El siglo XIX, centuria del maquinismo, significó
el triunfo de la técnica en la producción del
libro, lo que significó «la sustitución de
los métodos artesanos del pasado por un sistema
mecanizado» (Dahl, S. Op. cit.; p.230)
4.
EL LIBRO EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN: EL DESAFÍO DE INTERNET.
En un artículo acerca de la realidad actual de la
Internet en Francia escrito por Virginie Coustet, Mathilde
Lelièvre y José Baghdad nos encontramos con el
siguiente sugestivo título: JE CLIQUE, DONC JE PENSE. El
artículo puede ser consultado en:
http://www.sciences-po.fr/observatoire/obs4/clique.htm
Todos somos conscientes que la computadora
e internet constituyen dos de las revoluciones
tecnológicas más maravillosas de todos los tiempos.
Las computadoras u
ordenadores han dejado de ser el campo exclusivo de los genios de
la informática y hoy se encuentra al alcance
de cualquier persona de
inteligencia
promedio normal. Vive y convive con nosotros, ya sea en la
escuela, en la universidad, en el trabajo, en
las empresas a las
cuales vamos a comprar bienes y/o a
pagar servicios,
etc. Y, en algunos casos, en nuestra propia casa. Es cierto que
por lo general la usamos cada vez más, aprendemos
más sobre su uso, aunque constituye uno de esos aparatos
misteriosos con los cuales hacemos maravillas, pero sin saber
como lo hace, muchas veces sin importarnos como lo hace (Eso lo
creemos está reservado para los iniciados en esa exclusiva
y hierática sociedad de los nuevos brujos
informáticos. ¡Acaso no nos hablaron del retorno de
los brujos!)
Con internet aparece una nueva generación: la
generación web, conformada
por "…millones de jóvenes menores de dieciocho
años que no solo están familiarizados con las
computadoras desde niños, sino que también tienen
acceso a Internet desde las escuelas y universidades. Un
niño que tenga ahora ocho o diez años
aprenderá a utilizar Internet como un recurso más
para su educación. El ordenador conectado a la red será, es, un
instrumento de trabajo para dar acceso a la biblioteca más
grande del mundo" (García «Garanz», Fernando.
"Libros en Internet" (Madrid: Editorial Espasa Calpe S.A. 1998;
p.18)
Marcela Czarny en su libro "La escuela en Internet,
Internet en la escuela. Propuestas didácticas para
docentes no informatizados" (Rosario-Argentina: Homo
Sapiens Ediciones, 2000) nos recuerda que con o sin Internet el
desafío más grande de la educación es el
educar para cambiar y no educar para repetir. Actualmente la
cantidad de información disponible es abrumadora y como la
calidad de la información es muy variada, el
desafío más grande es lograr que los estudiantes
vayan adquiriendo (es algo que requiere tiempo, madurez y
conocimiento) agudos criterios de selección,
espíritu analítico y crítico que siempre han
sido metas de la educación, pero que hoy se extreman
porque al navegar en océanos de información, se
requiere ir aprendiendo qué fuente es valiosa y
cuál no. Es cierto que esto también valía
para las informaciones que se podían encontrar en los
libros, periódicos y revistas, pero es innegable que hoy a
través de Internet se tiene acceso a información en
un número desproporcionadamente alto (lo que motiva que se
hable de una «infoxicación»), pero que al
pasarlo por el tamiz de la selección se va reduciendo,
hasta poder quedarse con las necesarias informaciones de alta
calidad. Y cuando digo información no solo me estoy
refiriendo a textos sino a todo tipo de material de multimedia.. La
posibilidad de acceder a museos a través de visitas
virtuales es una fuente valiosa de conocimiento y de fomento de
la sensibilidad artística. Lo propio ocurre con algunos
museos de voces de personajes famosos. O el poder admirar y leer
el facsímil de obras que han sido digitalizadas porque
requieren ser salvaguardadas. Y resulta que en esa
digitalización la resolución de detalles es
superior a la que la observación directa del manuscrito
físico permite. Esto es una maravilla y está al
alcance de cualquier verdadero lector, es decir de aquel que va a
encontrar placer porque lee no solo para informarse sino porque
la lectura, en cualquier soporte, le brinda deleite y, ahora, la
espectacular posibilidad de tener acceso a obras que por
encontrarse en salas especiales de investigación solo estaba a
disposición de un reducidísimo número de
especialistas. Podemos gozar, por ejemplo, con la
digitalización de la crónica de Felipe Guaman Poma
de Ayala realizada por la Biblioteca Real de Copenhague, dentro
de su proyecto de
digitalización del valiosísimo material de su
Departamento de Manuscritos y Libros Raros, considerando
además que la mencionada crónica había sido
propuesta, en mayo de 1997, para su inclusión, por parte
de la UNESCO, en la lista de "Memoria del mundo". Como dice
Rolena Adorno, que nos obsequia un valiosísimo estudio
introductorio a la obra del cronista indio: "Tanto si el lector
quiere leer el texto en prosa del manuscrito o simplemente
examinar sus casi cuatrocientas páginas de dibujos, esta
extraordinaria versión digital posibilita un fácil
acceso para el especialista y para el amateur". Y esto que
decimos sobre esta crónica lo podríamos decir sobre
la edición príncipe de El Quijote, para sólo
citar dos obras de las muchas que ya han sido digitalizadas. Lo
que pretendo es que se comprenda que internet abre una puerta
maravillosa para todo aquel que se quiere acercar a ella con la
curiosidad intelectual que ha caracterizado desde siempre al Homo
Sapiens. Y si antes los lectores gozábamos con la lectura
que empleaba átomos, hoy, sin abandonar esos libros, se
nos ha abierto un mundo maravilloso. No hay ninguna
justificación para mostrarse reacio a gozar con sus
encantos.
Marcela Czarny nos señala algunos prejuicios, en
torno a la internet, que se esgrimen dentro del sector
docente:"No… A mí de Internet no me hablen. Yo no
sé nada de computación" "¿Internet?. No
gracias. Suficientes problemas ya
tengo en clase". "No estoy de acuerdo con las nuevas
tecnologías. Son la base de una educación
tecnocrática que apunta a que los alumnos dependan de
aparatos hasta para sumar dos más dos". "Tengo miedo de
empezar a navegar y «hundirme» en el mar de
información que ofrece Internet". Ni estos ni otros
prejuicios tienen una justificación. La explicación
que encuentro frente a las actitudes
dubitativas o de franco rechazo, es la novofobia, de la cual nos
habla el filósofo Mario Bunge. En una entrevista que
le hiciera El Comercio de Lima, en su suplemento dominical, el 8
de mayo de 1997, Bunge al referirse a los niveles primario y
secundario, nos dice con relación a la escuela y el avance
tecnológico: "Pedirles que produzcan algo que no sea
entusiasmo por el aprendizaje es
absurdo. Tienen sólo dos misiones: Una, enseñar; y
otra enseñar a que los alumnos aprendan a aprender por su
cuenta, porque una vez que egresan ya no tendrán al
maestro, a la maestra a quien preguntar, se las arreglarán
solos. Y hoy día, en un mundo que cambia tan
rápidamente, el que no sigue aprendiendo toda la vida se
estanca, queda atrás. En la Argentina decimos "al
camarón que se duerme lo arrastra la corriente", ustedes
también lo dicen. (se refiere al Perú) Eso pasa
ahora mucho más que hace 100 años, entonces las
cosas cambiaban más lentamente; hoy, al impulso de
la ciencia y
de la técnica, el mundo está cambiando muy
rápidamente". Es una obligación del docente el
estar con las últimas innovaciones, el sacarle el
máximo de provecho en su tarea docente y asimismo para su
propia experiencia, porque en la medida que él logre
sentir placer con esos avances podrá transmitir ese
sentimiento a sus alumnos.
En el artículo "Lápiz, Teclado…
todo vale para acercarse a las letras " aparecido en Escuela en
Acción, marzo-abril 1999 (citado por Félix Sagredo)
podemos apreciar la actitud
positiva de los docente frente a las nuevas tecnologías.
Como hemos señalado no tiene sentido la novofobia, mucho
menos dentro de los docentes que tienen que interactuar con
niños y jóvenes que en muy poco tiempo
estarán inmersos, quiéralo o no el sistema
educativo, con la nueva sociedad de la información. En ese
artículo leemos lo siguiente: «La escuela no puede
olvidar la influencia de las nuevas tecnologías, ni
discurrir manteniendo las distancias, sino que debe confluir con
ellas, puesto que los niños y niñas de nuestras
aulas habrán de utilizarlas. Estaba decidido. Había
llegado el momento. En nuestras aulas iba a aparecer "El
rincón del ordenador". Pero surgían los
interrogantes: ¿cómo empezar?, ¿dónde
ponerlo?, ¿cuál sería la
organización adecuada?, ¿será suficiente
un ordenador…? Conscientes de que las respuestas las
iríamos obteniendo con la práctica, empezó
la aventura. Nuestros alumnos y alumnas escriben "a su manera"
desde los tres años, de modo que a partir de ahora se
trataba de escribir con un instrumento más, en el que hay
que pulsar teclas … Una de las primeras preguntas que surgen
ante la experiencia ya tiene respuesta… Aunque solamente
llevamos un mes con este "rincón" nos parece altamente
gratificante por la cantidad de situaciones tanto de aprendizaje
como de interacciones que se generan en él. Pensamos
seguir con él todo el resto del curso y trataremos de
conseguir más ordenadores, bien sea a través de
entidades privadas o de la generosidad de las personas
relacionadas con el centro, como ha ocurrido en esta
ocasión».. (Mª Pilar Martínez,
Concepción Barcala. CEIP "Antonio Machado", Colmenar
Viejo, Madrid )
En realidad, los cambios que se han operado
últimamente son el producto de un largo proceso de
innovaciones tecnológicas. Al comienzo de este trabajo
decía que frente a la pregunta acerca de si el libro
estaba en peligro de extinción debido al avance de la
tecnología
digital, de las tecnologías de la información,
señalaba que el problema estaba mal planteado, debido a
que cuando hacemos un recorrido histórico acerca de la
lectura y del libro, nos encontramos que no es un período
de inmovilismo. Algunos cambios fueron profundos y siempre en
beneficio de lo que en última instancia es lo más
importante, lo más trascendente: la lectura, la
información, la concretización y transmisión
del pensamiento valiéndose de medios que lo hacen
perdurable. Es inconcebible plantearse la posibilidad de la
desaparición de la lectura. Considero que la etapa de la
cultura oral fue la fase primera dentro del gran desarrollo
cultural y que resulta imposible concebir a una nueva etapa de
oralidad pura.
