Al finalizar este capítulo, podemos afirmar que, en esta regla de vida que Camus propone al hombre que ha descubierto el absurdo, hay un humanismo de trasfondo y un amor incondicional al hombre. Podemos decir que su ética está fundamentada en el hombre que, se convierte en el valor orientador de quien se revela contra el absurdo, por consiguiente estas fueron a las conclusiones que llegamos:
El hombre rebelde, es el que rechaza a Dios y su creación, por la injustica, el mal y absurdo que existe en el mundo, afirmando así su naturaleza humana, es decir, que se trata de una lucha de todos.
El descubrimiento del absurdo, no debe llevar al hombre a ser nihilista, porque hay cosas que sí tienen sentido, y no todo está permitido, porque hay que salvar al hombre, y si todo está permitido se hace legítimo el asesinato.
En la búsqueda de un valor que oriente la vida del hombre, que ha reconocido que este mundo es absurdo, Camus pone como punto de referencia al mismo hombre por el que se ha de luchar.
En la lucha por el hombre, toma un papel preponderante la solidaridad con los que sufren. Aunque el hombre nunca va a eliminar el mal, hay que luchar contra él para disminuirlo creando un ambiente favorable para el hombre.
CAPÍTULO IV:
Metodología y conclusiones
4.1. Metodología
El método de redacción utilizado es el APA.
4.1.1. Planteamiento del problema
Para algunas personas, el siglo XX se convirtió en el siglo del miedo, por los dos eventos más desastrosos en la historia de la humanidad: la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Esto hizo que ciertas personas concibieran la existencia como un absurdo, puesto que la angustia, el terror, la muerte y el sufrimiento que se vivió en tal época, hizo que muchas personas vieran el sinsentido de sus vidas.
Albert Camus fue un testigo vivencial de las dos Guerras Mundiales, y es por tal razón, que él también experimentó el sinsentido de la vida, reusando aceptar cualquier espereza en otra vida, o un sentido trascendente de la existencia.
En este escenario hubo dos tendencias existencialistas, una que aceptaba el valor trascendente de la existencia, como Karl Jaspers, Kierkegaard y Marcel, pero ortos como, Camus y Sartre afirmaron el absurdo de la existencia, sin ninguna esperanza futura y era precisamente porque para ellos todo termina con la muerte del individuo.
En nuestra sociedad dominicana también podemos observar que algunas personas sumidas en su búsqueda de poder, placer y tener, experimentan una vida de vacío existencial, de sinsentido, que no satisface su anhelo y constante búsqueda de felicidad; por consiguiente, es en ese preciso momento donde se preguntan por el sentido de su existencia; ya que, en todo lo que hacen dichas personas está como sustrato la búsqueda del sentido existencial; pero cuando se encuentran con situaciones limites que se les escapan, como el caso de la muerte, se entregan a afirmar el absurdo de sus vidas.
La uniformidad de la vida cotidiana, la inutilidad del sufrimiento, el hastío de los semejantes, el enigma de la muerte, la soledad que experimentan algunas personas de nuestra sociedad por la mecanización de sus vida y su rebajamiento a la simple función, hacen latente el absurdo de su existencia que, muchas veces les lleva al suicidio o en otro caso ha adoptar una existencia inauténtica, entregado al chismorreo y a la avidez de novedad, para enmascarar su vacío existencial, que lo atormenta y lo angustia. Sin embargo, es ahí donde el ser humano se embarca a buscar el sentido de su existencia, ya que es imposible vivir una vida sin sentido y sin un motivo por el cual seguir respirando.
4.1.2. Objetivo general
Exponer el absurdo de la existencia en el pensamiento filosófico de Albert Camus, esbozando el contexto histórico del autor, que lo fue llevando a considerar la existencia como un absurdo y a edificar una ética sin Dios para vivir en el sinsentido.
