Indice
1.
Introducción.
2. Alcances de la responsabilidad
social.
3. Problemas actuales por acciones no
responsables socialmente.
4. Acciones de solución y
responsabilidad social.
5. La responsabilidad de la empresa en los
problemas actuales.
6. Pretextos peligrosos. Solo para
reflexionar.
7. ¿Cómo influye
la empresa en la Cultura?
8. Actos responsables de la
empresa.
9. Ventajas y beneficios de la
responsabilidad social para la empresa.
10.
Conclusión
Asumir una posición de indiferencia ante los
crecientes problemas que
están afectando a la humanidad (contaminación
ambiental, violencia,
desorden social, perdida de principios y
valores,
aumento de los estados depresivos, deslegitimación del
orden establecido y más), será para el mundo entero
la peor catástrofe vivida. Son las organizaciones
empresariales, los profesionales, el estado y
las entidades educativas las que deben asumir una posición
de liderazgo para
combatir estos flagelos. Por afectados que estemos, es hora de
replantear la responsabilidad social de la empresa en todas
sus dimensiones, pues de no hacerlo, para ella misma y para toda
la sociedad,
será tomar palco para ser testigos de nuestro propio
entierro. Son los padres de familia, los
maestros de colegios y escuelas, las universidades, los gremios
empresariales, los gobiernos territoriales, el estado, la
misma iglesia y
todas aquellas personas y organizaciones que de alguna forma
inciden hoy en el mañana, los llamados a asumir un
liderazgo con una posición ética,
moral y de
responsabilidad que no permita seguir construyendo un nefasto y
fatídico futuro.
Aunque mucho hay escrito sobre la responsabilidad social de la
empresa, puedo atreverme a afirmar que el tema se ha centrado
más en asuntos de tipo ambiental, desarrollo
sostenible y producción más limpia, que sin lugar
a duda es uno de los frentes de gran atención por la importancia que ello
reviste para el planeta y la misma humanidad, pero no debe ser el
único. Hay otros tratados que con
más atrevimiento presentan la responsabilidad social con
componentes de formación positiva en su comunidad
laboral y de
impacto en las comunidades a través de obras sociales,
también reconociendo su importancia, pero todos ellos se
quedan en la parte romántica del asunto y descuidan otros
aspectos que son vitales para la sana convivencia y para el
beneficio de nuestras sociedades.
El tema de la responsabilidad social en las empresas,
aún no ha sido asimilado con la suficiente seriedad que
merece, pues su filosofía y la forma en que se ha venido
tratando, tiende a ir en contradicción con los intereses
empresariales, los que son sin discusión alguna, producir
ganancias, es decir, que la actividad empresarial sea un
ejercicio rentable.
Es por dicha razón, que interesado en el tema, lo
presentó con una serie de componentes que harán de
él algo interesante para empresarios y unidades
productivas, pues la "RESPONSABILIDAD SOCIAL, ES UN BUEN
NEGOCIO", dicho de otra forma, las acciones con
responsabilidad social no son un gasto, es una inversión que genera Ganancias y
Utilidades, en algunos casos de forma inmediata, y en otros a
mediano y largo plazo.
Es poco probable que una empresa asuma
una política
de responsabilidad social si se le convierte en un gasto que va
en contra de sus intereses y estados
financieros, pues no podemos desconocer que en el lenguaje
empresarial todo se mide en costos de
inversión y en la recuperación de la misma.
Cuando se adquiera conciencia de que
la Responsabilidad social es una inversión que produce
retornos en utilidades, los empresarios y directivos
asumirán un liderazgo positivo en el tema, y esto es
más que probable, es una realidad hacer de la
responsabilidad social una acción de ganancias para la
misma empresa.
2. Alcances de la
responsabilidad social.
La responsabilidad social de la empresa es una
combinación de aspectos legales, éticos, morales y
ambientales, y es una decisión voluntaria, no impuesta,
aunque exista cierta normatividad frente al tema.
Orientar los esfuerzos de la empresa solamente a
producir resultados basados en las teorías
de producir y vender más con el mínimo costo sin
importar el impacto social, es a lo largo del tiempo, el peor
negocio del sector productivo que busca la rentabilidad.
La estrategia actual
y sus esperados beneficios, con dicha posición, puede ser
mañana el motivo de su fracaso.
