz y en armonía con la
naturaleza.
Las causas ocultas de la deforestación
y la degradación de los bosques
Los bosques constituyen uno de los ecosistemas
más valiosos del mundo. Contienen más del sesenta
por ciento de la biodiversidad del planeta que, además de
su valor intrínseco, tiene otros múltiples valores
sociales y económicos: desde las importantes funciones
ecológicas del bosque en términos de
protección del suelo y de las cuencas, hasta el valor
económico pecuniario y no pecuniario de los numerosos
productos que pueden extraerse del bosque. Para muchos
indígenas y pueblos que dependen de él, el bosque
constituye su sustento; los abastece de plantas
comestibles y medicinales, de carne de animales silvestres,
frutas, miel, refugio, fuego y varios otros productos, y en
torno a él
erigen sus valores
culturales y espirituales. A escala mundial,
los bosques desempeñan un papel crucial en la
regulación del clima y constituyen uno de los principales
sumideros de carbono del planeta. Su supervivencia, pues, impide
el aumento del efecto invernadero.
Los bosques ya han desaparecido en muchas partes del
mundo, y los índices de deforestación mundial
llegaron hasta 15 millones de hectáreas por año
solamente para los bosques tropicales durante la década
del 80. En la mayor parte del mundo la deforestación se
aceleró durante la década del 90. En este sentido,
conviene destacar que los índices de deforestación
tienden a oscurecerse por la ambigüedad que existe en
torno a la
definición del bosque. La última definición
de la
Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
formalmente el principal órgano responsable de los bosques
dentro del sistema de las
Naciones Unidas,
es tan amplia que de hecho la mayor parte de las superficies
urbanas verdes pueden ser consideradas grandes ecosistemas de
bosques. Es así que pocas veces se tiene en cuenta la
sustitución de valiosos ecosistemas de bosques primarios
por plantaciones de monocultivos -en muchos casos de una especie
arbórea foránea como el eucalipto o el pino- o por
bosques biológicamente pobres. Gran parte de Europa, por
ejemplo, perdió la mayoría de sus bosques primarios
durante el siglo XIX. Sin embargo, los últimos informes de la
FAO establecen con entusiasmo que hay un aumento de los bosques
boreales y templados en esta región. Pero una parte
sustancial de este "bosque" tiene una producción biológicamente pobre y
carece de sotobosque, de biodiversidad edáfica original y
de la mayoría de especies originales de aves, mamíferos y reptiles. En realidad se
acercan más a plantaciones de monocultivos que a bosques
verdaderos.
Causas directas de la deforestación
Entre las causas directas más importantes de la
deforestación figuran la tala, la conversión del
bosque a la agricultura y a la cría de ganado, la
urbanización y la construcción de infraestructura, la
minería
y la explotación de petróleo, la lluvia
ácida y los incendios. No obstante, ha habido una
tendencia a hacer hincapié en los pequeños
agricultores migratorios o en la "pobreza" como causa principal
de la pérdida de bosques. La tendencia general de estos
agricultores es la de asentarse a lo largo de caminos que
atraviesen el bosque, talar una parcela de tierra y utilizarla
para la plantación de cultivos de subsistencia o de
cultivos comerciales. En los bosques tropicales, ese tipo de
prácticas terminan por provocar una rápida
degradación del suelo ya que en gran medida es demasiado
pobre como para resistir las prácticas agrícolas.
Por consiguiente, a los pocos años el agricultor se ve
forzado a talar otra parcela del bosque. La tierra
agrícola degradada a menudo es utilizada algunos
años más para la cría de ganado, lo cual
equivale a firmar su sentencia de muerte ya que
el ganado elimina los últimos rastros de fertilidad que
podían quedar. El resultado es una parcela de tierra
totalmente degradada que durante muchos años no
podrá recuperar su biomasa original. Es un gran error
creer que tales prácticas agrícolas insustentables
sólo ocurren en los países tropicales. Muchas
partes de América
del Norte y Europa Occidental
se han deforestado debido a la agricultura insustentable,
provocando una severa degradación del suelo y en mucho
casos el abandono de la zona por los agricultores.
En otros países, las prácticas forestales de corte
a tala rasa han sido la causa principal de la pérdida
forestal. A principios de los
90, Canadá y Malasia fueron ejemplos famosos de
países en los que las compañías madereras
talaron sin piedad miles y miles de preciosos bosques primarios.
Aquí tampoco puede pasarse por alto la perspectiva
histórica.
Países como Irlanda y Escocia estuvieron
prácticamente cubiertos de bosques, pero durante el
imperio británico fueron casi totalmente talados para
abastecer de madera a los aserraderos ingleses. Actualmente, la
explotación forestal todavía sigue siendo la
amenaza directa más importante para los bosques de
regiones como el Escudo de la Guyana, África Central,
Siberia Oriental y la Colombia Británica.
Durante las últimas décadas, la crisis
forestal ha motivado el surgimiento de varias iniciativas
internacionales, regionales y nacionales encaminadas a la
preservación de los bosques, si bien muchas de ellas
lograron escaso éxito.
En algunos casos tienen que ver con grandes fenómenos
económicos internacionales, tales como estrategias
macroeconómicas que ofrecen fuertes incentivos para
la obtención de ganancias a corto plazo en lugar de buscar
la sustentabilidad a largo plazo. También son importantes
las estructuras
sociales profundamente arraigadas que provocan desigualdad en la
tenencia de la tierra así como discriminación de los pueblos
indígenas, de los agricultores de subsistencia y de los
pobres en general. En otros casos incluyen factores
políticos tales como la falta de democracia
participativa, la influencia de los militares y la
explotación de zonas rurales por élites urbanas. El
consumismo desmedido de los consumidores de los países de
ingresos
elevados constituye otra de las principales causas ocultas de la
deforestación, mientras que en algunas regiones la
industrialización no controlada es un factor clave en la
degradación de los bosques, afectados por la lluvia
ácida provocada por la
contaminación generalizada.