4.1.3. Objetivos específicos
Dar una visión sobre el contexto histórico y filosófico en que se desarrolló el pensamiento de Albert Camus.
Explicar en qué consisten el absurdo según Albert Camus.
Exponer la propuesta ética de Albert Camus para vivir en un mundo absurdo.
4.1.4. Diseño de la investigación
Nuestro trabajo de investigación por su configuración y metodología de trabajo encaja más en lo que se plantea como una Investigación documental:ų la que se realiza, como su nombre lo indica, apoyándose en fuentes de carácter documental, esto es, en documentos de cualquier especie tales como, las obtenidas a través de fuentes bibliográficas, hemerográficas o archivísticas; la primera se basa en la consulta de libros, la segunda en artículos o ensayos de revistas y periódicos, y la tercera en documentos que se encuentran en archivos como cartas oficios, circulares, expedientes etc.
4.1.5. Procedimiento
La realización de este trabajo de investigación, fue con el siguiente proceso: primero una investigación profunda en las bibliotecas, internet, revista y de más, luego una lectura voraz de las principales fuentes del autor que versan sobre el tema, dejándome ayudar de algunos ecuánimes comentaristas que analizan las obras de Albert Camus. Por último digitar la investigación realizada, después de organizar los materiales y la coherencia interna de la tesis. Cada capítulo está redactado a base de una idea central y los acápites están organizados gradualmente según la evolución del pensamiento del autor, para dar una mejor comprensión de los mismos.
4.1.6. Enfoque
Este trabajo de investigación es de corte cualitativo y explicativo, porque está basado en el análisis bibliográfico de las principales obras de Albert Camus, y otras fuentes que traten sobre el autor o el tema. También nos centramos en la concepción del absurdo que maneja Camus y a partir de ahí, desarrollaremos tres capítulos, y en cada uno de ellos vamos a mostrar las conclusiones a las que llegó Camus en su concepción absurda de la existencia.
4.1.7. Alcance
Este trabajo de investigación, está fundamentado en dos obras principales, es a saber: El mito de Sísifo y El hombre rebelde; que es donde Camus descubre y desarrolla el absurdo de la existencia y busca un antídoto para el sinsentido. También voy ha analizar algunas obras de su madurez, donde propone una ética de cómo debe de vivir el hombre dentro de este mundo absurdo.
4.2. Conclusiones
A partir del los objetivos específicos que nos propusimos al inicio de esta investigación, expondremos sintéticamente los puntos concluyentes a los que llegamos en el transcurso de este trabajo; el primer objetivo que nos propusimos es:
1. Contexto histórico y filosófico en que se desarrolló el pensamiento de Albert Camus
El pensamiento de Camus, se vio muy influenciado por los desastres de las dos guerras mundiales, las cuales le dejaron una desesperanza en la humanidad. También Camus fue testigo de los crimines cometidos por Adolf Hitler, con el intento de aniquilar a la totalidad de la población judía de Europa, la cual culminó con la muerte de unos seis millones de judíos. Todos esos elementos fueron cruciales para el desarrollo del pensamiento de Camus, puesto que a partir de estos problemas, es donde nuestro filósofo se pregunta por el sentido de la existencia y considera que esa debe de ser la pregunta fundamental de la filosofía.
La corriente filosófica llamada el existencialismo, es donde podemos enmarcar el pensamiento de Camus, porque sus obras tienen esa preocupación por el hombre que sufre, que muere, que se angustia y que se descubre vacío existencialmente. Por consiguiente, Camus se ve influenciado también por el existencialismo, a pesar de que no asume totalmente todo el sistema de dicha filosofía, porque tiene otro punto de vista del hombre. Para los existencialistas la existencia precede a la esencia, pero para Camus es la esencia la que precede a la existencia; es decir, que el hombre es naturaleza y no un proyecto, porque para él el hombre nace hecho y no tiene que hacerse.
