Resumen
El liberalismo "es una concepción del Estado,
según la cual el Estado tiene poderes y funciones
limitadas, mientras que la" democracia "es una de las muchas
formas de gobierno en que el poder está en manos de uno o
de unos cuantos, sino de todos o mejor dicho de la
mayoría.
Benjamin Constant, abordó el tema: Libertad de
los antiguos y modernos; para los antiguos libertad significaba
la participación, directa en los asuntos de la
república y alrededor de ella el derecho a ser considerado
un ciudadano.
La libertad de los modernos, sin embargo,
consistía en la independencia individual, garantizada por
leyes que protegían el desarrollo autónomo de un
sector privado en torno a los derechos individuales,
básicos e innegociables.
Uno de los opositores a la posición de Constant,
fue Jean-Jacques Rousseau en su libro "El Contrato Social" – "El
hombre nace libre pero en todas partes se encuentra
encadenado"
ABSTRACT
Liberalism "is a conception of the state, according to
which the state has limited powers and functions, while"
democracy "is one of the many forms of government in which power
is held by one or a few, but all or rather most. Benjamin
Constant, addressed the theme: Freedom of ancient and modern; for
the former freedom meant participation directly in the affairs of
the republic and around it the right to be considered a
citizen.
The liberty of the moderns, however, consisted of
individual independence, guaranteed by laws protecting the
autonomous development of a private sector on the individual,
basic and non-negotiable rights.
One of the opponents position Constant, was Jean-Jacques
Rousseau in his book "The Social Contract" – "Man is born free
but everywhere he is in chains"
PALABRAS CLAVE :
Libertad, Democracia, Antiguos,
Modernos
Para tener un concepto claro sobre el tema a
desarrollar, primero debo referirme a lo que quiere decir
libertad y democracia y seguidamente abordar el tema central que
trata sobre la libertad de los antiguos comparada con la libertad
de los modernos.
Libertad
Se entiende por libertad a la facultad que tiene una
persona para actuar según su propio deseo en el seno de
una sociedad organizada y dentro de los límites de reglas
definidas, del mismo modo la real academia de la lengua dice que
la libertad es una facultad natural que tiene el hombre de obrar
de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable
de sus actos.
En otras palabras, aquello que permite al ser humano
decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero
también responsable de sus actos. Pues la libertad implica
una clara opción por el bien y el mal, solo desde esta
opción se estaría actuando desde la
concepción de la Teología.
También la real academia de la lengua, en una
quinta definición de libertad, lo define como la facultad
que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir
cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas
costumbres.
Edmund Burke[1]dijo: "El hombre
está capacitado para disfrutar de las libertades civiles
en la misma medida en que esté dispuesto a contener sus
apetitos, sometiéndolos a algún condicionamiento
moral; lo está en la medida en que su amor por la justicia
prevalece sobre su rapacidad".
Sobre la libertad se ha dicho y se seguirá
diciendo mucho. Se argumenta, por ejemplo, en algunas
concepciones, que siendo el hombre libre no lo es del todo pues
tiene toda actividad regulada por pautas de conducta que le dicen
lo que debe y lo que no debe hacer. A estas se suma la
contradicción que sostiene que aun teniendo la conducta
regulada por normas existe la disyuntiva de lo que el individuo
decide o no decide hacer, otorgándole otra acepción
a la palabra libertad, libre albedrío.
Por otro lado, Guillermo Cabanellas de Torres en su
Diccionario Jurídico, define a la Libertad, en diferentes
aspectos:
Libertad:
"Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una
manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus
actos". Justiniano la definía como "la facultad natural de
hacer cada uno lo que quiere, salvo impedírselo la fuerza
o el Derecho". Las Partidas, inspiradas en el concepto anterior,
decían que libertad era "poderío que ha todo hombre
naturalmente de hacer lo que quisiese, sólo que fuerza o
derecho de ley o de fuero se lo embargue".
Libertad bajo palabra:
La libertad provisional concedida a un procesado sin
otra garantía que el compromiso de comparecer cuando sea
citado por el juez o tribunal correspondiente.
Libertad en Derecho Civil:
El conjunto de derechos y facultades que, garantizados
legalmente, permiten al individuo, como miembro del cuerpo social
de un Estado, hacer o no hacer todo lo compatible con el
ordenamiento jurídico respectivo.
Libertad Condicional:
Beneficio penitenciario consistente en dejar en libertad
a los penados que hayan observado comportamiento adecuado durante
los diversos períodos de su condena y cuando ya se
encuentren en la última parte del tratamiento penal,
siempre que se sometan a las condiciones de buena conducta y
demás disposiciones que se les señalen.
Libertad de Conciencia:
Derecho de profesar cualquiera de las religiones
existentes o que puedan fundarse, o de no admitir ni practicar
ninguna de ellas, siempre que no se ofenda a la moral
pública, se respete igual facultad en los demás y
no se perturbe el orden público.
