La concepción hilemórfica del ser humano, que entiende
a éste como un compuesto de materia y forma sustancial (alma), rompe
definitivamente con el dualismo antropológico platónico. Para
Aristóteles, el alma es fundamentalmente principio de vida, mientras
que para Platón era fundamentalmente principio de conocimiento racional.
Aristóteles concibe al alma como la actualización del cuerpo
organizado para vivir de manera que sólo conceptualmente puede separarse
del mismo. Efectivamente, la concepción biologicista del alma que encontramos
en Aristóteles hace que ésta no pueda entenderse, al modo platónico,
como una realidad independiente del cuerpo y proveniente de un más
allá que se une al cuerpo sólo accidentalmente. La forma humana
(esencia, alma) desaparece como forma sustancial del cuerpo con la muerte
del viviente humano. En consecuencia, no hay lugar para la inmortalidad
del alma (otro importante desacuerdo con Platón).
Como vemos, la concepción del alma en Aristóteles carece
de las fuertes connotaciones religiosas que tiene en la concepción
platónica, y adquiere, por el contrario, un matiz más biológico,
más naturalista. Esto hace que la unión cuerpo-alma sea entendida
de manera distinta en uno y otro filósofo. Mientras que para Platón
esta unión es accidental y hasta antinatural, para Aristóteles
se trata de una unión natural y esencial, ya que el alma y el cuerpo
(forma y materia) constituyen una única sustancia natural: el viviente.
Enviado por:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®
www.monografias.com/usuario/perfiles/ing_lic_yunior_andra_s_castillo_s/monografias
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2015.
"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®
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