Debido a su complejidad, es imposible mencionar incluso
la mayoría de las causas subyacentes más
importantes de la deforestación en este contexto. Sin
embargo, pueden darse varios ejemplos para demostrar cómo
estas causas pueden parecer sumamente diversas a primera vista, y
sin embargo están estrechamente interrelacionadas entre
sí.
Las fuerzas que actúan detrás de la
agricultura insustentable
Según la FAO, el noventa por
ciento de la deforestación es provocado por
prácticas de agricultura insustentable, mientras que la
tala y la plantación de árboles para
explotación forestal desempeñan un papel más
importante en la degradación de los bosques. Por
más controvertidas que sean estas cifras, en todo caso
puede decirse que la agricultura insustentable es sin dudas una
de las principales causas directas de la deforestación y
la degradación de los bosques en muchos países del
mundo. Un enfoque simplista del problema
podría llevar a culpar a la "ignorancia" de los
agricultores involucrados en este proceso, el cual, sin duda, es
mucho más complejo. Son pocos los que realmente deciden
voluntariamente abandonar su tierra natal, adentrarse en el
bosque, talarlo y convertirlo en tierra agrícola. Se ven
empujados a todo esto por las fuerzas nacionales e
internacionales que actúan en función de
intereses distintos a los suyos. En algunos países, los
bosques sirven de válvulas
de escape para evitar los levantamientos sociales. La
concentración del poder y la
tierra en pocas manos da origen a grandes masas de
desposeídos que pueden llegar a protagonizar situaciones
de enfrentamiento y explosión social, por lo que, para
evitarlo, se les ofrece la posibilidad de acceder gratuitamente a
parcelas de tierra bosque adentro. Este acceso se hace posible a
través de proyectos viales promovidos por el gobierno,
construidos ya sea para talar y "desarrollar" los bosques o como
resultado de las actividades de compañías dedicadas
a la explotación forestal, la minería, la
energía u otras. Este ejemplo deja claramente expuesto que
la deforestación sólo puede ocurrir porque hay una
serie de políticas estatales -sociales y
económicas- que indirectamente la promueven. Son los
pobres los que hacen funcionar las sierras o prenden fuego al
bosque, pero es principalmente el gobierno y las empresas los que
están detrás de tales acciones.
Modelos de producción y consumo
Entre las numerosas causas subyacentes de la
deforestación, una de las menos comprendidas es la
relación entre la deforestación y los modelos de
producción y consumo, tanto
de productos agrícolas como en general. Es necesario
destacar que muy pocas veces la producción de alimentos para
los pobres es causa de deforestación, ya que las mayores
superficies de bosques convertidas a otros usos actualmente
están dedicadas a la producción de cultivos
comerciales y a la cría de ganado. Estos productos, que
van desde café y
carne a coca y soja, en muchos
casos son producidos casi exclusivamente para los mercados
exportadores de los países de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE). Es absurdo defender la
producción de estos bienes -cuyo
destino es el de satisfacer los desmedidos modelos de consumo de
los países del Norte- con el argumento de la seguridad
alimentaria, como lo hacen algunos gobiernos e instituciones
internacionales (incluida la propia FAO).
Los modelos de producción y consumo en general
desempeñan un papel importante en la deforestación,
ya que son la respuesta a la pregunta de por qué tantos si
no la mayoría de los países tienden a centrar su
producción en el abastecimiento de los mercados de
exportación. En la mayoría de los casos se estimula
la producción para la exportación para reparar la
muy a menudo seriamente alterada balanza
comercial, y/o para pagar deudas que en parte son causadas
por este desequilibrio de la balanza
comercial. Según la actual ideología del libre comercio,
el remedio estándar de instituciones
internacionales como el Fondo Monetario
Internacional (FMI) para estos
problemas es aumentar la exportación, en lugar de
disminuir las importaciones.
Mientras tanto, es la importación de bienes
suntuarios para la parte más rica de la sociedad y la
importación de armas, lo que
tiende a conformar la causa estructural de los desequilibrios de
la balanza comercial y la balanza de pagos,
tanto en los países industrializados como en los de bajos
ingresos. Una de las principales causas profundas de la
deforestación es el no reconocimiento de esta
relación entre modelos de consumo y problemas
macroeconómicos por parte de fuerzas
macroeconómicas como las instituciones de Bretton
Woods.
Un problema mundial con muchos actores
La deforestación y la degradación de los
bosques ocurre tanto en los países del Norte como del Sur
y las causas subyacentes también se originan en ambos, si
bien con diversos grados de responsabilidad. Los países
industrializados no sólo redujeron o degradaron sus
propios bosques en el pasado, sino que muchos lo siguen haciendo
en el presente, ya sea a través de la tala a gran escala
-como en muchas zonas de Canadá, Estados Unidos o
Australia- o la simplificación -y por lo tanto
degradación- de los bosques reduciéndolos a unas
pocas especies de valor comercial a costa de la biodiversidad
-como ocurre en Suecia, Francia o
Finlandia. Al mismo tiempo, los problemas resultantes del
modelo de
industrialización -tales como la lluvia ácida–
tienen un fuerte impacto en la degradación de los bosques.