Libertad en Política:
Conjunto de derechos reconocidos al ciudadano para regir
su propia persona, elegir sus representantes en la vida
pública y ejercer las facultades establecidas en la
Constitución de su patria.
Libertad Provisional:
Liberación transitoria que, con fianza o sin
ella, se concede al procesado cuando sus antecedentes no hacen
temer su ocultación y siempre que el delito imputado no
sea de extrema gravedad.
En realidad el antecedente de la libertad se remonta a
los tiempos primeros de la existencia del hombre, como nos dice
Juan Monroy: –la única posibilidad que tuvo el
animal humano para subsistir dependió de la
formación de grupos (clanes o tribus). Lo que explica un
rasgo del hombre tan antiguo como su existencia: su
sociabilidad"–. Si a esto le sumamos lo venido
después, desde las viejas Concepciones Estatales,
Platónicas como Aristotélicas, Rousseau con el
Contrato Social, el nacimiento del Constitucionalismo,
Montesquieu y la Teoría de la Separación de Poderes
y el reconocimiento de los Derecho Fundamentales de las Personas,
se concluye que la libertad forma parte de la evolución
del hombre y que ha sido tema de discusión y
polémica durante toda nuestra existencia y que
además se denota una gran dependencia, o necesidad, del
hombre a vivir con otros en sociedad para facilitar la respuesta
a sus necesidades. Siendo así y dando cuenta que al fin el
hombre es libre y que en medio de tanta libertad depende de otros
para poder aplacar su necesidad de bienes que le aseguren la
subsistencia; la misma relación de dependencia, que al
parecer constriñe la verdadera libertad.
Hay tantas respuestas de libertad como hombres en el
mundo. Para unos, libertad significa la ausencia de ataduras
humanas; otros encuentran la libertad en la democracia; para
muchos, la libertad es poder decir y hacer lo que mejor les
parece; para otros es no estar esclavizado.
El concepto de libertad lo clarificamos ampliamente
partiendo de lo que dicen los diccionarios, principalmente el
Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua
Española que dice: "la libertad es la facultad que tiene
el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y
antojo; es el estado o condición del que no está
prisionero o sujeto a otro; es la falta de coacción y
subordinación; es la facultad que se disfruta en las
naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuanto no se oponga a
las leyes ni a las buenas costumbres". En fin, de libertad
encontraremos infinidades de acepciones y conceptos; pero para
enfocarnos en los aspectos más resaltantes de éste
significado tendríamos que penetrar en los puntos de vista
histórico, religioso y ético.
Desde el punto de vista histórico, al igual que
toda especie viviente procede por evolución de toda una
cadena de especies sin que se produzcan nunca saltos
espectaculares, así también toda conducta humana
procede por evolución de toda una cadena continua de
conductas anteriores, sin saltos espectaculares (y si los hay es
preciso buscar los eslabones perdidos en vez de diseñar
modernas mitologías). De lo cual es preciso inferir que lo
que hoy denominamos LIBERTAD procede por evolución de la
ESCLAVITUD, es decir que la realidad que hoy llamamos libertad es
una forma evolucionada de una realidad antigua, ya extinguida,
que denominamos esclavitud.
Para muchos, libertad es el contrario de esclavitud (y
no a la inversa). De manera que si no hubiese existido la
esclavitud, ni siquiera se hubiera percibido ni definido la
libertad, de la misma manera que si no hubiese oscuridad, nunca
hubiéramos percibido y definido la luz, tan esquiva por lo
demás a ser definida.
Esclava es la persona que no es dueña de
sí misma, sino que es propiedad de otra persona,
física o jurídicamente. Por consiguiente, libre
sería la persona sobre la cual nadie ejerce derecho de
dominio, es decir de amo.
Ahora bien, encontramos también que desde la
perspectiva religiosa, la libertad es simplemente la verdad de
Jesús. Para los religiosos, él es el modelo y el
ejemplo de lo que realmente significa ser libre. Sobre todo,
Jesús estaba libre del pecado Su vida entera era una
expresión perfecta de la justicia de Dios en todos los
sentidos. Este hecho es tan conocido que no es necesario entrar
en más detalles. También estaba libre de
Satanás y de los poderes de las tinieblas. Podía
decir de Satanás, "Nada tiene en mí" (Juan 14:30).
Estaba libre del temor. Podía denunciar el pecado en los
líderes religiosos. No temía a las multitudes que
le querían matar. Podía fijar su rostro hacia
Jerusalén e ir al encuentro de su muerte. Estaba libre de
toda enfermedad. No hay testimonio escrito que indique que su
salud fuera menos que perfecta en ningún momento. Estaba
libre de la tradición religiosa. No tenía
ningún respeto para nada por la religión que no
procediera de Dios. Estaba libre para hacer la voluntad de su
Padre en todo y todos los días. Estaba libre para ser la
perfecta expresión de su padre celestial en todo lo que
decía y hacía. Estaba libre para dar su vida por
nosotros.
