- Resumen
- Introducción
- Material y Método
- Síndrome de dependencia
alcohólica (alcoholismo) - Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
Con el objetivo de evaluar la eficacia de una intervención educativa para elevar el nivel de conocimientos y lograr la modificación de la conducta de adolescentes con respecto a la prevención de la ingestión de bebidas alcohólicas y los daños que causa a la salud, se realizó un estudio con 80 estudiantes pertenecientes al IPU Enrique José Varona, de la ciudad de Camagüey.
Para la selección de los perfiles se tuvo en cuenta la afinidad necesaria con el tema tratado en esta investigación.
Esta intervención se realiza haciendo un análisis de la incidencia de la ingestión de bebidas alcohólicas en los adolescentes ya que el alcoholismo constituye uno de los hábitos no saludables y modificables vinculados al estilo de vida y a las condiciones materiales de vida de las personas, este factor de riesgo es uno de los más agresivos, porque no solo actúa directamente sobre las personas que lo padecen, sino que tiende a desestabilizar a las familias. El alcohol constituye una droga que tiene acción depresora del sistema nervioso central, que provoca dependencia y síndrome de abstinencia cuando su uso es discontinuado o cuando se disminuye la dosis para la que el organismo está habituado.
Podemos decir que el hombre existe en un medio natural, biológico y social cuyo elemento conforma la esencia que determina el comportamiento de su salud, por lo que la prevención de los factores de riesgo, es lo más importante para evitar el consumo de sustancias toxicas como el alcohol que provoca daños a la salud del hombre que en ocasiones es irreversible.
Summary
With the objective of evaluating the effectiveness of an educational intervention to elevate the level of knowledge and to achieve the modification of the behavior of adolescents with regard to the prevention of the ingestion of alcoholic drinks and the damages that it causes to the health, was carried out a study with 80 students belonging to the IPU Enrique José Varona, of the city of Camagüey.
For the selection of the profiles one kept in mind the necessary likeness with the topic tried in this investigation.
This intervention is carried out making an analysis of the incidence of the ingestion of alcoholic drinks since in the adolescents the alcoholism one of the habits it not constitutes healthy and amendable linked to the lifestyle and the material conditions of people's life, this factor of risk is one of the most aggressive, because not alone it acts directly on people that suffer it, but rather it spreads to destabilize to the families. The alcohol constitutes a drug that has action depressor of the central nervous system that causes dependence and syndrome of abstinence when its use is discontinued or when he/she diminishes the dose for which the organism is habituated.
We can say that the man exists in a half natural, biological and social one whose element conforms the essence that determines the behavior of its health, for that that the prevention of the factors of risk, is the most important thing to avoid the consumption of toxic substances as the alcohol that causes damages to the man's health that is irreversible in occasions.
Introducción
El alcoholismo es una enfermedad que consiste en padecer una fuerte necesidad de ingerir alcohol, de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo, y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol.1
Hasta el momento no existe una causa común conocida de esta adicción, aunque varios factores pueden desempeñar un papel importante en su desarrollo. Las evidencias muestran que quien tiene un padre o una madre alcohólica tiene mayor probabilidad de adquirir esta enfermedad, una puede ser el estrés o los problemas que tiene la persona que lo ingiere.
Algunos otros factores asociados a este padecimiento son la necesidad de aliviar la ansiedad, conflicto en relaciones interpersonales, depresión, baja autoestima y aceptación social del consumo de alcohol.2
Según la OMS (Organización mundial de la salud) "Es un estado de cambio en el comportamiento de un individuo, que incluye, además de una alteración que se manifiesta por el consumo franco de bebidas alcohólicas una continuidad de este consumo de manera no aprobada en su ambiente socio-cultural, a pesar de las dolorosas consecuencias directas que puede sufrir como enfermedades físicas, rechazo por parte de la familia, perjuicios económicos, y sanciones penales. Un estado de alteración subjetiva, en el que se deteriora el dominio de la persona dependiente, sobre su forma de beber, existe la urgencia de ingerir alcohol y se pone de manifiesto una importancia fundamental del alcohol, en que el planteamiento de las ocasiones de beber, puede tener preferencia sobre resto de sus actividades.
La Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS indica que, para definir un trastorno por dependencia al alcohol, se deben cumplir
al menos 3 de los siguientes criterios, durante un periodo de 12 meses:
1-Deseo intenso de consumir
2-Disminución de la capacidad para controlar el consumo.