Todo el pensamiento de Camus es una constante búsqueda del sentido de la existencia, por eso, podemos dividir su reflexión filosófica en tres etapas; primero la naturalista: donde nuestro filósofo encuentra que el sentido de la existencia está en una armonía total con la naturaleza es decir, un contacto con todo lo natural y un disfrute con todo lo que esta en la tierra. En un segundo momento está la etapa filosófica: donde Camus se da cuenta que la felicidad se convierte en una utopía, por el hecho de que el hombre choca con la realidad de la muerte, que aniquila su ser y no le permite seguir disfrutando de los goces naturales y eso es absurdo. La última etapa es la ética: donde Camus busca una salida de frente al absurdo, y llega a la conclusión de que el hombre debe rebelarse contra el sinsentido de la existencia, y, a pesar de que no puede eliminar el absurdo, debe tratar de disminuirlo siendo un santo sin Dios.
La realidad de la muerte, fue lo que hizo que muchos filósofos concibieran la existencia como un absurdo, este es el caso de Sartre y del propio Camus. Sartre piensa que la muerte interrumpe con el proyecto existencial del hombre, haciendo de este una pasión inútil y por consiguiente, la vida es absurda. Para Heidegger, la muerte es intrínseca al proyecto existencial del Dasein, de ahí que el hombre es un ser para la muerte, pero eso no quiere decir que la vida es absurda, al contrario, cuando vivimos auténticamente esperando la muerte, eso en cierta medida colma de sentido nuestra existencia. Algo que notamos en estas reflexiones, es el hecho de que, no existe una esperanza en otra vida después de la muerte para estos filósofos.
II. El carácter absurdo de la existencia
Aquí mostramos, qué es el absurdo, qué hay que hacer de frente al absurdo y cuáles son los modelos de un hombre absurdo.
El absurdo es la confrontación que existe entre el deseo de unidad, de conocimiento y de felicidad que tiene el hombre, que choca con un mundo que sólo ofrece la diversidad, el sufrimiento y lo irracional. El absurdo no es el hombre ni el mundo, sino la confrontación que hay entre ambos. El absurdo se lleva a cabo desde dos dimensiones: en el plano del sentimiento y en el plano de la razón. En el plano sentimental, el hombre descubre el absurdo por la mecanización de la vida cotidiana, cuando tiene que hacer lo mismo todos los días sin encontrarle sentido alguno, también cuando se da cuenta de que está sometido al tiempo y por siguiente a la muerte, eso es absurdo. En la dimensión racional, el hombre descubre el absurdo porque tiene sed de conocimiento, sin embargo, el mundo rehúsa ser comprendido en su totalidad, esto no quiere decir que no podemos tener conocimiento de algunas cosas existente en el mundo, sino que hay cosas que escapan a la razón del hombre porque no tienen explicación, pero Camus quiere que se le aclare todo o nada, y por el simple hecho de que hay cosas que no tienen explicación, la existencia es absurda.
Cuando el hombre se da cuenta de que su vida no tiene sentido, puede caer en el error de acudir al suicidio o a la esperanza en una vida después de la muerte, para salir del sinsentido existencial; pero Camus ve en el suicidio y la esperanza, dos evasiones del absurdo, el hombre no debe suicidarse sino, luchar contra el absurdo y afirmar el valor de su vida, porque la vida no necesita tener ningún sentido para ser vivida, puesto que el absurdo no impone la muerte.
El hombre absurdo se comporta como un Don Juan, un comediante o un conquistador. Estos personajes viven sus vidas abocados al tiempo, es decir que, como están privado de lo eterno se alían con el tiempo para vivir lo más que se pueda. Don Juan es un seductor que va de mujer en mujer sin parar en nada serio, porque no cree en el sentido profundo de las cosas, sino darse el más placer posible. Un comediante adopta en unos minutos varios personajes, y su gloria siempre es la más efímera, porque tiene poco tiempo para hacer que los personajes vivan y mueran y así es precisamente la vida. Por último están los conquistadores, que saben que su gloria es inútil por ser temporal, pero a pesar de eso, la viven al máximo.
