En la actualidad se puede afirmar que la
Astrología en cuanto disciplina
más que como mera mancia, se encuentra asaetada en y por
diferentes grados de enlarvada virulencia por un sinnúmero
de mitos y
fantasías ajenos a su milenaria sapiencia y más
producto de
los medios masivos
de comunicación que venden y trasmiten una
astrología (con minúscula) de la
globalización postmoderna así como
también y en forma concomitante y coadyuvante con lo
anteriormente expuesto, por quienes hacen de ella una simple
astromancia predictiva que deja a toda y cualquier persona que se
precie de tal, de tener algún grado de influencia sobre su
propia vida, debiendo soportar y hacerse cargo del "destino" o
"karma" que le ha tocado vivir por haber nacido donde y cuando lo
hizo. ¡Oh triste conjuro de la vida que alinea ciertos
pedruzcos a miles de millones de kilómetros de distancia
de tan singular forma y no de otra!
Es por ello que -en forma y de carácter
anecdotario, ejemplar y ejemplarizante- me remito a determinadas
expresiones oídas y/o leídas a través de la
TV., la radio, la
prensa
escrita, así como revistas pseudo-especializadas e
inclusive -y lo refiero no sin un cierto pesar- , libros
"técnicos", de texto,
además de comunicaciones
personales a través y mediante el intercambio de ideas con
otros astrólogos. A título de ejemplo expreso
algunos de ellos sin hacer alusión directa a su
fuente:
- Le preguntan a un astrólogo:
"¿Qué significa la palabra horóscopo?". La
respuesta fue algo así como: "La verdad que no se y creo
que no es algo importante el saberlo." - Dice otro astrólogo: "Si quiere tener un
hijo/a que tenga éxito
en la vida y a quien todo le vaya bien, pues tenga un hijo/a
nacido/a en el signo de Leo." - Otro comenta que si por casualidad hemos tenido la
desgracia de nacer con Marte en un aspecto difícil con
Neptuno, seremos neuróticos, traicioneros, confusos,
violentos, engañosos, y con tendencia al alcoholismo
entre otras cosas. - Con respecto a lo anterior un astrólogo me
comento que como la pareja de su hija tenía en su
carta la
configuración anteriormente mencionada (en este caso
Marte en cuadratura con Neptuno) y encontró en un
libro de
texto la mencionada casuística teórica, estaba
sumamente preocupado por el futuro de esa
relación. - Es frecuente encontrar que si usted es de un signo
perteneciente a un determinado elemento (aire, fuego,
tierra,
aire), debe buscar para armonizar adecuadamente a una pareja
cuyo signo pertenezca al mismo elemento. Así por ejemplo
si es de Cáncer se llevará bien con Piscis o con
Escorpio; y si es de Aries, con Leo o con
Sagitario. - Me he encontrado con profesionales que se encuentran
preocupados pues al haber estudiado su carta astral para un
año determinado (Revolución Solar), se dieron cuenta de
que se les avecinaban días, meses o un período
difícil de sus vidas y/o que les iba a ocurrir tal o
cual desgracia. Y lo mismo aplicable para épocas
favorables o de gratos acontecimientos. La verdad es que en la
gran mayoría de los casos no sucedía ni lo uno ni
lo otro, pero organizaban y dirigían sus vidas de
acuerdo a dichas expectativas. - Obviamente que todo un capítulo aparte merecen
los horóscopos diarios y los servicios
telefónicos. Es lógico que si una persona lee y/o
escucha 10 horóscopos diferentes para un mismo signo en
un determinado día, llegue a la conclusión de que
la astrología refiere a una sarta de disparates. Es que
hay que ser un verdadero "mago" si tenemos en cuenta que
actualmente somos unos 6.000 millones de habitantes a lo largo
y ancho del globo terráqueo y sólo hay 12 signos
zodiacales, lo cual nos da un promedio de 500 millones de
personas para cada signo. Así que podemos ver que es un
poco aventurado el tratar de hacer predicciones que se ajusten
para esa cantidad de seres. - En cuanto a los servicios telefónicos
obviamente que refieren simplemente a rasgos
caracteriológicos por una parte y por la otra a hechos y
sucesos de carácter meramente predictivo, que luego en
la realidad no es frecuente que ocurran, con el consiguiente y
lógico desprestigio a que se ve sometida una
antiquísima disciplina, por no decir, la primera
ciencia de
la humanidad.