La responsabilidad social de la empresa abarca aspectos internos
y externos, los que se han sido objeto de tratado por expertos en
el tema, los primeros orientados a los colaboradores o el equipo
de trabajo, sus asociados y accionistas, y los segundos, los
externos a clientes,
proveedores,
familia de los trabajadores, la vecindad y el entorno social,
entre estos el medio
ambiente.
Antes de profundizar más sobre el tema, es preciso
recordar que los objetivos
empresariales de la empresa actual, están enfocados a
lograr mayor competitividad
y productividad.
La productividad se entiende como la capacidad de producir y
vender más, a menor costo y con una excelente calidad , lo que
permite a la marca que se
promociona mantenerse y crecer en los mercados a los
que pertenece, sea nacional o extranjeros, haciéndose
así mucho más competitivos.
Productividad y competitividad son entonces la razón que
lleva a que las decisiones gerenciales hagan una
valoración del costo beneficio, la inversión
realizada con respecto a las utilidades generadas, pero
lastimosamente con una visión a corto plazo, sin medir
consecuencias de los efectos nocivos de la inversión en el
futuro de la marca o la empresa misma.
La misma dinámica del mercado , con sus
tendencias neoliberales y la gran necesidad de mantenerse o
sobrevivir en un sistema de
relaciones complejas y desiguales, en donde la ética y
la moral , el
concepto de
justicia y
otros aspectos relevantes a principios y valores han perdido
importancia, hacen que el concepto de responsabilidad social sea
desatendido, pues en su afán de crecer y mantenerse, se
juega con reglas irregulares en busca de arrebatarle el mercado a
su competencia y ser
más rentables, haciendo que toda practica comercial sea
valida, así se afecte o impacte algo o a alguien.
"El fin justifica los medios ",
máxima Maquiavélica que prevalece hoy en la
dirección empresarial, pues de no ser
así, se corre el riesgo de perder
el mercado.
Esta forma de pensar valida acciones negativas y nefastas bajo
pretextos irresponsables, tales como, "si no lo hago no puedo
generar empleo ", "es
la única forma de ser rentable y eso aporta beneficios
tributarios que sirven a todos", "el objetivo es
sobrevivir a como de lugar", ". En el ejercicio empresarial
actual y de acuerdo a la dinámica del mercado, toda
acción es validada, "En el mercadeo todo se
vale", "dicen los expertos".
Esta forma de pensar y actuar no mide consecuencias de futuro y
del impacto que se puede tener en el entorno social, humano y
ambiental, anula todo escrúpulo por encima de los
principios éticos y los morales, inclusive, por encima de
los principios cívicos, sociales y hasta los
espirituales.
Enfocarse a la generación de "Beneficios" (de venta ,
rentabilidad y otros) a corto plazo, lleva a actuar al empresario
de forma fría sin limite en la toma de sus decisiones,
carente de toda visión ética y responsable, e
inclusive, sin medir las consecuencias negativas para su propia
empresa, simplemente por su forma de proceder y esquema para
decidir.
3. Problemas actuales por
acciones no responsables socialmente.
Es importante aclarar que los problemas por la
inadecuada responsabilidad social no es causa generada por una
solo fuente, es decir, por la empresa, todos los estamentos de un
estado son igualmente responsables de sus males: las políticas
blandas, imprecisas e irresponsables de los gobiernos;
gobernantes permisibles y transigentes; los sistemas de
corrupción; la poca preocupación e
importancia concedida en el tema por parte de entidades
educativas; la ignorancia misma o falta de conocimiento
sobre el tema por parte de empresarios y actores del sector
productivo y comercial; el bajo escrúpulo de muchos
empresarios y personas que conociendo el tema y sus
consecuencias, actúan de forma irresponsable.
En palabras sencillas, todos los estamentos que hacen parte del
estado, gobierno y sus
políticas, colegios y universidades, empresas, empleados,
padres de familia, medios informativos y demás que inciden
en patrones de comportamiento
y en la cultura, son
igualmente responsables en los daños ocasionados, bien por
acciones directas o por omisión.
Con el propósito de hacer un balance de algunos de los
problemas causados por un proceder no responsables socialmente,
me parece importante definir lo que yo comprendo dentro del
término "Medio ambiente".
