Indice
1.
Introducción
2. Origen y continuidad del
enfrentamiento entre el rock y la
religión
3. La asociación del satanismo con
las diferencias del salto generacional
4. El indiscutible vencedor
del enfrentamiento
5. Jesucristo, el señor
más evitado.
6. Bibliografia básica
en castellano
"Bueno, por lo que yo sé, la música hace feliz a
la gente,… o al menos a mi me hace feliz" . Fats Domino
(3).
La música rock -entiéndase lo que esta
significó en un principio para la sociedad
norteamericana y por extensión para las demás que
están bajo su sombra-, debía haber sufrido una
grave metamorfosis en algún momento antes de que esta
pudiese llegar a ser interpretada -por ejemplo- en la
mismísima presencia del papa Juan Pablo II (2). El hecho
de que el rock ya no asuste a nadie -como supo reconocer ese
prestigioso e inteligente provocador llamado Alice Cooper – puede
hacernos pensar con razón que este estudio es algo
inútil. Sin embargo el hecho de que espectáculos
como el de Nine Inch Nails o Prodigy continúen provocando
reacciones similares evidencia que en realidad algunas lecciones
no han quedado del todo claras y mucho me temo que podrían
volver a dar problemas en
otras ocasiones.
Sería una ridícula pretensión
mía si tratase con este pequeño artículo
cubrir el vacío tan grande que deja este tema en la
bibliografía de
nuestro país. Lo que desde éste artículo se
pretende es -solamente- mostrar, en base a un pequeño
recorrido por algunos casos concretos de la historia del rock y una
conclusión,… mostrar -decía- en base a estas dos
cosas por qué los cristianos conservadores del norte de
América
no debían haber reaccionado de la forma en la que
reaccionaron; especialmente si es que de verdad deseaban seguir
el ejemplo de aquel al que proclamaban servir,
Jesucristo.
2. Origen y continuidad
del enfrentamiento entre el rock y la religion
"A través del rock n' roll, el hombre
blanco queda rebajado al nivel inferior del hombre negro.
El rock n' roll es parte integrante de un complot para socavar
la moral de la
juventud de
nuestro país. Tiene carácter
sexual, inmoral, y es el mejor camino para fusionar ambas razas".
Asa Carter (4).
La imposición del cristianismo
sobre las personas no va sólo en contra del derecho humano
a practicar o no la religión que cada uno
desee, sino que para colmo también está en contra
del importante principio del que en la misma Biblia -supuesta
norma de fe y conducta del
cristianismo- se habla como de 'salvación por fe'.
Principio que viene a decir que si el hombre viene a ser salvo
por la fe, y la fe es un regalo de Dios (5), entonces nadie puede
salvarse a sí mismo, y mucho menos obligar a otros a ser
salvos (6). No obstante, imposibilitados para salvar a nadie,
obligaron a guardar ciertas normas de
comportamiento, cierta moral
aparente. Lo hicieron los judíos en los tiempos de
Jesús y lo han hecho muchos otros en su nombre a
través de toda la historia del cristianismo, para triste
pena de aquellos a los que no nos gustaría escondernos
cuando públicamente nos llaman como a ellos, 'cristianos'.
Si bien es cierto que no todos los cristianos han tomado esa
postura ante las provocaciones de estos músicos, como bien
demuestran por ejemplo los libros de
Steve Turner "Hungry for Heaven" , Laurie Mellor "A Desert Song"
o Steve Lawhead "Rock on Trial", lo cierto es que la voz
más oída ha sido, como casi siempre, la de los
menos 'ortodoxos'.
La razón de por qué se produjo este
enfrentamiento, por tanto, no debe buscarse en las
enseñanzas de la Biblia, sino en prejuicios raciales,
sociales y políticos. En los Estados Unidos de
América el cristianismo se planteó el rock no tanto
como un ataque a su fe sino como un ataque a su ideal de nación
blanca, rica, capitalista y especialmente separada del pecado
(7). Buena parte del pueblo negro no estaba muy de acuerdo con la
idea de perpetuar esa situación y ellos, que habían
sufrido la esclavitud y el
terrorismo de
manos del hombre blanco, tenían muchas razones para no
querer estarlo. La violencia con
la que actuaban sobre ellos les servía de muy poco, ya que
como contaba un biógrafo de Charlie Parker, uno de los
saxofonistas más virtuosos del jazz -denominada en Estados
Unidos durante años como 'la música del diablo',
los "hermanos y hermanas de allí abajo se colocaban las
máscaras cada vez que se aventuraban fuera de su propia
vecindad. Los blancos, a excepción de muy pocos, no
tenían la menor idea de lo que pasaba tras esas
máscaras, o en los hogares" (8). "El objetivo de la
vida del negro es hacer pasar gato por liebre al blanco, a la
raza de los amos… " (9), declaraba Royer L. Taylor, profesor
de Filosofía de la Universidad de
Sussex y autor de "El arte, el enemigo
del pueblo". El hombre negro, que en público era sometido
a las más crueles injusticias, en privado jugaba con la
idea del diablo simplemente por llevar la contraria a sus amos.
"El blues es místico, es la música del diablo (39),
los salmos que cantaban los negros en las iglesias donde se
bebía y fumaba -declaraban los músicos de la
clásica banda madrileña Tonky Blues Band-. Es toda
una religión, y para reclamarse 'blues band' hay que
entenderlo así, como el flamenco; es la música del
pueblo" (40). Así es como primero los músicos del
blues, y luego los del rock, entendieron y expresaron su
música. No porque realmente tuviesen ellos alguna
relación con el diablo, sino que, seguros de su
éxito,
usaban el mismo lenguaje de
sus detractores para burla de estos en muchos casos.
