Complemento de: "La realidad puede
resultar en una gran mentira"
Vivimos una época de descontento, de
desesperanza, de ignorar que va a pasar mañana, las
personas necesitan una serie de explicaciones de su mundo que den
sentido a su existencia. La actividad económica no escapa
a ésta interrogante, el trabajo que
desempeñamos en la actualidad, cualquiera que sea, se ha
convertido en la principal forma de trascender ésta vida
física.
Permítanme hacer un breve recordatorio de lo que
reflexionaban sobre el tema algunas personalidades, hace mas de
un siglo y otros como A. Einsten, hace 50 años.
Curiosamente en la predicción subyace la realidad
de nuestros tiempos, resulta sorprendente cómo fue
retratado lo actual, con tal veracidad y atino que rebasa lo
inimaginable. Donde magistralmente E.Fromm recopila en su
Psicoanálisis de sociedad
contemporánea (1954), con un tinte de critica de nuestra
sociedad actual enajenante y enferma.
El siglo XX esta destinado a cualquier cosa menos a una
verdadera democracia. En
1872 escribía Burckhardt a un amigo: "Tengo una
premonición que aun parece un desatino y, sin embargo, no
me deja tranquilo; el estado
militar tiene que convertirse en un gran estado
industrial"
Muchos centraron su diagnostico en la pobreza
espiritual y la enajenación. Tolstoi escribiría:
"La teología medieval, o la corrupción
romana de las costumbres, envenenaban únicamente a sus
propios pueblos, pequeña parte de la humanidad, hoy, la
electricidad,
los ferrocarriles y el telégrafo estropean a toda la
humanidad. Todo el mundo hace suyas esas cosas, simplemente
porque no puede dejar de hacerlas. Todo el mundo sufre del mismo
modo, y se ve obligado en igual grado a cambiar de modo de vida.
Todos se ven en la necesidad de traicionar lo más
importante para su vida, la comprensión de la vida misma,
la religión.
Maquinas ¿ para producir que? Telégrafos
¿ para comunicar que? Libros,
periódicos ¿ para divulgar que clase de noticias?
Ferrocarriles ¿ para ir a que lugar o a donde? Millones de
personas reunidas en manadas y sometidas a un poder supremo
¿ para hacer que? Hospitales, médicos, dispensarios
para prolongar la vida, ¿ para qué?. Son bastantes
los individuos y las naciones que pueden interesarse por la
civilización, pero no por la
ilustración. La primera es fácil y tiene la
aprobación general, la segunda exige esfuerzos rigurosos
y, por consiguiente, encuentra siempre el desprecio y el odio de
la inmensa mayoría, porque revela la mentira de la
civilización"
Thoreau dice en su obra Life without Principle (1861), "
Creo que no hay nada, ni aun el crimen mas opuesto a la poesía,
a la filosofía, si, a la vida misma, que éste
incesante trabajar… Sí un individuo emplea la mitad de
cada día en pasear por los bosques, porque le gustan,
corre el peligro de que se le tome por un holgazán, pero
si emplea todo el día como especulador (talando bosques y
dejando calva la tierra
antes de tiempo) se le
considera un ciudadano industrioso y emprendedor. ¡ Como
sí a una población no le interesaran sus bosques mas
que para talarlos! . El objetivo del
trabajador debiera ser, no ganarse la vida, no tener una buena
tarea, sino hacer bien un determinado trabajo, y aun en sentido
pecunario, le resultaría económico a una
población pagar a sus trabajadores tan bien, que no
tuvieran la sensación de estar trabajando por fines bajos,
como el de ganarse la vida meramente, sino por fines
científicos o hasta por fines morales. No alquiléis
un hombre que
hace su trabajo por dinero, sino
uno que lo hace porque le gusta…..El modo como la mayor parte
de los hombres se ganan el sustento, o sea la vida, es un simple
expediente y una huida del verdadero trabajo de la vida,
principalmente porque no saben, pero en parte porque no
quieren"
¿ Que es haber nacido libre y no vivir con
libertad?
¿ Que valor tiene la
libertad política, sino como
medio para la libertad moral?
¿ Es la libertad de ser esclavos, o la libertad de ser
libres, de lo que nos jactamos?
