Los conceptos, estrategias y metodologías en relación al trabajo infantil (página 2)
2) La pobreza
Ahora hablemos de la pobreza, de sus características esenciales: causa, efectos, distribución datos básicos, tanto de América Latina como del mundo. "Al definir pobreza podemos decir que un individuo que la sufre es aquel que no puede satisfacer las necesidades básicas que todo ser humano se merece. Se determina si un hogar es pobre o no de acuerdo al nivel de ingreso per cápita (por persona) familiar"[6]. Causas "Las personas que, por cualquier razón, tienen una capacidad muy por debajo de la media para ganar un salario, es probable que se encuentren en situación de pobreza. Históricamente, este grupo viene formado por personas mayores, discapacitados, madres solteras y miembros de algunas minorías. En los países occidentales, un sector considerable de población en situación de pobreza (el 30%) está constituido por madres solteras con hijos. Esto no se debe únicamente a que las mujeres que trabajan fuera de casa suelen ganar menos que los hombres, sino fundamentalmente a que una madre soltera tiene dificultades para poder cuidar a sus hijos, ocuparse de su vivienda y obtener unos ingresos adecuados al mismo tiempo. Otros grupos son los discapacitados con personas a su cargo, familias numerosas y otras en las que el cabeza de familia está en situación de desempleo o tiene un salario mínimo.La falta de oportunidades educativas es otra fuente de pobreza, ya que una formación insuficiente conlleva menos oportunidades de empleo"[7].
Efectos "Millones de personas en situación de pobreza fallecen cada año a causa del hambre y la malnutrición en todo el mundo. Además, el índice de mortalidad infantil es superior a la media y la esperanza de vida inferior"[8].
Distribución "Las zonas más pobres del mundo son el sur de Asia (Bangladesh, India y Pakistán), los países subsaharianos, norte de África, Oriente Próximo, Latinoamérica y este de Asia"[9].
A continuación se señala que la pobreza constituye una de las causas principales que determinar el bajo o casi nulo nivel educativo de los niños, que le significa pocas oportunidades laborales en el futuro, y por tanto niveles muy bajos de ingresos, lo que determina que sus hijos ingresen desde temprana edad al mundo laboral.
"El círculo vicioso de la pobreza es un proceso intergeneracional. Los bajos ingresos y las altas tasas de natalidad son obstáculos a las posibilidades de progreso educativo de los niños pobres. Los menores logros educativos juegan un rol decisivo en la posterior inserción laboral y las posibilidades de ascenso en este mercado, además de determinar el nivel de ingresos. Los trabajadores pobres realizan en general tareas no calificadas y poco remuneradas, con menores oportunidades de insertarse fuera del mercado informal o de empleos precarios"[10]. 3) El Trabajo infantil
Un poco de historia…
("El capitalismo comercial dejaba a los productores del campo y a los artesanos en su casa.(…). El capitalismo industrial fue más allá: no se limitó a sacar al mercado la producción independiente, comprándola de antemano, sino que trató de abolirla, contratando como asalariados a los productores independientes y llevándoseles a trabajar bajo su techo, en grandes centros de producción. (…) concentro personal y medios de producción en sus fábricas. Este traslado explica los horrores del primer momento. Muchos obreros acuden a la fábrica con todo su taller: sus hijos menores de edad como ayudantes (…)"[11].
El capitalismo , en su afán de acumulación de bienes, utilidades, lucro y ganancias, no tiene el menor problema e inconveniente – hasta los momentos actuales – de incorporar al trabajo en las condiciones más duras y difíciles, mano de obra infantil.
La política neoliberal necesita de este "ejército de pequeños" para aumentar sus ganancias y utilidades. La mano de obra infantil es "más barata" y "sumisa": la inmensa mayoría de los niños desconoce sus derechos y, para los empresarios locales y grandes multinacionales, es más "fácil" explotarlos.
Lo señalado se ciñe a la verdad, para ello conozcamos más de cerca el documento-denuncia presentado por la Fundación defensora de los Derechos Humanos como Human Rigts Watch, de New York, en el presente año 2002. El documento inicia con las palabras de los niños trabajadores que realizan labores en las bananeras de las provincias del Litoral ecuatoriano: "Cuando pasan los aviones, nos cubrimos con la camisa. Seguimos trabajando. . . . Podemos oler los pesticidas. -Enrique Gallana, trabajador de catorce años de la plantación San Carlos, en el cantón de Balao, a unas setenta millas al sur de Guayaquil, en la provincia sureña de Guayas. Los saca a los que tratan de sindicalizarse. . . . No hay empresa que deje de botarlos. El eventual que se mete en eso [sindicatos] ya sabe que está fuera. . . . El eventual es [contratado] para no tener problemas con los sindicatos. En el momento que se sindicalicen, los botan". -Martín Insua, Ministro de Trabajo y Recursos Humanos de Ecuador"[12].