Cabe destacar que lo anteriormente expresado no hace
necesariamente a una descuidada praxis profesional
astrológica, pues muchas de esas personas realmente han
estudiado y se han preparado, y actúan de buena fe,
plenamente convencidas de que lo que realizan y manifiestan en
una "consulta" es correcto. Y si decimos lo que afirmamos es tan
sólo para poder comenzar
a re-verter una situación que ha sumido a la
Astrología durante largo tiempo en la
lista de las "mancias" (algo similar ha sucedido con el Tarot y
el I Ching entre otras).
En si esta situación, al menos en lo que refiere
a la Astrología, ya ha comenzado a revertir y a adquirir
nuevos visos de seriedad, lenta pero constantemente.
Hasta no hace mucho tiempo y aún hoy día,
por lo que hemos podido referir, las personas que acudían
a una lectura
más que a una verdadera consulta astrológica lo
hacían (lo hacen) con la plena, única y valedera
intención de obtener predicciones acerca de su futuro, en
una palabra, saber si tendrán fortuna, amor, empleo,
salud, etc. Y
aunque no necesariamente sientan y tengan dicha necesidad, ello
es lo que obtienen en la mayoría de los casos. A ello se
agrega una breve descripción de rasgos de carácter en
la dirección de que si por ejemplo, uno es de
Aries tendrá tales y cuáles características y si es de Cáncer
tendrá tales y cuáles otras. En estos casos el
problema radica en que como una persona me refirió: "Yo
soy de Aires y mi marido es de Aries y no nos parecemos en nada.
Somos personas totalmente diferentes. ¿Cómo es ello
posible?". En consecuencia, o una de las dos fechas de nacimiento
(o las dos) es errónea o la astrología no sirve. Es
obvio cual de ambos cuellos ha de cortar el verdugo sentido
común. (Aclaro que a mi también me ha sucedido
conocer a varias personas del mismo signo y sexo, con una
diferencia de edad no mayor a los 5 años entre ellas, las
cuáles eran completamente diferentes la una de la otra en
su manera de ser).
Pero también es cierto que en estos tiempos de
crisis
personal,
social e institucional generalizadas, quienes asisten a una
consulta astrológica lo hacen requiriendo respuestas,
predicciones. Ello da cuenta también de ciertas
dificultades con las que profesionalmente uno se encuentra cuando
desiste de realizar tales predicciones, las cuales entendemos son
de carácter sumamente conjetural y aleatorio,
buscándose por contraposición, prestar un verdadero
asesoramiento, producto más del diálogo
que del monólogo.
El diálogo en este sentido consiste e implica el
encuentro en el aquí y ahora de y entre dos personas,
donde en un proceso
comunicativo simétrico, ambas buscan discernir sobre el
significado y el sentido de la vida de una de ellas, en este
caso, el consultante. En el caso del monólogo propio de la
común lectura astrológica, no hay
básicamente comunicación sino un proceso de
vertimiento informativo de conocimientos de carácter
asimétrico entre el portador del "conocimiento"
y el depositario del mismo.
Lenta pero pausada y constantemente se está
produciendo una transformación en la Astrología, de
pasar de ser una mera "mancia" a ser una "logía", un
conocimiento, lo que por ende implica un pasaje del
monólogo al diálogo, de la asimetría a la
simetría y de la predicción conjetural y azarosa
hacia el asesoramiento sobre el sentido y la responsabilidad por y de nuestras propias
existencias.
