De la teoría a la práctica. Formas de tratamiento: ¿desconocimiento o (des)cortesía verbal?
- Conceptos fundamentales
- Metodología y resultados de la investigación
- Análisis de los resultados
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía mínima
El estudio del español hoy en día ha cobrado una gran fuerza por ser una de las lenguas más habladas en el mundo. Como las demás lenguas, presenta estructuras lingüísticas con sus funciones comunicativas específicas, las cuales hay que utilizar correctamente para poder tener una aceptable comunicación. Entre esas estructuras están las formas de tratamiento, cuyo uso da fe de las relaciones entre los interlocutores, de los factores idiosincrásicos y de las costumbres de las diferentes comunidades lingüísticas. Un empleo correcto de ellas, favorece la comunicación, mientras que su uso inadecuado puede provocar incomodidad al interlocutor.
Las formas de tratamiento son marcadores lingüísticos de relaciones sociales que ponen de manifiesto las características de la relación entre los usuarios de la lengua en el proceso de interacción verbal, y evidencian las transformaciones en lo histórico, lo político, lo cultural, lo social y lo identitario de la comunidad en que se emplean. (Cuba, 2001).
Uno de los países que se ha volcado al estudio de este idioma es China, el cual ha facilitado el aprendizaje de esta lengua romance en Cuba a cientos de jóvenes en la Facultad de Español para No Hispanohablantes de la Universidad de La Habana. Estos estudiantes provienen de una cultura totalmente diferente a la cubana, por lo que tienen costumbres, en todos los sentidos, que difieren en gran medida de las costumbres en la isla.
Una vez que los estudiantes van aprendiendo el español, van utilizando las formas de tratamiento en correspondencia con su nivel de aprendizaje del idioma, influidos, claro está, por los nativos y por las diferentes formas de tratamiento utilizadas cotidianamente por estos; aparejada a ello, viene también la influencia desde el punto de vista sociocultural, aspecto que va asumiendo el estudiante con el paso del tiempo, y que no se puede ver desligado en ningún momento del idioma.
Sin embargo, la imagen que poseen muchas veces los profesores de español respecto de los estudiantes sinohablantes, no siempre se corresponde con el uso que ellos hacen de las formas de tratamiento, fundamentalmente al dirigirse a sus profesores, directivos, trabajadores mayores de edad, etc., ya que en más de una ocasión se ha podido escuchar que al dirigirse a ellos, aun en situaciones formales, emplean el tuteo, lo que no forma parte, generalmente, de los patrones culturales de los cubanos. ¿Por qué ocurre esto? ¿Son irrespetuosos quienes emplean tales formas de tratamiento en las situaciones mencionadas? ¿Falta competencia lingüística, pragmática o sociocultural para una adecuada utilización? ¿Estos usos son muestra de descortesía por parte de ellos?
Por otro lado, ¿en qué medida influyen los hispanohablantes en el uso de las formas de tratamiento de los estudiantes chinos? ¿Cuáles son las formas más utilizadas y por qué? ¿Están bien empleadas por ellos? ¿Cuáles no? ¿Por qué ocurren estas inadecuaciones? ¿Hay conciencia en los estudiantes de factores condicionantes para el uso de las formas de tratamiento, tales como la jerarquía (poder) y la solidaridad entre los hablantes? ¿En qué medida los conocimientos teóricos y pragmáticos que poseen del sistema de tratamiento en español, contribuyen a ese uso?
Para dar respuesta a estas y otras interrogantes similares, se efectuó esta investigación, en la que colaboraron dos estudiantes de 4º año de la Licenciatura en Lengua Española para No Hispanohablantes del curso 2012 – 2013, y cuyo objetivo es caracterizar el uso de las formas de tratamiento en español, en una muestra de estudiantes sinohablantes del 3º y 4º años de la Licenciatura en Lengua Española teniendo en cuenta los elementos fundamentales de la cortesía verbal y la semántica del poder y la solidaridad.