Algo similar ocurre en el Sur, donde algunos bosques están
siendo cortados a tala rasa -en gran parte para la agricultura
insustentable orientada a la exportación, para la
plantación de monocultivos de árboles y palmas
oleaginosas o para la ganadería- o están siendo
degradados como resultado de la actividad maderera selectiva de
las especies más comerciales -como la caoba.
Algunas causas subyacentes se originan dentro del
país -sea del Norte o del Sur- mientras que otras pueden
estar fuera de los límites
nacionales. En esta situación, la mayor responsabilidad generalmente la tiene el Norte.
Las políticas macroeconómicas impuestas al Sur a
través de una serie de mecanismos figuran entre las
principales causas profundas de la deforestación. Uno de
los resultados más obvios de tales políticas ha
sido la creciente incorporación de exportaciones
agrícolas de países del Sur a mercados de
países del Norte, generalmente a costa de los bosques. Las
mismas políticas macroeconómicas han desembocado en
la concentración de la riqueza en el Norte que, sumado a
los poderosos incentivos al
consumo desmedido, dieron como resultado modelos de consumo
insustentables con fuertes repercusiones en especial -aunque no
exclusivamente- en los bosques del Sur.
Los gobiernos y élites del Sur también tienen la
responsabilidad de algunas de las causas subyacentes de la
deforestación. Las políticas gubernamentales con
respecto a los derechos de los pueblos indígenas
-particularmente las que afectan sus derechos sobre sus
territorios- han sido la causa estructural de muchos procesos de
deforestación que no hubieran ocurrido de haber reconocido
esos derechos. Las políticas gubernamentales sobre los
derechos a la tenencia de la tierra en general provocaron la
concentración de las mejores tierras agrícolas en
unas pocas manos y la consiguiente migración
de los campesinos pobres a los bosques, lo que provocó una
deforestación en gran escala. No obstante, en la
mayoría de los casos las políticas gubernamentales
están vinculadas a actores externos como las instituciones
multilaterales, los organismos de "cooperación" y las
trasnacionales, y por lo tanto la responsabilidad es compartida.
Es bien sabido que la construcción de caminos dentro del
bosque constituye una de las principales causas subyacentes de la
deforestación. Una vez que el camino está
construido, abre el bosque a los aserraderos, los campesinos sin
tierra, las compañías mineras y muchos otros
actores, provocando una deforestación inmediata y
generalizada. La construcción de caminos es una de las
actividades promovidas y financiadas por instituciones
multilaterales como el Banco Mundial y
otros bancos
multilaterales regionales, y permite a los gobiernos cumplir con
las políticas del FMI de aumento de las exportaciones. La
construcción de caminos también está
vinculada a los intereses de las trasnacionales, que por lo tanto
pueden acceder a los recursos
naturales e incorporarlos al mercado
mundial.
Mirando hacia delante
La comunidad
internacional -por lo menos dentro del marco del Foro Intergubernamental sobre los
Bosques de la Comisión para el Desarrollo
Sustentable- ha reconocido la necesidad de identificar las
causas subyacentes de la deforestación con el objetivo de
encontrar soluciones y
salvar a los bosques del planeta que aún permanecen en
pie. Las organizaciones no
gubernamentales que participan en ese Foro han ofrecido sus servicios para
trabajar en colaboración con gobiernos y organismos
internacionales y llevar a cabo un proceso de
identificación de las grandes causas subyacentes de la
deforestación en todas las regiones del mundo y elaborar
soluciones para resolverlas. Esa oferta ha sido
aceptada y el proceso ya ha comenzado.
No obstante, es importante ser conscientes de que la
deforestación y la degradación de los bosques no
son temas "técnicos". Los bosques no están
desapareciendo porque la gente y sus gobiernos sean ignorantes o
porque no haya planes de gestión
adecuados. Los bosques están desapareciendo porque una
serie de políticas nacionales e internacionales
interconectadas preparan el terreno para que ello suceda. Es por
lo tanto a ese nivel que deben encontrarse las
soluciones.
Además, si bien es necesario identificar las
causas subyacentes y elaborar cambios en esas políticas
para contener la deforestación, es crucial llegar a la
sociedad
organizada para asegurar que esos cambios realmente se apliquen,
de forma tal que tanto la humanidad en su conjunto como la gente
que vive en las zonas de bosques se beneficien por igual. Este es
obviamente un desafío muy grande y difícil, pero un
esfuerzo necesario que vale la pena ya que abre cierta esperanza
para el futuro.
LAS CAUSAS DE LA
DEFORESTACION
Y LA DEGRADACION DE LOS BOSQUES
DEFORESTACION EL DESAFIO
La conservación y el desarrollo de los bosques
son vitales para el bienestar de los seres humanos. Los bosques
ayudan a mantener el equilibrio
ecológico y la biodiversidad, protegen las cuencas
hidrográficas e influyen en las tendencias del tiempo y el
clima. Los productos forestales proporcionan a las comunidades
rurales madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras y
fertilizantes orgánicos. Las empresas forestales generan
empleo e
ingresos. Como una parte inseparable del sistema de
aprovechamiento de la tierra, los bosques tienen una
interrelación importante con la producción
agrícola y de alimentos.
Pese a ello, los recursos forestales están siendo
agotados a un ritmo alarmante. Anualmente se pierden más
de 150.000 km2 de bosques tropicales, sobre todo como resultado
de un crecimiento demográfico que da lugar a un
aprovechamiento inadecuado de la tierra.
