El concepto de
Retraso Mental ha estado
presente a lo largo de toda la humanidad y su
conceptualización ha sido descrita por estudiosos
dedicados a esta entidad diagnóstica experimentando
sucesivas modificaciones a lo largo de los años. Sus
antecedentes se remontan a épocas pasadas, ya en la
literatura griega
aparecieron referencias sobre personas semejantes a los
Retrasados Mentales e inclusive en las momias egipcias se
apreciaron signos de haber padecido de enfermedades relacionadas
con esta Necesidad Especial. Los primeros estudios fueron
realizados fundamentalmente por médicos, los que
comenzaron a aportar elementos que posibilitaron sentar las bases
posteriores para llegar a la definición de esta
entidad.
Así, aproximadamente en el año 500 ANE, el
griego Alemaeón de Grotón aludió que el
órgano del cuerpo donde se captaban las sensaciones, se
generaban ideas y permitía el
conocimiento, era el cerebro; su idea
con algunos desaciertos, pero con la agudeza de descubrir la
importancia de dicho órgano.
Años más tarde, Hipócrates,
retomó y desarrolló esta idea y opinó que
los desórdenes mentales eran resultado de enfermedades del
cerebro e intentó explicar de forma coherente todas las
enfermedades a partir de causas naturales e hizo mención
de la Amencefalia y de otras malformaciones craneales asociadas
al Retraso Mental.
Los finales del Siglo XIV y principios del
Siglo XV aportaron avances notorios. Constituyen elementos de
gran valía los siguientes:
- Avicena, médico árabe, planteó
que la clasificación de las enfermedades mentales
incluía el término Amencia para designar el
Retraso Mental. - Félix Platter, profesor de Anatomía y Medicina
de Basilia inició el método de observación con retrasados mentales
aplicando medidas precisas. Intentó clasificar todas
las enfermedades, considerándose el precursor en tal
sentido. - Thomas Willis, introduce el término morosis
para denominar el Retraso Mental. - John Locke, filósofo y médico
inglés establece por vez primera una
distinción entre el Retraso Mental y otras
enfermedades mentales, por cuanto hasta 1689 esa entidad era
considerada como una forma de locura o
insanía. - El neurólogo Serguei S. Korsakov en Rusia y
Benjamín Rusher en E.E.U.U. propiciaron los servicios
psiquiátricos en hospitales. - Antoine Boyle, médico francés,
descubrió la parálisis general progresiva, con
su causa orgánica, encontrando lesiones en los
cerebros de los afectados. - Wilhelm Greiesinger, defendió que todos los
retrasados mentales debían considerarse causados por
una acción directa o indirecta sobre las células cerebrales. - Paul Broca, señala la localización
precisa de las áreas del lenguaje. - En 1879 Vladimir A. Betz, anatomista ruso, descubre
las células piramidales en el área motora de la
corteza cerebral y puntualiza el papel de
estas en la función motriz. - El psiquiatra ruso Merzheyersky en 1872 publica sus
estudios sobre microcefalia y refuta la teoría de que las personas con Retraso
Mental estaban más relacionadas con el mono que con
el hombre.
Demostró que en el microcefálico el cerebro se
retarda por las enfermedades.
Pedagogos y psicólogos a partir del Siglo XV
comenzaron a dar los primeros pasos en aras de educar y
rehabilitar a los retrasados mentales; constituyen evidencias de
este planteamiento los siguientes:
- Jean Itard, demostró como eslabón
inicial cómo con el trabajo
directo con el niño se mejora su conducta
social. - Guggenbhl, introdujo la idea del tratamiento
institucional en Europa y
E.E.U.U., procuró la curación total, lo que
indudablemente constituyó un gran fracaso. - Seguin consideró la errónea idea de
que el Retraso Mental tenía cura y aseveró que
era preciso desarrollar las funciones
perceptivas antes de las conceptuales. - Samuel Ridley Hewe tuvo un criterio más
realista en cuanto a las limitaciones de las personas con
Retraso Mental. Prestó ayuda al desarrollo
de instituciones especiales para retrasados
mentales en E.E.U.U. - Walter Fernald fundó la primera
asociación para el estudio de métodos de tratamiento. - Jean Ettienne Esquirol trató de constituir
un sistema o
método que permitiera la clasificación de los
diferentes grados y variedades. Arribó a la
conclusión de que el criterio más confiable era
el uso del lenguaje por el individuo y a partir de ahí
elaboró su clasificación. - Alfred Binet crea un método para dirigir la
inteligencia y en colaboración con
Simon crea la primera escala
para la medida de la inteligencia. - L.S. Vigostky estudió a determinados
niños mediante un método
verdaderamente científico, profundizó en su
esencia y criticó las teorías descriptivas o comparativas con
los niños normales. Aportó sus valiosos
criterios acerca de la Zona de Desarrollo Próximo y
los conceptos defecto primario y secundario.