3-Síntomas somáticos de síndrome de abstinencia: temblores
náuseas o sudoración.
4-Tolerancia de niveles de alcohol que incapacitarían a un bebedor
normal.
5-Abandono progresivo de otras fuentes de placer
6-Persistencia del consumo a pesar de sus consecuencias.3, 4
Según la Organización mundial de la Salud, la cantidad de jóvenes que consumen alcohol aumentó en un 20 %, en los últimos 10 años.
Hace 10 años de cada 7 hombres que consultaban por problemas relacionados con el alcohol consultaban 3 mujeres; hoy la relación es de 6 hombres por 4 mujeres.4
Actualmente se considera que la adicción tiene un origen multifactorial e interacción compleja entre precursores genéticos, fisiológicos y ambientales.
Agente: las bebidas alcohólicas en sus diferentes modalidades, concentraciones y combinaciones.
Ambiente: permisividad en el seno familiar, problemas de comunicación (falta o comunicación disfuncional ejemplo: maltratos, insultos, dominancia), pobres estilos disciplinarios, rechazo parental, abuso físico y sexual (particularmente en mujeres); hogares desintegrados (divorcio, separaciones) disponibilidad, publicidad de las bebidas alcohólicas y las modas asociados al bajo costo.
Individuo-víctima: factores de susceptibilidad genética, Hoy en día la participación genética en el desarrollo del alcoholismo y drogadicción es un hallazgo que no tiene duda, demostrado a través de los estudios en animales, gemelos y de adopción que han confirmado tales asociaciones.
Los estudios actualizados sobre la tasa de herencia general para el alcoholismo fluctúan entre el 60% y 90%. (Schukit, M., 1991). En marzo de 1990, investigadores de Utah, EE.UU., anunciaban que un gen localizado en el cromosoma 11 podría estar implicado en el desarrollo de este mal.1, 2,5
A lo largo de la historia, las bebidas alcohólicas han sido consumidas
en muchas sociedades con muchos propósitos distintos. Como sustancias
psicoactivas, las bebidas alcohólicas se utilizan por sus propiedades
para alterar el estado de ánimo. Como sustancias intoxicantes, se utilizan
para escapar de la realidad que acompaña al estado de sobriedad. Como
líquidos, se utilizan para calmar la sed. Como fuente de calorías,
se utilizan como alimentos. Naturalmente, sea cual sea la propiedad física
que el usuario busca en la bebida, en cierta medida ésta también
lleva consigo necesariamente las demás propiedades. Aparte de sus propiedades
físicas, las bebidas alcohólicas, su consumo también acarrean
una amplia gama de signifi cados simbólicos, tanto positivos como negativos.
Dependiendo de la cultura, beber alcohol puede ser un símbolo de inclusión
o exclusión en determinado grupo social, un símbolo de celebración
o un acto sacramental. Por otro lado, beber alcohol estar ebrio pueden ser objeto
de desaprobación social y estigmatización. Según un estudio
realizado por la OMS en una amplia variedad de sociedades,
«Una persona visiblemente ebria» era una de las peores consideradas entre un grupo afectado por distintos trastornos de salud .6
Existen 3 fases para evaluar a un paciente con adicción al alcohol
.Primera fase: Estado de excitación y euforia, pérdida del autocontrol, alteraciones visuales, por lo que en esta fase se acentúa los riesgos de accidentes de tránsito
.Segunda Fase: Se produce alteraciones de la conducta liberándose los impulsos primitivos, trastornos de afectividad, exaltándose el erotismo, el sujeto puede tornarse irritable o somnoliento, aboliéndose, la coordinación de los movimientos finos.
.Tercera fase: Presencia de síntomas narcóticos, alteración
de las funciones sensitivas y motoras, con alteración de la marcha, produciéndose
caídas, escándalos, desobediencia, y problemas de abandono.
Cualquiera que sea la valoración social y personal del uso de bebidas alcohólicas sea positivas o negativa o mixta, el consumo de alcohol lleva consigo cierto potencial de perjuicio social y para la salud, tanto para el bebedor como para otras personas. Algunos perjuicios son inmediatos, principalmente las lesiones y otros daños asociados a la intoxicación o a una elevada concentración de alcohol en la sangre. Otros se producen a más largo plazo, como el daño acumulativo que sufre la vida familiar o profesional.
