Cuando estudiaba Psicología social en la
Universidad Veracruzana en el siglo pasado una de las materias
que cursé se llamaba Sociopatología, misma que era
impartida por una maestra guatemalteca, psicóloga social,
refugiada política que vino a México huyendo de los
kaibiles (el cuerpo de élite militar del ejército
guatemalteco responsable del asesinato de comunidades
indígenas enteras), que habían asesinado a toda su
familia mientras ella impartía sus clases. El motivo:
haber participado como psicóloga comprometida socialmente
en la organización de su comunidad para exigir un alto a
la represión y la presentación de los desaparecidos
por la dictadura militar.
Desde un principio el nombre de la materia me
llamó la atención sin siquiera imaginar su
contenido, al finalizar el curso después de conocer
diferentes modelos y teorías que describían a la
sociedad de aquel entonces como una sociedad enferma desde un
punto de vista psicosocial, mi percepción de la realidad
reafirmó radicalmente mi compromiso de luchar por cambiar
esta sociedad.
Hoy a 35 años de distancia de haber tomado aquel
inolvidable curso veo con pesar que la sociedad
contemporánea está mucho más enferma que
cuando era estudiante universitario, pues a los problemas de
aquel entonces se han añadido otros más
graves.
¿Porqué afirmo esto?, para empezar puedo
decir que la violencia la encontramos hoy en todos lados.
http://www.monografias.com/trabajos33/psicologia-violencia/psicologia-violencia.
Vemos y recibimos violencia a través de las series de
televisión, encontramos violencia en las películas
que observamos (por lo regular las series de televisión a
las que tenemos acceso son productos estadunidenses, ya que
estamos inmersos en esa aculturación, ese choque de
culturas en el cual prevalece la cultura dominante y se aplica
aquel dicho: "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca
de Estados Unidos").
Vemos la presencia de la violencia en la intimidad del
hogar con la violencia doméstica, en las escuelas con los
casos de acoso escolar, en las calles con el acoso a las mujeres
a través del piropo callejero vulgar, en el incremento de
la delincuencia común, inclusive vemos la violencia en la
música a través de los narcocorridos, en programas
de televisión, etc., etc.
Sin embargo, también vemos la presencia del amor
en series de televisión, en telenovelas, en
películas, en la música. Todo parece ser que la
teoría de Sigmund Freud de la eterna lucha entre Eros y
Tanatos, es decir entre el impulso del placer y el impulso a la
destrucción mantiene su vigencia.
Pero hoy en pleno siglo XXI sabemos que no podemos
quedarnos encajonados en el reduccionismo científico que
es el psicologismo, que consiste en pensar que el comportamiento
humano obedece solo a variables psicológicas.
Esto lo sabemos los que nos dedicamos a la ciencia o a
la docencia universitaria, sin embargo, los productores de
películas y series de televisión estadunidenses,
cumpliendo un rol ideologizante por encargo de la
oligarquía financiera y económica, intentan
hacernos creer que la violencia es causada por individuos
trastornados psicológicamente, que durante su infancia
sufrieron abusos y traumas que los inducen a cometer
asesinatos.
Tal es la premisa de series como CSI, Criminal Minds, La
Ley y el Orden, Hannibal, etc. Que intentan distorsionar la
realidad ocultando la violencia del Estado y de las instituciones
totalitarias (Erving Goffman). Ya no digamos aquellas series que
son abiertamente proyanquis como NCIS los Angeles, The Black
List, Marvelous Shield y la aberrante serie llamada 24. Todas
estas últimas series más algunas que mi memoria se
niega a recordar buscan justificar el status quo fabricando
criminales manejando los estereotipos de individuos de origen
árabe o de religión islámica, o de origen
hispano como los principales criminales
contemporáneos.
Al mismo tiempo en todas estas series de una manera muy
sutil y a veces demasiado burda se nos presenta la bandera
estadunidense en pantalla en incontables veces como algo que
debemos venerar y respetar.
Los intentos de reducir las causas de los problemas
sociales a actos individuales tiene un nombre: la
psicologización de la vida cotidiana, que significa el
intento de hacer ver que los acontecimientos sociales, sobre todo
los problemas sociales, obedecen solamente a motivaciones
individuales, lo cual es un intento de distorsionar una realidad
social que se caracteriza por la injusticia, la desigualdad, la
exclusión, que está marcada profundamente por una
corrupción y se intenta sembrar la idea de que no es
posible cambio social alguno, lo que únicamente favorece a
la élite que ocupa el poder.