Cuando se habla de Medio ambiente se tiende a pensar solo en
aspectos relacionados con los recursos
naturales y la calidad de los mismos, Tierra,
agua y
aire, por lo
tanto se queda resumido tan solo a practicas de tipo
ecológicos en temas relacionados con "Desarrollo
sostenible", "Producción más limpia" y similares,
es decir, manejo de basuras y residuos, estableciendo acciones
hacia el reducir el impacto y por ende fomentar el ahorro,
reciclar desechos y re-usar en nuevas practicas productivas lo
reciclable.
Este es un excelente paso en cuanto a calidad de ambiente en los
temas energéticos, clima, calidad de
aire, calidad de suelos, calidad
de agua y relacionados, todos prestando un excelente beneficio al
ser y demás especies del planeta. Pero no debemos
desconocer que en el concepto del "Medio ambiente" esta el ser
como tal, el hombre, que
no solamente necesita de un buen aire para respirar, un buen agua
para beber y un terreno fértil y variedad de especies de
flora y fauna para su
alimentación, necesitamos más, algo
adicional que hace parte de la calidad del medio ambiente.
Por ser un animal racional, conciente de su existencia y
pensante, necesitamos de la paz, la tranquilidad, la seguridad, el
bienestar mental así como el físico, la
armonía entre los seres, la satisfacción por el
vivir, la armonía con el resto del medio ambiente, y con
esto una serie de elementos que proporcionan motivaciones de vida
y sentido de trascendencia.
El animal humano, es decir, el ser que se convirtió en
social, requiere de más elementos de calidad y
armonía con su medio ambiente que el resto de los animales, pues
ellos, los no pensantes o no racionales, carecen de emociones y de
conciencia, por lo que su relación con el medio ambiente
es meramente física –
química,
mientras que en el hombre es
además de ello, emocional, de ahí el concepto del
equilibrio.
Los problemas que tenemos actualmente no son solamente los que ya
han sido estudiados y que se precisan con la calidad y el estado
de los recursos
naturales, y entre ellos por recordar:
- El creciente calentamiento global en los
últimos 160 años y sus efectos en el planeta: El
deshielo y derretimiento de los casquetes polares que para el
2.100 aproximadamente, dicen los expertos, serán la
causa de que los mares suban hasta metro y medio,
desapareciendo naciones enteras y cambiando el mapa
mundial. - El aumento de sustancias productoras de la lluvia
ácida y por ende el deterioro de bosques y
extinción de especies animales y vegetales vitales para
la armonía del ecosistema. - El aumento de la
contaminación de aguas y el envenenamiento de
especies vegetales y animales, la contaminación para el riego de cultivos
productores de alimentos, la
proliferación de enfermedades por
ésta vía y sus demás consecuencias que
generan problemas de salud
publica en un alto estado de alerta mundial. - La sequedad de la tierra y
la infertilidad de la misma, la deforestación y la reducción de
vegetación como única fuente de producción
de oxigeno y
recuperación del aire. - La Extinción de especies animales y vegetales,
con sus consecuencias negativas por el desequilibrio en la
cadena
alimenticia. - El incremento del Efecto
invernadero y la alteración de los
habitas. - La Reducción de la capa de
ozono y los peligros por la exposición directa a los rayos del Sol
tanto para ser humano como para todas las especies
vivas. - Y otros tantos asuntos que en estos momentos son
objeto de reglamentaciones y de concientización, como el
incremento de basuras y la disposición final de las
mismas, la producción de alimentos cargados con
contaminantes cancerigenos y posiblemente hasta agentes que
estimulan mutaciones en los seres vivos.
Vemos pues que el tema ambiental es altamente alarmante,
y que lastimosamente ha sido generado por el bajo interés en
el asunto, y por la actuación no responsable del sistema
productivo mundial, pero éste no es el único
problema que amenaza a la humanidad y a la empresa, hay otros que
día a día crecen y que se convierten en la
fatalidad para el futuro.
"Hacer empresa hoy en día es muy difícil y
arriesgado" dicen algunos empresarios, "La situación se
torna más violenta", "No hay en quien confiar", y
así como esas expresiones son muchas las que reflejan la
desconfianza ante la situación social actual, y no es
aplicable solo a una región, se convierte casi en
sentimiento mundial.
Reina una situación de desconcierto y desorden que hace
que la practica empresarial sea cada vez más compleja por
no llamarle difícil, afectando el ejercicio financiero, no
solamente por el reforzamiento de sistemas de seguridad personal,
industrial o de los bienes,
también por el crecimiento de ausentismos, por los
daños causados en propiedad
ajena, por las devoluciones, por los reprocesos, la perdida de
clientes, la inmoralidad de algunos funcionarios del mismo estado
y más aspectos que hacen parte de lo que llaman "lo normal
en un ejercicio empresarial", y que pueden ser medibles en los
balances financieros de cada empresa.
