Indice
1. A 25
años del golpe la lucha continúa
2. Proclama del 24 de Marzo de
1976
4. Los medios
obsecuentes
1. A 25 años del golpe
la lucha continúa
En las décadas del 60 y el 70 se
desarrolló en la Argentina un
proceso de
acumulación revolucionario con base de masas que
llegó a cuestionar seriamente el poder y la
dominación del imperialismo y
la burguesía en estas tierras. En el mundo se vivía
simultáneamente lo que constituyó la ultima oleada
revolucionaria del siglo 20, desde el triunfo de la Revolución
Cubana hasta la gloriosa victoria del Vietnam de Ho Chi Min y
el triunfo de la revolución
Sandinista.
En ese contexto el imperialismo mundial aprendiendo de sus
derrotas y errores elaboró y desplegó la más
brutal ofensiva contrarrevolucionaria que tuviera memoria la
humanidad. Así hace 25 años, en un clima de profundo
cuestionamiento al poder de la burguesía y el imperialismo
en nuestro país, estos sectores como parte de una escalada
continental que Ies permitiese aplastar la ola de grandes luchas
populares en América
Latina, lanzaron sobre los trabajadores, los jóvenes y
los sectores populares, su plan criminal al
igual que poco antes lo habían hecho en Chile,
Bolivia,
Uruguay y
Brasil. Todos
los reaccionarios, las direcciones de los partidos defensores del
sistema (PJ, UCR,
Provinciales), Cámaras Empresarias, la Jerarquía de
la Iglesia, la
Burocracia
Sindical, etc., frente al gran desprestigio que arrastraban ante
los trabajadores y el pueblo, colocaron en la primera
línea de combate a su brazo armado, las Fuerzas Armadas y
sus servicios de
inteligencia,
y lanzaron la más criminal política de
exterminio y entrega que haya conocido nuestra historia.
Antes del 24 de marzo, estos mismos sectores, en nombre de la
"democracia" y
con leyes
constitucionales en la mano habían organizado la Triple A,
habían aplastado a sangre y fuego
las heroicas luchas de los trabajadores en Córdoba y Villa
Constitución, habían firmado el
decreto que autorizaba a las Fuerzas Armadas a "aniquilar la
subversión".
La dictadura
jugó un papel
fundamentalmente ideológico y político, el de
intentar aniquilar toda forma de resistencia a los
proyectos del
imperialismo mediante el terror contrarrevolucionario, generando
así las condiciones para la "vuelta a la democracia", la
que se asienta sobre un océano de sangre y horror, base
sobre la que se sustenta la continuidad de las políticas
antipopulares sucesivamente implementadas. El resultado de estas
políticas es suficientemente conocido, y esencialmente
sufrido cotidianamente por los trabajadores y el pueblo:
liquidación de las conquistas de los trabajadores,
13.600.000 pobres, 6.000.000 entre desocupados y subocupados,
destrucción del sistema de salud y enseñanza pública,
liquidación de cientos de miles de pequeñas
empresas y
comercios en la ciudad y el campo, entrega a precio vil de
las empresas públicas, millones de hambrientos, una
creciente deuda externa que
blindaje mediante asfixia cada vez más a nuestro pueblo,
corrupción
desenfrenada y riqueza abrumadora, ostentosa e
impúdicamente concentrada en un puñado de grandes
empresarios, banqueros y especuladores de todo tipo. La "Historia
Oficial" construida trabajosamente por los representantes
políticos de la burguesía y los intelectuales que
actúan como sus ideólogos, ha elaborado la teoría
de los "dos demonios" en su intento de ocultar su directa
responsabilidad en la planificación y ejecución del golpe
del 76 y condicionar el presente y futuro de las luchas
populares. Nosotros decimos que aquí hubo una guerra de
aniquilamiento llevada adelante por el imperialismo y las
multinacionales y sus circunstanciales agentes políticos,
los Videla y compañía, contra los trabajadores y el
pueblo y sus organizaciones de
vanguardia.
En el marco de esta cínica teoría que
pretende equiparar a criminales contrarrevolucionarios, sean
civiles o militares, con los revolucionarios y luchadores del
campo obrero y popular, la burguesía y sus partidos
pretenden colocarse como representantes de la "democracia", como
garantes de las leyes. En los hechos concretos aseguran la
impunidad de sus propios asesinos a través del Punto Final
y la Obediencia Debida de Alfonsín, hasta los Indultos de
Menem, pasando
por la derogación trucha impulsada por la Alianza de las
leyes de la impunidad, en ese sentido la reciente
declaración de inconstitucionalidad es un intento
más de lavarse la cara del régimen una vez que
estas leyes cumplieron sobradamente su función.