Conceptos fundamentales
1. Cortesía verbal
La cortesía es un concepto universal que se basa en reglas, normas o principios. Existen diversos modos de expresar la cortesía: verbales y no verbales; pero sus manifestaciones cambian de una cultura a otra. Si el estudiante de una lengua extranjera no es capaz de usar la lengua de manera adecuada, considerando las relaciones entre los participantes, la intencionalidad de estos, la situación comunicativa y el contexto cultural, probablemente cometerá errores sociopragmáticos; por lo tanto, aprender una lengua significa también aprender sus reglas de cortesía lingüística. (Bani – Nevado, 2004 ápud.Ruiz, 2012: 5).
La cortesía verbal, de manera general, se entiende como un conjunto de mecanismos o habilidades lingüísticas al servicio de las relaciones sociales. Su finalidad no es garantizar una mejor transmisión de información sino regular el comportamiento de los interlocutores en la conversación, suavizando o salvando posibles conflictos de intereses y permitiendo una relación basada en la cordialidad y la cooperación mutuas. (Fernando, 2000 ápud Rosales 2008: 2)
A partir de sus estudios acerca del tema, los sociólogos Penélope Brown y Stephen Levinson identificaron dos clases de cortesía:
– Cortesía negativa: petición menos transgresora (si a usted no le importa, si no es demasiada molestia…). Respeta el derecho de una persona de actuar libremente. Significa deferencia. Hay un mayor uso de elementos indirectos del discurso. Se corresponde con lo que Diana Bravo llama autonomía.
– Cortesía positiva: busca establecer una relación positiva entre las dos partes; respeta la necesidad de una persona de gustar y de ser entendido. Los elementos directos del discurso, los juramentos y las máximas de Grice se pueden considerar aspectos de cortesía positiva porque demuestran el conocimiento de que la relación es bastante fuerte para hacer frente a lo que normalmente sería considerado descortés (en la comprensión popular del término) y porque articulan un conocimiento de los valores de la otra persona, que satisface el deseo de la persona de ser aceptado.[1] Se ajusta a la filiación, según Bravo.
2. Fórmulas de tratamiento
El tratamiento constituye un sistema de significación que abarca las diversas expresiones utilizadas para dirigirnos directa o indirectamente a otras personas. En él se hace patente, como en ningún otro sistema, la interrelación entre la cortesía como norma social y el lenguaje, puesto que la elección de una u otra forma no está regulada por criterios estrictamente lingüísticos, sino por la posición que ocupan los hablantes en la escala social. Se basa en un sentimiento de estimación y respeto mutuo y configura un auténtico código social. Dicho de otro modo: las fórmulas de tratamiento, o deícticos sociales, representan una de las manifestaciones más evidentes de esa relación entre la cortesía como norma de conducta social y el lenguaje. La propia necesidad de su empleo y la prescripción de una forma u otra no viene determinada por razones de naturaleza gramatical, sino por la relación entre los interlocutores y la posición relativa que ocupen en la escala social. Son por ello una expresión lingüística de la organización que adopta cada sociedad.
El uso adecuado de las formas de tratamiento implica conocer las normas de cortesía que imperan en una comunidad; su uso inapropiado puede provocar no solo malestar, sino también malentendidos, que darían al traste con el objetivo de la interacción.
Las formas o fórmulas de tratamiento son unidades lingüísticas convencionales que los hablantes de distintas comunidades lingüísticas utilizan para dirigirse al destinatario, para hacer referencia a una tercera persona o para hacer autorreferencia. En general, pueden dirigirse a hombres, mujeres, niños, y grupos humanos; evolucionan constantemente, y se presentan de forma cortés, y descortés, con lo que demuestran la relación del orador con el interlocutor.
Existen formas de tratamiento que representan una cortesía negativa o formal, utilizadas para expresar respeto y distancia hacia el interlocutor (usted, señor…), y formas que representan una cortesía positiva o de confianza, que el hablante utiliza cuando no necesita mostrar una actitud de deferencia o respeto (tú, tío, nombre propio…).
Existen dos sistemas de referencia que, aun con variantes de uso, manifiestan una cierta regularidad. Son, de un lado, el de las fórmulas de tratamiento pronominal, constituido por los diferentes pronombres con los que designamos a nuestro ocasional interlocutor (tú, usted, vos…), y, de otro, el de las fórmulas de tratamiento nominal, constituido por los vocativos de tratamiento, expresiones con las que se interpela empleando el nombre o apellido, la profesión, estatus social, relación de parentesco, etc.
