(31) Von Rad, G: "Estudios sobre el Antiguo
Testamento",
Op. Cit. p. 339.
En este terreno, el Deuteronomio, elabora dos conceptos
de importancia: uno de ellos, es el amor de Dios en la
obediencia, otro es, el temor a Dios, que no nace de un
ritualismo ni legalismo rígido, sino del reconocimiento en
que Dios ha cumplido su parte de la Alianza y al pueblo, le
corresponde. La respuesta de éste, es asumirla,
especialmente con el hermano.
"Lo especifico, del Deuteronomio, consiste por lo menos,
en la intervención de nuevos principios teológicos en
la historia de la religión vero testamentaria"
(32).
Una y otra vez, Von Rad, recalca la importancia del
"hoy" en el Deuteronomio, que a pesar de ser difíciles las
situaciones del pueblo de Israel, es trasladado a los tiempos de
Moisés, pero con la actualidad de la salvación: "Hoy te
has convertido en pueblo de Yahvé, tu Dios" (33).
El "hoy". Del Deuteronomio, reúne en un solo
instante el tiempo de Moisés y la época de este libro.
Israel se encuentra en el camino, Dios le sale al encuentro, con
la salvación gratuita, no hay meritos, ni privilegios, solo
debe responder en obediencia. El Dios cercano está muy
presente, e el Dios que transforma la existencia, de un pueblo al
que le parecía tener perdido todo horizonte, a través
de la acción de la predicación, nuevamente el pueblo,
se halla ante Dios.
El Deuteronomio, es una solución teológica a
una serie de problemas que aquejaban a Israel, desde su ingreso a
Canaán. Problemas que principalmente, giraban en torno de la
cuestión: confrontación de la fe en Yahvé
sobrenatural, con la realidad de la existencia de apreciable
bienes materiales y nacionales.
________________________
(32) Von Rad, G: "Estudios sobre el Antiguo
Testamento",
Op. Cit. p. 340.
(33) Von Rad, G: "Estudios sobre el Antiguo
Testamento",
Op. Cit. p. 295.
El Deuteronomio da una ligazón, una solidez que
permite superar este inconveniente. Tal vez, si lo
pudiésemos traducir en términos modernos sería una
línea entre el trascendentalismo (hacer a Dios trascendente
a todo) y el inmanentismo (hacer a Dios dependiente o subordinado
a las cosas materiales). Especialmente, con su concepto de
pueblo, la regulación de las relaciones del pueblo con Dios,
la centralización del culto, un alejamiento sistemático
y enérgico de toda forma de idolatría, con su
preocupación constante por el Aquí y Ahora. Mantiene
viva la cualitativa distancia entre Dios y el hombre, pero, a la
vez, no ha borrado la vigencia del evento salvador, mantiene la
esperanza histórico-salvífica.
El Deuteronomio, no ha caído en una
deformación de ser sólo el Dios de Israel, un Dios
meramente nacional, queda excluida, cualquier filiación
divina por razones de santidad inherente a la tierra o a sus
productos. La bendición espiritual o material, todo viene de
Yahvé, el trascendente. Por otro lado, como bien lo dice Von
Rad, el Deuteronomio, también se ha salvado de caer un una
espiritualidad abstracta, porque la nación y sus necesidades
son objeto de serias reflexiones. (34).
Al finalizar este capitulo de análisis del
Deuteronomio, en especial esta parte teológica, se debe
reconocer, que no todo puede ser tratado, por diversas
limitantes, pero al menos, se pueden enumerar diversas cosas de
valor; al desprender ciertas sentencia teológicas, que nos
aparta el Deuteronomio, sobre las cuales reflexionaremos. Los
elementos, que destacaremos son: a) El concepto de pueblo
comunitario, fraterno que nos encamina hacia la comprensión
de la vida en comunidad, para superar el individualismo extremo
que en toda época ha sido la traba de las buenas
relaciones.
____________________________
(34) Von Rad, G: "Estudios sobre el Antiguo
Testamento",
Op. Cit. pp. 341 – 343 .
b) El concepto de Dios, como el Dios cercano, que
mantiene latente su propósito salvífico, a pesar y por
encima de nosotros. Es el Dios totalmente otro, que nos
transforma y nos desafía.
c) Se entrecruzan teología y antropología,
pues, no se puede hablar del hombre sin hablar de Dios y
viceversa.
d) El culto y su función renovadora, una lucha
constante contra todo tipo de ídolo, figura, imagen, intento
del hombre por hacer una representación y una
manipulación de la divinidad. Una oportunidad de encuentro,
renovación y desafío.
e) L preocupación ética-social, como
consecuencia de una devoción profunda. Aparece la constante
preocupación por el hermano, el desvalido, el que sufre,
etc. Todo ello, en acciones concretas por derribar todo aquello
que es posible derribar.
f) El Aquí y Ahora, nos recuerda una
escatología realizadora y constante. Dios está presente
y su cercanía es transformadora, pedir una intervención
de Dios, fuera de esta presencia, es desconocer la misma. Esta
escatología realizadora y constante, no descuida una
esperanza futura, pero, tal esperanza futura, pero, tal esperanza
futura, no está ensombreciendo el presente. El Aquí y
Ahora, es una superación de la tendencia negativa de querer
enmarcar a Dios y a su acción en el tiempo y en espacio;
Dios está presente hoy, y en futuro a la vez. Con esto, se
debe evitar la exaltación de un futuro, en desmedro de la
acción presente.
Al fondo de estos elementos, esta la idea central, de
las relaciones entre Dios y el pueblo. Esto recorre todo el
libro. Además,. De ser un texto que contiene abundantes
leyes, estas no son normas legales en su sentido estricto, es ley
predicada, dirigida al corazón, es la antesala de
"pondré la ley en sus corazones", que pavimenta el camino
hacia el Nuevo Testamento.
Tal apreciación del Deuteronomio y de su
teología, no es nueva, muchos autores lo han reconocido y
ahora nos corresponde colocar en el lugar debido dicha
apreciación.
Croatto, lo afirma de la manera siguiente: "El
Deuteronomio, es el más expresivo y el más elocuente de
todo el Antiguo Testamento. Como una substanciosa meditación
en el amor de Dios el Deuteronomio, es una anticipación del
Nuevo Testamento" (35)
Van Rad, sostiene: "…en ningún otro lugar se
expreso de manera tan extensa y detallada sobre el sentido de los
mandamientos y la situación singular en que se le puso la
revelación de esta voluntad divina". (36).
Otra referencia positiva de H. Cunliffe, dice: "Todo
Israel está aquí como en ningún otro libro del
Antiguo Testamento. Todo Israel, tanto en sus limitaciones como
en su potencia, tanto en sus pecados como en sus aspiraciones, en
su disposición fanática y estrecha como en su
visión y pasión por el Altísimo" (Adam Smith)
(37).
