Desmitologización del lenguaje religioso
- Resumen
- Metodología
- Introducción
- Uso
del lenguaje religioso - Ejemplos del uso del lenguaje
religioso - Adaptación del lenguaje
religioso - Conclusión
- Anexos
- Bibliografía
Resumen
«La razón primordial de que nuestras
iglesias se vacíen parece residir en que los cristianos
estamos perdiendo la capacidad de presentar el evangelio a los
hombres de hoy con una fidelidad creativa —junto con sus
aspectos críticos—, como una buena noticia… Y
¿quién querrá escucharlo que ya no se
presenta como una noticia alentadora, especialmente si se anuncia
en un tono autoritario invocando el evangelio?». Es raro en
nuestros días oír predicar sobre la felicidad. Hace
tiempo que la dicha ha desaparecido casi por completo del
horizonte de la teología. Se tiende a pensar que la fe es
algo que tiene que ver con la salvación después de
la muerte, pero no con la felicidad concreta de cada día,
que es la que ahora mismo interesa a las personas. En el
capítulo primero, trato de mostrar que las
bienaventuranzas, núcleo del evangelio, son anuncio real
de una felicidad sana que Dios quiere y busca ya desde ahora para
cada ser humano." Para tal noble fin, el lenguaje religioso debe
adaptarse al siglo XXI, al tiempo actual.
OBJETIVOS:
a) Comprender la necesidad de adaptar el lenguaje
religioso
b) Comprender la importancia del lenguaje religioso en
el diáologo secular
c) Comprender las aplicaciones positivas de un lenguaje
religioso adaptado
PALABRAS CLAVE:
Lenguaje religioso, Modernidad, Teología secular,
Diáologo
Metodología
Expresamos tres ideas básicas del por qué
de mi reflexión, y anexamos unos gráficos que
ilustran la necesidad de un nuevo lenguaje para una nueva
teología. Podemos realizar una mezcla de reflexión
e imagen en presentación en pantalla.
Introducción
Es necesaria hoy una Teología secular y
pluralista, esto es, un sistema doctrinal que defienda una mayor
participación de la Iglesia en el mundo, teniendo como
objetivo la solución de los muchos y agudos problemas
sociales.[1]
Del mismo modo, hablamos de pluralismo, cuando en la
sociedad se admiten varias agrupaciones distintas según
los diversos ámbitos, debido a que todos los valores
humanos pueden contribuir a estructurar la
sociedad.[2] Esto difiere del ecumenismo
y del secularismo. En una sociedad actual, donde la
revolución tecnológica es un hecho y vivimos ya, en
una tecnosfera, en donde la alfabetización digital es un
proyecto educativo, urge, por tanto, una adaptación del
lenguaje religioso, del lenguaje Bíblico.
No pretendemos desmitologizar el
kerigma[3]del puro Evangelio, obra ya pretendida
en otra época, ya superada, sino tan sólo hacer
entendible su mensaje, al hombre del siglo XXI. Vocablos como
"pecado" y no fracaso, "Iglesia" y no
comunidad, "pastores" y no consejeros, "gracia"
y no favor, "oración" y no petición,
incluso "Dios" y no Ser, o "Jesucristo" y no
Jesús y tantos otros, no parecieran indicar su verdadero
sentido y finalidad.[4]
Al mencionarlos así, es como si el valor
intrínseco no fuera percibido por la sociedad moderna, en
la que vivimos. No sólo vocablos, también
conceptos, como "Adulterio" "Codiciar" "Teología"
Religión" parecen decirnos menos que bohemio,
liberal, corrupción, ideología, coherencia, etc. lo
que es peor, parecen vivir una crisis de identidad y son
"encasillados" en lo veterotestamentario, propio de otra
época.
Considerando que algunos creen que la importancia dada a
una formación pastoral y eclesial, está por encima
de una formación académica, al día de hoy,
los resultados no parecen ser los mejores. En determinadas partes
del mundo, la confianza en éstos líderes y en sus
mensajes, parece desquebrajarse.[5]
¿Es significativo el lenguaje religioso?
La pregunta ha planeado sobre buena parte de la filosofía
contemporánea, en especial a partir del positivismo
lógico, y sigue siendo un interrogante que no se puede
dejar de atender. Además, las proposiciones del lenguaje
religioso pueden ser negadas consistentemente, o rechazadas por
el marco léxico.