Las consecuencias del absurdo son: la libertad, la rebeldía y la pasión por vivir. El hombre absurdo debe vivir en libertad porque no hay un Dios que guie su vida y ni su acción, la libertad metafísica no le interesa a Camus, porque no comprende una libertad otorgada por Dios, lo que le interesa es la libertad de acción, de ahí que la libertad consiste en hacer todo lo que podamos pero siempre dentro de nuestros propios límites. También hay que rebelarse contra el absurdo, porque esta es la única postura consecuente de frente al sinsentido de la existencia; al rebelarnos tenemos que tratar de disminuir el absurdo luchando contra él sin ninguna esperanza ulterior. Al rebelarnos y no suicidarnos, automáticamente afirmamos el valor de nuestra vida y por eso, no se trata ahora de vivir lo mejor posible, sino lo más posible porque estamos sometidos al tiempo y la muerte aniquila por completo nuestro ser.
El paradigma del hombre absurdo es Sísifo, porque cargó con su destino que no tenía sentido alguno, y a pesar de eso, no se suicidó ni esperó otra vida ulterior sino que, enfrentó el absurdo, se rebeló contra los dioses y luchó incansablemente para dotar de algún sentido su vida, y por eso, Camus termina diciendo que hay que imaginarse a Sísifo feliz.
III una ética para vivir en un mundo absurdo
Abordamos en éste capítulo la rebeldía en contra del absurdo, que lleva a edificar una ética para el hombre vivir en medio del absurdo de la existencia. Aquí mostramos las características más propias del hombre rebelde contra el absurdo, también examinamos cuál es el fundamento de la ética, que no es Dios, sino en el hombre y nos dimos cuenta que en este pensamiento camusiano subyace un humanismo, porque el hombre es el valor orientador.
Las injusticas, el mal y la muerte de los inocente hacen al hombre darse cuanta que este mundo es absurdo, de ahí que, hay una rebelión metafísica y otra histórica. La rebelión metafísica consiste en rebelarse contra Dios y la creación, porque Dios permite el mal y las injusticias y Camus no se acoge a ese Dios, sino que, se rebela contra él y le habla de igual a igual. La rebelión histórica se convierte en revolución y muchas veces pone el bien del hombre en el futuro haciendo legítimo el asesinato como es el caso del marxismo, el cual Camus arremete porque el asesinato no se admite por el hecho de que hay que defender al hombre.
Desde el momento en que el hombre se rebela contra el absurdo, afirma su naturaleza humana, y desde entonces el hombre se convierte en el valor orientador, es decir que, ya no es Dios el punto de referencia de la acción, sino el hombre. De ahí que, hay que tratar de disminuir las injusticias y el mal existente en el mundo, porque el hombre es lo único que exige tener un sentido y hay que tratar de dar ese sentido a su vida, hasta en contra del propio destino.
Esa lucha constante por el ser humano, esa solidaridad con los más necesitados, Camus la llama santidad sin Dios. Se llama así precisamente porque, ahora la religión del rebelde esta fundamentada en el hombre puesto que como ya está derribado el trono de Dios, el ser humano debe construir sus propias reglas de vida para guiar su acción. La lucha no es individual sino, colectiva puesto que hay que defender la humanidad.
Camus también supera al nihilismo, puesto que éste se contradice así mismo; los nihilistas rechazan a Dios porque permite el mal, las injusticias y la muerte de los inocentes, sin embargo ellos hacen legitimo el asesinato porque ya nada tiene sentido y todo está permitido. Ellos caen en lo mismo que le reprochaban a Dios. Camus busca un antídoto para este nihilismo diciendo que, el que todo esté permitido, no significa que nada está prohibido, porque el límite de mi libertad es la libertad del otro y el ser humano es el valor orientador y por consiguiente, no se le puede quitar la vida a nadie anclado en dicha idea.