Reflexionemos en el hecho de que el libro es solo uno de
los tantos soportes que ha tenido la escritura. Un soporte que
significó un avance tecnológico extraordinario,
comparable sólo al que actualmente se está viviendo
con la informática. Francisco Aguadero en su libro "la
sociedad de la información" (Madrid: Acento Editorial,
1997), nos dice: "En realidad, el desarrollo tecnológico
no es nuevo; es un proceso social; y como tal, no termina. Se
inició con el hombre en la prehistoria…
Ahora bien, no cabe ninguna duda de que la cantidad de cambios
tecnológicos acaecidos en las últimas
décadas en torno a las tecnologías de la
información y la
comunicación, principalmente, incitan a la historia a
que los juzgue, sobre qué tiene realmente de
revolución tecnológica, una vez que con perspectiva
histórica se pueda analizar el grado de impacto y
asimilación producido en la sociedad" (Op. cit.; p. 11).
Lo que tampoco es nuevo es la novofobia. En la época
antigua, ya lo hemos señalado, más
específicamente en la Grecia del siglo V, la del gran
esplendor cultural, se dio un rechazo, y por personalidades de la
talla de Platón, a la cultura basada en el libro, en la
escritura, en tanto que los sofistas se convirtieron en los
abanderados de la nueva tecnología, la cual
reemplazaría a la cultura oral.
Mucho tiempo tardó en imponerse la lectura
silenciosa, incluso ya aparecido el libro de papiro y
posteriormente el códice. Y por supuesto que la
aparición de la imprenta hizo poner el grito en el cielo a
aquellos que querían seguir con los manuscritos.
Argumentaban sus detractores que la reproducción en grandes cantidades de los
libros iba a llevar a la humanidad a la perdición, porque
no estaba preparada para leer todo lo que pudiera caer en sus
manos, sin el filtro de los custodios del saber. Román
Mazzilli, en un artículo dedicado a la tecnofobia, nos
dice: «¿Qué se dijo del libro en el momento
de su nacimiento? Que era un arma del diablo que enfermaba las
mentes de las personas, que les cambiaba hasta el color de la
piel y
ensombrecía el semblante –piénsese que se
leía a la luz de velas,
muchas veces a escondidas-. Además era un objeto que
venía a destruir la comunión de la gente que hasta
ayer nomás formaba rondas para escuchar las narraciones
orales y hoy se aislaba para establecer contacto con un objeto:
el libro» (Mazzilli, Román. "Algunas imprecisiones
sobre nuestra realidad
virtual: La tecnofobia de Gutenberg a Internet"
(http://www.campogrupal.com/tecnofobia.html).
Debemos saber, como nos lo cuenta Carlos Sáez, en
su interesantísimo trabajo "El libro electrónico"
(http://scrineum.unipv.it/saez.html)
que refiriéndose a la recién inventada imprenta el
veneciano Filippo di Stara llegó al extremo de decir que
«la pluma es una virgen, la imprenta una puta». Nos
dice Sáez que con ello el veneciano se refería "no
solo al peligro que veía de que se plasmasen por escrito
textos inmorales heterodoxos, sino a que la imprenta
divulgaría el saber entre los ‘ignorantes’.
Recelaba así el temor de que la imprenta acabara con el
tradicional monopolio de
unos pocos sobre la cultura escrita". Y no nos olvidemos, como
nos lo recuerdan Félix Sagredo Fernández y
Ma Blanca Espinosa Temiño en "Del libro, al
libro electrónico-digital" «que algunos inquisidores
del siglo XVI solicitaban al Papa Julio II la publicación
de una Bula que permitiera quemar todos los productos de
papel, denominados por ellos "artilugios del demonio", que luego
conocimos expandido por el orbe con el nombre de imprenta.»
(http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista/num9/cine/sagredo.htm#titulo)
Por lo general cuando ahora se nos habla de la imprenta
y de lo que significó para su tiempo se suele pasar por
alto, salvo entre los estudios especializados, la reacción
negativa que ella ocasionó y como se repitió la
reacción conservadora que se había dado en el siglo
V a..C. en Grecia. Novofobia y conservadurismo caracteriza la
reacción frente al invento revolucionario de la imprenta.
Hoy deberíamos conocer y comprender mejor esa
reacción y reflexionar sobre sus causas profundas para
tener una comprensión más exacta sobre lo que
sucede actualmente cuando nos enfrentamos a cambios
tecnológicos tan grandes que también generan la
reacción novofóbica, sobre la cual nos ha hecho
reflexionar Mario Bunge y el escondido conservadurismo bajo el
disfraz de temores imaginarios frente a potenciales peligros que
están acarreando las innovaciones tecnológicas como
Internet.
Leemos en un interesante trabajo de Roger Chartier, de
la École des Hautes Études en Sciences
Sociales-Paris, titulado "El concepto del
lector moderno" (http://cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/cultura.shtml)
aspectos muy importantes sobre la reacción que
originó la imprenta y que consideramos necesario citar
porque, como volvemos a enfatizar, es necesario que esto no quede
en el campo exclusivo de los especialistas porque al encontrar
similitudes de fondo entre reacciones ocurridas en el pasado con
las actuales podremos tener una visión más
comprensiva que nos ayude a comprender mejor situaciones
presentes. Leemos en el citado trabajo con relación al
desprecio que generó la imprenta por la supuesta
democratización cultural que iba a generar dicho invento.
"Semejante divulgación de la cultura escrita otorgada por
la imprenta, fundamentó el desprecio de la nueva
técnica y de sus productos (Bouza, 1977). Duraderamente en
los siglos XVI y XVII se opuso a la alabanza de la
invención de Gutenberg, las quejas contra las corrupciones
que había introducido. Tanto los autores fieles a un
modelo aristocrático de la escritura como los eruditos de
la «Respublica litteratorum» despreciaban el
negocio de los libreros y la publicación impresa de los
textos, porque según ellos, corrompían a la vez la
integridad de las obras, deformadas por los yerros y gazapos los
componedores y correctores ignorantes, la ética
literaria, destruida por la codicia, la avidez y las
piraterías de los editores, y, finalmente, el sentido
mismo de los textos, comprados y leídos por lectores
incapaces de entenderlos. Los aristócratas y los eruditos
preferían la circulación manuscrita de las obras
porque destinaba los textos sólo a los que podían
apreciarlos o comprenderlos, y porque expresaba la ética
de obligaciones
recíprocas que caracterizaba tanto la urbanidad nobiliaria
como las prácticas intelectuales eruditas".
La resistencia al
cambio fue sustantiva. El apego a los manuscritos, ¿
acaso no nos recuerda a actitudes actuales de aquellos que tiene
una actitud cerrada de oposición a los cambios
electrónicos en materia de
soporte de los libros? Aunque es bueno reconocer que muchas
personas que no tienen el hábito de la lectura lo que
están desarrollando es una actitud tipo moda y de
ignorancia total al creer que las bibliotecas y con ellas lo
libros y revistas van a dejar de existir porque basta poseer una
computadora e
Internet para tener todo lo que uno desea saber. Mario Bunge en
un magistral conferencia "Tres
mitos de
nuestro tiempo: Sociedad virtual, globalización igualamiento
socio-económico por obra de la red electrónica y del libre comercio"
realizada el 22 de mayo de 2001 y que la Universidad Inca
Garcilaso de la Vega la ha publicado en su revista Argumentos y
Novedades (Lima: Universidad Inca Garcilaso de la Vega,
Año 3, N° 3, abril 2002; pp.173-189) al referirse al
mito de la
sociedad virtual señala que según esta
utopía, entre otras cosas "… las aulas se
convertirán en talleres en que cada estudiante
estaría frente a una pantalla sin ver a sus instructores,
ni interactuar con sus padres salvo a través de la
pantalla. Mejor aún, las aulas desaparecerían, y
todos aprenderíamos sin salir de casa, las bibliotecas
serían desplazadas por internet,…" Las personas que
sostienen esto (creen sería el mejor calificativo) son,
por lo general, aparte de la utopistas, por lo general de nivel
cultural que deja mucho que desear, que siempre han tenido pereza
intelectual y no han leído o han leído por
obligación, que ya sabemos que no es verdadera lectura y
consideran que internet es la no-lectura, el no-libro, con lo
cual demuestran su total ignorancia sobre lo que es realmente o
lo que potencialmente significa internet. Son personas incapaces
de comprender lo que son ahora las bibliotecas y mucho menos
pueden apreciar el significado cultural de la nueva Biblioteca de
Alejandría que ha vuelto abrir sus puertas el 16 de
octubre del 2002.( Tras casi dos milenios de ausencia, la
apertura de la nueva Biblioteca de Alejandría es un acto
de coraje y esperanza del gobierno egipcio y de la UNESCO, sus
principales mecenas. Su monumental edificio tiene capacidad para
8 millones de volúmenes y alberga, además, un
centro de conferencias para 3200 personas, un planetario y cinco
institutos de investigación entre los que se encuentran la
Escuela Internacional de Estudios en Información, el
Laboratorio de
Restauración de Manuscritos Raros y un centro de Estudios
del Internet que ya ha permitido que algunos de los 10.000
manuscritos y libros raros de la rica colección de la
biblioteca hayan sido digitalizados).