Debemos reconocer que estos y otros eruditos sobre el
Antiguo Testamento son especialistas en la materia y después
de largas investigaciones han proporcionado éstas
consideraciones que hoy nos sirven para despejar dudas en torno a
nuestra acostumbrada interpretación. Elementos que cumplen
una doble función; una despejar dudas en torno a la
interpretación tradicional, otro, permitirnos elaborar una
interpretación renovada del problema del
sufrimiento.
_______________________
(35) Croatto, J.S., "Historia de la
Salvación"
Op. Cit. P. 223..
(36) Von Rad, G: "Teología del Antiguo
Testamento", Op. Cit. p. 291.(37) Cunliffe, Jones, "Comentario Antorcha
"Deuteronomio, Edit. La Aurora", Bs Aires, 1960, pp. 15
– 35.
CAPITULO CUARTO:
El sufrimiento : experiencias
vivas
La pregunta que puede inquietar nuestra mente, es si
podemos aprender del sufrimiento de la gente de otro tiempo, si
pensamos en las experiencias que a lo largo de toda la Biblia y
especialmente, en el Antiguo Testamento, se nos muestra con toda
vivacidad.
A pesar de estar a mucho tiempo de distancia, tal
problema supera las barreras, y hoy como ayer, también nos
encontramos insertos en realidades de sufrimiento y
opresión.
Una de las características del sufrimiento en el
Antiguo Testamento, está referida a la pérdida de
bienes, sean estos materiales o espirituales. Un ejemplo claro de
esto se encuentra en el libro de Job.
En cuanto a la propiedad, además de cosas y
animales, también las personas eran parte de una propiedad.
Es decir, el jefe de familia, era dueño de ella y de sus
esclavos al punto de poder darles muerte, en caso de
rebelión (Deuteronomio 21:18-21). El señor de la casa
era el verdadero y único propietario de todo. Al miara los
textos de ese tiempo, podemos fácilmente escandalizarnos,
pero es necesario pensar de acuerdo al sistema social vigente en
esa época, sin considerar los criterios de hoy. Por otro
lado también debemos preguntarnos por el individuo
sufriente, victima de aquel sistema. Desde esta perspectiva
descubrimos en el Deuteronomio, disposiciones especiales para
proteger a los más débiles. (Deuteronomio
15).
Tal como hoy, ayer los poderosos, hacían toda clase
de engaños con los cuales empobrecían paulatinamente al
pueblo y los más débiles, por eso a lo largo del
Antiguo Testamento (en todas las tradiciones), se encontrará
un repetido estribillo a favor del más
necesitado.
Es evidente, que los mas ricos se aprovechaban de la
situación difícil de los pequeños propietarios.
Esto solamente si miramos, el libro del profeta Amos, donde se
hace una clara denuncia ante esta injusticia social.
Según el Deuteronomio (15: 1-18), se dictan
disposiciones para proteger a los más débiles, en lo
tocante a: prestamos, hipotecas, deudas, etc.
El hombre del Antiguo Testamento, además de sus
propiedades, tenia seres queridos, sobre los cuales no
ejercía dominio, es decir, no formaban parte de su
propiedad: vecinos, amigos, parientes, profesores, guías,
etc. La perdida de estas personas, por causa de muerte, les
ocasionaba gran sufrimiento.
Otras causas de sufrimiento, en el Antiguo Testamento,
eran:
Se hará una breve relación a cada uno de los
ejemplos citados, por considerarlos son los más relevantes y
representativos.
LA PERDIDA DE LA DIGNIDAD O LA HONRA.
La dignidad y la honra, era elementos valiosos del
pueblo de Israel, debido a que tanto el hombre como la mujer
tenían un lugar en sus sociedad. Por ejemplo, la honra del
varón estaba ligada a sus papeles viriles, como trabajador y
cabeza de familia y además como soldado. Por otra parte, la
honra de la mujer se expresaba en un hogar bien administrado,
hijos educados, atención esmerada de los suyos,
etc.
La perdida de estos atributos, traía una
marginación social, lo que era causa de sufrimiento.
Deuteronomio (22:13-21), (25:9 ss).
EL DOLOR
El dolor físico, era algo básico para el
sufrimiento de los hombres del Antiguo Testamento. Se creía,
que la principal causa del dolor físico, era a causa del
alejamiento de Dios. Al punto que para los antiguos, dentro del
esquema Bendiciones-Maldiciones, la enfermedad era considerada
una maldición (Deuteronomio 28:35).
El hombre del Antiguo Testamento, tenia de manera
especial, las plagas, la lepra, los tumores, la tuberculosis y
fiebres variadas. (Deuteronomio 28:20-25).
Tanto mayor y viva era la experiencia del sufrimiento
para el israelita. Ya que no se consideraba, una división
entre cuerpo y alma.
En cuanto a las causas, los hombres del Antiguo
Testamento, muy pocas veces cuestionaban su origen en forma
teórica, como nosotros acostumbramos. Lo consideraban algo
circunstancial, propio e inherente a la vida, o bajo el esquema
de bendiciones maldiciones.
Generalmente recurrían a las adivinaciones, lo que
debió ser prohibido (Deuteronomio 18:10 ss) o al profeta y
al sacerdote (Deuteronomio 24:8;23:2).
LA VIOLENCIA
No todo sufrimiento humano, tiene como base la perdida
de bienes materiales, espirituales o dolores físicos. El
hombre esta puesto en un conjunto de relaciones sociales, en el
campo de las fuerzas de la sociedad, en el campo de las fuerzas
de la sociedad, por lo que otra causa de sufrimiento es la
relacionada con la interacción entre seres humanos. El
hombre es capaz de desarrollar mucha fuerza y violencia, si desea
imponer alguna idea o principio, por encima de los
demás.
En la organización social del Antiguo Testamento,
era importante la familia, y el clan. Por su conformación,
la familia era un centro de tensiones: malentendidos, desuniones,
odios, la absoluta sumisión de la mujer a la voluntad del
hombre; todo lo anterior daba origen a situaciones de violencia.
Sólo, ante la mera sospecha de infidelidad conyugal, se
desataba la violencia y la mujer que resultase culpable,
sólo podía depender del juicio de Dios, ya que era
sentenciada a muerte, Deuteronomio (22:21 ss).
Como podemos ver, el circulo pequeño donde el
hombre se movía (familia o clan), no estaba exento de
violencia y conflictos,
Luego, también en la organización
monárquica, surgieron los problemas de la violencia
institucionalizada, pues el gobierno de muchos monarcas fueron
tiránicas y opresoras del pueblo, a pesar. Que para el
israelita "el derecho" y "la justicia" eran dos baluartes,
Deuteronomio (27:15-26).
Contra esta violencia institucionalizada y la
perversión del derecho dirigen su predicación, todos
los profetas. También en Deuteronomio (16:18-20), se
advierte contra estas perversiones.
