Jurispludencias legislativas sobre delitos contra la libertad sexual (página 3)
2. Vulvovaginitis traumática.
Inflamación irritativa vulvovaginal que sigue a
ciertos tocamientos vaginales y que se caracteriza
clínicamente por enrojecimiento, dolor,
tumefacción y flujo purulento. Sin embargo, existen
también vulvitis y vulvovaginitis espontáneas
en niñas que viven en medios carentes de los
más elementales recursos higiénicos. Por ello,
para atribuirles un origen de agresión sexual debe
esperarse a que se curen a fin de comprobar si ha habido
lesión himenial. Este dato, unido a la posible
existencia de equimosis y erosiones vulvares y perineales, es
lo que indicará su etiología
traumática.
3. Presencia de restos o partes fragmentadas de
cuerpos extraños en el interior de vagina o cavidad
rectal.
Cuando esta forma de penetración se reitera,
constituyendo el llamado atentado crónico, no suelen
observarse los síntomas anteriores, habiendo descrito los
autores clásicos ciertas modificaciones en las partes
sexuales de las víctimas:
1. Dilatación del orificio himenial, con
depresión del himen y ensanchamiento de la
vagina.2. Desarrollo del capuchón
clitorídeo y de los labios menores.3. Estado marchito de las partes genitales y su
desarrollo prematuro.4. Formación de un infundíbulo a
expensas del conducto vulvar.
Las lesiones del himen ocasionadas por
penetración digital se acompañan de excoriaciones
generalmente curvilíneos típicos de las lesiones
por uñas, pudiendo ocasionarse desgarros totales. Algunos
autores consideran que las lesiones por dedos y/o uñas
generalmente se ubican en la región anterior del himen
(entre las IX y III con el paciente en decúbito
supino).
Otras
circunstancias de hecho
Son aquellas situaciones en se realiza cualquier otro
acto de naturaleza sexual que atenta contra el pudor. El hecho
material que, en este caso, da nacimiento al delito puede ser
cualquier clase de acción obscena, distinta a la
penetración, que violenta la libertad sexual de la
víctima. Desde el punto de vista médico-legal,
muchas acciones susceptibles de ser consideradas como
agresión sexual carecen de interés práctico,
ya que por su naturaleza es imposible demostrarlas de modo
objetivo, escapando así a la competencia del médico
legista. Las acciones que sí pueden dejar huellas
biológicas en el cuerpo de la víctima
son:
1. Tocamientos realizados con el
pene.2. Tocamientos realizados con el
dedo.3. Tocamientos con cuerpos extraños sin
penetración.
Como tocamientos en sentido estricto, se comprenden
todos aquellos realizados sobre los órganos genitales de
las víctimas o aquellos realizados en cualquier parte del
cuerpo con el pene. En los niños, el autor suele ser un
adulto que procede a maniobras masturbatorias. En este supuesto,
salvo que haya habido contaminación por enfermedades de
transmisión sexual, tales maniobras no dejan
huellas.
En las niñas, los tocamientos, casi siempre
realizados por sujetos masculinos y adultos, se realizan con el
dedo, el pene, o cuerpos extraños. No hay
penetración, limitándose las maniobras al exterior
de la vulva. Dichas maniobras alcanzan un grado de violencia
variable, que justifican algunas lesiones que pudiesen
encontrarse.
Los síntomas que es posible encontrar en los
casos de tocamientos únicos o escasos son:
1. Traumatismos genitales. Sólo se
producen cuando las maniobras tienen una violencia inusitada
o incluso brutal. Consisten en desgarros del himen, por
cuerpos extraños de volumen suficiente o superficie
irregular, o en lesiones traumáticas de las
vías genitales, mucho más raras.2. Contaminación venérea. Es
posible a través de tocamientos de las partes
venéreas con instrumentos contaminados con bacterias o
virus. En estos casos, además del examen de la
víctima, con las respectivas muestras
bacteriológicas e inmunológicas, debe
procederse al examen del instrumento con análisis que
demuestren la presencia del agente contaminante. Se debe
realizar una investigación similar a objetos de uso
común, que puedan encontrarse en el medio en que vive
la víctima.3. Vulvovaginitis
traumáticas.
Peritación
médico-legal
Los objetivos que, desde el punto de vista
médico-legal, debe cubrir una pericia médico-legal
en un delito contra la libertad sexual son los
siguientes:
1. Evidenciar los hechos (acceso carnal,
penetración bucal o anal, penetración de objetos,
otros actos de naturaleza sexual).
2. Analizar las circunstancias (uso de fuerza o
intimidación, medios utilizados, etc.).
3. Aportar datos que permitan identificar al culpable (y
en su caso establecer las bases de su imputabilidad).
4. Valorar la situación psicológica del
sujeto pasivo (trastorno mental, privación de
sentido).
Además se debe llevar a cabo, en gran
número de ocasiones, una función asistencial que
depende del estado de la víctima y/o del autor en el
momento en que se lleve a cabo el reconocimiento y de las
circunstancias en que se realice el mismo.