Pero volvamos al punto de lo que implicó la
resistencia a la
imprenta y a la divulgación cultural. En el citado trabajo
de Roger Chartier leemos "No abandonó el lector moderno
los manuscritos. En las casas aristocráticas, la
advertencias y consejos que los nobles componían para sus
hijos conservaron una forma manuscrita que, a la vez
protegía su secreto o privacidad y permitía la
incorporación de correcciones o adiciones. Pero más
allá del ámbito nobiliario, la lectura de los
textos manuscritos se mantuvo durante toda la primera Edad
Moderna".
Uno de los aspectos que se le critica a la nueva
tecnología de la informática, de la
expansión incontenible de internet con relación a
los vínculos interpersonales, es que, a semejanza de lo
que en su época se le criticó al libro, internet
según sostienen algunos, crea una relación adictiva
con referencia a un objeto, en este caso la computadora y que por
ello se corre el riesgo de generar
personas que rompen vínculos con sus semejantes, para
volverse casi autistas. ¡Nuevamente la novofobia y el
avizorar futuros apocalípticos!
Sin embargo ello no es todo lo trágico con lo que
se suele pintar. Un trabajo bien meditado, elaborado a
través de la red por Máximo Lameiro y Roberto
Sánchez, titulado "Vínculos e Internet. Investigación cualitativa acerca de nuevas
formas de vincularse" (cuya metodología de trabajo fue a través
de la red por dos personas que no tenían relación
física
directa), estudio que data de abril de 1998 y que puede leerse
en http://www.campogrupal.com/vinculos.html,
nos permite una aproximación muy certera sobre esta
problemática. Ellos señalan que el primer
acercamiento a internet no tiene, por parte de los que se inician
en su uso, un propósito definido, sino que obedece a una
suerte de curiosidad intelectual, para saber de qué se
trata esa cuestión del ciberespacio y que una vez
satisfecha esa curiosidad quedan como usuarios de internet
fundamentalmente por la dimensión interpersonal de
internet (chat y e-mail)
y no así por su poder informativo. "En este sentido
Internet desborda la función puramente utilitaria de
proveer información para convertirse en un instrumento que
acerca a las personas, permite su comunicación y el establecimiento de
vínculos duraderos entre ellas". (Op. cit) . Lo novedoso
es que el ciberespacio resulta un medio liberador en la medida
que el vínculo interpersonal no es cara a cara, la persona
se torna como invisible y queda expresada sólo en
palabras. Como dicen los autores citados: "Así podemos ser
sin ser vistos y podemos establecer una relación con el
otro sin verlo".Esta invisibilidad en la relación
interpersonal permite que se puedan reprimir y a la vez aflorar
aspectos de la
personalidad, porque no existe el freno que significa una
relación directa (cara a cara). Por esto es que los
citados autores adelantan, como una de las hipótesis que manejan la referente a que
"toda persona que interactúa en el ciberespacio desarrolla
una nueva personalidad
que puede diferir desde un grado mínimo a un grado
máximo con su personalidad del espacio habitual de su
experiencia cotidiana". Probablemente, nos dicen Lameiro y
Sánchez, la supuesta "deshumanización" o
"irrealidad" de los vínculos interpersonales a
través de internet se deba al hecho de que los usuarios
tienen una experiencia aún corta de esta nueva realidad y
muy presumible las nuevas generaciones de usuarios
aprenderán este nuevo modo de relación (in absentia
del cuerpo) con mayor "naturalidad". Por todo ello es que el
correo
electrónico y el chat constituyen los aspectos
más importante para la casi totalidad de usuarios de
internet. El correo electrónico tiene, por el hecho de ser
una comunicación off-line, una ventaja sobre el teléfono, que es una comunicación
on-line. El teléfono no da tiempo para una adecuada
reflexión, cosa que sí se obtiene en las relaciones
y comunicaciones
vía e-mail, que posee una estructura
diferida en la comunicación. El chat, en cambio, se
asemeja al teléfono en su carácter "on-line", es
decir la comunicación es en tiempo real y la respuesta
tienen que ser inmediata, lo cual le quita la reflexividad que da
el e-mail, aunque sus usuarios constantes señalan como
ventajoso la inmediatez del intercambio, así como el hecho
de poder participar en el «chateo» varias personas a
la vez, lo cual tiene que ver con el carácter
lúdico que se da en el hábito que adquieren algunos
usuarios de la red, fundamentalmente jóvenes. Una
investigación internacional sobre el impacto de Internet
en los jóvenes, a cargo de investigadores de Francia,
Canadá, Suiza, Bélgica, Italia, Italia,
España y Portugal, con chicos de entre 12 y 17
años, llegó a la conclusión de que los
jóvenes prefieren el chat al correo electrónico,
navegando en forma solitaria, o a veces con un hermano o un
amigo, pero raramente en familia, ven
más a Internet como un divertimiento que como una
herramienta de trabajo y tienen la tendencia a volver sobre un
reducido número de sitios conocidos, antes que aventurarse
a explorar nuevas posibilidades.
Otro aspecto que atrae a los jóvenes son los
juegos cada
vez en mayor cantidad y muy sofisticados al cual pueden tener
acceso vía internet. De esta manera nos encontramos con
que los niños y los jóvenes, y también
muchos adultos, acceden a Internet no para aprovechar toda la
descomunal fuente de información que ella nos puede
brindar, sino para establecer vínculos interpersonales y
para distraerse, e incluso para acceder con una facilidad nunca
antes dada a la pornografía.
¿Pero ello descalifica a internet? Por supuesto
que no, puesto que con los libros, revistas y periódicos
(medios que utilizan como soporte el papel) sucedió y
sucede algo parecido. Es innegable que mucho de lo que se edita y
lee (que es realmente poco) es material literario de escaso valor
cultural. Más se publica y lee en función de la
simple y trivial distracción. Muchos de los libros y
autores que se ponen de moda, o que los ponen de moda, a
semejanza de cómo se hace en otras actividades (cantantes,
por ejemplo) son de escasísimo valor real. Pero debemos
ser comprensivos y entender que el interés principal del
mayor porcentaje de seres humanos es eminentemente
hedónico, y que ello se satisface a través de
lecturas que solo distraen, en el mejor de los casos. Lo malo de
esta tendencia es que cada vez se lee menos y cada vez se
deteriora o se devalúa el contenido de las
publicaciones.
Podemos comprender con claridad que internet no pone en
peligro el libro, porque ya hemos señalado que lo medular
es la escritura y la lectura. Que el libro sea de papiro,
pergamino, papel o electrónico es lo accidental. Lo
esencial es la escritura y ella exige, necesariamente, un
soporte, salvo que pretendamos volver a la etapa de la oralidad.
Como dice Armando Petrucci en "Leer por leer: Un porvenir para la
lectura": "¿Cuál será en el futuro
próximo la actividad de la lectura de los hombres?,
¿cuánto se extenderá socialmente y sobre
qué tratará?. ¿Qué importancia y
qué funciones
tendrá en la sociedad?, ¿la demanda de la lectura
crecerá o disminuirá?. Y cómo se
comportarán con respecto a esto las diversas áreas
socioculturales del planeta? Y, por último, es verdad lo
que se ha afirmado recientemente, es decir que «la
actividad de leer se retrae en la misma medida en que la
operación de leer se universaliza»?"
Petrucci nos dice que es en los Estados Unido donde se
da la más clara diferencia entre una cultura juvenil
mediática, volcada en la música rock, el cine, la
televisión y los juegos electrónicos y que deja
en segundo plano la lectura, limitada esta a obras de narrativa
contemporánea y sobre todo de ciencia
ficción y tebeos; y una cultura juvenil tradicionalmente
cultivada, que se basa en la lectura de libros, en la asistencia
al teatro y al cine de calidad, en escuchar música
clásica y en el uso complementario de las nuevas
tecnologías mediáticas". El lado opuesto de esta
medalla, según nos los señala Petrucci, es el
Japón. Dicho país posee la más grande
concentración de lectores «experimentados», a
lo que corresponde una industria
editorial que produce casi cuarenta mil títulos al
año, con una tirada total de cerca de mil millones y medio
de ejemplares y que cuenta con unas cinco mil empresas editoras.
Es un país con lectura generalizada debido al prestigio de
la escritura y porque el japonés considera un deber el
estar informado y formado por la cultura escrita y donde,
además, el prestigio de las escuelas y la universidades
está fuera de cualquiera duda.
