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Guerra en Irak. Historia de la Crisis



    1. Guerra y
      petróleo.
    2. Consideraciones
      Finales

    Irak ha jugado desde siempre un papel central
    en el mercado petrolero
    del Medio Oriente y de hecho fue la fuente original del petróleo
    de la región. Un documento de 1947 de la planeación
    gubernamental de los Estados Unidos
    intitulado "United States Petroleum Policy" establece: los
    Estados Unidos deben de buscar la "eliminación o
    modificación de las barreras existentes a la
    expansión de las operaciones
    petroleras Americanas en el extranjero" y "…promover…la
    entrada de nuevas firmas Americanas en todas las fases de las
    operaciones petrolíferas extranjeras". Hasta mediados de
    los años 50 la mayor "barrera" en Irak era la Gran
    Bretaña, para quienes el
    petróleo fue la principal recompensa por su
    colonización temprana en gran parte de la región.
    De hecho, cuando la Standard Oil de California aseguró la
    primera concesión occidental en Arabia Saudita en 1932, un
    consorcio mucho más grande y poderoso estaba ahí
    para impedir el trato, la "Iraq Petroleum
    Company" (IPC). La IPC, de dominio
    Británico, no pensaba que se harían descubrimientos
    de nuevos mantos petrolíferos en Arabia Saudita
    (opinión general de aquella época), y ya contaban
    con más petróleo del que podían manejar en
    Irak, así que permitieron a los Estados Unidos hacerse de
    un pequeño nicho en la península Arábiga. La
    IPC, precursora de compañías como la BP (British
    Petrol), Shell, Total (de Francia) y
    Exxon, suprimió por muchos años las noticias de
    descubrimientos de mantos petrolíferos en Irak y a
    través de varios mecanismos mantuvo una baja producción con objeto de mantener precios altos.
    Estas prácticas restrictivas comenzaron en los años
    30 y continuaron hasta los 60’s, como habría de
    descubrir el Subcomité del Senado Norteamericano sobre
    Corporaciones Multinacionales en el año de 1974. Un
    documento interno de la IPC de 1967 demuestra que la
    compañía descubrió vastos depósitos
    de petróleo, pero "impidió su explotación y
    no los clasificó en forma alguna porque la apertura de
    dicha información habría provocado que las
    compañías" complicaran su posición
    negociadora con el gobierno
    Iraquí.

    Sin embargo, los intereses petroleros extranjeros tienen
    un gran enemigo: el nacionalismo;
    es decir, las tendencias de los líderes o el pueblo de
    querer beneficiarse por ellos mismos de sus propios recursos. Por
    algunos años los nacionalistas árabes fueron
    liderados por el presidente Egipcio Nasser, quien por mucho
    tiempo fue
    máximo inspirador en el mundo árabe por sus
    desafíos al neocolonialismo occidental. Libia fue el
    primer país en convertirse en enemigo de los Estados
    Unidos en 1969. Compañías occidentales en Libia
    suministraban entonces a Europa con
    petróleo que era valioso por su cercanía y por su
    bajo contenido en sulfuro.

    La IPC estaba administrando su producción de
    acuerdo a los intereses mundiales de las Compañías
    participantes y no solamente según los intereses del
    pueblo iraquí. Andreas Lowenfeld notó que "Esto,
    por supuesto, ha sido una de las principales imputaciones del
    gobierno de Irak en contra de la IPC". El conflicto
    entre las corporaciones y el gobierno Iraquí
    comenzó en 1972, cuando el gobierno decidió
    nacionalizar las propiedades de la IPC. Después de la
    dolorosa batalla, la IPC finalmente firmó el acuerdo de
    nacionalización el 28 de febrero de 1973, recibiendo
    compensaciones económicas de Bagdad, pero sin
    compensaciones de compra (esto es, compensaciones en las cuales
    las compañías petroleras tienen el derecho a
    comprar grandes cantidades de petróleo a precios
    preferenciales) ni para las compañías
    británicas ni para las americanas (aunque si para
    Francia). El movimiento fue
    inmensamente popular: el vicepresidente Saddam Hussein los
    resumió como: "Nuestra riqueza ha vuelto a nosotros".
    Ahora, los miembros sobrevivientes del cartel de la IPC, tres de
    las compañías públicas más grandes
    del mundo, BP, Shell y ExxonMobil, han manifestado su interés en
    explotar la caída de Saddam Hussein para recuperar sus
    viejas posesiones en Irak, argumentando que el acuerdo de
    nacionalización-compensación fue firmado bajo
    presión. El profesor Thomas Walde,
    antiguamente el principal consejero interregional sobre la
    legislación del gas y
    petróleo, ha observado con respecto a las empresas
    petroleras, que, "Si yo fuera su asesor, convertiría esto
    en carta de negociación con el nuevo gobierno.
    Podría jugar un importante papel en la carrera por obtener
    contratos".
    Así que tenemos que hay grandes ganancias en juego, todas
    en términos de contratos para reconstruir la industria
    petrolera Iraquí y para desarrollar nuevas concesiones;
    con grandes beneficios en el horizonte.