La sistemática más adecuada para llevar a
cabo este reconocimiento abarca tres aspectos:
1. Reconocimiento de la víctima.
2. Reconocimiento del autor.
3. Reconocimiento del lugar de los hechos.
RECONOCIMIENTO DE LA
VICTIMA
Él diagnóstico médico legal de la
víctima de abuso sexual se basa en una eficiente y
meticulosa historia clínica, la cual es dirigida y
destinada a aportar pruebas que puedan tipificar el delito,
está de por sí es complicada puesto que muchas
veces la víctima se encuentra traumatizada y por razones
obvias es poco colaboradora con el interrogatorio y el examen
físico, o bien se trata de un menor que además
tiene dificultades para expresar adecuadamente el suceso, todo
ello implica el seguir una metodología, existiendo para
ello protocolos establecidos a los cuales el médico
legista debe ceñirse al momento de realizar su pericia.
Sin embargo en el transcurso de una consulta médica puede
verse él medico no especialista obligado a realizar un
examen del área genital, en el cual puede haber sospecha
de un abuso, por esta razón es necesario tener
conocimientos sobre el tema para poder orientar adecuadamente
él diagnostico y referirlo a un servicio de medicina
legal.
Anamnesis
Es el relato y trascripción de los hechos. El
médico debe limitarse a transcribir lo que la
víctima cuente. Escribirlo con letra legible y
términos claros. Se recogerán los datos personales
y sociales de la víctima: nombre y apellidos, DNI,
teléfono, dirección, personas que le
acompañan. Debe describir tipo de agresión sexual:
vaginal, anal, oral, otras. Armas o utensilios utilizados. Fecha,
lugar, hora y circunstancias de la agresión. En
relación con el agresor debe describir la víctima,
las características físicas y si es conocido o no.
Cómo se defendió y qué lesiones le pudo
producir al agresor o agresora, si hubo eyaculación o no,
el número de agresores. Preguntar si hubo testigos. Se
debe preguntar sobre los actos realizados después de la
agresión sexual: aseo personal, si ha tomado algún
medicamento, si se ha cambiado de ropa, si ha presentado la
denuncia de la agresión a la Policía, al Juez o al
la Guardia Civil. En el caso de abuso a menores, la historia
clínica se le hará al interesado o al padre, madre
o tutor del menor, pero, cuidado, porque puede que alguno de
ellos esté implicado en el maltrato sexual. También
hay que contemplar cuanto tiempo pasa el menor con sus padres,
familiares y con extraños, y los antecedentes
clínicos y sociales de los mismos. Hay que realizar una
historia ginecológica: fecha de la última regla,
cálculo de una posible ovulación, uso de
anticonceptivos, si tiene relaciones sexuales y la fecha
última. Si tiene alguna enfermedad. Se hará una
valoración del estado general: psíquico, emocional
y físico. Debe considerar entre los antecedentes aquellos
que tengan especial relevancia con el delito, por ejemplo si
tiene historia anteriores de maltrato infantil, si proviene de
una familia de alto riesgo (Disfuncional), si padece enfermedades
orgánicas que puedan confundir el diagnóstico
(Enfermedad de Crohn, entre otras), si tiene alguna
alteración del comportamiento, algún grado de
déficit intelectual, si consume drogas, etc. En el
desarrollo del interrogatorio medico y relato del hecho lo
más difícil es hacer empatía con el paciente
para poder rescatar datos veraces del suceso, recordemos que en
muchos casos hay victimización, amenaza, seducción
o simplemente la víctima trata de borrar el suceso de su
memoria como un mecanismo de defensa. Otra dificultad al momento
del interrogatorio lo constituye la victima infantil, puesto que
muchas veces su declaración es puesta en duda, sobretodo
si el menor se retracta de lo revelado inicialmente como ocurre
muchas veces, ya sea por miedo, temor familiar o poca experiencia
del entrevistador; sin embargo ciertas características
presentes en el relato nos orientan de la veracidad del mismo. En
estos casos durante el relato el menor suele describir la
anatomía o fisiología sexual mostrando un
conocimiento no acorde a su nivel de instrucción,
detallando eventos como el coito, la eyaculación, etc.
Además demuestra durante el relato un grado de
emoción, muchas veces miedo al recordar el hecho, temor a
la muerte o sentimientos de autoculpabilización por lo
ocurrido, esta descripción incluye situaciones
típicas de abuso realizadas por el agresor hacia la
víctima como son la amenaza, el chantaje, la
seducción. El relato en general debe ser
espontáneo, fluido, con precisión de algunos
detalles importantes; si bien puede haber cambios en algunos
puntos de la declaración conforme esta avanza, lo hechos
sustanciales en si no deben variar.
Grafico : Anamnesis En La
Víctima De Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos
López
Santillán. Bases
diagnósticas en la víctima de abuso
sexual.
Examen Médico:
El examen por parte de un médico no se debe
demorar por ninguna razón, dado que muchos signos de
lesiones relacionadas con el abuso sexual son temporales. Lo
ideal es que el examen se realice dentro de las 72 horas
después del hecho o de su descubrimiento.
Este examen médico debe ser detenido y minucioso.
En un primer momento se valorará el aspecto general de la
víctima: estado de las ropas y cabellos, talla y peso,
existencia de marcas de venopunción, etc.
