El sentido de la vida, del libro ciencia y consciencia de Miguel Sang Ben
Sub Antecedentes:En verdad, ¿hasta qué punto el
sentido de la vida es pautado por el reconocimiento de la
trascendencia, es decir, de la religión? Aún en
tiempos tan poco controlados por el sentimiento religioso, se
debe reconocer un mínimo humanista necesario para
comprometer al género humano con la solidaridad. Este
mínimo es la solidaridad basada en el amor..
Sub El fenómeno religioso.
Este es un hecho constante a lo largo de la historia y en los
tiempos contemporáneos, hemos vistos un renacer de sectas,
basadas en un entusiasmo por las filosofías orientales que
se acerca a una moda. Es por tanto, que el hecho religioso se
manifiesta bajo multitud de formas, resultando extremadamente
difícil precisar su significado al margen de la cultura
concreta en la que surge. De ahí, es que parece responder
la dimensión religiosa al sentimiento que el hombre
experimenta de sus limitaciones, de su indefensión frente
a todo cuando le rodea. Surge la idea de la divinidad. Pero, la
función de lo religioso parece ir más allá
hasta el punto de la búsqueda de sentido total de la vida
humana.
El concepto de divinidad, se encuentran una multitud de
traducciones en las distintas culturas: va desde las relaciones
del hombre con un dios trascendente y personal hasta el
sentimiento de solidaridad con todos los seres humanos e incluso
con todos los seres de la tierra. De todas maneras, el
fenómeno religioso asume y engloba todos los aspectos
parciales de la vida humana, confiriéndole
orientación y valores peculiares, ofreciéndole al
hombre la capacidad de obtener una experiencia total de la
realidad, las cuales, bajo ninguna otra disciplina encuentran
respuestas satisfactorias.
La historia, la psicología, la sociología, las
ciencias en general, incluyen el fenómeno religioso entre
sus campos de investigación. Por su parte, la
filosofía de la religión, se especifica cada vez
más dentro de la filosofía como un intento de
esclarecer y delimitar su significado, par comprenderla como
fenómeno. Es un cambio radical de aquellos intentos de
probar la verdad o falsedad de la religión. Motivado
más por el impacto que en la nación de
adopción produjo su muerte y la admiración
manifiesta por encima de las creencias religiosas, pasado a
conocer la espiritualidad de una persona considerada santa entre
nosotros.
Un ejemplo de espiritualidad: La Madre Teresa de Calcuta. Como un
ejemplo de vivencia de la fe, se presenta la espiritualidad de la
Madre Teresa de Calcuta, principalmente, en su comprensión
de la dinámica de la fe cristiana en 5 pasos:
1-El fruto del silencio es la oración:La verdadera
oración presupone recogimiento y silencio. Si importante
es lo que tenemos que decirle a Dios, más importante es lo
que Dios tiene que decirnos a nosotros. Donde no hay silencio,
Dios no se deja oír. La oración es el combustible
de la vida. La madre decía que sin oración no
podría trabajar por Dios ni siquiera media hora. Para ella
la oración alimenta y purifica el alma. De ahí, que
para hacer el bien en este mundo hostil, se necesita mucha gracia
de Dios, la cual nos llega de ordinario por medio de la
oración. Tanta importancia, daba la Madre Teresa a la
oración, que en 1976 fundó una rama más
contemplativa dentro de sus congragación, a pesar de que
las hermanas activas dedican buenos ratos a los ejercicios de
piedad, sobre todo el comienzo y al final de cada jornada.
2-El fruto de la oración es la fe:Quien ora fortalece su
fe religiosa. Gracias a la fe vemos la realidad como es, pues la
vemos con la visión de Dios, Creador y Salvador universal.
Las hermanas se desenvuelven mucho entre enfermos y moribundos.
Si hay algo que escandalice al ser humano es la inevitabilidad de
la enfermedad y de la muerte. Sólo quien tiene fe puede
encontrarle sentido al dolor y a la muerte. Las hermanas
transmiten que el dolor nos hace socio del redentor y que la
muerte es puerta hacia Dios. Por la muerte sólo nos
desprendemos del cuerpo físico o carnal.
3-El fruto de la fe, es el amor:Quien cree en el verdadero Dios,
no puede menos que llegar a amarlo. Quien crece en el amor de
Dios, crece en amor por todo lo que él ha creado,
especialmente por sus criaturas libres e inteligentes, los seres
humanos. Cuando hay amor en el corazón, uno sale de uno
mismo hacia los demás en espíritu de gratitud y
desinterés. Ese amor se expresará de muchas
maneras. A veces el amor se reduce a acompañar a un
prójimo doliente a mirar el reloj, del fin de sus
días, recluido en la cama de un hospital. Quien ama
descubre que el ser amado necesita algo más que ayudas
materiales. Los pobres necesitan, antes que nada, ser reconocidos
en su dignidad de seres humanos. Es decir, que quien ama
sinceramente se hace feliz y hace felices a los
demás.
4-El fruto del amor es el servicio:El amor desborda el
corazón y se manifiesta en el servicio, hacia los
demás. El servicio se adapta a la necesidad de cada
prójimo. Quien sirve debe ser consciente de que es un
privilegio servir a Jesús en los hermanos. El que sirve
debe reconocer que recibe tanto o más de lo que da. Quien
se dirige al prójimo con aires de bienhechor,
fácilmente se convierte en opresor. Entonces el
prójimo se convierte en víctima. Quien tiene
verdadero espíritu de servicio siempre hace todo lo que
puede por sus hermanos. A veces las hermanas reciben
críticas por su labor asistencial que no llega hasta la
raíz de los problemas.
5-El fruto del servicio es la paz:Cuando se sirve a Dios y al
prójimo por amor, la paz se apodera de uno. La paz siempre
reina entre los que comparten amor. La verdadera paz pasa por
Dios, pues es un don muy suyo.
EL HOMBRE, LA MUJER Y DIOS.
Sub Hay pocas filosofías ateas o agnósticas, de
ahí que, entre las primeras se encuentran los
materialismos, antiguas y modernas, y dos formas solamente de
existencialismo: el de Heidegger y Sartre. Por el agnosticismo
están casi todos los empirismos. Todas las demás
filosofías, idealistas, realistas, racionalistas,
existencialistas son o panteístas o teístas. A
pesar de esta presencia absoluta del teísmo en la
filosofía, nuestra época, en el conjunto, es
demasiado materialista intelectualmente y muy empirista
existencialmente. Por lo tanto, según Nicolás, los
ateísmos pululan y el agnosticismo está muy
extendido, lo que parece ser un efecto de masas o un efecto de
moda.
Sub Dios, fin trascendente, no es nunca un fin natural. No hay
fin natural para la persona humana que satisfaga los deseos,
curar el mal en todas sus formas y todas las enfermedades, que no
son obstáculos que reaparecen continuamente para su
cumplimiento en lo terrenal. La muerte es un buen ejemplo para
comprender esta limitación humana. De ahí, que la
filosofía puede establecer perfectamente que Dios existe,
pero deja posible, por la naturaleza misma de sus pruebas, la
adhesión libre a Dios. Este es el propósito
básico de la humanidad: que cada uno de nosotros se sienta
libre y consciente de esta libertad para que nuestra conducta
tenga el sentido de plenitud. Es por eso, que la consecuencia
práctica es la construcción de una sociedad libre
para todos los seres humanos.
En esta investigación es un resumen del Capítulo
VII: El sentido de la vida, del Libro Ciencia y Consciencia de
Miguel Sang Ben