- Con Platón
- Crítica de Aristóteles a la Teoría de las Ideas de Platón
- Crítica de Aristóteles al dualismo ontológico (mundo de ideas/mundo sensible) de Platón
- Crítica de Aristóteles al dualismo antropológico (hombre: cuerpo/alma) de Platón
- Crítica a la Teoría del Conocimiento de Platón
- Diferencias entre la Ética de Aristóteles y la de Platón
- Diferencias entre la Política de Aristóteles y Platón
- Presocráticos
- Opinión sobre Aristóteles
- Aristóteles
- Filósofo y científico
- No hay ideas innatas
- Las formas son las cualidades de las cosas
- La causa final
- Con Platón
- La escala de la naturaleza
- Ética
- Política
- La mujer
Con Platón
Cuando Aristóteles entró en la Academia de Platón apenas contaba con 17 años y permaneció en ella hasta la muerte del maestro, es decir, uno 20 años. Su actitud fue de respeto hacia Platón pero con cierta independencia filosófica, lo que se evidenció posteriormente. Y es que Aristóteles comenzó aceptando las doctrinas de Platón como si fueran propias. La influencia de Platón fue tal que Aristóteles llegó a escribir diálogos –como Platón- aunque con mayor énfasis en la discusión científica intentando abandonar el método de la pregunta y la respuesta. Pero al morir Platón, Aristóteles abandonó la Academia. Muchos años después Aristóteles fundó el Liceo, especie de Universidad donde se impartían las lecciones más difíciles por la mañana -temas filosóficos- y las tardes se dedicaban a lecciones de retórica y dialéctica.
No obstante, la influencia de Aristóteles en la Filosofía llega prácticamente hasta nuestros días. Aún existen escuelas y pensadores que siguen sus planteamientos.
Crítica de Aristóteles a la Teoría de las Ideas de Platón
Aristóteles al principio fue fiel seguidor de las doctrinas de Platón, incluso llegó a aceptar la Teoría de las Ideas. Posteriormente la concibió como una retirada del mundo y efectuó una serie de críticas a tal Teoría:
a) duplica el mundo y es innecesaria esta duplicación (mundo de las ideas y mundo sensible). Las ideas y las cosas no pueden estar separadas. Si se conciben las ideas como la verdadera naturaleza de las cosas, éstas y las cosas no pueden ser distintas, a pesar de que Platón las conectaba mediante la técnica de la "participación".
b) Si tenemos ideas de lo que las cosas son en un sentido positivo, también debemos tener ideas de lo que las cosas no son (sentido negativo), y esto nos llevaría inevitablemente a multiplicar el número de las ideas. c) La doctrina de las ideas no explica la producción de las cosas, su génesis, ya que las ideas nos dicen lo que las cosas son, pero nada explican de cómo llegan a ser. No explicita como las cosas provienen de las formas, no explica el cambio de las cosas.
En definitiva, no es posible separar a las ideas de las cosas.
Crítica de Aristóteles al dualismo ontológico (mundo de ideas/mundo sensible) de Platón
Para Aristóteles el mundo es material y el problema de la Filosofía sería explicar el mundo que se presenta a nuestros sentidos. Lo Universal (Ideas) habría que buscarlo a partir de los particulares ya que es lo único real. El dualismo ontológico de Platón planteaba dos realidades completamente diferentes: a) el mundo de las ideas y de los objetos matemáticos; y b) el mundo de los objetos sensibles. Aristóteles criticará a Platón concebir las ideas como realidades separadas de lo sensible. Las incorporará al mundo de la materia convirtiendo a las Ideas, ahora denominadas Formas, en un de los componentes de la sustancia individual.
La sustancia individual, sensible, es el compuesto de materia (hylé) y forma (morphé), y esto es el hilemorfismo. La materia es algo indeterminado que recibirá determinación, y la forma es aquello que hace que la cosa sea lo que es, hace entrar a lo material en un conjunto dándole unidad y sentido. La materia es potencia, lo que permanece en todo cambio. La forma es esencia, acto, el conjunto de cualidades o diferencias que hacen que algo sea lo que es. Materia y Forma constituyen una unidad indivisible que es la sustancia. La Forma sin Materia no es, pero la Materia tampoco puede carecer de Forma. Ambos conceptos no se pueden disociar, su unión constituyen lo individual, y en ello reside el gran error de Platón. Materia y forma son dos principios que forman un todo sustancial, un solo ser. Por ejemplo, la estatua de "David" de Miguel Ángel es un todo compuesta de materia (mármol) y forma ("el David"). Ni la materia sola ni la forma sola constituyen el ser, sino el compuesto de las dos realidades, y a este compuesto se le llama "sinolón". No es la suma de dos elementos sino la totalidad de un ser.