5. LOS DISCOS ÓPTICOS: CD ROM Y
DVD
Los discos ópticos son aquellos que tienen
capacidad de almacenamiento binario. Son
«leídos» por un lector óptico. Los
CD (Compact
Disc) son aquellos que son utilizados para almacenar audio
(fundamentalmente música hasta 74 u 80 minutos). Son los
CD de música que compramos y que tienen esa
duración como máximo y que pueden ser reproducidos
en los equipos de sonidos convencionales. Sin embargo cuando son
procesados para ser utilizados en las computadoras los CD se
convierten en CD ROM (Compact Disc Read Only Memory) y su
capacidad se potencializa de tal manera que en un solo CD se
pueden incluir una gran cantidad de audio, además de
textos, imágenes,
vídeos y animaciones. No hace muchos años
atrás aparecieron los que en un primer momento fueron
llamados los POWER CD, definidos como un producto mixto que
podía ser reproducido tanto en un lector de CD Audio
convencional como en un lector de CD Rom, que tenía una
pista de datos (no reproducible en equipos de sonidos) que el
usuario que no tenía computadora no debía utilizar
(el equipo de sonido no
reconocía la pista de datos como no ejecutable) y esto
convertía al POWER CD en un producto mixto que
podía ser utilizado como un simple Compact Disc
convencional o como un CD Rom. Pero al poco tiempo aparecieron
POWER CD cuya pista de datos es obviada por los equipos de
sonidos los cuales solo ejecutan las pistas con música, es
decir que el sistema denominado Extra CD no obliga a saltar
ninguna pista especial cuando se utiliza un lector de CD Audio
Este tipo se emplea en los CD relacionados con música
clásica, sus autores e intérpretes. Los CD
aplicados solo al sonido aparecieron en 1982
Igor Galo en su "Diccionario de Internet"
(Madrid: Acento Editorial, 2001) define el CD-ROM como el
"Disco capaz de almacenar texto, sonido, imágenes o
cualquier tipo de datos. Es uno de los principales soportes de la
revolución multimedia dada su gran capacidad de
almacenaje, hasta 700 Megas de memoria…"(Op. cit.;
p.24)
Un CD-ROM constituye un libro electrónico, con la
ventaja de no sólo tener texto e imágenes, como en
los libros en papel, sino que además permite incluir
sonidos, vídeos, animaciones y películas, aunque la
calidad de reproducción de imágenes no es de
óptima calidad, sobre todo cuando se incluyen fragmentos
de vídeos y películas. Esta limitación se ha
solucionado con el nuevo disco óptico, el DVD (Digital
Versatile Disc),
que presenta dos tipos: DVD-RAM, que permite
la grabación y borrado de datos informáticos de
forma repetida y el DVD-ROM con información grabada que no
puede ser borrada ni modificada. El DVD cuyo origen se remonta
recién a 1995, tiene, entre otras, una característica que lo hace superior al
CD-ROM ya no sólo en cuanto a reproducción de
imagen de
altísima calidad, sino en cuanto a cantidad, porque
permite almacenar 25 veces más información que los
CD-ROM actuales. Un CD normal admite unos 700Mb, mientras que en
cada una de las capas o sustratos del DVD (el CD posee una sola
cara y una capa donde grabar, en tanto que el DVD puede llegar a
tener dos caras, cada una de ellas con una o dos capas de
sustratos) caben casi 4,5 Gb, es decir un total, en sus 4
sustratos, de 17 Gb. Si el CD nació para reproducir
música, el DVD lo hizo para reproducir películas,
sin embargo muy pronto ambos tipos de discos ópticos
mostraron las posibilidades fabulosas de permitir libros de
soporte magnético.
En poquísimo tiempo nos hemos ya familiarizado
con estos libros electrónicos, que tiene la ventaja, entre
otras cosas, de comprimir miles de páginas en uno o unos
pocos discos. Quién se iba a imaginar, por ejemplo, que la
Enciclopedia Británica, para citar una obra tan valiosa y
famosa, iba a necesitar tan solo 3 cm x 14 cm de espacio para su
ubicación (y ello considerando el estuche de cada uno de
sus 3 CD). Lo propio podríamos decir de la Enciclopedia
Encarta que en su versión 2002 emplea 4 CD. Innegablemente
esto constituye una gran ventaja, porque, como dice Fernando
Savater, muchas personas nos hemos hecho de bibliotecas que no
caben en nuestras casas, de tal manera que vivimos en bibliotecas
en la que metemos algunos muebles. No sé, por ejemplo,
dónde pondría todos los volúmenes de la
Enciclopedia Británica y la Enciclopedia Encarta 2002.
Como son obras de consulta y no libros para ser leído de
un solo aliento, resultan también muy prácticas
para su consulta y, por otra parte los hipervínculos
constituyen una herramienta utilísima que permite saltar
de un texto a otro pero sin perder, por lo general, el tema que
motivo la consulta. Qué alivio el poder ahora disponer de
toda una enciclopedia de 30 o más volúmenes,
fácilmente ubicables en espacios de pocos
centímetros. Es por ello que se considera que en el futuro
las obras muy voluminosas (enciclopedias, por ejemplo) van a ser
presentadas por los editores y preferidas por los lectores en
formato magnético, aunque por un tiempo no tan corto van a
se presentadas en el formato tradicional y en el
magnético, repitiéndose lo que ocurrió en la
fase primera del libro impreso, el cual convivió, por
algún tiempo, con los manuscritos.
Pero no solo será este tipo de obra de
característica voluminosa (por abarcar o pretender abarcar
todo el conocimiento humano en sus más variadas
expresiones) sino, como ya se ha hecho, se va poder disponer de
las obras completas de un solo autor y ello en un solo CD y una
colección de autores en unos pocos CD, para no hablar de
la gigantesca capacidad de los DVD que van a poder permitir
incluir ya verdaderas bibliotecas.
Otra gran ventaja de los discos ópticos es la
facilidad y practicidad de su utilización. Imaginemos la
utilización del Diccionarios
de la RAE (Vigésima primera edición), en su formato
de CD, que brinda no sólo la facilidad de digitar la
palabra cuyo significado se quiere buscar y con un clic en el
«mouse» o
un «enter» tener de inmediato el resultado (lo que ya
teníamos y seguimos teniéndolo a través de
internet (http://www.rae.es)
sino que además permite otros aspectos tales como
diccionario inverso, búsqueda de formas complejas,
árbol de lenguas (con todas sus ramas y subramas),
árbol de categoría gramaticales, árbol de
usos (tanto por el ámbito geográfico como por el de
materia y nivel), así como también el árbol
de operaciones
avanzadas. Sin embargo para una consulta simple considero que es
más práctico los dos tomos tanto de la
edición vigésima primera y vigésima segunda
(de esta última se hace hecho una cuidadosa edición
económica en 10 tomos, que era muy necesaria para hacer
posible que más amantes de los libros puedan adquirir obra
tan importante.
Asimismo otra gran ventaja de estos libros en soporte
magnético (CD-ROM) es el poder interactuar con el libro.
Veamos un ejemplo recurriendo al excelente trabajo realizado por
Discovery Multimedia, en formato de CD-ROM «El Nilo: Un
Viaje por Egipto» donde a bordo de un falucho y con una
guía de voz muy agradable, hacemos un viaje a
través del Nilo, llevando un diario y una cámara
fotográfica para tomar fotos a lo que
uno desee y poder guardarlas en el diario. En ese diario uno
puede hacer anotaciones en base al grado de conocimiento que se
posea y que las imágenes que se van viendo le sugieran,
para después poder ser aprovechadas o como un simple
pasatiempo lúdico. Pero también queda la
posibilidad de limitarse a un simple paseo por el Nilo y las
maravillas del Egipto antiguo, porque el CD permite aprovecharlo
sin previa instalación en el disco duro de
la computadora, pero en este caso ya no se puede utilizar el
diario de a bordo. El CD trae, además, para niños y
jóvenes (en realidad para todas las edades) juegos muy
interesantes. La forma de aprender es realmente extraordinaria.
Sin embargo debemos reconocer, por la experiencia en el campo
educativo escolar, que a pesar de ser un material realmente
maravilloso este y otra gran cantidad de CD-ROM, tal vez atraen
en un primer momento al niño y al joven, pero como de lo
que se trata (y aquí, valgan verdades, no es tan
significativa la forma como se trate) es de cultura, y que ello
exige leer o prestar atención al audio, a los cuadros, a los
vídeos, etc., el niño y el joven que no tienen el
hábito de leer por placer, pronto pierden interés
en dedicarle el tiempo necesario. Pero si este tipo de material
cae en manos de los que tienen el hábito de la lectura en
el libro de papel, de inmediato se opera un gran interés y
lo que es más importante, un interés sostenido, es
decir un verdadero interés, que lo lleva a "leer"
completamente este libro electrónico, tal como lo hace con
el libro de papel. Veremos un poco más adelante, entre sus
inconvenientes de los libros en discos ópticos el problema
de su lectura, en cuanto se refiere a lo que en el hay de texto,
cosa que también vale para los textos en internet. Pero
antes de esto debemos reseñar otras grandes ventajas de
los libros en discos ópticos.
Con relación a los libros en papel que utilizan
fotos, como es el caso de libros donde el material
fotográfico es muy importante por tratarse de obras de
arte u obras de cualquier índole pero profusamente
ilustrado, sabemos que dichas obras son relativamente muy
costosas y por lo general fuera del alcance de las personas de
recursos económicos medio, a pesar de que muchas de ellas
son editadas bajo las auspicios de instituciones empresariales,
lo cual baja el costo, pero
aún siguen siendo alto. En cambio contamos con CD-ROM
originales (la piratería de CD-ROM y DVD al igual que la
de los libros, cosa que no es solo de estos tiempos como algunos
piensan, es muy grande y con implicancias que reseñaremos
muy brevemente más adelante) que son de precio muy
módico y que realmente fue muy difícil que alguien
se imaginara que pudiera hacerse realidad y sobre todo al alcance
de un público muy amplio. Me estoy refiriendo por ejemplo
a los libros de arte, específicamente a CD-ROM dedicados a
los Grandes Museos de Europa editados por E.E.M.E. ACTA., incluso
presentados en estuches de 14cm x 19cm x 1cm, que semejan a un
libro y que pueden ser guardados en un estante conjuntamente con
los demás libros de formato pequeño. Lo propio
ocurre con la Pinacoteca Universal Multimedia de FG EDITORES
S.A.