El alcoholismo es un trastorno biopsicosocial complejo que requiere un enfoque especializado y multidisciplinario tanto para el paciente como para su familia. Por este motivo, el objetivo principal del médico de Atención Primaria debe ser el facilitar la derivación del paciente y su familia a un programa estructurado de tratamiento de alcoholismo y ofrecer apoyo y seguimiento durante todo el tiempo que dure el proceso de desintoxicación
Salvo algunos países de cultura hindú o islámica donde el consumo de alcohol es menor, como consecuencia de tradiciones o influencias religiosas, alrededor del 70 % de la población, por encima de los 15 años, ingiere alcohol en determinada cantidad; del 3 al 5 % son dependientes y de ellos, el 10 % se convertirán en bebedores, situación que se convertirá en un problema en algún momento de su vida. Actualmente España ocupa el 4to lugar mundial en el consumo de alcohol después de Francia, Luxemburgo y Alemania. Cada español consume por término medio 108 litros de alcohol al año, casi el 4 % de la población española (1 600 000 personas) consume diariamente más de 100 g. Se considera que existe un incremento de consumo de alcohol de alrededor del 30 % en los países desarrollados durante los últimos 20 años, índice muy superior al esperado por el aumento de la población en esta etapa. En Cuba, el 45,2 % de la población mayor de 15 años consume bebidas alcohólicas, con un índice de prevalencia de alcoholismo entre el 7 y el 10 %, uno de los más bajos en Latinoamérica, con predominio en edades comprendidas entre los 15 y 44 años. Se señala que en los últimos 15 años el consumo ha aumentado notablemente en nuestro país, que el 90,4 % de la población inicia la ingestión del tóxico antes de los 25 años y que la mayoría de los bebedores problema se encuentra entre 25 y 42 años. Se calcula que el alcoholismo puede incidir hasta en el 40 % en los ingresos de los Servicios de Urgencia y que el 2 % de los enfermos que ingresan en las instituciones hospitalarias sufren de una enfermedad causada o agravada por el abuso de alcohol.12
En nuestro país la prevalencia del alcoholismo, considerando la suma de abuso y dependencia, ronda el 5 % de la población de dieciséis años o más, cifra relativamente moderada, pero los patrones de consumo inadecuados y la proporción de bebedores de riesgo cercana al 10 %, junto al incipiente fenómeno del consumo de sustancia ilegales, condicionaron, en la última década, la restructuración y ejecución de un Programa Nacional para la Prevención y Control del Uso Inadecuado de Sustancias, hoy en proceso de actualización con los reciente criterios de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.13
El alcoholismo es aceptado universalmente como uno los principales problemas de la Salud Pública en todo el mundo, y representa una grave amenaza al bienestar y a la vida de la humanidad. Por esta razón, en la actualidad, muchos países dedican cuantiosos recursos financieros a su investigación. En la lucha contra esta adicción las instituciones estatales de salud, entre otras, y la población en general, cumplen una importante función para prevenir y controlar esta enfermedad.
Material y Método
Se realizó una intervención educativa en 80 adolescentes pertenecientes al IPU Enrique José Varona de la provincia de Camagüey, con el objetivo de contribuir a través de la adquisición de conocimientos sobre la importancia de la ingestión de alcohol y su repercusión en la salud del hombre. Para la selección de los perfiles se tuvo en cuenta la afinidad necesaria con el tema tratado en esta investigación.
Esta intervención se realiza haciendo un análisis de la incidencia de la ingestión de bebidas alcohólicas en los adolescentes, su absorción en el organismo y su repercusión en la salud, utilizando los métodos del nivel teórico, el analítico sintético, inductivo deductivo y el histórico – lógico apoyándonos en charla educativas como una vía para educar a las nuevas y futuras generaciones en el cuidado de la salud posibilitando incidir de forma positiva en los estudiantes y en la comunidad.
El enfoque del problema debe ser el alcoholismo y su repercusión en la salud del hombre. Jugaría un importante rol, elevación de la calidad de vida, así como solidez de conocimientos y profundización de valores en las nuevas generaciones.
El alcohol es una sustancia psicotrópica con la capacidad conocida de
producir dependencia en el ser humano y los animales. Si se considera en el marco del Convenio de Sustancias Psicotrópicas de 1971, el alcohol podría ser incluido como sustancia que «tiene la capacidad de producir un estado de dependencia y estimulación o depresión del sistema nervioso central, que tenga como resultado alucinaciones o trastornos de la función motora o del juicio o del comportamiento o de la percepción o del estado de ánimo».