Y este cambio
conlleva también nuevas exigencias para la comunidad
astrológica, porque también están comenzando
a llegar a consulta personas con "motivos de consulta" claros y
concretos, que solicitan orientación y/o guía para
lograr discernir acerca de áreas de sus vidas, las cuales
se encuentran en proceso de franca transición. Hay quienes
consultan por sentirse deprimidos, angustiados, atravesando
distintos tipos de crisis emocionales y/o psicológicas, o
por verdaderas transformaciones en su relación de pareja,
o en el relacionamiento con sus hijos, entre otros
motivos.
Todo ello implica la perentoria necesidad de un
acercamiento complementario más que tangencial entre la
Astrología y la Psicología. Pues como
referíamos anteriormente son muchas las personas que
acuden con una pregunta a flor de labios, el deseo de saber que
pasará en y con sus vidas en determinadas áreas de
la cotidiana existencia. Pero como nos lo enseña la
Psicología, tras lo expresado discursivamente, se
encuentra más que oculto dicho sin decir, el motivo
latente. Y en todos los casos, se podría afirmar que el
denominador común de todos los motivos de consulta es
inquirir sobre el sentido y el significado de la vida. En una
palabra, actualmente nos encontramos ante una crisis
generalizada, anomia social, grupal e individual, intra e
interpsíquica acerca y sobre el sentido último de
nuestras mortales y temporales existencias. Y esto es lo que
siempre y en última instancia hace al motivo de consulta
astrológica (similares motivos se encuentran tras las
consultas actualmente realizadas en el Tarot y el I
Ching).
Así arrivamos a la necesidad de dilucidar el eje
temático de la presente exposición: ¿Qué es la
Astrología Psicológica? Y como corolario
consecuente: ¿Qué es y cómo se interpreta
una carta astral u horóscopo?.
En el libro titulado "El secreto de la Flor de Oro" de
R. Wilhelm, C.G. Jung, en el prólogo expresa: "La
astrología tiene asegurado, sin restricciones, el
reconocimiento por parte de la psicología, porque la
astrología representa la suma total de todo el
conocimiento psicológico de la
antigüedad."
La Astrología Psicológica implica el
considerar a la carta astral
como un mapa de las potencialidades y rasgos de carácter
inherentes a todo ser. Es un retrato dinámico de la
personalidad, donde se entreteje la trama de la vida,
entendida esta como la "opus magna" donde diversos planetas
danzan simbolizando a singulares personajes, cada uno de los
cuales despliega su papel con una
cierta particularidad interpretativa, reflejo del signo zodiacal
donde acierte a encontrarse emplazado. Las distintas escenas en
el gran drama ( o la gran comedia, o una mezcla de ambos) de la
vida en que hayan de aparecer estos personajes o energías
arquetípicas estarán determinados por las casas
astrológicas o áreas de la vida donde se
expresarán en y a través de diálogos
más o menos dinámicos, trágicos, serios y/o
cómicos, marcados por las relaciones angulares entre ellos
existentes (los aspectos). Además nos encontraremos con
algunos actores más destacados que otros. Estarán
quienes pretendan un protagonismo por demás desmesurado y
otros quienes se escondan tras bambalinas, algunos por miedo a
salir a escena y otros esperando el momento adecuado para hacer
trastablillar nuestro consciente actuar.
En este sentido podemos afirmar que los actores en
escena hacen a lo consciente, mientras que lo oculto o velado
tras cortinas refiere al inconsciente, tanto en sus aspectos
positivos como negativos. Y así encontraremos diversos
vestuarios, diálogos y monólogos, cambios de
escenografía, personajes shakespereanos trágicos y
cómicos a un tiempo, entradas y salidas de escena. Y cada
uno de nosotros será en forma simultánea y
sincrónica el autor, el director, los personajes, el
público espectador y los críticos.
Y a veces, como decíamos, fruto de la
represión y/o de condicionamientos de distinta
índole (familiar, social, económica, cultural,
religiosa, política, etc.)
habrán planetas-personajes que serán obligados a
ocultarse, es decir, pasarán a conformar parte de la
sombra inconsciente de nuestro ser, con el consiguiente
cercenamiento de nuestra integridad psíquica, y que
sólo serán (y lo harán) capaces de
expresarse en forma deformada e indirecta a través de los
sueños, los síntomas, las enfermedades, los conflictos y
las crisis, y que en los casos en que hayan de ser proyectados
hacia el medio circundante, los habremos de vivir con el nombre
de "destino" , como acontecimientos provenientes del exterior,
totalmente "ajenos" a nuestra consciente voluntad.
Y es por ello que encontramos que la carta natal es un
magnífico instrumento para la navegación por
nuestros propios espacios interiores, puesto que al mostrarnos
todos los personajes que hacen y deshacen a nuestra vida, nos
permite conocer y re-conocer no sólo a aquellos que
estamos dispuestos a aceptar como nuestros sino que a un mismo
tiempo nos permite visualizar y dar cabida a aquellas fuerzas que
representan facetas de nuestra existencia a las que
inconscientemente pretendemos desconocer como propias,
ocultándolas, por lo general de forma muy insatisfactoria,
de nuestra propia mirada y de la de quienes nos rodean.
Además, en tanto que la Astrología no es una
disciplina moralista -otro que ver son los Astrólogos-
conlleva el hecho de que todos los signos zodiacales presentan a
un mismo tiempo facetas positivas y negativas y en una misma
persona pueden manifestarse unas y en otras ocasiones otras
cualidades del mencionado espectro simbólico y aún,
en no pocos casos, rigidizarse dicha expresión
revelándose sólo una modalidad, mientras la otra se
mantiene oculta, independientemente de que la visible sea la
positiva o la negativa indistintamente, pues tanto podemos negar,
ocultar y procurar "deshacernos" de aspectos tanto positivos como
negativos de nuestra propia persona, es decir, no sólo
podemos reprimir facetas propias que consideramos como "malas"
sino que también podemos hacerlo y no en menor medida con
nuestras potencialidades y recursos
innatos.
Entonces, cuando un consultante acude en busca de
asesoramiento astrológico, la pregunta que nos hacemos es:
¿Cuál es el significado de la crisis que esta
persona se encuentra viviendo?; ¿Qué mensaje se
encuentra en ella implícito?; ¿Qué es lo que
esa persona debe aprender de esta situación?. Por ejemplo,
puede acudir por motivos afectivos para encontrar pareja, una
mujer que busca
un hombre
afectuoso, cariñoso, deseoso de formar un hogar y
constituir una familia, pero
ésta no atrae más que hombres que quieren pasar el
"buen rato", que no están dispuestos a aceptar
compromisos, etc.. Pues en esta situación, más que
el hecho de desear una pareja hay otros elementos en juego. O en el
caso de una pareja que desea formalizar una relación, y
que por ejemplo desean saber si será o no una
relación duradera. Más que afirmar o negar la
durabilidad y complementariedad de la relación, se puede
trabajar sobre los puntos fuertes y débiles de la pareja y
sobre el grado de comunicación entre ellos existente, en
torno a las
necesidades y tiempos de cada uno, además de investigar
sobre la posible existencia de "contratos
ocultos" de carácter inconsciente (por ejemplo, tu haces
esto y a cambio yo hago esto otro por ti).
En este orden de cosas, vemos que la carta astral es un
gran mapa representativo y representante fidedigno tanto de
nuestras fortalezas como de nuestras debilidades y frustraciones;
tanto muestra lo mejor
de lo que somos como nuestras propias oscuridades tan temidas y
ocultadas.
En conclusión, la Astrología
Psicológica nos conduce a la consideración plena y
definitiva de que a nuestras vidas no las controlan los planetas,
sino que somos nosotros mismos quienes a través de
nuestras formas de pensar y sentir, en definitiva, de ser en el
mundo, constelamos una cierta realidad y los planetas son tan
sólo un reflejo de esa realidad por nosotros co-construida
y co-constituida.
Los planetas y su alineación en el espacio
sideral no son los culpables de nuestros "errores", de nuestras
neurosis ni de
que nos sucedan "cosas malas", así como tampoco lo son de
nuestras suertes y éxitos.
Una carta natal es un mapa de carácter
descriptivo, pero el mapa no es el territorio, es decir, es una
descripción de nuestro ser, pero ello no conlleva el que
seamos de una u otra manera, es decir, no condiciona nuestra
identidad
personal.
De esta manera, lo "bueno" y/o lo "malo" que atraemos
hacia nuestras vidas son tan sólo un mero reflejo de
nuestro interior consciente y/o inconsciente. El mapa natal puede
indicarnos y señalarnos posibles zonas de conflicto,
pero reside en cada uno de nosotros tener la honradez y el coraje
de y por asumir la plena responsabilidad de armonizarnos a
través de la resolución e integración de nuestras áreas
fragmentadas en una gestalt mayor
y más totalizante a la vez que totalizadora.
Para finalizar citaremos a título de ejemplo el
caso mencionado al inicio de nuestra exposición referente
a la alineación planetaria de Marte en cuadratura con
Neptuno (arco angular de 90°). Como afirmáramos,
podemos decir que la persona en cuya carta aparezca este aspecto,
tenderá a la neurosis, a ser traicionera y confusa, de
carácter violento, etc., etc. Pero que distinto es si en
un diálogo con esa persona "trabajamos" conjuntamente
viendo como puede estar tomando partido por una de las dos
energías planetarias en desmedro de una segunda que
sería relegada al inconsciente (reprimida), negando su
existencia aunque continúa la misma pero oculta,
manifestándose subliminalmente como síntomas,
enfermedades, conflictos o en ocasiones, siendo proyectada hacia
el entorno circundante, siendo depositada dicha energía,
por ejemplo, sobre una pareja y viviendo entonces a dicho
planeta-energía como "destino", como algo que nos pasa sin
nosotros ser mínimamente responsables de ello.
A partir de ese momento, podremos ir construyendo junto
al consultante una tercera posibilidad, la que nacerá de
la toma de conciencia por
parte del cliente de la
existencia de una "fuerza" negada
pero que le pertenece. Recién entonces llegaremos a
resolver el conflicto sin negar a ninguno de los planetas
implicados, sino que por el contrario estableceremos un
vínculo comunicativo entre ellos y brindándole a
cada energía su respectivo espacio, sin priorizar ninguna
de ellas en desmedro de la otra, sino buscando un equilibrio
dinámico. Es decir, comprender que ambos planetas expresan
tendencias y necesidades y ninguno de ellos es bueno o malo de
por sí, además y por sobre todas las cosas, ambos
son y somos nosotros mismos; son parte constitutiva de nuestro
ser y por ende no podemos negarlos sin negarnos. Por ello debemos
aceptar todas las partes de la carta astral y darles a cada una
de ellas un reconocimiento de su existencia y de su valor,
así como permitirles que no es sino un permitirnos a
nosotros mismos el expresarnos en forma plena, directa, sincera y
honrada.
En pocas palabras, todo planeta que se encuentre
reprimido siempre hallará la manera de expresarse, aunque
de manera problemática como ya explicamos; pero tenemos la
capacidad de tener la honestidad y la
voluntad, así como la pasión y el amor por la
vida para lograr descubrir los orígenes de nuestros
conflictos y de nuestras ideas autoderrotistas y a través
de la paciencia, la fe y la esperanza, transitar por el camino
del autodescubrimiento personal, mediante la aceptación e
integración armónica y dinámica de todos nuestros planetas y
así constituirnos en seres más plenos, sanos y
conscientes de nuestra participación y lugar en el
cosmos.
Lic. Germán H. PASTORINI
Licenciado en Psicología