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Ricardo Flores Magón (Semblanza biográfica) (página 2)




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Este grupo
oposicionista, en el que estaba Camilo Arriaga, nieto del gran
liberal reformista Ponciano Arriaga, se sentía heredero de
los principios que
había sostenido la generación reformista de
Juárez, Ignacio Ramírez,
Guillermo Prieto, Melchor Ocampo y Sebastián Lerdo de
Tejada.

Es común afirmar que el pensamiento de
Ricardo Flores Magón evolucionó del liberalismo al
anarquismo, pero pocos autores indican que este cambio se
realizó en 1901, cuando conoció a Camilo
Arriaga.

Camilo, de quien hablaremos más adelante,
simpatizaba con las ideas anarquistas, y cuando Ricardo y otros
jóvenes lo visitaron en San Luis Potosí, él
les proporcionó las obras de los teóricos
anarquistas europeos.

Por tanto, podemos afirmar que fueron cerca de diez
años, de 1892 a 1901, los que militó Ricardo en las
filas del pensamiento liberal reformista. Como liberal, Ricardo
formó parte de la corriente nacionalista del liberalismo
mexicano.

Sus principales motores como
liberal, eran el amor a la
Patria y el deseo de que la clase media, los trabajadores y los
indígenas disfrutaran de bienestar. Luchó por la
democracia
representativa y por el cumplimiento, en la práctica, de
la Constitución de 1857.

Mientras fue liberal, creyó que las buenas
intenciones y una conducta ética
bastaban para lograr la reforma de la sociedad.
Ponía énfasis en la importancia de la educación general
y de la voluntad individual para realizar las reformas
políticas. Predicaba el sentido de responsabilidad cívica y exhortaba a las
masas a organizarse políticamente creyendo, que esto era
posible aún bajo el régimen de
Díaz.

Durante sus primeros años de militancia Política, se
preocupó principalmente de los problemas
jurídicos y políticos, apoyando tanto la idea como
la del patriotismo cívico, y rechazando la revolución
como método, ya
que la consideraba contraproducente para el progreso
nacional.

Para el joven liberal, el único resplandor de
democracia en la historia de México era la Reforma,
experimento que fue sofocado por la dictadura de
Porfirio Díaz.

Poco a poco, Ricardo y, sus seguidores más
cercanos, fueron radicalizándose y ampliando su
pensamiento y acción, como resultado de la experiencia
política, la represión policíaca y el
estudio de libros anarquistas.

Antes de continuar con las actividades políticas
de Ricardo, es necesario ubicar históricamente las
condiciones económicas, políticas y sociales que le
tocaron vivir: nos referimos al porfirismo.

Adolfo Gilly nos dice en su libro La Revolución
interrumpida, que e grupo de intelectuales encabezados por Benito
Juárez tuvo como objetivo
económico y político desarrollar el capitalismo
mexicano.

Las Leyes de Reforma
tuvieron como fin quitarle las propiedades agrarias al clero
católico mexicano y, de paso, a las comunidades
indígenas, para fortalecer económicamente al
Estado,
instrumento jurídicomilitar al servicio de
las clases dominante.

Estas leyes pretendían crear una clase de
pequeños propietarios agrarios, pues no sólo iban
dirigidas a poner en circulación en el mercado las
propiedades del clero, sino también las tierras de las
comunidades indias, liquidando la antigua estructura de
la propiedad
comunal.

El resultado de esas leyes fue el surgimiento de una
nueva concentración latifundista de la propiedad
agraria.

Al desarrollarse el capitalismo, no solo debilitó
al clero católico, sino también a las comunidades
agrarias indias, que fueron fraccionadas y acaparadas por los
grandes latifundistas, convirtiendo a los comuneros en n peones
de los terratenientes.

Aun cuando los liberales juaristas y el grupo encabezado
por el Díaz tenían el mismo objetivo, ayudar al
desarrollo
capitalista de México, sus métodos
para lograrlo eran diferentes.

Mientras Juárez y Lerdo buscaban el crecimiento
del país sin una importante intervención
extranjera, respetando las formas federales de gobierno,
Díaz y sus seguidores cercanos querían consolidar
la paz social mediante la represión al pueblo y la
conciliación con los conservadores- en particular, el
clero político católico-, impulsando el desarrollo
capitalista a base de abrir las puertas al capital extranjero, y
constituyendo un gobierno fuerte y centralizado.

Los treinta y cuatro años de dictadura porfirista
se caracterizaron por un acelerado desarrollo capitalista y por
un crecimiento
económico sin precedentes en nuestra historia,
acompañado de grandes injusticias y contradicciones que
contribuyeron al estallido social de 1910.

En los hechos, Porfirio Díaz es el ejecutor del
proyecto
capitalista liberales habían delineado y comenzado a
realizar.

Cabe aclarar que fueron las condiciones
históricas las que hicieron posible la dictadura
porfirista. Esas condiciones tuvieron como causa económica
la necesidad, por parte de la clase explotadora, la
burguesía mexicana, del desarrollo capitalista, que fue
acelerado por la "paz social" de la dictadura
porfirista.

CAPITULO DOS

EL JOVEN
ANARQUISTA

Ricardo inició su actividad política como
líder
estudiantil antiporfirista. Participó en las
manifestaciones callejeras de la ciudad de México que
tuvieron lugar en mayo de 1892.

Gómez-Quiñones escribe que la protesta de
60 estudiantes y otras personalidades, tenía el objetivo
de exigir elecciones libres y de pedir a Díaz dejara la
presidencia.

Samuel Kaplan, en su libro Combatimos la tiranía,
reproduce un fragmento del discurso de Ricardo frente a la
escuela de Minería:

En 1876 -gritó Ricardo- Díaz
denunció al presidente Lerdo de Tejada ¿Por
qué? Por querer reelegirse. ¿Pero qué
sucedió al año siguiente? El rebelde Díaz se
adueñó del control del
gobierno. ¿Y que pasó entonces, compañeros?
Díaz, cómodamente perdió la memoria en
cuanto a su santo y seña de la no reelección. Desde
entonces, el tirano se ha hecho reelegir sin cesar, menos en el
período en que su protegido González ocupó
la presidencia… ¿Cómo se reelige? ¡Ya lo
saben! Por medio de sus jefes políticos contrata las
elecciones en todos y cada uno de los distritos del
país… amenazando a los obreros con correrlos del trabajo
si no votan por Díaz. Aterrorizan a los campesinos. Los
emborrachan con pulque o mezcal y los llevan como ganado a las
urnas. Y, por si fuera poco, ¿quién vende nuestro
país a los industriales franceses, ingleses y
norteamericanos, de modo que, además de ser esclavos de la
iglesia, lo
somos también de los países extranjeros?

Hernández Padilla relata que un centenar de
personas, entre azoradas e incrédulas, escuchaban a tan
osado estudiante. De pronto, apareció la caballada y,
cargando contra la multitud, trató de dispersarla. Los
sables alcanzaron a algunos fatalmente, otros quedaron heridos,
los demás corrían y gritaban: "¡Muera
Díaz! ¡Viva la libertad!" Dos de los hermanos Flores
Magón, Jesús y Ricardo, fueron aprehendidos y
enviados durante un mes a la cárcel; Enrique, el
más joven, pudo escapar.

Una vez libre, Ricardo empezó a publicar sus
primeros escritos en el
periódico opositor El Demócrata. Gracias al
mismo Kaplan, podemos conocer un párrafo
de un editorial El Demócrata, escrito por
Ricardo:

Cada hacendado se ha vuelto un barón feudal.
Tiene poder de vida
y muerte sobre
los míseros peones; sus hijas y mujeres atractivas
están a disposición de el. Y no hay autoridad que
les diga nada. Cuando venden sus propiedades las enumera y hace
constar que consisten en tantas miles de hectáreas, tanto
bueyes, vacas, peones y otros animales.
¡Así aparece en las escrituras!¡Dios lo ayude
a México!, donde los seres humanos son tratados peor que
vacas o puercos. Donde el 80% de todos los trabajadores de
hacienda existen -¡no viven! – , en estado de peonaje en
manifiesta esclavitud.
¡Mexicanos, examinen su Constitución!
¿Reconoce acaso el derecho de un acreedor de apoderarse y
retener el cuerpo un deudor? ¡Por la gloriosa memoria de Benito
Juárez, no! Pero, ¿por qué preocuparse un
comino por la Constitución? ¿Por qué,
ciertamente, cuando es la cosa más fácil del mundo,
amontonar sobre ella el lodo del desprecio en tal forma que ya no
es visible en los llamados tribunales? En todas partes las
autoridades, con alaridos de placer, juntan sus manos a las de
los opresores del pueblo. La razón hasta los ciegos pueden
verla. Los pretendidos protectores de los derechos del pueblo son de
la non sancta alianza. ¿Por cuanto tiempo, oh
Señor?

Aumentó el número de lectores de El
Demócrata y, por consecuencia, su tiraje. Porfirio
Díaz envió a Miguel Cabrera, jefe de
policía, al frente de un grupo de secuaces a clausurar la
oficina del
mencionado periódico
y a detener a los Flores Magón. En esta ocasión
sólo apresaron al mayor de los hermanos, a
Jesús.

Durante seis años, los Flores Magón
ahorraron cuanto pudieron. Hasta el 7 de agosto de 1900 pudieron
publicar su propio periódico:
Regeneración.

Antes de analizar y comentar los artículos de
Ricardo, durante los primeros diez años de
Regeneración, es necesario retroceder un poco para relatar
el resurgimiento político del clero católico
mexicano, cobijado y protegido por la dictadura
porfirista.

En San Luis Potosí, cuenta Cockcroft, los
sacerdotes fueron vistos llevando puestas en público sus
elaboradas vestimentas sacerdotales de satín y oro. Se
permitió que funcionaran escuelas católicas en
varias partes del Estado. Los liberales locales se irritaban cada
vez más por estos abiertos desafíos a la
Constitución de 1857 y a las Leyes de Reforma.