Este intento de reduccionismo psicológico cuenta
con el apoyo de profesionales de la Psicología, de la
Psiquiatría, de la Medicina, etc., que han optado por
elegir el rol de "funcionarios del consenso" denunciado por el
psiquiatra italiano Franco Basaglia en su libro La
Institución negada donde hizo una crítica del
hospital psiquiátrico y del tratamiento de la locura.
http://conferenciabasagliargentina.org/wp-content/uploads/2012/11/Basaglia-Franco-La-Institucion-Negada.pdf
Menciona Basaglia en su texto que la sociedad
contemporánea tiene un conjunto de contradicciones
sociales que generan una situación parecida a un barril de
pólvora que en cualquier momento puede estallar. Para
evitar un estallido social la élite en el poder cede parte
de su poder a los llamados técnicos del saber
práctico que son aquellos profesionistas que avalan con su
ciencia esta distorsión de la realidad al dictaminar que
los problemas de alcoholismo, drogadicción, vandalismo,
delincuencia común, etc., son resultado de variables
psicológicas sin conexión alguna con la
dinámica social. Con ello intentan generar un consenso de
aceptación hacia el sistema social. De ahí que
planteó que llega un momento en la vida del
científico social que se enfrenta a una disyuntiva en la
cual debe elegir entre ser "funcionario del consenso" o un
verdadero agente de cambio social.
Tales intentos de distorsión no
pueden ocultar que la pobreza y desigualdad social aumentan
considerablemente en todos los países, inclusive en los
llamados "países desarrollados", mientras que la
élite financiera, política y económica
aumenta sus riquezas de una manera insultante en la medida que
explota seres humanos y recursos naturales.
En nuestra vida cotidiana diariamente podemos observar y
ser testigos de las contradicciones del sistema capitalista en el
cual nos encontramos, por ejemplo cada día aumenta el
número de mendigos, limpiavidrios, tragafuegos,
vendechicles en los cruceros de nuestras ciudades.
La reacción de una mayoría de la
población es ignorarlos, hacer como que no existen,
precisamente por esta actitud indolente se ha construido en
ciencias sociales el término "invisibilidad social" que
significa la tendencia a ignorar a quienes nos piden ayuda para
comer, a quienes se ofrecen a limpiar los vidrios de nuestros
autos a cambio de unas monedas, a quienes vemos sentados o
tirados en las aceras con la mano estirada pidiendo
limosna.
Fingimos no verlos porque nos recuerdan la existencia de
una realidad de pobreza con la cual no deseamos tener
ningún contacto y tendemos a pensar que esas personas
están así "por malas decisiones que tomaron en su
vida" con lo cual reflejamos la influencia en nuestros
pensamientos de esta psicologización reduccionista que no
reconoce responsabilidad social en la existencia de la miseria y
de la pobreza.
No cabe duda de que vivimos tiempos difíciles,
cada día perdemos nuestra capacidad adquisitiva
gradualmente ante el incremento de los precios de todo tipo de
productos y los bajos salarios no tienen posibilidad de
recuperarse ante las políticas de topes salariales. Ya no
mencionemos la angustia cotidiana de las personas que trabajan en
el sector informal que no cuentan con ningún tipo de
prestaciones mucho menos la posibilidad de recibir un aumento de
sueldo.
La población en general vive con una permanente
insatisfacción interna, con un vacío interior que
intentamos llenar con el consumo de diferentes productos o con el
desarrollo de diferentes tipos de adicciones. Adicción a
las drogas, adicción al alcohol, adicción a la
televisión, adicción al sexo, etc. No en balde
proliferan los grupos de alcohólicos anónimos,
neuróticos anónimos, sexoadictos anónimos,
etc.
Padecemos una enorme corrupción que ha
contaminado todas las esferas del gobierno en los tres niveles:
municipal, estatal y federal. Los políticos toman
decisiones sin consultarnos impulsando reformas que nos quitan
derechos, eliminan la estabilidad en el empleo y generan
incertidumbre hacia el futuro que tenemos por delante.
El apoliticismo, la indiferencia social, el
individualismo y el egoísmo son características que
se observa en un amplio sector de la sociedad que parece que ve
como algo normal el cuadro anterior. Por eso es que hablo de que
actualmente vivimos una sociopatología de la sociedad
contemporánea.
Para ilustrar de lo que estoy hablando,
adelantaré una definición de la sociopatologia como
el "Estudio de las causas sociales de la conducta "desviada"
(prostitución, delincuencia, minorías
eróticas, vagancia) de sectores de la población, a
partir de los valores y modelos considerados normales (leyes,
tribunales) e impuestos (policía, ejército,
penitenciarías, sanatorios psiquiátricos) a toda la
sociedad por los detentadores del poder"
Tuve oportunidad de impartir la materia
Psicología Criminal en el Diplomado Derecho Penal y
Familia de la Universidad de Sonora, estuve trabajando con jueces
y para estas personas (los jueces) les era muy difícil
entender las causas sociales de los delitos, ellos decían,
"tal delito, tal sanción".
