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Seguridad Ciudadana y Neoliberalismo (página 4)




Enviado por Abraham Omonte Rivero



Partes: 1, 2, 3, 4

723

-533

Menores y familia

1.132

919

-213

924

5

814

-110

1270

456

Económico – financieros

984

1.219

235

1.169

-50

1.246

77

1.839

593

Corrupción pública

100

124

24

167

43

201

34

183

-18

Crimen organizado

15

24

9

20

-4

28

8

44

16

Operaciones especiales

25

41

16

17

-24

28

11

25

-3

Total

4.452

4.923

471

5.030

107

5.685

655

5.695

10

Nota: El incremento refleja la cantidad de casos
adicionales que se presentaron con relación a la
gestión anterior (por ejemplo de 1996 con relación
a 1995).

Fuente: Policía Técnica
Judicial. Div. de Planeamiento y Operaciones
Estadísticas.

Elaboración: Propia. Agosto –
2000.

Como puede apreciarse en el Cuadro 7, durante los
últimos 5 años la ciudad de El Alto sufrió
un incremento considerable en la tasa delincuencial en general.
Particular atención merece el incremento de casos en la
División Económico Financieros, que solo
presentó un decremento (gestión 1997) de -50 casos,
pero que en líneas generales mantuvo siempre una tendencia
al incremento. Si bien otras divisiones mostraron un comportamiento
oscilante, la tendencia general fue el incremento. También
se debe considerar que muchos delitos (por ejemplo los cometidos
contra menores de edad o contra la mujer) no
llegan a ser reconocidos oficialmente, tomando en cuenta los
denominados "arreglos entre partes" a que se arriba en algunos
puestos policiales, lo cual no es sino otro tipo de
corrupción que ejercen funcionarios policiales no
idóneos.

Especial y separada atención merece el
análisis de la División de Homicidios. El siguiente
cuadro muestra la comparación entre las gestiones de 1995
y 1999.

Cuadro 8

División Homicidios. Comparación entre
las gestiones de 1995 y 1999

Relación de casos atendidos

División

1995

1999

Diferencia

%

Homicidios

465

749

284

61.08

Fuente: Policía Técnica
Judicial. Div. de Planeamiento y Operaciones
Estadísticas.

Elaboración: Propia. Agosto – 2000.

El Cuadro 8 nos muestra un incremento de 284 casos en la
gestión de 1999 con respecto a la de 1995. Esto representa
un 61.08%, lo cual nos indica un serio aumento de la violencia en
todas sus formas. Más allá de ser un delito
tipificado y sancionado por el Código Penal, el homicidio es la
culminación violenta de una vida, y las causas que llevan
a tal situación (suicidio, robo,
etc.) son el síntoma ineludible de un incremento altamente
peligroso de las formas de ejercer violencia. Lamentablemente, se
carece de información detallada sobre las causas de
homicidio. Solo se cuenta con cuadros estadísticos que
detallan las muertes violentas por uso de arma de fuego, suicidio
clasificado por el instrumento de muerte, etc.,
lo cual impide un análisis más detallado de este
aspecto. Sin embargo, las consideraciones arriba indicadas pueden
ser tomadas en cuenta en futuras discusiones. A
continuación, se efectúa un breve recuento de los
diferentes delitos tomados en cuenta, su tipificación y su
sanción establecida en el Código Penal.

6.1.1 Delitos contra
las personas

En sus artículos 251 al 295, el Código
Penal establece sanciones para quienes atentan contra vida, la
seguridad e integridad física, la libertad individual y el
bienestar corporal y psicológico. Entre estos delitos
tenemos el homicidio, el aborto, la
violación, la difamación, la calumnia, las
amenazas, la reducción de la persona a esclavitud, la
tortura y las vejaciones, etc. Las sanciones varían desde
la prestación de servicios personales de 1 mes (en el caso
de amenazas graves, Art. 293) hasta 30 años en el caso de
asesinato o parricidio (Art. 252-253).

6.1.2 Delitos contra
la familia

El Código Penal sanciona los delitos contra la
familia en sus artículos 248 a 250, y el grado de la pena
varía de seis meses a tres años. Los delitos
específicos son el abandono de familia (Art. 248), el
incumplimiento de deberes de asistencia (Art. 249) y el abandono
de mujer embarazada (Art. 250). Otros delitos, como la
agresión física, maltrato a menores u otros, tienen
la sanción acorde a la gravedad del caso según
otras disposiciones legales (de este mismo cuerpo o del
respectivo).

6.1.3 Delitos contra
la propiedad

Son aquellos que atentan contra la propiedad de las
personas o instituciones. Las sanciones se hallan contenidas en
los artículos 326 al 363, y las penas van de un mes, la
más leve, a 15 años (Art. 334, secuestro)
pudiendo este último extenderse a 30 años si del
hecho resultase muerta la víctima del secuestro. Entre
estos delitos pueden señalarse el hurto, el robo, las
extorsiones, las estafas, el abigeato, etc.

6.1.4 Delitos contra
la seguridad del Estado

Estos delitos contemplan aquellos que representan un
riesgo para la seguridad exterior del Estado, por una parte, y
las que conciernen a la seguridad interna, por otro. Los
artículos que determinan las sanciones para esta clase de
delitos van del 109 al 141, y según la gravedad del delito
la pena varía de tres meses a treinta años. Los
delitos más resaltables en este sentido son el alzamiento
armado (con pena de presidio de 5 a 30 años), la
traición a la patria, el terrorismo, la
organización criminal y la instigación
pública a delinquir, entre otros.

6.2 Causas
facilitadoras

La comisión de los delitos señalados en el
subtítulo 6.1 e incisos se ve facilitada y/o acelerada
cuando la causa no es directa y solo predispone. El
propósito de este subtítulo es señalar
brevemente algunas de estas causas.

6.2.1
Miedo

El miedo pude definirse como el estado
psicológico caracterizado por la Perturbación
angustiosa del ánimo por un riesgo o mal que realmente
amenaza o que finge la imaginación. Es también el
recelo o aprensión que uno tiene de que le suceda una cosa
contraria a lo que deseaba. Se puede diferenciar dos tipos de
miedo elementales: el cerval, que es grande o excesivo, y el
insuperable (el que, imponiéndose a la voluntad de uno, le
impulsa a ejecutar un delito; es circunstancia eximente de su
responsabilidad criminal).