"Las formas nominales pueden emplearse tanto en función apelativa o vocativa como en la referencial o narrativa. Entendemos por forma apelativa o vocativa, aquella que es utilizada para invocar o llamar a una persona, y por narrativa o referencial, la empleada en actos de habla en los que aludimos a una tercera persona, ausente en el momento de la conversación." (Cuba, 1999: 3)
3. Poder y solidaridad
Términos provenientes de psicología social, introducidos en la sociolingüística por el psicólogo social Roger Brown. El poder supone una relación no recíproca, asimétrica, entre, al menos, dos personas. La solidaridad implica una relación igualitaria o reciproca, simétrica, entre dos interlocutores, generada también por factores sociales.
Se distingue el eje (vertical) del poder y el eje (horizontal) de la solidaridad. El primero se manifiesta en el uso asimétrico de los tratamientos: dada la preeminencia de un hablante sobre otro, uno recibe usted y su interlocutor tú o vos, plasmando así las diferencias de estatus (de poder) existentes entre ambos por razones de trabajo, económicas, de edad, familiares, etc. El eje de la solidaridad se manifiesta en el empleo simétrico y recíproco de las mismas formas de tratamiento, ya sean tú / vos (solidaridad informal) ya usted (solidaridad formal).
La dimensión del poder es definida también como "la capacidad que tiene una persona sobre otra para controlar su conducta por medio de la riqueza, fuerza física, edad, rol institucional en la iglesia o ejército, una organización económica, o dentro de la familia." (Brown y Gilman, 1960 ápud Cuba, 1999: 1).
La dimensión de la solidaridad presupone entre los hablantes compartir disposiciones conductuales, modo de pensar, pertenecer al mismo grupo social, de sexo, de edad, familia, partido político, etc. (Cuba, 1999: 1).
Metodología y resultados de la investigación
Para el desarrollo de la investigación se trabajó con una muestra de 49 estudiantes chinos de 3º y 4º años de la Licenciatura en Lengua Española para No Hispanohablantes de la Universidad de La Habana.
Caracterización de la matrícula:
Facultad de Español para No Hispanohablantes | |||||
Año | Matrícula | Mujeres (cantidad / porcentaje) | Hombres (cantidad / porcentaje) | ||
3º | 164 | 110 / 67% | 54 / 32,9% | ||
4º | 82 | 51/ / 62% | 31 / 37,8% | ||
Total | 246 | 160 / 65% | 86 / 34,9% |
Caracterización de la muestra:
Muestra seleccionada | |||||
Año | Muestra | Mujeres (cantidad / porcentaje) | Hombres (cantidad / porcentaje) | ||
3º | 33 / 20% | 22 / 20% | 11 / 20,3% | ||
4º | 16 / 20% | 10 / 19,6% | 6 / 19,3% | ||
Total | 49 / 19,9% | 32 / 20% | 17 / 19,7 |
Para la caracterización de las formas de tratamiento en el habla de estudiantes sinohablantes del tercer y cuarto años de la Licenciatura en Lengua Española de la Facultad de Español para No Hispanohablantes de la Universidad de La Habana, se seleccionó como instrumento principal el cuestionario[2]que corresponde a una encuesta léxica onomasiológica. Dicho cuestionario se conformó con 17 preguntas, 11 cerradas y 6 abiertas, las cuales fueron elaboradas para lograr determinar qué formas de tratamiento, tanto pronominales como nominales, utilizan los estudiantes de la muestra para dirigirse a los hispanohablantes, y cómo las utilizan.
Para recoger los datos referidos a las formas pronominales de tratamiento, se elaboraron las preguntas cerradas acerca de aspectos sociales y actitudinales, a fin de saber si factores como la edad, el sexo, la apariencia física, el estado de ánimo, etc., influyen en los sinohablantes a la hora de seleccionar las formas de tratamiento.
Al indagar sobre las formas nominales de tratamiento se hicieron preguntas para saber en qué situación prefieren utilizar las formas de tratamiento, cuáles escogen, las causas de la selección de ellas y su frecuencia de uso.