EL MIEDO
El sufrimiento, no sólo se sitúa como
consecuencia de las relaciones inter-humanas, sino, también
al interior del individuo. A pesar de lo que hemos sostenido, en
relación a que el israelita consideraba su vida como una
totalidad, una parte de esa totalidad es su
interioridad.
El israelita, creía que los poderes del mal
practicaban sus comportamientos, especialmente en los desiertos o
lugares en ruinas, de preferencia junto a animales y aves
salvajes. Así como también, regiones montañosas
inaccesibles, podían albergar malos espíritus.
Además, a eso se agrega, que en horas propicias, desde esos
lugares, podían invadir toda la existencia humana. (Salmo
59:6,14) y (7:15).
El estar separado de la bendición y mano de
Yahvé, significaba a la vez el peligro inmediato de quedar
bajo la fuerza de los demonios o poder de otros dioses, en muchos
casos, los dolores de las maldiciones, no podían
distinguirse de quienes las causas, por lo que aparecen muchas
veces como poderes autónomos.
Dentro de este esquema, es un hecho, de que para el
hombre del Antiguo Testamento, el encuentro a diario con
conflictos, miedos y angustias eran parte de su vida integral,
debía estar alerta y vigilante. Y esto sin dudas, les
provocaba bastante angustia y neurosis.
El hombre del Antiguo Testamento, encuentra en el pecado
una explicación del dolor de la culpa, también
considera el miedo que tiene, ante actuaciones de Dios que
provocan sufrimiento sin causa declarada, es decir, sufrimientos
que no tiene ninguna explicación.
Entonces, existe una parte de miedo hacia Dios. Es
aquí, donde se hace difícil, conciliar esta
afirmación, con la afirmación de la fe en Yahvé,
como el Dios, absolutamente justo, poderoso y protector de
Israel. Toda la confianza de Israel, se basaba en una confianza
personal en Yahvé.
Todas estas experiencias del sufrimiento están a lo
largo del Antiguo Testamento y a la vez son consideradas por el
libro del Deuteronomio, especialmente en lo que se refiere al
esquema de Bendiciones-Maldiciones. (1), (2).
__________________________
(1) Gerstenberger, E.S., Schrage, W,
¿"Por qué Sofrer"?, Editora Sinodal, Sao Leopoldo,
Brasil, 1979.(2) Pidoux G., "El Hombre en el Antiguo
Testamento", Edic. C. Lohlé, Bs. Aires – Mexico,
1969
CAPITULO QUINTO:
Alcances
teologicos
El problema básico, que ha motivado este trabajo es
el problema del sufrimiento. Experiencia viva y real, hoy como
ayer. Así como lo hemos tratado de sintetizar, en algunos
casos del Antiguo Testamento y que se han relatado en capitulo
anterior.
La diversidad de causas y motivos hace más viva la
experiencia del sufrimiento, en los libros del Antiguo
Testamento. En nuestros días, asistimos a una época en
que se han desmoronado todos los principios tradicionales que
protegían al hombre del hombre o que al menos lo
intentaban.
Nos encontramos ante, un holocausto mundial de miles de
vidas, que son victimas del creciente desprecio de los derechos
del hombre. La violencia ha pasado a ser, no un hecho
insólito, sino una parte de la vida cuotidiana.
A nosotros, los cristianos, nos llega el problema del
sufrimiento, no como una información anexa, ni algo
sorprendente, ni menos algo que esté supeditado al terreno
político. El problema nos llega como una enorme pregunta
existencial, que se va haciendo evidente en nosotros y a pesar de
nosotros. Lamentablemente, no se trata de una pregunta
fácil, pues no es una pregunta dirigida al intelecto, no es
una pregunta que nos haga razonar en busca de una
explicación dogmática.
Por esta razón, el cristiano sincero, se angustia
en busca de una explicación, pues descubre que la respuesta
no está en prescripciones doctrinales, ni en la misma
filiación cristiana.
La actitud del cristiano, en muchos casos, es replegarse
en si mismo, escudándose con una respuesta dogmática, o
en apreciaciones biblicistas y el caso más común y
difundido en nuestras iglesias es la proyección hacia un
mundo mejor, que está fuera de toda vista y de cualquier
limite actual. El "más allá" que muchos teólogos
han dado por superado, esta siempre "más acá", en las
interpretaciones que las iglesias cristianas dan, como una
solución al problema del sufrimiento.
Es en este contexto, en que hemos ido a la Biblia. Pero,
nuestra actitud de ir a la Biblia, no ha sido como quien va aun
libro de recetas o consejos pre-establecidos. Nuestra
preocupación ha surgido de la constante de las respuestas
cristianas. Al hacer referencia a la constante de las referencia
cristianas, no se piensa ni en teólogos ni filósofos,
de las más diversas ramas del cristianismo, sino, en el
común denominador de fieles de las iglesias cristianas, que
día a día, asisten a los templos y locales de
predicación. Sus interpretaciones básicamente son en
extremo individualistas y con una proyección,
preferentemente futura.
Ahora bien, tradicionalmente, se ha indicado al
Deuteronomio, como el lugar donde se forja un pensamiento
rígido y legalista. Ese fue el objeto de ir a la Biblia y el
motivo de este análisis del Deuteronomio. Por lo que hasta
ahora, hemos despejado una duda y con ello, estamos respondiendo
a una pregunta que ha originado este trabajo.
El Deuteronomio, no es la base para un legalismo
rígido, ni lo es tampoco para justificar una adoración
individual que está ajena al acontecer diario, muy por el
contrario hemos encontrado una serie de elementos que tienen
alcances teológicos muy positivos, no seguramente, para dar
una respuesta acertada al problema del sufrimiento, pero al menos
para equiparnos en una acción integral, frente a las
situaciones concretas que nos corresponde vivir. Por lo expuesto,
podemos decir, que estos elementos no son la respuesta en si,
sino que sólo nos proveen los alcances teológicos para
hacer más sólida nuestra acción. La respuesta al
problema está en la acción, acción que motiva el
amor de Dios, amor que se hizo carne y se identificó en el
acto salvífico más grande a y más notorio:
Jesucristo.
Este capitulo, se propone reunir, los elementos de
importancia que encontramos a nuestro paso por el Deuteronomio y
darles una perspectiva y en base a ellos estructurar una
respuesta, aun que sabemos que la respuesta en si, sólo se
dará en la acción.
EL PUEBLO DE DIOS EN EL DEUTERONOMIO Y LA KOINANIA
CRISTIANA.
Para el Deuteronomio, es central su pensamiento sobre el
pueblo y las relaciones con Dios, especialmente porque le mira
comunitariamente en una relación fraternal y solidaria como
producto de su fe en Yahvé.
La koinonía (comunión) de los cristianos es la
expresión que muestra el carácter corporativo de la
iglesia, somos un cuerpo destinado a vivir en comunidad, no
sólo entre los creyentes en Jesucristo, sino, con todo el
mundo.