En el documento señalan que:
"La cuarta parte de bananos que llegan a las mesas de Estados Unidos y la Unión Europea se cultivan en haciendas del litoral ecuatoriano, en las que a diario se burlan los derechos de los trabajadores"[13]. Nuestro Ecuador, el país del mundo que más bananos exporta, pero "… no aplica adecuadamente sus propias leyes laborales, y esas leyes no cumplen con las exigencias de la legislación internacional. Niños ecuatorianos de incluso ocho años de edad trabajan en los campos bananeros y en las empacadoras, donde están expuestos a pesticidas tóxicos y a otras condiciones laborales de falta de seguridad que violan sus derechos"[14]. En mayo de 2001, Human Rights Watch llevó a cabo una misión de investigación, la misma que se realizó en:
"Quito y en las provincias de Guayas y El Oro, entorno al trabajo infantil y los obstáculos al ejercicio de los derechos sindicales en el sector bananero"[15]. En relación a los niños/as que trabajan en las plantaciones bananeras del Ecuador la investigación sostiene que:
"Human Rights Watch entrevistó a 45 niños que habían trabajado o estaban trabajando en plantaciones bananeras. De entre ellos, 41 comenzaron a trabajar cuando tenían entre 8 y 13 años, la mayoría a la edad de 10 u 11 años. Los niños describieron jornadas laborales de 12 horas y 1/2 y condiciones laborales peligrosas, incluidas tareas peligrosas, nocivas para su bienestar físico y psicológico. También dijeron estar expuestos a pesticidas, usar herramientas afiladas, arrastrar pesadas cargas de bananos desde los campos hasta las empacadoras, carecer de agua potable e instalaciones sanitarias y sufrir acoso sexual"[16]. Y, continúa el informe manifestando que:
"Los niños declararon que manipulaban plásticos tratados con pesticidas utilizados para cubrir y proteger los bananos en los campos, aplicaban fungicidas directamente a los bananos que preparaban en las empacadoras para su transporte y no interrumpían su trabajo mientras los campos eran fumigados con fungicidas desde el aire. En ocasiones, los niños contaban con equipos protectores; la mayoría de las veces, carecían de ellos. Estos niños enumeraron una serie de efectos adversos que habían sufrido después de estar expuestos a pesticidas: dolores de cabeza, fiebre, mareos, enrojecimiento de los ojos, dolores de estómago, náuseas, vómitos, temblores, picores, irritación de las fosas nasales, fatiga y dolores en las articulaciones"[17]. A pesar de las condiciones adversas en que trabajan , el informe nos dice que los niños y niñas:
"… describieron su trabajo con herramientas afiladas, como cuchillos, machetes y curvos, herramienta de hoja en forma de media luna; y tres niñas preadolescentes, de 11, 12 y 13 años de edad, dijeron haber sufrido acoso sexual por parte del administrador de dos empacadoras en las que trabajaban. Además, cuatro niños dijeron jalar garrucha, arrastrar bananos por medio de un sistema de poleas consistente en un arnés atado a su cuerpo y conectado a unos cables de los que cuelgan los racimos. Los niños arrastraban cargas de aproximadamente veinte racimos, entre cincuenta y cien libras cada uno, cinco o seis veces al día, a lo largo de más de una milla, la distancia entre los campos y las empacadoras. Dos de los muchachos dijeron que en una ocasión la polea se desprendió del cable y les hirió en la cabeza, haciéndoles sangrar"[18].
En cuanto al tema de la relación del trabajo infantil con la deserción y el abandono escolar. Los niños expresaron a Human Rights Watch que:
"menos del 40 por ciento de los niños entrevistados seguía escolarizado a los catorce años. Cuando se les preguntó la razón de que hubieran dejado la escuela para trabajar, la mayoría contestó que necesitaban proporcionar dinero a sus padres para la compra de alimentos y ropa para sus familias, muchas de las cuales dependían económicamente de las plantaciones cercanas. Aunque representaban una suma importante para sus familias, los ingresos medios de los niños eran de 3,50 dólares estadounidenses por día trabajado — aproximadamente el 64 por ciento del jornal de los adultos y el 60 por ciento del salario mínimo fijado para los trabajadores bananeros"[19].
Al final del informe H.R.W. describe una serie de recomendaciones para el gobierno nacional, el congreso, los empresarios bananeros, etc., pero sabemos que esas recomendaciones quedarán en "letra muerta".
Pero, sin que lo podamos creer el gobierno nacional y las empresas bananares ecuatorianas, vinculadas a las grandes transnacionales del banano, especialmente norteamericanas, salieron al paso al informe de H.R.W., manifestando que es una "campaña orquestada para desprestigiar al banano ecuatoriano en el mercado mundial"[20]. Después de varios meses, los bananeros aceptaron, pero entre comillas, que en sus plantaciones trabajan niños, niñas y adolescentes, y se comprometieron a eliminar el trabajo infantil.
Lo mismo le dijo el lobo a caperucita.
Señoras y señores, podemos manifestar que las condiciones de abuso y explotación en contra de los niños y niñas que trabajan en Ecuador, América Latina y el mundo, siguen vigentes.
4) El trabajo infantil en el Ecuador.
Conozcamos algunos datos actualizados de las condiciones en que se desenvuelve el trabajo de miles de niños y niñas en el Ecuador:.
Para el año 2002, de acuerdo al último Censo de Vivienda y Población realizado en noviembre del año pasado, el Ecuador tiene una población estimada de 13 millones de habitantes; de los cuales más de un millón de niños/as trabajan dentro y fuera del hogar, en las más diversas actividades: entre las actividades que realizan están: vendedores/as ambulantes (43 %); lustrabotas (14 %); servicios varios en locales (9 %); voceadores de periódico (6 %); servicio doméstico (5 %); en talleres (3 %). Hay un 20 % de chicos que busca hacer algo ocasional, pero prefieren vagabundear.
En cuanto a nutrición y salud:
La desnutrición y malnutrición que afectan a la mayoría de niños ecuatorianos, están condicionando su crecimiento natural y limitando sus capacidades para enfrentar los desafíos del desarrollo socio-económico. Uno de cada dos niños/as presenta alguna forma de desnutrición.
Las situaciones constatadas a nivel de nutrición y salud indican, a su vez, el bajo grado de instrucción de las madres, las deplorables condiciones de la vivienda, el problema para acceder al servicio de agua potable, alcantarillado y otros servicios básicos.