En la segunda mital del Siglo XIX se producen
significativos avances que posibilitaron un mayor esclarecimiento
de la deficiencia mental:
- La teoría de la evolución de las especies.
- La teoría celular.
- La teoría
dialéctico-materialista. - El conocimiento de la actividad
refleja. - El desarrollo de la Genética, la Química y la Bioquímica.
- Las técnicas microscópicas del
cerebro. - El descubrimiento de las funciones
metabólicas.
Hasta el Siglo XIX el retraso Mental no tuvo una
conceptualización claramente deferenciada de otras
patologías y al hablar de Retraso Mental no se encontraban
diferencias con el sordo, criminal, epiléptico o loco; en
ocasiones eran considerados como una variante de demencia. Sus
causas se asociaban a patologías de orden
biológico.
En 1818, Esquirol plantea la definición de idiota
y establece la diferencia entre esta y la demencia y
confusión mental. Plantea además que el Retraso
Mental era un déficit intelectual, constatable, de origen
orgánico e incurable.
Finales del Siglo XIX y principios del XX aportan
elementos importantes para la comprensión de la naturaleza del
Retraso Mental; se distingue de la enfermedad mental y se
profundiza en los agentes causales y niveles de
retraso.
En el Siglo XX predominan dos criterios en la
definición del Retraso Mental: la distribución estadística de la inteligencia y en los
problemas de
la conducta adaptativa.
Pudiera entonces plantearse que la evolución de
las concepciones en relación al Retraso Mental está
marcada en dos momentos puntuales: uno antes del Siglo XIX en que
esta entidad no se diferenciaba de otras alteraciones y era
considerada como una variante de la demencia atribuible a bases
orgánicas, biológicas o innatas y otro a partir del
Siglo XIX cuando se diferencia de otras entidades y que
según algunos autores mantienen vigencia las tendencias
biologicistas del Retraso Mental como una alteración
constituyente del Sistema Nervioso
Central (SNC).
¿Cuáles son las principales tendencias en
cuanto a las reflexiones conceptuales y terminológicas del
Retraso Mental?.
La Psiquiatría Occidental basa el estudio de los
conceptos relativos al Retraso Mental tomando como criterio la
experiencia acumulada por algunas instituciones
científicas.
A pesar de existir múltiples concepciones acerca
del Retraso Mental, se aprecian dos tendencias
principales:
- Tendencia Biomédica, la que habla a
favor de la presencia de alteraciones o lesiones
básicas del cerebro. - Tendencia sociocultural centrada en el papel
de la deprivación sociocultural o lo que es igual, en
la repercución de la falta de estimulación en
la génesis del Retraso Mental. Dirigió sus
observaciones a los problemas de las condiciones del
desarrollo en la primera infancia,
a las dificultades en el
aprendizaje escolar y en general a los problemas de
adaptación del individuo al medio.
La Psiquiatría Occidental considera el Retraso
Mental como un estado que implica funcionamiento subnormal del
individuo e inadaptación y que constituye un problema
multidisciplinario y multidimensional que abarca aspectos
fisiológicos, psicológicos, médicos y
educacionales y ante todo es un problema social.
Por otra parte fundamenta que su etiología es
diversa, incluída la privación psicosocial o
ambiental, categoría atribuible a aquellos casos en los
cuales la deficiencia se atribuye a factores ambientales, en
ausencia de patologías del Sistema Nervioso
Central (SNC) y establece una clasificación en dependencia
de la profundidad del Retraso Mental: leve, moderado, grave y
profundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) para clasificar
en sentido general las enfermedades se fundamenta en el criterio
etiológico, por cuanto la clasificación del Retraso
Mental no abarca sus diferentes formas o manifestaciones
clínicas específicas. Utiliza los siguientes
niveles:
- Retraso Mental sin lesión del Sistema
Nervioso Central determinado por las influencias
sociales. - Retraso Mental como consecuencia de algunas
lesiones orgánicas del Sistema Nervioso Central o
insuficiente desarrollo del mismo.