Por último, como pregunta abierta, se investigan todos los factores que para los estudiantes muestreados influyen en la elección de las formas de tratamiento, y la importancia de utilizar una forma adecuada en diferentes situaciones.
El cuestionario se aplicó de forma individual y oral, por la posibilidad de profundizar en la indagación con cada uno de los encuestados, de acuerdo con su comportamiento durante la exploración. También para lograr la máxima fidelidad y confiabilidad de los resultados.
Análisis de los resultados
La mayoría de las mujeres y los hombres de la muestra expresan que no tratan de manera diferente a las personas por el sexo ni por la apariencia física; sin embargo, varía su forma de tratamiento según la edad. Además, a casi todas las mujeres y a todos los hombres les resulta fácil determinar la forma de tratamiento. Las situaciones más generalizadas para cambiarlas: "cuando está enojado" y "según el grado de relación entre el hablante y el interlocutor". Por otra parte, la selección de la forma de tratamiento pronominal se corresponde con la que utiliza el interlocutor y consideran que deben tratar de usted a las personas a partir de los 30 años.
Tanto para las mujeres como para los hombres, entre las formas de tratamiento nominal más generalizadas son: a) para dirigirse a un(a) amigo(a): el nombre propio, para las mujeres; para los hombres, amigo; b) para dirigirse a un conocido(a), a un vecino(a) y a un compañero(a) de estudio: el nombre propio; c) para dirigirse a un desconocido(a) y a un jefe(a): señor(a); d) para dirigirse al novio(a): mi amor; e) a un médico(a): doctor(a); a un profesor(a), profe.
En el caso de las mujeres refieren que las emplean las formas seleccionadas porque las consideran corteses, y los hombres piensan que expresan cercanía. Las mujeres también manifiestan emplear el tratamiento mi amor, mi vida fuera de la pareja para denotar cercanía, afecto. Los hombres también las utilizan, aunque en menor medida cuando tratan de caer bien a una joven. Por otra parte, las féminas también expresan que las utilizan siempre las mismas formas, y los hombres las usan con mucha frecuencia. Además, tanto las mujeres como los hombres conocen la palabra chino (chinito, chinita), como una forma de tratamiento nominal parecida a las mencionadas en el cuestionario. El contexto del encuentro es el factor más generalizado que influye para ambos sexos en la elección de la forma de tratamiento. Por último, el 100% de las mujeres y los hombres expresan que es importante utilizar una forma de tratamiento adecuada en diferentes situaciones y para ellos "expresar cortesía" resulta el indicador más relevante en este sentido.
Un grupo mayoritario de estudiantes del 3er. año no varía su forma de tratamiento según la apariencia física, mientras que la mitad de los de 4º año sí la tienen en cuenta. No hay diferencias marcadas entre los dos años en cuanto a apreciar facilidad al dilucidar qué formas de tratamiento usar en cada momento. Por otra parte, la selección de la forma de tratamiento pronominal por parte del encuestado se corresponde con la que utiliza el interlocutor hacia él. Son los del año inferior los que en un mayor porcentaje consideran que el usted debe ser el trato que prevalezca en las personas a partir de los 30 años. Llama la atención que al referirse al tratamiento hacia profesores y personas mayores, manifiesten que a veces no sabe si usar tú o usted, pues en algunos casos son profesores muy jóvenes con los que se identifican plenamente, y el ustedeo les parece poco afectivo. Con los profesores mayores, creen que el tuteo los acerca más, porque los consideran como a sus padres. Estas respuestas tienen, cuantitativamente, valores similares tanto en el sexo como en el año académico.
Para los estudiantes de la muestra en ambos años, las formas nominales de tratamientos más generalizadas en el uso son los nombres propios para dirigirse a amigos, conocidos, vecinos, compañeros de estudio. Les siguen señor(a, ita) ante desconocidos. Como comúnmente ocurre en el mundo hispano de acuerdo con la bibliografía estudiada, en el caso de la pareja, predomina una de las formas del lenguaje amoroso: mi amor.