La idea de koinonía es básica en todo Nuevo
Testamento para mostrar la razón de ser de las comunidades
cristianas. El cristiano que se encuentra bajo la koinonía,
necesariamente tiene que reconocer el señorío de Dios y
aceptar con gozo la realidad de una vida comunitaria, es decir,
una preocupación constante por el prójimo. Como lo
expresa, Bonhoeffer: "Cristiano es el hombre que ya no busca su
felicidad, su salvación, su justicia en si mismo, sino,
únicamente en Jesucristo" (1)
Además define así la comunión cristiana:
"significa comunión a través de Jesucristo y en
Jesucristo. No existe una comunión cristiana que sea
más, ninguna que sea menos que ésta. Desde en encuentro
breve y único, hasta la larga convivencia de muchos
años, la comunión cristiana es sólo esto: nos
pertenecemos unos a otros únicamente por medio de Jesucristo
y en EL" (2).
__________________________
(1) (2) Bonhoeffer, "Vida en Comunidad", Edit
"La Aurora", Bs. Aires, 1968, p.p, 11, 12. Sinodal, Sao
Leopoldo, Brasil, 1979.
Hay cristianos que entienden esta corporeidad de la
iglesia, como un amor a la comunidad ideal y se lucha por los
sueños e ideales que se tiene en torno a esta comunidad, en
desmedro de los demás, especialmente de aquellos que quedan
al margen de dicha organización. En muchos casos se adopta
la actitud de un club o secta. La comunidad cristiana no debe ser
más ni menos de lo que es. Porque lo que es, lo debe a su
relación con Jesucristo.
"Todo ideal humano, que es introducido, en la comunidad
cristiana, obstaculiza la comunidad autentica y debe ser
destruido a fin de que la comunidad autentica pueda vivir. Aquel
que ama más su sueño de una comunidad cristiana, que
ala comunidad cristiana misma, se convierte en destructor de toda
comunidad cristiana…" (3)
Esto nos lleva a pensar, básicamente, que la
esencia de la comunidad cristiana es servir. Es decir, al
someternos al señorío divino, estamos bajo la
koinonía, una realidad que trasciende las fronteras de la
iglesia, por lo que nuestro destino, está en la
diaconía (igual al servicio).
El cristiano, descubre en esta relación con
Jesucristo a sus hermanos y los conoce tal como son y así
los acepta: "Únicamente, por medio de Jesucristo, un
cristiano puede llegar a otro…" (4). De esta manera,
descubre que el servicio debe ser integral, no se trata de un
favor, se trata de una entrega. Así lo expresa, D.
Bonhoeffer: "Aquel que un su vida haya experimentado -aunque sea
una sola vez- la misericordia de Dios, en adelante no
deseará, sino, servir… ya no lo trae el orgulloso
trono del juez; anhela estar abajo, junto con los miserables los
humildes, pues allí en donde Dios lo ha encontrado…
(5)
__________________________
(3) Bonhoeffer, "Vida en Comunidad", Op. Cit. P.
18.
(4) Op. Cit. P. 14
(5) Bonhoeffer, "Vida en Comunidad", Op. Cit. P.
195.
Es en este servicio integral, en que el cristiano
descubre su verdadera realidad como siervo, delante de Dios ha
quedado desnudo. Esto, está en completa armonía con el
punto de partida del Deuteronomio en su concepto de pueblo. Este
en su relación con Dios, se empequeñecía, ya que
no podía apelar a ningún merito personal, toda
bendición venia de la gracia de Dios. Por lo que la
respuesta, debía ser en servicio y esto lo testimonia su
abundante legislación social.
La realidad de la koinonía y la diaconía, nos
hace expresar, ante el problema del sufrimiento, de que no
existe, lo que podríamos llamar, sufrimiento ajeno. La
realidad comunitaria, que surge de la Koinonía, nos hace
solidarios, no hay experiencias por más lejanas y
explicables, que nos separen de esta gran verdad. Solo si hacemos
una abstracción y evitamos mirar las consecuencias del hecho
de Cristo (Dios con nosotros), podríamos vivir una vida
religiosa aparte, lejos del mundanal ruido, pero quienes
confiesen ver en Jesucristo al verdadero Dios y verdadero hombre
se debe por entero a Dios como por entero al hombre.
D. Sölle, sostiene que la frase: "no hay
ningún sufrimiento ajeno", puede desempeñar el papel
que antiguamente desempeñaban los mitos. Los mitos, en una
época primitiva, querían cumplir una función
consoladora, por ejemplo: "Dios enjugará toda lagrima, esto
quería expresar, que más allá del espacio y del
tiempo, estaba la posibilidad de volverse a ver, de seguir
viviendo, un mito así consolaba: "La frase, no hay
ningún sufrimiento ajeno, apunta en la dirección de
aquello que antiguamente, sólo podía ser verificado en
el esquema de los dos mundos" (6).
__________________________
(6) Sölle, D. "Sufrimiento", Ediciones
Sígueme, Salamanca, 1978 p.175
No hay ningún dolor ajeno, su dolor es el nuestro.
La muerte de un niño inocente, no es la muerte de "otro", el
problema de sufrimiento de los padres, no es el problema de los
de "otra clase" o de "otra cultura". Su dolor es mi dolor. Estas
son las consecuencias que le esperan al que vive en la
Koinonía, al que confiesa a Jesucristo como verdadero Dios y
como verdadero hombre.
No se trata, solo de ser parte de una filiación
cristiana, ni de experimentar grandes cosas en medio de la
congregación, se trata de una vida de devoción y de
entrega.
Paúl Lehmann, señala que el cristiano que vive
en la koinonía, vive con la siguiente pregunta: "¿
Qué he de hacer yo, como creyente en Jesucristo y miembro de
su Iglesia? Y señala, que "…la voluntad de Dios no es
un principio general, un vaga y enigmática rubrica, por la
cual puede guiarse la conducta. Por el contrario, la voluntad de
Dios es la muy concreta y dinámica acción de Dios en el
mundo para hacer y mantener humana la vida humana. La voluntad de
Dios, se expresa, en la política de Dios…"
(7).
El cristiano en la koinonía no sólo es
confrontado desde dentro de esta comunidad cristiana en
particular, sino también desde fuera, pues la acción de
Dios está dándose en todos los contextos. Dios nos
exige, desde dentro y desde fuera y en cada uno de estos momentos
su exigencia gira en torno de la preocupación vital, hacer
más humana la vida humana. Lo que nos lleva a volver la
vista hacia el hermano.
__________________________
(7) Lehmann, P. "La Ética en el contexto
cristiano",", Editorial Alfa, Montevideo, 1968, Op. Cif. P.
363
EL CONCEPTO DE DIOS: TEOLOGÍA Y
ANTROPOLOGÍA SE ENTRECUZAN.