En el verano de 1900, los liberales acusaron formalmente
al obispo de San Luis Potosí, Ignacio Montes de Oca y
Obregón, de manipulaciones ilegales de bienes
raíces. Como podía esperarse, la justicia local
exoneró al obispo (doce años más tarde la
decisión fue revocada). Estaba implícito en los
cargos de los liberales contra el obispo, un sentimiento
difundido de que la Iglesia había recobrado, en San Luis
Potosí, un grado reminiscente del poder de la Iglesia
anterior a las leyes de Reforma.

Un monasterio abandonado en el Estado, que
había sido convertido en un colegio de monjas,
enfureció a los liberales, quienes declararon que el
edificio estaba siendo usado como escuela católica para
niñas. Pero la gota que derramó el vaso fue un
discurso, en París, el 6 junio de 1900, del obispo
mencionado ante la Asamblea General del Congreso Internacional de
Agencias Católicas. El 7 de agosto de 1900, el mismo
día que aparecía en la capital del país el
primer número de Regeneración, El Estandarte
publicó el discurso del Obispo.

Montes de Oca y Obregón, que trece años
antes había advertido a los católicos que "las
mejores épocas" eran cosa del pasado, ahora aseguraba que
gracias a la benévola dirección del gobierno de Díaz y con
el apoyo de las mujeres mexicanos, la Iglesia de México
había alcanzado "la prosperidad actual". Las Leyes de
Reforma, declaraba el obispo, son leños apagados. El 30 de
agosto, Camilo Arriaga publicó su manifiesto
"Invitación al Partido Liberal", denunciando el
resurgimiento de" clericalismo bajo el porfiriato. No
se imaginaba que prendía la chispa del incendio, social
que haría caer al dictador.

Camilo Arriaga, potosino e ingeniero de minas, fue, como
Madero, un intelectual de clase alta de una familia
oligárquica norteña aunque representó una
tendencia mucho más radical, entre los intelectuales
inconformes de México, que la ejemplificada por
Madero.

Sujeto como estaba a los intereses de la
burguesía mexicana, ante de Ricardo y sus seguidores
cercanos, Arriaga se quedó en los límites
del reformismo burgués.

En 1888, el tirano Díaz hizo que el gobernador de
San Luis Potosí nombraba a Camilo Arriaga, Diputado de la
Legislatura del Estado. En 1890, cuando su padre murió,
Camilo, de 28 años de edad, fue ascendido dictador a
Diputado del Congreso Nacional, puesto que retuvo 1898. A pesar
del imperante positivismo de
la educación
oficial – nos dice Cockcroft, Camilo empezó a leer
las obras de Proudhon, Marx, Engels,
Bakunin y otros socialistas y anarquistas europeos. Más
tarde, antes de su declaración liberal de rebelión,
en 1900 Arriaga fue a Europa, en donde
adquirió su posteriormente famosa biblioteca de
libros y folletos radicales europeos.

En 1898, Arriaga se presentó ante el Congreso
para comunicar el engaño de la Iglesia y de sus
colaboradores político. Una minoría de diputados lo
apoyó. Todos ellos fueron eliminados del Congreso por el
tirano Díaz, ese mismo año.

Usando el capital que la crisis de
1892-1895 le había dejado, Camilo dedicó dinero y
esfuerzo para formar un movimiento de
oposición política contra Díaz.

Cuando Arriaga, en 1899, regresó a San Luis
Potosí, cultivó la amistad de
jóvenes políticos liberales disidentes, como Juan
Sarabia y Antonio Díaz Soto y Gama. Pronto se agregaron
Librado Rivera y los Flores Magón. Esta nueva
generación de jóvenes idealistas se reunían
con Arriaga, frecuentemente en su propio domicilio a leer y
comentar algunas de las obras de los autores revolucionarios
más avanzados de la época.

El 23 de febrero de 1901. Regeneración,
reconoció que Camilo Arriaga era "el alma del actual
movimiento político".

Camilo, un intelectual de la clase alta, fue un
precursor de la Revolución Mexicana al difundir las obras
de socialista y anarquista a los descontentos de otras clases
sociales.

Santiago R. de la Vega, escribió más
tarde: "Camilo ponía en nuestras manos a Carlos Marx. Por
camilo conocí al dulce príncipe Kropotkin y toda la
biblioteca Stock, que se especializaba en publicar y distribuir
las obras de los líderes anarquistas europeos".

Antonio Díaz Soto y Gama, años
después, recordaría los libros que Camilo le daba a
leer: La conquista del pan, Memoria de un revolucionario, La
ética, El apoyo mutuo como factor de progreso entre los
animales y los hombros, de Kropotkin; el ideal anarquista, de
Elisée Réclus y varios libros de Bakunin, Carlos
Malato, Proudhon y Marx.

CAPÍTULO TRES

EL PERIODISTA
LIBERAL

Antecedentes del periodismo
revolucionario en México durante el siglo pasado fue El
socialista, publicación obrera que a lo largo de
más de quince años difundió, a través
de sus páginas, noticias, manuscritos, artículos y
documentos
socialistas.

Sería este periódico el que publicara El
manifiesto comunista de Marx y Engels, con un tiraje especial de
diez mil ejemplares, el 12 de junio de 1884. Cuatro años
después dejaría de aparecer esta publicación
socialista.

Entre la prensa
antiporfirista de esos años, se encontraba El hijo del
Ahuizote, El correo del Lunes, El partido Liberal, El Conservador
y la Patria. Además existían los periódicos
liberales que mantenían la crítica al
régimen porfirista: El Monitor
Republicano y El Diario del Hogar.

La libertad de
expresión y manifestación de las ideas,
así como la de escribir y publicar escritos de cualquier
naturaleza se
conservó sólo en apariencia.

Gastón García Cantú, en su libro El
socialismo en
México, afirma que 4en 1888 el gobierno tenía
treinta periódicos subvencionados en la capital, que
requerían para su conocimiento
unos cuarenta mil pesos al mes; veintisiete periódicos en
los Estados y casi toda la prensa local. Según lo
afirmó El Hijo del Ahuizote, el 24 de junio de 1888, el
mantenimiento
de esa prensa sumisa le costaba al país tanto los 248
diputados, los 56 senadores y las 27 legislaturas locales juntas.
Poco más de un millón de pesos anuales.

Armando Barta, en el estudio introductoria a su
antología de artículos de Flores Magón, nos
dice que Regeneración empezó a publicarse el 7 de
agosto de 1900, como periódico jurídico
independiente, encabezado con el lema"Contra la mala administración de la justicia"; el tema
dominante de sus notas y artículos era la venalidad y
corrupción
de todo el aparato jurídico porfirista. La denuncia de la
venalidad y corrupción del poder judicial,
era un medio para la denuncia de la corrupción y venalidad
del porfirismo en su conjunto.

En los primeros números de Regeneración no
encontramos referencias frecuentes a las raíces
estructurales del despotismo, la denuncia de la opresión
política pocas veces iba acompañada de la denuncia
de la explotación económica. Esta
preocupación casi exclusiva por la superestructura del
porfirismo, que encuadra a Regeneración en la
tradición liberal, cambiará radicalmente en etapas
posteriores del periódico.

La táctica de Regeneración durante esos
primeros números, con base en la experiencia de El
Demócrata, estaba orientada a adquirir una mínima
base social antes de lanzarse abiertamente contra Porfirio
Díaz.

Años más tarde, Enrique Flores
Magón, quien comenzó a dirigir el periódico,
reconoció:

Durante los primeros cuatro meses estuvimos silenciosos
como una tumba respecto a Díaz y sus crímenes. Todo
este tiempo confiamos nuestros ataques a lo judicial. Para
diciembre del mismo año habíamos ganado la atención del país. Fue entonces
cuando comenzamos a considerar nuestro objetivo final; la idea de
volver nuestras armas contra en
dictador.

En efecto, en 1901 Regeneración cambió de
lema y carácter.
A partir del número 20, publicado el 31 de diciembre de
1900, el periódico apareció con el subtítulo
de "Periódico independiente de combate", orientado ya
abiertamente a la lucha contra la dictadura en
general.

Este segundo periodo de Regeneración se
enfocó al combate contra la autocracia porfirista,
denunciando a la vez los fundamentos de la dictadura en la
explotación económica y la entrega del
extranjero.

La constitución del partido Liberal en 1901, en
la que jugó destacado papel Ricardo
Flores Magón, junto con Camilo Arriaga, Antonio
Díaz Soto y Gama y Juan Sarabia, le ofreció a
Regeneración la posibilidad de dar su política una
base social organizada. Desde el periódico se
anunció ampliamente la realización del acto, se
difundieron sus resoluciones y manifiestos y se hacía
propaganda a
la constitución posterior de clubes liberales en todo el
país.

Armando Bartra, en su antología titulada
Regeneración 1910-1918, la corriente más radical de
la revolución mexicana de 1910 a través de su
periódico de combate, nos dice que, si bien el marco de la
denuncia agonista se amplió considerablemente, al abarcar
tantos aspectos superestructurales como los estructurales del
porfiriato, la disyuntiva política que difundirá
Regeneración, al hacerse portavoz del Partido Liberal, se
redujo en todo este período a proponer un cambio
político: la sustitución de la
administración porfirista por una
administración democrática; en esencia, un cambio
de prensa y de métodos en el aparato del Estado. Aunque
había diferencias en el seno del Partido Liberal –
por un lado, las oposiciones puramente peticionarias y
propagandísticas sostenidas por Camilo Arriaga, y por
otro, la virulencia de Ricardo -, la esencia de la
política expresada en el órgano de dicho partido
era la misma: el establecimiento de la democracia a través
de un cambio en la presidencia de la República,
previsiblemente por la vía electoral.