    Ésta segunda guerra entre
    Estados Unidos e Irak será también la
    culminación de un proceso que
    comenzó hace medio siglo, cuando los Estados Unidos por
    primera vez emplearon a su "Central Intelligence Agency" (CIA) de
    forma secreta e ilegal para derrocar a un gobierno electo
    democráticamente. El Golpe de Estado
    maquinado por la CIA en contra del Primer Ministro de
    Irán, Mohammad Mossadeq, comenzó una cadena de
    eventos que
    incluyeron la revolución
    del Ayatollah khoemeini en 1979 en contra del entonces Sha y su
    mandamás los Estados Unidos. Esta revolución
    destruyó uno de los "pilares gemelos" de la estrategia
    americana en el Golfo: el cultivo de estados-cliente
    autoritarios y antidemocráticos en Arabia Saudita e
    Irán como fuente de petróleo y bastiones en contra
    de la Unión Sovietica. La revolución
    islámica de Irán demandó entonces una
    reestructuración mayor de la política exterior
    Norteamericana de la zona. En el mismo año, la
    Unión Sovietica invadió Afganistán y los
    Estados Unidos secretamente comenzaron a armar la resistencia
    afgana antisoviética, así como también a
    Osama Bin Laden. Esto puso en movimiento una serie de intrincadas
    series de realineamientos que en última instancia condujo
    a los veteranos de la resistencia afgana antisoviética a
    organizar los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en
    contra de Nueva York y Washington.

    Después de la revolución de 1979 en
    Irán, los Estados Unidos decidieron respaldar al entonces
    jurado enemigo de los Clérigos Islámicos: el
    tiránico presidente Saddam Hussein. En septiembre de 1980,
    Saddam invadió Irán. Cuando parecía que
    Irán derrocaría a Saddam, la
    administración Reagan secretamente comenzó a
    proveerle con imágenes
    de inteligencia
    satelital y armamento, incluidos los precursores para el desarrollo de
    armas
    biológicas y los ingredientes básicos para los
    agentes químicos que utilizó, en palabras del
    presidente Bush, "para gasear a su propia gente". La guerra de
    Irán e Irak terminó con una terrible pérdida
    de vidas para ambas partes. Joost Hilterman, quien prepara un
    libro
    devastador en el tema Estados Unidos-Irak, ha escarbado entre
    montones y montones de documentos no
    clasificados del gobierno de los Estados Unidos, sólo para
    descubrir que después que Saddam hubo gaseado a 6,800
    kurdos en Habalaja el pentágono salió en defensa de
    Saddam al parcialmente culpar a Irán por la atrocidad. Un
    nuevo documento no clasificado del Departamento de Estado
    demuestra que la idea fue planeada por el pentágono, quien
    a lo largo de todo esto apoyó a Saddam, y afirma el
    documento además que los diplomáticos
    norteamericanos recibieron órdenes de apoyar la
    versión de la culpabilidad de Irán, pero de no
    discutir detalles. De no discutir detalles, por supuesto, porque
    la historia era una mentira. Esto, recordemos, fue cinco
    años después de que la Secretaría de
    Seguridad
    Nacional de los Estados Unidos publicó la Decisión
    Directiva114 –concluida en 1983, el mismo año de la
    visita amistosa de Rumsfeld a Bagdad- autorizó formalmente
    billones de dólares en préstamos y otros créditos a Bagdad. ¿Y ésta
    guerra trata sobre derechos
    humanos?.