6.2.2 La
apatía

La apatía puede definirse como la falta de
sentimiento o emoción; indiferencia afectiva. Puede
conducir a la desidia y la inacción de los ciudadanos que
se sientan indiferentes ante la situación crítica
que vive su sociedad.

6.2.3 La
impunidad

Es la falta de castigo para un delito cometido. En
nuestro medio son frecuentes los encubrimientos y
apañamientos por parte de los poderes del Estado hacia
personas prominentes de la sociedad que hubieran cometido
algún delito. La impunidad resta credibilidad en las
instituciones públicas y la administración de
justicia.

6.2.4 La
corrupción

Numerosos actos que contravienen el derecho y la
economía nacional son cometidos por funcionarios
públicos en el ejercicio de sus funciones. La
jerarquía es el elemento fundamental para medir el
tamaño de la corrupción en potencia.
Numerosas personalidades del ámbito político son
frecuentemente denunciados por sus actos dolosos que constituyen,
en última instancia, una lesión seria a la
economía y la sociedad.

6.2.5
Inversión de valores

Cuando lo malo se hace bueno y lo bueno se vuelve malo a
los ojos de una generación o una sociedad entera, se corre
el riesgo de que se pierda lo erigido por décadas.
Instituciones como la familia y la iglesia, que en un tiempo
determinado fueron respetadas, ven cómo de pronto se
socavan sus cimientos. La codicia, la falta de solidaridad y el
egoísmo son muestras de una paulatina inversión de
los valores
éticos y morales.

6.2.6 Inobservancia
de las leyes

La falta de acatamiento de las leyes es un elemento que
en el mediano plazo provoca la ausencia de respeto a la
autoridad, y el vaciamiento normativo hace inefectiva e
inaplicable la ley.

6.2.7 La
inmoralidad

El desapego a hacer lo bueno acarrea a la pérdida
de valores y la ausencia de respeto a lo instituido.

CAPÍTULO
VII

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

7.1
Conclusiones

La hipótesis del presente estudio, que
señalaba: "La carencia de una Política Estatal
Basada en Principios de Justicia Social y el Bien Común,
constituye el primer factor atentatorio a la Seguridad Ciudadana
constituyéndose de esta manera en un aspecto determinante
de conductas individuales y sociales atentatorias al Derecho" se
comprobó plenamente (Cap. ii y vi). La ausencia de una
política integral de bienestar social que amortigüe
los efectos devastadores del D.S. 21060. Producto del presente
estudio se pudo llegar a las siguientes conclusiones:

La política neoliberal atenta contra la dignidad
y seguridad de las personas. Existen numerosos indicadores que
confirman esta afirmación. Los proporcionados en el
presente documento son apenas una muestra de los devastadores
efectos que tiene una política antipopular como lo es el
D.S. 21060

La tasa delincuencial en la ciudad de El Alto
subió sensiblemente en los últimos 15 años
de aplicación de la política neoliberal, y
particularmente en el último quinquenio, llegando a
presentarse un aumento del 27.9% en el período 1995-1999.
Estos datos son generales. Los análisis por delito y por
gestión arrojan cifras variables,
incluso decrecimientos parciales, pero la línea general es
la tendencia al incremento.

Los delitos contra las personas, contra el menor y
familia, contra la propiedad y los económico financieros
son los que tuvieron un aumento más dramático en
este período, pese a los declives detectados. Los sectores
más vulnerables, es decir, niñez, adolescencia,
minusválidos, mujer y tercera edad, continúan
siendo víctimas de una falta de protección por
parte del Estado y la sociedad civil.
La diferenciación de estos grupos, lamentablemente, no
aparece en las estadísticas proporcionadas por la
división correspondiente de la Policía
Técnica Judicial, pero ello no impide formular estas
conjeturas que son verificables ante la observación atenta en los centros altamente
poblados como es el caso de la ciudad de El Alto.

Los datos obtenidos permiten tener una idea de la
gravedad de la situación en general de la ciudad de El
Alto, pero se estima que la situación no se
modificará favorablemente en los próximos
años.

Los verdaderos alcances de la Seguridad Ciudadana no
pasan de la simple propaganda oficial que intenta encubrir las
profundas brechas, inequidades y falta de garantía para
las mayorías marginadas de la población boliviana.
El discurso en
ocasión de las efemérides locales, típico de
nuestros gobernantes de turno, no es sino un maquillaje para
disfrazar la dramática situación en que se debaten
amplios sectores de la población boliviana.

La Seguridad Ciudadana no implica simplemente la
proporción de resguardo físico, sino una
conceptualización mucho más amplia que se
manifiesta como la capacidad del Estado de proporcionar a los
estantes y habitantes del territorio boliviano niveles
económicos, políticos y sociales satisfactorios,
basados en las libertades democráticas y los derechos
ciudadanos.

La Seguridad Ciudadana no puede implementarse en
función de sus Principios y Fines dentro de un marco de
una Política Económica Neoliberal como la impulsada
desde 1985 e impulsada por los sucesivos gobiernos desde
entonces.

No basta con sancionar el delito. Es necesario
prevenirlo.

La inseguridad ciudadana es la suma de los factores que
impiden a una sociedad desarrollarse en armonía y
tranquilidad, y nace del propio Estado al implementar este tipo
de políticas.

La Política Neoliberal se constituye en el
principal factor atentatorio a la Seguridad Ciudadana al impedir
el acceso de toda la población al uso y disfrute de las
riquezas que pueden ser generadas por el trabajo de
todos mediante una equitativa distribución del
excedente.

Las reformas imperantes en el campo del derecho
realizadas por el Estado Boliviano no pueden ser efectivas y
acordes con la Seguridad Ciudadana, mientras exista una
Política Neoliberal.

7.2
Recomendaciones

Como es de conocimiento de los especialistas en los
temas jurídicos en particular y sociales en general, los
cambios son alcanzados por medio de la explosión social
generalizada, es decir, la revolución que sacude y
modifica en forma violenta las estructuras de
una sociedad (como el episodio histórico
contemporáneo de 1952) o bien a través de reformas
que intenten llenar en vacío provocado por la adopción
de determinadas medidas políticas, especialmente cuando
éstas son impopulares. Entre lo uno y lo otro, se
considerará siempre la vía pacífica del
cambio como la menos traumática y más conveniente.
Por ello, aunque pase al polvo del olvido como muchas sugerencias
formuladas en el ámbito académico o producto del
trabajo intelectual, se puede formular las siguientes
propuestas:

Moralizar el sector público. La corrupción
es un mal que socava la credibilidad de las instituciones y
desangra la economía popular. Destruir la
corrupción y encarcelar a los corruptos es solo un paso
que se debe dar en este sentido. El fortalecimiento y la
recuperación de las leyes morales se hace un imperativo
imposible de ignorar para modificar la estructura mental de los
bolivianos.

