Aquí se relata la
historia de un
hombre que
como el mismo se autodescribió "…sabio y noble ciudadano de
Venecia…".
Protagonista de las maravillosas
andanzas vividas en Persia, Armenia, India y
Tartaria.
Marco Polo nació en
Venecia en el año 1254,Hijo de don Niccolo Polo y
sobrino de Maffeo Polo, comerciantes de Italia.
Todas sus expediciones eran de
motivo comercial. El primer viaje
que realizaron fue en el año 1260,con destino a
Oriente.
Donde luego de visitar
Constantinopla decidieron embarcar en la mar grande, en busca
de acrecentar sus ganancias.
Así partieron de
Constantinopla hacia la tierra de
Soldadía.
Principio de todas sus aventuras,
aquellas que sin imaginárselo cambiarían sus vidas, costumbres e incluso su
forma de hablar.
Las mismas son enunciadas en el
libro "El
millón" escrita por el mismo Marco Polo; en su
estadía en la prisión en Génova en el
año 1298, con ayuda de Rutiscello, ciudadano de pisa que
al igual que él se encontraba preso.
Donde narra sobre los
tártaros, sarracenos, sus costumbres y sobres los
demás países que conoció durante sus
viajes.
Unos harapientos hombres golpean
la puerta de lo que alguna vez fue su hogar, cargando en sus
espaldas, orientales lienzos; y en sucio ropaje revelaban los
martirios por los que abrían pasado.
Se trataba de Marco Polo, su padre
Niccolo y su tío Maffeo, Tres
mercaderes Venecianos que habían desaparecido desde hace
ya 26 años. Con singular
apariencia, al igual que su primitiva habla (Ya que casi olvidan su lengua
nativa)denotaban cierto estilo oriental.
Los Polo habían cambiado…
pero del mismo modo cambió su Venecia.Tanto que sus ciudadanos los habían declarado ya
muertos.Al abrir la puerta se
encontraron con unos parientes lejanos quienes
los
Miraban hostilmente al
desconocerlos i había pasado tanto Tiempo!
Tal vez por sus mentes cruzaba la
esperanzadora idea de que fuesen ellos.Pero también se percibía cierto aire de
desconfianza al verlos tan miserablemente
vestidos.
Luego de cierto tiempo, se
convencieron de que aquellos hombres aparentemente mendigos no
podrían ser otros más que los mercaderes. Tal fue
la emoción de que el rumor se corrió
rápidamente por toda Venecia convirtiéndose
así en el centro de atención. Dos
días después se los agasajó con un gran
banquete, al cual asistieron amigos y la familia de
los ya mencionados Polo. Quienes se
presentaron ante los invitados vestidos de unas túnicas de
raso, de buena manera según la boga en Venecia en ese
tiempo. Pero se las cambiaron y
ordenaron desgarrarlas y repartirlas entre los sirvientes.
Y lucieron en cambio,
vistosos mantos de damasco escarlata; luego de un rato volvieron a cambiarse y a dar la orden
de despedazarlos para así
distribuirlos entre todos los invitados.
Y regresaron al banquete esta vez
vestidos con trajes de terciopelo
púrpura.
Esto dejó maravillados a
los convidados, se trataba de una costumbre
mogólica.
Primero vistiendo sucios harapos,
y ahora rasgando lujosas vestimentas.
Luego destrozando una bolsa
dejaron caer perlas, gemas, diamantes entre otras piedras
preciosas sobre la mesa.
Esto dejó a los
espectadores sin habla y sin duda alguna de que se trataba de
nada más y nada menos que de los
comerciantes.
En el 1er viaje con destino a
Oriente, con ansias de acrecentar sus ganancias; partieron desde
Constantinopla hacia Crimea. Esto sucedió alrededor del
año 1260.
Luego de morar un tiempo en las
tierras de Soldadía decidieron irse aún más
lejos. Llegaron al reino de Barca Caan, que era dueño de
una parte de Tartaria, situada entre Bolgara y Sara. Caan los
recibió con grandes honores y celebró con placer su
llegada. Luego de residir tierras de Barca estalló una
guerra entre
este y Alan.
Con gran violencia,
combatieron ferozmente y Alan fue vencedor. No hubo hombre que
pudiera pasar por esos caminos sin caer prisionero, y los dos
hermanos se dijeron:
"Ya que no podemos volver a
Constantinopla con nuestras mercancías,
sigamos hacia Levante; así
Podremos volver quizá a tierras del
soldán."