Del mismo modo, encontramos el proceso inverso. La
cultura occidental recoge en su lenguaje cotidiano, un gran
número de frases, dichos y palabras que no tienen
explicación fuera del contexto religioso cristiano y sin
embargo se han quedado incrustadas en nuestro lenguaje laico.
Cuando alguien estornuda, la respuesta más habitual es
"Jesús". Por supuesto el "adiós"
sigue siendo la primera fórmula de despedida entre
creyentes y ateos, a pesar del avance experimentado por el
prosaico "hasta luego"; y el "si dios quiere" o
su versión hispano-árabe "ojalá",
sigue siendo la respuesta supersticiosa más utilizada ante
cualquier deseo. Los hay que se "endiosan", a otros los
dejan hechos "un cristo", las hay que lloran como una
"magdalena", e incluso a quien le llega su "San
Martín" por cerdo. Hay "judas", "santos tomases",
"caídas del caballo", particulares "semanas de
pasión", etc. Por supuesto que el utilizar esta forma
de hablar no implica mayor o menor grado de religiosidad del
hablante. Y, del mismo modo, la fuerza del mensaje, por
consiguiente, tampoco se perderá si adaptamos nuestra
manera de transmitirlo.
No pretende éste limitado esbozo, aludir a la
semántica del lenguaje o a su filosofía, sino tan
sólo obedece, a una inquietud, relacionada con la manera
de relacionarnos en un diálogo religioso con un mundo
secular, propio de nuestro siglo, y a tal encomio me
limitaré en éstas líneas.
La forma en que comunicamos el mensaje, dificulta en
ocasiones su aceptación. Considero que es importante
"sensibilizarnos" tanto en el diálogo confesional
como en el diálogo secular. Si hablo con un Judío,
por ejemplo, del traspaso de un Israel literal a un Israel
espiritual, ¿debería ser más cuidadoso?, o
si bien, utilizo un Corán para leer junto a un
musulmán, ¿lo subrayaré como lo hago con mi
Biblia?
En estos últimos dos siglos, el esfuerzo por
eliminar a Dios de la ciencia ha sido concienzudo.
Comte[6]nos dice que, toda explicación
teológica pertenece al estado primitivo, infantil del ser
humano. El positivismo ya no mira dos libros (naturaleza y
Biblia), sino uno solo. El positivismo lógico y la
filosofía analítica del siglo XX intentan incluso
desvirtuar todo lenguaje religioso (y todo lenguaje ético
y estético) por plantear que una afirmación que no
se puede verificar empíricamente, no tiene sentido. No es
que resulte falso, sino que sencillamente no tiene
sentido.[7]
Trataremos de dar unas pinceladas sobre el uso actual
del lenguaje religioso en el diálogo con nuestra sociedad,
con el fin de aportar un puente de acercamiento, necesario y
mejorable, para un mejor entendimiento entre todos.
"En el fondo se trata de un problema de lenguaje,
sin que éste sea reducido a un sistema de palabras, sino,
por el contrario, ampliándolo de tal manera que abarque la
totalidad de las formas expresivas de la Iglesia. Para el hombre
occidental del tercer milenio, el lenguaje de la tradición
cristiana se ha vuelto un idioma extraño, una lengua para
iniciados, accesible solo para esa porción cada vez
más pequeña de la población que
todavía se maneja con las representaciones del
pasado…, conservamos el lenguaje del pasado, dejando de
lado algo absolutamente necesario, como la traducción del
mensaje cristiano a un lenguaje en el que el hombre y la mujer
modernos puedan reconocerse a sí mismos" (Roger Lenaers s,
Otro cristianismo es posible, p.11).
Uso del lenguaje
religioso
Debemos preguntarnos sobre que utilidad, tiene hoy, el
uso de la terminología religiosa para ser, por lo menos, y
como mínimo, escuchados. La Iglesia no hace más que
reforzar el secularismo de las sociedades actuales, cuando emplea
un vocabulario alejado de la realidad que experimenta, nuestra
Sociedad occidental. El resultado, sea como fuere, es que los
medios han encerrado a Dios y a la iglesia en las inofensivas
paredes de las catedrales, lejos de los vaivenes del complicado,
aunque siempre religioso, mundo de
hoy.[8]
Las formulaciones tradicionales son expresiones de una
cultura que pensaba en términos precientíficos y
heterónomos, y son válidas en el interior de esa
cultura. Pero, por lo mismo, no tienen validez absoluta, ni son
eternas, ni inmutables, pese a todas las opiniones conservadoras.