En estudios y análisis posteriores,
específicamente en la Novena Revisión de la
Clasificación Internacional de Enfermedades, define esta
entidad diagnóstica sobre la base de los siquientes
criterios:
- Se define como un estado de desarrollo de la mente,
incompleto , detenido. - Caracterizado por una subnormalidad de la
inteligencia. - Con variadas etiologías.
- Involucra trastornos psiquiátricos u otras
enfermedades orgánicas. - Al emitir un diagnóstico se precisa de toda la
información disponible. - Utiliza como sinónimos los términos
Retraso Mental y Subnormalidad Mental. - Emplea clasificaciones según el grado del
defecto: débil o discreto, imbécil o moderado,
idiota o profundo.
Deja pues de utilizar la categoría de
limitáneo o fronterizo, más mantiene el Retraso
Mental de grado no especificado para aquellos casos en que el
nivel de funcionamiento no está bien definido, pero que
evidentemente es subnormal.
A pesar de los valores
positivos que encierra esta clasificación, la misma
adolece de aspectos en el orden negativo, tales como: no se
precisa la etiología ni la etapa del desarrollo en que se
produce la lesión, deja de precisarse además hasta
qué punto esta definición abarca otras áreas
de la
personalidad , así como sus síntomas
acompañantes.
Los países de Europa del Este comparten los
criterios que condicionan el concepto Retraso Mental, su
etiología y métodos para el
diagnóstico.
Los especialistas rusos consideran que para hablar de
Retraso Mental es necesario como conceptos generales:
- El insuficiente desarrollo de las formas complejas
de la actividad psíquica, fundamentalmente la
cognoscitiva. - La firmeza de este desarrollo
insuficiente. - La afección generalizada e irreversible del
cerebro como causa primaria.
Sería importante en este momento hacer referencia
a los enfoques referidos a los criterios diagnósticos y
que en buena medida aportan elementos de gran valor para la
definición del concepto de Retraso Mental.
Con el aporte de las primeras escalas de desarrollo
intelectual aportadas por Binet y Simon en 1905, abre sus puertas
el enfoque psicométrico , el que se
convirtió en el punto de referencia absoluto para el
diagnóstico y clasificación de los sujetos con
Retraso Mental; atribuyéndole este calificativo a aquellas
personas cuyo CI era inferior a dos desviaciones típicas
de la medida fijada para la población de que formaban parte.
Este enfoque que jugó en su momento un rol
importante, adoleció y aún adolece de aspectos en
el orden negativo, entre ellos:
- Influencia de un sinnúmero de factores que
no siempre pueden ser controlados a la hora de aplicar y
medir los resultados del test. - Inexistencia, de acuerdo a su edad en el que se
utiliza el desarrollo de la inteligencia en
general. - Influencia de la nacionalidad y raza en la
inteligencia no suficientemente clara. - Evaluación de CI y no de logros de
habilidades específicas en cada sujeto.
Por otro lado está el enfoque
biológico caracterizado por considerar como
condición imprescindible la presencia de cambios
básicos del cerebro, entiéndase como una
lesión anatómica demostrable; cuestión que
deja a medias una concepción que requiere de un
análisis más completo, por cuanto no basta con el
hecho de conocer solamente el daño desde el punto de vista
biológico.
El enfoque socio-cultural , hace énfasis
en la actividad social del individuo y en su adaptación a
la sociedad en todas
sus formas y que bien pudiera aludirse, como lo hacen varios
autores, a la conducta adaptativa y que sin lugar a dudas
conlleva a variadas interpretaciones en correspondencia con las
diferencias sustanciales entre las distintas sociedades.
El enfoque orgánico abarca solamente el 25
% y hace referencia a aspectos de vital importancia: la
etiología de la lesión, su prevención y
tratamiento. Considera con Retraso Mental a todas aquellas
personas con el rango de las desviaciones estándar por
debajo de la media y afectadas por insuficiencias detectables por
medios
bioquímicos, cromosómicos, anatómicos y
fisiológicos que conlleven a una deficiencia
intelectual.
Aquellos sujetos, cuyo desarrollo intelectual
está por debajo de la media y que su aprendizaje
escolar es lento, son considerados con Retraso Mental,
según el enfoque educativo . Incluyen
aproximadamente entre el 5 y el 15 % de la población
escolar, en dependencia de la edad y de la ubicación
geográfica de la institución docente.