La represión y la cárcel acabaron con este
segundo período de Regeneración y originaron un
viraje radical definitivo en la política del
periódico y del Partido Liberal.

En mayo de 1901, Ricardo y su hermano Jesús
fueron detenidos y, en octubre del mismo año, el
periódico se suspendió ante la amenaza de que, de
aparecer un número más, los hermanos serían
asesinados en la cárcel. El 9 de junio de 1903 los
tribunales pronunciaron un fallo por el cual se prohibía
la circulación de cualquier periódico escrito por
Ricardo Flores Magón.

En esas condiciones, en enero de 1904, el núcleo
fundamental del Partido Liberal (Ricardo y sus más
cercanos seguidores), se trasladó a los Estados Unidos de
Norteamérica.

Antes de continuar con la siguiente etapa de
Regeneración, necesitamos regresar un poco, hasta el 5
febrero de 1901, cuando en San Luis Potosí se
realizó el Primer Congreso Liberal, convocado por Camilo
Arriaga y su grupo de jóvenes liberales, estudiosos de los
libros anarquistas que el mismo Camilo les
proporcionaba.

Hernández Padilla relata que el día de la
inauguración, oradores subían y bajaban del estrado
del Teatro de la paz.
Los discursos no
iban más allá de la arenga jacobina. Tocó el
turno a Ricardo; decidido a romper con aquel metiotono comecuras,
habló un detalle: Una revista
minuciosa de atentados porfiristas, ráfagas de "ley fuga",
relámpagos de cólera. Perro de presa en el ataque,
no sólo el cuello a Don Porfirio durante su
peroración, a la que puso remate, como resumen y
consecuencia: "Porque la administración de Porfirio
Díaz, es una madriguera de bandidos".

En la parte esencial de su discurso, Ricardo
había dicho:

…los puestos públicos producen en
México más que cualquier industria.
Ningún negocio, ni aun el más audaz, deja tantas
utilidades como un puesto cualquiera de la administración
mexicana. Los funcionarios entran pobres a desempeñar sus
funciones de
padres del pueblo y a los pocos meses ya son ricos, y a la vuelta
de unos cuatro años millonarios… Desde el
Presidente de la República hasta el más humilde
polizonte, todos hacen negocios. Por
eso no es raro que la deuda
pública de México para hacerse ricos…,
de mil maneras explotan los funcionarios su posición
ventajosa y se hacen ricos, metiendo las manos en los fondos
públicos, haciéndose pagar favores, despojando
brutalmente a los gobernadores.

Luego continuó Ricardo.

Hablaremos como hombres. Yo les pregunto:
¿Cómo vamos a convencer al pueblo de que el Partido
Liberal es un partido que se propone reparar las injusticias que
se hacen contra él? Sólo hay una
contestación posible: señalando directamente,
así, con el dedo condenador, al que maneja la
administración nacional, esa máquina monstruosa que
aplasta bajo sus ruedas sus esperanzas, sus aspiraciones y sus
cuerpos.

Tras una breve pausa prosiguió.

El Presidente Porfirio Díaz es la araña
que teje la tela del engaño y la injusticia que las
arañas menores imitan. Y suben ustedes quiénes son:
los Gobernadores de los Estados, los generales, los jefes
políticos.

El orador también habló de los sueldos de
miseria, de las condiciones infrahumanas que padecían los
obreros en las fábricas, de los peones en las haciendas y
del "trbajo de contrato", que no
era otra cosa que la esclavitud imperante en las plantaciones de
tabaco de Valle
Nacional. ¿Por dónde comenzar a desentrañar
aquella enorme maraña de corrupción? Ricardo
propuso: "¡Expulsemos a Porfirio Díaz!, y, mientras
tanto, reemplacémoslo con el Presidente de la Suprema
Corte, tal y como lo decreta la Constitución". Más
tarde, el pueblo tendría al fin la oportunidad de votar
libremente por los candidatos que ofrecieran los partidos
políticos, incluido naturalmente el Partido
Liberal.

Una vez más, Ricardo y Jesús fueron
huéspedes de las "bartolinas" de la cárcel de
Belén.

CAPÍTULO CUATRO

VÍCTIMA DE LA
DICTADURA.

A pesar del discurso antiporfirista de Ricardo, las
resoluciones del Primer Congreso Liberal no fueron más
allá del anticlericalismo militante.

En marzo de 1901, el Club Liberal "¨Ponciano
Arriaga" de San Luis Potosí, como centro directo de todos
los clubes de su línea, publicó un "Manifiesto a la
Nación"
firmado por Camilo Arriaga y Díaz Soto y Gama. Este
manifiesto dio un paso más que el Congreso para encuadrar
el conflicto
dentro de la contienda política. Atacó a la
"dictadura dominante", a la "prensa oficial" y al "personalista,
antidemocrático y mal llamado partido
científico".

El manifiesto pedía la formación de un
"partido verdaderamente nacional". Como ya habían sido
excomulgados por el obispo de San Luis Potosí, los
liberales, deseando hacer algo más provechoso que atacar
al clérigo, presentaron un reto directo al régimen
de Porfirio Díaz.

Ricardo y Jesús, en apoyo a los firmantes del
manifiesto, se reunieron en la capital del país en abril
de 1901 para formar la Asociación Liberal
Reformista.

En mayo, el dictador Díaz pensó que si
arrestaba a Ricardo y Jesús, acabaría con el
movimiento de oposición. Los clubes liberales ya
habían sido clausurados en toda la
nación.

Sin embargo, el 18 de julio de ese mismo año, en
Pinos, Zacatecas, Díaz Soto y Gama radicalizó
aún más el movimiento liberal con un discurso
público que, rezumante de nacionalismo,
criticaba severamente a Porfirio Díaz.

Cockcroft nos dice que, sin revelar sus tendencias
anarquistas, el joven abogado potosino buscaba extender a las
clases medias y bajas el llamado del naciente movimiento de
oposición. El tema principal del orador era que
México estaba regido por una camarilla dictatorial de
criterio estrecho y antipatriótico, que favorecía
los intereses de los extranjeros, especialmente a la Iglesia
católica, cuyos fanáticos estaban conspirando para
apoderarse de toda la nación y destruir hasta el
último reducto de las anteriores formas revolucionarias
(por ejemplo, la Constitución de 1857).

El ultimo proyectil de su artillería, Soto y Gama
lo dirigió al dictador Porfirio Díaz, "caudilla que
traiciona a la democracia, que no tiene un átomo de
demócrata, ni la más leve tintura de estadística, ni conoce el respeto a la ley,
ni tiene a la Magna Constitución del 57 en más
aprecio que el acicate que daba hoy en los ijares de su caballo y
que hundirá mañana en las entrañas del
pueblo".

Cuando los Flores Magón, que estaban en
prisión, recibieron noticias del inflamatorio discurso de
Díaz Soto y Gama, pidieron a sus amigos que lo publicaran.
El 31 de agosto de 1901 Regeneración público el
texto completo
del discurso. Un mes más tarde el gobierno suprimió
el periódico.

El 4 de noviembre El Porvenir y El Renacimiento,
de Juan Sarabia, publicaron un manifiesto del club Liberal
"Ponciano Arriaga", firmado por Camilo Arriaga y José
María Facha, en el que se trató por vez primera el
problema agrario y la necesidad de reforma social.

El manifiesto también denunciaba que el
régimen de Díaz había obligado a los indios
yaquis de Sonora a ir a cosechar tabaco a Valle Nacional, Oaxaca.
Intensificaba el ataque contra los extranjeros, las clases
privilegiadas y el "despotismo" de Díaz.

Arriaga fue sentenciado a once meses de prisión y
mil pesos de multa, y Facha a nueve meses y quinientos pesos de
multa.No solo los grupos liberales
fueron reprimidos, sino también toda la prensa de
oposición al tirano.En 1901 y 1902 ,cerca de 42
periódicos antiporfiristas fueron clausurados.mas de 50
periodistas fueron encarcelados en toda la nación y dos
mas fueron asesinados por los esbirros del tirano
Díaz.

La represión militar porfirista no se limita a
impedir violentamente el segundo congreso liberal de 1902, sino
que encarceló a todo el núcleo dirigente
liberal.

Ricardo, una vez libre, el 20 de abril de 1902,rento un
semanario de oposición de la ciudad de México, el
hijo del Ahuizote primer numero dirigido por Ricardo, el 16 de
julio de ese año, contenía una serie de
artículos contra el presidente Díaz y en contra del
general Bernardo reyes.

La respuesta del gobierno fue la confiscación de
las personas y del equipo de oficina del periódico, del
encarcelamiento del personal, por
orden de un juez militar, el 12 de septiembre de 1902.seria hasta
el 23 de enero de 1903 cuando los liberanse.El 27 de febrero de
1903,el club liberal "Ponciano Arriaga"publico un manifiesto
declarado, en términos violentos,el nuevo movimiento
contra la injusticia social y economica,y la necesidad de una
reforma radical.El documento atacaba al "Capitalista, al fraile y
al alto funcionario, ya sea civil o militar",condenada a la
monopolización de la tierra,
especialmente por los yanquis y la iglesia ,al igual que las
deplorables condiciones del campesino,y lamentaba la muerte de
la constitución, de la libertad y del sufragio.

El 11 de abril de 1903, Ricardo Enríquez y otros
editaron un manifiesto en que culpaban al gobierno de Díaz
de haber producido la "supremacía del capital y ha hecho
palpable la decadencia del trabajo, el descontento general y un
verdadero malestar en las clases de la sociedad". Finalmente, el
manifiesto hacía notar que de seguir Díaz
gobernando, la única opción para México
sería una guerra civil.
El resultado de esa publicación fue la invasión de
la policía a las oficinas de El Hijo del Ahuizote, la
confiscación de todo el equipo y el encarcelamiento de
Ricardo, Enrique y todos los que trabajaban en la
publicación. Hasta octubre de 1903 liberaron a los Flores
Magón.

