El desarrollo de
nuevas inversiones en
la playa de Varadero, Cuba, tiene
consecuencias ambientales que deben ser estudiadas para mantener
el impacto de las mismas dentro de los límites
aconsejables de sostenibilidad.
El ineludible incremento del consumo de
portadores energéticos, fundamentalmente electricidad,
tiene en la actualidad un comportamiento
tal que la intensidad energética puede incrementarse en
los próximos años. Esta situación debe
revertirse mediante la aplicación, entre otras, de medidas
encaminadas al ahorro y uso
racional de energía
eléctrica.
Se hace una caracterización de las
particularidades del consumo de energía eléctrica
en la zona, analizando las posibilidades de establecer una
estrategia
energética integral, que tenga en cuenta la eficiencia de los
equipos instalados, su régimen de explotación,
así como las posibilidades de empleo de las
energías renovables.
El desarrollo de un país está ligado a un
creciente consumo de energía, pero si se habla de
desarrollo sostenible este aumento del consumo de energía
debe tener un ritmo menor que el crecimiento del Producto Interno
Bruto (PIB) o al
crecimiento de cualquier otro indicador económico. En
otras palabras, la intensidad energética debe ir
disminuyendo con el desarrollo.
Se entiende por Intensidad Energética (IE) la
cantidad de energía usada por una unidad de medida de la
producción o el servicio
prestado. Es uno de los indicadores
utilizados para medir la eficiencia en el uso de la
energía. Uno de los elementos que influye en su valor es la
evolución de las tecnologías
aplicadas a la producción y los servicios. La
disminución de su valor es un indicador de un uso racional
de la energía. Por ejemplo, en Euzkadi, como consecuencia
de las medidas de ahorro y diversificación
energética, se ha conseguido reducir la IE en un 28%. Sin
embargo, en no pocas ocasiones ocurre el fenómeno
contrario. Por ejemplo, Brasil en 1999
tuvo un incremento de su PIB de 0,8 %, mientras que el aumento de
su demanda
energética es del orden del 2%.
En 1999, la intensidad energética (consumo final
de energía / PIB) en América
Latina tuvo un incremento del 0,19 % respecto a 1998. En ese
período en Cuba, referido específicamente al sector
industrial, hubo un incremento de la intensidad
energética. El consumo final de energía per
cápita aumentó en 6,9%, el segundo más alto
de la región, después de Trinidad y Tobago
(15,8%)
La energía eléctrica se obtiene al quemar
los combustibles fósiles (fundamentalmente petróleo y
gas) proceso en el
cual se forman grandes cantidades de anhídrido
carbónico y otros gases
contaminantes, como SO2, que se emiten a la atmósfera. En
consecuencia, es necesario razonar que, cuando se consume un kWh
de energía eléctrica innecesariamente, en
algún lugar ha aumentado injustificadamente la contaminación
atmosférica por la emisión de gases producto de la
combustión de petróleo o
gas.
Se debe pensar que el desarrollo de la industria
turística y dentro de ésta el aumento del
número de habitaciones de forma continua,
conllevaría a un aumento proporcional del consumo de
energía eléctrica, que desde el punto de vista
técnico y ambiental puede resultar intolerable, por lo que
se hace necesario instrumentar una política coherente,
unificada, de ahorro y uso racional de energía, que se
implante desde la etapa de inversión (construcción). Se hace necesario disminuir
la intensidad energética en el sector turístico.
Por ejemplo, en el año 1997 el hotel "Riu Las Morlas"
experimentó un aumento en el consumo de energía
eléctrica de un 9,4 % con un decrecimiento del nivel de
ocupación del 7,91 % en igual período del
año anterior.
Una de las insuficiencias que presenta la industria
turística en el país es el alto costo por
dólar de ingreso que aún presenta, el cual ha
llegado a ser de hasta 0,78 USD por dólar de ingreso. El
costo de la energía eléctrica es uno de los rubros
que se inscribe dentro del presupuesto anual
de las instalaciones hoteleras, alcanzado valores entre
5 y 10% del presupuesto anual.
Página siguiente |