No hay que olvidar que los judíos constituyen
en Inglaterra un
elemento sumamente poderoso y que muchos de aquellos ocupan
situaciones privilegiadas en los partidos
políticos e incluso en el Gobierno. De
aquí que resulte comprensible que los acontecimientos de
Alemania provoquen en la opinión
pública cierta inseguridad y
una indecisión y desengaño que no sólo se
refleja en la prensa, sino que
se muestra en la
opinión de la población. (1)
Alemania no es la excepción, el país
todavía afectado por la crisis que sobrevino la
Primera Guerra Mundial,
albergaba judíos que por sus características de grandes comerciantes
comenzaban a reponerse más rápido de aquel
bajón comercial e incluso a crear las primeras
pequeñas fortunas. Esto causó focos de envidia y
descontento, que terminaron por inculpar a los hijos de Israel de la
corrupción
reinante.
En la obra de Adolfo Hitler(g): Mein Kampf,
se nos explican las características que guardan los arios, pero
paralelamente y de manera preponderante en aquel escrito se
analizan las razones que justifican la segregación de los
judíos. Tales razones incluyen la falta de creatividad y
por ende de idealismo (que
explica su falta, en aquellos tiempos, de un Estado
judío y la supuesta inexistencia de un arte judaico), su
parasitaria vida en Europa, (haciendo analogía a vampiros
chupadores de sangre) y la
adjudicada propiedad de
mentirosos(citados en este punto, los inexistentes pactos de los
judíos con el diablo mismo), entre algunas otras de igual
calaña. Sin embargo, es más interesante aún,
analizar las percepciones hitlerianas sobre los efectos que
podría tener en la economía alemana,
integrar la comunidad
judía.
Despacio pero firmemente el judío
empezó a tomar parte en la vida económica alrededor
de él; no como productor, pero sólo como un
intermediario. Su destreza comercial, adquirida a través
de los miles de años de negociación como un intermediario, lo hizo
superior en este campo a los arios que todavía eran
bastante ingenuos y de hecho torpes y de quien la honestidad era
ilimitada;. Después de un corto período el comercio
parecía destinado a volverse un monopolio
judío. El judío empezó prestando dinero a
interés
usurario que es un comercio
permanente suyo. Era él quién primero introdujo el
pago de interés
sobre dinero
prestado. El peligro que esta innovación involucró no fue
reconocido al principio; de hecho la innovación fue bienvenida, porque
ofreció ventajas momentáneas.
… Además, su dominación financiera
sobre todas las esferas de la vida económica se
había tornado tan poderosa, que ambiciona el goce completo
de los derechos de
ciudadanía.
… Finalmente el judío ganó una
influencia creciente en todas las tareas económicas por
medio de su predominio en el stock-exchange. Si no siendo
propietario, por lo menos asegura el control de la
masa trabajadora de la nación.
(2)
He aquí la razón sustancial de la
segregación judía en Ghettos(h), esto
proporcionaba al Estado germano
el control total de
la actividad económica llevada acabo por este pueblo. Es
el miedo a que trabajadores nacionales sean desplazados por mano
obrera judía, el que llama al aislamiento de estos
últimos.
Según las palabras del mismo Hitler, el
control de las masas obreras podría quedar en manos
judías. Esto significaría el crecimiento de
la empresa
privada, cosa que no va muy de acuerdo con las doctrinas Nacional
Socialistas, empeñadas en ironía con su adversario
el comunismo, a
centralizar los rubros económicos.
La aparición de Ghettos y campos de
concentración(i) tanto en Alemania como en el
resto de los territorios conquistados, significó el
surgimiento de un gran negocio que traería cuantiosos
dividendos para el Tercer Riech(j). El amor que
aquel régimen autoritario tenía hacia el oro y los
riechmarks, agudizó el ingenio de sus lideres para traer
la mayor cantidad de dinero a sus bolsillos.
Primero aunque en menor medida que el resto de los
sistemas, el
aporte proporcionado por una nueva y esclavizada masa obrera, la
cual casi no recibía remuneración (entendamos por
esto que en aquella época la mano de obra judía era
infinitamente más barata que la de los polacos y en
general todo prisionero de guerra
efectuando trabajos forzados) no se puede pasar por alto. Sin
mencionar que mucho armamento bélico ocupado durante la
guerra fue manufacturado por judíos a paupérrimas
pagas.
Hay que establecer que esta manera de ganancia y
ahorro no era
la que más gustaba entre los altos mandos alemanes, ya que
estos preferían judíos muertos, a judíos
trabajadores que explotaran sus riquezas. Esto tiene su
razón de ser, en que un judío muerto significaba
cupo para el siguiente, el que al igual que su antecesor
sería obligado a entregar todas sus
pertenencias.