Desde un punto de vista ético la libertad humana
se puede definir como la "autodeterminación
axiológica." Esto significa que una persona libre se
convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su
conducta, pues él mismo la determina en función de
los valores que previamente ha asimilado.
Cuando no se da la libertad o se da en forma disminuida,
entonces el sujeto actúa impedido por otros factores,
circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es
el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se
dice que la condición previa de la libertad en un
individuo es la captación y asimilación de los
valores. En la medida en que un individuo amplía su
horizonte axiológico podrá ampliar paralelamente el
campo de su propia libertad. Y en la medida en que una persona
permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una
limitación en su libertad.
La libertad humana tiene que ir paralela con el sentido
axiológico y el sentido de responsabilidad, de no ser
así se convierte en libertinaje.
Uno de los aspectos más importantes en la vida de
una persona es su proceso de liberación. La libertad puede
aumentar o disminuir a lo largo de la vida. Los primeros factores
que limitan la libertad del hombre son los condicionamientos, el
Súper Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones
sofocantes y las ataduras de una filosofía
pesimista.
El tipo de libertad del que estamos hablando es la
libertad interior, ésta se rige por valores captados,
también es llamada libertad axiológica una vez que
se asimilan los valores. El hombre elige realizar algún
valor o rechazarlo. La Libertad no existe cuando una persona es
ciega para los valores. Actuar libremente significa inclinarse,
adoptar y realizar un valor, o rechazarlo. Cuando no existe uno o
varios valores en la mente del individuo, su conducta va a estar
orientada, no por valores, sino por instintos, reflejos,
condicionamientos, hábitos, inclinaciones surgidas del
inconsciente, presiones externas, etc.
Para Benjamín CONSTANT: la teoría de la
libertad se basaba en la posesión y disfrute de los
derechos civiles, del imperio de la ley y de la libertad en un
sentido amplio, confrontada en este sentido a la actividad del
Estado. Abogaba por una serie de principios (entre ellos la
responsabilidad individual) sin los cuales la sociedad
sería un caos y la libertad, inconcebible.
"La independencia individual es la primera necesidad de
los modernos, por lo tanto no hay que exigir nunca su sacrificio
para establecer la libertad política. En consecuencia,
ninguna de las numerosas y muy alabadas instituciones que
perjudicaban la libertad individual en las antiguas
repúblicas, resulta admisible en los tiempos
modernos.".
Democracia
Para tener un concepto claro y preciso de la democracia,
partiré de lo que refiere Giovanni Sartori (1993),
quién dice que la democracia es importante porque
establece qué cosa esperamos de la democracia. Si se va a
definir la democracia de manera "irreal", no se encontrará
nunca "realidades democráticas". Y cuando de vez en cuando
se declare "esto es democracia" o "esto no lo es", queda en claro
que el juicio depende de la definición o de nuestra idea
sobre qué es la democracia, qué puede ser o
qué debe ser.
De conformidad a Jhon Stuart Mill (1994), la idea pura
de la democracia, según su definición, es el
gobierno de todo el pueblo por todo el pueblo igualmente
representado: La democracia tal como se concibe y practica
actualmente, es el gobierno de todo el pueblo por una simple
mayoría del pueblo, exclusivamente
representada.
Si definir la democracia es explicar qué
significa el vocablo, el problema se resuelve rápido;
basta saber un poco de griego. La palabra significa,
literalmente, poder (kratos) del pueblo (demos). De esta manera
se habrá resuelto sólo un problema de
etimología: únicamente se ha explicado el nombre. Y
el problema de definir la democracia es mucho más
complejo. El término democracia está para algo.
¿Para qué?, el que la palabra democracia tenga un
preciso significado literal o etimológico, no ayuda para
nada a entender a cuál realidad corresponde ni cómo
están construidas y funcionan las democracias posibles. No
nos ayuda porque entre la palabra y su referencia, entre el
nombre y la cosa, el paso es larguísimo, ya que el
significado literal del término corresponde poco y mal a
su referencia, ¿cómo remediar esto? A primera vista
puede parecer que la solución es fácil. Si es
verdad que la dicción nos desvía, ¿por
qué denominar las cosas con etiquetas que no
corresponden?. Se ha constatado que las democracias son de hecho
"poliarquías"[2]. Admitida la
afirmación como exacta, ¿por qué no
llamarlas así? La respuesta es que aun cuando el
término democracia no nos sirve para fines descriptivos,
es necesario para efectos normativos. Un sistema
democrático es ubicado por una
deontología[3]democrática y ello
porque la democracia es y no puede ser desligada de aquello que
la democracia debería ser. Una experiencia
democrática se desarrolla a horcajadas sobre el desnivel
entre el deber ser y el ser, a lo largo de la trayectoria signada
por las aspiraciones ideales, que siempre van más
allá de las condiciones reales.
