5. La nueva teología: ¡la potencia de la
realidad!
19 "Pero más vale estar loco de felicidad
que
loco de dolor; vale más bailar torpemente
que andar cojeando. Aprended de esta sabiduría
mía: hasta lo peor de las cosas tiene dos
lados buenos."(Nietzsche:
"Así habló Zaratustra". Discursos
de Zaratustra. Cuarta Parte. El hombre
superior.)
La "ciencia de
la sabiduría" por excelencia, ¡cuantas veces fue
campo de batalla de las ideas! Como en todo, siempre existen
los dos inevitables enfoques: el enriquecedor y el
contradictorio. ¿Es que por ventura esa
sabiduría ha de ser, por el contrario, una fuente de
conflictos?
Aquellos grandes filósofos son como pilares en la
épica de la Humanidad… ¡Cuánto ingenio
y poderío perdidos vanamente!..
¡Hay que recuperar a nuestros filósofos!
¿Por qué buscar la confrontación?
¿Por qué no la concordia?
Cada "gran hombre" ha
establecido su pedestal en tarimas pétreas que,
contrariamente al deseo de sus críticos, se han
mantenido a lo largo del tiempo… El
consenso general acerca de la gran talla de un prohombre,
debería al menos hacernos reflexionar sobre "sus
logros", su "obra principal".
La historia de la
filosofía esta salpicada de hitos imprescindibles
en la evolución del pensamiento humano. Deberíamos, pues,
acudir una vez más a ellos.
¿No habéis percibido que en realidad las ideas
divergentes, o más criticables de cualquier pensador
aparecen en las "fronteras del conocimiento", más allá del
"horizonte predictivo" (para usar esa expresión
actual)?
Una teoría filosófica (como
cualquier otro tipo de teoría) empieza a ser dudosa cuando
entra en el terreno de la "especulación" del
filósofo, en ese terreno frontera (horizonte
predictivo) caracterizado por la "falta de información". Pero esto mismo ocurre
con la misma ciencia:
en el interior de ese "espacio" limitado por su horizonte
predictivo "es cierta", fuera no.
¿Por qué no nos esforzamos en entresacar toda
esa formidable sabiduría de los (grandes)
filósofos para usarla como "catapulta" hacia el
futuro?.. Podría criticársenos por el hecho de
que esa "extracción" de sabiduría, por el mero
hecho de su extracción está ya sesgada. Al fin
y al cabo es el procedimiento
que desde antiguo se ha utilizado para "justificar cualquier
ideología"… La novedad ahora estriba
en utilizar un procedimiento
más aséptico, cual es el citado, el de los
horizontes predictivos.
Es evidente que todo enunciado que se refiera a situaciones
que entran de lleno en niveles tecnológicos a los que
no se había llegado en épocas
pretéritas, estará fuera del horizonte
predictivo y por ello debe ser rechazado. Esto último
puede aplicarse a aquellos que aún actuales o
contemporáneos, están enmarcados en
áreas distintas a las propuestas originalmente, donde
si gozaban de un amplio consenso. Por desgracia esto
último es mucho más usual de lo que parece, si
no fijémonos en la cantidad de especulaciones vertidas
por científicos fuera de los campos en que realmente
son autoridad
(y como abuso, las declaraciones de muchos premios Nobel
fuera del ámbito de sus respectivas especialidades).
Simplemente, son enunciados emitidos en espacios más
allá de su horizonte predictivo, por lo que no deben
gozar de ninguna credibilidad.
Mas, muchos de los grandes logros, la sabiduría de la
que hablamos, tan cercana a lo que llamamos realidad (que
comprende tanto a la ciencia
como al campo artístico o el poético), por
suerte, al estar referidos sustancialmente a la propia
naturaleza,
interioridad del ser o esos aspectos subjetivos del hombre,
son muchas veces atemporales, por lo que suelen tener
vigencia casi en cualquier época. Es a ellos a los que
debe dirigirse nuestra mirada, sobre todo en el tema que nos
ocupa que no es otro que la búsqueda de una nueva
teología "renovada", para lo cual no es preciso dejar
obsoleta o caduca la anterior… Es, quizás, la
socorrida expresión de la teología de los
"nuevos tiempos". Pero, sorprendentemente, hasta ello nos
conduce en gran parte a una "reedición" de la
anterior. Es, simplemente, un retoque de la anterior debida
fundamentalmente al aporte, la sabiduría, de nuestros
"maestros filósofos".