En muchos países, los bosques que aún
subsisten están siendo degradados por un pastoreo y una
tala excesiva, por la contaminación del aire, por actividades
mineras y la extracción del petróleo. En el futuro,
el sector forestal tendrá que hacer frente a una demanda
aún más intensa de sus productos y servicios
industriales. Y será objeto de una presión
creciente en favor de la utilización de las tierras
forestales para la agricultura, la construcción de
infraestructuras y para usos urbanos.
Cuestiones principales
Los programas
forestales nacionales deberían ser holísticos,
intersectoriales e interactivos, y compatibles con las
políticas y estrategias
nacionales y locales. Deberían hacer participar a todos
los interesados, promover una tenencia segura de la tierra e
integrar la conservación y el uso sostenible de los
recursos biológicos. Debería prestarse especial
atención a la creación de capacidad
y a una mejor coordinación entre los copartícipes
nacionales e internacionales.
Los pueblos indígenas y las comunidades locales
tienen derechos tradicionales que deben respetarse. La
colaboración con ellos es indispensable para identificar,
mantener y promover los conocimientos tradicionales relacionados
con los bosques.
Las capacidades nacionales de investigación forestal deberían
mejorarse y crearse redes regionales y mundiales
de investigación para facilitar el intercambio de
informaciones, fomentar la investigación
interdisciplinaria y difundir los resultados. Es necesario
realizar estudios detenidos de las causas fundamentales de la
deforestación y la degradación
ambiental.
Es necesario contar con mejores metodologías de
evaluación para obtener estimaciones
fidedignas de todos los bienes y servicios forestales,
especialmente los que no son objeto de comercio
general. Además, es preciso elaborar, ensayar y aplicar
criterios e indicadores a
nivel nacional, subnacional y a los niveles operativos y de las
distintas dependencias de ordenación forestal.
Es necesario adoptar medidas para mejorar el acceso al
mercado de los
bienes y servicios forestales, con inclusión de la
reducción de los obstáculos arancelarios y no
arancelarios al comercio, de
conformidad con las obligaciones y
compromisos internacionales existentes.
Las políticas y reglamentos sobre inversiones
deberían tener como finalidad atraer inversiones
nacionales, de las comunidades locales y extranjeras para las
industrias
sostenibles de base forestal, la reforestación, la
aforestación, la conservación y la
protección de los bosques. La utilización de
instrumentos e incentivos económicos adecuados y basados
en el mercado aumentaría la obtención de ingresos y
movilizaría los recursos financieros
nacionales.
Debería fomentarse la cooperación en
materia de
transferencia de tecnología
relacionada con los bosques – tanto Norte-Sur como Sur-Sur –
mediante inversiones del sector
público y privado, empresas mixtas, intercambio de
información y una mayor relación
entre las instituciones forestales.
El mejoramiento de los sistemas de
información aumentaría la coordinación y permitiría compartir
datos
relativos a la aplicación de programas forestales
nacionales, la programación de la ayuda oficial para el
desarrollo, la facilitación de recursos financieros nuevos
y adicionales, las inversiones del sector privado y el desarrollo
y la transferencia de tecnología.
Ordenación de los ecosistemas
frágiles:
Lucha contra la desertificación y la
sequía
Las tierras secas cubren aproximadamente el 30 por
ciento de la superficie terrestre de todo el mundo y en ellas
viven 900 millones de personas. Definidas como zonas
áridas, semiáridas y subhúmedas secas, se
encuentran entre los ecosistemas más frágiles de
todo el mundo. A lo largo de los siglos, sus habitantes –
incluidas algunas de las poblaciones más pobres de todo el
mundo – han desarrollado complicados sistemas de
producción de alimentos para reducir la amenaza de las
sequías periódicas y la
desertificación.
La lucha contra la desertificación y la
sequía exige un esfuerzo constante por comprender y
adaptar las prescripciones del Capítulo12 y de la
Convención de Lucha contra la Desertificación.
Muchos de los programas en curso giran en torno del
mejoramiento de la ordenación y protección de los
bosques, tierras arboladas y pastizales existentes, y del aumento
de la cubierta vegetal fuera de los bosques. Se espera que los
programas de acción propuestos con arreglo a la
Convención den más importancia a la tarea de
recoger información, proporcionar una capacitación efectiva, lograr la
participación popular y la habilitación a nivel
local.
También se necesita una corriente constante de
recursos para financiar actividades, a plazo medio y a largo
plazo, de rehabilitación y restauración de tierras,
así como la difusión de tecnologías
apropiadas, socialmente aceptables, que aseguren la
conservación, ordenación y aprovechamiento de los
recursos de tierras secas y al mismo tiempo mejoren los medios de
vida de las poblaciones.
Son varios los factores que contribuyen a una extensa
degradación de los recursos
naturales de las zonas secas: variaciones climáticas,
uso indebido de la tierra, prácticas agrícolas
inadecuadas, aumento de la densidad
demográfica, presiones económicas y cambios en las
estructuras de
la tenencia de la tierra. Por ejemplo, la degradación de
las formaciones arbóreas y de arbustos y la
explotación excesiva de los bosques son algunas de las
causas principales de la degradación del suelo en los
trópicos secos. Los datos de la FAO
indican que la tasa de deforestación en estas zonas es
casi del 1 por ciento al año.
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
Orientaciones futuras
Mejora de los programas de
integración
Los programas de asistencia técnica relacionados
con la desertificación deben coordinarse con los programas
de acción nacionales (PAN) preparados en el marco de la
Convención. La preparación de los PAN debe ser
dirigida por el país, estar plenamente integrada en el
proceso de planificación nacional y contar con la
participación de todos los interesados. Este proceso toma
tiempo y los retrasos no deben justificar el recurso a viejos
métodos.