Jerarquizar y dignificar la función
pública. Los refuerzos salariales en los sectores clave de
la administración y el servicio público (gobiernos
municipales, Policía Nacional, el Poder Judicial) en forma
acorde a la realidad boliviana, mitigaría los riesgos de
corrupción y retardación de justicia. Esto implica
un aumento cuantitativo y cualitativo del personal calificado,
previo concurso de méritos.

Impulsar el desarrollo de la industria boliviana creando
paralelamente condiciones laborales propicias para evitar la
sobreexplotación de los trabajadores por parte del sector
patronal.

Prestar más atención al altiplano para
frenar la migración campo – ciudad. Las condiciones
que encuentran los migrantes no son las que desearían en
muchos casos, y, en última instancia, son expulsados del
sector rural por la situación aún más
dramática que se vive en dicha área.

Incentivar el esfuerzo y la superación de los
estudiantes bolivianos por medio de la otorgación de becas
a los mejores bachilleres de los colegios fiscales y privados de
baja jerarquía, así como de aquellos estudiantes
universitarios que reúnan determinadas condiciones (notas
altas, condiciones de pobreza, orfandad, las madres solteras,
etc.) que permitan una capacitación y tecnificación
permanente y sostenida de la fuerza laboral
en el país.

Mejorar las condiciones de vida de la población
alteña, promoviendo la participación ciudadana en
obras de interés público, como ser la
construcción de escuelas y hospitales, el diseño
de carreteras, educación vial, educación en salud
oral y reproductiva, información sobre el Seguro
Básico de Salud, Seguro de Maternidad, Seguro de la Vejez,
entre otros.

Crear nuevos centros de rehabilitación para las
personas farmacodependientes, posibilitando su reinserción
social y laboral.

Efectivizar la Ley 1008 en lo referente a los bienes
incautados, creando un ente regulador autónomo y que rinda
informes
periódicos al poder
Legislativo.

Crear centros de capacitación técnica en
el altiplano.

Crear centros de orientación para los
niños y jóvenes migrantes de primera y segunda
generación, evitando que se asocien con personas
inescrupulosas.

Promulgar nuevas leyes que promuevan una lucha efectiva
contra la pobreza, la delincuencia, etc. y que contemplen una
asistencia integral.

Coordinar con entidades moralmente calificadas como la
iglesia católica y protestante cuyo número de
miembros es cada vez más significativo, a fin de efectuar
trabajos conjuntos de
moralización.

Efectuar un mejor control sobre la emisión de
programas televisivos sobrecargados de imágenes
violentas y argumentos que promueven la destrucción de los
escasos valores que aún existen.

Incorporar en la educación primaria y secundaria
la temática de la
moral.

ANEXOS

Anexo 1

Declaración
Universal de los Derechos Humanos

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las
Naciones Unidas
aprobó y proclamó la Declaración Universal
de Derechos Humanos, cuyo texto completo figura en las
páginas siguientes. Tras este acto histórico, la
Asamblea pidió a todos los Países Miembros que
publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que
fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las
escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción fundada en
la condición política de los países o de los
territorios".

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el
mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de
los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes
para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como
la aspiración más elevada del hombre, el
advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del
temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de
la libertad de creencias;

ºConsiderando esencial que los derechos humanos
sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el
hombre no se vea compelido al supremo recurso de la
rebelión contra la tiranía y la
opresión;

Considerando también esencial promover el
desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han
reafirmado en la Carta su fe en
los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor
de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y
mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso
social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto
más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han
comprometido a asegurar, en cooperación con la
Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal
y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre,
y

Considerando que una concepción común de
estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el
pleno cumplimiento de dicho compromiso;

La Asamblea General proclama la presente
Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal
común por el que todos los pueblos y naciones deben
esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella,
promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el
respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas
progresivas de carácter nacional e internacional, su
reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto
entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los
territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón
y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.

Artículo 2

1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra
condición.

2. Además, no se hará distinción
alguna fundada en la condición política,
jurídica o internacional del país o territorio de
cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata
de un país independiente, como de un territorio bajo
administración fiduciaria, no autónomo o sometido a
cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y
a la seguridad de su persona.

Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están
prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al
reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin
distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda
discriminación que infrinja esta
Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante
los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
constitución o por la ley.

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso
ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena
igualdad, a ser oída públicamente y con justicia
por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el
examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal.

Artículo 11

1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad,
conforme a la ley y en juicio público en el que se le
hayan asegurado todas las garantías necesarias para su
defensa.

2. Nadie será condenado por actos u omisiones que
en el momento de cometerse no fueron delictivos según el
Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena
más grave que la aplicable en el momento de la
comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en
su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia,
ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona
tiene derecho a la protección de la ley contra tales
injerencias o ataques.

Artículo 13

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a
elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier
país, incluso del propio, y a regresar a su
país.

Artículo 14

1. En caso de persecución, toda persona tiene
derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier
país.

2. Este derecho no podrá ser invocado contra una
acción judicial realmente originada por delitos comunes o
por actos opuestos a los propósitos y principios de las
Naciones Unidas.

Artículo 15

1. Toda persona tiene derecho a una
nacionalidad.

2. A nadie se privará arbitrariamente de su
nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16

1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad
núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por
motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y
fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en
cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del
matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de
los futuros esposos podrá contraerse el
matrimonio.

3. La familia es el elemento natural y fundamental de la
sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y
del Estado.

Artículo 17

1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual
y colectivamente.

2. Nadie será privado arbitrariamente de su
propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento,
de conciencia y de religión; este derecho incluye la
libertad de cambiar de religión o de creencia, así
como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y
la observancia.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de
opinión y de expresión; este derecho incluye el de
no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin
limitación de fronteras, por cualquier medio de
expresión.

Artículo 20

1. Toda persona tiene derecho a la libertad de
reunión y de asociación
pacíficas.

2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una
asociación.

