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Música Rock y Fanatismo Religioso




Enviado por jonatas



Partes: 1, 2

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Origen y continuidad del
    enfrentamiento entre el rock y la
    religión

    3. La asociación del satanismo con
    las diferencias del salto generacional

    4. El indiscutible vencedor
    del enfrentamiento

    5. Jesucristo, el señor
    más evitado.

    6. Bibliografia básica
    en castellano

    1.
    Introducción

    "Bueno, por lo que yo sé, la música hace feliz a
    la gente,… o al menos a mi me hace feliz" . Fats Domino
    (3).
    La música rock -entiéndase lo que esta
    significó en un principio para la sociedad
    norteamericana y por extensión para las demás que
    están bajo su sombra-, debía haber sufrido una
    grave metamorfosis en algún momento antes de que esta
    pudiese llegar a ser interpretada -por ejemplo- en la
    mismísima presencia del papa Juan Pablo II (2). El hecho
    de que el rock ya no asuste a nadie -como supo reconocer ese
    prestigioso e inteligente provocador llamado Alice Cooper – puede
    hacernos pensar con razón que este estudio es algo
    inútil. Sin embargo el hecho de que espectáculos
    como el de Nine Inch Nails o Prodigy continúen provocando
    reacciones similares evidencia que en realidad algunas lecciones
    no han quedado del todo claras y mucho me temo que podrían
    volver a dar problemas en
    otras ocasiones.

    Sería una ridícula pretensión
    mía si tratase con este pequeño artículo
    cubrir el vacío tan grande que deja este tema en la
    bibliografía de
    nuestro país. Lo que desde éste artículo se
    pretende es -solamente- mostrar, en base a un pequeño
    recorrido por algunos casos concretos de la historia del rock y una
    conclusión,… mostrar -decía- en base a estas dos
    cosas por qué los cristianos conservadores del norte de
    América
    no debían haber reaccionado de la forma en la que
    reaccionaron; especialmente si es que de verdad deseaban seguir
    el ejemplo de aquel al que proclamaban servir,
    Jesucristo.

    2. Origen y continuidad
    del enfrentamiento entre el rock y la religion

    "A través del rock n' roll, el hombre
    blanco queda rebajado al nivel inferior del hombre negro.
    El rock n' roll es parte integrante de un complot para socavar
    la moral de la
    juventud de
    nuestro país. Tiene carácter
    sexual, inmoral, y es el mejor camino para fusionar ambas razas".
    Asa Carter (4).

    La imposición del cristianismo
    sobre las personas no va sólo en contra del derecho humano
    a practicar o no la religión que cada uno
    desee, sino que para colmo también está en contra
    del importante principio del que en la misma Biblia -supuesta
    norma de fe y conducta del
    cristianismo- se habla como de 'salvación por fe'.
    Principio que viene a decir que si el hombre viene a ser salvo
    por la fe, y la fe es un regalo de Dios (5), entonces nadie puede
    salvarse a sí mismo, y mucho menos obligar a otros a ser
    salvos (6). No obstante, imposibilitados para salvar a nadie,
    obligaron a guardar ciertas normas de
    comportamiento, cierta moral
    aparente. Lo hicieron los judíos en los tiempos de
    Jesús y lo han hecho muchos otros en su nombre a
    través de toda la historia del cristianismo, para triste
    pena de aquellos a los que no nos gustaría escondernos
    cuando públicamente nos llaman como a ellos, 'cristianos'.
    Si bien es cierto que no todos los cristianos han tomado esa
    postura ante las provocaciones de estos músicos, como bien
    demuestran por ejemplo los libros de
    Steve Turner "Hungry for Heaven" , Laurie Mellor "A Desert Song"
    o Steve Lawhead "Rock on Trial", lo cierto es que la voz
    más oída ha sido, como casi siempre, la de los
    menos 'ortodoxos'.

    La razón de por qué se produjo este
    enfrentamiento, por tanto, no debe buscarse en las
    enseñanzas de la Biblia, sino en prejuicios raciales,
    sociales y políticos. En los Estados Unidos de
    América el cristianismo se planteó el rock no tanto
    como un ataque a su fe sino como un ataque a su ideal de nación
    blanca, rica, capitalista y especialmente separada del pecado
    (7). Buena parte del pueblo negro no estaba muy de acuerdo con la
    idea de perpetuar esa situación y ellos, que habían
    sufrido la esclavitud y el
    terrorismo de
    manos del hombre blanco, tenían muchas razones para no
    querer estarlo. La violencia con
    la que actuaban sobre ellos les servía de muy poco, ya que
    como contaba un biógrafo de Charlie Parker, uno de los
    saxofonistas más virtuosos del jazz -denominada en Estados
    Unidos durante años como 'la música del diablo',
    los "hermanos y hermanas de allí abajo se colocaban las
    máscaras cada vez que se aventuraban fuera de su propia
    vecindad. Los blancos, a excepción de muy pocos, no
    tenían la menor idea de lo que pasaba tras esas
    máscaras, o en los hogares" (8). "El objetivo de la
    vida del negro es hacer pasar gato por liebre al blanco, a la
    raza de los amos… " (9), declaraba Royer L. Taylor, profesor
    de Filosofía de la Universidad de
    Sussex y autor de "El arte, el enemigo
    del pueblo". El hombre negro, que en público era sometido
    a las más crueles injusticias, en privado jugaba con la
    idea del diablo simplemente por llevar la contraria a sus amos.
    "El blues es místico, es la música del diablo (39),
    los salmos que cantaban los negros en las iglesias donde se
    bebía y fumaba -declaraban los músicos de la
    clásica banda madrileña Tonky Blues Band-. Es toda
    una religión, y para reclamarse 'blues band' hay que
    entenderlo así, como el flamenco; es la música del
    pueblo" (40). Así es como primero los músicos del
    blues, y luego los del rock, entendieron y expresaron su
    música. No porque realmente tuviesen ellos alguna
    relación con el diablo, sino que, seguros de su
    éxito,
    usaban el mismo lenguaje de
    sus detractores para burla de estos en muchos casos.