No puedo dejar de referirme al mencionar CD-ROM
dedicados al arte a una obra excelente no solo por tratarse del
Museo del Louvre sino también por la avanzada
tecnología utilizada. Me estoy refiriendo a «Le
Louvre visite virtuelle» de Dominique Brisson, en 3 CD-ROM
(Collections et palais 1997, les Antiquités1998 y visite
virtuelle 1999), una copublicación y coproducción
de Montparnasse Multimedia-Réunion des Musées
Nationaux, de la cual también existe versión
española de 1998, en un solo CD (El Louvre colecciones y
palacio), por supuesto también con la misma excelente
calidad. En el caso de la versión francesa el CD-ROM de
las visitas virtuales nos permite un recorrido a través de
sus salas utilizando excelentes filmaciones. Para mayor comodidad
de los usuarios la colección francesa de los 3 CD viene en
un elegante estuche que permite ubicarlo al lado de los
libros.
En el caso del Perú se cuenta con tres CD-ROM de
una gran calidad: El Señor de Sipán, Los Incas de
María Rostworoswski (que también se encuentra en
internet) y Chavín de Luis G. Lumbreras, que los
mencionamos en estas líneas por la gran cantidad de
material fotográfico, vídeos y animaciones y en el
caso de El Señor de Sipán por el empleo magistral
de los recursos más avanzados de la multimedia para
hacernos conocer vívidamente este sensacional hallazgo
arqueológico. Los tres CD mencionados cuentan con los
auspicios de Telefónica del Perú. También
son muy importantes la Gran Historia Interactiva del Perú,
que consta de 7 CD Roms así como también Todo
Perú, enciclopedia multimedia en 10 CD Roms, ambas
preparada por "El Comercio" de Lima. Esta última cuenta en
cada CD con juegos educativos muy atractivos. Asimismo es muy
importante «Explorando las culturas Preincas»
(D&D Advertising, 1998), editado para navegar por el Antiguo
Perú como si se estuviese conectado a Internet y sin
exigir instalación en el PC. Cuenta, además, con
valiosos enlaces a Internet.
Todas estas y otras muchísimas ventajas
más de los CD-ROM ha llevado a que algunos lo califiquen
como "The New Papyrus ", refiriéndose a aquel soporte
milenario del mundo egipcio, que constituyó un soporte
dúctil de la escritura ampliamente utilizado en la
antigüedad y en buena parte del alto medievo.
Mencionábamos que uno de los inconvenientes de
los libros electrónicos es el referente a su lectura en el
monitor o
pantalla de la computadora, que tiende a producir muy
rápidamente fatiga ocular. Además de que la lectura
es similar a la lectura de los rollos, porque hay que ir
"desenrollando" para que el texto y todos los medios de
multimedia utilizados vayan apareciendo a nuestros ojos. Lo
común es que se pueda leer textos breves, pero cuando es
material relativamente extenso lo que se hace es imprimir el
material o «bajarlo», muchas veces copiando en word,
para luego configurar la página, establecer el formato y
la fuente, transformar tablas en texto y de esta manera
imprimirlo y poder leer con comodidad y con la posibilidad de
hacer anotaciones, así como también para poder
ubicar con facilidad los datos que se requieren y que son
fácilmente identificables, porque las hojas de papel
resultan mucho más manejables que los textos en el
monitor, por lo menos hasta el momento, porque ,como veremos un
poco más adelante, nuevas innovaciones están
brindando una mejor interfaz entre usuario-computadora o
usuario-nuevos sistemas de
presentación de información en línea.
Recordemos que en 1995 Negroponte, en su obra que hemos
mencionado, escribía: «…,en el mejor de los casos
la interfaz actual es rudimentaria y está muy lejos de ser
algo con lo que uno desearía irse a la cama.» (Op.
cit.; p.25).
Además, los materiales que se encuentran
sobretodo en internet, por lo general, suelen presentar muchos
errores gramaticales (ortográficos y de sintaxis) muy
chocantes para las personas acostumbradas a la lectura de libros
y revistas, donde también se deslizan dichos errores, pero
en una escala muy
pequeña. Muchas veces uno se ve obligado a grabar lo que
nos brinda Internet en el formato que aparece, para luego
vía Front Page hacer las modificaciones necesarias y
terminar luego imprimiendo para su lectura. Por supuesto que este
hecho tiene de positivo (¿siempre?) el que se puede
interactuar en el mundo informático, consiguiendo subsanar
los errores que se hubieran podido escapar, Aunque, se nos
informa, se está generando el problema de la propiedad
intelectual, lo que se agrava porque algunos internautas no saben
como consignar los datos conseguidos en Internet y, otras veces,
en la red no figuran datos que permitan identificar al autor de
un texto, salvo en casos como www.monografías.com
donde, como debería ser la regla, todos los trabajos
tienen consignados sus autores y en algunos casos estos consignan
su especialidad o si pertenecen a alguna institución
educativa o profesional, lo cual tiende a dar un poco más
de confiabilidad a la fuente consultada por el internauta, auque
lo único seguro es la lectura y su análisis
crítico a partir de lo que uno ya conoce y contrastando
fuentes, tal
como se hace con las fuentes escritas en soporte tradicional.
Además los autores de los trabajos consignan su e-mail, lo
que facilita trabar contacto con ellos, lo cual resulta
útil si uno desea conocer más acerca del tema
desarrollado o el hacerle llegar comentarios o
inquietudes.
Frente a este inconveniente (lectura en la pantalla del
monitor) sin embargo tenemos que reconocer que existen CD-ROM que
han sabido sortear esta dificultad. Es el caso de «Grandes
Inventos: Ciencia, Tecnología e Historia de las cosas que
nos rodean» (Santiago de Chile:
UNLIMITED S.A.,1996), que hace uso del audio para las
explicaciones, de tal manera que el usuario logra un conocimiento
muy bueno (a nivel de niños y jóvenes) observando
en forma muy activa y escuchando acerca de los grandes inventos,
vía los parlantes de la computadora.
En cambio, si bien es cierto que la excelente
Enciclopedia Encarta tiene una opción de lectura de
textos, ya del artículo completo que se está
consultando o del texto que el usuario selecciona
sombreándolo, sin embargo la versión
española de esta enciclopedia tiene una voz femenina, que
a pesar de las modulaciones que permite la opción de leer,
no es agradable al oído. Esto
me parece que es fácil de solucionar, porque en diversos
CD ROM que conozco, la voz utilizada en el audio resulta
agradable al oído, como tiene que ser para poder concitar
la atención. Un ejemplo de cómo se ha utilizado el
audio lo más adecuadamente posible lo apreciamos en
«Civilizaciones Antiguas» de Microsoft
Home, donde encontramos diversas voces, masculinas y femeninas,
en la opción de exploración de las culturas
egipcia, griega y romana mediante guías, los cuales
adoptan la personalidad de un determinado personaje de esas
culturas, en atención al estatus social que tuvieron. Lo
propio en todos los CD-ROM dedicados al arte en los cuales las
explicaciones a través del audio son impecables. Estas
explicaciones no solo se dan en los CD-Roms dedicados a las artes
visuales (escultura, pintura, etc)
sino también en las obras musicales, como es el caso, por
mencionar solo dos ejemplos, de Beethoven’s 5th
, en español,
(©1994 InterActive Publishing Corp. Program) y la
colección Clásicos Imprescindibles (Planeta
DeAgostini S.A. , 2000)
También considero muy importante destacar la gran
calidad del CD-ROM "Grandes batallas de la II guerra mundial"
(Ediciones Dolmen S.L. 2001; 10 CD) que hace uso de toda la
técnica multimedia para presentar en forma interactiva
este hecho trascendental de la historia contemporánea,
presentando mapas
interactivos, fotos, vídeos con animaciones que recrean
diversas etapas del desarrollo bélico de la guerra en un
forma muy ceñida a la realidad histórica. Presenta
la parte de contenido temático a similitud de un libro
abierto mostrando las dos páginas con su respectiva
numeración correlativa, haciendo posible avanzar y
retroceder utilizando el mouse. El texto presenta su respectivo
índice interactivo y ya dentro del texto se hace uso de
hipervínculos a textos e imágenes. La voz que se
utiliza en los relatos presenta una adecuada modulación
y un timbre agradable, lo cual es muy importante, como ya lo
hemos señalado, cuando se hace uso del audio dentro de la
oralidad del contenido de un CD-ROM. A similitud de cualquier
libro presenta su bibliografía básica, de la cual
sólo extrañamos que no se haya incluido Links de
Internet referentes a este hecho histórico debidamente
seleccionados, tal como se hace, por ejemplo, en «Historia
de la Literatura Universal» (Alphabetum Multimedia 2000; 4
CD-Roms), que presenta una selección muy importante de
links de Internet en el campo literario considerando en forma
alfabética los escritores más importantes de la
literatura universal de todos los tiempos y no sólo brinda
la respectiva dirección sino que además
proporciona una breve referencia a la webpage respectiva, con lo
cual se orienta en la investigación al internauta
permitiéndole navegar por caminos seguros y a
partir de allí emprender los atajos que se desee o
incursionar por nuevos caminos. Esto es uno de los grandes
méritos, entre otros, de esta Historia de la Literatura
Universal, que también consideramos muy valiosa.
