Indice
1.
Introducción
2. Contaminación
3. Conclusión
4. Anexos
5.
Bibliografía
La contaminación es un fenómeno que
existe desde que se originó la Tierra.
Desde hace ya tanto tiempo, las
sustancias contaminantes se dispersan y transportan sobre y
dentro de los recursos
naturales modificando sus características originales. Pero, a medida
que el hombre fue
evolucionando y se transformó en sedentario, consumidor
despiadado y derrochador de recursos, este
problema ha crecido notablemente.
El presente trabajo enfoca el problema de la
contaminación desde un punto de vista racional y real;
es decir, no podemos pensar que la contaminación puede
eliminarse, ni que de ahora en adelante no se generará
más. Esto sería una utopía, ya que es un
fenómeno muy antiguo y que carece de difusión
suficiente como para que todo el mundo tenga conocimiento
y, por ende, tome conciencia.
Es la contaminación un tema muy amplio, donde la
variedad de recursos sobre los cuales puede actuar, el tipo de
sustancia considerada contaminante y los efectos que cada una de
éstas producen sobre los primeros, hacen de ella un
proceso
multivariado, dependiente de numerosos factores.
A pesar de ello, es fundamental que se comiencen a tomar
decisiones sobre de qué modo tratarlo y quiénes
deberán hacerlo. La especialización de los
profesionales en la materia y
la
educación de la población en general son pasos que deben
adoptarse sin demora. Una población conciente y conocedora
de los riesgos
provocados por la contaminación actuará en forma
moderada y racional, mermando así el resultado
negativo.
Es imperioso, así mismo, profundizar en el tema y
tratarlo en forma específica para cada caso en particular.
De manera tal que se recopile información y datos sobre
distintos tipos y procesos de
contaminación y se tenga una herramienta útil capaz
de ser empleada en caso que sea necesario.
Este trabajo es sólo el punto de partida de un
largo camino de investigación y adecuación de las
situaciones ya vividas por otras provincias o países a las
condiciones típicas y características de la
Provincia de Salta.
Recordemos que cuanto antes comencemos esta tarea
más pronto obtendremos los resultados deseados y, en este
caso, del resultado depende la calidad de
vida de la población.
Se llama contaminación a la transmisión y
difusión de humos o gases
tóxicos a medios como la
atmósfera
y el agua, como
también a la presencia de polvos, líquidos,
gérmenes microbianos u otras sustancias extrañas,
en suelo o el
agua,
provenientes de lal naturaleza o de
los desechos de la actividad del ser humano.
Cuando se producen incidentes con productos
contaminantes se deben tomar medidas y cuidados
específicos para controlar diferentes situaciones, lo que
exige la intervención de personas debidamente capacitadas
y equipadas.
Por lo tanto, cualquier sustancia que añadida a
la atmósfera, al suelo o al agua, produzca un efecto
negativo apreciable sobre las personas o el medio puede ser
clasificado de contaminante; así pues las
partículas en suspensión o las especies radiactivas
producidas en los ensayos
nucleares están también incluidas. Podemos decir,
por lo tanto, que la contaminación puede afectar a todos
los recursos naturales pero que recae directa y esencialmente
sobre tres:
la
atmósfera (aire)
las aguas
(mares, ríos, lagos y demás cuerpos de agua) el
suelo
Contaminación atmosférica
Se entiende por contaminación
atmosférica, la presencia en el aire de sustancias o
formas de energía que impliquen riesgo,
daño o molestia grave para las personas y bienes de
cualquier naturaleza.
Cuando estas materias o fuentes de
energía ponen, o es probable que pongan en peligro la
salud del
hombre, su
bienestar o recursos directa o indirectamente, se convierten en
contaminantes.
En las grandes ciudades, la contaminación del aire se debe a los
escapes de gases de los motores de
explosión, a los aparatos domésticos de la
calefacción y a las industrias
(principalmente la de generación de electricidad) las
que liberan en la atmósfera gases, vapores o
partículas sólidas capaces de mantenerse en
suspensión, con valores
superiores a los normales (Tabla 1), perjudicando la vida y la
salud, tanto del ser humano como de animales y
plantas.