Los efectos del alcohol sobre el cuerpo son numerosos y diversos. El alcohol, específicamente el etanol, es una potente droga psicoactiva con un número elevado de efectos terciarios que puede afectar de manera grave a nuestro organismo. La cantidad y las circunstancias del consumo juegan un rol importante al determinar la duración de la intoxicación. Por ejemplo, al consumir alcohol después de una gran comida es menos probable que se produzcan signos visibles de intoxicación que con el estómago vacío.7. La hidratación también juega un rol importante, especialmente al determinar la duración de las resacas.
Las personas que sufren de alcoholismo o de abuso de alcohol con frecuencia:
Siguen bebiendo, a pesar de que ven afectada la salud, el trabajo o la familia.
Beben solos/as.
Se vuelven violentos/as cuando beben.
Se vuelven hostiles cuando se les pregunta por la bebida.
No son capaces de controlar la bebida: son incapaces de suspender o reducir el consumo de alcohol.
Inventan excusas para beber.
Dejan de lado el trabajo o el colegio por beber.
Disminuye su desempeño.
Tratan de conseguirlo de cualquier manera.
Dejan de tomar parte en actividades debido al alcohol.
Necesitan consumir alcohol la mayoría de los días para lograr "estar bien".
Se descuidan para comer o no comen bien.
No les importa o ignoran cómo están vestidos o si están limpios.
Tratan de ocultar el consumo de alcohol.
Tiemblan en las mañanas o después de períodos sin beber.
Los signos de la dependencia del alcohol abarcan:
Lapsus de memoria (lagunas) después de beber compulsivamente.
Una necesidad creciente de más y más alcohol para sentirse embriagado.
Síntomas de abstinencia alcohólica cuando no se ha tomado un trago por un tiempo.
Enfermedades relacionadas con el alcohol, como hepatopatía alcohólica.
Son muy diversos los efectos del alcohol a medio y largo plazo y actúan sobre múltiples órganos y sistemas.
En el cerebro y sistema nervioso
El consumo de alcohol produce gradualmente las funciones cerebrales, afecta en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.8
Altera la acción de los neurotransmisores y modifica su estructura y función. Ello produce múltiples efectos: disminución de la alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras.
La combinación de los anteriores efectos es causa de múltiples accidentes laborales y de circulación, que cuestan la vida cada año a millones de personas en todo el mundo.
El alcohol es responsable de más del 73% de los accidentes con víctimas mortales.9
El alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible.10
La disminución de vitamina B1 producida por el alcohol puede llevar a la enfermedad de Wernicke-Korsakoff, que provoca alteraciones de los sentimientos, pensamientos y memoria de la persona. Los afectados confunden la realidad con sus invenciones.
Produce trastornos del sueño.
Las personas alcohólicas se aíslan de su entorno social, suelen padecer crisis en los ámbitos familiares (discusiones, divorcios, abandonos) y laboral (pérdida del empleo), lo que los conduce a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.
Pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales.
La mayor parte de sus efectos depende del grado de consumo, centros superiores como: el habla o el juicio se deprimen en primera instancia tiempo después centros inferiores como: la respiración y los reflejos espinales.
En dosis mayores tanto los mecanismos inhibitorios como excitatorios se ven disminuidos, pudiendo llegar hasta el estado de coma.
En fases avanzadas produce alteraciones mentales serias y daño cerebral irreversible.
Periodos de amnesia, con alteración profunda de la memoria y la conciencia de diversa duración (minutos, horas o hasta días).
En el corazón y aparato circulatorio
Aumenta la actividad cardíaca (aunque un consumo muy moderado
mejora la circulación, una dosis superior produce daños).En dosis elevadas aumenta la presión sanguínea y produce
daño en el músculo cardíaco por sus efectos tóxicos.Debilita la musculatura cardíaca y por consiguiente, la capacidad
para bombear sangre.Produce vasodilatación periférica, lo que genera enrojecimiento
y un aumento de la temperatura superficial de la piel.
En el aparato digestivo: estómago, páncreas, hígado,
esófago…
Las molestias gástricas son debidas a erosiones en la mucosa producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
Aumenta la producción de ácido gástrico que genera irritación e inflamación en las paredes del estómago por lo que, a largo plazo, pueden aparecer ulceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica.
El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago y páncreas.
Provoca esofagitis, una inflamación del esófago, varices esofágicas sangrantes y desgarros de Mallor-Weiss.