    Pero de cualquier forma no era esta, la ya dada por
    perdida población afroamericana la que más
    le preocupaba al sistema, sino la
    juventud blanca. "A través del rock n' roll – decía
    Asa Carter-, el hombre blanco queda rebajado al nivel inferior
    del hombre negro. El rock n' roll es parte integrante de un
    complot para socavar la moral de la juventud de nuestro
    país. Tiene carácter sexual, inmoral, y es el mejor
    camino para fusionar ambas razas" (10). El problema al que se
    enfrentaba el cristianismo oficial era que su juventud blanca
    había quedado fascinada al descubrir el gran atractivo que
    tenía para ella todo aquello que había asumido por
    imposición de sus mayores como mera y aparente
    religiosidad; una mera y aparente religiosidad que la juventud
    negra ya había desechado. El Presidente del Alabama White
    Citizen Council declaraba ante las cámaras, mientras
    posaba orgulloso junto a uno de esos carteles que anunciaban
    'Servimos sólo a clientes
    blancos', "hemos creado un comité de veinte miembros para
    acabar con ese baile salvaje propio de los negros (negress)
    llamado rock and roll". El Secretario Ejecutivo del mismo
    comité añadía: "La obscenidad y la
    vulgaridad del rock and roll es evidentemente el medio por el
    cual el hombre blanco y sus hijos pueden rebajarse al nivel de
    los negros" (11). Era evidente que ese enfrentamiento estaba
    mucho más relacionado con un desmesurado orgullo racial,
    social y político que con un fervor por la verdad de la
    Biblia que aparentemente defendían y detrás de la
    cual se escondían para hacer lo que bien les
    parecía. Significativo resulta el hecho de que el rock and
    roll se estuvo viendo en EEUU durante mucho tiempo como un
    plan secreto
    comunista, como bien demuestra el hecho de que, por ejemplo, el
    predicador Billiy James Hargis llamase a The Beatles "comunistas
    camuflados" (12). Todavía en 1985, un predicador llamado
    Jimmy Swaggart, que en esa época aparecía nada
    más y nada menos que en 750 estaciones de televisión
    y sistemas de
    cable, traducía al castellano un
    pequeño libro titulado
    "La música: la nueva pornografía", en el cual escribía:
    "El comunismo mundial
    puede mirar con verdadera satisfacción la labor que se
    está realizando actualmente en esta nación que una
    vez fue grande y cristiana. Creo firmemente que el movimiento
    punk rock (además de otros aspectos de la escena rock) es
    inspirado por el comunismo, y hasta por Satanás" (13). Ha
    habido pocos dedos tan acusadores como el de este famoso
    predicador, sin embargo ese dedo tan dispuesto a acusar se
    volvió contra si mismo cuando fue público (14) que
    él mismo solía practicar una pornografía
    todavía más literal que la que él
    había criticado en los músicos de rock. "Tenemos
    las mismas tentaciones que los demás hombres, y
    también algunas tentaciones añadidas" (15),
    escribía en otro de sus folletos. La generalizada sospecha
    de que había en realidad un propósito oculto y
    secreto en el rock, sino comunista al menos satánico,
    unida a sus escasas pruebas,
    explica que surgiese la idea de que los mensajes los estaban
    grabando en realidad de forma subliminal. Y es que escuchada a la
    inversa cualquier música (16) reproduce unos, a veces
    tenebrosos, y siempre extraños sonidos que bien pueden
    darse a cualquier tipo de interpretación; especialmente si
    es que se busca oír algo en particular. Hasta tal punto
    llegó el asunto que Pink Floyd decidió grabar en
    Big Blue Sky el siguiente mensaje: "Felicidades, usted ha
    descubierto el mensaje secreto. Por favor, envíe su
    respuesta al viejo Pink, en la casa de locos" (17). La iglesia en el
    norte de America, que ya hacía mucho tiempo había
    olvidado las palabras de Jesús que decían: "Mi
    reino no es de este mundo, mi reino no es de aquí", no
    estaba dispuesta a perder su poderío. "Durante la gira norteamericana de
    Ozzy Osbourne en 1984 -escribe Mariano Muniesa en 'La Historia
    del Heavy Metal'-, el reverendo Richard Czachor consiguió
    que el Gobernador del Estado
    prohibiera la actuación de Ozzy en Pensylvania,
    acusándole de realizar apología del satanismo en
    sus conciertos, mientras durante el resto de la gira, miembros de
    una organización neofascista norteamericana, el
    Catholic Youth Center, repartía octavillas y hacían
    exhortaciones a la gente que iba a entrar al recinto del
    concierto de que Ozzy era un profanador de iglesias y un enemigo
    de América (¡), llegando en algunos casos a
    encadenarse a las puertas del lugar del concierto para impedir
    que la gente entrara" (14).

    Esta actitud
    fanática ha tomado, afortunadamente menos a menudo, tintes
    aún más trágicos que aunque ciertamente se
    dieron en circunstancias aisladas no dejan por eso de ser
    significativas. Es el caso, por ejemplo, de lo que ocurrió
    aquel 8 de diciembre de 1980 en el que Mark David Chapman
    descargó el contenido de su pistola sobre el cuerpo de
    John Lennon, creyendo él "estar destinado por designio
    divino a derribar al falso mesías" (19). O lo de aquella
    noche del 1 de abril de 1984, en la que durante una fiesta
    familiar en la queel reverendo Marvin después de una
    violenta discusión acerca de todo aquello que nunca
    había soportado y que detestaba de su hijo Marvin Gaye
    (famoso compositor e interprete ajeno a la iglesia) acabó
    con la vida de su hijo ayudándose de un revolver (20). La
    defensa del padre alegó que había sido
    'trágicamente provocado' y finalmente fue puesto en
    libertad
    condicional durante cinco años por la fiscalía con el cargo de 'homicidio casual
    voluntario' (¿*!). El gobierno de
    Ronald Reagan fue especialmente propicio para la
    multiplicación de asociaciones en contra del rock.
    Según Jordi Bianciotto, quien en su libro "La Censura en
    el Rock" desarrolla mucho más profundamente este tema, su
    misma esposa Nancy Reagan propuso leyes para que
    los discos ofensivos estuviesen escondidos en papel de
    embalar a la hora de ser vendidos (21). El famoso Tripper Gore,
    junto a otra ilustre mujer llamada
    Susan Baker, formó en 1985 la famosa asociación
    Parent´s Music Resource Center, más conocida por sus
    siglas PMRC. El Gobierno y la Iglesia, como en otras muchas
    ocasiones, continúan trabajando unánimes aun hoy en
    su lucha en contra de este tipo de manifestación. evitando
    la distribución de determinados discos y la
    celebración de algunos de sus conciertos. En 1994, por
    ejemplo, en el estado de
    Pennsylvania se lograba aprobar una ley que castigaba
    al menor con jornadas de trabajos que iban de las veinticinco a
    las cien horas sólo por comprar uno de esos discos
    señalados, o con un arresto si eras el dependiente que
    había vendido el disco en cuestión. El hecho de que
    discos de Roxy Music tuviesen que venderse envueltos en papel
    verde o de que Perry Farrell (de Jane´s Adiction) fuese
    llevado a juicio por una de sus portadas, sólo son dos
    ejemplos más de entre los muchos casos de fanatismo en los
    que se han inspirado libros enteros. "Es algo que siempre ha
    existido -señala Jerry Gaskill, de King´s X- Hay un
    sector de la población americana que siempre ataca todo lo
    que sea ligeramente diferente a como ellos piensan o sienten. A
    veces la prensa le da
    publicidad y a
    veces no. Creo que simplemente es algo que está
    ahí.". Además la continuidad de la polémica
    está garantizada, al menos por parte de ciertas organizaciones.
    Escrito en una nota al final de los textos que la
    organización Truth About Rock distribuye para advertir
    acerca de los males de este tipo de música se encuentra el
    siguiente testamento: "Puesto que hay un constante movimiento de
    nuevos grupos en el
    rock, algunos de estos mencionados antes pueden no ser
    actualmente muy conocidos. De cualquier forma, ten por seguro que otros
    grupos han tomado su lugar y continúan presentando un
    mensaje similar" (22).