Mejora de los sistemas de
producción oportunos
Son pocas las investigaciones
realizadas para reforzar los sistemas de
producción oportunos, los correspondientes servicios de
almacenamiento y
estrategias de comercialización.
Mejora de la producción de cultivos en tierras
secas
Se han hecho pocos progresos en la mejora de los
cultivos y la cría de animales en las tierras secas. Pero
la diferencia entre los rendimientos experimentales y los
rendimientos de los agricultores es enorme – hasta 10 veces – y
existen muchas posibilidades de mejora. Por esta razón,
son indispensables los incentivos a los agricultores, los
conocimientos correspondientes y los insumos necesarios. Estas
cuestiones están siendo tratadas mediante el Programa Especial
de la FAO sobre Seguridad
Alimentaria en los PBIDA y las actividades de seguimiento a la
Cumbre Mundial sobre la Alimentación.
DE LUCHA CONTRA LA
DESERTIFICACIÓN
I. PRESENTACIÓN
La degradación de la tierra, como resultado de
factores antropogénicos y de la variabilidad
climática, es un problema de alcance mundial y con
carácter ambiental, social y
económico que conduce al proceso de la
desertificación y a menudo acentuado con el impacto de las
sequías y las excesivas lluvias .
La necesidad de adoptar medidas encaminadas al problema
global de la degradación de la tierra es cada vez
más urgente, pues esta contribuye a la pérdida de
diversidad biológica, de biomasa terrestre y
bioproductividad, y al cambio
climático global; lo que puede conducir a una
inestabilidad económica y política; ejerciendo
presiones sobre la economía y la
estabilidad no sólo de estas áreas afectadas sino
también de las sociedades
fuera de ellas perjudicándoles negativamente en su
desarrollo
sostenible.
En un esfuerzo para detener los efectos perjudiciales de
la degradación de las tierras, la comunidad internacional
adoptó la Convención de Las Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación y La Sequía
(UNCCD), la cual aspira a implementar acciones
efectivas mediante programas locales con el apoyo de acuerdos de
cooperación y asociación internacional.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha
contra la Desertificación se abrió a la firma en
París en octubre de 1994, para mayo de 1995 la
habían firmado 105 países y entró en vigor
el 26 de diciembre de 1996. En la actualidad la Convención
cuenta con alrededor de 170 países partes, de los cuales
30 pertenecen a la región de América
Latina y El Caribe. La Convención define a la
desertificación como "la degradación de las tierras
de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas
secas resultantes de diversos factores tales como las variaciones
climáticas y las actividades humanas; y por
degradación de la tierra se entiende: "degradación
del suelo, recursos hídricos, vegetación,
biodiversidad y reducción de la calidad de
vida de la población afectada".
Los primeros perjudicados de la desertificación
son los recursos básicos tales como la superficie
fértil de la tierra, el manto vegetal y los cultivos
tradicionales. Los habitantes empiezan a experimentar las
consecuencias cuando el suministro de alimentos y agua comienza a
escasear, y en situaciones extremas padecer hambrunas,
migraciones en masa y pérdidas económicas
considerables. Más de 250 millones de personas se hallan
directamente afectadas por la desertificación, y alrededor
de 1,000 millones se encuentran amenazadas por ella.
La región de América Latina y El Caribe
comprende aproximadamente una cuarta parte de las partes
desérticas y áridas: 250 millones de
hectáreas de tierra son afectados por la
desertificación en América del Sur y 63 millones de
hectáreas en Mesoamérica. El 16% de la tierra de
esta región esta degradada el mayor impacto se observa en
México y
América Central donde alcanza el 26%.
Entre las principales causas de la
desertificación en la región de América
Latina y El Caribe se encuentran la erosión de los suelos,
la deforestación y sobrepastoreo, en América del
Sur entre 70 y 100 millones de hectáreas han sido
degradadas por las dos últimas causas. En el Caribe, la
acelerada y mal planificada urbanización ha ocasionado la
pérdida de tierras para uso agrícola,
degradación de cuencas hidrográficas y
disminución de la biodiversidad.
La actual administración
pública considera el problema de la
desertificación y la sequía, como grave y de
importantes repercusiones en la Sociedad en general. Por lo que
dentro del Plan de Gobierno
o las Alianzas se ha determinado que deben implementarse
Políticas y el marco regulatorio sobre el manejo y uso
racional de los suelos; es dentro de ese marco de acción
que se origina el compromiso para formular la Política de Lucha
Contra la Desertificación, como respuesta para enfrentar a
tan apremiante problema.
II. LA
DESERTIFICACIÓN EN EL SALVADOR
El Salvador climáticamente se encuentra
localizado en el cinturón tropical , con una
precipitación promedio anual que oscila entre 1200 mm y
2400 mm y una temperatura
promedio anual entre 12.7 y 26.9 Oc, lo que no permite en la
mayor parte del territorio nacional que existan zonas
áridas, semiáridas y subhúmedas secas de
acuerdo al índice de aridez propuesto por la
Convención, la excepción lo constituye la
pequeña zona localizada en los alrededores de la Laguna de
Güija, en la parte norte del Departamento de Santa Ana,
clasificado por Holdridge como Bosque Seco Tropical, cubriendo
una pequeña superficie de aproximadamente 17,460
hectáreas que corresponden al 0.8 por ciento del
país.