El panorama actual para la empresa no es nada alentador, de nada
favorece sus actividades, atenta contra la estabilidad
financiera, afecta el bienestar interno y externo y por ende la
productividad repercutiendo en la competitividad.
Entre algunos de los hechos negativos, se destaca:
- La creciente violencia y los conflictos
sociales que amenazan la tranquilidad ciudadana, al sujeto y
sus bienes y los de las empresas, implicando más
inversión en seguridad, temor en invertir, y en caso de
atentados o daños, la perdida y la consecuente
reposición de los bienes. - La falta de identidad,
el poco sentido de pertenencia por la misma región,
país y empresa, y el compromiso ausente frente a planes
de mejoramiento. - El estrés y
los estados depresivos que generan ausentismos, deserciones,
conflictos, tensiones y una serie de malestares que atentan con
el ambiente organizacional. - Problemas emocionales, neurosis,
paranoias sociales y otros estados que contribuyen a la
accidentalidad, que desmotivan e influyen el la poca
concentración y en bajos resultados.
Los anteriores entre muchos de los que podemos enumerar,
pero igualmente hay otros males que estropean lo personal y
desestabiliza a los grupos
familiares, con efectos en los grados de atención, la
disposición, el aporte y los resultados en la empresa y en
general a la sociedad. Entre algunos:
- Las crecientes tendencias a la dependencia por
la
drogadicción, el alcoholismo
y otras sustancias sícoactivas que generan problemas
internos y descomponen la sociedad. - El aumento de la industria
del secuestro, las
violaciones, el atraco y otros actos violentos que generan
temores, zozobras y crean un clima de tensión y
miedo. - El aumento de robos, de hurtos, de desfalcos y otras
practicas deshonestas que reducen la
motivación hacia la inversión, implican
más costos en protección y que por el mismo
estado de prevención, aminora competencias y
estados de animo, pues se crece la desconfianza, los estados de
recelo y las duda.
Junto a otros asuntos lo anterior hace parte del
panorama en que se desenvuelven las personas y en el que esta
inmerso la empresa. Un escenario muy criticado pero que pereciera
inmodificable, por la fuerza que con
el tiempo ha adquirido, convirtiéndose en lo normal de la
vida cotidiana.
Sobra aclarar que la productividad de las personas se ve
seriamente afectada cuando se encuentra estropeada
emocionalmente, y por ende los resultados de la empresa,
así que, si el ambiente en que se encuentra la sociedad, y
por ende la empresa, es sano y favorable, la productividad y la
competitividad será mayor, pero de no ser así, se
manifestará en sus resultados, de producción, de
mercadeo y por ende financieros.
Entre esos factores que afectan sentimientos y la tranquilidad
del grupo laboral,
y que aunque aparentemente no son de responsabilidad directa de
la empresa, repercute en los sus resultados, y entre
estos:
- Las bajas relaciones inadecuadas de pareja y el
crecimiento de conflictos familiares. - Incremento en los índices de padecimientos de
anorexia y
bulimia en adolescentes. - Prostitución progresiva, inclusive
infantil. - Altas tendencias de homosexualidad.
- Crecimiento de pandillas juveniles.
- Practicas satánicas.
- Alta infidelidad.
- El crecimiento de los índices de suicidio.
- Otras.
Esto produce decaimiento emocional y se convierte en
razón para el ausentismo, la deserción laboral, la
accidentalidad en el ejercicio de las funciones de
trabajo, la apatía, el crecimiento de conflictos, la baja
motivación
por lo que se hace y demás manifestaciones que merman la
capacidad de concentración y la disposición hacia
la productividad, además llegan a afectar en aspectos como
la perdida total de interés por lo que se hace y por la
misma vida, se acaba la ilusión.
A esto le podemos sumar otra cantidad de actitudes,
comportamientos, hábitos, costumbres y formas de pensar,
que se oponen al buen desempeño del grupo de trabajadores y por
ende a la productividad de una compañía, entre
ellas:
- El negativismo o pesimismo. Reduce la
motivación por los propósitos
organizacionales. - La apatía al estudio, al mejoramiento continuo
y la tendencia al facilismo. - La baja disposición al ahorro y por ende los
consecuentes problemas que genera el mal manejo de los ingresos, con
sus posibles consecuencias negativas para obtener lo que desea.