De ello deriva que el problema de definir a la
democracia se desdobla, porque, si por un lado la democracia
requiere de una definición prescriptiva, por el otro, no
se puede ignorar la definición descriptiva. Sin la
verificación, la prescripción es "irreal"; pero sin
el ideal una democracia "no es tal". Detengamos nuestra
atención sobre este punto: la democracia tiene, en primer
lugar, una definición normativa; pero de ello no se
concluye que el deber ser de la democracia sea la democracia y
que el ideal democrático defina la realidad
democrática. Es un grave error cambiar una
prescripción por una verificación; y tanto
más frecuente sea el error, tanto más las
democracias quedan expuestas a malentendidos y
trampas.
Por otro lado, Sartori, también al tratar la
democracia, se refiere, a la existencia de democracia social y
económica, por eso dice en su obra ¿Qué es
la Democracia?. El término democracia desde siempre ha
indicado una entidad política, una forma de Estado y de
gobierno, y así ha permanecido como la acepción
primaria del término. Sin embargo, si hoy hablamos
también de democracia social y democracia
económica, sería oportuno establecer qué
entendemos por ello.
La noción de democracia social surge con
Tocqueville en su obra Democracia en América. Al visitar
Estados Unidos en 1831, Tocqueville quedó impresionado,
sobre todo por el estado de la sociedad que Europa no
conocía. Se recuerda que, en cuanto a su sistema
político, Estados Unidos declaraba ser entonces una
república y no, todavía, una democracia. Fue
entonces que Tocqueville, con criterio sociológico,
percibió la democracia estadunidense como una sociedad
caracterizada por una igualdad de condiciones y guiada,
preponderantemente, por un "espíritu igualitario". Aquel
espíritu igualitario, en parte, reflejaba la ausencia de
un pasado feudal; pero expresaba, también, una profunda
característica del espíritu
estadunidense.
Así pues, democracia no es aquí lo
contrario de régimen opresor, de tiranía, sino de
"aristocracia": una estructura social horizontal en lugar de una
estructura social vertical. Después de Tocqueville es
Bryce quien mejor representa a la democracia como ethos, como un
modo de vivir y convivir y, en consecuencia, como una
condición general de la sociedad. Para Bryce (1888)
democracia es, prioritariamente, un concepto político;
pero también para él la democracia estadunidense se
caracterizaba por una "igualdad de estima", por un ethos
igualitario que se resuelve en el valor igual con el que las
personas se reconocen las unas a las otras. Entonces, en la
acepción original del término, "democracia social"
revela una sociedad cuyo ethos exige a sus propios miembros,
verse y tratarse socialmente como iguales.
De la acepción original se puede deducir en forma
fácil otro significado de "democracia social": el conjunto
de las democracias primarias, pequeñas comunidades y
asociaciones voluntarias concretas que vigorizan y alimentan a la
democracia desde la base, a partir de la sociedad civil. En este
sentido, un término amplio y extenso es el de "sociedad
multigrupal", o sea aquella estructurada en grupos que se
autogobiernan. En consecuencia, aquí democracia social
está en la infraestructura de las microdemocracias, las
cuales sirven de base a la macrodemocracia de conjunto, a la
superestructura política.
Democracia económica es, a primera vista,
una expresión que se explica por sí misma. Pero
sólo en principio, porque desde el momento en que la
democracia política se apoya sobre la igualdad
jurídico-política, y la democracia social se apoya
primariamente sobre la igualdad de estatus, en esa secuencia la
democracia económica está por la igualdad
económica, por la eliminación de los extremos de
pobreza y riqueza y, en consecuencia, por una
redistribución que persigue el bienestar generalizado.
Esta es la interpretación que se puede llamar intuitiva de
la expresión; pero la "democracia económica"
adquiere un significado preciso y caracterizador de subespecie de
la "democracia industrial".
Democracia económica, es la democracia en el
lugar de trabajo y dentro de la organización y la
gestión del trabajo. En la sociedad industrial el trabajo
se concreta en las fábricas y, entonces, es en la
fábrica donde se hace necesario situar a la democracia. De
esta manera, al miembro de la ciudad política, al
polítes, lo sustituye el miembro de una comunidad
económica concreta, el trabajador, de tal modo que se
reconstituye la microdemocracia o, mejor dicho, se instaura una
miríada de microdemocracias en las que se da,
conjuntamente, la titularidad y el ejercicio del poder. En su
forma acabada, la democracia industrial se representa, entonces,
como el autogobierno del trabajador en la propia sede del
trabajo, del obrero en la propia fábrica; un autogobierno
local que debería estar integrado a nivel nacional por una
democracia funcional, es decir, por un sistema
político.