Tª. Hilemórfica ————( Hylé – Materia – Potencia: Mármol } Sinolón
———–( Morphé – Forma – Acto: "el David } Sinolón
Crítica de Aristóteles al dualismo antropológico (hombre: cuerpo/alma) de Platón
Aristóteles tiene un tratado titulado Acerca del Alma en el que expone sus ideas sobre el alma y su unión sustancial con el cuerpo (frente a la unión accidental de Platón), doctrina que ha ejercido una gran influencia a lo largo de la historia del pensamiento occidental. Aquí se separa del dualismo antropológico de Platón. Para Platón, como para Pitágoras y la religión del orfismo el hombre estaba dividido en alma y cuerpo, y el cuerpo era la cárcel del alma. Sin embargo, Aristóteles dice que el hombre es la unión sustancial del alma y el cuerpo.
Aristóteles para definir qué es el alma recurre a conceptos que ya ha utilizado tanto en la "Física" como en la "Metafísica", y son: potencia y acto, materia y forma.
Hombre —( cuerpo -( materia -( potencia} UNIÓN SUSTANCIAL/HILEMÓRFICA —( alma —( forma —( acto} En tanto que sustancia, el hombre consta de materia y forma (hilemorfismo). El cuerpo es materia y potencia, mientras que el alma es forma y acto. El alma (psykhé), principio vital, es el principio de vida, es la forma del viviente que le permite realizar sus funciones. Es aquello por lo que "vivimos, sentimos y pensamos". El alma no es el cuerpo, pero en tanto que acto del cuerpo no puede existir sin él. Ambos forman una única sustancia. Esta no se puede separar del cuerpo, al que necesita para poder actuar aunque aquella sea inmaterial. Por otro lado, el alma no preexiste, como en Platón, ya que existe conjuntamente con el cuerpo. Aquí no existe el dualismo de Platón. Así como la vista y la pupila constituyen el ojo, el cuerpo y el alma constituyen el ser vivo.
Crítica a la Teoría del Conocimiento de Platón
Al rechazar la inmortalidad del alma, se descarta la posibilidad de concebir el conocimiento como reminiscencia, tal y como hacía Platón. Los sentidos, la experiencia, es fundamental para Aristóteles. Así decimos que la teoría del conocimiento de Aristóteles es empirista, frente a la de Platón que es racionalista. Para Platón conocíamos la realidad recurriendo sólo al uso de la razón y prescindiendo de la información que nos suministran los sentidos.
Por otro lado, conoce el ser humano con el cuerpo y con en el alma. No es el alma la que piensa y siente, sino todo el ser humano aunque sea gracias al alma. El conocimiento humano es una mezcla de conocimiento sensible e intelectual. El conocimiento sensible viene del cuerpo y del alma sensitiva, mientras que el conocimiento intelectual procede del alma racional:
Conocimiento humano –( conocimiento sensible: cuerpo + alma sensitiva –( conocimiento intelectual: alma racional.
Así, la gran diferencia con Platón es que para Aristóteles el conocimiento arranca de los datos que nos proporcionan los sentidos, de una percepción sensible. Aristóteles decía: "no hay nada en el entendimiento que antes no estuviese en los sentidos".
Diferencias entre la Ética de Aristóteles y la de Platón
A diferencia de Sócrates y Platón formuló que el bien no es tanto una cuestión de conocimiento cuanto de actuación, es un tema de fines. Las acciones son buenas en base a su finalidad. Podemos saber que acciones son buenas pero no el Bien en general. La gran diferencia con Platón es que éste dice que el hombre puede ser racionalmente malo. La única cosa clara que hay es que todos los individuos tienden hacia la felicidad, definida como la actividad humana conforme a la virtud. Todo aquello que conduce a la felicidad es un bien.
Otro tema importante de la ética de Aristóteles es la responsabilidad, cuestión que no había en Platón. Lo que define la acción moral con responsabilidad es la voluntariedad o involuntariedad de la misma. La involuntariedad vendría dada por la coacción o la ignorancia, y la coacción es generalmente de tipo físico.
Aristóteles tampoco está de acuerdo con el "intelectualismo socrático" que defendía tanto Platón como Sócrates. El intelectualismo socrático formulaba que aquellas personas que actúan moralmente mal lo hacen por ignorancia pues si supieran que eso era incorrecto no actuarían de ese modo. Así quien conoce el Bien siempre actuará correctamente. Aristóteles no estaba de acuerdo con este planteamiento, ya que pensaba que una persona puede actuar mal sabiendo que esa acción no es correcta, por conveniencia, por ejemplo. El actuar bien no es sólo una cuestión de conocimiento, como afirmaban Platón y Sócrates, también de voluntad, de querer.
Diferencias entre la Política de Aristóteles y Platón.
Aristóteles trata a la política de forma científica siendo concebida como la ciencia práctica por excelencia y la ética, como ya hemos dicho, una auxiliar de ésta. Para elaborar su obra La Política, Aristóteles analizó previamente 158 constituciones de forma empírica. Platón actúa de forma bien distinta pues su obra La República es una utopía en la que propone un modelo ideal de organización social sin aludir a referentes empíricos.