Educación:
Los principales problemas que padece el sistema educativo tienen que ver con la falta de calidad, de equidad, de atención diversificada y de programación y evaluación acorde con la realidad de nuestro país. La politización del gremio magisterial ha creado graves problemas en el sistema escolar ecuatoriano. Nuestro país tiene, según referentes oficiales, un 7% de analfabetismo real, pero el analfabetismo funcional llega al 40%. La repitencia escolar y el incremento del número de niñas/os en las calles debido a situaciones de deserción ponen de manifiesto las deficiencias del sistema educativo escolar ecuatoriano.
América Latina, el Caribe y el Mundo.- Según estudios de la UNICEF y ONG, entre 70 y 250 millones de niños trabajan en el mundo. La mayoría lo hace bajo formas de esclavitud tradicional, otros laboran en plantaciones agrícolas y fábricas recibiendo salarios que incluso pueden representar menos de 1/5 de lo que recibe un adulto.
En América Latina uno de cada cinco niños entre los 5 y los 14 años, "debe" trabajar; en África y Asia los índices son mayores; uno de cada tres y, uno de cada dos niños trabaja, respectivamente, bajo formas de esclavitud y explotación sin límites.
En América Latina trabajan unos 18 millones de niños "por menos de un dólar al día": en la agricultura, las minas, el comercio ambulante, la pesca, la prostitución, las labores domésticas, etcétera; muchos, con la connivencia de sus propios padres, la tranquilidad de empresarios y la indiferencia de gobiernos y políticos.
Brasil tiene el índice más alto con 7 millones, de los cuales 560.000 trabajan en labores domésticas. En Colombia y en Ecuador, el 20% de las niñas entre los 10 y los 14 años son absorbidas por el trabajo doméstico, pero ese porcentaje aumenta en las zonas rurales. La OIT también señaló que el trabajo infantil "es un problema potencialmente creciente" en los países más pobres y más grandes del Caribe. El Programa Regional de la OIT, afirmó que del total de niños que trabajan en América Latina, el 70% se dedica a la agricultura. En Honduras el 40% es empleado en plantaciones, el 65% en Guatemala y el 67% en El Salvador. La minería artesanal de oro en Perú absorbe a 50.000 niños mientras que tareas similares ocupan a 13.500 en Bolivia. La Oficina Internacional del Trabajo de Naciones Unidas indica que hay en el mundo 352 millones de niños entre 5 y 17 años trabajan; de esa cifra 17,4 millones se encuentran en América Latina. Los datos señalan que el 16 por ciento de los niños de la región están en esa condición.
Según estadísticas provenientes de encuestas de hogares en América Latina, consultadas por el BID, mientras que en Argentina, Chile, Panamá, Uruguay y Venezuela, menos del cinco por ciento de los niños de 10 a 14 años trabajan, este porcentaje excede el 20 por ciento en Bolivia, Ecuador y Perú.
5) El trabajo infantil: causas y consecuencias.
Entre las causas del trabajo infantil se destacan la pobreza, la inestabilidad política, la discriminación, la emigración, las prácticas culturales tradicionales, la falta de trabajo para los adultos, la protección social inadecuada, la escasez de escuelas y el deseo de bienes de consumo.
A esto se suma la explotación de algunos empleadores que quieren contar con mano de obra barata y flexible. También contribuyen los desastres naturales, las recesiones económicas, las epidemias como el SIDA y los conflictos armados. Además de la agricultura y los trabajos domésticos, muchos niños latinoamericanos son empleados en la economía informal y otros conocen infiernos peores como el llamado "turismo sexual", fundamentalmente en el Caribe y en Brasil. En las últimas décadas, ha aumentado el trabajo infantil gracias a la urbanización, creciendo el número de niños que trabajan en comercios, servicios y fábricas. Aún la mayor parte del trabajo infantil se encuentra en la agricultura: según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un 90%. Según estudios de esta organización dependiente de Naciones Unidas, los niños trabajadores pierden dos años de escolaridad en promedio. Así, cuando son adultos, percibirán un 20% menos de salario. "Posee menos estudios", será la explicación, sin dar cuenta del círculo vicioso que encierran esas palabras.
Debemos insistir que la principal causa del trabajo infantil es la pobreza. Si bien el trabajo de los niños y niñas es multicausal, podemos decir que la pobreza es la principal, porque significa que en la familia del niño el padre y/o la madre no tienen trabajo, por tanto sus ingreso económicos son mínimos, lo que obliga o "empuja" a que los niños y las niñas empiecen tempranamente a trabajar, en desmedro de su salud y de sus posibilidades de tener una adecuada educación.
Millones de niños son obligados a trabajar en angustiosas condiciones que afectan su desarrollo físico, mental y moral. El trabajo infantil provoca más explotación y abusos, marginalidad y pobreza, y muchas veces – la mayoría de las veces -, violencia.
CAPITULO II
El trabajo de niños y las niñas dentro y fuera del hogar, ¿es ó no un derecho?
El trabajo de los niños dentro y fuera del hogar, nos lleva a sentir y a pensar -a quienes estamos estrechamente vinculados con niños y niñas que trabajan- a que, con absoluta responsabilidad social y sin compromisos formales, podamos construir metodologías que permitan establecer estrategias y modelos de intervención para lograr el cumplimiento real y efectivo de los derechos de la niñez, consagrados en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
Históricamente a nivel mundial y en particular en América Latina, se han desarrollado tres tendencias claramente identificables con relación al trabajo infantil:
Una que señala que la infancia debe estar reservada para el estudio y el juego. Que el trabajo infantil interfiere con el normal desarrollo del niño, y por tanto debe eliminárselo. Así, la meta es la progresiva erradicación del trabajo infantil. Posición ésta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de su Programa IPEC[21]y asumido por el Estado ecuatoriano, mediante la creación del Comité Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, con Decreto Ejecutivo No. 792, del 7 de noviembre de 1997.
