El desencanto de Europa (impotencia, melancolía y suicidio económico) (página 12)
En los años anteriores a la crisis
bursátil, se estimaba que la totalidad de los
instrumentos financieros emitidos en el mundo totalizaban una
cifra cercana a los US$ 100 billones, lo que excede en varias
veces la sumatoria de todo el dinero circulante de todos los
países. (Una cifra 12 veces superior al PBI de los
EEUU).
Pocos miles de operadores y especuladores movilizan
una economía simbólica de US$ 1.5 billones
diarios, lo que significa que se manipula dinero virtual por
el equivalente a US$ 547 billones anuales: cifra 10 veces
superior al PBI de todos los países del planeta juntos
(estimado en US$ 50 billones) y 100 veces mayores que todo el
comercio mundial anual (estimado en US$ 5
billones).
Los flujos diarios en moneda extranjera representan
alrededor de un billón de dólares (antes de
1992) y superan con creces las sumas empleadas en la compra
internacional de bienes y servicios o las inversiones en
fábricas de ultramar. En realidad a fines de la
década de 1980, más del 90% de este intercambio
de monedas no tenía relación con el comercio o
la inversión de capital.
Los grandes directivos ganan (en EEUU) 120 veces
más que sus empleados de a pie…
Aunque quede pendiente de probar el hecho cierto, el
libre comercio, podrá resultar un tópico cuya
vigencia es muy difícil de remover, pero cuya injusticia
sigue siendo flagrante.
¿Qué pueden decir los cómplices de
los sospechosos habituales?
¿Cómo pueden negar lo evidente?
¿Cómo ocultar -por más tiempo– que
los ganadores de la globalización son recompensados
mediante una prima adicional aportada por los
perdedores?
¿Cómo seguir engañando con que
todos seremos trabajadores del conocimiento cuando la
única alternativa cercana es ser trabajadores de
McDonald"s?
¿Cómo justificar el paso del american
dream al american downsizing?
¿Cómo pretender continuar con el
pensamiento único (el imperio del mercado) cuando los
resultados no parecen justificar el sacrificio?
¿Cómo continuar silenciando la
concentración de poder en unidades económicas en
gran medida incontrolables?
¿Cómo negar que la idea de un mercado
libre al margen de las leyes y decisiones políticas que el
mismo genera es pura fantasía? ¿O que la renuncia
del gobierno a asumir responsabilidades en la creación del
mercado puede tener costosas consecuencias?
Lo diga Agamenón o su porquero (en este caso
asumimos este último papel): Existe -y hemos intentado
presentarlos- una larga sucesión de hechos contumaces que
pueden valer por experimentos repetidos…
Epílogo (escrito en abril de
2002)
El libre comercio, podrá resultar un
tópico cuya vigencia es muy difícil de remover,
pero cuya injusticia sigue siendo flagrante (se
reitera).
Los puristas del libre cambio nos aplastan con el
rodillo económico y nos imponen un darwinismo
económico cainita y fatal (se denuncia).
La liberación, la desregulación y la
privatización castigan a la sociedad, avasallan la
dignidad humanan, amenazan el hábitat, debilitan
progresivamente la autoridad gubernamental, y provocan el
crepúsculo de la piedad (espera haberse
demostrado).
Epílogo (escrito en junio de
2014)
Han pasado 12 años desde el Paper citado, estoy
más viejo y contenido (con varias operaciones y
enfermedades a cuestas), con más pasado que futuro, aunque
tengo cuatro nietos (europeos), que me comprometen a seguir
preocupándome por el porvenir (de los que lo deben tener),
más releyendo lo escrito en abril de 2002, no puedo dejar
de revivir -con melancolía- mis viejas y queridas causas
perdidas o la amargura de la victoria.
De esa "telaraña" nostálgica, quiero
enhebrar algunos pensamientos finales:
Europa repta en el fracaso. En el fracaso de la
corrupción, en el fracaso de la desigualdad, en el fracaso
escolar, en el fracaso institucional… en un conjunto de
fracasos que hacen que el sistema fracase en comandita. Y la
reacción de sus elites es igualmente, un fracaso: eluden
la cita con la dificultad amparándose en el inmovilismo;
atribuyen al adversario los vicios propios cuando les son
descubiertos; se enrocan en sus posiciones sin solucionar los
problemas; carecen de empatía con los ciudadanos que les
reclaman unidad y eficiencia; niegan la realidad para sortearla y
mienten para librarse de las consecuencias de sus
torpezas.
En Europa estamos ante un caso de suicidio
anómico ("El suicidio" – Émile Durkheim -1897) que
se da en sociedades cuyas instituciones y cuyos lazos de
convivencia se hallan en situación de
desintegración o de anomia. En las sociedades donde los
límites sociales y naturales son más flexibles,
sucede este tipo de suicidios.