Puede producir pancreatitis aguda, una enfermedad inflamatoria severa del páncreas, con peligro de muerte.
Puede provocar pancreatitis crónica, que se caracteriza por un intenso dolor permanente.
Otras alteraciones posibles son la diabetes tipo II y peritonitis.
El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, que es transformado por las enzimas del hígado primero en acetaldehído y después en acetato y otros compuestos. Este proceso es lento y no está exento de daños (el acetaldehído despolariza las proteínas oxida los lípidos, consume tiaminas del grupo B y daña los tejidos).
Al irritarse la célula hepática es posible que se produzca hepatitis alcohólica, debido a la destrucción celular e inflamación tisular. Con el tiempo, el hígado evoluciona (hígado graso o esteatosis) para adaptarse a la sobrecarga metabólica, pudiendo llegar a hepatitis y más tarde a la cirrosis hepática, producto de la muerte celular y la degeneración del órgano. Esta grave enfermedad puede degenerar finalmente en cáncer de hígado y producir la muerte.
Otros signos de alteración hepática son la ictericia, un tono amarillento que adquiere la piel y la esclerótica, y los edemas, acumulación de líquido en las extremidades.
Altera la función del riñón, reduciendo los niveles de la hormona antidiurética, provocando deshidratación y tomando agua de otros órganos como el cerebro, lo cual genera dolor de cabeza.
El alcohol aporta abundantes calorías (7 kcal por gramo de alcohol) con escaso valor nutritivo. No nutre pero elimina el apetito, sustituye a otros alimentos más completos y a la larga puede generar desnutrición. Esto se agrava pues inhibe la absorción de algunas vitaminas y minerales.
En la sangre
Inhibe la producción de glóbulos rojos y blancos.
Sin la suficiente cantidad de glóbulos rojos para transportar
oxígeno, sobreviene la anemia megaloblastica.
En los sistemas inmunitario y reproductor
La falta de glóbulos blancos origina un fallo en el sistema
inmunitario, aumentando el riesgo de infecciones bacterianas y virales.Disminuye la libido y la actividad sexual.
Puede causar infertilidad y disfunción eréctil.
En el embarazo y el feto
El abuso del alcohol en el embarazo puede desencadenar el síndrome alcohólico fetal. Sus síntomas son un retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales y malformaciones oculares.
El mayor daño se produce en el sistema nervioso central del feto, en el que puede aparecer retraso mental.
Síndrome de dependencia alcohólica (alcoholismo)
Es uno de los problemas más graves asociados al consumo de alcohol por la gran cantidad e importancia de los síntomas que engloba.
El alcoholismo es un mal hábito difundido en el mundo que tiene consecuencias a la salud, provocando lesiones orgánicas y se asocia a algunas enfermedades comunes y muy frecuentes en la comunidad.
Los alcances de la enfermedad del alcoholismo son grandes, no solamente para el individuo que la padece, también para la familia, y por lo tanto, para la sociedad. Las personas que integran la familia de un miembro alcohólico también enferman de manera progresiva. La Psicología de la Salud con sus aportes y campo de acciones permiten utilizar técnicas que favorecen la rehabilitación de estos pacientes y su incorporación a la sociedad con calidad de vida.
La atención integral implica también el tomar en cuenta todas las acciones del equipo de salud, que además de garantizar la asistencia idónea al paciente alcohólico en los niveles primarios, secundarios y terciarios, desarrolla acciones promocionales, protectoras y preventivas, viabiliza el diagnóstico clínico epidemiológico precoz y garantiza el éxito de otras tareas docentes, asistenciales e investigativas. Además de realizar un conjunto de acciones entre las que se encuentran:
Promover la atención simultánea a todas las sustancias, con la premisa de que la prevención de las adicciones ilegales debe comenzar con la prevención del consumo de las sustancias legales, con el alcohol como prototipo.
Destacar la alta significación social de las drogas que afectan la conciencia, no solo como determinantes de adicciones, sino como facilitadoras de conductas de alto riesgo bajo su influencia en sujetos no adictos.
Tomar en cuenta la existencia del alcohólico pasivo que sigue el paradigma descrito en el tabaco y que en lo referente a repercusión psicosocioespiritual está presente en el entorno familiar, laboral y comunitario del consumidor irresponsable de alcohol.
Auspiciar actitudes comunitarias de rechazo a la embriaguez por cualquier sustancia.
Exigir la participación intrasectorial y transectorial como factor de primer orden.