Por otro lado, también, N. Bobbio, en sus
diferentes trabajos realizados se refiere a la democracia,
entendida esta como democracia mínima, refiriéndose
a lo siguiente: "democracia" se refiere a varias cosas: a) un
régimen político; b) a un tipo particular de
régimen político, caracterizado por la presencia de
reglas para la adopción de decisiones y sometido a la ley;
c) a un tipo de régimen político cuyas reglas de
procedimiento gubernamental establecen quién y cómo
se adoptan decisiones políticas, sin establecer qué
se debe decidir.
Cuando Bobbio habla de mínima se está
moviendo en el terreno analítico de la democracia y ello
no constituye propiamente una reducción. Es solamente una
manera de llegar a la noción de democracia y desbrozarla
de sus usos corrientes, y buscar que tal definición pueda
ser compartida por quienes la invocan y prefieren como forma de
gobierno. La finalidad bobbiana con su definición
mínima de democracia es posibilitar un común
entendimiento sobre ella, y tomarla como algo que se contrapone a
toda forma de gobierno autocrático.
Libertad de los
antiguos y de los modernos
Norberto Bobbio (1996), en su obra Franja Morada, donde
trata diversos aspectos de política, democracia, formas de
gobierno, entre otros, se refiere al tema de Libertad de los
antiguos versus Libertad de los modernos, pero en forma
específica a los regímenes del liberalismo y la
democracia.
Por "liberalismo" se entiende una determinada
concepción del Estado, la concepción según
la cual el Estado tiene poderes y funciones limitados, y como tal
se contrapone tanto al Estado absoluto como al Estado que hoy
llamamos social.
Por "democracia", una de las tantas formas de gobierno,
en particular aquella en la cual el poder no está en manos
de uno o de unos cuantos sino de todos, o mejor dicho de la mayor
parte, y como tal se contrapone a las formas autocráticas,
como la monarquía y la oligarquía. Un Estado
liberal no es por fuerza democrático: más
aún, históricamente se realiza en sociedades en las
cuales la participación en el gobierno está muy
restringida, limitada a las clases pudientes. Un gobierno
democrático no genera forzosamente un Estado liberal:
incluso, el Estado liberal clásico hoy está en
crisis por el avance progresivo de la democratización,
producto de la ampliación gradual del sufragio hasta
llegar al sufragio universal.
Pero, es en verdad, que el artífice del
tratamiento del tema Libertad de los antiguos y libertad de los
modernos, es el francés Henri-Benjamín Constant de
Rebecque, que en 1819, en su flamante discurso en Paris,
pronunció una conferencia que llegó a ser el
manifiesto fundacional del liberalismo decimonónico. Se
titulaba De la libertad de los antiguos comparada con la de los
modernos. Para los antiguos, la libertad consistía en la
participación directa en los asuntos de la
república y en torno a ella se definía el
(exclusivo) derecho a ser considerado ciudadano. Aquella libertad
tenía como contrapunto la sumisión del individuo a
la autoridad de la comunidad y la aceptación de la
intromisión de ésta en sus actividades
privadas[4]
La libertad de los modernos, por el contrario,
consistía, en la independencia individual, garantizada por
leyes que amparasen el desenvolvimiento autónomo de un
ámbito privado construido en torno a derechos
individuales, básicos e innegociables. Era el derecho de
todos los individuos a su propia seguridad e intimidad; a no
estar sometidos más que a las leyes; a poder ir y venir,
opinar y reunirse sin pedir permiso; a elegir un oficio,
ejercerlo y disfrutar de sus réditos; a observar el culto
que cada uno prefiriese. El derecho, en suma, a "no tener que
rendir cuentas a nadie de sus motivos y objetivos, a llenar sus
días y sus horas de la manera más acorde con sus
inclinaciones y fantasías".
Buena parte de la historia contemporánea se
entiende por la pugna entre esas dos concepciones de la libertad.
La positiva, entendida como participación activa en la
cosa pública, y la negativa, empeñada en definir un
espacio de independencia individual ante la comunidad o incluso
ante el Gobierno legítimo. Desde esta última, la
participación en los negocios públicos, así
como la libertad de expresión o la propiedad, sólo
pueden desarrollarse y florecer ancladas en la
construcción (legal) de un espacio privado, inviolable por
definición, frente a "la voluntad arbitraria de uno o de
varios individuos". El elitismo del liberalismo
decimonónico reconoce a los hombres la plenitud de los
derechos civiles mientras reserva sólo a unos pocos los
derechos políticos; el peligro de nuestras democracias es
que el repliegue hacia lo privado se haga a costa de una letal
falta de atención, vigilante y activa, hacia los asuntos
colectivos, que la ciudadanía olvide que para conseguir la
independencia individual es necesaria una actividad constante y
vigilante en el ámbito público.