Hablamos de formulaciones, no del
mensaje.[9]
Es precisa, una Hermenéutica del lenguaje, en
dónde, el cuerpo de términos y expresiones
especializadas que emplean los grupos religiosos, pretender
despertar conciencias y encontrar una respuesta al
"Evangelio". Si consideramos que el lenguaje tiene
carácter ontológico, el uso del mismo, es
importante para alcanzar dicho fin.[10]
El lenguaje religioso resulta de la interacción
prolongada entre los miembros del grupo carismático y
sirve para comunicar, de unos a otros, ideas, deseos,
significados, experiencias y tradiciones de contenido espiritual.
Como sistema de símbolos es claro y coherente para los
miembros del grupo, pero resulta extraño e incomprensible
para quienes no forman parte del
mismo.[11]
Si además, consideramos que incluso, dentro del
lenguaje de ésta disciplina, existe también la
propia estructura del propio grupo definido, la posibilidad de no
conectar, por lo menos, por éste medio, aumenta. Hay un
lenguaje religioso "adventista" bastante difundido que
constituye un verdadero argot.[12] Una adecuada
comunicación del evangelio demanda un lenguaje que sea
comprensible para el mayor número de
personas.[13]
Entre Dios y el hombre hay una diferencia cualitativa,
por ello el lenguaje humano se muestra parcialmente inadecuado
para expresar la realidad divina. Gran parte del lenguaje
religioso se sirve del simbolismo, que revela y oculta a la vez
la realidad a la que se refiere , de la metáfora y de la
analogía, que transfiere a Dios nuestro lenguaje
sólo en cierto grado de proporcionalidad y semejanza.
Partiendo de la realidad del mundo y del hombre se habla, por
analogía, de Dios.[14]
El lenguaje religioso cristiano suele ser principalmente
narrativo, pues confiesa la actuación de Dios en
la historia y en la vida del creyente. Es también
implicativo, en el sentido de que no habla sólo
del objeto en sí mismo, sino también de la
relación del sujeto con Dios.
Para nuestro propósito, conviene resaltar que el
lenguaje religioso o lenguaje de la fe tiene carácter
veritativo; es decir, puede ser verdadero o falso, en el
sentido que se describen situaciones que no eran necesariamente
prescritas por Dios, y se prescriben al mismo tiempo ideales
divinos que no comprendían aún, sus propios
seguidores.
Algunos autores prefieren hablar de uso religioso del
lenguaje, y no de lenguaje religioso, para indicar que no se
trata de un lenguaje distinto del que emplean otras personas en
otros contextos, sino del uso que el hombre religioso realiza del
lenguaje. En este uso religioso se puede distinguir el lenguaje
religioso o lenguaje de la fe, que es el que usan los creyentes
para referirse o expresar sus creencias, y el lenguaje
teológico, que es el que emplea el creyente en la
reflexión intelectual. Dentro del lenguaje religioso se
puede distinguir también entre la
invocación (el lenguaje que se emplea para hablar
a Dios) y el testimonio (que se emplea para hablar de
Dios y que revela el compromiso existencial de quien
habla).
El creyente no sólo manifiesta actitudes,
sentimientos, o disposiciones a actuar, sino que realiza
aserciones acerca de la realidad al hablar de su fe, usando
expresiones de carácter explicativo, descriptivo o
factual. Decir que "Dios creó el mundo" es algo
más que expresar un sentimiento o un principio de
acción; es una afirmación sobre la realidad, que es
susceptible de ser calificada como verdadera o falsa, desde el
principio de libertad de elección personal. Igualmente, el
lenguaje religioso es lógicamente consistente; es decir,
no contradictorio. Los diversos artículos de la fe
están relacionados entre sí y con la totalidad del
contenido de la fe, sin que una sentencia contradiga a otras con
las que forma un sistema.[15]El marco
lingüístico, y el uso del lenguaje cultico, por
tanto, en el que compartimos nuestras ideas, cobra importancia y
debe considerarse.