Durante ese año de 1903, la tiranía
encarceló y empujó al exilio a todos los peridistas
de la oposición liberal. Fueron amenazados con la muerte,
si continuaban publicando. Un decreto del 9 de junio
prohibía la publicación de cualquier escrito de los
Flores Magón y sus seguidores.

A fines de 1903, Camilo Arriaga, Díaz Soto y
Gama, Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia continuaban
unidos en lo esencial. Habían acordado y contribuido a la
radicalización del movimiento más allá de su
anticlericalismo inicial. Ahora todos aspiraban a propagar a
Díaz e introducir reformas sociales y económicas
profundas.

Curiosamente – dice Cockcroft -, ninguno de los
cuatro se dio cuenta de que tal movimiento revolucionario ya se
había iniciado y se había ido desarrollado por su
propio impulso, con ellos mismos al mando, desde agosto de
1900.

CAPÍTULO CINCO

EXILIO Y
DIVISIÓN.

Obligados a huir de la persecución
policíaca porfirista, escribe Hernández Padilla,
los periodistas liberales se refugiaron en San Antonio, Texas, y
San Luis, Missouri.

Sara Estela Ramírez le escribió a Ricardo
para informarle que se separaba del grupo y, asociada a Camilo
Arriaga, seguiría la lucha. Díaz Soto y Gama
regresó a México. Crescencio Villarreal, inquieto
ante la posibilidad de ruptura, pidió a los Flores
Magón y a Sarabia que "sean indulgentes" con Arriaga y
Madero, quien, a través de Arriaga, había empezado
a brindar ayuda económica.

Cockroft relata que durante el exilio de 1904 –
1906 los liberales se comenzaron a dividir por motivos
personales, ideológicos y sociales. Las diferencias
básicas de extracción social y de convicción
política empezaron a separar a los precursores, en el
mismo momento en que estaban organizando el Partido Liberal
Mexicano, formulado su programa y
preparándose para las revueltas de 1906 –
1908.

Al poco tiempo de la llegada de los liberales mexicanos
a Estados Unidos, las diferencias entre Arriaga y Flores
Magón, que se encontraba en San Luis, Missouri, se
agravaron y el grupo de exiliados se dividió. Unos, los
moderados, regresaron en compañía de Arriaga a San
Antonio, Texas. Allí editaron y publicaron el seminario
Humanidad.

El ala radical, compuesta en su mayoría por
socialistas y anarquistas, permaneció con Ricardo, quien
acusaba a Arriaga de Tránsfuga, y fue a su vez tachado por
éste de "ambicioso". En el pleito terció Madero,
quien, refiriéndose a los Flores Magón como "los
bastardos de San Luis", decía que "sin distinción
de ninguna especie insultaban a todo el mundo" y en especial a
"liberales tan inmaculados como el ingeniero Camilo
Arriaga".

Desde esos días se enfrentaban dos proyectos, dos
ideas diferentes, arraigados en opuestos intereses de clases.
Desde el principio Arriaga limitó su participación
a la lucha legal y jamás fue más allá de su
propuesta de reformas políticas. Madero, sin la cultura de
Arriaga, pero dueño de un profundo sentido de clase
acomodada, retiró la ayuda a los Flores Magón en
cuento se dio
el rompimiento con Arriaga.

Gracias a su posición reformista y a la
separación política de Ricardo, a principios de
1905 Arriaga tuvo éxito
en obtener de Madero un préstamo de dos mil dólares
para publicar Regeneración, en una línea diferente
y contraria a la que se tenía cuando Ricardo lo
dirigía.

Por su parte, Ricardo, Rivera, Juan Sarabia y Antonio I.
Villareal entablaron frecuentes conversaciones con Emma Goldman,
de Chicago, y con el español
Florencio Bezora, quienes era amigos de Enrique Malatesta,
líder anarquista. El 28 de septiembre de 1905 nació
en San Luis, Missouri; la junta Organizadora del Partido Liberal
Mexicano. Se publicaron y distribuyeron copias de las bases para
la unificación del Partido Liberal Mexicano, firmadas por
Ricardo y Enrique Flores Magón, Juan y Manuel Sarabia,
Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, y Rosalío
Bustamante. En ellas se invitaba a trabajar por "la
organización del Partido Liberal Mexicano, llamando a
los ciudadanos a unirse para crear un partido fuerte que sea
capaz de hacer respetar los principios liberales". También
planteaban que Regeneración fuera el periódico
oficial del Partido Liberal Mexicano; una campaña de
adhesión, con garantía de guardar en secreto todos
los nombres involucrados, y respaldo financiero a los
periódicos de oposición y a los liberales
empobrecidos o perseguidos dentro de México. En privado,
este mismo grupo decidió ponerse de acuerdo con los
hombres de corazón
bien puesto, para hacer la revolución.

El 5 de diciembre de 1905, Ricardo le escribía a
Crescencio y Francisco Villarreal Márquez:

… en público no excitamos al pueblo a las
armas, porque vemos que sería peligroso hacerlo, no para
nosotros, sino para nuestros correligionarios, porque al saber el
gobierno que encubiertamente hacemos trabajos revolucionarios,
sería interceptada la correspondencia que viene para
nosotros y nuestros amigos serían asesinados en
México…, revolución…, el éxito
estará en razón directa del mayor número de
centros de rebelión que se logren formar.

Un poco antes, el 8 de octubre, le había escrito
a los hermanos Villarreal Márquez que "no había que
escatimar esfuerzo alguno para organizar un movimiento liberal
que no sea destruido por la tiranía. El único
remedio a los males del pueblo, está en la
revolución; pero una revolución no se improvisa. Es
obra de paciencia y continua propaganda revolucionaria, la
revolución del porvenir tiene que ser no solamente
política, sino social, porque de lo contrario recaeremos
en otra tiranía, tal vez más espantosa que la que
ahora nos agobia".

Los gobiernos de Estados Unidos y México, escribe
Hernández Padilla, en estrecha colaboración, por
medio de sus consulados y agentes policíacos, iniciaron
una implacable persecución contra los dirigentes de la
Junta del Partido Liberal Mexicano. Muy pronto, la ley de 1903,
"destinada a deportar a los anarquistas extranjeros",
comenzó a ser aplicada contra los magonistas que radicaban
en Estados Unidos.

El 12 de octubre de 1905, los detectives de la Agencia
Pinkerton, sin orden judicial ni delegación legal del
poder, invadieron las oficinas de Regeneración en San
Luis, Missouri, confiscaron prensas, archivos y equipo
y detuvieron a Juan Sarabia y los Flores Magón. Los tres
fueron acusados de "liberales y difamación" por Manuel
Esperón y de la Flor, cacique oaxaqueño a quien
Regeneración había atacado, quien fue enviado a San
Luis por Porfirio Díaz para levantar esos cargos,
inventados, por supuesto. Los tres dirigentes del Partido Liberal
Mexicano estuvieron en la cárcel hasta mediados de
diciembre de 1905.

Una vez libres, en compañía de los
demás miembros de la Junta del Partido Liberal Mexicano,
los Flores Magón se abocaron inmediatamente a preparar en
todo el país centros de rebelión para que la
conflagración fuera general y no sólo en un punto
de la República.

Durante los siguiente años, el apoyo de los
anarquistas norteamericanos al Partido Liberal Mexicano fue cada
vez mayor. Los anarquistas de Estados Unidos y el Partido,
dirigido por los magonistas, eran aliados naturales.

Agitadores mineros norteamericanos, de la corriente
anarquista, ayudaron a los organizadores obreros del Partido
Liberal Mexicano, en el sur de Arizona y en el norte de Sonora, a
fomentar la militancia entre los mineros mexicanos. Los
resultados de este trabajo conjunto se manifestaría
durante la huelga de
Cananea y la revuelta de 1906, cuando los magonistas se
levantaron en armas, por primera vez, contra la dictadura
porfirista.

Fue con la ayuda de un militante agonista del Partido
Liberal Mexicano, Lázaro Gutiérrez de Lara, como
John Kenneth Turner, periodista y anarquista norteamericano, hizo
viajes a
México para recopilar material para su libro
México Bárbaro.

Cockcroft afirma que de finales de 1905 en adelante, se
desarrolló un sistema de
persecución contra el Partido Liberal Mexicano; cooperaban
en esta empresa la
Agencia Pinkerton, la embajada de México en Washington,
los consulados mexicanos a lo largo de Estados Unidos, la
Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana, la embajada
de estados Unidos en México, los departamentos de Estado,
Guerra, Tesoro, Comercio,
Trabajo, Justicia e Inmigración de los Estados Unidos, los
presidentes de ambas naciones, etc. El gobierno mexicano pagaba
los servicios de
detectives privados en Estados Unidos. Una considerable
correspondencia entre las instituciones
gubernamentales y privadas muestra la
profusa colaboración que existía en la vigilancia
ejercida sobre los magonistas exiliados en
Norteamérica.

En febrero de 1906, según Cockcroft, la redacción del programa del Partido Liberal
Mexicano se estaba ya realizando. En ella colaboraron varios
autores y muchos mexicanos fueron consultados por correo o
verbalmente. Líderes sindicales de Cananea
desempeñaron un papael importante en la sección
laboral del
programa.

Juan Sarabia "revisó" el programa completo y, con
la asistencia de Arriaga y otros, pudo moderar las inclinaciones
anarquistas de los Flores Magón y Librado
Rivera.

