- Control hipotalámico de
la temperatura - Manifestaciones de la
fiebre - Consideraciones
diagnósticas - Fiebre de origen
desconocido
La fiebre es la elevación de la temperatura
corporal por encima de la variación circadiana normal como
consecuencia de cambios en el centro termorregulador de la
región anterior del hipotálamo. La hipertermia
consiste en un aumento de la temperatura corporal por encima del
punto de ajuste hipotalamico debido a una disipación
insuficiente del calor (p. Ej.,
como sucede en el ejercicio, con lo medicamentos que inhiben la
perspiracion, ambientes calurosos, etc.).
Se afirma que la temperatura ‘normal’ del
ser humano es de 37 grados centígrados. La temperatura
media corporal de los sujetos normales de 18 a 40 años es
en realidad de 36.8 ± 0.4 ˚ C con un valor nadir a
las 6 de la mañana y centin entre las 4 y las 6 de la
tarde. Toda temperatura matutina superior a 37.2 ˚ C o
vespertina mayor de 37.7 ˚ C podría definirse como
fiebre. Habitualmente, la temperatura rectal es 0.6 ˚ C mas
elevada que la bucal. En las mujeres menstruales, la temperatura
matutina suele ser menor en las dos semanas previas a la
ovulación, aumenta alrededor de 0.6 ˚ C con la
ovulación y se mantiene así hasta la
menstruación.
Los compuestos que producen fiebre se denominan
pirógenos y pueden ser tantos exógenos como
endogenos. Los pirógenos exógenos son ajenos
a la persona, mientras
que los endogenos son producidos por el huésped,
generalmente en respuesta a estímulos provenientes de las
infecciones o inflamaciones.
El pirógenos exógeno mas conocido es e
grupo
heterogéneo de moléculas, comunes a todas las
bacterias
gram-negativas, que se conoce como endotoxina (lipopolisacarido,
LPS). El LPS se encuentra en la membrana externa de toas las
bacterias gram-negativas y se compone de lípido A y un
núcleo polisacárido, unido a una cadena lateral de
"O-polisacáridos" que se compone de unidades repetidas de
hidratos de carbono que
varían en cada uno de los microorganismos
gramnegativos.
Los pirógenos exógenos actúan
fundamentalmente induciendo la síntesis
de pirógenos endogenos por alas células
del huésped, habitualmente los monolitos y
macrófagos.
Los pirógenos endogenos son polipéptidos
producidos por diversas células, especialmente los
monolitos/macrófagos.
Originalmente, se pensaba que existía un
único pirógeno endógeno(PE). Se sabe que
existen dos PE leucocitarios, la la interleucina 1ª
(IL-1a) y la interleucina 1β (IL-1β). Las
principales citocinas pirσgenas son, aparentemente,
IL-1β, IL-1a, el factor de necrosis tumoral α
(FNTα), el factor de necrosis tumoral β (FNTβ,
linfotoxina), el interferσn α (IFNα) y la
interleucina 6 (IL-6).
Control
Hipotalamico de la temperatura
La temperatura corporal es regulada por el
hipotálamo. Las neuronas del núcleo preoptico
anterior y de la región posterior del hipotálamo
reciben dos tipos de señales, la primera de los nervios
periférico saque transmiten los mensajes de los receptores
del calor y frío y la segunda, la temperatura de la
sangre que
perfunde dicha region. Existen además, agrupaciones de
neuronas en la región preotica/anterior del
hipotálamo perfundidas por una abundante red vascular, sumamente
permeable, en donde la barrera hematoencefalica es mínima.
Esta red vascular especializada se denomina lamina terminal
vascular orgánica (LTVO).
Si el punto de regulación del hipotálamo
desciende como consecuencia de la desaparición de los
pirógenos endogenos estimulantes o por la
inhibición de la síntesis local de prostaglandinas
que ocurren tras administrar inhibidores de la ciclooxigenasa
como la aspirina, el ibuprofeno o el paracetamol, se observa una
vasodilatacion y sudoración, mecanismos que disipan el
calor a través de la radiación
y conducción desde la piel.
No es extraño que muchas de las
manifestaciones asociadas a la fiebre, dolor de espalda, mialgias
generalizadas, artralgias, anorexia y
somnolencia se puedan reproducir infundiendo citocinas
purificadas. Estos síntomas se reducen con los inhibidores
de la cicloooxigenasa. El escalofrío intenso con
piloereccion(carne de gallina), que se acompaña de
rechinar de dientes y tiritona intensa, es frecuente en las
enfermedades
bacterianas por ricketsias y protozoarios así como en la
gripe pero no en las otras enfermedades víricas. La
sudoración ocurre cuando se activan los mecanismos de
disipación del calor, ya sea por efecto de los
antipiréticos, que establecen una nueva "temperatura de
ajuste" o la eliminación del estimulo febril.
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