    En 1990, Los Estados Unidos permitió a Saddam
    creer que toleraría su invasión de Kuwait. Cada
    líder
    Iraquí desde 1920 ha hecho votos por invadir Kuwait y
    reunificarla con Irak, Saddam no fue la excepción. Los
    Estados Unidos abrazaron entonces la oportunidad puesta por la
    invasión iraquí para ampliamente expandir su
    imperio de bases militares en el Golfo Pérsico.
    Cómo el estudioso del medio Oriente Stephen Zunes observa:
    "Estados Unidos usó la invasión iraquí de
    Kuwait como una excusa para llevar más adelante su
    largamente deseada hegemonía militar, política y
    económica en la región."

    La guerra del Golfo Pérsico en 1991
    terminó con un estancamiento entre Irak y las fuerzas
    aliadas capitaneadas por los Estados Unidos y el primer
    presidente George Bush. El presidente Iraquí Saddam
    Hussein fue expulsado de Kuwait, el país que había
    invadido seis meses atrás. El tratado de paz obligaba a
    Irak a destruir cualquier arma química o
    biológica, y un equipo de inspectores de las Naciones Unidas
    habría de regularmente registrar el país para
    asegurarse del desarme. Un estricto embargo impedía a Irak
    vender petróleo o comprar armas en los mercados
    internacionales hasta que las Naciones Unidas juzgara el total
    cumplimiento de las resoluciones de paz.

    Irak es uno de los más grandes productores de
    petróleo, y los magnates estadounidenses y sauditas hacen
    billones de dólares mientras su petróleo se
    encuentra bloqueado. Hussein originalmente invadió Kuwait
    por una disputa de petróleo. Ambos presidentes Bush, padre
    e hijo, han hecho millones de dólares en petróleo.
    La política de la región es la política del
    petróleo y grandes cantidades de dinero han de
    ser hechas y perdidas por los ganadores y perdedores de los
    conflictos
    internacionales en la región. Los Estados Unidos y la Gran
    Bretaña querían la continuación del embargo,
    mientras que los rusos y franceses (que querían
    beneficiarse comprando y distribuyendo petróleo
    Iraquí) pedían la suspensión del
    mismo.

    Atrás en 1991, había muchos en la administración Bush que hubieran deseado
    que el tratado de paz no se hubiera firmado. Hubieran preferido
    que las fuerzas norteamericanas hubieran continuado hasta Bagdad
    y expulsado a Saddam Hussein. Querrían haber instalado un
    gobierno norteamericano en Irak. Muchos de estos "halcones"
    estaban también involucrados en el mercado petrolero. A
    través de los años 90’s, ellos se encontraban
    fuera del gobierno y relativamente fuera del poder.
    Escribieron artículos sobre lo que hubiera sucedido si las
    tropas norteamericanas hubieran invadido Irak, pero a nadie le
    importó. Luego, en el año 2000, George W. Bush,
    hijo del primer presidente Bush, fue elegido también
    presidente de los Estados Unidos. La mayoría de su
    Gabinete y administración son amigos de su padre e incluye
    a aquellos quienes hubieran preferido que continuara la primera
    Guerra del Golfo en 1991. Desde entonces, desde la primera Guerra
    del Golfo, la gente de la Casa Blanca y del Pentágono,
    quienes planearon y ejecutaron esa guerra, han deseado volver a
    Irak a terminar lo que iniciaron. Lo han manifestado así
    en reportes escritos por el entonces Secretario de la Defensa
    Dick Cheney en los últimos años de la
    administración de George Bush padre; y durante el
    período en el que estuvieron fuera del poder, de 1992 a
    2000, han redactado planes describiendo lo que harían si
    los Republicanos retomaran la Casa Blanca. En la primavera de
    1997, en los años de la administración Clinton,
    Rumsfeld, Dick Cheney y un grupo de otros
    hombres de derecha (la mayoría involucrados en al
    industria del petróleo) crearon el "Project for the New
    American Century" (PNAC), un grupo de presión que
    demandaba un "cambio de
    régimen" en Irak. Así que la actual guerra en Irak
    fue en realidad maquinada cinco años atrás, por
    hombres como Cheney y Khalilzad, quienes son hombres de
    petróleo hasta el hueso.