4.3. Crítica a Camus, acerca de su concepción absurda de la existencia
4.3.1. El mejor mundo posible
Ahora presentamos una breve panorámica del optimismo de Leibniz donde considera que este es el mejor mundo posible, a pesar de que en él esté presente el mal. Esto también es un antídoto para la filosofía del absurdo de Camus, que considera que este mundo es absurdo por la existencia injustificable del mal. Esto es lo que Leibniz llama "El problema de la teodicea"
Camus considera a Dios injusto, especialmente por el sufrimiento de los inocentes. Leibniz intenta disculpar a Dios de la acusación de ser injusto a causa del sufrimiento del hombre y plantea el problema de la teodicea de la siguiente manera: ¿Cómo conciliar la existencia del mal con la de un Dios omnipotente e infinitamente bueno que ha creado el universo? o ¿Cómo justificar a Dios ante el sufrimiento y el mal? (Gevaert, 2008).
Gevaert (2008), nos dice que, Leibniz influenciado por San Agustín, distingue tres tipos de males: el mal metafísico, físico y moral. A su juicio, no le parece considerar como válido el mal metafísico, porque este no existe por sí mismo y es simplemente el límite metafísico de todo ser. El mal moral según él, consiste en el abuso de la libertad por parte del hombre, es decir que la posibilidad de cometer el mal moral, es inseparable de la libertad; se trata de un mal que Dios lo tolera para salvaguardar ese bien mayor que es la libertad.
Con respecto al mal físico Leibniz sostiene que a menudo, Dios quiere una especie de castigo debido a la culpa y un medio adecuado a un fin, esto es para impedir males mayores o para obtener mayores bienes. El castigo sirve para enmendarse y con frecuencia, el mal sirve para que se aprecie más el bien y a veces contribuye a una perfección mayor en aquel que sufre, al igual que la semilla, al ser sembrada, queda sometida a una especie de corrupción que le permite germinar (Reale & Antiseri, 1992). A esto podríamos agregar lo que decía Heráclito, de que sólo cuando estamos enfermos sabemos apreciar correctamente la salud o las medicinas.
Para Leibniz, la razón suficiente que indujo a Dios a crear éste entre otros mundos posibles, es que Él que es perfecto, eligió el mundo más perfecto entre todos los posibles, porque de la perfección suprema de Dios se sigue que Él al producir el universo, eligió el mejor plan posible, en el que existe la variedad más grande junto con el máximo orden; en el cual el terreno, el lugar, el tiempo, son los que están mejor preparados, el efecto mayor se consigue con los medios más simples, y las criaturas poseen el poder, la felicidad, la bondad y el conocimiento máximo que el universo podría admitir (Reale & Antiseri, 1992).
4.3.2. Situaciones límites y trascendencia
El hombre no puede escapar de situaciones límites[8]en la cual no se puede hacer nada, porque todas acaban en el fracaso, pero Según Jaspers no debemos entregarnos al absurdo ni al nihilismo, sino que el fracaso hay que verlo como cifra de la trascendencia, en donde el hombre encuentra verdaderamente el sentido de su existencia.
Estamos siempre en situaciones. Hay situaciones que cambian, y si no se aprovechan éstas no vuelven más, pero también existen situaciones por su esencia permanentes que no mutan, aún cuando se altere su apariencia momentánea y se cubra de un velo su poder sobrecogedor: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar, estoy sometido al fracaso, me hundo inevitablemente en la culpa. A estas situaciones Jaspers las llama situaciones límites. (Jaspers, 1957). Las situaciones límites son: el sufrimiento, la lucha, el azar, la culpa; todas son situaciones inevitables, muros contra lo que topamos y en lo que por fuerza fracasamos, que convierten nuestra existencia en algo inhóspita, pero que al propio tiempo la hacen cobrar aguda conciencia de su finitud y desamparo (Lenz, 1995).