Pero de cualquier forma no era esta, la ya dada por
perdida población afroamericana la que más
le preocupaba al sistema, sino la
juventud blanca. "A través del rock n' roll – decía
Asa Carter-, el hombre blanco queda rebajado al nivel inferior
del hombre negro. El rock n' roll es parte integrante de un
complot para socavar la moral de la juventud de nuestro
país. Tiene carácter sexual, inmoral, y es el mejor
camino para fusionar ambas razas" (10). El problema al que se
enfrentaba el cristianismo oficial era que su juventud blanca
había quedado fascinada al descubrir el gran atractivo que
tenía para ella todo aquello que había asumido por
imposición de sus mayores como mera y aparente
religiosidad; una mera y aparente religiosidad que la juventud
negra ya había desechado. El Presidente del Alabama White
Citizen Council declaraba ante las cámaras, mientras
posaba orgulloso junto a uno de esos carteles que anunciaban
'Servimos sólo a clientes
blancos', "hemos creado un comité de veinte miembros para
acabar con ese baile salvaje propio de los negros (negress)
llamado rock and roll". El Secretario Ejecutivo del mismo
comité añadía: "La obscenidad y la
vulgaridad del rock and roll es evidentemente el medio por el
cual el hombre blanco y sus hijos pueden rebajarse al nivel de
los negros" (11). Era evidente que ese enfrentamiento estaba
mucho más relacionado con un desmesurado orgullo racial,
social y político que con un fervor por la verdad de la
Biblia que aparentemente defendían y detrás de la
cual se escondían para hacer lo que bien les
parecía. Significativo resulta el hecho de que el rock and
roll se estuvo viendo en EEUU durante mucho tiempo como un
plan secreto
comunista, como bien demuestra el hecho de que, por ejemplo, el
predicador Billiy James Hargis llamase a The Beatles "comunistas
camuflados" (12). Todavía en 1985, un predicador llamado
Jimmy Swaggart, que en esa época aparecía nada
más y nada menos que en 750 estaciones de televisión
y sistemas de
cable, traducía al castellano un
pequeño libro titulado
"La música: la nueva pornografía", en el cual escribía:
"El comunismo mundial
puede mirar con verdadera satisfacción la labor que se
está realizando actualmente en esta nación que una
vez fue grande y cristiana. Creo firmemente que el movimiento
punk rock (además de otros aspectos de la escena rock) es
inspirado por el comunismo, y hasta por Satanás" (13). Ha
habido pocos dedos tan acusadores como el de este famoso
predicador, sin embargo ese dedo tan dispuesto a acusar se
volvió contra si mismo cuando fue público (14) que
él mismo solía practicar una pornografía
todavía más literal que la que él
había criticado en los músicos de rock. "Tenemos
las mismas tentaciones que los demás hombres, y
también algunas tentaciones añadidas" (15),
escribía en otro de sus folletos. La generalizada sospecha
de que había en realidad un propósito oculto y
secreto en el rock, sino comunista al menos satánico,
unida a sus escasas pruebas,
explica que surgiese la idea de que los mensajes los estaban
grabando en realidad de forma subliminal. Y es que escuchada a la
inversa cualquier música (16) reproduce unos, a veces
tenebrosos, y siempre extraños sonidos que bien pueden
darse a cualquier tipo de interpretación; especialmente si
es que se busca oír algo en particular. Hasta tal punto
llegó el asunto que Pink Floyd decidió grabar en
Big Blue Sky el siguiente mensaje: "Felicidades, usted ha
descubierto el mensaje secreto. Por favor, envíe su
respuesta al viejo Pink, en la casa de locos" (17). La iglesia en el
norte de America, que ya hacía mucho tiempo había
olvidado las palabras de Jesús que decían: "Mi
reino no es de este mundo, mi reino no es de aquí", no
estaba dispuesta a perder su poderío. "Durante la gira norteamericana de
Ozzy Osbourne en 1984 -escribe Mariano Muniesa en 'La Historia
del Heavy Metal'-, el reverendo Richard Czachor consiguió
que el Gobernador del Estado
prohibiera la actuación de Ozzy en Pensylvania,
acusándole de realizar apología del satanismo en
sus conciertos, mientras durante el resto de la gira, miembros de
una organización neofascista norteamericana, el
Catholic Youth Center, repartía octavillas y hacían
exhortaciones a la gente que iba a entrar al recinto del
concierto de que Ozzy era un profanador de iglesias y un enemigo
de América (¡), llegando en algunos casos a
encadenarse a las puertas del lugar del concierto para impedir
que la gente entrara" (14).
Esta actitud
fanática ha tomado, afortunadamente menos a menudo, tintes
aún más trágicos que aunque ciertamente se
dieron en circunstancias aisladas no dejan por eso de ser
significativas. Es el caso, por ejemplo, de lo que ocurrió
aquel 8 de diciembre de 1980 en el que Mark David Chapman
descargó el contenido de su pistola sobre el cuerpo de
John Lennon, creyendo él "estar destinado por designio
divino a derribar al falso mesías" (19). O lo de aquella
noche del 1 de abril de 1984, en la que durante una fiesta
familiar en la queel reverendo Marvin después de una
violenta discusión acerca de todo aquello que nunca
había soportado y que detestaba de su hijo Marvin Gaye
(famoso compositor e interprete ajeno a la iglesia) acabó
con la vida de su hijo ayudándose de un revolver (20). La
defensa del padre alegó que había sido
'trágicamente provocado' y finalmente fue puesto en
libertad
condicional durante cinco años por la fiscalía con el cargo de 'homicidio casual
voluntario' (¿*!). El gobierno de
Ronald Reagan fue especialmente propicio para la
multiplicación de asociaciones en contra del rock.
Según Jordi Bianciotto, quien en su libro "La Censura en
el Rock" desarrolla mucho más profundamente este tema, su
misma esposa Nancy Reagan propuso leyes para que
los discos ofensivos estuviesen escondidos en papel de
embalar a la hora de ser vendidos (21). El famoso Tripper Gore,
junto a otra ilustre mujer llamada
Susan Baker, formó en 1985 la famosa asociación
Parent´s Music Resource Center, más conocida por sus
siglas PMRC. El Gobierno y la Iglesia, como en otras muchas
ocasiones, continúan trabajando unánimes aun hoy en
su lucha en contra de este tipo de manifestación. evitando
la distribución de determinados discos y la
celebración de algunos de sus conciertos. En 1994, por
ejemplo, en el estado de
Pennsylvania se lograba aprobar una ley que castigaba
al menor con jornadas de trabajos que iban de las veinticinco a
las cien horas sólo por comprar uno de esos discos
señalados, o con un arresto si eras el dependiente que
había vendido el disco en cuestión. El hecho de que
discos de Roxy Music tuviesen que venderse envueltos en papel
verde o de que Perry Farrell (de Jane´s Adiction) fuese
llevado a juicio por una de sus portadas, sólo son dos
ejemplos más de entre los muchos casos de fanatismo en los
que se han inspirado libros enteros. "Es algo que siempre ha
existido -señala Jerry Gaskill, de King´s X- Hay un
sector de la población americana que siempre ataca todo lo
que sea ligeramente diferente a como ellos piensan o sienten. A
veces la prensa le da
publicidad y a
veces no. Creo que simplemente es algo que está
ahí.". Además la continuidad de la polémica
está garantizada, al menos por parte de ciertas organizaciones.