    La administración Bush simplemente no
    podía ir a la guerra sin antes relacionarla de alguna
    manera con los ataques del 11 de septiembre. Así que
    primero lanzó una guerra sencilla en Afganistán.
    Muchos de los consejeros del Presidente Bush han estado
    esperanzados de que Saddam estuviera detrás de los
    ataques. Ellos han estado obsesionados tras Saddam Hussein por
    todo una década y buscaban una excusa para reiniciar la
    Guerra del Golfo Pérsico. Pero no hay ninguna
    conexión entre el régimen de Bagdad y Osama Bin
    Laden. En Afganistán, había al menos una
    conexión visible entre Osama y el régimen Taliban,
    con todo y que los Estados Unidos hayan contribuido aún
    más al desarrollo de Osama como terrorista de lo que haya
    jamás contribuido Afganistán. Mientras tanto, la
    Casa Blanca lanzó una de las más extraordinarias
    campañas de propaganda de
    los todos los tiempos modernos para convencer al público
    americano de que un ataque a Saddam debería ser una parte
    integral de la guerra americana "en contra del terrorismo".

    Recordemos: no hay absolutamente ninguna conexión
    entre Irak y los ataques terroristas del 11 de septiembre y
    absolutamente nada ha cambiado entre Estados Unidos e Irak por
    años. A pesar de esta no-conexión, el Presidente
    George W. Bush y su gabinete han comenzado una guerra en Irak,
    sin encontrar aún prueba contundente de la existencia de
    armas de destrucción masiva en Irak.

    Guerra y
    petróleo.

    A través de la historia, los imperios han gastado
    más en guerras de
    conquista de lo que han obtenido a cambio. Pero los costos del
    imperio son soportados por la sociedad en su
    conjunto, mientras que los beneficios del imperio son disfrutados
    por el pequeño grupo influyente. Por lo tanto, en general,
    para aquellos que hacen las políticas
    (los cuales comparten intereses y puntos de vista con aquellos
    que detentan el poder) es completamente racional usar los
    recursos de la sociedad para asegurar los intereses de los ricos
    y poderosos, aún cuando el gasto por mucho exceda las
    ganancias proyectadas. Los costos son socializados, las ganancias
    privatizadas. Esa es la realidad de nuestro sistema de
    mercado.

    Una guerra hará a unos cuantos ricos aún
    más ricos, especialmente a los accionistas de las
    compañías de manufactura de
    equipo militar. Ha sido discretamente anunciado, que por
    algún tiempo, después de una victoria
    norteamericana, solamente a corporaciones norteamericanas le
    serán otorgados lucrativos contratos para la
    reconstrucción de las facilidades petroleras
    iraquíes (ya bajo contrato se
    encuentra Halliburton, la compañía del
    vicepresidente Dick Cheney).

    Las reservas petroleras de Irak son las segundas
    más grandes del planeta después de las de Arabia
    Saudita. Dado que ambos, el presidente y el vicepresidente de los
    Estados Unidos fueron ejecutivos de compañías
    petroleras y que el padre del presidente, también
    antiguamente presidente, fue el fundador de la "Zapata Offshore
    Oil Company", resulta razonable asumir que estos hombres se
    encuentran muy familiarizados con las riquezas
    petrolíferas iraquíes. La compañía
    "Zapata" perforó el primer manto petrolífero en
    Kuwait. En 1963, Bush padre unió Zapata con otra firma
    para crear el gigante Pennzoil, y, en 1966, vendió sus
    acciones,
    convirtiéndose en millonario. Durante 1998 y 1992, cuando
    Cheney era presidente de la "Halliburton Company of Houston",
    Halliburton vendió a Saddam alrededor de 23.8 millones de
    dólares en equipo para pozos petroleros. Tal vez la
    razón por la que Bush hijo está tan obsesionado con
    Irak es que quiere apoderarse de su petróleo. Los Estados
    Unidos necesitan una gran cantidad de petróleo para su
    sector automotriz y también tiene interés en
    controlar a otros países cuya vida industrial es
    igualmente dependiente del petróleo importado. Cómo
    Anthony Sampson, el experto en petróleo y autor del
    clásico libro en grandes compañías de
    petróleo, "Las Siete Hermanas", observa: "Los intereses
    occidentales por el petróleo influencian las
    políticas militares y diplomáticas, y no es
    accidente que mientras las compañías americanas
    están compitiendo por acceso al petróleo en
    Asia Central,
    los Estados Unidos estén construyendo bases militares a
    través de la región".