Retomaré aquí otro libro del psiquiatra
italiano Franco Basaglia que leí a fines de la
década de los setentas titulado "Los crímenes de la
paz",
http://es.scribd.com/doc/33988228/Basaglia-Franco-y-Basaglia-Franca-Los-Crimenes-de-la-Paz-Investigacion-sobre-los-Intelectuales-y-los-Tecnicos-como-servidores-de-la-Opresion
en donde denuncia que la mayoría de los integrantes de
nuestra sociedad (de aquellos tiempos) goza de una paz social que
está basada en el ejercicio de una serie de
crímenes que se cometen en su nombre "para mantener la paz
social".
Crímenes que para la mayoría pasan
inadvertidos o simplemente vistos e ignorados, crímenes
como la muerte por desnutrición y falta de atención
médica de miles de niños, crímenes como la
violación de los derechos humanos de millones de personas
(derecho a la salud, derecho a la educación, derecho al
trabajo, derecho a una vivienda, etc.).
En nuestros tiempos vivimos hoy otro tipo de crimen
social: la criminalización de la protesta social, el
asignarle carácter de criminal a la persona que decide
protestar exigiendo el respeto a sus derechos.
En la ciudad donde vivo se encuentra preso en un penal
de alta seguridad el Dr. Mireles, líder de las
autodefensas de Michoacán que se negó a ser
institucionalizado con su grupo de autodefensa, es decir civiles
que ante la incapacidad del Estado mexicano para brindarles
seguridad social decidieron tomar las armas para luchar en contra
de las vejaciones y ataques de la delincuencia organizada en su
comunidad de origen en el Estado de Michoacán.
Es muy triste la afirmación que voy a decir, pero
es algo que no se puede negar. En México la justicia no
existe, las instituciones encargadas de su impartición
se encuentran en crisis porque sus representantes son parte
activa de la corrupción que afecta a nuestro país.
La administración del sistema de justicia tiene un gran
rezago ya que miles de presos tienen años en la
cárcel y todavía no se les dicta
sentencia.
En los centros penitenciarios del país, se aplica
el dicho que reza: "Ni son todos los que están, ni
están todos los que son". Sin embargo, los que estamos
fuera de la cárcel pensamos que los que están
dentro de ella "por algo están ahí".
Los ministros de justicia perciben sueldos mucho muy
superiores a los que recibe el presidente de Estados Unidos y
perciben todavía prestaciones y bonos adicionales. Esto en
pago a sus servicios de prostituir la justicia "a la mexicana" a
favor del poderoso y en contra de los desposeídos que son
la clase trabajadora y el pueblo en general.
El discurso oficial maneja que vivimos en una democracia
en la que podemos elegir a nuestros gobernantes, pero en realidad
las elecciones en nuestro país son las más caras
del mundo, los partidos políticos reciben una gran
cantidad de dinero para sus "operaciones" y los consejeros
electorales que tienen la responsabilidad de vigilar la limpieza
de las elecciones perciben sueldos similares a los de los
magistrados de justicia, también en pago a sus servicios
de avalar el fraude electoral y la compra de votos como "algo
legal".
En la distribución del presupuesto federal, el
monto asignado al proceso electoral excede con mucho al destinado
a salud o educación. Todo este enorme despilfarro de
recursos tiene como resultado que tengamos presidentes en nuestro
país que han llegado al poder mediante el fraude electoral
y a través de la compra de votos como lo es el caso de
Enrique Peña Nieto.
Los Diputados y Senadores no se quedan atrás y
también perciben sueldos escandalosos que desquitan
traicionando al pueblo que dicen representar, levantando el dedo
aprobando la entrega del país al extranjero y el
empobrecimiento de la población mexicana.
https://www.facebook.com/notes/h%C3%A9ctor-armando-valadez-george/la-situaci%C3%B3n-actual-y-nuestras-tareas-proyecto-de-resoluci%C3%B3n-pol%C3%ADtica-para-el-pr/576002819098628
Los medios masivos de comunicación cumplen una
función ideologizante, distorsionando la
información, estimulando el consumo a través la
publicidad y los contenidos de series y películas,
además de promover una aceptación acrítica
del status quo, mediante el impulso al conformismo.
http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales
Un nuevo tipo de control social se nos presenta a
través de la mercadotecnia que es un proceso
científico social administrativo, mediante el cual las
grandes organizaciones realizan estudios psicográficos
para identificar los rasgos psicológicos predominantes en
determinados segmentos del mercado (rasgos de personalidad,
estilos de aprendizaje, necesidades motivacionales, niveles y
formas de percepción, etc.), para obtener
información que les permita identificar las necesidades,
deseos y expectativas de los consumidores y crear el producto o
el servicio que supuestamente satisfacera esas necesidades,
deseos y expectativas.
/trabajos97/psicologia-consumo-y-alienacion/psicologia-consumo-y-alienacion
La publicidad nos bombardea con una lluvia de anuncios
que nos ofrecen el cielo en la tierra y la felicidad mediante la
compra de diversos productos que nos incita a consumir, son
productos que no necesitamos, pero que "nos hacen ver o sentir
bien".