Una de las conclusiones vitales, obtenidas de nuestros
análisis del Deuteronomio, fue el de percibir el valor del
concepto del Dios cercano, Dios habita, en medio de Israel. La
Alianza mantiene su vigencia, a pesar de la crisis vigente, Dios
da su palabra renovadora, devuelve esperanzas. En otras palabras
no se necesita de otra intervención de Dios, pues Dios
está presente.
El hombre y Dios se encuentran en una relación
mutua e intima, que es difícil de explicar y menos de
explicar. Ese Dios, totalmente otro, lo único santo, esta en
medio del pueblo que no tiene ningún merito y nada que
ofrecer. Pero ese Dios, lleva adelante la empresa del amor y la
salvación gratuita.
Esto nos lleva a meditar en el evento único para
los cristianos: Dios revelado en Jesucristo. Se acerca a los
hombres, se identifica con ellos.
En la figura de uno, totalmente Dios, y totalmente
hombre. Se nos revela todo el misterio de Dios, y a la vez
devuelve toda la humanidad al hombre. Podemos percibir, una nueva
realidad habita entre nosotros Dios esta actuando en el
mundo.
Todo esto habla en contra de un Dios lejano,
todopoderoso que habita en los cielos, o de una imagen de un Dios
que no se interesa por los problemas humanos concretos, es decir,
un Dios indiferente, alejado e insensible. Todas estas
descripciones, obedecen a imágenes que a lo largo del
tiempo, nos hemos hecho de Dios, y que a pesar del hecho de
Cristo, aun no las podemos abandonar. Son como estatuillas y
amuletos que permanecen aun en nuestro poder. Con el hecho de
Cristo, todas ellas, han desaparecido, por lo que no existe un
Dios apático, ni indiferente, sino, que en Cristo se nos ha
revelado un Dios empático que se identifica y podemos
decirlo con toda libertad un Dios que sufre. Es la paradoja
más increíble, pero sólo puede ser aceptada a
través de la fe. No se puede explicar a los ojos de la
razón este evento. Pero, sé que la problemática se
da entre estos dos polos: o reconocemos en Cristo a Dios que se
ha revelado y se identifica con la miseria de los hombres o
sencillamente, adoptamos la postura en torno a ese Dios
lejano.
Preferentemente, a los ojos de todo cristiano, se ha
visto a Dios, más bien en esa lejanía. Invisible,
poderoso, soberano, infinito, etc. Y una serie de atributos
más. Por esa razón cuesta un poco aceptar el horrendo
escándalo de un Dios crucificado. Tradicionalmente se acusa
a los cristianos de sádicos o masoquistas, por creer y
aceptar a Dios, como un Dios que permite el sufrimiento y que
hace sufrir.
Pero, los evangelios, dan un corte profundo a todo
intento de colocar a Dios fuera de la escena de los
acontecimientos. Dios aparece como sufriente, identificado con
los pobres, miserable y despreciado es crucificado. Y nosotros
los cristianos es a ese a quien confesamos como nuestro
Señor y Dios.
Esa comprensión de Dios como lejano e indiferente
se transforma en una barrera que impide la solidaridad, que
impide la vida en comunidad y posibilita sobremanera el
sufrimiento, desarrollando lo que se conoce como una
teología del aguante: "El lenguaje es una de las condiciones
necesarias para que los hombre no permanezcan en el sufrimiento
sin transformarse, para que no se vuelvan ciegos y sordos ante el
dolor de sus semejantes, y para que den paso desde un aguante
puramente pasivo a un sufrimiento productivo y humanizante."
(8)
__________________________
(8) Sölle, D. "Sufrimiento", Ediciones
Sígueme, Salamanca, 1976 Op. Cit p.80.
j. Moltmann, hace una pregunta vital en este contexto:
"¿Cuál es el Dios que motiva la fe cristiana; el
crucificado o los dioses de la religión, la raza, la
clase?…" (9). Esta pregunta aporta una reflexión acerca
del tema que nos preocupa. ¿El Dios cercano o el Dios
lejano? ¿El Dios apático el Dios empático?
¿El Dios indiferente o aquel que se identifica? ¿El
Dios sufriente?. cualquiera sea nuestra postura, nunca
estará en términos medios, porque el hecho de Cristo es
evidente, superior y todo abarcante, no nos podemos retraer o
abstraer de su contingencia.
De la respuesta que demos (en fe) a esta cuestión
de penden toda nuestra razón de ser como cristianos hoy. De
allí se desprenderá si somos un obstáculo para los
miserables, sufrientes o somos el puente a través del cual
podrán obtener un lenguaje claro y expresivo, para gritar
sus miserias, aceptarlas, superarlas, transformarlas. Todo este
proceso está en vias de iniciación con el hecho mismo
de Cristo.
En Cristo Dios se hace empático a los hombres,
participa de sus sufrimientos. (Empatía = ponerse en
situación del otro, comprenderlo, sentir con él). En
este acto, el hombre se llena del espíritu de Dios, se hace
amigo de Dios.
En esta confrontación de las dos imágenes que
se han esbozado de Dios y sus consecuencias respecto al hecho del
sufrimiento. Moltmann, es bastante enérgico, para decir las
alternativas: "Ante el problema del sufrimiento, hablar aquí
de un Dios impasible, lo convertiría en un demonio, hablar
aquí de un Dios absoluto, le convertiría en una nada
destructora, halar aquí de un Dios sufriente,
condenaría a los hombres a la indiferencia" (11)
__________________________
(9) Moltmann, J., "el Dios Crucificado", Ediciones
Sígueme, Salamanca, 1975 p.276
(11) Moltmann, J., "el Dios Crucificado", Op. Cit. P.
393.
Depende entonces, de nuestra aceptación del Dios
crucificado y de la renuncia a la seguridad de un Dios
Todopoderoso, de cómo será la motivación de
nuestra acción. Si buscamos la seguridad y refugio nos
ocultaremos de la realidad de los sufrimientos y taparemos
nuestros oídos ante la pregunta que de ellos nos llega. Pero
si aceptamos a Jesucristo y en El vemos al Dios sufriente
(paradoja) aceptamos la inseguridad y el riesgo de la
fe.
En esta disyuntiva, también se corre el peligro de
separar la teología a la antropología, como cosas
totalmente distintas. Si aceptamos la figura del Dios lejano,
tenemos que hacer la separación de esas materias. Pero si
aceptamos a Dios viniendo en Jesucristo (= Dios con nosotros).
Tenemos que aceptar el hecho paradojal de Jesucristo, totalmente
Dios y totalmente hombre, Dios revela sus misterios y revela el
sentido de la humanidad. Se entrecruzan teología y
antropología y ya no es posible hablar de uno y de otro como
cosas aisladas. En Jesucristo, se encuentra sentido hablar de
Dios, en Jesucristo se encuentra sentido hablar del
hombre.