    El Departamento norteamericano de Energía
    anunció a principios de
    enero de 2003 que para el año 2025, las importaciones
    Estadounidenses de petróleo serían talvez de
    alrededor del 70% de la demanda total
    Estadounidense. (era del 55% tan sólo hace dos
    años). Cómo Michael Renner del "Worldwatch
    Institute" mencionó desoladoramente: "Los depósitos
    Estadounidenses están crecientemente siendo agotados, y
    muchos depósitos fuera de la OPEC están comenzando
    a quedar vacíos". El grueso de las extracciones futuras
    tendrán que provenir de la región del Golfo". De
    manera que no es sorprendente que toda la política
    Energética del señor Bush se encuentre basada en el
    creciente consumo de
    petróleo. Cerca del 70% de las reservas probadas de
    petróleo mundiales provienen del Medio Oriente. Una vez
    que el régimen norteamericano se establezca en Bagdad, las
    compañías norteamericanas tendrán acceso a
    112 billones de barriles de petróleo. Con las reservas no
    probadas, es posible que incluso terminaran por controlar hasta
    el 25% de la totalidad de las reservas mundiales. Al mismo
    tiempo, es sabido que el petróleo del mar del norte tiene
    un costo de 3 a 4
    dólares por barril, y de acuerdo con John Telling,
    "líder de una de las pocas compañías
    occidentales que admiten trabajar en Irak", el petróleo
    Iraquí podría llegar a costar tan poco como 97
    centavos de dólar por barril: "Noventa centavos un barril
    que se vende por 30 dólares, esa es una clase de negocio
    en la que uno quisiera estar involucrado". ¿Y ésta
    guerra no es por petróleo?

    La oferta
    física y
    el control del
    precio del
    petróleo han sido siempre asuntos centrales, pero
    también otra forma de beneficiarse es a través de
    los ingresos
    excedentes de los productores de petróleo que son enviadas
    a los Estados Unidos a través de depósitos
    bancarios, compra de papeles gubernamentales y otros tipos de
    inversiones, y
    también del envío de estas ganancias a los mercados
    financieros Británicos. Documentos no-clasificados de
    los Estados Unidos señalan que: "El Reino Unido afirma
    que, su estabilidad financiera se vería seriamente
    amenazada si el petróleo de Kuwait y del Golfo
    Pérsico no estuvieran disponibles al Reino Unido bajo
    términos razonables; si el Reino Unido estuviera privado
    de las grandes inversiones hechas por la región y si la
    libra fuera privada del soporte proveído por el
    petróleo del Golfo". Antes de la Guerra del Golfo, Kuwait
    tenía vastas inversiones en Occidente que incluían
    Bonos de
    Tesorería, portafolios administrados por el "City Bank",
    reservas en oro de la Reserva Federal (E.U.) y Banco de Inglaterra, y 10%
    en capital de
    riesgo en la
    British Petrol –todo lo cual explica ampliamente porque
    estaba bien para Irak invadir Irán pero no Kuwait. Thomas
    Ferguson escribió en aquel tiempo que: "los
    petrodólares excedentes de los Estados líderes del
    Medio Oriente ya no representan el ‘Amazonas’ del
    mundo capitalista…[pero] el Golfo ciertamente califica como el
    Mississippi de la economía mundial, un
    una fuente de aguas financieras que aún fluyen
    majestuosamente hacia Nueva York y Londres (donde los Mayores
    bancos
    norteamericanos…tienen sucursales)."

    No se debe caer en el error de pensar que el
    único interés norteamericano es mantener los
    precios bajos del petróleo. Algunas veces es preferible
    mantener precios altos. A principios de los 70’s, la
    administración Nixon favoreció los altos precios.
    La razón era la percepción
    de que Japón y
    Europa, más dependientes de recursos energéticos
    importados que los Estados Unidos, sufrirían más
    con los altos precios. El asunto no es exactamente el precio,
    sino el control. La dictadura
    Saudita hace lo que el tío Sam le comanda, pero la
    dictadura Iraquí no, ese es el problema. Los intereses del
    petróleo son privados, pero también tienen
    múltiples facetas, y no se trata simplemente de maximizar
    las ganancias de las compañías. El asunto
    más importante es maximizar el control estadounidense, lo
    cual tiene gran variedad de beneficios, incluidos beneficios no
    petroleros y ventajas geopolíticas.