Artículo 21

1. Toda persona tiene derecho a participar en el
gobierno de su país, directamente o por medio de
representantes libremente escogidos.

2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en
condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su
país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del
poder público; esta voluntad se expresará mediante
elecciones auténticas que habrán de celebrarse
periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto
secreto u otro procedimiento
equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho
a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional
y la cooperación internacional, habida cuenta de la
organización y los recursos de cada Estado, la
satisfacción de los derechos económicos, sociales y
culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de
su personalidad.

Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre
elección de su trabajo, a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación
alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una
remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure,
así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario,
por cualesquiera otros medios de protección
social.

4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a
sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del
tiempo libre, a una limitación razonable de la
duración del trabajo y a vacaciones periódicas
pagadas.

Artículo 25

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida
adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y
el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido,
la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso
de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos
de pérdida de sus medios de subsistencia por
circunstancias independientes de su voluntad.

2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados
y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de
matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual
protección social.

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La
educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a
la instrucción elemental y fundamental. La
instrucción elemental será obligatoria. La
instrucción técnica y profesional habrá de
ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será
igual para todos, en función de los méritos
respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno
desarrollo de la
personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la
amistad entre
todas las naciones y todos los grupos étnicos o
religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades
de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la
paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a
escoger el tipo de educación que habrá de darse a
sus hijos.

Artículo 27

1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente
en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a
participar en el progreso científico y en los beneficios
que de él resulten.

2. Toda persona tiene derecho a la protección de
los intereses morales y materiales que le correspondan por
razón de las producciones científicas, literarias o
artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden
social e internacional en el que los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración se hagan plenamente
efectivos.

Artículo 29

1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad,
puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y
plenamente su personalidad.

2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de
sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las
limitaciones establecidas por la ley con el único fin de
asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y
libertades de los demás, y de satisfacer las justas
exigencias de la moral, del orden público y del bienestar
general en una sociedad democrática.

3. Estos derechos y libertades no podrán, en
ningún caso, ser ejercidos en oposición a los
propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en esta Declaración podrá
interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al
Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar
actividades o realizar actos tendientes a la supresión de
cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración.

Anexo 2

Ensayos y notas
referentes al tema

1. El lenguaje
3
(Eduardo Galeano en: Patas arriba: la escuela del mundo
al revés
, pág. 41)

En la época victoriana, no se podían
mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy
por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la
opinión pública:

el capitalismo luce el nombre artístico de
economía de mercado;

el imperialismo
se llama globalización;

las víctimas del imperialismo se llaman
países en vías de desarrollo, que es como llamar
niños a los enanos;

el oportunismo se llama pragmatismo;

la traición se llama realismo;

los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas
de escasos recursos;

la expulsión de los niños pobres por el
sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción
escolar;

el derecho del patrón de despedir al obrero sin
indemnización ni explicación se llama
flexibilización del mercado laboral;

el lenguaje
oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos
de las minorías, como si la mitad masculina de la
humanidad fuera la mayoría;

en lugar de dictadura se
pone proceso;

las torturas se llaman apremios ilegales, o
también presiones físicas y
psicológicas;

cuando los ladrones son de buena familia, no son
ladrones, sino cleptómanos.

La acción de la UNESCO con y para la
juventud

Escribe Arthur Gillete, ex director de la
División de la Juventud

Durante sus primeros años de funcionamiento, la
UNESCO se preocupó de la juventud como
tal. Probablemente, era el primer organismo intergubernamental en
hacerlo. Lo interesante de esta afirmación es que esa
preocupación de la UNESCO, entonces se expresaba en
términos que –incluso hoy- resultan tadavía
novedosos y mantienen su vigencia.

En aquella época, hace más de 50
años, los jóvenes no eran tratados como un
problema, sino como "clientes" o
beneficiarios de una acción gubernamental a nivel
internacional, como una "solución", como "asociados" y
"agentes" en la identificación y la superación de
las dificultades: las suyas propias y las de las comunidades en
las cuales vivían a nivel ya sea local, nacional o
internacional. Es así por ejemplo, que las primeras
intervenciones de la UNESCO dirigidas a la juventud, se
orientaron a apoyar los campamentos juveniles de trabajo
voluntario, que participaban activamente en la
reconstrucción de una Europa destrozada, irrigando el
viejo continente con sangre nueva.

Un momento muy especial de esta primera época de
la acción de la UNESCO con y por la juventud, fue la
celebración en 1948 de la Primera Conferencia
Internacional del Servicio Voluntario, que se realizó en
la primera (y provisoria) sede la UNESCO, el Hotel Magestic en
Paris. La presencia en aquella suntuosa sede no dejó de
llamar la atención de un periodista presente durante
aquellas sesiones, que quiso dejar testimonio de ese episodio, en
los siguientes términos: "allí, en las salas
artesanadas, había hasta unas sólidas botas de
trabajo para recordar la realidad de un mundo en
reconstrucción". ¿Contradicción o
complementariedad? Dialéctica, en todo caso, que en muchas
ocasiones y en períodos diversos ha revigorizado el
contenido, las formas y la autenticidad de la colaboración
de la UNESCO y las nuevas generaciones, cuya renovación
permanente ha marcado los 51 años de vida y trabajo de mi
Organización.

Los Años 1950 – 1965

Al terminar la reconstrucción de Europa, el eje
de actuación se desplazó hacia los "nuevos"
países, las ex – colonias cuyas independencias se suceden
a lo largo de este período, sobre todo en Africa y Asia, sin olvidar
a la ya soberana Latinoamérica. La UNESCO entonces,
ayudó a organizar y realizar programas en lo que
todavía no se llamaba –como se le denomina hoy- el
"empowerment" de
las asociaciones juveniles. En aquellos años, gracias a
estos programas tuvieron oportunidad de realizarse innumerables
cursos de
capacitación de liderazgo
juvenil. También, por ejemplo –y refiriéndome
nuevamente al ámbito del servicio voluntario- la
Organización colaboró con sesiones regionales de
formación de responsables de campamentos de trabajo manual
y otros tipos de voluntariado en Asia (India 1958), Africa (Ghana
1962) y América Latina (Bolivia 1963).