Al tiempo que
reciclan ahora como hombres de la democracia a los Bussi, Rico,
Pati, Ruckauf, etc., demostrando que esta "democracia" no es otra
cosa que la continuidad maquillada de la dictadura, construida y
sostenida sobre la desaparición y el asesinato de 30.000
compañeros, a los que ahora se le suma el genocidio de
millones de compatriotas superexplotados, hambrientos y
desocupados, el mantenimiento
de los presos políticos, el procesamiento a más de
2.500 luchadores, las detenciones de Emilio Alí y
Emerenciano Sena, los asesinatos de Teresa Rodríguez en
Neuquén, Víctor Choque en Tierra del
Fuego, Ojeda y Escobar en el puente de Chaco y Corrientes,
Verón en Salta, la política del gatillo
fácil que se cobra día tras día una nueva
víctima principalmente entre nuestros jóvenes,
etc.
La necesaria lucha por defender y ampliar las libertades
públicas, en momentos en que crece la represión, no
se puede confundir con la defensa de esta "democracia" que
hambrea y reprime a millones de argentinos. Los trabajadores y
los sectores populares debemos poner en el centro de nuestras
tareas, la lucha por otra forma y contenido de organización política,
económica y social de nuestro país, por la
democracia de los trabajadores, por establecer un gobierno de los
trabajadores y los sectores populares, de lo que se trata
entonces es de dotarnos de un proyecto, una
organización y una política de acumulación
de fuerzas para la toma del poder, por y para las masas, para fa
Revolución y el Socialismo.
En este 25a aniversario del golpe, pretenden oxigenar,
frente al desgaste del conjunto de sus instituciones
(el parlamento, la justicia,
etc.) a su "democracia" haciendo eje con exclusividad en la memoria
como complemento de la teoría de los dos demonios.
Aquí la memoria actuaría como unificadora, como
elemento que diluye las diferencias como sostén de la
democracia burguesa y sus instituciones.
Con este fin ha lanzado una ofensiva tendiente a clausurar
definitivamente la lucha por el juicio y castigo de los asesinos
y secuestradores a partir de poner en circulación la
CONADEP II e intentar montar una mesa de reconciliación
entre las víctimas y victimarios, siguiendo un lineamento
continental que ya ha tenido un grado de concreción en
Chile y Uruguay con los resultados conocidos y en el mismo
momento en que prepara una nueva contraofensiva contra los
pueblos de América
Latina cuya expresión más concreta es el Plan
Colombia. De
allí que no sea un tema menor la lucha por el contenido
político que le fijemos a este nuevo aniversario del
golpe. El gobierno, los partidos de la burguesía, la
iglesia, sectores de la burocracia sindical se esfuerzan porque
sea una jornada de "reconciliación nacional" aportando en
esta dirección no sólo las ideas, sino
también apoyo de todo tipo a determinados organizaciones
de DDHH, políticas y sociales proclives a estas ideas.
Sería peligroso subestimar esta posibilidad, más
cuando existen organizaciones de DDHH que no han tenido empacho
en reunirse con verdaderos buitres como la esposa de Clinton o la
ex Secretaria de Estado yanqui
Madelein Albright. Representantes del mismo imperialismo que
llevó adelante la guerra en Yugoslavia e implemento el
Plan Colombia, refuerzan sus ataques contra Irak y apoya
la política criminal sionista contra nuestro hermano
pueblo Palestino, continúa con la agresión
permanente contra Cuba
Socialista, realiza ejercicios militares en conjunto con las FFAA
como preparación de una nueva agresión contra
nuestro pueblo. Estos mismos organismos se prestan a los manejos
de Ibarra y Ruckauf tras la apoyatura al Premio Nobel de La Paz,
como si se pudiese llevar adelante la lucha por el juicio y
castigo y una política consecuente contra la
represión con la colaboración de los representantes
del imperialismo yanqui y acordando políticas con los
representantes políticos de la burguesía
local.
En este sentido seria importante que fuerzas de
izquierda y luchadores honestos que durante todos estos
años han luchado por la plena vigencia de los DDHH se
diferencien claramente de estos sectores y aporten con mayor
decisión a la construcción de una política de
confrontación y lucha contra estas políticas. Desde
Refundación Comunista reivindicamos la lucha de los
revolucionarios de las décadas del 60 y 70. Ellos fueron
lo mejor de nuestra clase obrera y nuestro pueblo, con
heroísmo, decisión y coraje libraron una guerra
justa, en función de los intereses de los trabajadores y
el pueblo. Una guerra desigual contra las fuerzas de la
burguesía y el imperialismo que cobardemente la llevaron
adelante contra el pueblo para garantizar la continuidad del
sistema de hambre, explotación y miseria.