El enfoque madurativo alude a que las
alteraciones globales o parciales producen una alteración
en determinados esquemas motrices o provocan modalidades
patológicas de conducta; teniendo como condicionante que
se produzcan antes de los 3 años. Este enfoque abarca las
encefalopatías infantiles de origen pre y peri natal, los
atributos a daño cerebral, las perturbaciones motrices,
epilepsias, Parálisis Cerebral, entre otras.
En resumen, cada enfoque aporta elementos de peso para
la definición del concepto Retraso Mental un tanto
más abarcador, entre ellos: la lesión del Sistema
Nervioso Central (SNC), el nivel en que funciona el sujeto y su
capacidad para su desenvolvimiento como persona desde el
punto de vista social, cultural y educativo.
No basta tener en cuenta las premisas anteriores para la
definición del Retraso Mental, sino que se hace necesario
tener en cuenta la naturaleza y estructura del
defecto y para ello es imprescindible valorar:
- La etiología.
- El momento de aparición de la
afección del Sistema nervioso Central
(SNC). - La naturaleza de la afección o proceso
patógeno. - La localización de una zona de la corteza
especialmente dañada. - Las condiciones en que el sujeto lesionado crece y
se educa.
Al considerar la estructura del defecto como base para
el análisis del Retraso Mental, particularizan dos formas
fundamentales de esta entidad: Oligofrenia, caracterizada
por el insuficiente desarrollo de las formas complejas de la
actividad psíquica, fundamentalmente de la cognoscitiva.
Las manisfestaciones de la lesión no son progresivas y se
produce antes del nacimiento, durante el nacimiento o
después del nacimiento tempranamente; esta deficiencia
posee un carácter
uniforme en todo el desarrollo de la personalidad
del sujeto.
La oligofrenia se divide en dos sentidos:
- Por la profundidad del defecto en:
- Debilidad mental.
- Imbecilidad.
- Idiocia.
- Por la naturaleza y estructura del defecto en
: - Oligofrenia:
- No agravada.
- Asociada a trastornos
neurodinámicos. - Asociada a trastornos de los
analizadores. - Asociada a conductas parecidas a
psicopatías. - Asociada a trastornos severos de la
personalidad.
Demencia orgánica: Los trastornos del
intelecto que sufren los sujetos se deben a enfermedades
infecciosas o traumáticas del Sistema Nervioso Central
(SNC). Son de carácter estable y más o menos
graves, además de ser progresiva. No poseen un
carácter uniforme por cuanto la deficiencia mental produce
la destrucción de los sistemas
formados.
Según los especialistas rusos, esta forma de
Retraso Mental se clasifica también en dos
sentidos:
Por la profundidad del defecto
- Debilidad mental.
- Imbecilidad.
- Idiocia.
Por la naturaleza y estructura del defecto
en:
- Demencia :
- Esquizofrénica.
- Epiléptica.
- Hidrocefálica.
- Con reumatismo del Sistema Nervioso Central
(SNC). - Por sífilis del
encéfalo.
Para los autores rusos el Retraso Mental constituye la
entidad nosológica más general, mientras que la
oligofrenia y la demencia las considera como formas particulares.
El siguiente cuadro ilustra los elementos diferenciales y
comunues entre estas entidades:
Elementos diferenciales | Oligofrenia | Demencia Orgánica |
Manifestaciones del daño | No progresiva | Progresiva |
Carácter de la deficiencia | Más uniforme por cuanto la lesión | Menos homogénea, debido a la |
Elemento común | Momento de aparición de la lesión |
La Psiquiatría Norteamericana basa su
análisis sobre la base de diferentes aristas por cuanto
existen diversidad de criterios entre los distintos
investigadores, de ahí que existan también
múltiples concepciones acerca del Retraso Mental; no
obstante pueden delimitarse dos tendencias más
generalizadas:
- Tendencia biomédica, donde se alude que para
hablar de Retraso Mental es necesario la presencia de
alteraciones o lesiones básicas del cerebro. - Tendencia socio-cultural que habla a favor del papel
de la deprivación socio-cultural, específicamente
en la repercusión de la falta de estimulación en
la génesis del Retraso Mental. Prestan singular
importancia al desarrollo en la primera infancia, a las
dificultades en el aprendizaje escolar y a los problemas de
adaptabilidad del sujeto al medio.