Aunque hay derrotas que tienen la "dignidad de
una victoria" (como escribió Jorge Luis Borges), los
políticos europeos tienden a crearse sus propios infiernos
y se niegan a triunfar en equipo; hacer de la victoria un
patrimonio colectivo; olvidarse de uno mismo para pensar en el
conjunto. Y cuando se omite que tras una forma de hacer hay una
determinada manera de pensar y de comportarse, la consecuencia es
que llega el desconcierto ante el fracaso y la ineptitud para
manejarlo.
(Ayer, hoy y… ¿mañana?) En enero
del 2000 (Ensayo: Contestando a la teología de
mercado), hacía las siguientes preguntas: ¿Es
el presente el único futuro? ¿Podremos volver a
esperar la prosperidad general o deberemos resignarnos a la
continua decadencia?
Las "taras económicas" sujetas por las "cadenas
de papel" niegan la influencia de las instituciones en la riqueza
y el poderío de una nación.
¿Por qué Europa quiere copiar el
"sueño americano" y su aparente fracaso?
Limitados a aplicar el "manual" de hipocresía
económica el conformismo niega la memoria. La
resignación lleva al detritus económico.
Los "cínicos" modelos económicos de "gente
teórica" inducen a la "triste situación en Europa",
antesala de la necesaria declaración de independencia
económica.
Desear, proponer, pedir que Europa vuelva a confiar en
su propia experiencia, vuelva a confiar en su historia, no
significa buscar otras formas de totalitarismo o el retorno a la
servidumbre.
El impersonal y anónimo mercado, no educa, no
cura, y no da de comer.
El impersonal y anónimo mercado pone al hombre
-en soledad y angustia- ante la fuerza del destino -que hoy se le
presenta hostil- y la incertidumbre de un futuro que lo
condena.
¿Es esto lo único que podemos ofrecer a
los jóvenes europeos de cara al siglo XXI?
Para esa carga no hacían falta semejantes
alforjas.
La Europa del siglo XXI no puede significar para los
jóvenes únicamente el mercado, la tarjeta de
crédito, el consumismo, la especulación, la
corrupción, el tráfico de influencias, la
televisión, el futbol, la droga y el alcohol.
No podemos ofrecerles una Europa de "avestruces" y
"agujeros".
¿Es posible que Europa no quiera
"asumirse"?
El claudicar europeo, su resignación a ser "solo"
mercado anula las posibilidades de crecer (como Estados Unidos) y
neutraliza las posibilidades de competir (como Estados Unidos o
Japón).
Ni corredores de fondo, ni velocistas…….solo
avestruces y agujeros.
¿Habrá llegado el momento de pasar de la
"subvención" a la "subversión"?.
¿Puede una comprensión de los errores
cometidos en la última crisis ayudar a que la Unión
Europea evite otra catástrofe?
El desarrollo de estos eventos debería servir
como una advertencia sobre que la Unión Europea no puede,
al mismo tiempo, evitar la verdad e impedir el
desastre.
(El regreso de los sonámbulos) "En 1914, los
líderes europeos, al no encontrar concesiones
satisfactorias que zanjaran sus diferencias, se resignaron a la
inevitabilidad de la guerra (algunos con más entusiasmo
que otros). Como el historiador Christopher Clark dijo, ellos
"caminaron cual si fueran sonámbulos" hacia la guerra. Si
bien, el año 2014 aparentemente tiene poco en común
con el año 1914, comparte una característica
fundamental: el riesgo de que un entorno político y de
seguridad que cada vez se complejiza más vaya a abrumar a
líderes que son nada excepcionales. Antes de que dichos
líderes despierten y vean los riesgos, la situación
podría salirse de control"… (Dominique Moisi –
Project Syndicate – 25/6/14)
Antes de pasar al Anexo Estadístico (un
TAC europeo), dejo, con toda humildad, unas preguntas a los
"académicos" que me precedieron. Por favor, miren las
siguientes fotografías: ¿Es este el paradigma de la
competitividad recomendado para la UE? ¿Impulsará
un modelo económico tercermundista, la eficiencia
productiva y el balance comercial de la UE? ¿Poor power?
¿Quieren este futuro para vuestros hijos y
nietos?
Estas imágenes valen más
que mil palabras… Espero vuestra "iluminadora"
respuesta.
Anexo Estadístico: el germen de la
autodestrucción europea
Global Employment Trends 2013 – OIT – January
2013
Income Inequality Update – Rising inequality:
youth and poor fall further behind Insights from the OECD Income
Distribution Database, June 2014
Autor:
Ricardo Lomoro
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