El régimen característico de lluvia de El Salvador, es
del tipo Vertiente del Pacífico, con una prolongada
época seca y otra lluviosa y dentro de esta última
un período en la que puede ocurrir una disminución
o interrupción de la precipitación de hasta 30
días, en el oriente del país, denominadas
localmente como "canículas" y que ocurren casi todos los
años, causando a los agricultores pérdidas en un
buen porcentaje de las cosechas, principalmente de granos
básicos, ocasionando impactos negativos sobre la economía y la
agricultura nacional.
Prácticamente en todas las cuencas
hidrográficas del país se ha alterado el
régimen hidrológico y deterioro de los recursos
naturales, lo que ocasiona el incremento en la frecuencia de
grandes inundaciones en la época lluviosa (
específicamente en las zonas del bajo Lempa al oriente del
país) y disminución de caudales en la época
seca.
Factores socioeconómicos como la existencia de
pobreza en el 50 % de la población, índices bajos en educación, mal uso de
la tierra y el acelerado crecimiento poblacional, han ocasionado
una fuerte deforestación de grandes extensiones de
tierras, antiguamente cubiertas por bosques naturales,
actualmente convertidas para usos agropecuarios y a veces
inadecuados; favoreciendo que en las partes altas de las cuencas
se genere en una forma progresiva la erosión de las
tierras, más evidente en la zona norte del territorio,
afectando negativamente a la agricultura local y por lo tanto a
la economía nacional.
III. APLICACIÓN
DE PRINCIPIOS
Para esta Política Nacional de Lucha Contra la
Desertificación se tomará en cuenta los
macroprincipios de la Política Nacional de Medio Ambiente
como los pilares sobre los cuales se construirá, para tal
efecto se considerarán los siguientes:
1. Equilibrio Dinámico: Es la
condición deseada entre los pilares del desarrollo
sostenible.
Sostenibilidad: La aplicación del
equilibrio dinámico consiste en operativizar el principio
de sostenibilidad, a partir del cual se pretende conciliar el
desarrollo y crecimiento
económico y social con las actividades productivas y
domésticas, de tal manera que procure el bienestar de las
presentes y futuras generaciones. Este principio implica el de
recuperar las tierras que presentan graves problemas de
deterioro, mediante la conservación, protección,
mitigación, compensación, uso racional y
aprovechamiento sostenible de estas (principalmente las tierras
con vocación agrícola o expuestas a actividades
productivas). Para ello, es indispensable y prioritario
actualizar los procesos que ayuden a detener el deterioro de las
tierras por la actividades productivas y los fenómenos
naturales.
2. Responsabilidad Compartida: La
recuperación y conservación de las tierras es muy
importante para el desarrollo
económico, social y el medio ambiente, no
sólo es obligación del Estado, también es
responsabilidad de la sociedad salvadoreña, la cual
implica que todos tenemos obligación y derecho a velar
porque se haga un uso sostenible de las tierras.
El macroprincipio de
responsabilidad compartida se operativiza a partir de la
aplicación de los siguientes principios:
Prevención: es importante implementar el
manejo integral de los suelos, principalmente aquellos que son de
vocación agrícola o aptos para el desarrollo de una
actividad productiva o ambiental, esto implica manejar la tierra
aplicando las practicas de cultivo o actividad productivas a fin
de que no disminuya su productividad y
evitar su deterioro. Este principio se basa en la premisa de que
la prevención es preferible a la restauración,
pretende promover e incentivar las formas más adecuadas de
utilizar las tierras, independientemente de su
vocación.
Compensación: Este principio, se refiere a
que el que ocasiona un daño ambiental debe compensarlo o
pagarlo, este es comúnmente conocido como "el que
contamina paga", es decir que los que contaminen o causen
deterioro en el recurso suelo son los que deben cubrir los
costos de las
medidas que se implementen para reducir la contaminación a los niveles determinados en
las normas de
calidad y el
deterioro del recurso. La compensación no debe ser
interpretada como un derecho para contaminar o deteriorar por la
capacidad de pago que tenga el responsable, puesto que siempre
tiene la responsabilidad de prevenir.
3. Interés
Social: Procura el bienestar de un sector o sectores de la
sociedad y representa un factor relevante en el desarrollo
social, económico y ambiental del
País.
La protección del medio ambiente y los recursos
naturales ya que estos tienen un status especial, según el
articulo 117 que los declara de Interés
Social, declaración significativa que posesiona la
problemática ambiental dentro de los intereses vitales de
la sociedad salvadoreña, lo que obliga a la
población hacerlas prevalecer aún cuando existan
conflictos con
intereses de otros sectores.
En caso contrario, las actividades no sostenibles del
hombre y la variabilidad climática, pueden provocar la
pérdida de productividad de
las tierras, propiciando el proceso de desertificación, el
que afectaría de alguna manera las condiciones de vida y
la estabilidad social de nuestro país.
IV. OBJETIVOS
Objetivo General
Lograr el uso sostenible de las tierras que por sus
condiciones climatológicas, topográficas y las
acciones humanas han estado expuestas a procesos de
desertificación y sequía.
Objetivos Específicos
Establecer programas de lucha contra la
desertificación e integrarlos en los planes nacionales de
desarrollo y de ordenamiento del territorio;
Internalizar los impactos ambientales en todas las
actividades humanas que ocasionen alteraciones en el recurso
suelo, con el fin de prevenir le deterioro en el
recurso;
Adoptar políticas y normativa apropiada, que
promuevan el uso de la tierra ecológicamente sostenible y
orienten hacia un desarrollo integral;
Revertir la degradación de las tierras mediante
la intensificación de actividades de conservación
de suelos, forestación y reforestación,
especialmente en áreas críticas.