Las contradicciones sociales se agudizan cada día
porque surgen movimientos sociales emergentes que enarbolan las
banderas de justicia, democracia e igualdad. La respuesta que
reciben de la élite en el poder es la indiferencia a sus
reclamos cuando les va bien o, en otros casos un endurecimiento
de las políticas de "seguridad" reprimiendo a quienes
protestan, recibiendo el apoyo de legisladores, ministros de
justicia y medios masivos de difusión para convertir en
"criminales" ante la opinión pública a aquellos que
se atreven a protestar. De hecho podemos decir que al igual que
no existe la justicia, tampoco existe la democracia, ya que el
autoritarismo es la característica principal de los
gobernantes en turno.
La situación se complica cada vez más
porque se observa un tránsito paulatino pero constante de
un autoritarismo en el liderazgo de los gobernantes hacia un
franco totalitarismo que les permita seguir disfrutando de las
mieles del poder.
/trabajos101/sociedad-contemporanea-transito-del-autoritarismo-al-totalitarismo/sociedad-contemporanea-transito-del-autoritarismo-al-totalitarismo
Muchas de estas ideas ya las he publicado en otros
artículos por lo que quizá al lector les sean
familiares o ya las haya leído en otra ocasión.
Pero los elementos anteriores los considero indispensables para
tratar el tema que ocupa hoy nuestra atención:
¿Vivimos en una sociedad enferma?
Hablar de sociopatología es hablar de una
sociedad enferma. Cabría en este punto la siguiente
pregunta: ¿Puede estar enferma una sociedad? Esta
interrogante no es nueva, ya desde 1959 Erich Fromm la planteaba
en su libro The sane society que se publicó en
español con el titulo Psicoanálisis de la sociedad
contemporánea y que para 1971 llegaba a su novena
reimpresión.
En su libro Fromm cuestionaba el porqué en los
países más desarrollados del mundo en aquella
época (Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia,
etc.) en donde se suponía que la sociedad proporcionaba
todo para satisfacer las necesidades humanas, se presentaban las
tasas más altas de suicidio a nivel mundial, dejando muy
atrás a los países pobres.
El mismo autor se respondía a sí mismo
cuando decía "Una sociedad sana es la que corresponde a
las necesidades del hombre, no precisamente a las que él
cree que son sus necesidades…sino a lo que objetivamente
son sus necesidades, tal como pueden descubrirse mediante el
estudio del hombre".
Mucho antes que Fromm plantease esta pregunta, Sigmund
Freud ya respondía afirmativamente en su libro El malestar
en la cultura cuando afirmaba "Una sociedad puede enfermarse
desde el punto de vista de la salud mental".
Aplicando ambas aportaciones en el análisis de la
sociedad contemporánea podemos decir que nuestra sociedad
no es una sociedad sana, sino todo lo contrario, ya que rinde
culto a la muerte, promueve la violencia y rinde culto a la
destrucción.
¿Qué podemos pensar cuando vemos en las
noticias que en la sociedad estadunidense se presentan con
relativa frecuencia que los suicidios de algunas personas van
acompañados de una previa matanza de las personas que los
rodean?
La pregunta de Erich Fromm se replantea en estos nuevos
términos:
¿Que ocasiona que en una sociedad desarrollada y
de oportunidades las personas asesinen sin motivo
alguno?
En el caso de Estados Unidos la prensa y
algunos "expertos" dicen que son norteamericanos "desajustados"
que aparentemente eran individuos "normales" pero que perdieron
sus cabales y realizaron una acción violenta. Sin embargo,
en la mayoría de los casos de asesinatos colectivos y el
posterior suicidio del autor de los mismos, se ha comprobado una
meticulosa planeación de dichos crímenes.
Siguiendo el planteamiento de Erich Fromm creo que
Estados Unidos es el prototipo de la sociedad enferma que ha
rebajado a sus integrantes a la condición de entes
consumidores a los cuales les estimula la necesidad de comprar
sexo, violencia, armas, personas o cualquier producto,
sensación o idea que transforma en mercancía para
obtener una ganancia.
Tan solo veamos el agrado por las armas que tiene la
sociedad estadunidense, una predilección que ha sido
consagrada a nivel de derecho ciudadano protegida por la segunda
enmienda de la Constitución estadunidense que contempla el
derecho de cada ciudadano para poseer el arma con el calibre que
mejor le venga en gana, para defender sus derechos y
posesiones.
Una sociedad que fomenta el delirio por las armas y
minimiza las matanzas colectivas de asesinos seriales o
asesinatos por manejo imprudente de armas de fuego.