La sección más larga del programa del
Partido Liberal Mexicano era la "Exposición", que pretendía hacer un
llamado a todos los mexicanos, especialmente a los obreros y
campesinos, pero también a hombres de negocios,
industriales y hacendados. Se hacían llamados a cuadros
bajos del ejército, a la tropa en general y a los
anticlericales. Madero, en 1910, se dirigía a la
élite militar.

También se dedicaba un apasionado y extenso
párrafo a proponer salarios
más altos para todos los mal pagados maestros de primaria,
muchos de los cuales desempeñaban un papel importante en
la Revolución. En la sección "Capital y Trabajo" se
incluía demandas avanzadas para la
época.

Un llamado a obreros y campesinos planteaba la tesis marxista
de que el trabajador es el productor de todas las riquezas,
mientras que el soberano capitalista goza del producto del
trabajo.

Por ultimo, son dignos de reproducir aquí los
párrafos del apasionado manifiesto con el que concluye el
programa, que seguramente fue escrito por Ricardo:

TODO CAMBIARÁ EN EL FUTURO

Los puestos públicos no serán para los
aduladores y los intrigantes. No estará allí la
dictadura para aconsejar a los capitalistas que roben al
trabajador y para proteger con sus fuerzas a los extranjeros que
contestan con una lluvia de balas a las pacíficas
peticiones de los obreros mexicanos.

MEXICANOS

Entre lo que os ofrece el despotismo y lo que os brinda
el programa del Partido Liberal, ¡escoged! Si
queréis el grillete, la miseria, la humillación
ante e extranjero, la vida gris del paria envilecido, sostened la
dictadura que todo eso os proporciona. Si preferís la
libertad, el mejoramiento económico, la
dignificación de la ciudadanía, la vida activa del
hombre
dueño de sí mismo, venid al Partido
Liberal.

REFORMA, LIBERTAD Y JUSTICIA.

CAPITULO SEIS

EL
REVOLUCIONARIO

El 30 de septiembre de 1905 se construyó en San
Luis, Missouri, la Junta Organizadora del Partido Liberal
Mexicano. Una de sus resoluciones fue que "los ciudadanos
mexicanos que estén de acuerdo con las ideas de este
manifestó y anhelan la libertad de la Patria,
construirán en las poblaciones en que residan,
agrupaciones secretas que estarán en comunicación con la Junta".

A lo largo y ancho de México se organizaron
grupos, simpatizantes y militares del Partido Liberal Mexicano,
dirigidos por los magonistas desde los Estados Unidos. A
través de una copiosa correspondencia, de la
publicación y distribución del órgano informativo
y de una colaboración económica, se
construyó una res informativa que tuvo cinco frutos de
gran trascendencia para la Revolución Mexicana, que
estallaría en todo el país en 1910. nos referimos a
los armados de 1906 y 1908 y, sobre todo, a la redacción y
difusión en todo México del programa del Partido
Liberal Mexicano, así como la publicación de
Regeneración.

Cockcroft escribe que , de 1906 a 1908, una serie de
huelgas masivas tuvieron lugar en Cananea, Sonora, Río
Blanco, Veracruz, San Luis Potosí y en varios centros
mineros e industriales del norte de México. La principal
fuerza
política detrás de estas huelgas era el partido
Liberal Mexicano.

Las semillas de rebeldía diseminadas por
Regeneración desde 1900, pronto comenzaron a
germinar en los cerebros proletarios.

Las huelgas laborales no sólo reflejaron un
sentimiento nacional, antiextranjero y antipatronal en los
obreros, sino también sirvieron para advertir a los
consejeros del dictador Díaz del desarrollo de la revuelta
desde abajo, desde la clase explotada. Además, las huelgas
proporcionaron la fuerza social y el estímulo
político para la revuelta del Partido Liberal Mexicano, en
1906-1908.

Que estas huelgas fueron consideradas como una seria
amenaza al sistema económico y político del
porfiriato, lo indica la rapidez con que las tropas federales de
México y los "voluntarios" yanquis se apresuraron a
reprimirlas.

Salvador Hernández Padilla, en su libro que
citamos líneas atrás, relata, en forma amplia y
documentada, la represión militar que utilizó el
porfiriato para aplastar sangrientamente, las dos gloriosas
epopeyas huelguísticas de Cananea y Río
Blanco.

Un mes antes de que se publicara el programa del Partido
Liberal Mexicano, es decir, el 1 de junio de 1906, estalló
el primer gran disturbio en Cananea, cuando miles de obreros
hicieron un paro en la compañía, cuyos propietarios
eran estadounidenses.

El disturbio estalló por el aumento de salarios
garantizados a los estadounidenses, pero no a los mexicanos. Los
obreros mexicanos, que eran mayoría, abandonaron el
trabajo para demandar jornadas de ocho horas, salario
mínimo y la introducción del sistema de méritos
que desplazara la práctica discriminatoria de
contratación.

Un incidente a tiros en el patio de la
compañía, en el cual perecieron tres mexicanos y
dos estadounidenses, provocó dos días de motines.
Durante estas primeras cuarenta y ocho horas, los rurales
mexicanos, los gendarmes y soldados irrumpieron desde sus
guarniciones de la frontera norte y Cananea. Respondiendo al
urgente llamado del gerente de la
compañía, Mr. Greene, aproximadamente 275 yanquis
voluntarios armados llegaron desde Naco, Arizona. La
participación de fuerzas militares yanquis, unidas al
ejercito mexicano, para ejecutar el genocidio de los proletarios
sonorenses, era parte del plan de
cooperación que ambas burguesías, la mexicana y la
yanqui, había estado realizando desde 1904, cuando los
magonistas llegaron a Estados Unidos. La violación de la
correspondencia, la vigilancia policíaca y el
encarcelamiento de los revolucionarios, eran otros componentes de
ese plan conjunto para tratar de aplastar el movimiento liberal
contra la tiranía de Díaz.

Cockcroft dice que el embajador de Estados Unidos en
México Mr. Thompson, después de hablar con el
tirano, le escribió al Secretario de Estado del gobierno
yanqui, Mr. Root, diciéndole que el Presidente Porfirio
Díaz, quien consideraba los disturbios de Cananea como
parte de una revolución del Partido Liberal Mexicano,
"recibiría con gusto la ayuda de los soldados federales
norteamericanos".

Todavía el 6 de junio, se escuchaban disparos
intermitentes en Cananea. Cerca de dos mil soldados mexicanos
reprimieron la huelga, y dejaron un saldo de casi cien obreros
mexicanos muertos e innumerables heridos. También hubo
seis estadounidenses muertos.

El gobernador militar de Sonora, esa misma fecha,
amenazó con la leva militar a dos mil mineros huelguistas:
enviarlos a pelear contra los indios yanquis, rebeldes en el sur
de Sonora, si no regresaban al trabajo. Pocos días
después, la huelga terminó.

Cockcroft afirma que no hay duda alguna de que la
agitación del PLM desempeñó un papel
importante, durante varios meses anteriores al disturbio. La
Unión Liberal Humanidad de Cananea, fundada por los
dirigentes huelguistas Baca Calderón, Manuel M.
Diéguez, Francisco M. Ibarra, para apoyar al PLM,
distribuyó propaganda de ese partido y contribuyó a
la concientización social y política de los obreros
mineros.

Regeneración , del PLM, fue el primer
periódico que dio la noticia de la intervención
norteamericano con el añadido de:

¡INVASIÓN DEL TERRITORIO
NACIONAL!

¡TRAICIÓN!

¡El dictador ha perdido que los pies de las
legiones extranjeras pisoteen nuestro suelo y rompan
nuestras humanidad!

El embajador Thompson envió al departamento de
Estado una serie de mensajes que urgían a la rápida
represión del PLM y de Regeneración en los
Estados Unidos. Regeneración, añadía
el embajador, está haciendo propaganda a favor del
"anarquismo", de la revolución. En respuesta, tropas de
caballería de los Estados Unidos fueron enviadas a la
frontera de Sonora con Arizona y se mantuvieron allí hasta
después de la revuelta de 1906.

Una vez reprimida militarmente la huelga de Cananea, los
magonistas decidieron levantarse en armas contra la
tiranía porfirista.

Tanto en términos ideológicos como de
preparación militar, el PLM aportó contribuciones
claves en el desarrollo de la revolución de
1910-17.

Aunque no tuvieron éxito en el derrocamiento de
la dictadura porfiriana, las revueltas del PLM de 1906 y 1908
ayudaron a socavar su régimen. Los militares armados del
PLM obtuvieron valiosas experiencias en el campo de batalla, que
habían de ser útiles en la lucha contra la
dictadura que estalló a fines de 1910.

Las revueltas de 1906 y 1908 buscaron cumplir el
programa del PLM, con especial hincapié en el Código
Laboral y en la restitución de las propiedades comunales
de los campesinos desposeídos.

Una condición especial de los insurrectos fue que
no depondrían sus armas "hasta el triunfo de la
revolución". Esta condición también la
enarbolarían, más adelante, los zapatistas ante
Madero, a quien consideraban traidor a la
Revolución.

La revuelta de 1906 fracasó porque el gobierno de
Díaz tuvo noticias de los planes de PLM antes de que
entrara en acción. El gobierno utilizó un eficiente
sistema de espionaje, que incluía los servicios de la
detectives de la Agencia Pinkerton, incursiones en el cuartel
general del PLM y la intercepción constante del correo del
partido, hecha por el cónsul de San Luis, Diebolds, con la
colaboración de las autoridades de los servicios postales de
los Estados Unidos.

El primer levantamiento fue planeado para el 16 de
septiembre de 1906, pero fue pospuesto cuando los dirigentes del
PLM se enteraron de que el gobierno de Díaz estaba
enterado de la fecha.

Lo que retrasó también la revuelta fue el
arresto de Librado Rivera y la destrucción de
Regeneración en San Luis, el 15m de septiembre, por
las fuerzas combinadas del Departamento de Justicia de los
Estados Unidos, los funcionarios de inmigración y los
detectives de Pinkerton.