RECURSOS NATURALES
1. Establecer a través de programas
de acción para la lucha contra la desertificación
se establecerán las prioridades de investigación
para cada región o zona del país reflejando las
condiciones locales.
2. Aprovechar sosteniblemente los
pastizales, regulando el número de animales por unidad de
área y su tipo.
3. Regular la actividades de riego
para evitar la anegación de los suelos y aumento de la
salinidad.
4. Regular la ganadería para
evitar la compactación de los suelos, la pérdida de
capacidad del cultivo y conservar la humedad de la
tierra.
5. Adoptar prácticas
energéticas que alienten el manejo sostenible de las
tierras arboladas o el reemplazo de la leña por otras
fuentes de
energía.
6. Administrar adecuadamente el agua
disponible y mejorar su calidad por medio de tratamiento de aguas
residuales tanto de la industria como
doméstica.
7. Conservar las tierras no degradas y que
por las condiciones fotográficas y climáticas,
podrían estar expuestas a procesos de
desertificación y sequía.
8. Utilizar las tierras de acuerdo a
su vocación agrícola y capacidad productiva,
integrar técnicas
de conservación de suelo y disminuir el uso de
agroquímicos inorgánicos.
9. Promover programas de manejo
sostenible del suelo para la recuperación de nutrientes y
protección del mismo contra la erosión a fin de
recuperar su productividad.
10. Evitar actividades que provoquen la
erosión o la modificación de sus características topográficas y
geomorfológicas.
11. Deben llevarse a cabo prácticas de
conservación y recuperación de los suelos por parte
de los que realicen actividades agrícolas, pecuarias,
forestales, mineras, urbanistas, de infraestructura u otras que
afecten o puedan afectar negativamente sus
condiciones.
12. Promover la aplicación de
tecnologías, conocimientos técnicos tradicionales y
locales como una de las formas de evitar la degradación de
las tierras y otros recursos.
INSTITUCIONAL
13. Elaborar e implementar planes de acción
de lucha contra la desertificación los que deben
integrarse con los programas de cambio climático y
diversidad biológica.
14. Diseñar programas de acción con
la finalidad de identificar y gestionar recursos financieros
sustanciales de fuente externas, para incentivar y sufragar parte
de los esfuerzos de la lucha contra la
desertificación.
15. Promover la transferencia, adquisición,
adaptación y desarrollo de tecnologías que ayuden a
luchar contra la desertificación, las que deben ser
ecológicamente racional, económicamente viables y
socialmente aceptables.
16. Formular un marco jurídico que permita
la utilización sostenible de la tierra en sus diversos
usos.
17. Definir estrategias y prioridades, en el marco
de planes y políticas de desarrollo sostenible, para
luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de
la sequía.
18. Dar prioridad a la lucha contra la
desertificación y a la mitigación de los efectos de
la sequía, y asignarle los recursos suficientes
según circunstancias y posibilidades.
19. Formular o diseñar programas o planes
nacionales intrarregionales para coordinar los esfuerzos de cada
país encaminado a fortalecer las acciones tendientes a su
recuperar y prevenir la desertificación y la sequía
en la región.
20. Diseño
de mecanismos que permitan tener acceso a la tecnología y
a la obtención de la información tendientes a su
recopilación.
21. Mejorar las estaciones y redes de medición y monitoreo de los factores
climáticos, hidrológicos y
geológicos.
PARTICIPACIÓN SOCIAL
22. Diseñar programas de acción para
luchar contra la desertificación fundamentados en las
necesidades y prioridades de las comunidades afectadas o sea en
una participación local genuina.
23. Promover el desarrollo participativo como un
reconocimiento al derecho que poseen las comunidades locales
sobre los recursos naturales y sean los garantes para mantener el
equilibrio ecológico a largo plazo de las
tierras.
24. Involucrar en actividades de lucha contra la
desertificación a los agricultores, ganaderos y otros
usuarios locales que están en contacto más real con
la tierra; así como a las autoridades regionales y
nacionales.
25. Organizar campañas de
sensibilización con la finalidad de educar a mujeres y
hombres a cerca de los programas de acción nacionales y
locales, en los que se incluyan infraestructura física y asistencia
técnica.
26. Incorporar en las actividades de lucha contra
la desertificación a mujeres y hombres en igualdad de
derechos, obligaciones,
a las comunidades y organizaciones no
gubernamentales, mediante el
conocimiento de sus necesidades, percepciones y
realidades.
27. Desarrollar programas de
concientización, sensibilización y educación dirigidos a
mujeres y hombres involucrados en el uso directo de los suelos en
proceso de desertificación .
CLIMA
28. Impulsar nuevas
tecnologías para lograr el perfeccionamiento de los
pronósticos del tiempo y los avisos
meteorológicos que ayudan a mantener o incrementar la
seguridad alimenticia y mejorar las condiciones de vida
local.
29. Minimizar el impacto de las actividades
realizadas por el ser humano y las variaciones
climatológicas que destruyen la diversidad
biológica.
30. Capacitar a las comunidades en los
conocimientos climatológicos, técnicas
de captación de agua e información oportuna con la
finalidad de contrarrestar los efectos de la
sequía.
31. Establecer un sistema de red para facilitar la
información entre los diferentes grupos
involucrados en el control e
investigación de la desertificación y sequía
a nivel nacional e intrarregional.