"En nuestros días esta cuestión se ha
convertido en insoslayable, de manera que cualquier estudio
acerca de la religión o de la teología debe
comenzar por dar razón del modo peculiar en que el hombre
religioso usa el lenguaje"[16]
La interpretación de los textos bíblicos
se convierte en un continuo cambio dependiendo de las diferentes
situaciones de la realidad, individual y social. Se mueve en un
horizonte histórico-práctico y con unas realidades
estructurales socio-históricas. Hoy se impone una
hermenéutica de la solidaridad, basada en el
diálogo, la interacción y la intersubjetividad
entre el texto sagrado y la vida de los hombres y las mujeres,
entre el texto y la comunidad. Este diálogo e
interacción entre la Escritura y la vida lleva a descubrir
el carácter histórico, y por ello contingente, del
texto, que requiere una constante reinterpretación. No
tiene un carácter absoluto, sino relativo al momento
histórico en que fue escrito y a la circunstancia concreta
que vive la comunidad que lo lee. Un autor, pionero en incorporar
a la religión la filosofía Aristotélica,
como Tomás de Aquino,[17] indicaba que una
de las vías para llegar a una cierta inteligencia de los
misterios de la fe era la analogía con las realidades
creadas.[18] Por ejemplo, recurrir para explicar
la paternidad divina a la experiencia de la paternidad humana.
¿Pero es un Dios padre, igual a un padre humano?
¿Se trata de un lenguaje figurado?
Comprendiendo entonces, que el uso del lenguaje
religioso y su hermenéutica, diferenciando además,
la alegría, de la literalidad, del simbolismo, del mito,
etc. podemos entonces destacarlo, éste uso del lenguaje
decimos, para una mejoría en las relaciones con nosotros
mismos, con los demás y con otras confesiones. Citemos a
continuación, algunos ejemplos de éste
hecho.
Ejemplos del uso
del lenguaje religioso
Podemos encontrar en la Escritura y fuera de ella,
ejemplos, y hay innumerables, donde, la influencia del lenguaje
determina, una forma de entender, por lo menos en el inicio, el
mensaje propuesto:
"El fiasco viene de la presentación o
envoltorio del producto; en otras palabras, la forma como lo
presentan quienes lo ofrecen. Con ello nos referimos al lenguaje
– una vez más en el sentido más amplio de la
palabra – en el que se predica el mensaje… Por eso dada
la calidad del producto, es urgente presentarlo en una forma
moderna, en el lenguaje del siglo XXI" (R.Lenaers, Otro
cristianismo es posible, p.35).
Esta experiencia de lo espiritual es supraracional, todo
lenguaje religioso es un esfuerzo por expresar lo inexpresable.
Tras la ilustración del s.XVIII y el auge del
racionalismo, muchos autores estaban convencidos de que los
teólogos de su tiempo habían puesto tanto
énfasis en el papel de la razón en la
religión, que se había perdido el aspecto
no-racional de la experiencia religiosa.[19]Otro
extremo, peligroso, que debemos evitar, pues no deja de ser,
finalmente, en su utilidad, el mensaje religioso, un mensaje de
transcendencia y encuentro permeante.
Los textos de la Sagrada Escritura no son palabras
divinas, dictadas por Dios a los autores de los diversos
escritos, no son palabras eternas, inmutables y
absolutas.
El fundamentalismo de las religiones de libro
(judaísmo, cristianismo e islam) se sustenta en una
lectura literal del texto sagrado. Se cree que los textos
sagrados han sido revelados directamente por Dios, tienen un solo
sentido, el literal, son por ello inmutables, y deben aplicarse
en su sentido literal a cada situación. El texto sagrado
debe aislarse de su contexto social e histórico y leerse
literalmente. Este fenómeno conduce a la uniformidad y
dificulta el diálogo entre las diversas
culturas.