Desde Refundación Comunista reivindicamos la
memoria de lucha y de combate de nuestro pueblo como necesidad de
recomponer una alternativa revolucionaria y socialista en nuestro
país, la memoria como lucha por el poder, la memoria del
clasismo en el movimiento
obrero, la memoria como convicción de que es necesario y
posible sobre la base de la unidad de los revolucionarios y los
sectores populares para construir respuestas superiores para
liquidar la contrarrevolución y quebrar el dominio de la
burguesía y el imperialismo sobre nuestra patria grande
latinoamericana.
En este sentido creemos conveniente promover las más
variadas iniciativas locales, regionales y nacionales de carácter
combativo, que expresen grados de unidad de acción amplia
en la lucha y perspectivas de continuidad, para conmemorar este
nuevo aniversario de la dictadura fascista marcando a fuego a
nuestros enemigos: El imperialismo yanqui, los lamebotas de las
distintas fracciones de la burguesía que continúan
aplicando la política de los monopolios y garantizando la
impunidad de los represores civiles y militares (PJ, Alianza y
Partidos Provinciales).
2. Proclama del 24 de Marzo de
1976
"Agotadas todas las instancias de mecanismo
constitucionales, superada la posibilidad de rectificaciones
dentro del marco de las instituciones y demostrada en forma
irrefutable la imposibilidad de la recuperación del
proceso por las vías naturales, llega a su término
una situación que agravia a la Nación
y compromete su futuro. Nuestro pueblo ha sufrido una nueva
frustración. Frente a un tremendo vacío de poder,
capaz de sumirnos en la disolución y la anarquía, a
la falta de capacidad de convocatoria que ha demostrado el
gobierno nacional, a las reiteradas y sucesivas contradicciones
demostradas en las medidas de toda índole, a la falta de
una estrategia global
que, conducida por el poder político, enfrentara a la
subversión, a la carencia de soluciones
para el país, cuya resultante ha sido el incremento
permanente de todos los exterminios, a la ausencia total de los
ejemplos éticos y morales que deben dar quienes ejercen la
conducción del Estado, a la manifiesta irresponsabilidad
en el manejo de la economía que
ocasionara el agotamiento del aparato productivo, a la
especulación y corrupción generalizadas, todo lo
cual se traduce en una irreparable pérdida del sentido de
grandeza y de fe, las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de una
obligación irrenunciable, han asumido la conducción
del Estado. Una obligación que surge de serenas
meditaciones sobre las consecuencias irreparables que
podía tener sobre el destino de la Nación, una
actitud
distinta a la adoptada.
Esta decisión persigue el propósito de terminar con
el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo, y
sólo está dirigida contra quienes han delinquido y
cometido abusos del poder. Es una decisión por la Patria,
y no supone, por lo tanto, discriminaciones contra ninguna
militancia cívica ni sector social alguno. Rechaza por
consiguiente la acción disociadora de todos los
extremismos y el efecto corruptor de cualquier demagogia. Las
Fuerzas Armadas desarrollarán, durante la etapa que hoy se
inicia, una acción regida por pautas perfectamente
determinadas. Por medio del orden, del trabajo, de la observancia
plena de los principios
éticos y morales, de la justicia, de la realización
integral del hombre, del
respeto a sus
derechos y
dignidad. Así la República llegará a la
unidad de los argentinos y a la total recuperación del ser
nacional, metas irrenunciables, para cuya obtención se
convoca a un esfuerzo común a los hombres y mujeres, sin
exclusiones, que habitan este suelo, tras estas
aspiraciones compartidas, todos los sectores representativos del
país deben sentirse claramente identificados y, por ende,
comprometidos en la empresa
común que conduzca a la grandeza de la Patria.
Al contraer las Fuerzas Armadas tan trascendente compromiso
formulan una firme convocatoria a toda la comunidad
nacional. En esta nueva etapa hay un puesto para cada ciudadano.
La tarea es ardua y urgente, pero se la emprende con el absoluto
convencimiento de que el ejemplo se predicará de arriba
hacia abajo y con fe en el futuro argentino.