Escrito en una nota al final de los textos que la
organización Truth About Rock distribuye para advertir
acerca de los males de este tipo de música se encuentra el
siguiente testamento: "Puesto que hay un constante movimiento de
nuevos grupos en el
rock, algunos de estos mencionados antes pueden no ser
actualmente muy conocidos. De cualquier forma, ten por seguro que otros
grupos han tomado su lugar y continúan presentando un
mensaje similar" (22).
3. La asociación
del satanismo con las diferencias del salto
generacional:
"Todo el que escuche esta basura
está entrando abiertamente en comunión con
espíritus malignos". Jimmy Swaggard (23).
Una vez agotados y desfasados los recursos que
ofrecían las diferencias raciales, sociales y políticas
todavía pudo sobrevivir la cuestión del satanismo,
cuestión a la que se han podido estar aferrando hasta hoy
gracias al hecho de que este movimiento goza de una tremenda mala
fama a casi todos los niveles de la sociedad. La lista de los
libros y pequeñas publicaciones que se han escrito
relacionando estos temas (lista de entre la cual he seleccionado
una pequeña representación en la
bibliografía) sería interminable.
El hecho de que el rock haya sido perseguido tanto por
el Protestantismo, el Catolicismo, el Islam o los
Testigos de Jehová, como por los que sin tener una
religión en particular simplemente amaban las buenas y
tradicionales formas, no hace sino confirmar que la
polémica no se debió nunca a razones
teológicas del auténtico cristianismo. El germen,
la semilla que produce este tipo de enfrentamientos entre el
mundo religioso y el pagano en los que la iglesia se ha visto
envuelta no debe buscarse en la enseñanza de la doctrina del cristianismo
bíblico (para ellos meramente teórico), sino en la
misma naturaleza
intolerante del ser humano que siempre -como dijo alguien-
considera 'deficiente' aquello que es 'diferente'. En todas las
épocas los que han tenido el privilegio de escribir,
incluidos sabios como Platón,
han tenido una idea muy concreta de cual era el tipo de
música más conveniente. Es por eso que actuan con
intolerancia entre sì, no sólo las diferentes ideas
religiosas, sino también los diferentes partidos
políticos, los diferentes equipos de futbol,… o
incluso las diferentes formas de entender el rock. Pero si nos
centramos en el caso del fanatismo religioso en los Estados
Unidos y su repercusión en España,
entonces debemos hablar indudablemente de católicos y
protestantes. "Todo el que escuche esta basura está
entrando abiertamente en comunión con espíritus
malignos", aseguraba el predicador Jimmy Swaggard. Y es que, como
reflexionaba Doug Pinnick, el vocalista de los sureños
King´s X, "cualquier cosa que surja y que sea nueva y
distinta, lo primero que dirá la gente será: 'no es
de Dios, es del diablo'. El rock and roll se ha visto siempre
como una cosa satánica, desde el principio. Recuerdo mi
bisabuela diciéndole a mi abuela que el blues era
música satánica" (24).
Los españoles no nos quedábamos cortos. En
1986, con ocasión de los numerosos escándalos al
otro lado del charco, se editaba en España un libro
titulado "Música Rock y Satanismo" (25) y repleto de las
supuestas alusiones de los músicos de rock al satanismo
que René Labán, su autor, había encontrado
en una también supuesta investigación. Lo mismo podríamos
decir de "El grito del Averno" de Ricardo Sansano o de "Las
Sectas Satánicas" de Pilar Salarrullana , libros en los
que hasta Danza
Invisible, Luz Casal y El
Ultimo de la Fila, entre otros muchos, encuentran su lugar en ese
plan diabólico. Aunque, eso sí, nunca ha sido el
fanatismo tan exagerado aquí (especialmente después
de la dictadura)
como en los Estados Unidos de América, donde -por poner
otro ejemplo- asociaciones como Sceptre Publications distribuyen
actualmente, casi 50 años después del nacimiento
del rock, obtavillas dedicadas a grupos como Metallica, Soul
Asylon o Megadeth (26), especialmente concebidos para que puedan
ser repartidas durante sus conciertos en cualquier punto del
país. "El movimiento evangelista es el que realmente mueve
los hilos" (27) concluía Andy Stout, periodista de una
publicación especializada inglesa. "Creo que los europeos
no utilizan el arte como chivo expiatorio de otras cosas, en
general. Aquí (en América) las autoridades, ya sean
padres o gobernantes tienen mucha más tendencia a echar la
culpa a un cuadro o a un disco que a enfrentarse a los verdaderos
problemas que se plantean. Quizá sea porque los
evangelistas nunca han conseguido echar raíces a ese lado
del Atlántico, y la gente, no la Iglesia ni los gobiernos,
es la que decide lo que es y no es apropiado para el consumo" (28),
decía Vernon Reid, de Living Colour.
a. La verdadera ideología satánica:
"Haz lo que quieras, será la única ley". Alister
Crowley (29).
Para sorpresa de los mismos cristianos, el hecho de que muchos de
los sacerdotes, predicadores y escritores asociasen las actitudes
innatas que ellos consideraban 'moralmente incorrectas' con una
intervención directa de la persona de
Satanás, provocó en buena parte de la
población blanca, al igual que lo había hecho entre
los afroamericanos (30), una especial atracción por ese
personaje. Consecuentemente el satanismo de este siglo no trata
tanto de inculcar en el individuo una especial adoración
al 'Diablo' como de enseñarle a que éste se la
dé a sí mismo, enseñándole al
individuo el valor de
complacer sin prejuicios y por encima de todas las demás
cosas esos deseos más naturales e innatos del hombre. "Haz
lo que quieras, será la única ley", concluía
Alister Crowley (31).
Bajo este punto de vista bien podría el
cristianismo institucional considerarse culpable de que el
satanismo adquiriese la forma que adquirió. "La hipótesis cristiana de la realidad del mal
hace al demonio igual a Dios -decía también el mago
que tan venerado fue en los 70, Alister Crowley-. Entonces, si
tenía que tomar partido, no me era difícil
decidirme. Las fuerzas del bien eran aquellas que siempre me
habían oprimido, veía como destruían
diariamente la felicidad de mis semejantes"; "El problema no era
satanizar, -continuaba Crowley- era simplemente escapar de los
opresores y gozar del mundo sin interferencias de ningún
tipo de la vida espiritual" (32). Fueron en realidad los
predicadores quienes atrajeron la atención sobre el diablo
atribuyéndole a él unos deseos que, aun bajo los
parámetros del cristianismo, se original dentro del hombre
mismo. Esa típica confusión entre lo que es el
innato deseo del hombre y lo que es provocado por el diablo es la
inteligente escusa que muchos cristianos como el predicador Jimmy
Swaggart presentan para justificar sus continuos escesos. Sin
embargo, como bien decía el sabio apóstol Santiago
"cada cual es tentado cuando de su propia concupiscencia es
atraido". Anton La Vey, el recientemente fallecido fundador de la
Iglesia de Satán en el Estado de California, contaba como
durante su más temprana juventud solía observar
mientras tocaba un órgano en el circo donde trabajaba "a
unos hombres que, el sábado por la noche, observaban con
lujuria a las muchachas semidesnudas que estaban bailando en el
carnaval; y el domingo por la mañana, -continuaba contando
él- cuando yo estaba tocando el órgano para unos
evangelistas de carpa en el otro extremo del carnaval,
veía a los mismos hombres sentados en las bancas con sus
esposas e hijos, pidiéndole a Dios que les perdonara y que
les purificara de sus deseos carnales. Y el siguiente
sábado por la noche, estaban de nuevo en el carnaval o en
algún otro lugar licencioso. Entonces supe que la iglesia
cristiana prospera a base de hipocresía, y que la
naturaleza carnal del hombre termina por dominarlo"
(33).