La libertad de los modernos se construyó sobre
una idea de privacidad que no siempre había estado
ahí, que no procedía del orden natural de las cosas
(aunque así fuese presentada), sino de un largo proceso
que requirió altas dosis de actividad política y la
elaboración de un entramado legal capaz de crear ese
espacio privado que hoy nos es tan caro y nos parece tan
natural.
Constant, en una parte de su discurso, dijo: El peligro
de la libertad antigua consistía en que los hombres,
atentos únicamente a asegurarse la participación en
el poder social, despreciaran los derechos y los placeres
individuales.
El peligro de la libertad moderna consiste en que,
absorbidos por el disfrute de nuestra independencia privada y por
la búsqueda de nuestros intereses particulares,
renunciemos con demasiada facilidad a nuestro derecho de
participación en el poder político.
Los depositarios de la autoridad nos animan a ello
continuamente. ¡Están completamente dispuestos a
ahorrarnos cualquier preocupación, excepto la de obedecer
y la de pagar! Nos dirán: ¿Cuál es en
definitiva el objetivo de vuestro esfuerzo, de vuestro trabajo,
de todas vuestras esperanzas? ¿No es acaso la felicidad?
Pues bien, dejadnos hacer y os daremos esa felicidad. No,
señores, no les dejemos hacer por muy conmovedor que
resulte tan entrañable interés; roguemos a la
autoridad que permanezca en sus límites, que se limite a
ser justa. Nosotros nos encargaremos de ser felices.
¿Lo seríamos gracias a los placeres
privados, si éstos estuvieran separados de su
garantía? ¿Y dónde encontraríamos
esta garantía si renunciáramos a la libertad
política? Renunciar a ella, señores, sería
una locura similar a la de un hombre que pretendiera edificar en
la arena un edificio sin cimientos, con la excusa de que
sólo iba a habitar el primer piso.
Por otra parte, señores, ¿es realmente
cierto que la felicidad, de cualquier tipo que sea, es el
único fin de la especie humana? En ese caso nuestra
carrera seria bien estrecha y nuestro destino bien poco
relevante. Cualquiera que esté dispuesto a hundirse, a
restringir sus facultades morales, a rebajar sus deseos, a
renunciar a la actividad, a la gloria, a las emociones generosas
y profundas, puede embrutecerse y ser feliz.
Posteriormente, las teorías del derecho natural
defendieron la idea de que, con anterioridad a la
formación de las comunidades políticas, es decir
"por naturaleza", cada persona tiene unos derechos que la
sociedad debe respetar. Esos derechos se entendieron
también como "libertades", porque representan, por
ejemplo, el derecho a expresar la propia opinión o
libertad de expresión, a profesar el culto que se desee o
libertad religiosa o a reunirse con otros o libertad de
asociación. La afirmación de que todo ser humano en
cuanto tal tiene la capacidad de ser libre y el derecho de
ejercer la libertad, desembocará en el concepto de
libertad de los modernos.
De esta manera, la libertad no consiste solamente en
participar en la vida pública: una persona es libre cuando
se respetan sus derechos, entre ellos, el de elegir a quienes se
han de encargar de gestionar los asuntos públicas,
permitiéndole disfrutar con independencia de su vida
privada. Constant apuesta, pues, por una democracia
representativa como la mejor forma de hacer compatible la
independencia individual con la participación
política, sin que esto suponga una renuncia a ninguna de
sus libertades. Por eso, "el objetivo de los modernos es la
seguridad en los disfrutes privados, y llaman libertad a las
garantías concedidas por las instituciones a esos
disfrutes".
Esta distinción entre la libertad de los antiguos
y la de los modernos es la que nos ha servido de base para
clasificar la libertad en externa (política), negativa
(libertad "de") o positiva (libertad "para") e interior (libre
albedrío), como independencia o como
autonomía.
Uno de los oponentes a la posición de Constant,
fue nada menos que Jean-Jacques Rousseau con su famosa obra "El
contrato social" – "El hombre nace libre, pero en todos
lados está encadenado", quién bajo una fuerte
influencia de los autores clásicos decía, que una
república en la que el poder soberano, una vez constituido
por la voluntad de todos, es infalible y "no tiene necesidad de
proporcionar garantías a los súbditos, porque es
imposible que el cuerpo quiera perjudicar a todos sus miembros".