Fueron con destino, a una ciudad
denominada Uchacca.
Y finalmente luego de largo
padecimiento del desierto llegaron al Bojaria,
noble y hermosa ciudad. Era la
más hermosa ciudad de Persia reinada por,
Bacar.
Una vez en allí
permanecieron tres años.
En su estadía se
encontraron con un emisario de Alan, que era enviado por el gran
señor de todos los tártaros, llamado Kublai. Y fue
gran asombro el de este emisario cuando vio Niccolo y a Maffeo,
pues jamás había visto un latino en esos
parajes.
Dijo a los dos hermanos:
"Señores, os advierto que el gran señor de los
tártaros
jamás vio un latino y tiene
gran deseo de trabar conocimiento
con ellos; Así que si queréis venir conmigo, os
aseguro que os verá muy de su agrado y os llenará
de honores y bienes" de
esta manera emprendieron viaje hacia el esperado encuentro con el
gran Kublai khan.
Este emperador de Asia,
pertenecía a la dinastía mogólica, que
amenazó en un momento crítico con Dominar al mundo.
Esta había nacido con su abuelo.
Genghis Khan peleó desde
los 13 años, varias batallas se sucedieron hasta cruzar la
gran muralla china y una
vez allí dividió sus tropas en 3 enormes
ejércitos.
Luego Shah Mohammed le
envió una nota que le ofendió.
Y la guerra
estalló como consecuencia de ese insulto. Por supuesto el
resultado era predecible Genghis Khan era el gran
vencedor.
Los rusos tiempo más tarde
cometieron el mismo error y les enviaron una nota "nosotros no os
hemos hecho ningún daño, pero puesto a que vosotros
deseáis la guerra, la tendréis".. De esta manera su
imperio se extendió hasta las fronteras orientales de
Polonia. A su muerte el
nuevo emperador era el hijo de Genghis, a quien se le
pidió que aceptara el bautismo y abrazara la fe cristiana.
Pero este la rechazó.
Al cambiar de gobernador se
produjo un nuevo intento de convertir al emperador y a sus
súbditos, pero la respuesta fue nuevamente
negativa.
En aquel entonces gobernaba Mongka
Khan, hermano mayor de Kublai y a su muerte le
sucedió su hermano.
cuando llegaron los venecianos en
presencia del Gran Khan, éste les hizo muchas fiestas y
les recibió con grandes honores y cortesía. Y el
emperador, con la excusa de abrazar la fe cristiana,
solicitó al Papa el envío de 100 hombres sabios.
Fue entonces cuando regresaron a Venecia, allí los
esperaba Marco, quien acababa de perder a su madre, y ni si
quiera conocía a su padre o a su madre, pues habían
emprendido viaje antes de su nacimiento.
Al cumplir los 17 años, no
quiso quedarse solo en Venecia y decidió acompañar
a su Padre y a su tío.
En vez de llevar a los hombres
solicitados, sólo llevaron dos frailes dominicanos Y una
carta de
Crédito
del nuevo Papa Gregorio X para el Gran Khan. !Solo dos hombres!
De ellos dependía el destino espiritual de semejante
imperio, que abarcaba Mongolia, China, Tibet,
Siberia, Turquestán, Persia y
Turquía.
Quienes luego de ver el peligro de
tal viaje decidieron abandonar la misión,
fingiendo estar enfermos.
Pero esto no termino con el
entusiasmo de Polo, quienes continuaron solos el viaje.
Cabalgaron por las colinas de Armenia, bajaron hacia el sur,
alcanzaron la mesopotamia Y
llegaron por mar a Ormuz. Se dirigieron de allí a Saba,
Yedz, Kirman. En los desiertos de Persia marco contrajo una
especie de enfermedad que lo condujo a escribir en su libro el
intenso placer que sentía en cada día de viaje, los
desiertos, las selvas, los rostros.
Permanecieron allí por u
año recuperándose de las enfermedades que contrajeron
Y aprovechando para aprender más de su cultura y sus
lenguajes. Los Polo escalan ahora "el techo del mundo" la meseta
de Pamir.
Descienden hacia las llanuras
mogólicas, limitadas por con una cordillera de
montañas azules que se llamaran luego "marco
Polo".Llegaron después cansados, cegados por la arena, al
desierto de Gobi.