Sin embargo, tanto Platón como Aristóteles optan por un gobierno aristocrático aunque sus razones son bien distintas: a) Platón optaba por una aristocracia de los mejores, los mejores en el ámbito del conocimiento, aquellos que conocían la Idea de Bien, o sea, el rey-filósofo, b) Aristóteles optó por la aristocracia porque era el término medio entre la monarquía y la democracia.
Presocráticos
Aristóteles intentó sistematizar en su teoría de las causas las conclusiones de los físicos anteriores (presocráticos) dando respuestas a algunos problemas que quedaron en el aire. Los físicos anteriores explicaron el nacer-perecer de la phisys atendiendo básicamente a un sólo orden de causas. El error de sus predecesores fue el buscar una sola causa. Algunos reducían las cosas a un principio material como el agua de Tales o el aire de Anaxímenes. Otros explicaban el movimiento de la materia por una causa eficiente como Empédocles y su teoría del amor/odio. Pitágoras con su preocupación por el límite y Platón con su teoría de las ideas aportaron una causa formal. Por otro lado, quizás se podría apreciar al Nous de Anaxágoras como una causa final. Pero el estagirita resaltó cuatro causas. Las causas serían una serie de "sucesos" que originan un fenómeno, el origen y dinámica de las cosas.
C.MATERIAL – aquello de lo que está hecho una cosa (madera).
C.FORMAL – la organización que tiene la materia (madera) en un momento determinado, aquello que la cosa va a ser (forma de mesa).
C.EFICIENTE – aquello que la hace ser lo que es (el carpintero).
C.FINAL – aquello por lo cual una cosa existe, es el propósito, el fin para el que está hecho una cosa (el carpintero la hace para venderla).
Las causas material y formal son intrínsecas a la cosa mientras que la eficiente y final son extrínsecas, están fuera de la materia.
Opinión sobre Aristóteles
1.- Introducción. Aristóteles me parece un verdadero científico, sobre todo si lo comparamos con Platón. Las repuestas a los problemas de la filosofía griega los resolvió de una forma mucho más comprensible que Platón: el problema del cambio y del movimiento, el conocimiento científico, suprimió el dualismo ontológico, epistemológico y antropológico, etc. Pero vamos por partes.
2.- Eliminación del dualismo ontológico.
Aunque Aristóteles comenzó siendo un platónico, a la muerte de Platón abandonó la Academia y poco a poco fue elaborando un pensamiento propio. Él no estaba de acuerdo con la existencia separada de los dos mundos: el mundo sensible y el mundo de las ideas. Las ideas están en las cosas mismas y no en un mundo independiente. Las denominó Formas. Todas las cosas se componen de materia y forma: teoría hilemórfica. Esto me parece mucho más comprensible que el dualismo platónico, el que plantea la existencia de un mundo de ideas. Aristóteles es realista mientras que Platón es un idealista.
3.- Aristóteles y la ciencia.
Aristóteles decía que la ciencia se basaba en el conocimiento de las causas. Es decir, conocer algo científicamente es conocer sus causas. Y para él existían cuatro causas: material, formal, eficiente y final. Yo creo que esta concepción de la ciencia se aproxima bastante a la actual forma de ver a la ciencia, sin remitirnos al mundo de las ideas. En este sentido es empirista, se basa en la experiencia y no hay ciencia que no se fundamente en la experiencia.
4.- La epistemología: teoría del conocimiento.
Para Aristóteles, más allá de Platón, para explicar la realidad tenemos que partir de la sensibilidad, del conocimiento sensible. Platón negaría esto. Pero para Aristóteles todo conocimiento comienza en los sentidos y luego se iniciaría el proceso racional. Para Aristóteles "nada hay en el entendimiento que antes no estuviera en los sentidos". Este proceso que arranca con la sensibilidad me parece mucho más creíble que el planteamiento de Aristóteles. Esto es, Aristóteles parece proceder desde abajo hacia arriba, mientras que Platón lo haría desde arriba (mundo de las ideas) hacia abajo (mundo de los sentidos). Yo creo que en el conocimiento la base está en la sensibilidad y luego se puede ir hacia un proceso más general. 5.- Eliminación del dualismo antropológico.
Para Aristóteles el hombre es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (forma), y esta unión es sustancial. No existe el cuerpo sin el alma, ni el alma sin el cuerpo. Así aplica su teoría hilemórfica al hombre. Nos decía que no es el alma la que piensa sino todo el hombre gracias al alma. Me parece asombroso como es capaz de vincular conceptos que ha utilizado en su Física, Metafísica a la Antropología, cómo es capaz de elaborar un sistema filosófico tan coherente. Además me parece que aquí también supera a Platón. Estoy de acuerdo con esta concepción antropológica de Aristóteles.
También me parece extraordinario su planteamiento de las funciones del alma pues trata a todos los seres vivos como seres naturales: la facultad vegetativa la tienen las plantas, la facultad sensitiva la tienen los animales además de la vegetativa, y el hombre es el único ser que tiene la facultad intelectiva además de las anteriores.
6.- Ética y Política.