En resumen, definen conceptualmente al Retraso mental
como "un término que alude a un funcionamiento general del
intelecto inferior al promedio que se origina en el
período de desarrollo del sujeto y se asocia a un
déficit de la conducta adaptativa" .
En sentido general, al margen de las disímiles
tendencias existentes, los investigadores norteamericanos
coinciden con esta definición conceptual del Retraso
Mental y fundamentan sus criterios teniendo en cuenta el
considerar el Retraso Mental como un estado que implica un
funcionamiento subnormal del individuo e inadaptación del
mismo, como un problema multidisciplinario y multidimensional que
abarca aspectos fisiológicos, psicológicos,
médicos y educativos y donde el aspecto social cobra
particular importancia. Por otra parte consideran la
etiología del Retraso Mental de formas muy diversas,
incluida la deprivación psicosocial o ambiental y reservan
esta última para los casos donde la deficiencia es
atribuible a factores de índole ambiental, en ausencia de
patologías del Sistema Nervioso Central (SNC). Clasifican
el Retraso Mental por el nivel de profundidad en las siguientes
categorías: limitáneos, leves, moderados, graves o
profundos.
La Asociación Americana sobre Retraso Mental
(AARM) desde su fundación en 1876 ha tenido como una de
sus principales ocupaciones la de conseguir una
delimitación clara y no discriminatoria de la
condición de las personas con Retraso Mental.
La primera edición de su manual sobre la
definición del Retraso Mental fue en el año 1921 y
a partir de entonces se han publicado 8 más,
correspondientes a los años 1933, 1941, 1957, 1959, 1973,
1977, 1983 y 1992, siendo esta última la novena
edición. Cada década ha contado con la infuencia de
estos manuales
clasificatorios y, con cada nueva edición, la
definición de esta entidad fue enriqueciéndose con
matices cada vez más esclarecedores; las nuevas ediciones
jamás negaron lo planteado por las anteriores, sino que
sirvían de base y punto de partida para una mejor y mayor
comprensión del Retraso Mental en cuanto a claridad,
amplitud y delimitación.
La definición de Retraso Mental tenía como
punto de partida y eje fundamental al Coeficiente Intelectual
(CI). Los test de intligencia y su aplicación generalizada
en EEUU, hacían de este parámetro el dato
más objetivo para
apoyar cualquier tipo de investgación poblacional en
función de sus rendimientos intelectuales. La presencia
del Retraso Mental se daba cuando existían dos
desviaciones típicas por debajo de las consideradas como
norma en la sociedad . En esta época este enfoque tuvo una
relevada importancia ya que permitía medir
numéricamente la impresión visual del especialista
frente al caso.
En el desarrollo evolutivo en cuanto a la
definición y clasificación del Retraso Mental hay
aspectos que resaltan por su significativo interés:
- En 1957 se publica el sistema de
clasificación etiológica, es decir, se
añade la categoría numérica (CI), el
origen de las causas que conducían a un rendimiento
intelectual por debajo de los parámetros establecidos
y se establece la diferencia entre aquellas personas que
nacen y crecen con una limitación intelectual de
aquellas que por diversas causas, disponen en un comienzo de
dotaciones normales pero que un hecho determinado les hace
devenir como personas con limitaciones en el orden
intelectual. - En 1959, se aprecia otro avance en el concepto y es
el referido al criterio de conducta adaptativa. El desempeño personal ya
no se ubica únicamente en el rendimiento ante pruebas
estandarizadas y una causa determinada, sino que se comienza
a valorar la capacidad personal de adaptarse a la condiciones
que le impone el medio en que se desenvuelve el
sujeto.
Desde este momento se habla de que la definición
está "casi a punto". En posteriores ediciones sólo
habrán matizaciones terminológicas (se añade
el término "significativamente" previo a a frase
"funcionamiento intelectual general inferior a la media", se da
un carácter orientativo al límite del CI que puede
complementarse con otras evaluaciones clínicas poniendo el
CI de 75 como barreras, o se amplía el límite de
edad para la aparición del proceso etiológico
detonante a los 18 años (Carlos Egea García,
1999).
La Novena Edición en 1992 representa un intento
de exponer el cambio en el
concepto de Retraso Mental pero sobre todo en la
comprensión del mismo y plantea cómo deben
clasificar y describir los sistemas de apoyo necesarios por las
personas con Retraso Mental .