Una sociedad que fabrica armas diseñadas en
tamaño y forma para niños y niñas como si
fueran juguetes pero que son armas de verdad y por las cuales han
muerto centenares de niños.
Una sociedad donde la muerte y la violencia es
condición necesaria para generar las enormes ganancias de
la industria del cine en Hollywood.
Una sociedad donde se estimula en sus películas
el gusto y placer por matar sin razón o motivo alguno
"¿porque no?", "porque quiero y puedo", los estadunidenses
ven a individuos que matan para sobrevivir y gozan
haciéndolo.
Ver acciones de asesinatos y violencia forma parte de la
vida de los estadunidenses que han llegado a un grado tal que se
han acostumbrado a la violencia y pierden la habilidad de
distinguir la frontera entre lo que es real y lo que es
ficticio.
Una sociedad que exacerba el derecho a la propiedad
privada, que promueve una ideología individualista, una
actitud que fomenta un ritual de consumo al grado tal de que es
el país que genera la mayor cantidad de basura en el
mundo, el país que más contamina los suelos, el
aire y el agua y que paradójicamente es el país que
se niega a firmar tratados internacionales para proteger el medio
ambiente.
Una sociedad que se caracteriza por el militarismo, por
destinar millonarias cantidades a la industria militar y a la
intervención en otros países "para defender la
libertad y la democracia", contando con el mayor número de
guerras en las que ha intervenido un país en el
mundo.
Con todo lo anterior los estadunidenses deberían
dejar de buscar enemigos fuera de su país y considerar
seriamente que "el enemigo está en casa" y muy dentro de
ellos mismos. Son ellos los que promueven la violencia a nivel
internacional. Es evidente que la sociedad estadunidense no es
una sociedad sana, sino que presenta una serie de
psicopatologías que nos permiten hablar de una
sociopatología de la sociedad estadunidense.
Sin embargo, los analistas estadunidenses al intentar
explicar las causas de la violencia en ese país, se
limitan a hablar de "individuos alterados, con desórdenes
de personalidad", es decir, incurren en un reduccionismo
psicológico sin tocar el tema del análisis de la
sociedad en su conjunto. Evitan mencionar que el sistema debe
estar fallando en algún lado, porque ¿cómo
podría explicarse esa predisposición a la
violencia, esa sensación de placer al matar en individuos
que no carecen de hambre, que pueden consumir cualquier cosa que
deseen, desde alimentos, drogas, sexo, etc.
Quizá ahí está el quid de la
cuestión, forman parte de una sociedad insatisfecha, una
sociedad que la han educado a estar permanentemente insatisfecha
para que pueda seguir consumiendo, donde las necesidades nunca
son satisfechas totalmente o se crean nuevas necesidades para
nuevos productos. Hoy la necesidad de la violencia (vista en la
pantalla de la tv, vivida en la vida cotidiana, observada en
personas propias y extrañas) forma parte de la cultura
norteamericana.
¿Ya han llegado al punto en el cual no es
suficiente ver la violencia? ¿Necesitan sentir como se
ejerce la violencia? ¿Necesitan nuevas emociones fuertes
como matar a alguien? Si esto es así, la situación
es realmente grave sobre todo si consideramos el número de
ciudadanos que poseen armas en Estados Unidos y la enorme
facilidad con la que pueden comprar armas para asesinar, no para
defensa propia.
Pero lo que en verdad llama la atención e invita
a la reflexión acerca de si vivimos en una sociedad sana o
enferma es el hecho de que un solitario individuo se posicione en
un lugar y asesine a inocentes en un país donde se supone
que no hay hambre, donde hay todo tipo de oportunidades y la
mayoría de las necesidades básicas o materiales
suelen o pueden ser satisfechas.
¿Qué está sucediendo con la
sociedad norteamericana que promueve su estilo de vida por todo
el mundo (american way of life?, ¿qué hay
detrás del confort y exagerado consumo estadunidense que
hace que surjan estos comportamientos realmente
psicopatológicos?
Podríamos dar una explicación de
cómo el consumo constante es la esencia de la vida
cotidiana de los estadunidenses. Una sociedad que estimula un
consumo exacerbado que genera en los individuos una
obsesión por el "tener", más que por el ser", que
genera una permanente insatisfacción cotidiana
difícil de llenar cada vez mas.
México mantiene ciertas similitudes pero
también ciertas diferencias con respecto a la
situación social que prevalece en Estados unidos. La
primera y más obvia es que ambos países forman
parte del mismo sistema en descomposición: el sistema
capitalista. Sin embargo, Estados Unidos es reconocido como un
país desarrollado mientras que México se le
reconoce de manera eufemística como un país "en
vías de desarrollo".
México enfrenta una crisis social sin precedentes
que se agudiza cada día más.