Por otra parte, gracias al llamado "sistema de empresas
asociadas de la juventud", se realizaron muchos proyectos que
involucraban concretamente a los jóvenes en el desarrollo
y en el intercambio en los campos económico, social y
cultural, recibiendo (modestas) dotaciones presupuestarias como
una forma de apoyo para estos proyectos. Así se
inició el todavía vigente Programa de becas de
Viaje para Responsables de la Juventud (edad máxima: 30
años). Contrastando la imperiosa necesidad de implicar de
una forma más profunda y decidida a los gobiernos en el
proceso de agilización participativa de la joven
generación, la UNESCO organizó en Grenoble
(Francia) en 1967, la Primera Conferencia Internacional de
Ministros de Juventud. Con la salvedad de unas pocas (aunque
buenas) iniciativas, lamentablemente la Conferencia de Grenoble
quedó casi sin seguimiento. ¿A que se debió
esta situación? A mi juicio, y haciendo una
interpretación retrospectiva, creo que esta Conferencia
llegó demasiado tarde. Por una parte, el "gusano" de la
incomprensión y de la incomunicación
intergeneracional (y entre muchos jóvenes y no sólo
estudiantes como se ha dicho después) y, por otro, las
normas e instituciones de sus sociedades, ya habían
socavado la "madera". Asi
fue como nos vinieron por encima las diversas explosiones del
68.

Los Años 1970 – 1985

En esto años, la UNESCO intentó reaccionar
dándoles la oportunidad a los jóvenes de opinar
sobre temas tan diversos como son la educación, la
droga y el
empleo, aprovechando recursos variados, tales como publicaciones,
películas, reuniones regionales de la juventud en todo el
mundo, y en foros menos íntimos organizados en el marco de
grandes conferencias intergubernamentales del sistema de las
Naciones Unidas, como aquellas sobre población, medio
ambiente, etc. ¿Se entendían –o al menos se
escuchaban- los representantes juveniles y los delegados
gubernamentales en estas ocasiones? Tal vez no mucho, pero, por
otra parte, quedó claro que la impaciencia juvenil fue un
formidable acelerador en la socialización de las preocupaciones que
inquietaban a los jóvenes, llegando éstos a
alcanzar la categoría de decisores en asuntos tan
importantes como los de la
contaminación del medio ambiente, dinámica que
continúa hasta el día de hoy.

A lo largo de este período, surgieron otras dos
temáticas no exclusivamente juveniles, pero si reveladas y
difundidas con una especial vivacidad por las nuevas generaciones
(y que, por lo menos, fueron modestamente repercutidas a
través de la UNESCO). Estos dos asuntos, o mejor dicho
estas dos "inaceptaciones", estuvieron referidas, la primera, a
no aceptar la división del mundo en dos bloques, y la
segunda, a no aceptar la idea del subdesarrollo
y/o del mal desarrollo en el Tercer Mundo. Retrospectivamente,
hoy se puede decir que resultó menos difícil
enmohecer a la "cortina de hierro" que
vencer al sub y el mal desarrollo, que fue mucho más
tenás. Este período se clausuró, con el
Año Internacional de la Juventud, en el cual tuvieron
lugar muchas reuniones, exposiciones, eventos, etc.,
pero, una vez más, la historia se adelantó a las
buenas intenciones y solemnes recomendaciones de la comunidad
intergubernamental.

Los Años 1990 – Hoy en
Día

Estos últimos años han conocido una etapa
de adaptación del programa y de los métodos de
trabajo de la UNESCO. Las ideas de trabajar con y por la
juventud, quedaron condicionadas a las nuevas y agudas
necesidades impuestas por el doble desafío de, en primer
lugar, responder a la tremenda mutación social y
política derivada del fin de la guerra
fría, y en segundo lugar, hacer frente a la austeridad
presupuestaria de la Organización, en el contexto
paradojal del empobrecimiento creciente de las capas más
frágiles de la población mundial.

Quiero citar dos ejemplos de nuestra conducta
"darwiniana": (a) Ciertos Estados Miembros, al enfrentar
períodos de transición de conflictos civiles y/o
regímenes totalitarios, y encontrándose, desde
luego desubicados en cuanto al que hacer para involucrar a la
juventud en la construcción de sociedades pluralmente
tolerantes, democráticas y más justas, nos han
pedido asesoría para la formulación e
implementación de políticas nacionales de juventud.
Así, por ejemplo, tuvimos los casos de Armenia, Chad, El
Salvador, Etiopía, Georgia, Mozambique, Namibia, Sur
Africa y Vietnam. (b) La grave escasez de recursos dentro del
presupuesto ordinario de la UNESCO nos ha llevado a un esfuerzo
sin precedentes de búsqueda y obtención de recursos
en dinero y servicios de otras fuentes externas, las que llamamos
"extrapresupuestarias". Así, por ejemplo, hemos recibido
fondos del Instituto Portugués de Cooperación,
complementados con un aporte de la Unión
Europea, para lanzar un programa de empleo (Empresa Joven) en
Mozambique. En cuanto a otros recursos, el Ejército Suizo
nos ha donado unos 50 vehículos retirados del servicio
activo, pero todavía operativos, que hoy sirven a
programas juveniles en países tan diversos como Rwanda,
Bosnia, Uzbekistán, Gambia y Rumania; por otro lado, un
empresario japonés nos ha permitido entregar 102
telecopiadoras a Clubes UNESCO y a otras asociaciones juveniles
en Armenia, Cuba y sobre
todo a varios países africanos de la categoría
"menos desarrollada". En 1996, el presupuesto ordinario de la
UNESCO para el deporte fue de alrededor de 50.000
dólares; sin embargo, gestionamos actividades por el valor
de 2,3 millones de dólares.

Pero no sólo hemos seguido la evolución del mundo tratando de adaptarnos
a las nuevas situaciones, sino que también hemos procurado
escuchar las preocupaciones de los jóvenes, con el fin de
anticiparnos a la evolución de la toma de conciencia en
torno a nuevas problemáticas. Por ejemplo, puestos en la
encrucijada de las preocupaciones juveniles, tales como el medio
ambiente, el empleo y la solidaridad internacional, algunas
actividades tales como el reciclaje de
herramientas,
máquinas de coser o bicicletas son cada vez
más populares entre las nuevas generaciones y hemos
procurado alentarlas. Al respecto, debo recordar que la UNESCO ha
efectuado una encuesta mundial sobre experiencias significativas
en las que participan los jóvenes; hemos organizado en el
Japón,
en Marzo de 1996, el Primer Foro Mundial de Jóvenes
sobre el Reciclaje para un Desarrollo
Sostenible y también creado una red internacional de
aficionados y militantes de dicha temática.