32. Aprovechar las ventajas climáticas para
promover tipos de cultivos idóneos que contribuyan en
beneficio a las características del suelo
DEFORESTACIÓN AMENAZA A 3.000 ECOSISTEMAS Y A
1.600 ESPECIES EN AUSTRALIA
La deforestación se ha convertido en una poderosa
amenaza para la biodiversidad en Australia, donde 3.000
ecosistemas desaparecerán en poco tiempo amenazando la
vida de 1.595 especies animales y vegetales. Aunque las
áreas protegidas han aumentado un 10% en el último
año y más de 400.000 voluntarios han luchado contra
la deforestación, el esfuerzo medioambiental deberá
incrementarse si se quiere evitar la pérdida de especies
animales y vegetales.
Casi 3.000 ecosistemas australianos desaparecerán
en poco tiempo debido a la deforestación, lo que amenaza
la vida de 1.595 especies animales y vegetales, según la
estimación recogida en The Australian Terrestrial
Biodiversity Assessment 2002, que acaba de hacerse
pública.
La Australian Terrestrial Biodiversity Assessment es la
primera evaluación
integral de la biodiversidad terrestre del país y
proporciona la información necesaria para el conocimiento y
la comprensión de la biodiversidad australiana,
fundamental para su gestión
y para la regulación de las oportunidades de inversión.
Este informe se
prepara conjuntamente con la colaboración del Estado y las
agencias de recursos naturales del país, por lo que
constituye la fuente de información más fiable
respecto al real estado de la biodiversidad en el sexto
continente.
La investigación constata que ninguna parte de
Australia, incluido el norte del país conocido durante
mucho tiempo como "la última frontera", escapa a la
amenaza de la deforestación.
Civilización versus vegetación
La transformación progresiva de la superficie
forestal en zona de pastos para el ganado y la utilización
comercial de los bosques constituyen la causa fundamental de la
deforestación, según el informe.
En los últimos doscientos años ya se han
extinguido 22 especies de mamíferos, entre ellos los bandicoots y los
wallabies, lo que constituye una tercera parte de los
mamíferos desaparecidos del planeta en este
período.
Por otro lado, el informe señala también
que de las 85 bio-regiones identificadas a lo largo del
país, el 94% incluye al menos un ecosistema
amenazado.
El informe de diversidad biológica diagnostica
sobre el estado
actual y tendencias de evolución de los pantanos, así como
de las zonas ribereñas, identificando los procesos que
amenazan su integridad.
Al mismo tiempo, señala el estado y
distribución de las especies amenazadas, y
también el estado y situación de las diferentes
comunidades ecológicas y procesos que les
amenazan.
Cambios hidrológicos
El informe analiza por último el impacto de la
tierra utilizada por el hombre sobre la diversidad
biológica, incluyendo un análisis detallado de mamíferos,
pájaros, acacias y eucaliptos.
El informe concluye que, aunque el 9,2% de la superficie
territorial del país está protegida, lo que
representa un aumento respecto al 7% que lo estaba en 1996, el
progreso de la deforestación es hoy la mayor amenaza para
la biodiversidad del país.
Asimismo, destaca que, aunque los pantanos más
significativos del país están en buen estado, hay
otros no menos importantes y algunas zonas ribereñas que
están amenazados por cambios en las condiciones
hidrológicas.
El informe constituye una llamada de atención para reforzar los esfuerzos que en
la actualidad se realizan para preservar el medio ambiente en el
país: además de las inversiones oficiales, unos
400.000 voluntarios han participado en 12.000 proyectos que han
protegido 547.000 hectáreas de vegetación natural,
han recuperado 128.000 hectáreas de zonas degradadas y
limpiado 98.500 hectáreas de tierra virgen. Las reservas
naturales han aumentado a su vez un 10% en el último
año… Pero no es suficiente.
PREGUNTAS.
1. ¿A que se debe la
deforestación?
Se debe a la inconciencia de los seres humanos en la
tala discriminada de bosques.
2. ¿Qué se debe hacer para evitar este
tipo de casos?
Implementar el manejo integral de los suelos
principalmente aquellos que son de vocación
agrícola y aptos para el desarrollo de una actividad
productiva o ambiental.
3. ¿En cuanto tiempo cree usted que se vuelva a
forestar este cerro?
– 5 años.
– 8 años
– 10 años
4. ¿Cuáles son las consecuencias de la
deforestación?
* Deslaves de Hectáreas
* Más sequías
*Los cultivos y gran parte que nos sirven al hombre para
alimentarse han desaparecido.
5. ¿Cuáles son las causas de la
deforestación?
La tala de árboles, las Urbanizaciones, y
construcciones, la minería y la explotación de
petróleo.
La deforestación es un hecho que ocurre y que
seguirá ocurriendo especialmente si las autoridades
mundiales no toman las medidas necesarias para provocar un
cambio. No hay que dejar de lado el papel que jugamos nosotros,
los jóvenes, ya que somos los llamados a generar ideas que
en un futuro cercano lleven a una solución de este
problema. Además serviremos como creadores de conciencia en
nuestro cìrculo cercano y en nuestras futuras
generaciones.
El bosque en general, especialmente el tropical, ha
experimentado una disminución drástica, lo que nos
puede llevar a eliminar una fuente de riqueza no considerada
hasta ahora. Con esto me refiero a eliminar una fuente de
recursos medicinales, turísticos, climáticos y
otros que están por conocerse.
En las partes donde nos presentamos para observar los
terrenos se ve claramente la deforestación de lo que un
día fueran cultivados por diferentes clases de
árboles y arbustos. Y esto nos permite ver la necesidad de
trabajar muy arduamente para ayudar en el sistema del medio
ambiente. Debemos tener conciencia que al
talar un árbol debemos cultivar otro en su lugar, hacer
por lo menos a nuestro alrededor la tarea de reforestar en los
lugares que aun se pueden salvar.
Guadalupe de Muñoz