ESCATOLOGÍA: EL AQUÍ Y
AHORA.
Otro de los énfasis, con alcances teológicos,
que hemos encontrado en el Deuteronomio, se refiere a la
importancia del Aquí y Ahora. A pesar. De estar expuesto a
la influencia de algunos profetas individualistas de la
época, la solidez teológica del Deuteronomio, no se
deja empañar la importancia del Aquí y Ahora, por
ninguna promesa futura. La vigencia de la Alianza sirve como
punto de partida para avalar tal afirmación. Aunque no
desprecia del todo, una esperanza futura, pero no borra el
presente.
Por tal razón, se desea interpretar ese valioso
Aquí y Ahora, con lo que puede ser una escatología
realizándose en este instante. Dios está presente y su
cercanía es transformadora. El pedir una interve4ncion nueva
de Dios, seria de hecho desconocer el hecho de Cristo, pedir una
interrupción de alcances del evento único, seria
desconocer la presencia de Dios en el mundo, a través de
Jesucristo.
Esta escatología "realizándose", no descuida
una esperanza futura, en una (pleroma) Plenitud, tal esperanza no
nos oscurece el presente.
Aquí radica una diferencia cualitativa, en cuanto a
otros mesianismos, sean estos políticos o religiosos, en que
mientras otros sistemas postergan los goces para un futuro
escatológico, el cristiano gusta ya anticipadamente el Nuevo
Edén (nueva vida), la nueva realidad que está ya
presente (realizándose). Aquí puede surgir, una critica
igualmente severa, tanto para la piedad tradicional, que posterga
la felicidad del individuo a un más allá extraterreno,
invitándolo a soportar mientras dure esta vida y
también al marxismo (mesianismo ateo), que promete un orden
de cosas justo, perfecto y fraterno, en un futuro también
escatológico. Ambos mesianismos, a nuestro juicio son las
más grandes trabas de una piedad cristiana
autentica.
En el prologo del evangelio de Juan encontramos la
afirmación del misterio de la encarnación (= a Dios con
nosotros). El verbo se hace carne y habita entre los hombres.
(Juan 1:1-18). Una nueva realidad irrumpe en nuestro tiempo, el
Aquí y Ahora es iluminado por la realidad de
Dios.
Un aporte significativo, a este tema, lo entrega R.
Bultmann, que lejos de ser "el cuco", para muchos cristianos, se
manifiesta hoy como una alternativa provechosa para todos los
cristianos que sinceramente buscan una interpretación y
practica de la vida cristiana autentica. El propone el proceso de
la desmitologización. Este proceso, en una primea etapa, se
manifiesta como algo totalmente negativo, se trata de derribar
todas aquellas concepciones racionales que los antiguos hicieron
en torno al misterio de Cristo, y de esa forma quisieron explicar
la fe con los rudimentos científicos de su época. Pero
este proceso en una segunda etapa es una hermenéutica (=
interpretación) que ayuda a la explicación existencial
de los distintos pasajes bíblicos. Esta explicación
existencial da luces, en cuanto a la preocupación de la
persona al individuo, sus angustias, miserias, etc. Bultmann,
describe entonces a los mitos como el intento de querer encuadrar
a Dios y el misterio de EL, en categorías de tiempo y
espacio. Es así como aparecen mitos cosmológicos
(espacio) y los mitos escatológicos (de tiempo).
(12)
Se han acusado a Bultmann, de ser modernista, pero tal
acusación queda sin efecto, cuando constatamos que
también arremete contra todo intento moderno de querer
explicar el evangelio, el misterio de Cristo, a través de
fórmulas científicas modernas. Es así, como
Bultmann, rechaza la mitología moderna, porque toda
mitología en si lleva el deseo de aprehender (=tomar para
sí) la totalidad cósmica, el universo o el tiempo. El
deseo propio del hombre, dominar, ya sea a través del
conocimiento o de la fuerza. (13)
En cambo, Dios revelado en Jesucristo, no nos permite
hacer ese movimiento, somos encontrados por una nueva realidad
que nos choca, nos interpela, nos desafía y nos transforma.
Es la realidad del Dios, totalmente otro. Este proceso de
desmitologización de Bultmann, ayuda para resaltar la
importancia del Aquí y Ahora.
A Dumas, ve en la encarnación, la irrupción de
una nueva realidad en el mundo: "La encarnación es la hora
del conocimiento especifico del movimiento de Dios que cambia la
hombre y a la realidad" (14).
__________________________
(12) Bultmann, R. "Jesucristo y Mitología", Op.
Cit 72
(13) Dumas, A. "Una teología de la realidad",
Nueva Biblioteca de Teología, 1971, P. 237.
(14) Dumas, A. "Una teología de la realidad", Op,
Cit. P. 237.
Este resaltar del Aquí y Ahora, es vital para el
trabajo que nos proponemos, porque de lo contrario de nada sirve
el ser solidarios con aquellos que sufren. ¿Para qué
preocuparnos de los desgraciados si obtendrán felicidad
eterna en los cielos?
El Aquí y Ahora, es una categoría
evangélica contra el "más allá" pagano que se
introdujo por contrabando en el pensamiento bíblico, y esto
lo atestiguan las mismas corrientes teológicas que en la
Biblia, ya están iniciando el proceso de desmitologizar. Por
ejemplo, vemos en Pablo, con su interpretación del cambio
que se opera de viejo a nuevo mundo, esto ocurre con la llegada
de Cristo (Gálatas 4:14). Aunque Pablo esperaba, la
parousía (= venida de Cristo pronto) con todos los eventos
escatológicos que se conocen, para Pablo el evento decisivo
ya había tenido lugar (Resurrección de Cristo, Iglesia
como comunidad escatológica; "los que están en Cristo"
(Corintios I (15:54); El Espíritu Santo ha sido dado).
Así Pablo, ve anticipado en gran manera el futuro
escatológico, por lo que no desprecia del todo el Aquí
y Ahora.
También en el evangelio de Juan, hay un proceso
similar, según Bultmann, este evangelista es aun mas radical
que Pablo. Para Juan, el evento escatológico es la venida y
la partida de Jesús. (Juan 3:19) (12:31). Para Juan,
Resurrección-Pentecostés-Parousía, son sólo
un acontecimiento. (Juan 13:18), (3:36), (5:25), (11:25-26).
(15)
Bultmann, defiende la idea de que la
desmitologización ya comenzó en el Nuevo
Testamento.
Hemos descubierto la cara positiva, de la
desmitologización, es un proceso por el cual podemos
apreciar las verdades autenticas e interpretar de modo
existencial los acontecimientos narrados en la Biblia. Dejar la
verdad de Dios ajena a toda interpretación humana; esa
realidad de Dios, nos toca como un TU, que nos transforma y nos
capacita para la acción. Con estos tres elementos de
alcances teológicos podemos ver las dimensiones propicias
para una acción solidaria del cristianismo en relación
al problema del sufrimiento.