Y es que la lección que nos dan los genios de la
filosofía es muy clara: el pensamiento es realmente filosófico
cuando busca y abarca lo universal del diálogo. Las "discusiones" son
básicamente medios de
comunicarse entre sí los filósofos, y con el
Logos como sistema
total de significados. La apertura propuesta hacia los otros
es en sí acceso al Logos: el devenir del
espíritu elevándose hacia la unión.
La filosofía enseña que toda unidad parcial
deshumaniza. Según Hegel, lo
verdadero es el Todo. La verdadera unidad debe ser unidad
Total, y así lo proponen grandes filósofos como
Hegel,
Husserl o Bergson, a la vez racionalistas, románticos
y filósofos de la historia.
(Las tres grandes corrientes filosóficas del siglo
XIX, como dimensiones del hombre: razón, corazón y libertad).
Para Hegel el racionalismo alcanza su apogeo cuando guarda
en sí las dimensiones no racionales de romanticismo
e historia.
Husserl a su vez, invita a la subjetividad a entrar en la
esfera universal de los significados.
La filosofía muestra la
insuficiencia de las distintas actividades del hombre; la
cojera de las distintas visiones del mundo recaladas en un
solo aspecto de nuestra condición como el
utilitarismo, el psicologismo, el sociologismo, etc. En fin,
invita a meditar sobre la tragedia humana: ese desgarramiento
del ser que aspira a la unión
La corriente existencialista, tan mayoritaria en el siglo
anterior, hace prevalecer, como producto
de la crisis o
la angustia, la existencia sobre la esencia. Su profundo
análisis de la existencia hace avanzar
considerablemente el sentido de la libertad
humana.
Por el contrario, la esencia es el maná del que beben
filósofos como el español Zubiri y el alemán
Schopenhauer.- Aportación de los (grandes)
filósofos"En cada pueblo hay una tabla de valores.
Pero daros cuenta de que es la tabla de sus
superaciones; fijaos que es la tabla de su
voluntad de poder."(Nietzsche:
"Así habló Zaratustra". Discursos
de Zaratustra. Primera Parte. Las mil metas y la única
meta.)
Actualidad porque son imprescindibles sus bagajes en la
construcción de la "nueva"
teología. Al igual que en filosofía, es urgente
limar las divergencias para construir una "unidad" con base
en la diversidad.
Una esperanza: No hay nada más contrario que los
opuestos complementarios, y sin embargo a partir de los
mismos se construye el ser. Esto nos demuestra que a partir
de la diversidad puede construirse un "cuerpo" único,
una doctrina única, una metafísica. Eso sí, hemos de
acostumbrarnos a la ausencia de descalificaciones, para lo
cual es preciso la familiarización con lo otro, para
así comprender su parte positiva, lo enriquecedor de
la diversidad. La diversidad biológica es un bien
recientemente reconocido por la comunidad
científica; hasta ya hoy día hay una conciencia
general al respecto. Pero, de igual modo, las distintas
culturas, las diversas idiosincrasias son el tesoro
más valioso que guarda la Humanidad entera. Y dentro
de las culturas, ocupan un poderoso lugar las distintas
religiones
que las sustentan.
Si se analizan de forma simbólica, alegórica,
dichas culturas religiosas y las enfocamos desde el impacto,
o lo que significan en los sentimientos más
íntimos de sus respectivos fieles, todas ellas guardan
similitudes y rasgos muy significativos. Es ahí donde
hay que buscar el "engranaje" entre todas ellas, donde son
compatibles en la finalidad de la construcción de un "cuerpo"
común. Y es ahí donde quisiéramos situar
nuestra teología.