Una segunda, que considera que el trabajo infantil bajo una apropiada protección y supervisión, es para los niños un vehículo de socialización, formación y autoestima. Aunque apoyan la prohibición del trabajo peligroso, estiman que "quienes deben trabajar deberían tener el derecho y el reconocimiento para hacerlo"[22].
Y, una tercera, que afirma que, mientras no cambien las condiciones socioeconómicas que obligan al trabajo infantil, hay que entenderlo como una realidad que debe ser protegida en orden a disminuir los riesgos que dicho trabajo implica
Estas tendencias revelan la complejidad del problema y las incongruencias y contradicciones existentes al respecto.
Los extremos de estas posturas señalan que, por la variedad y diversidad de actividades y ocupaciones que realizan los niños, por una parte, el trabajo es beneficioso, estimula el desarrollo del niño, siempre que no interfiera en su actividad escolar. Y por otra parte, se afirma que el trabajo infantil es claramente peligroso, nocivo, abusivo y explotador, y es un obstáculo para su formación integral.
Para una mejor visualización de lo señalado, a continuación detallo experiencias de trabajo que se están ejecutando en el Ecuador, tanto por el Proyecto Salesiano "Chicos de la Calle"; como por el Instituto Nacional del Niño y la Familia (INNFA), a través de su estrategia de intervención denominada "Programa Niño Trabajador".
Fundación Proyecto Salesiano "Chicos de la Calle"[23].
"En estos cinco último años la Fundación Proyecto Salesiano "Chicos de la Calle" de Quito ha atendido un promedio de 700 chicos de la calle o en proceso de callejear por año. El mayor número de chicos atendidos han sido de las provincias de Pichincha, de Esmeraldas y de la provincia del Guayas. También ha sido atendido un buen grupo de chicos de la provincia de Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua, Imbabura y Los Ríos.
En la actualidad son mucho más los niñas/os y adolescentes que necesitan de propuestas oportunas de acogida y de un plan sistemático de reinserción socio-familiar, de capacitación y de formación integral.
En nuestro país más de 1 millón de niños y niñas están incorporados a la población económicamente activa, trabajando jornadas de más de 40 horas semanales. Las jornadas más altas de trabajo se registran en el sector urbano.
Seis de cada diez chicos que trabajan, viven en áreas rurales y la mayoría se dedica a la agricultura como miembro no remunerado de la familia.
En la ciudad los niños/as y adolescentes se dedican a trabajar en actividades comerciales informales o de servicios; algunos/as están incorporados en el servicio doméstico.
El trabajo por cuenta propia se incrementa aceleradamente en desmedro de los trabajadores familiares no remunerados. Es un trabajo para generar ingresos de subsistencia y para ayudar a la familia.
Trabajo infantil y escolaridad.- Existe una estrecha correlación entre el trabajo infanto – juvenil y la escolarización.
A medida que aumenta la edad de los chicos que trabajan, decrece el número de matrículas y la permanencia escolar.
Si más del 50% de los niños/as urbano trabajan 30 o más horas, es lógico pensar que un considerable número de ellos no asistan a la escuela, lo hagan irregularmente o tengan bajo rendimiento. Hay que aclarar que la relación trabajo y rendimiento no es unívoca. Estudios realizados para el efecto (Paez 1995) informan que algunos chicos que trabajan rinden igual o mejor que otras que no lo hacen. Esto parece depender del tipo de trabajo, de la edad, del seguimiento y apoyo familiar o institucional que encuentran.
El tema escuela y trabajo infantil y juvenil en el debate nacional, gira alrededor de dos orientaciones: la una que sugiere crear una escuela especial (paralela) para los niños/as y adolescentes que trabajan, y la otra, quizá con más consenso, propicia la necesidad de exigir a la escuela y al sistema educativo, una oferta de calidad que reconozca a los niños y niñas que trabajan como sujetos de su propio proceso educativo: se trata de crear una escuela especial, sino de generar una especial manera de ser y hacer la escuela.
Todos los estudios realizados coinciden en el hecho de que la mayoría de niños/as y adolescentes mantienen vínculos familiares, asisten a la escuela y desarrollan trabajos no remunerados dentro de su familia. Esta constatación es importante porque invita a integrar y fortalecer en las propuestas educativas los entornos familiar y escolar desde la perspectiva del trabajo".
La Fundación Proyecto Salesiano Chicos de la Calle", ha desarrollado una metodología de trabajo con niños y niñas de la calle, que trabajan o no, mediante procesos educativos y de acogida temporal. La experiencia de trabajo determinó que los salesianos de un giro de 180 grados en su metodología de intervención, y se planten la tesis de la reinserción familiar de los niños y niñas de la calle, que trabajan o no. Lo que significó el traslado de su radio de acción a lo sectores, ciudades expulsores de niños trabajadores y de la calle.
Instituto Nacional del Niño y la Familia[24]
"Las condiciones de trabajo de los niños son claramente atentatorias a sus derechos: el 63% trabaja más de 40 horas a la semana, el 88% son obligados a trabajar y el 40% no recibe remuneración alguna, en tanto que el 40% trabaja en la calle. No todos los niños pobres trabajan, ni todos los niños que trabajan son pobres. Aunque la pobreza es la principal causa del trabajo de los niños, existen otros factores que lo provocan:
– Demanda de mano de obra infantil, principalmente en el sector informal de la economía, que los ocupa en gran cantidad.- La cultura popular que muestra una fuerte tradición en trabajo infantil.- La inobservancia de la ley y la falta de políticas públicas consistentes.- La sociedad en su conjunto que tolera y/o favorece esta clase de trabajo.