Un problema financiero es potencialmente el cultivo de actos
indelicados. - La baja disposición por aceptar una critica
constructiva, lo que conlleva a la generación de
posiciones negativas para con quien la hace. - Bajo sentido de identidad y de pertenencia,
desencadenando conductas poco participativas, se hace las cosas
tan solo por cumplir sin dar un algo más a favor de los
propósitos de la empresa. - El conformismo, la marrullería, que reduce la
capacidad de aporte así como la de auto crecimiento o
mejoramiento personal. - El facilismo con un bajo sentido de auto mejoramiento
y de auto aprendizaje,
por ende poca capacidad de aporte para la empresa. - Altas tendencias a tomar frívolamente las
cosas, con mucha inclinación a lo festivo,
concediéndole mayor prioridad a ello que al trabajo
mismo.
Definitivamente enumerar la cantidad de aspectos que
hacen parte hoy de un gran grueso de nuestra población laboral es una tarea casi
interminable, y todo lo anterior repercute en la perdida de la
esperanza en las personas, la baja ilusión, la poca
disposición por hacer bien las cosas, merma su capacidad
productiva y afecta como lo he indicado la productividad, la que
se refleja en los estados financieros de las empresas.
4. Acciones de
solución y responsabilidad social.
Aunque este trabajo presenta crudamente las realidades
negativas, no quiere indicar que todo es nocivo, pero para el
propósito del tema de la responsabilidad social, es
prudente hacer mención de dichas situaciones, las que a
primera vista, parecen ser más de la competencia de
gobierno, la policía, los padres de familia, de la misma
iglesia y no de la empresa, aparentemente.
Lo que queda totalmente claro es que sea quien sea el
responsable, estos asuntos afectan al individuo como tal, a los
grupos familiares, a la sociedad en general, así como a la
empresa y se refleja en los resultados de su ejercicio
financiero.
Así que se convierten en prioridades de atención
por parte de todos los afectados, y de los que como se
decía anteriormente, por acción u omisión,
son responsables, y entre ellos, la empresa representada en sus
directores.
5. La responsabilidad de la
empresa en los problemas actuales.
Las empresas son participes de la responsabilidad en
algunos de los efectos mencionados, o en todos, por sus
políticas o la carencia de las mismas, por sus sistemas de
dirección y por una serie de costumbres y vicios
empresariales que le alejan de una actuación responsable
que mida la consecuencia de sus actos. La responsabilidad o la no
responsabilidad, es parte de la cultura de una empresa.
Esta vez no haré mayor precisión en los temas
relacionados con la contaminación de los recursos, pues
sobre ésta materia sobra
las fuentes
bibliograficas que ayudan a ilustrar más el alcance de la
problemática.
Me interesa sobre manera el efecto de la responsabilidad en lo
social y en lo cultural.
La falta de ética y
moral, es sin lugar a duda, el principal elemento del
problema, y como ya lo afirmaba, la búsqueda de las
utilidades y el afán de generar resultados a toda costa
sin medir consecuencias, no permite que la empresa (los
empresarios y directivos), presten la atención que merece
el tema de la responsabilidad social.
La inmoralidad ciudadana, la falta de civismo, el bajo
escrúpulo de las personas, la falta de lealtad, la
marrullería, la trampa, la poca seriedad, el bajo sentido
de pertenencia, la mediocridad misma, las inadecuadas relaciones
humanas, así como esos aspectos, son muchos los
asuntos de comportamiento que afectan el desarrollo empresarial y
por ende su eficiencia, y
podré demostrar que la empresa tiene una alta
responsabilidad en ellos.