Estoy de acuerdo con la crítica que Aristóteles hace al intelectualismo moral de Platón y Sócrates, en cuanto también considero que no basta con conocer la idea de Bien para hacer el bien, pues es necesario la voluntad, el querer obrar bien. También me parece acertado el considerar a la felicidad como el objetivo de la ética, pero ya no me parece tan acertado que la verdadera felicidad coincida con la actividad racional.
Su planteamiento de que el objetivo de la Política sea conseguir la felicidad de los ciudadanos también lo comparto, pero desentona el que las mujeres, por ejemplo, no sean consideradas ciudadanas. Por otro lado, no comparto el que justifique a la esclavitud, que la vea como algo natural.
Sin embargo, también veo a Aristóteles más avanzado que a Platón en cuanto la política de Aristóteles obedece a su estudio de 158 Constituciones, hace un estudio empírico, mientras que Platón elabora su "República" como una utopía.
Aristóteles
… un hombre meticuloso que quiso poner orden en los conceptos de los seres humanos… Mientras su madre dormía la siesta, Sofía se fue al Callejón. Había metido un terrón de azúcar en el sobre rosa y había escrito «Para Alberto» fuera.
No había llegado ninguna carta nueva, pero un par de minutos más tarde Sofia oyó que el perro se acercaba. -¡Hermes! -llamó Sofía, y al instante el perro se metió de un salto en el Callejón, llevando un gran sobre amarillo en la boca-. ¡Buen perro! Sofia puso un brazo alrededor de Hermes, que respiraba jadeante. Ella sacó el sobre rosa con el terrón de azúcar y se lo metió en la boca. Hermes salió del Callejón y se dirigió de nuevo al bosque.
Sofia estaba un poco nerviosa cuando abrió el sobre. ¿Diría algo sobre la cabaña y la barca? El sobre contenía las hojas de siempre, que iban unidas con un clip. Pero también había una notita suelta, en la que ponía:
¡Querida señorita detective! O señorita ladrona, para se más exacto. El asunto ya ha sido denunciado a la policía. Y, no es tan grave. Y estoy tan enfadado. Sí eres igual de curiosa para buscar respuestas a los en enigmas de los filósofos, resulta muy prometedor. Lo malo es que ahora tendré que cambiarme de casa. Bueno, bueno, la culpa es mía, debería haber comprendido que tú eres de la clase de personas que quiere llegar al fondo de las cosas.
Saludos, Alberto. Sofía dio un suspiro de alivio. Entonces, ¿no estaba enfadado? ¿Pero por qué tenía que cambiarse de casa? Se llevó corriendo las grandes hojas a su cuarto. Era mejor estar en casa cuando su madre se despertara. Se acomodó en la cama y empezó a leer sobre Aristóteles.
Filósofo y científico
Querida Sofía. Seguramente estarás asombrada por la teoría de las Ideas de Platón. No eres la primera. No sé si te lo has creído todo, o si también has hecho algunas objeciones críticas. En ese caso, puedes estar segura de que las mismas objeciones fueron hechas por Aristóteles (384-322 a. de C.), que fue alumno de la Academia de Platón durante 20 años.
Aristóteles no era ateniense. Provenía de Macedonia y llegó a la Academia de Platón cuando éste tenía 61 años. Era hijo de un reconocido médico y, por consiguiente, científico. Este hecho dice ya algo del proyecto filosófico de Aristóteles. Lo que más le preocupaba era la naturaleza viva. No sólo fue el último gran filósofo griego; también fue el primer gran biólogo de Europa.
Podríamos decir que Platón estuvo tan ocupado con «los moldes» o «Ideas eternas», que no había reparado en los cambios en la naturaleza. Aristóteles, en cambio, se interesaba precisamente por esos cambios, o lo que hoy en día llamamos «procesos de la naturaleza» Si quisiéramos llevarlo al último extremo, podríamos incluso decir que Platón dio la espalda al mundo de los sentidos, volviendo la cabeza ante todo lo que vemos a nuestro alrededor. (¡Quería salir de la caverna, quería contemplar el mundo eterno de las Ideas!) Aristóteles hizo lo contrario. Se puso de rodillas en la tierra para estudiar peces y ranas, amapolas y anémonas.
Podríamos decir que Platón sólo usaba su inteligencia; Aristóteles también usaba sus sentidos.
También en la forma en la que escriben, se encuentra una gran diferencia entre ellos. Platón era un poeta, un creador de mitos; los escritos de Aristóteles son áridos y minuciosos como una enciclopedia. No obstante, se nota en mucho de lo que escribe que él se basa en su estudio de la naturaleza.
En la Antigüedad se habla de hasta 170 títulos escritos por Aristóteles, de los que se han conservado 47. No se trata de libros acabados. Los escritos de Aristóteles son en general apuntes para lecciones. También en la época de Aristóteles la filosofía era ante todo una actividad oral. La gran importancia de Aristóteles en la cultura europea se debe también, en buena medida, al hecho de que fuera él quien creara el lenguaje profesional que las distintas ciencias emplean hasta hoy en día. Fue el gran sistematizador que fundó y ordenó las distintas ciencias.