Esta edición representa un cambio de paradigma,
desde una visión del Retraso Mental como rasgo absoluto
manifestado únicamente por un individuo, a una
expresión de la interacción entre la persona con un
funcionamiento intelectual limitado y su entorno y amplía
el concepto de comportamiento
adaptativo dando un paso más desde una descripción global a una
especificación de áreas de habilidades
concretas.
Esta edición posee un enfoque más
abarcador al considerar que la persona con Retraso Mental no es
un ente aislado, sino que se interrelaciona con su entorno, se ve
condicionado por este y a su vez es capaz de
condicionarlo.
La definición vigente, en la Novena
Edición del Manual de la Asociación Americana sobre
Retraso Mental (AARM) es:
"El Retraso Mental hace referencia a limitaciones
substanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza
por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a
la media, junto com limitaciones asociadas en dos o más
de las siguientes áreas de habilidades
adaptativas:
- Comunicación,
- Cuidado personal.
- Vida en hogar.
- Habilidades sociales.
- Utilización de la comunidad.
- Autogobierno.
- Salud y seguridad.
- Habilidades académicas
funcionales. - Ocio.
- Trabajo.
El Retraso Mental se manifiesta antes de los 18
años.
Para poder
aplicar la definición deben tomarse en
consideración las cuatro premisas
siguientes:
- Una evaluación válida ha de tener en
cuenta la diversidad cultural y linguística, así como los
diferencias en los modos de comunicación y en factores
comportamentales. - Las limitaciones en habilidades adaptativas se
manifiestan en entornos comunitarios típicos para los
iguales en edad del sujeto y reflejan la necesidad de apoyos
individualizados. - Junto a limitaciones adaptativas específicas
existen a menudo capacidades en otras habilidades adaptativas
o capacidades personales; y - Si se ofrecen los apoyos apropiados durante un
período prolongado, el funcionamiento en la vida de la
persona con Retraso Mental mejorará
generalmente".
Resulta atinado aludir a los cambios de esta
definición en comparación con los
anteriores:
- La conducta adaptativa no es considerada como un
término global, sino que se delimitan 10 áreas
que abarcan el concepto total y, al menos en dos de ellas
deberán manifestarse. - Para poder aplicarse la definición es
preciso tener en cuenta cuatro premisas con un papel
relevante: el concepto ecológico y ambiental, las
habilidades adaptativas y los sistemas de apoyo. - Se descarta la subclasificación de la
persona (ligero, medio, severo y profundo), en beneficio de
una subclasificación en función de la
intensidad y el patrón de sistemas de apoyo
(intermitente, limitado, extenso y generalizado).
La concepción del Retraso Mental en Cuba y su
definición conceptual, como en otros países, tuvo
diferentes interpretaciones tanto desde el punto de vista
pedagógico como médico; sin embargo, la
colaboración de los países socialistas,
fundamentalmente la otrora Unión Soviética
permitió el desarrollo de una concepción con un
enfoque pedagógico. De ahí que el Retraso Mental
sea considerado como un estado peculiar del desarrollo que
implica trastornos estables de la actividad cognoscitiva y que
tiene en su base una lesión orgánica del
cerebro.
Las distintas definiciones utilizadas al respecto son
las que siguen:
- Trastornos estables de la actividad cognoscitiva a
consecuencias de una lesión orgánica del
cerebro. - Trastornos de la actividad cognoscitiva a
consecuencia de una lesión orgánica cerebral,
de carácter difuso. - Insuficiente desarrollo psíquico y en
particular de la actividad intelectual que es irreversible,
con base orgánica cerebral y que es resultado de
factores congénitos o adquiridos. - Estado en el cual se produce un insuficiente
desarrollo de la psiquis en general, más
particularmente de la esfera intelectual, cuyo
carácter es estable e irreversible y que se debe a
factores congénitos o adquiridos.
En cada una de las definiciones se destacan palabras
claves que permiten arribar a un concepto más generalizado
y completo: alteraciones del desarrollo psíquico,
fundamentalmente de la actividad cognoscitiva; presencia de
lesión orgánica del cerebro; carácter
irreversible; manifestaciones estables.
Se considera pues al Retraso Mental como un estado del
individuo en el cual se producen alteraciones en los procesos
psíquicos en general, fundamentalmente en la esfera
cognoscitiva, las cuales son estables y se deben a una
lesión orgánica del Sistema Nervioso Central (SNC)
de carácter difuso e irreversible y de etiología
genética, congénita o adquirida .