"La crítica bíblica ha ido mostrando cada
vez con mayor claridad que la Biblia no es un dictado divino,
sino que obedece al trabajo de la reflexión religiosa, la
cual a través de nuevas situaciones hace la experiencia de
nuevos aspectos de la presencia divina. Es decir, descubre lo que
Dios está tratando de manifestarnos no a través de
intervencionismos físicos, sino de la capacidad
significativa que adquieren ciertas situaciones o vivencias
mundanas o históricas" (Andrés Torres
Queiruga).
La revelación no es una "lista de
verdades" acerca de algo externo que se aprende de memoria,
sino remisión a la propia experiencia del oyente.
Éste tiene que reconocer en ella a sí mismo y a su
Dios[20]
Cuando se hizo patente la realidad de este proceso,
entró definitivamente en crisis la concepción de la
revelación como un "dictado" de Dios, como un "aerolito"
que cae ya hecho desde el cielo. Esta crisis, que se hizo aguda
para el catolicismo en el movimiento modernista, no invalida
nada; pero induce una comprensión nueva, que en definitiva
presenta una revelación más creíble,
más respetuosa con la transcendencia de Dios y con la
inmanencia del hombre.[21] La Biblia aparece como
la sedimentación escrita de un largo y difícil
proceso por el que la presencia salvadora de Dios va siendo
captada y vivenciada en el pueblo de
Israel.[22]Veamos algunos ejemplos en la Biblia,
en los que el lenguaje religioso se relaciona con el
diálogo existente fuera de su ámbito:
Las palabras con las que Labán, siendo
por lo menos parcialmente idólatra, se dirigió al
criado de Abraham: «Bendito de Jehová»,
nos recuerdan cuán fácilmente el lenguaje de
Abraham (es decir, el lenguaje religioso) fue adoptado por
aquellos que no tenían ningún derecho a
usarlo.[23]O por lo menos, no se les presupone
familiarización.
En 1 Pedro hay lenguaje sencillo. En 2
Pedro hay un griego especial. Según los eruditos,
aparecen 23 hapaxlegomena (palabras que ocurren una sola
vez en todo el NT). Además, algunas palabras pertenecen al
lenguaje religioso y filosófico helenista en su forma y
contenido. Ejemplos de ello son los términos
epígnosis (conocimiento, 1:2),
eusébeia (piedad, 1:3), areté
(virtud, capacidad, 1:3, 5), théios
dúnamis (fuerza divina, 1:3), théios
koinonos fúsis, "participantes de la naturaleza
divina (1:4).[24]
Ante Jonatán el no ungido pretende
hablar un lenguaje religioso: "Vive Jehová, que no
morirá". En lo que dice parece transpirar una
espiritualidad que no tenía.[25]Por lo
menos en ese momento de la historia.
La naturaleza misma del lenguaje religioso que se
utiliza en los salmos, que es simbólico,
poético, polivalente y espiritual, ha servido para
expresar los sentimientos humanos que transmiten alabanzas y
oraciones, adoración y piedad, gratitudes y quejas,
alegrías y frustraciones, y bendiciones y
maldiciones.
Los grandes ideales espirituales y éticos que
incentivan la fe monoteísta han visto en los salmos un
magnífico canal de expresión. Valores como la
obediencia y la gratitud a Dios, la afirmación de la
piedad privada y pública, el respeto a la dignidad humana
y la santidad de la vida, la solidaridad con el menesteroso y el
apoyo al necesitado, y la afirmación de la familia y la
práctica de una vida noble, decente, respetuosa, grata,
digna y justa se ponen claramente de manifiesto al leer el libro
de los Salmos.[26]
La versión popular Dios Habla Hoy
nació del anhelo de hacer llegar la Escritura a un nivel
de lenguaje que pudiera entender la mayoría de la
población hispanohablante en las Américas. Por
ello, se consideró a las personas que no conocen el
lenguaje eclesiástico y a aquellos que tenían como
máximo educación primaria. Así se
llegó a un término medio. Se evitó el uso
del lenguaje religioso, el lenguaje técnico y el lenguaje
de nivel cultural elevado, pero también se evitó la
jerga popular, el caló y el lenguaje no castizo. Se
consideró también el fenómeno de los
dialectos nacionales del
castellano.[27]
Un ejemplo práctico fue el Método de
oración ideado por Rosalind
Rinker[28]que consiste en orar cambiando el
lenguaje religioso tradicional o formal por un lenguaje
más llano y familiar, en el tratamiento de Dios. Se
caracteriza por su espontaneidad, informalidad, carácter
dialogal, y por combinar la relación vertical con Dios con
la horizontal entre los seres humanos. La idea es desarrollar una
conversación entre un grupo de personas y Dios, lo
más parecida posible a una conversación entre
amigos.