El sociólogo E. Durkheim dice
que en la sociedad industrial moderna el individuo y el grupo han
dejado de funcionar satisfactoriamente, que viven en una
situación de "anomia", es decir, en una carencia de vida
social estructurada, sin sentido, el individuo sigue cada vez mas
un movimiento
desasosegado, un autodesenvolvimiento sin propósito, una
finalidad de la vida que no tiene criterio de valor y en que la
felicidad esta siempre en el futuro, y nunca en ningún
logro presente. La ambición del hombre, teniendo por
cliente a todo el
mundo, crece ilimitadamente y él se colma de disgusto ante
la inutilidad de una busca que no tiene fin. La sociedad se
convirtió en "un polvo desorganizado de
individuos".
El socialista ingles R.H. Tawney en su obra
clásica The Sickness of Acquisitive Society señala
que el principio sobre el cual se basa la sociedad capitalista,
es el dominio del
hombre por las cosas, en la industria
moderna el trabajador no da sus mejores energías porque
carece de interés
por su trabajo, debido a que no participa en el control del
mismo. Como único camino para salir de la crisis de la
sociedad moderna, postula un cambio de los
valores
morales, siendo necesario asignar a la actividad
económica misma, su lugar propio como servidora y no como
ama de la sociedad.
Lo malo de nuestra civilización no es solo, como
muchos suponen, que el producto de la
industria este mal distribuido, ni su conducta
tiránica, ni la interrupción de su funcionamiento
por acres desacuerdos, sino que la industria misma ha llegado a
tener una posición de predominio exclusivo entre los
intereses humanos, posición que no puede ocupar
ningún interés por si solo, y menos que ninguno el
suministro de los medio materiales de
existencia, como si las comunidades industrializadas olvidan los
objetos mismos por los que merece la pena adquirir riquezas, en
su febril preocupación por los medios con que
las riquezas pueden adquirirse. Debe considerarse los intereses
económicos como un elemento entre otros de la vida, y no
como el todo de la vida. Tiene que persuadirse a los hombres a
renunciar a la oportunidad de ganancias que aumentan sin prestar
ningún servicio
correspondiente, porque la lucha por esas ganancias tiene febril
a toda la comunidad.
Debe organizarse la industria de modo que el carácter
instrumental de la actividad económica quede subrayado por
su subordinación al fin social para el cual se realiza. Es
probable que el trabajo que hace un hombre sea su función
más importante en la sociedad, pero a menos que su vida se
desenvuelva sobre un fondo social integral, no le podrá
asignar siquiera algún valor a su trabajo, su incapacidad
para comprender su trabajo y las condiciones en que lo hace y la
idea generalizada de la inutilidad personal.
La creencia del individuo en su función social y
la solidaridad con
el grupo (su capacidad de colaboración en el trabajo)
están desapareciendo, destruidas en parte por el
rápido desarrollo
científico y técnico. Con esta creencia
también se desvanece la sensación de seguridad y de
bienestar.
En la obra Philosophy of labor de F.Tannenbaun dice; "El
mayor error del siglo pasado (XIX) fue suponer que puede
organizarse una sociedad completa sobre un móvil
económico, sobre la ganancia y si la
compañía anónima ha de sobrevivir, entonces
habrá que asignarle un papel moral en
el mundo, no solo un papel económico"
Lewis Mumford dice acerca de la civilización
contemporánea; "La critica más demoledora que
podría hacerse de la civilización moderna es que,
aparte de sus crisis y catástrofes fraguadas por el hombre, no
es interesante humanamente… al final, esa civilización
solo puede producir un hombre masa, incapaz de elegir, incapaz de
actividades espontaneas y autodirigidas, en el mejor caso,
paciente, dócil, disciplinado para el trabajo
monótono en grado casi patético, pero cada vez mas
irresponsable, porque cada vez tiene que elegir menos, en fin, un
criatura gobernada sobre todo por sus reflejos condicionados, el
tipo idea deseado, aunque nunca totalmente conseguido por la
agencia de publicidad y las
organizaciones
de ventas de los
negocios
modernos, o por las oficinas de propaganda y
de planificación de los gobiernos totalitarios
y semitotatilitarios. En definitiva, esa sociedad solo produce
dos grupos de
hombres: Los condicionadores y los condicionados, bárbaros
activos y
bárbaros pasivos, en un tejido de falsedad,
desengaño y vacío. Este caos mecánico
evidentemente no puede perpetuarse, porque afrenta y humilla al
espíritu humano, y cuanto más apretado y eficaz sea
como sistema
mecánico, más violenta será la
reacción humana contra él. Finalmente llevara al
hombre moderno a la rebelión ciega, al suicidio, o a
renovarse.