No es de extrañar que los libros de
polémica escritos por estos predicadores sea motivo de
mofa y burla, ya no sólo por lo inoportuno de las
conclusiones a las que llegan algunos sino también por la
poca rigurosidad de sus investigaciones
(34). Por ejemplo pocos de ellos se resisten a mencionar a este
Anton LaVey como si de un precursor del satanismo en el rock se
tratase, cuando en realidad este estuvo siempre muy lejos de
congraciarse con una música como esa alegando que no era
útil para encontrar el estado ideal de sus
propósitos religiosos (35) en palabras que en realidad
poco le diferenciaban de sus detractores los cristianos.,"por lo
que a mi respecta, no es más que ruido".
b. El satanismo según los músicos de
rock.
"No nos interesa ni Dios, ni el Diablo, sólo estamos
interesados en el rock'n'roll" . Angus Young (AC/DC) (36).
Como decía, la asociación que el cristianismo
tomó por norma hacer entre algunos músicos de rock
y el ocultismo era cuanto menos cómica. Ciertamente
algunos músicos, especialmente dentro del heavy metal, han
usado unas poses, una estética y una terminología ambigua
en sus canciones. Sin embargo, como iremos viendo, estas
insinuaciones eran constantemente desmentidas en sus entrevistas.
Paul Stanley de Kiss, con cierta escasez de palabras declaraba
indignado, al mismo tiempo que recordaba haber visto su foto en
una revista con el
titular de 'El Anticristo': "Si alguien ha sido capaz de pensar
durante un minuto que hemos sido capaces de hacer cualquiera de
esas barbaridades que dicen de nosotros por publicidad, o por
hacer a Kiss todavía más famosos, lo único
que puedo decirle es: '¡Vete a la mierda!'"
(37).
I. La herencia
estética.
"Con una música como ésta, no se puede hablar de
flores del campo. ¡No pega!". Rob Halford (ex Judas Priest)
(46).
Algunos de los primeros músicos de rock and roll, como
Jerry Lee Lewis (47) o Elvis Presley (48), criados y
enseñados en la iglesia, llegaron a creer que había
un poder real y diabólico detrás del rock n'roll
(49). Pero lo cierto es que salvando esas excepciones la inmensa
mayoría de los músicos de rock que vinieron pasados
aquellos primeros años jamás ha creído en lo
sobrenatural y mucho menos que su música tuviese alguna
conexión con un ser real llamado Satanás. Angus
Young, el mítico guitarrista de una de las bandas
más mal interpretadas en este sentido, AC/DC, declaraba en
1982: "Yo he leído la Biblia, y según quienes la
escribieron la palabra del Diablo es 'MAL'. ¿Has
leído tú en algún capítulo de la
Biblia que la palabra del Diablo sea 'rock'n'roll'?. Que yo
recuerde la Biblia no menciona en ninguno de sus libros la
palabra 'rock'n'roll'… Pero esos estúpidos sacerdotes
sólo se dedican a asustar a la gente. Eso es lo que
pretenden. Pero con nosotros no pueden hacer nada, porque no nos
interesa ni Dios, ni el Diablo, sólo estamos interesados
en el rock'n'roll." Aunque ciertamente no creían ni en
Dios ni en el Diablo muchos músicos cogieron, eso
sí, una estética lo suficientemente alusoria a lo
que esos predicadores y sacerdotes denominaban 'satanismo' como
para poder crear una polémica que despertase
expectación. Los grupos de rock duro y heavy metal han
sido con toda seguridad quienes
más han jugado con este tipo de ficción, llegando
esos dos conceptos: música y apariencia, a ser entre ellos
prácticamente inseparables. "Con una música como
ésta, no se puede hablar de flores del campo. ¡No
pega!" comentaba Rob Halford (ex Judas Priest).
Pero no nos confundamos, incluida en la tradición
ancestral de muchos países, entre los que se encuentra por
supuesto España, existe la costumbre de sacar a las
calles, y generalmente con motivo de festividades religiosas,
muñecos o personas disfrazadas que representan a la muerte, a
Judas o al mismo diablo. Aquellos que tratan incesantemente de
ver el lado herético de los cambios de la cultura
contemporánea harían bien en aprender de Menendez
Pidal aquello de que "en los cultos primitivos está la
explicación de nuestras actitudes heréticas".
Cualquiera de los cuentos
indoeuropeos de los que proceden los que hoy pueden leer a salvo
nuestros hijos en esos retocados, inocentes y coloreados cuentos
para niños
contenía más dosis de brujería, sexo y
violencia de lo que podría esperarse de cualquier
película retrasmitida de madrugada.
La atracción que el mal ejerce sobre las personas
es precisamente la que ha permitido que esas tradiciones, aunque
reprimidas, se hayan conservado durante miles de años,
durante los cuales sobra decir que no existía el rock.
Screaming Jay Hawkins fue quizá el primero en responder a
esta demanda en la
década de los 50, disfrazándose de una especie de
gurú, envuelto en un decorado selvático -recordemos
que el origen de todos los males de muchos americanos
procedía de Africa– , y
saliendo de un ataud como climax de la actuación. Existen
buenas razones para pensar que aun en este primer caso las
motivaciones comerciales lo determinaron todo.
Es muy significativo también cómo ignoran
todos esos conferenciantes y escritores religiosos el hecho de
que el teatro de morder
la cabeza de un pequeño animal en público lo hizo
Ozzy Osbourne la vez primera por equivocación y la segunda
en una cómica (trágica por supuesto para el animal)
reunión de la discográfica en la que él
trataba de atraer la atención sobre sí mismo, ante
fotógrafos y
periodistas, con el fin de fraguarse su propia carrera al margen
de Black Sabbath, el grupo que
acababa de dejar. "Es sólo un espectáculo. No
sé comosacar un conejo de una chistera, así es que
cuánto menos un Demonio" (50), se confesaba él.