Lenz (1995), nos dice que, ante las situaciones límites, los temores de la existencia, las injusticias del mundo, en las que aparece la nada y ante las que es impotente toda teodicea, se acusa al absurdo y se niega la trascendencia como lo hizo Camus. Por propia voluntad nos independizaríamos gustosamente de ella y nos situaríamos exclusivamente en nosotros mismos. Pero no podemos ni pensar a Dios ni renunciar a querer pensarle, investigarle y preguntar por él. Y en ese preguntar por él es precisamente donde el espíritu choca con sus límites en la trascendencia. La trascendencia surge de los límites del hombre, tanto en los del saber, como sobre todo en las situaciones límites. El límite en efecto dice: todavía hay otro; el límite es inmanente, pero refiere ya a la trascendencia.
Los objetos del mundo, son el lenguaje de la trascendencia; pero al paso que el ser del mundo nos habla mediante las apariencias, la trascendencia lo hace por el lenguaje de la cifras[9]La trascendencia se nos revela sólo en lenguaje cifrado, en el mundo, el hombre, la historia, el mito, el arte, la poesía y la filosofía. La cifra de más amplio significado en la lectura de la trascendencia es el fracaso. Según Jaspers, todo está condenado al fracaso, porque todo en cuanto que es debe ser arruinado, pero no se trata sólo de la fluencia del mundo en el tiempo, en virtud de la cual nada es susceptible de subsistir (Lenz, 1995).
Fracasa el valor de lo lógico, en lo relativo el saber de las antinomias, la orientación en el mundo en que éste no tiene en sí fundamento alguno, la iluminación de la existencia en su inaccesibilidad al pensamiento. Pero precisamente bajo estos pensamientos y representaciones fugitivos e inconscientes es como la divinidad se aparece a la existencia (Lenz, 1955). La trascendencia se hace presente cuando se piensa y se experimenta el mundo, como un tránsito. Esta trascendencia es el punto de referencia para la libertad humana, porque en la libertad el hombre se aclara así mismo en su origen, en aquello que está más allá de la totalidad del mundo y de la existencia empírica. Aquí es donde se fundamenta lo que puede llegar a ser el hombre en su independencia con el mundo por su vinculación con la trascendencia.
Jaspers nos presenta la problemática de las situaciones límites, en las cuales no podemos hacer nada, pero él no sucumbe ante ellas, sino que las ve como cifras de la trascendencia, es decir que el fracaso cuando lo asumimos y lo vemos como un lenguaje cifrado de algo que está más allá de nosotros, podemos trascender e iluminar nuestra existencia alcanzando el sentido de la misma. Camus no da ese salto hacia la trascendencia, sino que asume su destino absurdo y considera que Jaspers asume la trascendencia sin fundamento alguno. Jaspers pudo ver en los límites de la existencia un vehículo para trascender, mientras que Camus no quiso subirse en ese vehículo.
4.3.3. El sentido de la vida
Entendemos al ser humano como un ser finito, hecho de la nada como creación, pero puesto en un horizonte infinito. Este horizonte infinito aparece continuamente en cada acto verdaderamente humano, es decir, en cada acto de libertad, de conocimiento y de voluntad. Si Dios no existiese, entonces el ser humano estaría condenado para siempre a permanecer en la cárcel de su finitud. Todo quedaría sin sentido último como cree Camus, la existencia del ser humano sería profundamente trágica (Lenk, 2013).
La filosofía de Camus, intenta responder a la pregunta sobre el sentido de la vida y esta pregunta es tan importante para Camus, que él mismo la considera como el problema fundamental con el que se debe enfrentarse la filosofía. A pesar de que para nuestro filósofo esta pregunta es la más importante, su respuesta no es un tanto satisfactoria, porque considera que la vida no tiene sentido y que la existencia completa es un absurdo.