Esta definición conceptual implica aspectos de
relevada significación: una valoración integral del
sujeto, la naturaleza primaria del defecto, la estabilidad de las
manifestaciones del daño, la diversidad de formas, la
diferenciación de los estados parecidos y el
carácter optimista de las posibilidades del desarrollo de
los retrasados mentales.
Constituyen elementos de gran valía:
Considerar la profundidad del defecto intelectual
en leve, moderado, grave o severo y
profundo.Considerando:
- Leve CI 50-70
- Moderado CI 35-49
- Severo o grave CI 20-35
- Profundo CI -35.
El momento en que aparece la
lesión:
- Momento prenatal (genética o
cong;enita). - Momento perinatal (congénita).
- Momento postnatal (adquirida).
Sus formas:
- Formas no graves del Retraso Mental
- Formas graves del Retraso Mental.
Sin lugar a dudas la concepción del Retraso
Mental en Cuba posibilita un trabajo pedagógico con estos
niños donde se articulan coherentemente las acciones
correctivas compensatorias gracias al conjunto de elementos que
aporta el diagnóstico integral y que se manifiesta en su
descripción, naturaleza, profundidad, etiología y
momento de aparición de la lesión, y en los casos
que lo presenten, sus síndromes acompañantes. Cuba
exibe hoy resultados concretos en la educación y
enseñanza de los menores con Retraso
Mental, gracias entre otras cosas al Plan de
Desarrollo diseñado para esta especialidad
Consideramos que para hablar a favor de un Retraso
Mental resultan imprescindibles la presencia de un insuficiente
desarrollo de los procesos psíquicos, especialmente los
cognitivos, la presencia de una lesión orgánica en
el Sistema Nervioso Central y las limitaciones en el proceso de
una conducta adaptativa, traducida en su nivel de aprendizaje
escolar y social.
Resulta importante para tratar de arribar al
diagnóstico de Retraso Mental considerar los siguientes
criterios:
Criterio etiológico, de modo que se
profundice en el momento en que se produce la lesión y
los factores que la producen. Dilucidar con
precisión:
Causas pre-natales:
- Genéticas:
- Cromosomáticas.
- Síndromes prenatales.
- Enfermedades infecciosas.
- Agentes tóxicos.
Causas perinatales:
- Traumas obstétricos.
- Hipoxia perinatal o sufrimiento fetal.
Causas postnatales:
- Infecciones cerebrales:
Encefalitis.
Meningoencefalitis.
- Malnutrición.
- Craneostenosis.
Criterio psicométrico para valorar un CI
por debajo de 70 pero devenido de un análisis
cualitativo y no sólo cuantitativo.
Profundidad del defecto.
Estructura del defecto: primario, secundario,
formas graves o no graves. Diferenciar con exactitud los
factores primarios y secundarios.
Establecer diagnóstico diferencial con
patologías afines y con elementos que conlleven a una
impresión diagnóstica primero y a un
diagnóstico conclusorio, después de la
Discusión Diagnóstica, a un criterio certero
siempre a favor del menor objeto de estudio y valoración
multidisciplinaria.
Criterio pedagógico, traducido en la
valoración de las capacidades, hábitos,
habilidades, conocimientos, así como estilos y modelos de
aprendizaje. Profundizar en el grado de desarrollo alcanzado
por el niño en su actividad cognoscitiva: atención, memoria,
percepción, pensamiento,
entre otros, en fin evaluar potencialidades para el desarrollo
de su aprendizaje.
Criterio socio-comunitario:
- Ambiente familiar.
- Adaptación al medio escolar, familiar y
comunitario. - Autonomía e independencia.