Detengámonos aquí en lo referente al
análisis de los CD-Roms porque podríamos
extendernos demasiado refiriéndonos a otros excelentes CD
que existen.
Lo referente al audio en los CD-ROM nos lleva a los
llamados «Libros Hablados Digitales" que tratan de sortear
el problema señalado del cansancio visual al leer en una
pantalla. Existen realmente dos enfoques diferentes frente a este
relativo problema de la lectura en pantalla. Uno usa la voz para
facilitar la lectura, es decir, cambia la vista por el
oído para evitar el cansancio visual que produce la
lectura de la pantalla de la computadora. El otro enfoque busca
mejorar la imagen que ve el usuario de forma tal que la actividad
de leer el texto sea cómoda y agradable gracias a la
calidad de la imagen que se visualiza. Estos dos enfoques no son
excluyentes y pueden ser usados de forma complementaria, aunque
todavía no hay productos que los combinen. Es posible que
las mejores soluciones se
consigan al final, con el uso combinado de vista y oído
para hacer que la lectura de textos digitales sea un placer, pero
en estos momentos ninguno de estos dos enfoques ha conseguido,
usándolos por separado, alcanzar la aceptación
generalizada que tienen los textos impresos.
«… puedo imaginarme un futuro sin libros de
papel, pero no sin libros ».( Juan Cruz,
director de la Editorial Alfaguara).
«Uno, ante estos augurios, se queda perplejo. No
puede concebir un mundo en el que todos los libros quepan en un
solo tomo, ni sabría renunciar a la individualidad de la
obra, ni querría aceptar la inexistencia física de
El cuarteto de Alejandría . Pero las ventajas
prácticas del e-libro son tan apabullantes, que no
habrá metáfora cultural que se resista. Y, el
futuro, oiga, no hay quién lo pare ». (Tomado de un
chat de la Red, moderado por Ramón
Buenaventura)
"El camino que se nos ofrece no es tan sencillo como nos
lo presentan los «misioneros digitales»" ni tan
simple como lo consideran los «bibliófilos
tradicionales»"
"… Estoy seguro de que las nuevas tecnologías
volverán obsoletos muchos tipos de libros … " (Umberto
Eco)
Carlos Sáez en su trabajo citado «El libro
electrónico» nos dice: «En primer lugar, el
llamado papel digital, un descubrimiento del Instituto de
Tecnología de Massachusetts cuyo director, Nicholas
Negroponte, comenzó a darle publicidad hace ya algunos
años. Este invento hace posible la fabricación de
libros iguales a los de siempre, con su mismo tacto, peso y olor,
pero que poseen las cualidades de una pantalla de ordenador.
Asimismo, pueden adoptar la forma de periódicos que se
materializarán en una pantalla plana recargable que
evitará el uso del papel. Cada nuevo día tendremos
acceso desde ellas a las noticias que los editores pongan en
circulación». Estos libros son los llamados e-book
(electronic book) y comenzaron a comercializarse a finales de
1998. Sáez nos informa que diversas empresas americanas y
japonesas han lanzado o pretenden lanzar al mercado un
objeto, del tamaño y forma de un libro convencional, que
no esconde sino un ordenador de pequeño formato dotado de
una o dos pantallas, equivalentes a una o a las dos
páginas que un lector ve en un libro abierto, en color o
blanco y negro, por las que pueden pasar con absoluta fidelidad
las páginas de un libro, incunable o manuscrito, de una
revista o de un periódico
que el usuario pueda descargar a su gusto, eso sí, previo
pago de un canon en concepto de enlace o suscripción
(Sáez, Carlos. Op. cit.). Parece que estamos cerca de lo
que Borges
soñaba de un lector que puede tener a su
disposición una inmensa biblioteca, con todos los libros
imaginables, independientemente de donde se encuentren
físicamente, porque han sido digitalizados y con ello se
han convertido en ubicuos, es decir están en todas partes
y a la vez en posesión de muchas
individualidades..
En pocas palabras, aunque conceptualmente preciso, se
puede definir al libro electrónico como un material
digital de lectura. Su visualización más
común es la pantalla del monitor de la computadora, ya sea
en las de escritorio o las portátiles (laptop).
Actualmente se pueden leer también, aunque su
difusión es todavía muy reducida, en agendas
electrónicas como las Palm y en dispositivos especiales
("eBook Readers"), diseñados específicamente para
este fin, con una gran capacidad de almacenamiento (entre 1.500 y
500.000 páginas de texto) y la posibilidad de descargar
nuevos títulos directamente desde Internet. En los
Estados
Unidos, cuna del "eBook", se está trabajando
intensamente para ofrecer hardware y software asequible, seguro y
fácil de utilizar tanto para los empresarios como para los
consumidores. Estos esfuerzos parecen estar dando resultados: en
Estados Unidos los "eBooks" están ya siendo utilizados por
muchos profesionales, tales como abogados, médicos y
farmacéuticos. Asimismo, las librerías americanas
más importantes, como Barnes & Noble, ya están
vendiendo programas de
lectura y libros electrónicos. De hecho, los analistas
esperan que el mercado para los eBooks y otros documentos
electrónicos alcance los 70 mil millones de dólares
(unos 61 mil millones de euros) en los próximos
años. (Ver:«Breve historia del libro
electrónico» http://virtualibro.com).
En la historia del libro electrónico 1971
marca un hito
muy importante porque en ese año Michael Hart
digitalizó la Declaración de la Independencia
de los Estados Unidos, enviándoles una copia al poco
más de un centenar de usuarios que en ese momento
tenía acceso a la red ARPANET, precursora de la actual
INTERNET. Asimismo ese mismo año marca el inicio del
gigantesco, ambicioso y maravilloso Proyecto Gutenberg, que es
definido como una gigantesca biblioteca de obras clásicas,
totalmente gratis, en las computadoras, vía internet.
Actualmente esta biblioteca supera los dos mil títulos. En
una entrevista concedida en 1996 Michael Hart señalaba
como meta para el 2001 una gran biblioteca digital y gratuita,
integrada por diez mil libros totalmente libres de copyright y
que por lo tanto era un desafío a las leyes del mercado
cultural, razón por la cual había que seleccionar
primero para luego pasar a digitar, aquellas obras cuyo copyright
había expirado. En 1996, fecha de la entrevista,
Hart tenía 49 años, es decir lleva ya 25
años dedicado a su proyecto (lo comenzó cuando
tenía 24 años y era aún estudiante
universitario), sin un real apoyo oficial, salvo el que proviene
de la Benedictine University de Illinois. Reconoce, en la citada
entrevista, haber recibido donaciones individuales de dinero y el
apoyo de empresas tales como Apple, Next, IBM, Microsoft,
OmmniPage/WordScan, TextPert, Groliers, Hewlett Packard y
Bell&Howell, así como de la Universidad de Illinois.
Para la realización de este proyecto, Hart señalaba
que contaba (en 1996) con unos setecientos voluntarios de
diversos países: Estados Unidos, Canadá, Australia,
Nueva Zelanda, Reino Unido, Países Nórdicos,
Japón, Italia, etc. Para él fue una sorpresa saber
que algunos de sus colaboradores no eran jóvenes de 18
años, como él suponía, sino profesores ya
maduros.
Un aspecto muy interesante, desde el punto de vista
pedagógico, es el concerniente al pensamiento de Hart con
relación a los libros y a la lectura. Al
planteársele su opinión y su posición con
relación la lectura, considerando que los especialistas en
educación señalan que ella no pasa necesariamente
por soluciones de alta tecnología (high tech),sino mas
bien tiene que ver con hábitos de conducta,
relaciones familiares, valores,
culturales, etc. Hart señala que el Proyecto Gutenberg, en
realidad no implica alta tecnología. Que lo que él
hace es poner a disposición de potenciales lectores,
completamente gratis, una biblioteca totalmente a la mano. Que
ello no asegura la lectura, es cierto, y él pone un
ejemplo: «Tú puedes llevar un caballo al agua, pero
no puedes obligarle a beber». Sin embargo es optimista con
relación a los beneficios de su proyecto: "En cualquier
caso, creo que habrá mucha gente que leerá y
utilizará nuestros libros. Creo que los libros
electrónicos son muy útiles para los estudiantes. A
mí me hubiese gustado tenerlos cuando era un
estudiante".Al preguntársele que haría al llegar a
su meta de diez mil libros, respondió que tal vez la
extendería a cien mil o un millón de libros y
probablemente extendería el campo de acción a
periódicos, revistas, música, cine, etc.
José Antonio Millán en su artículo
"Biblioteca Universal. El proyecto Gutenberg y otras muchas
iniciativas quieren llenar la red de libros" al referirse al
proyecto de Hart, dice: "Es pues, un proyecto altruista, muy en
línea de los primeros momentos de la Internet, cuando se
creyó que era la herramienta idónea para difundir a
todos la cultura (y a propósito: aún no se ha
demostrado que no pueda ser así…)"
Hay otros proyectos de
textos electrónicos, mencionados por J.A. Millán,
como The Etext Archives, más dedicado a obras políticas
y religiosas; The English Server, con textos de humanidades;
Internet Public Library, The Naked Word, e incluso Project
Bartleby, en memoria del escribiente de la obra de
Melville.