Para poder efectuar el reconocimiento a la presunta
víctima será necesario tener un instrumental
mínimo: Mesa ginecológica, espéculos
vaginales de diversos tamaños, lámpara de luz,
hisopos, frascos estériles, un peine o cepillo, sobres de
papel, suero fisiológico, jeringuillas, y si fuese posible
una luz de Wood.
Posteriormente se deben abarcar los siguientes
aspectos:
1.- Reconocimiento ginecológico,
génito-anal o bucal:
Valorando la existencia de traumatismos, así como
su naturaleza, tipo e intensidad, y la existencia de secreciones
(que pueden ser propias o del agresor), su cantidad, color y
olor, ampliando este estudio a la parte superior de los muslos y,
en el caso de que se trate de una agresión por vía
oral, al resto de la cara, sobre todo a las zonas
periorificiales.
En primer lugar, en los casos de penetración
por vagina las lesiones generalmente son debidas a la
desproporción entre el pene y los genitales, apareciendo
con ello una contusión en los labios vulvares, con
desgarro del himen, posibilidad de rotura de las paredes
vaginales e incluso en algunos casos provocando la rotura de la
bóveda vaginal con la consecuente aparición de
herniaciones de vísceras por aparato genital.
Indicar:
1- Lesiones en el introito vaginal, horquilla vulvar
superior e inferior.
2- Tipo de himen: En caso de hímenes
típicos estos presentan áreas donde es más
frecuente se produzca el desgarro (Ej. El himen anular suele
desgarrarse a horas II, V, VII, X). Además describiremos
si se trata de un himen con bordes dilatables (himen
complaciente).
3- Lesiones del himen: tales como equimosis, desgarros
recientes, desgarros antiguos, los cuales deben ser ubicados
según el sentido de las manillas del reloj.
En este caso lo fundamental es determinar el posible
desgarro del himen, lo que será indicativo de la
penetración del pene u otro objeto de
características contusas en la cavidad vaginal. Estas
visualizaciones se efectúan mediante la llamada Luz de
Wood. Las lesiones que se objetivarán dependerán
de:
– Orificio orgánico de penetración
(vagina).
– Naturaleza y tamaño del objeto
penetrante.
– Características anatómicas de la
víctima.
– Fuerza con que se realiza la
penetración.
La rotura del himen generalmente no es similar en todos
los casos, por lo cual en el momento de la descripción de
ésta se realiza haciendo referencia a una esfera de reloj
que se sobrepone de una forma imaginaria al círculo
himeneal, así en los informes aparecen «roturas a
las 3 y a las 9».
Aparte de esta lesión tan típica y
clarificadora a la hora de efectuar un informe pericial, pueden
aparecer otra serie de lesiones sobreañadidas, que
dependerán de la brutalidad con que se realice el coito,
aunque éstas suelen ser más frecuentes en edades
entre los 6 y los 12 años.
En segundo lugar, si la penetración ocurre
por vía anal, es preciso tener en cuenta los
componentes anatómicos de la zona para comprender que en
caso de penetración se producirá la rotura del
esfínter anal externo y con ello la contractura del
esfínter interno, dando lugar a una parálisis
antálgica esfinteriana importante. Se evalúa el
estado de los pliegues perianales describiendo si existe
asimetría o borramiento, el estado del esfínter
anal y si hay dilatación refleja o espasmo del mismo.
Inspeccionar cuidadosamente, en lo posible con colposcopio
buscando erosiones, excoriaciones, fisuras, desgarros, equimosis,
hematomas o cicatrices. Se deberá consignar la tonicidad
del esfínter anal que puede estar disminuida, con salida
de gases y materias fecales. Si se cuenta con un servicio de
proctología, teniendo dudas sobre la tonicidad del
esfínter anal, se puede realizar una manometría o
electromiografía del esfínter anal. En caso de
sospecha de lesión rectal, se realizará un tacto
rectal buscando una posible rotura del recto o la presencia de un
cuerpo extraño que tendrá tratamiento
quirúrgico de urgencia. En presencia de lesiones papulares
y ulcerativas se solicitará examen de VDRL. En caso de
visualizar tumoraciones papilomatosas hay que pensar en
condilomas acuminados.
Las lesiones que con mayor frecuencia aparecen
serán:
– Fisuras anales, que en algunos casos es preciso
efectuar el diagnóstico diferencial con los cuadros de
estreñimiento, aunque en estos últimos casos las
heces serán duras, y con las características
propias de estos casos.
– Otra lesión que aparece con mucha frecuencia es
el llamado Signo de Wilson-Johnson, que consiste en la
aparición de un «desgarro de la mucosa anal a las
6», y que suele tener su origen en un mecanismo de tipo
defensivo que realiza la víctima. En los casos de posibles
lesiones anales y como a veces su visualización resulta
difícil se aconseja la utilización de una
solución de azul de toluidina al 10%. A veces es necesaria
o conveniente la realización de un examen
endoscópico, incluso bajo anestesia.
Y en tercer lugar cabe la posibilidad de que la
penetración ocurra por vía bucal. En estos casos
las lesiones que se dejan en la víctima resultan
difíciles de determinar, pues en algunas situaciones no
aparecen o bien no las hay. De todas formas existen determinadas
maniobras o técnicas encaminadas a determinar posibles
hallazgos, entre ellos:
– La realización de enjuages con suero
fisiológico, ya que en determinados casos y hasta en un
período de 16 horas posteriores a la penetración
pueden aparecer espermios en dicha solución.