Aristóteles escribió sobre todas las ciencias, de modo que sólo mencionaré algunos de los campos más importantes. Ya que te he hablado tanto de Platón, empezaré por contarte cómo rechaza Aristóteles la teoría de las Ideas de Platón. A continuación, veremos cómo elabora su propia filosofía de la naturaleza, pues fue Aristóteles quien resumió todo lo que habían dicho los filósofos de la naturaleza anteriores a él. Veremos cómo pone orden en nuestros conceptos y funda la lógica como una ciencia. Finalmente hablaré un poco de la visión que tenía Aristóteles de los seres humanos y de la sociedad.
Si aceptas estas condiciones, podemos poner manos a la obra.
No hay ideas innatas
Como los filósofos anteriores a él, Platón deseaba encontrar algo eterno e inmutable, en medio de todos los cambios. Encontró las Ideas perfectas, que estaban muy por encima del mundo de los sentidos. Platón opinaba, además, que las Ideas eran más reales que todos los fenómenos de la naturaleza. Primero estaba la «idea de caballo», luego llegaban todos los caballos del mundo de los sentidos galopando en forma de sombras en la pared de una caverna. Esto quiere decir que la «idea de gallina» estaba antes que la gallina y que el huevo.
Aristóteles pensaba que Platón había dado la vuelta a todo. Estaba de acuerdo con su profesor en que el caballo individual «fluye», y que ningún caballo vive eternamente. También estaba de acuerdo en que el «molde de caballo» es eterno e inmutable. Pero la «idea de caballo» no es más que un concepto que los seres humanos nos hemos formado después de ver un cierto número de caballos. Eso quiere decir que la «idea» o la «forma» de caballo no existen en sí. «Forma» del caballo es, para Aristóteles, las cualidades del caballo o lo que hoy en día llamamos especie. Para ser más preciso: con «forma» del caballo, Aristóteles quiere designar lo que es común para todos los caballos. Y aquí no nos basta el ejemplo de las pastas, pues los moldes de pastelería existen independientemente de esas determinadas pastas. Aristóteles no pensaba que existieran tales moldes, que, por así decirlo, estaban colocados en estantes fuera de la naturaleza. Para Aristóteles las formas de las cosas son como las cualidades específicas de las Cosas.
Esto quiere decir que Aristóteles está en desacuerdo con Platón en que la Idea de «gallina» sea anterior a la gallina. Lo que Aristóteles llama «forma de gallina», está presente en cada gallina, como las cualidades específicas de la gallina; por ejemplo, el hecho de que ponga huevos. De ese modo la propia gallina y la «forma» de gallina son tan inseparables como el cuerpo y el alma.
Con esto hemos dicho lo esencial sobre la crítica de Aristóteles a la teoría de las Ideas de Platón. No obstante, debes darte cuenta de que nos encontramos ante un cambio radical en la manera de pensar. Para Platón, el mayor grado de realidad es lo que pensamos con la razón. Para Aristóteles era igual de evidente que el mayor grado de realidad es lo que sentimos con los sentidos. Platón opina que todo lo que vemos a nuestro alrededor en la naturaleza, son meros reflejos de algo que existe de un modo más real en el mundo de las Ideas, y con eso también en el alma del ser humano. Aristóteles opina exactamente lo contrario. Lo que hay en el alma del ser humano, son meros reflejos de los objetos de la naturaleza; es decir, la naturaleza es el verdadero mundo. Según Aristóteles, Platón quedó «anclado» en una visión mítica del mundo, en la que los conceptos del hombre se confunden con el mundo real.
Aristóteles señaló que no existe nada en la mente que no haya estado antes en los sentidos, y Platón podría haber dicho que no hay nada en la naturaleza que no haya estado antes en el mundo de las Ideas. En ese sentido, opinaba Aristóteles, Platón «duplicaba el número de las cosas». Explicaba cada caballo haciendo referencia a «la idea» de caballo. ¿Pero qué explicación era esa, Sofia? Quiero decir, ¿de dónde viene la «idea de caballo»? ¿Existe acaso también un tercer caballo, del que la «idea de caballo» es un mero reflejo? Aristóteles pensó que todo lo que tenemos dentro de pensamientos e ideas ha entrado en nuestra conciencia através de lo que hemos visto y oído. Pero también tenemos una razón innata con la que nacemos. Tenemos una capacidad innata para ordenar todas nuestras sensaciones en distintos grupos y clases. Así surgen los conceptos «piedra», «planta», «animal» y «hombre». Así surgen los conceptos «caballo», «cangrejo» y «canario».
Aristóteles no negó que el hombre tuviera una inteligencia innata. Al contrario, según Aristóteles es precisamente la razón la que constituye la característica más destacada del ser humano. Pero nuestra inteligencia está totalmente vacía antes de que sintamos algo. Por lo tanto el ser humano no puede nacer con idea alguna.
