Hay varios síntomas del uso y abuso de drogas que
pueden ser reconocidos como señales de peligro. Debemos
aclarar, sin embargo, que la presencia de uno o dos de ellos
solamente, no siempre indica problemas con
drogas, puede revelar otras causas. Se suele confundir con otros
estados emocionales. Sin embargo, el listado de las siguientes
situaciones puede ayudar:
- Cambios repentinos de la
personalidad y excesos de mal humor sin explicación
de causa aparente. - Notable caída en el rendimiento escolar o
abandono de los estudios. - Alejamiento de compañías de otras
personas. - Pérdida de interés
en las actividades favoritas, tales como deportes y
hobbies. - Aumentos de infracciones de transito.
- Incorporación a un nuevo grupo de
compañeros de la misma edad. - Recepción de llamadas telefónicas de
personas desconocidas. - Aumento de conflictos y
peleas en el seno de la
familia. - Excesiva hostilidad para con los
demás. - Ojos enrojecidos.
- Presencia de instrumentos necesarios al consumos de
drogas. Sospechosa aparición de comprimidos, frascos de
colirio, jarabes y envases de medicamentos. - Acentuadas alteraciones en el apetito.
- Falta de motivación, incapacidad para cumplir con
las responsabilidades. - Distracción, risas excesivas.
- Actividades antisociales tales como mentir, robar,
faltar al colegio, etc. - Cambios en los hábitos de higiene y en la
alteración de la apariencia personal. - Actitudes furtivas o impulsivas, uso de anteojos
oscuros aunque no haya exceso de luz. - Uso de camisas de mangas largas incluso los
días calurosos. - Reacción defensiva cuando se mencionan
las drogas y
el alcohol en
cualquier conversación. - Aumento de la fatiga e irritabilidad, sueño
interrumpido. - Desaparición de objetos de valor.
- Falta de expresión en el rostro;
monotonía en la voz. - Uso de los equipos de sonido a todo
volumen y
cambio del
día por la noche. - Afecciones bronquiales y otros problemas de salud.
- Depresión emocional; frecuente mención
del tema del suicidio. - Aliento alcohólico.
- Confusión sobre el lugar, hora y
día. - Crisis de miedo o temor exagerado.
- Insomnio.
- Tos crónica.
- Apariencia de borrachera.
- Dificultad para coordinar movimiento.
- Aspecto somnoliento o atontado.
- Congestión en nariz y garganta.
- Habla mucho sin parar.
- Temblores.
- Excesiva calma o lentitud.
- Crisis de risas inmotivadas.
- Hablar en voz alta.
- Nauseas.
- Excesivo dolor de cabeza.
- Lenguaje incoherente.
- A veces oye, ve o siente cosas que no
existen.
Creer que todo el que prueba la droga se
vuelve un drogadicto, es tan errado como creer que el todo el que
consume alcohol esta destinado a ser un alcohólico. Lo que
se señala como agente causante de la adicción a las
drogas, no dejan de ser más que elementos contingentes a
una personalidad
predispuesta para hacerlo.
Se debe dejar de creer que un amigo tiene la fuerza
suficiente para llevar a otro a la
drogadicción; los vendedores de droga tampoco son la
causa de la drogadicción; ellos y muchos otros
elementos son solamente medios en los
que el drogadicto encuentra la solución a una necesidad
acuciante.
La droga viene siendo satanizada creyendo que de esta
manera el consumo se
acabará; no obstante, el incremento es significativo con
el transcurrir del tiempo. No todos
los drogadictos utilizan drogas ilícitas; una gran
cantidad de ellos son víctimas de drogas licitas, que en
diferentes ocasiones son recetadas por profesionales dedicados al
bienestar de la salud mental. La
gran mayoría de los drogadictos y de los consumidores no
dependientes busca con la droga, estados emocionales, que de otra
manera parece no los encuentran. Es también sabido que
algunas personas empiezan a consumir sustancias psiocoactivas
ante la falta de sueño, estado de
ansiedad, estado de depresión
y tristeza, estado de angustia, etc.
Página siguiente |