No es que Rousseau haya llevado el principio de la voluntad
general basta el punto de desconocer la necesidad de
límites al poder del Estado; atribuirle la paternidad de
la "democracia totalitaria" es una polémica tan trillada
como incorrecta. Aunque sostiene que el pacto social proporciona
al cuerpo político un poder absoluto, afirma que "el
cuerpo soberano, por su parte, no puede cargar a los
súbditos de ninguna cadena que sea inútil a la
comunidad". Pero es cierto que estos límites no son
anteriores a la aparición del Estado, como lo propone la
teoría de los derechos naturales, que representa el
núcleo doctrinal fuerte del Estado liberal. En efecto, aun
admitiendo que todo lo que cada individuo enajena de su poder…
es solamente la parte cuyo uso es trascendente para la comunidad
-concluye que-, el cuerpo soberano es el único juez de
esta importancia.
Rousseau produjo uno de los trabajos más
importantes de la época de la Ilustración; a
través de su Contrato Social, hizo surgir una nueva
política. Esta nueva política está basada en
la voluntad general, y en el pueblo como soberano. Expone que la
única forma de gobierno legal será aquella de un
Estado republicano, donde todo el pueblo legisle;
independientemente de la forma de gobierno, ya sea una
monarquía o una aristocracia, no debe afectar la
legitimidad del Estado. Rousseau da gran importancia al
tamaño del Estado, debido que una vez la población
del Estado crece, entonces la voluntad de cada individuo es menos
representada en la voluntad general, de modo que mientras mayor
sea el Estado, su gobierno debe ser más eficaz para evitar
la desobediencia a esa voluntad general.
En sus estudios políticos y sociales Rousseau
desarrolló un esquema social, en el cual el poder recae
sobre el pueblo, argumentando que es posible vivir y sobrevivir
como conjunto sin necesidad de un último líder que
fuese la autoridad. Es una propuesta que se fundamenta en la
libertad natural, con la cual, Rousseau explica, ha nacido el
hombre. En El Contrato Social, Rousseau argumenta que el poder
que rige a la sociedad es la voluntad general que mira por el
bien común de todos los ciudadanos. Este poder sólo
toma vigencia cuando cada uno de los miembros de una sociedad se
une mediante asociación bajo la condición,
según expone Rousseau, de que "Cada uno de nosotros pone
en común su persona y todo su poder bajo la suprema
dirección de la voluntad general; y cada miembro es
considerado como parte indivisible del todo". En fin, Rousseau
plantea que la asociación asumida por los ciudadanos debe
ser "capaz de defender y proteger, con toda la fuerza
común, la persona y los bienes de cada uno de los
asociados, pero de modo tal que cada uno de éstos, en
unión con todos, sólo obedezca a sí mismo, y
quede tan libre como antes."
La obra rousseauniana argumenta que esta
asociación de los hombres no es algo natural. El hombre
sale de su estado natural de libertad porque le surgen
necesidades de supervivencia que le imponen la creación de
algo artificial, ya que el hombre no es sociable por naturaleza y
no nació para estar asociado con otros. Es voluntariamente
que se unen los unos a los otros y fundamentan este
vínculo con el desarrollo de la moralidad y la
racionalidad para satisfacer las necesidades que la naturaleza le
ha impuesto. La moral y la razón se hacen evidentes en la
sociedad al establecer un modelo normativo capaz de crear un
orden social que evite la dominación de unos sobre otros y
que involucre una representación participativa de todos
los miembros de la sociedad.
Mediante El Contrato Social, Rousseau le abre paso a la
democracia, de modo tal que todos los miembros reconocen la
autoridad de la razón para unirse por una ley común
en un mismo cuerpo político, ya que la ley que obedecen
nace de ellos mismos. Esta sociedad recibe el nombre de
república y cada ciudadano vive de acuerdo con todos. En
este Estado social son necesarias las reglas de la conducta
creadas mediante la razón y reflexión de la
voluntad general que se encarga de desarrollar las leyes que
regirán a los hombres en la vida civil. Según
Rousseau, es el pueblo, mediante la ratificación de la
voluntad general, el único calificado para establecer las
leyes que condicionan la asociación civil. De acuerdo con
la obra de Rousseau, todo gobierno legítimo es
republicano, es decir, una república emplea un gobierno
designado a tener como finalidad el interés público
guiado por la voluntad general. Es por esta razón que
Rousseau no descarta la posibilidad de la monarquía como
un gobierno democrático, ya que si los asociados a la
voluntad general pueden convenir, bajo ciertas circunstancias, la
implementación de un gobierno monárquico o
aristocrático, entonces tal es el bien
común[5]
DIFERENCIAS ENTRE ANTIGUOS Y MODERNOS:
1. Antiguos
La libertad consistía en ejercer colectiva pero
directamente muchas partes de la soberanía entera; en
deliberar en la plaza pública sobre la guerra y la paz; en
votar las leyes; pronunciar las sentencias , examinar las
cuentas, los actos, las gestiones de los magistrados, hacerlos
comparecer ante todo el pueblo, acusarlos, y condenarlos o
absolverlos.