Las formas son las cualidades de las cosas
Tras haber aclarado su relación con la teoría de las Ideas de Platón, Aristóteles constata que la realidad está compuesta de una serie de cosas individuales que constituyen un conjunto de materia y forma. La «materia» es el material del que está hecha una cosa, y la «forma» son las cualidades específicas de la cosa.
Delante de ti aletea una gallina, Sofía. La «forma» de la gallina es precisamente aletear, y también cacarear y poner huevos. Así pues, la «forma» de la gallina son las propiedades específicas de la especie «gallina» o, dicho de otra manera, lo que hace la gallina. Cuando la gallina muere, y con ello deja de cacarear, la «forma» de la gallina deja de existir. Lo único que queda es la «materia» de la gallina (¡qué triste, verdad, Sofía!), pero entonces, ya no es una gallina.
Como ya he indicado, Aristóteles se interesaba por los cambios que tienen lugar en la naturaleza. En la «materia» siempre hay una posibilidad de conseguir una determinada «forma». Podemos decir que la «materia» se esfuerza por hacer realidad una posibilidad inherente. Cada cambio que tiene lugar en la naturaleza es, según Aristóteles, una transformación de la materia de posibilidad a realidad. No te preocupes, Sofía, te lo explicaré. intentaré hacerlo con una historia divertida. Erase una vez un escultor que estaba agachado sobre un enorme bloque de granito. Todos los días daba martillazos y picaba la piedra informe, y un día recibió la visita de un niño. «¿Qué estás buscando?», preguntó el niño. «Espera y verás», dijo el escultor. Al cabo de unos días el niño volvió. Para entonces el escultor había esculpido un hermoso caballo del bloque de granito. El niño lo miró asombrado, y luego se volvió al escultor y dijo: «¿Cómo podías saber que el caballo estaba ahí dentro?».
Pues eso, ¿cómo podía saberlo? De alguna manera el escultor había visto la «forma» del caballo en el bloque de granito. Porque precisamente ese bloque de granito tenía una posibilidad inherente de transformarse en caballo. De esa manera, pensaba Aristóteles, todas las cosas de la naturaleza tienen una posibilidad inherente de realizar o concluir una determinada «forma».
Volvamos a la gallina y al huevo. Un huevo de gallina tiene una posibilidad inherente de convertirse en gallina, lo cual no significa que todos los huevos de gallina acaben convirtiéndose en gallinas, pues algunos acaban en la mesa del desayuno como huevo pasado por agua, tortilla o huevos revueltos, sin que la «forma» inherente del huevo llegue a hacerse realidad. Pero también resulta evidente que el huevo de gallina no puede convertirse en un ganso. Esa posibilidad no está en el huevo de gallina. Así vemos que la «forma» de una cosa nos dice algo sobre la «posibilidad» de la cosa, así como sobre las limitaciones de la misma.
Al hablar Aristóteles de la «forma» y de la «materia» de las cosas, no se refería únicamente a los organismos vivos. De la misma manera que la «forma» de la gallina es aletear, poner huevos y cacarear, la «forma» de la piedra es caer al suelo. Naturalmente, puedes levantar una piedra y tirarla muy alto al aire, pero no puedes tirarla hasta la luna porque la naturaleza de la piedra es caer al suelo. (En realidad debes tener cuidado al realizar este experimento, pues la piedra podría fácilmente llegar a vengarse, ya que busca el retorno más rápido posible a la tierra, y pobre de aquel que le impida su camino!)
La causa final
Antes de dejar el tema de la «forma» de todas las cosas vivas y muertas, y que nos dice algo sobre las posibles actividades de las cosas, debo añadir que Aristóteles tenía una visión muy particular de las relaciones causa-efecto en la naturaleza.
Cuando hoy en día hablamos de la «causa» de esto y de lo otro, nos referimos a cómo algo sucede. El cristal se rompió porque Petter le tiró una piedra; un zapato se hace porque el zapatero junta unos trozos de piel cosiéndolos. Pero Aristóteles pensaba que hay varias clases de causas en la naturaleza: menciona en total cuatro causas diferentes. Lo más importante es entender qué quiere decir con lo que él llamaba «causa final».
En cuanto a la rotura del cristal, cabe preguntar el por qué Petter tiró la piedra al cristal. En otras palabras: preguntamos qué finalidad tenía. No cabe duda de que la intención o el «fin» también juega un importante papel en el proceso de fabricación de un zapato. Pero Aristóteles contaba con una «causa final» también en lo que se refiere a procesos de la naturaleza completamente inanimados. Nos bastará con un ejemplo.