Estoy consciente que se ha dejado fuera aspectos
importantes del Deuteronomio, que podrían haber sido
tratados como canses teológicos.
Para sintetizar, se enlazarán estos tres aspectos:
Visión comunitaria = Koinonía. El Dios cercano y
sufriente con el hombre y el Aquí y Ahora = escatología
(realizándose). Al enlazar estos tres elementos se desea ver
una proposición del cristiano frente a los candentes
problemas del sufrimiento de nuestro continente. Un esbozo para
la respuesta- acción, ante la pregunta evidente del
sufrimiento de todos nuestros hermanos.
Conclusiones
El problema central que ha motivado este trabajo, es la
problemática del sufrimiento. Al ir a nuestro análisis
del libro del Deuteronomio, lo hicimos con la pregunta:
¿Puede darnos el Deuteronomio elementos para una respuesta
ante el problema del sufrimiento?
En el libro del Deuteronomio (en todo su análisis)
hemos encontrado una dinámica mejor que una simple
explicación del esquema Bendiciones-Maldiciones, que
tradicionalmente se usa para interpretar el
sufrimiento.
Como hemos visto en los preliminares del capitulo 3 la
exegesis a Deuteronomio 24: 5-22 nos arroja las siguientes.
Luces:
Dios y pueblo en relación estrecha (yo-tu) pero no
hay nada en el pueblo que le haga merecer tal condición. Su
calidad de pueblo la debe al amor de Dios.
Hay llamado a la solidaridad urgente (Hoy y no
mañana, no esperes que se ponga el sol).
Dios está identificado con los más humildes y
desvalidos de la comunidad (mujer, hombre pobre, jornalero,
forastero, huérfano y la viuda).
Todo lo que se haga a favor o en contra del débil
es a favor o en contra de Dios.
El acto salvífico aparece como la predicación
central. En otro tiempo el pueblo estuvo esclavo (fue débil)
y Yahvé lo libró.
Luego del análisis al resto del libro del
Deuteronomio entonos sus aspectos generales, vemos sintetizando
temas centrales hasta llegar a varios elementos básicos que
recorren todo el libro.
Estos elementos ya han sido enumerados como:
Vida Comunitaria en el pueblo de Dios
El Dios cercano
Preocupación ética-social
La ética en el Aquí y Ahora.
La primera preocupación de este trabajo ya ha sido
tratada. A estos elementos bíblicos le hemos dado un alcance
teológico, para situarlos en la problemática central de
este trabajo: el sufrimiento.
Es el problema del sufrimiento, nuestra
preocupación central y como cristianos sinceros para con
Dios, no nos podemos atrever a desoír la pregunta latente
del sufrimiento, sufrimiento experimentado especialmente en
nuestro continente.
Toda la realidad socio-económica y cultural de
miles personas en situaciones desventajosas, analfabetismo,
desnutrición, hambre, cesantía, persecución,
torturas, privación de las minimas libertades,
violación sistemática y enmarcada de los derechos
humanos, constituye el centro de esa gran pregunta que llega
hasta nosotros. Pregunta que cuestiona toda nuestras bases y
principios sobre los cuales se ha alzado nuestra iglesia
cristiana por siglos, pregunta que hace debilitar la seguridad
que hemos buscado en un Dios todopoderoso, que ha llegado a ser
casi insensible al dolor de los miles de sufrientes. Esta es la
pregunta que hace temblar nuestra seguridad que hemos basado en
el respeto a las autoridades, en nuestra categoría eclesial,
en nuestros templos majestuosos. Luego la interrogante del
sufrimiento se transforma cada día más en una pregunta
vital, que nos interroga y que a la vez nos enjuicia.
Es evidente la realidad de esa pregunta, que jamás
podremos decir ¿Cuándo la escucharemos?
¿Cuándo te vimos?. Es decir, por el momento solo
tenemos dos alternativas: desoír (hacernos los sordos) u
oír (escuchar atentos) la pregunta latente en el
sufrimiento. Ante esa pregunta evidente, varia han sido las
alteranativas de respuesta: Unos, han incursionado en el terreno
de la filosofía, es decir, tratar de explicar sin mayores
problemas, el asunto del sufrimiento como una cuestión
filosófica que no altere mayormente, que no produzca
trastorno.
También se ha incursionado en Teodiceas, defensas
de Dios con lo que se le quiere defender contra las acusaciones
paganas, como si, todo el que apunte al problema del sufrimiento,
estaría atacando a Dios. Pero, ese Dios Todopoderoso que se
dice defender se desmorona ante el Dios sufriente, la imagen del
Dios que se identifica con los sufrimientos y se identifica con
la pregunta. También se ha incursionado en la Teología:
Un paso más en las explicaciones, voluntad de Dios, pecado
del hombre, etc. Pero todo estos caminos, aunque abundantes, nos
han demostrado en la practica una acción dinámica a
favor de los miserables, al menos así se ve en nuestro
continente.
Por otro lado, también se ha insistido en una
actitud política. D. Sölle, ve la apertura del
cristiano, hacia una acción política como una
solución.
Actuar como por contraposición; por ejemplo ante
una actitud de apoliticismo, la salida en una actividad
política. A este respecto, citemos a D. Sölle: "Una
teología que se entiende así misma apolíticamente,
intentará describir el evangelio, fuera de este (para
nosotros irrenunciable) horizonte de cambio, tal teología
exige, como hecho previo, una renuncia a la razón social y
política que considera al mundo como mutable"
Personalmente actuar por contraposición, es una
alternativa falsa. La política, como la economía, la
ciencia, la filosofía, etc., son esferas donde el cristiano,
como el ser humano en general, deben desenvolverse. Solamente
quienes piensen conscientemente que no se sienten capacitados ni
lo suficientemente atrevidos para moverse en estas esferas,
buscarn una salida a través de un planteamiento
filosófico o religioso que les permita evitar esa
contingencia.
La actitud del cristiano es y será política,
como consecuencia de su mayor o menor compromiso con la palabra
de Dios, pero, la diferencia en estas afirmaciones está, en
que no es la actividad en determinada esfera de la vida la que da
sentido a la existencia de un cristiano. Afirmar que estas
esferas ya mencionadas son parte integral de nuestra vida y no
podemos escapar a movernos en ella, no es lo mismo que decir, que
son el centro de nuestra existencia como cristianos activos.
"Comenzamos a comprender el evangelio con toda su seriedad,
sólo cuando tenemos presente el horizonte político en
nuestra vida, cuando nos hacemos conscientes de que el fracaso y
el éxito de la vida están ligaos a presupuestos
sociales y ese éxito y ese fracaso lo insertamos en la
dimensión política".