Trabajo y Educación.- El trabajo perjudica la educación de los niños. Genera deserción, retraso, ausentismo, repitencia y bajo rendimiento escolar. El trabajo infantil suele interferir con la educación. Muchos niños abandonan la escuela por ir a trabajar. Quienes trabajan y estudian suelen abandonar su educación y su formación profesional, y los rendimientos escolares son más bajos entre los niños trabajadores. El trabajo resta oportunidades de recreación, juego y socialización. El bajo nivel educativo, producto del trabajo prematuro, a la larga perjudica la economía individual, familiar y del país en su conjunto.
Trabajo y Salud Infantil.- El trabajo prematuro causa diversos problemas a la salud de los niños, tales como discapacidades, problemas músculo- esqueléticos, afecciones respiratorias y dérmicas, déficits afectivos, laceraciones y heridas. Por cargar pesos excesivos o por permanecer largas horas de pie se producen: deformación de vértebras dorsales, deformación de cabeza del fémur y mayores esfuerzos cardíacos que los adultos. A nivel sicológico el trabajo realizado en circunstancias atentatorias a su integridad personal puede causar enormes traumas, pérdida de autoestima, y problemas sicológicos profundos y gravitantes.
El trabajo infantil:
? Compite con la mano de obra adulta.
? Es poco calificado y por ende, poco productivo.
? Perpetúa la mano de obra poco calificada de baja productividad.
? Reproduce una economía atrasada, poco competitiva.
? Incrementa los costos de las empresas en capacitación profesional.
? Genera familias con ingresos mínimos, restringe la demanda interna.
En suma, el trabajo infantil condena a los niños a la marginalidad sociocultural y a la pobreza. Trabajo infantil y economía.- El trabajo infantil no mejora significativamente el ingreso familiar ni las condiciones de vida del niño, más bien lo excluye de muchas oportunidades educativas y de profesionalización, perpetuando el círculo que los condena a ser pobres y a una vida marginal. Las personas con poca educación y formación, perciben remuneraciones bajas y no mejoran su calidad de vida. El INNFA propone.
- Reemplazar niños por adultos en el trabajo.
- Acordar con empresas y empleadores que no contraten niños
- No demandar bienes ni servicios hechos con trabajo infantil.
- Remitir casos a los Comités de Gestión Local o al INNFA.
- Entablar procesos legales en favor de niños que trabajan en condiciones extremas.
- Difundir los derechos de los niños que trabajan.
- Divulgar casos por los medios de comunicación.
- Hacer cumplir lo que la Ley establece.
- Generar conciencia social a favor de los niños que trabajan.
- Apoyar el mejoramiento de la calidad de la educación.
- Proteger a los adolescentes que trabajan".
Claramente la posición del INNFA, a través del Programa Niño/as Trabajadores, concuerda plenamente con la denominada corriente "abolicionista", que plantea no al trabajo de los chicos, sobre todo menores de 12 años; y, principalmente con el IPEC que propone: "poner en práctica medidas destinadas a evitar el recurso a la mano de obra infantil, impedir que los niños realicen trabajos peligrosos y facilitar alternativas, así como a mejorar las condiciones de trabajo como medida de transición hasta lograr la erradicación del trabajo infantil"[25].
Sobre este punto clave de nuestro ensayo, sobre si un niño o niña, menores de 12 años debe ó no trabajar, conozcamos algunos criterios de Emilio García Méndez, de la oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe:
"En esta Región, una mayoría ha concordado que para los menores de 12 a 14 años, cualquier actividad que interfiera con el normal desarrollo del niños en el sistema educativo, deberá ser considerada como una más de las formas intolerables de trabajo infantil"[26].
A continuación García Méndez desarrolla sus comentarios con respecto a posiciones discrepantes con el criterio expuesto anteriormente, y manifiesta:
"Esta última posición, se enfrenta con otras tres posiciones discrepantes que existen sobre el trabajo infantil: a) el realismo cínico de aquellos que ven en el trabajo infantil, una forma más de control social. Como son pobres, que trabajen, parece ser la frase que mejor condensa esta postura; b) el mesianismo de los promotores explícitos del trabajo infantil. En otras palabras, de aquellos que sostienen que la infancia (pobre obviamente) solo se constituye como sujeto social en el trabajo; y, c) el relativismo de lo "protectores" de los niños trabajadores, para quienes habría que avanzar en las políticas de erradicación del trabajo infantil, sólo cuando se tenga la certeza absoluta de una mejoría directa e inmediata en las condiciones de vida del niño trabajador. Este ultimo enfoque no es, original ni nuevo"[27].
Pues bien, también escuchemos lo que nos propone Alejandro Cussiánovich, en relación a si el trabajo infantil es ó no un derecho?, el nos dice que:
"… afirmar que los niños trabajadores constituyen la médula de la cuestión social en la región, equivale a enfatizar que la situación de los trabajadores niños se transforma en un hecho ético…"[28].
Más adelante enfatiza que el discurso sobre los niños y niñas que trabajan, es un discurso ético.
".. pues la ética no juzga sino que – surgida desde lo negado, desde lo marginado, lo excluido, lo subvalorado, lo aparentemente no prioritario o estratégico -, interpela nuestras seguridades, nuestros absolutos…"[29].
Y, más adelante señala que:
"Una de las peores pobrezas para la persona humana es ciertamente la pobreza del trabajo, es decir, el deterioro (…) del trabajo humano… (y que) … el trabajo infantil, es posiblemente una de sus más fatídicas expresiones. (De ahí que)… la explosión reciente del trabajo infantil en nuestra región es coincidente y coherente con la explosión de la pobreza, pues en ella está una de las causas estructurales que lo explican"[30].