¿Por qué llueve, Sofía? Seguramente habrás aprendido en el colegio que llueve porque el vapor de agua de las nubes se enfría y se condensa formando gotas de agua que caen al suelo debido a la acción de la gravedad. Aristóteles estaría de acuerdo con este ejemplo. Pero añadiría que sólo has señalado tres de las causas. La causa material es que el vapor de agua en cuestión (las nubes) se encontraban justo allí en el momento en el que se enfrió el aire. La causa eficiente (o agente) es que se enfría el vapor del agua, y la causa formal es que la «forma» o la naturaleza del agua es caer al suelo. Si no dijeras nada más, Aristóteles añadiría que llueve porque las plantas y los animales necesitan el agua de la lluvia para poder crecer. Esta era la que él llamaba causa final. Como ves, Aristóteles atribuye a las gotas de agua una tarea o una intención. Supongo que nosotros daríamos la vuelta a todo esto y diríamos que las plantas crecen porque hay humedad, y que crecen naranjas y uvas para que los seres humanos las coman.
La ciencia hoy en día no piensa así. Decimos que la comida y la humedad son condiciones para que puedan vivir los animales y las personas. Si no fuera por estas condiciones, nosotros no habríamos existido. Pero no es intención del agua ni de las naranjas darnos de comer.
En lo que se refiere a las causas, estamos tentados a decir que Aristóteles se equivocó. Pero no hay que apresurarse. Mucha gente piensa que Dios creó el mundo tal como es, precisamente para que las personas y los animales pudiesen vivir en él. Sobre esta base es evidente que se puede decir que el agua va a los ríos porque los animales y los senes humanos necesitan agua para vivir. Pero en este caso estamos haand de la intención o el propósito de Dios, no son las gotas de la lluvia o el agua de los ríos los que esean nuestro bien.
Con Platón
La distinción entre «forma» y «materia» juega también un importante papel cuando Aristóteles se dispone a describir cómo los seres humanos reconocen las cosas en el mundo.
Al reconocer algo, ordenamos las cosas en distintos grupos o categorías. Veo un caballo, luego veo otro caballo, y otro más. Los caballos no son completamente idénticos, pero tienen algo en común, algo que es igual para todos los caballos, y precisamente eso que es igual para todos los caballos, es lo que constituye la «forma» del caballo. Lo que es diferente o individual, pertenece a la «materia» del caballo. De esta manera los seres humanos andamos por el mundo clasificando las cosas en distintas casillas. Colocamos a las vacas en los establos, a los caballos en la cuadra, a los cerdos en la pocilga y a las gallinas en el gallinero. Lo mismo ocurre cuando Sofia Amundsen ordena su habitación. Coloca los libros en las estanterías, los libros del colegio en la cartera, las revistas en el cajón de la cómoda. La ropa se dobla ordenadamente y se mete en el armario, las braguitas en un estante, los jerseys en otro, y los calcetines en un cajón aparte. Date cuenta de que hacemos lo mismo en nuestra mente: distinguimos entre cosas hechas de piedra, cosas hechas de lana y cosas hechas de caucho. Distinguimos entre cosas vivas y muertas, y también entre plantas, animales y seres humanos.
¿Me sigues, Sofía? Como ves, Aristóteles se propuso hacer una buena limpieza en el cuartoi de la naturaleza. Intentó mostrar que todas las cosas de la naturaleza pertenecen a determinados grupos y subgrupos. (Hermes es un ser vivo, más concretamente un animal, más concretamente un vertebrado, más concretamente un mamífero, más concretamente un perro, más concretamente un labrador, más concretamente un labrador macho.) Vete ahora a tu cuarto, Sofía, y recoge del suelo cualquier objeto. Sea cual sea el objeto que levantes, descubrirás que lo que estás tocando pertenece a uno de los órdenes superiores. El día que veas algo que no sepas clasificar, te llevarás un gran susto; por ejemplo si descubrieras una cosa de la que no supieras decir con seguridad si pertenece al reino animal, al reino vegetal o al reino mineral. Apuesto a que ni siquiera te atreverías a tocarla.
Acabo de decir el reino vegetal, el reino animal y el reino mineral. Me estoy acordando ahora de ese juego que consiste en que uno se va fuera, mientras el resto de los participantes en la fiesta deben pensar en algo que el pobre de fuera tiene que adivinar al entrar.
Los demás invitados han decidido pensar en el gato llamado Mons, que en ese momento se encuentra en el jardín del vecino. El que estaba fuera vuelve a entrar y comienza a adivinar. Los demás sólo pueden contestar «si» o "no». Si el pobrecito es un buen aristotélico, y en ese caso no es ningún pobrecito, la conversación podría transcurrir aproximadamente como sigue: ¿Es algo concreto? (Sí.) ¿Pertenece al reino mineral? "No". ¿Es algo vivo? (Si.) ¿Pertenece al reino vegetal? (No.) ¿Es un animal? (Sí.) ¿Es un ave? (No.) ¿Es un mamífero? (Sí.) ¿Es un gato? (Si.) ¿Es Mons? (¡Sííííííiií! Risas…) De manera que fue Aristóteles quien inventó este juego. Y a Platón le podemos atribuir el invento del «escondite en la oscuridad». A Demócrito ya le concedimos el honor de haber inventado las piezas de lego. Aristóteles fue un hombre meticuloso que quiso poner orden en los conceptos de los seres humanos. De esa manera seria él quien creara la lógica como ciencia. Señaló varias reglas estrictas para saber qué reglas o pruebas son lógicamente válidas. Bastará con un ejemplo: si primero constato que «todos los seres vivos son mortales» (primera premisa) y luego constato que «Hermes es un ser vivo» (segunda premisa), entonces puedo sacar la elegante conclusión de que «Hermes es mortal».