A. Heron en su Why Men Work dice: "Es fantástico
pintar una gran multitud de trabajadores suicidándose por
aburrimiento y a causa de una sensación de inutilidad y
frustración. Pero el carácter fantástico del
cuadro desaparece cuando ampliamos nuestro concepto del
suicidio mas allá de la muerte de
la vida física del cuerpo. El ser humano que se ha
resignado a una vida vacía de pensamiento,
ambición, orgullo y triunfo personal, se ha resignado a la
muerte de
atributos que son elementos distintivos de la vida humana. Llenar
un espacio en la fabrica o en la oficina con su
cuerpo físico, hacer movimientos prescritos por las mentes
de otros, aplicar la fuerza
física o hacer que actúen la fuerza del vapor o de
la electricidad, no son en sí mismas aportaciones de los
talentos esenciales de los seres humanos"
La experiencia ha demostrado que hay tareas, y en
número sorprendente, que no pueden ser hechas
satisfactoriamente por personas de inteligencia
media o superior.
Después de haber escuchado las voces de
científicos sociales o sociólogos, revisemos y
escuchemos a tres hombres ajenos al campo de la ciencia
social, que sus aportaciones han influido enormemente en el
entendimiento de nuestra realidad; A.Huxley, A.Schweitzer y
A.Einstein.
Las acusaciones de Huxley contra el capitalismo
del siglo XX se contienen en la novela de Un
mundo feliz (1931) donde el autor pinta en cuadro de un mundo
automatizado que evidentemente está loco, y la
única alternativa que le encuentra es la vida del salvaje
con una religión que es mitad culto de la fertilidad y
mitad ferocidad penitente. Para hacer frente a la
confusión, se centralizó el poder y aumentó
el control del gobierno.
En una época de tecnología avanzada,
la ineficacia es el pecado. Un estado totalitario verdaderamente
eficaz seria aquel en que el omnipotente poder
ejecutivo de los amos políticos y su ejercito de
directores controlara una población de esclavos que no
necesitan ser coaccionados, porque aman su servidumbre. Hacerlos
amarla es la tarea asignada a los ministerios de propaganda, a
los directores de periódico
y a los maestros de escuela. Los
triunfos más grandes de la propaganda se han conseguido no
haciendo algo, sino impidiendo hacerlo. Grande es la verdad, pero
aun es más grande, desde un punto de vista practico, el
silencio acerca de la verdad. Hacer que las gentes amen su
servidumbre, sin seguridad económica, probablemente no
puede existir el amor a la
servidumbre.
El amor a la
servidumbre, comenta Huxkey, no puede establecerse sino como
resultado de una profunda revolución
personal en las mentes y los cuerpos humanos. Para hacer esa
revolución requerimos, entre otros, los siguientes
descubrimientos e inventos; Primero
una técnica muy perfeccionada de sugestión,
mediante el condicionamiento del niño y, después,
con ayuda de drogas (como
la escopolamina), Segundo, una ciencia
plenamente desarrollada de las diferencias humanas que permitan a
los agentes del gobierno asignar a cada uno o una su lugar
adecuado en la jerarquía social y económica (Los
individuos colocados en puestos para los que no son
idóneos, tienden a tener ideas peligrosas sobre el sistema
social y a infectar a otros con su descontento), Tercero (Ya que
la realidad aunque sea utópica, es algo que la gente
siente la necesidad de tomar vacaciones frecuentemente), un
sustitutivo del alcohol y los
demás narcóticos, algo al mismo tiempo menos
dañino y más agradable que la ginebra o la
heroína, y Cuarto (Pero éste sería un
proyecto a
largo plazo, que exigiría generaciones de control
totalitario para llevarlo a feliz termino), un sistema
eugénico a prueba de torpeza, destinado a estandarizar el
producto humano y facilitar así la tarea de los agentes
del gobierno. En Un mundo feliz, esta estandarización del
producto humano ha sido llevada a los extremos
fantásticos, aunque quizás no
imposibles.
A medida que disminuye la libertad política y
económica, tiende a aumentar como compensación la
libertad sexual, el estado totalitario hará bien en
estimular esa libertad. En conjunción con la libertad para
soñar despierto, bajo la influencia de los
narcóticos, del cine, la
televisión, ayudando a reconciliar a los
súbditos con la servidumbre, que es su destino.
Alberto Schweitzer escribe: "Hay que crear una opinión
pública nueva, privada y libremente. La existente esta
mantenida por la prensa, la
propaganda, la
organización y las influencias financieras y de otra
clase que estan a su disposición. Este modo contranatural
de propagar ideas tiene que ser contrarrestado por el modo
natural, que va de hombre a hombre y fía únicamente
en la verdad de nuestras ideas y en la receptividad del oyente
para la verdad nueva.