La cortesía positiva, el no distanciamiento (cercanía entre los interlocutores), son consideraciones tenidas en cuenta para el uso, en ambos años, pero con un ligero predominio de los del carácter cortés negativo en los de 4º año, quienes son, a su vez, los que manifiestan usarlas siempre, frente a los de 3º que expresan hacerlo solo con mucha frecuencia.
No son muchas otras las formas nominales utilizadas por los hablantes de los dos años, aunque, en porcentajes bastante bajos, se mencionan otras formas comunes en el habla informal de los cubanos; es común para los dos años la forma chinita.
El contexto del encuentro es el factor más generalizado que influye para los estudiantes de los dos años en la elección de la forma de tratamiento. Por último, el 100% de los estudiantes de ambos años expresa que es importante utilizar una forma de tratamiento adecuada en diferentes situaciones como expresión de cortesía.
El análisis de los resultados lleva a valorar muy sucintamente las correspondencias que pueden existir entre las formas de tratamiento presentes en el chino mandarín y el sistema de tratamiento español, que pueden haber influido en alguna medida en el comportamiento de los encuestados.
Las principales coincidencias y diferencias presentes son las siguientes:
En el uso de las formas del tratamiento pronominal:
En el chino mandarín también hay dos formas pronominales: una coincide con el tú español (ni) y la otra con usted (nin).
Ni, también denota confianza, informalidad, cercanía, solidaridad. A los padres comúnmente se les trata de tú. En esto puede verse una posible influencia en los hablantes que indicaron tratar a los vecinos de tú por sentirse más seguros con ellos y denotar relaciones de confianza y familiaridad.
A las personas mayores (sin grado de parentesco) se las trata siempre de usted, igual que a los jefes. Sin embargo, en la muestra seleccionada para esta investigación no suele ocurrir siempre de esta manera, ya que en más de una ocasión los estudiantes encuestados tutean (o al menos dicen tutear) a las personas mayores.
Entre los jóvenes se usa tú. Usted solo se emplea en situaciones especiales: cuando se está enojado, para expresar ironía… –valor pragmático del tratamiento-. No obstante, las mujeres de la muestra consideran que a partir de los 30 años ya los interlocutores deben ser tratados de usted, cuando entre ellas y un interlocutor de esa edad solo median escasos años de diferencia (entre seis y siete años aproximadamente).
Las principales coincidencias y diferencias con el sistema de tratamiento nominal son:
No suelen usarse tratamientos del lenguaje amoroso para expresar confianza. Ejemplo: mi vida, mi amor, etc. Se reservan para las relaciones de pareja, en lo que se distingue de las respuestas dadas por los encuestados.
Es común utilizar el diminutivo del apellido (partícula diminutiva xiao) para expresar cercanía, tanto los jóvenes como los mayores, para interlocutores menores. Para los mayores también hay una partícula diminutiva (lao), que emplea cualquier hablante, joven o mayor, para denotar confianza, familiaridad. En la muestra seleccionada, los informantes no suelen usar el apellido, porque ven que en Cuba no es lo habitual.
No suele expresarse cercanía hacia los desconocidos, como sí aparece en los informantes de la FENHI que constituyeron la muestra.
En relaciones de poder (jefes), suele usarse como tratamiento el apellido más el cargo. Ninguno de los muestreados en esta investigación utiliza esta forma. Lo más cercano a ella para tratar al jefe es usar señor + nombre propio.
Los padres y abuelos para llamar a los hijos emplean los diminutivos del nombre, hipocorísticos, etc., coincidiendo con formas de tratamiento afectuosas o de afiliación, de algunos encuestados de la muestra.
Conclusiones
Es indudable que el uso de las formas de tratamiento, a pesar de haber sido objeto de estudio de los lingüistas durante mucho tiempo, no es asunto concluido hoy en día; por el contrario, resulta un complejo tema de análisis, sobre todo en la actualidad, a la luz de los estudios sobre cortesía verbal.