Camus considera que la vida no tiene sentido, porque hay una contraposición entre el deseo del hombre y la realidad que existe en el mundo, también porque la razón queda frustrada al intentar comprender el universo que permanece en un sigiloso silencio. A esto podríamos agregar también la realidad del mal, de las injusticias, de la muerte, del sufrimiento etc. ¿Por qué Dios permite el mal y el sufrimiento? Camus no se acoge a un Dios que permanece en silencio de frente al mal y al sufrimiento, sino todo lo contario, se rebela contra ese Dios y su creación y considera que la existencia es absurda y se niega al suicidio y a toda posibilidad de trascendencia, simplemente se trata de vivir lo más que se pueda.
Todo hombre que quiere comprender el sentido de su existencia tiene que enfrentarse de algún modo con esta pregunta: ¿es la muerte la derrota definitiva del hombre?, ¿desaparece por completo el sujeto humano que busca la verdad, la libertad y el sentido de su vida?, ¿existe algún espacio para la esperanza superior a la muerte, que permita vivir, actuar y proyectarse personalmente, aunque seamos consiente que tenemos que pasar por la prueba de la muerte? (Gevaert, 2008).
Afirma Gevaert (2008), que no debemos limitarnos a constatar que hay muchos pensadores que afirman gratuita y acríticamente que la muerte es el final de la existencia del hombre, pero no parece que podamos llevar hasta el final esta tesis, sin caer en un materialismo. Y si se hace, uno se expone a todas las contradicciones de las antropologías materialistas, que creen que con la muerte acaba todo y que no existe ninguna posibilidad de trascendencia.
Recordemos los datos antropológicos, que muestran con más claridad la trascendencia de la persona humana respeto a la realidad natural, el carácter único y original del ego en las relaciones interpersonales, el misterio de la libertad y la trascendencia espiritual. El hombre no es mero reflejo de procesos naturales, por consiguiente, no se puede afirmar que la muerte es el fin de la persona individual y que con la muerte acaba todo (Gevaert, 2008). Esa dimensión espiritual y trascendente que tiene el hombre, es precisamente lo que da sentido a su existencia, el saber que con la muerte no acaba todo, sino que existe la esperanza de una vida ultraterrena, por la cual el hombre se siente atraído de ahí que podamos afirman con San Agustín: Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón estará intranquilo hasta que descanse en Ti (Agustín, 2004, pág. 5).
Camus niega que el hombre deba dar un salto a la trascendencia, mas bien, debe quedarse en lo terrenal y aquí tratar de buscar el sentido de su existencia, el cual Camus no encontró, porque siempre existirán el mal y las injusticas. El mismo hecho de que Camus afirme que la vida no tiene sentido, porque no se puede saltar irracionalmente a la trascendencia, nos confirma que es la trascendencia la que da sentido a la vida del hombre; es decir que según Camus si fuera viable la trascendencia, esta vida estaría dotada de sentido, pero como estamos privados de ella, es la vida absurda, por tanto es en la trascendencia donde el hombre puede encontrar la plenitud y el sentido de su existencia, y a pesar de que exista el mal y las injusticia, el que tiene esperanza, sabe que su reino no está en este mundo.
Bien está haber puesto el peligro en descubierto, de manera que no quede lugar para el engaño. Pero no es bastante con conocer el error; debemos oponer a la filosofía del absurdo de Camus, la luz de la fe, más clara e indistinguible, y la caricatura del hombre que presenta la filosofía de Camus, la verdadera imagen del hombre y del ideal humano de una filosofía sana y fortalecedora. También el sabio cristiano sabe de la temporalidad, de la contingencia, y caducidad de todo ser terreno y humano; también él experimenta en sí todos los estados de indigencia de la existencia creada: como el mal, las injusticias, la duda, el error y la penuria. Todas estas situaciones mejor lo convencen de que no es él su propio origen ni su meta; que le precede una causa creadora personal sobrehumana, que se le da a conocer tanto en la infinita grandeza y orden maravilloso del mundo como en su propia interioridad, pese a todos los límites (Lenz, 1955).