Otro ejemplo de esta orientación es que
después de la caída del comunismo en
Europa Oriental y Central, las formas preexistentes de servicio
voluntario juvenil han desaparecido; sin embargo, están
emergiendo nuevas iniciativas en materia de voluntariado que han
venido llenando este vacío en los tres últimos
años, aunque de un modo un tanto confuso y hasta
anárquico. Por ello, como UNESCO, hemos organizado en
Polonia (setiembre de 1997) conjuntamente con la Unión
Europea, un Encuentro que ha reunido por primera vez a
asociaciones de servicio voluntario juvenil de 12 países
de esta subregión, el mismo que nos ha permitido lanzar un
Centro de Intercambio de Informaciones y de Coordinación
en estos países y en otras partes del mundo.

En los momentos que termino la redacción de estas notas, se está
clausurando la 29° Sesión Bienal de la Conferencia
General de la UNESCO, en la cual se ha adoptado el Programa y
Presupuesto de la Organización para 1998-1999 (abriendo
nuevos espacios para una colaboración aún
más estrecha con la OIJ). Durante esta Sesión, por
voluntad de los mismos Estados Miembros, se ha puesto el
énfasis en el grupo de población juvenil. En esta
Sesión se ofreció a los delegados, entre varias
"manifestaciones paralelas", tres Mesas Redondas sobre los temas:
"Juventud en Desamparo", "Juventud y Tolerancia" y "La
Contribución de la Juventud a la Difusión de los
Ideales de la UNESCO", y se presentó una Exposición
Permanente denominada "Muralla de Imágenes", ilustrando en
términos muy vivos la cooperación de la UNESCO con
la nueva generación.

Hubo también un momento muy simbólico
cuando se proyectó en la última sesión
plenaria de la Conferencia, un breve mensaje del Director General
de la UNESCO, Don Federico Mayor Zaragoza, dirigido a los
jóvenes del mundo y leído por un joven cosmonauta
directamente desde la Estación Espacial MIR, que
decía: "Frente a la grosera injusticia de nuestro mundo,
no queden pasivos, no sean indiferentes. Pero tampoco sean
violentos. Utilicen su energía, su imaginación y su
inteligencia
para construir un más justo y más tolerante Planeta
Tierra, tan agitado pero, paradojalmente, tan tranquilo cuando es
visto desde la Estación MIR". Así fue que, hablando
en términos literalmente físicos (además de
programáticos) la vieja preocupación de mi
Organización para los quehaceres y las potencialidades de
la juventud encontró un nuevo auge…

EL SACRIFICIO DE LA JUSTICIA EN LOS ALTARES DEL
ORDEN

LOS PRISIONEROS*

Eduardo Galeano

El Estado, que jamás va preso, asesina por
acción y por omisión. Crímenes por
acción: a fines del año pasado la policía
militar de Río de Janeiro reconoció oficialmente
que venía matando civiles a un ritmo ocho veces más
acelerado que el año anterior, mientras la policía
de los suburbios de Buenos Aires
cazaba jóvenes como si fueran pajaritos. Crímenes
por omisión: al mismo tiempo, cuarenta enfermos del
riñón murieron en el pueblo de Caraurú, en
el nordeste de Brasil, porque la
salud pública les había hecho diálisis con
agua contaminada. Y en la provincia de Misiones, en el noreste de
Argentina,
el agua
potable contaminada por los plaguicidas, generaba bebés
con labios leporinos y deformaciones en la médula
espinal.

En la era de las privatizaciones y el mercado libre,
el dinero se
propone gobernar sin intermediarios. ¿Cuál es la
función que se atribuye al Estado? El Estado debe ocuparse
de la disciplina de
la mano de obra barata, condenada a salarios enanos, y a la
represión de las peligrosas legiones de brazos que no
encuentran trabajo: un Estado juez y gendarme, y poco más.
De los servicios públicos ya se encargará el
mercado; y de la pobreza, gente pobre, regiones pobres, ya se
ocupará Dios, si la policía no alcanza. La administración
pública solo puede disfrazarse de madre piadosa muy de
vez en cuando, atareada como está en consagrar sus
menguadas energías a las funciones de vigilancia y
castigo.

En el proyecto neoliberal, los derechos públicos
se reducen a favores del poder, y el poder se ocupa de la salud
pública y de la educación pública como si
fueran formas de caridad pública.

Mientras tanto crece la pobreza y crecen las ciudades y
crecen los asaltos y las violaciones y los crímenes. "La
criminalidad crece mucho más que los recursos para
combatirla", reconoce el Ministro de Interior del Uruguay. La
explosión del delito se ve en las calles, aunque las
estadísticas oficiales se hagan las ciegas, y los
gobiernos latinoamericanos confiesan, de alguna manera, su
impotencia. Pero el poder jamás confiesa que está
en guerra contra
los pobres que genera, en pleno combate contra las consecuencias
de sus propios actos. "La delincuencia crece por culpa del
narcotráfico", suelen decir los voceros oficiales, para
exonerar de responsabilidad a un sistema que arroja cada vez
más pobres a las calles y a las cárceles y que
condena cada vez más gente a la desesperanza y a la
desesperación.

Las cumbres irradian el mal ejemplo de su impunidad. Se
castiga abajo lo que se aplaude arriba. El robo chico es delito
contra la propiedad, el robo en gran escala es el derecho de los
propietarios: uno es asunto del Código Penal, el otro
pertenece a la órbita de la iniciativa privada. El poder,
que elogia el trabajo y a los trabajadores en sus discursos pero
los maldice en sus actos, sin pudor alguno recompensa la
deshonestidad y la falta de escrúpulos. La respetable
tarea tiene por cómplices a los grandes medios de
comunicación, que mienten callando casi tanto como
mienten diciendo.

Y mientras el poder enseña impunidad, esos
grandes medios y sobre todo la
televisión, difunden mensajes de violencia y de
consumismo obligatorio. Una reciente investigación
universitaria reveló que los niños de Buenos Aires
ven cada día cuarenta escenas de violencia en la pantalla
chica. ¿Cuántas escenas de consumismo ven?
¿A cuántos ejemplos de despilfarro y
ostentación asisten cada día?
¿Cuántas órdenes de comprar reciben los que
poco o nada pueden comprar? ¿Cuántas veces al
día se les taladra la cabeza para convencerlos de que
quien no compra no existe, y quien no tiene no es?
Paradójicamente la televisión
suele transmitir discursos que denuncian la plaga de violencia
urbana y exigen mano dura, mientras la misma televisión
imparte educación a las nuevas generaciones derramando en
cada casa océanos de sangre y de publicidad
compulsiva. En ese sentido, bien podría decirse que sus
propios mensajes están confirmando su eficacia mediante
el auge de la delincuencia.

Las fábricas de opinión pública
echan leña a la hoguera de la histeria colectiva, y mucho
contribuyen a convertir la seguridad pública en
obsesión pública. Cada vez tienen más eco
los gritos de alarma que se pronuncian en nombre de la
población indefensa ante el acoso del crimen. Se
multiplican los asustados, y los asustados pueden ser más
peligrosos que el peligro que los asusta. Para acabar con la
falta de garantías de los ciudadanos se exigen leyes que
suprimen las garantías que quedan; y para dar más
libertad a los policías, se exigen leyes que sacrifican la
libertad de todos los demás, incluso en países como
el Uruguay, donde las estadísticas confiesan que los
policías son en proporción, los ciudadanos que
más delitos cometen-.

No solo los vividores de la abundancia se sienten
amenazados. También la clase media, y también
numerosos sobrevivientes de la escasez: pobres que sufren el
asalto de otros pobres más pobres o más
desesperados. En sociedades que prefieren el orden a la justicia
hay cada vez más gente que aplaude el sacrificio de la
justicia en los altares del orden: hay cada vez más gente
convencida de que no hay ley que valga ante la invasión de
los fuera de la ley. Hay un clamor creciente por la pena de muerte
en la opinión pública de varios países
latinoamericanos; y las matanzas de los niños por los
escuadrones parapoliciales de la muerte en
Bogotá, Río de Janeiro o en la ciudad de Guatemala son
pública o secretamente aplaudidas por un sector
considerable de la sociedad. Se considera normal la tortura del
delincuente común, o de quien tenga "cara de," y llama la
atención el silencio de algunos organismos de derechos
humanos, en países donde la policía tiene la
costumbre de arrancar confesiones mediante métodos de
tortura idénticos a los que las dictaduras militares
aplicaron contra los presos políticos.

Presos: las dictaduras militares ya no están,
pero las frágiles democracias latinoamericanas tienen
cárceles hinchadas de presos. Los presos son pobres, como
es natural, porque solo los pobres van presos en países
donde nadie va preso cuando se viene abajo un puente
recién inaugurado, cuando se derrumba un banco vaciado por
los banqueros o cuando se desploma un edificio construido sin
cimientos. Cárceles inmundas, presos como sardinas en
lata, en su gran mayoría presos sin condena. Muchos, sin
proceso siquiera, están ahí no se sabe por
qué. Si se compara, el infierno de Dante parece cosa de
Disney. Continuamente estallan motines en estas cárceles
que hierven. Entonces las fuerzas del orden cocinan a tiros a los
desordenados y de paso matan a todos los que pueden, con lo que
se alivia la presión de la superpoblación
carcelaria hasta el próximo motín.

En realidad, bien se podría decir que presos
estamos todos, quien más, quien menos. Los que
están en las cárceles y los que estamos afuera.
¿Están libres los presos de la necesidad, obligados
a vivir para trabajar porque no pueden darse el lujo de trabajar
para vivir? ¿Y los presos de la desesperación que
no tienen trabajo ni lo tendrán, condenados a malvivir a
los zarpazos? Y los presos del miedo, ¿estamos libres?
¿No estamos todos presos del miedo? Todo enrejado: ya hay
plazas públicas rodeadas de rejas en algunas ciudades
latinoamenricanas, y ya están enrejadas las casas de todos
los que tenemos algo que perder, aunque sea poco, aunque sea
nada; yo he visto rejas hasta en algunos ranchos de lata y madera
de los suburbios más pobres. Los de arriba y los del medio
y los de abajo: en sociedades obligadas al sálvese quien
pueda aterrorizados por los manotazos de sus náufragos,
estamos todos presos: los vigilantes y los vigilados, los
elegidos y los parias.

Los hechos se burlan de los derechos. Retrato de
América Latina al fin del milenio: ésta es una
región del mundo que niega a sus niños el derecho
de ser niños. Los niños son los más presos
entre todos los presos, en esta jaula en donde se obliga a la
gente a devorarse entre sí. El sistema de poder, que no
acepta más vínculo que el pánico mutuo,
maltrata a los niños. A los niños ricos los trata
como si fueran dinero. A los niños pobres los trata como
si fueran basura. Y a los del medio los tiene atados a la pata
del televisor.

En el océano de los que necesitan, las islas de
los que tienen más tienden a convertirse en lujosos campos
de concentración, donde los poderosos solo se encuentran
con los poderosos, y nunca pueden olvidar, ni por un ratito, que
son poderosos. En algunas de las grandes ciudades
latinoamericanas, donde los secuestros se han hecho costumbre,
los niños ricos crecen encerrados dentro de una burbuja de
miedo. Habitan mansiones amuralladas, grandes casas o grupos de
casas rodeadas de cercos electrificados y guardias armados, y
están día y noche vigilados por los guardaespaldas
y por las cámaras de los circuitos
cerrados de televisión. Viajan, como el dinero, en
autos
blindados. No conocen más que de vista la ciudad donde
viven. Descubren el subterráneo de París o de Nueva
York, pero jamás lo usan en Sao Paulo o en la ciudad de
México.

Ellos no viven en la ciudad donde viven. Tienen
prohibido ese vasto infierno que acecha su minúsculo cielo
privado. Más allá de las fronteras del privilegio,
se extiende una región del terror donde la gente es mucha,
fea, sucia y peligrosa. En plena época de la
globalización los niños ricos no pertenecen a
ningún lugar. Crecen sin raíces, despojados de
identidad
nacional, y sin más sentido social que la certeza de
que la realidad es una amenaza. Tienen por patria las marcas de
prestigio universal y por lenguaje los códigos
internacionales. Los niños ricos de las ciudades
más diversas se parecen en sus costumbres, tanto como
entre sí se parecen los shopping centers y los
aeropuertos, que están fuera del tiempo y del espacio.
Educados en la realidad
virtual, los niños ricos se deseducan en la ignorancia
de la realidad real, que solo existe para ser temida o para ser
comprada.

Desde que nacen son entrenados para el consumo y para la
fugacidad, y transcurren la infancia comprobando que las
máquinas son más dignas de confianza que las
personas. Fast food, fast cars, fast life: mientras esperen que
llegue la hora del ritual de iniciación, cuando el primer
Jaguar o Mercedes les sea regalado, ellos ya se lanzan a toda
velocidad a
las autopistas cibernéticas, a toda velocidad compiten en
las pantallas electrónicas, y a toda velocidad devoran
imágenes y mercancías haciendo zapping y haciendo
shopping.

Mucho antes de que los niños ricos dejan de ser
niños y descubran las drogas caras
que aturden la soledad y enmascaran el miedo, ya los niños
pobres están aspirando pegamento. Mientras los
niños ricos juegan a la guerra con balas de rayos láser, ya
las balas de plomo acribillan a los niños de la
calle. Algunos expertos llaman "niños de escasos
recursos" a los que disputan la basura con los buitres en los
suburbios de las ciudades. Según las estadísticas,
hay setenta millones de niños en estado de pobreza
absoluta, y cada vez hay más y más, en esta
América Latina, que fabrica pobres y prohíbe la
pobreza. Entre todos los rehenes del sistema, ellos son los que
peor la pasan. La sociedad los exprime, los vigila, los castiga,
a veces los mata: casi nunca los escucha, jamás los
comprende.

Nacen con las raíces al aire. Muchos de
ellos son hijos de familias campesinas que han sido brutalmente
arrancadas de la tierra y se han desintegrado en la ciudad. Entre
la cuna y la sepultura, el hambre o las balas abrevian el viaje.
De cada dos niños pobres, uno trabaja desplomándose
a cambio de la comida o poco más: vende chucherías
en las calles, es la mano de obra gratuita de los talleres y las
cantinas familiares, es la mano de obra más barata de las
industrias de exportación, que fabrican zapatillas o
camisas para las grandes tiendas del mundo. ¿Y el otro? De
cada dos niños pobres uno sobra. El mercado no lo
necesita. No es rentable ni lo será jamás. Y quien
no es rentable, ya se sabe, no tiene derecho a la existencia. El
mismo sistema productivo que desprecia a los viejos expulsa a los
niños. Los expulsa, y les teme. Desde el punto de vista
del sistema el viejo es un fracaso, pero la infancia es un
peligro.

En muchos países latinoamericanos, la
hegemonía del mercado está rompiendo los lazos de
solidaridad y está haciendo trizas el tejido social
comunitario. ¿Qué tienen los dueños de nada
en países donde el derecho de propiedad se está
convirtiendo en el único derecho sagrado? Los niños
pobres son los que más ferozmente sufren la
contradicción entre una cultura que manda consumir y una
realidad que lo prohíbe. El hambre los obliga a robar o a
prostituirse; pero también los obliga la sociedad de
consumo que los insulta ofreciendo lo que niega. Y ellos se
vengan lanzándose al asalto. En las calles de las grandes
ciudades se forman bandas de desesperados unidos por la muerte
que acecha. Según la organización Human Rights
Watch, los grupos parapoliciales matan seis niños por
día en Colombia y cuatro
por día en Brasil. ¿Y ellas? Hay medio
millón de niñas brasileñas que venden el
cuerpo, casi tantas como en la India, y en la República
Dominicana la próspera industria del turismo ofrece subastas de
niñas vírgenes.

Entre una punta y la otra, el medio. Entre los que viven
prisioneros del desamparo y los que viven prisioneros de la
opulencia, están los niños que tienen bastante
más que nada pero mucho menos que todo. Cada vez son menos
esos niños de clase media. Les confisca la libertad,
día tras día, la sociedad que sacraliza el orden
mientras genera el desorden. En estos tiempos de inestabilidad
social, cuando se concentra la riqueza y la pobreza se difunde a
ritmo implacable, ¿quién no siente que el piso
cruje bajo los pies? La clase media vive en estado de impostura,
simulando tener más de lo que tiene, pero nunca le ha
resultado tan difícil cumplir con esta abnegada
tradición. Está, hoy por hoy, paralizada por el
pánico: el pánico a perder el trabajo, el auto, la
casa, las cosas, y el pánico de no llegar a tener lo que
se debe tener para llegar a ser. Nadie podrá reprocharle
mala conducta. La sufrida clase media sigue creyendo en la
experiencia como aprendizaje de la
obediencia, y con frecuencia defiende todavía el orden
establecido como si fuera dueña, aunque no es más
que una inquilina del orden, más que nunca agobiada por el
precio del alquiler y el pánico del desalojo.

En el pánico, pánico de vivir,
pánico de caer, cría a sus hijos. Atrapados en las
trampas del pánico, los niños de clase media
están cada vez más condenados a la
humillación del encierro perpetuo. En la ciudad del
futuro, que ya está siendo presente, los teleniños,
vigilados por niñeras electrónicas,
contemplarán la calle desde el balcón o la ventana:
la calle prohibida por la violencia, o por el pánico a la
violencia; la calle donde ocurre el siempre peligroso, y a veces
prodigioso, espectáculo de la vida.

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SANDOVAL, Godofredo y SOSTRES, María Fernanda
(1989). La ciudad prometida. Ed. Systema – ILDIS. La
Paz – Bolivia.

Bibliografía
del capítulo V

KLEIN, Herbert (1999) Historia de Bolivia. Ed. Juventud.
La Paz – Bolivia. 8ª edición en español.
Trad. Josep M. Barnadas.

VALENCIA VEGA, Alipio (1983) Manual de Derecho
Constitucional. Ed. Juventud. La Paz – Bolivia. 4º
Edición.

Bibliografía y
otras
fuentes de
información del Capítulo VI

CÓDIGO PENAL BOLIVIANO. 1997.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO.
1996.

LAROUSSE (1995). Diccionario enciclopédico
ilustrado
. México D.F.

POLICÍA TÉCNICA JUDICIAL. División
de Planeamiento y Operaciones Estadísticas.
1995-1999.

Sitios Internet

 

 

Trabajo efectuado por

Miriam Cuellar Ch

El trabajo contó con la colaboración de
Abraham Omonte Rivero

Partes: 1, 2, 3, 4
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