Arizona, Texas y Veracruz fueron los principales centros
de dirección para este primer levantamiento.

A nombre del PLM, Ricardo escribió instrucciones
de rebeldía para armar a los trabajadores de Cananea,
confiscar las armas de Greene, apoderarse de las aduanas en Agua
Prieta y Nogales, conferenciar con los líderes yanquis y
atraer a los soldados.

El 4 de septiembre de 1906, guardas de Arizona
invadieron los hogares de los miembros del PLM en Douglas, Mowry
y Patagonia. Los
guardias confiscaron el periódico El
Demócrata
del PLM, descubrieron los escondites de
armas y arrestaron a 15 rebeldes.

El 2 de septiembre, Ricardo y Juan Sarabia llegaron a El
Paso, Texas, donde coordinaron los planes para el levantamiento
con Antonio I. Villarreal, César E. Canales, Prisciliano
G. Silva, el profesor Lauro Aguirre y otros miembros del PLM que
operaban a lo largo de la frontera.

El 26 de septiembre, Juan José Arredondo y
León Ibarra, con otros 30 rebeldes, tomaron la plaza
principal de Jiménez, Coahuila, cortaron las principales
líneas de teléfono y se apoderaron del tesoro del
pueblo. Sin embargo, las tropas federales irrumpieron en la
escena y dispersaron a los rebeldes, en el que fue primer
derramamiento de sangre del
levantamiento armado.

Cockcroft cuenta que el segundo ataque ocurrió en
Acayucan, Veracruz, del 30 de septiembre al 3 de octubre de 1906.
más de mil hombres se levantaron en armas. El comandante
del PLM, Hilario C. Salas, dirigió la primera carga sobre
Acayucan, con aproximadamente 300 indios a su mando. Salas fue
herido en la pierna y se vio obligado a retirarse con sus tropas.
Cerca de esa población se produjeron ataques
similares ¾
al grito de "¡Muera Porfirio Díaz!" y
"¡Viva el Partido liberal!" ¾ de los miembros del PLM y de
indios campesinos contra Chinameca, Minatitlán e
Ixhuatlán, pero fueron rechazados por las tropas
federales. Los rebeldes que no fueron capturados ni muertos en
batalla, ni enviados a San Juan de Ulúa o ejecutados,
huyeron a la sierra de Soteapan para reagruparse.

Un tercer levantamiento de PLM ocurrió cerca de
Camargo, Tamaulipas, a mediados de octubre, cuando Jesús
M. Rengle y otros militantes del PLM lucharon contra las tropas
del ejército de Reserva y contra los Rurales. Los rebeldes
fueron rechazados y fueron a extenderse a todo lo largo de la
frontera de Texas y Tamaulipas.

El objetivo más importante del PLM era Ciudad
Juárez, Chihuahua. Cuatro años y medio más
tarde, la posesión de esta ciudad por los maderistas
precipitó la salida de Porfirio Díaz de
México.

El intento fracasó debido a que agentes secretos
informaran el gobernador y la traición de un ex miembro
del Club Liberal "Ponciano Arriaga", quien logró que
arrestaran a tres de los dirigentes: Sarabia, Canales y Vicente
de la Torre.

Al mismo tiempo, al otro lado de la frontera, en el
Paso, las autoridades de inmigración de los Estados Unidos
y los detectives de la Pinkerton arrestaron a Antonio L.
Villarreal, Lauro Aguirre, José Cano y a un buen
número de rebeldes.

Solamente Ricardo y Modesto Díaz lograron escapar
de El Paso. Las autoridades de los estados Unidos asaltaron el
cuartel general del PLM y se apoderaron de muchos documentos
comprometedores. De este modo, los nombres de los colaboradores
del PLM y de los suscriptores de Regeneración de
todos los Estados de México, fueron descubiertos y
transmitidos a todos los funcionarios y policías del
gobierno mexicano y del estadounidense.

Los grupos armados del PLM en todo Chihuahua fueron
rápidamente derrotados o dispersados. Una copiosa
correspondencia entre el gobernador Creel y el presidente
Díaz daba noticias de continuos arrestos en todo
México.

El segundo fruto de la cosecha revolucionaria,
después de la represión militar mexicana- yanqui de
la huelga de Cananea, fue la huelga nacional textil cuyo centro
se encontraba en Río Blanco, Veracruz. Regeneración
y el programa del PLM fueron sembrados en todo México,
pero los dos frutos más valiosos para la revolución
brotaron en Cananea y Río Blanco.

Cockcroft nos dice que Manuel Ávila mostró
el programa del PLM a los obreros textiles de Veracruz. El
agitador liberal José Neira, de Río Blanco, amigo
de Camilo Arriaga, mantuvo contacto con el PLM. Neira
ayudó a fundar el semanario de los trabajadores textiles
de Río Blanco, La Revolución
Social
.

Cuando los patrones redujeron salarios en noviembre de
1906, los obreros textiles fueron a la huelga (4 de diciembre de
1906). Este movimiento fue apoyado por militantes del
PLM.

Abraham Trujillo, obrero consciente, el 7 de diciembre
dirigió una manifestación callejera y
proclamó la necesidad en México de una tercera
revolución, considerando que las anteriores fueron la
Independencia
y la Reforma.

Al mismo tiempo, los trabajadores poblanos lanzaron un
código laboral detallado, que claramente reflejaba la
influencia del programa del PLM.

Los patrones respondieron tomando represalias el 22 de
diciembre, con el cese de entre 20 mil y 30 mil trabajadores en
esa zona de Orizaba.

El dictador Díaz, el 4 de enero de 1907,
pronunció un laudo afirmando que no se permitirían
más huelgas en México, que todos los obreros
textiles de Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Jalisco
y el Distrito Federal regresaran a sus trabajos el 7 de
enero.

Los obreros obedecieron, menos en Río Blanco,
donde se produjo un incidente en la tienda de raya.

Durante un forcejeo, obreros irritados mataron a un
empleado; segundos más tarde la tienda estaba en llamas.
Las tropas federales corrieron al sitio y dispararon contra un
puñado de obreros que ocupaban el palacio municipal.
Muchos obreros huyeron a Nogales, Veracruz, donde fueron de nuevo
atacados por las tropas.

El cónsul general de los Estados Unidos en la
Ciudad de México telegrafió al Departamento de
Estado de su país para informar que la situación en
Orizaba era grave; había ya 49 muertos; que el
Subsecretario de Guerra iba a ese lugar, que una gran fuerza de
tropas federales se dirigía hacia el escenario del
disturbio y que la prensa de aquí, subsidiada casi en su
totalidad, ha recibido instrucciones específicas de no dar
noticias acerca de la gravedad de la situación.

Los obreros que habían escapado de la matanza
escuchando el triste tañido de muerte en Río
Blanco, decidieron regresar para recoger los cuerpos de sus
muertos. Fueron atacados en el camino por refuerzos federales,
quienes dispararon sobre los trabajadores desarmados que
avanzaban. Hubo un número indeterminado de muertos, todos
obreros textiles, durante la más sangrienta matanza de la
dictadura porfirista.

El de 1908 fue el segundo levantamiento contra la
tiranía porfirista burguesa.

Pero, tanto del primer levantamiento de 1906 como de
este segundo, el gobierno mexicano se enteró con
anterioridad y con la ayuda del gobierno de Estados Unidos, los
aplastó sangrientamente.

El segundo brote armado estaba planeado para septiembre
de 1907, pero el arresto de Ricardo, Librado Rivera y Antonio J.
Villarreal en Los Ángeles, en agosto de 1907, hizo que se
pospusiera.

Los miembros del PLM acordaron dedicar sus recursos
económicos a la defensa legal de sus líderes ya
reunir más armas y más apoyo popular que en 1906,
en contra del ejército mexicano, más poderoso, de
las patrullas fronterizas estadounidenses y de una vasta red de espionaje.

En virtud del segundo levantamiento, el 23 de junio de
1908, las autoridades de El Paso irrumpieron en la casa de
Prisciliano G. Silva y confiscaron más de tres mil
cartuchos de municiones.

Entre los documentos sustraídos estaba una
extensa carta de Ricardo
a su hermano Enrique, fechada 7-9 de junio de 1908, donde se
exponen los planes detallados para la rebelión en casi
todos los Estados de la República.

Planes adicionales del PLM fueron descubiertos en Casas
Gran- des, Chihuahua. Una redada del gobierno en ese lugar, el 18
de julio, propició la captura de 20 rebeldes del PLM y una
cantidad de documentos comprometedores. Tan rápida
acción del gobierno, repetida en otros Estados de la
República, impidió al PLM hacer su levantamiento a
nivel nacional.

El primer hecho de armas ocurrió el 24 de junio
en Viesca, al sur de Coahuila, cuando los rebeldes lanzaron un
ataque armado a los gritos de "iViva la revolución! iViva
el Partido Liberal!"

Los rebeldes asaltaron las oficinas del gobierno
municipal, la casa del jefe político y la sucursal del
banco de Nuevo
León. Por un breve periodo tuvieron el control del pueblo,
pues en uno o dos días llegaron tropas federales
suficientes para recuperar el pueblo.

El 26 de junio, un grupo de rebeldes del PLM, en Las
Vacas, Coahuila, atacó la guarnición militar.
Después de sufrir considerables bajas, los rebeldes se
retiraron. El 30 de junio y el primero de julio, hubo tiroteos en
las calles de Palomas, Chihuahua. Cincuenta rebeldes se
levantaron en Casas Grandes y, al ser rechazados, se dirigieron a
Palomas.

El PLM fue aplastado; los que no fueron muertos
anduvieron por el desierto cercano durante días antes de
encontrar refugio en los Estados Unidos. Similares derrotas
sufrió el PLM en los Hornos, Matamoros, y en Sierra de
Jimulco, Coahuila.