/trabajos98/tercera-llamada-revolucion-mexico/tercera-llamada-revolucion-mexico
Muchos son los problemas que enfrenta el pueblo
mexicano, podemos mencionar de entrada que la población
sufre los efectos de una crisis económica en la que la
clase en el poder obtiene grandes beneficios mientras que la
población en general ve disminuir su capacidad adquisitiva
de manera constante y progresiva.
Cada mes aumenta el precio de la gasolina y con ello
aumentan los precios de todos los productos, los diputados y
senadores han aprobado reformas a la constitución que en
su conjunto son una serie de agresiones a las condiciones de vida
de los trabajadores y de la población en
general.
Como resultado de estas reformas se eliminó la
estabilidad en el empleo, por lo que los futuros trabajadores no
podrán generar antigüedad, se les pagará por
horas y en base a contratos individuales. Se elimina el subsidio
a la energía eléctrica, miles de trabajadores ganan
un salario que es mas insuficiente cada día, aumenta la
pobreza contradiciendo el discurso oficial, la delincuencia
común se dispara en las ciudades, la inseguridad crece, la
violencia aumenta en sus distintas formas de expresión,
mientras que la corrupción y la impunidad se muestran como
el telón de fondo de todos nuestros grandes problemas
sociales.
En México la distribución desigual de la
riqueza social tiene su base en la corrupción que en
México alcanza a los tres niveles de gobierno. Por todo
mundo es sabido que los funcionarios públicos y los
políticos de todos los partidos aprovechan sus puestos
para enriquecerse desviando grandes cantidades del presupuesto
público para fines personales. Es conocido el dicho
popular: " a mí no me den, a mí pónganme
donde hay".
Las calles de nuestras ciudades están mal
pavimentadas, con baches o simplemente sin pavimentar, el
alumbrado público no funciona en todos los sectores, la
policía está ausente durante el día y
sólo se ven patrullas durante las noches cuando ponen
retenes para detener a conductores e estado de
embriaguez.
Los "servidores públicos" muestran una gran
opacidad en el manejo de los recursos públicos, existe una
percepción generalizada en la población de que gran
parte del presupuesto de los diferentes niveles de gobierno se
desvía para ser utilizado en campañas
electorales.
Las elecciones en México son las más caras
del mundo, se destina una enorme cantidad de recursos para los
partidos políticos, para las campañas
políticas, para los consejeros políticos. Los
resultados de las elecciones no convencen a nadie, porque se
realizan prácticas fraudulentas, solo quienes quedan en el
poder son los que terminan satisfechos.
Los partidos políticos están inmersos en
una crisis de credibilidad que los aleja de la población,
ya que no representan a nadie más que a sí mismos y
a los intereses del poder en turno que defienden en forma
más descarada cada vez que toman sus decisiones. En
general, las instituciones en México se encuentran en
crisis porque sus representantes han incurrido en actos de
corrupción de tal forma que existe una gran distancia
entre el discurso y la acción.
La corrupción no existiría si no estuviese
en amasiato con su complemento: la impunidad, que garantiza la
existencia y desarrollo de los actos de corrupción sin
castigo alguno. Tan grave es el amasiato entre la
corrupción y la impunidad que la corrupción ya
forma parte de la cultura y la forma de vida de ciertos estratos
sociales.
/trabajos99/revolucion-consciencias/revolucion-consciencias
Junto a la corrupción generalizada e
institucionalizada por la misma impunidad, ha crecido otro mal en
México. Una violencia sin igual se ha incrementado en los
últimos años en nuestro país dejando un
saldo de miles de muertos desde que Felipe Calderón
inició "la guerra contra la delincuencia organizada",
misma que fue motivada por su necesidad de desviar la
atención de las condiciones fraudulentas con las que
llegó a la presidencia.
Este tipo de violencia podría encontrar una
explicación en el contexto del tráfico de drogas,
pugnas entre cárteles y las autoridades que crean un
estado de casi guerra con el consecuente número de bajas
de ambos lados.
En México no existe la justicia, esta se ha
vendido al mejor postor, no existe la democracia porque las
mayorías no son consultadas por quienes dicen ser sus
representantes. No existe la igualdad social, ya que la
desigualdad aumenta considerablemente cada día.
En este contexto de crisis económica,
política y social ¿Cuál es el
comportamiento promedio de los mexicanos?
Cualquiera pensaría que los mexicanos se
rebelarían ante estas condiciones de explotación,
de miseria, de injusticia, etc. Sin embargo la situación
que se observa es otra:
Un vasto sector de la sociedad mexicana considera
"normal y natural" que existan ricos y pobres, que haya
corrupción, que exista violencia, que fallezcan
niños, jóvenes y adultos por desnutrición,
por enfermedades fácilmente tratables, etc.
Hay una indiferencia generalizada en la población
acerca de los problemas sociales y los asuntos relacionados con
la política.