Pero, vislumbremos del mismo modo, fuera de la Biblia,
en el mundo secular, un proceso inverso, en el que por intereses
diversos, la influencia del lenguaje religioso es
evidente:
Los estudios han mostrado que los
estadounidenses votan por candidatos de trasfondos
religiosos muy diferentes, pero sólo una minoría
votaría por un candidato sin ninguna filiación
religiosa. El presidente Reagan utilizó
frecuentemente un lenguaje religioso en sus discursos, si bien
pocas veces asistió a una iglesia, y el presidente
Clinton ha convocado a un retorno a los valores
religiosos en el debate público. Estas proclamaciones
públicas del carácter religioso de la nación
están bien en consonancia con su religión
civil.[29]
Entonces, ¿Cómo transmitiremos el mensaje
Bíblico y su lenguaje, hoy en éste tiempo y al
hombre de éste tiempo? Debemos adaptarlo sin perder un
ápice de su contenido salvífico.
Adaptación
del lenguaje religioso
Si hemos captado la importancia que tiene, la manera de
comunicarnos, del uso del lenguaje religioso, místico,
eclesiástico, secular, entonces podemos considerar la
importancia de adaptarlo, para una teología más
pluralista y secular.
"Otra teología es posible. ¡Y necesaria!
Para ello, las religiones y sus respectivas teologías
tienen que cambiar de rumbo, de lugar social y
epistemológico, de metodología, en una palabra, de
paradigma. Deben abandonar las seguridades dogmáticas y
transitar por las tierras inexploradas de la complejidad y de la
perplejidad, dejar de seguir por los caminos de la
repetición cansina y abrir nuevas veredas al pensamiento
teológico. Bajar de las altas cumbres donde descansan las
verdades eternas e iniciar la búsqueda de la verdad en la
historia, dejar de dar respuestas del pasado a preguntas del
presente y reubicarse en el nuevo escenario socioreligioso,
cultural y científico. Caminar al ritmo de la historia y
avanzar por las veredas apenas roturadas de la interculturalidad,
el feminismo, la alterglobalización, el diálogo
interreligioso, el pensamiento crítico, la ética
liberadora y la descolonización. Y compaginar
tradición y creatividad, experiencia y reflexión,
teoría y praxis, razón y compasión,
fidelidad y transgresión. Está naciendo un nuevo
paradigma teológico" (J. J. Tamayo, Otra teología
es posible, p. 23)
Proponemos la plasmación de una nueva
teología que enfrente los retos que la sociedad actual nos
demanda que ha de ser: "más laical, menos masculina,
menos occidental y más dialogante con las
ciencias".[30]
Por eso se hace necesario reescribir la teología,
hay que recrear la espiritualidad, hay que reinventar la
liturgia, hay que reencontrar la misión porque las
actuales formulaciones dependen de aquel viejo paradigma que ya
no funciona. Hay pues una inmensa tarea por hacer. Se
trataría de vivir en esperanza, confiando en el
Espíritu que siempre empuja y todo lo renueva y nos anima
a intensificar la vida.
Estamos pasando una página de la historia. Como
dicen algunos un tsunami cultural se nos ha echado encima y nos
ha volteado una inmensa oleada de elementos científicos,
sociales, de vida cotidiana y de diferentes mentalidades en nada
esperados.
Hoy, la mayoría de la sociedad occidental sabe de
Jesús, y éste punto es muy diferente a la sociedad
del siglo primero, sin embargo, continúa el mensaje
transformando las vidas de personas cada día. No es tanto
por saber quién es Jesús, sino lo que hace
Jesús hoy en tu vida. Las disputas cristológicas
hoy no convierten a las personas, y quizá no sean
útiles como lo fueron en su momento, pero si lo es hoy,
dar respuestas del Cristo de la fe y no el Jesús
histórico, en las necesidades de un mundo
globalizado.