¿ Tendrá el hombre de hoy, fuerza para
hacer lo que el espíritu demanda de
él y que la época probablemente querrá
impedir?
En las sociedades
superorganizadas que lo tienen en su poder de cien maneras,
él debe, de algún modo, convertirse otra vez en una
personalidad
independiente y ejercer, así, influencia sobre ellas.
Ellas emplearan todos los medios para mantenerlo en aquella
situación de impersonalidad que les conviene. Temen
la
personalidad porque el espíritu y la verdad (que se
desean amordazar) porque es un medio para expresarse. Y su poder
es, desgraciadamente, tan grande como su miedo. Hay una alianza
trágica entre la sociedad en general y sus condiciones
económicas. Con torva tenacidad, esas condiciones tienden
a convertir al hombre actual en un ser sin libertad, sin sosiego,
sin independencia,
en resumen, en un ser humano tan lleno de deficiencias, que
carece de cualidades humanas. Y son éstas, las ultimas
cosas que podemos cambiar. Aun cuando se nos concediera que el
espíritu comenzara a trabajar, solo de una manera lenta e
incompleta adquiriríamos poder sobre aquellas fuerzas. En
realidad, se le pide a la voluntad lo que nuestras condiciones de
vida se niegan a permitir".
En el presente solo circula la verdad
propagandística. Mantengamos nuestra fe en el estado
civilizado aunque nuestros estados modernos, arruinados por la
guerra
espiritual y económica, no tengan tiempo para pensar en la
tarea de la civilización y no osen dedicar su atención a nada que no sea cómo
emplear todos los medios posibles, aun los que minan el concepto
de la justicia, para
reunir dinero con que prolongar su existencia. Tiene que
mantenerse la atención concentrada en la
civilización, mientras que la creciente dificultad de
ganarse la vida observe cada vez a las masas en preocupaciones
materiales y hace que todas las otras cosas parezcan meras
sombras. Darse fe en la posibilidad de progreso, mientras que la
reacción de lo económico sobre lo espiritual se
hace cada día más dañina y contribuya a una
desmoralización cada vez mayor. Debemos proporcionarnos
razones para conservar la esperanza en una época en que no
solo las instituciones
y asociaciones seculares y religiosas, sino también los
hombres a quienes consideran guías, nos defrauden
constantemente, en que los artistas y los hombres cultos
actúan como sostenes de la barbarie, y notabilidades, que
pasan por pensadores y que exteriormente obran como tales,
resultan, cuando llega la crisis, nada mas que escritores e
individuos de academias.
Una sorda desesperación se cierne sobre nosotros.
¡Qué bien comprendemos ahora a los hombres de la
decadencia grecorromana, que se encontraban ante los
acontecimientos, y se sentían incapaces de resistirles y,
abandonando el mundo a su destino, se recogían en
sí mismos! Como ellos, nos sentimos aturdidos por nuestra
experiencia de la vida. Como ellos, oímos voces tentadoras
que nos dicen que lo único que aun puede hacer tolerable
la vida, es vivir para el momento. Se nos dice que debemos
renunciar a todo intento de pensar sobre todo lo que rebasa
nuestro propio destino y a esperar nada de ello. Debemos buscar
descanso en la resignación. El reconocimiento de que la
civilización se funda en una especie de teoría
del universo, solo
puede restaurarse mediante un despertar espiritual.
A.Einstein en un breve articulo titulado Why Socialism
decía; "El individuo es más consciente que nunca de
su dependencia de la sociedad, pero no considera esa dependencia
como un a partida positiva, como un vinculo orgánico, como
una fuerza protectora, sino más bien como una amenaza a
sus derechos
naturales y aun a su existencia económica. Además,
su posición en la sociedad es tal, que constantemente se
acentúan las tendencias egoístas de su
carácter, mientras sus tendencias sociales, que por
naturaleza son
más débiles, se debilitan progresivamente. Todos
los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la
sociedad, sufren a causa de ese proceso de
debilitamiento. Prisioneros sin saberlo de su propio
egoísmo, se sienten inseguros, solitarios y privados del
ingenuo, sencillo y natural goce de la vida. El hombre puede
encontrarle sentido a la vida, aun siendo como es corta y
peligrosa, únicamente consagrándose a la
sociedad"
Recopilado y elaborado por:
Lic.en Psic.Arturo Falcón
Becerril.