Como vemos D. Sölle, da a la teología
política (dimensión política, actividad
política). La función correctora de mayor o menor
autenticidad del evangelio. Esto como cosa previa, pues la
acción en las diversas áreas de nuestra vida se
transforman y se amplían con el encuentro de ese TU, que nos
viene en la revelación, sin este antecedente previo, el
horizonte político, nunca será amplio, sino, estrecho.
Por otro lado, D. Sölle, señala: refiriéndose a la
teología política: "Su principio hermenéutico
director es la búsqueda de una vida autentica para todos los
hombres". Estas afirmaciones sobre la teología
política, solo son validas por contraposiciones, aun
cristianismo deformado y a politizado. Pero, no deben ser validas
para un cristianismo autentico, que comprende su contingencia en
todas las áreas de la vida.
Entonces, el camino de la filosofía, de la
teología y agregando el de la política, no nos limitan
ni agregan más trabas ante la pregunta vital del
sufrimiento, sino que sólo son intentos parciales de ofrecer
una respuesta cristiana.
El camino de los cristianos de nuestro continente esta
en el cultivo de una nueva piedad cristiana (una conversión,
renovación de nuestra postura espiritual, etc.) como una
vuelta a las fuentes, a la importancia rectora de la palabra de
Dios.
Una nueva piedad cristiana que contemple todos los
elementos aquí mencionados: visión comunicación,
solidaridad, el Dios presente hoy renuncia a la seguridad de un
Dios Todopoderoso y acepta el riesgo de la fe Aquí y Ahora,
etc. Una nueva piedad no despreciará una acción en las
diversas áreas de la vida.
Con la convicción que la fuerza renovadora de Dios,
viene de nuestra estrecha relación con EL y de una practica
de viada sincera para con Dios, constantemente en
renovación.
Aquí la acción política aparece como una
consecuencia de mi compromiso con Dios y no como una prioridad.
Consecuencia de una fe viva y no normativa, de una fe viva y
autentica. Por ejemplo, de nada vale invitar a los sufrientes y
desposeídos de nuestra tierra auna acción suicida (por
ejemplo lucha de clases), si no hemos roto el mutismo, el
sufrimiento mudo, el. Aislamiento de un sufriente de
otro.
El cristianismo de nuestro continente debe depurarse,
comenzando con una gran confesión de pecados, somos
culpables por omisión, por no haber hecho lo que
teníamos que hacer y a su tiempo. La confesión de
nuestras culpas debe ser seguida por una renuncia a la seguridad
(eclesial, cristiana, nacional, política). De tener la
razón, de querer encontrar un juicio justo por nuestras
acciones, la seguridad en un Dios Todopoderoso en que nos
refugiamos. Aceptando la inseguridad y el riesgo de la fe
viva.
Un ejemplo anticipado, de esta neuva piedad, lo tenemos
en la vida del Tololo Dietrich Bonhoeffer, quien se despojo de
toda investidura eclesial, identificándose con los
sufrientes de su tiempo. Su actitud no la derivo de un esquema
político (aunque fue actitud política), nació de
su profunda convicción de la Fe Viva, en sus obras puede
entreverse el ejemplo de una vida piadosa renovada.
Como ha quedado demostrado en este trabajo, el problema
del sufrimiento, no es una pregunta para nuestro intelecto, es
decir no podemos partir afirmando: ¿Cómo hemos de
explicar este problema? (habrá muchas cosas que tal vez no
podremos explicar) sino, qu es un problema de existencia
(problema existencial) que se encara con la pregunta:
¿Qué he de hacer como cristiano creyente en Jesucristo,
hoy?
Además de los elementos teológicos mencionados
que son el trasfondo para la idea de una nueva piedad, las
características de esta misma, estarían dadas en las
siguientes palabras Oír, Vivir, Gritar y
Transformar.
OÍR: Desarrollar la capacidad de la pregunta
implícita en todo sufrimiento. Esto significa destapar
nuestros oídos de todas aquellas cosas que atraves del
tiempo el cristiano ha considerado como poco "ortodoxas" o no
escuchables. El destapar los oídos es ampliar la
dimensión de lo que escuchamos.
VIVIR: Desarrollar la capacidad de identificarnos
con los sufrientes. El modelo recto de esto es: Compromiso con
Cristo o con nosotros mismos. El compromiso con Cristo nos
capacita a renunciar a nosotros mismos y a adoptar una actitud
empática.
GRITAR: Tenemos un abundante lenguaje
bíblico y litúrgico con el cual podemos dar expresiones
al sufrimiento, evitando el mutismo y el sufrimiento mudo. En
esto tenemos que ser creativos, muchas batallas se han perdido
por imitar esquemas políticos. ¿Por qué ir en
busca de expresiones liberadoras a otras tiendas? Si en la Biblia
y en nuestras liturgias existen abundantes expresiones
liberadoras.
TRANSFORMAR: Las fases del sufrimiento que
presenta, como la sufrimiento mudo, pero que en una segunda y
tercera fase debe iniciarse a aceptar su propio sufrimiento (esto
trae más dolor) posibilitando el grito, la expresión y
el camino hacia la transformación del sufrimiento en fuerza
renovadora. Esa fuerza que se acumula en los sufrientes, puede
ser canalizada para echar las bases de una sociedad mejor, para
fortalecer la solidaridad. El apretar de dientes y fruncir el
ceño de un obrero, o de un campesino explotado, debe servir
como fuerza que los habilite para tomar la mano de otro sufriente
que esta en iguales o peores condiciones. esa fuerza ha de unir
el pueblo, esa fuerza puede ayudar a combatir el individualismo y
el anhelo de privilegios, esa fuerza es renovadora.
En síntesis, esta mirada al Deuteronomio, nos
entregó los elementos necesarios para una mejor acción
pastoral, en el Aquí y Ahora, de la realidad de nuestra
comunidad, de nuestra nación yh de nuestro
continente.
El sufrimiento como problema latente hoy, no se nos
presenta como algo inmutable y eterno, sino, que en la medida que
nuestra acción este acorde con la nueva piedad exigida a los
cristianos motivará la transformación del sufrimiento
en una fuerza positiva y renovadora.
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D E D I C A T O R I A :
" A mi Esposa y a mis Hijos : Rose Mary,
Luis, Juan Pablo y Claudio "
A G R A D E C I M I E N T O S :
Al Pastor Hellmut Gnadt, Pastor
Junger
Denker, Saluel Salas. Osvaldo
Navarrete
Y en la etapa final a los
colaboradores
Pastor Tomas Stevens y Profesor
de
Castellano Daniel López.
Entrego un homenaje a quien fuera mi compañero
y
colega, Samuel Salas, (QEPD), quien expresara
las
las siguientes palabras al conocer mi primer
borrador:
" Después de leer tu trabajo,
encontré bastantes
Coincidencias con mi manera de pensar.
Siempre
me ha preocupado esa interpretación
rígida e
intolerante a la que tu haces
mención.."
Autor:
LUIS L. CORTES
GARCÍA
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