La práctica del diagnóstico escolar en
Cuba y que se concreta con mayor aplicación en los Centros
de Diagnóstico y Orientación ha demostrado que para
el desarrollo exitoso de este proceso se hace necesario
implementar y llevar a vía de hecho principios rectores,
entre ellos:
- Principio del carácter dinámico,
continuo y sistemático, manifestado en un proceso
permenente de obtención de evidencias y que se
modifica con la transformación y evolución del
sujeto bajo la influencia beneficiadora de las acciones
preventivas y correctivo-compensatorias; todo lo cual
favorece la adecuación sistemática de un
programa de
atención con un carácter cada vez más
personalizado. - Principio del enfoque individual y
multilateral.Cada sujeto es valorado en su individualidad,
teniendo en cuenta más que sus limitaciones, sus
logros y potencialidades y abarcando además del
entorno escolar, el contexto familiar y
socio-comunitario. - Principio del carácter preventivo,
retroalimentador y transformador. Gracias a este principio es
posible la constatación no solamente de los cambios
ocurridos en el sujeto, sino además la eficacia de
las opciones educativas que le han sido facilitadas,
concebidas en las Estrategia
de Intervención previamente diseñadas y
adecuadas a las necesidades reales y siempre crecientes de
cada individuo. - Principio del carácter multi e
interdisciplinario, colaborativo y participativo. De cardinal
importancia reviste la implementación del referido
principio porque garantiza la participación de todos
aquellas personas que de una manera u otra inciden
directamente en el desarrollo multilateral del menor,
entiéndase, además de los especialistas
encargados del proceso de diagnóstico, la escuela
con todos sus elementos, la familia
y los factores claves de la comunidad. La relación que
se establece entre todos estos elementos posee un
carácter colaborativo y de influencia
retroalimentadora que posibilita establecer con claridad
meridiana los ámbitos de actuación y las tareas
que a cada cual le compete desarrollar o
facilitar.
Valdría la pena hacer referencia a las tendencias
más contemporáneas en el área del
diagnóstico escolar y que sirvieron para efectuar un
viraje en este particular a partir de la década de los
años 90 y que mantienen vigencia absoluta:
Del diagnóstico tardío y con fines
curativos, al diagnóstico precoz y con fines
preventivos. La evitación de Necesidades Especiales
y que estas puedan devenir en minusvalías sólo
depende de la detección e intervención temprana y
con ello el logro de potencialidades antes de su ingreso a la
vida escolar.
Del diagnóstico generalizador y
homogeneizante al individualizado y personalizado.
Tendencia encaminada no solamente a la valoración de una
categoría diagnóstica, sino a la
definición lo más objetiva posible de las
necesidades educativas especiales del sujeto que se somete a la
evaluación, con un enfoque marcadamente
personológico.
Del diagnóstico centrado en el defecto, al
diagnóstico centrado en los servicios. El
diagnóstico parte de un estudio integral del medio en
que se desenvuelve el niño, por tanto las dificultades
no hay que encontrarlas en él, sino en los agentes que
puedan desencadenar esas dificultades, con el propósito
de definir las transformaciones o adecuaciones que deben
realizarse para satisfacer las necesidades del principal
protagonista que reclama la ayuda educativa y social .Del
diagnóstico como fin, al diagnóstico como medio
para llegar al fin. Más que decidir la posible
ubicación en correspondencia con la evaluación
efectuada, el diagnóstico constituye un medio para
definir las adecuaciones curriculares y de acceso al
curículum característicos de una educación personalizada.
Del diagnóstico como momento, al
diagnóstico como proceso. Lejos de tomar decisiones
tras los resultados de las baterías de pruebas
aplicadas, el diagnóstico es concebido como un proceso
de orientación, seguimiento y evaluación
sistemáticos del alumno y el entorno donde este se
desenvuelve y de la puesta en práctica de programas de
intervención que permitan mantener actualizada la
información sobre lo evolución o
involución en el alumno. En dependencia de los
resultados se adecuan las acciones concebidas.
Del diagnóstico como función de un
grupo
determinado de técnicos y especialistas, al
diagnóstico como un proceso de construcción interactiva, donde la
escuela, la familia y la
comunidad constituyen elementos del proceso de toma de
decisiones. El enfoque multidisciplinario, y
multidireccional requiere de la participación activa de
cuantos tengan que ver con el alumno, dándole
significativa importancia a la opinión de todos los
elementos en la observación de la conducta del menor
ante su desenvolvimiento diario en las actividades.
El nuevo paradigma del Retraso Mental demanda de
todos los profesionales de la Educación
Especial y de la sociedad en general compromisos para con las
personas con este tipo de Necesidad Especial:
- El compromiso con la comprensión de sus
limitaciones, situándolos en el plano de la normalización e integración social. - Compromiso en la confianza de sus capacidades, de
sus potencialidades. - Compromiso con el apoyo para que sus limitaciones y
capacidades propicien su participación en igualdad
de condiciones con sus semejantes.
El cumplimiento de los citados compromisos debe
conllevar a garantizar una mejoría de la calidad de
vida de las personas con Retraso Mental y a su vez lograr en
la sociedad una auténtica cultura de
aceptación a la diversidad.
Autores:
MsC. Angel Luis Gómez Cardoso.
MsC. Olga Lidía Núñez
Rodríguez.