Presentación número 1 complementaria del museo virtual de la solidaridad y el internacionalismo en Cuba
Algunos elementos del internacionalismo cubano que no deben faltar durante la extrapolación de la información a la realidad virtual y a la realidad ampliada: un esbozo de ese museo virtual que tanto deseamos.
Pabellón preambular
Salón de la Independencia 1492 – 1867
¿Fueron Hatuey y sus seguidores los primeros internacionalistas que desembarcaron en esta tierra? Bueno, el término internacionalista es bastante reciente; aún en la Segunda Guerra Mundial se decía internacionales. El gesto de Hatuey fue acaso instintivo, de supervivencia y apoyado en una concepción primitiva, o más precisamente, en una concepción mágico religiosa de la realidad. Varios siglos necesitó el hombre para clarificar el internacionalismo que, digámoslo por lo claro, todavía se encuentra evolucionando, despojándose de incontables prejuicios e innumerables enemigos. Después de la rebelión en su comarca contra los conquistadores españoles y de comprender la inutilidad de su resistencia, cacique y seguidores se vieron obligados a emigrar hacia Cuba. En canoas llegaron a Maisí y se asentaron en la desembocadura del río Toa. Luego, iniciaron una resistencia que solo duraría dos o tres meses. Con ataques sorpresivos y emboscadas el cacique mantuvo en jaque a los españoles durante ese tiempo. Pero el armamento superior de estos barrió la resistencia de los rebeldes. Perseguido con tenacidad y capturado en su refugio, tras la traición de uno de los quisqueyanos, Hatuey fue quemado vivo en una hoguera, según algunos historiadores, el 2 de febrero de 1512 por fuerzas de Diego Velázquez; otros afirman que fue en octubre de 1513.
Los generales Bernardo Gálvez y Juan Manuel Cajigal al mando de tropas criollas, entre otras, habían limpiado el Mississippi de ingleses, para garantizar la ruta de abastecimiento a los rebeldes de Norteamérica, encabezados por el general George Washington. Fue la primera vez que los cubanos prestaron ayuda solidaria a otro país. Otro hecho que demuestra esa ayuda ocurre cuando el general Washington se queda sin recursos en esa misma guerra. A través del comerciante Robert Morris lo supo el general Cajigal y envió al venezolano Francisco de Miranda, con una carta personal, a ver al general independentista, para conocer y ultimar detalles sobre la asistencia. El venezolano Miranda, posteriormente iniciador del movimiento independentista latinoamericano, era entonces el ayudante personal y amigo íntimo del general cubano. No se sabía entonces cuan larga y gloriosa sería la página de heroísmo y sacrificio que escribiría el venezolano. A su regreso de Norteamérica, se dedicó a reunir los recursos necesarios para aquella contienda. Se sacaron algunos fondos del país, las damas habaneras, en recaudaciones públicas, entregaron sus joyas para la causa norteamericana y se logró sumar un millón ochocientos mil pesos de ocho reales, cantidad de dinero que le entregó el venezolano Francisco de Miranda al oficial francés Henry de Saint – Simon, para que llegara a manos del general Washington. Con este dinero, que sirvió para pagar a las tropas y cubrir otros gastos, unido al refuerzo de tropas habaneras y haitianas, Washington rinde las tropas del general británico Corwallis en la región virginiana de Yorktown
Autor:
EnriqueMartínez Hernández.