– También resulta interesante la toma, mediante
hisopos, a nivel de la cara interna de los incisivos
superiores.
– Y por último se debe analizar el paladar pues
en este lugar se pueden hallar determinadas equímosis,
como consecuencia de la acción succionadora a que es
sometida la víctima por parte del agresor.
2. Examen Paragenital:
Se limita a las zonas límites del aparato
genital, y aparecen como consecuencia de determinadas maniobras
de fuerza o intimidación de la víctima. Así
podremos encontrar de forma general:
– Equímosis puntiformes o ungueales a nivel de
las caras internas de ambos muslos, rodillas, así como a
nivel de los glúteos.
– Heridas contusas (por mordeduras) a nivel de los
muslos o incluso en zonas vulvares.
3. Examen Extragenital:
Consistente en la presencia de todo tipo de lesiones a
nivel del resto de la superficie corporal. Las localizaciones
más frecuentes, así como las lesiones que con mayor
frecuencia suelen aparecer, son:
– Equímosis, contusiones, heridas contusas e
incluso quemaduras a nivel de las mamas.
– Signos de asfixia, como consecuencia de acallar a la
víctima mientras se realizan las acciones
violentas.
– Contusiones y heridas de diferentes tipos en cualquier
parte del cuerpo, encaminadas a reducir a la víctima y
teniendo en cuenta la desproporción física que
suele existir entre el/los agresores y la
víctima.
Se especificará la localización,
naturaleza, tipo e intensidad, y la existencia de manchas de
sangre, esperma o de otro tipo. Se puede recurrir, en el caso de
que existan signos de mordeduras, a tomar un molde de
éstas por medio de material plástico, que
permitirá compararlo con el obtenido de los dientes del
presunto autor, cuando éste sea detenido. Frente a la
sospecha de un embarazo por presentar útero aumentado de
tamaño o amenorrea previa, se realizará una
exploración ginecológica ultrasonográfica
por vía abdominal o transvaginal. Si no se dispone del
equipo, se medirá la altura uterina y se
auscultarán los latidos cardiofetales y las
características del feto como presentación,
movilidad y vitalidad.
Grafico : Exámen
Físico En La Víctima De Abuso Sexual. Fuente:
Juan Carlos López Santillán. Bases
diagnósticas en la víctima de abuso
sexual.
4.- Reconocimiento psíquico
En el que se hará una primera valoración
de la repercusión que, a este nivel, haya podido tener la
agresión o de la existencia de enfermedades
psiquiátricas desconocidas con anterioridad o que se
encuentren en fase aguda en el momento de la exploración.
A efectos de que el resultado de la exploración pueda ser
totalmente aprovechado en la instrucción sumarial es
conveniente la realización de fotografías de todos
aquellos hallazgos que se consideren de
interés.
Recojo de muestras
Una vez realizada la exploración de la presunta
víctima será necesaria complementarla con la recojo
de muestras, para su posterior análisis en el laboratorio
y una vez efectuado este estudio, ser interpretada nuevamente por
el perito. Las debe realizar el médico forense o por lo
menos en su presencia. Es aconsejable que la persona se desnude
sobre una sábana blanca donde se recogerán sus
ropas, de este modo se garantiza que no se pierdan pelos, fibras,
etc. Se examinarán para ver si están rotas, si
tiene manchas de semen, sangre, si tienen adheridos
pelos.
Se debe hacer:
1. Una búsqueda de esperma a nivel vaginal,
ano-rectal u orofaríngeo. Debe recordarse que la presencia
de espermatozoides en líquido seminal puede comprobarse
hasta 48 horas después de la eyaculación. Cuando se
trate de un coito bucal, se debe hacer una limpieza dental tanto
en la cara anterior y posterior. Es factible encontrar
espermatozoides hasta 8 horas poscoito.
En el caso de que la víctima sea un varón,
se debe realizar una toma de muestras a nivel del glande y, sobre
todo, del surco balano-prepucial, ya que es posible el hallazgo
de células vaginales a este nivel.
2. Una búsqueda sistemática
de enfermedades de transmisión sexual.
3. Pruebas de embarazo.
– Las tomas, tanto vaginales, anales como bucales se
efectuarán mediante hisopos secos y estériles,
siendo conveniente el recojo por medio de dos hisopos,
guardándose posteriormente en sus fundas correspondientes
y sin añadirles ningún tipo de medio
conservante.
– Se recomienda asímismo la realización de
un lavado vaginal, anal o bucal, con aproximadamente 10 ml. de
suero fisiológico estéril. El lavado se
recogerá en un tubo apropiado que pueda cerrarse
herméticamente, y que será mantenido en
refrigeración (4-8°C) hasta su remisión a
laboratorio.