David Lee Roth, antiguo cantante de Van Halen, también
decía a este respecto: "Es lo mismo que en un film de
terror. Todo el mundo va a ver las películas de miedo para
asustarse. Sabiendo muy bien que no pertenecen a lo real.
Unicamente para entretenerse durante un minuto. Pasa lo mismo con
esos grupos. Ellos lo saben y sus fans también". Sobre el
tan manido asunto de la canción de los Rolling Stones
titulada 'Symphaty for the Devil', cabe decir que Mick Jagger
apenas si conserba ya recuerdos y los pocos que conserva delatan
bastante poca relacción con el satanismo: "Creo que
saqué el título de Baudelaire, pero podría
equivocarme. En cualquier caso, lo saqué de la literatura francesa.
Cogí un par de frases y luego fuí ampliando… La
canción trata de las atracciones de contrarios y de darle
la vuelta a las cosas… Todo se reducía a sexo, beber y
drogarse. Era bastante aburrido, la verdad".
Bob Larson, un popular predicador norteamericano que
había dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en la lucha
contra el rock a través de conferencias, libros y un
programa de
radio con una
gran audiencia llamado "Talk-Talk", fue contratado para
acompañar a Slayer en una de sus giras con el
propósito de que una vez completa ésta, él
escribiese un artículo que la revista publicaría -a
modo de 'curiosidad por el contraste' imaginó él,
aunque otros aseguran que pretende competir con ellos en morbo y
esoterismo. Afortunadamente durante el tiempo de 'convivencia'
que pasó con ellos en la gira, Larson supo ceder a la
evidencia, llegando a la conclusión de que "si los
miembros de Slayer le vendieron su alma a Satanás, lo
hicieron en el banco y no en una
misa negra" (55). Kerry King, el guitarrista principal y
compositor en esa banda declaraba en una larga e
interesantísima entrevista
publicada en la revista Cornerstone: "Es un trabajo tío…
Nosotros hemos conseguido una audiencia, así que lo que
tenemos que hacer es sacar algo que ellos quieran oír….
Fue escribiendo canciones como "Hell Awaits" cuando pensé
que debería leer algo de la Biblia Satánica… Pero
lo dejé antes de llegar a la mitad… Porque ésta
sólo era una forma de manipular tu mente haciéndote
creer que eres lo que ellos quieren que seas" (56).
Dave Lombardo, por otro lado, tras haber abandonado la
batería de este mismo grupo para tomar la del suyo propio,
Grip Inc., declaró: "Quería que Grip fuese una
banda realmente agresiva y fuerte, pero sin entrar en toda esa
mierda del satanismo, los muertos, etc. De todo eso ya he tenido
bastante" (57). A pesar de las presunciones de aquellos que se
asomaban con temor y prejuicios a estos grupos "Casi ninguno de
los grupos de death metal profesaban ser realmente
satánicos, lo que le daba al death metal una apariencia de
artificialidad ligeramente ridícula a veces", declaraba el
periodista Mark Bangers en su enciclopédica obra
'Headbangers'. Muchos grupos de thrash metal que habían
adoptado esa temática al principio, probablemente como una
herencia de los pioneros Venom, con el tiempo llegaron incluso a
sustituirla por otras casi tan alejadas del satanismo como el
mismo cristianismo: el altruismo. Es el caso de Sepultura (58),
Obytuary (58), Death (59) o Megadeth (60). A través de las
entrevistas Dave Mustaine, fundador, vocalista y líder
de estos últimos, no ha dejado lugar a dudas de que en su
propia vida se ha dado uno de los más bruscos cambios en
este sentido, cambiando él su drogadicción por una intensa
búsqueda espiritual. "Leí la biblia satánica
y todo eso, pero era todo tan contrario a lo que yo
quería… Hubo un tiempo en el que me sentía
satisfecho siendo parte del lado oscuro porque no entendía
la luz" (60) -meditaba en voz alta el vocalista de Megadeth. Fue
en esa época en la que una organización caritativa
de Hersey (PA), en Estados Unidos, rechazó un donativo de
casi una tonelada de comida que este grupo, Megadeth,
quería hacerles, alegando: "Esta banda es demasiado
dura,… Está metida en el tema de la promoción de las drogas y el
alcohol" (61).
"Mujeres, alcohol, satanismo,…bah, eso es demasiado sencillo y
aburrido" -declaraba el batería de Metallica a finales de
los 90 (62). En esta época algunos músicos de rock
llegarían incluso a hacer burla de esa estética
'diabólica' en sus canciones -como demuestra el ejemplo de
"665-667" de Soundgarden. El mercado
había cambiado tanto al finalizar los 80 que la prensa no
dejó, probablemente hasta la aparición de grupos
como Marilyn Manson o Dover (63), de ridiculizar las poses de
esos que aún no se habían adaptado a los nuevos
tiempos. El caso de Marilyn Manson es especialmente ilustrativo
de todo cuanto estamos hablando en este estudio y más
adelante hemos apartado toda una sección para él.
Brian Warner -su verdadero nombre- había aprendido a
burlarse de los cristianos conservadores desde que siendo joven,
en la Escuela Cristiana
Heritage, hacía contrabando de discos prohibidos de heavy
metal entre sus compañeros. No debió resultarle
difícil, por tanto, inventar un personaje como Marilyn
Manson en su disco 'Antichrist Superstar': un personaje que
utilizando la gratuita publicidad de la polémica le
lanzase al panteón de la fama. "Para mi el satanismo nunca
tuvo nada que ver con la adoración al diablo…" (63)
declaraba incansablemente el cantante. En realidad toda esa
imaginería satánica estaba especial y
exclusivamente diseñada para provocar el espanto de la
América conservadora, que a su vez provocaría una
elevadísima compra no sólo en la América no
conservadora sino en todo el mundo. Todo esto ha sido tan
evidentemente explicado por Marilyn Manson en toda la prensa
mundial que resulta increible que aun haya líderes
religiosos que se manifiesten como lo hicieron en Córdoba
las Asambleas de Dios con ocasión del concierto de Dover
en mayo de 1998. Sólo la sencillez e ingenuidad de estas
personas, que llegaron incluso a mal interpretar el título
del disco 'Devil come to me' como una invocación al
Diablo, puede llegar a explicar estas actitudes. "Nuestra
intención como iglesia no ha sido en ningún momento
ir contra ninguna persona, sino el desarrollar la labor de
protección espiritual que le correponde a la iglesia" -nos
declaraban por carta asustados
por las posibles consecuencias de haber invocado al Diablo ante
3.000 personas. No debieron advirtir, obviamente, que el grupo
había declarado ya, también incansablemente, que
todas las referencias al Diablo en ese disco, así como
otras a los ángeles e incluso a Jesucristo en las que no
repararon las Asambleas de Dios, obedecían a un
propósito méramente estético. La
intención de Dover no fue sino editar un disco conceptual,
temático, que diese el acpecto de ser religioso, pero
humano al mismo tiempo. "Es algo fantástico,… son
cuentos, contamos historias. Todo lo de la historia del demonio
lo hemos representado en la portada, es un diablo humanizado,
algo onírico, de ahí el título y el tema que
abre el disco 'El diablo vino a mi'." (63), -comentaba Cristiana
Llanos de Dover.