También hay otras sustancias tóxicas que contaminan
la atmósfera como el plomo y el mercurio. Es importante
que los habitantes de las grandes ciudades tomemos conciencia de
que el ambiente es
una necesidad primaria, indispensable para mantener una buena
calidad de
vida. Se debería, entonces, legislar sobre las sustancias
que pueden ir a la atmósfera y la concentración que
no debe superarse para así mantener un control y
poder
planificar con mayor exactitud y precisión.
La concentración de los contaminantes se reduce
al dispersarse estos en la atmósfera, proceso que depende
de factores climatológicos como la temperatura,
la velocidad del
viento, el movimiento de
sistemas de altas
y bajas presiones y la interacción de éstos con la
topografía local; por ejemplo las
montañas y valles. La temperatura suele decrecer con la
altitud, pero cuando una capa de aire frío se asienta bajo
una capa de aire caliente, produciendo una inversión térmica, la mezcla
atmosférica se retarda y los contaminantes se acumulan
cerca del suelo. El problema que esto crea es impedir la
dispersión vertical de los humos y de otros contaminantes
enviados a la atmósfera por las industrias, calefacciones,
motores de explosión, actividades urbanas etc.
Fuente:
www.fortunecity.es/expertos/profesor/171/atmosfera.htm
Figura 1:Relación altitud-temperatura en el
proceso normal (A) y el de Inversión Térmica
(B)
Fuente:
www.fortunecity.es/expertos/profesor/171/atmosfera.htm
Figura 2: Inversión térmica. Caso A
situación normal y Caso B situación con
inversión térmica.
En éstas condiciones, los contaminantes vertidos a la
atmósfera, no pueden dispersarse por quedar atrapados en
la capa inferior en la que no circula verticalmente el aire, y se
van acumulando.
Las situaciones de inversión más persistentes se
producen con cielos despejados y, por tanto, con abundante
luz solar.
Esta luz solar, favorece las reacciones entre los contaminantes
atrapados, produciéndose el Smog fotoquímico.
Las inversiones de
temperatura son frecuentes en épocas de
otoño-invierno. Pueden permanecer durante días,
hasta que las condiciones atmosféricas cambien y la capa
de inversión se destruya.
Las causas que determinan la aparición de una
inversión térmica son diversas, pero normalmente
son causadas por uno de los siguientes procesos:
Superposición de masas de aire que se encuentran a
diferentes temperaturas. Un ejemplo característico es el
paso de un frente frío o cálido
Alteración de una masa de aire que originalmente era
homogénea, modificándose la estructura
vertical de los niveles bajos de la atmósfera. Este caso
es debido principalmente al enfriamiento de la superficie de la
tierra durante
la noche.
Tabla 1: Concentraciones normales y anormales de los
principales gases contaminantes de la atmósfera.
Fuente:
www.fortunecity.es/expertos/profesor/171/atmosfera.htm
Las inversiones pueden ser duraderas bajo un sistema
estacionario de altas presiones unido a una baja velocidad del
viento.
Un periodo de tan sólo tres días de escasa mezcla
atmosférica puede llevar a concentraciones elevadas de
productos peligrosos en áreas de alta contaminación
y, en casos extremos, producir enfermedades e incluso
la muerte. Los
efectos de la exposición
a largo plazo a bajas concentraciones de contaminantes no
están bien definidos; no obstante, los grupos de riesgo
son los muy jóvenes, los ancianos, los fumadores, los
trabajadores expuestos al contacto con materiales
tóxicos y quienes padecen enfermedades pulmonares o
cardíacas. Otros efectos adversos de la
contaminación atmosférica son los daños que
pueden sufrir el ganado y las cosechas.
Una de las complicaciones más importantes de la
inversión térmica se produce en casos de derrames
de sustancias tóxicas volátiles, cuando un
accidente químico sucede. Es por ello fundamental tener
siempre presente el estado
atmosférico cuando se deba responder a un evento que
involucre sustancias nocivas capaces de dispersarse por la
atmósfera; no sólo cuando se trate de sustancias
químicas sino también para las sustancias
biológicas.
En la Tabla 2 se citan sustancias contaminantes y las
fuentes de las mismas.
Tabla 2: Sustancias contaminantes y fuentes de las mismas.
Fuente:
www.fortunecity.es/expertos/profesor/171/atmosfera.htm
En el caso de producirse un evento donde se liberen
sustancias nocivas a la atmósfera se debe prestar atención a las características de la
nube tóxica o de contaminación (Figura 3);
ésta se desplazará en el ambiente dependiendo de
múltiples factores meteorológicos y
topográficos del lugar. En la Tabla 3 se especifican los
factores meteorológicos que condicionan la forma y el
desplazamiento de la nube tóxica y el la Tabla 4, los
topográficos.
Figura 3. Esquema de difusión de una nube
contaminante. (Tomado de Garrido, 2.000)
Tabla 3. Factores meteorológicos que condicionan la forma
y el desplazamiento de la nube tóxica. (Wark y Warner,
1983; en Vismara, 1996.)
Factores | Efectos |
Velocidad del viento | Determina la dilución inicial |
Dirección del viento | Determina la geometría de la pluma |
Clase de estabilidad | Determina la longitud de la pluma |
Espesor del estrato de mezcla (o espesor de capa | Determina el límite de desarrollo vertical de la pluma. Es |
Humedad | Disminución de la visibilidad debida a la |
Temperatura superficial del suelo | Posibilidad de formación de hielo o |
Precipitación | Lavado del contaminante cerca de la fuente. |
Por lo tanto, lo primer que hay que hacer cuando un
evento de estas características ocurra es conseguir toda
la información posible sobre las características
meteorológicas del momento en el lugar del hecho. Esta
información se obtiene del parte meteorológico
emanado por el Servicio
Meteorológico que se obtiene diariamente. Además
deberán analizarse y tenerse en cuenta algunas
características meteorológicas visibles en la zona
en el momento de la emisión y que no se reflejan en el
parte meteorológico; por ejemplo: lluvias, ventarrones,
masas de aire frío o caliente, etc. Simultáneamente
se deberán analizar las características
topográficas del lugar las que, junto con las
características meteorológicas, determinan las
características de la nube tóxica y su
desplazamiento.
La determinación de la forma, tamaño y
desplazamiento de la nube tóxica juega un papel
fundamental en lo que evacuación se refiere. La nube se
desplaza siempre a sotavento (es arrastrada por la dirección predominante del viento) y esto
indica que si las concentraciones de contaminantes transportados
son dañinas para el ser humano, las poblaciones que se
encuentran en las zonas hacia donde la nube se dirige,
deberán ser evacuadas. La evacuación o no es una
decisión muy difícil de tomar y dependerá de
múltiples factores. La pluma de contaminación
tendrá una concentración menor contaminantes a
medida que se disipa en el ambiente; por lo tanto, a medida
ésta se desplace por la acción del viento, parte de
sus componentes comenzarán a depositarse o bien diluirse
en la atmósfera circundante (Figura 4). Este decaimiento
de las partículas tóxicas determinará el
tamaño de la zona a evacuarse
Tabla 4. Efectos de las características
topográficas del terreno sobre la dispersión de la
pluma. (Modificado de Mahoney, 1974.)
El proceso de evacuación debe estar perfectamente
planificado de antemano para actuar rápida y efectivamente
cuando sea necesario. Es fundamental prever los medios de
transporte, el
nuevo destino de los evacuados y los recursos que cubrirán
sus necesidades básicas durante el tiempo que estos se
encuentren fuera de su hogar. Todas estas acciones deben
ser elaborados en forma conjunta por todos
Características | Efectos |
Zonas de alta cota. | Aumento de la velocidad del viento (y de la |
Valles profundos | Canalización del flujo del viento a lo |
Zonas onduladas | Aumento de la turbulencia atmosférica en la |
Zonas arboladas o de bosque | Aumento de la turbulencia a nivel del suelo en |
Cuerpos hídricos | Aumento local de la humedad atmosférica que En presencia de cuerpos hídricos se crea |
los organismos interventores en situaciones de
emergencia (policía, bomberos, emergencias médicas,
secretaría de medio
ambiente, etc), siendo idealmente dirigidos y coordinados por
Defensa Civil.
En la Figura 4 se muestra
esquemáticamente el área donde se encuentra una
dosis letal de vapores, con un elevado riesgo en el área
de dispersión dentro del círculo de diámetro
D, un recorrido de la nube transportada por el viento de
dirección A y de dispersión lateral de la pluma de
ancho B. (Tomado de Garrido, 2000). La mayor concentración
de sustancias nocivas se encuentra, evidentemente, en el
diámetro D y desde allí su concentración y,
por tanto, su nocividad disminuyen a medida que la nube se aleja
del centro de emisión. En la Tabla 5 se muestran estipulan
áreas de evacuación para algunas de las sustancias
químicas más peligrosas.
Figura 4. Definición esquemática del
área en la que se encuentra una dosis letal de vapores
luego de un derrame de sustancias tóxicas.
Tabla 5. Area inicial de evacuación inmediata en caso de
grandes derrames de sustancias altamente peligrosas (área
del foco de dispersión = 74 m2 ; velocidad del viento =
10-20 Kmh.).
SUBSTANCIA | D(m) | A(Km) | B(Km) | Area total (Km2) |
Acido cianhídrico | 118,9 | 1,1 | 0,6 | 0,4 |
Acido clorhídrico | 237,7 | 2,3 | 1,4 | 1,9 |
Acido fluohídrico | 297,2 | 2,9 | 1,8 | 3,0 |
Acido sulfhídrico | 146,3 | 1,3 | 0,8 | 0,6 |
Acrilonitrilo | 27,4 | 0,3 | 0,2 | 0,034 |
Acroleína | 655,0 | 7,6 | 4,5 | 19,8 |
Amoníaco | 82,3 | 0,6 | 0,5 | 0,175 |
Disulfuro de carbono | 41,1 | 0,3 | 0,2 | 0,036 |
Cloro | 310,9 | 3,1 | 1,9 | 3,5 |
Etilenamina | 347,5 | 3,4 | 2,1 | 4,1 |
Fluor | 201,2 | 1,8 | 1,1 | 1,2 |
Fuente: United States Departament
of
Las concentraciones de los contaminantes en la pluma
pueden ser calculados a través del Modelo de
Gauss, el cual excede los alcances de este trabajo pero que puede
ser consultado en
www.fortunecity.es/expertos/profesor/171/atmosfera.html#
Contaminación del agua
Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos
inmemoriales, las basuras y deshechos producidas por la actividad
humana.
El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de
purificación, pero esta misma facilidad de
regeneración, y su aparente abundancia, hace que sea el
vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos
por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos,
metales
pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades
mayores o menores, al analizar las aguas de los más
remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas
hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana y
dañinas para la vida.
La contaminación de las aguas puede, en definitiva,
proceder de fuentes naturales o de actividades humanas. En la
actualidad la más importante, sin duda, es la provocada
por el hombre. El desarrollo y la industrialización
suponen un mayor uso de agua, una gran generación de
residuos (muchos de los cuales van a parar al agua) y el uso de
medios de transporte fluviales y marítimos que, en muchas
ocasiones, son causa de contaminación de las
mismas.
Algunas fuentes de contaminación del agua son naturales. Por
ejemplo, el mercurio que se encuentra naturalmente en la corteza
de la Tierra y en los océanos contamina la biosfera mucho
más que el procedente de la actividad humana. Algo similar
pasa con los hidrocarburos
y con muchos otros productos.
Normalmente las fuentes de contaminación natural son muy
dispersas y no provocan concentraciones altas de polución,
excepto en algunos lugares muy concretos. La contaminación
de origen humano, en cambio, se
concentra en zonas concretas y, para la mayor parte de los
contaminantes, es mucho más peligrosa que la natural.
Hay cuatro focos principales de contaminación
antropogénica o de origen humano.
1. Industria.
Según el tipo de industria se producen distintos tipos de
residuos. Normalmente en los países desarrollados muchas
industrias poseen eficaces sistemas de depuración de las
aguas, sobre todo las que producen contaminantes más
peligrosos, como metales tóxicos. En algunos países
en vías de desarrollo la contaminación del agua por
residuos industriales es muy importante. Actualmente en nuestro
país la contaminación por vertido de deshechos en
ella alcanza niveles muy altos incluso llegando a poner en riesgo
a los ecosistemas
que dependen de ella, dentro de los cuales se incluye al ser
humano. Pasan a cobrar gran importancia en este proceso de
contaminación los deshechos de curtiembres, mataderos,
fábricas e industrias agrícola-ganaderas. En la
Tabla 6 se muestran ejemplos sobre sectores industriales
determinados y las sustancias contaminantes del agua que
producen.
2. Vertidos urbanos. La actividad doméstica produce
principalmente residuos orgánicos, pero el alcantarillado
arrastra además todo tipo de sustancias: emisiones de los
automóviles (hidrocarburos, plomo, otros metales, etc.),
sales, ácidos,
etc. En cuanto a las emisiones de automóviles uno de los
grandes problemas en
nuestra provincia es la carencia de un sistema de
depuración de los deshechos de aceites gastados. La
mayoría de los locales que prestan este servicio arrojan
los deshechos directamente a las alcantarillas, contaminando el
sistema hídrico al cual van a parar. Los deshechos urbanos
orgánicos favorecen la proliferación de bacterias,
virus y otros
organismos que disminuyen el contenido de oxígenos de las
aguas, llegando a niveles tan bajos que la vida acuática
habitual no puede soportarlo.
3. Navegación. Produce diferentes tipos de
contaminación, especialmente con hidrocarburos. Los
vertidos de petróleo,
accidentales o no, provocan importantes daños
ecológicos. A pesar de ellos, los impactos ambientales por
la navegación no son una causa importante de
contaminación en el NOA, ya que sus ríos son
escasamente empleados para el transporte, o si lo son se emplean
naves pequeñas.
4. Agricultura y
ganadería.
Los trabajos agrícolas producen vertidos de pesticidas,
fertilizantes y restos orgánicos de animales y plantas que
contaminan de una forma difusa pero muy notable las aguas.
La contaminación con estas sustancias es
característica en los sectores donde la producción agrícola-ganadera se
desarrolla intensamente y con escaso o sin control alguno. Las
regiones poroteras y sojeras del norte, la región
tabacalera del Valle de Lerma y las regiones productoras de
hortalizas y frutales son algunos de los lugares donde las aguas
deben ser evaluadas para determinar si el "cóctel" de
sustancias químicas empleadas para aumentar la
producción no ha incrementado la concentración de
sustancias nocivas para la salud presentes en el agua.
Tabla 6. Sectores industriales y sustancias
contaminantes principales.
Sector industrial | Substancias contaminantes principales |
Construcción | Sólidos en suspensión, metales, |
Minería | Sólidos en suspensión, metales |
Energía | Calor, hidrocarburos y productos |
Textil y piel | Cromo, taninos, tensoactivos, sulfuros, |
Automoción | Aceites lubricantes, pinturas y aguas |
Navales | Petróleo, productos químicos, |
Siderurgia | Cascarillas, aceites, metales disueltos, |
Química inorgánica | Hg, P, fluoruros, cianuros, amoniaco, nitritos, |
Química orgánica | Organohalogenados, organosilícicos, |
Fertilizantes | Nitratos y fosfatos. |
Pasta y papel | Sólidos en suspensión y otros que |
Plaguicidas | Organohalogenados, organofosforados, compuestos |
Fibras químicas | Aceites minerales y otros que afectan al balance |
Pinturas, barnices y tintas | Compuestos organoestámicos, compuestos de |
Fuente:
www.1ceit.es/Asignaturas/Ecologia
Existe un quinto foco de contaminación de origen
antrópico: los accidentes de
transportes de sustancias químico-biológicas o
cualquier otra sustancia capaz de provocar daños al
ambiente.
En el caso particular de este informe, la causa
que nos concierne (en cuanto a contaminación del agua) es
el derrame de sustancias nocivas en forma accidental o
intencional. Es este el motivo principal de este trabajo ya que
la Policía de la Provincia, a través de la
División de Medio Ambiente, es quien debe actuar en estos
casos identificando a los infractores y aplicando las primeras
acciones de control de la contaminación.
Salta es visitada diariamente por una gran cantidad de
camiones cisternas y otros capaces de transportar sustancias;
algunos de éstos incluso llegan a circunvalar el casco
céntrico poniendo en peligro no sólo a las personas
que en éste y sus alrededores se encuentran, sino
también a las fuentes de suministro de las que la ciudad
se vale.
Es fundamental llevar un registro no
sólo de la cantidad de vehículos de este tipo que
por la provincia circulan, son también es indispensable y
prioritario elaborar un archivo en el que
conste el tipos de sustancia que cada uno de ellos transporta, la
cantidad, las características de ésta (toxicidad,
inflamabilidad, etc), las sustancias que neutralizan su
peligrosidad y toda aquella otra información útil
en el caso de que un accidente le ocurriese al transporte. Esta
información, una vez recopilada, debe ser distribuida a
todos los sectores que intervienen en una situación de
este tipo como ser la División de Medio Ambiente de la
Policía de la Provincia, la Secretaría de Medio
Ambiente, Bomberos, SAMEC, Defensa Civil, etc. A su vez, estos
sectores deben contar con una planificación de respuesta de emergencia
para este tipo de eventos. En el
Anexo I se presenta el Sistema estandarizado para la
identificación de riesgo de materiales peligrosos, un
sistema de identificación del tipo de sustancia
transportada. El
conocimiento de este sistema es fundamental para todos
aquellos que deban enfrentar los riesgos inherentes en el proceso
de transporte de sustancias químicas. En el Anexo II se
presenta una guía básica sobre riesgos
químicos.
Adicionalmente a la información mencionada
anteriormente, las autoridades pertinentes deben llevar un
inventario de
todas aquellas instalaciones donde se almacenan sustancias
peligrosas, tales como industrias, fábricas, etc. Tener un
conocimiento preciso sobre las sustancias almacenadas y su
cantidad le dará al personal de
respuesta de emergencia la posibilidad de actuar más
eficientemente tomando las medidas adecuadas de protección
propia y del resto de la población.
No se puede ignorar la posibilidad de la ocurrencia de
accidentes ambientales provocados por productos químicos.
Sin embargo, es necesario tratar de reducir al máximo la
probabilidad
de ocurrencia de estos episodios mediante el desarrollo de
medidas preventivas adecuadas.
También es necesario desarrollar medidas
correctivas eficaces para la reducción de los impactos
causados al ambiente durante la ocurrencia de los
accidentes.
En el caso de que una fuente de agua se vea contaminada
por una sustancia desconocida, los recaudos iniciales a tomar
serán similares a aquellos mencionados para casos de
contaminación del aire; es decir que se debe priorizar el
bienestar y la salud de las personas afectadas y determinar si la
contaminación puede afectar a otros sectores ya sea de
manera directa o indirecta. Simultáneamente deberán
tomarse muestras que serán enviadas al laboratorio
para detectara el tipo de sustancia y la concentración en
la que se encuentra, para poder así iniciar el plan de
respuesta. Es conveniente no sólo tomar muestras de la
zona afectada sino también otras de los alrededores para
poder realizar comparaciones válidas (de nada sirve
determinar que en un punto determinado de un río las aguas
están cargadas de arsénico si no se tienen un
parámetro para comparar e incluso para determinar si el
arsénico es una sustancia cuya presencia es natural en ese
lugar).
Si la sustancia derramada toma contacto con un lecho de
agua debe considerarse que la ésta será
transportada aguas abajo y, por lo tanto, advertir a las
poblaciones afectadas de la presencia del contaminante y de
cómo deberán proceder.
Es fundamental que en todo procedimiento,
donde el personal policial u otro deba ponerse en contacto con
sustancias nocivas, lo haga portando elementos de
protección adecuados para cada caso (guantes, botas,
máscaras, etc). Recordemos que un efectivo intoxicado es
una persona menos
para colaborar en el lugar y una persona más para derivar
a los hospitales.
Existe un gran número de contaminantes del agua
que se pueden clasificar de muy diferentes maneras. Una
posibilidad bastante usada es agruparlos en los siguientes ocho
grupos:
1. Microorganismos patógenos. Son los de bacterias, virus,
protozoos y otros organismos que transmiten enfermedades como el
cólera, tifus, gastroenteritis diversas, hepatitis, etc.
En los países en vías de desarrollo las
enfermedades producidas por estos patógenos son uno de los
motivos más importantes de muerte
prematura, sobre todo de niños.
Normalmente estos microbios llegan al agua en las heces y otros
restos orgánicos que producen las personas infectadas. Por
esto, un buen índice para medir la salubridad de las
aguas, en lo que se refiere a estos microorganismos, es el
número de bacterias
coliformes presentes en el agua. La OMS
(Organización Mundial de la Salud)
recomienda que en el agua para beber haya 0 colonias de
coliformes por 100 ml de agua.
2. Desechos orgánicos. Son el conjunto de residuos
orgánicos producidos por los seres humanos, ganado, etc.
Incluyen heces y otros materiales que pueden ser descompuestos
por bacterias aeróbicas, es decir en procesos con consumo de
oxígeno. Cuando este tipo de desechos se encuentran en
exceso, la proliferación de bacterias agota el
oxígeno, y ya no pueden vivir en estas aguas peces y otros
seres vivos que necesitan oxígeno. Buenos índices
para medir la contaminación por desechos orgánicos
son la cantidad de oxígeno disuelto (OD) en agua, la
demanda
biológica de oxígeno (DBO).
3. Sustancias químicas inorgánicas. En este
grupo
están incluidos ácidos, sales y metales
tóxicos como el mercurio y el plomo. Si están en
cantidades altas pueden causar graves daños a los seres
vivos, disminuir los rendimientos agrícolas y corroer los
equipos que se usan para trabajar con el agua.
4. Nutrientes vegetales inorgánicos. Nitratos y fosfatos
son sustancias solubles en agua que las plantas necesitan para su
desarrollo, pero si se encuentran en cantidad excesiva inducen el
crecimiento desmesurado de algas y otros organismos provocando la
eutrofización de las aguas. Cuando estas algas y otros
vegetales mueren, al ser descompuestos por los microorganismos,
se agota el oxígeno y se hace imposible la vida de otros
seres vivos. El resultado es un agua maloliente e
inutilizable.
5. Compuestos
orgánicos. Muchas moléculas orgánicas
como petróleo, gasolina, plásticos,
plaguicidas, disolventes, detergentes, etc. acaban en el agua y
permanecen, en algunos casos, largos períodos de tiempo,
porque, al ser productos fabricados por el hombre, tienen
estructuras moleculares complejas
difíciles de degradar por los microorganismos.
6. Sedimentos y materiales suspendidos. Muchas partículas
arrancadas del suelo y arrastradas a las aguas, junto con otros
materiales que hay en suspensión en las aguas, son, en
términos de masa total, la mayor fuente de
contaminación del agua. La turbidez que provocan en el
agua dificulta la vida de algunos organismos, y los sedimentos
que se van acumulando destruyen sitios de alimentación o desove
de los peces, rellenan lagos o pantanos y obstruyen canales,
rías y puertos.
7. Sustancias radiactivas. Isótopos radiactivos solubles
pueden estar presentes en el agua y, a veces, se pueden ir
acumulando a los largo de las cadenas tróficas, alcanzando
concentraciones considerablemente más altas en algunos
tejidos vivos
que las que tenían en el agua.
8. Contaminación térmica. El agua caliente liberada
por centrales de energía o procesos industriales eleva, en
ocasiones, la temperatura de ríos o embalses con lo que
disminuye su capacidad de contener oxígeno y afecta a la
vida de los organismos.
La contaminación de las aguas subterráneas
es también un problema que debe considerarse
cuidadosamente cuando ocurre el derrame de una sustancia
tóxica. Este tema será tratado con mayor
profundidad junto con el tema de contaminación
del suelo ya que ambos están íntimamente
ligados.
Contaminación del suelo y las aguas
subterráneas:
El suelo se contamina en forma localizada cuando una sustancia
tóxica entra en él. Primero, la sustancia
extraña será contrarrestada por la capacidad del
suelo de regular su pH (efecto buffer o tampón) y gracias
a algunos compuestos, que absorbiéndolos o
adsorbiéndose a ésta pueden neutralizarla. Una vez
que esta capacidad de auto-depuración se vea sobrepasada,
el suelo comenzará a acumular las toxinas. Una vez
contaminado, volverlo a su estado inicial
es un proceso sumamente costoso y, en la mayoría de los
casos, imposible.
Si la textura y demás condiciones físicas
del suelo lo permiten, la sustancia nociva podrá descender
a través del perfil edafológico hasta alcanzar la
napa freática y contaminar las aguas
subterráneas.
La contaminación del suelo puede producirse
instantáneamente, justo cuando la sustancia contaminante
se vuelca en forma accidental o intencional sobre él; o
bien puede causarse progresivamente debido a la continúa e
ininterrumpida adición de materiales y sustancias
tóxicas. Una de las fuentes más notorias de este
último tipo de contaminación es la que provocan los
agroquímicos. Las técnicas
actuales de incremento de la producción, las que incluyen
la adición de elevadas cantidades de fertilizantes y
plaguicidas, ponen en peligro las condiciones
físico-químicas del suelo y lo dejan en un estado
de escasez total de nutrientes o exceso de compuestos
perjudiciales.
Los casos de contaminación dispersa se pueden
producir cuando se aplican cantidades importantes de plaguicidas
a zonas donde el nivel freático está poco profundo,
en suelos muy
porosos o cerca de fracturas o diaclasas que conectan los
acuíferos con la superficie. La contaminación del
agua de la freática es un problema adicional que
deberá tratarse ya que, en algún momento de su
recorrido, las éstas afloran o bien son aprovechadas como
fuente de abastecimiento poblacional.
La contaminación es un problema del que nadie
quiere responsabilizarse y que, hasta en algunos casos, no se
percibe hasta cuando es ya demasiado tarde. Debemos, como
ciudadanos de una provincia y un país que quiere crecer y
mejorar su calidad de vida, comenzar a tomar conciencia sobre
éste problema y todas las dificultades que encamina para
el ambiente y, por ende, para la salud y bienestar humano.
La educación
de la población es una herramienta básica y
fundamental en cuanto a medio ambiente se refiere. Este medio es
el único lugar del que cuenta el hombre para
desarrollarse. En él realiza todas sus actividades –
vitales o no-; en él, precisamente, vive.
Una población conocedora de los problemas
ambientales generales, y de aquellos que presentes en su
territorio, será una población con capacidades
potenciales de resolución de tales conflictos.
Una sociedad
conocedora y consciente es, entonces, la primera etapa para la
recuperación ambiental y la posterior administración eficiente de los recursos
naturales disponibles.
La educación poblacional, en todos los niveles,
debe ser precedida y acompañada por la constitución de organismos de
protección del medio ambiente y los recursos naturales y
la profesionalización y especialización de su
personal y del ya existente en las instituciones
destinadas a tal fin.
Queda, por lo tanto, en manos del gobierno y de
cada uno de los habitantes de la nación,
la responsabilidad de encarar estos temas cada vez
poniendo mayor énfasis y medios. Recordemos que este mundo
es la estructura donde se alberga el ser humano y que su ambiente
es único e irrecuperable. Cuidémoslo entonces,
comencemos hoy mismo que, sistemática y progresivamente,
los resultados estarán a la vista.
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