– En caso de que haya o no constancia de posibles
manchas de esperma, es imprescindible el envío de prendas
de la víctima que llevase en el momento de la
agresión, así como cualquier tipo de objeto o
soporte del lugar de los hechos, donde se sospeche que pudiera
haber restos de semen. A veces ocurre que las ropas se encuentran
mojadas o húmedas; en estos casos se recomienda dejarlas
secar antes de ser envueltas y empaquetadas. Como complemento a
estas tomas se recomienda la toma y remisión de sangre (5
ml. de sangre con anticoagulante) de la víctima y si es
posible del agresor o agresores para poder efectuar una
comparación del perfil genético con los restos de
semen que pudiera haber en las ropas o tejidos remitidos. Estas
muestras se deberán enviar en tubos apropiados, cerrados
herméticamente y enviados refrigerados (4-8°C) al
laboratorio, por el medio más rápido.
Para completar el recojo de muestras se hace necesario
la extracción de 5-10 cc. de sangre adicionados de
anticoagulante, que servirán para el estudio de la
serología de HIV, hepatitis B y sífilis. Igualmente
se recomienda comenzar la vacunación de hepatitis B en
todas las víctimas de violación, una vez sea
conocido el estado inmunológico de la paciente, poniendo
la primera dosis lo antes posible tras el momento de la denuncia.
En líneas generales es de desear que no hayan transcurrido
más de cuarenta y ocho horas desde la toma de muestra
hasta la llegada al laboratorio para realizar el estudio de
enfermedades de transmisión sexual. Con todo lo analizado
se considera fundamental el conocimiento, manejo y
aplicación por parte de los profesionales de
Atención Primaria de estos conceptos y circunstancias
legales necesarias para cumplir el papel de auxiliar de la
Administración de Justicia cuando sea necesaria su
intervención.
Tratamiento
Debe incluir los siguientes aspectos, teniendo siempre
en cuenta los resultados del examen realizado:
1. Sedación o tratamiento psiquiátrico de
urgencia.
2. Tratamiento médico o quirúrgico de las
lesiones existentes, tanto genitales como extragenitales,
incluyendo una profilaxis antitetánica.
3. Prevención de las enfermedades de
transmisión sexual.
4. Prevención de un posible embarazo.
Recojo de elementos de prueba
Para el médico no especialista, es de
interés insistir en la importancia que tiene su
colaboración en la investigación del delito con el
recojo de los distintos objetos que, tras ser convenientemente
analizados, sirvan de elementos de prueba.
Esto se refiere tanto a la ropa que llevaba la
víctima en el momento de la agresión como a la ropa
de la cama en la que se ha llevado a cabo la primera
exploración, partículas que pudieran provenir del
lugar donde se produjeron los hechos, los posibles restos de piel
encontrados en las uñas, vello púbico, pelo de
cabeza y cuerpo, etc. Asimismo puede ser de gran valor el obtener
una muestra de sangre y otra de saliva a efectos de llevar a cabo
las pruebas de identificación en su caso. Todos estas
objetos deben ser recogidos, cuando sea posible, incluso antes
del reconocimiento médico a efectos de evitar
pérdidas de los mismos; la forma más adecuada de
realizar esta recogida es desnudando a la víctima sobre
una sábana. Una vez recogidos todos los indicios, deben
ser adecuadamente reseñados y envasados, de tal manera que
no sufran deterioro antes o durante el transporte, así
como custodiados hasta que éste se lleve a cabo. Una vez
finalizada la totalidad de la exploración y de los
estudios subsiguientes, se debe intentar contestar a las
siguientes preguntas:
1. ¿Hay evidencia médica que confirme las
alegaciones de la víctima?
2. ¿Ha tenido lugar un coito
recientemente?
3. ¿Hay evidencia del empleo de violencia o de
intimidación?
4. ¿Hay evidencia del empleo de drogas para
inducir la privación del sentido?
5. ¿Hav trastornos mentales? ¿En que
grado? ¿Fue do el consentimiento?
6. ¿Son coherentes los hallazgos con la historia
contada?
7. ¿Se ha producido embarazo o contagio
sexual?
Grafico : Exámenes de
Laboratorio en caso de Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos
López Santillán. Bases diagnósticas en la
víctima de abuso sexual.
El diagnóstico diferencial
Debe hacerse con otras enfermedades, deben ser siempre
considerados por el medico, pues muchas de estas
patologías pueden simular lesiones similares a las
halladas en las victimas de abuso sexual, por ello deben estar
presentes en la mente del médico a fin de no dar
diagnósticos erróneos.
Grafico Diagnóstico de
Laboratorio en caso de Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos
López Santillán. Bases diagnósticas en la
víctima de abuso sexual.
RECONOCIMIENTO DEL
AUTOR
En la práctica no es frecuente que se lleve a
cabo inmediatamente después de los hechos, por lo que
muchas veces se pierden elementos que podrían ser de gran
importancia como indicios. Los objetivos de este reconocimiento
son:
1. Evidenciar la existencia de signos del
coito.
2. Evidenciar la existencia de signos de
lucha.
3. Buscar elementos de identidad, tanto para comprobar
los que pudiera haber dejado sobre la víctima como a
efectos de posibles estudios posteriores de
paternidad.
4. Valorar su estado psíquico.
La sistemática adecuada que podría en
cierto modo asimilarse al de la víctima incluyen los
apartados:
Anamnesis
En ella los aspectos más interesantes son los que
hacen referencia a la existencia de trastornos
psiquiátricos crónicos, entre los que son de
particular importancia el alcoholismo o las alteraciones de
conducta, la existencia de enfermedades de transmisión
sexual y la presencia de patología orgánica que
Condicione una impotencia u otros trastornos de la esfera
genital.