La conducción del proceso se ejercitará con
absoluta firmeza y vocación de servicio. A
partir de este momento, la responsabilidad asumida impone el
ejercicio severo de la autoridad para
erradicar definitivamente los vicios que afectan al país.
Por ello, a la par que se continuará sin tregua
combatiendo a la delincuencia
subversiva, abierta o encubierta, se desterrará toda
demagogia.
No se tolerará la corrupción o la venalidad bajo
ninguna forma o circunstancia, ni tampoco cualquier
transgresión a la ley en
oposición al proceso de reparación que se
inicia.
Las Fuerzas Armadas han asumido el control de la
República. Quiera el país todo comprender el
sentido profundo e inequívoco de esta actitud para que la
responsabilidad y el esfuerzo colectivo acompañen esta
empresa que,
persiguiendo el bien común, alcanzará con la ayuda
de Dios, la plena recuperación nacional.
[Firmado] :
Jorge Rafael Videla, Tte. Gral., Comandante Gral. del
Ejército;
Emilio Eduardo Massera, Almte., Comandante Gral. de la
Armada;
Orlando Ramón
Agosti, Brig. Gral., Comandante Gral. de la Fuerza
Aerea.
3. Comportamiento
de la prensa en los
días previos a la dictadura
El golpe militar del 24 de marzo de 1976 fue anunciado y
apoyado por los medios
Nota del 18 del 3 de 1992. EDUARDO BLANCO
El martes 24 se cumplirán dieciséis años de
la irrupción de la dictadura militar
encabezada por Jorge Rafael Videla, Orlando Agosti y Emilio
Massera. Aquel autodenominado Proceso de Reorganización
Nacional, tras derrocar a María Estela Martínez de
Perón,
instauró el terrorismo de
Estado y aplicó un severo plan económico que
definió un nuevo modelo de
país, acosado por su gigantesca deuda externa y su
recesión económica. En aquellos agitados
días de marzo de 1976, la prensa jugó un papel
protagónico, en algunos casos apoyando decididamente el
golpe, como lo refleja el tratamiento informativo de los
acontecimientos.
En su último número del año 1975, la
revista Gente
de la Editorial Atlántida, titulaba su nota central:
"Nochebuena con Videla en Tucumán". Era la
presentación en sociedad del
teniente general Jorge Rafael Videla, jefe del Ejército,
quien por esos días daba a conocer el primer bando
golpista contra el gobierno de María Estela
Martínez de Perón. En aquel mensaje, que iniciaba
el estado de
deliberación permanente de las tres fuerzas, Videla
advertía sobre "Ia sana rabia del verdadero soldado". Poco
a poco los medios fueron
tomando partido ante la nueva instancia política. En enero
de 1976, la revista Redacción publicaba un editorial de su
director, Hugo Gambini, en el que planteaba la ilegitimidad del
gobierno peronista. En la opinión del actual columnista de
Gerardo Sofovich en Polémica en el bar, el movimiento
político creado por Juan Domingo Peron carecía
históricamente de legitimidad, aun cuando había
ganado la elecciones nacionales por un amplio margen. A partir
del mes de marzo, la mayoría de los medios gráficos comenzaron a aumentar el espacio
dedicado a los temas militares, previendo que la amenaza de
Videla fuera cumplida. Uno de los primeros en tomar partido fue
el matutino La Prensa, que prestaba sus páginas a las
proclamas golpistas de Isaac Rojas quien desde su movimiento
Acción Patriótica Argentina, exhortaba a decir
"¡Basta!". El diario de la familia
Gainza Paz publicaba el 12 de marzo un editorial que no ahorraba
calificativos: "Manirroto, desaprensivo, el gobierno no es dique
de contención", aseguraba. Cinco días más
tarde, Clarín y La Nación coincidían en
señalar desde sus editoriales el sentimiento de
indignación" e inseguridad"
de los argentinos. El matutino de la viuda de Noble,
además, titulaba su tapa con un marcada tono
sarcástico: "Balbín exhortó a buscar
soluciones magistrales", decía en referencia al mensaje
que el político radical había dirigido por la
cadena oficial la noche anterior, en el que había pedido
la defensa de las instituciones democráticas. Mientras los
partidos opositores y el gobierno se reunían en la
Multipartidaria en un intento de revertir la difícil
situación, el vespertino La Razón se anticipaba
varios días a los acontecimientos. El 19 de marzo -casi
una semana antes del golpe- su principal titular de tapa era:
"Culmina el proceso". Tres días después, le
recordaba a sus lectores que "hace 89 días, el comandante
general del Ejército, Jorge Rafael Videla,
pronunció un significativo mensaje para el
país".