– Tu eres satánico, ¿verdad?. -le preguntó
Angel, el sacerdote protagonista de la famosa película "El
día de la Bestia", al dependiente de la tienda de discos
que le acompaña durante la mayor parte del tiempo.
– Sí Señor; y de Carabanchel. -contestó
seguro de sí mismo José María, el
dependiente, parodiando el tipo de satanismo que viven muchos de
los seguidores de estos grupos.
En realidad, lo absurdo de buscar al Diablo donde
sólo hay mera estética (en el caso de José
María, el dependiente de la tienda de discos) o fraude (en el
caso de Cavan, el vidente televisivo) puede verse a lo largo de
todo este largometraje de Alex de la Iglesia. "Lo que es
verdaderamente violencia -declaraba a la prensa este vasco- son
los coloquios en televisión, donde se expone de manera
evidente la estupidez intelectual exportada a través de la
pantalla a millones de personas" (64)…"Para mi el pensamiento
satánico es la xenofobia… Detesto el que todos tengamos
que ser guapos, rubios y encantadores, como en los anuncios de la
tele" (65). Después de tantos siglos de confusiones entre
superstición y cristianismo -recordemos que hasta el
año 447, en el Concilio de Toledo, la Iglesia no
había definido la forma del Diablo y que a esta altura los
escritores de la Biblia poco podían opinar-, el Diablo en
esta sociedad tiene muy poco que ver con el Diablo de la Biblia.
Por ejemplo Alex de la Iglesia definía al Diablo -al
Diablo del que él había oído
claro- como un personaje que busca el
conocimiento, "que las cosas cambien, progresar,…" (66). En
cambio el
interés
del Diablo que define la Biblia está fundamentalmente en
buscar que los seres humanos enfoquemos nuestros esfuerzos, no en
el progreso y el bienestar de los demás, sino en el
bienestar propio a costa de todo lo demás. Teniendo esto
en cuenta esos programas de
televisión, bíblicamente hablando, serían
como casualmente intuye Alex de la Iglesia mucho más
'satánicos' que películas como las suyas. Por
ridículo que parezca la realidad es que muchos de los
músicos, acusados de satanistas por estos predicadores,
tenían una opinión muy buena de la persona de
Jesucristo. Algo que puede verse en entrevistas de músicos
como por ejemplo Alice Cooper, quien llegó a decir: "Lo
único que me importa es que nunca he sido antirreligioso
ni antidios. Soy cristiano ¿sabes?, nunca jamás me
verás elogiando a Satanás" (67). No menos
sorprendente fue el caso de uno de los músicos del
ex-Mercyful Fate King Diamond, que abandonó la banda
confesando tener unas creencias de tipo cristianas y estar
cansado de toda la parafernalia satánica de su
líder (68). El problema lo tenían muchos de estos
músicos (69), eso sí, con el cristianismo
institucional debido a hechos muy concretos que sólo de
mencionarlos producen vergüenza. Max Cavalera, vocalista del
grupo brasileño Sepultura declaraba a la prensa:
"Crecí siendo católico, pero lo he dejado durante
mucho tiempo. No sé tío, en Brasil ellos te
fuerzan para conectarte con la religión… Ahora mismo
creo en Dios, pero no en el Dios católico. No creo que
tengas que pagar deudas, sólo necesitas creer" (70). "Lo
de los telepredicadores es acojonante, en serio. De pronto
aparece un jodido cura de mierda diciéndote: '¿Sabe
que ahora mismo puede hablar con el Señor si lo desea?'.
Me entran ganas de coger a ese farsante y gritarle: '¿Y si
no quiero hablar con él?, ¿eh?, ¿qué
pasa?'. Yo creo en Dios, tengo tatuado en mi brazo el rostro de
Jesucristo y aunque no lo creas me gusta rezar. Pero odio las
religiones
organizadas como negocio o como estructura de
poder".
II. El crudo realismo
social y existencial.
"…De ese ambiente no
van a salir nunca canciones blandas ni letras agradables
¿me entiendes?" . Phil Aselmo (Pantera) (38).
Normalmente, salvando raras escepciones, desde las canciones de
la música rock se ha hablado de los asuntos cotidianos de
las personas que lo interpretaban. El problema es que para
algunos cristianos el asunto cotidiano de una persona que no cree
ya es en si 'satánico', como si el mundo sólo
pudiese dividirse en dos polos opuestos 'bien/mal'. Ignoran que
esta teoría
la toman no del cristianismo mismo, sino de conceptos 'paganos' o
-lo que para más colmo para ellos es lo mismo-
'satánicos'. Pedirle a una persona que 'no cree' que se
comporte 'como si creyese' es un asunto muy peligroso aun bajo
los parámetros del cristianismo, pues bien es sabido que
en la Biblia Jesús muestra a menudo
cuánto aborrece la hipocresía.
"Nueva Orleans es la ciudad en la que hay más
crímenes sin resolver de todo el país -decía
Phil Anselmo, vocalista de Pantera-, tenemos siempre un clima horroroso y
todas las razones del mundo para dedicarnos a la bebida o
cualquier otra clase de drogas. De ese
ambiente no van a salir nunca canciones blandas ni letras
agradables ¿me entiendes?" (41). " América es el
país más violento del mundo – continuaba el
líder del multirracial grupo Dann Reed Network-, lo que
significa que muchos de estos censores piensan, humm,
'quizá podamos contribuir un poco a resolver los
problemas'. Creo que sus intenciones son buenas, pero se
equivocan si piensan que la censura va a resolverlos. La educación es la
única solución" (42). Independientemente de cuales
fuesen sus intenciones de lo que no parece haber duda es de que
en la mayor parte de los casos los líderes religiosos
demostraban a través de sus declaraciones una 'ingenuidad'
de grados preocupantes. Ricardo Sansano, por ejemplo, exclamaba
horrorizado en uno de sus libros, mientras contemplaba una de
esas postales de
regalo en las que disfrazan a los niños de punkies:
"¡Niños punk!. ¿Cúal será su
futuro?" (43).
