- Introduccion
- 24 de junio de
1821 - Descontento del Ejercito
Realista - Geografia de la
batalla - Bolivar define la estrategia de
ataque - La estrategia
realista - El error de los
realistas - La batalla
- Lo que siguio a la
batalla
La Batalla de Carabobo marca la
culminación de la guerra de
Venezuela en
busca de su independencia
como colonia española. Destacan próceres como
Páez, Cedeño, Plaza, Pedro Camejo, entre muchos y
en especial Bolívar como el gran estratega.
BATALLA DE CARABOBO
El
26 de noviembre de 1820 se firma un acuerdo de Armisticio y
Tratado de Regulación de guerra entre
patriotas y realistas mediante el cual se suspende la guerra por
seis meses, ratificado en entrevista del
día siguiente entre y
Morillo.
Este acuerdo favorece los planes con miras a la liberación
de Venezuela.
Bolívar ha
logrado reunir sin contratiempos el más grande y eficiente
de los ejécitos que mandaría en Venezuela.
Aprovechó para organizar la tregua del armisticio, la
seguridad que
ofrecía Guayana, el dinero
enviado por Santander, el empeño
de
Páez en
adiestrar mejor sus cuerpos en Apure y el
estímulo y la orientación de los oficiales
ingleses. Se había capacitado por vez primera, con mejor
disciplina y
nuevos métodos,
el ejército que iba a cerrar la etapa comenzada
años atrás.
DESCONTENTO DEL EJERCITO
REALISTA
La Torre como sus tenientes -y antes Morillo- se quejan
no haber recibido el apoyo suficiente, no sólo de
España sino de región ocupada en
Venezuela por las armas
españolas. El jefe realista dispone a comienzos de 1821 de
un poderoso ejército, del cual solo quedaba un
recuerdo.
La figura de Morillo, capaz como militar e implacable
como enemigo, tenía un concepto rudo del
mando: esta era la imagen que
tenían los pueblos del soldado español.
España
no envió a América
a un militar superior a Morillo. Tal vez pensó que siendo
Venezuela un perpetuo campo de batalla, enviaba al país a
un hombre que
había luchado tercamente en la guerra de
Independencia contra las tropas
napoleónicas y es ante este hombre a
quién
Bolívar
tiene que combatir en condiciones de inferioridad.
Morales ha vivido 14 años en Venezuela, es canario, y
representa la mentalidad de aquellos isleños que vieron
perdidas sus haciendas en 1811 al surgir la
República. También entre Morillo y
La Torre no hubo armonía, pues aquel desaprueba el indulto
que dictara éste en Nueva Granada. Morales tenía
más conocimientos del país, dada su larga estancia
en él. Se ha dicho que llegó muy joven a Venezuela
y que ocupado, como
Boves, en asuntos
de comercio,
viajaron continuamente por todo el llano del
Guárico hasta el Guarapiche. Morillo
conocía la capacidad de La Torre en menesteres de guerra,
pues lo vio en la Península.
La región donde se libra la batalla de Carabobo
es una pequeña llanura bordeada al norte y al oeste por
numerosas colinas y cerros, al suroeste de la ciudad de Valencia,
en Venezuela, Edo. Carabobo. Al norte va la quebrada de Las
Manzanas y la de Carabobo, que da nombre el campo, baja de la
montaña al lado de la Colina del Chaparral.
BOLIVAR DEFINE LA ESTRATEGIA DE
ATAQUE
El
Libertador planifica la reunión de su ejercito con los
de
Páez y
Urdaneta en el centro del país. En
un mes se movilizan las tropas hasta San Carlos. En total se
concentran 6.500 hombres provistos de armamento, cabalgaduras y
provisiones. El General José Francisco
Bermúdez debe atacar Caracas para
impedir la unión de las tropas realistas.
El ejército republicano
subía del sur y la defensa realista en los angostos y
tortuosos desfiladeros, hacía imposible la entrada. Todo
esto lo apreció el Libertador desde la altura de
Buenavista, que domina el panorama, y consideró que era
suicida atacar en esta forma a La Torre.
Ante la disposición de
Bolívar de organizar el
ejército en divisiones, la vanguardia
avanza y se apodera de Buenavista amaneciendo el 24. El Alto de
Buenavista dista más o menos una legua de Carabobo.
"Desde tal sitio -dice Briceño
Méndez- observamos que el enemigo estaba preparado
al combate y nos esperaba formado en seis fuertes columnas de
infantería y tres de -caballería, situadas de
manera que mutuamente se sostenían para impedir nuestra
salida a la llanura". Briceño Méndez
agrega: "El camino estrecho que llevábamos no
permitía otro frente que para desfilar, y el enemigo no
solamente defendía la salida al llano, sino que dominaba
perfectamente el desfiladero con su artillería, con una
columna de infantería que cubría la salida y dos
que la franqueaban por derecha e izquierda".
Bolívar se da cuenta de lo
imposible del ataque frontal y de que precisamente, la
ocupación de la llanura fue una medida de previsión
del Mariscal español
para obligar a su contrario a combatir como él
quería. Aquello alteraba la norma común del
Libertador de obligar siempre al enemigo a la lucha, pero en las
condiciones que él imponía.
La maniobra envolvente la cumplirían
Páez, Cedeño, Feriar y
Rondón. Páez, en su
división lleva a los Bravos de Apure, al Batallón
Británico y 1.000 jinetes. Cedeño, al frente de la
segunda división comanda al Tiradores, con Las Heras y al
Boyacá, con Flegel; al Vargas dirigido por Patria; al
Escuadrón Sagrado con Arismendi. La tercera
división la componían los batallones Granaderos de
la Guardia con Juan Uslar; Rifles, con Arturo Sandes;
Anzoátegui, Vencedor con José Ignacio Pulido y el
Regimiento de lanceros que mandaba Rondón. Ambrosio Plaza
era el jefe de la tercera división.
La Torre, después de la maniobra envolvente que
en plano nacional cumplen Bermúdez
desde Barlovento, toma de Caracas y avance hasta La Victoria;
Urdaneta en su travesía coriana
Carrillo y Reyes Vargas hacia San Felipe, fue
concentrándose en la llanura de Carabobo, dejando en
Tinaquillo un pequeño cuerpo de vigilancia. A medida que
el jefe español cede terreno, apresura su marcha el
ejército republicano.
Bolívar ha
quitado toda iniciativa a La Torre desde que éste ordena
abandonar a Guanare, perdiendo desde luego impulso y
decisión en el proyectado ataque que aspiraba llevar a
cabo contra el Libertador.
¿Tenía capacidad La Torre para andar las
fuerzas bajo su mando, alrededor de 10 ó 15 mil hombres al
principio de la campaña? Sus subalternos son hombres que
han luchado en Venezuela, que conocen su geografía, sus
costumbres. De ellos el más respetable es Pereira, y a
éste deja Morales en Caracas para que atienda a
Bermúdez.
Se cometen dos errores del Mariscal de campo:
1.- Ausencia de Pereira en el campo de
Carabobo
2.- Distracción de más de
tres batallones para combatir al jefe oriental y al jefe andino.
Además, era sabido que Pereira valía más que
Morales.
Bolivar dispone que el ejército marche hacia la
izquierda para envolver al enemigo por su derecha, maniobra que
La Torre no esperaba. Este había confiado en que
Bolívar atacaría siguiendo la ruta de Buenavista,
zona en la cual la caballería es nula por lo abrupto del
terreno. En esta forma consideró el jefe realista
fácil la victoria. Por eso organizó y
distribuyó sus batallones en la llanura en espera de una
situación que sólo él había creado.
El ejército realista contaba de más o menos 5.000
hombres, alrededor de la mitad venezolanos, pero toda fuerza
experimentada y de primera.
El 24 de Junio de 1821 en la llanura de Carabobo, se
enfrentan los dos bandos.
Bolívar confía la jefatura de las divisiones a
Páez, Cedeño y Plaza.
Mariño es jefe del Estado Mayor.
Pedro Briceño Méndez es responsable de la logística.
Los llaneros de Páez marchan bajo
fuego enemigo por la Pica de la Mona. Eran desfiladeros que en
ciertos sitios no permitían más de uno en fondo.
Las divisiones empiezan a cumplir la acción envolvente
ante el asombro de La Torre que no apreció la importancia
del ataque por la derecha. Así que tiene que desplazar
violentamente al Burgos, el cual, con un fuego nutrido y
poderoso, hace retroceder al Bravos de Apure. Pero seguidamente
interviene el Batallón Británico que y permite que
el Bravos de Apure se recupere.
Cuando el batallón de la Reina avanza, ya la
situación de los realistas se ha ido agravando, pues
Cedeño ha penetrado a la llanura y una
compañía del Tiradores actuaba en apoyo de
éste. Hay un momento en que La Torre logra alinear cuatro
batallones ante el avance republicano, pero los destacamentos
realistas resultan impotentes para resistir la violencia.
Caen combatiendo ante los muros de fuego hombres de la
talla de Plaza, Cedeño, José Julián Mellado,
teniente Pedro Camejo, Scott, Bruno. Todos ellos no fueron
más que expresión de una virtud colectiva y sin
nombre que ofrendó la libertad ese
día.
La Torre mira acercarse la derrota, y algunos cuerpos del
Lanceros del Rey, en vez de acatar la orden de incorporarse al
combate, huyen al azar.
El ejército realista en Carabobo, según
información de Córdoba, tuvo de
pérdida, entre muertos, extraviados y prisioneros, lo
siguiente: 2 jefes, 43 capitanes, 77 subalternos y 2.785
individuos de tropa.
Las pérdidas de los patriotas no se contaron,
pero debieron ser alrededor de 200 muertos y heridos,
según señala por
Bolívar en
su comunicación al Presidente del
Congreso.
Libre ya Venezuela, a pesar dé las fuerzas
realista que huyeron a Puerto Cabello, el Libertador se traslada
a Caracas acompañado de
Páez. La
ciudad seguía con sus casas en escombros debido al sismo
de 1812 y así iba a continuar por 40 o 50 años
más. Había sido la matriz
milagrosa que dio a Bello, a
Rodríguez, a Miranda, a
Bolívar, y no había tenido tiempo sino para
sufrir y esperar.
Al triunfo de Carabobo le sucede la rendición de
La Guaira, con la capitulación del realista Pereira, la
toma de Cumaná y la capitulación de Cartagena. A
mediados de 1823 quedan libres las provincias de Coro y
Maracaibo; en noviembre del mismo año Páez ocupa
Puerto Cabello, última plaza realista en
Venezuela.
El Libertador va a organizar ahora el ejército
del sur, desde Trujillo, se dirige al general José de San
Martín y le dice que su primer pensamiento
cuando vio el triunfo en Carabobo fue para él, el
Perú y su Ejército Libertador y que nada le
será tan grato como ir al Perú. Más o menos
en iguales términos se dirigió también al
Director de Chile. La idea
de
Bolívar,
anunciada años atrás en Jamaica, cobra cuerpo
ahora, máxime que él consideró siempre que
su patria era la América
y que donde hubiese pueblos irredentos, tenía que ir a
libertarlos.
Después que Pereira bate a
Bermúdez
en El Calvario y le obliga a retirarse hasta más
allá de Guarenas, queda dueño de Caracas.
Más atento al resultado de lo que de un momento a otro iba
a decidirse, de lo cual tenía mejor información que Bermúdez y
Soublette,
aguarda entre Caracas y La Guaira. Estos pensaban dirigirse al
llano en solicitud de Monagas y Zaraza para continuar la guerra.
Enterado Pereira del resultado de Carabobo, ambuló por el
litoral buscando una salida hacia Puerto Cabello o un barco que
también le llevase a este puerto. Bolívar
envió en su persecución a Manrique, a Silva, a
Ibarra. Le dirigió una comunicación en la cual le ofrecía
capitulación honrosa, reiterándole a la vez los
sentimientos de filantropía y liberalidad que animaban al
Gobierno.
Bolívar le
dijo además: "Cuando un oficial ha llenado como U.
S. sus deberes aún más allá de lo justo, es
una loca temeridad no ceder a las leyes imperiosas
e irresistibles de la fuerza y de la
necesidad".
Pereira responde y Bolívar le envía las
bases de la capitulación. Bolívar acata las
modificaciones que hace el jefe realista y le dice que debe ir un
oficial a hablar con él acerca del cumplimiento del pacto
"en la inteligencia
de que en el término de dos horas debe ser ocupada la
plaza por las armas de Colombia". Finalmente Pereira es
conducido a Puerto Cabello después de firmar la
capitulación. Según Lecuna muere en este puerto de
fiebre amarilla. Hay consenso favorable en torno a la figura
de este honesto militar que combate fieramente por su bandera y
capitula cuando no podía hacer otra cosa. De los 700
hombres que mandaba, 200 regresaron con él a Puerto
Cabello. Había perdido alrededor de 1.500.
Con fecha 6 de julio, el Mariscal La Torre dijo a
Bolívar lo siguiente: "Excmo. señor: Ha llegado a
mí noticia que por V. E. han sido tratados con toda
consideración los individuos del ejército de mi
mando que han tenido la desgracia de ser prisioneros de guerra.
Doy a V. E. las debidas gracias por este rasgo de humanidad, que
me hace disminuir el sentimiento de la suerte de dichos
individuos; esperando que continuará V. E. de este modo
dando pruebas nada
equívocas de que hace renacer las virtudes sociales que
habían desaparecido por el enardecimiento de las pasiones
que han desolado estos fértiles países".
Todavía habrá guerra en la zona de Coro y
Maracaibo y
Páez
tomará el Castillo de Puerto Cabello en noviembre de
1823, cerrando para siempre el proceso de la
emancipación política, al mismo
tiempo que
Bolívar se dispone a eliminar de traidores el cuadro
político del Perú, donde la oligarquía
limeña deseaba la independencia
sin combatir contra España.
Carta de La
Torre a Bolívar:
Cuartel de Puerto Cabello, 6 de julio de 1821. La
más honda y noble manifestación que surge
después del triunfo de Carabobo, se debe al Libertador.
Desde Valencia se dirige al Presidente del Congreso de la Gran
Colombia y le
expone que la sabiduría de tal cuerpo está de
acuerdo con las leyes existentes
en favor de la manumisión y que ese favor pudo extender su
beneficencia sobre los futuros colombianos que son recibidos en
cuna cruel y salvaje.
"Los hijos de los esclavos que en adelante hayan
de nacer en Colombia deben ser libres, porque esos seres no
pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios ni sus
padres los quieren infelices". El Congreso pues, debe
decretar la libertad
absoluta de los que nazcan en territorio de la República
"conciliándose los derechos posesivos, los
derechos
políticos y los derechos naturales". Tal solicitud la
hacía
Bolívar
como "recompensa de la Batalla de Carabobo, ganada
por el Ejército Libertador, cuya sangre ha corrido
por la libertad". Tal aspiración de
Bolívar no era nueva, pues desde su Cuartel General de
Carúpano, el 2 de junio de 1816, decretó la
libertad absoluta de los esclavos y el deber de todo hombre,
desde los 14 hasta los 60 años, es el de presentarse en su
distrito para su alistamiento en las banderas de la
República.
Con fecha 6 de julio, en proclama a los habitantes de la
provincia de Caracas, dijo elocuentemente: "La naturaleza, la
justicia y la
política,
piden la emancipación de los esclavos: de aquí en
adelante sólo habrá en Venezuela una clase de
hombres, todos serán ciudadanos" y el 16 de julio
de 1818, desde Angostura, en nota al Presidente de la Alta Corte
de justicia, le
reiteraba su decisión en pro de la libertad de los
esclavos y las oportunidades en que la había decretado y
le decía al final: "Nadie ignora en Venezuela que
la esclavitud
está extinguida entre nosotros".
Jhonatan Molina