El deseo de todo empresario es contar con un perfil ideal de
colaboradores, los que salen de su comunidad, y éste
perfil requiere de:
- Personas comprometidas que den lo mejor de sí
mismo y que ayuden al crecimiento de la empresa. - Personas que sepan trabajar en equipo y que se
enfoquen a los objetivos de la
organización, venciendo el egoísmo y evitando
el conflicto en
pro de la creación de un clima laboral sano. - Personas inteligentes, creativas, proactivas y con
agilidad mental que puedan dar soluciones,
que decidan y aporten beneficios a los procesos, al
sistema en general y por ende al resultado. - Personas honradas, honestas y rectas en los que se
pueda confiar. - Personas serviciales orientados hacia el cliente y hacia
la calidad
total. - Personas tolerantes, prudentes y pacientes que hagan
gala de sus cualidades humanas a favor de la relación
interna y externa. - Personas participativas y alegres que pongan amor a lo
que hacen. - Personas concentradas y prudentes que eviten la
accidentalidad, deterioros, perdidas, las discordias, los
reprocesos y la perdida de clientes. - Personas capaces de controlar sus emociones
negativas. - Personas con escrúpulo, nada violentas, sin
vicios y manías que atenten con la integridad de sus
compañeros, en su vida familiar y social. - Personas disciplinadas y responsables que administren
el tiempo, que generen buena imagen y que
planifiquen en pro de la eficiencia. - Personas que proyecten una grata impresión,
por su apariencia, por sus modales, por el comportamiento y sus
hábitos.
En pocas palabras lo que se requiere es gente de
calidad, íntegros y eficientes, lo que en la actual
situación social parece ser una tarea titánica o
una utopía. ¿Seré que existen personas con
ese perfil? Es la pregunta que sale de dicha descripción.
Lo ideal es probable, y puede que no existan, pero para
mí, pero aunque fuera así afirmo yo que se pueden
hacer. Es decir, parto de la
creencia que la persona no nace
contaminada, es la sociedad la que lo convierte así, pues
su entorno familiar y social es el que crea fijaciones,
comportamientos, estimula hábitos, impregna de creencias,
desarrolla actitudes y todo lo que de adulto en ellos se
reflejará.
La formación del individuo se empieza desde el hogar, en
su núcleo familiar, y la educación
básica y superior la complementa y valida, pero es en la
vida laboral donde el individuo refuerza conductas o creencias, e
inclusive donde las replantea.
¿De qué sirve una educación basada en
valores y de buenos principios éticos, si la persona para
mantener su puesto debe hacer cosas que van en contra de sus
creencias? Nada se logró con enseñarle a la persona
a ser recto, si su jefe le indica que tiene que "Torcer",
"Comprar", "Untar" o dicho de otra forma, dar una comisión
ilegal a alguien para poder vender o
para hacer negocios.
Existen muchas empresas que fomentan "los torcidos", es decir,
los negocios sin escrúpulo.
De nada sirve enseñarle a no mentir a la persona, si el
jefe es el primero que les dice a sus colaboradores que le
nieguen, que se inventen una disculpa ante un cliente cuando hace
un reclamo.
He sido testigo de personas con una alta capacidad creativa y de
innovación, y que por sus mismas
capacidades estudian una carrera afín a la creatividad,
diseño
grafico o algo similar, y una vez que son contratados, el jefe
escudado en la frase "El que manda – manda", le impide a
ésta persona hacer aportes, pues su papel es
ejecutar las ideas que le presenta el que paga, el que tiene
poder, así el empleado tenga mejores que las suyas, "O
hace lo que le ordeno o se va", y éste, por cuidar su
puesto, termina siendo un interpretador de ideas tontas y nada
interesantes, perdiendo así, la capacidad creativa.
Muchas veces los ambientes organizacionales o el sistema de
dirección anula las capacidades humanas positivamente
desarrolladas.
He visto vendedores altamente cumplidos y eficientes al inicio de
su carrera, y tan solo requieren algo más de refuerzo de
esta conducta para que
se conviertan en vendedores profesionales, pero su jefe con el
tiempo les enseña lo contrario, les llega tarde, los deja
en una reunión nada productiva el tiempo que a él
se le antoja, les queda mal con los compromisos de entrega y en
definitiva, les daña lo bueno que ellos tenían,
inclusive les enseña a mentir y ha hacer
marrullería.
Igualmente he sido testigo de personas recién casadas que
con vehemencia desean construir un lindo hogar, por lo tanto
trabajan con ahínco, pero a su vez cuidan su
relación de pareja, y en el transcurso del tiempo las
cosas cambian, pues la empresa no respeta su tiempo personal, se
los quita, además de que les fomenta espacios propicios
para lo negativo, el licor e inclusive la infidelidad.
Es decir, existen empresas donde no se le concede valor a las
competencias personales, a la calidad integral de vida (Personal,
familiar y social, no solamente lo laboral), a lo emocional y
cultural en general, posibilita la generación de ingresos,
más no agrega nada positivo a la calidad de
vida.