El ejemplo muestra que la lógica de Aristóteles trata de la relación entre conceptos, en este caso «ser vivo» y «mortal». Aunque tengamos que darle la razón a Aristóteles en que la conclusión arriba citada es válida cien por cien, a lo mejor tendríamos que admitir también que no dice nada nuevo. Sabíamos de antemano que Hermes es «mortal». (Es «un perro» y todos los perros son «seres vivos», que a su vez son «mortales», a diferencia de las piedras del Monte Everest.) Sí, sí, Sofía, lo sabíamos ya. Pero no siempre la relación entre grupos de cosas parece tan evidente. De vez en cuando puede resultar útil ordenar nuestros conceptos. Me limito a poner un solo ejemplo: ¿es posible que esas crías minúsculas de ratón chupen leche de su mamá exactamente igual que los corderos y cerditos? Pensémoslo: lo que sí sabemos, por lo menos, es que los ratones no ponen huevos, (¿Cuándo he visto un huevo de ratón?) De manera que paren hijos vivos, igual que los cerdos y las ovejas, A los animales que paren los llamamos «mamíferos», y los mamíferos son precisamente animales que chupan leche de su madre. Y ya está. Teníamos la respuesta ya en nuestra mente, pero tuvimos que meditar un poco. Nos habíamos olvidado de que los ratones realmente beben la leche de su madre. Quizás se debió a que nunca habíamos visto ratoncitos mamando. La razón es, evidentemente, que los ratones se inhiben un poco cuando se trata de cuidar a sus hijos en presencia de los seres humanos.
La escala de la naturaleza
Cuando Aristóteles se pone a «ordenar» la existencia, señala primero que las cosas de la naturaleza pueden dividirse en dos grupos principales. Por un lado tenemos las cosas inanimadas, tales como piedras, gotas de agua y granos de tierra. Estas cosas no tienen ninguna posibilidad inmanente de cambiar. Esas cosas «no vivas», sólo pueden cambiar, según Aristóteles, bajo una influencia externa. Por otro lado tenemos las cosas vivas, que tienen una posibilidad inmanente de cambiar.
En lo que se refiere a las cosas vivas, Aristóteles señala que hay que dividirlas en dos grupos principales. Por un lado tenemos las plantas, por otro lado tenemos los seres vivos. También los seres vivos pueden dividirse en dos subgrupos, es decir, en animales y seres humanos.
Tienes que admitir que esta división parece clara y bien dispuesta. Hay una diferencia esencial entre las cosas vivas y las no vivas, por ejemplo, entre una rosa y una piedra. Del mismo modo también hay una diferencia esencial entre plantas y animales, por ejemplo, entre una rosa y un caballo. Y también me atrevo a decir que hay bastante diferencia entre un caballo y un ser humano. ¿Pero en qué consisten exactamente esas diferencias? ¿Me lo puedes decir? Desgraciadamente no tengo tiempo para esperar a que anotes tu respuesta y la metas en un sobre rosa junto con un terroncito de azúcar, de modo que yo mismo contestaré a la pregunta: al dividir Aristóteles los fenómenos de la naturaleza en varios grupos, parte de las cualidades de las cosas; más concretamente de lo que saben o de lo que hacen.
Todas las cosas vivas (plantas, animales y seres humanos) saben tomar alimento, crecer y procrear. Todos los seres vivos también tienen la capacidad de sentir el mundo de su entorno y de moverse en la naturaleza. Todos los seres humanos tienen además la capacidad de pensar, o, en otras palabras, de ordenar sus sensaciones en varios grupos y clases.
Así resulta que no hay verdaderos límites muy definidos en la naturaleza. Registramos una transición más bien difusa de plantas simples a animales más complicados. En la parte superior de esta escala está el ser humano, que, según Aristóteles, vive toda la vida de la naturaleza. El ser humano crece y toma alimento como las plantas, tiene sentimientos y la capacidad de moverse como los animales, pero tiene además una capacidad, que solamente la tiene el ser humano, y es la de pensar racionalmente.
Por ello el ser humano tiene una chispa de la razón divina, Sofía. Sí, si acabo de decir divina. En algunos momentos Aristóteles señala que tiene que haber un dios que haya puesto en marcha todos los movimientos de la naturaleza. En ese caso, ese dios se convierte en la cima absoluta de la escala de la naturaleza.
Aristóteles se imaginaba que los movimientos de las estrellas y de los planetas dirigen los movimientos en la Tierra. Pero también tiene que haber algo que ponga en marcha los movimientos de los astros. A ese «algo» Aristóteles lo llama primer motor o dios. El «primer motor» no se mueve en sí, pero es la «causa primera» de los movimientos de los astros y con ello, de todos los movimientos de la Tierra.
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