Alice Cooper, con el fin de hacer ironía acerca
de las bajezas de nuestra sociedad, popularizó una especie
de rock-teatro del terror que fue especialmente atacado por la
religión institucional. Su teatro del terror sin embargo
tenía mucho que ver con lo que realmente es importante en
esta vida a diferencia de lo que lo tenía la
mayoría de las 'cancioncillas' de amores y desamores que
si se admitían más popularmente. El teatro fue
útil para expresar con efectividad las ideas aun para
muchos de los profetas de la Biblia (51) y no siempre con un
lenguaje agradable (52). Como decía Gene Simmons, de Kiss:
"Si tubiésemos que ponerle una etiqueta para avisar de los
perjucios morales que algunos productos
pueden producir, la Biblia -un libro que me encanta-
tendría que ser la primera en pasar por la censura.
Está plagada de incestos, asesinatos y crueles castigos".
De hecho, a pesar de que la Biblia no justifica ninguno de esos
actos, multitud de asesinos han justificado guerras y
continúan aun hoy justificando sus propias barbaridades
con textos bíblicos. Con su imagen de
espectro asesino, aunque Alice Cooper se ganó muchas
injurias que después también tuvo que ir
desmintiendo (53) -como el significado de "School's Out"- nunca
trató de difundir el satanismo sino de "satirizar la
obsesión americana de sexo, muerte y
dinero" (54):
algo que, dicho sea de paso, deberían haber estado
haciendo los sacerdotes que se entretenían en otro tipo de
cuestiones como ésta de la que estamos
hablando.
Cuando los protagonistas de esa estúpida
película titulada Wayne´s World I y II entran en el
camerino de Alice Cooper esperando encontrar la tradicional
escena de sexo, drogas y rock and roll a la que aparentemente se
suele asistir en este tipo de sitios no pueden dejar de
asombrarse al encontrarle en realidad sentado y hablando de
filosofía a unos chavales como si de Sócrates
se tratase. Y es que sin duda, cuando hablamos de Alice Cooper,
no estamos hablando de otra descerebrada estrella del rock. Algo
que se trasluce incluso en su conversión al cristianismo.
Los primeros rumores llegaron contando que Alice Cooper estaba
reuniendo en su casa a diferentes líderes cristianos para
hacerles preguntas; actitud ésta que por desgracia, le
diferencia -al igual que a aquellos judíos de Berea
elogiados en el relato bíblico- de toda esa interminable
lista de famosos convertidos y desconvertidos en poco más
de dos años. "Espero que no nos des esperanzas y luego te
eches atrás como hizo BJ Thomas" -parece que le dijo
algún inoportuno listillo en una asamblea cristiana de San
Diego antes de su conversión. "Bueno, espero que no -le
contestó él- Simplemente estoy esperando en el
Señor".
Vince Furnier, que es como le bautizaron hace más de
cincuenta años en Phoenix, conocía en ese momento
el argot de la iglesia principalmente porque su propio padre
había sido un misionero reformado a los indios Navajos y
el padre de su esposa Sheryl, pastor bautista en California, no
había dejado hasta ese momento de enviarle a él y a
su hija libros cristianos. Libros que eran rutinariamente
olvidados en un cajón hasta que Alice vio al autor de
algunos de estos en un anuncio de golf –deporte al que eran aficionados
tanto Alice como ese escritor en particular-, la pareja pide
más información al por tantos años
preocupado padre, éste les recomienda asistir a la
mencionada asamblea y ellos acceden a ir.
A pesar de que según su propio testimonio
había creído en la existencia de Dios desde su
infancia su
vida no se había desarrollado en absoluto conforme a la
que había llevado Cristo para dar ejemplo a sus
discípulos. Ya después de editar el séptimo
del total de sus 25 discos, 'Muscle of Love' , en 1974, Alice
Cooper se ve obligado a internarse en una clínica debido a
su manisfiesto alcoholismo.
Alcoholismo que le acompañará durante la mayor
parte del resto de su irregular carrera a pesar de que, por una
de esas ironías de la vida, siempre conservó un
propio y riguroso sentido de la moral que se expresaba en parte
por medio de sus espectáculos. Sus conciertos, a semejanza
de los de su descubridor Frank Zappa, ironizaban sobre las
bajezas de la sociedad en la que vivían y lo hacían
además por medio de provocativas extravagancias
relacionadas con las películas y los comics de terror. "A
esta sociedad que te encomienda unos papeles cada vez más
precisos, cada vez más estrechos, cada vez más
opresivos, nosotros le hemos respondido rechazando incluso
nuestro papel biológico -declaraba Alice Cooper cuando en
los setenta alguién le pedía explicaciones acerca
de porqué un grupo de rock formado por hombres se
había puesto el nombre de una mujer- . No queremos ser
considerados como machos o hembras, sino como seres humanos,
habitantes del planeta Tierra, que es
una mínima partícula de un cosmos que es, a su vez,
nuestro único punto de referencia. Nosotros estamos de
viaje por el espacio, el motor es el amor, el
amor por todos
los seres vivos, sin distinción de raza, ideología,
ni cultura… y aún menos de sexo; donde hay amor hay un
corazón
que late. Nuestra música habla de esto, nuestro cuerpo
habla de esto…". Ni que decir tiene que su espectáculo
era interpretado por la mayor parte de los predicadores como una
apología del mismo tipo de vida del que se burlaba. No
obstante también era cristiano alguien que dijo en
Internet que
"¡son extraños los días en los que el rey del
rock-provocativo tiene más que decir sobre la vida real
que muchos de los predicadores contemporáneos!. La persona
extravagante de Cooper le permiten tratar temas que son
normalmente (por desgracia) censurados en el circulo cristiano".
"La mayor parte de las personas que afirman tener un verdadero
conocimiento
de Cristo no conocen gran cosa sobre él, no estudian su
vida y sus palabras, y no entienden quien es realmente"
-decía tras su conversión al cristianismo, alegando
conocer "cristianos auténticos", alguno de los cuales, es
de suponer, asistirán con él a las reuniones de
Camelback Bible Church, en Scottsdale/Phoenix, Arizona, donde
él y su mujer han sido vistos ultimamente.