Fui testigo en una empresa, supertienda, que en el día de
las elecciones les obligaron a trabajar, sin concederles a los
empleados que deseaban sufragar, el permiso para hacerlo, se les
negó un derecho fundamental, y cuando yo les dije que eso
era ilegal y ellos podían hacer valer sus derechos, los mismos me
indicaron que era mejor no hacerlo, pues iniciaría una
persecución laboral, y debían de cuidar sus
puestos. La misma empresa fomenta la apatía por los
deberes ciudadanos, y atropella los derechos de los mismos. Si lo
hace en lo fundamental, ¿Qué no puede hacer en lo
aparentemente menos importante?
¿En que beneficia a las personas el conseguir el
ingreso necesario para su manutención familiar si el
ambiente laboral le afecta emocionalmente? ¿En qué
beneficia el puesto laboral si se le quita su puesto familiar?
¿No se había pensado en eso?
Muchas veces las condiciones laborales se desarrollan en estados
altos de tensión, lo que genera estrés y hasta
estados depresivos, afectando el bienestar y la salud de la persona. No se
hace el bien, el escenario no es constructivo, pasa a ser
destructivo.
También es corriente ver en algunas empresas abuso de
autoridad,
humillación respaldada por el poder, afectando la autoestima,
generando resentimientos y dolor.
Deja mucho que decir sobre los problemas que vivimos actualmente
lo que denomino la antitesis de lo que somos, pues aunque nuestro
país es un estado democrático y eso es lo que
deseamos enseñar y mantener, por regla general en el
interior de las empresas se vive lo contrarios: VIVIMOS EN UNA
DEMOCRACIA,
PERO EN LA EMPRESA SE VIVE UNA AUTOCRACIA. Los jefes son los
únicos que tienen derechos, los demás solo
deberes.
Todas las personas no responden de igual manera a un estimulo,
por lo tanto hay que cuidar la emisión de los mismos, el
ambiente, la forma de comunicar, la forma de mandar y
demás que hacen parte de la higiene laboral
si se espera crear condiciones favorables para el bienestar de
las personas y para el mejoramiento del clima en pro de la
productividad.
Pero no solamente aquí vemos actos donde hay
responsabilidad de la empresa en las personas, también se
encuentran en sus políticas y tradiciones. Fomentar,
transigir y "Alcahuetear" los espacios perniciosos en una
acción negativa.
Las famosas fiestas de integración, por ejemplo, las que nunca
integran por que siempre van los mismos con las mismas, y se
prestan para la creación de corrillos cerrados y
burleteros, animados por el licor y una serie de estímulos
que terminan con personas embriagadas, es una forma de destruir a
las personas, ya que son espacios propensos para la
accidentalidad, para los pleitos, para que ya motivados por los
efectos del licor se prosiga la fiesta y se gasten el dinero que
se requería para pagar la escuela de los
hijos, o para los servicios o
alguna necesidad básica. Inclusive estos eventos fomentan
hasta la infidelidad y crean problemas para con las parejas de
los colaboradores, y en algunos casos son causa de accidentalidad
y muerte.
En cierta empresa, en la fiesta anual, siempre había un
muerto generalmente por accidente por el licor una vez terminada
la fiesta. Los directivos tan solo decían "que mala suerte
la de nosotros".
Una inadecuada forma de dirigir a los empleados, políticas
de bienestar que desfavorecen las conductas y atropellan las
relaciones de pareja o de familia, el atosigamiento por ordenes
confusas y la saturación de trabajo sin prestar
importancia la salud y el bienestar del individuo, estos como
muchos otros factores comunes en algunas empresas, generan
problemas en el individuo y afecta a sus familias, por lo que se
pueden calificar como acciones no responsables de la
empresa.
6. Pretextos peligrosos.
Solo para reflexionar.