    Mientras que las sanciones de las Naciones Unidas han
    impedido las inversiones extranjeras en los pozos petroleros,
    "estas sanciones no han impedido a las compañías
    firmar contratos con la esperanza de explotar los pozos
    petroleros cuando las sanciones sean levantadas." Francia, Rusia,
    China,
    India y otras
    naciones tienen contratos multimillonarios con Saddam que les
    confiere el derecho a explotar los pozos petroleros
    iraquíes. Estos contratos se encuentran actualmente
    suspendidos por las sanciones impuestas por las Naciones Unidas,
    pero los países con dichos contratos están
    claramente dispuestos a proteger sus inversiones. No ven con
    buenos ojos la idea de que los Estados Unidos pueda poner en la
    congeladora dichos contratos. Incluso la Royal Dutch/Shell ha
    firmado convenios con Bagdad. Lukoil, un gigante Ruso, tiene una
    posesión enorme sobre la explotación de once
    billones de barriles de crudo; la empresa tiene
    programado invertir cerca de cuatro billones de dólares
    durante el período productivo de sus pozos para
    desarrollarlos. Los contratos son generosos: analistas del
    Deutsche Bank estiman plausibles tasas de retorno "del orden del
    20%".

    "The Economist"remarca, "Todo esto deben ser malas
    noticias para aquellos excluidos de la fiesta: los Americanos."
    Cálculos en la industria petrolera de los Estados Unidos
    insisten en que un nuevo régimen rescindiría los
    contratos, y los líderes del movimiento opositor
    Iraquí al régimen de Hussein han abiertamente
    señalado que "Las empresas Norteamericanas
    obtendrán una buena parte del petróleo
    Iraquí" –en la eventualidad de un cambio de
    régimen. Como The Economist señala, "es
    difícil imaginar que los gigantes norteamericanos no
    encontrarán un camino para asegurarse una tajada del
    pastel." La expulsión de Hussein dirigida por los Estados
    Unidos podría asegurar una nueva época de bonanza
    para las compañías norteamericanas, largamente
    desaparecida en Irak, desbaratando los arreglos entre Bagdad y
    Rusia, Francia y otros países, y reordenando los mercados
    petroleros mundiales.

    Otra teoría
    popular sostiene que la principal influencia en los pensamientos
    Estadounidenses sobre el Medio Oriente es el ahora gobernante
    partido político Likud de Israel. Se estima
    que el deseo de expulsar a Saddam Hussein de Irak refleja los
    intereses de largo alcance de los derechistas israelíes,
    que quieren asegurarse la continuidad de la superioridad militar
    israelí en la zona. Muchas de las personalidades clave en
    la administración Bush y en la PNAC tienen íntimas
    conexiones con el partido Likud.

    Consideraciones
    Finales

    El amplio ejercito militar de los Estados Unidos no es
    necesario para su defensa. Estados Unidos tiene dos vecinos
    pacíficos y relativamente débiles, y no ha sufrido
    invasión alguna desde la Guerra de 1812. El país se
    encuentra protegido por vastos océanos en ambos flancos,
    que hacen de una invasión oceánica algo imposible.
    No hay un país más protegido contra invasiones que
    los Estados Unidos. Por cincuenta años los Estados Unidos
    ha utilizado su poder militar en contra de países tercer
    mundistas mucho más débiles, como Korea, Vietnam,
    Panama, Irak. Ninguna de estas guerras ha puesto jamás en
    peligro la soberanía Norteamericana. Pero en cambio,
    todas estas guerras han girado alrededor del accesos a recursos
    naturales y socios comerciales.

    Los activistas ampliamente señalaron en el pasado
    los abusos a los Derechos Humanos cometidos
    por el Irak de Saddam Hussein, cometidos por muchos años,
    antes de la Primera Guerra del Golfo. En vez de imponer embargos
    en esa época, el gobierno de los Estados Unidos
    apoyó monetaria y militarmente a Hussein en su guerra
    contra Irán. No fue hasta que Hussein invadió
    Kuwait (innecesario es recordar a los lectores de los apoyos
    norteamericanos a Hussein en el pasado, incluyendo cuando uso gas
    venenoso en contra de los Kurdos e Iraníes, apoyo que
    desapareció cuando invadió a un régimen
    productor de petróleo amigable a los intereses
    norteamericanos: Kuwait) y amenazó los abastecimientos
    americanos de petróleo que Bush comenzó una
    retórica de odio en contra de Saddam Hussein, una
    retórica patrocinada por la avaricia corporativa
    norteamericana.