Es por que Alice Cooper siempre consideró su
trabajo como moralizador que -si bien ha cambiado cosas en su
vida privada- apenas si ha cambiado algo en su
espectáculo. "Pienso que la gente llena sus vidas, unas
veces con drogas, otras con coches, y otras con lo que sea. Yo he
llenado la mía con un sincero y divino amor al rock and
roll. ¡Nunca dejaré mi actitud hacia el rock and
roll porque creo que el rock and roll es grande!. Soy el primero
en defenderlo, soy el primero en tocarlo lo más alto que
puedo, pero cuando se trata de mis creencias, soy el primero en
defenderlas también. Y eso me ha llevado a tener problemas
con algunos cristianos que creen que para ser cristiano tienes
que estar de rodillas las 24 horas del día encerrado en
algún sitio. Mira, quizá halla gente que pueda
vivir así, pero no creo que sea la manera en la que Dios
espera que vivamos. Cuando Cristo vino, él estaba con las
prostitutas, los alcohólicos y la gente de mala fama
porque eran quienes le necesitaban". A pesar de que Alice Cooper
siempre ha mantenido unas excepcionalmente buenas relaciones con
sus compañeros de trabajo, primero con músicos como
Jim Morrison (el éxito de 'Eighteen' coincidió con
el de 'Riders on the Storm' de The Doors) o John Lennon, y ahora
con otros como Rob Zombie, para quienes todo han sido elogios, su
relación más popular en la prensa ahora mismo se
caracteriza más por cierto distanciamiento. "Es
brillante… Lo único con lo que tengo problemas es con su
visión del cristianismo…" – declaraba acerca de su algo
enfrentado discípulo Marilyn Manson. A pesar de que esta
joven y arrolladora estrella del rock le debe tanto no ha dejado
por su parte de acusarle a menudo de ser diferente en el
escenario a como es en la vida real, ante lo que su maestro,
sorprendido, alega: "¿Cómo puede ser él
Marilyn Manson cuando lleva a su novia a cenar o va a comprar lo
regalos de navidad?".
"Hemos convertido al hombre en un dios y como somos tan
esclavos de nuestra codicia, estamos haciendo un trabajo fatal
(…) Creo que necesitamos bajarnos del trono y volver a colocar
a Dios en su lugar" (…) "Tenemos a Dios empujándonos por
un lado y al Diablo empujándonos por otro y nosotros
estamos en medio. Tenemos que tomar una decisión. Y todo
el mundo, en algún momento de sus vidas, tiene que tomar
una decisión. Cuando la gente me dice '¿Cómo
puedes creer esto?', '¿Por qué crees esto?' yo les
digo que nada más habla a mi corazón. No habla a mi
intelecto, no habla a mi razón -habla directamente a mi
corazón y a mi alma, más ondamente de lo que lo
hace cualquier otra cosa en la que haya pensado. ¡Y lo creo
totalmente!"
El realismo social, por lo cruel que inevitablemente ha
resultado cuando se ha plasmado en las canciones, se ha
confundido con meras apologías del suicidio. Por
ello, como es bien sabido, algunos músicos han sido
llevados a juicio. Curiosamente, no obstante, ha habido
más a menudo, aunque también resulte difícil
de creer, casos concretos de gente que confiesa haber encontrado
las ganas de vivir después de escuchar determinadas
canciones, como comentan los mismos músicos de grupos como
Testament (44) o Pennywise (45)., y no por eso deberíamos
deducir que el rock es terapéutico en esencia.
III. El interés en el ocultismo.
"No adoro al Diablo, pero la magia me intriga. La magia de todas
clases". Jimmy Page (Led Zeppelin) (71).
Sería injusto si terminásemos este trabajo sin
haber mencionado que dentro del mundo del rock sí han
existido músicos (no grupos enteros en la mayoría
de los casos) que han manifestado tener cierto interés en
el ocultismo y/o el satanismo. Un interés nunca mayor en
proporción -eso sí- que el que siempre ha mostrado
la gente de cualquier otro tiempo por estos temas. Jimmy Page (de
Led Zeppelin), que tiene en su posesión como
colección una buena cantidad de objetos de Alister
Crowley, declaró en una ocasión: "No adoro al
Diablo, pero la magia me intriga. La magia de todas clases".
Bruce Dickinson (ex Iron Maiden) llegó incluso a escribir
un libro acerca de la vida del ya citado Alister Crowley (72).
Pero aun en estos casos, digamos excepcionales, ese
interés no deja de ser en la mayor parte de los casos mera
curiosidad. Por ejemplo se ha escrito mucho acerca de la
decisión de John Lennon (de The Beatles) de incluir la
fotografía
de Crowley en la portada del disco titulado 'Sergeant
Pepper´s Lonely Hearts Club Band' , ignorando siempre que
de no ser por la censura también una imagen de Jesucristo
habría aparecido en esa misma portada…(73) ¡y no
por eso se nos ocurría pensar que Lennon tenía una
especial interés en ser cristiano!. Ese anti-clericalismo
, aun en el caso de estos músicos más interesados
en lo sobrenatural, se parecía más a una de sus
infantiles 'pedorretas' que a un premeditado e inteligente
rechazo hacia Dios o la iglesia. Especialmente cuando
descubríamos que después de todo, por poner un
ejemplo generalizado, músicos como Mick Jagger (de Rolling
Stones) o Tommy Lee (de Motley Crüe) acababan -por ejemplo-
casándose por la iglesia.
No es ese por supuesto el caso de otros como Phil
Anselmo (de Pantera) o del grupo Deicide (74), quienes se han
ganado sin lugar a dudas un buen puesto en la primera fila de la
lucha del rock en contra el cristianismo. Con todo no
sería nunca acertado zanjar la cuestión
considerando a estos como miembros de un movimiento organizado
denominado 'satanismo' o algo así, pues en el mejor de los
casos lo que ellos creen no pasa de ser una mezcla de
ideologías cogidas de aquí o allá y vividas
en privado. Aún el bajista de Marilyn Manson, en uno de
esos arrebatos de humildad que suelen darle a los músicos
que comienzan a hacerse famosos, declaró que
después de su segundo trabajo el grupo había
llegado a ser más grande que el satanismo mismo, y que por
lo tanto ellos ya no pertenecían a ese movimiento. "El
satanismo es un proceso mental
de ser tu mismo -decía el propio Marilyn Manson-, de
autopreservación. No implica necesariamente adorar al
diablo. La palabra satanás simboliza la máxima
rebelión" (75).
De cualquier forma, aunque el satanismo hubiese sido realmente la
creencia y la devoción de estos músicos, el
apóstol Pablo en el Nuevo Testamento sólo autoriza
juzgar a los que están dentro de la Iglesia
añadiendo que "a los que están fuera, Dios
juzgará".
Página siguiente |