En Baja California, un pequeño contingente del
PLM atacó Mexicali y luego se movió tierra adentro.
En Sonora, los indios yanquis rebeldes, encabezados por
Palomares, se limitaron básicamente a combatir en las
montañas. Más tarde Palomares fue
arrestado.

En el Estado de Veracruz, en donde muchos campesinos se
habían levantado en 1906, los planes del PLM fueron
desbaratados. Los arres- tos ordenados por el gobierno frustraron
una nueva revuelta planeada para Orizaba y otras
localidades.

Debido a semejante trastorno, las comunicaciones
entre los miembros del PLM se interrumpieron en todo
México. Reinó la confusión total entre los
revolucionarios.

Mientras tanto, el Procurador General de los Estados
Unidos ordenó que los altos dirigentes del movimiento,
Ricardo, Rivera y Villarreal, confinados en la cárcel del
condado de Los Ángeles, California, desde fines de 1907,
fueran incomunicados.

Las tropas estadounidenses fueron reforzadas a lo largo
de la frontera de 1908 a 1910. Tales precauciones, junto con
más arrestos de dirigentes del PLM, obligaron a los
rebeldes a diferir los planes de futuros levantamientos armados y
mantener la clandestinidad y la guerra de guerrillas hasta el
resurgimiento de unidades de combate en la insurrección
armada nacional de 1910, convocada por los
maderistas..

CAPÍTULO SIETE

EL
ANARQUISTA

Librado Rivera, el más fiel y constante de los
camaradas de Ricardo, en el prólogo al libro Ricardo
Flores Magón, el apóstol de la Revolución
Mexicana, de Diego Abad de Santillán, dice que ya en 1900
Ricardo conocía La conquista del pan y La filosofía
anarquista de Pedro Kropotkin; había leído a
Bakunin, las obras de Juan Grave, Enrique Malatesta y
Máximo Gorki, a quienes respetaba como sus maestros y por
los cuales sentía especial predilección.

Rivera, en ese mismo prólogo, reconoce que no hay
partido político que lance vivas muy altas a la
anarquía y haga especial propaganda de la belleza de ese
ideal, como lo hizo Regeneración.

Desde temprana edad las ideas anarquistas habían
tenido cariñosa aceptación en la mente de Ricardo.
Debido a su iniciativa, en 1902 se publicó en Vesper parte
de La conquista del pan, de Pedro Kropotkin.

En 1906, Ricardo asistió a las conferencias de
Emma Goldman en San Luis Missouri. En esa misma ciudad, Ricardo
conservó estrecha amistad con un grupo anarquista ruso y,
en especial, con Florencio Bazora, un anarquista español
que tuvo para con Ricardo un cariño de hermano.

Bazora contribuyó mucho a fomentar la
campaña de propaganda revolucionaria, ayudando con su
dinero, vendiendo Regeneración y colectando fondos
para la vida del periódico.

Florencio comprendía cuáles eran los fines
de Ricardo: trabajar en el seno del Partido Liberal para
difundir, en el pueblo mexicano, los hermosos ideales
anarquistas.

Librado dijo que Ricardo odiaba, desde joven, toda
tiranía y todo gobierno. Cuando los miembros armados del
PLM solicitaban que la junta los nombrara jefes, Ricardo era el
primero en rechazar tal sugerencia, pues contestaba en todas esas
ocasiones que los mismos grupos tenían que nombrar sus
jefes de entre ellos mismos, o quitarlos cuando así lo
juzgaran conveniente. "La junta no iba a convertirse en gobierno
central; nombrando jefes que, a la postre, se conviertan en
tiranos de sus mismos hermanos", decía Ricardo.

Líneas atrás, hemos visto que,
según Cockcroft, fue Camilo Arriaga quien le dio a leer a
Ricardo obras de Proudhon, Marx, Engels, Bakunin, etc.

Santiago R. de la Vega reconoció que fue Camilo
quien puso en las manos de Ricardo y demás jóvenes,
libros de Marx, Kropotkin y toda la biblioteca anarquista de la
Librería Stoock.

Las obras de los anarquistas europeos también se
podían adquirir en San Luis Potosí y otras ciudades
de México, gracias al esfuerzo de edición y
distribución de la casa española Editorial
Maucci.

Al final del siglo XIX, Maucci, rico idealista con
tendencias anarquistas, instaló una imprenta en
México. El interés de
Maucci en el anarquismo fue la principal causa de su amistad con
Ricardo, amistad iniciada en 1900-1901, cuando, como presidente
del Comité Liberal de Estudiantes de San Luis
Potosí, invitó a Ricardo a asistir al Primer
Congreso Liberal de febrero de 1901.

Antonio Díaz Soto y Gama veía este primer
Congreso como una excelente fachada, detrás de la cual
él y otros jóvenes radicales podían
desarrollar sus ideas anarquistas y socialistas. .

Cockcroft afirma que, en el Primer Congreso Liberal, fue
natural para Librado Rivera hacerse amigo de Ricardo y de Soto y
Gama, con quienes había tenido correspondencia o
conversaciones previas. Los tres hombres eran entusiastas de las
ideas anarquistas e hicieron buen uso de la colección
bibliográfica de Arriaga.

A mediados de marzo de 1903, en el interior de la
cárcel de Belén, Ricardo, su hermano Enrique, Juan
Sarabia, Librado Rivera, Cravioto, De la Vega, De la Hoz,
Rosalío Bustamante y Martínez Valadés, se
pusieron de acuerdo en ocultar su anarquismo revolucionario,
derivado de Bakunin. Decidieron que las palabras "socialismo" y
"anarquismo", motivo de espanto para el medio general dominante,
no debía ser utiliza das en el Programa del Partido
Liberal Mexicano, el cual, al principio, sería de
carácter amplio y no demasiado amenazante en las
cuestiones agrarias y obreras, para mantener el interés de
los liberales.

También planearon que, después de salir de
la prisión, irían a los Estados Unidos a continuar
la publicación de Regeneración, y
constituirían un programa de demandas económicas y
sociales para los obreros y campesinos. Después
organizarían a los militantes del PLM en células
revolucionarias armadas. De fracasar en el primer levantamiento,
acordaron "insistir una y mil veces hasta que el movimiento se
generalizase".

Finalmente, decidieron que su grupo propagaría,
cada vez en forma más abierta, la implantación del
"socialismo libertario", ahorrándose "el período de
transición de los socialistas estatales". Esto
constituyó una importante concesión al anarquismo
de Ricardo, quien estaba perfilándose como un prominente
dirigente del movimiento.

Fue en marzo de 1904 cuando, debido al anarquismo de
Ricardo, Arriaga planteó sus diferencias acerca de la
dirección del movimiento.

Aunque profundas diferencias ideológicas y
sociales subyacían en la división de Flores
Magón-Arriaga, ninguno de los liberales deseaba que ese
problema se hiciera notar, y menos en un período tan
temprano de la lucha contra la tiranía.

A principios de 1905, Arriaga consiguió que
Madero prestase dos mil dólares para la publicación
de Regeneración.

A pesar del interés de Madero por trabajar con
Ricardo, profundas diferencias ideológicas los separaban,
como veremos más adelante.

Cuando Ricardo hizo público su anarquismo, no
sólo se separó de Arriaga sino que logró la
definición política del hacendado burgués
Madero. En octubre de 1905, en El Colmillo del Pueblo, Ricardo
calificó a Arriaga de virtual traidor. Sin embargo, el
anarquismo de Ricardo fue moderado por Juan Sarabia, asistido por
Arriaga, durante la redacción final del programa del
PLM.

Cockcroft afirma que tanto Práxedis Guerrero como
Ricardo y la mayoría de los dirigentes del PLM se
adhirieron más abiertamente al anarquismo durante el
periodo de 1906-1909.

El primero de junio de 1907, el PLM empezó
a publicar Revolución, sucesor de
Regeneración, en Los Ángeles, Califonia. Al
exhortar a la ocupación de tierras, el
antiparlamentarismo, el levantamiento armado revolucionario por
el programa del PLM y una guerra de los pobres contra los
ricos, "los artículos de Ricardo se volvía cada vez
más explícitos, cada vez más anarquistas". A
principios de ese mismo año, ya aparecían
regularmente selecciones de las obras de Kropotkin en la
página posterior de Revolución.

Cockcroft asegura que la víspera del segundo
levantamiento arma- do ( 1908), una mayoría de la Junta
Organizadora del PLM, encabezada por Ricardo, Enrique, Rivera y
Guerrero, acordó, secretamente, inclinar el movimiento al
anarquismo.

El 13 de junio de 1908, Ricardo escribió una
carta a su hermano Enrique y a Práxedis Guerrero, donde
les informaba que Librado Rivera está de acuerdo con el
contenido de ella:

Como anarquistas sabemos bien todo esto. Sabemos bien
lo que hay que esperar del mejor gobierno que pueda pasar sobre
cualquier pueblo y como anarquistas, debemos poner todo lo que
esté a nuestro alcance para que la revolución, que
está en vísperas de estallar; dé al pueblo
todos los beneficios que sean posible
conquistar:..

Todo se reduce a mera cuestión de táctica.
Si desde un principio nos hubiéramos llamado anarquistas,
nadie, a no ser unos cuantos, nos habían escuchado. Sin
llamarnos anarquistas, hemos ido prendiendo en los cerebros,
ideas de odio contra la clase poseedora y contra la casta
gubernamental. Ningún partido liberal en el mundo tiene
las tendencias anticapitalistas del que está
próximo a revolucionar en México, yeso se ha
conseguido sin decir que somos anarquistas, y no lo
habríamos logrado aunque nos hubiéramos titulado no
ya anarquistas. Todo es, pues, cuestión de
táctica.