Para los hablantes de una L1 resulta imprescindible dominar el sistema de tratamiento de su lengua materna, a fin de lograr una comunicación exitosa según sus intereses y cumplir con los parámetros de la cortesía verbal de acuerdo con las normas de su comunidad. Mayor importancia recobra para el aprendiz de una L2, quien debe interactuar con los nativos de la lengua que estudia, no solo para lograr el éxito comunicativo y la cortesía verbal necesaria, sino para mantener las relaciones que durante la interacción son necesarias entre los interlocutores, de manera de no transgredir los patrones culturales de la comunidad en que vive temporalmente.
De ahí la importancia de una investigación como la actual para conocer el uso que de las formas de tratamiento hacen los sinohablantes de la FENHI.
Tras el análisis de los resultados obtenidos a partir de los datos recogidos, se consideran como elementos más generalizados, los siguientes:
En correspondencia con la norma cubana en el tratamiento pronominal, los hablantes de la muestra seleccionada emplean solamente los pronombres tú y usted para el tratamiento a sus interlocutores.
No existen diferencias significativas entre los hablantes de uno y otro sexo, tanto en el uso de las formas pronominales como nominales. Sin embargo, se aprecia una tendencia en las informantes femeninas al distanciamiento por el uso del ustedes, lo que implica un tratamiento asimétrico y de autonomía. Prevalece la cortesía negativa, menos transgresora.
Los hombres utilizan una diversidad de formas que van desde el tuteo hasta el ustedeo recíproco o de confianza y son más cercanos a la afiliación y a la cortesía positiva. Para los hombres el tuteo es el tratamiento de mayor confianza y solidaridad.
Parte de los tratos no recíprocos se explican por los informantes a partir de consideraciones de "cercanía" y "cortesía" hacia el interlocutor.
Aunque los informantes de los dos sexos manifiestan no considerar difícil el conocimiento de las formas de tratamiento, algunas de las respuestas dadas muestran no correspondencia entre lo usual en Cuba y las formas que ellos dicen usar; por ejemplo, que las mujeres llamen a sus amigas mima, mami, mimi, entre otras. De igual manera, el empleo de asere, brother, etc., por parte de las mujeres, no se aviene al distanciamiento que manifiestan casi a lo largo de todo el cuestionario.
Este aspecto corrobora la idea que se defiende en este trabajo, ya que se ha podido comprobar que no siempre hay correspondencia entre lo que los informantes conceptualizan acerca del tratamiento en español y las formas que luego seleccionan como las que suelen usar, fundamentalmente en la variable sexo. Se comprueba que la situación por la que incurren en usos anómalos de las formas de tratamiento no es por descortesía, sino por descortesía, sino por desconocimiento, al trasvolar elementos de su sistema de tratamiento (del chino mandarín y de la cultura china) a situaciones propias del sistema y culturas hispánicas y en particular la cubana.
El sexo y la apariencia física no influyen en la mayoría de las mujeres y los hombres de la muestra a la hora de determinar la forma de tratamiento pronominal; por el contrario, la edad es un factor imprescindible.
La forma de tratamiento nominal más usada es el nombre propio, aunque contiende con formas usuales y otras francamente transgresoras.
A los encuestados, generalmente les gusta que los traten de tú o por su nombre propio, fundamentalmente a las mujeres.
El 100% de los encuestados expresa que es importante utilizar una forma de tratamiento adecuada en diferentes situaciones, y para ellos "expresar cortesía" resulta el principal indicador en este sentido.
Estas conclusiones a las que se han arribado en el presente trabajo son solo un acercamiento a tan complejo fenómeno como lo es el uso de las formas de tratamiento, que como ya se explicó, constituyen todavía una problemática para los hablantes nativos y es objeto de análisis frecuente en el ámbito hispánico, por lo que cobra mayor importancia para los no hispanohablantes que se preparan para utilizar la lengua española como lengua profesional.
Recomendaciones
Atendiendo a los resultados obtenidos en la presente investigación y al conocimiento adquirido sobre el uso de las formas de tratamiento en estudiantes sinohablantes del español de la FENHI de la Universidad de La Habana, recomendamos:
Realizar nuevas investigaciones relacionadas con este mismo tema para continuar profundizando en ellas en este ámbito académico.