Buena parte de la población lejos de protestar
por las situaciones de injusticia, corrupción y
antidemocracia que afectan directamente sus condiciones de vida,
se refugia en su vida personal y actúa viviendo "una vida
normal" como si nada estuviese pasando.
Una gran mayoría de la población cree que
no es posible cambiar la sociedad, por lo que presenta una
tendencia a adaptarse lo mejor posible a las condiciones
actuales, aún cuando estas impliquen comer menos, vestir
menos, trabajar más y ganar menos.
La mayoría de la población sabe que los
políticos y los funcionarios de gobierno de los tres
niveles (municipal, estatal y federal) son corruptos y se
enriquecen al desviar grandes cantidades del presupuesto
público para fines personales o partidistas y sin embargo
no protesta ni se organiza para impedir esto.
La mayoría de los mexicanos sufre de calles mal
pavimentadas, alumbrado y transporte público deficiente,
altos precios en todo tipo de productos, incrementos mensuales al
precio de una gasolina que todo mundo sabe que nos venden a
precio de litro pero sin darnos el litro completo.
El desempleo crece sin cesar, la discriminación
laboral por motivos partidistas se observa cada sexenio, etc. Y
sin embargo no protesta ni se organiza para cambiar esta
situación.
La mayoría de los mexicanos sufre los efectos de
una violencia social sin igual (delincuencia organizada y
delincuencia común) y sabe que las corporaciones
policiacas están contaminadas por la corrupción,
pero no exige una depuración de los cuerpos policiacos, ni
protesta por la actuación o falta de acción de los
mismos.
La mayoría de la población mexicana
experimenta lo que Emile Durkheim uno de los fundadores de la
Sociología contemporánea denominó "anomia
social" que se refiere a la falta de normas o a la
incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos
individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad. El
término también es utilizado en Psicología
para hacer referencia a la falta de valores humanos o crisis de
valores sociales en el comportamiento social.
Es decir, hay una situación social de crisis
económica, política y social que plantea la
necesidad de participación social de los integrantes de la
misma para realizar un cambio social que conduzca a otro tipo de
sistema social donde desaparezca la injusticia, la
corrupción y la desigualdad social.
Sin embargo, la mayoría de la población
mexicana está adormecida, adaptada a sus condiciones de
explotación, presenta un comportamiento pasivo y su
única meta es adaptarse a la situación social
prevaleciente.
A esto yo le llamo un comportamiento social
patológico, es decir, estamos frente a una
sociopatología en la cual el sentido común nos
indica la necesidad de salir de la esfera de nuestro
ámbito de confort para luchar por nuestros derechos y los
de nuestra familia, pero que lo que se observa es una pasividad,
una indiferencia, una adaptación que sólo beneficia
a quienes se están enriqueciendo con la muerte, con la
pobreza, con la insalubridad y la miseria de millones de
personas.
No hacer nada, guardar silencio cómplice ante las
injusticias, ante la corrupción, ante el robo descarado
significa que algo anda mal en los pensamientos, en los
sentimientos, en los comportamientos de millones de personas, es
decir, algo no está bien en la Psicología
colectiva, por eso digo que estamos frente a una
sociopatología de la sociedad contemporánea, mucho
más evidente en el caso de México.
La crisis que vivimos entonces adquiere otra
dimensión, no solo es una crisis económica, no solo
es una crisis política, no solo es una crisis social, es
también una crisis psicológica, es una crisis
psicosocial.
La indiferencia generalizada que se observa en
nuestra sociedad contemporánea, el apoliticismo que
caracteriza el comportamiento de las mayorías, el
inmovilismo social que inhibe la participación
social, la criminalización de la protesta social,
la búsqueda como meta principal de "encajar en sociedad"
tiene como finalidad la difusión de la idea de
"normalidad psicológica" que busca la
adaptación social.
Todo lo anterior tiene como base ideológica el
individualismo y como finalidad social el conformismo, el
acriticismo, la adaptación social. La creación de
una falsa sensación de seguridad al encajar en el
comportamiento de las mayorías, cuyo modelo son las
imágenes que nos proyectan los medios masivos de
difusión como "normal" y "anormal".
Lo "normal" en nuestra sociedad es mantener una rutina
de trabajar, consumir, adaptarse a la situación social y
repetir el ciclo al día siguiente.
/trabajos97/psicologia-consumo-y-alienacion/psicologia-consumo-y-alienacion
El sujeto sano en nuestra sociedad es aquel individuo
que se ha adaptado al medio social y el sujeto normal es aquel
que ha asimilado sin inconvenientes el proceso de
sujetación en los diferentes aparatos ideológicos
de Estado.
Pero aquí es necesario una importante
precisión: los conceptos de normal y anormal están
basados en un criterio estadístico: de acuerdo a
cómo se comporta la mayoría de la población,
esa es la norma, "lo normal". Los que se comporten en forma
diferente a la mayoría, los desviados de la norma, son los
"anormales".