Para terminar puntualiza, lo siguiente:
"… cualquier desliz en el abordaje del trabajo infantil acarrea el alto riesgo de generar exactamente lo contrario a una reacción de apertura a la incesante tarea de construir y reconstruir análisis y prácticas.
Quizá en esta dialéctica podamos encontrar una fecunda articulación en los análisis y prácticas entre quienes – no sin costo para las tareas pendientes -, corremos el riego de distraer energías etiquetándonos de abolicionistas unos y de promotores, otros, de algo que ambos consideramos – con matices o bajo ciertas condici9ones -, una maldición, si, y un derecho también".
Creo que García Méndez es muy claro y directo en su posición; en cambio, la posición de Cussiánovich me deja una sensación de cierta ambigüedad. Pues bien, continuemos con el ensayo, y, en todo caso, las tres corrientes o posiciones coinciden plenamente en que "el trabajo infantil peligroso es sencillamente intolerable para todos los niños"[31]. Pero, ¡pongamos atención a esto!, "… considerar todos los tipos de trabajo desempeñados por los niños y niñas como igualmente inaceptables es confundir y trivializar la cuestión, lo cual contribuye a garantizar que el trabajo infantil no desaparezca nunca"[32].
De ahí que, la repercusión del trabajo sobre el desarrollo del niño -y esto incluye su educación -, es el factor clave para determinar cuándo el trabajo infantil se convierte en un problema.
Sobre esto es que debemos trabajar, los organismos estatales, los gobiernos seccionales, sea consejos provinciales o municipales, entidades religiosas, la policía, los militares, los empleadores, los sindicatos, las ONG"s, los medios de comunicación, etc., en establecer acciones conjuntas que permitan rescatar a los niños y niñas de sitios "de alto riesgo" y de actividades peligrosas, nocivas, abusivas y explotadoras.
Por qué?., porque "el trabajo infantil peligroso es una violación a los derechos humanos y una ofensa a nuestra civilización"[33].
Aquello nos lleva a sostener que resulta estéril "rasgarnos las vestiduras" y peor aún "enfrascarnos" en eternas discusiones de tipo filosófico – político, sobre si un niño tiene o no derecho a trabajar, que nos conducirían simplemente a reeditar "errores del pasado" y a perder la confianza y la credibilidad de la población de niños, niñas y adolescentes trabajan en nuestro país.
Si aceptamos que "la pobreza engendra el trabajo infantil, el cual engendra la carencia de educación que a su vez engendra de nuevo la pobreza[34]es hacia el rompimiento de ese "circulo vicioso" que debemos enfilar nuestro trabajo; y no caer en la "trampa" de apuntar nuestras armas hacia los que piensa diferente y no en contra del adversario, como ha ocurrido hasta el momento.
Esto implica establecer un primer acuerdo: "que la educación es una de las llaves para abrir la celda del trabajo peligroso en la que tantos niños están presos"[35].
El enfrentamiento entre dos, tres o más posiciones que tienen una óptica distinta de como encarar el mismo problema, no significa la destrucción de la una por la otra, ni su superposición; sino que, aún manteniendo sus particulares puntos de vista, lleguemos a acuerdos, que si los hay, apuntando al objetivo único: "el interés superior del niño".
Aquí, hago un paréntesis, para señalar un planteamiento de Cussiánovich con el relación al tema del "interés superior de niño", que me parece muy importante y además bastante apegado a la realidad.
"Consideramos que la cuestión de niños trabajadores… debe ser una cuestión política, pública. Esta es a nuestro entender la clave… para asumir el principio… del interés superior del niño. En efecto, aunque los exégetas jurídicos se estén aún poniendo de acuerdo para ver qué se quiso decir en concreto con aquello del interés superior del niño, nosotros consideramos que es interés superior de la infancia y por ende de cada niño en particular, aquel que coincide con los intereses históricos de la sociedad, del conjunto de la comunidad. La superioridad no está en comparar sino en trascender a los más amplio y universal"[36].
Avancemos…
Un texto muy importante es el documento "El Trabajo infantil en América Latina: Propuesta para la Acción"[37]., el cual plantea que los objetivos que deben unir a instituciones y organizaciones gubernamentales, ONGs, organizaciones de trabajadores, de empleadores, etc., deben estar enfocados a mantener un equilibrio "razonable" entre las acciones de prevención, erradicación y protección.
"Prevenir el trabajo infantil.- es decir, que los niño/as que no trabajan HOY, no tengan que hacerlo MAÑANA.
Erradicar el trabajo infantil.- es decir, reducir y progresivamente eliminar el trabajo de niños y niñas en sitios y actividades claramente peligrosas y abusivas, que pongan en peligro su seguridad, su educación, su salud y su autoestima; así como apoyarles mediante su incorporación en el sistema educativo tradicional y no tradicional, y, en permanecer y culminar la educación básica.
Proteger a los adolescentes y jóvenes.- es decir, implantar propuestas que combinen lo educativo con lo productivo (becas escolares y créditos), y acceso a la protección social y laboral (salarios justos, horarios adecuados, descansos, prestaciones sociales, etc.)"[38].
Lo anterior deviene de la comprensión de dar una respuesta rápida y permanente al problema del trabajo infantil, enfatizando en cumplir con los objetivos de:
Disminuir los riesgos laborales a los cuales se encuentran expuestos lo niños que trabajan.
Apoyar a la familia, para que esta apoye a su hijo, que trabaja y no estudia, a que ingresa a la escuela, permanezca en ella, y termine la educación básica.
Trabajar por disminuir la repitencia y deserción escolar.
Mejorar la salud y nutrición de los niños trabajadores.
Disminuir las horas de trabajo de los niños, que realizan labores en sitios peligros o contaminantes y trabajar para su total erradicación.