En el interesantísimo artículo publicado
por Sophie Boukhari, en el Correo de la UNESCO, de junio de 1999,
titulado "La literatura mundial en la red" se nos informa que
desde 1995 el estadounidense Eric Eldred, fundador de Eldritch
Press, viene publicando en Internet clásicos de la
literatura que han caído en el dominio
público (libre de derechos), con el objetivo de
lograr constituir una biblioteca virtual para los estudiantes de
letras. Según Boukhari "En los últimos años,
millones de páginas de textos de grandes escritores,
historiadores, poetas y filósofos han entrado en Internet,
después de haber sido escaneadas o, lo que es menos
frecuente, mecanografiadas. Hasta ahora, las obras así
numerizadas son las más de las veces clásicos
anglosajones o productos de la cultura occidental traducidos al
inglés.
Es posible, por ejemplo, bajar de la Red a una computadora
personal textos de Aristóteles, Oscar Wilde, Tolstoi,
Víctor Hugo, algunos autores árabes, persas, chinos
o el Kama Sutra. Ya no hay que moverse para ir a buscar una obra
que uno puede además guardar, imprimir, anotar, explotar a
su antojo o enviar a sus amigos…Individuos tenaces, pero
también organizaciones no
gubernamentales e internacionales, universidades y Estados
están creando esas bibliotecas virtuales con libre acceso.
El Proyecto Gutenberg y The Oxford Text Archive (OTA) aparecen
como pioneros … Ciertas bibliotecas nacionales están
empeñadas en una labor titánica: numerizar cientos
de miles de textos e imágenes de sus colecciones. Las
primeras en arrojarse al agua fueron la Biblioteca Nacional de
Francia (BNF) y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos,
explica Sonia Zillhardt, de la BNESCO. "Las demás se han
lanzado sólo en los últimos tres años y
suelen encontrarse todavía en una etapa experimental. Lo
que falla a menudo es el financiamiento." Escanear una página cuesta
entre 1 y 4 dólares, pero para numerizar colecciones
enteras se necesitan millones. Lo más difícil, sin
embargo, es romper la actitud conservadora de ciertas
administraciones culturales, que entran en el ciberespacio a
regañadientes".
Pero, como señala Sophie Boukhari, existen
algunos problemas todavía insalvables, entre ellos la
realidad de los países pobres donde la
democratización de la cultura, y por ende el acceso a
Internet, está muy lejos de hacerse realidad. Al respecto
Boukhari, escribe:
«A primera vista, las bibliotecas virtuales son
una bendición para los habitantes de los países
pobres: les brindan acceso a la memoria del
mundo, ampliamente concentrada en el Norte. Pero para ello
necesitan además una computadora, una conexión a
Internet y dinero. "En numerosos países en desarrollo, el
acceso a la Red sigue siendo algo teórico y el costo de la
comunicaciones internacionales es prohibitivo", recuerda Philippe
Quéau, director de la División de
Información e Informática de la UNESCO. "Recuperar
textos en la Red toma tiempo y cuesta caro: varios dólares
por hora, en África, por ejemplo." ¿Cabe concluir
entonces que el acceso a la cultura en línea está
vedado a los habitantes del Sur? No, siempre que se desarrollen
dos tipos de servicios. Por una parte, creando en los
países pobres sitios espejo [Copia local de un servidor original
instalado en otro país] de las ciberbibliotecas. Por otra,
estimulando la difusión de las obras en CD-ROM (cuyo costo
de reproducción es inferior a un dólar). La UNESCO,
que lanzó la colección "Pública",
distribuirá pronto un CD-ROM sobre los grandes
clásicos árabes. Pero le cuesta mucho hacer otro
tanto con la literatura en francés. "Tropiezo desde hace
dos años con la inercia de la
administración francesa, que no quiere entrar en
conflicto con
las editoriales, aunque las obras que quiero presentar en CD-ROM
pertenecen al dominio público", señala
Quéau, que denuncia el debilitamiento solapado del dominio
público en provecho de intereses privados, "sea ampliando
la duración de los derechos de
autor, sea sacando partido de la tecnología."»
(http://www.unesco.org/courier/1999_06/sp/comm/intro.htm)
Si hasta no hace mucho había muy pocos libros en
la red en idioma castellano,
actualmente ha aumentado considerablemente, aunque está
muy distante de lo que aparece sobre todo en inglés. Sin
embargo no quiero dejar de mencionar la excelente Biblioteca
Virtual Miguel de Cervantes Saavedra (http://cervantesvirtual.com/),
donde podemos encontrar no sólo libros, algunas veces de
una misma obra varias importantes ediciones, algunas muy bien
ilustradas; sino también importantes artículos,
discursos (
como el pronunciado, en 1905, por el Sr. Alejandro Pidal y Mon;
Juan Valera, por encargo de la RAE con motivo del tricentenario
de la publicación de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la
Mancha), etc.
Asimismo encontramos que algunas editoriales digitalizan
obras o algunos capítulos de obras de su fondo editorial.
Es el caso de la muy importante Biblioteca Digital del Fondo de
Cultura Económica, Fondo 2000. Cultura para todos.
(http://omega.ilce.edu.mx3000/index.htm)
(http://omega.ilce.edu.mx3000/biblioteca/sites/fondo/2000/htm)
Esta biblioteca digital contiene capítulos muy
interesantes de obras de autores muy prestigiosos y que abarca
los siguientes campos: Biografías,
Computación, Filosofía Política,
Física, Gastronomía, Historia, Lengua y
Literatura, Psicología y
Tauromaquia. El número de obras dedicadas a la historia de
México (FCE es una editorial mexicana) es bastante
importante y de obras muy significativas.
No quiero dejar de mencionar en esta brevísima
relación de bibliotecas virtuales a las cuales tenemos
acceso los usuarios, en forma totalmente gratuita, (porque
existen otras bibliotecas virtuales que permiten el bajar
[«download»] los libros pero previo pago de dinero,
que por lo general es económico si lo comparamos con el
precio del mismo libro en papel), a una revista tan importante
como es El Correo de la UNESCO (http://www.unesco.org/courier/index_en.html)
En el campo educativo se cuentan con importantes
digitalizaciones de literatura
infantil.
En los años 80 del siglo XX apareció el
DYNA BOOK, un prototipo librario bastante distante del
formato del libro tradicional, que se independiza de la
computadora y que permitía «leer» los CD-ROM
de manera cómoda como se suelen leer los libros
tradicionales. En su folleto de presentación, leemos:
"DynaBook puts the incredible power of CD-ROM into a compact
14’5"x 2’75" electronic book weighing a mere 16
pounds… DynnaBook makes reading from CD-ROM data as
sitting down with a good book".
Dyna Book no era sino la expresión
tecnológica en una pantalla LCD (Liquid Cristal Display)
de simple lectura, liberada de la computadora (en aquella
época todavía de tamaño grande) y conectada
a ella como periférico necesario, que actuaba a manera de
concentrador de información o discoduro. Era el Dyna Book
una pantalla táctil transparente como un cristal y exenta
de teclado. Utilizaba un "driver" CD-Rom con convertidor
analógico digital. Tenía también
posibilidades de audio. Uno de sus mayores logros era la
interacción por tacto con la pantalla. Sin embargo el
DynaBook se extinguió muy rápidamente, porque en el
fondo era tan sólo un lector particular de CDs.
En 1981 aparece el Diccionario Electrónico Random
House, considerado el primer libro electrónico disponible
comercialmente. En 1986 los editores Franklin Electronic agregan
un diccionario electrónico en un dispositivo del handheld,
produciendo el primer libro electrónico.
Conocemos los intentos de la firma Sony a principio de
los 90 (1992), con su Bookman; así como los de Franklin
Electronic Publishers, que carecieron de popularidad porque el
intento de leer, en pantallas no del todo adecuadas, como las
corrientes de aquellos años, distaba mucho de las
calidades de las hojas de cualquier texto o libro
impreso.
Poco después, las firmas Canon, Fujitsu, IBM,
JVC, Matshushita, Microsoft, Minolta, Ricoh, NEC, y la misma
Sony, junto con otras varias empresas, emprendieron un proyecto
que debería tener todas las condiciones adecuadas para, si
no de forma inmediata, sí en un período
relativamente breve, intentar una alternativa digital al modelo
tradicional.
No son muchas, sin embargo, las patentes y aplicaciones
que en los últimos años del siglo XX y comienzos
del XXI se han acercado, en menor o mayor medida, al libro
electrónico-digital ideal. Las más han mimetizado
el modelo computacional en sus primeras experiencias para
permitirle prácticamente las mismas virtualidades que
posee la computadora. Quizá el persistir en la tendencia
absolutamente obsesiva por seguir dependiendo de la computadora,
como punto de partida por parte de las empresas que trabajan en
este nuevo modelo, frustra las posibilidades de verdadera
ergonomía libraria que ha hecho fortuna
durante más de medio milenio. No obstante, como tales
presentaciones constituirán la protohistoria del nuevo
soporte, vamos a verla aunque muy
esquemáticamente.
En octubre de 1998, en el foro de la 1ª Feria del Libro
Electrónico, bajo el patrocinio del NIST ( National
Institute of Standars and Technology ) celebrada en Gaithersburg,
Medford, USA, fue presentada la denominada iniciativa Open eBook
(OEB) .Tal iniciativa se basaba en un acuerdo de especificaciones
sobre la estructura de un modelo universal que utilizara las
normas
html y
xml. Se
consideraba este paso como esencial, dadas las
características del naciente mercado electrónico, a
la hora de uniformar los formatos de edición, lenguajes,
contenidos, iconografías, conectividad, etc… "La pronta
adopción
de un formato standard constituiría una piedra miliaria en
el mundo de la edición ".