Ya lo sabes hijo, me torturaron con un aparato
eléctrico… Me maltrataron en vano. Les dije que no
tenía ninguna información sobre asuntos de dinero.
(3)
El botín fue una de las principales
preocupaciones de los nazis. Anillos, joyas, monturas de gafas,
incluso dientes con fundas o empastes de oro eran guardados para
después ser fundidos, convirtiéndose así en
el horripilante dividendo del holocausto.
Es en los campos de concentración donde
existían comandos
especiales dedicados a buscar objetos de valor entre
las victimas llegadas en cada nuevo tren. En inmensas
habitaciones y ocupando el sistema Melmer,
arrumaban todo tipo de objetos confiscados de sus
correligionarios.
En estas faenas se buscaba con gran ahínco
cualquier objeto de oro, para ser llevado posteriormente a las
fundiciones en Berlín. Tal era su "fiebre aurífera"
que disponían de hombres Sonderkommandos, prisioneros los
cuales entraban a las cámaras de gases para
extraer las piezas dentales de oro de las victiman ya gaseadas
con el Zyclon-B, o más aún, existían
dentistas los cuales sacaba dichas piezas antes del asesinato del
paciente.
En un periodo de seis semanas, en la primavera de
1943, 516 judíos rusos y alemanes fueron ejecutados, de
los cuales 336 pasaron sus últimas horas en manos del
dentista que les extraía sus piezas de oro antes de
enviarlas al Riechbank para ser fundidas en la Casa de Moneda.
(4)
Los nazis, llegaron incluso a instituir una unidad de
rapiña, las DSK, Devisenschutzkommando, formados por
selectos miembros de los SS. A estos se le dio la misión de
localizar y adquirir oro para solventar el gasto bélico de
Riech, así como el enriquecimiento personal de sus
oficiales. Las DSK tenían sucursales en el extranjero las
que funcionaban mediante lo que se conoce como hombre V
(agentes confidenciales), estos trabajaban a comisión de
un 10 % de botín que gracias a su ayuda fuese
confiscado.
Un ejemplo del actuar de las DSK es Oradea, ciudad
húngara de donde Desiderius Nagy alto funcionario del
ministerio informa al ministro, que el botín obtenido de
los fondos judíos crece cada día más. Ya
solo en objetos de valor, para
gloria de los húngaros (aliados alemanes), se han
recaudado 30 millones, sin saber hasta donde puede llegar tal
abismal cifra.
Extractos del telegrama de Eisenhower(K) nos
pueden dar un indicio de la cantidad de dinero en oro y especies
usurpado a infinidad de familias judías:
Sucursal de Halle del Reichsbank. 16 cajas que
contienen 64 barras de oro; 7 bolsas y dos cajas que contienen
depósitos individuales de oro y fondos en divisas, y que
parecen haber sido sacados de cajas de seguridad. Los
informes del
Reichsbank indican que el oro fue entregado por el
Devisenschutzkommando de Francia y que
fue trasladado a Halle desde Eisenach, donde habrá sido
requisado en septiembre de 1944, cuando los alemanes abandonaron
Francia.
Sucursal de Magdeburgo del Reichsbank; 6.000 barras
de plata y 500 arcas con barras de plata que, según la
documentación del Reichsbank en Magdeburgo,
pertenecieron al Banco Nacional
Magiar de Hungría y que, según los funcionarios del
Reichsbank, constituían las reservas
húngaras de plata. También se encontraron 12 bolsas
con archivos del
departamento de metales preciosos
del Reichsbank. También han sido hallados dos sobres que
se dice que contienen títulos de valores
procedentes de Holanda, España y
Suiza, depositados en el banco por el
funcionario de aduanas de
Magdeburgo." (5)
(Nota: este último departamento
supervisó la fundición del oro procedente de las
joyas robadas y de los dientes de las victimas del
Holocausto).
El oro incautado por estas divisiones tenia tres
destinos regulares: uno al igual que mucho del oro judío
embargado va a parar a las fundiciones en Berlín, el
segundo enviado a los agentes económicos de los
países ocupados y el tercero según dice el informe "para
otros fines". ¿Cuáles serian estos?, Uno de ellos,
sin duda fue el enriquecimiento de personajes como Heinrich
Himmler(l) (llamado el sucesor de Hitler), quien
guardaba en su cuenta bancaria personal en la
sucursal del Riechbank en Paulen; 35 bolsas de oro, 250.000
dólares de oro americano, 1 millón de francos
suizos oro, 98.450 florines oro y 151.560 coronas noruegas
oro.
Otro, fue solventar los gastos que
significaba la construcción de una vasta red de campos de exterminio
a lo largo de todo el territorio Alemán mas los
recientemente anexados países.
Es así como campos de concentración como
Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Mauthausen entre otros,
fueron edificado gracias a capital y mano
de esclavizada de obra judía. Los judíos
construían y sustentaban su propio calvario.
Otra fuente de ingreso, aunque más
pequeña, pero no por esto menos horrorosa, fue como
detalla un documento presentado por fiscales rusos en el juicio
de Nuremberg, la aportada por una firma de Danzig(m),
la cual construyó un calorífico eléctrico para producir
jabón a base de grasa humana. "Cinco kilos de grasa
humana, diez cuartos de agua y
cincuenta gramos de soda cáustica"… (6) eran
la receta para aquel macabro producto.
Los nazis no perdonaban ni siquiera las cenizas de las
victimas del holocausto, pues también con estas se
podían conseguir unos buenos Reichmarks
vendiéndolas como fertilizante.
Es ahora donde entra en juego la
supuesta neutralidad de suiza en la segunda guerra
mundial.
Hace pocos años que comenzó una
encarnizada lucha por parte de los descendientes de
víctimas del holocausto, para recuperar el dinero que
sus desafortunados ancestros habían depositado con gran
confianza en los bancos
suizos.
Al conocimiento
de todos, las cuentas en estos
bancos son
numeradas y no responden a nombre ni a firmas, esto
benefició enormemente a los bancos que
teñían cuentas de
judíos a su haber, puesto que un judío muerto se
traducía en dinero que queda en exclusivas manos de estos
oportunistas bancos.
Fueron las pesquisas judiciales e incansables
búsquedas de información, las que sacaron a flote el
poco decoroso actuar de suiza y sus bancos durante el transcurso
de la segunda guerra.
Si es verdad, Suiza fue neutral a la hora de hablar en
términos diplomáticos, pero si hurgueteamos en sus
relaciones financieras con el Tercer Reich, nos damos cuenta de
que la Solución Final decretada por Hitler para poner fin
al "problema judío" en Europa fue el mejor negocio para
este país.
La oculta, a los ojos mundiales, política
económica de suiza, ayudó principalmente de dos
maneras a los nazis. La primera de ellas expone que durante los
años que ocurrió el holocausto, Suiza llamada
Puerto seguro gracias a
los negocios
efectuados en aquel país, cumplió para Alemania la
función
de lavar el infesto oro y dinero robado por los nazis a sus
enemigos y judíos en general.
Miles de barras de oro y Reichmarks partían todo
el tiempo desde
la sede central del Riechbank en Berlín o desde su largo
numero de sucursales repartidas a lo largo de Europa, con destino
a los bancos suizos.
…Había sido establecido, a partir de un
libro mayor de
contabilidad
del Reichsbank alemán, que un total de al menos 398
millones de dólares en oro fue llevado a Suiza por el
Reichsbank alemán durante la guerra. Esta, cantidad no
incluye lo siguiente, que, cuando sea verificado y se establezcan
adecuadamente las cantidades, debería ser relacionado con
los suizos- a) un envió adicional que se hizo
después de que esos libros se
cerraran y se sacaran de Berlín; b) otro envío del
que se sospecha que se hizo al comienzo de la guerra y que fue
registrado en libros
anteriores del Reichsbank que no están disponibles; c)
una, cantidad de aproximadamente 12 millones de dólares en
oro que los alemanes robaron cuando saquearon el oro italiano y
que entregaron directamente a Suiza. (7)
Si a esta cantidad, se le añade el oro robado en
Austria, Checoslovaquia, Danzig, Polonia, Holanda,
Bélgica, Yugoslavia, Luxemburgo, Francia, Italia y
Hungría esta cantidad asciende a 648 millones de
dólares oro en total.
Para aumentar y agilizar, la entrega de oro y dinero a
los bancos suizos es que se aplica el método
Melmer, dirigido bajo las ordenes de Walter Funk (ministro de
economía)
y Von Krosick (ministro de asuntos financieros), consistente en
transformar el motín robado en barras de oro o dinero.
Financiando así entre muchas otras cosas los agentes
secretos nazis en el extranjero.
El Reichsbank ha sido informado por el Mariscal del
Reich y director del plan cuatrienal
(Goering) de que las mercancías de oro y de plata, joyas,
etc. de la Oficina de
Fideicomisos del Este han de ser devueltas a los bancos por orden
de los ministros Funk (Economía) y Von Krosick (finanzas).
Esos artículos serán amortizados del mismo modo que
las entregas vía Melmer. Los bienes del
Oeste ocupado serán amortizados de igual manera.
(8)
Y la segunda nos propone la pregunta ¿De
dónde procedía el dinero que
les permitió a los nazis comprar los materiales de
guerra esenciales?.
La respuesta a dicha pregunta la encontramos nuevamente
en la ambigua política neutral de Suiza. Nadie en Madrid,
Lisboa, Ankara o Estocolmo aceptaba marcos alemanes. Cierto es
que había bancos en Lisboa o Estocolmo también,
pero sus monedas no eran consideradas serias para las finanzas
internacionales. Los socios nazis querían una divisa
fuerte, Francos Suizos, quien fue entregada sin mayor
remordimiento por aquel país nórdico.
En una recapitulación no es extraño pensar
que muchos de los préstamos proporcionados por los bancos
suizos a los germanos, hayan sido capitales de judíos
muertos por el mismo régimen nazi.
Es un hecho que uno de los factores que produjo la
caída del Tercer Reich, fue la gran cantidad de dinero
privada de los frentes, utilizadas en su lugar para construir la
vasta red de campos de
exterminio desperdigados en ese entonces por toda Europa. Sin
embargo, es un error de ejecución y diseño
económico del holocausto el que nos hace pensar que
éste significó solo pérdidas para la
Alemania nazi. Son varios los puntos tales como: el aislamiento
de la economía judía, el robo de botín,
(aunque no muy utilizada)la casi gratuita mano de obra judaica,
los subproductos humanos obtenidos de esta raza y la supuesta
neutralidad de suiza, los que en este ensayo revocan
tal aseveración.
Aunque ideológicamente contrario al nazismo, el uso
de mano de obra judía podría haber significado una
riqueza más prolongada para el país germano. Aunque
no se conozca a ciencia cierta
la abismal cifra de dinero que significaron los hurtos nazis a
los judíos, es innegable que la incorporación de
sus aniquilamientos sistemáticos, no fue algo pensado
solamente para liberarse de lo que ellos consideraban la lacra de
la humanidad, sino que amparaba visiones de un rápido y a
corto plazo enriquecimiento. El cual se traducirían,
primero en el abastecimiento de armamento para Alemania
(incluyamos aquí la subvención del cuerpo militar),
segundo el robustecimiento de la moneda nacional y por
último el enriquecimiento personal de en general, los
altos mandos de las fuerzas armadas.
Es esto mismo lo que me hace finalmente replantear la
hipótesis expuesta
para este trabajo, aseverando fuertemente así, que
efectivamente el Holocausto del pueblo judío no
atendía solamente a argumentos ideológicos
sino también a fundadas razones económicas. Es por
consiguiente la mixtura de ambos.
- Del Informe del Encargado de negocios en
Londres, CERNY, de 21 de marzo de 1933. Recogido en BERBER,
FRITA, Oc. , Pp. 21 SS. - Hitler, Adolf, Mein Kampf, Edit. Hurst and
Blackett, Londond, 1939. - Narración de la tortura de la madre de
Alexander Leitner, citado en La tragedia de los
judíos en Nagyarad (Oradea), memorias de
Alexander Leitner. Archivos
Húngaros, CZA. - Lebor, Adam, Los Banqueros Secretos de Hitler,
Edit. Grijalbo, Barcelona, 1997. Pp. 64. - Telegrama de Eisenhower, del 6 de mayo de
1945. Oro alemán escondido – FO 1046/763,
PRO. - Lebor, Adam, Op cit. Pp. 63.
- Reclamación de los aliados a Suiza para que
se devuelva el oro robado, del 5 de febrero de 1946.
autorización de desclasificación NND 959150,
fechada el 11 de junio de 1996, NA.Bibliografía General:
- Hitler, Adolf, Mein Kampf, Edit. Hurst and
Blackett, Londond, 1939 - Lebor, Adam, Los Banqueros Secretos de
Hitler, Edit. Grijalbo, Barcelona, 1997. - Carr, William, Cooper, Matthew, Hitler Maquina
de Guerra, Edit. Ágata, Madrid,
1997. - Jonson, Paul, Tiempos Modernos, Edit.
Javier Vergara, Buenos
Aires, 1983.
Por: Matías Hercovich
- Hitler, Adolf, Mein Kampf, Edit. Hurst and
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