Incluir las formas de tratamiento más usuales del habla coloquial cubana, tanto pronominales como nominales, con énfasis en estas últimas, en el contenido de las clases de español como lengua extranjera para los estudiantes de la Licenciatura, esencialmente desde una perspectiva pragmática.
Realizar actividades motivadoras que faciliten la compresión y uso de las formas de tratamiento en la variedad cubana del español, para que pueda haber una interacción adecuada entre los estudiantes chinos y los hablantes cubanos.
Bibliografía mínima
1. Bravo, Diana (2005): Estudios de la (des)cortesía en español. Editorial Dunken. Buenos Aires.
2. Bravo, Diana y Antonio Briz, eds. (2004): Pragmática sociocultural: estudios sobre el discurso de cortesía en español. Barcelona, Editorial Ariel.
3. Brown, Penelope y Stephen C. Levinson (1987) Politeness. Some universals in language usage, New York: Cambridge University Press.
4. Brown, Roger y Albert Gilman (1960) The pronouns of power and solidarity, en T. Sebeok (ed.), Style in Language, pp. 253"275, New York: Massachusetts Institute of Technology.
5. Calderón Campos, Miguel. (2010) Formas de tratamiento. En Aleza, Milagros y José María Enguita (coords.) La lengua española en América: normas y usos actuales. Universidad de Valencia. Libro electrónico disponible en http://www.uv.es/aleza/esp.am.pdf y http://www.uv.es/aleza pp.225 – 236.
6. Carricaburo, Norma (1997): Las fórmulas de tratamiento en el español actual. Cuadernos de Lengua Española. Edit. Arcos Libros, S.L. Madrid.
7. Cuba Vega, Lidia Ester (2001): Formas de tratamiento en el habla habanera actual. Actas-2 de del VII Simposio de Comunicación Social del Centro de Lingüística Aplicada, 22-26- 1- 2001. Santiago de Cuba.
8. Cuba Vega, Lidia Ester (1999) Las formas nominales de tratamiento en una muestra de hablantes de la variante culta habanera. Revista FAyL. Departamento de Lingüística Hispánica. Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
9. Cuba Vega, Lidia Ester (2005): Sí, chama, asere, ¿por qué no? Revista FAyL. Departamento de Lingüística Hispánica. Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
10. Cuba Vega, Lidia Ester y Jorgelina Hernández Luaces. (1996): La voz compañero en el español de Cuba. Revista Varona, Ciudad de La Habana, No. 23, jul/dic.
11. Cuba Vega, Lidia Ester. (s/f). Formas de tratamiento en la familia habanera actual I. Revista FAyL. Departamento de Lingüística Hispánica. Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
12. Equipo PRESEA – Bogotá – Co. (2004). Cuestionario para el estudio de las formas de tratamiento. Disponible en: http://www.linguas.net/linguas.net_non_ssl/preseea [En línea: 3 de marzo de 2013; 10: 34: 15]
13. Gimenez dos Santos Minari, Patrícia. Las fórmulas de tratamiento en la cortesía — un análisis comparativo del español con el portugués de Brasil. Disponible en www.123people.ch/s/patricia+gimenez [En línea: 12 de abril de 2013, 14:25:42]
14. Rigatuso, Elizabeth M. (2000): Señora ( ) ¿No tenés más chico? Un aspecto de la pragmática de las fórmulas de tratamiento en español bonaerense. Universidad Nacional del Sur. Buenos Aires. Argentina.
15. Rosales Fernández, Diana. (2008): Una aproximación al uso de la cortesía verbal en la interacción entre trabajadores del turismo y canadienses anglófonos (Santiago de Cuba). Disponible en http://www.monografias.com/trabajos62/uso-cortesia-verbal-turismo/uso-cortesia-verbal-turismo [En línea: 23 de febrero 2013, 20:29:19]
16. Ruiz Pérez, María del Carmen (2012): La cortesía y descortesía en las entrevistas de los medios de comunicación escritos. Trabajo fin de Máster en Comunicación Social. España, Universidad de Almería.
Autoras:
Dra. Lidia Ester Cuba Vega,
M Sc. Yadira Miranda Cuba,
Institución: Facultad de Español para No Hispanohablantes,
Universidad de La Habana
País: Cuba
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