    Saddam Hussein no es el único líder
    mundial con armas de destrucción masiva. Existen muchos
    países con armas nucleares aún mucho más
    letales incluyendo los E.U., Rusia, Ucrania, China, Francia,
    Reino Unido, Sudáfrica, India y Pakistán.
    Más notable es el hecho de que Israel haya emprendido
    también un programa nuclear.
    Aún así, las Naciones Unidas y los presidentes
    norteamericanos jamás han propuesto bombardear a Israel o
    cualquier de los otros países por su posesión de
    armas de destrucción masiva. Ciertamente hay mucho de un
    doble estándar con respecto a Irak.

    La milicia norteamericana sirve para mantener el control
    estadounidense sobre las materias primas mundiales. El gobierno
    de los Estados Unidos ha ofrecido apoyo a dictaduras (como Arabia
    Saudita, Indonesia, Zaire) y luchado contra democracias (como en
    Chile y
    Nicaragua) con miras a mantener bajos los precios de las materias
    primas. Si los Estados Unidos estuviera realmente interesado en
    la democracia en
    la región del Golfo, debió haber comenzado desde
    hace mucho tiempo en Arabia Saudita o en cualquiera de las
    monarquías feudales en las que ha instaurado grandes bases
    militares –Kuwait, Bahrein, Qatar, los Emiratos
    Árabes Unidos y Omán.

    No es posible ir a las Naciones Unidas y decir
    "Hey¡, ésta es mi propuesta y si no la aceptan
    actuaremos solos". Estados Unidos es uno de los miembros
    fundadores de las Naciones Unidas y estuvo de acuerdo con la
    legislación de la ONU. Si ellos
    promueven la democracia entonces deberían haber respetado
    la decisión de la mayoría en el Consejo de
    Seguridad de las Naciones Unidas de no emprender ataque militar
    alguno en contra de Irak (¿no hablan ellos todo el tiempo
    de "democracia"?). Ellos sabían que no obtendrían
    los nueve votos necesarios en el Consejo de Seguridad para
    emprender acciones militares en contra del régimen de
    Bagdad, así que culparon a los franceses sobre la falla de
    la diplomacia. (los franceses nunca negaron la posibilidad del
    uso de la fuerza, lo que
    negaban era el uso inmediato de la fuerza sin
    justificación alguna, Hussein estaba siendo contenido por
    las sanciones de las Naciones Unidas y desarmado por el Consejo
    de Seguridad, y no ofrecía amenaza alguna con su
    débil economía y debilitado ejercito para nación
    alguna). Así que, ¿por qué la
    administración Bush se encontraba tan desesperada por
    ejercer presión sobre el Consejo de Seguridad para iniciar
    las hostilidades lo más pronto posible? Porque las
    temperaturas más frescas hacen más fácil
    para las tropas norteamericanas operar con los abultados
    dispositivos químicos y las noches más largas
    permiten sacar ventaja de sus equipos de visión nocturna,
    además, las tormentas de arena son un difícil
    obstáculo que sobrepasar.

    La invasión que la administración Bush
    acaba de iniciar es ilegal y se encuentra por fuera de la
    Legislación Internacional. Me entristece demasiado ver que
    la ley del
    más fuerte se ha impuesto sobre el
    Derecho
    Internacional, sobre la Ley.

    Bibliografía:

    Toda la información ha sido tomada de los
    siguientes artículos.

    Kelley, Martin

    Overview of the Iraq Crisis

    March 2003

    Kelley, Martin

    Why a Military?

    Rai, Milan

    Oil and War

    February 01, 2003

    Chien, A.J.

    Iraq: is it about Oil?

    October 2003

    Fisk, Robert

    This Looming war Isn't About Chemichal Warheads Or HUman
    Rights: It's About Oil.

    The independent, January 18, 2003

    Chalmers, Johnson

    Iraq Wars

    January 14, 2003

     

     

    Mario Tejada Harsanyi,

    Graduado de Economía de la Universidad de
    Monterrey, UDEM. Estudiante de Filosofía en la Universidad
    Autónoma de Nuevo León.

     

     

     

     

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