Donde según Marco, se
escuchan las voces de espíritus y ensordecedores tambores
que causaron terror.
A medida de que se acercaban a la
capital, el
emperador recibía informes de
los venecianos, a través del sistema de correo
mencionado por Marco Polo. Luego al fin dieron con una serie de
cadena montañosas, se trataba de
nada más y nada menos que
de la "Gran Muralla ". Aquella Enorme estructura
pensada para resguardar a China de las invasiones
Tártaras. Un poco de un mes antes de la llegada a la
corte, un grupo de
jinetes los escolta por ordenes Del Gran Khan. Y luego de tan
largo viaje, ! Tres años y medio habían pasado ya!
llegaron a destino, con una carta en sus
manos en vez de los hombres solicitados.
Se arrodillaron y humillaron ante
él; pero el Gran Khan los hizo levantar, los llenó
de ofrendas y los
recibió con grandísima alegría. Cuando el
Gran Khan vio a Marco, les preguntó quién era.
"Señor – dijo Niccolo – es mi hijo y esclavo vuestro."
"Sea bienvenido", respondió el Gran Khan, expresando desde
ese momento su aprobación ante la llegada de Marco. Con el
paso del tiempo, Kublai descubrió en Marco, cualidades que
llevaron a confiar en él y además se destacaba por
los conocimientos adquiridos a lo largo de su travesía,
tanto en la fluidez de su lenguaje, como
en sus nuevas costumbres, con todo esto se convirtió en el
ministro favorito. Concediéndole el gobierno de
Yang-Chou y, tres años más tarde le confió
un viaje a través de las provincias
sureñas.
Oyó varias veces que cuando
el Gran Khan enviaba mensajeros por las varias partes del mundo y
éstos no sabían referirle en detalle la misión por
la cual habían sido enviados, los trataba de ignorantes,
pues le deleitaba oír las costumbres y curiosidades de las
Cortes extranjeras. Y Marcos, al saber esto, se afanó en
contarle al Gran Khan cuantas novedades, cosas extrañas y
curiosidades había visto en su embajada.
Complaciéndole al soberano,
quien reconoció la superioridad de Marco ante sus otros
embajadores. Niccolo y Maffeo, en el umbral de la vejez, al
sentir tanta añoranza, pidieron autorización
repetidas veces para regresar a su tierra natal;
pero el Gran Khan sentía tanto afecto y los veía
con tanta satisfacción en su corte, que no quería
por ningún motivo su regreso a Venecia. Cuando la reina
bolgana murió, escribió en su testamento, como
última voluntad; que no quería que se sentase otra
dama, que no fuese de su linaje.
Argón reunió a tres
de sus barones: Culatai, Apusca; Coia, y les envió al Gran
Khan, para que le buscaran una dama que fuera del linaje de la
reina Bolgana, su fallecida esposa. Cuando los tres barones
llegaron al Gran Khan y le explicaron el motivo de su viaje, el
Gran Khan les recibió admirablemente. Kublai hizo llamar a
una dama que se llamaba Cogacín, que era de la misma tribu
mogólica de la reina de bolgana. Era joven y bella y
tenía aproximadamente diecisiete años. Y dijo a los
barones que era esta dama la que les convenía, y ellos la
encontraron agradable. Al ser un viaje sumamente peligroso, los
Polo expertos navegantes, expresaron su deseo de pilotear la nave
que, trajera a la novia y a los Enviados de regreso a Persia. El
destino les había jugado una partida a su favor. El Khan
concedió eso pero con un poco de desazón. Luego de
eso, el Khan se despidió de los Venecianos
haciéndoles entrega de un mensaje de amistad que
debían hacer entrega al Papa y a los reyes de Francia,
España
e Inglaterra y
otros reyes cristianos. Cambiaron todas las cosas que
habían obtenido en toda su travesía,por joyas y
otras cosas de valor, que
facilitaban el traslado. Cuando las naves fueron preparadas,
embarcaron una dotación de 500 personas, y el Gran Khan
les hizo aprovisionar por un plazo de dos
años.
Pusieron proa al mar, dejando
atrás tantas cosas vistas y vividas, Con la única
esperanza de volver a ver su tierra natal,
su amada Venecia. Así en 1292 zarpó una flota de
Zaitón, con destino al sur.
En este viaje vieron a sacerdotes
budistas y distintas embajadas que Agasajaban a la reina
Cogacín.
Pasaron por las costas de Sumatra,
Java,
Celián y puntos de la costa India.
Una vez en Ormuz, donde
culminó la exploración, rígidamente
destruida por las enfermedades y las
tempestades, ya que de los 500 hombres que habían partido
solo quedaban 18.
Un poco más de 2
años, había durado la travesía que a su
llegada, el rey de Persia Ya había muerto, por lo tanto
Congacín fue entregada a su hijo y
heredero.
La reina Cogacín, respetaba
tanto a los polo, que les obedecía y los trataba como a su
mismo padre y hacia todo lo que tenía a su alcance por
consentirles y satisfacerles. Y a la hora de la despedida para
volver a su tierra, lloró aflictivamente. Un año
antes y con desconocimiento total por parte de los Polo, Kublai,
aquel hombre que los había acogido tan hospitalariamente,
había muerto. Cuando los tres mensajeros se despidieron,
se pusieron camino y cabalgaron tanto que llegaron a Trebizonda y
de allí a Constantinopla, y de allí a Negroponte, y
de allí finalmente a Venecia. Y esto fue el año de
1295. Años más tarde estalló la guerra entre
Génova y Venecia… ! Parecía imposible! una guerra
entre dos provincias hermanas, pero solo desde el punto de vista
geográfico, ya que había entre estas cierta
rivalidad desde hacia ya mucho tiempo.
En septiembre de 1298, una flota
genovesa al mando de Lamba Doria, derrotó a la de los
Polo, entregándose así de manera inevitable a los
genoveses. De esta manera, a Marco Polo se le arrebató
toda su libertad.
En su cautiva vida, conoció
en prisión a Rusticello, ciudadano de Pisa, quien
más tarde se convertiría en principal testigo de
sus aventuras. Pues el propósito de Marco era convencer al
mundo de la veracidad de sus relatos.
Por lo tanto, pidió que se
le llevaran a prisión el libro de notas que usó
para el regocije de Kublai Khan.
En esta época, Marco Polo
contaba con 45 años, 30 habían pasado ya, tantos
años de travesías, que habían hecho de Marco
un sabio hombre. En su relato habló de todo lo que
había presenciado alguna vez.
Narró historias
fantásticas, que nos dejan cierta
moraleja.
Tales como la de El califa de
Bagdad quien poseía un inmenso tesoro en oro, plata y
piedras Preciosas. Alan convocó un gran ejército y
vino a Bagdad, la sitió y la tomó por la fuerza. y
cuando conquistó la ciudad
Encontró en el palacio del
califa una torre llena de oro, plata y otros tesoros, pasado
esto, hizo traer al califa y le dijo: "¿Señor, por
qué reuniste tantos tesoros? ¿Qué hubieras
debido hacer? ¿No sabías que yo era tu enemigo y
venía con un poderoso ejército para despojarte de
todo? Cuándo supiste esto, ¿por qué no
repartiste tus tesoros a tus caballeros y soldados para defender
la ciudad y tu persona?" El
califa no supo qué contestar a esto. Entonces Alan
respondió: "Puesto que veo que amas tanto a tus tesoros,
voy a darte a comer de ellos." Y al instante hizo prender al
califa, lo hizo encerrar en la torre del tesoro y mandó
que nada le dieran de comer ni de beber, y luego exclamó:
"Califa, come de ese tesoro, puesto que tanto te gustaba, ya que
nunca más comerás otra cosa en tu vida." Dicho
esto, le dejó en la torre, donde murió,
después de cuatro días. Y más hubiera valido
que el califa diera los tesoros a sus hombres para la defensa de
sus tierras y sus gentes, en lugar de perecer con todos ellos y
verse despojado. Y éste fue el último de los
califas de Bagdad…
U otra aventura que refleja la fe
de un pueblo como la del califa que odiaba a los cristianos esto
sucedió entre Bagdad y Mosul. Día y noche pensaba
el modo de convertir a éstos en sarracenos o matarlos si
no lo conseguía. Todos los días reunía en
Consejo a sus ministros y a seis sabios para preparar sus planes,
pues todos ellos odiaban a los cristianos. Un día
encontraron que en el Evangelio está escrito: "Si un
cristiano tiene tanta fe como un grano de anís,
obtendrá de Dios con su oración que se junten dos
montañas." Cuando leyó esto
el califa, se alegró inmensamente, porque vio en ello un
pretexto para convertir a los cristianos a la religión sarracena o
perderlos a todos.
El califa mandó entonces
reunir a todos los cristianos de su reino, y cuando se hallaron
en su presencia les enseñó el Evangelio y les hizo
leer el texto.
Enterados de ello, les preguntaron
si aquello era la verdad. Los cristianos contestaron que
ésa era la única verdad. "¿Dices, –
replicó el califa -, que un cristiano que tiene fe, por
las oraciones hechas a su Dios es capaz de
juntar dos montañas?" "Esto
es" – respondieron los cristianos -,"les ofrezco una alternativa
– dijo el califa -; puesto que son cristianos, debe de haber
entre ustedes quien tenga un poco de fe; de modo que
harán
mover esa montaña que ven
desde aquí, o si no, los mataré ,pues si no la
mueven es que no tienen fe. De modo que los haré perecer a
todos, a menos que se conviertan a la ley de Mahoma y
así estarán en la fe verdadera y se
salvarán. les doy, pues, diez días de tiempo para
conseguir esto. Si en tal término no lo han hecho, los
condenaré a todos a muerte." Dicho esto, calló el
califa y despidió a los cristianos.
Del miedo que tuvieron los
cristianos de cuanto les dijo el califa cuando esto oyeron los
cristianos, tuvieron gran miedo de morir. Sin embargo, confiaban
en su Creador que los sacaría de tan duro
trance.
Los sabios cristianos se reunieron
en consejo, pues había arzobispos, obispos y sacerdotes
entre ellos.
No pudieron resolver más
que rezar a Dios nuestro Señor para que en su gran
misericordia les inspirara en esta ocasión y les hiciera
escapar de una muerte segura si no hacían lo que el califa
les había exigido. Sepan, pues, que día y noche se
hallaban en oración y rezaban devotamente al salvador Dios
del cielo y de la tierra para
que les auxiliara en el duro trance en que se veían.
Quedaron ocho días y ocho noches orando hombres, mujeres,
niños,
pequeños y grandes. Y sucedió que un ángel
del Señor se apareció a un obispo, que era hombre
de vida santa e inmaculada, y le dijo: "Ve a un zapatero que no
tiene más que un ojo y le dirás que rece para que
la montaña se mueva, y la montaña cambiará
de sitio."
Había oído
varias veces que en el Evangelio decía: "Si el ojo les
hiciera pecar, hay que arrancarlo o hacer de modo que no haga
pecar."
Un día llegó a su
casa una bella señora a comprarse
zapatos.
El maestro quiso verle el pie y la
pierna para saber qué zapatos pudiera Calzar. Y se hizo
enseñar la pierna y el pie, que eran tan hermosos que
Jamás hubo otros más bellos. Cuando el maestro vio
las piernas de esta
mujer, fue tentado, porque sus
ojos se deleitaban en ellas. Entonces dejó marchar a la
dama y no quiso vender los zapatos. Y cuando se alejó, el
Zapatero se dijo: "Ah, desleal y ladino, ¿en qué
piensas? Tomaré gran
venganza en mis ojos, que me
escandalizan." Y con una punzón, se dio un corte en el
ojo, de tal manera que se le reventó y no vio más
con él. Así, este buen zapatero se vació el
ojo.
Cuando tuvo el obispo la
revelación de que la oración de un zapatero tuerto
haría mover la montaña, se lo comunicó a los
cristianos. Y los cristianos obtuvieron que hiciera venir el
zapatero. Entonces le dijeron
que elevara una plegaria al
Señor para hacer mover la montaña. Cuando el
zapatero se hubo enterado de lo que los cristianos
pretendían de él contestó que no era tan
santo para que el Señor le escuchase en tan
gran
Milagro. Los cristianos le
instaron fervorosamente de interceder por ellos, hasta que
pudieron persuadirle de cumplir su voluntad y de elevar a su
Creador este rezo. Cuando expiró el plazo concedido por el
califa, los cristianos se levantaron de madrugada, y hombres y
mujeres, pequeños y grandes, se fueron al pie de la
montaña en procesión, llevando la Cruz del
Salvador. Eran más de 100.000 reunidos en la llanura los
que rodeaban la Santa Cruz. El califa asistía por su lado
con un sinnúmero de sarracenos, pronto a exterminar a los
cristianos en cuanto la montaña no se
moviese.
Y los cristianos, grandes y
chicos, tenían gran zozobra y miedo; pero, sin embargo,
esperaban en su Creador. Cuando todos, cristianos y sarracenos,
se hallaban reunidos en el valle, el zapatero se arrodilló
ante
la Santa Cruz, y alzando sus
brazos al cielo, imploró al Salvador para que la
montaña se moviera y para que los cristianos no tuvieran
que morir de muerte adversa. Y acabado que hubo de impetrar la
clemencia del cielo, la
montaña empezó a
agitarse y moverse violentamente. Y así que el califa y
los sarracenos vieron esto, se llenaron de maravilla y más
de uno se convirtió, y el califa mismo se hizo cristiano
en secreto.
Cuando murió le hallaron
encima una cruz, y los sarracenos no lo sepultaron en la tumba de
los demás califas, sino en lugar apartado. Y así se
produjo el milagro.
Relatos tan apasionantes que
enmudecían a más de una boca y él los
narraba con tanta seriedad, incluso a las más
ridículas y extrañas costumbres Tales como las de
la gente de Camul que permitía a sus mujeres cometer
adulterio con los forasteros. Y Mongu les prohibió, con
gran pena, de no albergar más a extranjeros en su casa.
Cuando esto oyeron los de la población se indignaron.
Se Reunieron todos en consejo y
decidieron lo siguiente: llevar a Mongu un gran presente,
pidiéndole que les dejara usar de sus mujeres como bien
les parecía, según la costumbre de sus antepasados,
que les mandaban dejar a los extranjeros disfrutar de sus mujeres
y de sus bienes.
Que los ídolos veían
este proceder con complacencia y con eso se multiplicaban sus
haberes en vez de menguar. Cuando Mongu Khan oyó estas
razones, dijo: "Puesto que quieren su vergüenza y vituperio,
ténganlos."
Y consintió que hicieran su
voluntad y mantuvieran sus costumbres, como lo hacen hasta
nuestros días.
O hasta aquellas historias
supersticiosas que alguna vez lo hicieron estremecer de
miedo.
Pero escucharán la
maravilla que les contaré: Si cabalgando de noche por ese
desierto alguien se aleja de la
caravana y se queda distante de
sus compañeros para dormir o para otra necesidad, al
querer alcanzarlos oye voces que le hablan como si fueran sus
compañeros de viaje, y que le llaman hasta por su nombre.
Esto les hace
perderse más y más,
de forma que se extravían por completo. De este modo
murieron y se perdieron muchos viajeros. Hasta durante el
día se oyen las voces de esos espíritus y les
parece oír instrumentos extraños, así como
tambores. Y al leer su libro una de las más
extrañas cosas que vi, fue la historia de La isla del
varón y la
mujer.
La que se llama Varón
está en alta mar, a 500 millas hacia el Mediodía,
cuando se parte de Kesmacoran. Son cristianos y bautizados en la
fe de Cristo y conocen sobre todo el Antiguo Testamento, pues
cuando la
mujer está encinta no la
tocan hasta que haya dado a luz y hasta
cuarenta días después. Luego ya vuelven a su vida
marital. Pero en esta isla no viven las mujeres, ninguna, ni las
casadas ni las solteras, sino que
habitan en otra isla llamada la
Mujer. Desde esta
isla se van los maridos por tres meses: marzo, abril y mayo, para
vivir con sus mujeres a la isla de la Mujer, y
allí gozan de ellas. Y al cabo de os tres meses vuelven a
esta isla y quedan trabajando los nueve meses restantes. En esta
isla se encuentra el ámbar transparente y de la mejor
calidad. Viven
de arroz, leche y carne.
Son buenos pescadores, pues sepan que en esta isla se cogen
magníficos peces, que
ellos salan y hacen secar en gran cantidad, de modo que luego
tienen para todo el año. Y también los venden a
otras gentes. No tienen más jefe que a un obispo, que
está sometido a su vez al arzobispo de Scotra. Tienen
también idioma propio. De esta isla a la que habitan sus
mujeres hay por lo menos 30 millas. Y por eso no viven con ellas
todo el año, porque dicen que si hubieran de pasarlo todo
el año con ellas, se morirían. La madre amamanta en
verano al hijo que nace durante el año. Pero en cuanto
tienen catorce años los mandan por mar a la isla de sus
padres, y ésta es la costumbre de las dos islas, como lo
oyen. Las mujeres no hacen más que criar a sus hijos y
recogen las frutas que hay en la isla. O cuando se refiere a la
ciudad de Cali:
"El rey tiene 300 mujeres y
más aún, porque el hombre de
más consideración es el que más mujeres
tiene. Y cuando nace la discordia entre estos cinco hermanos
carnales (pues lo son de padre y madre), y quieren reñir,
entonces la madre (que vive aún) exige que hagan las
paces. Si éstos no quieren acceder a sus palabras de paz,
la madre toma un cuchillo y les dice: "Si no cesan de combatir y
no hacen las paces, me mataré y antes me
cortaré el pecho con el
cual los he amamantado. Y cuando los hijos consideran la
desesperación de la pobre madre, que les suplica
dulcemente que cedan, reconocen que tiene razón, y es
más cuerdo que cedan. Luego se arreglan y hacen las paces.
Y esto ha sucedido en más de una
ocasión.
De modo que si un día llega
a faltar la madre, es posible que estalle la discordia y se maten
los unos a los otros.
Tambien se encuentran relatos que
concuerdan con la Sagrada Biblia. Tales como al descripción de Persia.
En Persia se halla la ciudad de
Sava, de donde partieron los tres Reyes Magos cuando vinieron a
adorar a Jesús. En esta ciudad están enterrados en
tres grandes y magníficos sepulcros. Encima de los
cenotafios hay un templete cuadrado, muy bien labrado. Estos
sepulcros se hallan el uno junto al otro. Los cuerpos de los
Reyes están intactos, con sus barbas y sus cabellos. El
uno se llamaba Baltasar, el otro Gaspar y el tercero Melchor.
Marco interrogó a varias personas con respecto a estos
tres Reyes Magos, y nadie supo responder, exceptuando que eran
Reyes y fueron sepultados ahí en la Antigüedad. Pero
les voy a referir lo que averiguó más tarde sobre
el hecho:
Un poco más lejos, y a tres
días de viaje, se halla un alcázar llamado Cala
Atapereistan, lo que en español
significa: "Castillo de los adoradores del fuego." Y esto es la
verdad, estos hombres adoran el fuego.
Les diré por qué lo
adoran: Las gentes de ese castillo cuentan que en la
Antigüedad tres Reyes de esta región fueron a adorar
a un profeta que acababa de nacer y llevarle tres presentes: el
oro, el incienso y la mirra, para saber si ese profeta era Dios,
rey terrestre o médico, pues dijeron que si tomaba el oro,
era rey terrenal; si el incienso, era un Dios; si la mirra,
entonces era un médico. Cuando llegaron al sitio en donde
había nacido el niño, el más joven de los
Reyes se destacó de la caravana y fue solo a ver al
niño y vio que era semejante a él, pues
tenía su edad y estaba hecho como él, y esto lo
llenó de asombro. Luego fue el segundo de los Reyes, que
era de la misma edad, y contestó lo mismo. Y creció
al punto su sorpresa. Por fin, fue el tercero, que era el
más anciano, y le sucedió lo que a los otros dos. Y
se quedaron pensativos… Cuando se reunieron se contaron uno a
otro lo que habían visto y se maravillaron de ello.
Entonces decidieron ir los tres a un tiempo, encontrando al
niño del tamaño y edad que le correspondía
(pues no tenía más que trece
días).
Ante él se postraron
ofreciéndole oro, incienso y mirra.
El niño cogió las
tres cosas y, en cambio, les
entregó un cofrecillo cerrado. Los Reyes Magos volvieron
después de esto a sus respectivos países. Cuando
hubieron cabalgado algunas jornadas, se dijeron que
querían ver lo que el niño les habla dado. Abriendo
el cofrecillo, se encontraron que contenía una piedra.
Sorprendidos, se preguntaron qué significaría
aquello, pues habiendo el niño cogido las tres ofrendas,
comprendieron los Reyes que el niño era Dios y
debía de tener aquello un sentido oculto, y, en efecto, el
niño dio a los tres Reyes la piedra,
significándoles que fueran firmes y constantes en su fe.
Los tres Reyes tomaron la piedra y la echaron a un pozo,
ignorando aún su significado, y cuando la piedra
cayó al pozo, un fuego ardiente bajó del cielo y
penetró en el pozo. Cuando tal vieron los Reyes, quedaron
estupefactos y se arrepintieron de haber tirado la piedra, pues
era un talismán. Contuvieron del fuego que salía
del pozo para llevarlo a sus respectivos países y ponerlo
en un magnífico y rico templo. Y desde entonces
está ardiendo y lo adoran como si fuera un dios. Y los
sacrificios y holocaustos que hacen son con ese fuego sagrado.
Jamás toman de otro fuego que no sea de este maravilloso,
caminando leguas y leguas para conseguirlo, cuando se les acaba,
por la razón que ya les dije. Y son numerosos los que
adoran el fuego en esta región. Todo esto le contaron a mi
señor Marco Polo, y también de que los tres Reyes
Magos el uno era de Sava, el otro de Ava y el tercero de
Cashan.
Tras escuchar todos estos
fragmentos, nos hace revivir esos momentos, como si se tratara de
nuestras propias vivencias. La obra de Marco Polo recorrió
toda Europa, fue
traducida a diversas lenguas, fue impreso por primera vez en el
año 1494.El testamento se encuentra en la biblioteca de San
Marcos.
Esta datado en 1324, Marco polo
contaba con setenta años. Con temor de que la enfermedad
se lo llevara, envió por un sacerdote A quien le dio
instrucciones de sobre la disposición de sus
bienes.
Las herederas fueron su mujer y sus tres
hijas.
Sus últimas palabras,
fueron la respuesta, a una inquietud de su familia; que le
dijo en el lecho de su muerte, que para mayor tranquilidad de su
alma, si tenía que retractarse de algunas de sus
asombrosas afirmaciones,
lo haga ahora, pero su
única respuesta fue "no he llegado a redactar la mitad de
lo que he visto "
Volviendo a la estadía en
la prisión, en compañía de
Rusticello.
En su vigoroso relato,
resurgían en su mente, todos aquellos recuerdos de las
cortes, pueblos, la gran muralla; y todo aquello que alguna vez,
había hecho Hervir su sangre, al
contemplar tanto paisaje que lo había
seducido.
Todo lo vivido se había
arraigado en él, como un injerto en una planta y todo lo
que florecía en él, llevaba esa marca, el sello
exótico de lo tártaro.
De esta manera se alejaba de la
cruda realidad de la cual era protagonista; se olvidaba de que
las cuatro paredes del calabozo que lo aprisionaban, y comenzaba
a soñar con los Cielos de oriente.
Marco Polo fue el primer
aventurero en recorrer todo el continente oriental, detallar
países y provincias del mismo. Sin embargo, no se le dio
tal importancia, al catalogar su libro de inexacto o simplemente
falso.
Aunque estaban también
aquellos soñadores, que pensaban que la idea de que las
"nueces de las indias que tenían el tamaño de la
cabeza de un hombre" no era tan descabellada. Pues hoy se sabe
que se refería a los frutos del cocotero. Aquel hombre que
describía con tanta pasión y detalle la cola de
algunos pájaros, de distinto modo lo hizo con la imponente
muralla china, demostraba notoriamente su amor por la
naturaleza,
en cada descripción hecha.
Creo que es ahora, donde
comprendemos el verdadero sentido por el cual los exploradores
dedicaban tanto
Tiempo y sacrificio, sin
importarles los peligros que esto implica, ni las enfermedades
que podían haber contraído,
ni las tempestades, podían
derrumbar aquellos sueños.
Pues ellos entendían, que
con perseverancia podían llegar a cualquier
cosa.
Que como dice la tan acertada
frase " el secreto del éxito
es la constancia del propósito"
Y en buena manera lo hicieron,
aunque ellos no comprendían la magnitud de sus acciones.
Ya que en ellos desaparecía
toda sensación de miedo y se encontraban ansiosos de
percibir aquello por lo que habían nacido, su destino y
También su pasado…algo que comúnmente llamamos
"vida".
En la que se albergan infinitas
fantasías, tan infinitas como las estrellas… ésas
que nos hacen recordar en cada anochecer, que a pesar de hallarse
en un universo donde
solo sobrevive "el más fuerte" ,
en donde algún día
quizás ,los sueños sean nuestra posesión,
vale la pena luchar.Tal vez llegue el día en que, nuestro
desesperado grito sea escuchado y alguien venga a nuestro
rescate….."sólo falta creer".
"No he llegado a relatar la
mitad de lo que he visto, pues no me
creerían"
Ivana
Bobes