En cuanto a éste tema de la responsabilidad
social nos encontramos con una serie de pretextos peligrosos que
hacen parte de la cultura actual y que finalmente se acomodan a
intereses financieros de algunas compañías o
empresas, haciéndoles sentir que están actuando
bajo normas, bajo
derecho o moralmente. Entre estos pretextos de nuestra cultura
empresarial y social podemos anotar algunos de ellos:
- El derecho al trabajo. Día a día crece
en las ciudades el trabajo
informal, con un alto desorden social, escudados en el pretexto
del derecho al trabajo, pero no nos hemos puesto a pensar en
otros derechos, el derecho al trabajo con dignidad, el derecho
al respeto de
la movilización libre y sin obstáculos de
peatones y conductores, como tampoco pensamos en los deberes,
como el deber de respeto del espacio publico. Sobre este tema
vemos inclusive a muchas empresas que han hecho de la venta
informal, en semáforos, andenes, autobuses y otros
lugares no propicios para la actividad, su principal canal de
ventas, sin
responsabilidad laboral y social alguna por quienes hacen la
venta, evadiendo impuestos ya
que de esta forma es difícil controlar ventas reales,
como quien dice, explotando a las personas y evadiendo
responsabilidades tributarias, pero todo bajo el pretexto de
que están generando trabajo, y estimulan a dichos
vendedores, para que peleen por el derecho al
trabajo. - Espacio para adultos. Vemos a diario, me refiero a
la
televisión, que programadoras y anunciantes se lavan
las manos poniendo solamente mensajes, antes del programa "Este
es un programa para adultos, sugerimos que los menores
estén acompañados por padres o personas mayores
de edad", y lo más irónico, es que en algunos
casos dichos programas esta
en la franja que se denomina familiar, o en horas de la noche,
en una cultura ciudadana donde ya el chico desde los 5
años, se acuesta tarde, donde sus padres por el mismo
trabajo llegan tarde. Pero finalmente la programadora se
curó en salud, advirtió, y así ya no es
problema suyo o del patrocinador que el niño deba
permanecer solo, o que la madre o el padre estén
ocupados. (solo para reflexionar un poco) - Libertad de prensa. En
honor a la libertad de
prensa, al derecho de estar informados, programadoras
noticiosas, programas de comentario y otros, hacen
apología al delito,
entrevistan al delincuente y le dan el despliegue necesario,
dan la primicia de un ataque, presentan imágenes
de alto dolor, el reflejo de la violencia, la tristeza aguda,
el drama desgarrador, creando así más paranoia
social, más depresión e incitando al suicidio mismo,
y en los niños, enseñándoles que el
delito es algo normal. - Ultimo minuto. Hace algunos años la prensa
hablada establecía franjas para el resumen de las
noticias del día, hoy, ya no es suficiente la entrada
apoteósica acompañada de una fanfarria en la cual
se dice ULTIMA HORA, paso a ser ULTIMO MINUTO, para presentar
el suceso de dolor, se interrumpe el programa infantil o el que
sea, para cumplir con un derecho de información, sin importar el impacto que
eso cause. - No es trampa, es la única forma de hacer
negocios. "Si no lo hacemos nosotros lo hace la competencia",
"No es un soborno, es una costumbre", "Para sobrevivir y
negociar hay que presupuestarlo", refiriéndome al
soborno y la comisión para hacer asignar un
negocio. - Yo cumplo con pagarles lo que les corresponde por
ley, ya es
problema de ellos que hacen con su plata. La posición
más irresponsable frente al pago de los salarios, y
más de las prestaciones
y las liquidaciones. Parece que al que piensa así no le
interesa si la persona se lo malgasta por que no sabe manejar
el dinero, y
así se afecte una población infantil, se destruya
un hogar y se creen las condiciones propicias para el cultivo
de las bandas de delincuentes. - Cada persona vive como le da la gana, no debo
meterme. Solo somos sensibles si a nosotros nos toca una
situación dolorosa, mientras tanto no me importa,
intervenir y prevenir no es prioridad de nadie. - Es mejor quedarse callado, pues el problema no es
mío. Les gana la indiferencia y se vuelven
cómplices, se acostumbra a presenciar lo inadecuado y se
guarda el silencio de algo que mañana se devuelve contra
quien fue testigo mudo del suceso, pero mientras tanto es mejor
quedar callado para cuidar la espalda y sus
intereses.
Todos estas posiciones y pretextos que son parte de una
cultura actual, son muestra del
alcance de la irresponsabilidad social, por lo que se invita a
que consideremos las consecuencias y por ende asumamos una
actitud de
cambio, pues
de seguir así, ¿Hasta dónde podremos llegar?
¿Por qué quejarnos mañana si hoy
patrocinamos una cultura degradante, inescrupulosa y fomentamos
el desorden? Recordemos, se cosecha lo que se siembra, y hoy,
estamos teniendo la peor pero más abundante de las
cosechas.
Como los anteriores pretextos hay otra gran cantidad, que tan
solo benefician los intereses de quienes los promueven o los
pronuncian.
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