En el documento anterior se señala que la experiencia de trabajo que viene realizando el Programa de Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC – OIT), en los países de América latina y el Caribe,:
"… en el terreno ha determinado que no es posible conseguir eliminar a corto plazo un problema como el trabajo infantil, dada su enorme dimensión y complejidad. No obstante, sigue siendo válido el objetivo de la erradicación del trabajo infantil en todas sus formas a largo plazo".
Se reconoce que la lucha es dura y difícil, pero no la invalida; no es imposible lograr la "utopía", de ver un mundo sin niños y niñas cuyo trabajo les sea lesivo para su normal y completo desarrollo.
Estas palabras deben ser entendidas, – no en el plano del enfrentamiento- sino como una reflexión para estimular a la discusión. En la medida de que es muy necesario el intercambio de ideas, del análisis y de la reflexión, porque las palabras en conjunto con las acciones permitir lograr las metas trazadas.
Lo que queremos, no por nosotros, sino por los niños y niñas que trabajan y sus familias, es crear y mantener espacios de lectura, análisis y reflexión sobre la problemática del trabajo infantil, la educación, etc. Para establecer acciones de trabajo conjuntas en la perspectiva de lograr en los hechos el mejoramiento de las condiciones de vida de los niños y niñas trabajadores..
Para ello será necesario despojarnos de nuestros propios intereses individuales o de grupo, y pensar en función de la niñez, de la juventud y del país.
¿Como combatir el trabajo infantil?
Bien ahora, que es lo que vamos hacer para lograr que en el Ecuador, en América Latina y en el Mundo, cada día haya más y más niños y niñas, sobre todo menores de 12 años, que dejen de trabajar, y se dediquen a construir sus sueños?.
NN.UU. nos plantea una serie de propuestas con relación al trabajo de los niños y niñas alrededor del mundo, y que constan en el documento titulado "Un mundo apropiado para los niños"[39]. En el mencionado informe, siguiendo con la tradición de la NN.UU. se realizan una serie de declaraciones llenas de optimismo y buena voluntad, pero que creemos que cada gobierno en corresponsabilidad con la sociedad civil, deben trabajar para lograr convertir en realidad los postulados planteados.; y, dice el informe que es una vez mas necesario:
"Promover programas innovadores para alentar a las escuelas y comunidades a que pongan más empeño en localizar a los niños que han abandonado los estudios o han sido excluidos de las escuelas y de la enseñanza, especialmente a las niñas, así como a los niños y niñas que trabajan, los niños con necesidades especiales y los niños con discapacidad, y les ayuden a matricularse, a asistir a la escuela y a terminar con éxito sus estudios. En estos programas, los gobiernos, las familias, las comunidades y las organizaciones no gubernamentales deberían participar como asociados del proceso educativo. Deben adoptarse medidas especiales para evitar y reducir la deserción escolar debida, entre otras cosas, al ingreso en el empleo"[40].
Y continúa el informe realizando una observación clave, la cual es:
"Promover programas innovadores que ofrezcan incentivos a las familias de bajos ingresos con niños en edad escolar, a fin de aumentar la matrícula y la asistencia a la escuela de los niños y las niñas, y garantizar que no se vean obligados a trabajar en una medida que entorpezca su educación"[41].
En cuanto al trabajo infantil peligroso y explorador nos recuerda que, sigue siendo indispensable:
"Tomar medidas efectivas de inmediato para eliminar las peores formas de trabajo infantil, estipuladas en el Convenio No. 182 de la Organización Internacional del Trabajo, y elaborar y aplicar estrategias para eliminar el trabajo infantil que contravenga las normas internacionales aceptadas"[42].
En torno al tema de la lucha contra el trabajo de los niños y las niñas, menores de 12 años, debemos indicar con absoluta claridad que los gobiernos, sociedad civil, organismos públicos y privados, la iglesia, los sindicatos, somos corresponsables de que en el país exista el trabajo infantil, y lo peor es que no tiende a disminuir sino a aumentar, entre otros factores por al creciente pauperización de la mayoría de los ecuatorianos.
Por ello el Informe de NN.UU. plantea que se deben:
"Tomar inmediatamente medidas eficaces para lograr la prohibición y eliminación con carácter urgente de las peores formas de trabajo infantil. Adoptar las medidas necesarias para garantizar la rehabilitación y reinserción social de los niños liberados de las peores formas de trabajo infantil mediante, entre otras cosas, el acceso a la enseñanza básica gratuita y, siempre que sea posible y apropiado, a la formación profesional"[43].
"Tomar las medidas necesarias para ayudarse mutuamente en la eliminación de las peores formas de trabajo infantil mejorando la cooperación y/o la asistencia internacionales, incluso prestando apoyo al desarrollo social y económico, a los programas de erradicación de la pobreza y a la educación universal"[44].
"Elaborar y aplicar estrategias para proteger a los niños de la explotación económica y de todo trabajo que pueda ser peligroso, obstaculizar su educación o ser perjudicial para su salud, o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social"[45].
El informe pone énfasis en que uno de los elementos claves para eliminar el trabajo infantil, especialmente peligroso, es la EDUCACION, por ello propone que es muy importante:
"(…) proteger a los niños contra todas las formas de explotación económica recurriendo a las asociaciones nacionales y a la cooperación internacional, y mejorar las condiciones en que viven los niños, en particular proporcionando a los niños que trabajan una educación básica gratuita y formación profesional e integrándolos de todas las formas posibles en el sistema de educación, y alentar el apoyo a las políticas sociales y económicas encaminadas a erradicar la pobreza y a proporcionar a las familias, particularmente a las mujeres, oportunidades de empleo y de obtención de ingresos"[46].