Llegados a este punto es hora de ofrecer nuestra
¡invitación global! A todos vosotros, creyentes
y no creyentes, porque al fin y al cabo todos creemos en
nuestras convicciones, y hasta las de un ateo pueden tener
cabida en un "sistema
único", amplio, en el que "quepan".
¡Manos a la obra!; ésta es vuestra propia obra.
Os invocamos a esta magna tarea; magna en cuanto a su
significado, no tanto en su sistemática, sino en
remoción de trabas, de contradicciones, en la
necesaria inmolación si es preciso (el ocaso de
Nietzsche) para dar paso a un nuevo espíritu, como ave
fénix renaciendo de sus cenizas.
No busquéis enemigos; después de este
aldabonazo, ya no lo son. ¡Sois camaradas en una gran
empresa! No
hay lugar a la indiferencia, más camino que el que te
une. ¡Yo moví mis velas hace tiempo y se
llenan del "viento que sopla"!.. Y su fuerza no
se aplaca con el tiempo: ¡es ya un huracán!
Aún así mi navío espera al tuyo, pues
enorme es la escuadra necesaria para surcar las misteriosas
aguas del formidable océano abierto ante nuestros
ojos… Nuestro norte es claro, y la fuerza, la
querencia, la "voluntad de querer"… ¡Todos estamos
invitados a caminar en esa dirección única!.. El camino
une, resultado de nuestro deseo, nuestra voluntad. El viaje
en pos de la misma meta es un camino hacia la semejanza, la
similitud, la unidad.
El futuro sólo trae amigos, mejor, iguales.
¡Enemigos e indiferentes quedaros
atrás! - Actualidad de culturas y religiones:
¡Invitación global! (*****)El astrofísico Reeves nos dice que para que
aparezca una "propiedad
emergente" se requiere un "espacio de libertad donde azar y
necesidad puedan encontrarse y fertilizarse".
A primera vista, a esta "admirable" frase no habría
nada que objetar, puesto que "lo bueno si breve dos veces
bueno"; breve sí, pero ¿bueno?.. La
intención es clara, puesto que el fin que persigue es
la "reintroducción" de la libertad en la vida; nuestra
objeción estriba más en la forma en la que
"pretende" esa justificación. Poéticamente no
queda mal eso de "encontrarse y fertilizarse", mas no deja de
ser una figura retórica, mejor que justifique a Monod
ese pretendido mecanismo a través del cual
"actúan" azar y necesidad. Que sepamos, en le evolución de Monod no es preciso ese
"espacio de libertad", puesto que se trataría
simplemente de una cuestión de azar, con una
"modelación" posterior a cargo del ambiente.
Por otro lado, en realidad nos agrada la introducción de ese "espacio de
libertad" en la evolución aún cuando, claro
está, nuestra visión es radicalmente distinta.
Para nosotros es la teoría del caos, los estados
irreversibles, junto al útil concepto de
horizonte predictivo, y a nivel submicroscópico la
incertidumbre cuántica quienes fundamentalmente
introducen ese espacio de libertad. Mas la importancia del
tema radica, más que en el espacio de libertad mismo
(al menos a su mismo nivel), en la cuestión de
¿qué o quién "ocupa" ese espacio de
libertad?, puesto que si de nuevo (siguiendo a Monod) es el
azar quien hace su aparición, la evolución
seguiría siendo "ciega": ¿Dónde
estaría, entonces, la creatividad?.. Y aquí entra de lleno
nuestra teoría, nuestro alegato a favor del ser:
¡Es él quien ocupa ese espacio! Gracias a esa
libertad y la propia "acción" del ser, apareció
la creatividad.
Capítulo aparte representaría la
cuestión de las llamadas "propiedades emergentes". No
dudamos que puedan existir las mismas, a menos como
"aparentes", mas en el caso general, en nuestra
opinión, no son más que producto
de la "amplificación suficiente" de ciertos efectos
que aún existiendo con anterioridad, no alcanzaban el
nivel o umbral necesario para ser percibidos.
Ahora bien, no creemos que estemos en el mismo caso anterior.
La propiedad
emergente de la que estamos hablando no es, ni más ni
menos, que la "vida" respecto a la materia
que la sustenta. Nuestra opinión es que no existe tal
propiedad emergente, sino que la materia
"por sí" ya posee la citada propiedad (la vida).
Aunque todo depende de la definición de vida que
adoptemos, sobre todo si la limitamos a ciertos "efectos
visibles o perceptibles" (por la criatura humana que somos
nosotros, por supuesto).
Nosotros aseveramos que la materia, toda la materia, es la
"residencia" del ser, así que desde este punto de
vista, la vida "anida" en la materia desde siempre,… y en
toda materia. Y es que hay un sin fin de seres "dentro" de
esa materia, ya que toda "estructura
o forma" de la misma "centrada sobre sí misma" es un
ser, o sea, una vida en el más amplio sentido.
No hay emergencia de ninguna propiedad, simplemente "emerge
ilusoriamente para nuestra percepción", puesto que nuestros
órganos o capacidades poseen ciertos umbrales precisos
para su funcionamiento.
No es nueva la actitud de
Reeves, queremos decir del científico en general, al
tener que reconocer un hecho evidente cuando hasta entonces
era negado. La ciencia
ha utilizado este recurso en multitud de ocasiones. La
fórmula sería la utilización de nuevas
palabras, o nuevas formas de aplicar los conceptos, para no
reconocer de forma clara los errores cometidos al dar por
hecho o respaldar teorías o axiomas que en ningún
modo eran seguros, pero
que eran adoptados como "estado de
opinión general" o "visión del mundo
conveniente a la época", algo que diciéndolo
con claridad, en realidad nunca tuvieron una
aceptación unánime. Siempre, aquí y
allá, se alzaron voces las más de las veces
acalladas por la desacreditación y el olvido.
En todo tiempo hubo poetas que se alzaron contra aquel
materialismo
que negaba como caduca la visión de ese hálito,
ese espíritu que anidaba por doquier…
En todo momento hubo creyentes que defendieron con su
corazón esa fe que chocaba con los
himalayas de la "razón", que se cernían
aquí y allá sin solución de
continuidad…
En todo tiempo y lugar, en fin, había pensadores y
hasta mismos hombres de ciencia (etólogos,
psicoanalistas, etc.) que contra la opinión
mayoritaria defendían espacios y ámbitos en los
que creatividad y libertad eran condicionamientos
indispensables para sus teorías…
Como siempre la "realidad", en definitiva "los hechos" han
dado al traste con aquellas formidables creaciones del
materialismo
(como las del eminente Bertrand Russell, etc.), por cierto,
tan faltas de vida y espontaneidad…
La realidad supera con mucho a la ciencia y, quizás,
hasta el mismo entendimiento humano. Viene a colación
la circunstancia de que el consciente, totalmente
imprescindible en la elaboración de nuestra ciencia,
es ni tan siquiera la pequeña parte visible del
iceberg que supone el inconsciente.
Y nos congratulamos de todo ello. Por fin empezamos a hacer
justicia a
todo aquello que había quedado de lado ante la
arrolladora irrupción de la ciencia, como vanguardia
del indudable progreso técnico.
¡Estáis de enhorabuena poetas y
soñadores, pues vuestra actividad vuelve a ser de este
mundo!.. ¡Creyentes, no os pierda ahora vuestra vanidad
pues la modestia sigue siendo una virtud!
¡Nosotros, que tanto hemos luchado por ti, por fin
reímos íntimamente y hasta
estentóreamente, igual que Zaratustra el ateo!
¡Ven a ocupar ya tu pedestal,
espíritu! - ¿Propiedades emergentes? (****)
"¿Podríais, acaso, crear un Dios?
Entonces, ¡no
me habléis de dioses! ¡Al superhombre sí
que
podéis crearlo! Quizá no podréis crearlo
vosotros,
pero podríais convertiros en padres y ascendientes
del superhombre. ¡Que esa sea vuestra mejor
creación!"(Nietzsche: "Así hablóZaratustra".
Discursos de Zaratustra. Segunda Parte. En las islas
afortunadas.)
¡Qué valentía se necesita para matar a
Dios!…¡aún cuando ello suponga nuestro propio
ocaso!
Tal fue el dilema del propio Friedrich Nietzsche en su
encrucijada vital. Mas, como su propio superhombre, supo
elevarse de su desgracia, cargar sobre sus espaldas esa
profundidad del abismo y levantar sobre ellas al propio
hombre en una lucha desesperada, tras mil y una derrotas,
pero con la firme esperanza del logro final para ennoblecer a
ese hombre, contra viento y marea, aunque sólo fuese
como ascendiente del héroe capaz de superar al mismo
hombre hasta transformarse en un dios "terrenal", es decir,
sujeto a la variable tiempo de la vida (aunque eterno "desde
el tiempo"). Y es que Nietzsche percibía,
intuía, cómo ese "alumbramiento" futuro de
alguna forma ennoblecería al propio hombre (el hombre
superior capaz de la proeza) "iluminándole" desde el
futuro… De algún modo, el filósofo adivinaba
que ese superhombre, al hacerse "eterno", tendría la
capacidad de "irradiar sus dones" al universo
todo; quien sabe si por ello "fue posible la
"Creación".
Es tal el paralelismo entre la intuición de Nietzsche
y la teoría desarrollada en nuestras obras que no deja
de asombrarnos, aún cuando las vías usadas en
uno y otro caso sean totalmente dispares…
¿coincidencia o trasfondo críptico?..
Nos gustaría la segunda posibilidad, aunque en honor a
la verdad las similitudes sólo llegan hasta
ahí, puesto que la famosa aseveración
"¡Dios ha muerto!" está en completa
contradicción con lo que propugnamos.
El ocaso, la tragedia de Nietzsche, precisamente radicaba en
esa "necesidad": ¡Dios ha muerto!
Añadiríamos que si no ha muerto habría
que matarle, pues es el único modo que encontraba el
filósofo para dar "rienda suelta" al hombre. El
ennoblecimiento de sus hermanos (el hombre) precisaba de
la muerte
de Dios (al menos a los ojos de dicho hombre). Lo cierto es
que para Dios la actitud de
ese hombre, por su insignificancia, le era indiferente. Y
para el hombre ese Dios, por su inaccesibilidad, le era
superfluo. Esa era al menos la posición de Nietzsche.
El revulsivo, la forma de hacer reaccionar al hombre en busca
de su dignidad y su nobleza, era enterrar a Dios, para que
aquel pudiera ejercer con "plena libertad" (ya sin trabas
ideológicas o religiosas) su voluntad de poder.
Nietzsche tenía un firme convencimiento en las fuerzas
del hombre (superior) o sus descendientes para "parir" el
superhombre, aunque ello les supusiera un profundo dolor de
parto"
(hasta el punto que les llevaría al "ocaso"). Las
fuerzas del hombre, es obvio, son limitadas y el universo
precisa un creador ilimitado, prácticamente eterno,
por ello Nietzsche, también precisaba del ocaso del
hombre, para que de sus cenizas pudiera surgir la fuerza
inimaginable (para el entendimiento humano) del héroe
que le superaría en todos los sentidos:
el superhombre. Como dijimos, un dios "terreno", es decir,
con todas las potencias de Dios, pero nacido de la tierra
(lo temporal), del mismo hombre.
Pues bien, ¡Dios no ha muerto!.. No es precisa su
muerte. En
la época del filósofo alemán "la
visión de la vida" no permitía otras
especulaciones, otras opciones que las que le condujeron a la
necesidad de ese óbito. Y ello suponía una
esperanza.
Mas, en todo el desarrollo
de la teoría presente no es precisa la muerte
de Dios (por supuesto, contando con la indiferencia del
propio protagonista). Es más, todo conduce felizmente
a lo contrario. No sólo Dios no ha muerto, sino que
nunca estuvo más vivo, porque ese dios al que
Nietzsche llamó el superhombre, es nuestro propio
Dios. Es el único Dios imaginable en nuestros presupuestos. Aquel antiguo Dios que nos
enseñaron en la escuela,
que las religiones tradicionales propugnaban, es ese
superhombre del que habla Nietzsche. Dios Padre e Hijo a la
vez. Algo posible sólo en el marco de nuestros
razonamientos. ¡Por eso nos enamora la lírica de
Nietzsche!.. ¡Ha encontrado al Dios que
buscábamos, y que era el mismo que
conocíamos!.. Ahora bien, supuestos conceptos que
habíamos establecido sin verdadera apoyatura lógica, quedan removidos, pero el
problema no va a más… No hay paradoja que no pueda
ser resuelta.
¡El amanecer de tu día ha llegado!
¡Imagino danzando tus huesos,
entre muecas de risa estentórea,
removiendo el helor de tu tumba!
¡Tú: el ateo Nietzsche –
Zaratustra! - ¡Dios no ha muerto!
"¿Quieres retirarte a la soledad hermano?
¿Quieres buscar el camino que te conduce
a ti mismo? Aguarda un momento y escúchame.
Dice el rebaño: "Quien busca se pierde
con facilidad. Quien se aísla incurre en culpa".
Y tu has formado parte del rebaño durante
mucho tiempo. La voz del rebaño seguirá
resonando en ti. Y cuando digas: "Ya no tengo
la misma conciencia
que vosotros", tus palabras
tendrán un dejo de lamento y amargura.
Fíjate
que esa amargura tuya será también un eco
de la conciencia única; y que en tu
tribulación
continuará brillando el último resplandor
de
dicha conciencia. Pero si deseas recorrer el
camino de tu tribulación que te conduce a ti
mismo, muéstrame el derecho y la fuerza que
te asisten para acometer semejante empresa.
¿Eres una fuerza y un nuevo derecho?, ¿un
movimiento
inicial?, ¿una rueda que gira por
sí misma?; ¿eres capaz de hacer que las
estrellas
den vueltas en torno a
ti?(Nietzsche: "Así habló Zaratustra".
Discursos de Zaratustra. Primera Parte. El camino del hombre
creador.)
…No es malo ser rebaño. ¡No!, no el buen
rebaño. Y entre tanto, ¡cuánto tiempo te
espera camarada!.. ¡Tan pocos y tan lejanos!..
¡Vela por guardar la preciosa llama, pues, no sea que
al final no podáis siquiera reconoceros!.. El viento
sopla sí, pero ¡qué pocos despliegan sus
alas!.. ¡No importa!.. Tu barco que sabe el camino, no
se amedentra ante borrascas vociferantes, ni cantos de
sirena… Allá van de un lado a otro un sin fin de
goletas llenando el océano: un zigzag errante, pastoso
y nutrido… ¡Tú si sabes el camino!.. A lo
lejos, como un simple punto, otro barco prosigue su rumbo,
¡tu rumbo!.. Al final del horizonte, allá en el
confín del tiempo se adivina una incipiente flota:
sois vosotros, ¡el buen rebaño!
Hoy estás en soledad, hermano. Has vuelto hacia
adentro tus anhelos… Tu foco potente no emite. Hay que
descender delicadamente, "entre algodones", a esa
"profundidad"… Mas, allí, ¡ay!, el fogonazo de
tu presencia lo llena todo… Mientras, hermano, se paciente.
¡Cuida mucho de tu llama, no se te apague!.. Tu linaje
viene de arriba, del futuro… Tu nobleza es tu descendencia:
¡Hijo de tus hijos! Y tú hijo de la tierra..
,¡por ello no ajeno!, ¡tu misma sangre!:
¡tu mismo!.. Esa línea va directa desde
allí arriba hasta ti, hasta tu igual: tu hermano.
¡Ese es el rebaño bueno!.. Aquí y
allá existís… Vuestro dolor de parto
engendró el Ser; de ahí viene vuestra nobleza.
La nobleza de un linaje.
Él, el Ser, bajó al abismo, lo profundo de tu
ser, delicadamente, "entre algodones", y te encontró.
¡Os encontrasteis! Un tremendo fogonazo disolvió
en uno lo que parecía múltiple…
¿Ajeno, pues? No, ¡tu mismo!..
La infinita Potencia,
la infinita Facultad se substanció en ti, ¡lo no
ajeno!, ¡tú! Tu, hermano, saltaste por encima de
miríadas de estrellas y universos y le alcanzaste. No
hay límite en tu nobleza, en tu linaje…
¡Qué importa que ahora seas pequeño, y te
arrastres por la
tierra!.. Tu interior precisa muy poco espacio,
¡infinito en tus adentros!.. ¡No ves que el mundo
da vueltas alrededor de ti! - ¿Algo ajeno (Dios): No, ¡tú
mismo! La nobleza de un linaje - La fuerza co-creadora. ¡Arrinconemos el
mal!
"Todavía seguimos peleando, día a
día, con es
gigante que es el azar, y hasta ahora toda l
humanidad ha estado regida
por el sinsentido
y el absurdo. ¡Que vuestro espíritu y vuestra
virtud, hermanos, sirvan al sentido de la tierra!
¡Renovad el valor de todas
las cosas! ¡Para eso
habéis de luchar y para eso hbéis de
crear!"
(Nietzsche: "Así habló Zaratustra".
Discursos de Zaratustra. Primera Parte. La virtud dadivosa.)
¡Amanece, hermano!.. Hubo un mundo por descubrir. El hombre
luchó por su supervivencia, al igual que sus
compañeros de fatiga, ahora sus mascotas… ¡Has
conquistado el mundo!.. ¡Ahora que es tuyo, humanidad, que
no sea tu tumba!.. Ese mundo se mueve, se transforma, y tú
tienes mucho que ver, pues es tu morada..
El mundo no se creó un buen día para siempre. El
mundo es sostenido, se crea a cada momento y,
¿quién lo crea?.. ¡Ahí estás
tú!.. ¡Y tú, hombre, no eres indiferente a
él! Ya conoces que tú y él tenéis el
mismo destino. La inteligencia
vino a tu cerebro.
¡Eres la cúspide del consciente entendimiento de ese
universo, y
éste no puede perderse, pues te arrastraría
consigo!.. Y tu puedes crear, ¡necesitas crear!.. ¡Es
ya una responsabilidad!.. Y en esa labor, de siempre, no
estás solo… ¡Una vez más, tú y Dios
volvéis a encontraros!.. ¡Eres la fuerza
co-creadora!.. Y lo sabes hoy… Nunca ya disfrutarás del
privilegio de la inocencia de tus antiguos camaradas vivientes…
Te han aparecido alas, y vuelas ya más alto que los
pájaros… Andas allá arriba, donde sólo
habitaba el Ser, y como Él te toca crear… Y como
Él, ante la formidable misión,
tan sólo te queda un camino… ¡Asciende!,
¡asciende!.. ¡Te abre camino tu Dios!.. ¡No hay
tiempo a mirar atrás! ¡Prosigue!.. Tanto y tanto
ascenderás que, ¿dónde quedó el
mal?.. ¡Lo hubo algún tiempo, es cierto!.. Pero
qué importa ya eso, ¡hay tanto que crear!..
Además, mis anhelos tan sólo ansían ya a mi
Señor… ¿Dónde quedó el mal?..
¡Tú y yo lo arrinconamos, hermano!.. Fue ya hace
mucho tiempo… ¿Quién lo sabe hoy?.. Por cierto,
¿y quién lo quiere?.. ¿Sirvió para
algo?.. ¡Nuestro oficio ya es crear!.. Nuestro único
sustento, el Amor… El
Paraíso es una gran labor, ¡crece y crece!,
¡no cansa!.. Lo sabemos porque ocupa todo nuestro tiempo…
Lo sentimos porque nuestro corazón ríe más y
más, y ¡no se cansa!
"¡Presta atención, oh hombre!
¿Qué dice la profunda medianoche?
"¡Yo dormía, yo dormía!
He despertado de un profundo sueño:
El mundo es profundo,
Y más profundo de lo que creía el día.
Profundo es su dolor,
El placer es más profundo que el dolor:
El dolor dice: ¡Pasa!
¡Pero todo placer quiere eternidad!
¡Quiere profunda, profunda eternidad!"
(Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de
Zaratustra. Cuarta Parte. La canción del
noctámbulo.)
Autor:
Alejandro Alvarez
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