    3. La asociación
    del satanismo con las diferencias del salto
    generacional:

    "Todo el que escuche esta basura
    está entrando abiertamente en comunión con
    espíritus malignos". Jimmy Swaggard (23).

    Una vez agotados y desfasados los recursos que
    ofrecían las diferencias raciales, sociales y políticas
    todavía pudo sobrevivir la cuestión del satanismo,
    cuestión a la que se han podido estar aferrando hasta hoy
    gracias al hecho de que este movimiento goza de una tremenda mala
    fama a casi todos los niveles de la sociedad. La lista de los
    libros y pequeñas publicaciones que se han escrito
    relacionando estos temas (lista de entre la cual he seleccionado
    una pequeña representación en la
    bibliografía) sería interminable.

    El hecho de que el rock haya sido perseguido tanto por
    el Protestantismo, el Catolicismo, el Islam o los
    Testigos de Jehová, como por los que sin tener una
    religión en particular simplemente amaban las buenas y
    tradicionales formas, no hace sino confirmar que la
    polémica no se debió nunca a razones
    teológicas del auténtico cristianismo. El germen,
    la semilla que produce este tipo de enfrentamientos entre el
    mundo religioso y el pagano en los que la iglesia se ha visto
    envuelta no debe buscarse en la enseñanza de la doctrina del cristianismo
    bíblico (para ellos meramente teórico), sino en la
    misma naturaleza
    intolerante del ser humano que siempre -como dijo alguien-
    considera 'deficiente' aquello que es 'diferente'. En todas las
    épocas los que han tenido el privilegio de escribir,
    incluidos sabios como Platón,
    han tenido una idea muy concreta de cual era el tipo de
    música más conveniente. Es por eso que actuan con
    intolerancia entre sì, no sólo las diferentes ideas
    religiosas, sino también los diferentes partidos
    políticos, los diferentes equipos de futbol,… o
    incluso las diferentes formas de entender el rock. Pero si nos
    centramos en el caso del fanatismo religioso en los Estados
    Unidos y su repercusión en España,
    entonces debemos hablar indudablemente de católicos y
    protestantes. "Todo el que escuche esta basura está
    entrando abiertamente en comunión con espíritus
    malignos", aseguraba el predicador Jimmy Swaggard. Y es que, como
    reflexionaba Doug Pinnick, el vocalista de los sureños
    King´s X, "cualquier cosa que surja y que sea nueva y
    distinta, lo primero que dirá la gente será: 'no es
    de Dios, es del diablo'. El rock and roll se ha visto siempre
    como una cosa satánica, desde el principio. Recuerdo mi
    bisabuela diciéndole a mi abuela que el blues era
    música satánica" (24).

    Los españoles no nos quedábamos cortos. En
    1986, con ocasión de los numerosos escándalos al
    otro lado del charco, se editaba en España un libro
    titulado "Música Rock y Satanismo" (25) y repleto de las
    supuestas alusiones de los músicos de rock al satanismo
    que René Labán, su autor, había encontrado
    en una también supuesta investigación. Lo mismo podríamos
    decir de "El grito del Averno" de Ricardo Sansano o de "Las
    Sectas Satánicas" de Pilar Salarrullana , libros en los
    que hasta Danza
    Invisible, Luz Casal y El
    Ultimo de la Fila, entre otros muchos, encuentran su lugar en ese
    plan diabólico. Aunque, eso sí, nunca ha sido el
    fanatismo tan exagerado aquí (especialmente después
    de la dictadura)
    como en los Estados Unidos de América, donde -por poner
    otro ejemplo- asociaciones como Sceptre Publications distribuyen
    actualmente, casi 50 años después del nacimiento
    del rock, obtavillas dedicadas a grupos como Metallica, Soul
    Asylon o Megadeth (26), especialmente concebidos para que puedan
    ser repartidas durante sus conciertos en cualquier punto del
    país. "El movimiento evangelista es el que realmente mueve
    los hilos" (27) concluía Andy Stout, periodista de una
    publicación especializada inglesa. "Creo que los europeos
    no utilizan el arte como chivo expiatorio de otras cosas, en
    general. Aquí (en América) las autoridades, ya sean
    padres o gobernantes tienen mucha más tendencia a echar la
    culpa a un cuadro o a un disco que a enfrentarse a los verdaderos
    problemas que se plantean. Quizá sea porque los
    evangelistas nunca han conseguido echar raíces a ese lado
    del Atlántico, y la gente, no la Iglesia ni los gobiernos,
    es la que decide lo que es y no es apropiado para el consumo" (28),
    decía Vernon Reid, de Living Colour.

    a. La verdadera ideología satánica:
    "Haz lo que quieras, será la única ley". Alister
    Crowley (29).
    Para sorpresa de los mismos cristianos, el hecho de que muchos de
    los sacerdotes, predicadores y escritores asociasen las actitudes
    innatas que ellos consideraban 'moralmente incorrectas' con una
    intervención directa de la persona de
    Satanás, provocó en buena parte de la
    población blanca, al igual que lo había hecho entre
    los afroamericanos (30), una especial atracción por ese
    personaje. Consecuentemente el satanismo de este siglo no trata
    tanto de inculcar en el individuo una especial adoración
    al 'Diablo' como de enseñarle a que éste se la
    dé a sí mismo, enseñándole al
    individuo el valor de
    complacer sin prejuicios y por encima de todas las demás
    cosas esos deseos más naturales e innatos del hombre. "Haz
    lo que quieras, será la única ley", concluía
    Alister Crowley (31).

    Bajo este punto de vista bien podría el
    cristianismo institucional considerarse culpable de que el
    satanismo adquiriese la forma que adquirió. "La hipótesis cristiana de la realidad del mal
    hace al demonio igual a Dios -decía también el mago
    que tan venerado fue en los 70, Alister Crowley-. Entonces, si
    tenía que tomar partido, no me era difícil
    decidirme. Las fuerzas del bien eran aquellas que siempre me
    habían oprimido, veía como destruían
    diariamente la felicidad de mis semejantes"; "El problema no era
    satanizar, -continuaba Crowley- era simplemente escapar de los
    opresores y gozar del mundo sin interferencias de ningún
    tipo de la vida espiritual" (32). Fueron en realidad los
    predicadores quienes atrajeron la atención sobre el diablo
    atribuyéndole a él unos deseos que, aun bajo los
    parámetros del cristianismo, se original dentro del hombre
    mismo. Esa típica confusión entre lo que es el
    innato deseo del hombre y lo que es provocado por el diablo es la
    inteligente escusa que muchos cristianos como el predicador Jimmy
    Swaggart presentan para justificar sus continuos escesos. Sin
    embargo, como bien decía el sabio apóstol Santiago
    "cada cual es tentado cuando de su propia concupiscencia es
    atraido". Anton La Vey, el recientemente fallecido fundador de la
    Iglesia de Satán en el Estado de California, contaba como
    durante su más temprana juventud solía observar
    mientras tocaba un órgano en el circo donde trabajaba "a
    unos hombres que, el sábado por la noche, observaban con
    lujuria a las muchachas semidesnudas que estaban bailando en el
    carnaval; y el domingo por la mañana, -continuaba contando
    él- cuando yo estaba tocando el órgano para unos
    evangelistas de carpa en el otro extremo del carnaval,
    veía a los mismos hombres sentados en las bancas con sus
    esposas e hijos, pidiéndole a Dios que les perdonara y que
    les purificara de sus deseos carnales. Y el siguiente
    sábado por la noche, estaban de nuevo en el carnaval o en
    algún otro lugar licencioso. Entonces supe que la iglesia
    cristiana prospera a base de hipocresía, y que la
    naturaleza carnal del hombre termina por dominarlo"
    (33).

    No es de extrañar que los libros de
    polémica escritos por estos predicadores sea motivo de
    mofa y burla, ya no sólo por lo inoportuno de las
    conclusiones a las que llegan algunos sino también por la
    poca rigurosidad de sus investigaciones
    (34). Por ejemplo pocos de ellos se resisten a mencionar a este
    Anton LaVey como si de un precursor del satanismo en el rock se
    tratase, cuando en realidad este estuvo siempre muy lejos de
    congraciarse con una música como esa alegando que no era
    útil para encontrar el estado ideal de sus
    propósitos religiosos (35) en palabras que en realidad
    poco le diferenciaban de sus detractores los cristianos.,"por lo
    que a mi respecta, no es más que ruido".

    b. El satanismo según los músicos de
    rock.
    "No nos interesa ni Dios, ni el Diablo, sólo estamos
    interesados en el rock'n'roll" . Angus Young (AC/DC) (36).
    Como decía, la asociación que el cristianismo
    tomó por norma hacer entre algunos músicos de rock
    y el ocultismo era cuanto menos cómica. Ciertamente
    algunos músicos, especialmente dentro del heavy metal, han
    usado unas poses, una estética y una terminología ambigua
    en sus canciones. Sin embargo, como iremos viendo, estas
    insinuaciones eran constantemente desmentidas en sus entrevistas.
    Paul Stanley de Kiss, con cierta escasez de palabras declaraba
    indignado, al mismo tiempo que recordaba haber visto su foto en
    una revista con el
    titular de 'El Anticristo': "Si alguien ha sido capaz de pensar
    durante un minuto que hemos sido capaces de hacer cualquiera de
    esas barbaridades que dicen de nosotros por publicidad, o por
    hacer a Kiss todavía más famosos, lo único
    que puedo decirle es: '¡Vete a la mierda!'"
    (37).

    I. La herencia
    estética.
    "Con una música como ésta, no se puede hablar de
    flores del campo. ¡No pega!". Rob Halford (ex Judas Priest)
    (46).
    Algunos de los primeros músicos de rock and roll, como
    Jerry Lee Lewis (47) o Elvis Presley (48), criados y
    enseñados en la iglesia, llegaron a creer que había
    un poder real y diabólico detrás del rock n'roll
    (49). Pero lo cierto es que salvando esas excepciones la inmensa
    mayoría de los músicos de rock que vinieron pasados
    aquellos primeros años jamás ha creído en lo
    sobrenatural y mucho menos que su música tuviese alguna
    conexión con un ser real llamado Satanás. Angus
    Young, el mítico guitarrista de una de las bandas
    más mal interpretadas en este sentido, AC/DC, declaraba en
    1982: "Yo he leído la Biblia, y según quienes la
    escribieron la palabra del Diablo es 'MAL'. ¿Has
    leído tú en algún capítulo de la
    Biblia que la palabra del Diablo sea 'rock'n'roll'?. Que yo
    recuerde la Biblia no menciona en ninguno de sus libros la
    palabra 'rock'n'roll'… Pero esos estúpidos sacerdotes
    sólo se dedican a asustar a la gente. Eso es lo que
    pretenden. Pero con nosotros no pueden hacer nada, porque no nos
    interesa ni Dios, ni el Diablo, sólo estamos interesados
    en el rock'n'roll." Aunque ciertamente no creían ni en
    Dios ni en el Diablo muchos músicos cogieron, eso
    sí, una estética lo suficientemente alusoria a lo
    que esos predicadores y sacerdotes denominaban 'satanismo' como
    para poder crear una polémica que despertase
    expectación. Los grupos de rock duro y heavy metal han
    sido con toda seguridad quienes
    más han jugado con este tipo de ficción, llegando
    esos dos conceptos: música y apariencia, a ser entre ellos
    prácticamente inseparables. "Con una música como
    ésta, no se puede hablar de flores del campo. ¡No
    pega!" comentaba Rob Halford (ex Judas Priest).

    Pero no nos confundamos, incluida en la tradición
    ancestral de muchos países, entre los que se encuentra por
    supuesto España, existe la costumbre de sacar a las
    calles, y generalmente con motivo de festividades religiosas,
    muñecos o personas disfrazadas que representan a la muerte, a
    Judas o al mismo diablo. Aquellos que tratan incesantemente de
    ver el lado herético de los cambios de la cultura
    contemporánea harían bien en aprender de Menendez
    Pidal aquello de que "en los cultos primitivos está la
    explicación de nuestras actitudes heréticas".
    Cualquiera de los cuentos
    indoeuropeos de los que proceden los que hoy pueden leer a salvo
    nuestros hijos en esos retocados, inocentes y coloreados cuentos
    para niños
    contenía más dosis de brujería, sexo y
    violencia de lo que podría esperarse de cualquier
    película retrasmitida de madrugada.

    La atracción que el mal ejerce sobre las personas
    es precisamente la que ha permitido que esas tradiciones, aunque
    reprimidas, se hayan conservado durante miles de años,
    durante los cuales sobra decir que no existía el rock.
    Screaming Jay Hawkins fue quizá el primero en responder a
    esta demanda en la
    década de los 50, disfrazándose de una especie de
    gurú, envuelto en un decorado selvático -recordemos
    que el origen de todos los males de muchos americanos
    procedía de Africa– , y
    saliendo de un ataud como climax de la actuación. Existen
    buenas razones para pensar que aun en este primer caso las
    motivaciones comerciales lo determinaron todo.

    Es muy significativo también cómo ignoran
    todos esos conferenciantes y escritores religiosos el hecho de
    que el teatro de morder
    la cabeza de un pequeño animal en público lo hizo
    Ozzy Osbourne la vez primera por equivocación y la segunda
    en una cómica (trágica por supuesto para el animal)
    reunión de la discográfica en la que él
    trataba de atraer la atención sobre sí mismo, ante
    fotógrafos y
    periodistas, con el fin de fraguarse su propia carrera al margen
    de Black Sabbath, el grupo que
    acababa de dejar. "Es sólo un espectáculo. No
    sé comosacar un conejo de una chistera, así es que
    cuánto menos un Demonio" (50), se confesaba él.
    David Lee Roth, antiguo cantante de Van Halen, también
    decía a este respecto: "Es lo mismo que en un film de
    terror. Todo el mundo va a ver las películas de miedo para
    asustarse. Sabiendo muy bien que no pertenecen a lo real.
    Unicamente para entretenerse durante un minuto. Pasa lo mismo con
    esos grupos. Ellos lo saben y sus fans también". Sobre el
    tan manido asunto de la canción de los Rolling Stones
    titulada 'Symphaty for the Devil', cabe decir que Mick Jagger
    apenas si conserba ya recuerdos y los pocos que conserva delatan
    bastante poca relacción con el satanismo: "Creo que
    saqué el título de Baudelaire, pero podría
    equivocarme. En cualquier caso, lo saqué de la literatura francesa.
    Cogí un par de frases y luego fuí ampliando… La
    canción trata de las atracciones de contrarios y de darle
    la vuelta a las cosas… Todo se reducía a sexo, beber y
    drogarse. Era bastante aburrido, la verdad".

    Bob Larson, un popular predicador norteamericano que
    había dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en la lucha
    contra el rock a través de conferencias, libros y un
    programa de
    radio con una
    gran audiencia llamado "Talk-Talk", fue contratado para
    acompañar a Slayer en una de sus giras con el
    propósito de que una vez completa ésta, él
    escribiese un artículo que la revista publicaría -a
    modo de 'curiosidad por el contraste' imaginó él,
    aunque otros aseguran que pretende competir con ellos en morbo y
    esoterismo. Afortunadamente durante el tiempo de 'convivencia'
    que pasó con ellos en la gira, Larson supo ceder a la
    evidencia, llegando a la conclusión de que "si los
    miembros de Slayer le vendieron su alma a Satanás, lo
    hicieron en el banco y no en una
    misa negra" (55). Kerry King, el guitarrista principal y
    compositor en esa banda declaraba en una larga e
    interesantísima entrevista
    publicada en la revista Cornerstone: "Es un trabajo tío…
    Nosotros hemos conseguido una audiencia, así que lo que
    tenemos que hacer es sacar algo que ellos quieran oír….
    Fue escribiendo canciones como "Hell Awaits" cuando pensé
    que debería leer algo de la Biblia Satánica… Pero
    lo dejé antes de llegar a la mitad… Porque ésta
    sólo era una forma de manipular tu mente haciéndote
    creer que eres lo que ellos quieren que seas" (56).

    Dave Lombardo, por otro lado, tras haber abandonado la
    batería de este mismo grupo para tomar la del suyo propio,
    Grip Inc., declaró: "Quería que Grip fuese una
    banda realmente agresiva y fuerte, pero sin entrar en toda esa
    mierda del satanismo, los muertos, etc. De todo eso ya he tenido
    bastante" (57). A pesar de las presunciones de aquellos que se
    asomaban con temor y prejuicios a estos grupos "Casi ninguno de
    los grupos de death metal profesaban ser realmente
    satánicos, lo que le daba al death metal una apariencia de
    artificialidad ligeramente ridícula a veces", declaraba el
    periodista Mark Bangers en su enciclopédica obra
    'Headbangers'. Muchos grupos de thrash metal que habían
    adoptado esa temática al principio, probablemente como una
    herencia de los pioneros Venom, con el tiempo llegaron incluso a
    sustituirla por otras casi tan alejadas del satanismo como el
    mismo cristianismo: el altruismo. Es el caso de Sepultura (58),
    Obytuary (58), Death (59) o Megadeth (60). A través de las
    entrevistas Dave Mustaine, fundador, vocalista y líder
    de estos últimos, no ha dejado lugar a dudas de que en su
    propia vida se ha dado uno de los más bruscos cambios en
    este sentido, cambiando él su drogadicción por una intensa
    búsqueda espiritual. "Leí la biblia satánica
    y todo eso, pero era todo tan contrario a lo que yo
    quería… Hubo un tiempo en el que me sentía
    satisfecho siendo parte del lado oscuro porque no entendía
    la luz" (60) -meditaba en voz alta el vocalista de Megadeth. Fue
    en esa época en la que una organización caritativa
    de Hersey (PA), en Estados Unidos, rechazó un donativo de
    casi una tonelada de comida que este grupo, Megadeth,
    quería hacerles, alegando: "Esta banda es demasiado
    dura,… Está metida en el tema de la promoción de las drogas y el
    alcohol" (61).
    "Mujeres, alcohol, satanismo,…bah, eso es demasiado sencillo y
    aburrido" -declaraba el batería de Metallica a finales de
    los 90 (62). En esta época algunos músicos de rock
    llegarían incluso a hacer burla de esa estética
    'diabólica' en sus canciones -como demuestra el ejemplo de
    "665-667" de Soundgarden. El mercado
    había cambiado tanto al finalizar los 80 que la prensa no
    dejó, probablemente hasta la aparición de grupos
    como Marilyn Manson o Dover (63), de ridiculizar las poses de
    esos que aún no se habían adaptado a los nuevos
    tiempos. El caso de Marilyn Manson es especialmente ilustrativo
    de todo cuanto estamos hablando en este estudio y más
    adelante hemos apartado toda una sección para él.
    Brian Warner -su verdadero nombre- había aprendido a
    burlarse de los cristianos conservadores desde que siendo joven,
    en la Escuela Cristiana
    Heritage, hacía contrabando de discos prohibidos de heavy
    metal entre sus compañeros. No debió resultarle
    difícil, por tanto, inventar un personaje como Marilyn
    Manson en su disco 'Antichrist Superstar': un personaje que
    utilizando la gratuita publicidad de la polémica le
    lanzase al panteón de la fama. "Para mi el satanismo nunca
    tuvo nada que ver con la adoración al diablo…" (63)
    declaraba incansablemente el cantante. En realidad toda esa
    imaginería satánica estaba especial y
    exclusivamente diseñada para provocar el espanto de la
    América conservadora, que a su vez provocaría una
    elevadísima compra no sólo en la América no
    conservadora sino en todo el mundo. Todo esto ha sido tan
    evidentemente explicado por Marilyn Manson en toda la prensa
    mundial que resulta increible que aun haya líderes
    religiosos que se manifiesten como lo hicieron en Córdoba
    las Asambleas de Dios con ocasión del concierto de Dover
    en mayo de 1998. Sólo la sencillez e ingenuidad de estas
    personas, que llegaron incluso a mal interpretar el título
    del disco 'Devil come to me' como una invocación al
    Diablo, puede llegar a explicar estas actitudes. "Nuestra
    intención como iglesia no ha sido en ningún momento
    ir contra ninguna persona, sino el desarrollar la labor de
    protección espiritual que le correponde a la iglesia" -nos
    declaraban por carta asustados
    por las posibles consecuencias de haber invocado al Diablo ante
    3.000 personas. No debieron advirtir, obviamente, que el grupo
    había declarado ya, también incansablemente, que
    todas las referencias al Diablo en ese disco, así como
    otras a los ángeles e incluso a Jesucristo en las que no
    repararon las Asambleas de Dios, obedecían a un
    propósito méramente estético. La
    intención de Dover no fue sino editar un disco conceptual,
    temático, que diese el acpecto de ser religioso, pero
    humano al mismo tiempo. "Es algo fantástico,… son
    cuentos, contamos historias. Todo lo de la historia del demonio
    lo hemos representado en la portada, es un diablo humanizado,
    algo onírico, de ahí el título y el tema que
    abre el disco 'El diablo vino a mi'." (63), -comentaba Cristiana
    Llanos de Dover.
    – Tu eres satánico, ¿verdad?. -le preguntó
    Angel, el sacerdote protagonista de la famosa película "El
    día de la Bestia", al dependiente de la tienda de discos
    que le acompaña durante la mayor parte del tiempo.
    – Sí Señor; y de Carabanchel. -contestó
    seguro de sí mismo José María, el
    dependiente, parodiando el tipo de satanismo que viven muchos de
    los seguidores de estos grupos.

    En realidad, lo absurdo de buscar al Diablo donde
    sólo hay mera estética (en el caso de José
    María, el dependiente de la tienda de discos) o fraude (en el
    caso de Cavan, el vidente televisivo) puede verse a lo largo de
    todo este largometraje de Alex de la Iglesia. "Lo que es
    verdaderamente violencia -declaraba a la prensa este vasco- son
    los coloquios en televisión, donde se expone de manera
    evidente la estupidez intelectual exportada a través de la
    pantalla a millones de personas" (64)…"Para mi el pensamiento
    satánico es la xenofobia… Detesto el que todos tengamos
    que ser guapos, rubios y encantadores, como en los anuncios de la
    tele" (65). Después de tantos siglos de confusiones entre
    superstición y cristianismo -recordemos que hasta el
    año 447, en el Concilio de Toledo, la Iglesia no
    había definido la forma del Diablo y que a esta altura los
    escritores de la Biblia poco podían opinar-, el Diablo en
    esta sociedad tiene muy poco que ver con el Diablo de la Biblia.
    Por ejemplo Alex de la Iglesia definía al Diablo -al
    Diablo del que él había oído
    claro- como un personaje que busca el
    conocimiento, "que las cosas cambien, progresar,…" (66). En
    cambio el
    interés
    del Diablo que define la Biblia está fundamentalmente en
    buscar que los seres humanos enfoquemos nuestros esfuerzos, no en
    el progreso y el bienestar de los demás, sino en el
    bienestar propio a costa de todo lo demás. Teniendo esto
    en cuenta esos programas de
    televisión, bíblicamente hablando, serían
    como casualmente intuye Alex de la Iglesia mucho más
    'satánicos' que películas como las suyas. Por
    ridículo que parezca la realidad es que muchos de los
    músicos, acusados de satanistas por estos predicadores,
    tenían una opinión muy buena de la persona de
    Jesucristo. Algo que puede verse en entrevistas de músicos
    como por ejemplo Alice Cooper, quien llegó a decir: "Lo
    único que me importa es que nunca he sido antirreligioso
    ni antidios. Soy cristiano ¿sabes?, nunca jamás me
    verás elogiando a Satanás" (67). No menos
    sorprendente fue el caso de uno de los músicos del
    ex-Mercyful Fate King Diamond, que abandonó la banda
    confesando tener unas creencias de tipo cristianas y estar
    cansado de toda la parafernalia satánica de su
    líder (68). El problema lo tenían muchos de estos
    músicos (69), eso sí, con el cristianismo
    institucional debido a hechos muy concretos que sólo de
    mencionarlos producen vergüenza. Max Cavalera, vocalista del
    grupo brasileño Sepultura declaraba a la prensa:
    "Crecí siendo católico, pero lo he dejado durante
    mucho tiempo. No sé tío, en Brasil ellos te
    fuerzan para conectarte con la religión… Ahora mismo
    creo en Dios, pero no en el Dios católico. No creo que
    tengas que pagar deudas, sólo necesitas creer" (70). "Lo
    de los telepredicadores es acojonante, en serio. De pronto
    aparece un jodido cura de mierda diciéndote: '¿Sabe
    que ahora mismo puede hablar con el Señor si lo desea?'.
    Me entran ganas de coger a ese farsante y gritarle: '¿Y si
    no quiero hablar con él?, ¿eh?, ¿qué
    pasa?'. Yo creo en Dios, tengo tatuado en mi brazo el rostro de
    Jesucristo y aunque no lo creas me gusta rezar. Pero odio las
    religiones
    organizadas como negocio o como estructura de
    poder".

    II. El crudo realismo
    social y existencial.
    "…De ese ambiente no
    van a salir nunca canciones blandas ni letras agradables
    ¿me entiendes?" . Phil Aselmo (Pantera) (38).
    Normalmente, salvando raras escepciones, desde las canciones de
    la música rock se ha hablado de los asuntos cotidianos de
    las personas que lo interpretaban. El problema es que para
    algunos cristianos el asunto cotidiano de una persona que no cree
    ya es en si 'satánico', como si el mundo sólo
    pudiese dividirse en dos polos opuestos 'bien/mal'. Ignoran que
    esta teoría
    la toman no del cristianismo mismo, sino de conceptos 'paganos' o
    -lo que para más colmo para ellos es lo mismo-
    'satánicos'. Pedirle a una persona que 'no cree' que se
    comporte 'como si creyese' es un asunto muy peligroso aun bajo
    los parámetros del cristianismo, pues bien es sabido que
    en la Biblia Jesús muestra a menudo
    cuánto aborrece la hipocresía.

    "Nueva Orleans es la ciudad en la que hay más
    crímenes sin resolver de todo el país -decía
    Phil Anselmo, vocalista de Pantera-, tenemos siempre un clima horroroso y
    todas las razones del mundo para dedicarnos a la bebida o
    cualquier otra clase de drogas. De ese
    ambiente no van a salir nunca canciones blandas ni letras
    agradables ¿me entiendes?" (41). " América es el
    país más violento del mundo – continuaba el
    líder del multirracial grupo Dann Reed Network-, lo que
    significa que muchos de estos censores piensan, humm,
    'quizá podamos contribuir un poco a resolver los
    problemas'. Creo que sus intenciones son buenas, pero se
    equivocan si piensan que la censura va a resolverlos. La educación es la
    única solución" (42). Independientemente de cuales
    fuesen sus intenciones de lo que no parece haber duda es de que
    en la mayor parte de los casos los líderes religiosos
    demostraban a través de sus declaraciones una 'ingenuidad'
    de grados preocupantes. Ricardo Sansano, por ejemplo, exclamaba
    horrorizado en uno de sus libros, mientras contemplaba una de
    esas postales de
    regalo en las que disfrazan a los niños de punkies:
    "¡Niños punk!. ¿Cúal será su
    futuro?" (43).

    Alice Cooper, con el fin de hacer ironía acerca
    de las bajezas de nuestra sociedad, popularizó una especie
    de rock-teatro del terror que fue especialmente atacado por la
    religión institucional. Su teatro del terror sin embargo
    tenía mucho que ver con lo que realmente es importante en
    esta vida a diferencia de lo que lo tenía la
    mayoría de las 'cancioncillas' de amores y desamores que
    si se admitían más popularmente. El teatro fue
    útil para expresar con efectividad las ideas aun para
    muchos de los profetas de la Biblia (51) y no siempre con un
    lenguaje agradable (52). Como decía Gene Simmons, de Kiss:
    "Si tubiésemos que ponerle una etiqueta para avisar de los
    perjucios morales que algunos productos
    pueden producir, la Biblia -un libro que me encanta-
    tendría que ser la primera en pasar por la censura.
    Está plagada de incestos, asesinatos y crueles castigos".
    De hecho, a pesar de que la Biblia no justifica ninguno de esos
    actos, multitud de asesinos han justificado guerras y
    continúan aun hoy justificando sus propias barbaridades
    con textos bíblicos. Con su imagen de
    espectro asesino, aunque Alice Cooper se ganó muchas
    injurias que después también tuvo que ir
    desmintiendo (53) -como el significado de "School's Out"- nunca
    trató de difundir el satanismo sino de "satirizar la
    obsesión americana de sexo, muerte y
    dinero" (54):
    algo que, dicho sea de paso, deberían haber estado
    haciendo los sacerdotes que se entretenían en otro tipo de
    cuestiones como ésta de la que estamos
    hablando.

    Cuando los protagonistas de esa estúpida
    película titulada Wayne´s World I y II entran en el
    camerino de Alice Cooper esperando encontrar la tradicional
    escena de sexo, drogas y rock and roll a la que aparentemente se
    suele asistir en este tipo de sitios no pueden dejar de
    asombrarse al encontrarle en realidad sentado y hablando de
    filosofía a unos chavales como si de Sócrates
    se tratase. Y es que sin duda, cuando hablamos de Alice Cooper,
    no estamos hablando de otra descerebrada estrella del rock. Algo
    que se trasluce incluso en su conversión al cristianismo.
    Los primeros rumores llegaron contando que Alice Cooper estaba
    reuniendo en su casa a diferentes líderes cristianos para
    hacerles preguntas; actitud ésta que por desgracia, le
    diferencia -al igual que a aquellos judíos de Berea
    elogiados en el relato bíblico- de toda esa interminable
    lista de famosos convertidos y desconvertidos en poco más
    de dos años. "Espero que no nos des esperanzas y luego te
    eches atrás como hizo BJ Thomas" -parece que le dijo
    algún inoportuno listillo en una asamblea cristiana de San
    Diego antes de su conversión. "Bueno, espero que no -le
    contestó él- Simplemente estoy esperando en el
    Señor".
    Vince Furnier, que es como le bautizaron hace más de
    cincuenta años en Phoenix, conocía en ese momento
    el argot de la iglesia principalmente porque su propio padre
    había sido un misionero reformado a los indios Navajos y
    el padre de su esposa Sheryl, pastor bautista en California, no
    había dejado hasta ese momento de enviarle a él y a
    su hija libros cristianos. Libros que eran rutinariamente
    olvidados en un cajón hasta que Alice vio al autor de
    algunos de estos en un anuncio de golf –deporte al que eran aficionados
    tanto Alice como ese escritor en particular-, la pareja pide
    más información al por tantos años
    preocupado padre, éste les recomienda asistir a la
    mencionada asamblea y ellos acceden a ir.

    A pesar de que según su propio testimonio
    había creído en la existencia de Dios desde su
    infancia su
    vida no se había desarrollado en absoluto conforme a la
    que había llevado Cristo para dar ejemplo a sus
    discípulos. Ya después de editar el séptimo
    del total de sus 25 discos, 'Muscle of Love' , en 1974, Alice
    Cooper se ve obligado a internarse en una clínica debido a
    su manisfiesto alcoholismo.
    Alcoholismo que le acompañará durante la mayor
    parte del resto de su irregular carrera a pesar de que, por una
    de esas ironías de la vida, siempre conservó un
    propio y riguroso sentido de la moral que se expresaba en parte
    por medio de sus espectáculos. Sus conciertos, a semejanza
    de los de su descubridor Frank Zappa, ironizaban sobre las
    bajezas de la sociedad en la que vivían y lo hacían
    además por medio de provocativas extravagancias
    relacionadas con las películas y los comics de terror. "A
    esta sociedad que te encomienda unos papeles cada vez más
    precisos, cada vez más estrechos, cada vez más
    opresivos, nosotros le hemos respondido rechazando incluso
    nuestro papel biológico -declaraba Alice Cooper cuando en
    los setenta alguién le pedía explicaciones acerca
    de porqué un grupo de rock formado por hombres se
    había puesto el nombre de una mujer- . No queremos ser
    considerados como machos o hembras, sino como seres humanos,
    habitantes del planeta Tierra, que es
    una mínima partícula de un cosmos que es, a su vez,
    nuestro único punto de referencia. Nosotros estamos de
    viaje por el espacio, el motor es el amor, el
    amor por todos
    los seres vivos, sin distinción de raza, ideología,
    ni cultura… y aún menos de sexo; donde hay amor hay un
    corazón
    que late. Nuestra música habla de esto, nuestro cuerpo
    habla de esto…". Ni que decir tiene que su espectáculo
    era interpretado por la mayor parte de los predicadores como una
    apología del mismo tipo de vida del que se burlaba. No
    obstante también era cristiano alguien que dijo en
    Internet que
    "¡son extraños los días en los que el rey del
    rock-provocativo tiene más que decir sobre la vida real
    que muchos de los predicadores contemporáneos!. La persona
    extravagante de Cooper le permiten tratar temas que son
    normalmente (por desgracia) censurados en el circulo cristiano".
    "La mayor parte de las personas que afirman tener un verdadero
    conocimiento
    de Cristo no conocen gran cosa sobre él, no estudian su
    vida y sus palabras, y no entienden quien es realmente"
    -decía tras su conversión al cristianismo, alegando
    conocer "cristianos auténticos", alguno de los cuales, es
    de suponer, asistirán con él a las reuniones de
    Camelback Bible Church, en Scottsdale/Phoenix, Arizona, donde
    él y su mujer han sido vistos ultimamente.

    Es por que Alice Cooper siempre consideró su
    trabajo como moralizador que -si bien ha cambiado cosas en su
    vida privada- apenas si ha cambiado algo en su
    espectáculo. "Pienso que la gente llena sus vidas, unas
    veces con drogas, otras con coches, y otras con lo que sea. Yo he
    llenado la mía con un sincero y divino amor al rock and
    roll. ¡Nunca dejaré mi actitud hacia el rock and
    roll porque creo que el rock and roll es grande!. Soy el primero
    en defenderlo, soy el primero en tocarlo lo más alto que
    puedo, pero cuando se trata de mis creencias, soy el primero en
    defenderlas también. Y eso me ha llevado a tener problemas
    con algunos cristianos que creen que para ser cristiano tienes
    que estar de rodillas las 24 horas del día encerrado en
    algún sitio. Mira, quizá halla gente que pueda
    vivir así, pero no creo que sea la manera en la que Dios
    espera que vivamos. Cuando Cristo vino, él estaba con las
    prostitutas, los alcohólicos y la gente de mala fama
    porque eran quienes le necesitaban". A pesar de que Alice Cooper
    siempre ha mantenido unas excepcionalmente buenas relaciones con
    sus compañeros de trabajo, primero con músicos como
    Jim Morrison (el éxito de 'Eighteen' coincidió con
    el de 'Riders on the Storm' de The Doors) o John Lennon, y ahora
    con otros como Rob Zombie, para quienes todo han sido elogios, su
    relación más popular en la prensa ahora mismo se
    caracteriza más por cierto distanciamiento. "Es
    brillante… Lo único con lo que tengo problemas es con su
    visión del cristianismo…" – declaraba acerca de su algo
    enfrentado discípulo Marilyn Manson. A pesar de que esta
    joven y arrolladora estrella del rock le debe tanto no ha dejado
    por su parte de acusarle a menudo de ser diferente en el
    escenario a como es en la vida real, ante lo que su maestro,
    sorprendido, alega: "¿Cómo puede ser él
    Marilyn Manson cuando lleva a su novia a cenar o va a comprar lo
    regalos de navidad?".

    "Hemos convertido al hombre en un dios y como somos tan
    esclavos de nuestra codicia, estamos haciendo un trabajo fatal
    (…) Creo que necesitamos bajarnos del trono y volver a colocar
    a Dios en su lugar" (…) "Tenemos a Dios empujándonos por
    un lado y al Diablo empujándonos por otro y nosotros
    estamos en medio. Tenemos que tomar una decisión. Y todo
    el mundo, en algún momento de sus vidas, tiene que tomar
    una decisión. Cuando la gente me dice '¿Cómo
    puedes creer esto?', '¿Por qué crees esto?' yo les
    digo que nada más habla a mi corazón. No habla a mi
    intelecto, no habla a mi razón -habla directamente a mi
    corazón y a mi alma, más ondamente de lo que lo
    hace cualquier otra cosa en la que haya pensado. ¡Y lo creo
    totalmente!"

    El realismo social, por lo cruel que inevitablemente ha
    resultado cuando se ha plasmado en las canciones, se ha
    confundido con meras apologías del suicidio. Por
    ello, como es bien sabido, algunos músicos han sido
    llevados a juicio. Curiosamente, no obstante, ha habido
    más a menudo, aunque también resulte difícil
    de creer, casos concretos de gente que confiesa haber encontrado
    las ganas de vivir después de escuchar determinadas
    canciones, como comentan los mismos músicos de grupos como
    Testament (44) o Pennywise (45)., y no por eso deberíamos
    deducir que el rock es terapéutico en esencia.

    III. El interés en el ocultismo.
    "No adoro al Diablo, pero la magia me intriga. La magia de todas
    clases". Jimmy Page (Led Zeppelin) (71).
    Sería injusto si terminásemos este trabajo sin
    haber mencionado que dentro del mundo del rock sí han
    existido músicos (no grupos enteros en la mayoría
    de los casos) que han manifestado tener cierto interés en
    el ocultismo y/o el satanismo. Un interés nunca mayor en
    proporción -eso sí- que el que siempre ha mostrado
    la gente de cualquier otro tiempo por estos temas. Jimmy Page (de
    Led Zeppelin), que tiene en su posesión como
    colección una buena cantidad de objetos de Alister
    Crowley, declaró en una ocasión: "No adoro al
    Diablo, pero la magia me intriga. La magia de todas clases".
    Bruce Dickinson (ex Iron Maiden) llegó incluso a escribir
    un libro acerca de la vida del ya citado Alister Crowley (72).
    Pero aun en estos casos, digamos excepcionales, ese
    interés no deja de ser en la mayor parte de los casos mera
    curiosidad. Por ejemplo se ha escrito mucho acerca de la
    decisión de John Lennon (de The Beatles) de incluir la
    fotografía
    de Crowley en la portada del disco titulado 'Sergeant
    Pepper´s Lonely Hearts Club Band' , ignorando siempre que
    de no ser por la censura también una imagen de Jesucristo
    habría aparecido en esa misma portada…(73) ¡y no
    por eso se nos ocurría pensar que Lennon tenía una
    especial interés en ser cristiano!. Ese anti-clericalismo
    , aun en el caso de estos músicos más interesados
    en lo sobrenatural, se parecía más a una de sus
    infantiles 'pedorretas' que a un premeditado e inteligente
    rechazo hacia Dios o la iglesia. Especialmente cuando
    descubríamos que después de todo, por poner un
    ejemplo generalizado, músicos como Mick Jagger (de Rolling
    Stones) o Tommy Lee (de Motley Crüe) acababan -por ejemplo-
    casándose por la iglesia.

    No es ese por supuesto el caso de otros como Phil
    Anselmo (de Pantera) o del grupo Deicide (74), quienes se han
    ganado sin lugar a dudas un buen puesto en la primera fila de la
    lucha del rock en contra el cristianismo. Con todo no
    sería nunca acertado zanjar la cuestión
    considerando a estos como miembros de un movimiento organizado
    denominado 'satanismo' o algo así, pues en el mejor de los
    casos lo que ellos creen no pasa de ser una mezcla de
    ideologías cogidas de aquí o allá y vividas
    en privado. Aún el bajista de Marilyn Manson, en uno de
    esos arrebatos de humildad que suelen darle a los músicos
    que comienzan a hacerse famosos, declaró que
    después de su segundo trabajo el grupo había
    llegado a ser más grande que el satanismo mismo, y que por
    lo tanto ellos ya no pertenecían a ese movimiento. "El
    satanismo es un proceso mental
    de ser tu mismo -decía el propio Marilyn Manson-, de
    autopreservación. No implica necesariamente adorar al
    diablo. La palabra satanás simboliza la máxima
    rebelión" (75).
    De cualquier forma, aunque el satanismo hubiese sido realmente la
    creencia y la devoción de estos músicos, el
    apóstol Pablo en el Nuevo Testamento sólo autoriza
    juzgar a los que están dentro de la Iglesia
    añadiendo que "a los que están fuera, Dios
    juzgará".

    Partes: 1, 2

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