El 21 de marzo, el festejo por los 164 años de la
creación del regimiento de Granaderos a Caballo fue la
noticia más destacada en todas las tapas. La información, habitualmente intrascendente,
tenía un interés
especial ya que allí se reunirían el ministro de
Defensa José Deheza y el teniente general Videla, quien
pese a haberle asegurado pocos días antes que el
calendario de su reloj estaba detenido "para el uso de la
fuerza", conspiraba con el resto de las Fuerzas Armadas. En la
mañana del lunes 22 ,todos los diarios coincidían
en señalar la inminencia del golpe de Estado.
"Alternativa inconducente", era el título del editorial de
Clarín que se refería a los últimos intentos
de los partidos de la oposición y el gobierno por
preservar el sistema democráti-co, al adelantar la fecha
de las elecciones. Con el slogan: "Blanca y celeste, aunque nos
cueste", la Liga Pro Comportamiento Humano iniciaba una
campaña destinada claramente a apoyar el levantamiento
militar que tuvo continuidad en otros dos mensajes. El primero
mostraba la imagen de un
soldado bajo el título "Tu pueblo te respalda" y el otro
que, sin eufemismos, aseguraba: "Las papas queman, el pueblo ya
no da más". Los tres avisos fueron publicados en los
principales diarios. Lorenzo Miguel, Deolindo Bittel, José
Deheza y el resto de los miembros del gobierno, desmentían
a cada momento que fuera a producirse un golpe. El panorama para
los medios, sin embargo, era mucho más sombrío. "Es
inminente el final, está todo dicho", afirmaba La
Razón con una indisimulable felicidad, el 23 de marzo. Un
día después se apropiaba del poder la dictadura
más sangrienta de nuestra historia. Ningún medio
utilizó la figura "golpe de Estado" para definirla nueva
interrupción del proceso democrático. Para La
Razón, las Fuerzas Armadas habían "asumido el
ejercicio del poder", La Prensa decía que se trataba de un
"control operacional", La Nación prefería referirse
a una "asunción de poder" y Clarín informaba que se
trataba simplemente de "un nuevo gobierno" y que María
Estela Martínez de Perón había sufrido un
"alejamiento del poder". En aquel editorial aparecido en
Redacción, en el que Hugo Gambini se refería al
peronismo tres
meses antes del golpe, el periodista invitaba a que sus lectores
conocieran la verdad histórica por medio del testimonio de
las publicaciones de la época. Gambini aseguraba que
así se podría desenmascarar los "falsos testimonios
de quienes se empeñan en acomodar la historia a su manera,
para jugar a la legalidad o a la ilegalidad según les
convenga en cada momento, sin importarles el destino del
país".
"Quien conoce el pensamiento de
estos hombres de armas sabe que no
vienen a perseguir a nadie. Sólo puede estar preocupado el
que ha delinquido, quien abusó del poder o el terrorista
de cualquier signo. (…) Las Fuerzas Armadas saben perfectamente
que lo suyo es una misión de
reordenamiento y reparación de la República." (La
Razón. 27-3-76)
"Es la culminación de un largo proceso, durante el cual
los mandos castrenses decidieron prepararse para dar este
trascendente paso, en caso de que el proceso tomase un rumbo que
pusiera en peligro la integridad nacional." (Clarín.
24-3-76)
"Señor teniente general. Queremos hablar con usted
abiertamente. Sin aplausos prematuros ni reservas mentales. Lo
hemos oído con
atención. Su discurso fue
una invitación al diálogo.
Vamos a dialogar. Usted está al frente de 26 millones de
argentinos cumpliendo una misión de servicio. Nosotros,
hombres comunes y corrientes, también queremos sumarnos a
este proceso." (Gente. 8-4-76)
"Hay que salvar a las instituciones". Las mujeres oíamos
esa frase y no sabíamos exactamente qué pensar. La
oíamos en boca de políticos adversarios entre
sí, en boca de funcionarios públicos, de
legisladores, de ministros. Salvar a las instituciones. Pero,
¿qué sucedía mientras tanto? Estallaban
bombas,
aparecían cadáveres en todas partes, se
cometían crímenes impunemente, el peso
perdía aceleradamente su valor, el robo
se enseñoreaba en todos los estratos… Salvar las
instituciones. ¿Para qué? ¿Para eso?
¿Para que todos los días nos anunciaran que
estábamos cayendo más hondo hundiéndonos
más en la desesperación, en la desidia, en el
odio?, (Para Tí. Marzo 1976).
Autor:
Carolina