Se da la sujeción completa del individuo a la
autoridad de la multitud reunida. No se concedían
libertades individuales. Hay libertad colectiva más no
individual
2. Modernos
La Libertad no es otra cosa que el derecho de no estar
sometido sino a las leyes, no poder ser detenido, ni preso, ni
muerto, ni maltratado de manera alguna por el efecto de la
voluntad arbitraria de uno o muchos individuos: es el derecho de
opinar, de escoger su industria, de ejercerla, de disponer de su
propiedad, de movilizarse por donde desee hacerlo, de deliberar
de política o no. Además se ve como el derecho de
influir o en la administración del gobierno, o en el
nombramiento de algunos o de todos los funcionarios, sea por
representaciones, por peticiones o por consultas.
Conclusiones
1. La libertad es la facultad que tiene el ser humano de
obrar o no obrar según su inteligencia y antojo; es el
estado o condición del que no está prisionero o
sujeto a otro; es la falta de coacción y
subordinación; es la facultad que se disfruta en las
naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuanto no se oponga a
las leyes ni a las buenas costumbres.
2. La democracia como forma de gobierno es la
participación del pueblo en la acción gubernativa
por medio del sufragio y del control que ejerce sobre lo actuado
por el estado.
3. Con el paso de la historia se ha ido produciendo un
cambio en los valores e intereses de los individuos, el individuo
apenas percibe la influencia que ejerce su voluntad en las
decisiones del conjunto y su colaboración es nula, los
derechos políticos que tanto valoraban los antiguos se ha
vuelto solo una parte de las satisfacciones del individuo, el
progreso de la civilización principalmente la tendencia
comercial y la comunicación entre pueblos ha diversificado
los medios de felicidad particular.
4. Hoy día los modernos ya no pueden disfrutar de
la libertad de los antiguos que consistía en la
participación activa y continúa en el poder
colectivo, con el surgimiento y predominio del comercio, para los
modernos la libertad consiste en el disfrute apacible de la
independencia privada.
5. Según el pensamiento de Rousseau la libertad
debe estar sometida a la soberanía popular, según
el contrato social de Rousseau a cambio de los beneficios de la
cooperación la libertad se pierde en cierta medida cuando
se entra en sociedad, la libertad debe enajenarse a la comunidad,
la voluntad individual sometida a favor de la voluntad general,
es decir, no existe libertad de conciencia puesto que el
individuo se somete a la voluntad de la
mayoría.
Bibliografía
1. BURKE, Edmund, "Citas
Célebres".
2. Bobbio, Norberto, Franja Morada, Mesa
Nacional, Fondo de Cultura Económica, Cuarta
reimpresión, 1996.
3. CABANELLAS TORRES, Guillermo, Enciclopedia
jurídica.
4. SARTORI, Giovanni, ¿Qué es la
Democracia?, Título original Democrazia Cosa é,
traducido al español por Miguel Angel Gonzáles
Rodriguez en 1993, Méjico.
5. STUART MILL, John, Del Gobierno
Representativo, 2da, edición, traducido por M arta
C.C. de Iturbe, 1994.
6. http://www.estudiantesdefsoc.com.ar/sociologia/50-sociologia-politica-sociologia/591-benjamin-constant-resumen.html
7. http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau
Autor:
Blas Roger Cornejo
Castilla
Lima-Perú
Octubre 1914
[1] Escritor y político, es
considerado el padre del liberalismo-conservadurismo
británico, tendencia que él llamaba old whigs
(viejos liberales), en contraposición con los new whigs
(liberales progresistas), quienes, al contrario de los old
whigs, apoyaban la Revolución francesa.
[2] Gobierno en el que el poder es ejercido
por varias personas. En sentido etimológico significa
"muchos gobernantes" y por lo tanto, se opone a
oligarquía. En la Ciencia Política
contemporánea el término tiene un uso más
frecuente y aceptado que remite esencialmente al
politólogo norteamericano Robert Dahl, autor de una
teoría empírica de la democracia que se enmarca
dentro de las corrientes pluralistas. En 1.953, R. DAHL y C.E.
LINDBLOM utilizan el término para designar el conjunto
de procesos sociales existentes en los sistemas
políticos democráticos.
[3] Deontología quiere decir
literalmente "planteamiento sobre lo que es debido". El
término ha sido introducido por Bentham, que ha usado la
deontología como sinónimo de "ciencia de la
moralidad". En cambio, en este contexto se usa sin ninguna
referencia ética específica, para aludir, en
general, a aquella dimensión de nuestra existencia que
se hace, lingüísticamente, con un debe o un
debería.
[4]
http://www.estudiantesdefsoc.com.ar/sociologia/50-sociologia-politica-sociologia/591-benjamin-constant-resumen.html
[5]
http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau