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Rabia (página 3)




Enviado por erikag19



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En la actualidad se estima que en América Latina y el Caribe más de 370.000 personas son mordidas cada año y 260.000 se someten a tratamiento. En un estudio en un suburbio industrializado de Buenos Aires, Argentina, se encontró que 3.925 personas U(854 por 100.000 habitantes) habían concurrido al centro antirrábico para su tratamiento por mordedura de perros. El grupo más expuesto al riesgo fue el de menores de 15 años de edad, en su mayoría varones. A causa de su menor estatura, una cuarta parte de ellos había recibido mordeduras en cara y cuello. Un 43,8% del total de los mordidos había sido atacado por perros sueltos en las inmediaciones de las viviendas de sus dueños. El 47,9% de las heridas fueron punzantes – puntiformes, y un apreciable número de personas tuvo que someterse a tratamiento médico y/o quirúrgico. La mayor parte de las mordeduras ocurren en los meses de calor.

En las zonas urbanas, los gatos siguen a los perros en el número de casos comprobados de rabia. Se considera que los gatos son huéspedes accidentales del virus y quizás no desempeñen un papel importante en el ciclo natural de la enfermedad, pero pueden servir como considerable fuente de infección humana y, por tanto, se justificaría la necesidad de aumentar su vacunación. Los gatos pueden adquirir la rabia de perros infectados o de animales silvestres con los cuales entran en contacto.

Cabe aquí formular un comentario sobre la rabia "abortiva" en perros y el estado de portadores. En trabajos de laboratorio no es raro encontrar que algunos ratones inoculados con virus rábico se enferman y luego se recuperan. Numerosos hechos parecen sugerir que la rabia no es siempre mortal. Casos de rabia abortiva, si bien pocos, se han descrito en varias especies animales, incluso en el hombre. En un área enzoótica de Buenas Aires, Argentina, se examinaron mediante la prueba de cerebro-neutralización 1.015 perros y 114 gatos que habían dado resultados negativos a las pruebas de aislamiento y de inmunofluorescencia para el diagnóstico de la rabia. En los especímenes de cerebro de dos perros y de un gato del total de los examinados se encontraron títulos significativos a la prueba de cerebro-neutralización (en ausencia del virus), lo que se acepta como demostración de que los animales se habían recuperado de la enfermedad, ya que en perros vacunados o muertos por rabia esta prueba es negativa. A juzgar por este estudio, la incidencia de la rabia "abortiva" es muy baja Un aspecto que ha suscitado controversia desde hace tiempo es la posible existencia de portadores, es decir de animales clínicamente normales que eliminan virus por la saliva. Hasta época reciente, no había una prueba fehaciente de que existiera tal estado de portador de virus rábico. Sin embargo, en Etiopía y en la India, se ha podido aislar el virus de la saliva de varios perros asintomáticos y durante períodos muy prolongados. De 1.083 perros en apariencia sanos examinados en Etiopía, 5 fueron excretores intermitentes del virus en la saliva. En fecha más cercana, se pudo comprobar el estado de portadores en una perra experimentalmente infectada, que se enfermó de rabia y luego se recuperó. Esta perra fue inoculada por vía intramuscular (con un virus aislado de la saliva de un perro en apariencia sano de Etiopía) y a los 42, 169 y 305 días después de que se hubo recuperado de la enfermedad, se aisló el virus de su saliva. A los 16 meses, después de su recuperación, esta perra murió al parir dos cachorros que nacieron muertos, y pudo comprobarse la presencia de virus rábico viable en las tonsilas, pero no en el cerebro u otros órganos.

La transmisión interhumana de rabia es excepcional. En esta categoría se pueden incluir los dos casos conocidos de rabia por transplante de córnea, uno de los cuales ocurrió en los Estados Unidos y otro en Francia. Los dos casos se produjeron por no haberse sospechado rabia en los donantes. La presencia del virus rábico se ha comprobado en la córnea de animales y del hombre por la técnica de impresión e inmunofluorescencia directa. 8.1.- RABIA SILVESTRES.: La rabia silvestre se mantiene en la naturaleza en forma similar a la urbana. Dentro de un determinado ecosistema, una o dos especies de mamíferos, en especial carnívoros y quirópteros, se encargan de perpetuar la rabia. En diferentes partes del mundo varias especies silvestres mantienen el ciclo del virus rábico en sus diferentes ecosistemas. En los Estados Unidos, diferentes especies animales mantienen epizootías más o menos independientes en varias áreas. En el este de dicho país, desde Nueva Inglaterra hasta los estados del Atlántico sur, los zorros (Vulpes fulva y Urocyon cinereoargenteus) son los principales huéspedes y vectores de la rabia, las mofetas (Mephitis mephitis) en los estados centrooccidentales, y los mapaches (Procyon lotor) en Florida y Georgia. Ninguna de estas especies constituye un verdadero reservorio, ya que todos los animales de los que se aisla el virus de la saliva mueren a los pocos días de enfermarse. Tampoco se sabe que existan portadores sanos del virus entre otras especies de animales silvestres. Con cierta frecuencia se ha aislado virus rábico de zorros árticos (Alopex lagopus), en apariencia sanos. Sin embargo, no se sabe si parte de ellos o todos no estaban en períodos de incubación de la rabia. Las Epizootias y enzootias entre estos animales dependen sobre todo de la dinámica de la población. Cuando la densidad de la población es alta, la rabia adquiere proporciones epizoóticas y muere un gran número de animales. Así, se estima que hasta un 60% de una población de zorros pueden morir durante una epizootia. Cuando la densidad es baja, la rabia puede presentarse en forma enzoótica o, con el tiempo, desaparecer del todo. Cuando hay una nueva generación susceptible, ocurren nuevos brotes epizoóticos. La tasa de renovación anual de las poblaciones de zorros es muy alta (hasta un 70% de la población total), y si no se controla su densidad, los brotes pueden repetirse. Sin embargo, se desconoce cuál es la densidad poblacional que debe alcanzar una especie animal p ara la creación de condiciones epizoóticas. El período variable de incubación, que en algunos animales pueden ser muy largos, favorece el mantenimiento de la propagación continua del virus.

Se han encontrado anticuerpos contra el virus rábico en varias especies silvestres, tales como zorros, mapaches, mangostas y murciélagos insectívoros; este hecho indicaría que la infección rábica no siempre conduce a la enfermdad y muerte. En animales poco susceptibles, tales como mapaches, la tasa de reaccionantes puede ser alta en el período posepizoótico. En las glándulas salivales de mangostas rabiosas se han encontrado títulos bajos de virus, y este h echo sugiere que dosis subletales del virus podrían ser transmitidas por mordedura. Incluso en especies altamente susceptibles, como los zorros, se encuentran algunos ejemplares con un título muy bajo de virus en las glándulas salivales. En un estudio de cuatro años de duración, realizado en Grenada, de 1.675 mangostas examinadas se hallaron 498 (30%) con anticuerpos neutralizantes para el virus rábico. Se cree que la condición inmune adquirida en forma natural de una población de animales silvestres es un factor importante para que un brote epizoótico no ocurra en una especie y área determinadas. Es decir, que mientras haya una alta tasa de animales con anticuerpos puede haber transmisión esporádica del virus, pero resultaría difícil que alcance proporciones epizoóticas.

La epizootiolog{ia de la rabia de los quirópteros sigue las mismas pautas que las de otros mamíferos. No se ha comprobado de modo fehaciente que haya portadores entre los murciélagos, como se había creído con anterioridad; los murciélagos mueren cuando se enferman de rabia y nunca se ha aislado virus de las glándulas salivales sin que también lo hubiera en el cerebro. Se ha comprobado que algunos murciélagos podrían eliminar el virus por la saliva durante 10 días o más antes de la muerte, pero tal fenómeno se ha observado en otras especies animales, y se ha aislado el agente de la saliva de mofetas por lo menos durante 18 días y en zorros durante 17. Asimismo, es de suponer que algunos murciélagos se recuperan de la enfermedad y, tal como sucede con otros mamíferos silvestres, se hallan anticuerpos neutralizantes en vampiros de áreas donde ocurren brotes de rabia bobina. En un área de tal característica de Argentina, se encontraron anticuerpos en el suero de 24 de 99 vampiros examinados, sin que se comprobara la presencia de virus en el cerebro y otros tejidos ni anticuerpos neutralizantes en el sistema nervioso central, lo que indicaría que los animales no se había enfermado de rabia. Se ha sugerido que los anticuerpos séricos podrían deberse a repetidas infecciones subletales, pero faltan evidencia experimentales al respecto.

La rabia selvática es un peligro permanente para el hombre y los animales domésticos. Cuando los animales silvestres están rabiosos, se aceran a los pobladores y pueden agredir al hombre y a sus animales. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la proporción de carnívoros silvestres que eliminan el virus por la saliva es más alta que la de perros. Las principales víctimas suelen ser los bovinos, tanto en Europa como en Canadá y los Estados Unidos. En área donde se ha erradicado la rabia canina, esta puede ser reintroducida por los carnívoros silvestres si la población de perros no se inmuniza en forma adecuada.

La transmisión de la rabia, tanto silvestre como urbana, se produce sobre todo por mordedura de un animal eliminar del virus por la saliva a otro animal susceptible, incluido el hombre. En los {ultimos años se sabe de casos humanos de rabia adquirida por vía aerógena. En una cueva de Texas (Frío Cave), Estados Unidos, donde se refugian durante el verano millones de murciélagos de cola libre (Tadarida brasiliensis), ocurrieron dos casos en científicos que permanecieron en el lugar algunas horas y no recibieron mordedura alguna. En la misma cueva, también se comprobó la transmisión por vía aerógena en coyotes y zorros encerrados en jaulas a prueba de murciélagos o artrópodos. Es probable que los aerosoles se hubieran producido por la saliva (y orina) de los murciélagos insectívoros. Asimismo, el virus fue recogido del aire de la cueva por aparatos especiales e inoculado en zorros que se enfermaron y murieron de rabia. Otro caso ocurrió en el laboratorio; la víctima fue un microbiólogo que estaba preparando una vacuna concentrada. En las Cruces, Nuevo México, Estados Unidos, se describió un brote epizoótico en una estación experimental, donde se mantenían diferentes especies de animales silvestres (entre otros, zorros, coyotes y zarigüeyas) en jaulas individuales, sin posibilidad de contacto directo y transmisión por mordedura. La transmisión se atribuyó a la diseminación aérea de un virus cuyo probable origen sería el murciélago, y que estaría especialmente adaptado a la transmisión por aerosoles. De modo experimental se han podido infectar animales de laboratorio por vía digestiva y se ha comprobado la infección por canibalismo en madres de ratones lactantes inoculados con virus rábico. Se cree que este modo de transmisión puede desempeñar algún papel en la propagación de la rabia entre animales silvestres. No se conocen casos humanos de rabia adquirida por ingestión, aun cuando se ha detectado el virus en la leche de algunas vacas rabiosas.

8.2.- DIAGNOSTICO: La prueba preferida es la de inmunofluorescencia directa, que resulta rápida, muy sensible y específica. La eficacia de la prueba depende de la competencia del técnico y de la calidad de los reactivos, en especial del conjugado. El Comité de Expertos de la OMS en Rabia recomienda que al introducirse esta prueba en un laboratorio debe usarse en forma simultánea con la de inoculación en ratones lactantes, durante un año por lo menos (Organización Mundial de la Salud, 1984). También se recomienda inocular ratones con material de cerebro de un animal sospechoso que ha mordido a una persona, si la prueba de inmunofluorescencia resulta negativa. Otra ventaja de la técnica de inmunoflurorescencia sobre las otras pruebas, es que puede usarse mientras el paciente o el animal rabioso está aún con vida. Para tal fin se emplean impresiones corneales, raspado de mucosa lingual, tejido bulbar de folículos pilosos y cortes cutáneos congelados. La sensibilidad de la prueba en estas condiciones es limitada, y se confirma el diagnóstico cuando resulta positiva, pero antes un resultado negativo no se puede excluir la posibilidad de la infección. Estas pruebas pueden ser muy útiles en animales mordedores, para instituir un tratamiento profiláctico temprano en personas expuestas.

La inoculación intracerebral de ratones para aislamiento del virus sigue siendo una de las pruebas más útiles para el diagnóstico de la rabia. Se recomienda el empleo de ratones lactantes de hasta tres días, ya que son más sensibles que los animales de mayor edad. Esta prueba rinde los mejores resultados si se combina con la de inmunofluorescencia. Con el propósito de obtener un diagnóstico rápido, que es tan importante para tomar una decisión sobre el tratamiento profiláctico en personas expuestas, se puede inocular un mayor grupo de ratones con el material del animal mordedor e ir sacrificándolos a partir del cuarto día de la inoculación y examinar sus cerebros por la prueba de inmunofluorescencia.

En los países en desarrollo sigue siendo útil para el diagnóstico el examen microscópico de los corpúsculos de Negri, que es un procedimiento simple, rápido y económico. Aunque es el método menos sensible, un investigador experimentado puede obtener un diagnóstico correcto en 80 a 90% de los casos, sobre todo en perros muertos de rabia furiosa. La detección de los corpúsculos de Negri mediante las tinciones de Sellers, May-Grunwald, Mann u otra técnica asegura el diagnóstico de rabia, pero cuando no se encuentran esas inclusiones no se puede excluir la posibilidad de la infección.

Se recomienda no limitar los exámenes al tejido nervioso sino también investigar la presencia del virus en las glándulas salivales, en especial las submaxilares.

Es muy importante que las muestras lleguen al laboratorio en buenas condiciones de conservación. En un estudio realizado con tejidos en deterioración progresiva, se comprobó que la primera prueba que se hace negativa es la del examen de corpúsculos de Negri, luego la de inoculación en ratones y, por último, la de inmunofluorescencia.

Las pruebas serológicas se usan habitualmente para conocer la capacidad inmunogénica de las vacunas y la respuesta inmune de personas sometidas a un régimen de pre o posinmunización. Además de la prueba de neutralización en ratones, por reducción de placas o de inhibición del campo fluorescente, se han perfeccionado otras pruebas rápidas, entre ellas, la prueba modificada de contrainmunoelectroforesis, la de inmunoadherencia-hemaglutinación y ELISA. Todas las pruebas que miden anticuerpos neutralizantes son útiles para conocer el grado de resistencia contra la infección.

8.3.- CONTROL: Cabe considerar: los programas de control y erradicación de la rabia urbana; las medidas de control de la rabia silvestre; las medidas de transporte internacional de animales y 4) los procedimientos de vacunación contra la rabia humana en el nivel individual, tanto previos como posteriores a la exposición.

8.4.- CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA RABIA URBANA. El enfoque más racional para prevenir la rabia humana consiste en el control y la erradicación de la infección de los animales domésticos, sobre todo de los perros.

Los procedimientos usados en los programas de control y erradicación de la rabia urbana tienen por objeto la reducción rápida de la población de animales susceptibles, mediante la inmunización de los perros y gatos con dueño y la eliminación de los perros callejeros. Para interrumpir las epizootias urbanas, se recomienda la vacunación, en el plazo más breve posible, de por lo menos 80% de toda la población canina de la ciudad y de sus áreas adyacentes. Una vez conseguida la interrupción de la epizootía, se debe continuar con la vacunación de los animales que no se inmunizaron con anterioridad, tanto de la generación vieja, como de los incorporados por crecimiento vegetativo o introducidos de otras áreas. Las campañas de vacunación pueden realizarse mediante visitas domiciliarias, por puestos fijos o clínicas móviles donde se concentran los perros de cada barrio, pero cuando los recursos lo permiten, es preferible el primer procedimiento.

Actualmente se dispone de un gran número de vacunas inocuas y de gran actividad para uso en perros. Las vacunas son de dos tipos, de virus inactivado y de virus vivo modificado (VVM). Entre las primas, se distinguen las elaboradas con virus fijo en tejido nervioso y las elaboradas en cultivo celular. Entre las vacunas de virus vivo se encuentran las preparadas en embrión en pollo mediante un pequeño número de pases (LEP: "low egg passage") o de numerosos pases (HEP:"high egg passage"), y la elaborada en riñón de cerdo (cepa ERA). Si bien son pocos los casos de rabia provocados por las vacunas VVM en perros y gatos, es indudable que las vacunas de virus inactivado presentan las mejores garantías de inocuidad.

Las vacunas que más se emplean en América Latina son las de cerebro de ratón lactante (CRL) inactivada, y en la actualidad les siguen en importancia numérica varias elaboradas en cultivo de tejido (Centro Panamericano de Zoonosis, 1980). De acuerdo con ensayos comparativos de diferentes tipos de vacuna para animales, se estableció que las vacunas VVM de cultivo celular y la Flury LEP en embrió de pollo confieren, con una sola inyección., una inmunidad por tres años, y que la vacuna CRL inactivada protege todos los perros durante un año y 80% durante tres. Por consiguiente, los dos tipos de vacuna más empleadas en América Latina son de eficacia comprobada. Se recomienda el sometimiento oficial de cada lote de vacuna de cualquier tipo a pruebas de inocuidad y actividad. Una vacuna producida en células BHK e inactivada por etilenimina (PV-BHK-EI), de los perros cuando se los desafió con virus calle a los 12 y 25 meses de vacunas y 89% a los tres años.

En las campañas de vacunación en masa, el Comité de Expertos de la OMS en Rabia recomienda que se practique cada año la inmunización primaria de todos los perros comprendidos entre tres meses y un año la inmunización primaria de todos los perros comprendidos entre tres meses y un año de edad. Los perros deberán revacunarse de acuerdo con la duración de la inmunidad que confiere el tipo de vacuna empleada. Los cachorros menores de tres meses pueden vacunarse con una vacuna inactivada, pero deben ser revacunados lo antes posible después de cumplir esa edad.

Los gatos pueden vacunarse con una vacuna inactivada o de virus vivo modificado, con excepción de la Flury LEP, que puede resultar patógena para estos animales. La edad recomendada para la vacunación es la misma que para los perros, y la revacunación debe ser anual hasta que se disponga de más información sobre la duración de la inmunidad en estos animales.

Deben eliminarse los perros o gastos que han sido mordidos por un animal rabioso. Se puede realizar una excepción cuando hay seguridad de que el animal mordido había sido vacunado con una vacuna activa y que aún está dentro del período de inmunidad prevista para ese producto biológico. Si se acepta no sacrificarlo, el animal mordido deberá quedar confinado y en observación por lo menos durante tres meses.

El control de perros vagabundos se puede llevar a cabo mediante programas de envenenamiento selectivo o por recolección a cargo de perreras. En este último caso, el perro puede ser devuelto a su dueño, previo pago de una multa y la vacunación antirrábica.

8.5.- CONTROL DE LA RABIA SILVESTRE: Se deben considerar: a) El control de la rabia transmitida por quirópteros hematófagos resulta de especial interés para América Latina. Los procedimientos principales de control consiste en vacunar el ganado en las áreas expuestas y en reducir la población de los vampiros. En la actualidad se dispone de excelentes vacunas, entre las cuales se destaca la ERA, que proporciona una protección adecuada por más de tres años. Otras vacunas útiles son la Flury HEP reparada en embrión de pollo, la CRL y PV-BHK-EI con coadyuvante de hidróxido de aluminio, que protegen por m{as de un año. En méxico se utiliza la vacuna de cepa Acatlán, preparada en cultivo tisular de células de vampiro.

La epizootiología de la rabia bovina aún no ha sido bien estudiada, pero en las observaciones realizadas en varios países se indica que esta infección tiene un carácter focal; por tanto, sería posible proteger al ganado mediante vacunación focal y perifocal, sin necesidad de recurrir a la vacunación en masa, que resulta muy onerosa. Para este propósito, se requieren estudios epizootiológicos y un adecuado sistema de vigilancia.

El otro método perfeccionado en los últimos años se basa sobre el empleo de anticoagulantes, como la difenadiona, para reducir la población de vampiros en lugares donde ocurre la rabia bovina. El procedimiento consiste en capturar vampiros con redes de nilón ("redes japonesas") colocados alrededor de los corrales o potreros, untarlos con difenadiona en la región dorsal y soltarlos. Al regresar a sus refugios estos vampiros son aseados por sus congéneres de la colonia, que luego mueren como consecuencia de las hemorragias internas. En los ensayos realizados hasta ahora se ha comprobado que dicho procedimiento es eficaz tanto para lograr una reducción importante del número de vampiros en las colonias, como para prevenir la rabia bovina y humana originada por estos animales. Sin embargo, existiría la posibilidad de que los cadáveres de los murciélagos constituyan un peligro para los animales de otras especies. Por tal motivo, mediante cromatografía de gas se examinaron los residuos del anticoagulante en los vampiros muertos, y solo se encontró 1,17% de la difacinona usada para tratarlos. Si bien en esta investigación se indicó que era reducido el peligro para otras especies, los autores (Burns y Bullard, 1980) recomiendan precaución en el uso del anticoagulante, por desconocerse la susceptibilidad de las diferentes especies al medicamento. Otra técnica consiste en la inoculación intramuscular de bovinos con warfarina, que mata a los murciélagos cuando se alimentan con su sangre.

Para prevenir los casos humanos originados por quirópteros no hematófagos, se debe advertir a la población e instruir especialmente a los niños de que se abstengan de toca o recoger murciélagos caídos o de capturar a los que vuelan durante el día. Asimismo, se puede impedir la entrada de murciélagos a los edificios sellando las vías de entrada y salida. Por otra parte, los murciélagos insectívoros resultan benficiosos para la agricultura y no debe intentarse su control indiscriminado.

El control de la rabia transmitida por carnívoros silvestres de vida terrestre consiste sobre todo en la aplicación de técnicas para reducir la población de la principal especie vectora del virus y responsable por el mantenimiento del ciclo de transmisión, como sería el zorro en Europa, y el zorro, la mofeta y el mapache en los Estados Unidos. Mediante una significativa reducción en la densidad del huésped principal de la rabia silvestre en un área determinada, puede lograrse que disminuya en forma notable el número de casos de infección y esta cese de propagarse. Con tal propósito se emplean cebos tóxicos de fluracetato de sodio o sulfato de talio para las mangostas estricnina para las mofetas y fumigación de las guaridas de zorros con gases tóxicos (compuestos de cianuro o de fosfato de hidrógeno) durante la época de las pariciones. Una medida auxiliar, de menor eficacia, es la caza con armas de fuego y trampas. En algunos sectores de Europa donde se pudo reducir la densidad de la población vulpina a 0,2 zorros por Km2, la rabia desapareció y no ha sido reintroducida. Para evaluar la destrucción de zorros en las áreas de rabia silvestre se ha elaborado un modelo con los siguientes parámetros: a) el nivel crítico de densidad de la población por debajo de la cual cesa de transmitirse la infección; b) la ranovación anual de la población no afectada por la rabia o por las medidas de control y c) la tasa de crecimiento de una población reducida para alcanzar su nivel original. Varios investigadores se han manifestado contra del procedimiento de reducir la población animal ya que implica el sacrificio indiscriminado tanto de animales inmunes como susceptibles y al repoblarse sobre todo cuando se trata de especies animales relativamente resistentes al virus rábico, tales como mapaches y mangostas. En ensayos experimentales se ha demostrado la posibilidad de inmunizar zorros por vía oral mediante cebos que contienen vacunas de virus vivo modificado, en especial ERA o WIRAB (derivada de la anterior y cultivada en BHK). Este procedimiento se encuentra aún en fase experimental y se están estudiando las posibles derivaciones que podrían tener en otros componentes de la fauna, sobre todo los roedores.

8.6.- Medidas de transporte internacionales de animales: En los países que están libres de rabia, se debe prohibir la introducción de perros y gatos de áreas infectadas, como se hace en Australia, o establecer una cuarentena prolongada de seis meses y simultáneamente inmunizar con una vacuna inactivada a los animales que se introduzcan en el país. En los países donde existe la rabia y no es posible establecer una cuarentena prolongada, se deben exigir certificados oficiales de vacunación para perros y gatos, con un confinamiento adicional del animal en el domicilio, bajo vigilancia veterinaria, hasta completar una cuarentena más reducida.

Los animales silvestres deben ser sometidos a las mismas medidas. En lo posible, se debe prohibir la introducción de animales de áreas enzoóticas. Se recomienda el empleo de vacunas inactivadas, ya que las de VVM pueden ser patógenas para algunas especies silvestres.

8.7.- Prevencion de la rabia humana: La profilaxis previa a la exposición se limita a los grupos con alto riesgo, tales como personal de laboratorios, de servicios antirrábicos y programas de control de la rabia animal. Veterinarios y naturistas. Por ahora no se recomienda la vacunación en masa, incluso en áreas epizoóticas, ya que ninguna vacuna es completamente inocua. En América Latina se usa la vacuna CRL para la inmunización previa a la exposición. Con esta vacuna, de alta capacidad inmunogénica y relativamente libre del factor encefalitogénico, se pueden obtener altos títulos neutralizantes al administrar tres dosis de 2 ml día por medio; de tal manera se completa el esquema de vacunación en solo cinco días. A las tres semanas o al mes de la última dosis, es conveniente obtener una muestra de sangre para determinar el título de los anticuerpos y, si resultara bajo, proceder a la administración de una o más dosis adicionales. Se recomienda aplicar una dosis de refuerzo con intervalos de uno a tres años. Las personas vacunas en quienes se ha observado una satisfactoria formación de anticuerpos deben recibir una o más dosis de refuerzo cuando son expuestas a la infección. En los países desarrollados, en la profilaxis previa a la exposición se usa la vacuna en cultivo de células diploides humanas (HDCV = "Human diploid cell vaccine"), que es altamente inmunogénica pero de un costo inaccesible para los países en desarrollo. La vacuna puede administrarse por vía intramuscular con 1 ml o intradérmicamente con 0,1 ml. La conversión serológica se produce en más de 99% de los tratados y perdura dos años en 100% de los vacunados, si se administran tres dosis, en los días 0,7 y 28. La administración intradérmica es de mucho menor costo y tan eficaz como la intramuscular. Efectos secundarios indeseables se observan en menos de 1% de los inmunizados y consisten en dolor muscular, cefalalgia y dolor en el lugar de la inyección. Según datos recientes, en los Estados Unidos, en un lapso de 46 meses hubo 108 (11 por 10.000 vacunados con HDCV) casos de reacciones alérgicas generales, desde la urticaria a la anafilaxia. Pocos tuvieron que ser5 hospitalizados y ninguno murió como onsecuencia de estas reacciones. De los 108 casos, 9 fueron de hipersensibilidad inmediata, presumiblemente del tipo I, 87 de instalación tardía (2 a 21 días después de administrar una o más dosis) presumiblemente del tipo III (depósito del complejo antígeno-anticuerpos en los tejidos activación del complemento e inflamación) y 12 casos de un tipo indeterminado (Organización Mundial de la Salud 1984ª).

Tratamiento general especifico de la rabia

Estado del Animal sin tener en cuenta si está vacunado

Naturaleza del contacto

En el momento del episodio sospechoso

Durante el período de observación de 10 días

Tratamiento recomendado

I. Contacto sin lesión; contacto indirecto; ningún contacto.

II. Lamedura de la piel, arañazos o erosiones; mordedura leve (en las partes cubiertas de los brazos, del tronco y de las piernas) III. Lamedura de las mucosas; mordedura grave (mordeduras múltiples o situadas en cara, cabeza, dedos y cuello)

Rabioso a) Presuntos síntomas de rabia b) Rabioso; animal salvaje o animal que no puede ser sometido a observación.

Animal doméstico o salvaje sospechoso de rabia o rabioso, o animal que no puede ser sometido a observación.

Sano Rabioso

Ninguno Iníciese la vacunación Interrúmpase el tratamiento si el animal sigue sano durante cinco días.

Iníciese la vacunación; si el diagnóstico es positivo adminístrese suero y prosígase la vacunación.

Adminístrese suero y vacuna; interrúmpase el tratamiento si el animal sigue sano durante cinco días.

Manifestaciones de la rabia La rabia se presenta en tres fases: la prodrómica, la furiosa y la paralítica. Otros autores sólo reportan dos fases: la furiosa y la paralítica o muda.

a) FASE PRODOMICA: Esta fase tiene duración que varía de 2 a 4 días, la cual se puede prolongar hasta por semanas. Los síntomas que se presentan en esta etapa no son específicos o visibles, y pueden en ocasiones pasar inadvertidas. Sin embargo, el síntoma característico de este estadío es un cambio de conducta del animal: éste se esconde, no obedece a su amo, tira mordiscos al aire como si quisiera cazar moscas. Existe malestar general, fiebre, irritabilidad. El perro que se encuentra en la calle y que ha entrado en esta fase camina sin rumbo y es muy peligro para las personas que se lo encuentren. El consumo de alimentos se frena, los animales enfermos devoran objetos tales como cuero, paja, excremento, entre otras cosas; la estimulación del sistema nerviosos simpático, en ocasiones, muestra dilatación pupilar, lagrimeo y saliveo.

b) FASE FURIOSA: Esta segunda fase tiene una duración de horas a tres días. El animal muestra un comportamiento de excitación, la mirada se muestra fija, tiende a morder todos los objetos que se mueven, incluso a si mismo. Presenta cambios de tono en el ladrido y parálisis de los músculos de la masticación. El babeo se presenta intensamente; la presencia de tos es debida a la parálisis de los músculos de la faringe.

c) FASE PARALITICA o "MUDA" :

La dificultad de deglución se acrecienta, el animal no puede comer o tomar nada debido al intenso dolor provocado por las contracciones espasmódicas de los músculos de la faringe.

La falta de alimentos conducen a la acidosis y retención nitrogenada. El dolor se acrecienta cuando el animal observa el agua y non puede tragarla debido al intenso dolor que tiene en la garganta; la sola presencia de un líquido al contacto con las fauses, le provoca un miedo terrible; de aquí el nombre corriente de "hidrofobia". Sobreviene la inmovilidad de las extremidades, parálisis general y después de un lapso de uno a diez días, muere.

DIAGNOSTICO DE LABORATORIO Existen varios métodos para el diagnóstico del virus rábico, entre ellos están el histopatológico, la tinción de Sellers, anticuerpos fluorescentes y la prueba biológica.

La tinción de Sellers es una técnica cuya efectividad es del 70%. Se trata de una investigación que se realizó con 233 muestras valoradas por la técnica de Sellers. Se informó que con esta técnica se registraron cerca de 11.7% de reacciones falsas positivas, por lo que muestra la poca seguridad al utilizarla.

El método histopatológico es una prueba tardada y cara, su efectitividad se encuentra entre 70 – 75%.

Por último, la prueba de anticuerpos fluorescentes, técnica rápida cuya efectividad se encuentra en 99%. Es una prueba que hace evidente la presencia del antigeno viral y los cuerpos de Negri a través de improntas o cortes de tejido que emitan fluorescencia en presencia del suero antirrábico con su colorante fluorescente.

En la República Mexicana, durante 1987, se estudiaron 11,125 muestras de cerebro de animal, de las cuales se diagnosticaron 11,013 casos, lo que significa un incremento de 3.5% con respecto a 1986, que registraron 44.5%.

De acuerdo a la positividad de rabia del total de muestras analizadas, los estados con mayor porcentaje de positividad fueron: Querétaro con 96.9%, Nayarit 96.4%, Sinaloa 93.4%, Oaxaca 89.5% y Chiapas 87.2%; mientras que los más bajos fueron Baja California Sur con 20%, Tamaulipas con 14.7%, Nuevo León 13.5%, Quintana Roo 9.7% y Chihuahua con 4.7%.

Cuidados y obligaciones del personal de diagnostico de rabia

Las medidas de precaución son importantes para cualquier persona que tenga contacto con animales o muestras contaminadas con el virus de la rabia.

Se ofrecen varias recomendaciones generales que se deben llevar a cabo para evitar desenlaces fatales. Podemos mencionar algunas:

1. El personal que labora en los centros de salud animal y que tiene contacto con animales, así como aquellas personas que trabajan en perreras, deben de recibir un tratamiento antirrábico preventivo, cuyo tiempo de inmunización dependerá de la vacuna.

2. Debe utilizarse ropa adecuada para trabajar (guantes, botas bata, cubrebocas o, en su caso, un overol en vez de bata).

3. La herramienta de trabajo (cuchillos, bisturí, pinzas, sierra) deben ser siempre los mismos.

4. Cuando se extrajo la muestra de un cadáver para su análisis, es necesario deshacerse de él incinerándolo; o si se trata sólo de un cerebro hay que eliminarlo después de algunos días, luego de confirmar su resultado.

5. Después de concluida la necropsia, debe procederse a la desinfección y lavado del material y herramientas usados, así como el área donde se trabajo (mesa y pisos).

6. Colocar la ropa de trabajo en un mismo sitio para evitar contaminaciones en otras secciones del laboratorio.

7. Por último, lavarse las manos; esta acción hay que hacerla también al principio.

8. Mantener en buenas condiciones el microscopio, para evitar errores en las observaciones.

CONDICIONES PARA EL ENVIO DE MUESTRAS Las muestras (cerebro o cabeza) que se envían a los centros de sanidad animal, deberán estar en buenas condiciones.

Presentar solicitud con el nombre y dirección del remitente, la cual se anexa a una hielera conteniendo la cabeza o el cerebro de animal.

Dichas muestras deben estar dentro de una bolsa de plástico bien amarrada y rodeada de hielo por fuera de la bolsa, todo esto dentro de la hielera.

Nombre y dirección del propietario del animal, con el objeto de solicitarle certificados de vacunación o cualquier otro dato. Asimismo, la identidad de la persona agredida, con el fin de informarle acerca de los resultados para empezar un tratamiento antirrábico o simplemente para informarle que no existe peligro.

Informar también en qué parte del cuerpo fue la mordida del animal sospechoso, ya que en partes como la cara y la cabeza son de mayor peligro.

Reportar si el animal agresor se encuentra vacunado.

Observar los síntomas del perro agresor en las perreras y, si son muestras éstas deben llevarse a los centros de salud animal.

PREVENCION La rabia, en la mayoría de los casos es mortal, por lo que la prevención contra esta enfermedad es el único método disponible para controlarla. La prevención consiste en la aplicación de vacunas antirrábicas a los animales de casa, sean perros o gatos, así como para el personal que trabajo en contacto con animales que puedan transmitir la rabia (veterinarios, laboratoristas, agricultores, entre otros).

Según datos proporcionados por la Secretaria de Salud, en 1987 se logró vacunar a cerca de 4,177,440 perros de los 5,148,685 que se tenían como meta final, constituyendo sólo el 81.1% del objetivo.

La primera precaución que se debe seguir cuando un individuo es agredido por un animal sospechoso de rabia, es practicarse una limpieza profunda de la herida dejada por el animal, para que permita remover o eliminar lo más posible la saliva del agresor, lavando la parte con agua y jabón, uso de alcohol etílico si es que se tiene a la mano.

Animal Clínicamente sano:

Cuando una persona es agredida por este tipo de animales en cabeza, cara y cuello, es necesario:

Aplicar tratamiento local en las heridas.

Suministrar una dosis por día hasta completar 5 dosis de vacuna antirrábica.

Observar al animal agresor por un espacio de 5 a 10 días posteriores a la agresión.

En caso de que el animal se observe sospechoso o rabioso, hay la necesidad de aplicar el tratamiento completo.

Cuando el animal se encuentra en buenas condiciones de salud, éste se da de alta a uno a diez días.

Si la persona ha sido agredida en el tronco y extremidades por un animal aparentemente sano, se siguen los siguientes pasos:

Dar un tratamiento local en las heridas.

Observar al animal por un espacio de 5 a 10 días.

Cuando el animal es sospechoso o se enferma de rabia, es necesario que la persona agredida reciba de inmediato el tratamiento completo.

Pero si está sano, se dará de alta a los diez días.

Animal Clínicamente sospechoso:

Cuando la persona es agredida en la cabeza, cuello o cara se deben de seguir los siguientes pasos:

Aplicar tratamiento local a las heridas Proporcionar una dosis por día hasta completar 5 dosis de vacuna antirrábica.

Observar el animal 5 días, si se confirma sospechoso, de rabia se debe completar el tratamiento; si no se confirma, esperar la observación al décimo día para dar de alta al animal.

Cuando un animal clínicamente sospechoso agrede a un individuo en el tronco y las extremidades se debe de hacer lo siguiente:

Dar tratamiento local a las heridas.

Suministrar una dosis por día hasta completar 5 dosis de vacuna antirrábica.

Observar al animal agresor el quinto día, si se confirma sospechoso hay que completar el tratamiento. Si no, esperar el décimo día; en caso de ser sano se le da de alta Si al décimo día es sospechoso de rabia, hay que aplicar el tratamiento.

Animal Clínicamente rabioso:

Cuando la agresión del animal es en la cabeza y/o cuello, se siguen lo siguiente:

Dar tratamiento local a las heridas.

Aplicar un tratamiento completo, con una dosis diaria, hasta completar 14.

Si se aplicó suero antirrábico se requiere una dosis adicional de refuerzo a los 90 días de la última dosis de la serie.

Cuando el animal agrede en el tronco y/o extremidades, se siguen los siguientes pasos: Tratamiento local en las heridas.

Aplicar una dosis diaria hasta completar 14 Si se aplicó suero antirrábico, se requiere una dosis adicional al décimo día después de la última dosis de la serie.

Resumiendo lo anterior, es necesario lo siguiente:

Tratamiento local: lavar inmediatamente con agua y jabón o detergente, aplicar desinfectante y no suturar la herida.

Dosis y vía de aplicación de la vacuna: Aplicar 1 ml por vía subcutánea en la región interescapulo-vertebral. Los niños de cualquier edad deben de recibir la misma dosis que los adultos. Una vez iniciada la vacunación, por ningún motivo se debe de aplicar suero.

Aplicación de suero: Debe de aplicarse siempre antes de la primera dosis y nunca después de las 24 horas posteriores al contacto. Se debe de aplicar suero localmente en el sitio de la herida. La dosis debe de ser conforme a las indicaciones del laboratorio.

Contraindicaciones de la vacunación:

No existe ninguna contraindicación, ni por enfermedad, ni por tratamientos concurrentes para la aplicación de la vacuna.

Recomendaciones al Paciente: Se debe de indicar que durante el tratamiento, evite el ejercicio físico excesivo las bebidas alcohólicas y la exposición al sol.

El animal agresor deber ser capturado y confinado para que un técnico lo observe durante 7 y 15 días. Este tiempo se señala para detectar la enfermedad, por que el virus puede estar presente en la saliva de los animales 6 o 7 días antes de la presentación de los primeros signos. Por esta razón, los animales sospechosos se examinan durante este lapso.

Si el animal es notificado como positivo, se procederá de inmediato a la vacunación del individuo agredido. El animal, después de presentar los síntomas, morirá 2 o 3 días después como resultado de la insuficiencia cardiaca y respiratoria aunada con la parálisis general.

Epidemiología

La rabia es una enfermedad aguda y transmisible por un virus, que primariamente afecta a los animales, ocasionalmente al hombre y que hasta la fecha a sido fatal. La transmisión al hombre se produce básicamente por mordedura de un animal rabioso.

La rabia es un padecimiento de distribución universal a excepción de Australia, que afecta tanto a animales domésticos como salvajes. En países menos industrializados, la exposición a animales domésticos (perro y gato) constituye la mayor fuente de la rabia humana, a diferencia de países como EEUU en donde los animales salvajes (incluyendo murciélagos) constituyen el reservorio de rabia más importante.

Monografias.com Las indispensables vacunas La inmunización no garantiza que la mascota no se enferme, pero su aplicación resulta indispensable para la salud del engreído. Exija entonces que el veterinario que atiende a su cachorro este colegiado y le entregue, después de cada vacuna, el certificado del Colegio de Médicos Veterinarios del Perú

Monografias.com   Es recomendable vacunar al perro contra la rabia.

Conclusión

He llegado a la parte final del trabajo y puedo decir que la rabia es una de las enfermedades más importantes de nuestro medio ya que esta es zoonótica (transmición animal- hombre) esto puede detener a tiempo con precauciones en el caso de los animales su plan de vacunación al día y en el caso del hombre poder prevenir a tiempo ya que esta enfermedad es mortal.

La rabia se puede transmitir por mordeduras en la cara, cuello, manos, y otras zonas del cuerpo, lameduras, rasguños; en el caso de los animales si al perro le muerde otro perro ya sea en cualquier parte del cuerpo este virus va de frente al sistema nervioso central.

Si se sospecha que es un perro rabioso tenerlo en cuarentena para poderlo observarlo. Esta enfermedad no tiene cura en los animeles.

Bueno espero que este trabajo halla sido del agrado de quien lo lea ya que es muy importante en nuestra salud pública.

Bibliografía

1.- Programa de consulta sobre la rabia Organización Panamericana de la Salud Organización Mundial de la salud 2.- XI Reunión Internacional sobre avances en la investigación y control de la rabia en las américas.

Ministerio de Salud 3.- Comité de expertos de la OMS sobre la rabia Organización Mundial de la Salud 4.- Zoonosis y enfermedades transmisibles al hombre y a los animales Pedro N. Acha Boris Szyfres 5.- Microbiología Médica Geo. F. Brooks Janet S. Butel L. Nicholas Ornston.

 

 

 

Autor:

Erika Geraldine Zarate Tinoco.

erikag19[arroba]terramail.com.pe

Partes: 1, 2, 3
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