Debemos dar las tierras al pueblo en el curso de la
Revolución,. de ese modo no se engañará
después a los pobres. No hay un solo gobierno que pueda
beneficiar al pueblo contra los intereses de la burguesía.
Esto lo saben bien ustedes como anarquistas… debemos dar
posesión al pueblo de las fábricas, las minas,
etc… Para no echamos encima a la nación entera, debemos
seguir la misma táctica que hemos ensayado con tanto
éxito,. nos seguimos llamando liberales en el curso de la
Revolución, pero en realidad iremos propagando la
anarquía y, ejecutando actos anárquicos, iremos
despojando a los burgueses y restituyendo al
pueblo…

Creo que es necesario que vengan muchos anarquistas
para que aleccionen al pueblo. Además, es bueno hacer
reimprimir folletos y libros anarquistas para que sean repartidos
por millones…

Sé que de escoger dos caminos para las
expropiaciones, la junta puede decretarlas, o bien los obreros
pueden consumarlas, y este caso me parece el mejor; porque
disfraza muy bien el carácter anarquista de la Junta. No
tenemos mas que aprobar hechos consumados. Para seguir esta
última táctica hay necesidad de hacer una gran
agitación entre los obreros, repartirles folletos, libros,
meter entre ellos agitadores anarquistas…, la cuestión
es traerse, una vez comenzada y formalizada la revolución,
un gran número de compañeros de Europa, a fomentar
en México la publicación de muchos
periódicos anarquistas…, sólo los anarquistas van
a saber que somos anarquistas, y les aconsejaremos que no nos
llamen anarquistas, para no atemorizar a tanto imbécil que
en el fondo de la conciencia abriga
ideales como los nuestros, pero sin saber que son ideales
anarquistas, pues están acostumbrados a oír hablar
de los anarquistas en términos
desfavorables.

El siguiente documento anarquista sería el
Manifiesto del 23 de septiembre de 1911, pero antes de analizarlo
relataremos, brevemente, los hechos ocurridos entre magonistas y
maderistas.

Capítulo Ocho Magonistas y
maderistas

El cisma Flores Magón-Camilo Arriaga de
1904-1905, presagió las diferencias políticas de
los magonistas y maderistas durante 1906- 1910.

La división en el seno de los liberales se
debió a la radicalización hacia la izquierda de la
ideología y de los planteamientos
políticos, así como el llamamiento a la
insurrección armada, por parte de los magonistas,
encabezados por Ricardo.

Esta radicalización tuvo sus frutos en la
fundación del Partido Liberal Mexicano (1905), con la
influencia de las huelgas de Cananea y Río Blanco y con
los levantamientos armados de 1906, 1908 y 1910.

La tendencia reformista de Camilo Arriaga, en 1906, fue
ocupada y encarnada por el movimiento maderista.

Mientras los nuevos reformistas planteaban demandas
puramente políticas, con medios
pacíficos y legales, cuyo fin era sustituir la
tiranía porfirista por un nuevo sistema político
"democrático" –es decir, perpetuar el capitalismo en
nuestro país, los magonistas, desde 1905, comenzaron a
organizarse militarmente para derrocar, con las armas, el sistema
capitalista e instaurar una sociedad sin propiedad privada, sin
ricos ni pobres y sin gobierno. Una sociedad en que la tierra,
las fábricas y todas las riquezas estuviesen en manos de
sus propios creadores: los trabajadores del campo y la
ciudad.

Cuando los magonistas estaban listos para levantarse en
armas en 1906, Madero rehusó proporcionar armas a los
miembros del PLM, alegando que "el general Porfirio Díaz
no es un tirano: es algo rígido pero no un tirano, y
aún cuando fuera un tirano, yo nunca prestaré
ninguna ayuda para hacer una revolución, pues tengo horror
por el derramamiento de sangre".

Madero creía que los problemas de México
eran fundamentalmente políticos y no económicos.
Durante su campaña presidencial de 1910, se opuso a las
Leyes de Reforma, afirmando que violaban la libertad
política y que los intereses religiosos no eran una
amenaza para México.

A los trabajadores de Orizaba y San Luis les dijo que no
les estaba ofreciendo aumentar los salarios ni disminuir las
horas de trabajo, "sino libertad, porque la libertad os
servirá para conquistar el pan…, el pueblo no pide pan,
pide libertad".

En tanto, los magonistas sufrieron 10 años
persecuciones, cárceles, destierro y muertes, los
maderistas, con su lucha legal y pacífica, solo dos
años ( 1909-1910) experimentaron la represión
porfiriana.

En agosto de 1910, Ricardo, Librado Rivera y Antonio I.
Villarreal salieron de la cárcel de Arizona y se
trasladaron a Los Ángeles, California, a reanudar la
publicación de Regeneración. Durante ese
otoño este periódico hizo hincapié en las
metas socioeconómicas radicales propuestas por los
revolucionarios del PLM y en la necesidad de la violencia
arma- da para lograr esos fines.

Desdeñoso del electorerismo pacífico de
Madero, Regeneración del 3 de septiembre
expresó: "Nuestras boletas electorales van a ser las balas
que disparen nuestros fusiles". Tres semanas después, el
órgano magonista proclamó el lema de los
anarquistas: TIERRA y LIBERTAD.

El 8 de octubre, el PLM aseguró que México
estaba comprometido en una guerra de clases y que la reforma
política maderista no sólo era inadecuada, sino
también "un crimen, porque el mal que aflige al pueblo
mexicano no se cura con quitar a Díaz y poner en su lugar
a otro hombre".

Cinco días antes del levantamiento maderista, la
Junta del PLM publicó un manifiesto exhortando a sus
militantes a aprovecharse de ese levantamiento
reformista.

El manifiesto advertía que Madero representaba
"al partido con- servador", y recomendaba a los miembros del PLM
no hacer causa común con el movimiento personalista de
Madero. También se declaraba que la Junta no había
celebrado, ni podía celebrar, pacto alguno con los
antirreeleccionistas de Madero.

El 3 de enero de 1991, en el documento, "Instrucciones
generales" a los revolucionarios del PLM, la Junta de 1908
hacía hincapié en que la revolución estaba
dirigida contra los tiranos y la rapacidad de los explotadores
capitalistas cualquiera que sea la raza a que pertenezcan. Se
autorizaba la colaboración con las fuerzas de Madero
durante el combate, pero se reiteraban las diferencias
básicas de los dos movimientos.

Cockcroft escribe que después de febrero de 1911,
las victorias militares de los antiporfiristas se expandieron por
todo México con gran rapidez. Magonistas, maderistas y
zapatistas luchaban contra el ejército
porfirista.

De todos esos grupos, solamente el PLM tenía la
experiencia, las armas y los combatientes fogueados por la lucha
militar desde hacía ya cinco años.

La historia sólo narra las batallas realizadas
por los maderistas. Sin embargo,10s datos disponibles
revelan que la facción maderista no tuvo éxito en
sus fases iniciales. En cambio, el PLM proporcionó
hombres, armas y victorias militares en el periodo de noviembre
de 1910 a febrero de 1911, lo cual ayudó a mantener el
ímpetu del movimiento armado contra la
tiranía.

Muchos de los orozquistas dirigidos por Pascual Orozco,
hijo, que también obtenían triunfos militares,
provenían del PLM. Frecuentemente, los dos grupos
(maderistas y orozquistas) actuaron juntos.

Antes de febrero de 1911, victorias significativas del
PLM ocurrieron en Veracruz, Chihuahua y Baja
California.

El 29 de enero de 1911, Mexicali, capital de Baja
California, cayó en manos de los militantes armados del
PLM. Ésta fue la victoria mayor contra Porfirio
Díaz en el campo de batalla hasta ese momento; el PLM
dominó todo el resto del norte de Baja
California.

La tiranía, con el fin de difamar y restar
influencia política a los magonistas, acusó al PLM
de estar controlado por intereses filibusteros
"yanquis".

Los historiadores oficiales, escribanos de los
vencedores, no mencionan las relaciones políticas y
militares que existieron entre magonistas y
orozquistas.

Michael C. Meyer, en su biografía de Pascual
Orozco, hijo, afirma que Práxedis a. Guerrero, dirigente y
teórico magonista, fue el principal contacto entre la
Junta del PLM y el grupo orozquista. En diciembre de 1910, Orozco
mandó a los Estados Unidos un enviado a solicitar
elementos de combate a Ricardo Flores Magón. A mediados de
enero de 1911, los dos principales comandantes del campo de
batalla en Chihuahua fueron Orozco y Luis García,
éste último miembro del PLM, y coopera- ron el uno
con el otro. En el norte y en el oeste, cientos de soldados del
PLM, al mando de José de la Luz Blanco,
estaban ganando escaramuzas guerrilleras entre Sonora y
Chihuahua, frecuentemente en colaboración con las tropas
de Orozco.

El ataque de Orozco del 8 al 10 de mayo de 1911 sobre
Ciudad Juárez, lo realizó desobedeciendo
órdenes de Madero. Este ataque precipitó la
rendición y huida de Porfirio Díaz de
México. Durante toda la campaña contra el tirano,
el ejército de Orozco fue el arma más efectiva de
Madero. Los combates de Orozco con frecuencia se produjeron con
la ayuda de veteranos del PLM.

Más tarde, Enrique y Jesús Flores
Magón afirmaron que un número considerable de
héroes del movimiento armado habían sido miembros
del PLM.

Después de leer la lista de los magonistas que
participaron en el movimiento armado de 1910, ya no puede
afirmarse, como lo hacen los sacerdotes de la ideología
oficial, de que los seguidores de Ricardo eran únicamente
"precursores" de ese movimiento bautizado por la ideología
burguesa mexicana como "Revolución de 1910".

Partes: 1, 2, 3
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