En la medida de lo posible queremos reencontrar los
elementos valiosos de esas experiencias, para reconstruir una fe
y esperanza que puedan ser amadas por todos.
"No hemos recibido nuestra fe para guardarla para
nosotros mismos, cuidadosamente envuelta y enterrada con
seguridad en el campo del pasado, sino para poderla esparcir y
sembrar. Hoy, nuestra fe quiere decir esto, para que la cultura
de la modernidad se compenetre de ella de tal manera que pueda
ser una imagen promisoria del reino de Dios. Para ello, la buena
nueva debe ser traducida al lenguaje de la modernidad. De lo
contrario habría que temer que no vaya a poder seguir
siendo buena nueva" (LEANERS R. Otro cristianismo es
posible, p. 243).
Conclusión
El evangelio es creador de cultura, en cuanto que se
interesa por la liberación del ser humano; en este
sentido, se hace cultura y se actualiza permanentemente en cada
una de ellas. Pero el evangelio es un catálogo de valores
universales que ninguna cultura puede agotar.
Por ser creación humana, la religión
cristiana ha cambiado y puede todavía cambiar en el
porvenir según los cambios de la historia. Este es incluso
uno de los grandes desafíos de la hora presente, porque la
religión cristiana está agotada y no ofrece
respuesta a la orientación de la cultura actual, salvo
restos del pasado.[31]
Recuperar la preocupación social sólo
será posible recreando una cultura de la solidaridad que
se convierta en una forma de esperanza para
todos.[32]
Por consiguiente, y en aras de una
sensibilización moral con el importante legado del
lenguaje como forma de comunicación entre las personas,
proponemos, un lenguaje adaptado, propio de una teología
cercana al mundo secular, porque sin haber fracasado los
términos bíblicos en absoluto, se precisa, no
obstante, que hoy el evangelio sea acercado en toda su
dimensión a una sociedad tecnológica, globalizada,
individualista pero igual de necesitada que antes, de respuestas
divinas en favor de la angustia que padece. Un lenguaje amoroso,
real, cotidiano, donde Dios no exista como concepto, para el
laicismo general, que lo asocia al institucionalismo, pero sea
toda la existencia en su conjunto y el fundamento de todo nuestro
Ser. Una necesidad urgente y u n nuevo despertar.
Anexos
A continuación, incorporamos unas imágenes
que tienen que ver con nuestro trabajo, en el que podemos
ilustrar los aspectos problemáticos de un lenguaje en
crisis, o necesario de adaptación:
diálogo con los
homosexuales
Diálogo con la tecnología y
el sufrimiento social
Diálogo con el Legalismo en la
Iglesia
Dialogo con la Biblia
Diálogo Secular
Diálogo mundial
cristiano
Diáologo doctrinal
Diálogo personal
Diálogo juvenil
Bibliografía
Expuesta en las notas del
trabajo.
Autor:
Diego Calvo Merino
[1] De Andrade, Claudionor Correa:
Diccionario Teológico: Con un Suplemento
Biográfico de los Grandes Teólogos y
Pensadores.
[2] Lacueva, Francisco: Diccionario
teológico ilustrado. Pp.480
[3] Vide BULTMANN R. autor asociado al
proceso de desmitologización Bíblica en obras
como “Cristo y el mito” buscando una
exégesis existencialista, eliminando toda influencia
supranaturalista
[4] El Centro de Investigaciones Pew (en
inglés: Pew Research Center) es un think tank con sede
en Washington, D. C. que brinda información sobre
problemáticas, actitudes y tendencias que caracterizan a
los Estados Unidos y el mundo. un estudio publicado
recientemente por el, señaló que sólo el
37% de las personas tiene una opinión favorable de los
pastores.
[5] Vide: GOSPEL PRIME DE CHARISMA NEWS.
http://www.charismanews.com/culture/44401-is-preachers-of-la-making-a-mockery-of-the-gospel.
[6] Auguste Comte, cuyo nombre completo
Isidore Marie Auguste François Xavier Comte
(Montpellier, Francia, 19 de enero de 1798 – París, 5 de
septiembre de 1857), es considerado el creador del positivismo
y de la sociología, aunque hay sociólogos que
solo le atribuyen haberle puesto el nombre.