Lenz (1955), nos dice que, el que está iluminado por la luz de la fe, también se sabe arrojado a este mundo por ese Dios creador, se sabe contenido en nada, responsable de la vida, caduco y expuesto a la muerte, pero también dotado de la rica plenitud ontológica de la esencia humana y de las fuerzas nesesarias, para conocer su fin y lograr su salvación; se cree llamado a una vida ulterior eterna y bienabenturada en Dios, una vida que debe preparar durante su existencia terrena mediante la realización del orden que le es dado e impuesto, mediante el cumplimiento de su ley de vida. Así no se siente ya como individual aislado en angustia ante la nada ni tembloroso ante un futuro incierto y ante la muerte; no le atemoriza el pensamiento de perder en la muerte de su cuerpo, sino que su problema ahora consiste en perder por el pecado su vida espiritual, su más noble mismidad, y a Dios; conservar esto, constituye su realización y el sentido de su vida.
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Autor:
Ricardo Duarte Divison
Trabajo de investigación Final para Optar por el Título
de:
Licenciado en Filosofía
Asesor:
Lic. Roque Santos
Santo Domingo, Rep. Dom.
Abril, 2014
[1] Combat: esta era una revista de resistencia??ancia, que se cre?urante la Segunda Guerra Mundial. En ella colabor?lbert Camus por mucho tiempo.
[2] T?ino alem? que Martin Heidegger utiliza como concepto fundamental en Ser y tiempo (1927), y que se traduce como ?istencia??alidad humana?, m?com?ente, en castellano como ?r ah?(Riu & Morat?1992).
[3] Los acontecimientos ocurridos en esta etapa: su grave enfermedad y la Segunda Guerra Mundial, llevan a Camus a profundizar sobre el desacuerdo entre el hombre y el mundo, que puede ser se?ado con una sola palabra: El absurdo (S?hez, 2012).
[4] Aqu?amus utiliza el t?ino evasi? para referirse a una actitud que toma el hombre cuando descubre que su vida no tiene sentido, es decir, que la evasi?es un escape para el hombre no enfrentarse con su propia realidad absurda.
[5] Para Albert Camus, hay dos tipos de suicidios: suicidio a secas, es cuando una persona se quita la vida porque entiende que ?a no tiene sentido. Suicidio filos?co: es cuando la persona da un salto de fe hacia una vida futura. Estos dos tipos de suicidios para Camus son evasiones del absurdo.
[6] Iv?Karamazov: es un personaje en la obra de Dostoievski y aparece pues como uno de esos intelectuales rusos preocupados por los problemas eternos, por el problema de la justicia y el orden social del mundo, aunque Iv?es en cierta manera el mismo Dostoievski. Iv?no es un ateo, la tan sonada frase puesta en su boca por Dostoievski: ? Dios no existe, todo est?ermitido?avanza a trav?del problema de Dios, pero en la medida que este concepto representa un principio trascendental que sostiene la moral y orden del mundo. Iv?rechaza a Dios y el plan divino si este orden est?asado en el sufrimiento de los inocentes.
[7] Nihilismo: (del lat?nihil, nada) T?ino que empez? ser utilizado por los rom?icos alemanes para referirse a las doctrinas que propugnan la ausencia de convicciones verdaderas y, especialmente, la ausencia de valores (Riu & Morat?1992).
[8] Jaspers utiliza el termino situaciones limites, para referirse a un conjunto de circunstancias, de frente a las cuales el hombre no puede hacer nada, puesto que es limitado de ante ellas. Estas situaciones l?tes son: la muerte, el sufrimiento, el dolor y la culpa.
[9] Las cifras: son s?olos que representan un lenguaje que s? es audible en ellas mismas y no en su referencia a otro, y cuyo objeto no es ni conocido ni cognoscible, ni tampoco explorable.
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