"La presente convergencia de las tecnologías
hará finalmente viable la publicación digital y se
presenta como un atractivo desafío ". Tanto las firmas
SoftBook como Novo Media´s RocketBook adoptarán
sustancialmente dicha expresión normativa .
Un prototipo que comenzaba a parecerse al libro
tradicional fue presentado en 1998 por la empresa
americana SoftBook Press, fundada por Jim Sachs y
Tom Pomeroy. en Palo Alto, California. SoftBook Press Inc. es un
líder
en el emergente mundo del libro electrónico . Es una
compañía cuyo objetivo es desarrollar la sociedad
sin papel por medio de las extensiones SoftBook y SoftBook
Network, aprovechando las prestaciones
de INTERNET. Parte de la idea de que Book + Technology =
SoftBook. Su apariencia, sin embargo, lo asemejaba al mismo
libro, a pesar de tratarse de un modelo monopágina,
protegido en este caso por una cubierta de piel. La
información se incluye en el softbook por medio de
flash cards
que permiten un almacenamiento de hasta casi las 100.000
páginas (también puede cargarse el modelo
vía red). Fue presentado como tal en la feria Seybold de
San Francisco el 30 de agosto de 1999. El 18 de octubre de 1999,
el Atheneum de Chicago premiaba esta idea con el premio del Museo
de Arquitectura y
Diseño.
Estudiado en profundidad, dicho modelo se parece más a los
desarrollados PDA ( Personal Digital Assistent ) que al sistema
librario que pretende mimetizar. Su modelo más avanzado es
el Palm Pilot de la firma 3Com. En septiembre de 1999 la firma
presentaba la posibilidad de ofrecer por este sistema los medios
Newsweek y Washintong Post, así como un grupo de
revistas: Time, Fortune, Money, New York Times, etc.
En la misma línea se encuentra el Rocket
eBook ideado por los consultores californianos Martin
Eberhard y Marc Tarpenning, a partir de 1996. Consiste este libro
electrónico en una pantalla manejable con una mano, y que
puede contener unas 4.000 páginas, o sea alrededor de 10
novelas
normales. El Rocket ebook contiene en el sangrado de su pantalla
un programador de sistema de visualización; un orientador
de página, que permite leer en sentido vertical y
horizontal en la pantalla; una barra de navegación, con un
indicador de la situación corriente de lectura, con
respecto al texto total; un localizador índice de
títulos y un menú de opciones como: marcado de
página, subrayado, notas, etc.
Otro modelo de esta misma firma lo constituye el
denominado Everybook, de Daniel Munyan, en el que se
obvian las carencias ergonómicas de la pantalla
única, y se inclinan por la más aparente de la
doble pantalla -doble página- ligada al libro tradicional.
El diseño y concepción del Everybook es
radicalmente diferente al de otros libros electrónicos.
Cuando se abre el periférico de lectura ( libro ) aparecen
dos páginas similares a las de un libro impreso, en las
que puede desplegarse cualquier libro, así como
periódicos, revistas, etc…. Fue creado por la empresa
Everybook Incl. fundada por Daniel E. Munyan en 1995. Este modelo
supone un salto entre los modelos
computacionales y el mismo libro en sí. Puede ser
utilizado por estudiantes, profesionales y por el público
en general. "Este libro electrónico recoge toda la
sensibilidad del lector acerca del libro tradicional, y permite
el almacenamiento masivo, acceso rápido a cualquier
información, y servicio en tiempo real ".Resuelve, mejor
que otros modelos, los problemas de: transportabilidad,
producción, distribución, ecología,
etc
Sin embargo todos los modelos enunciados hasta
aquí -que constituyeron el consorcio Novo Media- no han
tenido en principio el éxito
deseado, además de por su precio considerable, porque no
dejan de ser una cierta transformación del ordenador
más sofisticado, y por ende su peso es desproporcionado
como para ser manipulados con relativa facilidad.
Otro de los grandes proyectos de libros
electrónicos es el del equipo del Dr. Joseph Jacobson del
MIT (Massachusets Institut of Technology), que tiene la ventaja
de pretender brindarnos un libro electrónico que en
apariencia es exactamente igual que un libro cualquiera de hojas
de papel y tapas duras, excepto por un par de botones que lleva
en el lomo. Basta pulsar uno de ellos y en pocos segundos en sus
más de 200 páginas aparece impreso el texto. El
modelo del año 1999 se basa en un nuevo pigmento, la
denominada tinta electrónica: millares de
partículas esféricas sensibles a la corriente
eléctrica, blancas por un lado y negras por el otro,
en la proporción de 250.000 por pulgada. Esa tinta,
extendida por un papel especial, en contacto con unos
microscópicos hilos, se activa de tal manera, que ofrece
un texto similar al producido en el mismo papel por un procedimiento de
impresión tradicional, e incluso de un contraste mayor al
de la impresión láser. El
correlativo movimiento de las esferillas activadas
producirá otra página de texto, y así
sucesivamente. Por otra parte la capacidad de almacenamiento del
sistema es muy grande, ya que se puede cargar desde una
computadora, una tarjeta o un disco óptico de alta
densidad.
Posee también la virtualidad de interactivar el contenido
del texto con imágenes en movimiento, u ofrecer cortos
independientes. Limitaciones, las tiene y muy considerables:
además del alto precio por ejemplar -lo cual tiene su
compensación a nivel de sus innúmeras posibilidades
secuenciales de uso-, nos encontramos frente a un sistema
excesivamente sofisticado y que necesariamente, según el
proyecto, precisa de un disco duro, que aunque permita realmente
-dada la capacidad actual de los mismos- transportar una
biblioteca entera, no podrá eludir el alto BER ( Bit Error
Rate ) que produce cualquier periférico de este tipo,
amén de su peso y fragilidad. Pero será el tiempo
el que discrimine entre los sucesivos modelos.
El sistema Sagredo-Hidalgo.( Patente P9801927 )
pretende también un libro electrónico que tenga las
virtudes del libro tradicional y supere los inconvenientes de los
libros electrónicos hasta el momento diseñados. El
propio Sagredo, especialista que realmente nos iluminó
muchos conceptos que no teníamos suficientemente claros
acerca de los e-books y a quien venimos citando, señala
que la diferencia esencial de este modelo con los anteriores,
reside en que se desprende del contexto computacional en gran
medida, para confeccionar un prototipo cercano al libro en su
apariencia, y muy próximo a su vez, a los soportes
más avanzados de información, ya que al fin y al
cabo el libro no deja de ser un soporte de información. No
se trata en él de expresarse en modos de computadoras
más o menos perfeccionadas. Importa sobre todo extraer
toda la rentabilidad
de una pantalla universal de alta definición, como las que
existen hoy en el mercado, y convertirla en hoja iluminada
sucesivamente por el contenido de las de un libro tradicional;
para mayor ergonomía, adoptamos la hoja doble y
enfrentada, como en el mismo tipo librario. Este sistema
está dotado de una serie de comandos, no
más de 10, que permiten funciones de paso de
página, subrayado, aumento del tamaño de la letra,
color, etc… sin incidir en otras virtualidades multimedia, que
complican, por el momento, el sistema adoptado. El texto no
está en ningún disco duro, sino que se contiene en
una tarjeta óptica
que, editada en cualquier editorial avanzada, podrá ser
adquirida en librerías, tiendas de artículos
diversos o en un quiosco tradicional. El sistema, por tanto,
está dotado esencialmente de un simple lector de tarjeta
óptica de avanzada tecnología, basada en las
potencialidades de los discos de la última
tecnología; o bien de un lector de banda óptica o
del denominado papel digital, que en su día fuera
patentado por CREO Products. Lo que busca este sistema es
desprenderse de cualquier soporte circular, de lectura normal en
espiral y con cabeza óptica; para pasar al modelo
secuencial de barrido de un soporte rectangular y de lectura
similar a la que nuestro ojo produce sobre el papel tradicional.
Dado el desarrollo de tarjetas de este
tipo, ideadas por CANON y DREXLER, resulta sumamente sencillo,
nos dice Sagredo, incorporar dicho elemento, y, además, su
precio es irrisorio en comparación con el de cualquier
ejemplar, libro o revista. De este modo, asimismo, este sistema
pretende desprenderse de la celulosa para siempre; (Según
Sagredo lograr que los árboles
nos enseñen el bosque). Y, lo que es más
importante, se pretende lograr que el nuevo ebook pueda ser
llevado con nosotros, si así lo deseamos, hasta los
lugares más remotos del universo.
Asimismo, y dadas las capacidades y autonomía de las
actuales pilas de
energía, no es difícil adoptar un modelo que
permita una autonomía, como la de cualquier artilugio que
hoy manejamos a diario: teléfono portátil, casete,
cámara digital, etc… Cualquiera podrá adquirir o
recargar las tarjetas que desee, con los libros que se adecuen
mejor a su función profesional, científica,
cultural, recreativa, personal o colectiva, y transportarlos
fácilmente a cualquier lugar. Al conjunto del sistema sus
creadores (Sagredo-Hidalgo) lo han denominado, con marca
patentada, BIBLIOTRON.
Algunos futurólogos consideran que para el
cercano 2006 los libros electrónicos estarán
ofertándose en las librerías tradicionales y
quioscos, de tal manera que para el 2009 la venta de libros
electrónicos superará a la venta de libros de
papel, previéndose que para el 2015 las bibliotecas
digitalizarán todas sus obras.
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