- Objetivos –
Introducción - El docente y el poder del
discurso - Pero de que se
habla - Motivos y
fines - Conocimiento en la autoridad
lingüística - La importancia del educando en el
proceso comunicativo - La comunicación en el
aula y sus barreras
-Plasmar la necesidad de autoridad en
el discurso del
docente
-remarcar la importancia de la idoneidad a la hora de
preparar una clase y de lo que se hablara en ella .
-Reconocer la necesidad de conocer al alumnado previo a
las clases .
-Presentar algunos inconvenientes que pueden
surgir.
INTRODUCCIÓN
El tema a tratar es de índole educativa pues se
habla de la profesión docente a la hora de entablar
la
comunicación con los alumnos en cuanto al poder de
autoridad del
lenguaje
frente a los alumnos o personas que delegaran el mismo a al
docente pero es su trabajo llegar a esa meta y obtener el apoyo
de los estudiantes .
Pero la tarea no se acaba allí pues, es necesario
obtener un nivel de formación especifico a la hora de
pensar de que tema se va ha hablar en clases como así
también la necesidades prestar la suficiente atención al educando y averiguando los
problemas que
podrían acaecer con respecto a su cultura y
forma de mirar el mundo desentrañando su ideología de vida, sus sentimientos, como
su nivel sociocultural mejorando dia a dia la
educación.
EL DOCENTE Y EL
PODER DEL
DISCURSO
La creación del mundo social, según la
teoría
neo-Kantiana que confiere al lenguaje y en
general a las representaciones, una eficacia
simbólica de la construcción de la realidad, está
justificada al estructurar la percepción
que las personas tienen del mundo social, la nominación
contribuye a la creación de la estructura de
ese mundo
Y cuando mas ampliamente sea reconocida (autorizada) en
el aula o en la institución por los alumnos por consenso
se llega a la verificación de tal contenido que se puede
obtener de distintas formas.
La ciencia social
debe englobar la teoría
del mundo, contribuyendo a imponer una manera mas o menos
autorizada de ver el mundo, contribuye a hacer la realidad de
este mundo por medio de estrategias mas o
menos ritualizadas de la lucha simbólica diaria y los
enfrentamientos de visiones siempre tienen una cierta
pretensión de esa autoridad simbólica que se puede
notar en los alumnos pero el docente es el que da el punto de
equilibrio y tiene que conservar la tutoría de esa
autoridad simbólica y el poder socialmente reconocido a
imponer una cierta visión del mundo social, pero sin dejar
de lado las acotaciones que puedan llegar a hacer los alumnos
sobre determinado tema y sin negarles la posibilidad de crear
junto al docente tal realidad a modo de no inhibir la
participación del educando.
Tal autoridad se da en la representación del
portavoz, dotado del poder de hablar con autoridad en
representación del grupo ya sea
el docente o alumnos lideres de grupo
Y ese grupo es el que da la exclusividad por
delegación, permitiendo hablar en nombre de el y esa
persona se
embiste de un lenguaje autorizado.
O sea que el poder de las palabras solo es el poder
delegado del portavoz y sus palabras solo pueden ser como
máximo un testimonio entre otros y la autoridad llega al
lenguaje desde afuera, y como máximo también
el lenguaje se
limita a representar esa autoridad, la manifiesta, la simboliza
dentro de la institución con una retórica característica.
La autoridad no refleja exclusivamente idoneidad en el
discurso
frente al educando ya ase puede utilizar el método de
hablar de algo supuestamente importante y por un largo periodo de
tiempo sin
decir nada en absoluto, lo cual demuestra mediocridad en la
función
del docente y es una cuestión que no se puede dejar de
lado.
La regla fundamental es que hay que hablar de lo que se
obtuvo en la formación personal, de
asuntos y cuestiones que nos interesan y que además
consideramos importante transmitir a otros (háblese lo que
se sepa).
Todo docente responsable solo aceptara brindar sus
servicios
sobre temas incluidos en el circulo de sus conocimientos
anteriores obtenidos por su formación y desde allí
preparar lo que se va ha decir frente al educando logrando de
esta forma un mayor profundización del tema, con una
cierta antelación el en el tiempo para que
sea eficiente el proceso de
enseñanza–aprendizaje. Cabe
destacar en relación a los criterios que han de regir la
selección del tema, que no solo
estarán en función de
la voluntad y posibilidades del emisor sino en función de
la necesidad y demanda del
receptor, o sea que el docente tiene una gama de posibilidades en
cuanto a temas a desarrollar y el alumnado un potencial de
necesidades e intereses.
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