Destacar la significación de la armonía y estabilidad familiar como factor protector de primer rango.
Dirigir las acciones del programa antialcohólico tanto a reducir la demanda como la oferta, y también a garantizar la oferta adecuada de bebidas no alcohólicas.
El alcoholismo constituye un factor de riesgo vinculado al estilo de vida y a las condiciones materiales de vida de las personas.
La prevención de este factor de riesgo va dirigida a todos los grupos de edades. Desde el nacimiento, la infancia y la adolescencia, hay que incorporar patrones adecuados de vida para que el adulto joven tenga un estilo de vida sano.
Conclusiones
1. La intervención educativa realizada a los estudiantes fue satisfactoria ya que se elevó el nivel de conocimiento sobre el alcoholismo y la repercusión en la salud del hombre.
2. Desarrollar acciones de promoción con el fin de fomentar actitudes y estilo de vida favorables a la salud.
3. Eliminar en los adolescentes y en la comunidad el falso patrón que identifican la ingestión de bebidas alcohólicas como parte de la hombría.
4. El médico de familia en su labor educativa en la comunidad
puede aplicar aspectos fundamentales en relación con la ingestión
de bebidas alcohólicas previniendo las enfermedades que de ella se derivan.
5. Priorizar la educación para la salud en la que exige tanto la información, como la formación, mediante el inicio de las gestiones de educación para la salud, desde etapas tempranas de la vida.
6. Identificar mediante estudios comunitarios, los mitos sobre el alcohol para superarlos a través del razonamiento científico.
7. Esforzarse por elevar la conciencia comunitaria de que el riesgo del consumo irresponsable ante el alcohol y el alcoholismo, está potencialmente presente en todas las personas.
Bibliografía
1- Cf. "Alcoholismo", en MedlinePlus.
2- "Alcoholismo", texto publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (MedlinePlus) y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
3-Cortés D, Gorrita R, Hernández L. Patrones de consumo relacionados con el alcohol en una población masculina de un consultorio, Revista de Ciencias Médicas La Habana 2006;12(1)
4-Schuckit M., Alcohol y Alcoholismo en Harrison 16° Edición McGraw-Hill Interamericana de España 2007.Pp, 2997-3002.
5-Alcaraz F, Dorakis P, Salinas T. Estudio comparativo U.I.D. 1992-2005 Consumo de alcohol y otras drogas en Bolivia. Centro Latinoamericano de Investigación Científica Celin-Bolivia – 2005.
6. Üstün TB et al., eds. Disability and culture: universalism and diversity. Seattle,Hogrefe and Huber, 2001. ?
7- Manual de drogodependencias para enfermería. Mario Martínez Ruiz, Antonio Aguilar Ros. pág.63. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 2002
8- Medline Plus. 2009. Tomado de http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002393.htm Último acceso: 4 de septiembre de 2009
9- Medicina legal y toxicología. Juan Antonio Gisbert Calabuig, Enrique Villanueva Cañadas. Masson. Barcelona. 2005
10- Anatomía patológica. Alan Stevens, James Lowe. Ed. Harcourt. Madrid. 2001
11- Medicina preventiva y salud pública. Gonzalo Piédrola Gil. Cap. 79. Alcohol y salud pública. V. Domínguez, A.L. Villarino, R. Herruzo y M. Conde. Masson. Barcelona, 2002
12. González RA. El sendero rehabilitatorio del paciente adicto. La Habana: Editorial José Martí; 2012 [Buscar en Google Scholar]
13.González RA. Las Adicciones ante la Luz de La Ciencias y el Símil. La Habana: Editora Política; 2009 [Buscar en Google Scholar]
Autores
Msc. Yusimy Macareño Pérez
Máster en Atención Integral a la Mujer. Doctora
en Medicina. Especialista en 1er grado en medicina general integral .Profesora
Asistente. Policlínico Universitario Julio A. Mella.
Msc. Lourdes María Moreno LLechú
Máster en Atención Integral al Niño. Doctora en Medicina. Especialista en 1er grado en medicina general integral .Profesora Asistente. Policlínico Universitario Julio A. Mella.
Msc. Norma Agustina Socarras Alcaide
Master en Longevidade Satisfatória. Profesora Instructora. Policlínico Universitario Julio A. Mella.
Dra. Aída Marante Vilariño
Doctora en Medicina. Especialista de 1er grado em Medicina General Integral. Profesora Asistente. Policlínico Universitario Julio A. Mella.