[7] Donner, Theo G.: Fe y posmodernidad: Una
cosmovisión cristiana para un mundo fragmentado.
TERRASSA (Barcelona) España : Editorial CLIE, 2004
[8] Perdomo, Edgar Alan: Un análisis
teológico de la cosmovisión reflejada en los
medios de comunicación. En: Williams, G. (ed.)
Kairo´s 37: Julio-Diciembre 2005. Guatemala, Revista del
Seminario Teológico Centroamericano (2005), p. 15
[9] En el estudio de la filosofía
encontramos un apartado relacionado con el lenguaje de gran
interés. Cf. History of Western Philosophy. Bertrand
Russell, 1946
[10] RICOEUR P. Fe y Filosofía. Uca,
2008. PP. 9
[11] Vide: “The World: How to Commit
the Perfect Dictatorship,” New York Times, by Blaine
Harden, Week in Review section, November 26, 2000.
[12] Para nosotros, como Adventistas, muchos
de nuestros sermones, o expresiones, son fácilmente
entendibles, pero “per se” hay innumerables
sentencias que son completamente ajenas al hombre religioso y
mucho más al hombre secular.
[13] Deiros, Pablo A. Diccionario
Hispano-Americano de la misión.
[14] Vide: GARCÍA G.J Ética y
Hermenéutica, Almagro. Madrid, 2000
[15] MORADO Guillermo Juan
[16] F. CONESA – J. NUBIOLA.
Filosofía del lenguaje. Barcelona 1999, pp. 263
[17] Teólogo y filósofo
católico perteneciente a la Orden de Predicadores, el
principal representante de la enseñanza
escolástica, una de las mayores figuras de la
teología sistemática y, a su vez, una de las
mayores autoridades en metafísica, hasta el punto de
que, después de muerto, sea el referente de varias
escuelas del pensamiento: tomista y neotomista. Es conocido
también como Doctor Angélico, Doctor Común
y Doctor de la Humanidad, apodos dados por la Iglesia
católica, la cual lo recomienda para los estudios de
filosofía y teología.
[18] Vide: Escuelas de interpretación
Bíblicas con Orígenes y con Clemente de
Alejandría. Alegórica y literal. Siglo II y III
d.C
[19] Lacueva, Francisco: Diccionario
teológico ilustrado.
[20] A. Torres Queiruga, Nuevo diccionario de
teología. Revelación, p. 807
[21] Éste apunte fue reflejado en el
C.Vaticano II.
[22] A. Torres Queiruga, La revelación
de Dios en la realización del hombre, p. 467-468
[23] Edersheim, Alfred ; Grayling, G. P. ;
Vila, X. (trads.): Comentario Bíblico Histórico.
VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA : Editorial CLIE,
2009
[24] Cevallos, Juan Carlos: Comentario
Bíblico Mundo Hispano tomo 23: Hebreos, Santiago, 1 Y 2
Pedro, Judas. El Paso, TX : Editorial Mundo Hispano, 2006
[25] Kittim, Silva: David el ungido –
sermones de grandes personajes bíblicos. Grand Rapids,
MI : Editorial Portavoz, 2002
[26] Paga´n, Samuel: De Lo Profundo,
Sen~or, a Ti Clamo: Introduccio´n y comentario. Miami, FL
: Editorial Patmos, 2007
[27] Descubre La Biblia: de Ciencias
Biblicas. Miami : Sociedades Bi´blicas Unidas, 1997
[28] Rosalind Beatrice Rinker was born April
2, 1906, in New Rockford, North Dakota. Converted at the age of
15, Rinker sailed to China at the age of 20 to work for the
Oriental Mission Society (now OMS International). She served in
China for 14 years as a secretary, teacher, and evangelist.
[29] Deiros, Pablo A.: Historia del
Cristianismo: El cristianismo denominacional (1750 al
Presente), Formación Ministerial. Buenos Aires,
Argentina : Ediciones del Centro, 2012
[30] Vide: Jesús Gil García y
Txema Olleta. Un lenguaje nuevo para una teología nueva.
Comunidad Cristiana Popular de Balsas. Zaragoza, 2013.
[31] J. Comblin, Los retos de la
teología en el s. XXI, p. 1
[32] MARCOS C.D Evangelizar la cultura, pp
28