Examen médico
a) Reconocimiento médico. En
él deben estudiarse las lesiones que hayan podido ser
producidas por la víctima durante la agresión,
como consecuencia de las acciones de tipo defensivo' si
éstas han tenido lugar, a efectos de valorarlas
adecuadamente. Entre las lesiones más frecuentes se
encuentran estigmas ungueales, equimosis, erosiones y
mordeduras, todo ello de localización variable, aunque
predominan en cara, manos, extremidades inferiores y
órganos genitales.b) También debe realizarse un estudio
minucioso en cuanto a la existencia de manchas
biológicas o no biológicas que tengan
relación con el delito y sobretodo, en cuanto a las
primeras se refiere, manchas de secreciones provenientes de
la víctimac) Reconocimiento psiquiátrico.
Se llevará a cabo una primera valoración del
estado psíquico del agresor, valorando la existencia
de cuadros agudos, o de crisis agudas que aparezcan en el
curso evolutivo de una enfermedad crónica, y estados
de intoxicación.
Dado que este punto puede llegar a ser un atenuante
del delito.
d) Estudio de patologías
orgánicas concretas que tengan una relación
directa con la esfera genital. Por ej: impotencia
sexual
Recogida de muestras
Al igual que en el caso de la víctima, debe
procederse con la mayor celeridad posible a esta recogida de
muestras, lo que impedirá que se pierdan pruebas de gran
interés judicial. Debe comprender los siguientes
aspectos:
a) Recogida de manchas tanto biológicas
como no biológicas.b) Búsqueda sistemática de
enfermedades de transmisión sexual.c) Estudio de espermatozoides y su movilidad en
el líquido seminal.d) Recogida de los elementos de
prueba
Se debe recoger la ropa, pelos y vello púbico,
saliva y sangre para determinaciones identificativas, etc.
También puede ser de importancia, si el reconocimiento es
muy precoz, realizar una búsqueda de células
vaginales, que se debe llevar a cabo en el glande y a nivel del
surco balano-prepucial.
EXAMEN DEL LUGAR DE LOS
HECHOS
Tiene por objeto, fundamentalmente, la búsqueda y
recogida de manchas (de esperma, orina, sangre, saliva, etc.),
así como de pelos y fibras. Es también de
interés la recogida de muestras del terreno, pinturas,
etc., que se pondrán en relación con los elementos
encontrados tanto sobre la víctima como sobre el
autor.
Data del atentado sexual
Es éste un problema que se plantea con
frecuencia, aunque, dadas sus innegables dificultades, no siempre
puede resolverse de modo satisfactorio. Tan sólo en los
casos de acceso carnal con desfloración es posible alguna
precisión.A los fines de este diagnóstico se ha
dividido el tiempo que sigue a la desfloración en varios
períodos. La división más simple distingue
dos épocas en este lapso: desfloración reciente y
desfloración antigua. La primera comprende el tiempo
durante el cual aún se perciben signos reparativos de las
roturas del himen y la segunda, el período en que
éste ha adquirido ya un estado inmutable. Cuando,
además del desgarro del himen, se producen otras lesiones,
es posible precisar la data de la desfloración durante
períodos de tiempo más largos por la diferente
evolución d cada una de aquéllas, lo que ha
permitido a algunos autores establecer una división en
mayor número de períodos.
En los casos más favorables pueden concurrir
varios signos que, analizados en conjunto, permiten una
precisión cronológica más estricta. En
resumen, para establecer la fecha se tomarán en cuenta los
siguientes signos:
Cicatrización del himen.
Ésta no se efectúa, como en las heridas
cutáneas, por abocamiento de las superficies seccionadas,
sino que consiste en la reparación in situ de una fina
mucosa que sustituye la de la zona desgarrada: la nueva mucosa
tiene una coloración rosada como la del reste de los
órganos genitales.
La cicatrización del himen es rápida:
DEVERGIE estimaba que en 3 0 4 días desaparecerían
los signos de viva agudeza de la herida. TARDIEU indicó
casos excepcionales en que la cicatrización se
efectuó en 15 o 20 días. Bastan estos dos
testimonios para ver que la Variabilidad del tiempo de
cicatrización es bastante grande y no permite precisar con
exactitud la data de la violación.
No obstante, si el reconocimiento tiene lugar dentro de
los 6 u 8 primeros días después del atentado
sexual, puede aventurarse un diagnóstico
cronológico bastante aproximación a la realidad
tomando en consideración el estado evolutivo del proceso
cicatrizar. Pasados 15 días de la desfloración, las
dificultades son tan grandes que es prácticamente
imposible determinar la fecha en que tuvo lugar por la simple
inspección del himen.
Transmisión sexual de enfermedades y
fecundación.
Si se han producido, estos hechos permiten establecer la
fecha probable de la violación por el estado evolutivo en
que se encuentre la enfermedad comunicada o el grado del
desarrollo del producto de la concepción, respectivamente.