Y sobre todo que debemos:
"Promover la cooperación internacional para prestar asistencia a los países en desarrollo que lo soliciten, a hacer frente al trabajo infantil y a sus causas básicas, entre otras cosas, mediante políticas sociales y económicas encaminadas a erradicar la pobreza y, a la vez, subrayando que las normas laborales no deben utilizarse con fines de proteccionismo comercial"[47].
Y, finalmente plantea el Informe de NN.UU., que debemos:
"Mejorar la reunión y análisis de datos sobre el trabajo de los niños. Incorporar medidas relacionadas con el trabajo infantil en las actividades nacionales de reducción de la pobreza y de desarrollo, especialmente en las políticas y los programas relacionados con la salud, la educación, el empleo y la protección social"[48].
Para concluir con nuestro ensayo señalemos algunas recomendaciones:
Cuarenta millones de niños viven y trabajan en la calle en América Latina. Es el modelo liberal y los gobiernos corruptos de Ecuador y América Latina, quienes han destruido el tejido social, empujándolos sin escapatoria -a los niños y jóvenes que son las víctimas más vulnerables de la pobreza -, a la miseria y el hambre. Las jornadas laborales extenúantes muchas veces ni siquiera sirven para obtener un salario y solo significan, en la mayoría de los países de América Latina y el mundo, un plato de comida o un lugar "donde estar".
Esto confirma la tesis de que el ingreso que aporta el niño o la niña al ingreso familiar no es tan significativo, por tanto, si apoyamos a la familia podemos "sacar" al niño del trabajo e incorporarle a la inmediatamente a la escuela.
Los sindicatos y organizaciones sociales debemos presionar a las autoridades nacionales, provinciales y locales, para que éstas incorporen en las legislaciones nacionales los Convenios internacionales que protegen a los niños que trabajan.
Al mismo tiempo, se debe eliminar las formas más abusivas del trabajo infantil, pavimentando el camino para su erradicación total.
En el caso de Ecuador, estamos luchando porque el Congreso Nacional apruebe el nuevo Código de la Niñez y de la Adolescencia, el mismo que permitirá contar un nuevo instrumento jurídico que permita cumplir con los derechos de los niños, niñas y adolescentes que viven en mi patria, especialmente de los miles y miles de niños y niñas que trabajan.
Pero, la lucha continúa…
Notas
[1] Bibliografía, documento (1)
[2] idem (1)
[3] idem (1)
[4] idem (1)
[5] idem (1)
[6] Bibliografía, documento (2)
[7] idem (2)
[8] idem (2)
[9] idem (2)
[10] idem (2)
[11] Bibliografía, documento (3)
[12] Bibliografía, documento (4)
[13] idem (4)
[14] idem (4)
[15] idem (4)
[16] idem (4)
[17] idem (4)
[18] idem (4)
[19] idem (4)
[20] Ecuavisa.- Noticierio Televistazo; junio, 2002
[21] Bibliografía, documento ( 5)
[22] Bibliografía, documento (6)
[23] Bibliografía, documento (7)
[24] Bibliografía, documento (8)
[25] idem (5)
[26] Bibliografía, documento (10)
[27] idem (10)
[28] Bibliografía, documento (11)
[29] idem (11)
[30] idem (11)
[31] Bibliografía, documento (9)
[32] idem (9)
[33] idem (9)
[34] idem (9)
[35] idem (9)
[36] idem (11)
[37] Bibliografía, documento (12)
[38] idem (12)
[39] Bibliografía, documento (13)
[40] idem (13)
[41] idem (13)
[42] idem (13)
[43] idem (13)
[44] idem (13)
[45] idem (13)
[46] idem (13)
[47] idem (13)
[48] idem (13)
Bibliografia
1. Raggi, María Belen.- Dilema del milenio / Olimpíada Argentina de Ciencias Sociales; Buenos Aires 2002.
2. La Pobreza.- monografías .com; 2002
3. Zaid, Gabriel.- El futuro de la revolución industrial; Revista Letras Libres; mayo, 2001.
4. Humans Right Watch.- "La Cosecha Mal Habida: Trabajo Infantil y obstáculos a la libertad sindical en las plantaciones bananeras del Ecuador"; New York, 2002.
5. Programa de Erradicación del Trabajo Infantil Peligroso – IPEC.- 1997.
6. Cussiánovich, Alejandro.- Algunas premisas para la reflexión y las prácticas sociales con Niños y Adolescentes Trabajadores; Lima – Perú; 1997.
7. Fundación Proyecto Salesiano "Chicos de la calle".- 2002.
8. Instituto Nacional del Niño y la Familia.- Programa Niño Trabajador, 2002.
9. UNICEF.- Estado Mundial de la Infancia; El Trabajo Infantil Peligroso y Explotador; 1997.
10. García, Méndez, Emilio.- El Trabajo Infantil en América Latina y el Caribe: Otra Vena Abierta; San José de costa Rica; agosto, 1997.
11. Cussiánovich, Alejandro.- Niños trabajadores: La cuestión social de América Latina y el Caribe al cierre del siglo XX; abril, 1994.
12. VII Conferencia de Esposas de jefes de Estado y de Gobierno de las Américas.- "El Trabajo Infantil en América Latina: Propuesta par al Acción"; Panamá, octubre, 1997.
13. Informe de Comité Especial Plenario del Vigésimo Sétimo periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las NN. UU.- "Un Mundo apropiado para los niños"; New York, 2002.
Autor:
Lic. Fernando Venegas de la Torre.
Técnico de Planificación INSTITUTO NACIONAL DE LA NIñEZ Y LA FAMILIA (nombre actual) Comunicador Social en la Universidad Central el Ecuador.
Planificador Social en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador fvenegas[arroba]innfa.org ferve_2001[arroba]yahoo.com
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |