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Factores de riesgo asociados a bronquiolitis en niños (página 2)



Partes: 1, 2

Cada año alrededor del 10% de los lactantes tienen bronquiolitis. Entre el 2 y el 5% de los casos en niños menores de 6 meses requieren hospitalización en España. El diagnóstico está basado en criterios clínicos: episodios de sibilancias y/o crepitantes inspiratorios finos en un niño menor de 24 meses, acompañado de síntomas de infección respiratoria viral, rinitis y tos en época epidémica. El considerar en la práctica que el pico de incidencia se da entre los 2 y 6 meses (90% de los que ingresan son menores de 12 meses) y que probablemente sea un primer episodio, evitará la confusión con otros cuadros de sibilantes. (25)

La bronquiolitis es una infección respiratoria de las vías aéreas bajas que afecta a los niños de corta edad (1–3 meses). Su agente etiológico más frecuente es el virus sincitial respiratorio. Un elevado porcentaje de lactantes padece bronquiolitis fundamentalmente durante el invierno; de ellos, un 1-5% requiere ingreso en el hospital y un 5-15%, en la unidad de cuidados intensivos pediátricos en este grupo de edad.

En los primeros 6 meses de la vida, la respuesta sérica con anticuerpos IgG es poco eficiente y pobre en un grupo de niños, lo que unido a la relativa maduración de varios componentes del sistema inmune, influyen en la presentación de la enfermedad y la gravedad. Por las razones antes expuestas los niños entre 6 semanas y 6 meses se hacen más vulnerables a la infección por el VSR, con cuadros más severos. (25)

Domingo y López plantean que los 6 meses de vida, y dentro de ellos los 3 primeros, constituyen por sí solos, un factor de riesgo de estas infecciones debido a que al producirse una disminución de los niveles de la inmunidad pasiva y activa, no se focalizan bien las infecciones por lo que el cuadro es más inespecífico y de curso acelerado, causando mayor grado de complicaciones. (30)

La aparición de la enfermedad es más frecuente en los niños más pequeños, ya que la inmadurez de su sistema de control de la respiración y la infección viral predispone a las apneas, y el bajo volumen de cierre, a la aparición de atelectasias.

En Estados Unidos la tasa de hospitalización por año alcanza el 29,5-31,2 por cada 1000 menores de 12 meses. En Europa la tasa de hospitalización por año por bronquiolitis por VSR es de 34-37 por cada 1 000 en lactantes con edad inferior a 6 meses, y de 25 por cada 1 000 en lactantes con edad inferior a los 12 meses. (28,29)

En nuestro país la bronquiolitis aguda viral es una enfermedad común en la infancia, afecta a niños menores de 2 años y en quienes representa la causa más frecuente de consulta hospitalaria durante las épocas de invierno. Es la infección respiratoria más frecuente en lactantes, afectando al 11-12%, de los cuales 2% llega a requerir hospitalización. El pico de incidencia de la enfermedad se encuentra en edades entre los 3 y 6 meses, con un 50% de los casos, y el período de incubación es de 7 días con epidemias que suelen durar 5 meses. (7)

Existen una serie de elementos asociados entre sí como: biológicos (la edad extrema fundamentalmente el menor de 6 meses, y dentro de ellos el menor de 3 meses), clínicos y epidemiológicos, unido a que a esta edad el sistema inmune no ha estado en contacto con virus que pueden comportarse de forma agresiva en los niños más pequeños. Estos factores de riesgo que pudieran tener utilidad con respecto a la probabilidad de adquirir la enfermedad, representan un serio problema para el médico de asistencia, que debe realizar acciones dirigidas a mejorar la oxigenación, y en casos leves, con medidas generales.

La desnutrición afecta a las poblaciones, principalmente a las de los países en desarrollo. En la década de los 90 disminuyó el número de desnutridos en el mundo de 177 a 147 millones. Sin embargo esta mejoría no se ha presentado en todas las regiones por igual; hay países donde la desnutrición es un problema de salud y otros donde está aumentando. La OMS estima que la desnutrición está asociada con el 60% de las muertes en los menores de 5 años (32,33).

La desnutrición proteico-energética es una condición resultante del consumo y de la utilización deficiente de proteínas y de calorías en la dieta, es un importante factor determinante del aumento del riesgo de mortalidad en los lactantes. La sinergia entre la desnutrición y las enfermedades infecciosas es bien conocida y puede ser explicada por diferentes factores. La deficiencia en proteínas y vitaminas puede inhibir la formación de anticuerpos específicos, y también causar un debilitamiento de los mecanismos de defensa. (34,35)

Algunos autores plantean la predisposición del virus en niños desnutridos y sus presentaciones de ligeras a severas por fallos de su sistema inmunológico.

Díaz Argüelles señala que la desnutrición constituye
la causa más frecuente de afectación del sistema inmune, afirmando
que los infantes que se encuentran en el ciclo desnutrición-infección
pueden empeorar con consecuencias potencialmente fatales, pues la misma afecta
el funcionamiento de los principales mecanismos de reacción inmunológica
y retarda la reparación del epitelio cilíndrico ciliado del aparato
respiratorio, propiciando que el cuadro de bronquiolitis se prolongue o evolucione
a formas graves (36,37).

Hernández en su trabajo sobre la incidencia y los mecanismos de producción
de las infecciones respiratorias, plantea que la desnutrición es un elemento
que condiciona mayor susceptibilidad para la adquisición de enfermedades
como la bronquiolitis, y Abreu obtuvo el 43% de pacientes malnutridos, analizando
el mismo tema (36)

Casi invariablemente se presentan infecciones en todas las formas de malnutrición proteico-energética, con diversos virus como el VSR y bacterias productoras de neumonía, diarrea, otitis media, enfermedad genitourinaria y sepsis. (30)

En el presente estudio, la desnutrición constituyó un factor de riesgo para adquirir la enfermedad. Todos los elementos que anteriormente se han mencionado, son suficientes para explicar un incremento de adquirir la enfermedad en los menores de dos años, además en estos pacientes con problemas nutricionales, no están determinadas solo por el efecto de la inmunosupresión que genera, si no que hay todo un conjunto de problemas sociales, económicos y conductuales que asociadas, agravan la situación.

En niños nacidos con bajo peso para la edad gestacional hay mayor inmadurez y menos capacidad defensiva del sistema respiratorio, que en los recién nacidos con un peso mayor de 2500 gramos.

Los niños bajo peso tienen una función pulmonar más restringida, mayor tendencia a la apnea y a los desequilibrios acido–básicos. Son frecuentes además los problemas nutricionales, durante el primer año de vida. (37)

El bajo peso, sobre todo en los nacidos pretérmino, constituye un factor de riesgo importante de bronquiolitis, incrementando el riesgo de muerte. El promedio de niños con bajo peso al nacer es superior en países subdesarrollados, donde pueden encontrarse en más de un 15% de los nacimientos, con excepción de Cuba que ha disminuido el índice de bajo peso después de 1959. Díaz Argüelles plantea que la alta mortalidad por bronquiolitis que produce el bajo peso al nacer, es debido a la inmunocompetencia reducida, la función pulmonar restringida y la respuesta inmune severamente comprometida. Este estudio encontró que el bajo peso al nacer constituye un factor de riesgo de adquirir bronquiolitis. (34, 36,37)

Existen por tanto diversos factores de riesgo o predisponentes que pueden favorecer la presencia de bronquiolitis, al estar alterados algunos de estos mecanismos de defensa contra las infecciones, entre los que sobresalen, la edad del niño pues en el lactante, y sobre todo el bajo peso al nacer, se suma una mayor severidad en la infección y una elevada mortalidad.

En el bajo peso al nacer los niveles de inmunoglobulinas séricas y el complemento están disminuidos al igual que la IgA secretoria, la inmunidad celular está afectada y disminuye la actividad de linfocitos y macrófagos. Si tenemos en consideración que algunos de los niños nacidos con bajo peso no alcanzan en su primer año de vida un percentil de acuerdo con su peso/talla, podremos comprender que se sumaría otro factor predisponente para la bronquiolitis coexistiendo la desnutrición. Castillo Espinosa encontró al niño bajo peso más propenso de presentar una bronquiolitis. (41)

El hecho de que un niño haya sido bajo peso al nacer representa a su vez un riesgo importante para que presenten infecciones con relativa frecuencia, ya que por regla general, convergen varios factores que propician la aparición de las IRA y se incluye la bronquiolitis, como son el abandono de la lactancia materna, y por lo tanto reciben un patrón nutricional inadecuado que en algunos casos puede llevarlos a una ganancia inadecuada de peso o a la desnutrición, situación esta alarmante, si tenemos en consideración que estos niños ya nacen con un peso inferior a los 2 500 gramos, sobre todo aquellos cuyo peso al nacer no se encuentra en relación con su edad gestacional. La bronquiolitis corresponde a una causa infecciosa y estos niños son susceptibles de contraerlas, que por regla general son más severas que en niños con un peso adecuado al nacer, debido a que estas enfermedades son más agudas mientras menos edad tengan los pacientes, y son precisamente más afectados los niños menores de 1 año. (39)

Los niños con bajo peso al nacer que generalmente son desnutridos presentan más vulnerabilidad a las IRA y fundamentalmente las bronquiolitis, debido a que la membrana pulmonar se adelgaza facilitando la entrada de bacterias y debilita el sistema inmunitario del niño, detectándose respuestas linfocíticas in vitro defectuosas (35).

La prematuridad continúa siendo el centro de atención del servicio de perinatología contemporánea. Históricamente se ha asociado con un mayor índice de mortalidad y de morbilidad debido a infecciones y secuelas del neurodesarrollo. (39)

Los niños pretérminos constituyen por sí solos un factor de riesgo de bronquiolitis, porque no recibieron las inmunoglobulinas por vía transplacentarias y anticuerpos contra el VSR que les trasmite la madre durante el último trimestre del embarazo y que lo protege pasivamente. (40,44)

En un estudio sobre bronquiolitis y el niño pretérmino realizado por Robaina en Matanzas, encontró mayor frecuencia que en bebés, sobre todo los prematuros, pueden tener episodios donde dejan brevemente de respirar (denominados "apneas") antes de desarrollar otros síntomas. (45)

En los niños prematuros con bronquiolitis la gravedad se produce aceleradamente, los síntomas empeoran con rapidez. Puede fatigarse con facilidad por el esfuerzo de respirar y entrarle una cantidad muy escasa de aire en los pulmones debido a la obstrucción de sus pequeñas vías respiratorias. Su piel puede volverse azulada (cianosis), lo que resulta especialmente visible en los labios y las uñas. El niño también puede deshidratarse por el esfuerzo respiratorio, los vómitos y la reducida ingestión de alimentos. (39)

En un estudio sobre factores pronósticos sobre bronquiolitis, los casos de niños pretérminos ingresados al nacimiento y posteriormente con hospitalizaciones superiores a 30 días, podían adquirir una infección nosocomial por VRS. Sin embargo son estos niños los que tienen una evolución clínica más tórpida y requieren más cuidados, y dado a la evaluación y proporción de tiempo, se incrementó la hospitalización por la bronquiolitis. (35)

Es posible que una de las causas de mayor gravedad de los niños más pequeños sea que se infectan con mayor frecuencia por VRS que por otros virus, y la infección por VRS, al igual que la hipoxia, se relaciona de forma muy significativa, como variable independiente, con la hospitalización prolongada. (31)

La presencia de prematuridad, en este estudio constituyó un factor de riesgo de enfermar por bronquiolitis. Su presencia pudiera estar relacionada en nuestros pacientes con la inmadurez de las estructuras del aparato respiratorio, y por otra parte la disociación que representa la edad biológica con la cronológica que agrava la situación, además algunos niños de este estudio, recientemente presentaron algún tipo de infección y han recibido antimicrobianos de amplio espectro con sus posteriores consecuencias.

Las personas que se exponen al humo (fumador pasivo) aumentan su riesgo de IRA y más aun cuando se trata de los infantes. Este consumo pasivo durante el embarazo, además de dañar a la madre se relaciona con problemas sanitarios del feto y el lactante. Y en el caso de los niños están en riesgo de sufrir la muerte súbita del recién nacido, o padecer bronquiolitis, otitis media crónica, neumonía, asma, dificultad para respirar, tos, entre otros problemas de salud, que toma gran magnitud cuando se trata de una madre que fuma, que otro conviviente. (43)

Pereira y colaboradores encuentran que la exposición pasiva al humo del tabaco constituyó un factor de riesgo de bronquiolitis. Se ha encontrado que el tabaquismo pasivo predispone a un mayor número de episodios de IRA, alteraciones en las pruebas de función pulmonar a largo plazo, aumento en las hospitalizaciones por enfermedad respiratoria y sibilancias recurrentes en los dos primeros años de vida. Los resultados del presente estudio complementan estos hallazgos donde la exposición pasiva al humo al cigarro constituyó un factor de riesgo. (48)

La inhalación pasiva de humo en niños de familias fumadoras constituye en nuestro medio una causa importante del mayor número de infecciones respiratorias incluyendo bronquiolitis. El humo aspirado contiene grandes cantidades de conitina, producto secundario de la nicotina que afecta el mecanismo de depuración mucociliar, pues es ciliostático e incrementa la producción de mucus, por lo que daña también la actividad del macrófago alveolar. Además en estas familias, si la madre fuma durante el embarazo, predispone al bajo peso al nacer, a lo que se suma por regla general, el menor tiempo de lactancia materna, así como alteraciones de la superficie mucosa pulmonar y mas predisposición a la bronquiolitis. (7,43)

Algunos autores señalan que la presencia del humo del cigarro puede permanecer varias horas en una habitación, y su inhalación en la edad pediátrica, incluyendo al adolescente, es mucho más tóxica y nociva que en el adulto. Este humo contiene partículas respirables, gases irritantes, monóxido y dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno, aldehídos y otras muchas sustancias; estos componentes lesionan el epitelio de las vías respiratorias. La aspiración pasiva de humo se asocia a bronquiolitis e incrementa la tasa de hospitalizaciones por esta causa en el niño menor de 2 años. En esta investigación la exposición al humo del cigarro constituyó un factor de riesgo de adquirir bronquiolitis. (8)

Durante los primeros seis meses de vida del niño, la leche materna es el alimento ideal. La mayoría de las madres están en condiciones de lactar satisfactoriamente a sus hijos durante los 6 primeros meses de vida, siendo mínimas las condiciones que la limitan. Las más recientes opiniones de la Organización Mundial de la Salud, de los pediatras y de los organismos técnicos sobre nutrición pediátrica como el Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría, recomiendan que la introducción de alimentos se efectúe después de que el niño haya cumplido los seis meses de edad. Esta recomendación de introducir los alimentos sólidos mucho después de la edad que anteriormente se recomendaba tiene bases fisiológicas y también lógicas (49).

La lactancia materna no sólo beneficia desde el punto de vista nutricional, sino que también influye en el aspecto emocional, en el desarrollo de la inteligencia y en el aspecto inmunológico (sobre todo en la prevención de las enfermedades infecciosas) lo que la hace ser considerada la "primera vacuna" que recibe el niño, capaz de protegerlo contra un sinnúmero de enfermedades, entre ellas las enfermedades respiratorias. (49)

Se atribuye cierto efecto protector a la lactancia materna, ya que las regurgitaciones con IgA impregnan las vías respiratorias superiores, impidiendo la adhesión del virus sincitial respiratorio. (45)

La bibliografía consultada resalta la importancia de la lactancia materna en la alimentación y la salud de los niños, hasta el sexto mes de vida, como alimento exclusivo.  De la Vega y Pérez reportan que el porcentaje de niños que mantienen su lactancia materna exclusiva (LME) es bajo hasta el tiempo establecido. Refiere que el 45% de los niños tuvieron lactancia materna exclusiva solo hasta los 4 meses de edad. Los beneficios que confiere la leche humana se producen a través de la transferencia de múltiples sustancias antinfecciosas específicas al niño. La leche materna contiene anticuerpos, lactoferrina y produce células que impiden la colonización del tracto respiratorio.  Quinlan plantea en su estudio que este es el alimento ideal y cada día se encuentran un menor número de niños con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. (50,51)

La inmunidad al virus se adquiere de forma pasiva también a través de la lactancia materna, en la cual se detectan anticuerpos IgA específica al VSR y baja concentraciones de IgG–VSR, así como linfocitos T reactivos al VRS en el calostro en el 40 % de las madres. La presencia de la IgA secretoria contra el VSR en fosas nasales produce protección.

En general la disminución del período de duración de la lactancia constituye un factor de riesgo para las enfermedades respiratorias incluyendo la bronquiolitis. Al respecto, la literatura internacional enfatiza la importancia de la lactancia materna en la alimentación y salud de los niños. La lactancia materna en los primeros meses de vida ha probado su eficacia a lo largo de la historia de las generaciones, gracias a lo cual la humanidad ha subsistido. La misma le aporta al niño los elementos necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales; contiene anticuerpos, lactoferrina, produce células que le impiden la colonización del tracto respiratorio y aumenta la protección pasiva contra múltiples agentes virales incluyendo el VSR, bacterianos y parasitarios. (49)

El hecho de no administrar la leche materna puede influir en las IRA e impedir que anticuerpos contra algunos gérmenes como el virus sincitial respiratorio, la influenza y los rinovirus se transmitan al niño, por lo que se hace necesario mantenerla hasta los 6 meses por lo menos y así garantizar una mejor protección del niño. Por esta razón es un deber del médico y la enfermera en la comunidad informar correctamente sobre los beneficios que esta leche puede representar en el lactante pequeño, y sobre todo en el niño nacido con bajo peso. (51)

El presente trabajo muestra que la ausencia de la lactancia materna exclusiva constituyó un factor de riesgo de adquirir una bronquiolitis.

Ramírez plantea que hay mayor riesgo de enfermedad severa en pacientes prematuros con broncodisplasia, inmunodeficientes y cardiópatas de repercusión, tal como resultó en nuestro trabajo. Medrano plantea que entre los niños susceptibles a padecer una bronquiolitis se encuentran los menores de 6 meses, prematuros, displasia broncopulmonar, fibrosis quística y otros procesos pulmonares crónicos, cardiópatas, síndromes malformativos, inmunodeficiencia, que coinciden también con nuestros resultados. (54,55)

Las enfermedades de base como las alteraciones causadas en el sistema inmune, afectan tanto a los elementos de la inmunidad humoral como celular, pero es en la respuesta celular, donde se produce un franco deterioro, con disminución de los linfocitos T, ocasionando anergia ante varios antígenos, también se afecta el complemento, los valores de CH 50 se encuentran disminuidos, lo que juega un papel importante, en los mecanismos de defensa.

Las deficiencias inmunes constituyen causa frecuente de una IRA, debido a la pobre respuesta a los gérmenes invasores, produciéndose una alteración de las citoquinas, que intervienen en la respuesta inmune, como el Factor de Necrosis Tumoral, las Interleuquinas 1 y 6, fundamentalmente en los estados de malnutrición, se produce una incapacidad para producir y sintetizar las mismas, esto contribuye a la inmunodeficiencia y por tanto a la aparición de procesos infecciosos. (30)

Los cardiópatas son de difícil manejo por su patología de base, pues los mecanismos normales de defensa del organismo se afectan en las cardiopatías congénitas, promueven desnutrición por aprovechamiento inadecuado de nutrientes aún recibiendo alimentos en forma correcta, esto conlleva a inmunodeficiencias, debido a una disminución de la capacidad plena de formar anticuerpos, se inhibe la respuesta de aglutinación al antígeno, muestran una respuesta leucocitaria menor de lo normal ante la presencia de una infección. Presentan reducción de la eficiencia fagocitaria de los leucocitos polimorfonucleares. En las cardiopatías con hipoxia tisular comprobada se ha evidenciado una disminución de la respuesta inmune humoral y celular. Por la congestión pulmonar tienen predisposición por las infecciones sobre todo del tracto respiratorio, y dentro del mismo por el VSR, presentan además inmunodeficiencias secundarias y complicaciones sobreañadidas. En un estudio realizado por Medrano los cardiópatas requirieron de ventilación mecánica por una bronquiolitis. (55)

Algunos estudios han encontrado que los factores de riesgo de progresión a bronquiolitis son la edad menor de 6-12 semanas de vida, la prematuridad, las cardiopatías congénitas, las enfermedades respiratorias crónicas y las inmunodeficiencias.

Los cuadros de IRA se comportan de forma proporcional cuando el niño presenta una encefalopatía en progresión; a medida que avanza la hipotonía muscular, aparece la debilidad los mecanismos de defensa de tipo mecánicos, como la depuración mucociliar, cierre de la epiglotis, que ocasionan un aumento de las secreciones respiratorias que van dañando el epitelio del aparato y ocasionan la infección respiratoria. Varios autores también señalan este resultado. (54)

En prematuros con broncodisplasia pulmonar (DBP) e infección por el VSR la hospitalización puede ser superior al 10%, y aquellos con cardiopatía congénita tienen una mortalidad del 37%.

La bronquiolitis es un proceso inflamatorio infeccioso en la que los bronquiolos de las vías aéreas más distantes, conlleva a la producción excesiva de moco, muerte de las células epiteliales, infiltrado de células linfocitarias y neutrofílicas y edema de la capa submucosa. Todo ello produce un estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas, una disminución de la ventilación en las zonas afectadas, causando un trastorno en la relación ventilación-perfusión y suministro inadecuado de oxígeno. En los casos más graves de bronquiolitis con DBP se produce necrosis del epitelio bronquiolar. (54)

Esta investigación muestra la relación de la presencia de comorbilidad y el riesgo de adquirir una bronquiolitis, se mantuvo como factor de riesgo al realizar el análisis multivariante, lo cual corrobora su importancia a la hora de evaluar la conducta de estos enfermos. La presencia de algún tipo de comorbilidad puede en algunos casos, llevar a una forma más severa de la enfermedad, por lo que este factor debe tenerse en cuenta.

El hacinamiento constituye una circunstancia ambiental favorable para la transmisión de las IRA y del VRS entre los miembros de una familia por contacto directo (34).

En América Latina el 43,8% de los niños viven en condiciones de  hacinamiento, principalmente aquellos con factores de riesgo sociales (32,5%). Al respecto se plantea que los niños que duermen en una habitación donde hay más de tres personas se muestran más predispuestos a adquirir IRA, pues los adultos pueden tener en las vías respiratorias microorganismos que se comportan de forma asintomática y son capaces de trasmitirlos (54).

Collado Madruga en una investigación realizada en La Habana en el 2002 encontró que el hacinamiento como factor de riesgo de bronquiolitis influyó más en los niños con condiciones sociales desfavorables. (57)

La presencia de hacinamiento y de hermanos mayores como convivientes en una habitación, es un factor de riesgo de bronquiolitis. Este comportamiento se mostró igual en un estudio realizado en Uruguay, donde se encontró relación entre la presencia de hermanos y la ocurrencia de infecciones respiratorias agudas en niños con factores de riesgos sociales (58). López se refiere que la presencia de hermanos mayores en una habitación, ha sido considerada como un factor de riesgo para la bronquiolitis, debido a que el niño menor puede ser contagiado por los mayores con múltiples virus que a través de la vía inhalatoria pueden llegar al mismo (57).

El hacinamiento es un factor de riesgo en la transmisión del VSR, debido a que se realiza por contacto directo con una persona infectada o con sus secreciones, el contacto se produce a través de la conjuntiva o vía nasal, no por la mucosa oral, el virus es contagioso y puede transmitirse compartiendo los mismos platos, no lavándose las manos después de estornudar, toser o sonarse la nariz. El virus sincitial respiratorio dura vivo por varias horas en la superficie de los pasamanos de las escaleras, mesas y juguetes.

En un estudio de cohorte se encontró que el acudir a la guardería y el número de hermanos, aumentan el riesgo de adquirir una bronquiolitis, tanto en prematuros y niños con otras enfermedades, como en niños sanos. 

La presencia de 3 ó más niños menores de 5 años, en una habitación o en una guardería se asocia a una alta frecuencia de bronquiolitis. Nuestro país no queda excento de este factor de riesgo, estudios realizados a nivel nacional muestran esta asociación en un 42%. (34,54)

En el presente estudio el hacinamiento no constituyó un factor de riesgo de bronquiolitis. Este factor, independiente de lo encontrado en la literatura y que compartimos la importancia del mismo por los elementos anteriormente expuestos, pensamos se debe a que la muestra de estudio fue seleccionada del área urbana del municipio Bayamo, y pese a las dificultades económicas que en ocasiones encontramos no eran viviendas hacinadas en su mayoría.

En niños alérgicos la atopia se caracteriza por una respuesta inmediata ante el contacto con el alérgeno que es el fenómeno de inflamación alérgica como consecuencia de una liberación de IgE- dependiente de mediadores de mastocitos y basófilos, seguida de una fase más retardada y prolongada en la que ocurre infiltración a expensas de eosinófilos y otras células. Finalmente como consecuencia se produce una obstrucción de las vías áreas terminales, debido al edema de la mucosa y de las secreciones, produciendo una bronquiolitis. (58)

En la bronquiolitis se produce hiperproducción de inmunoglobulina IgE y liberación de mediadores inmunitarios adicionales. El interferón y las interleucinas 4, IL-8 e IL-9 se encuentran en elevadas concentraciones en las secreciones de las vías respiratorias de pacientes con bronquiolitis.

En infecciones por el virus sincitial respiratorio, se pueden aislar IgE específica contra el virus, así como IgA secretora contra el virus en la mucosa nasal. Los niños con elevados niveles de IgE pudieran tener factores genéticos y ambientales que los predisponen a tener asma en los primeros años de vida. Marshall, entre otros autores, en su estudio plantean que el niño alérgico, de menor edad es el de mayor riesgo de presentar una bbronquiolitis en un 20 al 40 % (57).

En el presente estudio la atopia resultó ser factor favorecedor de bbronquiolitis, lo que se corresponde con la literatura revisada.

Conclusiones

  • 1. La mayoría de los factores investigados contribuyeron al riesgo de adquirir una bronquiolitis en niños menores de dos años.

  • 2. La atopia y la prematuridad fueron los factores de mayor riesgo.

  • 3. Se concluye que con los valores del modelo de la regresión logística binaria para los factores de riesgo de bronquiolitis, se podrá estimar el riesgo de enfermar.

Recomendaciones

Realizar estudios de intervención en la atención primaria y secundaria de salud, tomando como punto de partida los resultados de esta investigación para disminuir los factores de riesgos y evitar la evolución a la gravedad de la enfermedad.

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Anexo

ANEXO 1:

Consentimiento informado:

El objetivo del estudio es determinar los principales factores de riesgo de bronquiolitis en menores de dos años.

La información obtenida será de mucha utilidad para fijar estrategias respecto a esta situación, será anónima y tratada con la más estricta confidencialidad.

¿Acepta usted participar en el estudio?

Si_______ No_________

Firma: ________________

ANEXO 2:

Planilla de Recolección de Datos: HC_______________

a) Edad: menores de 6 meses ____ 6 meses- 11 meses y 29 días ____

1-2 años______

b) Estado nutricional: Desnutrido (Menor 3p)___ No Desnutrido ( 3-97 p)___

c) Exposición pasiva al humo del cigarro:

Presencia de convivientes fumadores: Si_____ No_____

Números de cigarros al día: más de 3______ menos de 3______

d) Hacinamiento: Número de personas en la habitación del menor___

e) Peso al nacer: menos de 2500 gr_____ igual o más de 2500gr____

f) Edad gestacional al nacimiento: más o igual de 37 semanas_____ menos de 37 semanas____

g) Comorbilidades: Si____ No____

Cardiopatías____

Inmunodeficiencias____

Enfermedades neurológicas____

Displasia bronco- Pulmonar______

h) Antecedentes familiares de Atopia No___ Si____

i) Lactancia materna Exclusiva: No____ Si____

Tabla 1. Factores de riesgo de bronquiolitis según edad, desnutrición y bajo peso al nacer. Hospital Infantil "General Milanés". 2009-2010. Análisis univariado.

Variable

Casos

N=48

n %

Testigos

N=144

n %

ODD RATIO

(OR)

Intervalo de confianza 95%

p

Edad

< 6 meses

22 (45,8)

42 (29,2)

2.054

1,049- 4.023

0,03

6-11 meses y 29 días

1-2 años

16 (33.3)

10 (20.9)

79 (54,8)

23 (16.0)

Desnutrición

Desnutrido

30 (62,5)

59 (41,0)

2.401

1,226-4.702

0,00

No Desnutrido

18 (37,5)

85 (59,0)

Bajo peso al nacer

28 (58,3)

55 (38,2)

2.265

1,165- 4.405

0,01

No

20 (41,7)

89 (61,8)

* 0,00 indica p<0,05

Tabla 2. Factores de riesgo de bronquiolitis según prematuridad, hacinamiento, exposición pasiva al humo del cigarro y lactancia materna exclusiva. Hospital Infantil "General Milanés". 2009-2010. Análisis univariado.

Variable

Casos

N=48

n %

Testigos

N=144

n %

ODD RATIO (OR)

Intervalo de confianza 95%

p

Prematuridad

31 (64,6)

43 (29.9)

4.283

2.146- 8.546

0,00

No

17 (35,4)

101 (70.1)

Exposición pasiva al humo del cigarro

27 (56,3)

52 (36.1)

2.274

1.171- 4.418

0,01

No

21 (43,7)

92 (63,9)

Lactancia Materna Exclusiva

Ausente

28 (58,3)

46 (31,9)

2.982

1,522- 5.842

0,00

Presente

20 (41,7)

98 (68,1)

*0,00 indica p<0,05

Tabla 3. Factores de riesgo de bronquiolitis según comorbilidad, hacinamiento y atopia. Hospital Infantil "General Milanés". 2009-2010. Análisis univariado.

Variable

Casos

N=48

n %

Testigos

N=144

n %

ODD RATIO (OR)

Intervalo de confianza 95%

p

Comorbilidad

Presente

25 (52.1)

42 (29.2)

2.639

1.349- 5.162

0.00

Ausente

23 (47.9)

102 (70.8)

Hacinamiento

21 (43.7)

89 (61.8)

1.258

0.649- 0.439

0.495

No

27 (56.3)

55 (38.2)

Atopia

No

29 (60.4)

19 ( 39.6)

16 (11.1)

128 (88.9)

12.210

5.610- 26.574

0.00

*0,00 indica p<0,05

Tabla 4. Factores de riesgo de bronquiolitis. Hospital Infantil "General Milanés". 2009-2010. Análisis multivariado.

Factores de riesgo

p

OR

IC. 95,0% para OR

Inferior

Superior

Edad menor de 6 meses

0,02

2,372

1,448

4,228

Desnutrición

0,01

2,991

1,093

4,987

Bajo peso al nacer

0,01

2,131

1,027

4,832

Prematuridad

0,00

4,176

2,247

6,324

Exposición pasiva al humo del cigarro

0,00

2,591

1,203

3,187

Lactancia Materna Exclusiva

0,00

2,290

1,467

4,764

Comorbilidad

0.00

2.259

1.235

4.123

Hacinamiento

0.321

0.652

0.203

1.473

Atopia

0,00

12.603

4,390

24,997

Constante

0,361

0,523

* 0,00 indica p<0,05

Tabla 5. Cálculo de potencias para detectar los ODD RATIO encontrados con los tamaños de muestra utilizados.

Variables

Riesgo en expuestos

Riesgo en no expuestos

No expuestos/ expuestos

Muestra de expuestos

Potencia

Edad menor de 6 meses

64,5

35.5

2,0

64

97.20

Desnutrición

82,3

17,7

2.4

89

100

Bajo peso al nacer

71,3

28,7

2.2

83

100

Prematuridad

76,9

23,1

4.2

74

100

Exposición pasiva al humo del cigarro

66,0

24,0

2.2

79

100

Lactancia materna exclusiva

59,2

40,8

2.9

74

83.5

Comorbilidad

37.3

62.7

2.6

67

96.48

Hacinamiento

41,8

58.2

0.4

110

88.10

Atopia

74,4

25,6

12.2

45

99.99

 

 

 

Autor:

Dra. Yanet de los Ángeles Camejo Serrano.

Especialista de Primer Grado en Pediatría.

Tesis para optar por el Título Académico de

Máster en

Urgencias Médicas en Atención Primaria de Salud

Bayamo MN-Granma

"Año 54 de la Revolución"

2012

Partes: 1, 2
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