Un criminal, un delincuente son desviados de la norma,
pero también lo son los mendigos, los que protestan, los
que se rebelan ya que no se adaptan al funcionamiento
social.
El conformismo social, la indiferencia social y el
individualismo son algunas de las características de la
ideología contemporánea. La cosificación de
las personas, la sobrevaloración de los objetos, la
obsesión por el consumo y el aislamiento social son parte
de la alienación social que provoca que la
preocupación principal de miles de personas sea mantener
un físico acorde a las figuras ideales de hombre y mujer
que promueven los medios masivos de difusión, o
simplemente el ser aceptad por los demás. Sobre estas
bases, el comportamiento social se aleja considerablemente de la
política lo cual sólo beneficia a quienes
están el poder.
Todo esto nos ubica necesariamente dentro del contexto
de una lucha ideológica, para entenderlo debemos recordar
el ejemplo del edificio social que nos aportó Carlos Marx
cuando nos decía que la anatomía de una sociedad es
similar a la construcción de un edificio, las bases en las
que descansa el peso del edificio es la estructura, que en el
caso de la sociedad humana es el modo de producción
(comunismo primitivo, feudalismo, esclavismo, capitalismo,
socialismo y comunismo), sobre esa estructura descansan dos
infraestructuras, la infraestructura jurídico
política que es el conjunto de leyes que reglamentan la
interacción social, y otra infraestructura que es la
ideológica, a través de la cual se introyecta la
ideología de la clase dominante mediante el accionar de
diferentes instancias ideológicas o socializantes
(Familia, escuela, Iglesia, Trabajo, Medios masivos de
difusión). Louis Althousser aclaró de una manera
muy clara como se da este proceso de sujetación
ideológica en su libro ideología y aparatos
ideológicos de estado.
http://www.moviments.net/espaimarx/els_arbres_de_fahrenheit/documentos/obras/1319/ficheros/Althusser_Louis_Ideologia_y_aparatos_ideologico.pdf
Aquellos que tomamos consciencia de este proceso de
ideologización en el contexto de una sociedad en crisis
caracterizada por la injusticia, la antidemocracia y la falta de
libertades, debemos retomar como nuestro deber y compromiso
social el combatir esta labor ideológica por todos los
medios a nuestro alcance, porque este control ideológico
constituye el principal freno para la toma de conciencia
colectiva acerca de la necesidad de realizar un cambio
social.
El planteamiento central que deseo destacar en este
artículo es que la clase en el poder realiza una constante
labor utilizando diferentes medios para generar una
ideología de aceptación al status quo, todo esto lo
realiza en el marco de una sociedad que promueve el consumo para
lograr una enajenación colectiva que conduce a las
personas a valorarse a sí mismos y a los demás en
función de sus posesiones.
Con todo esto logran tener un control social en la
medida de que se llega a considerar como algo normal la
existencia de ricos y pobres y por tanto a inhibir cualquier
intento por cambiar las cosas y satanizar a aquellos que intenten
hacerlo, generando con ello una sociopatología colectiva
que se caracteriza por la inactividad y el inmovilismo social en
una sociedad que reclama de sus integrantes una mayor
participación social para lograr cambios sociales que
conduzcan a la construcción de una sociedad
mejor.
Históricamente ha sido una constante el que
quienes están en el poder buscan generar ese consenso de
aceptación social, ya sea por el temor o por el
convencimiento. Lo relevante del momento actual es que por un
lado se observa una enorme y creciente desigualdad social, en un
contexto social donde los medios masivos de comunicación
juegan un papel determinante en la psicología colectiva a
través de los cuales reciben su dosis diaria de
ideologizacion para aceptar el status quo en un proceso de
convencimiento interno, no externo.
/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales
Podría decirse que cada país
latinoamericano tiene sus particularidades específicas que
determinan su dinámica interna, lo cual es cierto, pero
también es cierto que en estos tiempos de
globalización compartimos problemas similares. La labor de
ideologización que desempeñan los medios masivos
para mantener un control social se observa hoy en todos los
países, a través de ellos se realiza una
distorsión de la realidad para generar un consenso de
aceptación a los cambios que la élite en el poder
dictamina contando con el apoyo del aparato legislativo como en
el caso de México para reformar la constitución y
entregar el país a la iniciativa privada nacional y
extranjera.
De manera inevitable el hablar de una
sociopatología de la sociedad contemporánea nos
conduce al análisis de los conceptos
ideologización, alienación y control social, lo
cual a la vez nos remite a la necesidad de analizar el proceso de
desarrollo psicosocial de cada individuo mediante el cual toda
persona desarrolla una personalidad psicosocial que consiste en
una determinada forma de pensar, sentir y actuar que es el
resultado de la interinfluencia con las diferentes figuras
significativas de los distintos grupos sociales a los que
pertenecemos o hemos pertenecido.
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