- En cualquier
anaquel - Consideraciones
iniciales - Los axiomas
- ¿Qué pasa en la
biblioteca? - La biblioteca (que algunos
llaman universo)…
La Biblioteca de
Babel representa para mí, al igual que
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, el cuento de
Borges que
reúne la mayoría de elementos enigmáticos
que aún no logro entender cabalmente en su obra y a los
que sólo puedo acceder de forma remota pensándolos
una y otra vez. De allí se infiere que esta nota no
pretende explicar la totalidad del cuento sino dar algunas
aproximaciones parciales a pensamientos expuestos en él.
Espero que esta combinación de los veinticinco
símbolos ortográficos no resulte del todo
desafortunada. En algún anaquel, sin duda, habrá
una mejor.
Veo en La Biblioteca de Babel la misma idea que
se trata en el cuento El inmortal aunque desarrollada
distinto: la especulación sobre lo posible dentro de un
espacio-tiempo infinito.
Al final se llega al mismo punto: al cabo de mucho tiempo las
cosas se repiten; la biblioteca contiene todos los libros
posibles; la vida de un hombre
inmortal llega a un punto en que ya se pensó todo, se
habló todo, se ejecutó todo. Sólo nos queda
el silencio.
Sabemos que Humberto Eco incorporó la biblioteca
trazada por Borges en su libro El
nombre de la rosa. Sabemos también que el cuento fue
escrito cuando Borges trabajaba en la Biblioteca Municipal en el
año de 1.941 y se sentía como un eterno
subordinado, imprimiéndole al relato una atmósfera de
opresión y monotonía que él vivía en
carne propia.
A tales datos no debemos
concederles mayor importancia: constituyen material
exógeno que poco o nada nos dice de la
narración.
La Biblioteca de Babel: el título es ya
inquietante; a Babel, icono del caos y el desentendimiento se
antepone, con mayúscula, la palabra Biblioteca, figura que
evoca la parsimonia y quietud de un gran recinto atestado de
libros. Podemos pensar un secreto vínculo entre la
Biblioteca y la torre de Babel: ambas son empresas humanas
donde se reúnen los esfuerzos por alcanzar la verdad.
Podemos pensar la figura contraria desde el texto: la
Biblioteca y la torre son construcciones divinas que entretienen
a los hombres en un quimérico propósito: ver la
luz, conocer
el verbo, entender el mundo.
La entrada de la narración es memorable.
"El universo
(que otros llaman la Biblioteca)…". Comparado usualmente con el
inicio de La
metamorfosis de Kafka y de Cien años
de soledad de García
Márquez por su calidad
literaria, la frase nos sugiere de principio la enormidad que
será descrita en líneas posteriores; el universo con
minúscula no alcanza esa fuerza y
soledad sugerida por la inmensa "Biblioteca".
Más adelante Borges insinúa la irrealidad
pensada tantas veces por los idealistas. "En el zaguán hay
un espejo, que fielmente duplica las apariencias". Somos
apariencias; estamos hechos del mismo material que los
sueños. La duplicación en el espejo es motivo de
discusión en Tlön, Uqbar, Orbis Tertius; el
problema del doble aparecerá también en Borges y
yo, y de una u otra forma en Las ruinas
circulares.
Claudio Salpeter ha descrito una interpretación
matemática
de todo el cuento. Podemos recurrir a tal ejercicio para explicar
esa búsqueda posterior del autor: "…he peregrinado en
busca de un libro, acaso del catálogo de
catálogos…". El intento y la búsqueda son
fútiles. Supongamos que el conjunto A es el
catálogo de catálogos y A1, A2, A3 son todos
catálogos existentes en la Biblioteca.
Simbólicamente tenemos A={A1, A2, A3}. Nos encontramos
entonces con un catálogo que no está catalogado, el
A. Deberíamos armar un catálogo B que lo incluyera.
Ahora no está el catálogo B, y así
indefinidamente.
La inexistencia del catálogo no anula su
persecución: ya advertía Cortázar en su
correspondencia que "la vida es siempre un poco eso, buscar cosas
que no existen".
Podemos enumerar los principios que
rigen la existencia de la Biblioteca para detenernos en cada uno
de ellos:
- La Biblioteca está compuesta por
galerías hexagonales. Si se pretende llenar un plano
por medio de polígonos regulares, sólo tres
figuras pueden ser consideradas: los triángulos, los
cuadrados y los hexágonos. Éstos últimos
son además la forma que poseen las celdas de los panales
de las abejas: la figura sugiere cierta perfección
arquitectónica; no deja la posibilidad para que hayan
"huecos" en el plano. Así se constituye la Biblioteca
como una construcción completa y
absoluta. - La Biblioteca existe desde siempre (ab aeterno).
Existe por tanto para siempre. En el texto Borges plantea,
posterior al axioma, que la Biblioteca prefigura la
existencia de un dios; el hombre
(el imperfecto bibliotecario), sin embargo, puede ser obra
del azar. Pensemos que el hombre muere pero la Biblioteca
permanece: se contraponen la fugacidad del hombre, lo
efímero en él, y la inmutabilidad del universo,
su eternidad.El análisis combinatorio, o simplemente, la
combinatoria, es una parte de las técnicas de conteo. Suele
describírsele como el arte de
contar sin enumerar (esta vaga noción puede estar
presente en Funes, el memorioso). Aplicando sus
leyes al
texto, podemos enunciar la fórmula: si tenemos una
cantidad n de casilleros y podemos utilizar m
letras, la cantidad total de posibilidades es
mn.Así, cada libro tiene 410 páginas (al
revés, 014, número recurrente en Borges.
¿Casualidad?). Cada página tiene 40 renglones,
es decir 164000 renglones en un libro. Cada renglón
tiene 80 letras, esto es, hay 1´312.000 letras en un
libro. Ya que sólo pueden utilizarse 25
símbolos, el número total de posibilidades es
de 251312000 (número, aunque vastísimo, no
infinito).De esta forma queda expresada la razón de ser
de la narración: en la biblioteca está
contenida TODA la expresión lingüística
posible. Cualquier combinación de letras quiere decir
algo en algún lugar; lo que puede estar escrito ya lo
está, aguarda pacientemente en un anaquel de un
hexágono cualquiera. - En los hexágonos hay veinte anaqueles,
cinco por lado (los lados sobrantes cumplen otras funciones).
Cada anaquel tiene treinta y dos libros; cada libro es de
cuatrocientas diez páginas; cada página de
cuarenta renglones; cada renglón de ochenta letras (la
sentencia correcta sería "de ochenta símbolos
ortográficos"). El número de símbolos
ortográficos es veinticinco (coma, punto, espacio y
veintidós letras del alfabeto). En este párrafo se consigna la clave para
entender el cuento. Esta distribución, a la luz del libro
descifrado en un hexágono y que Borges copia así:
"nociones de análisis combinatorio, ilustradas por
ejemplos de variaciones con repetición ilimitada", nos
permiten determinar la naturaleza de
los libros. - No hay, en la vasta Biblioteca, dos libros
idénticos. Permite que la distribución de los
anaqueles y los hexágonos tengan una razón de
ser, que la Biblioteca de una u otra forma sea un cosmos (en
medio de los millones de frases aparentemente inútiles)
y no un caos. - La Biblioteca es ilimitada y periódica.
Junto al axioma anterior, por fin podemos dilucidar una
explicación para la enigmática sentencia del
principio: "Los hombres suelen inferir de ese espejo que la
Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a
qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero
soñar que las superficies bruñidas figuran y
prometen el infinito". PROMETEN el infinito. Si pensamos en un
libro de la Biblioteca como una figura análoga al
hombre, podemos intuir que un espejo promete un infinito (es
decir, la duplicación en la Biblioteca adyacente). La
cita final quizás ayude en algo a esclarecer el
problema: "Si un eterno viajero la atravesara [la Biblioteca]
en cualquier dirección, comprobaría al cabo de
los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el
mismo desorden (que, repetido, sería un orden: el
Orden)". Es la idea del eterno retorno de Nietzsche:
promesa y amenaza de eternidad.
Los suicidios han ido aumentando por la incapacidad para
obtener el libro, tal vez la página, total. La
melancolía es inevitable en los hombres que habitan la
Biblioteca y saben que la verdad puede ser conocida a
través del lenguaje
encerrado en un libro. Esta situación es posterior a la
conjetura de Borges: el bibliotecario que encuentra el libro
compendio de los demás es análogo a dios; el
destino de los hombres está justificado en algún
libro.
La idea de la palabra que contiene la divinidad
está referida en La escritura del
Dios; la del destino que debe ser cumplido a cabalidad se
puede intuir en Tres versiones de Judas y en Deutsches
Réquiem.
Ahora, la idea del destino de un hombre vindicado en un
libro es asombrosa. Y lo que es más terrible: de un
destino posible porque los libros hablan de hombres
futuros: "Las Vindicaciones existen (yo he visto dos que se
refieren a personas del porvenir, a personas acaso no
imaginarias) pero los buscadores no
recordaban que la posibilidad de que un hombre encuentre la suya,
o alguna pérfida variación de la suya, es
computable en cero".
Más adelante la voz de Borges pareciera hablar
más nítidamente. Dice: "Que el cielo exista, aunque
mi lugar sea el infierno". Que yo sea ultrajado y aniquilado,
pero que en un instante, en un ser, Tu enorme biblioteca se
justifique". En Deutsche Réquiem reza al final:
"Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno". En
todo caso ese "yo sea ultrajado y aniquilado" hace referencia,
creo, al Borges escritor. Parece un alto en la narración
para hablarnos de frente y sentenciar un olvido de sí y
una recomendación al lector: que no pase en vano su vida,
que la biblioteca se justifique.
Juzgo oscuro el pasaje y es posible que me equivoque en
su interpretación. De todas formas siento que eso es lo
que sugiere.
Es necesario advertir que nada es fortuito en la
Biblioteca y que en ella figuran las diferentes caras de la
realidad (esto significa que la realidad no es única).
"Afirman los impíos que el disparate es normal en la
Biblioteca y que lo razonable (y aun la humilde y pura
coherencia) es una casi milagrosa excepción (…). Esas
palabras, que no sólo denuncian el desorden sino que lo
ejemplifican también, notoriamente prueban su gusto
pésimo y su desesperada ignorancia". De esta forma se
deduce que ningún acto ocurre porque sí. En
algún cuento o poema decía Borges que un acto es el
resultado de los millones de actos que lo precedieron. Causalidad
llevada a sus últimas consecuencias.
LA BIBLIOTECA
(QUE ALGUNOS LLAMAN UNIVERSO)…
"… La Biblioteca perdurará: iluminada,
solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de
volúmenes preciosos, inútil, incorruptible,
secreta".
Aplicando los axiomas propuestos, La Biblioteca de
Babel es una insignificante hoja ocupada en un libro de
algún anaquel de algún hexágono.
Borges no lo escribió, el cuento siempre estuvo
allí.
SANTIAGO GALLEGO FRANCO