Estos dos elementos de juicio, sin embargo, sólo pueden
orientar respecto a una época de amplios límites,
pero no permiten puntualizar con exactitud. En la actualidad, el
empleo de los ultrasonidos en el diagnóstico de la
gestación permiten no sólo afinarla con seguridad
en momentos muy precoces, sino obtener indicaciones muy
precisas
Traumatismos. Cuando el atentado ha tenido lugar
mediando la violencia, los traumatismos que son su consecuencia,
tanto genitales como extragenitales, deben también
interpolarse como elementos aprovechables para el
diagnóstico cronológico, utilizando los
conocimientos sobre la marcha evolutiva del proceso cicatrizar de
aquellas lesiones, que señala la data con la
aproximación propia de este fenómeno
biológico.
Examen a la luz de Wood. La luz de Wood, en la
oscuridad, hace resaltar diferencias aromáticas
según la época de las cicatrices, por lo que puede
constituir un recurso valioso en la determinación de la
data de la violación. Se trata, no obstante, de una
valoración subjetiva cuyos resultados dependen de la
experiencia del observador. El instrumental que exige, aunque no
excesivamente oneroso, pone esta técnica, a menudo, fuera
del alcance del práctico.
Presencia de espermatozoides. Por otra parte, la
presencia de espermatozoides en la vagina también permite
delimitar el tiempo transcurrido desde su depósito en la
misma. Según diferentes autores, las posibilidades de
detección oscilan, como término medio, entre 8 y 72
horas. Partiendo de estos datos es posible lograr en los casos
favorables una diferenciación de cuatro períodos,
según el tiempo transcurrido desde la desfloración.
Aunque tal vez sean excesivamente temáticos, su
conocimiento permite una orientación
práctica:
1. Desfloración recientísima. Es
aquella en que la lesión himenal aparece al estado de
viva agudéz. y de herida abierta (menos de 3
días después del coito).2. Desfloración reciente. Se caracteriza
por un estado reciente de cicatrización del himen, con
la nueva mucosa de aspecto sonrosado y aún congestivo
(más de 3, pero menos de 6 días después
del coito).3. Desfloración cercana. En este
período, la lesión himenal está ya
totalmente cicatrizada, pero si ha habido lesiones
extragenitales, éstas tienen aún los caracteres
de recientes. Si se produjo un contagio venéreo, ha
dado, manifestaciones sintomáticas (hasta 12 o 15
días después del coito).4. Desfloración antigua. Este
período se significa por la restitución ad
integrum de todas las lesiones genitales y extragenitales.
Dentro del mismo, se llevan a hacer algunas indicaciones
cronológicas por el examen a la luz de Wood, que
señalaría la data de las cicatrices; por el
momento evolutivo de la infección sifilítica,
si la hubo, y por la cronología. del embarazo, en su
caso. En ausencia de estos indicios es imposible. hacer
llegar el cronodiagnóstico más allá de
la escueta conclusión de que la data del coito es
antigua.
Debe advertirse que los plazos indicados son sólo
aproximados, puesto que lo que caracteriza tales periodos son los
cambios anatómicos, y éstos varían casi de
caso a caso, según las circunstancias individuales que
concurran.
Parafilias
Esencialmente consisten en que el individuo tiene unas
necesidades y fantasías sexuales intensas y recurrentes
que generalmente suponen:
Objetos no humanos.
Sufrimiento o humillación propia o del
compañero.Niños o personas que no
consienten.
Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o
fantasías parafílicas pueden ser estímulo de
excitación sexual para una persona sin ello llegar a ser
una parafilia. Por ejemplo, la ropa interior femenina suele ser
excitante para muchos hombres. Será parafilia sólo
cuando el individuo actúe sobre ellas o cuando le afecten
en exceso:
1. Exhibicionismo
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, ligadas a la exposición de los propios
genitales a una persona extraña. En ocasiones el individuo
se masturba al exponerse o al tener estas
fantasías.
2. Fetichismo
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implican el uso de objetos inanimados
(fetiches). Ropa interior, zapatos, botas, son fetiches comunes.
El individuo se masturba mientras sostiene, acaricia, etc., el
fetiche o le pide al compañero que se lo ponga. El objeto
ha de ser marcadamente preferido para lograr la excitación
sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o
se encuentra marcadamente perturbada ellas.
3. Frotteurismo
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implican el contacto y el roce con una
persona que no consiente. Teniendo presente que lo excitante es
el contacto pero no necesariamente la naturaleza coercitiva del
acto. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se
encuentra marcadamente perturbada ellas.
4. Pedofilia
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implican actividad sexual con
niños prepúberes. Los niños suelen ser
menores de 12-13 años y el individuo ha de tener por lo
menos cinco años más que el niño para que
sea considerado el trastorno. La persona ha actuado de acuerdo
con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada
ellas.
5. Masoquismo sexual
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implica el acto (real o simulado) de ser
humillado, golpeado, atado o cualquier tipo de sufrimiento. La
persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se
encuentra marcadamente perturbada ellas.
6. Sadismo sexual
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implican actos (reales, no simulados) en
los que el sufrimiento físico o psicológico de la
víctima es sexualmente excitante. La persona ha actuado de
acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.
7. Fetichismo transvestista
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implican vestirse con ropas del sexo
contrario. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades
o se encuentra marcadamente perturbada ellas. Generalmente guarda
una importante colección de ropa para transvestirse cuando
está sólo, luego se masturba imaginando que otros
hombres se sienten atraídos por él como si fuera
una mujer.
8. Voyeurismo
La sintomatología esencial de este trastorno
consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en
fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses
de duración, que implica el hecho de observar ocultamente
a otras personas cuando están desnudas o en actividad
sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o
se encuentra marcadamente perturbada ellas.
Peritación
médico legal en los delitos de exhibicionismo y
provocación sexual
Cuando han tenido lugar hechos constitutivos de un
delito de exhibicionismo y provocación sexual, se requiere
la intervención del médico legista, con la cual se
pretende aclarar tres aspectos:
1. Demostración de la realidad de
maniobras impúdicas.
Esta demostración solo es posible en algunos
casos concretos:
Actos de pederastia
Violencias sádicas
Ayuntamientos bestiales, etc.
Es necesario el examen tanto del autor como de la
victima, que extenderá a investigaciones especiales,
como:
La demostración del esperma en la cavidad
analManchas de esperma sobre vestidos o lugar de
maniobras impúdicasBúsqueda y estudio de pelos de regiones
genitales que se encuentren sobre el autor y la
víctima o en sus ropas interioresPresencia de materias fecales sobre los genitales
del autor de un acto pederástico.
2. Estado mental del
inculpado
Ya se han señalado las diversas perturbaciones
mentales, susceptibles de adquirir resonancia
jurídica.
Cuando se trata de verdaderos enfermos mentales, en los
que la desviación del instinto sexual es una
expresión sintomática más de su trastorno
general, es decir, de la Oligofrenia, Parálisis
general, Demencias Orgánicas, Epilepsia,
Esquizofrenia, etc. El perito medico debe pronunciarse por
su inimputabilidad, proponiendo, si se considera necesario su
ingreso en un establecimiento adecuado para su
tratamiento.
En efecto dadas las características de su
psiquismo, falta en ellos la conciencia del alcance del acto que
realizan y por lo mismo son incapaces de inhibir el impulso
patológico que los empuje a el. En cambio a la las
acciones sexuales de los Psicópatas, la postura
del perito medico debe ser diferente. En estos sujetos la
inteligencia está intacta, no hay deformidad alguna del
componente pensante de su psiquismo. Conocen perfectamente lo que
hacen y las consecuencias que trae. Por otra parte su voluntad no
se halla sustancialmente alterada, por lo que pueden dominar sus
impulsos. Si no lo hacen es porque les resulta placentero, por lo
que es imputable. Los mismos argumentos pueden esgrimirse frente
a los Neuróticos en los que bajo la forma de
obsesiones-impulsiones cometían el mayor porcentaje de
delitos sexuales, pero ahora ni la obsesión ni la
impulsión son irresistibles. La imputabilidad no
está modificada tampoco en este caso.
3. Comprobación de estados
patológicos en el inculpado
Aunque es una eventualidad rara, si se alega como
justificación de actos con carácter de
exhibicionismo y provocación sexual algún estado
patológico del inculpado, se hace preciso el
reconocimiento médico para comprobarlo, con lo que se
hará patente la falta de voluntariedad y quedara sin base
la existencia de delito. En cualquiera de los casos para que
estas maniobras den lugar a un delito tienen ciertas
circunstancias:
Que la victimas sea menor
Que la victima sea un incapaz
La peritación
sexológica
El modelo a utilizar en la peritación
sexológica dependerá de tres elementos: el caso, el
actor y el perito. En términos generales se debe tener en
cuenta tres momentos clínicos que deben responderse como
interrogantes:
¿Por qué? =
Etiopatogenia; ¿Qué? = Diagnóstico;
¿Para qué? = Conclusiones.
Los pasos del examen pericial de acuerdo con todo lo
expuesto deberán cumplir cuatro momentos:
1. Diagnóstico psicopatológico de
la personalidad del actor y su relación con su
contexto sociocultural;2. Diagnóstico de la perturbación
sexual;3. Investigación semiológica de
la conducta delictiva;4. Nexo psiquiátrico-forense.
Grados de peligrosidad
La tarea de predicción de la peligrosidad de un
delincuente sexual ha de tener en consideración la
gravedad y la frecuencia de las agresiones sexuales mostradas en
la carrera delictiva. La presencia de los siguientes indicadores
está asociada a un riesgo elevado de
reincidencia:
1. Si el delito incluyó la violencia y
puso en riesgo físico a la víctima;2. Si hubo acciones excéntricas y/o la
presencia de rituales;3. Si es reincidente (no cambia su
comportamiento ni aprende con la experiencia);4. Si ha existido evidencia de alteraciones
psicopatológicas graves;5. Si el sujeto no reconoce el delito o lo
racionaliza y no concientiza la idea de ser ayudado
terapéuticamente.6. Si no le interesa controlar su conducta
sexual y se mueve con impulsión sexual
gratificante;7. Si vive en un medio sociocultural
adverso;8. Si su comportamiento es vivido en forma
egosintónica.
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Yunior Andrés Castillo S. Página Web:
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Caballeros, República Dominicana, 2014.
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